Para todos - El Tiempo

REPORTA JE
González y Giovanni Calligiore
lograron escapar de una realidad
difícil y ahora disfrutan de
la recompensa de ese esfuerzo.
Al primero, fueron los camarones
y otros frutos del mar los
que lo ataron a tierras anzoatiguenses.
Don Pepe, como es conocido
González, nació en Asturias, al
norte de España, y desde niño
presenció los momentos más
críticos de la dictadura de Francisco
Franco. Incluso, su padre
murió bajo ese régimen en
1937.
“Fue fusilado, y por eso toda
mi familia fue catalogada de
comunista. Este calificativo nos
impedía salir del país. Al poco
tiempo mi esposa fue reclamada
por su mamá, quien vivía en
Caracas, y logró irse. Ella me
pidió a las autoridades, y así fue
como llegué a Venezuela. Era
1960 y tenía 28 años”.
En la capital trabajó de ayudante
de cocina en restaurantes
de otros inmigrantes españoles,
pero enviudó y no quiso seguir
en esa ciudad.
Anzoátegui fue su nuevo horizonte.
Llegó a Puerto Píritu en
el momento en que se construía
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el Liceo Militar. Pepe aprovechó
y montó un tarantín de comida
frente a la obra. Cuando la institución
estuvo lista, decidió comercializar
con los camarones
de El Hatillo. Los llevaba a los
restaurantes de sus amigos en
Ca ra c a s .
En ese poblado conoció a Janeth
Castellano, una “simpática
y trabajadora” mujer que lo ha
acompañado desde entonces.
En 1984 fundó La Tasca del Pescador,
uno de los locales para
disfrutar de los platillos costeros
más conocidos de la zona
oeste. Lo comparte con otro inmigrante,
Jaime Álvarez, de Galicia.
“Él es la máquina detrás del
negocio, y yo me encargo de las
relaciones públicas. Me encanta
ir a las mesas y hablar con los
clientes. He hecho montones de
amigos. Además de la playa, lo
que me gustó de aquí fue la
gente. El criollo, sobre todo el
oriental, es familiar, noble y
buena gente. No discrimina al
extranjero. Hace 30 años que no
voy a España y no tengo ganas
de ir. Aquí me quedo”.
La huida también trajo
al italiano Giovanni
Cordialidad. El popular Pepe dice que le gusta ir a las
mesas y conversar con los clientes que a diario visitan su
restaurante La Tasca del Pescador, en Píritu
Calligiore, nacido en Siracusa,
Sicilia, en 1929. Su juventud no
fue feliz, pues vivió gran parte
de la Segunda Guerra Mundial.
Cuando terminó, en 1945, tenía
16 años y no encontraba trab
a j o.
“Europa quedó devastada, la
economía no andaba. Pensé incluso
en hacer carrera militar,
pero tenía que tener más de 21
años o el permiso de mis padres.
No contaba con ninguna de estas
condiciones. Un tío que ya
estaba en Venezuela me rescató
y en 1949 estaba en Caracas”.
Giovanni hizo carrera como
visitador médico, y en 1956 la
compañía para la que laboraba
lo designó supervisor
de los cinco estados orientales.
Un año antes, había
conocido a quien sería su
esposa y tuvieron su primer
hijo. La familia se
mudó entonces a
Puerto La Cruz.
Pero en sus
múltiples
viajes a la isla de Margarita,
decidió subarrendar un hotel
que quedaba en la calle Mariño
de Porlamar. “Lo vi como una
oportunidad y nos fuimos a vivir
para allá por seis años. Sólo fue
por seis años, porque ya me
había enamorado de Anzoátegui,
de sus playas, del ambiente
y de la gente. Nos regresamos y
con un paisano, Gino Giannone,
montamos una sucursal de una
agencia de viajes llamada Viajes
Venezuela, que estaba en Barcelona”.
Este negocio funcionó por 20
años hasta que ambos inmigrantes
italianos decidieron cerrar.
Ahora Giovanni vive de
sus ahorros, sus tres hijos
están casados y dice que
quiere pasar el resto de
sus días tranquilo,
M o t i vo.
Giovanni vivió
gran parte de
la Segunda
Guer ra
Mundial. En
1949 llegó a
Ve n e z u e l a
18 DE MA RZO DE 2012