Elige bien tu amistad asegurando una vida digna. Revista Familia ...

haz lo que quieras”. Así seguramente lo que quieras hacer lo harás
bien, si hablas de quien amas, hablarás bien, pues por la boca sale
lo que en el corazón abunda; y si callas callarás por amor, pues no
querrás ofender o poner en evidencia a quien tanto amas.
Si corriges, corregirás con amor, harás una crítica constructiva
aunque a veces duela hacerlo.
Cosas del amor
En el amor no todo es poesía, romanticismo o un simple jardín de
rosas, la más bella de las rosas puede herirte con sus espinas, pero
ama, ama, ama. Amado Nervo decía acerca del amor que cualquier
vacío en nuestra vida hay que llenarlo de amor. Si quieres renunciar
a sufrir por amor, renuncia a amar, mas… ¿de qué vale la vida sin
amor? Se sufre más en la vida por lo que amamos que por uno
mismo, si no, preguntémosle de esto a una madre que llega al
olvido de pensar en ella misma, y es feliz sólo con ver sano a un
hijo después de una penosa enfermedad. Con razón se ha dicho que
el ADN del hombre es el amor.
Robert Grove dice acerca del amor: “El mejor regalo que un padre
pudiera dar a sus hijos es amar a su madre” y a su vez el mejor
regalo que los padres pudieran dar a sus hijos es vivir en fidelidad.
Amor fecundo
El amor fecundo lógicamente es el que da frutos, aquí lo clásico
es aquel matrimonio que por amor trae hijos, por amor los educa
como buenas personas y que a la vez también deberán dar buenos
frutos pues provienen de buena cepa.
Éste es un amor productivo y es un amor maduro que a diferencia
del amor poético o romántico que piensa en yo o en tú, en tus
ojos, tu pelo, etc., el amor maduro piensa en nosotros para otros,
en servir juntos, en ser felices juntos. este amor no causa temores
ni vergüenza.
El amor entre los hombres nace de Dios, vive de compartir lo que se
tiene y lo que se es y muere por el olvido; algunos estudiosos han
coincidido en su creencia que las personas al morir permanecen en
el ambiente en que vivieron, pero en otra dimensión, y que hasta
se manifiestan a sus seres queridos, y que se retiran de una forma
definitiva sólo cuando se les olvida, por eso decimos que mueren
por el olvido.
El amor maduro deberá considerar también el amor a lo que
tenemos, pero no sólo lo que tenemos yo y mi esposa, yo y mis
hijos, sino lo que tenemos los hombres, el amor a nuestra choza
común, amor a nuestra ecología, desafortunadamente vemos que
cada día el amor se enfría y el planeta se calienta.
Rosendo Vargas Castro. Articulista.
Pertenece al Movimiento Familiar Cristiano de la Iglesia Católica.
E-mail: rosendo.vargasc@hotmail.com
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