abr. 1983 - Publicaciones Periódicas del Uruguay
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33<br />
ANEXO I<br />
EL CASO GRAÑA<br />
"Pero esperaba esta noche para después<br />
decirles a esas profesoras que charlan, como<br />
"un pianista de café" -yo había ido contratado<br />
a tocar en un café- puede dar conciertos;<br />
porque ellas no saben que en este<br />
país un pianista de concierto tenga<br />
que ir a tocar a un café".<br />
Mi primer concierto<br />
Entre los muchos cuadernos que se conservan con recortes de prensa<br />
sobre la actividad pianística de Felisberto, existe uno en cuya primera<br />
página se lee en letra cursiva y tinta negra: "El Caso Graña". El cuaderno<br />
contiene una polémica periodística que Felisberto mantuvo en Rocha en<br />
1929, en ella se refleja una clara asimilación de las ideas y el estilo de<br />
Vaz Ferreira. .<br />
EL AMBIENTE PROVINCIANO<br />
Desde 1926 Hernández está dedicado a su doble afán pianistico de<br />
"hacer empresa" como animador de café o de cine mudo, y de procurar<br />
un cartel en música como concertista. Hasta 1942 cuando vende su<br />
piano, desarrolla esta actividad; a través de sus giras por el interior <strong>del</strong><br />
país y la Argentina, como maestro de conservatorio, y aún como compositor<br />
de piezas menores.<br />
En 1929 con sólo dos conciertos en su haber ha logrado un nombre<br />
como pianista y la aceptación de la crítica montevideana. Ya había<br />
publicado su primer libro, está integrado a los círculos intelectuales y<br />
disfruta <strong>del</strong> padrinazgo de Vaz Ferreira. Acosado por las penurias económicas<br />
que siempre lo acompañaron decide radicarse en Rocha donde<br />
permanece un año.<br />
En Rocha Felisberto se instala en un pequeño hotel y se gana malamente<br />
la vida como pianista tocando por la noche en la Confitería "El<br />
Globo" donde llegará a tener su propia orquesta, haciendo música para<br />
cine en el "Teatro Exce/sior" y dando clases de piano a domicilio. La<br />
organización de algunos conciertos de escaso público -"nunca fueron<br />
oportunos mis conciertos"- provoca la admiración algo provinciana de la<br />
prensa local. Continúa escribiendo, y los breves relatos <strong>del</strong> Libro sin<br />
tapas aparecen en el diario "La Pal<strong>abr</strong>a" de su amigo Carlos Rocha,<br />
quien luego será su editor. Los relatos de Felisberto aparecen discordantes<br />
en las páginas de esos diarios inundadas de un cansado romanticismo.<br />
Para Rocha, Fel isberto Hernández es músico y ante todo concertista,<br />
su literatura se mantiene en una discreta incomprensión.<br />
Felisberto va a Rocha acompañado por su amigo Venus González<br />
Olasa, bohemio legendario que Felisberto retrata en "La barba metafísica"<br />
<strong>del</strong> Libro sin tapas. Olasa acompaña a Felisberto a manera de<br />
manager, preludio de sus aventuras artísticas <strong>del</strong> 34. Periodista, aventurero<br />
y oportuno, logra colocar avisos para su periódico capitalino "El<br />
Plata". Incursiona en el incierto género de la conferencia tratando temas<br />
como el matrimonio, la patología sexual o los peligros de la lujuria. Allí