¿Por qué elegir...? - Flandes y Bruselas

© D. Rhys [ para goLosos ]
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Territorio
‘gourmand’
ESTE PAíS ES FAMOSO POR SUS BOMBONES O
prAliNeS, SUS CERvEZAS Y SUS MEjILLONES
CON PATATAS FRITAS; UNA TRíADA DE
EXCEPCIóN, CIERTO, AUNQUE NO SERáN LAS
úNICAS DELICIAS QUE AGUARDEN AL vIAjERO
DE RUTA GASTRONóMICA POR FLANDES.
La calidad de la cocina francesa y la generosidad de las raciones
alemanas suelen aliarse en los restaurantes flamencos.
De ahí que, convenga aplicar el “allá donde fueres, haz lo que
vieres” y pedir un único plato para reservarle hueco a un pecaminoso
Mousse de chocolate, u otros postres caseros.
Porque, a pesar de haber sido difícil resistirse a merendar unas
crêpes o gofres, si a la hora de la cena no apetece contentarse
con matar el gusanillo en alguno de los frituurs o puestos de
patatas fritas, entonces habrá que sentarse sin prisa a estudiar
la carta del local elegido: desde una asequible brasserie hasta
algunos de los exclusivos restaurantes que hacen que Bélgica
presuma de ser el país con más estrellas Michelín por habitante
del mundo.
Imperdonable perderse una sesión de sabrosísimos mejillones
al vapor que, aderezados con alguna de las mil y una salsas
posibles y acompañados de nuevo por sus majestades las patatas
fritas, se comen con las manos, dejando en equilibrio sobre
la tapa de la cazuela en que llegaron a la mesa una pirámide de
caparazones repulidos como rastro de la batalla.
Pero la cocina local, que desde el siglo XvI fue trenzándose
con ingredientes entonces exóticos como el tomate, la patata
y todo tipo de hierbas, hace salivar con otras especialidades
imprescindibles como el Vlaamse stoverij – carne de buey
guisada con cerveza negra –, el waterzooi – un plato caldoso
de verduras con pollo o pescado guisado en crema de leche –,
el gegratineerd witloof – endivias envueltas en jamón de York
y gratinadas al horno en una bechamel con queso –, la anguila
o paling en salsa verde, los famosos tomates-crevettes, o las
costillas o ribbetjes que en algunos restaurantes son plato único
y, por un precio fijo, pueden comerse tantas como se quiera
– ¡o pueda! –, à volonté.
eLena deL amo