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Futuro<br />
Viene de <strong>la</strong> página 3<br />
eran millonarios cuando los había contratado<br />
inicialmente, sino que se habían<br />
vuelto millonarios después de trabajar en<br />
su empresa. El periodista entonces le<br />
preguntó: “¿Cómo hizo para lograr que<br />
esos hombres se volvieran tan valiosos<br />
que usted tuviera que pagarles tanto dinero<br />
por su trabajo?”<br />
Según Andrew Carnegie, los hombres<br />
se desenvuelven de <strong>la</strong> misma manera que<br />
el oro se extrae de <strong>la</strong>s minas. Para poder<br />
obtener unos gramos de oro es necesario<br />
remover tone<strong>la</strong>das de piedras y tierra.<br />
Pero cuando uno va a <strong>la</strong> mina no va buscando<br />
piedras y tierra, sino que va buscando<br />
el oro. Él había aprendido a buscar<br />
y a cultivar <strong>la</strong>s mejores cualidades de todos<br />
aquellos que trabajaban para él.<br />
Tal vez nosotros debamos preguntarnos<br />
cuáles son <strong>la</strong>s cosas que hacen bien<br />
nuestros hijos. Si constantemente los criticamos<br />
y los reprendemos, ¿estamos obteniendo<br />
los resultados que deseamos?<br />
Lo más probable es que no. Pero si en vez<br />
de esto nos dedicamos a elogiarlos sinceramente<br />
y a estimu<strong>la</strong>rlos con cariño en<br />
todo lo que ellos están haciendo bien,<br />
crearemos un ambiente positivo y edificante<br />
en nuestro hogar. Muy pronto nos<br />
daremos cuenta de que ya no tenemos<br />
que corregir a nuestros hijos con tanta frecuencia<br />
y que, cuando lo hacemos, ellos<br />
nos prestan más atención.<br />
En nuestros campamentos de verano<br />
nos aseguramos de que todos los días los<br />
jóvenes tengan éxito en alguna actividad<br />
y que éste sea reconocido y elogiado por<br />
los instructores y los demás compañeros.<br />
Este estímulo positivo los anima a poner<br />
en práctica los principios que les enseñamos<br />
para tener éxito.<br />
• Dediquémosle tiempo diariamente<br />
a cada uno de nuestros hijos. Nuestros<br />
hijos, al igual que los adultos, tienen cosas<br />
que decir porque son importantes para<br />
ellos. Cuando les dedicamos tiempo a<br />
nuestros hijos, ellos entenderán que también<br />
son importantes para nosotros. Es de<br />
vital importancia que seamos nosotros<br />
quienes les demos esta c<strong>la</strong>se de aprobación<br />
y que no sea alguien más cuyos principios<br />
no correspondan a los nuestros.<br />
Cuando un niño se deja sin atención y<br />
queda a <strong>la</strong> deriva, de todas formas buscará<br />
obtener <strong>la</strong> aprobación de los demás y <strong>la</strong><br />
buscará de una manera que puede ser des-<br />
tructiva y peligrosa. En los campamentos<br />
nos hemos dado cuenta de que algunas<br />
veces los jóvenes buscan l<strong>la</strong>mar <strong>la</strong> atención<br />
insultando a sus compañeros, usando<br />
lenguaje soez, yendo en contra de <strong>la</strong>s<br />
reg<strong>la</strong>s o poniendo toda c<strong>la</strong>se de problemas.<br />
Tratamos de ayudar y estimu<strong>la</strong>r positivamente<br />
a estos jóvenes porque sabemos<br />
que muy a menudo es su propia inseguridad<br />
acerca de qué y quiénes son lo<br />
que los lleva a buscar el reconocimiento<br />
de una manera negativa.<br />
Los padres cariñosos que tienen principios<br />
firmes son los que ayudan a sus hijos<br />
a formar un concepto sano y positivo acerca<br />
de sí mismos. Por el contrario, un concepto<br />
negativo o tergiversado surge cuando<br />
a los niños no se les presta atención y<br />
tienen que formar su propia imagen de<br />
qué y quiénes son. Como ya dijimos, nosotros<br />
los padres estamos en una posición<br />
privilegiada para ayudar a nuestros hijos a<br />
descubrir quiénes son y hacia dónde se dirigen.<br />
Cuando los aceptamos, estimu<strong>la</strong>mos<br />
y amamos, en <strong>la</strong> mente de nuestros<br />
hijos aparece una imagen c<strong>la</strong>ra y definida.<br />
Esta imagen se reforzará y se hará cada<br />
vez más fuerte a medida que vayan aplicando<br />
los principios correctos para alcanzar<br />
el éxito en el medio familiar.<br />
En su libro titu<strong>la</strong>do Raising Positive<br />
Kids in a Negative World (“Cómo criar hijos<br />
positivos en un mundo negativo”), el<br />
escritor Zig Zig<strong>la</strong>r re<strong>la</strong>ta un experimento<br />
que se realizó con 60 niños que estudiaban<br />
en un colegio. Estos 60 alumnos fueron<br />
divididos en tres grupos de 20 niños cada<br />
uno. Durante cinco días tuvieron que presentar<br />
exámenes de aritmética diariamente.<br />
A un grupo se le elogió continuamente<br />
por su desempeño, otro grupo fue criticado<br />
y al tercer grupo no se le dijo nada con<br />
respecto a su desempeño. Aquellos que<br />
recibieron elogios mejoraron notablemente;<br />
los que fueron criticados también mejoraron,<br />
pero mucho menos; y los del tercer<br />
grupo casi no mejoraron nada.<br />
Todos podemos aprender lecciones de<br />
este experimento. Debemos darles a nuestros<br />
hijos <strong>la</strong> atención que merecen y que<br />
necesitan. Estemos pendientes de ellos. Si<br />
estamos hab<strong>la</strong>ndo con ellos, no leamos el<br />
periódico ni veamos <strong>la</strong> televisión. Demos-<br />
tremos un afecto genuino y un interés real.<br />
Prestemos atención a lo que nos dicen.<br />
Con todas estas acciones les estaremos diciendo<br />
que son importantes para nosotros<br />
y que estamos profundamente interesados<br />
en sus pa<strong>la</strong>bras y en sus sentimientos. El<br />
verdadero amor implica sacrificio. ¡Démonos<br />
realmente a nuestros hijos!<br />
Un estímulo positivo<br />
¿Tienen nuestros hijos un futuro bril<strong>la</strong>nte<br />
y prometedor?<br />
Si permitimos que el mundo que los rodea<br />
sea quien les defina su futuro, éste será<br />
desastroso. Por el contrario, el futuro será<br />
bril<strong>la</strong>nte si les ayudamos a nuestros hijos a<br />
tener éxito cuando practican los principios<br />
que les estamos enseñando y si les ayudamos<br />
a formar una correcta imagen de lo<br />
que son y hacia dónde se dirigen. Esta<br />
imagen tiene que ser muy c<strong>la</strong>ra y bien definida,<br />
y tiene que estar firmemente arraigada<br />
en su interior para que puedan ser<br />
protegidos de <strong>la</strong>s tinieb<strong>la</strong>s que los rodean.<br />
Como padres, ¿tenemos un concepto<br />
c<strong>la</strong>ro de nuestro propósito en <strong>la</strong> vida?<br />
Nuestra dedicación a este propósito ¿nos<br />
lleva a ser capaces de vivir de acuerdo<br />
con los principios que profesamos? Dios<br />
nos ha dado <strong>la</strong> promesa de que, como hijos<br />
suyos, podemos ser parte de su Reino<br />
para siempre. De <strong>la</strong> misma manera que le<br />
prometió a Abraham bendecir su descen-<br />
Como padres, ¿tenemos un concepto c<strong>la</strong>ro de nuestro propósito<br />
en <strong>la</strong> vida? Nuestra dedicación a este propósito ¿nos lleva a ser<br />
capaces de vivir de acuerdo con los principios que profesamos?<br />
dencia, a nosotros nos ha dicho que estas<br />
promesas también son para nuestros hijos:<br />
“Porque para vosotros es <strong>la</strong> promesa,<br />
y para vuestros hijos” (Hechos 2:39).<br />
Los hijos de aquel<strong>la</strong>s familias donde se<br />
escucha diariamente el propósito que<br />
Dios tiene para <strong>la</strong> humanidad —y que tienen<br />
como base este conocimiento para<br />
formar una sana imagen de lo que son y<br />
hacia dónde van— tienen una estructura<br />
maravillosa que seguramente les permitirá<br />
alcanzar un futuro de éxito y de realizaciones.<br />
Cuando <strong>la</strong> perspectiva está bien<br />
descrita y <strong>la</strong> visión es c<strong>la</strong>ra, el futuro está<br />
al alcance de <strong>la</strong> mano.<br />
Cuando los niños crecen convencidos<br />
de lo que son y de lo que pueden llegar a<br />
ser, harán todo lo posible para que sus vidas<br />
estén de acuerdo con este propósito.<br />
Realmente, su futuro ya es prometedor. BN<br />
Mayo-Junio de 1998 17