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Playa del Carmen - Punto de Lectura

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1<br />

Cuando Ignacio Cuenca abre la puerta y se<br />

dispone a salir no sospecha que va al encuentro<br />

<strong>de</strong> su propio <strong>de</strong>stino. Éste sería el día más<br />

importante <strong>de</strong> su vida.<br />

Se <strong>de</strong>spi<strong>de</strong> <strong>de</strong> Ernesto. Mayte parece no<br />

estar afectada. “Hemos fumado esa mierda 12<br />

horas y aún estamos <strong>de</strong> pie.”<br />

No habían sonado las campanas <strong>de</strong> las<br />

siete y el sol tempranero ya calentaba la mañana,<br />

bajo un cielo ausente <strong>de</strong> nubes.<br />

En <strong>Playa</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Carmen</strong>, las primeras horas<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> día suelen ser <strong>de</strong> calores cómodos. El<br />

murmullo que se escucha es el <strong>de</strong> los acondicionadores<br />

<strong>de</strong> aire que refrescan el sueño <strong>de</strong><br />

los turistas que aún duermen los efectos <strong>de</strong> la<br />

noche agitada.<br />

Noviembre <strong>de</strong> 1997. No sabe si ese día<br />

es el 14 o el 15; la severa intoxicación le impi<strong>de</strong><br />

razonar con claridad. Camina incierto.<br />

Va sorteando los agujeros <strong><strong>de</strong>l</strong> suelo. En la<br />

25 tuerce a la izquierda; ahí se inicia el pavimento,<br />

avanzar será más fácil. La calle Juárez<br />

lo lleva hasta el edificio <strong>de</strong> la Cruz Roja y<br />

11


las ambulancias estacionadas en posición <strong>de</strong><br />

alerta.<br />

Piensas que ése es un hospital para recuperar<br />

cuerpos violentados. Que tú necesitas<br />

una clínica <strong>de</strong> almas. La tuya está enferma.<br />

Nacho anda hacia el norte. Quien lo ve<br />

advierte a un hombre joven <strong>de</strong> 31 años, espigado<br />

y <strong>de</strong> una morenez que sólo es habitual<br />

entre los lugareños. Se mueve torpemente. Las<br />

drogas lo han convertido en un zombi <strong>de</strong> reflejos<br />

adulterados. La piedra, el crack, es su más<br />

reciente adicción. Al pasar por el garaje <strong>de</strong> reparaciones<br />

Maldonado, observa sobre la pared<br />

el anuncio que señala el sábado como día <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>scanso. No ve a nadie, entonces se percata<br />

que ése era el sábado 15.<br />

Tina había comprado los boletos y esa<br />

noche partirían a Chetumal con <strong>de</strong>stino final<br />

en Guatemala.<br />

Desemboca en la 30, pasa por la panificadora<br />

El Molino y se <strong>de</strong>tiene frente a las vitrinas<br />

repletas <strong>de</strong> pan recién horneado. No siente<br />

hambre, a pesar <strong>de</strong> que no prueba bocado hace<br />

casi dos días. “Maldita piedra”, dice mientras<br />

admira el pan dulce multicolor.<br />

12


Alcanza a ver su reflejo sobre los ventanales.<br />

Se contempla <strong>de</strong>saseado. Viste pantalón<br />

corto y sobre el torso reconoce la wife-beater<br />

<strong>de</strong> algodón sin mangas, que había sido <strong>de</strong> su<br />

padre. Calza unos <strong>de</strong>portivos Reebok sin calcetines.<br />

Se pasa la mano sobre el cabello y trata<br />

<strong>de</strong> acomodarlo.<br />

Sabe que Tina lo espera.<br />

Le inquieta su propia mirada: ¿a dón<strong>de</strong><br />

has llegado? Empezaste a los 15. Has estado<br />

recluido tres veces en instituciones <strong>de</strong> rehabilitación.<br />

Mira tu reflejo en el vidrio, ¿reconoces<br />

a Ignacio Cuenca, el hijo <strong>de</strong> Eduardo<br />

y Olga?<br />

Sigue caminando y admira, en la 40, el<br />

conjunto Calica <strong>de</strong> uniformes casitas color rosa.<br />

Piensas que poseen una armonía mo<strong>de</strong>sta<br />

y que hubieras <strong>de</strong>seado formarte en esa medianez<br />

tranquila, en lugar <strong>de</strong> la adolescencia<br />

vertiginosa que marcó tu temprana juventud.<br />

Intuyes que a esa hora, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esas viviendas<br />

mo<strong>de</strong>stas, hay una familia que comparte afectos<br />

y sientes envidia.<br />

Va<strong>de</strong>a El Paladar Cubano, el popular come<strong>de</strong>ro<br />

caribeño. Dos calles a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante llega hasta<br />

13


la carretera fe<strong>de</strong>ral. Ahí se encuentra el <strong>de</strong>pósito<br />

<strong>de</strong> la cerveza Superior.<br />

Imaginas lo ventajoso que hubiera sido<br />

avenirse al rito feliz <strong>de</strong> compartir unas cervezas<br />

con los amigos. Ahora, en cambio, eres<br />

rehén <strong>de</strong> las drogas.<br />

Por la noche había repetido una y otra<br />

vez el protocolo disoluto: sobre la cuchara<br />

ya bien tatemada vacía la cocaína y luego<br />

una pizca <strong>de</strong> bicarbonato y agua. El fuego<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> encen<strong>de</strong>dor cocina la mezcla, hasta formar<br />

la pelotita <strong>de</strong> goma. La pipa <strong>de</strong> papel<br />

aluminio, o la antena <strong>de</strong> la televisión, sirven<br />

para fumarla.<br />

Nacho sabe que entre los tres han fumado<br />

una onza <strong>de</strong> cocaína colombiana. Veintiocho<br />

gramos <strong>de</strong> veneno para el cerebro en<br />

apenas 12 horas.<br />

Está totalmente parabólico.<br />

Tiene cautela al cruzar la carretera<br />

don<strong>de</strong> pasan los autos a gran velocidad. Ya<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> otro lado, pisa la superficie <strong>de</strong>sigual <strong>de</strong><br />

la colonia popular en que vive <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace<br />

dos meses.<br />

Tina lo espera.<br />

14


Te angustia la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> ir a Guatemala.<br />

Ella insiste en ir lejos. En poner selva <strong>de</strong> por<br />

medio entre tú y las drogas.<br />

Deseas proponerle que se marche sola.<br />

Que te <strong>de</strong>je a tu suerte; que la quieres, pero te<br />

has convertido en esclavo <strong>de</strong> la cocaína. Estás<br />

enganchado. Crees haber encontrado la existencia<br />

i<strong>de</strong>al: vida fácil y, sobre todo, coca barata,<br />

éste es el super-high. Tu propio paraíso.<br />

Bor<strong>de</strong>a el camino cerca <strong>de</strong> las torres <strong>de</strong><br />

alta tensión y llega a casa. Afuera está el camper<br />

que habitan Martin el suizo y la guatemalteca<br />

<strong>de</strong> los ojos bonitos. Seguro aún duermen,<br />

pues el bebé no les <strong>de</strong>ja <strong>de</strong>scansar.<br />

No quieres que te vean en este estado<br />

lamentable.<br />

No hace falta llamar a la puerta <strong>de</strong> su<br />

casa. Empuja y ésta ce<strong>de</strong> <strong>de</strong> inmediato. Sobre<br />

la mesa pequeña están dos boletos <strong>de</strong> la línea<br />

ADO número 28785127 y 28. A las 24 horas<br />

<strong>de</strong> ese mismo día, en los asientos 25 y 26, partirán<br />

rumbo a Guatemala.<br />

Tina Cozzarella está recostada sobre la<br />

hamaca, los ojos ver<strong>de</strong>s lucen <strong>de</strong>sgastados por<br />

el llanto, y el rostro refleja muda <strong>de</strong>sesperación.<br />

15


Al verlo, confirma su sospecha: está totalmente<br />

drogado. Nacho evita mirarla <strong>de</strong> frente, se sabe<br />

culpable.<br />

non so come non ti vergogni. 1<br />

Nacho tantea en ese momento proponerle<br />

que se marche a Guatemala, sola. Las i<strong>de</strong>as se<br />

atropellan. Ella, colérica, insiste:<br />

hai rovinato tutto un’ altra volta. 2<br />

Él no contesta. Trata <strong>de</strong> hacerse útil y se ocupa<br />

en tareas alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la casa. Se dispone a<br />

cortar leña que quemará para ahuyentar a los<br />

insectos.<br />

hai distrutto la mia vita. voglio morire. 3<br />

Nacho sigue en lo suyo. Des<strong>de</strong> el rincón<br />

don<strong>de</strong> se encuentra apilada la ma<strong>de</strong>ra pue<strong>de</strong><br />

ver su cabello <strong>de</strong> tonos caoba que se filtra<br />

1<br />

No sé cómo no te avergüenzas.<br />

2<br />

Has arruinado todo una vez más.<br />

3<br />

Has <strong>de</strong>struido mi vida. Quisiera morir.<br />

16


entre el tejido minucioso <strong>de</strong> la hamaca maya.<br />

Cerca está el altar, el rincón ceremonial construido<br />

por Hugo y Judith para rendir culto<br />

a las <strong>de</strong>ida<strong>de</strong>s mixtas que el sincretismo ha<br />

fundido para servir <strong>de</strong> puente espiritual entre<br />

los dioses prehispánicos y el cristianismo <strong>de</strong><br />

los tiempos presentes.<br />

Éstos son los guardianes espirituales <strong>de</strong> la<br />

amorosa vivienda.<br />

Nacho sigue cortando los troncos <strong>de</strong> las<br />

ramas mientras escucha a su mujer entristecido.<br />

Recuerda un verano <strong>de</strong> su infancia: era<br />

pequeño, apenas <strong>de</strong> tamaño suficiente para ver<br />

por encima <strong>de</strong> la mesa. Rememora el verano<br />

caluroso y a su madre que se dispone a cortar<br />

una jugosa sandía. Ella hun<strong>de</strong> bruscamente el<br />

cuchillo sobre la fruta y ésta explota en rojos<br />

y semillas ante su propia complacencia.<br />

Tina sigue sobre la hamaca.<br />

Ignacio Cuenca, ebrio <strong>de</strong> locura, toma el<br />

machete <strong>de</strong> acero, un legítimo Collins & Co.,<br />

con una hoja <strong>de</strong> 68 centímetros, y lo eleva con<br />

ambos brazos por encima <strong>de</strong> la cabeza <strong>de</strong> su<br />

esposa…<br />

17


2<br />

Muchos años han transcurrido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que la<br />

extraordinaria cultura maya floreciera por<br />

varios siglos en esta geografía <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo.<br />

La historia cósmica hace suponer que<br />

en estas tierras tuvo asiento una civilización<br />

iluminada. Ahora, la Riviera se ha convertido<br />

en la meca <strong>de</strong> los <strong>de</strong>votos <strong><strong>de</strong>l</strong> hedonismo.<br />

El calendario maya explica las energías<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo. Cada uno <strong>de</strong> los 20 días <strong><strong>de</strong>l</strong> mes<br />

tiene una energía específica y nadie sabe por<br />

qué contiene una fuerza particular.<br />

Son las cuatro <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> y me encuentro<br />

en la terminal <strong>de</strong> autobuses <strong>de</strong> Cancún,<br />

la mo<strong>de</strong>rna metrópolis <strong><strong>de</strong>l</strong> Caribe mexicano.<br />

Me pregunto cuál será la razón que motiva<br />

este calor que registra 33 grados.<br />

Veintiocho pesos nos separan <strong><strong>de</strong>l</strong> paraíso.<br />

Abordamos el autobús 2765 <strong>de</strong> la RTP<br />

y nos vamos rumbo a <strong>Playa</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Carmen</strong>. El<br />

Ford 85 ya muestra señales <strong>de</strong> fatiga, pero el<br />

aire acondicionado funciona y los turistas se<br />

aposentan en los mullidos asientos.<br />

18


Cuando el camión abandonó la terminal<br />

llevaba 36 pálidos pasajeros que no llegaron<br />

a estas costas transportados por carabelas,<br />

como sucedió hace 500 años. Ahora llegan por<br />

Magni Charter.<br />

En el rico panteón <strong>de</strong> esta cultura, Chac,<br />

el dios <strong>de</strong> la lluvia; Kin, el dios sol, o Itzamná,<br />

el dios <strong>de</strong> los cielos, <strong><strong>de</strong>l</strong> día y <strong>de</strong> la noche, fueron<br />

incapaces <strong>de</strong> impedir que los mayas perecieran,<br />

cumpliendo su propio <strong>de</strong>stino. Los<br />

dioses fueron incendiados y muertos. El fuego<br />

<strong>de</strong>struyó al fuego.<br />

Des<strong>de</strong> el asiento número cuatro veo maniobrar<br />

al conductor que enfila por la avenida<br />

Chichen Itzá y luego dobla por el paseo Tulum<br />

como recordatorio al pasado glorioso. Las bien<br />

trazadas avenidas sugieren que pronto <strong>de</strong>jaremos<br />

atrás la selva <strong>de</strong> concreto.<br />

Al fin parece que el boulevard se vuelve<br />

camino y sólo la agencia <strong>de</strong> la Merce<strong>de</strong>s Benz<br />

<strong>de</strong>vuelve la certeza <strong>de</strong> los tiempos presentes.<br />

A través <strong><strong>de</strong>l</strong> flequillo que adorna el parabrisas<br />

se alcanzan a ver, nítidamente, las filas <strong>de</strong> jacarandas<br />

que regalan belleza en azules. Más<br />

a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante los flamboyanes frondosos, con sus<br />

19


ofertas color naranja; nadie explica su verdor<br />

cuando la tierra parece sedienta. El conductor<br />

encien<strong>de</strong> la radio y la música inunda el recinto,<br />

aunque no parece molestar a los güeros<br />

<strong>de</strong>sentendidos al bullicio ca<strong>de</strong>ncioso.<br />

te puedo yo jurar ante un altar<br />

mi amor sincero,<br />

a todo el mundo le pue<strong>de</strong>s contar<br />

que sí te quiero…<br />

Pienso que jurar lealtad a la ocupante <strong><strong>de</strong>l</strong> asiento<br />

seis no costaría mucho esfuerzo en consi<strong>de</strong>ración<br />

a los méritos <strong>de</strong> sus piernas.<br />

Atrás quedaron los semáforos tricolores y<br />

ahora sólo aparecen las señales carreteras: Xcaret,<br />

72 km; Tulum, 124; Xel-há, 111. Con dificultad<br />

explico a mi vecina las implicaciones<br />

fonéticas <strong>de</strong> la X en estos parajes. “¿Por qué<br />

no aparece señalado <strong>Playa</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Carmen</strong>? No<br />

lo sé.” Sesenta y seis kilómetros separan a <strong>Playa</strong><br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Carmen</strong> <strong>de</strong> Cancún y los 28 pesos invertidos<br />

en el transporte resultan una verda<strong>de</strong>ra ganga.<br />

Todos dormitan mientras la radio continúa solazando<br />

al conductor que tararea la melodía.<br />

20


Tus labios se llegaron a recrear<br />

aquí en mi boca<br />

llenando <strong>de</strong> ilusión y <strong>de</strong> pasión<br />

mi vida loca,<br />

las horas más felices <strong>de</strong> mi amor<br />

fueron contigo…<br />

Reflexiono sobre la gran jerarquía cósmica <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

mundo maya: los animales disponían <strong>de</strong> las<br />

plantas, el hombre <strong>de</strong> los animales y los dioses<br />

<strong>de</strong> los hombres. Todos, hombres y dioses, están<br />

subordinados al enca<strong>de</strong>namiento <strong>de</strong> la voluntad<br />

universal. Un día la catástrofe sobrevino.<br />

Nadie sabe exactamente qué sucedió. Cómo<br />

fue que esta gran civilización vino a menos.<br />

Todo obe<strong>de</strong>ce al azar en el or<strong>de</strong>n <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

mundo. Así seguirá siendo hasta el fin <strong>de</strong> los<br />

tiempos.<br />

Sobre la mo<strong>de</strong>rna carretera aparecen los<br />

anuncios espectaculares que dominan la vista:<br />

¡viva la hospitalidad! Una rubicunda mujer <strong>de</strong><br />

amplia sonrisa aparece junto al lema que invita<br />

a pensar cuánto ha cambiado esta tierra <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

que el reino español inició la Conquista.<br />

21


Apenas 45 minutos <strong>de</strong>spués llegamos a<br />

<strong>Playa</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Carmen</strong>. Me parece extraño que sobre<br />

el letrero que adorna la avenida Juárez se<br />

pueda leer con claridad:<br />

Rotary Club<br />

Welcome to <strong>Playa</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Carmen</strong><br />

Sobre el edificio principal, que es cabecera <strong>de</strong><br />

la conocida avenida, hay otro dominante que<br />

dice: “Capitanía <strong>de</strong> Puerto”; inmediatamente<br />

abajo: “Harbor Master”.<br />

No puedo menos que sonreír ante la internacionalización<br />

evi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> este suelo sagrado.<br />

Ya <strong>de</strong>scargados los cuerpos pálidos <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

autobús, inicio mi caminata por la Quinta<br />

Avenida <strong>de</strong> este megapueblo hasta la esquina<br />

<strong>de</strong> la calle Doce. En esta tar<strong>de</strong> maravillosa<br />

<strong>de</strong> un jueves me siento sobre un taburete<br />

en Panchos, el bar popular don<strong>de</strong> sirven las<br />

margaritas <strong>de</strong> a dólar. Ya he tomado cuatro,<br />

escarchadas con la sal <strong>de</strong> los mares vecinos.<br />

“Tómate otras cinco y se te aclaran todas<br />

esas i<strong>de</strong>as que traes <strong>de</strong> los mayas.” José<br />

Francisco, el barman <strong>de</strong> Panchos, <strong>de</strong>spi<strong>de</strong> un<br />

22


aire <strong>de</strong> autoridad que le va bien al rostro moreno<br />

mientras pronuncia el sermón tequilero<br />

a los turistas que parecen pescados blancos escapados<br />

<strong>de</strong> la mar.<br />

En la aritmética vivencial resulta evi<strong>de</strong>nte<br />

que los conquistadores han regresado cinco siglos<br />

<strong>de</strong>spués para ser seducidos. También lo es<br />

que han abandonado el proyecto <strong>de</strong> imponer<br />

su cruz por encima <strong>de</strong> los dioses. Ellos han viajado<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la nueva Inglaterra, la nueva Alemania,<br />

la nueva Italia y la nueva España. Atrás<br />

quedaron los rituales elaborados y los sacrificios<br />

humanos. El único ritual que sobrevive es<br />

hedonista; sus proporciones, universales.<br />

Ahora, la juventud dorada <strong><strong>de</strong>l</strong> nuevo mundo<br />

llega a reverenciar a los dioses <strong><strong>de</strong>l</strong> presente: el<br />

dios dólar, el dios playa, el dios sexo, el dios<br />

rock and roll. El dios cocaína.<br />

Vine a <strong>Playa</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Carmen</strong> por vez primera<br />

hace 20 años, en ese tiempo era sólo un<br />

muelle que servía para embarcarse a Cozumel.<br />

Des<strong>de</strong> entonces pasó <strong>de</strong> muelle a megapueblo.<br />

<strong>Playa</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>Carmen</strong> se convirtió en<br />

uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>stinos turísticos más populares<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> mundo. Vengo con frecuencia. Me<br />

23


he convertido en fantasma familiar: estoy y<br />

<strong>de</strong>saparezco. Voy y vengo. Observo, converso<br />

e intercambio historias. Acudo adon<strong>de</strong> me<br />

invitan, adon<strong>de</strong> me lleva la curiosidad, o el<br />

<strong>de</strong>stino, como ya veremos.<br />

Me he visto envuelto en una historia dominada<br />

por caracteres inusuales, cuyas vidas<br />

han dado lugar a eventos extraños, incluyendo<br />

la espiritualidad y el crimen.<br />

Después <strong>de</strong> la última margarita, bajo por<br />

la calle maltratada. Siento la necesidad <strong>de</strong> poner<br />

cielo sobre mi aturdida cabeza.<br />

Al llegar a la playa <strong>de</strong> blancas arenas,<br />

pienso que a la lista <strong>de</strong> los nuevos dioses habría<br />

que agregar el dios bikini. Sobre el gran<br />

arenal hay docenas <strong>de</strong> sensuales siluetas tendidas<br />

como iguanas ávidas <strong>de</strong> sol.<br />

Medito frente al mar. Sobre esta mesa<br />

<strong>de</strong> tablones castigados por la brisa, apoyo mis<br />

notas y escribo esta historia que es parte <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

milenio que se inicia. Pienso en Tina, en Nacho.<br />

En Hugo y en Judith. En el teniente Cozzarella.<br />

En Benito Mussolini, sí, en el Duce.<br />

Quizá la Pelos <strong>de</strong> Oro tenga razón. Ella<br />

afirma que el hechizo en estas tierras calientes<br />

24


son los 76 tonos <strong>de</strong> turquesa que tiene el mar<br />

Caribe mexicano.<br />

Mientras lo dice, se zambulle en las aguas<br />

<strong>de</strong> la costa maya y arrastra los bucles brillantes<br />

entre la espuma <strong><strong>de</strong>l</strong> mar encantado.<br />

Ella vino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la nueva Europa y el <strong>de</strong>stino<br />

no la excluyó; también forma parte <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

carrusel <strong><strong>de</strong>l</strong> karma en estas playas.<br />

3<br />

Las colinas <strong>de</strong> Murge se localizan en la Italia<br />

meridional, en la puglia. La historia registra<br />

a soldados romanos haciendo asentamientos<br />

cerca <strong><strong>de</strong>l</strong> Monte Vulture, el viejo volcán extinguido.<br />

Los refugiados <strong>de</strong> la segunda guerra<br />

púnica se establecieron ahí.<br />

El tiempo consolidó a las al<strong>de</strong>as <strong>de</strong> pastores<br />

con los guerreros sobrevivientes. A principios<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> siglo xx, Minervino Murge era una<br />

comunidad bien establecida, con una población<br />

cercana a los 20 mil. Fundada sobre una<br />

llanura vasta, la pequeña ciudad mostraba un<br />

trazo simple y estético. Las calles <strong>de</strong> piedra<br />

25


esultaban gratas a los pies <strong>de</strong>scalzos <strong>de</strong> los<br />

chiquillos que jugaban por la calle.<br />

Los veranos en Minervino Murge presentaban<br />

noches largas, <strong>de</strong> tibias brisas mediterráneas.<br />

La Vía Roma es la calle principal<br />

hasta llegar a la plaza y, a partir <strong>de</strong> ahí, llámase<br />

Corso Matteotti. En esa vía se <strong>de</strong>sarrolla la<br />

vida social <strong>de</strong> la comunidad.<br />

Los minervineses son gente cálida y emotiva,<br />

como suelen ser los italianos <strong><strong>de</strong>l</strong> sur.<br />

Al ponerse la tar<strong>de</strong>, el pueblo se lanza al<br />

corso principal a pasear. A mirarse. A permitir<br />

que los ojos hablen. María Zingarelli era<br />

una <strong><strong>de</strong>l</strong>iciosa chiquilla <strong>de</strong> sólo 13 años cuando<br />

vio a Nicola Cozzarella por vez primera. Éste<br />

era un muchacho <strong>de</strong> 16 años, apuesto, <strong>de</strong> nariz<br />

prominente.<br />

Pronto se inició entre ambos jóvenes un<br />

amor que habría <strong>de</strong> prolongarse a través <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

tiempo.<br />

Al cumplir 18 años, Nicola Cozzarella fue<br />

llamado a cumplir el servicio militar. Cuando<br />

partió al distrito <strong>de</strong> Barletta, en Bari, María<br />

Zingarelli ya guardaba una fotografía <strong>de</strong> Nicolino<br />

cerca <strong><strong>de</strong>l</strong> corazón.<br />

26


En 1993 soplaban sobre Europa los vientos<br />

<strong>de</strong> la guerra.<br />

4<br />

La institución monárquica, con Vittorio<br />

Emanuelle III al frente, era incapaz <strong>de</strong> sacar<br />

al país <strong><strong>de</strong>l</strong> marasmo. El <strong>de</strong>saliento y los<br />

brazos caídos se habían apo<strong>de</strong>rado <strong>de</strong> los<br />

italianos. Así surgió el fascismo. El totalitarismo<br />

a la italiana y su más célebre protagonista:<br />

Benito Mussolini, quien estaba<br />

<strong>de</strong>cidido a rescatar a Italia <strong>de</strong> ser una potencia<br />

<strong>de</strong> segundo or<strong>de</strong>n. La megalomanía<br />

nacionalista contemplaba ilusionada la promesa<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Duce: reconstruir el antiguo imperio<br />

romano. Esta quimera habría <strong>de</strong> probar<br />

su fatalidad histórica.<br />

Italiani, siamo in marcia. 4<br />

Pronunció el Duce <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Palazzo Venezia.<br />

4<br />

Italianos, ¡estamos en marcha!<br />

27


El 3 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1935, Italia inició su<br />

aventura imperialista en el norte <strong>de</strong> África. La<br />

locura patriótica se apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong> la imaginación<br />

<strong>de</strong> los jóvenes.<br />

Con Francia en Túnez e Inglaterra firmemente<br />

establecida en Egipto, sólo quedaban<br />

territorios pobres por conquistar: Libia,<br />

Eritrea y la Somalia inglesa.<br />

Trescientas mil tropas italianas marcharon<br />

sobre Etiopía. El imperio <strong><strong>de</strong>l</strong> Negus no<br />

resistió. La victoria <strong>de</strong>volvería a Italia el prestigio<br />

que tanto necesitaba.<br />

Nadie <strong>de</strong>stapa el cofre <strong>de</strong> los truenos,<br />

a menos que quiera convocar una tormenta.<br />

La Sociedad <strong>de</strong> las Naciones con<strong>de</strong>nó<br />

la invasión. El 5 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1936, los contingentes<br />

italianos marcharon victoriosos sobre<br />

Addis-Abeba.<br />

En Alemania, Adolf Hitler parecía impresionado.<br />

Italia presenció los <strong>de</strong>splantes<br />

operísticos <strong>de</strong> su nuevo César. Mussolini se<br />

hizo ver frente a miles, con gestos grandilocuentes,<br />

enfundado en espléndidos uniformes,<br />

luciendo siempre la camisa negra por <strong>de</strong>bajo<br />

<strong>de</strong> las levitas militares. El águila <strong><strong>de</strong>l</strong> Imperio<br />

28


Romano, bordada con hilos <strong>de</strong> oro, tenía una<br />

presencia prepon<strong>de</strong>rante en la simbología militar<br />

italiana <strong>de</strong> esos tiempos.<br />

En 1936, el flamante teniente <strong>de</strong> infantería<br />

Nicola Cozzarella cumplió 23 años y ardía<br />

en <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> servir a la patria y al Duce.<br />

Para los jóvenes <strong>de</strong> la Italia <strong>de</strong> los años<br />

treinta, la vida y la muerte resultaban igualmente<br />

embriagadoras.<br />

Nicola se ofreció como voluntario para<br />

participar en la guerra <strong>de</strong> España con las tropas<br />

italianas. Su karma no habría <strong>de</strong> ser ése.<br />

En cambio, fue requerido para servir en África<br />

Oriental. El comando <strong>de</strong> los Camisas Negras<br />

<strong>de</strong>terminó su nueva asignación.<br />

El teniente Cozzarella embarcó en el Toscana,<br />

<strong>de</strong> 14 mil toneladas. El barco transportaba<br />

2 mil tropas y víveres. Era el 17 <strong>de</strong> diciembre<br />

<strong>de</strong> 1937.<br />

María Zingarelli vio zarpar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el muelle<br />

<strong>de</strong> Nápoles al Toscana, que cruzó la bahía<br />

un día <strong>de</strong> azules profundos bajo el fuego <strong><strong>de</strong>l</strong> sol.<br />

Los jóvenes enamorados no sospechaban que<br />

la espera duraría nueve años.<br />

29


Once días <strong>de</strong>spués, navegando a través<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> océano Índico, llegó a Massaua, en Eritrea.<br />

El teniente Cozzarella fue comisionado<br />

al distrito <strong>de</strong> Godnar; <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ahí iniciaría su<br />

servicio <strong>de</strong> guerra. Las <strong>de</strong>cepciones no tardaron<br />

en aparecer. Las tropas italianas estaban<br />

mal equipadas para la guerra en el <strong>de</strong>sierto;<br />

a<strong>de</strong>más, carecían <strong>de</strong> transportes motorizados<br />

a<strong>de</strong>cuados. El joven oficial encontró a las tropas<br />

<strong>de</strong>salentadas. Los víveres eran escasos y la<br />

realidad muy diferente a las jugosas conquistas<br />

prometidas.<br />

Italia invadió África Oriental con 300<br />

mil hombres, 3 300 ametralladoras, 840 vetustos<br />

cañones y sólo 189 vehículos blindados.<br />

La aviación incluía 325 aparatos <strong>de</strong> guerra totalmente<br />

obsoletos.<br />

Tres años <strong>de</strong>spués, las tropas inglesas<br />

con las que se enfrentarían, sumaban apenas<br />

50 mil. La victoria parecía asegurada. Nicola<br />

inició con María Zingarelli un largo intercambio<br />

epistolar. A veces llegaban algunas fotografías.<br />

Nicola aparecía frente a su vivienda<br />

ataviado con los elegantes uniformes <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>sierto<br />

que medio siglo <strong>de</strong>spués habrían <strong>de</strong><br />

30


influenciar la moda masculina. La imprescindible<br />

camisa negra, el pantalón <strong>de</strong> montar color<br />

beige olivo y las lustrosas stivali. Delgado,<br />

nariz prominente y mirada <strong>de</strong>cidida, el cabello<br />

lacio peinado hacia atrás y un bigote bien<br />

recortado: Nicola parecía el tipo <strong>de</strong> hombre<br />

que el Duce <strong>de</strong>seaba para Italia.<br />

Con il mio immutabile affetto, Nicolino. 5<br />

Así firmaba sus misivas a María Zingareli que<br />

ella releía hasta <strong>de</strong>sgastarlas.<br />

El Canal <strong>de</strong> Suez en Egipto, bajo el<br />

firme control <strong>de</strong> los ingleses, no podía ser utilizado<br />

por Italia y la crisis <strong>de</strong> víveres y refuerzos<br />

se hizo más intensa.<br />

La moral <strong>de</strong> las tropas italianas se había<br />

<strong>de</strong>rrumbado. Los sueños imperiales <strong><strong>de</strong>l</strong> Duce<br />

se <strong>de</strong>svanecían. La correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Nicolino<br />

reflejaba la situación:<br />

Gli inglesi, sempre gli stessi inglesi! 6<br />

5<br />

Con mi afecto inmutable, Nicolino.<br />

6<br />

Los ingleses, siempre los ingleses.<br />

31


Las tropas inglesas, aunque menores en número,<br />

estaban mejor preparadas y, sobre todo,<br />

tenían mejor armamento. Cuando las fuerzas<br />

británicas, más organizadas, iniciaron el contraataque,<br />

liberaron fácilmente Somaliland.<br />

La Somalia inglesa. Los italianos abandonaron<br />

la iniciativa. Las tropas estaban <strong>de</strong>smoralizadas<br />

ante la penuria <strong>de</strong> una guerra <strong>de</strong>sigual.<br />

Nicolino repetía en sus cartas a María:<br />

Ti penso María, ti penso siempre! 7<br />

El teniente Cozzarella, i<strong>de</strong>alista y <strong>de</strong>dicado, se<br />

hizo acreedor, en febrero <strong>de</strong> 1940, a la “Cruz<br />

<strong>de</strong> Guerra” y nuevamente recibiría la misma<br />

distinción en agosto <strong>de</strong> ese año. Nicola, <strong>de</strong> carácter<br />

recio e íntegro, era un magnífico oficial.<br />

Sin embargo, la guerra tomaba otro curso.<br />

Sono apparse le “Matilda” blindate<br />

nel <strong>de</strong>serto. Non possiamo fermarle. 8<br />

7<br />

Pienso en ti, María, pienso siempre en ti.<br />

8<br />

Aparecieron los “Matilda” blindados <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>sierto.<br />

No logramos traspasarlos.<br />

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