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Versión Pdf - Prensa Libre

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Gucumatz en<br />

Persona, de Luis Díaz<br />

Marta Traba<br />

(1930-1983)<br />

crítico<br />

Guatebala, de Luis Díaz<br />

países, tanto del continente<br />

americano como en el<br />

europeo. Desde pequeña<br />

quiso ser escritora. De hecho,<br />

por ese motivo estudió<br />

Filosofía y Letras en<br />

Buenos Aires yllegó aescribir<br />

a lo largo de su vida<br />

varias novelas y un libro de<br />

poemas: Historia natural<br />

de la alegría. Pero en donde<br />

destaca es en la crítica<br />

del arte, un ámbito que conoció<br />

de la mano del prestigioso<br />

crítico argentino<br />

Jorge Romero Brest en la<br />

revista Ver yEstimar. Después,<br />

completó su formación<br />

en arte en Roma y en<br />

la prestigiosa universidad<br />

Sorbona, de París. Ya tenía<br />

un claro compromiso consigo<br />

misma: despertar conciencias<br />

para la creación<br />

moderna y dar aconocer<br />

un arte en una región en la<br />

que estaba olvidado e ignorado.<br />

Luego de casarse con el<br />

periodista colombiano Alberto<br />

Zalamea, vivió en este<br />

país durante 17 años, hasta<br />

que fue expulsada en<br />

1968 por el presidente Carlos<br />

Lleras Restrepo cuando<br />

criticó la ocupación militar<br />

de la universidad. En este<br />

período, fundó el Museo de<br />

Arte Contemporáneo de<br />

Bogotá. Un lugar que pronto<br />

se convirtió en su refugio<br />

que, según cuenta sucontemporánea<br />

y colega Emma<br />

Araújo de Vallejo, se preocupó<br />

por llenar de mesas<br />

redondas y de simposios.<br />

Según un video en la red, se<br />

puede observar a una joven<br />

y orgullosa Traba presentar<br />

en la televisión este centro.<br />

Una dulce mujer, que a la<br />

vez es siempre sincera en<br />

sus opiniones, aunque implique<br />

ser dura y severa. No<br />

le da miedo decir lo que<br />

piensa. Ni escribirlo. Por<br />

ejemplo, en la Primera Bienal<br />

de Centroamérica de<br />

Pintura, que se llevó a cabo<br />

en Costa Rica en 1971, en un<br />

artículo publicado en Venezuela,<br />

Traba cuenta cómo<br />

con “ese acopio de coraje<br />

que nunca sé de dónde<br />

me sale”, explicó que el jurado<br />

había decidido dejar<br />

desiertos “los premios destinados<br />

aHonduras, El Salvador<br />

y… (¡horror!) Costa<br />

Rica, en vista de la invencible<br />

mediocridad de las<br />

obras presentadas (…) lo<br />

que resultaba patético era<br />

la ausencia de intencionalidad<br />

(…) todo esto hasta<br />

llegar a Guatemala”, es decir,<br />

hasta llegar a Luis Díaz,<br />

quien recibió el “gran premio”<br />

por su obra Guatebala,<br />

una secuencia de<br />

plancha de metal ensamblada<br />

con madera, en la que<br />

muestra el recorte de una<br />

figura perseguida por las<br />

balas.<br />

Guatemala<br />

Traba, junto con su posterior<br />

marido, Ángel Rama,<br />

solo vino una vez al país<br />

para ofrecer una conferencia<br />

en la Universidad de<br />

San Carlos de Guatemala<br />

(Usac) sobre las principales<br />

corrientes estéticas del<br />

momento. Díaz estaba entre<br />

el público y, aunque ya<br />

había sido premiado, decidió<br />

entrar en polémica<br />

con la crítica, aduciendo su<br />

escaso conocimiento del<br />

arte centroamericano. Esta<br />

discusión fue clave para<br />

afianzar una amistad que<br />

fue creciendo mediante<br />

cartas y encuentros ocasionales,<br />

como aquél en el que,<br />

por azar del destino, se encontraron<br />

en un avión rumbo<br />

ala Bienal de Medellín.<br />

En este viaje, en el que no<br />

dejaron exponer la obra a<br />

Díaz, durante tres días, el<br />

artista guatemalteco se dio<br />

cuenta de la enorme “estatura<br />

de Marta”.<br />

Abularach también<br />

guarda muy buenos recuerdos<br />

de la crítica y, aunque<br />

no pudo presenciar la conferencia<br />

de Traba en la<br />

Usac, porque él, por entonces,<br />

vivía en Nueva<br />

York, cada vez que viajaba a<br />

Colombia la visitaba.<br />

De ambos, y del “país<br />

más país de toda Centroamérica,<br />

más altivamente silenciosos<br />

y prolijamente<br />

absurdo” —escribe Traba—<br />

siente una profunda admiración.<br />

De Díaz destaca su<br />

fuerza y llega a decir que “el<br />

público (…) queda agradecido<br />

por la imprudencia y la<br />

generosidad de alguien que<br />

gasta su vida apasionadamente<br />

en este combate”. De<br />

Abularach elogia la “originalidad”,<br />

lo que le hace inclasificable,<br />

yqueda fascinada<br />

por los ojos, através<br />

de los cuales, para la crítica,<br />

“se ve un conjunto de pueblos,<br />

que lejos de extinguirse<br />

permanece en las reservas<br />

oníricas, aguardando el<br />

día de la revancha”.<br />

10 de mayo del 2009 : D-27

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