Viaje a la Alcarria - Portal Académico del CCH
Viaje a la Alcarria - Portal Académico del CCH
Viaje a la Alcarria - Portal Académico del CCH
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
(La memoria, una fragancia<br />
tras dos ojos de ratón.)<br />
Sobre el cuenco de <strong>la</strong>tón<br />
recuentas <strong>la</strong> calderil<strong>la</strong><br />
—de <strong>la</strong> abundancia, semil<strong>la</strong>—<br />
y una furtiva <strong>la</strong>dil<strong>la</strong>,<br />
de puro f<strong>la</strong>ca, amaril<strong>la</strong>,<br />
te pica en el esternón.<br />
¡Si se entera el rey de Francia,<br />
el de <strong>la</strong>s flores de lis!<br />
¡Ay, si lo sabe don Luís!<br />
Sentada en un banquillo de tab<strong>la</strong>, a <strong>la</strong> sombra de los soportales, una<br />
vieja de lentes hace media. A su <strong>la</strong>do un niño llora desconso<strong>la</strong>damente y da<br />
patadas en el suelo. Parece que acaba de recibir una gran paliza.<br />
—¿Qué le pasa?<br />
—Nada; que tiene calor.<br />
Un viejo come sardinas ahumadas y un trozo de pan. Está sentado al pie<br />
de una columna, con un burro al <strong>la</strong>do. El burro es también viejo, con el pelo<br />
gris, los ojos tristes y meditabundos. Tiene una sangrante matadura, comida<br />
de moscas, en el cuello peludo, y el espinazo, bajo <strong>la</strong> albarda, se le adivina<br />
dob<strong>la</strong>do ya por los años. El viejo levanta <strong>la</strong> cabeza al ver pasar al viajero. El<br />
viajero le saluda.<br />
—Buenas tardes.<br />
—Nos <strong>la</strong>s dé Dios.<br />
El viejo tiene el pelo b<strong>la</strong>nco y los ojos azules y bril<strong>la</strong>dores. Va derrotado,<br />
con <strong>la</strong>s carnes pobre y escasamente cubiertas, pero sin aire de mendigo.<br />
El viajero piensa en estos pobres que no van caracterizados de<br />
mendigos, en estos pobres de los que podría decirse que todos son altos<br />
señores caídos, orgullosos y resignados como héroes en desgracia.<br />
¡Mozas de Torrebeleña,<br />
mozas de Fuencemillán!<br />
Un hidalgo derrotado<br />
se muere buscando pan.<br />
Tiene los ojos azules,<br />
muy antiguo el ademán,<br />
y camina los caminos<br />
con aires de capitán.<br />
Mira como una paloma,<br />
también como el gavilán,<br />
y es dulce con quienes piden<br />
y altivo con quienes dan.<br />
Por el cielo, un avefría<br />
se escapa <strong>del</strong> alcotán,<br />
¡Mozas de Torrebeleña,<br />
mozas de Fuencemillán!<br />
El viajero siente curiosidad ante el viejo <strong>del</strong> burro. El viajero no está<br />
acostumbrado a los mendigos de ojos azules y vieja cabalgadura, a los<br />
34