12.06.2013 Views

San Pablo en su tiempo - Biblioteca Católica Digital

San Pablo en su tiempo - Biblioteca Católica Digital

San Pablo en su tiempo - Biblioteca Católica Digital

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Espoleado por el aguijón de Cristo (cf. 2 Cor 9, 16).<br />

<strong>Pablo</strong> anda <strong>en</strong> busca de oy<strong>en</strong>tes a los que comunicar la<br />

palabra de salvación. Nos <strong>en</strong>contramos con él tanto <strong>en</strong> la<br />

sinagoga como <strong>en</strong> los pórticos de la ciudad o <strong>en</strong> la plaza<br />

pública, dirigiéndose unas veces a <strong>su</strong>s hermanos de raza y<br />

otras a los griegos, tanto a los hombres como a las mujeres,<br />

a los esclavos como a los hombres libres. Con cada<br />

uno de ellos se esfuerza <strong>en</strong> <strong>en</strong>contrar la palabra más oportuna,<br />

<strong>en</strong> hacer vibrar la cuerda más s<strong>en</strong>sible. Su correspond<strong>en</strong>cia<br />

no es sino la continuación de <strong>su</strong>s conversaciones<br />

con los fieles a los que ha ganado para Cristo; <strong>en</strong> ella<br />

podemos palpar aquella "solicitud por todas las iglesias"<br />

que le con<strong>su</strong>mía interiorm<strong>en</strong>te: "¿Quién <strong>en</strong>ferma sin que<br />

yo <strong>en</strong>ferme? ¿Quién cae sin que a mí me dé fiebrel" (2<br />

Cor 11, 28s).<br />

Convertido <strong>en</strong> el camino de Damasco, <strong>Pablo</strong> sintió un<br />

desgarrón <strong>en</strong> <strong>su</strong> vida. En un instante se desvanecieron<br />

todos los valores <strong>en</strong> que había creído y se iluminaron<br />

otros nuevos: 'Todo eso que para mí era ganancia, lo tuve<br />

por pérdida comparado con el mesías; más aún, cualquier<br />

cosa t<strong>en</strong>go por pérdida alIado de lo grande que es haber<br />

conocido personalm<strong>en</strong>te al mesías Jesús mi Señor" (Flp<br />

3, 7-8; compárese con Mt 16, 26).<br />

La teología de <strong>Pablo</strong> está profundam<strong>en</strong>te marcada por<br />

esta experi<strong>en</strong>cia. No es una teología de l<strong>en</strong>tas considera-<br />

Nunca ha sido fácil escribir una carta. Mucho m<strong>en</strong>os <strong>en</strong><br />

la antigüedad, cuando no existían ninguna de las condiciones<br />

que hoy nos permit<strong>en</strong> comunicarnos rápidam<strong>en</strong>te<br />

unos con otros. Las vitelas y los pergaminos eran bastante<br />

caros y se reservaban para los libros o los docum<strong>en</strong>tos oficiales.<br />

Para las necesidades ordinarias se utilizaba una<br />

hoja de papiro; los había de varia cglidad, ciertam<strong>en</strong>te,<br />

pero es posible calcular el precio de una hoja ordinaria por<br />

una jornada de trabajo. No se podía malgastar la mercancia.<br />

Además, era todo un arte escribir <strong>en</strong> aquellas hojas<br />

frágiles, compuestas de fibras de una especie de junco<br />

que crecía <strong>en</strong> las orillas del Nilo. Normalm<strong>en</strong>te se recurría<br />

a escribas o secretarios de profesión. Las pobres g<strong>en</strong>tes<br />

2. El trajín del escritor<br />

ciones, de ese camino "catecum<strong>en</strong>al" como hoy se dice,<br />

sino de rupturas que establec<strong>en</strong> nuevas conexiones. De<br />

ahí, <strong>en</strong> el plano literario, <strong>su</strong> afición a la paradoja, como<br />

puede verse frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> Gál. ¿Habrá que tomar al<br />

pie de la letra aquello de que la ley se dio para d<strong>en</strong>unciar<br />

los delitos (Gál 3, 19)? Y cuando <strong>Pablo</strong> declara que no<br />

quiere conocer más que a Je<strong>su</strong>cristo crucificado (1 Cor 2,<br />

2). ¿hemos de ver <strong>en</strong> ello una teología de la cruz que minimice<br />

el realismo de la re<strong>su</strong>rrección (t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia de Bultmann)?<br />

Le corresponde al lector completar cada una de<br />

esas fórmulas paradójicas por medio de otras que las<br />

equilibr<strong>en</strong>: la leyes santa (Rom 7, 12); sin la re<strong>su</strong>rrección<br />

de Cristo nuestra fe no ti<strong>en</strong>e s<strong>en</strong>tido (1 Cor 15, 14).<br />

También hay que t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta el hecho de que <strong>en</strong><br />

<strong>su</strong>s cartas <strong>Pablo</strong> recoge de rebote, por así decirlo, las<br />

expresiones de <strong>su</strong>s corresponsales antes de formular <strong>su</strong><br />

propio juicio. Así, cuando <strong>Pablo</strong> escribe: 'Todo me está<br />

permitido" (1 Cor 6, 12; 10, 23), lo que hace es citar un<br />

slogan de algunos corintios al que añadirá serias reservas.<br />

Cuando leemos: "Está bi<strong>en</strong> que uno no se case" (1 Cor 7,<br />

1). ¿se trata de un principio de <strong>Pablo</strong> o de la opinión de<br />

algunos corintios? La continuación del capítulo demuestra<br />

claram<strong>en</strong>te que el punto de vista del apóstol es mucho<br />

más matizado. Si exalta la virginidad, no por ello desprecia<br />

el matrimonio.<br />

acudían a casa del secretario de la aldea para dictarle <strong>su</strong><br />

m<strong>en</strong>saje, como todavía <strong>su</strong>cede hoy <strong>en</strong> ori<strong>en</strong>te. Los más<br />

cultos sabían firmar con <strong>su</strong> propio nombre. Las personas<br />

ricas disponían de esclavos o de libertos a los que dictaban<br />

cómodam<strong>en</strong>te <strong>su</strong> correspond<strong>en</strong>cia. ¿T<strong>en</strong>ían mucho<br />

que hacer? Le decían a <strong>su</strong> secretario el s<strong>en</strong>tido g<strong>en</strong>eral,<br />

<strong>en</strong>cargándole que redactara él más despacio el texto del<br />

m<strong>en</strong>saje.<br />

También <strong>Pablo</strong> dictaba <strong>su</strong>s cartas y, como <strong>su</strong>ele <strong>su</strong>ceder<br />

cuando se prolonga la frase, no siempre terminaba el<br />

párrafo. De ahí esas frases inacabadas, como <strong>en</strong> Gál 2,4 y<br />

Rom 5, 12, que los traductores procuran disimular lo<br />

mejor posible. Afortunadam<strong>en</strong>te, conocemos el nombre

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!