Profesión Dental julio-agosto-septiembre 2012 - COEM

Me llegaron a decir que cuando hubiera mucho sarro
presupuestase raspados y alisados radiculares en lugar de
profilaxis. Y luego venden que la limpieza la regalan…
todo mentira. Para rematar, al final de mes venía la última
que te hacían. En la facturación veías que te habían descontado
dinero, porque según ellos otro compañero había
tenido que rehacer trabajos tuyos… algo que sabías que
no era verdad”.
¿En qué más sitios has trabajado?
“Durante esta época combinaba con una clínica en San
Agustín de Guadalix con una señora mayor que se iba a
jubilar. Luego me fui a otra franquicia de la competencia.
Estuve cuatro meses por una baja y tampoco me gustó su
sistema. Todo está especializado y el dentista general no
hace prácticamente nada. Además hay un grave problema,
ellos venden que tienen un trato exquisito con el paciente y
luego le dan unos tiempos de trabajo ridículos. No podías
casi ni saludar.
Después trabajé una temporada en Tres Cantos y tampoco
me fue bien. Yo reconozco que en la Complutense hay un
ambientillo continuo de “somos los mejores” y te lo acabas
creyendo. Lo malo de esto es que al final pecas de exceso
de confianza.
Más tarde trabajé en Leganés. Cubrí una baja de noviembre
a marzo y durante este periodo me anuncié en el Colegio,
donde vi una oferta en Colmenar Viejo. Yo vivo en Soto del
Real, a diez minutos de esta clínica. Hice una entrevista y
me cogieron. Al principio simultaneaba las dos clínicas,
Leganés y Colmenar, pero el día de la Huelga General terminaba
mi contrato en Leganés y en la otra clínica me necesitaban,
así que intenté solucionarlo con la mejor de las
voluntades. No sirvió de nada y la cosa terminó mal con la
clínica de Leganés”.
Pero Fátima, ¿por qué me suena tanto esta historia?
“Pues porque escribí a la revista, a la sección de asesoría
legal para que me aconsejaran qué debía hacer”.
¿Y cuánto tiempo te quedaste en la clínica de Colmenar?
“No, en la de Colmenar sigo en la actualidad. Trabajo todos
los días menos los miércoles, me pago autónomos pero
cobro un treinta por ciento. Es el mejor sitio en el que he trabajado.
Mi jefa es buenísima y la auxiliar también. Tenemos
una compenetración difícil de superar. Me respetan, me
dejan trabajar y nunca me desautorizan delante del paciente.
En los pueblos es súper importante el boca a boca. Si su percepción
es mala te pueden hundir de una manera muy
fácil. Nosotros tratamos al paciente bien. Le damos su tiempo”.
Y en cuanto a tu formación, ¿qué importancia le das?
“Le doy mucha importancia pero los precios de los másteres
son prohibitivos. Me gustaría mucho hacer cirugía pero te
aseguro que si tengo veinte mil euros tampoco me los
gastaría en eso. Antes me independizo o cambio mi
coche, que está muy viejecito. No tengo envidia de nadie,
pero tampoco me parece justo que la gente que tiene
mucho dinero tenga muchas más posibilidades de acceder
a una mejor formación.
He hecho un curso de Endodoncia Avanzada en la Complutense.
Duró cuatro meses y me costó mil doscientos
euros. Y ahora estoy haciendo uno de Odontología Legal,
Forense y Criminalística. Terminamos el veintitrés de junio y
me ha apasionado. Es un viernes al mes y hemos asistido a
clases magistrales de verdad de los doctores Sánchez, Labajo,
Robledo y Perea”.
¿Ves posibilidades de trabajar en algo relacionado
con el tema del curso?
“Hombre, no muchas… pero bueno, parece que me
puedo meter en la bolsa de peritos judiciales y a lo mejor
a través de ella me llaman para algo”.
¿Qué proyectos tienes de futuro?
“Pues quedarme en esta clínica de Colmenar y ampliar en
la medida de lo posible la cartera de pacientes. Me
gustaría también hacer un postgrado en la universidad
Francisco de Vitoria que dura dos años y no está mal de
precio. Y luego tengo pendiente de publicación un artículo
de Médica. Yo estoy dispuesta a estudiar y a seguir formándome
dentro de márgenes asequibles para mí”.
¿Y respecto a tu vida personal?
“Mi hermano, que tiene treinta y tres años y es ingeniero informático,
y yo vivimos en casa de nuestros padres. Mi
madre está en paro y mi padre está jubilado. Me llevo
bien con ellos pero tengo muchas ganas de independizarme,
y como no tengo pareja y mis ingresos son inestables,
hoy por hoy no lo veo factible”.
¿Tienes algún mensaje para el Colegio?
“Sí, me gustaría que el Colegio ayudase a la gente sin
medios que quiera seguir formándose después de la
carrera. No sé… ayudarnos a conseguir financiación a
interés cero, cuotas mensuales bajas… cualquier cosa
que nos lo ponga más fácil. También pediría dejar algún
curso para los sábados, porque entre semana se complican
los horarios y es difícil acudir.
Otra cuestión importante y de interés general es que se
cumpliera lo de los números clausus, pero sobre todo,
sobre todo… rogaría al Colegio que vigilara los abusos a
los recién licenciados. Que lo vigilen, que lo persigan, que
no consientan esos sueldos indignos que no nos permiten
crecer. Que manden inspecciones, que multen, que no
permitan abrir clínicas sin dentistas al frente..., que defiendan
de verdad a los que más lo necesitan.
Y todo esto dicho con una firmeza imperturbable. En fin…
que cuidado con Fátima y sus cruzadas”.
julio-agosto-septiembre 2012