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a mensurar el grado de avance, para los casos nacionales se
han creado 12 indicadores. Sin embargo, algunos analistas
sugieren la necesidad de diferenciación entre países menos
avanzados y los de Renta Media.
Estos analistas observan que mientras los países
con menor ingreso son principalmente receptores de ayuda
y más dependientes de la AOD, los países de Renta Media
son a la vez receptores y cooperantes, y menos dependientes
de la AOD.
Además, para los Países de Renta Media es
cada vez más importante tener cooperación horizontal
y triangular. Este tipo de cooperación posibilita a los
Gobiernos Locales construir o fortalecer lazos fronterizos
o regionales de apoyo, redes de intereses comunes,
espacios temáticos con vistas a solución de problemas
similares, etc.
Las especificidades de la cooperación en los países
de Renta Media conduce a preguntarse si merece la pena
que estos países adhirieran a la Agenda de París. En la
realidad, un grupo de países latinoamericanos en esta condición
hasta entonces no ha firmado la DP. Es el caso de
Argentina, Chile y Brasil, entre otros. A los que firmaron,
como Colombia, les resultó difícil a la vez realizar la evaluación
sobre el grado de cumplimiento a partir de los 12
indicadores propuestos, lo que sugiere que algunos de los
supuestos no se ajustan plenamente a las necesidades de
estos países.
Estudiosos del tema denuncian la falta de modelos
propios que permitan a los países de renta media mostrar
cuánto han avanzado en la efectividad de la ayuda.
Sin embargo, Sanahuja (2009) observa que a partir de las
propuestas de la Cooperación Española para mantener su
apoyo a la América Latina, se ha iniciado un consenso acerca
de las necesidades de cooperación para estos países de
que promuevan, más allá de la disminución de «las bolsas
de pobreza»:
1. El fortalecimiento institucional y la cohesión social
a través de la mejora de las políticas públicas y
las reformas tributarias; de programas de salud y
educación; y el respaldo a los actores sociales favorables
al cambio.
2. El fortalecimiento de los sistemas financieros
nacionales y la capacidad reguladora del Estado
con vistas a la estabilidad financiera y la preservación
de los avances logrados en la reducción de
la pobreza.
3. Políticas para mejorar la inserción en el comercio
internacional a través de la mejora de las infraestructuras
y del desarrollo del conocimiento y
tecnología. Es decir, apertura comercial por medio
de integración sur-sur y acuerdos comerciales
«sur-norte» que aseguren el acceso a mercados externos,
incrementen la inversión extranjera e incentiven
la innovación y la competitividad sin dejar
de reconocer las asimetrías.
En los Gobiernos Locales de Países de Renta Media
no se pueden utilizar los indicadores propuestos en París
para observar el avance de la eficacia de la ayuda. Como ya
fue destacado, estos actores no fueron sujetos considerados
en la DP y los indicadores son dirigidos a las naciones. Además,
algunos de los principios no se adecuan con el mismo
sentido a los casos locales. Por ejemplo, lo que ocurre en el
caso de alineación: la complejidad de los sistemas presupuestales
locales hace que sea mucho más eficiente canalizar
los recursos de cooperación por fuera del presupuesto.
¿Si estamos buscando la eficiencia, cómo evaluar este tema
sin adaptar los principios de París?
Aunque no esté totalmente adecuada a la realidad
de estos países, la Agenda de París, en sus líneas generales,
apunta a elementos esenciales para una cooperación
eficaz en la medida que defiende un mayor protagonismo
de los países socios, alineamiento y complementariedad
entre los involucrados, etc. Así que hoy, reconociéndose
la necesidad de ciertas adaptaciones para cada caso (sea
país de Renta Media o Gobierno Local), la DP es vista más
como una oportunidad que como una amenaza.
70 Sistematización de buenas prácticas en América Latina