XII Certamen Literario Escolar 2012. Poesía. - Ayto Torrejon de Ardoz
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cartas mojadas y sin dirección, en poesías <strong>de</strong> una dura separación y en la dificultad <strong>de</strong><br />
fingir sonrisas y aparentar estar bien. Años en los que cada tríste canción la recordaban<br />
a una sola persona, en la que el pequeño aroma <strong>de</strong> esa marcada colonía le recordaba<br />
nuevamente a esa persona. Años que pasaron lentos. A veces ella piensa en olvidarla, si<br />
la olvida todo sería más fácil, y entonces ella se pregunta… ¿cómo olvidar algo que en el<br />
fondo no quiero olvidar? es la peor <strong>de</strong> las pruebas que alguien tiene que afrontar en la<br />
vida. ella se dio cuenta <strong>de</strong> que «olvidar» era un hecho imposible. Algo que nunca podría<br />
ocurrir. ella no se podía olvidar <strong>de</strong> la persona con la que mejores momentos ha vivido…,<br />
así que tan solo tenía que apren<strong>de</strong>r a vivir sin ella.<br />
Tres años y dos meses a la espera <strong>de</strong>l juicio final que Ella ganó. Cárcel para aquel<br />
hombre innombrable. Familia y amigos más cercanos estaban muy contentos y llamaban<br />
para dar felicitaciones, pero ella no estaba contenta. Sí, había ganado, pero ella no<br />
había luchado para ganar, es más, había sufrido. Quizá no estuviera contenta porque<br />
sabía que él no iba a ir a la cárcel, pues si se iba <strong>de</strong>l país no se podía remediar. dichosa<br />
justicia. Quizá no lo estuviera porque sabía que su tía no iba a volver.<br />
días <strong>de</strong>spués su tía <strong>de</strong>sapareció, se fue <strong>de</strong>l país, o eso quisieron pensar todos. Y<br />
ahora ella tenía esa absurda sensación <strong>de</strong> haber dado todo por esa persona tan importante<br />
y nunca haber recibido nada a cambio.<br />
esa sensación absurda <strong>de</strong> pensar que trece años unida a una <strong>de</strong> las personas más<br />
importantes en su vida, es como si <strong>de</strong> repente hubieran <strong>de</strong>saparecido, como si <strong>de</strong> un<br />
diario se tratase, <strong>de</strong>l cuál la llave se ha perdido, y nunca se volverá a abrir. Todas las promesas<br />
que resultaron ser mentira. Todas esas palabras <strong>de</strong> amor, todos los besos y abrazos<br />
que ella pensaba que eran verda<strong>de</strong>ros, los “te quiero” y los “no, yo te quiero más”. Todo<br />
había acabado para siempre. como si se rompiera una pequeña bola <strong>de</strong> cristal en miles<br />
<strong>de</strong> pedacitos… que ya es imposible recrear <strong>de</strong> nuevo. Que ya solo te queda el recuerdo<br />
<strong>de</strong> esa bola <strong>de</strong> cristal. Recuerdos que no po<strong>de</strong>mos ní sabemos olvidar, memorias que nos<br />
perseguirán más allá <strong>de</strong>l tiempo, vayamos don<strong>de</strong> vayamos, a<strong>de</strong>ntrándonos un poco en los<br />
recovecos <strong>de</strong> nuestro ser, volvemos a encontrarlas y, como inocentes niños, esbozaremos<br />
una sonrisa, una triste sonrisa llegando al extremo <strong>de</strong> llorar <strong>de</strong> nostalgia por el añoro <strong>de</strong><br />
los buenos momentos y por el anhelo que sentimos esos años atrás. ella ya no era aquella<br />
niña inocente <strong>de</strong> trece años que vivía con la esperanza <strong>de</strong> un anhelado regreso. Ahora ella<br />
sabía perfectamente que su tía jamás volvería, y que si lo hacía no sería como antes… esa<br />
relación que tenían tan perfecta, tan sincera y tan especial nunca se iba a retomar. Pero<br />
a pesar <strong>de</strong> todo, ella la esperaría, porque aunque ahora ella es feliz, el hueco que su tía<br />
<strong>de</strong>jó en su corazón nadie nunca lo va a llenar. Tres años y ocho meses <strong>de</strong>spués ella la<br />
quiere, la quiere muchísimo.<br />
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instituto Luis <strong>de</strong> Góngora