CRONICA 46 OK 21/12/07 20:00 Página 1 J. R. SEGUÍ 46 | LUNES, 31 DE DICIEMBRE DE <strong>2007</strong> |<strong>CRÓNICA</strong> <strong>2007</strong> CULTURA EL EXPOLIO DEL CONVENTO DE SAN JOSÉ INDIGNACIÓN ENTRE LOS HISTORIADORES Y EXPERTOS «El patrimonio artístico valenciano está indefenso» La reacción tardía de la Generalitat y la inhibición del ayuntamiento de Valencia ante la destroza del convento provocó una cascada de reacciones. El presidente del CVC, Santiago Grisolía, calificó de «expolio» lo sucedido. El director del Museo Nacional de Cerámica González Martí, Jaume Coll, habló de «desgracía de primer nivel» y el director del Departament d’Història de l’Art de la Universitat, Josep Montesinos, denunció que el patrimonio valenciano «está indefenso». «Asalto» a un convento La destrucción de la cerámica arquitectónica histórica del clausurado convento de San José de Valencia ha terminado en los tribunales por un posible delito contra el patrimonio artístico. RAFEL MONTANER VALENCIA HA sido un auténtico asalto». «Un desastre». «Es una destroza»... Con esta letanía de lamentos describió el pasado 20 de abril el máximo responsable de la conservación del patrimonio histórico de la Comunitat Valenciana, el entonces director general Manuel Muñoz Ibáñez, los daños sufridos por los importantes paneles de cerámica arquitectónica barroca arrancados de cuajo a golpe de piqueta de los muros del clausurado convento de San José de Valencia. El desmantelamiento de este monasterio de la Orden de las Carmelitas Descalzas comenzó hace más de ocho meses tras adquirirlo en una subasta el grupo inmobiliario del ex presidente del Valencia CF, Francisco Roig. La venta, bendecida por El Vaticano y el arzobispado, de los 5.000 m 2 del antiguo complejo religioso de la plaza del Portal Nou —cuyo montante, nunca hecho público, pudo superar los 20 millones de euros— es el punto de partida de una operación urbanística cuyo fin apunta a la reconversión de este cenobio del siglo XVII en un hotel de superlujo. Obras ilegales Mientras los nuevos amos del convento tomaban posesión del edificio desacralizado, las Carmelitas Descalzas decidieron arrancar y trasladar gran parte de la cerámica arquitectónica histórica a su nuevo monasterio de Serra. A pesar de que el convento goza de la máximo grado de protección que <strong>Levante</strong> EL MERCANTIL VALENCIANO M. A. MONTESINOS ofrece el Plan General de Ordenación Urbana por estar dentro del recinto de la antigua muralla medieval, las religiosas no pidieron ninguna licencia de obras ni a Patrimonio ni al ayuntamiento. Un permiso que, por otra parte, nunca hubieran obtenido pues la ley establece que la cerámica histórica es un elemento inseparable de los edificios protegidos. Al dar a conocer <strong>Levante</strong>-<strong>EMV</strong> los daños sufridos por los paneles, cuyos elementos se fragmentaron al ser retirados sin ninguna cautela por personal no especializado, Patrimonio ordenó la paralización de las obras. Cuatro días después la Fiscalía abrió de oficio una investigación que ha acabado en los tribunales por un posible delito contra el Patrimonio. INTERVENCIÓN JUDICIAL PANELES DEL SIGLO XVIII Y XIX Un rompecabezas de 170 cajas de cerámica hecha pedazos La actuación de la Fiscalía, tras la publicación en <strong>Levante</strong>-<strong>EMV</strong> de los daños sufridos por la cerámica arquitectónica manierista y barroca del convento de San José, llevó a que la Guardia Civil clausurase el convento abandonado para impedir más daños a los paneles de cerámica del siglo XVIII y XIX. La investigación encontró indicios de posibles delitos contra el Patrimonio artístico, por los que el Ministerio Fiscal ha imputado a un aparejador que intervino en nombre de la empresa adquiriente del convento y a un sacerdote que ejerció de intermediario en la venta del inmueble. El Juzgado de Instrucción número 1 de Valencia dictó luego una serie de medidas cautelares que obligaban a la Conselleria de Cultura a trasladar los paneles cerámicos arrancados a un lugar seguro para su custodia, a la realización de un informe sobre los daños y a evaluar el coste de su restauración. En total se guardaron en el Museo San Pio V 170 cajas de paneles cerámicos, la mayor parte de ellos hechos añicos tras su extracción sin ninguna supervisión técnica. El proceso judicial aún no ha finalizado. PATRIMONIO Y JUSTICIA REHABILITACIÓN Una intervención cuestionada La rehabilitación del teatro romano de Sagunt pasó de ser una intervención de carácter cultural para convertirse en un asunto de discusión política. La historia interminable del teatro romano de Sagunt J. R. S. VALENCIA La simple resolución de un recurso administrativo puede casi alcanzar los cuatro lustros. O al menos, 17 años. Ese es el tiempo que ha tardado la rehabilitación del teatro romano de Sagunt en poner entrar en la recta final de su historia. En poder ver la luz. Y es que no era hasta comienzos de este mismo mes de diciembre cuando la sala del Tribunal Supremo entraba a deliberar sobre el último recurso presentado ante el tribunal y en el que debía dilucidarse sobre si había lugar o no a la solicitud del abogado Juan Marco Molines para que las obras de rehabilitación realizadas en el monumento saguntino fueran o no demolidas. Una decisión difícil de cumplir por lo que en sí supone y supondría pero, sobre todo, porque un fallo a favor del derribo no implicaría una ejecución forzosa de las obras en caso de que la parte afectada no quisiera llevarla a la práctica o alegara una imposibilidad práctica. Y es que, pese a la cantidad ingente de literatura y páginas de periódico escritas durante estos 17 años, el caso del teatro romano de Sagunt no deja de ser una denuncia sobre un auto administrativo, aquel que firmó un Gobierno socialista unicamente autorizando la puesta en marcha de un proyecto arquitectónico. Pero, al mismo tiempo, de un calado político de mucha trascendencia y que el paso del tiempo no ha podido borrar de la memoria colectiva, ni de los propios tribunales. 1 OBRA POLÉMICA Las partes de la nueva obra en el teatro susceptibles de ser demolidas. 2 El nuevo graderío de mármol que recubre las viejas gradas de piedra. El cierre de ladrillo de la escena, de cuatro plantas de altura, que dota al teatro con camerinos y diversos servicios. TORTAJADA
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