CIENCIA - Consejo Superior de Investigaciones Científicas

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tonlluir allí t'l comercio de tcxlos ION países «ós­
lelos del Parifico, lo misino de América (pie de
Asia —nao de China, barcos de Filipinas— con el
trauco terrestre a través de México, tuya otra
terminal era Vera« ruz, enlate marítimo ton F.u-
lopa. A la feria de Acapuleo —tic cuya im|x>rtan-
c ia da testimonio el fuerte de San Diego tomo ne­
cesidad de protección militar— llegaban los más
graneles navios del sur de América, los de los ri­
cos comerciantes de la poderosa nación del Sur
—el Perú— o, como les llamaban entonces, los
peruleros. En su viaje costero por el Pacífico los
navios |>eruleros comerciaban con los países al
paso y, al recoger en la costa centroamericana
el valioso bálsamo que se presentaba en la feria
acapulqueña como producto de sus galeones,
quedó bautizado tomo "bálsamo del Perú".
Quizá los navios del Perú fueron también
causa tle otra confusión de nombres en torno a
Panamá, también imj>ortaiite encrucijada tonier-
cial del inundo. Internacionalmente se hicieron
famosos los "sombreros de Panamá" que se fa­
brican en la República del Ecuador con la pal­
ma Ciclanlácea Carludovica ¡mímala, llamada
toquilla o bombonajv y producida principalmen­
te en la región de Jipijapa. Consecuencia: son
nombres justos los de sombreras de toquilla y
sombreros de Jipijapa (o, simplemente, jipija­
pas) ; pero es nombre injusto, creado por el trá­
fico comercial, el de "sombreros de Panamá" o,
"panamá", a secas.
Uno de los méritos de esos sombreros era su
blancura excepcional que se lograba lavándolos
con una coi te/a rica en sa|x>ninas llamada /'•//•<
jabón que se exj>ortaba, junto con los sombreros
de igual nombre, desde Panamá y, por eso, la
droga vegetal blanqueadora —detergente natu­
ral primitivo— se llame') "corteza ele Panamá",
nombre indebido poique no existe en Panamá
sino en Chile: es el quilay e> corteza de quilayti,
procedente de la Rosácea (¿uillaja saponaria.
En otras ocasiones, los cambios de nombre se
deben a extinciones de la especie en el lugar de
origen: así, el palo de Caín peí lie; leño de la Ce-
salpiniácca Haematoxylim campeeliianiim, se ha
extinguido en el estado mexicano que le dio
nombre y ha pasado a ser un producto de la Re­
pública de Haití, cu las Antillas.
A veces se suelen ignorar los nombres vulga­
res ele las drogas procedentes tle los países tpic
las producen ton mayor abundancia. Tal es el
caso de la semilla de la Papilionácea Dipterix
odorata, la droga productora de cumarina cpie
más olemos a diario puesto que se mezcla al ta­
baco americano para proporcionarle su peculiar
s
aroma. Se suele conocer con el nombre interna­
cional ele "liaba Tónica" «pie pioeedc de las co­
lonias holandesas en América, Curacao y Suri-
nam, pero la gran producción de la droga se ha­
lla en un paíl de habla española —Venezuela-
dónele se usa un nombre —sarrapia— «pie rara­
mente se oye o se lee fuera «le Venezuela.
También las contusiones de nombres han al­
canzado a varios continentes. Ahora «pie ha so­
nado mucho el nombre de Go.i, en la India, es
oportuno traer a colación, entre farmacéuticos
americanos, el |x>r qué «le le» "polvos de Coa",
esa forma natural de crisanobina casi pura que
se acumula en las oquedades y fisuras de las in­
mensas Leguminosas arbóreas del género And'na
(araroba, en portugués') que ne> existen en Asia
sino que son abundantes en los trópicos ameri­
canos. Dado «pie los lugares principales de pro­
ducción son los busques húmedos del Brasil, la
explicación' os bien clara: alguna carabela por­
tuguesa procedente de Coa ¿-pequeño enclave
ixirtugués en la India— se desvió de su ruta nor­
mal hacia Lisboa tocando puertos de la gran co­
lonia portuguesa en América —el Brasil— con tal
coiné idencia cpic en esa carabela y en esa ocasión
se embarcaron por primera vez las excrecencias
amarillentas de las ararobas.
Un aspecto muy imputante de las vicisitu-
«les sufridas |x>r las drogas americanas es el eco­
nómico: |ai plantas y las drogas «le mayor signi­
ficación económica han escapado al dominio de
los países de origen para ser cultivadas en Asia
o en África, en territorios coloniales cuando ya
habían desaparecido la mayoría de las colonias
en América. Asi, la droga farmacéutica de mayor
importancia en este continente, la quina, des­
apareció «le su país de origen, el Perú, para el
«pie era tan querida que incorporó el árbol de la
cpiina a su escudo y a su bandera nacionales. Al
cultivarse en colonias asiáticas, donde no existía
antes, acaparó la supremacía del mercado mun­
dial y al país de origen no le quedó más que el
recuerdo histórico y el recuerdo en sus emblemas
nacionales. Destino semejante siguió la coca de
•Solivia. Y en drogas de valor económico, no me­
dicinal, el Yucatán mexicano tierra ele origen de
la fibra ele henequén tuvo que ceder en los mer­
cados mundiales ame la competencia de su pro­
pia libra trasplantada al África o a territorios
coloniales americanos, aunque se le cambiase el
nombre cié henequén por el de sisal.
Pero, indudablemente, el «aso más dramático
ha sido el del látex coagulado de las grandes Eu­
forbiáceas de la «ticnca del Amazonas, de la es­
pecie lleven brañliensis. Factor determinante de