LA EDUCACIÓN ELENA G. DE WHITE "El temor ... - Iasdsanjudas.com
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exenta de pensamientos elevados, resultaba animada por recuerdos constantes<br />
de lo espiritual y lo invisible.<br />
Del mismo modo deberíamos enseñar nosotros. Aprendan los niños a ver en la<br />
naturaleza una expresión del amor y de la sabiduría de Dios; vincúlese el 103<br />
concepto del Creador al ave, la flor y el árbol; lleguen todas las cosas visibles a<br />
ser para ellos intérpretes de lo invisible y todos los sucesos de la vida medios de<br />
enseñanza divina.<br />
Al mismo tiempo que aprenden así a estudiar lecciones que enseñan todas las<br />
cosas creadas y todas las circunstancias de la vida, muéstrese que las mismas<br />
leyes que rigen las cosas de la naturaleza y los sucesos de la vida, deben regirnos<br />
a nosotros; que son promulgadas para nuestro bien; y que únicamente<br />
obedeciéndolas podemos hallar felicidad y éxito verdaderos.<br />
<strong>LA</strong> LEY <strong>DE</strong>L SERVICIO<br />
Tanto las cosas del cielo <strong>com</strong>o las de la tierra declaran que la gran ley de la vida<br />
es una ley de servicio. <strong>El</strong> Padre infinito cuida la vida de toda cosa animada. Cristo<br />
vino a la tierra "<strong>com</strong>o el que sirve".* Los ángeles son "espíritus ministradores,<br />
enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación".* La<br />
misma ley de servicio está impresa en todos los objetos de la naturaleza. Las aves<br />
del cielo, las bestias del campo, los árboles del bosque, las hojas, el pasto y las<br />
flores, el sol en los cielos y las estrellas de luz, todos tienen su ministerio. <strong>El</strong> lago y<br />
el océano, el río y el manantial, todos toman para dar.<br />
Cada objeto de la naturaleza, al mismo tiempo que contribuye a la vida del mundo,<br />
asegura la suya. No menos está escrita en la naturaleza que en las páginas de las<br />
Sagradas Escrituras, la lección: "Dad, y se os dará".*<br />
Al abrir los cerros y las llanuras un canal para que el torrente de la montaña llegue<br />
por él hasta el mar, lo que dan les es devuelto centuplicado. <strong>El</strong> arroyo que recorre<br />
su camino murmurando, deja tras sí su don de belleza y fertilidad. A través de los<br />
campos, desnudos y tostados bajo el calor del verano, una 104 línea de verdor<br />
marca el curso del río; cada árbol noble, cada brote, cada pimpollo, es un testigo<br />
de la re<strong>com</strong>pensa que la gracia de Dios decreta para todos los que llegan a ser<br />
sus medios de <strong>com</strong>unicación con el mundo.<br />
<strong>LA</strong> SIEMBRA HECHA CON FE<br />
De las lecciones casi innumerables enseñadas por los diversos procesos del<br />
crecimiento, algunas de las más preciosas son transmitidas por medio de la<br />
parábola del crecimiento de la semilla, dada por el Salvador. Sus lecciones<br />
convienen a jóvenes y viejos.<br />
"Así es el reino de Dios, <strong>com</strong>o cuando un hombre echa semilla en la tierra; y<br />
duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa<br />
cómo. Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después<br />
grano lleno en la espiga".*<br />
La semilla posee la capacidad de germinar implantada por Dios mismo; sin<br />
embargo, abandonada a su suerte, no tendría poder para brotar. <strong>El</strong> hombre tiene<br />
que hacer su parte para estimular el crecimiento del grano, pero fuera de eso, no<br />
puede hacer nada. Debe depender de Aquel que ha ligado la siembra y la siega<br />
con los eslabones maravillosos de su poder omnipotente.<br />
Hay vida en la semilla, hay poder en el suelo, pero a menos que el poder infinito<br />
trabaje día y noche, la semilla no dará fruto. Las lluvias deben refrescar los