Suer - Memoria de Madrid

De Don Melchor Pirnanáez de León»
mis manos; í8/¿/2. A buena hora, para cl hambre dcl^nioi*,
que la inoftazii le has hecho»
$r¡g. Anda , ílibcla á Leonor
cl papwl, fub.'la cíío,
que con tan decente criado
le embíabas. Ljen» Qje oygo!
\om¡}e cl p^p^l i y arroja el canajlillo , j
caen los trajhs, que refirió anHs*
¡8/7V. Pues creo
no echará menos , fi cu
fubcs, al efporcíllero.
^ufi. No ha dcxado , Bcrcebd
llcíi'e, palabra del duelo,
que no te aya dicho. León* Oygamos,
que es gran ¡ra, gran Imperio
para prfma. VaL Pues me hallo
fin coila el engaño hecho:-
Biifl* .Y deshechas las narices.
VaU Llevarla adelancc quiero,
pac picarla mas, no porque
me duela ya* ^ujl. Sino aquello,
que te ha dolido. VaU Señora
• Dona Brígida , no entiendo
por qué razón , en lugar
de decir mis lentimicntos
}uí1:os á vos, vos a mi
digáis !os ínjullos vucílros:
y no íolo con Jos í>ritos \
de vueílra fin razón , pero '^
con las manos, acción tal,
y de ei>ojo tan- groífero,
kV^
que fulo lo tolerara ^
yo , que íufrido os parezco.
Veni acá , de vucííra caía
no me echafteis, con pretextos,
que juzgólos truxo antes.
; d c'aníancio, que los zelos?
Salune yo acaíb ? vos,
con un Icrmoa muy moleíloi
predicando en redondillas,
fi aora mal no me acuerdo,
no m2 defpjdiílels ? yo,
por el natural derecho,
he de dcxarme morir?
Na he de chulear el fuftento
del amor , y la comida
pira el alnai , j pira cl cuerpo?
El , para quitar el hambre,
ya labe á la fopa ; pccoV
X
no dan ibpa en los Conventos.
Cómo os parece, fe ñora
Doña Brl-gida, que puedo
^aíTar , fi no bufeo modo
para bufcar m! remedio?
Refpondcrcifin^, que yo {
os di caufa para el fiero ' - -^
rigor, que conmigo ufaftels: -^^ *^^
es verdad , yo os lo coafieíToí ^5^"^**
pero fabeís la razón,
que yo tuve para ello?
Pues fi de ella os acordáis,
bien conoceréis, que en medliy'
déla msrccd queme hicels^
era tan cruel, tan fiero
de vueílro corage ínjuílo
cl acoftumbrado ceño,
que la condición hacia
el oficio del defprecio.
Sin embargo , mi paísioii
fe Iba arraygando tan dencra
.del alma , que de la propria
pafsion, alma fe iba haciendo»
Pero como mi Criador
me dio , con poder inmcnfi»,
lo que baila para el gafto
de CA{\ de encendimiento,
conocí , que era error grande
el que fucíTen derritiendo
Ayuntamiento de Madrid
J
A
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• •»rro
tus m^l humorados copos '
á mis amantes incendio^.
Llamé a confulta la vida, " '
propufcla el grave riefgo,
que tenia en la continua
cfclavitud de un dcfpego.
Y ella, que por ley prccifa
es am ible , fue ad •: irtíendo
la eficacia y alumbrando
aquel laberinto ciega,
vio la razow cara á cara'^-^ '
cl Imprc^pio cautiverio. '^ *
Dcfde entQíiccs> defde entonces^
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