CARAVAGGIO: CRISTO MUERTO, BAJADO DE LA CRUZ Sólo pido ...

personal y sus apariciones públicas estuvieron
pronto imbuidas de un aparatoso
misticismo orquestado por los estudios y
fomentado por él mismo.
Sebastiao Salgado: Seguramente es
el artista que mejor ha retratado la condición
humana en este siglo. Desarrolló
un ensayo fotográfico mostrando las condiciones
de esclavitud en las que son explotados
los trabajadores de las minas de
oro de Sierra Pelada, Brasil. Estas imágenes
recorrieron el mundo entero y con
certeza formarán parte de la historia de
la fotografía universal.
Enrico Caruso: Cierta noche, en
Bruselas, escuchó
desde su camerino
el descontento de
varias decenas de
personas que no habían
conseguido entrada.
Luego de un
instante de meditación,
empezó a cantar
las principales
piezas de la ópera
para su público
que desde la
calle le aplaudía. Caruso, llegó a
cobrar hasta quince mil dólares
en su tiempo por una representación;
pero nunca dudó
en ayudar a sus semejantes
y contribuía al sostenimiento
de más de
doscientas personas.
Nunca como ahora
nuestra civilización
se ha desarrollado
tanto y, sin embargo,
las desigualdades,
las injusticias permanecen;
repasando las
biografías de estos personajes,
vemos que todos han aportado algo a
la construcción, desarrollo y cambio de
esta humanidad del presente; todos de alguna
manera han sido referente para alguien,
pues de alguna manera han sido
colaboradores unos, y comprometidos
otros, en el nacimiento de nuevos ideales.
Muchos de ellos, como pensadores y artistas,
creyeron que la ciencia y la tecnología
solucionarían todos los males, y mu-
chos fracasaron, pero nos legaron el esfuerzo
de intentar cambiar al hombre en
pro de una vida más digna. Conocieron su
gloria y también sus sombras; desaparecieron
en su tiempo, pero quedaron las leyendas.
Algunas de estas celebridades, creyentes
o no, y que han tenido su hueco en la
historia, tal vez no les preocupó en su
vida la idea de Dios, pero atisbo que en la
mayoría, algo les hizo reflexionar ante los
dogmas y verdades únicas, contra la desorganización
y el caos; contra el materialismo
puro, la esclavitud, la ignorancia
y la manipulación de sí mismos; contra
los traumas, y en definitiva, contra la infelicidad.
Estos famosos de carne y hueso, como
nosotros, considerados sabios, científicos,
artistas, en y para la historia, han trabajado
para los otros, para la posteridad, y
al final, con sus descubrimientos y apariencias,
han sido portadores de esperanza;
unos, para el pobre y necesitado y,
otros, para el triste y desconsolado.
Estos personajes de la ciencia, el espectáculo
o el arte, han sido tan humanos
como nosotros; y algunos,
volcados en
la búsqueda de razones
científicas,
nunca pudieron demostrar
la existencia
de Dios en un laboratorio,
en los escenarios
o en la fama, pero
seguramente todos se
dieron cuenta de lo pequeño
que es el hombre
entre los descubrimientos
del Cosmos y los halagos
mundanos; y más de uno,
viendo la insolidaridad y la
barbarie del hombre, también
se dio cuenta que él, no es capaz
de salvarse a sí mismo, que solo alguien,
que los creyentes decimos Dios, es
capaz de salvar al hombre de lo peor de sí
mismo. A su manera entendieron que había
que colaborar a la implantación
del Reino de Dios.
✒ Gregorio Santos Zayas
Barcelona
Revista Pasionario/123
Pasionario/123