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Economía para todos

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Capítulo XI<br />

E. El tipo de cambio y la política antiinflacionaria<br />

Para muchos, una parte importante de la política antiinflacionaria tiene que ver con la regulación del precio del<br />

dólar. Ya hemos visto cómo, en la historia económica de Chile, se intentó detener la inflación fijando el precio<br />

del dólar. También hemos señalado que dicho enfoque fracasó, lo que ha ocurrido también en otros países. Las<br />

razones de estos fracasos son muchas, pero entre ellas siempre aparece el exceso de gastos, aunque a veces se<br />

trate de excesos en el gasto público, a veces en el privado y, en la mayoría de los casos, en ambos. Cuando hay un<br />

exceso de gasto por encima del producto potencial, habrá eventualmente presiones sobre los precios internos; los<br />

agentes se dan cuenta de que el tipo de cambio no resistirá mucho y comenzarán a comprar divisas <strong>para</strong> ganar<br />

dinero (o no perderlo) cuando el precio de las divisas se eleve. Si las autoridades intentan resistir estas tendencias<br />

sin regular el gasto de los agentes, llegará un momento en que la demanda de divisas tendrá que ser enfrentada<br />

por el propio Banco Central, que comenzará a venderlas en el mercado <strong>para</strong> evitar alzas en su precio, sacándolas<br />

de las reservas que pueda haber acumulado en el pasado o pidiendo prestado en el extranjero.<br />

La tentación <strong>para</strong> actuar de esta manera es grande, porque se sabe que los aumentos bruscos del precio de las<br />

divisas, llamados devaluaciones, se transmiten con rapidez al resto de los precios por varios canales. En primer<br />

lugar, el aumento se transfiere directamente al precio de los productos importados y a aquellos de productos<br />

nacionales que los usen como insumo, ya que los precios en divisas deben multiplicarse por un factor mayor <strong>para</strong><br />

transformarlos a pesos. Por ejemplo, un producto importado que vale US$100, si el precio del dólar es de $600 por<br />

dólar costará, en pesos, $60.000. En cambio, si el precio del dólar es de $650 costará, en pesos, $65.000.<br />

Cuando el Banco Central comienza a perder reservas, esta información se hace pública rápidamente ya que los<br />

bancos centrales publican sus balances con frecuencia. Como las reservas del Banco Central son un elemento<br />

de seguridad <strong>para</strong> los acreedores de que el país podrá pagar normalmente sus deudas, la disminución de las<br />

reservas ocasiona pérdida de confianza, tanto en el país como en el exterior. Los prestamistas externos comienzan<br />

a mostrarse reticentes, y puede llegar un momento en que eleven los intereses que cobran y hasta dejen de prestar.<br />

Por su parte, los agentes nacionales pueden llegar a temer que esto se transmita al país, e incluso que el Banco<br />

Central o el Gobierno tengan dificultades <strong>para</strong> pagar los intereses, o aun el capital, de sus bonos. Comienzan, por<br />

eso, a exigir mayores intereses debido al riesgo, o a deshacerse de los bonos que puedan tener, con lo que su<br />

precio baja.<br />

Al caer el precio de los bonos, como el monto de interés que se paga por ellos es fijo, el pago de intereses, como<br />

porcentaje del precio del bono, se eleva. Por ejemplo, si el bono se vendió inicialmente en $100, y prometió pagar<br />

intereses por $5 al año, esto implica una tasa de interés de 5%; si el precio del bono baja a $80, los $5 de interés<br />

representarán ahora una tasa de (5/80)*100 lo que equivale a 6,25%. Si el Banco Central insiste en mantener la<br />

misma tasa anterior, de 5%, tendrá que comprar los bonos que se ofrecen en el mercado con el fin de mantener<br />

su precio en $100, entregando dinero a cambio.<br />

El dinero adicional que el Banco Central entrega <strong>para</strong> comprar bonos implica que los compradores de divisas<br />

tendrán el financiamiento <strong>para</strong> continuar comprándolas, presionando, cada vez más, su precio al alza. Se genera<br />

así una pérdida creciente de reservas del Banco Central hasta que el Banco se vea obligado a elevar el precio de<br />

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