Tríptico IVC+R

Vista en 1922 del coro bajo del convento de santa Clara
Esta imponente y curiosa reja de punzones procedente del convento
de santa Clara de Xàtiva, realizada en hierro forjado en el
siglo XIV-XV, se conserva en la actualidad en el Museu de l’Almodí
de esta localidad. La reja muestra un complejo proceso de elaboración
de gran calidad, y a pesar de los avatares de la historia ha
mantenido su estructura en buen estado de conservación, si bien
requería de una restauración que la devolviese a su estado primitivo.
Por este motivo el Ayuntamiento de Xàtiva y la Generalitat
Valenciana, a través del Institut Valencià de Conservació i Restauració
de Béns Culturals, han querido restaurar conjuntamente esta
obra del patrimonio artístico setabense.
Las rejas son elementos cuya finalidad normalmente es la de proteger
ventanas y vanos exteriores, pero también pueden cumplir
la función de separación y protección de espacios interiores. Esto
ocurre, especialmente, en edificios de carácter religioso, como el
caso que nos ocupa, pues era la reja de protección del comulgatorio
de las monjas, ubicada en el sotocoro de la iglesia del convento,
de esta forma podían escuchar las misas discretamente y
comulgar a través de una portezuela con cerradura que se abría
desde el interior.
En su construcción se emplearon 39 barrotes cilíndricos de un grosor
de 3 cm, 23 horizontales y 16 verticales, insertados unos en otros
mediante la perforación de los verticales en caliente, componiendo
una obra de 220 x 137 x 16,5 cm en toda su superficie.
En la decoración de su cara exterior muestra 368 piezas (aprox.)
con forma de pincho o púa de 13 cm de largo y 2,5 cm de
grosor, aunque hay pinchos de menor tamaño y grosor que
probablemente fueron realizados posteriormente. En su creación
se emplearon barras de hierro de sección cuadrada a las que
el herrero con el calor de la fragua y a golpe de martillo sobre
el yunque les daba forma, luego los encajaba en los orificios
preparados en la estructura o bastidor, remachando los vástagos
en caliente mediante tenazas y martillo. Los artífices, normalmente,
daban un acabado o protección llamado “pavonado” que
protegía el hierro. Pensamos que en este caso es lo que se hizo
también inicialmente.
Restitución de piezas
Estado final
Consellera de Cultura y Deporte: Trinidad Miró Mira
Alcalde de Xàtiva: Alfonso Rus Terol
Secretario Autonómico de Cultura: Rafael Miró Pascual
Directora General de Patrimonio Cultural Valenciano: Paz Olmos Peris
www.ivcr.es
Detalle del proceso de las
bisagras de la portezuela
Directora Gerente del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales:
Carmen Pérez García
Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Xàtiva: Mª José Pla Casanova
Director del Museu de L’Almodí: Mariano Gonzalez Baldoví
Ajuntament de
Xàtiva
Depósito Legal: CS- 347-2010
c+r metal y orfebrería
Reja del coro bajo
del convento de santa Clara
Museu de l’Almodí
Xàtiva
Ajuntament de
Xàtiva

Toma de muestras
Estado inicial
Cuando la reja ingresó en el Departamento de Metales y Orfebrería
del IVC+R mostraba una gruesa cobertura por múltiples capas de pintura
de diversa naturaleza aplicadas con posterioridad a la creación
de la obra, que ocultaban el aspecto primigenio de esta.
Sabemos que, por diversas circunstancias, la reja se extrajo de su ubicación
original, aunque desconocemos cuando, por eso, como consecuencia
de estar en un emplazamiento exterior presentaba una
gran acumulación de suciedad superficial y polvo, así como un gran
número de deformaciones. Un total de doce piezas con forma de pincho
se habían desprendido de la base debido a incorrectas manipulaciones,
así como a los conflictos que originaron sus características
morfológicas, por su tamaño y peso, pero eran muchos más los que
faltaban. Esto se apreciaba por los orificios vacíos que se podían observar
en la zona perimetral principalmente.
También, la portezuela se encontraba separada de la reja por el mal
estado de una de las bisagras y la desaparición de las otras dos, por lo
que no se podía anclar en los pasantes que la sustentaban inicialmente,
dichos deterioros y la deformación de la estructura de la portezuela
habían ocasionado su desprendimiento.
Estado inicial
Detalle de la alteración
Microscopía óptica con luz visible,
20x
Estudio de materiales Proceso de restauración
El Laboratorio de Materiales ha identificado los elementos de composición
del soporte metálico y la naturaleza de los materiales orgánicos
e inorgánicos aplicados a nivel superficial para obtener los distintos
efectos de policromía. Generalmente los análisis se han realizado sobre
superficies pulidas de micromuestras incluidas en resina, método
que nos permite acceder al núcleo de las mismas y obtener información
de la estructura estratigráfica de la pieza.
Las técnicas analíticas utilizadas en el estudio de las muestras han sido
la microscopia óptica y la microscopia electrónica de barrido, acoplada
con un sistema de microanálisis mediante espectroscopia en
dispersión de energías de rayos X (SEM-EDX).
Los resultados de los estudios científicos, se convierten en datos
prácticos que nos revelan la naturaleza de los diferentes materiales,
los procesos de ejecución y de las intervenciones que ha sufrido la
pieza, informaciones necesarias en la elección de los tratamientos
de restauración más adecuados en función de la idoneidad y
compatibilidad entre productos y materiales.
Detalle de las multiples capas de pintura
Imagen SEM en modalidad
electrones retrodispersados
Detalle después de la limpieza mecánica
A fin de recuperar su concepto estético e histórico original, se
procedió a la remoción mecánica de dichas capas, la restitución
de las piezas sueltas, así como a la recolocación de la portezuela.
Para ello, y teniendo en cuenta la morfología de la reja, se utilizó
el sistema de microproyección de abrasivos suaves que eliminó,
capa tras capa, todas las deposiciones de pintura.
Una vez se alcanzó el nivel original, observamos que la reja
presentaba una cobertura de herrumbre, anteriormente
encubierta por la pintura, que a su vez cubría la superficie de óxido
de hierro. Los productos de corrosión del hierro, principalmente
acumulados en las zonas periféricas, coincidiendo con la franja
que se encastraba al elemento arquitectónico, se eliminaron
puntualmente de forma mecánica a fin de proceder con el
tratamiento inhibidor.
Uno de los tratamientos de mayor relevancia es la estabilización
del material constituyente, pues determina el estado de la pieza
a partir de su intervención y evita futuras alteraciones. Después
de desengrasar toda la obra con etanol pulverizado, para inhibir
la oxidación del metal, se utilizó ácido tánico en una solución
alcohólica aplicado mediante pistola a presión y se dejó secar a
temperatura ambiente.
Seguidamente, se colocaron los pinchos en aquellas zonas donde
se habían desprendido. Para asegurar una correcta y duradera
adhesión, se utilizaron resinas bicomponentes entonadas
cromáticamente mediante pigmentos metálicos. Una vez
terminado dicho proceso, se protegió toda la pieza, aplicando
también con pistola a presión, una resina acrílica para metales
disuelta en xileno y acetona.
A continuación, se procedió con la colocación de la portezuela.
Para ello tuvieron que soldarse dos pequeñas pletinas de acero
que harían la función de abrazaderas rodeando a los pasantes
funcionando a modo de bisagra, la tercera se dejó sin restituir por
la gran deformación que mostraba la zona donde debía ir. Una
vez finalizada la recolocación de la portezuela, se comprobó que
había recuperado prácticamente la totalidad de su movilidad
original.
Proceso de restauración