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F-40 Juan Torres Fontes
ción de Diego Fajardo y Sancho González de Arróniz, se refleja en los
acuerdos adoptados en 11 de abril de 1444. Uno de ellos, bi:n significa-
tivo, fue el de que se escribiera al infante don Enrique para informarle
de cuanto se había hecho y solicitar su aprobación, como efectuado en
servicio del rey y suyo: el encargado de cumplir este acuerdo fue el re-
g:dor Diego de Perea, quc en todo momento había manifestado públi-
camente ser de su intención. Mensaje que supone una actitud política
bien definida del concejo murciano.
Significativos igualmente fueron otra serie de acuerdos, encaminados
en la misma dirección. Se referían a la desaparición legal del adelanta-
miento, que de hecho había quedado reducido a su mínima expresión.
En el mismo día se hizo historia de como Alonso Yáñez Fajardo había
logrado en años anteriores un albalá real por el que se designaba a su
hijo Pedro como adelantado a su muerte. Hecho que consid-raban ilegal
pero que el concejo hubo de acatar por entonces, obligado por las cir-
cunstancias ((por temor o reqelo que ovieron del dicho addantado, que
les non fiziese alguna mengua e desonrra, asy como de fecho fizo a algu-
nos del dicho regimiento)).
Idos regidores expusierori que encontrándose entonces con libertad de
expresión y de iesolución, consideraban que dicho nombramiento care-
cía de valor por ser hecho contra las disposiciones reales en esta materia,
y más aún, porque (cconsiderando como el oficio del dicho adelantamien-
to espiraba por quanto el dicho Alonso Yañez Fajardo se yntitulava
adelantado del regno de Murcia, e este regno de Murcia es ya repartido
e dado e distribuido e diseminado en otras personas por mandado de1
dicho seííor rey. es a saber, que su alteza tiene dada al principe su fijo la
villa de Lorca, e el castillo de Cartajena al almirante, e al conde de Cas-
tro a Jumilla, e al dicho Alfonso Yañez a Mula e Molina e Librilla, e
al mosen Diego Fajardo la villa de Alhama, asy que ya non quedan lu-
gares algunos al dicho regno de Murcia, por lo qual cesa e deve cesar el
oficio del dicho adelantamiento)). Y, abundando en ello, agregaban que
cuando Alfonso Yáñez falleció se encontraba suspenso del adelantamien-
to por decisión real y que tenían cartas de Juan 11 en que ordenaba que
no usase de dichos oficios ni persona alguna por 61.
Si examinamos la situación del reino de Murcia en estos años podre-
mos apreciar la veracidad de esta manifestación concejil, aunque sus in-
tenciones tuvieran alcance distinto a una plena objetividad de los hechos.
Distribuidas las principales ciudades en la forma que indicaban, el res-
to del reino de Murcia se hallaba bajo la dependencia de las Ordenes
de Santiago, Calatrava San Juan. Efectivamente, fuera de la ciudad de
Murcia no podemos enumerar ninguna villa importante dependiente de