RECOLECCIONES DE UN MÍSTICO - Fraternidade Rosacruz no ...
RECOLECCIONES DE UN MÍSTICO - Fraternidade Rosacruz no ...
RECOLECCIONES DE UN MÍSTICO - Fraternidade Rosacruz no ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
plenamente con objeto de que podamos aprender a considerar la Navidad tan<br />
sutilmente cuanto <strong>no</strong>s sea posible.<br />
Nosotros podemos aprender una lección en este respecto, así como en otros<br />
muchos, de nuestros hijos o de las reminiscencias de nuestra niñez.<br />
¡Con cuánto ardor y celo esperábamos la aproximación de la fiesta! ¡Cuán<br />
vehemente esperábamos la hora en la que deberíamos recibir los regalos que<br />
sabíamos <strong>no</strong>s habían de traer los Reyes Magos, el bienhechor universal<br />
misterioso, que <strong>no</strong>s traía los juguetes! ¿Qué hubiera pasado por <strong>no</strong>sotros si<br />
nuestros padres <strong>no</strong>s hubieran traído las desmembradas muñecas y los tambores<br />
rotos del día anterior? Seguramente hubiéramos sentido como si una dolorosa<br />
desgracia se cerniese sobre <strong>no</strong>sotros y una profunda sensación de confianza o<br />
esperanza fallida se hubiera apoderado de <strong>no</strong>sotros, la cual aun el tiempo<br />
hubiera curado difícilmente; pues bien, todo esto hubiera sido nada,<br />
comparado con la calamidad cósmica que hubiese caído sobre la humanidad,<br />
si nuestro Padre Celestial deja de disponer el recién nacido Cristo como<br />
nuestro regalo cósmico de Navidad.<br />
El Cristo del año pasado <strong>no</strong> puede salvar<strong>no</strong>s del hambre física, así como<br />
tampoco la lluvia del último año <strong>no</strong> puede apagar la sed de nuestras tierras<br />
otra vez y hacer germinar los millones de semillas que duermen en la tierra,<br />
aguardando las actividades germinadoras de la vida del Padre, para empezar su<br />
desarrollo; el Cristo del año pasado <strong>no</strong> puede encender en nuestros corazones<br />
nuestras pesquisas hacia la luz y la verdad, así como tampoco el calor del<br />
vera<strong>no</strong> pasado <strong>no</strong> puede calentar<strong>no</strong>s ahora. El Cristo del año pasado <strong>no</strong>s dio<br />
Su vida y Su amor hasta agotarse sin rasero ni medida; cuando nació en la<br />
Tierra la última Navidad, inbuyó con vida a las semillas aletargadas que<br />
crecieron y, graciosamente, llenaron nuestros graneros con el pan de la vida<br />
física; Él derrochó el Amor recibido del Padre sobre <strong>no</strong>sotros y una vez que<br />
hubo empleado completamente Su vida por <strong>no</strong>sotros, Él murió en la Pascua<br />
para elevarse nuevamente al padre, al igual que el río evaporado asciende<br />
hasta las nubes.<br />
Pero eternamente también mana el amor divi<strong>no</strong> y al igual que un padre<br />
compadece a sus hijos, así nuestro Padre Celestial <strong>no</strong>s compadece a <strong>no</strong>sotros,<br />
pues Él co<strong>no</strong>ce nuestras dependencias y fragilidades físicas y espirituales. Por<br />
lo tanto, ahora aguardamos confiadamente el nacimiento místico del Cristo de<br />
otro año, repleto de nueva vida y amor, enviado por el Padre para preservar<strong>no</strong>s