3.3.- ORDENACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL - SIUN - Navarra

3.3.- ORDENACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL
3.3.1.- MARCO LEGAL Y PREVISIONES DE LA ETN
La protección del Patrimonio Cultural debe situarse en el doble marco legal establecido
por la Ley Foral 35/2002 de Ordenación del Territorio y Urbanismo (LFOTU), y la Ley Foral
14/2005, del Patrimonio Cultural de Navarra.
La Ley Foral 35/2002 (LFOTU), en su artículo 35.1 g), solicita de los Planes de
Ordenación Territorial (POT), la fijación de “criterios y normas para el uso y protección del
patrimonio arquitectónico y arqueológico y de otros bienes inmuebles de interés
cultural, tales como elementos singulares del medio rural, conjuntos urbanos de interés,
arquitectura popular e industrial e itinerarios de interés”.
Los contenidos del presente apartado “Ordenación del Patrimonio Cultural” responde a
la solicitud de la LFOTU. Debido a la intensa relación entre el contenido de Patrimonio
Arquitectónico con el Urbano se ha optado por su unificación, incluyéndose contenidos
que en el art.35.1.g) de la LFOTU se citan como “otros bienes inmuebles de interés cultural,
tales como elementos singulares del medio rural, conjuntos urbanos de interés, arquitectura
popular e industrial”, y dejando tan solo para este apartado los “itinerarios de interés”.
Por otra parte, desde el POT, se desarrollan Estrategias Asociadas al Patrimonio
Cultural como son las Rutas Culturales, que relacionan núcleos urbanos y/ o enclaves
arquitectónicos, arqueológicos o históricos de interés, y participan de unidad estilística o
histórica; los Centros de Interpretación y Divulgación, relacionados en su ubicación con
rutas culturales y con edificios de interés; y los Paisajes Culturales, relacionados con el
Patrimonio Arquitectónico y arqueológico y en particular con los Conjuntos Urbanos de Interés.
Como resultado de lo que antecede se desarrolla la estructura de contenidos
siguiente:
• PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO Y URBANO. Incluye:
o Patrimonio Arquitectónico
o Conjuntos urbanos de interés
o Elementos singulares del medio rural y arquitectura popular e industrial
• PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO
• OTROS BIENES DE INTERÉS CULTURAL. ITINERARIOS DE INTERÉS
• ESTRATEGIAS ASOCIADAS AL PATRIMONIO CULTURAL
o Rutas Culturales
o Centros de Interpretación y Divulgación
o Paisajes Culturales
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Por su parte, la Ley Foral 14/2005 del Patrimonio Cultural de Navarra, en su artículo
32, “Instrumentos de ordenación territorial y planeamiento urbanístico”, determina que “los
instrumentos de ordenación territorial y planeamiento urbanístico, así como las evaluaciones
ambientales de planes y programas y los proyectos que se sometan a evaluación de impacto
ambiental deberán contener, dentro de su documentación, determinaciones para garantizar la
conservación y protección de los bienes inscritos en el Registro de Bienes del Patrimonio
Cultural de Navarra o recogidos en el Inventario Arqueológico de Navarra”.
Como puede apreciarse, el requerimiento de la Ley de Patrimonio Cultural a los
instrumentos de ordenación territorial, aunque se refiere exclusivamente a la protección de los
bienes inscritos en el Registro de Bienes o recogidos en el Inventario Arqueológico de Navarra,
no dista del que solicita la LFOTU de los POT, y, por lo mismo, procede responder en los
mismos términos a lo requerido en ambas.
En ninguna de las dos leyes se solicita de los POT la identificación y listado de bienes o
elementos susceptibles de ser protegidos -que, por otra parte, se encuentran en general
correctamente catalogados, y, en su caso, participan de la condición de Bienes de Interés
Cultural (BIC)-, sino el establecimiento de determinaciones, criterios y normas que coadyuven a
su conservación y salvaguarda.
Por ello, el POT, se dirige a fijar criterios al objeto de su uso y protección y no
tanto a ponderar el valor y características de los bienes culturales inmuebles de mayor interés,
bienes que, en razón de su valor, se encuentran razonablemente protegidos y, finalmente,
formarán parte del Registro de Bienes, de acuerdo a lo establecido en la Ley 14/ 2005 de
Patrimonio Cultural. A tal efecto, el POT viene a establecer determinaciones y proponer
acciones estratégicas, en orden a la recuperación funcional e inserción de tales bienes en el
Modelo de Desarrollo Territorial adoptado en cada ámbito, e insta al planeamiento local a que
las refrende y desarrolle.
Por otra parte, en lo que constituye una propuesta de naturaleza metodológica, el POT
propone, a modo de recomendación, la sistematización y homologación de los procesos de
análisis, identificación de invariantes tipológicas o morfológicas y categorización de la
protección asignada a cada edificio, conjunto urbano, enclave arqueológico, o elemento
territorial susceptible de protección. En relación con ello, al objeto de coadyuvar al
planeamiento local, en el Anexo de Patrimonio Cultural, ANEXO PC1- Orientaciones para la
sistematización en la elaboración de Catálogos de protección del Patrimonio, se ofrecen
orientaciones para la sistematización en la elaboración de Catálogos de Protección del
Patrimonio.
Por lo que se refiere a las previsiones de la Estrategia Territorial de Navarra (ETN)
en la materia, las propuestas de los POT relativas a protección del patrimonio cultural inmueble,
responden a lo enunciado en dicha Estrategia, que viene a propugnar una gestión inteligente
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de los recursos culturales de la región en orden a su desarrollo económico y territorial, desde
la óptica de una explotación no consuntiva de los mismos, que garantice su conservación, así
como, el acceso a su conocimiento.
En relación con ello, la propia Ley 14/2005, -en lo que constituye una visión novedosa
en relación con la conservación del patrimonio cultural-, viene a reconocer que los bienes
culturales constituyen un recurso de dinamización social y turística compatible con su
protección, reconocimiento que avala el principio sustancial en el que el POT apoya la
conservación del patrimonio cultural: la protección activa de los bienes de interés, al
servicio de la ordenación, vertebración y desarrollo del territorio.
En coherencia con esa concepción, el POT propugna la gestión proactiva de los bienes
culturales inmuebles más relevantes, apoyando su protección en usos compatibles,
preferentemente de naturaleza dotacional, e inscribiendo su recuperación y puesta en valor,
siempre que resulte posible, en proyectos e iniciativas de desarrollo social y económico que
integren acciones de distinta naturaleza.
En la medida en que la protección del patrimonio se inscribe en la tarea de vertebrar y
articular el territorio, se entiende que las propuestas se dirijan sustancialmente a la protección,
recuperación y puesta en valor de bienes de naturaleza arqueológica, arquitectónica y urbana,
que guardan más estrecha relación con el territorio, contribuyen a su configuración física y
ambiental y constituyen un soporte razonable de equipamientos, e iniciativas sectoriales, tanto
públicas como privadas. Ello apela y obliga tanto a la Administración Pública como a los
particulares, que deberán sentirse concernidos en la tarea de la recuperación de los bienes
protegidos, disponiendo por sí mismos, o poniendo a disposición de terceros, el patrimonio
inmueble, al objeto de hacer posible su conservación, puesta en valor y conocimiento.
Habida cuenta de la naturaleza supralocal que, en virtud de lo establecido en la LFOTU
35/2002, caracteriza expresamente a los POT, la atención del Plan, en cuanto instrumento
llamado a poner en valor el patrimonio cultural, -y en particular el patrimonio inmueble-, se
dirige estrictamente a los bienes de mayor relevancia, -exactamente aquellos que participan o
podrían hacerlo, de la condición de bienes de interés cultural-, por más que en último término la
fijación de criterios y normas para el uso y protección del patrimonio, pueda referirse a
cualquier bien susceptible de protección, incluidos los de relevancia estrictamente local.
Aunque, como se ha apuntado, no competa propiamente al POT la elaboración de
inventarios, en el ANEXO PC2 – Listado de Bienes de Interés Cultural (BIC) y otros bienes
relevantes, se ofrece, a título informativo, el listado de BIC, así como de bienes de relevancia
existentes en el ámbito POT.
Importa señalar otra aportación novedosa de la Ley 14/ 2005: el concepto de “Paisaje
Cultural”, definido en dicha Ley de Patrimonio como “Paraje natural, lugar de interés
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etnológico, conjunto de construcciones o instalaciones vinculadas a formas de vida, cultura y
actividades tradicionales,....”. Con independencia de que en el marco de la ley citada constituya
una categoría de protección de alto valor, el concepto resulta particularmente atractivo -en
relación con la ordenación del territorio, en general, y la evolución y crecimiento de los núcleos,
en particular-, en la medida en que puede ser utilizado al objeto de la protección de los valores
morfológicos y el paisaje urbano de los asentamientos, tanto desde el POT, como desde el
planeamiento local.
La consideración de este concepto y categoría, permite afrontar la protección de los
valores morfológicos que se revelan característicos de los núcleos, sea desde el POT o
desde el planeamiento local, de modo disciplinariamente diferenciado, toda vez que
históricamente no existían figuras o instancias intermedias entre la protección singular
individualizada de la edificación -que en último término atiende estrictamente a valores
arquitectónicos o tipológicos-, y la declaración de un núcleo como conjunto histórico artístico,
sólo aplicable a conjuntos urbanos muy significados.
El POT requiere del planeamiento local y sectorial, la identificación de aquellos
enclaves o parajes que, en razón de su interés, puedan ser considerados “paisajes
culturales”, al objeto de asegurar su protección, con dos tareas específicas –
preferentemente en el marco del planeamiento municipal- en orden a la protección de
patrimonio urbano y paisaje del núcleo:
1.- La elaboración de estudios previos, en orden a la identificación de características
e invariantes morfológicas -así como, en su caso, la delimitación de aquellos fragmentos del
tejido urbano que reclamen algún grado de protección-, en los que se analice el origen y
génesis de cada asentamiento, su relación con elementos relevantes de su geografía próxima,
(ríos, caminos,...), la lógica histórica de ocupación del suelo y composición urbana, la relación
entre espacios edificados y vacantes, el espacio público y privado, las pautas de
emplazamiento de la edificación en relación a la topografía del lugar y su orientación, temas
todos ellos, que constituyen la esencia misma de la ordenación del territorio propiamente
urbano, tanto más si se propugna en términos de sostenibilidad, en cuanto atañe expresamente
al modo en que deban emplazarse y evolucionar los asentamientos.
2.- El establecimiento de pautas de evolución y crecimiento de cada núcleo, en
coherencia con las invariantes morfológicas y tipológicas que le caracterizan y las condiciones
geográficas del lugar en que se asientan. La caracterización morfológica previa contenida en
los estudios antedichos, permitirá diferenciar supuestos en que la evolución de un
asentamiento pueda y deba producirse en su tejido urbano o su entorno inmediato -de acuerdo
con principios de concentración y proximidad que, se propugnan para el desarrollo urbano de
los núcleos y la práctica de un urbanismo sostenible-, de aquellos otros supuestos en que el
crecimiento deba distanciarse -aún generando un nuevo asentamiento, articulado con el
originario a través de vías de relación e infraestructuras-, por cuanto resulte dudoso resolver
por adición la evolución del núcleo sin que sus valores ambientales se resientan.
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En relación con ello, y al objeto de guiar su protección, en el POT se hace referencia a
los paisajes urbanos en los documentos:
• Memoria Justificativa. Apartado 3.2: Ordenación del Paisaje.
• ANEXO PN9: Paisaje. Apartado 8. Criterios para la protección del paisaje urbano.
• Normativa. Art.31.- Criterios para la protección del paisaje urbano.
Se establecen por tanto, criterios generales relativos a la protección del paisaje
urbano, llamados a guiar al planeamiento local, tanto en la regulación de esta materia en el
ámbito urbano que le es propio, como la identificación de aquellos espacios que reclamen
protección o restauración.
Por otra parte, sea en los documentos citados, o en el presente capítulo 3.3, relativo a
Patrimonio Cultural, se identifican paisajes urbanos que en razón de su relevancia podrían
devenir en paisajes culturales, con el sentido, valor instrumental y categoría de protección,
considerados en la Ley Foral 14/2005 de Patrimonio Cultural de Navarra, así como, en otro
sentido, paisajes degradados que hayan de ser objeto de restauración, e impactos paisajísticos
que hayan de ser corregidos o paliados.
3.3.2.- OBJETIVOS, CRITERIOS Y ESTRATEGIAS
El Plan de Ordenación Territorial está llamado a contribuir a la conservación del
patrimonio cultural, desde la óptica, enunciada ya en la ETN, de que resulta precisa una
gestión no consuntiva, sostenible e inteligente de los recursos culturales.
Son objetivos del POT 4 en relación al patrimonio cultural los siguientes:
a) Conservar el patrimonio cultural inmueble, a partir de su protección activa y la
consideración de los bienes protegidos como recursos económicos al servicio de una
política global de ordenación, vertebración y recuperación del territorio.
b) Fomentar la restauración y puesta en valor del patrimonio arquitectónico singular
catalogado, y la rehabilitación del patrimonio inmueble ordinario.
c) Proteger el patrimonio urbano, impulsando la recuperación y regeneración urbana y
ambiental de los cascos y conjuntos urbanos de interés, en el marco de planes
integrales de intervención.
d) Proteger y restaurar el paisaje urbano de los núcleos, tanto en el interior de su tejido
como en su periferia y entorno rururbano, especialmente en aquellos asentamientos
más expuestos visualmente por su posición geográfica.
e) Proteger el patrimonio arqueológico apoyando la puesta en valor de yacimientos y
enclaves de interés integrándolos en el marco de rutas culturales.
f) Proteger los caminos históricos, vías verdes y otros itinerarios de interés al servicio de
la vertebración y conectividad territorial y una movilidad más sostenible.
g) Crear rutas culturales que relacionen núcleos urbanos y/o enclaves arquitectónicos o
históricos de interés, con una relación estilística o histórica.
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El POT 4 establece como criterio general de actuación respecto al patrimonio
arquitectónico su puesta en uso y valor. Para ello se establecen las siguientes líneas de
actuación:
a) Vincular la protección de la edificación singular con la política de equipamientos.
b) Apoyar la rehabilitación del patrimonio ordinario, susceptible de ser conservado por
razones ambientales o, simplemente, económicas, con destino a uso residencial.
c) Apoyar la rehabilitación integral, que tendrá en cuenta la variable económica y social,
de aquellos cascos y enclaves que participen de valores históricos y ambientales,
compatibilizando la política de conservación con la de regeneración.
De acuerdo con ello, y a partir de las consideraciones adelantadas, se enuncian los
siguientes criterios generales:
• El POT y, en su desarrollo, el planeamiento local y sectorial, procurarán la
salvaguarda del patrimonio cultural inmueble, a partir de su protección activa y
su inserción en el proyecto de recuperación cultural, funcional y social del territorio,
contribuyendo a la vertebración de éste, de acuerdo con el Modelo de Desarrollo
Territorial que se adopte en cada ámbito y, por extensión, en el conjunto de la región.
• La conservación del Patrimonio cultural inmueble responderá, pues, al mandato
específico de la ley, que reclama su protección, pero también al criterio de entender los
bienes protegidos como recursos -en último término socio económicos-, al servicio de
una política global de ordenación, vertebración y recuperación del territorio. El
POT procura, por lo mismo –e insta al planeamiento local y sectorial a hacer otro tanto,
la inserción de dicho patrimonio en proyectos de recuperación cultural, funcional y
socioeconómica del territorio, vinculándolo a acciones e iniciativas de desarrollo
turístico y cultural.
• La salvaguarda del patrimonio cultural, pasa, en general, y de modo especial en
materia de patrimonio arquitectónico, por la utilización de los bienes protegidos, aún
con destino a usos distintos a los primigenios, único modo razonable de garantizar su
conservación.
• En desarrollo de ese criterio, y por lo que se refiere al patrimonio arquitectónico, se
postula, con carácter general, su puesta en uso y valor, vinculando la protección de
la edificación singular con la política de equipamientos, esto es, destinando
preferentemente los edificios protegidos o susceptibles de protección, a dotaciones -
sean locales o supralocales, públicas o privadas-, y apoyando, en forma análoga, la
rehabilitación del patrimonio ordinario, susceptible de ser conservado por razones
ambientales o, simplemente, económicas, con destino a uso residencial, en el
entendimiento de que restauración y rehabilitación constituyen una expresión ejemplar
del principio de sostenibilidad.
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• Al tiempo, y por analogía, se propugna la rehabilitación integral de aquellos cascos
y enclaves que participen de valores históricos y ambientales, en su caso
mediante planes específicos de protección y/ o reforma interior de los núcleos en sus
tejidos primigenios, planes que habrán de contemplar, además de criterios de
naturaleza ambiental y morfológica, las variables económica y social.
Precisamente en relación con ello, y en coherencia con el principio de una protección
activa, que reclama el uso y puesta en valor de la edificación, las medidas de
rehabilitación física del patrimonio arquitectónico y urbano habrán de complementarse
con programas e iniciativas de revitalización social de los centros históricos, en su caso
apoyadas en la delimitación de Áreas de Rehabilitación Integral o figuras análogas que
puedan implementarse.
• También en relación con la imprescindible puesta en uso de la edificación, la
protección, aunque persiga la conservación de los bienes catalogados en sus
condiciones primigenias, debe hacerse compatible con la política de regeneración –
también social y económica- de los núcleos urbanos, que, por lo general, exige
intervenciones de cierta intensidad para adaptar dichos bienes a nuevos usos y
obtener, en el caso de la arquitectura destinada a vivienda, unas condiciones de
habitabilidad dignas.
• En el POT se ha considerado apropiado establecer o sugerir, bien que con carácter
indicativo -que en ningún caso comprometería en el corto plazo a políticas sectoriales
que pudieran verse afectadas-, usos y actuaciones concretas en determinados
inmuebles o enclaves culturales.
Tales propuestas –que en más de un caso aparecen asociadas a itinerarios culturales o
posibles centros de divulgación cultural y/ o interpretación, relacionados con la
naturaleza del bien protegido-, se plantean tanto con la finalidad expresa de procurar la
conservación de tales bienes, como en desarrollo y refuerzo del Modelo de Desarrollo
Territorial adoptado.
Las propuestas, aunque puedan inscribirse finalmente en programas de carácter
turístico, responden sustancialmente a criterios culturales, e ilustran el principio de
protección activa postulado desde el POT, y una línea de actuación en la que se insta a
inscribir futuros proyectos estratégicos, tanto a los entes locales como a los
departamentos que corresponda.
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3.3.3.- PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO Y URBANO
Como se ha expuesto anteriormente, debido a la intensa relación entre el contenido del
Patrimonio Arquitectónico con el Urbano se ha optado por su unificación, incluyéndose
contenidos que la LFOTU, en su artículo 35.1.g), cita como Otros Bienes de Interés Cultural,
como son:
• Elementos singulares del medio rural.
• Conjuntos urbanos de interés.
• Arquitectura popular e industrial.
3.3.3.1.- Pº. Arquitectónico. Criterios y Normas Generales
En relación con la Ordenación y Protección del Patrimonio Arquitectónico y Urbano, el
POT inscribe normas y criterios de Protección en dos líneas de intervención distintas:
• Por lo que se refiere a Bienes Culturales relevantes:
o
Coadyuvando a la formulación de inventarios y/o Catálogos, tanto en materia de
edificación como de conjuntos urbanos, -sin que ello signifique aportar listado alguno,
toda vez que la catalogación se confía expresamente a los municipios-,
fundamentalmente a partir de la sistematización y homologación de términos y
acepciones, y proporcionando al planeamiento local criterios, tanto para la asignación
de protección individualizada propia de los catálogos, como para la definición del
régimen de uso y acciones sobre la edificación protegida.
El POT establece criterios específicos relativos a la elaboración de catálogos, su
sistematización y criterios de intervención sobre la edificación catalogada en el
ANEXO PC1- Orientaciones para la sistematización en la elaboración de
Catálogos de protección del Patrimonio. Estos criterios permitirán al planeamiento
local y territorial adaptar sus determinaciones sobre patrimonio cultural y
arquitectónico.
• Por lo que se refiere al patrimonio inmueble común y a los asentamientos y enclaves
urbanos que no alcanzan la relevancia propia de Conjuntos o Sitios históricos, pero
participan de valores morfológicos y ambientales:
o Instando al planeamiento local a que identifique las invariantes arquitectónicas y
tipológicas de la edificación, así como de las características y valores morfológicos
de cada asentamiento.
o Estableciendo condiciones o pautas orientadoras que garanticen el respeto a la
geografía primigenia de cada lugar, y a la lógica que históricamente hubiera guiado la
ocupación de suelo y disposición de la edificación en cada núcleo.
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o
o
Sugiriendo los núcleos que deban ser objeto de planeamiento especial.
Recomendando e incentivando la declaración de determinados enclaves o
fragmentos del tejido urbano como Paisajes Culturales, en el sentido previsto en la
Ley de Patrimonio.
3.3.3.3.- Pº. Arquitectónico. Propuestas estratégicas
En la medida en que los BIC constituyen bienes de naturaleza cuyo interés resulta
claramente supralocal, se adjunta tanto en la documentación gráfica y Anexo citado, como en
las Fichas de Subáreas, información relativa a los Bienes de Interés Cultural existentes en
el ámbito del POT, cuya protección resulta obligada y aparece sometida a criterios sectoriales
específicos derivados de su condición de BIC.
A ellos se suman, como propuesta del POT, otros bienes arquitectónicos y/ o
urbanos, entre los que importa destacar, por cuanto guardan más estrecha relación con la
ordenación del territorio, distintos Conjuntos Urbanos de Interés, y, en particular, sus
cascos antiguos.
En relación con ello, cabe hacer una breve referencia a las siguientes cuestiones muy
importantes para el futuro de los Cascos Antiguos en el ámbito estudiado:
1.- La política de rehabilitación mediante “Áreas de Rehabilitación Preferente”,
resultante del Decreto Foral de Rehabilitación, cuyo efecto inmediato ha podido apreciarse en
cuantos municipios han redactado Planes Especiales de Protección y Reforma Interior,
preceptivos en orden a la declaración de tales áreas.
2.- Señalar como Áreas de Interés arquitectónico determinados “cascos
monumentales”, -en los que domina un arquitectura palaciega de ladrillo-, destacando Artajona,
Olite-Tafalla, Estella y Sangüesa y cuyo trazado y arquitectura se han mantenido y ofrecen
grandes posibilidades de puesta en valor del recurso.
3.- Mencionar los conjuntos históricos de interés para el POT 4 como son el casco
histórico medieval de Aibar/Oibar, asentado sobre un cerro de la vertiente meridional de la
Sierra de Izco, destacando sus edificios y el empedrado de sus calles. El casco medieval del
viejo Gallipienzo, que se extiende sobre la pendiente de un cerro predominando la iglesia de
San Salvador y los restos de la muralla de su palacio. El casco histórico de Ujué, sobre la sierra
del mismo nombre, que conserva su aspecto medieval de calles empedradas y casas
arracimadas alrededor de la iglesia-fortaleza de Santa María. Por último la Plaza Nueva de
Tafalla, de estética neoclásica; esta plaza se abrió al Camino Real y desplazó el centro
neurálgico de la población y es allí donde se celebran la mayor parte de los actos cívicos que
tienen lugar en Tafalla.
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En cuanto al Patrimonio industrial, hay que partir del hecho de que la tradición
industrial en Navarra es reciente, por lo que las grandes construcciones que pudieran
considerarse como arqueología industrial no existen. No obstante la tradición en la zona del
POT 4 en la obtención y la elaboración de materia prima proveniente del campo ha dejado una
fuerte herencia de patrimonio industrial, que se materializa en:
• Molinos de aceite
• Centrales eléctricas hidráulicas
• Trujales
• Molinos de agua
Existen, por tanto, en el ámbito del POT 4 Zonas Medias, un conjunto de bienes
inmuebles ligados a la actividad productiva, tecnológica e industrial, susceptibles de ser
incluidos, si no lo estuvieran ya, en alguna de las clases de bienes del patrimonio cultural de
Navarra. Instalaciones, todas ellas que, del mismo modo que los enclaves arqueológicos y el
patrimonio arquitectónico, habrían de ser rehabilitadas y puestas en valor, preferentemente en
el marco de proyectos integrales al servicio del desarrollo turístico y económico de la Zonas
Medias.
Dentro del capítulo del Patrimonio Etnográfico y como una propuesta del POT se
incluyen dos pueblos de colonización: Gabarderal y San Isidro del Pinar, como una forma
peculiar de asentamiento urbano de nueva fundación. En este mismo epígrafe y dentro de los
elementos singulares del medio natural y la arquitectura popular e industrial, se identifican la
Salinera de Salinas de Oro y la Nevera de Aibar/Oibar.
En síntesis, por lo que se refiere a patrimonio arquitectónico y urbano, además de la
identificación de edificios y conjuntos que, en razón de su valor pueden considerarse de interés
supralocal -cuya protección se propugna, bien instando a su consideración como monumento o
conjunto BIC, bien como Paisaje Cultural, o a su catalogación desde la instancia local-, el
POT viene a proponer, además de la utilización genérica del patrimonio singular como
equipamiento, los Centros de Interpretación y divulgación, y la creación de Rutas
Culturales que relacionan núcleos urbanos y/ o enclaves arquitectónicos o históricos de
interés, y participan de unidad estilística o histórica y que se desarrollan en el apartado 3.3.6.
Estrategias asociadas al Patrimonio Cultural.
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3.3.4.- PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO
3.3.4.1.- Pº. Arqueológico. Criterios y Normas Generales
Establecidos en Normativa relativa a Protección del Patrimonio Arqueológico.
3.3.4.2.- Pº. Arqueológico. Bienes de Interés Cultural (BIC)
Recogidos gráficamente en el MAPA 3.5. Patrimonio Cultural, arquitectónico y
urbano. Paisaje urbano. Su listado se ofrece, junto al de otros yacimientos arqueológicos
relevantes, en el ANEXO PC2: Listado de Bienes de Interés Cultural (BIC) y otros bienes
relevantes.
Los BIC declarados son: Ciudad Romana de Andelos, (Mendigorría) y Dólmenes de
Artajona (Artajona). Mientras que los BIC incoados son: Villa de Las Musas, (Arellano); Villa
de Liédena, (Liédena); Poblado de la Edad del Hierro: Las Eretas (Berbinzana) y Despoblado
de Bargota, (Mañeru) y la Zona de los Castillos (Estella).
Aunque no se trata de yacimientos espectaculares que atraigan muchos visitantes
fuera de nuestro ámbito regional, la excavación de la mayor parte de su extensión,
consolidaciones y una estructura, asociada a los restos, de museo – centro de interpretación “in
situ”, ha hecho de algunos de estos yacimientos (Andelos, Las Musas y Las Eretas), lugares de
visita cultural de colegios, asociaciones, estudiosos y personas interesadas en el pasado de
Navarra. Al ser yacimientos que se ven y explican en relativamente poco tiempo, cada visita se
complementa con otro yacimiento cercano, monumento o localidad.
3.3.4.3- Pº. Arqueológico. Propuestas estratégicas
Se ofrece en este punto, junto a acciones y criterios de intervención en materia de
arqueología, una sucinta caracterización de los valores arqueológicos del ámbito POT 4 Zonas
Medias, así como de las tareas de prospección y recuperación de enclaves y yacimientos. La
propuesta del POT se recoge gráficamente en el MAPA 3.5. Patrimonio Cultural,
arquitectónico y urbano. Paisaje urbano.
La experiencia derivada del proceso de investigación arqueológica permite apuntar las
siguientes acciones y criterios de intervención en orden a garantizar una correcta
protección de los enclaves:
• Para la protección del patrimonio arqueológico no declarado BIC, deberán
establecerse por el planeamiento urbanístico municipal Áreas Arqueológicas de
Cautela en los núcleos urbanos con pasado histórico en una extensión que exceda a
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