Revista Taxi nº124 PDF - 2,73 MB - Institut Metropolitàdel Taxi

Espacios del 2000
La profunda transformación que Barcelona y el
conjunto del área metropolitana ha experimentado
en las últimas dos décadas es un hecho que
está ahí. No solamente lo corrobora la satisfacción
que expresan muchos de sus ciudadanos
ante el cambio del panorama físico de su entorno
más inmediato, sino los datos económicos,
siempre fríos, que se desprenden de las actividades
que el nuevo concepto de ciudad está generando.
Barcelona recibió 2,5 millones de turistas en
1998 con 7,4 millones de pernoctaciones. Si
estas cifras se comparan con los primeros años
de la década, se observa que en ocho años
estos dos conceptos se han incrementado en un
50%. Lo mismo está ocurriendo con el mercado
de cruceros turísticos. En 1990 recalaron 220
cruceros en las aguas del Port; en 1998 lo hicieron
447 y el número de pasajeros ha pasado de
132.807 a 466.268. La actividad de congresos,
reuniones y convenciones que se realizaron en
este mismo periodo de tiempo se ha triplicado.
En 1998 la ciudad acogió 1.002 actividades de
este tipo (241.931 visitantes), frente a las 330
que se registraron en 1990. Según la revista
inglesa Conference d’Incentive Travel, Barcelona
fue en 1998 la ciudad preferida para celebrar viajes
de incentivos, situándose por delante de
París y Nueva York.
El número de pasajeros del aeropuerto es otra
variante que también cabe considerar. Durante
1990, nueve millones de pasajeros pasaron por
El Prat, frente a los 16 millones de 1998. Si
observamos las cifras que hacen referencia a la
utilización del taxi podemos añadir que nuestro
medio de transporte pasó de un millón de carreras
desde el aeropuerto a la ciudad o viceversa
en 1990, a los alrededor de tres millones y medio
de 1998.
Otro motor económico de la ciudad es, sin duda,
la Fira de Barcelona. Los 24 salones que se celebraron
en 1990 fueron sustituidos por los 49
celebrados en 1998.
Más allá del 2000
Barcelona y las ciudades metropolitanas están
en uno de los periodos de crecimiento más floreciente
que podrá continuar en el nuevo siglo,
siempre y cuando se continúe haciendo un
esfuerzo inversor en materia de infraestructuras,
especialmente viarias y medioambientales.
Prolongación de la Av. Diagonal a partir de Les Glòries
La región metropolitana de Barcelona, para
situarse en condiciones de competitividad respecto
a las europeas, aspira a un aeropuerto que
sirva a los intereses de todas las ciudades del
entorno. El pacto institucional corroborado por
las tres Administraciones (local, autonómica y
central), pendiente de la aprobación definitiva del
Plan director del aeropuerto, ha acordado la
ampliación de El Prat con la construcción de una
tercera pista de 1.350 metros paralela a la actual.
Esta actuación permitirá al aeropuerto garantizar
90 operaciones de aterrizaje y despegue cada
hora (con la actual pista se hacen 50). Con esta
estructura, el aeropuerto tendrá una capacidad
para atender a 40 millones de pasajeros.
Los municipios del entorno del aeropuerto desean
que la ampliación impulse las capacidades
de cada uno de ellos. Para El Prat la ampliación
supondrá un revulsivo económico que podría
incentivar la creación de diferentes puestos de
trabajo relacionados con la actividad aeroportuaria.
Viladecans, por su parte, sostiene que la
ampliación del aeropuerto les afecta y con la
aprobación definitiva del Plan Director se podrá
pensar en la potenciación del desarrollo de su
zona sur.
En el proyecto de ampliación elaborado por Barcelona
Regional se subraya que, además de las
mejoras que pueda tener el nuevo aeropuerto en
cuanto a pistas, recepción de aeronaves, terminales,
es imprescindible que éste disponga de
una accesibilidad para los diferentes medios
de transporte, entre ellos para el taxi.
Un primer paso en la concreción de este objetivo
es la recientemente inaugurada Pata Sur, que lo
comunica con las rondas y con la A-16 para el
acceso de pasajeros y la Ronda Sur del Prat
(autovía del Baix Llobregat, Zona Franca) para el
transporte de mercaderías.
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