Cuaderno Adviento 2002 - Franciscanos Conventuales de España

Domingo 15
Isaías
El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque el Señor me ha ungido.
Me ha enviado para dar
la buena noticia a los pobres,
para curar los corazones desgarrados,
y anunciar la liberación a los cautivos,
a los prisioneros la libertad.
Me ha enviado para anunciar
un año de gracia del Señor.
El Señor me hace desbordar de gozo,
y mi Dios me colma de alegría,
porque me ha vestido
un traje de liberación,
y me ha cubierto con un manto de salvación,
como novio que se pone la corona
o novia que se adorna con sus joyas.
Pues como la tierra echa sus brotes
y un huerto hace germinar la semilla,
así el Señor hará germinar la salvación
y la alabanza ante todos los pueblos.
La sabiduría
Iaías 61,1-2a.10-11
Reflexión
Lunes 16
La alegría que vemos en nuestros
ambientes ante la proximidad de la
Navidad, ¿es auténtica o no es verdad
que nos suena a postiza?, ¡quizás
porque sospechamos que tiene poco
que ver con el resto del año!. ¿Querrá
Dios seguir dando buenas nuevas a
quienes tienen la vida resuelta?... ¡algo
no encaja!...
La Navidad que trae hoy como
ayer, el Espíritu de Dios, como nos
anuncia el Profeta, denuncia la
injusticia, el vacío y la falacia del
mundo que estamos construyendo...
Dios viene para vendar los corazones
desgarrados, para estar cerca de los
que sufren, para derramar amnistía y
gracia a quienes viven atados y sólo los
agradecidos y pequeños lo reconocen,
como María.
de lo pequeño
Comunidad, que has sido siempre escuela y espacio de encarnación, ayúdanos a no buscar en ti
un refugio fácil para seguir mamando el consuelo de nuestras seguridades y realizaciones personales;
incomódanos para que busquemos con sinceridad; reduce nuestra ideología para que no ahoguemos los
anhelos del corazón; hiérenos para que nos duela la indigencia de los otros; enséñanos en el diálogo y en
la confrontación a ser humildes para no renegar nunca con nuestras opciones, de Dios.
En nuestra impotencia, en nuestros autoengaños... todavía nos queda la esperanza que nos da Jesús
el Mesías de los pobres, para poder volver a Él y caminar humildemente en la dirección de la verdadera
alegría... ¿y en la comunidad también?...¡¡ por qué no!!.
Joaquín Agesta