Número 7, julio-septiembre, 2009 Nueva Época Órgano científico ...

en el desarrollo del país, principalmente de Estados Unidos, Japón, Alemania,
Francia, Inglaterra y otros países cuyo intercambio comercial es de vital
importancia en la economía nacional.
Por ello se ha resentido la tesis propuesta por un grupo de economistas
de izquierda respecto al pago de la deuda externa así como con la relación
con los organismos internacionales. Pero principalmente en lo relativo al manejo
del sistema financiero y de la economía a nivel nacional. Por ejemplo,
en el pago de la deuda externa se podría seguir el «modelo argentino», que
consistió en congelarla y luego pagarla con ayuda exterior, principalmente
venezolana.
El Salvador podría renegociar su deuda externa y, dados los acercamientos
entre el gobierno de Funes y los gobiernos progresistas de Brasil y Venezuela,
cambiar el pago de la deuda externa salvadoreña a los organismos
internacionales por acuerdos bilaterales de cooperación económica con estos
países, para quienes desembolsar el monto de la deuda externa salvadoreña
sería una menudencia. De esta forma se terminaría el calvario de la eterna
dependencia del Fondo Monetario Internacional (fmi), del Banco Interamericano
de Desarrollo (bid) y del Banco Mundial (bm). La misma Embajada de
Estados Unidos no ha puesto reparos en el acercamiento con Venezuela, incluso
la recomiendan, ya que Venezuela podría resolver el pago de la factura
petrolera al gobierno de Funes y de paso quitarle un dolor de cabeza a los
mismos Estados Unidos.
El equipo de Funes en materia económica parece haber tomado otra decisión
respecto a estas tesis propuestas, para llamarlos eufemísticamente, por
los «Marx Brothers», pues el equipo de Funes se ha decantado por agachar la
cabeza y jugar de «niños bien portados» ante los organismos internacionales.
En este sentido, a pesar de que han llegado a dirigir la economía nacional
economistas de reconocida capacidad profesional, la opción por la vía
de cumplir los compromisos con los organismos multilaterales, según sus
condiciones, parece ir más de la mano de los «inventores» del neoliberalismo,
los tristemente célebres «Chicago Boys», que de dar un salto hacia una opción
preferencial por los pobres en materia económica, lo cual implicaría en
primera instancia renegociar las condiciones de pago a los organismos multilaterales,
de acuerdo a las necesidades primordiales de las grandes mayorías
de nuestro país.