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Primeras páginas de 'Presentimientos' - Prisa Ediciones

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Podía poner tantas imágenes, tantas palabras, tan tas<br />

sensaciones en la tierna y fresca inteligencia <strong>de</strong> su hijo,<br />

que sentía una gran responsabilidad. Cerró los ojos y lo<br />

abrazó. La respiración <strong>de</strong> Tito funcionaba como un somnífero.<br />

Hacía días que le costaba mucho coger el sueño,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que Diego Torres, y no él, <strong>de</strong>scubrió que el incendio<br />

<strong>de</strong> unos almacenes había sido provocado. De no ser<br />

por Torres la aseguradora habría tenido que <strong>de</strong>sem bolsar<br />

una fortuna. Hasta este momento Félix era el investigador<br />

estrella sin discusión, y un fallo como éste no se lo<br />

habría esperado él ni nadie. Torres <strong>de</strong>cía una y otra vez<br />

que había sido pura suerte, pero los hechos eran los hechos.<br />

No le molestaba que Torres lo hubiese <strong>de</strong>scubierto.<br />

Torres se merecía que algo le saliera bien. Lo que no se<br />

perdonaba era no haber sabido ver dón<strong>de</strong> estaba la prueba,<br />

pensa ba mientras se hundía lentamente en la nada<br />

inmensa.<br />

No sabía qué hora sería cuando el llanto <strong>de</strong> Tito<br />

lo sobresaltó. Le costó situar las florecillas azules <strong>de</strong> la<br />

corti na en el espacio y el tiempo. Vio la cara enrojecida<br />

<strong>de</strong> su hijo frente a la suya. La piel era tan fina y suave que<br />

ame nazaba con romperse en la frente y las mejillas. Le<br />

dio un beso en la cabeza. El mismo Félix, según le habían<br />

conta do, había sido un llorón que no <strong>de</strong>jaba dormir a nadie.<br />

Aunque a veces también le habían dicho lo contrario<br />

por lo que en realidad no tenía una noción aproximada<br />

<strong>de</strong> los tres primeros años <strong>de</strong> su vida. Tres años en que<br />

había exis tido sin conciencia <strong>de</strong> ello ante testigos poco<br />

fiables. Tres años en cierto modo perdidos. El llanto <strong>de</strong><br />

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