PORTADA - Libertas

Se han llevado a cabo las elecciones
en los Estados Unidos de Norteamérica;
en ellas la gran mayoría votó por
el Partido Republicano y resulta curioso
haber estado escuchando que a México le
convenía que ganaran los demócratas, ya
que en caso contrario nos iría fatal, porque
los republicanos son enemigos acérrimos
de los mexicanos.
En muchos noticieros se hablaba de
que los miembros de ese partido eran
casi homofóbicos y que naturalmente los
mexicanos les resultábamos una amenaza.
La verdad es que cada vez que escuchaba
este tipo de análisis, me acordaba de
Adolfo Aguilar Zinser, a quien quise y admiré
enormemente, quien fue destituido
por Fox cuando dijo que México era el
patio trasero de los Estados Unidos. Pues
resulta que en tiempos de demócratas o
de republicanos, los mexicanos seguimos
siendo maltratados por nuestros vecinos
del norte. Pero lo más impactante es comparar
la barda construida entre las fronteras
de ambos países, con el muro de Berlín.
Y en aquel caso, por lo menos se trataba
de separar áreas dominadas por dos sistemas
que eran enemigos uno de otro. En
nuestro caso, se supone que somos países
vecinos con “buenas” relaciones, de las que
debemos beneficiarnos ambas partes.
21 noviembre 2010
POR FERNANDO SCHÜTTE Y ELGUERO
schutte@terra.com.mx
SEGUIREMOS SIENDO
EL PATIO TRASERO
Las murallas empezaron a erigirse en tiempos
ya remotos de la historia de la Humanidad
por necesidades muy válidas de protección
y seguridad y poco a poco, esos muros
han ido cayendo, han pasado a ser reliquias
históricas.
¿Qué pasará con la barda fronteriza? Para
mí es un símbolo claro de la prepotencia y
hegemonía de un país que en pleno siglo
XXI pone en práctica medidas “invasivas”,
destinadas a dominar mercados, no sólo en
México, sino en toda Latinoamérica, como
recordándonos que efectivamente somos su
patio trasero.
Dos nuevos gobernadores republicanos
recién electos, a pesar de tener origen hispano,
ya prometieron endurecer sus políticas en
contra de la inmigración ilegal. Tristemente,
hay que percatarse de que México sigue siendo
visto por los gobiernos estadounidenses
como un país, no de segunda, ni tercera, sino
de quinta categoría; un país hundido en la
pobreza y la ignorancia, donde la corrupción
y la violencia son una realidad. Lo más triste es
que en buena medida tienen razón; a muchos
México tampoco nos está gustando. Aunque
muchas veces he insistido en que México podría
ser mejor vecino si contara con ciertos
apoyos de gringolandia, pero muchas veces
nuestros políticos, cuando estos apoyos son
condicionados, entonces se enarbolan en la
bandera de la soberanía nacional y los rechazan,
aunque también habría que admitir que
han sido muchas las veces en que nuestros
vecinos han intentado abusar, así que las dos
partes involucradas han salido perdiendo y al
parecer las cosas seguirán igual.
Como referencia de modelos en donde
las diferencias se disminuyen está, por ejemplo,
la Unión Europea, que sin ser un modelo
perfecto, si ha logrado la integración y ha frenado
muchas de las amenazas que existían
entre esos países y, además, muchos de ellos
vienen de guerras mucho más recientes que
nuestras batallas con los norteamericanos,
pero México es un país resentido y Los Estados
Unidos son un país dominante.
Es verdad que las políticas hacia nuestro
país se van a endurecer y eso que en México
tenemos un gobierno de derecha, que en
el fondo sería lo que más se parece a los republicanos,
en cambio las relaciones de los
estadounidenses con países como Argentina,
Chile, Brasil, Inglaterra, España y otros son estupendas,
a pesar de que en ellos gobierna la
izquierda.
Nada resulta más desagradable que el
rechazo, ¿pero en México estamos haciendo
algo por remediarlo? Educación, salud, seguridad
pública y jurídica, economía, transparencia,
siguen siendo lo que nos ancla en el
quintomundismo. ¡Qué pena!
libertas.com.mx
CONCIENCIA CIUDADANA
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