Sergio Scataglini – El Fuego De Su Santidad
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<strong>El</strong> temor de Dios<br />
Algún tiempo después leí un artículo sobre la leucemia,<br />
donde decía que la enfermedad comienza con un cambio<br />
genético en una sola célula blanca en la sangre de la<br />
médula. Esa enfermedad contra la cual oramos y por la<br />
cual vamos a los hospitales para ser tratados, comienza<br />
con un cambio genético en una sola célula. Mis amigos,<br />
¡de esa misma manera funciona el pecado en nuestra<br />
vida, aún en la vida de un ministro, un siervo de Dios! Él<br />
experimenta un cambio genético, un cambio espiritual<br />
en su corazón. Quizás un poco de lujuria, quizás un poco<br />
de envidia, quizás una mentira pequeña. Quizás elpecado<br />
es un cierto odio o rencor contra alguien de la iglesia que<br />
le está haciendo la vida imposible. Eso es bastante para<br />
contaminar el sistema entero. Entonces no podemos<br />
decir como el Apóstol Pablo dijo, "<strong>De</strong> nada tengo mala<br />
conciencia" (l Corintios 4:4).<br />
Muchos creyentes sólo han experimentado las<br />
bendiciones de Dios hasta cierto punto. Sin duda que <strong>Su</strong>s<br />
bendiciones son maravillosas, pero para ser utilizados<br />
poderosamente por Él, debemos ser limpiados. <strong>El</strong> mismo<br />
Señor que nos ama y nos bendice viene para hacer cirugía<br />
en nuestros corazones. No podemos estar en el ministerio<br />
y tener hábitos pecaminosos en nuestras vidas privadas.<br />
Algunos han dicho: "Bien, entonces dejo el ministerio".<br />
¡No! ¡Saca los malos hábitos de tu corazón! ¡No dejes el<br />
ministerio por tu pecado, deja elpecado por tu ministerio!<br />
¡No dejes elministerio portu pecado, deja el<br />
pecado portu ministerio!<br />
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