alBerto Fuguet “a Lo mejor no debería seguir haCiendo PeLíCuLas” Luego de haber fracasado en su intento por conseguir financiamiento para Perdido, que sería su nuevo filme después de Se Arrienda, el periodista, escritor y realizador audiovisual, se declara perplejo y afirma que pretende insistir en la novela gráfica. Ya lleva una obra: Road Story, que hace un par de meses está en librerías. Por Julieta Lombardi Fotos: Francisco Pereda
dDesde la oficina de Alberto Fuguet se oye claramente cómo en un lugar cercano le cantan cumpleaños feliz a un compañero o compañera que nació el 11 de diciembre. El periodista, escritor y realizador audiovisual hace una pausa en el momento de los aplausos y se ríe. “Abajo funciona un catering”, dice, como para que uno se ubique. Seguramente los que festejan también alcanzan a escuchar a su vecino: habla fuerte, además de rápido. El departamento es amplio y está fresco, porque su dueño ha cerrado ventanas y plumillas para evitar que se vuelva tan sofocante como resulta el exterior a las cinco de la tarde. El autor de las novelas Mala Onda, Tinta Roja y Las Películas de mi Vida, entre otros textos, y director del filme Se arrienda se desplaza por el espacio para presentarlo, por decirlo de alguna manera. “Aquí íbamos a rodar una película”, cuenta, con un tono entre amargo e irónico. Fuguet se refiere a Perdido, un proyecto que ya había echado a andar, pero que ha quedado, por el momento, en suspenso debido a la falta de financiamiento. “Como dijo una amiga mía: ‘qué esperabas con ese título’. Yo no creo mucho en esas cosas, pero algo tiene que haber influido, porque no era un título gratuito. No era sobre un circo ni sobre un grupo de vedettes. No creo que el nombre sea decisivo, pero te preguntan de qué se trata y a los dos minutos te dicen no me interesa. Podría haberle puesto Guajajaja, pero habría sido mentir”, afirma. Perdido está basada en el libro El Empampado Riquelme, una crónica de Francisco Mouat que recrea la historia de Julio Riquelme, un chileno que desapareció en 1956 mientras viajaba de Chillán al norte y cuyo cuerpo apareció en 1999 semienterrado en el desierto. “Empampado, imagínate, es peor. La gente me decía ¿Qué? ¿La empanada Riquelme?, ¿El empolvado Riquelme? No era de alguien famoso, nadie lo había leído, en fin. Esto me ha hecho pensar harto”, comenta. ¿Pensar en qué? − No sé si estamos en una industria, pero es muy industrial esto que ha pasado, porque necesitas plata para hacer una película. Cuando se trata de un libro, puedes deberle plata a alguien o hacerlo más pobre, pero una película, por muy pobre que sea, no puedes hacerla tan pobremente. Eso es penca, es muy chocante, nunca me había tocado, sobre todo porque alguien alguna vez me dijo que yo era comercial y taquillero, ja ja ja. ¿Y eso te hizo creer que nunca nadie te diría que no? − No, pero de alguna manera uno está levemente mal enseñado. Se supone que a mí se me pueden abrir más puertas que a otra gente, pero la experiencia de Perdido demuestra que las puertas ahora son de otra forma. Bueno, esto no es tan distinto a Hollywood. La moraleja es “si eres pobre, tienes que hacer películas extremadamente pobres”. El problema es que, como el cine se ha profesionalizado, pocos están dispuestos a trabajar a lo pobre. − Se ha profesionalizado para mal, creo yo. Y siento que pasa en todo el mundo. Anoche leía un artículo sobre Coppola y decía que, en un momento, se dio cuenta de que no se la podía, de que, a pesar de todos los Padrino, simplemente era un pobre gordo y que nadie lo tomaba en cuenta. Quebró por querer las cosas a su manera, empezó a hacer películas que no quería para pagar sus deudas. Y al hacer otras cosas, empezó a ganar tanta plata que su última película, Youth Without Youth, la financió entera de su bolsillo. Está ganando mucha plata como vinicultor y cree que el cine tiene que ser como la literatura, donde grandes escritores “no le corresponde al BancoEstado apoyar una película como Che Kopete”. han financiado sus obras trabajando en un banco, teniendo una parcela, haciendo distintas cosas. Coppola es un vinicultor que hace películas. ¿Y tú podrías ser...? − Un escritor que hace películas o hace cosas audiovisuales. Ese es mi aprendizaje para el 2008. O a lo mejor no debería seguir haciendo películas. Este es un momento tan raro. ¿Vale la pena estrenar?, me pregunto. Cada vez hay más gente que no vio sus películas favoritas en el cine. Yo mismo reconozco que la mitad de mis películas favoritas del 2007 las vi en DVD. Por lo tanto, si es tan difícil llegar a la pantalla grande, quizás no hay que intentar llegar. Casi todo el mundo pierde, excepto Los Simpson. A mí me encantó La Vida me Mata, pero fueron muy pocas personas a verla. Es realmente patético. Claro, no es como Che Kopete, que ha llevado más de 200 mil espectadores. − Igual es un fracaso. Pero ni me hables de Che Kopete, porque es como si me hablaras de Pinochet durante los ochenta. Es como el enemigo. Me da lata, qué quieres que te diga. Alguna gente dice que soy ingenuo, pero me da lata que se haya llegado tan pronto a eso, a Che Copete en el cine, aunque le deseo toda la salud del mundo. Me parece el colmo que la ministra de Cultura, Paulina Urrutia, diga que está muy feliz de que en el Día del Cine haya ido gente a ver una película chilena por Che Kopete, auspiciada además por BancoEstado. No tengo mi plata ahí, pero si así fuera, preferiría que se la roben, porque no le corresponde al Ban- 19