En la foto, tomada al E de Toreno

La minería del carbón, clave económica en la
organización del espacio comarcal
1. LA TARDIA
EXPLOTACION MINERA
La explotación de recursos no
renovables, carbón esencialmente,
ha sido a lo largo del presente
siglo el fundamento sobre el
que descansa la economía del
Alto Bierzo. La existencia de
carbón en esta zona ya era conocida
al menos desde finales
del S. XVIII; así, cuando se estaba
construyendo el Camino
Real a Galicia se refleja en una
memoria de LE-MAUR el hallazgo
de carbón entre Bembibre
y Astorga en la denominada
«Cuesta del Morueco» (actualmente
hay un «Alto del Murueco»
al W. de la localidad minera
de Cerezal de Tremor), en la
que se refiere a varios bancos de
carbón hallados en ese lugar y
que tenían una anchura de «pie
y medio de ancho»; asimismo,
este autor considera el descubrimiento
de este recurso como de
capital importancia pues vendría
a sustituir como combustible al
carbón vegetal en una comarca
en que la vegetación arbórea era
tan escasa y estaba tan maltratada.
A pesar de ello, a mediados
del S. XIX, MADOZ cita como
una de las principales industrias
de localidades de Espina de Tremor
o Brañuelas, la elaboración
de carbón vegetal, por lo que podemos
decir que los yacimientos
de carbón estaban prácticamente
intactos; lo paradójico era que
en ocasiones ese carboneo se realizaba
a partir de la tala de árboles
o del arranque de cepos de
urz situados sobre ricas capas de
antracita.
Si la extracción de carbónes
en la provincia se retrasa en relación
a otras cuencas como la
asturiana, la cuenca del Bierzo
es quizá la que más tarda en ponerse
en plena explotación, ya
que determinados sectores como
la zona oriental de Fabero no
aparece como carbonífero en algunas
memorias geológicas de
principios del presente siglo. La
lentitud y el retraso de la puesta
en explotación del carbón en el
Alto Bierzo se debe a dos factores
fundamentalmente; por un
lado la dificultad que representaba
el laboreo de unos yacimientos
excesivamente complejos
desde el punto de vista estructural,
así como a los impedimentos
para sacar posteriormente
ese carbón como consecuencia
de la muy deficiente infraestructura
viaria que existía a principios
de siglo.
Por otro lado, la ausencia de
capital fue sin duda el factor
más determinante, pues a la
inexistencia de capital local dirigido
a esta actividad, hay que
sumar, durante mucho tiempo,
la polarización del capital nacional
(vasco y madrileño, esencialmente)
y extranjero a otras cuencas
como la de Matallana o la de
Sabero. Por eso, a pesar de que
ya en 1885 el ferrocarril a Galicia
atraviesa la cuenca Bembibre-Torre,
las primeras sociedades
antraciteras importantes de
En las zonas
montañosas las
grandes
acumulaciones de
estériles disputan
los reducidos
espacios de
menor pendiente
a otros tipos de
aprovechamiento
como es el caso
de prados y
pastizales (NE de
Igüeña).