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EL HOGAR Efesios 6:1-4 - Iglesia Reformada

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alejamiento de la enseñanza bíblica referida a Dios, y como consecuencia de ello, de toda la verdad<br />

revelada referente a la disciplina, al gobierno y al orden ha resultado precisamente en el castigo hacia<br />

el cual los hombres están tan enceguecidos.<br />

En cuarto lugar, hay una absoluta incomprensión respecto de lo que el pecado ha causado al hombre.<br />

Todos los conceptos modernos, según los cuales el hombre es fundamental y esencialmente bueno, y<br />

que solamente es preciso extraer lo bueno de él, para que todo esté en buen orden; que sólo hay que<br />

apelar al elemento positivo, y nunca castigar, y simplemente asumir uno mismo el castigo para que<br />

los transgresores sean conmovidos y tan quebrantados por la apelación moral que se les está<br />

presentando que automáticamente dejarán de obrar el mal y comenzarán a hacer el bien todos estos<br />

conceptos, repito, son consecuencia de un rechazo de la doctrina bíblica del pecado. La simple<br />

respuesta a ellos es que la naturaleza del hombre es mala, y que como resultado de la caída el hombre<br />

es totalmente malo. Es un rebelde, vive sin ley, es gobernado por fuerzas erróneas, y por lo tanto, es<br />

insensible a todas las apelaciones que puedan venirle.<br />

El mundo moderno lo está comprobando en virtud de amargas experiencias. El método moderno ha<br />

sido puesto a prueba ya hace varios años. ¿Y cuáles son los resultados? ¡Crecientes problemas<br />

delincuencia juvenil, desorden en el hogar, robo, violencia, crimen, hurtos, y la sociedad moderna<br />

entera en confusión! Ahora la nueva teoría ha tenido su oportunidad durante treinta años o más y los<br />

problemas resultantes están creciendo de semana en semana y prácticamente de día en día. ¡Pero, no<br />

se puede esperar otra cosa! El hombre no es fundamentalmente bueno. 'Todo designio de los<br />

pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal'. Esto es lo que se nos dice del<br />

hombre en los días anteriores al diluvio (Gn. 6:5). El hombre no es una criatura buena que sólo<br />

necesita un poco de estímulo; su naturaleza ha sido retorcida y pervertida y envilecida. El hombre es<br />

un rebelde, odia la luz, ama la oscuridad, es una criatura llena de deseos y pasiones. Y es a causa de<br />

no reconocer esto que se ha producido este concepto moderno y desastroso.<br />

Pero en quinto lugar también existe este malentendido absoluto respecto de la doctrina de la<br />

expiación y redención, y de la doctrina fundamental de la regeneración. ¡Todavía no he encontrado a<br />

un pacifista que entienda la doctrina de la expiación! Todavía no he encontrado al hombre que<br />

sostiene el punto de vista moderno sobre la disciplina y el castigo y que al mismo tiempo entienda la<br />

doctrina de la expiación. La doctrina bíblica de la expiación nos dice que en la cruz del Calvario el<br />

justo, santo y recto Dios estaba castigando el pecado en la persona de su propio Hijo "con la mira de<br />

manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe<br />

de Jesús" (Ro. 3:26). "Mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros" (Is. 53:6b). "Por nosotros<br />

lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él" (2Co. 5:21). "Por cuya<br />

herida fuisteis sanados" (1 P. 2:24b). "Jehová quiso quebrantarlo" (Is. 53:10). La justicia y la rectitud<br />

de Dios demandaron esto, la ira de Dios sobre el pecado insistió en esto. Pero es aquí donde vemos<br />

realmente el amor de Dios, aquí vemos que es tan grande que la ira es derramada aun sobre su propio<br />

Hijo en toda su inocencia, para que nosotros pudiéramos ser rescatados y librados. Pero los modernos<br />

no entienden ni creen en la expiación. Ellos no ven sino sentimentalismo en la cruz; ellos ven<br />

soldados crueles dando muerte al Hijo de Dios que, sin embargo, sonríe sobre ellos y dice, "Aunque<br />

ustedes me hicieron esto, yo todavía les perdono".<br />

Eso es lo que ellos afirman; pero no es lo que la Biblia enseña. La Biblia está llena de enseñanzas<br />

referidas a ofrendas quemadas y sacrificios, referidas a la necesidad de derramar la sangre sacrificial,<br />

y que 'sin derramamiento de sangre no se hace remisión (de pecado)' (He. 9:22). Esa es la enseñanza<br />

del Antiguo Testamento tanto como la del Nuevo; en cambio, este concepto moderno es una absoluta<br />

negación de ello. En todas partes hay enseñanzas sobre el castigo; y se ve en su expresión suprema<br />

en la cruz del monte Calvario.<br />

O bien considérese la doctrina de la regeneración. Si el hombre es esencialmente bueno, no necesita<br />

ser 'nacido de nuevo', no necesita la regeneración. Sin embargo, la regeneración es una doctrina<br />

central en la Biblia; nuestra única esperanza consiste en que seamos hechos 'partícipes de la<br />

naturaleza divina'. Por lo tanto, esta nueva enseñanza es una negación de las doctrinas fundamentales<br />

de la Biblia; y no obstante se presenta y exhibe bajo el nombre del cristianismo. La enseñanza bíblica<br />

es que mientras el hombre no esté bajo 'la gracia', permanece 'bajo el dominio de la ley', que el<br />

pecado y el mal deben ser restringidos. ¡Y eso es lo que Dios ha hecho! ¿Quién ha establecido a los<br />

magistrados? ¡Dios! Léase Romanos 13. Allí nos dice que el servidor de Dios 'no en vano lleva la

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