3el piano del 27. el grupo
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prescindiría. El resultado es muy b<strong>el</strong>lo como vais a ver. Muy<br />
complejo también y en su turbulencia acaso <strong>el</strong> más difícil de<br />
percibir. En una audición única es difícil percibirlo todo, tanto<br />
más cuanto la inquietud febricitante de Remacha se ha<br />
esparcido a lo largo de una obra considerable. Si su figura<br />
pálida y tímida no bastara, su música os acabaría de convencer<br />
de su romanticismo. El romántico de 1830 se dejaba morir<br />
por la mujer inaprehensible. Remacha se dejaría matar por<br />
la música. Claro que, siendo tan b<strong>el</strong>la como la suya, hasta<br />
puede creerse.<br />
La escritura pianística de Remacha es pulcra, personal,<br />
a la vez que jugosa y equilibrada en un punto de severidad<br />
y quintaesencia técnica. En ocasiones se manifiesta un dodecafonismo<br />
de trasfondo expresionista más o menos punzante:<br />
en una u otra proporción, «los azufres <strong>d<strong>el</strong></strong> 27…»<br />
(Rodolfo Halffter). Su movimiento expresivo tiende a la<br />
sencillez de los clásicos, con sus proporciones invariables,<br />
mientras su <strong>piano</strong> pide una definición de colorido orquestal,<br />
«de intencionalidad», cuyos arranques ocasionales de<br />
pianismo seco, al estilo de Hindemith, son de carácter puramente<br />
accidental. Lo tímbrico, <strong>el</strong> color en <strong>el</strong> espacio musical,<br />
es para él lo esencial y <strong>el</strong>lo se entremezcla con su talento<br />
de orquestador y con cierta vocación «secreta» de gran<br />
dramaturgo reprimido.<br />
En <strong>el</strong> Pr<strong>el</strong>udio en la menor y su línea de cargada expresividad<br />
presenta una sucesión de segundas sincopadas sobre<br />
un «ostinato». Podría tratarse de la mejor obra de todo <strong>el</strong><br />
primer periodo tu<strong>d<strong>el</strong></strong>ano (1939-1947), por <strong>el</strong> pulso de su<br />
seguro lirismo en la serie de soportes verticales, que se<br />
resu<strong>el</strong>ven cadencialmente en un original «estrecho» hacia<br />
la tonalidad mayor. Tirana para <strong>piano</strong> es un homenaje a su