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Mi Gente

Número 4 Enero

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Niños inquietos<br />

Los imparables hiperactivos<br />

El Trastorno por Déficit<br />

Atencional con Hiperactividad<br />

(TDAH) compromete un grupo<br />

de problemas relacionados con la<br />

falta de atención, hiperactividad<br />

e impulsividad. Estos problemas<br />

afectan a los niños de todas las<br />

edades en todos los aspectos de<br />

sus vidas.<br />

Revista <strong>Mi</strong> <strong>Gente</strong> - Foto: Internet<br />

24 / <strong>Mi</strong> <strong>Gente</strong><br />

Los niños con este<br />

tipo de trastornos<br />

no son ni malos, ni<br />

flojos, ni raros. Sufren<br />

de un desorden<br />

de comportamiento,<br />

lo que significa que tienen<br />

problemas para prestar atención o<br />

para sentarse tranquilos en clase.<br />

También pueden actuar impulsivamente<br />

o decir cosas sin pensarlas<br />

primero.<br />

De esta manera los pequeños<br />

comienzan a meterse en líos antes<br />

de cumplir los 7 años. Algunas veces<br />

los problemas empiezan cuando<br />

van por primera vez a la escuela<br />

y por lo general son los varones los<br />

que sufren de este trastorno con<br />

más frecuencia que las mujeres,<br />

pero nadie conoce la razón.<br />

Los síntomas<br />

El Trastorno por Déficit Atencional<br />

con Hiperactividad (TDAH)<br />

puede aparecer de diferentes formas,<br />

dependiendo quien lo tenga.<br />

Todos los niños con TDAH tienen<br />

problemas de concentración o para<br />

prestar atención. Algunos chicos<br />

con TDAH podrían asimismo tener<br />

problemas para mantenerse sentados<br />

en clase por mucho tiempo o<br />

esperar que les llegue el turno para<br />

contestar. Puede que griten la respuesta<br />

a una pregunta antes de que<br />

otros niños ni siquiera levanten la<br />

mano. Suelen ser desorganizados,<br />

distraídos u olvidadizos. Se les<br />

pierden las cosas con facilidad y<br />

tienen dificultad para finalizar sus<br />

tareas. Se menean constantemente<br />

en sus sillas, hablan en exceso o<br />

interrumpen las conversaciones de<br />

otros.<br />

Según la sicopedagoga Nelly<br />

Umaña, la hiperactividad es una<br />

característica que suele acompañar<br />

veces los papás la confunden con<br />

inteligencia ya que el niño quiere<br />

verlo, tocarlo y manipularlo todo.<br />

“La mayoría de los progenitores<br />

se acostumbra a esta conducta<br />

desarrollando una gran paciencia.<br />

Pero otros miembros de la familia<br />

como tíos o abuelos no necesariamente<br />

tienen la misma tolerancia<br />

y empiezan con una serie<br />

de críticas y comparaciones que<br />

suelen destruir la del niño”, señaló<br />

Umaña.<br />

De ahí la importancia de detectar<br />

la hiperactividad precozmente<br />

para poder tratarla. De lo contrario,<br />

los menores suelen pasarlo<br />

mal en la etapa escolar. “El estar<br />

en constante movimiento dificulta<br />

que atiendan a todo lo que se dice<br />

durante la clase lo que afecta su<br />

rendimiento.<br />

Además, suelen ser estigmatizados<br />

como niños problema”, explicó<br />

la profesional.<br />

Tratamiento<br />

Generalmente se sugiere iniciar<br />

las consultas con un neurólogo<br />

infantil para que éste haga un diagnóstico<br />

y derive al menor hacia otros<br />

profesionales, como psicólogo o psicopedagogo.<br />

Es probable que el neurólogo<br />

apoye el tratamiento con fármacos<br />

psicoestimulantes que disminuyen<br />

la hiperactividad, favorecen la capacidad<br />

de concentración y mejoran el<br />

autocontrol de los impulsos agresivos.<br />

Con ellos se logra la adaptación<br />

del niño al medio escolar y social,<br />

con un mejor rendimiento académico<br />

y con más motivación por el<br />

estudio.<br />

No obstante, estos medicamentos<br />

podrían producir efectos colaterales<br />

como disminución del apetito e<br />

insomnio, por lo que es recomendable<br />

consultar al médico, y preguntarle<br />

si no producen acostumbramiento<br />

ni daños en el sistema nervioso del<br />

menor.<br />

Al respecto, la psicóloga infantil<br />

Paulina Müller sostiene que<br />

los remedios no bastan para tratar<br />

a estos niños. “Lo óptimo es una<br />

terapia multimodal. Las complicaciones<br />

neurológicas se abordan con<br />

medicamentos, que son un paliativo<br />

de los síntomas, pero no mejoran el<br />

problema a nivel psicológico”, sostuvo.<br />

El tratamiento psicológico se<br />

orienta principalmente a ayudarlos<br />

a controlar sus impulsos dándole al<br />

niño estrategias para el manejo de<br />

distintas situaciones. “Un síndrome<br />

de déficit atencional mal manejado<br />

puede provocar una baja autoestima<br />

e inseguridad”, señaló la profesional.<br />

Y agrega que los menores que<br />

sufren este problema, al no respetar<br />

reglas y ser muy impulsivos, se exponen<br />

a ser sancionados y rechazados<br />

por quienes los rodean. Lo que<br />

obviamente les afecta.<br />

Durante la psicoterapia se busca<br />

que el niño conozca y aprecie sus aspectos<br />

positivos y habilidades.<br />

Por otro lado, dada su historia de<br />

hiperactividad y dificultad en la atención<br />

y concentración, son niños que,<br />

por lo general, no han instaurado<br />

hábitos ni tienen técnicas de estudio,<br />

provocando en ocasiones un retraso<br />

escolar. Por lo tanto , un tratamiento<br />

psicopedagógico será de gran ayuda<br />

en estos casos al estabilizar el aprendizaje<br />

y rendimiento escolar.

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