Elige bien tu amistad asegurando una vida digna. Revista Familia ...

La amistad en la adolescencia sienta un importante
precedente, porque es en la memoria y en los
sentimientos donde se localiza de forma más firme
la ideología de esta noble y necesaria relación que
surte un efecto especial que quedará marcado
para toda la vida. Las amistades son quizás las que
más raíces profundizan y también más duraderas.
En la adultez joven las amistades son por lo general
las más estables ya que están fijadas a una zona
más madura y época existencial más consciente,
por ello la mayoría buscará, si así lo precisara, un
hogar para formar pareja lo más cercano posible al
lugar de convivencia con sus familiares y amigos.
La amistad por afinidades, ya adultos, es una
relación de cordialidad y apoyo mutuo que supera
muchas dificultades y problemas eliminando en
muchos casos al tedio, al aburrimiento, al vacío
existencial, a la tristeza, a la frustración y muchas
veces a la depresión. La camaradería, si se llega a
dar con sinceridad, es muy útil pues entre amigos
se intercambiarán sus verdaderas inquietudes y
preocupaciones, con las “confesiones” se llegará a
conocer cualidades y defectos (propios y del otro),
y una vez admitidos será la amistad la que llene
toda necesidad vital en ese momento tan propicio.
Conclusiones:
La verdadera amistad es la que siempre se siente y se da
con generosidad en cada uno en cualquier momento de la
vida. Son amistades que duran a pesar de las adversidades,
no importa que estén presentes o no ni que la edad sea
la que sea, pues siempre habrá afecto y ternura en sus
corazones. El que así se comporta es un verdadero amigo, el
otro le corresponderá. Conseguir una buena amistad no es
fácil, pero tampoco imposible. A veces sufrimos desilusión
y tristeza. No es el final como para no confiar más en nadie.
San Agustín nos dice en sus escritos que: “Dios no manda
cosas imposibles, sino que, te invita a hacer lo que puedas
y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas”. Si
quieres conocer a una persona (que va a ser tu amigo), no
le preguntes lo que piensa sino lo que ama. Quien no ha
tenido tribulaciones que soportar, es que no ha comenzado
a ser un cristiano de verdad. Aprueba a los buenos, tolera
a los malos y ámalos a todos”. Nota: El entre paréntesis es
del autor del artículo.
¡Suerte en tu elección!
Dr. Carlos Barreto Rivero. Doctor en Psicología Clínica y
Psicoterapeuta, con más de 20 años de experiencia clínica en Sonora.
Tel. 214 95 54. E-mail: cbarreto82@yahoo.com.mx
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