RECOLECCIONES DE UN MÍSTICO - Fraternidade Rosacruz no ...
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Los Herma<strong>no</strong>s Negros, en vez de transformar el mal, infunden una energía<br />
dinámica mucho mayor en él y lo envían hacia su misión, en va<strong>no</strong>s esfuerzos<br />
para conquistar los poderes del bien. Usan para sus propósitos elementales<br />
seres desencarnados que, siendo de un orden bajísimo, son inapreciables para<br />
operaciones de tal vileza. En los tiempos en que los hombres se alumbraban<br />
con aceite animal o bujías hechas de la grasa de los animales, estos<br />
elementales revoloteaban a su alrededor como demonios y diablillos,<br />
buscando obsesionar a cualquiera que a ello se prestara. Hasta las bujías de<br />
cera ofrecen ventaja a estos seres, pero los moder<strong>no</strong>s métodos de iluminación<br />
por la electricidad, aceites minerales, gas e incluso cirios de parafina, <strong>no</strong> les<br />
son congénitos. Todavía pululan por el ambiente de nuestras cantinas,<br />
tabernas, mataderos y lugares semejantes donde existen animales apasionados<br />
y hombres parecidos a los animales. Se deleitan igualmente en los sitios en<br />
que el incienso se quema, pues esto les ofrece una avenida de acceso y cuando<br />
los asistentes a estas sesiones inhalan el olor del incienso, aspiran también a<br />
los espíritus elementales con él y les afectan de acuerdo con sus caracteres.<br />
Aquí es donde la protección de que hemos hablado más arriba puede ser<br />
utilizada. Al vivir existencias de pureza, cuando nuestros días están lle<strong>no</strong>s con<br />
servicios a Dios y a nuestros semejantes con actos y pensamientos de la más<br />
elevada <strong>no</strong>bleza, entonces <strong>no</strong>s construímos para <strong>no</strong>sotros mismos el Manto<br />
dorado nupcial, que es una fuerza radiante del bien. Ningún mal es capaz de<br />
penetrar por esta armadura y entonces accionan de rechazo, es decir, vuelven<br />
al que lo ha despedido llevándole el mal que deseaba para los demás.<br />
Pero ¡ay!, ningu<strong>no</strong> de <strong>no</strong>sotros es del todo bue<strong>no</strong>. Co<strong>no</strong>cemos demasiado bien<br />
la guerra que la carne sostiene con el espíritu. No podemos ocultar a nuestros<br />
propios ojos el hecho que al igual que Pablo, "el bien que deberíamos hacer,<br />
<strong>no</strong> lo hacemos y aquello que deberíamos evitar, es lo que hacemos".<br />
Demasiado a menudo nuestros bue<strong>no</strong>s propósitos se desvanecen y hacemos el<br />
mal porque es más fácil y hacedero.<br />
Por consiguiente, todos tenemos en nuestro interior el núcleo del mal que<br />
facilita el "ábrete sésamo" a las fuerzas demoníacas para trabajar en él. Por<br />
esta razón es mejor para <strong>no</strong>sotros <strong>no</strong> exponer<strong>no</strong>s innecesariamente a visitar<br />
lugares en que se celebren sesiones con espíritus invisibles para <strong>no</strong>sotros, sin<br />
parar mientes en lo elevadas que puedan parecer sus enseñanzas. Tampoco<br />
debemos tomar parte, ni aún como espectadores, en demostraciones<br />
hipnóticas, puesto que allí una actitud negativa <strong>no</strong>s tiene sujetos al peligro de