Castellano

sonrisa al coincidir en los buzones, por haber desviado la mirada en el supermercado y por
haber sospechado alguna tarde del perfume que percibía al cruzarse en el portal.
Conocía ese sentimiento, porque tendía a ocurrirle en otros entornos. Pero esa tarde, al entrar
en casa dejó caer el periódico encima de la mesa, abierto por la página del ajedrez, y pensó en
un nuevo titular: -Corazón ganan..., pierden los prejuicios.-
Sinceramente deseaba la recuperación de aquella vecina y poder ofrecerle un gesto cálido a
la primera ocasión.
Constatar la realidad de la
propia vida
Cuando somos pequeños y empezamos a descubrir el mundo,
todos los fenómenos a nuestro alrededor nos parecen un misterio y no
podemos evitar preguntar a nuestros mayores el porqué de las cosas.
Al crecer, la curiosidad, nuestro espíritu de búsqueda, nos ha llevado a ir
constando esas respuestas por nosotros mismos, a experimentarlo todo en primera
persona. No nos conformamos con creer en algo “sólo porque sí” sino que queremos
verificarlo por nuestros propios medios.
Lo mismo sucede en el mundo de la fe.
El Gosho, la recopilación de escritos que Nichiren Daishonin redactó con el
propósito de alentar y orientar a sus seguidores, nos ofrece una guía maravillosa
para vivir la vida. En esa obra, el Daishonin transmite el mensaje de que, todos
nosotros, seres comunes como él, podemos afrontar y superar las dificultades que
se nos presentan en la vida cotidiana tal y como él hizo: el Gosho brinda esperanza,
aliento y sabiduría.
Sin embargo, no se trata de que lo leamos como una aseveración que no debe
cuestionarse, es decir, el Gosho no es una fuente para interpretar sino mas
bien para experimentar abriendo nuestro corazón, sintiendo que fue escrito
expresamente para cada uno de nosotros, de vida a vida, con la certeza
de que lo que ahí nos cuenta el Daishonin es su propia experiencia real:
una vivencia que todos y cada uno de nosotros podemos sentir día a día en primera
persona porque no hay diferencias entre él y nosotros.
Y así, al confirmarlo y comprenderlo en nuestra existencia cotidiana, también
podemos transmitirlo y compartirlo con los demás.
Civilización
Global
PARA DIALOGAR 23