La historia del cine - Universidad de La Punta (ULP)
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»<br />
Películas<br />
Historia <strong><strong>de</strong>l</strong> Cine<br />
fundamentales para el aprendizaje<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje <strong>cine</strong>matográfico<br />
Alberto Tricarico / Fernando Saad
Coordinación General<br />
Nestor Arellano<br />
Coordinación <strong>de</strong> Contenido<br />
Melina Manzur<br />
Edición<br />
Darío Cal<strong>de</strong>rón<br />
Coordinación <strong>de</strong> Diseño<br />
Natalia Perinetti<br />
Diseño<br />
Rocío Juárez, Fernanda Rubio<br />
Diseño <strong>de</strong> tapa<br />
Diego González<br />
1ª edición<br />
ISBN: en trámite<br />
© <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>La</strong> <strong>Punta</strong>, 2011<br />
Queda hecho el <strong>de</strong>pósito que establece la Ley 11.723<br />
Libro <strong>de</strong> edición argentina<br />
No se permite la reproducción parcial o total, el almacenamiento, el alquiler, la<br />
transmisión o la transformación <strong>de</strong> este libro, en cualquier forma o por cualquier medio,<br />
sea electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos sin el<br />
permiso previo y escrito <strong><strong>de</strong>l</strong> editor. Su infracción está penada por las leyes 11.723 y 25.446
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Historia<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> Cine<br />
Películas fundamentales para el aprendizaje<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje <strong>cine</strong>matográfico
Un agra<strong>de</strong>cimiento muy especial para Daniela Castro,<br />
una ex alumna, por su colaboración en la revisión y<br />
corrección <strong><strong>de</strong>l</strong> texto.
» Prólogo<br />
Historia <strong><strong>de</strong>l</strong> Cine<br />
El conocimiento pulsó el click <strong>de</strong> una nueva revolución para la humanidad<br />
y en nuestro planeta se viven tiempos exponenciales. <strong>La</strong>s innovaciones,<br />
cada vez más frecuentes, reconfiguran todo lo conocido y las<br />
socieda<strong>de</strong>s las adoptan a mayor velocidad.<br />
Atravesamos una tormenta perfecta que afecta todos los aspectos <strong>de</strong> la<br />
vida cotidiana. Y ante su inexorabilidad es necesario prestar atención a<br />
los cuatro factores que la componen: la revolución tecnológica, la revolución<br />
económica, la revolución social; y la participación <strong>de</strong> la generación<br />
<strong>de</strong> nativos digitales y jóvenes, que sientan un prece<strong>de</strong>nte histórico:<br />
por primera vez, ellos saben más <strong>de</strong> un tema que sus padres.<br />
El futuro no se pue<strong>de</strong> pre<strong>de</strong>cir, pero se pue<strong>de</strong> participar en su invención<br />
en forma colaborativa, con todos los integrantes <strong>de</strong> una sociedad formada,<br />
capacitada, interesada, que disponga <strong><strong>de</strong>l</strong> conocimiento para generar<br />
innovaciones que optimicen la productividad y el <strong>de</strong>sarrollo económico.<br />
Queremos que quienes habitan nuestro suelo puedan aprovechar las<br />
posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> esta tormenta <strong>de</strong> categoría 6. Para esto hemos planificado<br />
y ejecutamos, en forma sistemática y coherente, un plan a 20 años,<br />
San Luis Digital.<br />
| 7<br />
Nuestra agenda digital se estructura en seis ejes: Infraestructura, Educativo,<br />
Tecnológico, Productivo, Marco Legal y Gobierno Electrónico.<br />
Hoy tenemos más <strong>de</strong> 235 iniciativas para lograr:<br />
• Exportar más productos con contenido tecnológico.<br />
• Generar una red <strong>de</strong>nsa <strong>de</strong> usuarios <strong>de</strong> Internet —inclusión digital<br />
<strong>de</strong> toda la población—.<br />
• Contar con más profesionales en ciencia e ingenierías<br />
• Y, sobre todo, tener una base más amplia <strong>de</strong> trabajadores con<br />
educación secundaria completa y con mejores habilida<strong>de</strong>s en<br />
matemática, lectura, escritura, ciencia y tecnologías <strong>de</strong> la información<br />
y la comunicación (Tics).<br />
Algunas cifras testimonian elocuentemente el grado <strong>de</strong> avance <strong>de</strong> San<br />
Luis en materia tecnológica y educativa —políticas clave <strong>de</strong> cara<br />
al futuro—.<br />
• Todas las localida<strong>de</strong>s con más <strong>de</strong> veinte habitantes tienen internet<br />
<strong>de</strong> banda ancha gratuita a través <strong>de</strong> Wi-Fi.
8 |<br />
• El 70% <strong>de</strong> los hogares sanluiseños cuentan<br />
con al menos una computadora.<br />
• <strong>La</strong> penetración <strong>de</strong> Internet es <strong><strong>de</strong>l</strong> 74,2%, la más<br />
alta <strong><strong>de</strong>l</strong> país, por encima <strong>de</strong> la media nacional<br />
que es <strong><strong>de</strong>l</strong> 50,3%.<br />
En lo que respecta al sector educativo, las acciones<br />
abarcan a docentes y alumnos.<br />
• El 85% <strong>de</strong> los educadores <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema educativo<br />
provincial han sido formados en las nuevas<br />
tecnologías, matemática, astronomía, y geotecnologías.<br />
• El 50% <strong>de</strong> las escuelas rurales tienen planes <strong>de</strong><br />
mejoramiento <strong>de</strong> la enseñanza en las disciplinas<br />
estratégicas: matemática, lengua, ciencia y<br />
tics.<br />
• Contamos con 42 Centros <strong>de</strong> Inclusión Digital<br />
(CID), distribuidos en todo el territorio, que permiten<br />
formar a las comunida<strong>de</strong>s en el uso <strong>de</strong><br />
las nuevas tecnologías para mejorar su calidad<br />
<strong>de</strong> vida. Los mayores <strong>de</strong> 16 años pue<strong>de</strong>n asistir<br />
a estos centros para completar su escolaridad<br />
primaria y secundaria. Durante el 2009 la asistencia<br />
a estos centros fue masiva.<br />
• Todos los Chicos en la Red es el plan por el cual<br />
todos los alumnos <strong>de</strong> primero a sexto grado,<br />
<strong>de</strong> treinta localida<strong>de</strong>s, recibieron una computadora,<br />
al igual que sus maestros. Tiene como<br />
objetivo mejorar la calidad educativa. Alcanza<br />
al 14% <strong>de</strong> los estudiantes <strong>de</strong> primaria. De este<br />
modo, los niños <strong>de</strong> San Luis estudian con una<br />
computadora, con software educativo y conectividad<br />
a internet tanto en la escuela como<br />
en sus hogares, con docentes que incluyen<br />
Tics en sus prácticas pedagógicas.<br />
• Con los estudiantes <strong>de</strong> este plan se implementa<br />
la propuesta colaborativa medioambiental<br />
y digital Balance Cero, que consiste en calcular<br />
el dióxido <strong>de</strong> carbono emitido producto <strong>de</strong> la<br />
generación <strong>de</strong> energía eléctrica que se consume<br />
en los hogares. Determinada la cantidad<br />
dióxido <strong>de</strong> carbono se calcula la cantidad <strong>de</strong><br />
árboles necesarios para capturar ese gas y lograr<br />
el balance entre emisión y captura. Con<br />
esta iniciativa, 13 localida<strong>de</strong>s izaron la ban<strong>de</strong>ra<br />
<strong>de</strong> balance cero, y en otras 17 se está plantando.<br />
Este año se sumarán como parte <strong>de</strong> Balance<br />
Cero, acciones <strong>de</strong> compensación para el<br />
transporte, la calefacción y los residuos.<br />
• Para alentar el esfuerzo y el estudio todos los<br />
años se realizan las Olimpíadas Sanluiseñas<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> Conocimiento, dirigidas a estudiantes <strong>de</strong><br />
primaria y secundaria. Se compite en forma<br />
virtual resolviendo tareas en la plataforma<br />
digital <strong>de</strong> aprendizaje (e-learning) <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong>.<br />
Los ganadores reciben importantes<br />
premios. En su edición <strong>de</strong> 2009, los ganadores<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> secundario viajaron a Italia a conocer los<br />
lugares don<strong>de</strong> Galileo Galilei estudió y enseñó.<br />
• También alentamos la lectura por su crucial importancia<br />
en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> habilida<strong>de</strong>s intelectuales.<br />
Como es sabido, el pensamiento se<br />
estructura con palabras y la capacidad lingüística<br />
hace la diferencia a la hora <strong>de</strong> interpretar y<br />
compren<strong>de</strong>r el mundo. Por ello, <strong>de</strong>sarrollamos<br />
el plan <strong>de</strong> lectura Contextos en instituciones<br />
educativas y centros <strong>de</strong> salud. Actualmente,<br />
se trabaja con chicos <strong>de</strong> nivel inicial y hasta<br />
segundo grado <strong><strong>de</strong>l</strong> primario, en espacios <strong>de</strong><br />
lectura con bibliografía especializada y personal<br />
que lee para introducir a los pequeños en el<br />
mundo <strong>de</strong> las letras. Con esta propuesta se ha<br />
llegado al 50% <strong>de</strong> los niños <strong>de</strong> nivel inicial.<br />
• Con un enfoque centrado en amigar a los<br />
jóvenes con el mundo <strong>de</strong> la programación<br />
informática, e interesarlos por carreras tecnológicas,<br />
se organiza el certamen Gaming.NET<br />
junto con Microsoft. En su edición 2009 este<br />
concurso <strong>de</strong> programación contó con 604<br />
inscriptos, provenientes <strong>de</strong> 57 escuelas, <strong>de</strong> 23<br />
localida<strong>de</strong>s. Con el mismo objetivo, este año<br />
se aña<strong>de</strong> Fútbol Robot, que implica el uso <strong>de</strong>
herramientas <strong>de</strong> programación para el <strong>de</strong>sempeño<br />
en la robótica autónoma móvil.<br />
• Para <strong>de</strong>spertar el interés <strong>de</strong> los puntanos por<br />
la ciencia creamos el Parque Astronómico <strong>La</strong><br />
<strong>Punta</strong> (PALP). Este espacio <strong>de</strong> divulgación<br />
científica está compuesto por dos planetarios,<br />
uno fijo y otro itinerante, un observatorio<br />
con dispositivos <strong>de</strong> última generación, y<br />
el Centro Interactivo <strong>de</strong> Ciencias, con doce<br />
módulos don<strong>de</strong> se explican diferentes nociones<br />
científicas. Se aña<strong>de</strong> un observatorio<br />
a ojo <strong>de</strong>snudo conformado por instrumentos<br />
<strong>de</strong> observación utilizados por diferentes<br />
pueblos en la antigüedad. El 40% <strong>de</strong> la población<br />
sanluiseña ha visitado el PALP y participado<br />
<strong>de</strong> sus propuestas.<br />
Estudios neurocientíficos han <strong>de</strong>mostrado el beneficio<br />
<strong>de</strong> algunos juegos para conseguir un mejor<br />
coeficiente intelectual y una mayor velocidad <strong>de</strong><br />
procesamiento cerebral. En cinco localida<strong>de</strong>s se ha<br />
comenzado con talleres que incorporan estos juegos<br />
específicos, complementados con arte y música para<br />
incentivar en los chicos la expresión creativa, artística<br />
y sensorial.<br />
Estas acciones están dirigidas a preparar a las nuevas<br />
generaciones sanluiseñas en las habilida<strong>de</strong>s que necesitarán<br />
para afrontar el mundo <strong><strong>de</strong>l</strong> mañana. Para<br />
estar preparados ante las nuevas ten<strong>de</strong>ncias es importante<br />
<strong>de</strong>sarrollar: el diseño (la forma sobre la función),<br />
la narración, la sinfonía (multicapacidad), la empatía<br />
(entendimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> otro), el sentido (por sobre la acumulación)<br />
y el juego, que marcarán las pautas <strong><strong>de</strong>l</strong> crecimiento<br />
socio-económico para los próximos 50 años.<br />
emplaza en el campus <strong>de</strong> la <strong>ULP</strong> don<strong>de</strong> confluyen el<br />
Estado, la aca<strong>de</strong>mia y la industria.<br />
En cuanto al gobierno electrónico se planifica digitalizar<br />
todo el sistema gubernamental para lograr mejores<br />
servicios, que permitan a los ciudadanos agilizar<br />
las gestiones en forma virtual. San Luis dio un paso<br />
<strong>de</strong>cisivo con la implementación <strong>de</strong> la infraestructura<br />
<strong>de</strong> clave pública (PKI) que posibilita la firma digital. Su<br />
aplicación en expedientes <strong>de</strong> organismos <strong><strong>de</strong>l</strong> Estado<br />
provincial ya es un hecho en varias reparticiones.<br />
El éxito <strong>de</strong> nuestros programas se respalda en los<br />
porcentajes citados. Estas cifras muestran los logros<br />
y avances <strong>de</strong> una agenda digital que se <strong>de</strong>sarrolla <strong>de</strong><br />
modo integral, con la mirada atenta a un mundo que<br />
vive tiempos interesantes.<br />
Estamos inmersos en una revolución científico-tecnológica<br />
y se abren gran<strong>de</strong>s oportunida<strong>de</strong>s para todas<br />
las socieda<strong>de</strong>s. Nosotros en San Luis queremos aprovecharlas.<br />
Trabajamos para que los habitantes <strong><strong>de</strong>l</strong> territorio<br />
puntano mejoren su calidad <strong>de</strong> vida y disfruten<br />
<strong>de</strong> los beneficios <strong>de</strong> la sociedad <strong>de</strong> la información.<br />
Construimos un presente próspero, siempre pensando<br />
en mañana. Planificamos, ejecutamos y hacemos las<br />
inversiones necesarias, porque estamos convencidos<br />
<strong>de</strong> que este el camino para participar en la invención<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> futuro.<br />
Alberto Rodríguez Saá, Abril 2010<br />
| 9<br />
Nuestra agenda también busca que se radiquen en<br />
la provincia empresas tecnológicas. Con ese fin creamos<br />
por ley el Parque Informático <strong>La</strong> <strong>Punta</strong> (PILP),<br />
que actualmente cuenta con 13 firmas <strong>de</strong> relevancia<br />
nacional e internacional. <strong>La</strong> tecnópolis puntana se
»<br />
Introducción<br />
El Instituto <strong>de</strong> Comunicación y Arte, <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>La</strong> <strong>Punta</strong> (<strong>ULP</strong>),<br />
surgió en el año 2006 con el propósito <strong>de</strong> formar recursos humanos calificados<br />
para insertarse en la industria <strong>cine</strong>matográfica, no sólo con los<br />
conocimientos técnicos necesarios sino, y sobre todo, con la impronta<br />
sanluiseña que garantice el crecimiento y la consolidación <strong>de</strong> producción<br />
<strong>cine</strong>matográfica <strong>de</strong> la provincia.<br />
En este afán es que la <strong>Universidad</strong> cuenta con un equipo docente distinguido<br />
integrado por profesionales <strong>de</strong> gran vocación e inquietu<strong>de</strong>s. El presente<br />
trabajo se <strong>de</strong>sarrolló como una herramienta <strong>de</strong> mejora en el aprendizaje<br />
<strong>de</strong> los estudiantes, y <strong>de</strong> consulta para los docentes, y todos aquellos<br />
involucrados en el proceso <strong>de</strong> enseñanza en todos los niveles.<br />
Para la <strong>ULP</strong>, este trabajo representa un aporte en la indagación <strong>de</strong> nuevas<br />
técnicas y formas <strong>de</strong> enseñanza, en don<strong>de</strong> el <strong>cine</strong> y los lenguajes audiovisuales<br />
cada día adquieren más relevancia.<br />
Diálogo, inquietud, reflexión, análisis, interacción, pasión, forman parte <strong>de</strong><br />
esta propuesta y son, sin dudas, sus principales características. Se trata <strong>de</strong><br />
una invitación a apren<strong>de</strong>r más y mejor, a través <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>.<br />
| 11<br />
<strong>La</strong> pasión por el <strong>cine</strong> es el primer motivo en el emprendimiento <strong>de</strong> esta<br />
tarea. El segundo seguramente tiene que ver con las interminables disquisiciones<br />
entre docentes y alumnos sobre estas cuestiones. En estas razones<br />
el presente texto argumenta su estilo coloquial, oral por momentos,<br />
discontinuo y con variantes <strong>de</strong> estilo.<br />
El libro intenta ser un diálogo, ida y vuelta, entre un docente y un alumno,<br />
o mejor dicho, entre varios docentes y muchos alumnos. Sobre <strong>cine</strong>, claro.<br />
Sobre la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. Los films que nos han marcado, sobre los que<br />
influyeron notoriamente el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> este lenguaje, sobre actores, autores,<br />
guionistas, directores y productores. Sobre artistas. Sobre Arte.<br />
Por esto el resultado obtenido es la diversidad, la elección ecléctica <strong>de</strong><br />
autores, el lenguaje, la terminología y hasta el estilo, por momentos dialogado.<br />
Creemos que el principal aporte <strong>de</strong> este trabajo es la forma fresca,<br />
franca, propia <strong><strong>de</strong>l</strong> diálogo entre personas que conversan <strong>de</strong> <strong>cine</strong>. Que<br />
aman al <strong>cine</strong>. Personas en las que el séptimo arte ocupa un lugar primordial,<br />
central e imprescindible en sus vidas.
Este libro propone un recorrido por los films y los autores más importantes<br />
<strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, <strong>de</strong> acuerdo a un criterio y un gusto propio. También<br />
evaluando la utilización que <strong><strong>de</strong>l</strong> material puedan disponer los estudiantes<br />
<strong>de</strong> <strong>cine</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> presente y <strong><strong>de</strong>l</strong> futuro en San Luis.<br />
En cada capítulo, y con el correr <strong><strong>de</strong>l</strong> libro, el lector encontrará un nuevo<br />
autor o un nuevo film que planteará nuevos aportes y enseñanzas en esta<br />
acelerada evolución <strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje <strong>cine</strong>matográfico.<br />
Interesan el autor y su contexto, el guión, la época, la estética, el <strong>de</strong>sarrollo<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> discurso fílmico, ciertos elementos narrativos, y los estilos y modos <strong>de</strong><br />
expresión <strong>de</strong> cada autor.<br />
Abundan las idas y vueltas en el tiempo y, por momentos, un lenguaje<br />
propio <strong>de</strong> la teoría <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, sin que esto provoque dificultad alguna a la<br />
lectura y el aprendizaje. A partir <strong><strong>de</strong>l</strong> análisis <strong>de</strong> los distintos films a lo largo<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> trabajo, se vuelve necesaria la visión <strong>de</strong> los mismos. Por lo que se recomienda,<br />
acompañar la lectura <strong><strong>de</strong>l</strong> material con la visión <strong>de</strong> las películas.<br />
12 |<br />
El texto apunta a un público especializado, que guste <strong><strong>de</strong>l</strong> arte <strong>cine</strong>matográfico,<br />
y a la vez contempla a lectores <strong>de</strong> otras carreras afines, estudiantes,<br />
docentes, personas relacionadas con lo pedagógico, etc. A<strong>de</strong>más brinda<br />
una ayuda, un soporte para el público en general que en algún momento<br />
<strong>de</strong>see acercarse al <strong>cine</strong>.<br />
Por último, creemos que este trabajo es valioso, no sólo por su contenido<br />
sino por su carácter institucional, ya que es la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>La</strong> <strong>Punta</strong><br />
quien propone hacer público un material surgido <strong>de</strong> su seno a partir la<br />
tarea <strong>de</strong> docentes y profesionales <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> que se <strong>de</strong>sempeñan en la Institución.<br />
Fernando Saad y Alberto Tricarico
»<br />
Primera<br />
Índice<br />
Parte: Los Comienzos<br />
Griffith, el nacimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong><br />
Buster Keaton<br />
Metrópoli<br />
Sopa <strong>de</strong> gansos<br />
Los 39 escalones<br />
Furia<br />
Segunda Parte: Sistematización <strong><strong>de</strong>l</strong> Lenguaje<br />
Sólo se vive una vez<br />
<strong>La</strong> adorable revoltosa<br />
Sólo los ángeles tienen alas<br />
<strong>La</strong> Diligencia<br />
El Ciudadano<br />
Tercera Parte: Los Años Dorados<br />
Preston Sturges<br />
Casablanca<br />
Cat People<br />
<strong>La</strong> Sombra <strong>de</strong> una duda<br />
<strong>La</strong>ura<br />
Tener o no tener<br />
Qué bello es vivir<br />
Retorno al pasado<br />
Su último <strong>de</strong>ber<br />
<strong>La</strong> Soga<br />
Al filo <strong>de</strong> la noche<br />
Max Ophüls<br />
Uno contra todos<br />
Raoul Walsh<br />
<strong>La</strong> Malvada<br />
Vincente Minnelli I El Musical<br />
Johnny Guitar<br />
<strong>La</strong> Ventana indiscreta<br />
Más allá <strong><strong>de</strong>l</strong> olvido<br />
Más corazón que odio<br />
Vértigo<br />
Vincente Minnelli II El Melodrama<br />
Douglas Sirk<br />
Río Bravo<br />
15<br />
39<br />
57
Edgar Ulmer<br />
Psicosis<br />
Cuarta Parte: Los Borrosos Años sesenta<br />
Un Tiro en la noche<br />
Los Pájaros<br />
Marnie<br />
Los Hijos <strong>de</strong> Katie El<strong>de</strong>r<br />
<strong>La</strong>s cosas <strong>de</strong> la vida<br />
Quinta Parte: <strong>La</strong> Autoconciencia<br />
El Padrino<br />
El Exorcista<br />
<strong>La</strong> Conversación<br />
El Padrino II<br />
Halloween<br />
Apocalypse Now<br />
Ricas y Famosas, el último Cukor<br />
Brian De Palma I<br />
Testigo en Peligro<br />
Jardines <strong>de</strong> Piedra<br />
Tucker<br />
Duro <strong>de</strong> Matar<br />
El Padrino III<br />
Forrest Gump<br />
Nelly et Monsieur Arnaud<br />
Titanic<br />
The Rainmaker<br />
Brian De Palma II<br />
John Carpenter<br />
Nueve Reinas<br />
Avatar<br />
Palabras Finales<br />
Bibliografía Consultada<br />
137<br />
151<br />
237
»<br />
Primera Parte<br />
Los comienzos<br />
Griffith<br />
El nacimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> Cine<br />
“El Nacimiento <strong>de</strong> una Nación”<br />
(The Birth of a Nation, David Griffith, 1915)<br />
Guión: Thomas F. Dixon<br />
Dirección: David Griffith<br />
Estreno: 3 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1915<br />
Elenco:<br />
Lillian Gish<br />
Ralph Lewis<br />
Mae Marsh<br />
Miriam Cooper<br />
Henry B. Walthall<br />
Mary Al<strong>de</strong>n<br />
“Intolerancia” (Intolerance, David Griffith, 1916)<br />
Guión y Dirección: David Griffith<br />
Estreno: 5 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1916<br />
Elenco:<br />
Mae Marsh<br />
Robert Harron<br />
Sam De Grasse<br />
Vera Lewis<br />
| 15<br />
“<strong>La</strong>s Dos Tormentas” (Way Down East, David Griffith, 1920)<br />
Guión: William A. Brady y Joseph R. Grismer<br />
Dirección: David Griffith<br />
Estreno: 3 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1920<br />
Elenco:<br />
Lillian Gish<br />
Richard Barthelmess<br />
Lowell Sherman<br />
Kate Bruce<br />
Porter Strong<br />
David Wark Griffith nació en Grestwood, en el sur <strong>de</strong> los Estados Unidos,<br />
el 22 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1875. Comenzó su carrera artística como actor
<strong>de</strong> teatro, para luego continuarla, también actuando,<br />
en el <strong>cine</strong> (aún <strong>cine</strong>matógrafo). Más tar<strong>de</strong> se <strong>de</strong>dicó a<br />
escribir guiones, hasta que formó su propia productora<br />
y <strong>de</strong>sarrolló sus obras más importantes. Filmó<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1908 (sus primeros cortos) hasta 1931, fecha<br />
en la que abandona el <strong>cine</strong>. Es el creador <strong><strong>de</strong>l</strong> arte<br />
<strong>cine</strong>matográfico. Su raíz irlan<strong>de</strong>sa y protestante <strong>de</strong><br />
cuño sureño fue fundamental para sus obras, como<br />
así también para compren<strong>de</strong>r su invención. A<strong>de</strong>más<br />
<strong>de</strong> muchos <strong>de</strong> sus cientos <strong>de</strong> cortometrajes, sus obras<br />
más importantes son: “El Nacimiento <strong>de</strong> una Nación”<br />
(y <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>) (1915), “Intolerancia” (1916), “Corazones<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> Mundo” (1918), “Sobre las Ruinas <strong><strong>de</strong>l</strong> Mundo”<br />
(1919), “<strong>La</strong>s Dos Tormentas” (1920), “América” (1924),<br />
y “<strong>La</strong> Batalla <strong>de</strong> los Sexos” (1928). Murió en Hollywood<br />
en 23 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1948, a los 73 años <strong>de</strong> edad.<br />
16 |<br />
¿Por qué empezar este largo ensayo con Griffith? ¿Por<br />
qué no? Cómo no, más bien. Griffith es el primero, el<br />
pionero, el principal. El Genio. Griffith reconvirtió el<br />
invento técnico, maquinal en arte narrativo. Griffith<br />
nos dio la posibilidad, una vez más, <strong>de</strong> volver a ser<br />
partícipes <strong>de</strong> lo estético. Algo que no ocurría <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
el Barroco. Por eso Griffith. Por eso, primero Griffith.<br />
Empecemos.<br />
D. W. Griffith.<br />
<strong>La</strong> fábula <strong>de</strong> “El Nacimiento <strong>de</strong> una Nación” (1915) <strong>de</strong><br />
Griffith cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> dos familias que se separan<br />
producto <strong>de</strong> la guerra civil norteamericana.<br />
El Nacimiento <strong>de</strong> una Nación es el nacimiento <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
<strong>cine</strong>. Todos coinci<strong>de</strong>n que es la película que por primera<br />
vez, y <strong>de</strong>finitivamente, rompe con el esquema<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>matógrafo <strong>de</strong> los Lumiere (fotografía en movimiento),<br />
y <strong>de</strong>fine al <strong>cine</strong> como arte. Recursos técnicos,<br />
estéticos, estilísticos, rítmicos, etc. <strong>de</strong>satan <strong>de</strong><br />
una vez y para siempre el arte <strong>cine</strong>matográfico, esto<br />
es: Narración visual y Representación, simbólica y<br />
universal. Trataremos <strong>de</strong> explicarnos.<br />
Cuando los hermanos Lumiere patentaron el <strong>cine</strong>matógrafo<br />
hacia 1895, se lo tomó exactamente como<br />
lo que era: un mero entretenimiento producto <strong>de</strong><br />
una invención técnica, una más en la larga lista <strong>de</strong>
la época. El sistema <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad aprobó y celebró<br />
el nuevo aparato que justificaba sus proclamas<br />
humanistas <strong>de</strong> progreso, <strong>de</strong> orgullo por la técnica, <strong>de</strong><br />
bienestar y <strong>de</strong> confort. El siguiente paso fue dado por<br />
otro francés, George Mèliés, quien intentó modificar<br />
levemente los fines documentales y familiares <strong>de</strong><br />
aquella cámara tomavistas. Si los hermanos Lumiere<br />
y su círculo <strong>de</strong>cían que el naciente <strong>cine</strong>matógrafo<br />
reproducía la vida tal cual es, Mèliés propuso, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
sus filmaciones, hechas a base <strong>de</strong> trucajes, la vida tal<br />
cual no es. Del mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o real <strong>de</strong> los Lumiere, llegamos<br />
entonces al mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o irreal <strong>de</strong> Mèliés. El Primero como<br />
mejora <strong><strong>de</strong>l</strong> paradigma fotográfico, el segundo como<br />
continuidad <strong><strong>de</strong>l</strong> teatro <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s. Uno como burgués<br />
y dueño absoluto <strong>de</strong> los i<strong>de</strong>ales <strong>de</strong> la época, el<br />
otro como un romántico tardío, como una in<strong>de</strong>cisión<br />
más <strong>de</strong> los tantos romanticismos <strong>de</strong> la era técnica.<br />
Más tar<strong>de</strong>, otros europeos también, se postularon<br />
como continuadores en el <strong>de</strong>sarrollo <strong><strong>de</strong>l</strong> invento, algunos<br />
<strong>de</strong> ellos como documentalistas a lo Lumiere,<br />
otros como surrealistas a lo Mèliés.<br />
Pero el invento técnico cruzó el océano y se transformó<br />
en creación. De forma muy tibia al principio con<br />
Thomas A. Edison, un poco más cerca <strong>de</strong> la cuestión<br />
artística ya como narración, mediante Edwin S. Porter,<br />
para luego y ya <strong>de</strong>finitivamente, encuadrarse como<br />
continuidad estética <strong>de</strong> occi<strong>de</strong>nte con la tarea realizada<br />
por David Griffith; un occi<strong>de</strong>nte que ya había<br />
tirado la toalla ante los diferentes materialismos existentes,<br />
y los por venir.<br />
Cuando finalizó la guerra <strong>de</strong> las patentes por los <strong>de</strong>rechos<br />
al uso y explotación <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>matógrafo, hacia<br />
fines <strong>de</strong> 1908, todo estaba listo para dar el salto <strong>de</strong> lo<br />
que hoy convenimos en llamar <strong>cine</strong>. Pero el salto no lo<br />
pue<strong>de</strong> dar Edison, ganador <strong>de</strong> aquella guerra y ahora<br />
presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la flamante Motion Pictures Patents<br />
Company, por su atolondrada ligazón con la época, el<br />
sistema capitalista liberal, y sobre todo, porque jamás<br />
vio al <strong>cine</strong> como posibilidad artística futura, nunca<br />
creyó que el invento podría saltar por encima <strong>de</strong> su<br />
linaje técnico, ni <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> ser una mercancía atada al<br />
libre mercado. Tampoco pudo hacerlo <strong><strong>de</strong>l</strong> todo Porter,<br />
mano <strong>de</strong>recha <strong>de</strong> Edison, y ligado a la naciente<br />
industria con principios similares a su jefe. Hasta aquí,<br />
hay una avi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> ganancias económicas, mucho<br />
más altas que las preocupaciones comunitarias. Fue,<br />
precisamente, el sureño Griffith quien realizó el paso<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>matógrafo al <strong>cine</strong>, aquello que significó abandonar<br />
el invento técnico científico, como fin es sí mismo,<br />
para trasladarlo a procedimiento épico narrativo.<br />
Griffith asumió, cosa ya lejana para el arte <strong>de</strong> entonces,<br />
la cuestión territorial. Esto es: se postuló como un<br />
exponente <strong>de</strong> la comunidad que lo vio nacer, para <strong>de</strong>volver<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese lugar, una serie <strong>de</strong> valores universales<br />
que se podían ver, enten<strong>de</strong>r y terminar <strong>de</strong> crear en<br />
millones <strong>de</strong> cabezas <strong>de</strong> nuevos espectadores que ya<br />
habían perdido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mucho tiempo atrás la relación<br />
directa con la creación artística. Otra vez, el contemplador<br />
<strong>de</strong> arte (nuestro flamante espectador <strong>de</strong> <strong>cine</strong>)<br />
comparte el hecho <strong>de</strong> la creación estética viendo una<br />
ficción que se va entramando durante la mirada en<br />
proyección, y que relata, mediante el basamento mítico,<br />
no un hecho real <strong>de</strong> la vida (Lumiere), ni tampoco<br />
un hecho irreal (Mèliés), sino un junto a la vida…<br />
un espejo en don<strong>de</strong> somos y no somos ése que está<br />
ahí <strong>de</strong>scubriendo, buscando, conociendo…<br />
Cuando Griffith se planteó la cuestión <strong>de</strong> los planos,<br />
se planteó, en simultáneo, mediante qué cosas y por<br />
medio <strong>de</strong> qué procedimientos conocemos. Un primer<br />
plano en sus primeros films, hacia 1908-1910, nos<br />
mete <strong>de</strong> lleno en las diferentes relaciones y acercamientos<br />
a ese conocimiento. Y es también, hoy canónico,<br />
una forma distinta <strong>de</strong> acercarse a ése momento<br />
<strong>de</strong> la <strong>historia</strong>: el primer plano apela a la emoción, al<br />
sentimiento, el plano americano narra, cuenta acciones,<br />
y los planos generales <strong>de</strong>scriben la escena o <strong>de</strong>corado.<br />
Pero si bien todo esto es cierto, nada <strong>de</strong> esto hubiera<br />
convertido al <strong>cine</strong> en arte si no se hubiera creado<br />
| 17
18 |<br />
el fuera <strong>de</strong> campo. ¿Qué es el fuera <strong>de</strong> campo? Es el<br />
recurso estético mediante el cual lo que no aparece, lo<br />
que no se ve, cobra un significado extra, mayor, a partir<br />
<strong>de</strong> lo que sí se ve. Para explicarnos mejor: son todos los<br />
elementos que no se ven en imagen pero que están<br />
presentes, a pesar <strong>de</strong> ello, en la mente <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador.<br />
<strong>La</strong> trama se continúa, se completa en la cabeza <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
contemplador durante la proyección mediante este<br />
recurso, ya que el director trabaja con la memoria selectiva<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> público a partir <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados elementos<br />
que la puesta en escena <strong><strong>de</strong>l</strong> film va repartiendo en la<br />
diégesis como sutil suministro <strong>de</strong> información. Este<br />
es el verda<strong>de</strong>ro paso hacia la creación <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, ya que<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esto, aquello que hoy llamamos pre<strong>cine</strong> o<br />
pre<strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, y que se postulaba como oposición<br />
entre Lumiere-Mèliés, no era más que dos caras<br />
<strong>de</strong> una misma moneda. El fuera <strong>de</strong> campo fue el sello<br />
distintivo, y uno <strong>de</strong> los recursos fundamentales para el<br />
<strong>de</strong>sarrollo <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, y fue utilizado, crecientemente, por<br />
todos los gran<strong>de</strong>s autores <strong>de</strong> films hasta nuestros días.<br />
Fuera <strong>de</strong> campo es, también, la extensión imaginaria<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> marco fotográfico que Lumiere ni pudo ni quiso<br />
traspasar. Ilimitar la ficción, universalizarla, volviéndolo<br />
relato mítico, ejemplar. El procedimiento fotográfico<br />
garantizaba, con su fijeza y durante décadas, la quietud<br />
<strong>de</strong> ese mundo que se creía infinito, y <strong>de</strong> pensamiento<br />
único, al cual Griffith, y mediante el fuera <strong>de</strong> campo,<br />
puso en dudas y movió los cimientos <strong>de</strong> la omnipotencia<br />
iluminista, encontrando una versión estética y <strong>de</strong><br />
pensamiento que se planteó como cuña <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, en<br />
medio <strong><strong>de</strong>l</strong> reinado <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad liberal. Claro está,<br />
que nada <strong>de</strong> esto hubiera servido sin la consolidación<br />
posterior <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano a través <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s<br />
estudios.<br />
El recurso mítico sirvió a Griffith <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus primeras<br />
experiencias como correlato arquetípico y moral <strong>de</strong><br />
sus ficciones, en don<strong>de</strong> el presente era el lugar que<br />
se jugaba y se juzgaba el pasado cultural <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre.<br />
Reconocer ese presente caído, <strong>de</strong>gradado, atomizado,<br />
fue el primer paso que dio el <strong>cine</strong> para luego escribir<br />
una <strong>historia</strong> que, por sus características básicas,<br />
iba a estar atado siempre el presente. El presente <strong>de</strong><br />
la filmación, y el presente <strong>de</strong> la proyección. Porque en<br />
el <strong>cine</strong>, hasta el pasado ficcional (un flashback) lo vemos<br />
en tiempo presente. El mito sirve para actualizar<br />
en ese momento presente, la figura ejemplar.<br />
Junto al fuera <strong>de</strong> campo, Griffith crea el principio <strong>de</strong><br />
simetría y el eje vertical. El principio <strong>de</strong> simetría es<br />
aquel que mediante la repetición <strong>de</strong> algún elemento<br />
<strong>de</strong> la puesta en escena, el realizador nos hace partícipes<br />
<strong>de</strong> la narración en dos sentidos. Primero, porque<br />
ante la repetición nos hace saber su no arbitrariedad,<br />
su no azar en el hacer <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>; y segundo: porque<br />
mediante el principio <strong>de</strong> simetría el <strong>cine</strong> pue<strong>de</strong> simbolizar<br />
i<strong>de</strong>as más allá <strong>de</strong> lo que se está viendo, ya que<br />
al mostrarnos algo por segunda vez provoca en nosotros<br />
el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> su lectura, el <strong>de</strong>sciframiento <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
enigma. Completando la i<strong>de</strong>a anterior: en el <strong>cine</strong>, el<br />
sentido <strong><strong>de</strong>l</strong> símbolo siempre está fuera <strong>de</strong> campo…<br />
es completado por el espectador. De esta manera,<br />
Griffith y el <strong>cine</strong> adscriben su hacer en el operar simbólico<br />
(y no alegórico), y así se seguirá trabajando en<br />
lo que es estrictamente <strong>cine</strong> a lo largo <strong>de</strong> todo el siglo<br />
XX. El eje vertical es la irrupción <strong>de</strong> lo trágico, <strong>de</strong> lo<br />
otro. Mediante la mostración <strong>de</strong> un elemento visual<br />
vertical (“Vértigo”), se logra dividir claramente lo que<br />
es <strong>historia</strong> <strong>de</strong> lo que es <strong>de</strong>stino, lo que es naturaleza<br />
<strong>de</strong> lo que es provi<strong>de</strong>ncia, lo que es normalidad <strong>de</strong> lo<br />
que es milagro. Aquí es don<strong>de</strong> se termina <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r,<br />
<strong>de</strong> relacionar, la cuestión mítica en relación con<br />
el <strong>cine</strong>, como así también la complejidad en el diseño<br />
heurístico <strong>de</strong> Griffith.<br />
Tirios y troyanos coinci<strong>de</strong>n en que “El Nacimiento <strong>de</strong><br />
una Nación” (1915) fue la obra con que Griffith dio el<br />
puntapié que inició el arte <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. A partir <strong>de</strong> allí,<br />
el <strong>cine</strong> alcanzó una retórica más que apta que se fue<br />
<strong>de</strong>sarrollando hasta llegar a las gran<strong>de</strong>s obras <strong>de</strong> Vincente<br />
Minnelli o Alfred Hitchcock. Más tar<strong>de</strong> llegó<br />
“Intolerancia” (1916), y años <strong>de</strong>spués, en 1920, tal vez<br />
su obra más lograda: “<strong>La</strong>s Dos Tormentas” (Way Down
East), un melodrama extraordinario, con una puesta<br />
en escena exquisita, y una madurez narrativa que han<br />
alcanzado pocos.<br />
Griffith fundó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el inicio <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> el alineamiento<br />
sureño en sus ficciones. El <strong>cine</strong> se creó, se <strong>de</strong>sarrolló<br />
y llegó hasta su cima <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo dixie, oponiéndose<br />
también a lo yanqui, expresión liberal y mo<strong>de</strong>rna que<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo XIX hasta hoy fue importando soluciones<br />
y también problemas <strong>de</strong> la mentalidad burguesa<br />
europea. Algo similar ocurre con cierta mentalidad argentina,<br />
que se obstina a calcar mo<strong><strong>de</strong>l</strong>os culturales europeos,<br />
apartándonos cada vez más <strong>de</strong> nuestra territorialidad,<br />
aquello que alguna vez se llamó nacionalidad.<br />
El <strong>cine</strong> (Griffith) tenía que nacer <strong>de</strong> este lado <strong><strong>de</strong>l</strong> mar,<br />
lejos <strong><strong>de</strong>l</strong> museo europeo, y en un país en el cual cierta<br />
resistencia artística se venía produciendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su<br />
cultura anterior, básicamente en literatura. Tal es el<br />
caso <strong><strong>de</strong>l</strong> país <strong><strong>de</strong>l</strong> norte que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las tramas acuñadas<br />
por Edgar Allan Poe, pasando por Melville, Mark<br />
Twain y tantos otros, allanaron el camino imaginario…<br />
todos ellos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una mentalidad anti liberal<br />
y dixie. <strong>La</strong> cuestión dixie viene <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los cuentos <strong>de</strong><br />
Poe, y se extien<strong>de</strong> por todo el <strong>cine</strong> norteamericano<br />
hasta lo que queda <strong>de</strong> él, en nuestros días. Y será, por<br />
supuesto, un elemento central a tener en cuenta en<br />
los estudios posteriores <strong>de</strong> los diversos autores que<br />
<strong>de</strong>sarrollaron y dieron sentido a esta nueva forma.<br />
Griffith tuvo que inventar también, por así <strong>de</strong>cirlo, al<br />
espectador <strong>de</strong> <strong>cine</strong>. Un nuevo ser mo<strong>de</strong>rno, capaz<br />
<strong>de</strong> leer aquellas nuevas ficciones, y <strong>de</strong> integrarse a<br />
la clásica función <strong>de</strong> contemplador que proponía su<br />
<strong>cine</strong>. Esto es: participar activamente en la creación estética.<br />
Pensemos que mucho <strong>de</strong> lo que se suele mal<br />
llamar evolución <strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje, y que sirve como excusa<br />
para <strong>de</strong>clarar envejecidas muchas <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s<br />
obras clásicas, no es más que una evolución perceptiva<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> espectador. Dicha ca<strong>de</strong>na comenzó con la obra<br />
<strong>de</strong> David W. Griffith.<br />
A partir <strong><strong>de</strong>l</strong> trabajo <strong>de</strong> Griffith, y en a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante, el <strong>cine</strong> se<br />
propuso como continuidad artística <strong>de</strong> occi<strong>de</strong>nte, <strong>de</strong><br />
la siguiente manera: primero, aceptando su carácter<br />
<strong>de</strong> obra igual a mercancía, pero con una diferencia:<br />
el procedimiento narrativo, encuadrado en el recurso<br />
mítico, iba a estar enancado en ciertos elementos<br />
tradicionales que justifican e incluyen a la comunidad<br />
a quien va dirigida la obra, como así también su<br />
moral, a partir <strong>de</strong> la figura <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe actuará como<br />
mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o imperante <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lo que vagamente intenta<br />
llamarse cultura. Segundo: El primer gran logro<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> hacer <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, es separarse <strong>de</strong> lo técnico a partir<br />
<strong>de</strong> diferenciar los medios <strong>de</strong> los fines. Si bien se necesita<br />
la máquina (cámara, editora, proyector, luces,<br />
etc.), la misma <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser un fin en sí mismo, como<br />
claramente lo era antes <strong>de</strong> Griffith. Es <strong>de</strong>cir: la máquina,<br />
lo técnico en general, es un medio para llegar a<br />
fines muy distintos, y hasta opuestos, <strong>de</strong> los que la<br />
mo<strong>de</strong>rnidad liberal se proponía a partir <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar todo<br />
librado al progreso in<strong>de</strong>finido.<br />
Entonces, el <strong>cine</strong> nació en los Estados Unidos, hacia<br />
1908-1915 <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> David W. Griffith, con su<br />
film fundante: “El Nacimiento <strong>de</strong> una Nación” (1915),<br />
y continuó en esas tierras (con Búster Keaton, Joseph<br />
Von Sternberg, King Vidor, Raoul Walsh, John Ford,<br />
entre otros), don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>sarrollo y dio <strong>de</strong> muchas<br />
maneras la razón a su creador; más tar<strong>de</strong> alcanzó<br />
su madurez, y sus puntos más altos, luego su caída,<br />
más tar<strong>de</strong> su resurrección, y ya pronto (si no está sucediendo<br />
en este momento) su caída <strong>de</strong>finitiva. El<br />
<strong>cine</strong> llegó a su fin, como finalidad y meta, nos dice<br />
Faretta, ahora resta enten<strong>de</strong>rlo. Consi<strong>de</strong>ramos que su<br />
ejemplaridad nos permite, en muchos sentidos y por<br />
muchos motivos, contar la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> a partir <strong>de</strong><br />
la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano. O, más bien, el<br />
<strong>cine</strong> hecho en Estados Unidos. Por los motivos antes<br />
expuestos, pero también porque <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lo que se<br />
llama Hollywood, se <strong>de</strong>sarrolló un marco estético y<br />
político que se opuso a la mentalidad liberal <strong>de</strong> estos<br />
tiempos. Sí, justo en norteamérica, justo en el país <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
norte, don<strong>de</strong>, tal vez como ningún otro, se <strong>de</strong>sarrolló<br />
| 19
“Intolerancia”.<br />
20 |<br />
tal monstruosa mentalidad, y tan vulgar forma <strong>de</strong> vida. El <strong>cine</strong> norteamericano,<br />
sobre todo en su época clásica, fue la antítesis <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema liberal<br />
<strong>de</strong> vida y <strong>de</strong> pensamiento. Sistema que había carcomido a Europa <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
tiempo atrás, y al cual Estados Unidos había copiado perfectamente<br />
sus peores formas. En ese lugar, en esa tierra baldía don<strong>de</strong> se prolongó la<br />
i<strong>de</strong>a <strong><strong>de</strong>l</strong> positivismo <strong>de</strong>cimonónico, allí mismo, surgió un polo <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />
cultural y una nueva forma que se opuso sostenidamente al po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la<br />
mo<strong>de</strong>rnidad, a esa mentalidad <strong>de</strong> apropiación técnica, que todo lo quiere.<br />
Intolerancia es el film siguiente a El Nacimiento <strong>de</strong> una Nación hecho<br />
por Griffith. Citamos al pensador argentino Angel Faretta: “… Si el <strong>cine</strong><br />
nace platónico, también nace utópico. <strong>La</strong> América <strong>de</strong> Griffith es el reino<br />
<strong>de</strong> la Utopía. Si, como sabemos, utopía significa etimológicamente no<br />
hay tal lugar, ese lugar imposible (o fantástico) se encuentra en el <strong>cine</strong>.<br />
<strong>La</strong> <strong>historia</strong> <strong>de</strong> la humanidad resumida en tres episodios “clásicos” (Caída<br />
<strong>de</strong> Babilonia, Pasión <strong>de</strong> Cristo, Noche <strong>de</strong> San Bartolomé) y uno “contemporáneo”<br />
(un “drama social” que se <strong>de</strong>sarrolla en el año <strong>de</strong> rodaje <strong><strong>de</strong>l</strong> film,<br />
1916) existen para ser contenidos en un film: Intolerancia. <strong>La</strong> confusa<br />
aspiración <strong>de</strong> Mallarmé (“<strong>La</strong> creación existe para terminar en un libro”)<br />
es rigurosamente cumplida con el <strong>cine</strong>, pero sin la más mínima impureza<br />
romántica, <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ntista…”
Fragmento <strong>de</strong> “Intolerancia”.<br />
“… En Intolerancia, que es su manifiesto-resumen <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, postula el <strong>de</strong>venir,<br />
el <strong>de</strong>spliegue histórico, como posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la salvación <strong>de</strong> un<br />
alma encarnada —encarnación que se da también en el terreno <strong>de</strong> la<br />
<strong>historia</strong>. Los cuatro episodios <strong>de</strong> ese film no son creados al azar, no hay<br />
azar en Griffith como no lo habrá jamás en el <strong>cine</strong>, arte <strong><strong>de</strong>l</strong> azar controlado.<br />
“Babilonia”, “la pasión <strong>de</strong> Cristo”, “la noche <strong>de</strong> San Bartolomé” y la<br />
época actual (es <strong>de</strong>cir Estados Unidos en 1916, año <strong>de</strong> rodaje <strong><strong>de</strong>l</strong> film),<br />
no son meros tanteos <strong>de</strong> <strong>de</strong>corado y recreación histórica; tampoco meras<br />
virtualida<strong>de</strong>s diegéticas para <strong>de</strong>splegar y probar <strong>de</strong> manera abstracta<br />
su invención estética; son, básicamente, momentos <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
anima-mundi que pugnan, cíclicamente, por la re<strong>de</strong>nción y la salvación.<br />
| 21<br />
Babilonia es Babel, o más bien el mundo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Babel, con los restos<br />
<strong>de</strong> la soberbia invención humana que intentó alcanzar —técnicamente—<br />
el Cielo. En la fosa que ro<strong>de</strong>a a Babel —según sabemos por la tradición—<br />
quedaron <strong>de</strong>positados como escorias, restos y fragmentos, los<br />
mutilados restos <strong>de</strong> la soberbia humana en su intento por retornar a un<br />
estado paradisíaco. Tras Babel el cautiverio <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo <strong>de</strong>positario <strong>de</strong> la<br />
palabra <strong>de</strong> Dios y la edificación simétrica <strong>de</strong> un imperio que adora formas<br />
dia-bólicas. Babilonia es la tecnificación pos-babélica <strong>de</strong> la soberbia<br />
humana, <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>sconocimiento, <strong>de</strong> la necedad y <strong>de</strong> la estulticia más absoluta<br />
y radical; también el emblema <strong>de</strong> una doble cautividad: por un lado<br />
la <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo al cual fue revelada la existencia <strong>de</strong> Dios y que vanamente<br />
trató <strong>de</strong> acortar distancias con la edificación <strong>de</strong> un altar técnico, y por
22 |<br />
Eje Vertical es aquel eje <strong>de</strong> la irrupción o <strong>de</strong> la reaparición<br />
<strong>de</strong> lo trágico, o si queremos <strong>de</strong> “lo otro”. Es aquel<br />
que muestra otra cosa que la <strong>historia</strong> y el tiempo, y<br />
que cruza a éste precisamente oponiéndole el <strong>de</strong>venir.<br />
Sólo en las obras <strong>de</strong> autores <strong>de</strong> <strong>cine</strong> se encuentra<br />
el eje vertical. No quiere <strong>de</strong>cir que cualquier expresión<br />
visual relacionada con lo vertical sea siempre<br />
un eje vertical. Entonces el eje vertical que dice que<br />
hay otra cosa, es el <strong>de</strong> lo trágico. Es el eje mediante<br />
el cual los autores nos dicen a todos nosotros (<strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
Griffith): “Está la <strong>historia</strong>, éste es el tiempo. Hay otra<br />
cosa a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la <strong>historia</strong>. Hay otra cosa a<strong>de</strong>más <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
tiempo. Hay una cosa que cruza el tiempo, que se llama<br />
<strong>de</strong>venir, hay algo llamado ‘otro’”. Algo pasa y va<br />
modificando la diégesis. Pasa algo, cambia algo; no<br />
quiere <strong>de</strong>cir que cambie para bien, pue<strong>de</strong> cambiar<br />
oscuramente. No quiere <strong>de</strong>cir que el héroe se entera<br />
<strong>de</strong> algo, capaz que hay un eje vertical y el héroe vuelve<br />
a un estado <strong>de</strong> ignorancia más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> la que<br />
tiene el espectador. No es un progreso, en el sentido<br />
mo<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> la palabra.<br />
El símbolo es un signo que muestra una parte suponiendo<br />
o recordando al espectador la posesión <strong>de</strong> la<br />
otra mitad, cuya unión da lugar a la aparición <strong>de</strong> un<br />
sentido que une mediante un puente la diégesis con<br />
el fuera <strong>de</strong> campo. Signo es toda cosa que está en<br />
lugar <strong>de</strong> otra. Otra <strong>de</strong>finición: es el signo en cuanto<br />
a su reconocimiento <strong>de</strong> un status propio o dador <strong>de</strong><br />
un sentido reconocible o recordable exclusivamente<br />
en, y mediante, la puesta en escena. El signo tiene un<br />
status propio, un estado propio únicamente, exclusivamente<br />
en la puesta en escena. Quiere <strong>de</strong>cir que si<br />
se lo saca <strong>de</strong> la puesta en escena <strong>de</strong> tal o cual película,<br />
no quiere <strong>de</strong>cir absolutamente nada necesariamente.<br />
Es reconocible <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una <strong>de</strong>terminada estructura.<br />
Agregamos, o más bien completamos, lo dicho con<br />
el francés Jean Mitry que escribió respecto al símbolo:<br />
“… Los símbolos <strong>cine</strong>matográficos no son signos<br />
convencionales para cuya comprensión es preciso un<br />
<strong>de</strong>sciframiento particular; en tal caso o son malos o<br />
son falsos. Deben ser contingentes, exigidos por un<br />
momento, por una situación fuera <strong>de</strong> la cual pier<strong>de</strong>n<br />
todo su sentido. No tienen ni <strong>de</strong>ben tener ningún<br />
valor en ‘sí mismos’. <strong>La</strong> puesta en escena <strong>de</strong> símbolos<br />
preparados, fabricados o con una significación in<strong>de</strong>pendiente<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> contexto visual es anti<strong>cine</strong>matográfi-<br />
el otro la cautividad <strong>de</strong> los que supuestamente están<br />
por encima <strong>de</strong> esos cautivos, es <strong>de</strong>cir el imperio mundano<br />
que adora formas monstruosas y diabólicas <strong>de</strong><br />
la divinidad; aquellos a los cuales no ha sido revelada<br />
la existencia <strong>de</strong> Dios.<br />
Griffith <strong>de</strong>finió <strong>de</strong> una vez y para siempre que el <strong>cine</strong><br />
es Puesta en escena. Los valores que juzgan una película<br />
son: su carácter universal, su capacidad simbólica,<br />
su economía <strong>de</strong> recursos estéticos, su justo uso<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> eje vertical, su abordaje al tema, y sobre todo, el<br />
espesor <strong>de</strong> su fuera <strong>de</strong> campo. A partir <strong>de</strong> éstos valores<br />
es como <strong>de</strong>terminamos la lista <strong>de</strong> directores a<br />
trabajar, los films, y la importancia <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong><br />
ellos radica, no sólo en sus tópicos, sus temas, sus<br />
obsesiones, sus fuera <strong>de</strong> campo, sino también en sus<br />
colaboraciones, directas o indirectas, al arte <strong>cine</strong>matográfico,<br />
visto como cuña o resistencia al sistema <strong>de</strong><br />
la mo<strong>de</strong>rnidad, unificando lo disperso, construyendo<br />
puentes entre lo discontinuo. “El que no recoge conmigo,<br />
<strong>de</strong>sparrama…”<br />
Precisaremos a continuación, a modo <strong>de</strong> <strong>de</strong>finiciones,<br />
algunos conceptos fundamentales para el análisis <strong>de</strong><br />
los films y <strong>de</strong> sus autores, que resultan centrales para<br />
nosotros. Aclaramos que dichas conceptualizaciones<br />
son parte <strong>de</strong> la teoría <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Ángel Faretta.<br />
Eje Horizontal es aquel <strong>de</strong> la fábula, <strong>de</strong> la <strong>historia</strong>, <strong>de</strong><br />
aquello que se cuenta, <strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo, en suma. En todo<br />
film hay eje horizontal. Es como la fábula, todas las<br />
películas tienen fábula y por lo tanto eje horizontal,<br />
pues fatalmente siempre alguien se va a mover <strong>de</strong> un<br />
lado a otro. Siempre va a pasar algo, aunque sea casi<br />
nada. ¿Y qué lo convierte en <strong>cine</strong>? El eje vertical.
ca, porque no está en función <strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje <strong>cine</strong>matográfico…”<br />
(Estética y Psicología <strong><strong>de</strong>l</strong> Cine, 1962). A esto<br />
último que bien <strong>de</strong>fine Mitry como negativo es, sin<br />
más, lo alegórico. Más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante lo <strong>de</strong>finiremos.<br />
<strong>La</strong> Puesta en Escena es aquello mediante lo cual se<br />
cuenta un film. Aquello que mediante la repetición se<br />
vuelve estilo, haciendo posible el reconocer la mano<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> autor. Cuando se repite se ve esa mano, el autor.<br />
Lo que no pue<strong>de</strong> relatarse sin la visión <strong><strong>de</strong>l</strong> film. Todas<br />
las películas, todas, hasta las peores, tienen fábula.<br />
Cualquier película cuenta algo, pero las que tienen<br />
puesta en escena son <strong>cine</strong>, arte. <strong>La</strong> puesta en escena<br />
es reconocible por repeticiones. Pero para contárselo<br />
a otra persona tiene que ver la película. <strong>La</strong> otra <strong>de</strong>finición<br />
es que la puesta en escena es lo que da lugar<br />
al mundus <strong><strong>de</strong>l</strong> autor. Mediante la puesta en escena,<br />
uno pue<strong>de</strong> arribar a “las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Brian De Palma”, “las<br />
i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Hitchcock”, “las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong>…”. Si no hay puesta<br />
en escena, no hay i<strong>de</strong>as.<br />
Por otra parte, la alegoría es un jeroglífico visual, y a<br />
veces visual sonoro, que se muestra como totalidad<br />
al espectador, quedándole a éste solamente la posibilidad<br />
<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rlo, <strong>de</strong> <strong>de</strong>scifrarlo fuera <strong><strong>de</strong>l</strong> contexto<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> film. Es un <strong>de</strong>fecto esencial <strong>de</strong> la imaginación<br />
que intenta corregir aquello o aquella cosa mal<br />
imaginada con una noción explicativa <strong><strong>de</strong>l</strong> todo ajena<br />
al contexto diegético, tomada a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> una forma<br />
cultural anterior o pre-existente. Podría ser un criptograma<br />
también, o una forma <strong>de</strong> adivinanza que está<br />
fuera <strong><strong>de</strong>l</strong> contexto <strong><strong>de</strong>l</strong> film. El uso <strong>de</strong> la alegoría, más<br />
allá <strong><strong>de</strong>l</strong> mal gusto, agota significativamente el contenido<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> film, su fuera <strong>de</strong> campo, como así también<br />
nuestra capacidad <strong>de</strong> respuesta como espectadores,<br />
llevándola a su mínima expresión. Por el contrario, el<br />
procedimiento simbólico, o el pensar simbólicamente,<br />
lo agranda, ya que la apertura <strong>de</strong> un símbolo, por<br />
su arquetipicidad, pue<strong>de</strong> volverse infinita. Dichas <strong>de</strong>finiciones<br />
serán tenidas especialmente en cuenta a la<br />
hora <strong>de</strong> los análisis que siguen. De hecho, son la raíz<br />
motora y la razón <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> este trabajo.<br />
| 23
24 |<br />
BUSTER KEATON<br />
“El Mo<strong>de</strong>rno Sherlock Holmes”<br />
(Sherlock Jr., Buster Keaton, 1924)<br />
Guión: Cly<strong>de</strong> Bruckman, Jean C. Havez y Buster Keaton<br />
Dirección: Buster Keaton<br />
Estreno: 21 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1924<br />
Elenco:<br />
Buster Keaton<br />
Kathryn McGuire<br />
Joe Keaton<br />
Erwin Connelly<br />
Ward Crane<br />
“El Maquinista <strong>de</strong> la General”<br />
(The General, Buster Keaton, 1927)<br />
Guión: Cly<strong>de</strong> Bruckman y Buster Keaton<br />
Dirección: Buster Keaton<br />
Estreno: 5 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1927<br />
Elenco:<br />
Buster Keaton<br />
Marion Mack<br />
Glen Caven<strong>de</strong>r<br />
Jim Farley<br />
Fre<strong>de</strong>rick Vroom<br />
Charles Henry Smith<br />
Frank Barnes<br />
Joe Keaton<br />
Mike Donlin<br />
Buster Keaton.<br />
Joseph Frank Keaton, su verda<strong>de</strong>ro nombre completo, nació en Kansas, el<br />
4 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1895, unos días antes <strong>de</strong> la primera proyección pública <strong>de</strong><br />
los hermanos Lumiere. Comienza a filmar cortometrajes <strong>de</strong> muy buena factura<br />
en 1917, luego algunos mediometrajes, entre 1921 y 1923, y más tar<strong>de</strong><br />
(1923-1928) realizará sus únicos nueve largometrajes, todas comedias, y<br />
todas geniales. Entre ellas se <strong>de</strong>stacan: “<strong>La</strong>s Tres Eda<strong>de</strong>s” (1923), “Nuestra<br />
Hospitalidad” (1923), “El Navegante” (1924), “Siete Ocasiones” (1925) “El<br />
Boxeador” (1926) y “El Maquinista <strong>de</strong> la General” (1927), su último largometraje.<br />
Buster <strong>de</strong>ja la actividad cuando el <strong>cine</strong> evoluciona hacia el sonido, y<br />
se <strong>de</strong>dica, sólo ocasionalmente, a la actuación, la producción y la escritura.<br />
Actuó en más <strong>de</strong> ciento cincuenta films. Muere a los 70 años, el primero <strong>de</strong><br />
febrero <strong>de</strong> 1966 en Los Ángeles.
Hacia mediados <strong>de</strong> los años veinte, ya realizada gran<br />
parte <strong>de</strong> la obra <strong><strong>de</strong>l</strong> padre Griffith, en sólo dos lugares<br />
existían verda<strong>de</strong>ros continuadores, verda<strong>de</strong>ros<br />
realizadores <strong>de</strong> <strong>cine</strong>: En Alemania, dos realizadores<br />
fueron los que abrieron el camino <strong><strong>de</strong>l</strong> arte <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong><br />
en Europa: Friedrich W. Murnau y Fritz <strong>La</strong>ng. Ambos,<br />
brillantes continuadores <strong>de</strong> la narrativa fantástica <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
primer romanticismo alemán (Hoffmann), terminaron,<br />
por diferentes razones, sus carreras <strong>de</strong> <strong>cine</strong>astas<br />
en los Estados Unidos. El otro lugar es, indudablemente,<br />
el naciente Hollywood. Y más allá <strong>de</strong> la obra<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> vienés Josef Von Sternberg, <strong>de</strong> los primeros pasos<br />
<strong>de</strong> King Vidor y los primeros western <strong>de</strong> John Ford, el<br />
artista norteamericano por excelencia, por aquellos<br />
años, fue Buster Keaton.<br />
Si bien todos los géneros <strong>cine</strong>matográficos fueron<br />
creados por Griffith, la comedia fue <strong>de</strong>sarrollada en<br />
extremo y genialmente por el también sureño Buster<br />
Keaton. ¿Qué es la comedia, y por qué la comedia? <strong>La</strong><br />
comedia es el género mediante el cual la exageración,<br />
el exceso y hasta la ridiculez por repetidas y constantes,<br />
llevan la trama hacia a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante mientras nos provocan<br />
risa en el presente <strong>de</strong> ese <strong>de</strong>spliegue. <strong>La</strong> risa, elemento<br />
únicamente humano, como la inteligencia, es<br />
provocada a partir <strong>de</strong> gags y equívocos pero también<br />
a partir <strong>de</strong> una puntillosa puesta en escena, que or<strong>de</strong>na,<br />
meticulosamente, aquel <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n. Tal es el caso <strong>de</strong><br />
nuestro Keaton. Porque si el arte es un or<strong>de</strong>nador, un<br />
asimilador <strong><strong>de</strong>l</strong> caos para resolverse, al menos en parte,<br />
en el presente <strong>de</strong> la obra, entonces la comedia es la<br />
mostración más perfecta <strong>de</strong> dicho postulado.<br />
El <strong>cine</strong> como tema es utilizado en “Sherlock Jr.” En una<br />
<strong>de</strong>mostración genial <strong>de</strong> narración y comicidad visual.<br />
Con una precisión en los encuadres y un ritmo digno<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> mejor <strong>cine</strong> jamás hecho. <strong>La</strong> inteligencia <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje<br />
en la busca <strong>de</strong> su objetivo (<strong>de</strong>senredar el equívoco<br />
y conquistar a la mujer) nos es planteada en términos<br />
<strong>de</strong> <strong>cine</strong>. Buster es un aburrido proyectorista <strong>de</strong> <strong>cine</strong><br />
que quiere ser <strong>de</strong>tective. En sus ratos libres estudia un<br />
pequeño librito acerca <strong>de</strong> cómo <strong>de</strong>be proce<strong>de</strong>r un <strong>de</strong>tective.<br />
Luego <strong>de</strong> ser acusado <strong>de</strong> robar un reloj en la<br />
casa <strong>de</strong> su pretendida, vuelve resignado a su trabajo<br />
diario en el <strong>cine</strong>. Mientras se proyecta una película que<br />
guarda ciertas analogías con lo que le había pasado,<br />
Buster se duerme y sueña. Su doble se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />
él, viviendo ‘<strong>cine</strong>matográficamente’ el sueño, y sin más,<br />
se mete a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la pantalla <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> para resolver el<br />
caso que Buster no pudo resolver en la vida real.<br />
El <strong>cine</strong> es utilizado como recurso <strong>de</strong> sueño. Más tar<strong>de</strong>,<br />
y con el correr <strong>de</strong> las décadas, leeremos complejas<br />
asimilaciones entre sueño y <strong>cine</strong> realizadas por diversos<br />
teóricos y críticos <strong>de</strong> todas las latitu<strong>de</strong>s. El sueño<br />
permite a Keaton dar su visión <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> y con ésta, <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
mundo. Veremos.<br />
El <strong>cine</strong> es el lugar <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe. A partir <strong>de</strong> Griffith y en<br />
a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante, el <strong>cine</strong> recupera a través <strong><strong>de</strong>l</strong> recurso mítico,<br />
la figura <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe. Citamos a Faretta:<br />
“… De la trifuncionalidad <strong><strong>de</strong>l</strong> imaginario indoeuropeo<br />
(Dumézil), el <strong>cine</strong> pone el acento privilegiadamente<br />
en la segunda función, el héroe, administrador <strong>de</strong> la<br />
fuerza, colocando a la primera – soberanía – y a la<br />
tercera – producción – “fuera <strong>de</strong> campo”. Héroe es la<br />
forma <strong>de</strong> la pregunta y <strong><strong>de</strong>l</strong> preguntar en el <strong>cine</strong>. En el<br />
camino <strong><strong>de</strong>l</strong> preguntar, el héroe es quien re nombra o<br />
re signa al mundo que lo ro<strong>de</strong>a; porque en el <strong>cine</strong> el<br />
héroe es quien posee la capacidad <strong>de</strong> re-signación.<br />
Este preguntar resignado es la tarea <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe en el<br />
<strong>cine</strong>. Al optar por lo heroico, el <strong>cine</strong> optó por el símbolo<br />
en oposición a la alegoría, puesto que lo alegórico<br />
es lo antiheroico en la medida en que <strong>de</strong>scree,<br />
pone en duda o cuestión la función adánica; siendo<br />
la función adánica el porqué <strong>de</strong> la función <strong><strong>de</strong>l</strong> pensar<br />
y poetizar. (…) A la apropiación <strong>de</strong> y por la técnica,<br />
opone una imaginación mítica. A la movilización general<br />
opone la reinstauración <strong><strong>de</strong>l</strong> status <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe…”<br />
<strong>La</strong> apertura <strong><strong>de</strong>l</strong> heroísmo realizada en el <strong>cine</strong> por<br />
Griffith es continuada por este otro sureño llamado<br />
Buster Keaton.<br />
| 25
26 |<br />
Por otro lado, Keaton marca claramente las diferencias<br />
con el teatro y, más sutilmente, con la literatura.<br />
Cuando el héroe ingresa a la pantalla, digamos ‘teatralmente’,<br />
choca unas cuantas veces con los irremediables<br />
cambios <strong>de</strong> espacio y <strong>de</strong> tiempo que se dan<br />
en la película. Recién luego pue<strong>de</strong> acomodarse. Allí<br />
es don<strong>de</strong> comienzan los recortes en planos, los movimientos<br />
<strong>de</strong> cámara, seguimientos, focalizaciones,<br />
cambios <strong>de</strong> punto <strong>de</strong> vista, duraciones y cortes, dando<br />
lugar a un <strong>de</strong>terminado ritmo (Puesta en escena).<br />
Por último, hacia el final <strong><strong>de</strong>l</strong> film, cuando Keaton ha<br />
recuperado a la mujer amada, la pantalla se torna<br />
espejo o, más bien, posibilidad <strong>de</strong> imitación y copia.<br />
Keaton vislumbra tempranamente al <strong>cine</strong> como doble,<br />
primero como sueño posible a ser vivido y luego<br />
como mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o a seguir. Y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ese mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o o<br />
guía, está en uno, en quien mira, fatalmente, elegir.<br />
<strong>La</strong> obra fílmica <strong>de</strong> Keaton tiene una constante unívoca.<br />
Todo ha <strong>de</strong> ser llevado por <strong><strong>de</strong>l</strong>ante por el amor<br />
<strong>de</strong> esa mujer que enamora perdidamente a nuestro<br />
héroe. En esa aventura, los indios, las guerras, las diferentes<br />
intrigas, la <strong>historia</strong>, todo, se presta para ser<br />
reinventado, vuelto a conocer, vuelto a ser vivido,<br />
para que Buster, en su periplo, alcance los brazos <strong>de</strong><br />
la amada, como merecido <strong>de</strong>scanso luego <strong>de</strong> semejante<br />
viaje.<br />
Los ojos <strong>de</strong>sorbitados, su constancia, su inteligencia<br />
al servicio <strong><strong>de</strong>l</strong> objetivo, todo su ser entra y sale <strong>de</strong> un<br />
sinfín <strong>de</strong> equívocos y <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nadas tramas, que sólo<br />
la unión <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre y la mujer podrán <strong>de</strong>jar atrás.<br />
<strong>La</strong> salvación a un supuesto retorno naturalista que<br />
propone cierto pensamiento mo<strong>de</strong>rno, se halla por<br />
el camino <strong><strong>de</strong>l</strong> matrimonio, y ambas cosas se juntan<br />
ejemplarmente en “El Maquinista <strong>de</strong> la General” (1927),<br />
don<strong>de</strong> el escape <strong><strong>de</strong>l</strong> ejército enemigo (los yanquis), es<br />
también el futuro <strong>de</strong> la vida juntos (el matrimonio).<br />
Sin una cosa, no hay la otra… pero la primera es una<br />
excusa. Una excusa que pue<strong>de</strong> cambiar… lo que no<br />
pue<strong>de</strong> cambiar es esa unión tanto necesaria como imprescindible<br />
entre el hombre y la mujer. Su postulado<br />
<strong>de</strong> heterosexualidad manifiesto se cuela, por lo sutil<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> género, entre cada tropiezo, cada carcajada, cada<br />
encuadre. Porque Keaton propuso su mundo <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
los <strong>de</strong>sopilantes periplos <strong>de</strong> su personaje (masculino),<br />
siempre interpretados por él mismo.<br />
Escribió Faretta: “… El Maquinista <strong>de</strong> la General sirve<br />
también para recordar algo que postulamos hace<br />
tiempo como un axioma: el <strong>cine</strong> norteamericano<br />
no es yanqui, es dixie; no sólo Griffith, sino Keaton<br />
también cuenta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Sur, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong><br />
vista confe<strong>de</strong>rado. Ese sudismo, que también dio el<br />
jazz, el rock, el bourbon, a Poe, Mark Twain, William<br />
Faulkner y Forrest Gump, es constitutivo, también,<br />
para enten<strong>de</strong>r qué modificación radical trajo el <strong>cine</strong><br />
al mundo <strong><strong>de</strong>l</strong> arte contemporáneo, qué recurso, salto<br />
o, si queremos, «revolución epistemológica» aportó<br />
tal creación estética que, directamente y como ahora<br />
po<strong>de</strong>mos enten<strong>de</strong>r con claridad, no <strong>de</strong>bería haber<br />
existido…”<br />
Imperturbable, inconmovible, Buster va para a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante,<br />
y ese ir para a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante, que también es el <strong>cine</strong><br />
mismo, lo encuentra siempre <strong>de</strong> frente a su objetivo:<br />
Conquistar el amor <strong>de</strong> la hembra <strong>de</strong> la especie. Su inteligencia<br />
está siempre <strong><strong>de</strong>l</strong> lado <strong>de</strong> la invención, y la<br />
invención <strong><strong>de</strong>l</strong> lado <strong><strong>de</strong>l</strong> objetivo. Objetivo simple, concreto,<br />
único… y vital. Jamás Keaton teñirá sus puestas<br />
<strong>de</strong> poses, engaños, ningún estado (humano) anterior<br />
se extraña ni se rememora, ninguna inclinación<br />
romántica. Todo es presente en Keaton, igual que en<br />
el <strong>cine</strong>.
Metrópoli (Fritz <strong>La</strong>ng, 1927)<br />
Guión: Thea von Harbou<br />
Dirección: Fritz <strong>La</strong>ng<br />
Estreno: 13 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1927<br />
Elenco:<br />
Alfred Abel<br />
Gustav Fröhlich<br />
Rudolf Klein-Rogge<br />
Fritz Rasp<br />
Theodor Loos<br />
Erwin Biswanger<br />
Heinrich George<br />
Fritz <strong>La</strong>ng.<br />
Fritz <strong>La</strong>ng nació en Viena el 5 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1890. Estudió arquitectura<br />
y artes plásticas. Comenzó en el <strong>cine</strong>, junto a Murnau, en la Alemania <strong>de</strong><br />
posguerra en 1919. Luego <strong>de</strong> su vastísima obra alemana (<strong>La</strong> saga <strong>de</strong> Mabuse,<br />
y la <strong>de</strong> los Nibelungos, “Metrópoli” en 1927, “Espías” en 1927, “M – El<br />
Vampiro” en 1931), se traslada a Hollywood huyendo <strong><strong>de</strong>l</strong> nazismo en 1933.<br />
Des<strong>de</strong> 1934 hasta 1960, filma 27 películas en Estados Unidos, don<strong>de</strong> mejora<br />
aún más su producción. De la etapa americana, se <strong>de</strong>stacan: “Western<br />
Union” (1941), “<strong>La</strong> Mujer <strong><strong>de</strong>l</strong> Cuadro” (1944), “Perversidad” (1945), “Clash By<br />
Night” (1952), “Los Sobornados” (1953), “Más Allá <strong>de</strong> una Duda Razonable”<br />
(1955), “Mientras la Ciudad Duerme” (1956). Murió el 2 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1976, a<br />
los ochenta y cinco años <strong>de</strong> edad.<br />
| 27<br />
Metrópoli se anticipa al futuro. Desarrollado en Alemania, durante el florecimiento<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> expresionismo <strong>de</strong> preguerra, el filme se convierte en el<br />
último experimento <strong>de</strong> este movimiento estético <strong>de</strong> autores, pensadores<br />
y artistas. En este contexto <strong>de</strong>viene el pensamiento general <strong><strong>de</strong>l</strong> filme,<br />
elaborando la posibilidad <strong>de</strong> analizar la separación <strong>de</strong> una vanguardia<br />
<strong>de</strong> élite aristocrática, y el movimiento <strong>de</strong> masas, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un entorno<br />
político – creativo incentivado por la <strong>de</strong>volución <strong><strong>de</strong>l</strong> marco alemán, y el<br />
surgimiento <strong>de</strong> pequeñas productoras estimuladas por créditos y apoyos<br />
<strong>de</strong> los institutos culturales nacionales.<br />
<strong>La</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> este monumental proyecto <strong>cine</strong>matográfico surgió en Estados<br />
Unidos, conjugando la mirada arquitectónica <strong>de</strong> <strong>La</strong>ng con la dimensión<br />
argumental y narrativa <strong>de</strong> su esposa, Thea von Harbou, quien fantaseó<br />
con una novela <strong>de</strong> entregas que posteriormente <strong>de</strong>vino en un guión <strong>de</strong><br />
ciencia ficción. El director, fascinado por la arquitectura mo<strong>de</strong>rnista, contenida<br />
en los rascacielos y la influencia <strong><strong>de</strong>l</strong> taylorismo norteamericano,
<strong>de</strong>sarrolla la visión apocalíptica <strong><strong>de</strong>l</strong> estado <strong>de</strong> los hombres y el totalitarismo<br />
en el año 2026.<br />
Este filme expresionista, que hace uso <strong>de</strong> la animación, la narración neobjetiva<br />
y efectos especiales diagramados en maquetas, cromas y cámaras<br />
<strong>de</strong> alta velocidad; emplea toda la imaginería y técnica <strong>de</strong> la época<br />
para contar la vida en una megalópolis futurista, don<strong>de</strong> los obreros <strong>de</strong><br />
la ciudad son prohibidos <strong>de</strong> mantener una vida en el mundo exterior,<br />
mientras que una clase selecta, aristocrática y pensante, gobierna <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
la política <strong>de</strong> la Razón.<br />
28 |<br />
En este contexto, Fre<strong>de</strong>r, el hijo <strong>de</strong> uno una familia <strong>de</strong> notables, advierte<br />
el estado <strong>de</strong> situación, incentivado por María, una joven que predica entre<br />
los trabajadores, intentando <strong>de</strong>spertar un cambio social. En cuanto<br />
el joven <strong>de</strong>scubre la injusticia que sufren los obreros, intentará producir<br />
el cambio, dando lugar a los altercados personales y familiares, en don<strong>de</strong><br />
se diferencian claramente los dos grupos antagónicos.<br />
Para la construcción narrativa <strong>de</strong> Metrópoli, Harbou toma la estructura<br />
<strong>de</strong> Tesis. Este tipo <strong>de</strong> construcción se elabora en tanto la autora elabora<br />
un punto <strong>de</strong> vista sobre el tema: la visión sobre el totalitarismo y el <strong>de</strong>sarrollo<br />
<strong>de</strong> las clases sociales. Abogando sobre los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> los trabajadores,<br />
articula un subgénero dramático, el melodrama, para la creación<br />
<strong>de</strong> personajes anatómicos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el héroe y el villano, para la probatoria<br />
<strong>de</strong> sus tesis en el final <strong><strong>de</strong>l</strong> film.<br />
Para Harbou el final se <strong>de</strong>staca entre la justa proporción <strong>de</strong> razón y socialismo<br />
en las formas <strong>de</strong> gobierno. “El cerebro dirigente y la mano ejecutora<br />
pue<strong>de</strong>n existir en el corazón”, según sus propias palabras. Este aspecto se<br />
centra en su tesis para el filme, aunque su propia autora no compartía este<br />
principio, pero como era <strong>de</strong> pensamiento común entre las universida<strong>de</strong>s<br />
germanas, resultó propicio para el argumento escogido.<br />
En tal mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o, Metrópolis resulta un filme mo<strong>de</strong>rno que articula el género<br />
<strong>de</strong> ciencia ficción, con una categoría <strong>de</strong> subgénero melodramático<br />
propicio para la resolución y punto <strong>de</strong> vista político escogidos, y pone en<br />
relevancia la construcción narrativa sobre el estado <strong>de</strong> visión que pueda<br />
poseer el autor sobre su obra.
Sopa <strong>de</strong> Gansos<br />
(Duck Soup, Leo Mc Carey, 1933)<br />
Guión: Bert Kalmar y Harry Ruby<br />
Dirección: Leo Mc Carey<br />
Estreno: 17 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1933<br />
Elenco:<br />
Groucho Marx<br />
Harpo Marx<br />
Chico Marx<br />
Zeppo Marx<br />
Margaret Dumont<br />
Raquel Torres<br />
Louis Calhern<br />
Leo Mc Carey nació en Los Ángeles, el 3 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1898. Comenzó en el <strong>cine</strong><br />
<strong>de</strong> muy joven, pero recién logró dirigir su primer film hacia 1928. Filmó más <strong>de</strong><br />
veinte films en Hollywood, entre los que alternó las comedias con los melodramas.<br />
En 1933, dirigió el mejor film <strong>de</strong> los hermanos Marx: “Sopa <strong>de</strong> Ganso”. Su<br />
obra más <strong>de</strong>stacada es, sin dudas, “Algo para Recordar” (1957). Dejó el <strong>cine</strong> en<br />
1962 (“El Diablo nunca Duerme”). Murió en Hollywood el 5 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1969.<br />
Ciertos artistas laterales, o <strong>de</strong> no tanto peso <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano<br />
nos han servido como complemento <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> los artistas cen-<br />
| 29<br />
Los Hermanos Marx.
trales, a modo <strong>de</strong> puente. Tal es así, que el complejo mundo <strong>de</strong> Minnelli se<br />
tornaría casi inasimilable, sin la obra <strong>de</strong> Cukor o Sirk, lo mismo ocurre con<br />
Walsh o Hawks y sus respectivos universos, sino mediara King Vidor. De la<br />
misma manera, creemos, ocurre con la lateralidad, poco sofisticada y muy<br />
intuitiva, <strong>de</strong> un muy buen artista como es Leo Mc Carey, quién nos acerca<br />
al complejo mundo <strong>de</strong> Frank Capra.<br />
30 |<br />
<strong>La</strong> comedia siempre tuvo dos vertientes distintas aunque no excluyentes.<br />
Una primera línea a la que po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>nominar comedia brillante o <strong>de</strong><br />
trama. Tal es el caso <strong>de</strong> los primeros films <strong>de</strong> Griffith, ciertos films <strong>de</strong> Capra,<br />
Cukor, Lubitsch, Preston Sturges, Billy Wil<strong>de</strong>r, sumados – ya más cerca en el<br />
tiempo – a unos cuantos (no todos) films <strong>de</strong> autores como Norman Taurog,<br />
Tashlin y Blake Edwards. Una segunda línea que correspon<strong>de</strong> a las comedias<br />
<strong>de</strong> comediantes: las películas hechas con Harry <strong>La</strong>ndon, Harold Lloyd,<br />
Mae West, los Hermanos Marx, <strong>La</strong>urel y Hardy o Jerry Lewis. Mc Carey fue<br />
un director (no solo <strong>de</strong> comedias) que alternó, cuando no juntó, ambas<br />
vertientes. Casi todos los gran<strong>de</strong>s cómicos <strong><strong>de</strong>l</strong> mudo y <strong>de</strong> principios <strong><strong>de</strong>l</strong> sonoro<br />
fueron dirigidos por Mc Carey. Su obra central, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las comedias<br />
<strong>de</strong> comediantes, es: “Sopa <strong>de</strong> Gansos”, con los hermanos Marx, tal vez la<br />
mejor obra <strong><strong>de</strong>l</strong> cuarteto (luego trío) cómico. Pero también realizó comedias<br />
dramáticas <strong>de</strong> muy buena factura, y hasta unos cuantos melodramas, entre<br />
los que se <strong>de</strong>staca uno <strong>de</strong> sus mejores films “Algo Para Recordar” (An Affair<br />
to Remember, 1957) protagonizado por Cary Grant y Deborah Kerr.<br />
Hay tres etapas en las que po<strong>de</strong>mos dividir al género. <strong>La</strong> comedia clásica,<br />
que va <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los años veinte hasta la segunda postguerra; la comedia brillante,<br />
que incluye los años cincuenta y sesenta; y la comedia contemporánea<br />
que, <strong>de</strong>sgraciadamente, casi ha <strong>de</strong>saparecido.<br />
Respecto a la comedia clásica y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ella a la <strong>de</strong> payasos, hay que<br />
<strong>de</strong>stacar a las hechas por los hermanos Marx, y especialmente al film que<br />
nos ocupa.<br />
“Sopa <strong>de</strong> Gansos” es antes que nada un musical. Un musical disparatado y<br />
fresco don<strong>de</strong> el cuarteto cómico se luce como pocas veces. En un pueblo<br />
llamado Libertonia, una mujer adinerada y po<strong>de</strong>rosa <strong>de</strong>splaza a las autorida<strong>de</strong>s<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> lugar para colocar en su lugar a Groucho. Por supuesto Groucho<br />
es Groucho. Un <strong><strong>de</strong>l</strong>irante, interesado, egoísta, vago, que juega y jugará con<br />
el cargo hasta el final. <strong>La</strong> dama está enamorada <strong>de</strong> Groucho y él <strong>de</strong> la novia<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> embajador <strong>de</strong> una nación vecina. Zeppo, es el secretario privado <strong>de</strong><br />
Groucho en la nueva gestión; y Chico y Harpo son espías <strong>de</strong> uno y otro bando<br />
alternadamente. El film concluye con una guerra entre ambas naciones
vecinas en las que, por azar pero también por gracia, los que peor hicieron<br />
las cosas (Libertonia), los que peor se manejaron en las sucesivas batallas,<br />
terminan ganando la guerra.<br />
Hay una serie <strong>de</strong> puntos que nos gustaría tratar a propósito <strong>de</strong> la trama y<br />
<strong>de</strong> la puesta en escena exquisita <strong>de</strong> Leo Mc Carey. Es cosa común hablar<br />
<strong>de</strong> surrealismo en el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> fines <strong>de</strong> los veinte y principios <strong>de</strong> los treinta, e<br />
incluir, casi siempre sin motivos sólidos, a los hermanos Marx y sus films en<br />
este temerario paquete. Sopa <strong>de</strong> Gansos es una <strong>de</strong>mostración <strong>de</strong> lo contrario.<br />
Veamos.<br />
<strong>La</strong> articulación y la estructura <strong><strong>de</strong>l</strong> film se a<strong>de</strong>cúan a un mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o clásico sin<br />
ninguna intención <strong>de</strong> abandonar su aporte al <strong>de</strong>sarrollo <strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje dado<br />
en aquel tiempo. Solo aplicar algunas fórmulas <strong>de</strong> libertad artísticas ya<br />
aplicadas anteriormente para el vuelo <strong>de</strong> los hermanos Marx. Por un lado,<br />
antes <strong>de</strong> la ineptitud <strong>de</strong> Groucho, vemos la conspiración <strong><strong>de</strong>l</strong> embajador.<br />
Esto es, que sea lo que sea el gobierno <strong>de</strong> Groucho, ya hay una <strong>de</strong>cisión,<br />
dada básicamente en torno a intereses privados, <strong>de</strong> oponerse. Por otro<br />
lado, la dama po<strong>de</strong>rosa, rica y benefactora <strong><strong>de</strong>l</strong> estado en cuestión está enamorada<br />
<strong>de</strong> Groucho <strong>de</strong> principio a final <strong><strong>de</strong>l</strong> film, con lo cual cierta tolerancia<br />
o locura en su apoyo a la nueva autoridad está dada por amor. A<strong>de</strong>más,<br />
la integración <strong>de</strong> los cuatro hermanos es bien funcional a la trama más allá<br />
<strong>de</strong> algún que otro chiste o sketch <strong><strong>de</strong>l</strong>iciosos en este tipo <strong>de</strong> películas. Por<br />
último, los temas tratados en el film, el po<strong>de</strong>r, el dinero, la guerra, la política,<br />
la libertad, etc. se cruzan en una fábula por <strong>de</strong>más disparatada, pero<br />
cada uno <strong>de</strong> los pasos está incluido en la puesta en escena, está gobernado<br />
por el fuera <strong>de</strong> campo.<br />
| 31<br />
Para finalizar, nos gustaría resaltar cómo se acomodan este tipo <strong>de</strong> puestas<br />
en escena con estos actores con el musical, el canto, las coreografías, el<br />
baile, etc. Hay una sensación <strong>de</strong> ficcionalización <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la ficción que<br />
colabora al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las acciones y <strong><strong>de</strong>l</strong> drama, y que permanentemente<br />
avanza en pos <strong><strong>de</strong>l</strong> objetivo.
Los 39 Escalones<br />
(The Thirty-Nine Steps, Alfred Hitchcock, 1935)<br />
Guión: Charles Bennett<br />
Dirección: Alfred Hitchcock<br />
Estreno: 1 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1935<br />
Elenco:<br />
Robert Donat<br />
Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>eine Carroll<br />
Lucie Mannheim<br />
Godfrey Tearle<br />
Peggy Ashcroft<br />
John <strong>La</strong>urie<br />
32 |<br />
Alfred Hitchcock nació en 13 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1899 en Londres, Inglaterra. Comenzó<br />
su carrera como director en su país en 1925. Filmó una veintena <strong>de</strong><br />
films, entre mudos y sonoros, hasta que fue contratado por Hollywood en<br />
1939, para continuar su carrera en norteamérica. Filmó 30 films en Estados<br />
Unidos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1940 hasta 1970 que regresó a su Londres natal a concluir su<br />
carrera. Todos <strong>de</strong> muy buena factura, algunos <strong>de</strong> ellos, obras maestras absolutas.<br />
Tales como: “<strong>La</strong> Soga” (1948), “<strong>La</strong> Ventana Indiscreta” (1954), “Vértigo”<br />
(1958), “Psicosis” (1960), “Marnie” (1964), entre otras. Es, para quienes<br />
escribimos estas líneas, el mejor director <strong>de</strong> <strong>cine</strong> <strong>de</strong> todos los tiempos. Luego<br />
<strong>de</strong> filmar su ante último film en Inglaterra (“Frenesí” en 1972), regresó a<br />
Estados Unidos, para realizar el último (“Trama Macabra” en 1976), Murió<br />
en Hollywood 29 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1980, luego <strong>de</strong> una larga enfermedad, a los 80<br />
años <strong>de</strong> edad.<br />
Alfred Hitchcock es uno <strong>de</strong> los más importantes realizadores <strong>de</strong> <strong>cine</strong>,<br />
como así también uno <strong>de</strong> los artistas más geniales <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XX. Mucho<br />
se ha dicho <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Hitchcock, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> diferentes lugares, pero poco<br />
que realmente valga la pena. Sobre todo ahora, que ya han pasado más<br />
<strong>de</strong> treinta y cinco años <strong>de</strong> su última película y que casi todo el material se<br />
encuentra disponible, en un formato u otro, para ser revisado.<br />
Hitchcock es el director teológico por excelencia. Educado por los jesuitas,<br />
católico en su Inglaterra natal, su <strong>cine</strong> fue, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los inicios, un<br />
complejo <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as postuladas a partir <strong>de</strong> temas como la caída,<br />
el pecado, la culpa, el amor, etc. El mundo <strong>de</strong> este autor, <strong>de</strong>splegado<br />
siempre a partir <strong>de</strong> una diégesis policial transparente, nos somete a los<br />
difíciles ejercicios <strong>de</strong> la mirada.
Dentro <strong>de</strong> una obra fílmica que se prolongó durante más <strong>de</strong> cincuenta<br />
años, po<strong>de</strong>mos distinguir, sólo a los fines <strong><strong>de</strong>l</strong> análisis, cuatro etapas. <strong>La</strong><br />
primera <strong>de</strong> ellas (1925-1929) correspon<strong>de</strong> a sus films mudos, tales como<br />
“The Lodger” (1926), “Downhill” (1927), “The Ring” (1928), y “Blackmail”<br />
(1929), entre otros. <strong>La</strong> segunda etapa (1930-1939) pertenece a sus films<br />
ingleses sonoros: “Mur<strong>de</strong>r” (1930), “Los 39 Escalones” (1935), “Sabotaje”<br />
(1936), y “Alarma en el Expreso” (1938), entre otros. El tercer Hitchcock<br />
es el más fecundo, el más extenso y también el más visto. Es aquel <strong>de</strong> su<br />
etapa americana <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1940 hasta 1962. Aquí se <strong>de</strong>stacan films como<br />
“Rebeca” (1940), “<strong>La</strong> Sospecha” (1942), “<strong>La</strong> Sombra <strong>de</strong> una Duda” (1943),<br />
“Ocho a la Deriva” (1944), “Tuyo es mi Corazón” (1946), “<strong>La</strong> Soga” (1948),<br />
“Pánico en Escena” (1950), “Extraños en un Tren” (1951), “Mi Secreto me<br />
Con<strong>de</strong>na” (1952), “<strong>La</strong> Ventana Indiscreta” (1953), “El Hombre Equivocado”<br />
(1957), “Vértigo” (1958), “Psicosis” (1960), y “Los Pájaros” (1962), entre<br />
otras. <strong>La</strong> cuarta y última etapa <strong>de</strong> la obra es aquella que comienza al final<br />
<strong>de</strong> su estadía en Hollywood y se extien<strong>de</strong> hasta el final <strong>de</strong> su trabajo, en<br />
el cual realiza en Inglaterra (“Frenesí” <strong>de</strong> 1972), y luego en Hollywood<br />
otra vez (“Trama Macabra” <strong>de</strong> 1976) sus últimos films. <strong>La</strong> película más<br />
importante <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> este último y corto período es, sin dudas, “Marnie”<br />
(1964). Esta etapa, contrariamente a la tercera, se caracterizó por una<br />
simpleza y una <strong>de</strong>cantación propia <strong><strong>de</strong>l</strong> gran artista en su madurez. Si la<br />
anterior época estaba impregnada <strong>de</strong> un barroquismo basado en una<br />
puesta en escena precisa, apoyada por los gran<strong>de</strong>s estudios, la última<br />
etapa, en cambio, se centró en quintaesenciar sus i<strong>de</strong>as más puras, <strong>de</strong>spojando<br />
sus tramas aún <strong>de</strong> sus recursos técnicos más reconocidos en<br />
obras anteriores.<br />
| 33<br />
A diferencia <strong>de</strong> otros gran<strong>de</strong>s autores, Hitchcock llevaba al espectador<br />
<strong>de</strong> las narices apoyándose en el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> su personaje central.<br />
A través <strong>de</strong> este método, nos cuestionamos (porque se suspendían: he<br />
ahí el suspenso) todos los supuestos morales y estéticos sobre los que<br />
creíamos pisar firme. Muchos <strong>de</strong> ellos se <strong>de</strong>smoronaban ya que la base<br />
que los sustentaba <strong>de</strong>saparecía y los pasamanos se terminaban ante la<br />
inminente caída.<br />
Dentro <strong><strong>de</strong>l</strong> primer grupo <strong>de</strong> films, la etapa muda, el autor sentó las bases<br />
<strong>de</strong> lo que sería su arte <strong>de</strong> allí en a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante. Apareció su género predilecto,<br />
el policial, siempre <strong>de</strong>senvuelto a partir <strong>de</strong> una relación <strong>de</strong> pareja; también<br />
muchos <strong>de</strong> sus temas y obsesiones, tales como el falso culpable, la<br />
intercambiabilidad <strong>de</strong> la culpa, ciertos dudosos roles institucionales (la<br />
policía, por ejemplo), la heterosexualidad, etc. A la par <strong>de</strong> aquellas invenciones<br />
estéticas, surge su estilo. El ritmo, el plano <strong>de</strong>talle, los travelling <strong>de</strong>
acercamiento y alejamiento, como la rigurosidad interpretativa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo<br />
actoral. Ya en la citada “Chantaje” (“Blackmail”, 1929) se encuentra aquella<br />
madurez expresiva, don<strong>de</strong> todo lo que vemos escon<strong>de</strong> otra cosa <strong>de</strong>trás<br />
y cada rasgo, movimiento o gesto está contenido <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la <strong>historia</strong>.<br />
El segundo Hitchcock (1930-1939) es aquel que tomó carrera para lanzarse<br />
hacia la etapa <strong>de</strong> Hollywood. Es aquella en la que se asimiló el sonido,<br />
y se continuó y amplió aquella mirada fundacional <strong>de</strong> su <strong>cine</strong>. Sin<br />
llegar a las cimas que le <strong>de</strong>parará su <strong>cine</strong> americano, sobre todo en los<br />
cincuenta, nadie pue<strong>de</strong> negar que sin films como “Sabotaje” o “Los 39 Escalones”,<br />
nuestro director hubiera estado tal vez menos preparado, menos<br />
precavido, menos armado, para llegar a sus puntos más altos, caso<br />
“El Hombre Equivocado”, “Vértigo” o “Psicosis”. Esta segunda etapa <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
maestro coinci<strong>de</strong> con la etapa <strong>de</strong> sistematización <strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje <strong>de</strong> la <strong>historia</strong><br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. Lo mismo podríamos <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> John Ford, Raoul<br />
Walsh o King Vidor.<br />
34 |<br />
Uno <strong>de</strong> sus nudos <strong>de</strong> sentido más complejos y brillantes fue su visión<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> amor. Si bien es un tema por el que ronda toda su obra y ya aparecía<br />
bosquejado en sus films mudos, es en esta fecunda segunda etapa, el<br />
período sonoro inglés, don<strong>de</strong> más se <strong>de</strong>sarrolla y crece.<br />
<strong>La</strong> relación hombre mujer es presentada siempre <strong>de</strong> modo muy franco,<br />
hasta con una exagerada honestidad <strong>de</strong> parte <strong><strong>de</strong>l</strong> director. Así, el amor<br />
se vuelve, no sólo necesario, sino también única fuente verda<strong>de</strong>ra <strong>de</strong><br />
una relación que se juega su <strong>de</strong>stino en el <strong>de</strong>venir <strong><strong>de</strong>l</strong> film. Siempre será<br />
certero preguntarse ¿Quién ama a quien en un film <strong>de</strong> Hitchcock? O estar<br />
atentos a los fundamentos que dan pie a las acciones <strong>de</strong> los personajes.<br />
Esto es: la motivación que los lleva a moverse hacia tal o cual lugar, a<br />
hacer tal o cual cosa. El católico Hitchcock se alinea con San Agustín: “…<br />
primero ama, y <strong>de</strong>spués haz lo que quieras…”. En la tercera etapa, dicha<br />
cuestión, formará parte central en la belleza <strong>de</strong> sus films.<br />
El film que nos ocupa, Los 39 Escalones, narra la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> un hombre<br />
inocente que es acusado <strong>de</strong> un asesinato que no cometió y <strong>de</strong>be huir <strong>de</strong><br />
Londres a Escocia para <strong>de</strong>scubrir un secreto <strong>de</strong> espionaje internacional<br />
para salvarse.<br />
En este precioso y simétrico film <strong>de</strong> mediados <strong>de</strong> los treinta, Hitchcock<br />
<strong>de</strong>ja sentado algunos <strong>de</strong> los elementos centrales que explotará en su<br />
<strong>cine</strong> americano posterior: el falso culpable, la necesidad <strong>de</strong> pruebas para<br />
la salvación, la inseguridad absoluta <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo en que vivimos, el Amor
Hitchcock dirigiendo LOS 39 ESCALONES.<br />
como piedra filosófica fundamental, el puritanismo como opuesto necesario<br />
a la verdad, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> confabulaciones, conspiraciones, torpes<br />
cómplices, e inútiles policías.<br />
| 35<br />
Mediante una puesta en escena exquisita, sobre todo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su planteo<br />
<strong>de</strong> cámara y encuadres, plagada <strong>de</strong> planos <strong>de</strong>talles, ocultamientos <strong>de</strong><br />
rostros, simétricas situaciones, transparencia diegética, fragmentación<br />
perfecta <strong>de</strong> tiempo y espacio, con un trabajo permanente y conciente<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> fuera <strong>de</strong> campo, el director nos hace partícipes <strong>de</strong> un thriller <strong>de</strong><br />
aventuras en el que la narración fluye, se mueve, se <strong>de</strong>sliza casi, con una<br />
naturalidad y frescura únicas.
Furia<br />
(Fury, Fritz <strong>La</strong>ng, 1936)<br />
Guión: Bartlett Cormack y Fritz <strong>La</strong>ng<br />
Dirección: Fritz <strong>La</strong>ng<br />
Estreno: 29 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1936<br />
Elenco:<br />
Sylvia Sidney<br />
Spencer Tracy<br />
Walter Abel<br />
Bruce Cabot<br />
Edward Ellis<br />
Walter Brennan<br />
36 |<br />
“Furia” cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> Joe (Spencer Tracy), un hombre joven, honrado<br />
y trabajador que se separa <strong>de</strong> su novia por razones <strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong> ambos,<br />
pero que prometen buscarse en cuanto la situación económica <strong>de</strong><br />
los dos les permita casarse. Pasa un año, y Joe va en busca <strong>de</strong> su amada<br />
Katherine (Sylvia Sidney) luego <strong>de</strong> una prosperidad económica importante<br />
junto a sus hermanos. Poco antes <strong>de</strong> llegar a su encuentro, la policía<br />
lo confun<strong>de</strong> con un secuestrador y lo meten preso. El pueblo entero,<br />
ansioso <strong>de</strong> encontrar un culpable, se ensaña con el pobre Joe e intentan<br />
lincharlo. Pren<strong>de</strong>n fuego la comisaría y Joe escapa secretamente mientras<br />
todos lo dan por muerto, aún su novia, y el estado lleva a juicio por<br />
Furia 1936.
homicidio a los veintidós organizadores <strong><strong>de</strong>l</strong> linchamiento. Los hermanos<br />
<strong>de</strong> Joe arman el juicio y encubren a su hermano, hasta que Katherine se<br />
entera <strong>de</strong> la maniobra producida por la furia <strong>de</strong> Joe, e intenta disuadirlo<br />
<strong>de</strong> aparecer como “vivo” y <strong>de</strong>cir la verdad para no con<strong>de</strong>nar a los agitadores<br />
por algo que, en <strong>de</strong>finitiva, no se produjo. Joe <strong>de</strong>siste, finalmente,<br />
y aparece en el juzgado para aclarar la situación.<br />
El film es precioso. <strong>La</strong> puesta en escena está tan cuidada, que la película<br />
genera una tensión y una emoción imposibles <strong>de</strong> olvidar. Cuando el ayudante<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> comisario empieza a hablar y el pueblo, en su afán <strong>de</strong> chisme<br />
y venganza empieza a transformar la mentira en verdad y a agrandarla y<br />
<strong>de</strong>corarla, el film cobra una cru<strong>de</strong>za y una gran<strong>de</strong>za impresionantes. <strong>La</strong>s<br />
actuaciones <strong>de</strong> los agitadores, <strong><strong>de</strong>l</strong> mismo Spencer Tracy y sus hermanos,<br />
como la <strong><strong>de</strong>l</strong> comisario son memorables.<br />
<strong>La</strong> tensión en <strong>La</strong>ng siempre está dada entre lo fatal (el <strong>de</strong>stino) y la elección<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> hombre (el libre albedrío) equivocada o no. En este film, su primera<br />
obra americana, empieza a perfilarse tibiamente esta cuestión. Mientras<br />
Joe se <strong>de</strong>ja llevar por su furia, la tensión crece y el relato nos pone en el lugar<br />
<strong>de</strong> los sospechosos. Cuando interviene Katherine luego <strong>de</strong> unas bellas<br />
simetrías que tienen que ver con el lenguaje y el anillo (<strong>de</strong> compromiso),<br />
aparece el libre albedrío <strong>de</strong> Joe para <strong>de</strong>sistir en lo que hubiera sido una locura.<br />
Libre albedrío visto como posibilidad <strong>de</strong> arruinar su <strong>de</strong>stino, porque<br />
él se arrepiente <strong>de</strong> su accionar cuando la propia locura, mediante voces<br />
que lo acusan, se le acerca. <strong>La</strong> venganza es <strong>de</strong>scartada por el autor <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
su visión <strong>de</strong> la mafia hasta la actitud final <strong>de</strong> Joe. El hombre solo frente a<br />
todos <strong>de</strong> Vidor, o <strong>de</strong> Walsh, aún en ciertos momentos <strong>de</strong> Howard Hawks, es<br />
aquí evaluado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un sentido comunitario y visto, mediante una mirada<br />
europea, como juicio y valor <strong>de</strong> lo colectivo y el futuro. Así es que <strong>La</strong>ng<br />
tarda más, quizá, que algunos <strong>de</strong> sus contemporáneos (los nombrados anteriormente,<br />
entre otros) en darse cuenta <strong>de</strong> ciertas máscaras artificiales<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> sistema político y jurídico norteamericano. Hasta 1936, por lo menos,<br />
año <strong>de</strong> realización y estreno <strong><strong>de</strong>l</strong> film, la mirada <strong>de</strong>mocrática comunitaria se<br />
correspondía con lo que un alemán huyendo <strong><strong>de</strong>l</strong> nazismo podía ver como<br />
más que aceptable.<br />
| 37
» Sistematización<br />
Segunda Parte<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> Lenguaje<br />
Sólo se vive una vez (You Only live once, Fritz <strong>La</strong>ng, 1937)<br />
Guión: Gene Towne y C. Graham Baker<br />
Dirección: Fritz <strong>La</strong>ng<br />
Estreno: 29 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1937<br />
Elenco:<br />
Sylvia Sidney<br />
Henry Fonda<br />
Barton Mac<strong>La</strong>ne<br />
Jean Dixon<br />
“Sólo se vive una vez” cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> Eddie Taylor (Henry Fonda)<br />
que cumple su con<strong>de</strong>na y sale <strong>de</strong> la cárcel prometiendo no volver a <strong><strong>de</strong>l</strong>inquir,<br />
ya que reincidir le valdría la pena <strong>de</strong> muerte. Afuera lo espera<br />
su novia Joan para casarse e irse a vivir juntos para formar una familia.<br />
El reencuentro <strong>de</strong> la pareja <strong>de</strong> este drama <strong>de</strong>venido en tragedia (más<br />
allá <strong>de</strong> ciertos rasgos <strong>de</strong> policial o, más bien thriller, que prevalecen a lo<br />
largo <strong><strong>de</strong>l</strong> film), es el centro <strong>de</strong> este inolvidable film. A través <strong>de</strong> una bella<br />
simetría entre las ranas que ven en el jardín <strong><strong>de</strong>l</strong> primer hotel que paran y<br />
la pareja, el director nos da su visión acerca <strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s <strong><strong>de</strong>l</strong> amor<br />
para toda la vida, y <strong><strong>de</strong>l</strong> heroísmo que eso significa.<br />
| 39<br />
Fatalidad y libre albedrío se intercalan en la obra <strong>de</strong> Fritz <strong>La</strong>ng sin solución<br />
<strong>de</strong> continuidad. Tal en este film. Por un lado, lo inevitable <strong>de</strong> una<br />
sociedad que ya lo ha juzgado y con<strong>de</strong>nado a Eddie. Primero preso, luego<br />
amenazado por el alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> que si vuelve a <strong><strong>de</strong>l</strong>inquir irá a la silla<br />
eléctrica, más tar<strong>de</strong> por los dueños <strong><strong>de</strong>l</strong> hotel que lo reconocen como un<br />
ex convicto y echan a la pareja, <strong>de</strong>spués lo <strong>de</strong>spi<strong>de</strong>n <strong><strong>de</strong>l</strong> trabajo por su<br />
condición <strong>de</strong> ex presidiario y, finalmente, lo vuelven a juzgar y a con<strong>de</strong>nar<br />
por un crimen que no cometió, esta vez con<strong>de</strong>nándolo a muerte.<br />
Por otro lado, la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> Eddie <strong>de</strong> luchar, y la <strong>de</strong> Joan <strong>de</strong> acompañarlo.<br />
Los pocos que quieren ayudarlos llegan tar<strong>de</strong> o no son lo suficientemente<br />
escuchados. Van contra todo, y a pesar <strong>de</strong> todo, nadie les da una<br />
mano, porque todo para la sociedad ya es cosa juzgada. Se pue<strong>de</strong> argumentar<br />
que la fatalidad, como muchas veces en los films <strong>de</strong> <strong>La</strong>ng triunfa<br />
por sobre el libre albedrío, pero si tomamos la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> amor y el final,<br />
ella diciéndole: “… lo volvería a hacer…”, entonces podríamos dudar un<br />
poco. Al menos darle cierto crédito <strong>de</strong> ambigüedad y apertura al relato.
Sólo se vive una vez 1937.<br />
40 |<br />
Con un guión exquisito y una puesta en escena <strong>de</strong> aquellas, la película<br />
no regatea en <strong>de</strong>talles ni en emociones. El arma que Eddie escon<strong>de</strong> bajo<br />
la almohada luego se transformará en la que Joan compra para acercarle<br />
a la cárcel y hacer posible la huída. <strong>La</strong> misma que el Padre Dolan (irlandés,<br />
y fonéticamente similar a Logan en <strong>de</strong> Mi Secreto me Con<strong>de</strong>na<br />
<strong>de</strong> Hitchcock) le secuestra, primero cubriendo a Joan y luego frenando<br />
su intento <strong>de</strong> armar a su novio prisionero. Finalmente, una nueva arma<br />
provista por un ex compañero <strong>de</strong> Eddie (¿el mismo que ejecutó el robo<br />
al banco y lo <strong>de</strong>jó pegado ante la justicia?) escondida en un colchón le<br />
permitirá salir <strong>de</strong> la cárcel amenazando al médico, asesinando al cura, y<br />
acelerando su trágico final.<br />
El sombrero <strong>de</strong> Eddie también se expresa en la misma tensión entre fatalidad<br />
y libre albedrío. Primero él le muestra a ella dón<strong>de</strong> escon<strong>de</strong> la factura<br />
que hace las veces <strong>de</strong> recibo por el a<strong><strong>de</strong>l</strong>anto o seña que realizó por la<br />
casa que eligieron para vivir juntos. En el mismo momento que, y por esa<br />
elección, Eddie se retrasa en su trabajo más <strong>de</strong> una hora y media y provoca<br />
en su insensible jefe, los motivos <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>spido. Luego, el sombrero <strong>de</strong><br />
Eddie es la pista <strong><strong>de</strong>l</strong> robo que alguien <strong>de</strong>ja en el auto para que lo culpen<br />
a él y todos los diarios se hagan eco <strong>de</strong> dicha falsedad. A propósito, y<br />
esto en <strong>La</strong>ng no es ninguna casualidad, los diarios que dan la noticia <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
sombrero hacen simetría luego con la redacción <strong>de</strong> un diario que espera
el veredicto <strong><strong>de</strong>l</strong> juicio <strong>de</strong> Eddie con tres portadas posibles<br />
para el cierre <strong>de</strong> la edición nocturna. Para <strong>La</strong>ng,<br />
como para muchos <strong>de</strong> nosotros, la prensa, los medios<br />
<strong>de</strong> comunicación en general son puro juego, muchas<br />
veces perverso, o al menos irresponsable. Cuadran<br />
perfectamente en la <strong>de</strong>sorientación e in<strong>de</strong>cisión liberal<br />
<strong>de</strong> los tiempos que corren.<br />
Frente a esto el Padre Dolan funciona como un correlato<br />
moral <strong>de</strong> la <strong>historia</strong>. Recor<strong>de</strong>mos que es quien<br />
trae el perdón. Es al único a quien Eddie <strong>de</strong>bió creer<br />
por ser el único que estaba preocupado por su vida y<br />
por su verda<strong>de</strong>ra salvación. El padre emite su opinión<br />
más que vale<strong>de</strong>ra aún en círculos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r don<strong>de</strong><br />
cualquiera se calla. Si el lado fatal <strong>de</strong> <strong>La</strong>ng se correspon<strong>de</strong><br />
por lo hiperbóreo, nórdico e indiferenciado (he<br />
ahí sus pesadillas en clave fantástica <strong>de</strong> su <strong>cine</strong> alemán,<br />
y también alguna que otra obra americana), el<br />
libre albedrío se correspon<strong>de</strong> con sus <strong>de</strong>seos mediterráneos,<br />
y católicos, que todo alemán <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el fondo<br />
<strong>de</strong> la <strong>historia</strong> tiene, y más habiendo nacido en Viena<br />
y en épocas <strong><strong>de</strong>l</strong> Imperio Austrohúngaro. En este film,<br />
como vemos, la balanza se equilibra un poco más que<br />
en otros, porque aunque el padre sea asesinado por<br />
Eddie en su huída final, la presencia y función que<br />
cumple en el film es <strong>de</strong>stacada por el director como<br />
algo más que un <strong>de</strong>seo lejano. Recor<strong>de</strong>mos que este<br />
es el segundo film <strong>de</strong> Fritz <strong>La</strong>ng en América.<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> rebaño por un rato y que juzguemos mal nosotros<br />
también. Justo cuando la cosa se aclara y nos ponemos<br />
irremediablemente y culposamente <strong><strong>de</strong>l</strong> lado <strong>de</strong><br />
Eddie, es tar<strong>de</strong>… y ya no se <strong>de</strong>morará más el triste<br />
y trágico final. Nosotros, cada uno <strong>de</strong> nosotros, por<br />
<strong>de</strong>sidia, lo pusimos en la mira, la misma mira <strong><strong>de</strong>l</strong> rifle<br />
que el policía al final hace centro en su espalda. Él<br />
ya está lejos, cerca <strong>de</strong> la frontera, nosotros venimos<br />
atrás. Él está con ella. Nosotros tratando <strong>de</strong> matarlo<br />
para matar nuestras culpas y errores. Ellos se salvan,<br />
nosotros ¿quién sabe? En <strong>de</strong>finitiva: Todos quieren a<br />
Eddie o, más bien, todos quieren ser como él.<br />
| 41<br />
Un último <strong>de</strong>talle, y no menor. <strong>La</strong>ng juega con su<br />
público en cuanto a la información suministrada <strong>de</strong><br />
manera tal <strong>de</strong> hacernos creer, en un punto, que Eddie<br />
es culpable <strong><strong>de</strong>l</strong> robo. Des<strong>de</strong> la mitad <strong><strong>de</strong>l</strong> film hasta la<br />
huída <strong>de</strong> la cárcel el espectador queda como uno más<br />
en la sociedad que con<strong>de</strong>nó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace rato a Eddie.<br />
El perdón que viene <strong>de</strong> Washington es mostrado en<br />
fundido mediante un eje vertical exquisito. El camión<br />
<strong>de</strong> caudales robado saliendo <strong>de</strong> un pantano, como<br />
veintitantos años <strong>de</strong>spués lo hará el auto <strong>de</strong> Marion<br />
Crane en Psicosis <strong>de</strong> Hitchcock. <strong>La</strong>ng quiere que pertenezcamos<br />
a ese pueblo oscuro, <strong>de</strong> mirada llana,<br />
envidioso, comprado, silenciado… que seamos parte
<strong>La</strong> Adorable Revoltosa<br />
(Bringing up baby, Howard Hawks, 1938)<br />
Guión: Dudley Nichols y Hagar Wil<strong>de</strong><br />
Dirección: Howard Hawks<br />
Estreno: 18 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1938<br />
Elenco:<br />
Katharine Hepburn<br />
Cary Grant<br />
Charles Ruggles<br />
Walter Catlett<br />
Barry Fitzgerald<br />
42 |<br />
El director Howard Hawks nació en el estado <strong>de</strong> Indiana, el 30 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong><br />
1896. Fue ingeniero y aviador. Participó <strong>de</strong> la segunda guerra mundial como<br />
piloto <strong><strong>de</strong>l</strong> ejército. En 1923 ingresa al mundo <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> como ayudante <strong>de</strong> dirección,<br />
y en 1924 escribe su primer guión. Dirige su primer film (“El Camino<br />
<strong>de</strong> la Gloria”) en 1926. Entre 1926 y 1970 dirige 40 films, muchos <strong>de</strong> ellos,<br />
obras maestras absolutas <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. Cuando se habla <strong>de</strong> una narración clásica,<br />
se piensa en cómo filmaba Howard Winchester Hawks. Murió en Hollywood<br />
el 26 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1977. Sus films más importantes<br />
son: “<strong>La</strong> Adorable Revoltosa” (1938), “Sólo los Ángeles Tienen Alas” (1939),<br />
“Tener o no Tener” (1944), “Río Rojo” (1948), “Río Bravo” (1959), y “El Deporte<br />
Favorito <strong><strong>de</strong>l</strong> Hombre” (1964).<br />
Hawks en rodaje.
Es sabido, y ya canónico, los dos estilos en los que se<br />
<strong>de</strong>sarrolló la obra <strong><strong>de</strong>l</strong> director Howard Hawks. Por un<br />
lado, los dramas, por el otro las comedias. Los dramas<br />
daban cuenta <strong>de</strong> lo que el mundo <strong>de</strong>be ser, o como<br />
fue en un principio, míticamente. <strong>La</strong>s comedias <strong>de</strong>scriben<br />
al mundo tal cual es, según este autor. Los<br />
dramas, o films serios se correspon<strong>de</strong>n con sus brillantes<br />
western (“Río Rojo”, “Río Bravo”, “El Dorado”,<br />
entre otros, con la excepción <strong>de</strong> las magistrales “Sólo<br />
los Ángeles tienen Alas” (1939) y “Tener o no Tener”<br />
(1944). Ambos films serán trabajados más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante<br />
en este trabajo.<br />
El otro costado <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Hawks está compuesto,<br />
como dijimos más arriba, por sus comedias, don<strong>de</strong> la<br />
narración nos plantea en qué ha <strong>de</strong>venido el mundo<br />
(y con él toda la civilización). El pesimismo aquí<br />
es contun<strong>de</strong>nte, certero. Esta línea está expresada<br />
en films como “<strong>La</strong> Adorable Revoltosa” (Bringing Up<br />
Baby, 1938), “Luna Nueva” (His Girl Friday, 1940), “<strong>La</strong><br />
Novia era Él” (I Was a Male War Bri<strong>de</strong>, 1949), “Me Siento<br />
Rejuvenecer” (Monkey Business, 1952), “Los Caballeros<br />
las Prefieren Rubias” (Gentlemen Prefer Blon<strong>de</strong>s,<br />
1953), y más problemáticamente: “Hatari” (1962), “El<br />
Deporte Favorito <strong><strong>de</strong>l</strong> Hombre” (Man`s Favorite Sport?,<br />
1964), y “Rojo 7000” (Red Line 7000, 1965).<br />
Esta línea funciona simétrica y complementariamente<br />
con la dramática. En el sentido <strong>de</strong> que todo se ha<br />
corrido <strong>de</strong> sus fueros originarios. El hombre, se ha<br />
quedado <strong>de</strong>masiado tiempo solo y su profesionalidad<br />
se ha vuelto cientificismo. Y la mujer, que llegó<br />
tar<strong>de</strong> para salvarlo, arremete como loca intentando<br />
recuperar el tiempo perdido. Des<strong>de</strong> este punto <strong>de</strong><br />
vista, compren<strong>de</strong>mos a dón<strong>de</strong> hubieran llegado los<br />
Geoffrey Carter (Sólo los Ángeles Tienen Alas), los<br />
Harry Morgan (Tener o No Tener), y los Chance (Río<br />
Bravo), si se hubieran distraído <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>beres, y si<br />
sus respectivas Bonnie, Slim y Feathers no hubieran<br />
irrumpido a tiempo.<br />
En las comedias <strong>de</strong> Hawks, el hombre ha transformado<br />
su profesionalidad en especiosidad inerte, y<br />
contrariamente a lo que se supone, esto arrasó con<br />
su dignidad, su autorespeto, y con cualquier forma <strong>de</strong><br />
heroísmo. Aquí el pesimismo agnóstico <strong><strong>de</strong>l</strong> director<br />
arriba a su culminación.<br />
Con un guión clásico <strong>de</strong> comedia, sólido y con excelentes<br />
actuaciones, “<strong>La</strong> Adorable Revoltosa” cuenta la<br />
<strong>historia</strong> <strong>de</strong> David, un paleontólogo obsesivo por su<br />
trabajo, y algo tonto, a punto <strong>de</strong> casarse con su noviasecretaria-colega.<br />
En este contexto irrumpe Susan,<br />
una <strong>de</strong>sprejuiciada y millonaria mujer que intentará<br />
cazarlo, más que casarlo. En su intento <strong>de</strong> conquista,<br />
lo lleva a vivir una disparatada situación, totalmente<br />
inesperada para la or<strong>de</strong>nada vida <strong>de</strong> David.<br />
Mientras las mujeres <strong><strong>de</strong>l</strong> film solo intentan cazar a sus<br />
hombres-presas en una alocada carrera, los hombres,<br />
en saberes menores, se muestran más que limitados<br />
en cuanto lo que <strong>de</strong>ben hacer. Examinemos un poco<br />
más la triste cuestión masculina en el film:<br />
El jardinero <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> las afueras <strong>de</strong> Susan y los<br />
empleados <strong><strong>de</strong>l</strong> zoológico son ineptos torpes y, por<br />
supuesto, no están a la altura <strong>de</strong> las circunstancias.<br />
Lo mismo ocurre con el personal <strong><strong>de</strong>l</strong> circo. El policía<br />
es temeroso, torpe, inútil, <strong>de</strong>sconfiado y sin, prácticamente,<br />
ningún criterio. El abogado y el coronel han<br />
olvidado sus funciones y <strong>de</strong>beres, para <strong>de</strong>dicarse el<br />
primero al golf y el segundo a seducir (pésimamente)<br />
a viudas millonarias. Éste último, Horace, vive <strong>de</strong> sus recuerdos<br />
<strong>de</strong> caza, pero en un terrible pánico <strong>de</strong> interiores,<br />
don<strong>de</strong> lo único que le queda <strong>de</strong> aquel pionerismo<br />
es la imitación paródica <strong>de</strong> los rugidos <strong>de</strong> las fieras.<br />
David ha pasado años armando hueso a hueso el<br />
esqueleto <strong>de</strong> un inútil dinosaurio en su laboratorio<br />
y está a la caza <strong>de</strong> un millón <strong>de</strong> dólares que <strong>de</strong>sea<br />
le sean donados a sus infantiles proyectos. El hueso<br />
(apellido que da Susan a David en medio <strong>de</strong> la aventura)<br />
final le es enviado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el exterior y por llevarlo<br />
| 43
consigo al acompañar a Susan, lo pier<strong>de</strong> y eso hace<br />
que viva un tiempo distinto y <strong>de</strong>ba someterse a tamaña<br />
peripecia, leopardos incluidos. Aunque aquel esqueleto<br />
gigantesco <strong>de</strong>ba <strong>de</strong>sarmarse por completo,<br />
hacia el final <strong><strong>de</strong>l</strong> film, para que él alcance la salvación<br />
(junto a ella). Cíclicamente, casi por azar, una nueva<br />
instancia <strong>de</strong> civilización se ha producido.<br />
44 |<br />
“… Los dos leopardos <strong>de</strong> <strong>La</strong> Adorable Revoltosa son<br />
emblemas puntuales <strong>de</strong> tal cuestión. Si las esferas no<br />
se separan por un esfuerzo llamado “civilización” el<br />
mundo recaería en una barbarie, y para nada romántica.<br />
Esa civilización muerta <strong>de</strong> la cual el paleontólogo<br />
trata <strong>de</strong> reconstruir precariamente un animal <strong>de</strong><br />
museo, pue<strong>de</strong> ser la nuestra en pocas horas. Porque<br />
una fuerza viva y confusa renueva sus pedidos <strong>de</strong> territorialidad.<br />
El cazador no caza, el sabio no ejerce su<br />
saber, la policía no ejerce su control, el circo pier<strong>de</strong> su<br />
carácter <strong>de</strong> propalador <strong>de</strong> diversiones. <strong>La</strong> millonaria<br />
pue<strong>de</strong> entregar su dinero a cualquier incompetente;<br />
sólo la mujer autárquica —fiera irresponsable por<br />
otros medios— controla la situación y todo su <strong>de</strong>spliegue<br />
<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r es para cazar a un marido que sólo<br />
está preocupado por reconstruir —juntando una serie<br />
<strong>de</strong> huesos— un animal tan estúpido, necio, gran<strong>de</strong><br />
e inútil como los dinosaurios. Este “mundo al revés”,<br />
esta nave <strong>de</strong> los locos, es el mundo <strong>de</strong> las llamadas<br />
comedias pesimistas <strong>de</strong> Hawks cuyo emblema es la<br />
Susan <strong>de</strong> <strong>La</strong> Adorable Revoltosa…” escribe Faretta.<br />
El mundo al revés se or<strong>de</strong>na, doblemente, cuando el<br />
hombre <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> lado la tontería y especiosa profesión<br />
<strong>de</strong> interiores, y cuando la mujer <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> zaran<strong>de</strong>arse<br />
en el loco vaivén y fija, a partir <strong>de</strong> cierta cordura dada<br />
por la civilización, sus ojos en el objetivo: perpetuar<br />
la especie.
Sólo los Ángeles Tienen Alas<br />
(Only Angels have Wings, Howard Hawks, 1939)<br />
Guión: Jules Furthman<br />
Dirección: Howard Hawks<br />
Estreno: 15 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1939<br />
Elenco:<br />
Cary Grant<br />
Jean Arthur<br />
Richard Barthelmess<br />
Rita Hayworth<br />
Thomas Mitchell<br />
Habíamos dicho que la obra <strong>de</strong> Howard Hawks se divi<strong>de</strong>,<br />
básicamente, y con contadísimas excepciones, en<br />
comedias y dramas. Epigramáticamente, la comedia<br />
por excelencia es “<strong>La</strong> Adorable Revoltosa”, revisada<br />
recientemente. <strong>La</strong> otra vertiente, la <strong>de</strong> los dramas, conocida<br />
por sus famosos westerns consta <strong>de</strong> aquellos<br />
films que proponen mundos i<strong>de</strong>ales. Recor<strong>de</strong>mos, en<br />
las comedia <strong>de</strong> Hawks vemos el mundo como es, <strong>de</strong><br />
un modo certero, pesimista, en los dramas, el mundo<br />
como <strong>de</strong>bería ser… acá la cosa se torna un poco más<br />
esperanzadora. O no. Veremos.<br />
Fuera <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s westerns filmados por este director,<br />
hay dos films pertenecientes a los dramas que<br />
vamos a analizar en este trabajo. El primero, y que nos<br />
ocupa en estas páginas es “Sólo los Ángeles tienen<br />
Alas”, y el otro, <strong><strong>de</strong>l</strong> cual trataremos más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante es<br />
“Tener o no Tener” (1945).<br />
“Solo los Ángeles tienen Alas” cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> un<br />
mundo cerrado masculino, típico en los mundos dramáticos<br />
<strong>de</strong> Hawks, don<strong>de</strong> el lugar (Barraca, un lugar<br />
in<strong>de</strong>terminado en la cordillera <strong>de</strong> Los An<strong>de</strong>s) pone a<br />
prueba a cada uno <strong>de</strong> los personajes en términos <strong>de</strong><br />
valor, coraje, profesionalidad, heroísmo.<br />
En las películas “serias” <strong>de</strong> este autor los personajes<br />
rondan en la busca <strong>de</strong> la dignidad y el autorespeto.<br />
Hay dos tipos <strong>de</strong> hombres: los profesionales en su<br />
rol, en su tarea, y los que no lo son. Éstos últimos, son<br />
amateurs, principiantes, por jóvenes e inexpertos, o<br />
viejos que alguna vez fueron verda<strong>de</strong>ros profesionales<br />
y que el <strong>de</strong>caimiento físico ya no los acompaña.<br />
Todos saben cuál es el objetivo, todos piensan <strong>de</strong><br />
manera similar, así es que el profesional, el digno, el<br />
héroe, en <strong>de</strong>finitiva, se gana el respeto y la autoridad<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> resto que anhela ser como él.<br />
En este film tenemos a Jeff Carter (Cary Grant), un<br />
aviador profesional a cargo <strong><strong>de</strong>l</strong> movimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> correo<br />
aéreo <strong><strong>de</strong>l</strong> lugar, al que todos admiran dadas su<br />
capacidad y compromiso con la tarea que <strong>de</strong>sempeña.<br />
El clima es muy traicionero en el lugar, y el trabajo<br />
<strong>de</strong> aviador allí se torna una tarea <strong>de</strong> alto riesgo. Carter<br />
manda, sin más, hombres a volar por la cordillera, que<br />
es casi lo mismo que mandarlos a la muerte. Cuando<br />
el clima es <strong>de</strong>masiado peligroso, él mismo se encarga<br />
<strong>de</strong> pilotar el avión para el traslado <strong><strong>de</strong>l</strong> correo. Tal es<br />
así, que el film se abre y se cierra con dos acci<strong>de</strong>ntes<br />
aéreos: el primero el <strong>de</strong> Joe, quien apurado por llegar<br />
porque lo espera Bonnie (la mujer intrusa <strong>de</strong> todo<br />
film <strong>de</strong> Hawks), precipita el aterrizaje, <strong>de</strong>soyendo los<br />
consejos <strong>de</strong> Carter, y muere en la caída. El segundo<br />
acci<strong>de</strong>nte es al final <strong><strong>de</strong>l</strong> film cuando Carter mete en<br />
un mismo avión a Kid (un maduro hombre al que la<br />
vista lo está traicionando luego <strong>de</strong> veintidós años <strong>de</strong><br />
volar) y a Mac Pearson (un cobar<strong>de</strong> traidor, que tiempo<br />
atrás <strong>de</strong>jó morir al hermano <strong>de</strong> Kid), la niebla los<br />
traiciona y caen. Está <strong>de</strong> más <strong>de</strong>cir que el trabajo <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
film en torno al eje vertical y a su <strong>de</strong>sarrollo simbólico<br />
es riquísimo, aprovechando, entre otras cosas, los<br />
aviones y los vuelos, la cordillera, la niebla, las subidas<br />
y bajadas (traducidas en <strong>de</strong>spegues y aterrizajes), las<br />
relaciones humanas <strong>de</strong>sprendidas <strong>de</strong> conceptos <strong>de</strong><br />
autoridad y dignidad.<br />
El Holandés es el dueño <strong><strong>de</strong>l</strong> negocio y <strong><strong>de</strong>l</strong> lugar, que<br />
su sensibilidad lo traiciona, “porque no soporto una<br />
muerte más”. Mac Pearson es el traidor que acepta<br />
los mandatos <strong>de</strong> Carter y los viajes arriesgados para<br />
redimirse y lograr ser aceptado por el grupo. Kid no<br />
quiere per<strong>de</strong>r su lugar por viejo. Les es el limitado y<br />
| 45
Howard Hawks.<br />
46 |<br />
obediente con<strong>de</strong>nado a su lugar pero útil, y <strong>de</strong> alguna manera, querido<br />
y aceptado.<br />
El grupo <strong>de</strong> hombres es invadido en el comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> film, por una mujer:<br />
Bonnie (Jean Arthur). <strong>La</strong> mujer es para Hawks la otredad absoluta. Lo<br />
indomable. Y la mujer se adapta a su manera a ese mundo reconociendo<br />
su pasado como camino necesario a este presente. El padre <strong>de</strong> Bonnie<br />
era equilibrista (<strong>de</strong> alguna manera el mundo fáctico y emocional <strong>de</strong> Barraca<br />
también lo es) y solía saltar sin red, al menos así ella lo recuerda.<br />
Bonnie tiene una relación especial con cada hombre <strong><strong>de</strong>l</strong> film: con Les<br />
y Joe en las primeras escenas se introduce en el mundo <strong><strong>de</strong>l</strong> grupo. Con<br />
Kid recupera cierta figura <strong>de</strong> padre que con el correr <strong><strong>de</strong>l</strong> film se asienta a<br />
partir <strong>de</strong> reconocimiento <strong>de</strong> él <strong>de</strong> la pérdida <strong>de</strong> su vista y <strong><strong>de</strong>l</strong> abandono<br />
<strong>de</strong>finitivo <strong>de</strong> la aviación. Con Mac Pearson la cuestión es más distante, tal<br />
vez ella juzga que este hombre es el que menos pertenece al grupo don<strong>de</strong><br />
ella está ingresando, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> traer <strong>de</strong> vuelta a July (Rita Hayworth),<br />
un viejo y casi olvidado amor <strong>de</strong> Carter.<br />
<strong>La</strong> relación <strong>de</strong> Bonnie con Carter es el centro melodramático <strong><strong>de</strong>l</strong> film. Se<br />
pue<strong>de</strong> resumir en la simetría <strong>de</strong> las monedas. Kid juega con una moneda<br />
ante la reprobación profesional <strong>de</strong> Carter, luego lo hará <strong>de</strong> similar manera<br />
Mac Pearson por ser aceptado, inmerecidamente, por Carter, para<br />
no armar lío <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> grupo y seguir avanzando con los <strong>de</strong>beres pro-
fesionales que la vida le exige. Finalmente, Carter le<br />
hace trampa a Bonnie con una moneda <strong>de</strong> similares<br />
lados (como ellos) para que ella no pueda más que<br />
elegir lo que él quiere que elija. Una secreta <strong>de</strong>claración<br />
<strong>de</strong> amor, que ella entrevé en la escena final. Ella<br />
lo acepta y acepta al grupo, él también la acepta y<br />
reconoce su lugar en el grupo. Previo a esta escena<br />
final Carter <strong>de</strong>be pasar por una prueba <strong>de</strong> fuego. Ella<br />
dispara sin querer en el hombro <strong>de</strong> Carter y lo hiere<br />
sensiblemente. Esto produce en él una disminución<br />
clara <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r (pier<strong>de</strong> por un momento su autoridad),<br />
<strong>de</strong> libertar (necesita atención y cuidado <strong>de</strong> los<br />
otros) y <strong>de</strong> dignidad (llora por el acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Kid).<br />
Él sale airoso <strong>de</strong> la prueba, porque vuelve a ser el <strong>de</strong><br />
antes y reconoce finalmente el amor <strong>de</strong> Bonnie y su<br />
lugar en la vida.<br />
<strong>La</strong> moral en este film es una moral práctica (como todos<br />
los films <strong>de</strong> Hawks), que no se guía por visiones<br />
abstractas que provengan <strong>de</strong> afuera, sino que se <strong>de</strong>finen<br />
en la película, y que provienen <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s<br />
humanas y las relaciones <strong>de</strong> los personajes. <strong>La</strong> dignidad<br />
es el objetivo, y jamás caerán los personajes en<br />
sentimentalismos que impliquen el llanto fácil <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador,<br />
sobre todo los héroes <strong>de</strong> estos films. <strong>La</strong> escena<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> plato <strong>de</strong> comida que estaba <strong>de</strong>stinado a Joe (el<br />
recientemente acci<strong>de</strong>ntado y muerto) que toma Carter<br />
sin prejuicios y come con <strong>de</strong>gustación es emblema <strong>de</strong><br />
lo que venimos diciendo. Hay que vivir, hay que seguir,<br />
hay que ser… no nos po<strong>de</strong>mos dar el lujo <strong>de</strong> ponernos<br />
a mirar para atrás con alguna nostalgia paralizante.<br />
Necesitamos avanzar hacia ese <strong>de</strong>stino propuesto<br />
como el Carter y su equipo en este film, como Eddie<br />
Morgan en “Tener o no Tener”, como Chance en “Río<br />
Bravo”, como el mismo y gran director Howard Hawks<br />
filmando películas en Hollywood. Recor<strong>de</strong>mos aquí, y<br />
a propósito <strong>de</strong> esto, que Hawks no incluyó jamás un<br />
flash back en toda su filmografía.<br />
<strong>La</strong>s simetrías abundan en el film: las tocaditas <strong>de</strong> cabeza<br />
(superiores, tranquilizantes) <strong>de</strong> Carter al Holandés,<br />
el famoso y repetido: “¿Tenés un fósforo?” para<br />
pren<strong>de</strong>r un cigarrillo, el juego <strong>de</strong> la moneda, los acci<strong>de</strong>ntes<br />
aéreos, Bonnie con el cuchillo inocente y a la<br />
vez amenazante (para el hombre), primero con Les y<br />
Joe en los puestos <strong>de</strong> la feria, y luego con Carter en su<br />
oficina, los vuelos, los tragos, las canciones y las madrugadas.<br />
Los simétricos inventarios, donaciones y<br />
herencias que realiza Jeff luego <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> cada<br />
uno <strong>de</strong> sus amigos. Los hombres vuelan, las mujeres<br />
se aferran a la tierra… Todo esto nos brinda una puesta<br />
en escena precisa, sólida, cuidada. A la vez fresca,<br />
natural, creíble, fuerte, certera. El mundo <strong>de</strong>bió ser<br />
así, como en ciertas películas <strong>de</strong> Hawks, o como es en<br />
algún refugio mítico, real o imaginario, <strong>de</strong> un mundo<br />
que ha perdido el rumbo, pero que si gira el timón a<br />
tiempo (ni el autor ni nosotros creemos en semejante<br />
optimismo) podría restablecerse el or<strong>de</strong>n y recuperarse<br />
la dignidad.<br />
Todos los temas <strong>de</strong> Hawks están en este film. Veamos.<br />
El espacio cerrado <strong>de</strong> representación: el grupo. Todo<br />
el film, prácticamente, se <strong>de</strong>sarrolla en un solo lugar<br />
(interior) don<strong>de</strong> se manifiestan todas las acciones significativas<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> film. Cuando se acepta una tarea, hay<br />
que continuar en ella hasta el éxito o la muerte, parecería<br />
<strong>de</strong>cirnos Hawks, esto como marca fundamental<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> saber profesional, que no es tanto un saber como<br />
un ser. El sentido <strong>de</strong> la responsabilidad no admite<br />
dudas en el mundo <strong>de</strong> Howard Hawks. El impulso,<br />
la soledad, el tumulto mueven a sus héroes hacia la<br />
aventura pero sabemos quién está a la altura <strong>de</strong> las<br />
circunstancias y quién no.<br />
Los pilotos tienen que sobrellevar el tema <strong>de</strong> la muerte<br />
en su cotidianeidad. <strong>La</strong> tragedia los llama y ellos<br />
tienen que rendirse a ella con la mayor dignidad. Ahí<br />
es don<strong>de</strong> falla el amateur, quizá no por falta <strong>de</strong> saber<br />
sino <strong>de</strong> templanza. Recor<strong>de</strong>mos que el primer piloto<br />
que muere está más preocupado por su posterior<br />
cena con la chica que con su aterrizaje.<br />
Hay tres personajes típicos masculinos en Hawks.<br />
Esto se repetirá en “Río Bravo” (1959), film que anali-<br />
| 47
zaremos más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante. El Héroe (profesional, digno,<br />
íntegro), el amigo <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe, en este caso el viejo Kid,<br />
que se ha <strong>de</strong>gradado y que se halla cerca <strong>de</strong> la vejez<br />
y la incapacidad, y el traidor, que intenta redimirse <strong>de</strong><br />
acuerdo a los valores <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe. Lo interesante es que<br />
los tres piensan lo mismo, y se nos muestran con una<br />
moral similar entre ellos. El héroe es como se <strong>de</strong>be,<br />
el amigo ha abandonado (en general por problemas<br />
físicos) ese estado. Y el traidor (o, más bien, el otro)<br />
intenta redimirse tratando <strong>de</strong> parecerse al héroe.<br />
A éstos, podríamos sumarle un cuarto y típico personaje:<br />
el novato, que prevalecerá como figura y recurso<br />
en casi todos sus western.<br />
El crítico inglés Robin Wood ha notado en este film y<br />
en gran parte <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Howard Hawks brillantes<br />
analogías con la narración literaria <strong>de</strong> Joseph Conrad.<br />
Suscribo esta postura e invito al lector a comprobarlas<br />
mediante el seguimiento <strong>de</strong> ambos artistas.<br />
48 |
<strong>La</strong> Diligencia.<br />
<strong>La</strong> Diligencia<br />
(Stagecoach, John Ford, 1939)<br />
Guión: Dudley Nichols<br />
Dirección: John Ford<br />
Estreno: 2 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1939<br />
Elenco:<br />
Claire Trevor<br />
John Wayne<br />
Andy Devine<br />
John Carradine<br />
Thomas Mitchell<br />
Louise Platt<br />
George Bancroft<br />
Donald Meek<br />
Berton Churchill<br />
Tim Holt<br />
Tom Tyler<br />
Sean Aloysius O’Fearna (el nombre verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> John Ford) nació en Portland,<br />
Estados Unidos el 1 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1894. Católico e hijo <strong>de</strong> irlan<strong>de</strong>ses,<br />
fue uno <strong>de</strong> los pioneros <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano junto a Griffith. El western<br />
fue su género predilecto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus películas mudas. Filmó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1917 a<br />
1966 más <strong>de</strong> 120 películas. Entre las que se <strong>de</strong>stacan: “<strong>La</strong> Diligencia” (1939),<br />
“Qué Ver<strong>de</strong> era mi Valle” (1941), “El Hombre Quieto” (1953), “Más Corazón<br />
que Odio” (1956), “Alas <strong>de</strong> Águila” (1957), “El Último Hurra” (1959), “El Hombre<br />
que Mató a Liberty Valance” (1962), “El Ocaso <strong>de</strong> los Cheyenes” (1964),<br />
y “Siete Mujeres” (1966). Murió en Hollywood, luego <strong>de</strong> una larga enfermedad,<br />
el 31 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1973, a los 79 años <strong>de</strong> edad.<br />
| 49<br />
El <strong>cine</strong> tiene, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus inicios, un fuerte carácter industrial, y por en<strong>de</strong>,<br />
comercial. Concluimos que no existe el <strong>cine</strong> no comercial (que no quiera<br />
ser vendido ni visto). <strong>La</strong> venta <strong>de</strong> los films, la rigurosidad <strong>de</strong> los presupuestos,<br />
la duración <strong>de</strong> las películas, sumado a ciertas leyes <strong>de</strong> circulación,<br />
han hecho <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano, gracias al trabajo <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s<br />
estudios productores, un arte universal capaz <strong>de</strong> superar aún las<br />
fronteras más insospechadas. El llamado starsystem, ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los años<br />
veinte, fue uno <strong>de</strong> los elementos centrales para aquella operación. Pero<br />
no sólo en sentido económico, sino también político y estético. A través<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> recurso mítico, el actor representaba valores arquetípicos que, dada<br />
la ecumenicidad <strong><strong>de</strong>l</strong> arte <strong>cine</strong>matográfico, rápidamente se nos revelaban<br />
como universales y paradigmáticos. Siguiendo esta línea, algo similar<br />
po<strong>de</strong>mos argumentar acerca <strong>de</strong> los géneros. Los géneros fueron la
50 |<br />
posibilidad <strong>de</strong> transparencia diegética que tuvo Hollywood<br />
durante los años treinta para fundar esto que<br />
hoy llamamos <strong>cine</strong>. También aquí se fueron <strong>de</strong>sarrollando<br />
arquetipos, formas y maneras <strong>de</strong> lo universal.<br />
De esto se trató la sistematización <strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje dada<br />
en aquel período. Tal vez, el mejor ejemplo <strong>de</strong> esto<br />
sea el Western. Y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los western, unos cuantos<br />
hechos por John Ford. Pensamos ahora en “<strong>La</strong> Diligencia”<br />
(1939). Más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante, vendrán: “Pasión <strong>de</strong> los<br />
Fuertes” (1946), “Río Gran<strong>de</strong>” (1950), “Más Corazón que<br />
Odio” (1956), y “El Hombre que Mató a Liberty Valance”<br />
(1962), entre otros.<br />
El film que nos ocupa trata <strong>de</strong> una diligencia que tiene<br />
que cruzar hacia el oeste un territorio en el que<br />
los apaches acechan. Dentro <strong>de</strong> la diligencia que<br />
menta el título se traslada toda la comunidad representada<br />
por cada una <strong>de</strong> las castas <strong>de</strong> la sociedad: El<br />
sheriff <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo y el dueño <strong>de</strong> la diligencia conduciendo;<br />
a<strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> vehículo, el comerciante ven<strong>de</strong>dor<br />
<strong>de</strong> whisky Peacock (Donald Meek), el banquero<br />
Gatewood (Berton Churchill), el cowvoy marginado<br />
Ringo Kid (John Wayne), el jugador y sureño buscavidas<br />
Hatfield (John Carradine), el borracho doctor<br />
Boone (Thomas Mitchell), y las dos mujeres, la señora<br />
Lucy Mallory (Louis Platt), embarazada y esposa <strong>de</strong><br />
un sargento <strong><strong>de</strong>l</strong> ejército americano, señora refinada,<br />
y la prostituta Dallas (Claire Trevor), que se sube a la<br />
diligencia porque es expulsada <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo. <strong>La</strong>s dos<br />
mujeres representan el absoluto femenino <strong>de</strong> Ford.<br />
Lo más interesante es que la postura universal <strong>de</strong><br />
Ford, a partir <strong><strong>de</strong>l</strong> mo<strong><strong>de</strong>l</strong>ado <strong>de</strong> sus personajes, hace<br />
que aquella arquetipicidad <strong>de</strong> clases y roles que conforman<br />
la comunidad <strong>de</strong> esa diligencia, no sea sólo<br />
privativo a la época en que se <strong>de</strong>sarrolla el film (1870,<br />
más o menos), sino que po<strong>de</strong>mos llevarla al análisis<br />
político, profesional y social <strong>de</strong> la sociedad en que vivimos<br />
hoy en día. Tal recurso es una <strong>de</strong> las razones <strong>de</strong><br />
ser <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>.<br />
Durante el recorrido y las sucesivas paradas, Ringo,<br />
arrestado por el sheriff cuando subió a la diligencia<br />
por haberse escapado <strong>de</strong> prisión para vengar la muerte<br />
<strong>de</strong> su padre y su hermano, se enamora <strong>de</strong> Dallas, y<br />
le pi<strong>de</strong> casamiento. Pero ambos saben que Ringo irá<br />
a prisión, si no cae muerto en su intento <strong>de</strong> venganza<br />
cuando se encuentre en Lordsburg con los temibles<br />
hermanos Plummer. Dallas intenta convencer a Ringo<br />
<strong>de</strong> que huya en cuanto encuentre la oportunidad,<br />
pero éste no le hace caso. Aquí, a diferencia <strong>de</strong> las<br />
comedias hawksianas, es el héroe masculino quien<br />
educa en términos fordianos a la mujer <strong>de</strong> la vida. Él<br />
tiene una casa en las afueras, cerca <strong>de</strong> la frontera con<br />
México. Cuando la diligencia llega a <strong>de</strong>stino, le pi<strong>de</strong> al<br />
sheriff unos minutos antes <strong>de</strong> ser entregado y encarcelado<br />
para ir a matar a los hermanos Plummer. Se los<br />
conce<strong>de</strong>n. Se enfrenta con ellos, los mata, y vuelve al<br />
encuentro con su amada y sus captores. Éstos lo perdonan<br />
y lo <strong>de</strong>jan escapar junto con Dallas hacia su<br />
rancho en la frontera. El motivo por el cual todos se<br />
confabulan para liberarlo es que liberó al pueblo <strong>de</strong> la<br />
maldición <strong>de</strong> los hermanos Plummer. Otra vez volvemos<br />
a la cuestión <strong><strong>de</strong>l</strong> final feliz. Si bien es un final menos<br />
problemático que otros <strong><strong>de</strong>l</strong> mismo autor u otros<br />
autores, es cierto también, que aquí Ford nos pone<br />
<strong>de</strong> lleno frente al mito fundante <strong>de</strong> América. Si Ringo<br />
no hubiera actuado, si no hubiera colaborado en el<br />
combate contra los indios, la cuestión territorial no se<br />
habría <strong>de</strong>sarrollado como tal. El reconocimiento, a veces<br />
<strong>de</strong> lejos, <strong><strong>de</strong>l</strong> contemporáneo para con el héroe es<br />
central en este director para marcarnos los pasos <strong>de</strong><br />
la civilización, aunque más no sea como continuidad<br />
<strong>de</strong>gradada.<br />
El camino <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>ber individual, Ringo se lo <strong>de</strong>be marcar<br />
a cada instante a Dallas. Porque hay algo instintivo<br />
y permanente en Ringo que lo lleva siempre a<br />
pensar en su venganza. Pero en el mientras tanto, va<br />
proyectando el <strong>de</strong>spués, el famoso cómo sigue. Hay<br />
algo intuitivo hacia Dallas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo. Pensemos<br />
en la bella escena don<strong>de</strong> los viajantes se van pasando<br />
la cantimplora, y cómo se la entregan, a esa altura,<br />
absolutamente simbólica. Pero esa moral férrea<br />
e intuitiva es una <strong>de</strong> las virtu<strong>de</strong>s <strong><strong>de</strong>l</strong> film. El mundo <strong>de</strong>
John Ford es llevado a su mínima expresión física, para <strong>de</strong>splegarse universalmente<br />
en todo su esplendor. Basta recordar el ejemplo en el que<br />
John Wayne se arroja a los caballos <strong>de</strong> la diligencia para recuperar las<br />
riendas perdidas. Más allá <strong><strong>de</strong>l</strong> coraje, el heroísmo, y la cuestión mítica, lo<br />
central es que Ringo tiene las riendas. Entendido esto como dominio <strong>de</strong><br />
la situación, presente y futura. <strong>La</strong> moral <strong>de</strong> Ringo ha tomado las riendas<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> vehículo (y <strong><strong>de</strong>l</strong> film), y Ford lo legitima con toda la acción posterior:<br />
el final <strong>de</strong> la batalla con los apaches, la llegada a Lordsburg, la muerte <strong>de</strong><br />
los hermanos Plummer y la partida final, junto a Dallas.<br />
Un <strong>de</strong>talle más, y para terminar, es que el pueblo al que arriba, al final<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> film, la diligencia se llama Lordsburg que significa: <strong>La</strong> colina <strong>de</strong> los<br />
caballeros. Es allí don<strong>de</strong> el mundo <strong>de</strong> la película se or<strong>de</strong>na, se corrige, se<br />
fun<strong>de</strong>, <strong>de</strong>jando atrás el caos propio <strong><strong>de</strong>l</strong> recorrido.<br />
| 51
El Ciudadano<br />
(Citizen Kane, Orson Welles, 1941)<br />
Guión: Herman J. Mankiewicz y Orson Welles<br />
Dirección: Orson Welles<br />
Estreno: 4 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1941<br />
Elenco:<br />
Orson Welles<br />
Joseph Cotten<br />
Dorothy Comingore<br />
Agnes Moorehead<br />
Ruth Warrick<br />
Ray Collins<br />
Erskine Sanford<br />
Everett Sloane<br />
52 |<br />
El Ciudadano.<br />
Orson Welles nació en Wisconsin el 6 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1915. Niño prodigio, llegó<br />
al <strong>cine</strong> a los 25 años <strong>de</strong> edad, con la realización <strong>de</strong> “El Ciudadano” (1941).<br />
Luego <strong>de</strong> ser expulsado <strong>de</strong> Hollywood por los gran<strong>de</strong>s estudios (1943),<br />
anduvo por el mundo realizando una obra por <strong>de</strong>más entrecortada, fragmentada,<br />
fallida, y bastante dudosa, entre adaptaciones <strong>de</strong> Shakespeare y<br />
guiones personales. Hombre <strong>de</strong> teatro, <strong>de</strong> <strong>cine</strong>, <strong>de</strong> radio y <strong><strong>de</strong>l</strong> espectáculo<br />
en general. Sus obras más importantes son: “<strong>La</strong> Dama <strong>de</strong> Shangai” (1947),<br />
“Othello” (1952), “Mister Arkadin” (1955), “Toque <strong>de</strong> Mal” (1958), “El Proceso”<br />
(1962) y “Campanadas a Medianoche” (1965). Murió en Hollywood,<br />
vaya paradoja, el 10 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1985. Filmografía: The Other Si<strong>de</strong> of<br />
the Wind (1972); London (1971); The Deep (1970); The Gol<strong>de</strong>n Honeymoon<br />
(1970); The Southern Star (1969); The Merchant of Venice (1969) (TV); The<br />
Immortal Story (1968); Vienna (1968); Falstaff - Campanadas a Medianoche<br />
(1965); “In the <strong>La</strong>nd of Don Quixote” (1964) TV Series; The Trial (1963); No<br />
Exit (1962); David e Golia (1960); The Fountain of Youth (1958) (TV); Touch<br />
of Evil (1958); Portrait of Gina (1958) (TV); Mr. Arkadin (1955); Moby Dick<br />
Rehearsed (1955) (TV); The Tragedy of Othello: The Moor of Venice (1952);<br />
Macbeth (1948); The <strong>La</strong>dy from Shanghai (1947); The Stranger (1946); The<br />
Magnificent Ambersons (1942); Citizen Kane (1941).<br />
Orson Welles es el director que, a los veinticinco años <strong>de</strong> edad, produce,<br />
escribe y dirige “Citizen Kane”. ¿Qué es “Citizen Kane”? Es el temprano<br />
saber que se sabe <strong>de</strong>clarado por la opera prima <strong>de</strong> un director <strong>de</strong> <strong>cine</strong>.<br />
Director <strong>de</strong> <strong>cine</strong> que, y por primera vez, viene munido <strong>de</strong> características<br />
inusuales hasta ese entonces. Primero: Welles es una figura pública <strong>de</strong> la<br />
cultura y hasta <strong>de</strong> la chismografía norteamericana: niño prodigio, recitador<br />
<strong>de</strong> Shakespeare, director <strong>de</strong> teatro con sesgo vanguardista, propa-
lador <strong>de</strong> emisiones radiofónicas apocalípticas, niño terrible, etc. Segundo:<br />
Welles es el primero también en hacerse proyectar films anteriores:<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Griffith hasta “<strong>La</strong> Diligencia”. En esta actitud tenemos ya el fundar<br />
operante <strong>de</strong> la autoconciencia. Partirá a sabiendas <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> anterior legitimando<br />
públicamente el status <strong>de</strong> clásico <strong>de</strong> ese <strong>cine</strong>. Ya que clásico es<br />
aquello que da, que dona clase, pero ese donar <strong>de</strong>be ser legitimado por<br />
aquel que <strong>de</strong>manda.<br />
Escribe Faretta, al respecto: “… En su diégesis, «El Ciudadano», es el primero<br />
en incorporar transparentemente el <strong>cine</strong> como elemento <strong><strong>de</strong>l</strong> hacer<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. Tras el prólogo <strong><strong>de</strong>l</strong> film, la carrera <strong>de</strong> Charles Foster Kane nos es<br />
dada como noticieros fraguados ficcionalmente por el mismo Welles. El<br />
propio Foster Kane es interpretado por el mismo director que ostensible y<br />
transparentemente va mutando a lo largo <strong>de</strong> todo el film en sus diferentes<br />
etapas vitales y <strong>de</strong> simulacro, aun como octogenario representado por un<br />
autor <strong>de</strong> veinticuatro años. Este juego <strong>de</strong> máscaras lleva hasta sus últimas<br />
posibilida<strong>de</strong>s lúdicas —pero también metafísicas— cierta capacidad hasta<br />
entonces más o menos velada <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, <strong>de</strong> alimentarse vicariamente <strong>de</strong> lo<br />
muerto o inerte para proyectarlo en vida sobre la pantalla. También como<br />
diégesis, Citizen Kane es la mostración extremada (mostración extremada<br />
pue<strong>de</strong> ser otra <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> autoconciencia) <strong>de</strong> las formas y estructuras<br />
estilísticas anteriores <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>spliegue <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. Ni el relato acronológico,<br />
ni la profundidad <strong>de</strong> campo, ni el uso “expresionista” <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>corado ni <strong>de</strong><br />
la banda sonora o <strong><strong>de</strong>l</strong> score fueron inventados por Welles, sino extremados,<br />
aun subrayados. Los primeros planos o planos <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> subrayada<br />
mostración —a la manera <strong>de</strong> flashes— parecen estallar remarcadamente<br />
sobre la conciencia retrospectiva <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador, al cual —y sí por primera<br />
vez— ya no se le pi<strong>de</strong> sino que se le exige que recuer<strong>de</strong> y or<strong>de</strong>ne planos<br />
<strong>de</strong> obras anteriores que hicieron posible o dieron lugar a tal estallido <strong>de</strong><br />
significación. El <strong>de</strong>corado parece “<strong>de</strong>scribirse” a sí mismo, rego<strong>de</strong>ándose<br />
muchas veces en autorreferirse a su propia grandiosidad artificiosa. Ya<br />
que hay subrayadamente también una notoria fruición <strong>de</strong> anacronismo<br />
<strong>de</strong>corativo en el film; como un mostrar ingenuo <strong>de</strong> la propia carpintería<br />
como objetos vanos y hasta inertes <strong>de</strong> una ficción que parece no po<strong>de</strong>r<br />
“con-tenerlos”. Es en ese nivel, precisamente, don<strong>de</strong> la categoría <strong>de</strong> barroco<br />
pue<strong>de</strong> utilizarse con precisión. Ya que si barroco es la espiralada tensión<br />
<strong>de</strong> un principio que parece no tener fin y que intenta limitar con el infinito,<br />
tal es la figura que presi<strong>de</strong> operativamente el <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> este film; y<br />
eso, el enigma <strong>de</strong> Rosebud, es su móvil simbólico. (…) Si con Citizen Kane<br />
arribamos entonces a un temprano saber que se sabe —y en castellano<br />
este saber pue<strong>de</strong> también nombrarse como el saber qué se sabe—, el emblema-móvil<br />
<strong>de</strong> Rosebud es la objetivación <strong>de</strong> esa pregunta. En la escena<br />
Orson Welles.<br />
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54 |<br />
final vemos a los operarios y changadores <strong>de</strong> una suerte<br />
<strong>de</strong> catálogo neblinoso y polvoriento que intentaran<br />
fichar los atributos <strong>de</strong> un mundo abolido; esos operarios<br />
parecen transmutarse sin solución <strong>de</strong> continuidad<br />
en el equipo técnico <strong>de</strong> un film que da por concluido<br />
el rodaje. Entre los objetos inútiles —por inclasificables<br />
o mensurables— vemos que se arroja a una cal<strong>de</strong>ra un<br />
pequeño trineo <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra; cuando los hombres se<br />
alejan, la cámara en primer plano <strong>de</strong>talle nos muestra<br />
la palabra Rosebud grabada sobre su menguante<br />
superficie. El objeto <strong>de</strong> investigación, el móvil <strong>de</strong> la<br />
busca es finalmente sólo conocido por el espectador<br />
y en el momento <strong><strong>de</strong>l</strong> conocer se quema, <strong>de</strong>struyéndose,<br />
<strong>de</strong> manera simultánea. El <strong>cine</strong> proclama que sabe<br />
que sabe (y qué sabe) pero la meta <strong>de</strong> su <strong>de</strong>mandar<br />
queda a cargo <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador. Con la autoconciencia,<br />
entonces, aparece también la cura <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador. Esta<br />
cura, este “hacerse cargo” marca un radical punto <strong>de</strong> inflexión<br />
en el <strong>de</strong>spliegue <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. A partir <strong>de</strong> ese punto,<br />
marca, o nudo se <strong>de</strong>spliegan y multiplican los finales<br />
<strong>de</strong> cura. «Out of the Past»” <strong>de</strong> Jacques Tourneur, «All<br />
About Eve» <strong>de</strong> Mankiewicz, «<strong>La</strong> Ventana Indiscreta» y<br />
«Vertigo» <strong>de</strong> Hitchcock muestran en sus escenas finales<br />
lo que llevamos dicho <strong>de</strong> manera ejemplar…”<br />
Luego <strong>de</strong> unos años, y <strong>de</strong>bido a la inoportunidad <strong>de</strong><br />
“El Ciudadano”, Welles fue expulsado <strong>de</strong> Hollywood<br />
por los gran<strong>de</strong>s estudios. Si para Alfred Hitchcock<br />
llegar a los gran<strong>de</strong>s estudios <strong>de</strong> Hollywood era atravesar<br />
enormes puertas que como templos recibían a<br />
los recién llegados, para Orson Welles, la expulsión<br />
<strong>de</strong> ese paraíso terrenal marcó sus andanzas a lo largo<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> resto <strong>de</strong> su vida. “… Un tejido <strong>de</strong> quejas, exabruptos,<br />
confusas <strong>de</strong>claraciones, dichos y <strong>de</strong>smentidas<br />
pueblan la vida wellesiana tras Citizen Kane. Su obra<br />
posterior, buscadamente fragmentaria, es como una<br />
suerte <strong>de</strong> Parerga y Paralipomena <strong>de</strong> Citizen Kane.<br />
Apoyándose en Shakespeare, su tríada compuesta<br />
por «Macbeth», «Otello» y «Falstaff». Su inventado<br />
«Arkadin» que acuña la fábula —ya clásica— <strong><strong>de</strong>l</strong> escorpión<br />
y la rana. <strong>La</strong> más larga fila <strong>de</strong> obras inéditas,<br />
a medio terminar, frustradas, trabadas, <strong>de</strong>saparecidas<br />
y hasta semiapócrifas ayudan a configurar la caída <strong>de</strong><br />
un gran hombre, rol que siempre jugó con fruición.<br />
Porque si Welles siempre coqueteó equívocamente<br />
con la <strong>de</strong>sgracia, en su largo flirteo con el infortunio,<br />
jamás olvidó una cosa —que pareció ignorar la corte<br />
<strong>de</strong> enanos adulones <strong>de</strong> la que se ro<strong>de</strong>ó—: «el po<strong>de</strong>r<br />
sólo <strong>de</strong>sgasta a aquellos que no lo tienen»”. Y ese po<strong>de</strong>r<br />
lo siguieron teniendo — y <strong>de</strong>tentando— a lo largo<br />
<strong>de</strong> casi toda la vida <strong>de</strong> Welles los gran<strong>de</strong>s estudios,<br />
cuyas puertas se habían cerrado simétricamente tras<br />
sus enormes espaldas…” (…)<br />
“… El <strong>cine</strong> fue la irrupción <strong>de</strong> lo titánico en un limbo<br />
<strong>de</strong> cultura europea que ya no <strong>de</strong>cidía nada porque,<br />
o había vendido mucho tiempo atrás su progenitura<br />
por un plato <strong>de</strong> lentejas o se había refugiado en un<br />
purgatorio laico <strong>de</strong> periodistización <strong>de</strong> la cultura. <strong>La</strong><br />
aparición <strong>de</strong> ese gigante o titán americano todavía<br />
embarrado con el limo originario con el cual el padreeuropeo<br />
lo había engendrado (o creía haberlo engendrado<br />
como “hijo natural”), en busca <strong>de</strong> su <strong>de</strong>recho a<br />
los lares paternos, creó ese conflicto o nudo <strong>de</strong> sentido<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> cual Occi<strong>de</strong>nte aún no se ha <strong>de</strong>spertado en<br />
su no-asimilación <strong>de</strong> tal fenómeno. Ya que a América<br />
siempre se la soñó, imaginó o re-creó fantasmalmente<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Europa como a un hijo bastardo creado entre<br />
las urgencias <strong>de</strong> una Europa pletórica <strong>de</strong> vitalidad<br />
vicaria. Como titanes emblemáticos <strong>de</strong> tal <strong>de</strong>spliegue<br />
tenemos a tres autores <strong>de</strong> films: Griffith, Welles y Coppola;<br />
los tres exce<strong>de</strong>n o <strong>de</strong>splazan aquello que llevamos<br />
apuntado sobre artistas centrales, laterales o<br />
excéntricos, participando paralelamente <strong>de</strong> cada una<br />
<strong>de</strong> tales categorías o yuxtaponiéndolas a piacere en<br />
sus respectivos <strong>de</strong>spliegues; porque aquello que llamamos<br />
analógicamente “titanismo” <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> <strong>de</strong>semboca<br />
fatalmente en el “Godfather”, en el Dios-Padre<br />
coppoliano por haberse iniciado como “Nacimiento<br />
<strong>de</strong> Una Nación” y abrevado a mitad <strong>de</strong> su camino o<br />
periplo en el imposible “Citizen Kane” wellesiano: un<br />
ciudadano que es o se piensa como Kan y que tiene<br />
simétricamente la marca <strong>de</strong> Caín…” (Faretta)
Fragmento <strong>de</strong> “El Ciudadano”.<br />
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» Los<br />
Tercera Parte<br />
años Dorados<br />
PRESTON STURGES<br />
Los Viajes <strong>de</strong> Sullivan<br />
(Sullivan’s Travels, P. Sturges, 1941)<br />
Guión y Dirección: Preston Sturges<br />
Estreno: 29 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1941<br />
Elenco:<br />
Joel McCrea<br />
Veronica <strong>La</strong>ke<br />
Robert Warwick<br />
William Demarest<br />
Franklin Pangborn<br />
Porter Hall<br />
Byron Foulger<br />
Margaret Hayes<br />
Nació en Chicago en 1898. Tuvo un muy breve paso por el <strong>cine</strong> como director<br />
en los años cuarenta. Dirigió tan sólo 11 películas entre 1940 y 1949. Entre<br />
las mejores: “<strong>La</strong>s Tres Noches <strong>de</strong> Eva” (1940), “Los Viajes <strong>de</strong> Sullivan” (1942),<br />
“Infielmente Tuya” (1948). Murió en Nueva York en 1959.<br />
| 57<br />
Faretta, a lo largo <strong>de</strong> su compleja escritura teórica, habla <strong>de</strong> autores<br />
centrales, laterales y excéntricos. Los centrales son Hitchcock, Hawks y<br />
Minnelli. Entre los laterales, <strong>de</strong>stacamos a Cukor, Sirk, y po<strong>de</strong>mos sumar<br />
a Wil<strong>de</strong>r, Aldrich, Ray, y Ophüls. Aclaramos que éstos son los que nos permiten<br />
arribar, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo lateral, a la centralidad <strong>de</strong> los primeros. El artista<br />
excéntrico, cuyo emblema es Preston Sturges, es un <strong>de</strong>rivado <strong><strong>de</strong>l</strong> fragmento<br />
lateral. Es un lateral puesto autoconcientemente al margen. Si lo<br />
ex-céntrico es lo fuera <strong><strong>de</strong>l</strong> centro, entonces tal artista es el que se halla<br />
distanciado, lejos <strong>de</strong> tal centralidad. Pero <strong>de</strong>bemos hacer una aclaración:<br />
el excéntrico es aquel que mediante una actitud <strong>de</strong>cisionista y autoconciente,<br />
se <strong>de</strong>splaza <strong>de</strong> aquel centro, elige, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> ésa excentricidad. Lo<br />
contrario es lo marginal o la marginalidad: o bien porque se lo saca <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
centro a patadas, o porque se elige el lugar <strong>de</strong> excentricidad pero como<br />
rareza o extravagancia, don<strong>de</strong> se abandona la positividad virtual para<br />
caer en la positividad inerte. Así se confun<strong>de</strong> la naturaleza con el <strong>de</strong>stino.
<strong>La</strong> función <strong><strong>de</strong>l</strong> artista excéntrico coinci<strong>de</strong> en parte con la <strong><strong>de</strong>l</strong> artista lateral,<br />
en cuanto a acercarnos a los gran<strong>de</strong>s temas <strong>de</strong> la autoconciencia.<br />
Pero hay una diferencia fundamental entre el artista lateral y el excéntrico<br />
que es la siguiente: si bien el lateral, ejemplarmente Cukor, <strong>de</strong>sarrolla<br />
una obra por <strong>de</strong>más variada y extensa (Cukor filmó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1929 hasta<br />
1981), el artista excéntrico <strong>de</strong>spliega su hacer en un corto período <strong>de</strong><br />
tiempo y con una obra más compacta, menos diversa. El artista excéntrico<br />
tiene una íntima relación con el artista fugaz. Preston Sturges dirigió<br />
sólo once películas entre 1940 y 1949, todas comedias, y todas organizadas<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su condición <strong>de</strong> puesto al margen, separado <strong><strong>de</strong>l</strong> centro.<br />
58 |<br />
Preston Sturges.<br />
<strong>La</strong>s obras más importantes <strong>de</strong> este clásico autor <strong>de</strong> comedias son: “<strong>La</strong>s<br />
Tres Noches <strong>de</strong> Eva” (The <strong>La</strong>dy Eve, 1941), “Los Viajes <strong>de</strong> Sullivan” (1941),<br />
“El Gran Momento” (1944), y “Infielmente Tuyo” (1948). Si comparamos<br />
la primera <strong>de</strong> las citadas (The <strong>La</strong>dy Eve) con, por ejemplo, “<strong>La</strong> Adorable<br />
Revoltosa” (1937) <strong>de</strong> Howard Hawks, obtendremos lo siguiente: A<strong>de</strong>más<br />
<strong>de</strong> cierta diferencia respecto a la postura autoconciente, la estratificación<br />
<strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los personajes en el film <strong>de</strong> Hawks, se hace más<br />
dinámico en el film <strong>de</strong> Sturges. Un experto en víboras, en un barco, es<br />
perseguido por una caza maridos con fortuna. <strong>La</strong> película <strong>de</strong> Hawks es<br />
más universal (propio <strong>de</strong> un director central) y por lo tanto, más arquetípica.<br />
<strong>La</strong> <strong>de</strong> Sturges es más privada, más hermética, pero también más<br />
cuidada, menos abierta y más sofisticada.<br />
Hay una presunción, bastante alterada, <strong>de</strong> lo que es serio y lo que no lo<br />
es. El <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Sturges es como esos rincones <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo don<strong>de</strong> se juega<br />
con las apariencias <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una zona supuestamente inocente, pero se<br />
está <strong>de</strong>cidiendo el <strong>de</strong>stino <strong><strong>de</strong>l</strong> universo. <strong>La</strong>s máscaras sociales propias<br />
<strong>de</strong> la sociedad mo<strong>de</strong>rna son literalmente <strong>de</strong>senmascaradas por el autor<br />
<strong>de</strong> “Los Viajes <strong>de</strong> Sullivan”. Si el género es la forma transparente <strong>de</strong><br />
comunicación con el espectador, una vez establecidos formas, límites y<br />
arquetipos, la comedia es, entonces, el lugar <strong>de</strong> <strong>de</strong>sbor<strong>de</strong> y <strong>de</strong> exceso,<br />
<strong>de</strong> ridiculización don<strong>de</strong> se encuadran las bellas formas <strong>de</strong> las <strong>historia</strong>s<br />
sofisticadas <strong><strong>de</strong>l</strong> artista excéntrico y fugaz.<br />
“Los Viajes <strong>de</strong> Sullivan” cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> un director <strong>de</strong> Hollywood<br />
(Joel Mc Crea) con cierto prestigio que <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> abandonar temporariamente<br />
el <strong>cine</strong> para vestirse <strong>de</strong> linyera y recorrer las calles, así conocer verda<strong>de</strong>ramente<br />
lo que son los problemas sociales, la vida <strong><strong>de</strong>l</strong> pobre. En su<br />
periplo, que cíclicamente lo lleva siempre al mismo lugar (Hollywood),<br />
conoce a una chica (Verónica <strong>La</strong>ke) que se le pega <strong>de</strong> tal modo que no<br />
hace más que complicarle aún más las cosas. Termina preso, con<strong>de</strong>nado
a seis años <strong>de</strong> trabajos forzosos mientras todo el mundo cree que ha<br />
muerto. Cuando logra volver a su vida, reconoce en la comedia la forma<br />
<strong>de</strong> llegar a esa gente que él realmente conoció, y que se sirve <strong><strong>de</strong>l</strong> género<br />
para <strong>de</strong>spegar <strong>de</strong> sus angustias cotidianas.<br />
<strong>La</strong> comedia brillante, <strong>de</strong>sprendida <strong>de</strong> los primeros films <strong>de</strong> Sturges, es<br />
la comedia en technicolor protagonizada por directores como Norman<br />
Taurog (sobre todo en los films en que dirigió a Jerry Lewis y Dean Martin),<br />
Joseph Leo Mankiewicz, Billy Wil<strong>de</strong>r, Frank Tashlin.<br />
<strong>La</strong> comedia actual o contemporánea, es aquella que comienza con el<br />
Blake Edwards <strong>de</strong> fines <strong>de</strong> los sesenta (“<strong>La</strong> Fiesta Inolvidable” <strong>de</strong> 1968,<br />
por ejemplo), y que se extien<strong>de</strong> a la era Coppola, e incluye algunas salteadas<br />
obras <strong>de</strong> directores como, entre otros, William Friedkin, <strong>La</strong>wrence<br />
Kasdan, y David Mamet, en la actualidad; sobre la que nos referiremos<br />
brevemente en los últimos capítulos <strong><strong>de</strong>l</strong> libro.<br />
| 59
Casablanca<br />
(Michael Curtiz, 1942)<br />
Guión: Julius J. Epstein, Philip G. Epstein, Howard Koch<br />
Director: Michael Curtiz<br />
Fecha <strong>de</strong> estreno: 9 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1942<br />
Elenco:<br />
Humphrey Bogart<br />
Ingrid Bergman<br />
Paul Henreid<br />
Clau<strong>de</strong> Rains<br />
Conrad Veidt<br />
Sydney Greenstreet<br />
Peter Lorre<br />
S.K. Sakall.<br />
60 |<br />
Nació en Budapest el 24 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1888. Fue el fundador <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> húngaro<br />
en el que trabajó realizando más <strong>de</strong> 40 films <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1912 hasta 1925.<br />
Se instaló en Hollywood <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1926, <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> la naciente productora<br />
Warner Bros., don<strong>de</strong> dirigió más <strong>de</strong> 50 películas hasta 1953. Luego trabajó<br />
<strong>de</strong> forma in<strong>de</strong>pendiente en el último tramo <strong>de</strong> su carrera (1954-1961).<br />
“Robin Hood” (1938), “Casablanca” (1943), “Pasaje a Marsella” (1945), “No<br />
Somos Ángeles” (1955), “San Francisco <strong>de</strong> Asís” (1961), son sus más <strong>de</strong>stacadas<br />
obras norteamericanas. Murió en Hollywood el 10 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1962.<br />
Filmografía americana: The Comancheros (1961); Francis of Assisi (1961);<br />
A Breath of Scandal (1960); The Adventures of Huckleberry Finn (1960); The<br />
Man in the Net (1959); The Hangman (1959); King Creole (1958); The Proud<br />
Rebel (1958); The Helen Morgan Story (1957); The Best Things in Life Are<br />
Free (1956); The Vagabond King (1956); The Scarlet Hour (1956); We’re No<br />
Angels (1955); White Christmas (1954); The Egyptian (1954); The Boy from<br />
Oklahoma (1954); Trouble Along the Way (1953); The Jazz Singer (1952);<br />
The Story of Will Rogers (1952); I’ll See You in My Dreams (1951); Jim Thorpe<br />
All American (1951); Force of Arms (1951); The Breaking Point (1950); Bright<br />
Leaf (1950); Young Man with a Horn (1950); The <strong>La</strong>dy Takes a Sailor (1949);<br />
Flamingo Road (1949); My Dream Is Yours (1949); Romance on the High<br />
Seas (1948); The Unsuspected (1947); Life with Father (1947); Night and Day<br />
(1946); Mildred Pierce (1945); Roughly Speaking (1945); Janie (1944); Passage<br />
to Marseille (1944); This Is the Army (1943); Mission to Moscow (1943);<br />
Casablanca (1943); Yankee Doodle Dandy (1942); Captains of the Clouds<br />
(1942); Dive Bomber (1941): The Sea Wolf (1941); Santa Fe Trail (1940); The<br />
Sea Hawk (1940); Virginia City (1940); Four Wives (1939); The Private Lives of<br />
Elizabeth and Essex (1939); Daughters Courageous (1939); Sons of Liberty<br />
(1939); Dodge City (1939); Blackwell’s Island (1939); Angels with Dirty Fa-
Casablanca.<br />
ces (1938); Four Daughters (1938); Four’s a Crowd (1938); The Adventures<br />
of Robin Hood (1938); Gold Is Where You Find It (1938); The Perfect Specimen<br />
(1937); Kid Galahad (1937); Mountain Justice (1937); Marked Woman<br />
(1937); Stolen Holiday (1937); The Charge of the Light Briga<strong>de</strong> (1936); Anthony<br />
Adverse (1936); The Walking Dead (1936); Captain Blood (1935); Little<br />
Big Shot (1935); Front Page Woman (1935); Black Fury (1935); Go Into Your<br />
Dance (1935); The Case of the Curious Bri<strong>de</strong> (1935); British Agent (1934);<br />
The Key (1934); Jimmy the Gent (1934); Mandalay (1934); From Headquarters<br />
(1933); Female (1933); The Kennel Mur<strong>de</strong>r Case (1933); Goodbye Again<br />
(1933); The Mayor of Hell (1933); Private Detective 62 (1933); The Keyhole<br />
(1933); Mystery of the Wax Museum (1933); 20,000 Years in Sing Sing (1932);<br />
The Cabin in the Cotton (1932); Doctor X (1932); The Strange Love of Molly<br />
Louvain (1932); Alias the Doctor (1932); The Woman from Monte Carlo<br />
(1932); The Mad Genius (1931); God’s Gift to Women (1931); Dämon <strong>de</strong>s<br />
Meeres (1931); River’s End (1930); A Soldier’s Plaything (1930); Bright Lights<br />
(1930); The Matrimonial Bed (1930); Un<strong>de</strong>r a Texas Moon (1930); Mammy<br />
(1930); Hearts in Exile (1929); The Gamblers (1929); Madonna of Avenue A<br />
(1929); Glad Rag Doll (1929); Noah’s Ark (1928); Ten<strong>de</strong>rloin (1928); Good<br />
Time Charley (1927); The Desired Woman (1927); A Million Bid (1927); The<br />
Third Degree (1926).<br />
| 61
62 |<br />
En sus repetidas apariciones públicas y conferencias a<br />
lo largo <strong>de</strong> todo el mundo, el teórico norteamericano<br />
Robert McKee <strong>de</strong>fine a Casablanca como el mejor filme<br />
<strong>de</strong> todos los tiempos. Aunque la afirmación semeje<br />
una hipérbole, este monumental éxito <strong>de</strong> la Warner<br />
Brothers, que halló variados inconvenientes en su<br />
producción (incluso <strong>de</strong>salentando la concreción misma<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> proyecto), si bien pue<strong>de</strong> no ser la apoteosis<br />
<strong>de</strong>finida, resulta un claro exponente y prece<strong>de</strong>nte <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
filme clásico <strong>de</strong> Hollywood.<br />
Dirigida por Michael Curtiz, Casablanca es una adaptación<br />
<strong>de</strong> la obra teatral inédita Everybody Comes to<br />
Rick’s <strong>de</strong> Murray Burnett y Joan Alison, que cuenta una<br />
<strong>historia</strong> en apariencia bélica, pero con rivetes melodramáticos.<br />
En este acierto <strong>de</strong> construcción dramática,<br />
el argumento transcurre durante la Segunda Guerra<br />
Mundial en una localidad marroquí llamada Casablanca.<br />
El protagonista <strong><strong>de</strong>l</strong> filme, Rick Blaine (Humphrey<br />
Bogart), un norteamericano expatriado sin razones<br />
aparentes, regenta un popular café sin mayores sobresaltos.<br />
Una noche llega al lugar Ugarte, un hombre que<br />
trafica documentación sobre salvoconductos que permiten<br />
a sus poseedores el escape con <strong>de</strong>stino indirecto<br />
a los EE.UU. Pero Ugarte no es el único que llega al<br />
bar <strong>de</strong> Rick. Bajo la puerta <strong>de</strong> entrada, mientras el jazz<br />
resuena entre los concurrentes, aparece Ilsa (Ingrid<br />
Bergman), una ex amante <strong>de</strong> Rick, quien necesita escapar<br />
junto su marido (<strong>La</strong>szlo) <strong>de</strong> la persecución nazi.<br />
Ante la presencia <strong>de</strong> este antiguo amor, Rick <strong>de</strong>berá<br />
<strong>de</strong>cidir entre hacer lo correcto y <strong>de</strong>jar que aprisionen<br />
al político que ahora ocupa su lugar en la vida <strong>de</strong> Ilsa, o<br />
ayudarlos a ambos a escapar, y per<strong>de</strong>rla para siempre.<br />
Siguiendo este planteo, el guión se aventura en una<br />
estructura consistente, clásica <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o aristotélico,<br />
elaborada en base a un primer acto basado<br />
en la presentación <strong>de</strong> los personajes y el conflicto<br />
central; y abogando a <strong>de</strong>sarrollar, en un segundo acto<br />
y en mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o <strong>de</strong> flashbacks <strong>de</strong> bloque, la subtrama romántica<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> filme (la truncada <strong>historia</strong> <strong>de</strong> amor entre<br />
Rick e Ilsa). Frente a este planteamiento, el relato se<br />
concentra en el peso <strong><strong>de</strong>l</strong> conflicto en los personajes,<br />
y las implicancias <strong>de</strong> las aparentes soluciones <strong><strong>de</strong>l</strong> mismo,<br />
según la trama central <strong>de</strong> persecución política en<br />
periodo <strong>de</strong> guerra.<br />
El mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o narrativo genera un <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> personaje<br />
en el cual, el protagonista (Rick) plantea <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo<br />
<strong>de</strong> la trama, y sus acciones son conducentes<br />
o consecuentes con el conflicto. <strong>La</strong> unidad en función<br />
<strong>de</strong> esta elaboración está signada por el transitar <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
héroe mo<strong>de</strong>rno, antipático y adusto, que sacrifica su<br />
amor por hacer lo políticamente correcto para el estado<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> mundo y <strong>de</strong> las cosas, y resolver así el escape<br />
<strong>de</strong> Ilsa, y su marido a los Estados Unidos.<br />
Por tanto se expone, Casablanca inaugura un mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o<br />
<strong>de</strong> construcción entre la dramática clásica y mo<strong>de</strong>rna,<br />
conjugando la adaptación con i<strong>de</strong>as originales, empleando<br />
recursos <strong>cine</strong>matográficos amplios y creando<br />
un soporte <strong>de</strong> subtrama para la captación <strong>de</strong> las<br />
urgencias emotivas y románticas <strong>de</strong> la platea mundial.<br />
De tal conjugación <strong>de</strong> elementos variados, inmersos<br />
en un género transitado por el drama bélico,<br />
el filme romántico y apuntes sobre el espionaje, surge<br />
el atractivo <strong>de</strong> un relato que no ha perdido vigencia y<br />
sigue perdurando en numerosas citas o fuentes <strong>cine</strong>matográficas<br />
contemporáneas. Cat People (Jacques<br />
Tourneur, 1942)
Cat People<br />
(Jacques Tourneur, 1942)<br />
Guión: DeWitt Bo<strong>de</strong>en<br />
Dirección: Jacques Tourneur<br />
Estreno: 25 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1942<br />
Elenco:<br />
Simone Simon<br />
Kent Smith<br />
Tom Conway<br />
Jane Randolph<br />
Jack Holt<br />
El gran Jacques Tourneur nació en París el 12 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1904. Llegó<br />
a los diez años a Hollywood <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> su padre, también director<br />
(Maurice Tourneur). Realizó memorables películas fantásticas <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
1940 hasta 1964, entre las que se <strong>de</strong>stacan: “<strong>La</strong> Mujer Pantera” (1942),<br />
“Yo Caminé con un Zombi” (1943), y “<strong>La</strong> Noche <strong><strong>de</strong>l</strong> Demonio” (1957), y<br />
policiales memorables como “Retorno al Pasado” (1947). También realizó<br />
algunos westerns <strong>de</strong> gran factura como “Wichita” (1954). Murió el 19 <strong>de</strong><br />
diciembre <strong>de</strong> 1977 en Bergerac (Francia).<br />
Jacques Tourneur.<br />
A partir <strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong> la autoconciencia, en 1941, el género fantástico<br />
sufrió necesariamente una modificación <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sus formas y<br />
estructuras. <strong>La</strong> <strong>de</strong>finitiva industrialización <strong>de</strong> la clase b favoreció la propalación<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> género <strong>de</strong> manera tal que la reconversión entre un <strong>cine</strong> <strong>de</strong><br />
horror transparente que proponía el <strong>de</strong>sarrollo <strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje, y un género<br />
<strong>de</strong>finido que conocía sus límites y que ya se había vuelto autoconciente.<br />
Este es el paso <strong>de</strong>, por ejemplo, “King Kong” (Ernest B. Schoedsack, 1933)<br />
a “Cat People” (1942) o “Yo Caminé con un Zombi” (Tourneur, 1943). Po<strong>de</strong>mos<br />
dividir en cuatro períodos el <strong>de</strong>sarrollo <strong><strong>de</strong>l</strong> género <strong>de</strong> la siguiente<br />
manera: Primero, el período transparente o primitivo; segundo, el período<br />
<strong>de</strong> clase b autoconciente con los gran<strong>de</strong>s estudios; tercero, el período<br />
<strong>de</strong> clase b extrema, que comienza con la caída <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s estudios y<br />
se extien<strong>de</strong> hasta principios <strong>de</strong> los setenta; el cuarto y último período es<br />
el que arranca con el renacimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano con la aparición<br />
<strong>de</strong> la segunda y <strong>de</strong>finitiva autoconciencia a partir <strong>de</strong> 1972, hasta<br />
nuestros días.<br />
| 63<br />
Al primer período (digamos entre 1930 y 1940) correspon<strong>de</strong>n films y autores<br />
como “Frankenstein” (1931) y “El Caserón <strong>de</strong> las Sombras” (1932),<br />
ambas <strong>de</strong> James Whale, “Freaks” (Tod Browning, 1932), “<strong>La</strong> Momia” (Karl<br />
Freund, 1932), “King Kong” (Ernest B. Schoedsack, 1933), “El Hombre In-
64 |<br />
visible” (1934) y “<strong>La</strong> Novia <strong>de</strong> Frankenstein” (1935), las<br />
dos <strong>de</strong> Whale y “El Gato Negro” (Edgar Ulmer, 1934).<br />
Al segundo período correspon<strong>de</strong>n: “Cat People”, “Yo<br />
Caminé con un Zombi”, “<strong>La</strong> Casa <strong>de</strong> Drácula” (Eric C.<br />
Kenton, 1945), “Noche en el Alma” (Tourneur, 1946),<br />
“Fantasma Invisible” (Joseph H. Lewis, 1950) y “Museo<br />
<strong>de</strong> Cera” (André De Toth, 1953). Al tercer período correspon<strong>de</strong>n<br />
films como: “Misión Peligrosa” (Louis King,<br />
1955), “El Planeta Prohibido” (Forbid<strong>de</strong>n Planet, 1956)<br />
<strong>de</strong> Fred M. Wilcox, “<strong>La</strong> Noche <strong><strong>de</strong>l</strong> Demonio” (Tourneur,<br />
1957), “<strong>La</strong> Caída <strong>de</strong> la Casa Usher” (1960), “Cuentos <strong>de</strong><br />
Terror” (1962) y “El Hombre con los Ojos <strong>de</strong> Rayos X”<br />
(1964), las tres <strong>de</strong> Roger Corman. El último período<br />
es aquel que comienza en los setenta, y que se <strong>de</strong>sarrolla<br />
a partir <strong>de</strong> autores como: William Friedkin (“EL<br />
Exorcista” <strong>de</strong> 1973 y “El Guardián” <strong>de</strong> 1990); Brian De<br />
Palma (“Carrie” <strong>de</strong> 1976, “<strong>La</strong> Furia” <strong>de</strong> 1978, “Demente”<br />
<strong>de</strong> 1992); John Carpenter (“Halloween” <strong>de</strong> 1979, “<strong>La</strong><br />
Niebla” <strong>de</strong> 1980, “El Enigma <strong>de</strong> Otro Mundo” <strong>de</strong> 1982,<br />
“El Príncipe <strong>de</strong> las Tinieblas” <strong>de</strong> 1987, “En <strong>La</strong> Boca <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
Miedo” <strong>de</strong> 1994 y “Vampiros” <strong>de</strong> 1998); James Cameron<br />
(“Terminator” <strong>de</strong> 1984, “Aliens, el Regreso” <strong>de</strong> 1986 y<br />
“El Abismo” <strong>de</strong> 1989). Correspon<strong>de</strong> aclarar que en este<br />
cuarto período <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano fantástico y<br />
<strong>de</strong> horror, las producciones, muchas <strong>de</strong> ellas in<strong>de</strong>pendientes,<br />
son tanto <strong>de</strong> clase a (Cameron) como <strong>de</strong> clase<br />
b (Carpenter).<br />
Los films <strong>de</strong> clase b son películas <strong>de</strong> limitado presupuesto,<br />
rodados en estudios laterales a la producción<br />
central, con menos tiempo <strong>de</strong> trabajo y actores menos<br />
conocidos. Debemos aclarar aquí que la clase b existe<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la creación <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s estudios. Pero a partir<br />
<strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong> la autoconciencia, tal forma <strong>de</strong> producción<br />
también se integró al operar <strong>de</strong>mandante <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
espectador; don<strong>de</strong> hubo que reubicar las respectivas<br />
transparencias anteriores, complejizándolas y volviéndolas<br />
autoconcientes. Este período <strong>de</strong> clase b autoconciente<br />
y con estudios se <strong>de</strong>spliega <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1942 con<br />
“Cat People” como film fundante, hasta mediados <strong>de</strong><br />
los años cincuenta. A partir <strong>de</strong> allí, la clase b se transformó<br />
más en necesidad que en estilo, aunque siempre<br />
es bueno recordar, que este tipo <strong>de</strong> films no sólo se<br />
plantea un diferente estilo <strong>de</strong> producción económica,<br />
sino también <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> sentido.<br />
<strong>La</strong> autoconciencia es el saber que se sabe, y qué se<br />
sabe. Esta es la etapa en que los límites <strong>de</strong> una forma<br />
se han establecido, y se salta <strong>de</strong> una transparencia<br />
diegética a una sofisticación y barroquización <strong>de</strong> las<br />
tramas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la puesta en escena. Esto comienza a<br />
partir <strong>de</strong> “El Ciudadano” (1941) <strong>de</strong> Orson Welles.<br />
“Cat People” es un film magistral. Don<strong>de</strong> muchas<br />
cosas se conjugan. Algunas ya las nombramos: Autoconciencia,<br />
fantástico, clase b (135 mil dólares <strong>de</strong><br />
presupuesto final, con tres semanas <strong>de</strong> rodaje). Una<br />
producción <strong>de</strong> Val Lewton para la RKO transformada<br />
en un éxito que ayudó a paliar problemas financieros<br />
<strong>de</strong> la compañía y a lanzar a Jacques Tourneur como<br />
uno <strong>de</strong> los mejores directores <strong><strong>de</strong>l</strong> momento. <strong>La</strong> trama:<br />
Irena es <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> serbios y atesora una<br />
leyenda que dice que ciertas mujeres en un tiempo<br />
se convirtieron en brujas que se transforman en panteras.<br />
Vive sola en Estados Unidos, y se pasa su vida<br />
dibujando cosas referidas a su <strong>historia</strong> y visitando en<br />
el zoológico a una pantera negra, <strong>de</strong> la que está obsesionada.<br />
Conoce a Oliver, un arquitecto con el que<br />
se casa y que intenta convencerla <strong>de</strong> que todas sus<br />
<strong>historia</strong>s son mentiras. Luego <strong>de</strong> una infi<strong><strong>de</strong>l</strong>idad <strong>de</strong><br />
su marido con Alice, una compañera <strong>de</strong> trabajo, y la<br />
intervención liviana <strong>de</strong> un psiquiatra que se enamora<br />
<strong>de</strong> ella, Irena termina matando al médico transformada<br />
en pantera, confirmando la verdad absoluta <strong>de</strong> lo<br />
que para todos era un simple cuento.<br />
<strong>La</strong> estructura simbólica <strong><strong>de</strong>l</strong> film cuenta con dos claves:<br />
el atavismo y el catolicismo. Por un lado, el estado<br />
natural, salvaje, “libre”, ignorante, monstruoso<br />
e irracional. Por el otro, la civilización. Pero no la civilización<br />
entendida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los resortes <strong>de</strong> la liviana<br />
cultura mo<strong>de</strong>rna, sino aquella civilización perdida,
a la que hace referencia Irena, a partir <strong><strong>de</strong>l</strong> recuerdo<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> Rey John. Cuando la partera amenaza a Oliver y<br />
Alice en la oficina, él toma lo único que tiene a mano<br />
para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse: una regla <strong>de</strong> arquitecto en forma<br />
<strong>de</strong> “T” que, al ser reflejada en la pared, proyecta una<br />
cruz que espanta a la pantera y libera a ambos inocentes<br />
(¿inocentes?) <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>vorados por el animal.<br />
El psiquiatra Judd, va más allá, besa a Irena, y sufre las<br />
consecuencias: en dura lucha, la pantera lo vence. El<br />
doctor sólo apela a su cuchillo traicionero escondido<br />
en el bastón. El mismo doctor que, como casi todos<br />
los doctores, confun<strong>de</strong> la mente con el alma.<br />
En otros films <strong>de</strong> Tourneur, volveremos a encontrar<br />
estas cuestiones típicas <strong>de</strong> los films fantásticos que<br />
tienen que ver con lo mítico y lo misterioso. Con la<br />
verdad científica y la atávica. Con las bases <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
don<strong>de</strong> se sostiene el mundo mo<strong>de</strong>rno y su puesta en<br />
cuestión. Sobre lo religioso siempre mirado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un<br />
punto <strong>de</strong> vista cristiano y esotérico. Ejemplos <strong>de</strong> esto<br />
son: “Yo caminé con un zombie” (1943), “<strong>La</strong> Noche <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
Demonio” (1957), “The Frearmakers” (1958), y “Timbuktu”<br />
(1959). También realizó films <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> otros<br />
géneros, como el western y el policial. En este último,<br />
analizaremos más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante “Out of the past” (1947).<br />
| 65
<strong>La</strong> Sombra <strong>de</strong> una Duda<br />
(Shadows of a Doubt, Alfred Hitchcock, 1943)<br />
Guión: Thornton Wil<strong>de</strong>r y Sally Benson<br />
Dirección: Alfred Hitchcock<br />
Estreno: 16 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1943<br />
Elenco:<br />
Teresa Wright<br />
Joseph Cotten<br />
Macdonald Carey<br />
Henry Travers<br />
Patricia Collinge<br />
Hume Cronyn<br />
Wallace Ford<br />
Edna May Wonacott<br />
Charles Bates<br />
66 |<br />
Alfred Hitchcock<br />
“<strong>La</strong> Sombra <strong>de</strong> una Duda”, producido por la Universal a principios <strong>de</strong> 1943,<br />
es el film que el mismo Hitchcock prefiere <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su extensa obra. Charlie<br />
Oakley (Joseph Cotten) llega a Santa Rosa a visitar a su hermana y su familia.<br />
<strong>La</strong> sobrina <strong>de</strong> Cotten (Teresa Wright), también llamada Charlie, en honor a<br />
su tío, guarda un afecto muy especial para con él, y justo cuando su vida caía<br />
en una terrible <strong>de</strong>presión, su tío se le aparece, proce<strong>de</strong>nte <strong><strong>de</strong>l</strong> este, huyendo<br />
<strong>de</strong> algunas cuentas pendientes en aquel lugar. El amor, como en muchos<br />
<strong>de</strong> sus films ingleses, vuelve a ser uno <strong>de</strong> los resortes motores. Otro <strong>de</strong> los<br />
temas que obsesionan en esta película es aquel que se refiere a los finales<br />
en Hollywood. Cuando su sobrina <strong>de</strong>scubre la verdad sobre el pasado <strong>de</strong> su<br />
i<strong>de</strong>alizado tío, ella comienza a evitarlo, hasta la escena final <strong>de</strong>sarrollada en<br />
un tren, don<strong>de</strong> él vuelve a empren<strong>de</strong>r su cíclica huída, y ante la seguridad <strong>de</strong><br />
que su sobrina se propone entregarlo, intenta matarla, aunque es ella quien,<br />
intentando <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse, lo arroja a él hacia las vías, don<strong>de</strong> un tren que se dirigía<br />
en sentido contrario lo aplasta y <strong>de</strong>spedaza. Siempre con el tino, el buen<br />
gusto y la sutileza hitchcockiana, don<strong>de</strong> el terror es más emocional y psicológico<br />
que físico. Otra vez tenemos aquí el tema <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado que regresa, la<br />
cuestión <strong>de</strong> quién ama a quién, como así también el personaje que aparece<br />
y <strong>de</strong>saparece casi como si no existiera. <strong>La</strong> postura moral <strong><strong>de</strong>l</strong> film, siempre<br />
bajo su cobijo religioso, es tan rigurosa y precisa, que da la sensación <strong>de</strong><br />
que todos tienen sus razones, pero a la vez, da la sensación <strong>de</strong> que hay una<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong>gada línea, a veces invisible o casi, entre el bien y el mal, entre lo <strong>de</strong>bido y<br />
lo in<strong>de</strong>bido, don<strong>de</strong>, con todos los grises <strong><strong>de</strong>l</strong> caso siempre nos hallamos ante<br />
el peligro <strong>de</strong> no saber dón<strong>de</strong> estamos parados, o al menos <strong>de</strong> qué lado <strong>de</strong> la<br />
línea hemos quedado.
Como en tantos otros films <strong>de</strong> Hitchcock, aquí estamos en presencia <strong>de</strong><br />
un mundo inseguro. De un mundo en el que es difícil hacer pie, y don<strong>de</strong><br />
todo pue<strong>de</strong> ser distinto <strong>de</strong> lo que parece. <strong>La</strong> puesta en escena <strong><strong>de</strong>l</strong> film se<br />
ocupa <strong>de</strong> <strong>de</strong>jarnos la duda durante gran parte <strong><strong>de</strong>l</strong> film, a la vez que cada<br />
subtrama va sosteniendo dramáticamente a la trama principal (el padre<br />
<strong>de</strong> Charlie y el vecino con sus asuntos <strong>de</strong> novelas policiales, la situación<br />
<strong>de</strong> los niños, etc.).<br />
El final <strong><strong>de</strong>l</strong> film revela lo malvado <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, <strong>de</strong> la situación y <strong><strong>de</strong>l</strong> tío<br />
Charlie, quien intenta matar a su sobrina para conservar <strong>de</strong> alguna manera<br />
su terrible secreto. El intento se frustra y es ella quien tira a su tío <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
tren. De esta manera, el secreto queda mejor guardado aún. El cierre <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
film coinci<strong>de</strong> con una <strong>de</strong> las manifestaciones <strong>de</strong> Hitchcock más justas, y<br />
a la vez más pesimistas <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>.<br />
Film simétrico, cuidado, sólido, no por casualidad es uno <strong>de</strong> los preferidos<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> autor. Perfecta fotografía en blanco y negro, con soberbias actuaciones,<br />
y un perfecto cuidado <strong>de</strong> la puesta en escena toda.<br />
| 67
<strong>La</strong>ura (Otto Preminger, 1944)<br />
Guión: Jay Dratler<br />
Dirección: Otto Preminger<br />
Estreno: 1 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1944<br />
Elenco:<br />
Gene Tierney<br />
Dana Andrews<br />
Clifton Webb<br />
Vincent Price<br />
Judith An<strong>de</strong>rson<br />
68 |<br />
Otto Preminger<br />
Otto Ludwig Preminger nació en Viena el 5 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1906. Estudió<br />
<strong>de</strong>recho, filosofía y teatro. Comenzó como actor en su tierra hasta que logró<br />
dirigir su primer film en 1931. Llegó a Hollywood en 1935, don<strong>de</strong> dirigió más<br />
<strong>de</strong> treinta películas. Obras centrales <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> este arte como “<strong>La</strong>ura”<br />
(1944), “Al Bor<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> Peligro” (1950), “Carmen Jones” (1954), “Anatomía <strong>de</strong><br />
un Asesinato” (1959), “Tempestad sobre Washington” (1962), “El Car<strong>de</strong>nal”<br />
(1963), “Tan Buenos Amigos” (1971), entre otras. Fue uno <strong>de</strong> los directores<br />
más importantes en introducir lo que Faretta llamó el elemento austrohúngaro<br />
en el <strong>cine</strong> norteamericano. Nacido en Viena en época Habsbúrgica,<br />
hijo <strong><strong>de</strong>l</strong> fiscal general <strong><strong>de</strong>l</strong> imperio austrohúngaro, don<strong>de</strong> estudió abogacía<br />
aunque no llegó a ejercer. Fue atraído por el teatro y se convirtió primero<br />
en el alumno dilecto <strong>de</strong> Max Reinhardt y luego en director <strong><strong>de</strong>l</strong> Theatre <strong>de</strong>r<br />
Josefstadt <strong>de</strong> Viena. Su mirada, su visión siempre estuvo relacionada con<br />
una <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia fatal. Murió en Nueva York el 23 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1986, a los 79<br />
años <strong>de</strong> edad.<br />
Si el elemento austrohúngaro en el <strong>cine</strong> fue, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la edad más temprana,<br />
un elemento central <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> nuestro arte, sin dudas Preminger fue<br />
uno <strong>de</strong> los emblemas más claros <strong>de</strong> tal manifestación. Lo austrohúngaro<br />
tiene que ver con aquello <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>rrotado imperio centro europeo tras la<br />
primera guerra mundial, y todos los artistas <strong>de</strong> aquella geografía o hijos<br />
<strong>de</strong> tales figuras que se fueron <strong>de</strong>sperdigando por el mundo con el<br />
correr <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo veinte, y que muchos <strong>de</strong> ellos recalaron en Hollywood.<br />
Directores como Josef von Sternberg, Billy Wil<strong>de</strong>r, Joseph Leo Mankiewicz,<br />
Douglas Sirk, Fritz <strong>La</strong>ng, Max Ophüls, Edgar Ulmer, entre otros, pero<br />
también músicos, actores, guionistas, escritores, escenógrafos, etc. Sin<br />
ir más lejos, los dueños <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s estudios (Meyer, Warner, Zukor,<br />
Fuchs, Goldfish, etc.) eran <strong>de</strong>scendientes austrohúngaros.<br />
A diferencia <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Alfred Hitchcock, el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Preminger intenta<br />
proponer una mirada totalizadora <strong>de</strong> la escena y la situación, como <strong>de</strong>s-
<strong>de</strong> un falso punto <strong>de</strong> vista objetivo, don<strong>de</strong> pareciera<br />
filmar a personas y personajes que no le pertenecieran.<br />
Si Hitchcock lograba hacernos partícipes <strong>de</strong> la<br />
película en muy alto grado (“<strong>La</strong> Ventana Indiscreta”,<br />
“Vértigo”), Preminger logra, por el contrario, hacernos<br />
ajenos a lo que pasa, como si mirásemos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
arriba, un paisaje bello y extraño. Rara vez vamos a<br />
encontrar un primer plano en la obra <strong>de</strong> este autor.<br />
Esa visión panorámica, a veces ambigua, <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte,<br />
y siempre pesimista <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, es relatada a través<br />
<strong>de</strong> <strong>historia</strong>s <strong>de</strong> vida, encarnadas en personajes fuertes,<br />
sostenidos en lo mítico. En este autor vienés<br />
pue<strong>de</strong> flaquear la trama (a veces adre<strong>de</strong>), pero nunca<br />
sus personajes. El <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Preminger es un <strong>cine</strong> <strong>de</strong><br />
personajes, <strong>de</strong> seducciones, <strong>de</strong> engaños, <strong>de</strong> miradas.<br />
<strong>La</strong>s miradas que consigue <strong>de</strong> sus dirigidos son únicas<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. El mejor ejemplo es<br />
“Bonjour Tristesse” (1958).<br />
Po<strong>de</strong>mos dividir en dos la obra <strong>de</strong> Otto Preminger.<br />
Por un lado una primer etapa como director <strong>de</strong> los<br />
gran<strong>de</strong>s estudios (la mayor parte <strong>de</strong> sus trabajos hechos<br />
para la Fox <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1936 hasta 1953), y una segunda<br />
y muy fecunda etapa trabajando como director–<br />
productor, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> “The Moon is Blue” (1953) hasta el<br />
final <strong>de</strong> su carrera hacia 1980.<br />
De la primera parte <strong>de</strong> su carrera, el primer gran film<br />
<strong>de</strong> Preminger es “<strong>La</strong>ura” (1944), protagonizado por<br />
Gene Tierney, Dana Andrews, y Crifton Webb. Otros<br />
tres gran<strong>de</strong>s films <strong>de</strong> aquel período son: “Al Bor<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
Peligro” (Where the Si<strong>de</strong>walks Ends, 1950), “<strong>La</strong> Carta<br />
nº 13” (The Thirteenth Letter, 1951), y “Angel Face”<br />
(1953), ésta última realizada para la RKO, siendo el último<br />
film realizado por Preminger para los estudios.<br />
“<strong>La</strong>ura” es una continuación <strong>de</strong> “El Ciudadano” <strong>de</strong> Orson<br />
Welles, por otros medios. Más que continuación,<br />
es el reflejo producido por el impacto <strong>de</strong> la autoconciencia,<br />
don<strong>de</strong> la apertura <strong><strong>de</strong>l</strong> arte <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, a partir<br />
<strong>de</strong> la relación con la cultura anterior y a través <strong>de</strong> una<br />
nueva relación con el espectador, llega a un punto<br />
cumbre. <strong>La</strong> primera gran articulación <strong><strong>de</strong>l</strong> momento<br />
clásico se produce cuando éste film aborda ciertas<br />
cuestiones temáticas y <strong>de</strong> puesta en escena, aún <strong>de</strong><br />
manera más extrema y más fecunda, creemos, que el<br />
propio film fundante <strong>de</strong> Welles.<br />
El pasaje <strong>de</strong> un tiempo a otro <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una misma<br />
escena, a veces <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un mismo plano, siendo<br />
el tiempo uno <strong>de</strong> los temas centrales <strong><strong>de</strong>l</strong> film, es <strong>de</strong><br />
una rigurosidad prodigiosa. Nadie había trabajado<br />
antes <strong>de</strong> Preminger el tiempo <strong>de</strong> esa manera en una<br />
película. Tiempo que en “<strong>La</strong>ura” está perfectamente<br />
emblematizado en los simétricos relojes (<strong>de</strong> Waldo y<br />
<strong>de</strong> <strong>La</strong>ura), en don<strong>de</strong> la resolución diegética es producida<br />
con un efecto más que logrado. Escribe Faretta:<br />
“… Esos relojes sirven para que en uno <strong>de</strong> ellos Waldo<br />
oculte, en su pe<strong>de</strong>stal, el arma <strong>de</strong> su doble intento <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> <strong>La</strong>ura. Finalmente su disparo, agónico<br />
y <strong>de</strong>sviado por Mac Pherson (Dana Andrews), <strong>de</strong>struye<br />
el mecanismo y la cara <strong><strong>de</strong>l</strong> reloj, así como no pudo<br />
<strong>de</strong>struir la cara <strong>de</strong> <strong>La</strong>ura, sino la <strong>de</strong> su copia…”. Agregamos:<br />
la <strong>de</strong>strucción <strong><strong>de</strong>l</strong> simbólico reloj es el final<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo <strong>de</strong> la construcción <strong>de</strong> esa copia (<strong>La</strong>ura).<br />
Porque el tema <strong><strong>de</strong>l</strong> doble es fundamental en la obra<br />
<strong>de</strong> Preminger en general y en este film en particular.<br />
Visto platónicamente, claro.<br />
Preminger inventa en este film, la melodía utilizada<br />
a modo <strong>de</strong> leit motiv. <strong>La</strong> recurrencia temática y psicológica<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> film, es llevada, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la puesta en escena,<br />
por una música que se repite: «<strong>La</strong>ura», el tema<br />
<strong>de</strong> Johnny Mercer y David Raksin. Esto que más tar<strong>de</strong><br />
formará parte central <strong><strong>de</strong>l</strong> arte <strong>cine</strong>matográfico, fue<br />
utilizado por Preminger en este film por vez primera.<br />
Pero más allá <strong>de</strong> los recursos heurísticos y técnicos,<br />
lo que más vale <strong>de</strong> una película como “<strong>La</strong>ura” es su<br />
visión <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo. Waldo, el refinado esteta <strong>de</strong>venido<br />
en crítico radial mo<strong>de</strong>rno, ha inventado, creado a<br />
una mujer, emblematizado por un cuadro <strong>de</strong> ella que<br />
es a la vez angel guardián <strong>de</strong> la casa. El esteta ha hecho,<br />
a través <strong>de</strong> su columna radial, <strong>de</strong> la nada, a una<br />
mujer y también, al hombre que se enamorará <strong>de</strong> ella<br />
| 69
<strong>La</strong>ura.<br />
70 |<br />
(el teniente Mac Pearson). Escribe<br />
Faretta en un ensayo sobre Preminger:<br />
“… Pero si Waldo parece<br />
“colarse” al comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> film en el<br />
periplo <strong>de</strong>tectivesco <strong>de</strong> Mac Pherson,<br />
es éste quien pasivamente se<br />
cuela en la interioridad erudita <strong>de</strong><br />
Waldo, quien <strong>de</strong>be confesar a un<br />
alguien, a un otro, los logros <strong>de</strong><br />
su creación artificial. Lo agasaja<br />
en un ristorante italiano, le da a<br />
beber vino; la música <strong>de</strong> fondo<br />
con un suave violín proporciona la<br />
atmósfera a<strong>de</strong>cuada. Antes, en el<br />
<strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> <strong>La</strong>ura, le muestra<br />
su cuadro, sus vestidos, sus joyas<br />
y perfumes. Describe como un<br />
subastador <strong>de</strong> esencias los restos<br />
inertes <strong>de</strong> una criatura artificial. El<br />
resultado inexorable es que Mac<br />
Pherson se enamore vicariamente<br />
<strong>de</strong> <strong>La</strong>ura. Se enamora <strong>de</strong> tal manera<br />
que en su <strong>de</strong>seo parece traerla<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> mundo <strong>de</strong> entre los muertos.<br />
<strong>La</strong>ura es la variante especular <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
mito <strong>de</strong> Orfeo y Eurídice…”. Y, a<br />
propósito <strong>de</strong> lo que veníamos diciendo,<br />
sigue <strong>de</strong> la siguiente manera:<br />
“… Waldo no compren<strong>de</strong><br />
que el amor <strong>de</strong> Mac Pherson por<br />
<strong>La</strong>ura es también una creación<br />
propia. El esteta autónomo vicario<br />
<strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad ha alcanzado la<br />
cima <strong>de</strong> su perfección artificiosa,<br />
ha creado no sólo a una mujer sino<br />
a un hombre porque invertidamente<br />
«no es bueno que la mujer<br />
esté sola». Con lo cual Waldo ha alcanzado<br />
el status <strong>de</strong> Dios. Pero ese<br />
«Dios» <strong>de</strong>be cíclica y míticamente<br />
auto<strong>de</strong>struirse mediante aquello<br />
que los pensadores tradicionales<br />
llaman el Deus otiotus, una <strong>de</strong><br />
cuyos emblemas más conocidos<br />
es el <strong>de</strong> Cronos-Saturno, eterno<br />
<strong>de</strong>vorador <strong>de</strong> sus hijos. Ese <strong>de</strong>vo-
ador que es el tiempo, Cronos, es a<strong>de</strong>más la pérdida <strong>de</strong> una también<br />
cíclica Edad <strong>de</strong> Oro que, irónicamente refractada en la mo<strong>de</strong>rnidad, se<br />
torna la caída <strong>de</strong> un tirano doméstico munido <strong>de</strong> un saber colecticio que<br />
intenta manejar —<strong>de</strong>vorando el tiempo a su manera. Los relojes simétricos<br />
(uno en casa <strong>de</strong> Waldo, uno en casa <strong>de</strong> <strong>La</strong>ura) contienen tal estado <strong>de</strong><br />
cosas en un periplo que es tiempo <strong>de</strong> una imposible Edad <strong>de</strong> Oro, vuelto<br />
coleccionismo suntuario. (…) El final-feliz-problemático <strong>de</strong> esta obra nos<br />
muestra a una <strong>La</strong>ura y a un Mac Pherson supuestamente «liberados».<br />
Pero ambos, tras la muerte <strong>de</strong> Waldo, ¿cuánta autonomía podrán adquirir<br />
tras matar a ese <strong>de</strong>miurgo perverso…? <strong>La</strong> muerte <strong>de</strong> Waldo es el tema<br />
<strong>de</strong> «la muerte <strong>de</strong> Dios» <strong>de</strong>splazado hacia un agnosticismo secular que<br />
mantiene y recurre al mito como forma <strong>de</strong> su operar…”<br />
“<strong>La</strong>ura” es uno <strong>de</strong> los films que más <strong>de</strong>manda <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador a partir <strong>de</strong><br />
su planteo y su resolución (esto, a modo <strong>de</strong> continuación <strong>de</strong> “El Ciudadano”),<br />
teniendo en cuenta el sentido que siempre el <strong>cine</strong> norteamericano<br />
se planteó a partir <strong><strong>de</strong>l</strong> cómo sigue, emblema <strong>de</strong> su <strong>de</strong>cisionismo, y <strong>de</strong> su<br />
capacidad reflexiva.<br />
| 71
Tener o no Tener<br />
(To Have and Have Not, Howard Hawks, 1945)<br />
Guión: Jules Furthman y William Faulkner<br />
Basada en una novela <strong>de</strong> Ernest Hemingway<br />
Dirección: Howard Hawks<br />
Estreno: 20 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1945<br />
Elenco:<br />
Humphrey Bogart<br />
Walter Brennan<br />
<strong>La</strong>uren Bacall<br />
Dolores Moran<br />
Hoagy Carmichael<br />
Sheldon Leonard<br />
Tener o no tener.<br />
“Tener o no Tener” es una película sólida, clara, entretenida, seria, divertida,<br />
reflexiva, lleva<strong>de</strong>ra, soberbia… como las mejores películas <strong>de</strong> Howard<br />
Hawks. El film trata <strong>de</strong> la vida <strong><strong>de</strong>l</strong> capitán Harry Morgan (Bogart) que vive<br />
en la isla francesa Martinica, alquilando su barco para viajes <strong>de</strong> placer.<br />
72 |<br />
El Héroe. Harry es un héroe a la medida <strong>de</strong> Howard Hawks. Se maneja<br />
espontáneamente con una moral propia, y solo haciéndose cargo <strong>de</strong> él<br />
mismo, y los suyos (Eddie, y luego Slim). Harry tiene instintos que emanan<br />
<strong>de</strong> su profesión y <strong>de</strong> su sentido <strong>de</strong> la dignidad, pero no <strong>de</strong>beres.<br />
Ni morales, ni sociales, ni políticos. Por supuesto que, con el correr <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
film, asume riesgos y responsabilida<strong>de</strong>s, pero siempre <strong>de</strong> modo natural,<br />
espontáneo, sentido. Cada vez que se le presenta el supuesto intento u<br />
oportunidad <strong>de</strong> compromiso político, publico, a la vez se presenta clara<br />
la causa privada (Slim)… estas se mezclan al final (Renard y Eddie). Harry<br />
siempre opta por la privada. “… A mí solo me interesan mis asuntos…”<br />
(Frase repetida en la obra <strong>de</strong> Hawks).<br />
Pero es <strong>de</strong> esa manera como Harry se encarga <strong>de</strong> trasladar a los franceses<br />
a la isla (por dinero para Slim), luego salvarle la vida al hombre y, finalmente,<br />
<strong>de</strong>rrotar a los malos. Porque héroe es aquel que se atreve a hacer<br />
lo que el común <strong>de</strong> la gente no se atreve, y que claramente es lo que hay<br />
que hacer para salvar, o refundar a la comunidad, aunque se <strong>de</strong>ba sacrificar<br />
o huir para el restablecimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> or<strong>de</strong>n.<br />
El mundo <strong>de</strong> afuera y el mundo íntimo son dos temas recurrentes en<br />
la obra <strong>de</strong> este autor. El hombre solo, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su círculo masculino,<br />
gran<strong>de</strong> o pequeño, relacionándose lo justo y necesario con el mundo <strong>de</strong><br />
afuera <strong>de</strong> acuerdo a las necesida<strong>de</strong>s planteadas por su profesión. El pro-
fesionalismo en la tarea a cumplir en el mundo masculino <strong>de</strong> Hawks es<br />
el vehículo para la dignidad y el autorrespeto. Pero, fatalmente, aparece<br />
la mujer. <strong>La</strong> otredad. En este caso, Slim (Bacall), que en pocos momentos<br />
notamos que cuadra perfectamente con las características <strong>de</strong> Harry. Se<br />
enamoran porque son las dos caras <strong>de</strong> la misma moneda. El instinto gobierna,<br />
pero no el instinto animal, sino el civilizado <strong>de</strong> aquellos personajes<br />
que han establecido una especie <strong>de</strong> paz por separado con el mundo<br />
y que viven erráticamente pero que a la vez son más libres, más fuertes y<br />
más in<strong>de</strong>pendientes que cualquiera <strong>de</strong> los mortales comunes.<br />
El compromiso <strong>de</strong> Harry con una causa ajena, y el compromiso <strong>de</strong> Hawks<br />
con dicho film, no podrían haber sido mostrados <strong>de</strong> mejor manera. El<br />
prolijo y cuidado blanco y negro <strong><strong>de</strong>l</strong> film, su fotografía, las imágenes en<br />
alta mar, los personajes que ro<strong>de</strong>an al film, el mundo <strong><strong>de</strong>l</strong> bar y el hotel,<br />
el planteo <strong>de</strong> la trama y cada pequeño <strong>de</strong>talle <strong>de</strong> la puesta en escena<br />
<strong>de</strong> la película nos llevan a una <strong>de</strong> las obras clásicas más sólidas <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong><br />
norteamericano.<br />
| 73
¡Qué Bello es Vivir!<br />
(It’s Won<strong>de</strong>rful Life, Frank Capra, 1947)<br />
Guión: Frances Goodrich y Albert Hackett<br />
Dirección: Frank Capra<br />
Estreno: 7 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1947<br />
Elenco:<br />
James Stewart<br />
Donna Reed<br />
Lionel Barrymore<br />
Thomas Mitchell<br />
Henry Travers<br />
Beulah Bondi<br />
Frank Faylen<br />
Ward Bond<br />
Gloria Grahame<br />
74 |<br />
Frank Capra.<br />
Frank Capra nació en Palermo (Sicilia) en 1897 y murió en Hollywood el 3 <strong>de</strong><br />
septiembre <strong>de</strong> 1991. Abandonó su carrera <strong>cine</strong>matográfica tras la caída <strong>de</strong><br />
los estudios hacia los años sesenta. <strong>La</strong> totalidad <strong>de</strong> su obra (1925-1961) fue<br />
realizada en Estados Unidos, inclusive unos cuantos documentales durante<br />
la segunda guerra mundial. Se <strong>de</strong>stacan: “Sucedió una Noche” (1934), “Vive<br />
Como Quieras” (1938), “Qué Bello es Vivir” (1947), “El Estado <strong>de</strong> la Unión”<br />
(1948), y “Millonario <strong>de</strong> Ilusiones” (1959).<br />
El lugar <strong><strong>de</strong>l</strong> artista conquistado por el director, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Griffith en a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante,<br />
fue sostenido, crecientemente, por los productores <strong>de</strong> los films que,<br />
con el correr <strong>de</strong> los años, fueron adueñándose <strong>de</strong> los circuitos, los mercados,<br />
los contratos y la exhibición. Habíamos escrito más arriba sobre<br />
la tregua <strong>de</strong> 1908 que terminó con el tema <strong>de</strong> las patentes en manos<br />
<strong>de</strong> Edison. Después <strong>de</strong> unos años <strong>de</strong> monopolio absoluto <strong>de</strong> la M.P.P.C.,<br />
algunos pequeños productores in<strong>de</strong>pendientes comenzaron la reacción<br />
en pos <strong>de</strong> un <strong>cine</strong> más gran<strong>de</strong>, más logrado, más artístico. Estos productores<br />
in<strong>de</strong>pendientes, <strong>de</strong> origen judío, fueron los que luego <strong>de</strong> la ruptura<br />
(1923-1925) comenzaron a construir, en Hollywood, los llamados gran<strong>de</strong>s<br />
estudios. Ellos fueron Adolph Zukor (1873-1976), <strong>de</strong> origen húngaro,<br />
fue uno <strong>de</strong> los fundadores <strong>de</strong> la Paramount; William Fuchs (1879-1952),<br />
también judío húngaro, fue el creador <strong>de</strong> la 20 th Century Fox; Carl Leammle<br />
(1867-1939), judío alemán, y creador <strong>de</strong> la Universal; Jack Warner,<br />
junto a sus hermanos Harry, Albert y Sam, <strong>de</strong> origen polaco, dueños <strong>de</strong><br />
la Warner Bros.; Marcus Loew (1870-1927) junto a Samuel Goldfish (1884-<br />
1974), y Louis B. Mayer fueron quienes fundaron, en sus comienzos, a la<br />
Metro. Harry Cohn, por aquellos años, creaba la Columbia Pictures. Más
tar<strong>de</strong> se sumaría el controvertido Howard Hughes<br />
con la RKO Es importante <strong>de</strong>stacar en este momento<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> trabajo, la fundamental unión entre la creación <strong>de</strong><br />
Griffith y el agregado <strong>de</strong> lo austrohúngaro en los años<br />
veinte, y en a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante, para la consolidación <strong>de</strong> la actividad<br />
<strong>cine</strong>matográfica y su concepto, en su vertiente<br />
norteamericana y también mundial.<br />
<strong>La</strong> férrea lucha contra el trust Edison produjo la emigración.<br />
Estos productores se alejaron <strong><strong>de</strong>l</strong> nor<strong>de</strong>ste<br />
yanqui, emblematizada en la Nueva York <strong>de</strong> los veinte,<br />
para emigrar al oeste, y al sur… a la tierra recién<br />
conquistada. Así, uno a uno, fueron trasladándose a<br />
las cercanías <strong>de</strong> Hollywood (California) en el oeste<br />
americano, don<strong>de</strong> fueron creando sus productoras,<br />
construyendo los estudios, y trasladando con ellos, el<br />
hacer <strong>cine</strong>matográfico <strong>de</strong> aquel país que se convertiría<br />
en el centro <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> mundial.<br />
Esto hizo que, así como el artista necesitaba el apoyo<br />
y la contención <strong><strong>de</strong>l</strong> productor, el productor también<br />
necesitó <strong>de</strong> ciertos artistas para perfilar sus intenciones<br />
comerciales y estéticas. Así los estudios <strong>de</strong> Hollywood<br />
fueron ro<strong>de</strong>ándose <strong>de</strong> directores, actores,<br />
técnicos, músicos, en una necesidad mutua.<br />
Frank Capra fue el director más mimado por los estudios<br />
<strong>de</strong> <strong>cine</strong>. Un siciliano <strong>de</strong> origen, que había llegado<br />
a los Estados Unidos <strong>de</strong> muy pequeño y que comenzó<br />
a trabajar en el <strong>cine</strong> hacia comienzos <strong>de</strong> la década<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> veinte. Luego <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> films mudos <strong>de</strong> muy<br />
buena factura, entre los que se <strong>de</strong>staca “Pantalones<br />
<strong>La</strong>rgos” (1926), Capra realiza una <strong>de</strong> las primeras buenas<br />
películas sonoras que hizo el <strong>cine</strong> norteamericano:<br />
“El Submarino” en 1928 para la Columbia.<br />
Capra fue uno <strong>de</strong> los primeros en firmar su obra; El<br />
Nombre Sobre el Título (nombre que le puso a su autobiografía<br />
hacia fines <strong>de</strong> los sesenta), fue la forma en<br />
la que encabezó, ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1930, cada uno <strong>de</strong> sus film.<br />
Más tar<strong>de</strong> lo harían otros.<br />
<strong>La</strong>s películas <strong>de</strong> Capra eran las preferidas por el público<br />
<strong>de</strong> los treinta, como también por los estudios que<br />
lo premiaron sucesivas veces con varias estatuillas,<br />
hasta nombrarlo presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia en 1938.<br />
Pero así como era amado en el oeste, era odiado en el<br />
este. Sus films, atacando a cierta forma <strong>de</strong> hacer política<br />
<strong>de</strong> diputados, senadores y funcionarios, provocó<br />
la ira <strong>de</strong> los amos <strong>de</strong> Washington, que no pudieron<br />
soportar las sentencias <strong>de</strong> Capra, como tampoco el<br />
apoyo que recibía en Hollywood.<br />
Su narrativa fue aplaudida por el mundo entero y asimilada<br />
por todo el <strong>cine</strong> norteamericano. Sus planos,<br />
su ritmo, la emotividad <strong>de</strong> las imágenes, y su infinito<br />
fuera <strong>de</strong> campo, fue una <strong>de</strong> las puestas en escena más<br />
importantes <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano.<br />
Dos etapas bien claras contienen su obra. <strong>La</strong> primera,<br />
que coinci<strong>de</strong> con su primera etapa sonora, va <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
“El Submarino” (1928) hasta lo que podría emblematizarse<br />
el ciclo Stanwych. <strong>La</strong> segunda, a partir <strong>de</strong> 1933,<br />
va <strong>de</strong>s<strong>de</strong> “Dama por un Día” (1961) hasta el “Estado <strong>de</strong><br />
la Unión” (1948). Los años siguientes fueron bastante<br />
<strong>de</strong>cepcionantes para Capra que realizó unas pocas<br />
películas hasta 1961, don<strong>de</strong> se retiró <strong>de</strong> la actividad<br />
como <strong>cine</strong>asta. De éstas últimas, <strong>de</strong>bemos rescatar:<br />
“Millonario <strong>de</strong> Ilusiones” (A Hole in the Head, 1959),<br />
una comedia protagonizada por Frank Sinatra. Los<br />
dramas y las películas épicas caracterizaron la primer<br />
etapa, y la comedia política (a veces, mal llamada comedia<br />
romántica) a la segunda.<br />
El primer Capra sonoro (1928-1933) es el genio <strong>de</strong><br />
la Columbia. Escribía sus guiones, escribía guiones<br />
para otros, dirigía con total libertad sus films, y hasta<br />
lo contrataban para concluir algún film que el estudio<br />
no podía resolver aún empezado. Fue uno <strong>de</strong> los<br />
directores que, junto a Howard Hawks, más y mejor<br />
se adaptó al sonido. Cosa que para algunos produjo<br />
toda una serie <strong>de</strong> dudas e insegurida<strong>de</strong>s, para Capra<br />
resultó ser el lugar más seguro y claro para arribar a<br />
sus obras más logradas. Aquella es la época en que<br />
se <strong>de</strong>stacan tres films memorables: “Milagro <strong>de</strong> Amor”<br />
(The miracle woman, 1931), uno <strong>de</strong> los primeros pa-<br />
| 75
76 |<br />
peles protagónicos <strong>de</strong> Barbara Stanwych, “<strong>La</strong> Locura<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> Dólar” (American Madness, 1932), film comenzado<br />
por el canadiense Allan Dwan, y “El Amargo Te<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> General Yen” (The bitter tea of general Yen, 1933),<br />
también con una la Stanwych. En estos tres film <strong>de</strong><br />
comienzos <strong><strong>de</strong>l</strong> sonoro, Capra retrata, como ninguno<br />
en su época, los primeros años <strong>de</strong> la <strong>de</strong>presión norteamericana,<br />
el hambre, las multitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>sbordadas,<br />
etc. Pero también, los verda<strong>de</strong>ros problemas que enfrenta<br />
el país <strong>de</strong> ahí en a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante. Su relación con el<br />
futuro, con el resto <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, con la guerra, con la<br />
misma <strong>de</strong>mocracia. A través <strong>de</strong> sueños, como aquel<br />
memorable <strong>de</strong> Stanwych en “El Amargo Te…”, <strong>de</strong><br />
multitu<strong>de</strong>s engañadas que se hacinan en tramposas<br />
entida<strong>de</strong>s bancarias, <strong>de</strong> confesiones inesperadas, <strong>de</strong><br />
planos cortos que se suce<strong>de</strong>n, unos a otros, intensificando<br />
el ritmo y la emotividad <strong><strong>de</strong>l</strong> relato.<br />
Una <strong>de</strong> las cosas que suele reconocerse en Capra es la<br />
facilidad para transformar a actores y actrices en gran<strong>de</strong>s<br />
figuras o estrellas <strong><strong>de</strong>l</strong> espectáculo. Tal es el caso ya<br />
citado <strong>de</strong> Barbara Stanwych, como también Clare Gable,<br />
Gary Cooper, James Stewart, Jean Arthur, y otros.<br />
<strong>La</strong> mayor parte <strong>de</strong> ellos, gran<strong>de</strong>s actores y actrices en<br />
el futuro, comenzaron sus carreras con Capra.<br />
<strong>La</strong> segunda, y más conocida, etapa <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong><br />
Frank Capra es aquella <strong>de</strong> las comedias dramáticas<br />
y políticas. Junto al guionista Robert Riskin, a partir<br />
<strong>de</strong> 1933, y hasta el comienzo <strong>de</strong> la segunda guerra<br />
mundial, nuestro autor realizó ocho obras entre las<br />
más vistas y más elogiadas <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano<br />
<strong>de</strong> entonces: “Dama por un Día” (<strong>La</strong>dy for a day,<br />
1933), “Sucedió una Noche” (It happened one night,<br />
1934), “Estrictamente Confi<strong>de</strong>ncial” (1935), “El Secreto<br />
<strong>de</strong> Vivir” (Mr. Deeds goes to town, 1936), “Horizontes<br />
Perdidos” (1937), “Vive Como Quieras” (You can’t take<br />
it with you, 1938), “Caballero Sin Espada” (Mr. Smith<br />
Goes to Washington, 1939), “Meet John Doe” (1940),<br />
ésta última producida por la Warner Bros., luego <strong>de</strong><br />
una pelea irreconciliable entre Frank Capra y Harry<br />
Cohn, el dueño <strong>de</strong> la Columbia.<br />
<strong>La</strong> inocencia <strong><strong>de</strong>l</strong> individuo que se lo aleja <strong>de</strong> su medio,<br />
o se lo enfrenta con la multitud <strong>de</strong>seosa <strong>de</strong> justicia,<br />
se transforma en valores que luchan, muy por<br />
encima <strong>de</strong> sus posibilida<strong>de</strong>s, contra ese po<strong>de</strong>r encarnado<br />
en la política liberal <strong>de</strong> los Estados Unidos.<br />
Po<strong>de</strong>mos ver en estos films un largo <strong>de</strong>sfile <strong>de</strong> funcionarios<br />
tramposos, <strong>de</strong> políticos corruptos, <strong>de</strong> senadores<br />
y diputados que, en nombre <strong>de</strong> la multitud que<br />
clama allá afuera, hacen un sinfín <strong>de</strong> atrocida<strong>de</strong>s. A la<br />
par <strong>de</strong> hombres jóvenes e i<strong>de</strong>alistas que se enfrentan,<br />
irremediablemente, con su <strong>de</strong>stino, que coinci<strong>de</strong> con<br />
los <strong>de</strong>stinos <strong>de</strong> la comunidad. Pocos directores como<br />
Capra para retratar ese mundo y para evi<strong>de</strong>nciar las<br />
fallas esenciales <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema <strong>de</strong>mocrático liberal.<br />
Luego <strong>de</strong> alistarse en el ejército durante la guerra, junto<br />
a John Ford, William Wyler y otras personalida<strong>de</strong>s<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, comienza su trabajo como documentalista <strong>de</strong><br />
guerra, sumado a una serie <strong>de</strong> trabajos propagandísticos<br />
llamados: “¿Por qué Luchamos?”, don<strong>de</strong> se adiestraba<br />
a los soldados norteamericanos para la guerra,<br />
como así también al convencimiento <strong>de</strong> los mismos<br />
en la importancia <strong>de</strong> su lucha. Fue premiado por infinidad<br />
<strong>de</strong> gobiernos y entida<strong>de</strong>s por su trabajo durante<br />
la guerra, don<strong>de</strong> uno <strong>de</strong> sus más aclamados trabajos<br />
consistía en la utilización <strong>de</strong> la propaganda <strong><strong>de</strong>l</strong> enemigo<br />
(el nazismo) para fines propios. Más <strong>de</strong> diez documentales<br />
se realizaron durante aquel período.<br />
Al regresar <strong>de</strong> la guerra, en 1945, Capra funda su propia<br />
productora (Liberty Films) en sociedad con otros<br />
dos directores <strong>de</strong> <strong>cine</strong> <strong>de</strong> aquellos años: Wyler y George<br />
Stevens. Se proponen filmar tres películas, una dirigida<br />
por cada uno <strong>de</strong> los socios, pero sólo lograrán<br />
hacer una, por problemas financieros producto <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
fracaso taquillero. <strong>La</strong> película es “Qué Bello es Vivir”<br />
(It’s won<strong>de</strong>rfull life, 1946), unos <strong>de</strong> los mejores films<br />
<strong>de</strong> Capra, y una <strong>de</strong> las obras más altas <strong><strong>de</strong>l</strong> arte que<br />
nos ocupa. Entre la comedia y el melodrama, entre la<br />
emoción y lo fantástico, Capra logra una película verda<strong>de</strong>ramente<br />
única. Un film <strong>de</strong> una religiosidad sutil,<br />
don<strong>de</strong> la cuestión no es la muerte como posibilidad,
sino la no existencia. George Bailey (James Stewart)<br />
ante la duda entre suicidarse o seguir a los tumbos en<br />
una vida don<strong>de</strong> la suerte le está dando la espalda, se<br />
encuentra con un angel que tiene como misión cuidar<br />
su alma. El ángel le propone, dada la angustia <strong>de</strong><br />
George, un mundo sin él. Mostrarle la vida y el mundo<br />
como si él no hubiera existido nunca. El recorrido por<br />
esos parajes sin el menor rastro suyo, hace que nuestro<br />
protagonista vuelva a valorar la propia vida <strong>de</strong> una manera<br />
inestimable, y a rogar ser <strong>de</strong>vuelto en ella. Milagro<br />
que el ángel conce<strong>de</strong>, mientras que para los <strong>de</strong>más<br />
personajes <strong><strong>de</strong>l</strong> drama (esposa, hijos, amigos, vecinos),<br />
la ausencia <strong>de</strong> George se da sólo en un par <strong>de</strong> horas,<br />
don<strong>de</strong> apenas se impacientan al esperarlo.<br />
¿Qué es la vida? O, más bien, ¿Qué es vivir? Para el<br />
católico e italiano Capra, vivir es recorrer un camino<br />
intermedio. Por momentos un sacrificio, por momentos<br />
una <strong><strong>de</strong>l</strong>icia. <strong>La</strong> existencia nos da el alma, más allá<br />
<strong>de</strong> nuestra suerte. Pensemos ahora, todos, cada uno<br />
<strong>de</strong> nosotros, una vida, un mundo sin nosotros. Probablemente<br />
no haya <strong>de</strong>sesperación mayor. En el camino<br />
a recorrer uno encuentra momentos, felicida<strong>de</strong>s,<br />
<strong>de</strong>sencuentros, enemigos, amigos, <strong>de</strong> todo. Pero uno<br />
elige. El tema <strong><strong>de</strong>l</strong> libre albedrío es uno <strong>de</strong> los principales<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> film. George siente culpa, vergüenza, dolor, y a<br />
la vez: amor, solidaridad, compasión… Siempre elige,<br />
o intenta elegir.<br />
toda la cuestión social. Es <strong>de</strong>cir, lo social se subsume en<br />
lo religioso. Lo físico <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> lo metafísico.<br />
El ángel y sus milagros (como también su ascenso), la<br />
simetría <strong>de</strong> las campanitas, la Navidad, la comunidad<br />
y la caridad, son los elementos temáticos que pautan<br />
y solidifican la estructura <strong>de</strong> la puesta en escena. Así<br />
visto, el recorrido <strong>de</strong> George, ante su no existencia, se<br />
nos revela como un hombre buscando su alma. Alma<br />
entendida en sentido cristiano.<br />
Film prodigioso, genial, útil. Divertido, emocionante<br />
hasta las lágrimas, reflexivo, fuerte. Recomendamos<br />
especialmente este film para el estudio <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, para<br />
alumnos y docentes en la materia. Para análisis <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
guión, <strong>de</strong> la puesta en escena, <strong><strong>de</strong>l</strong> montaje, <strong>de</strong> las actuaciones<br />
y <strong>de</strong> la fotografía. No hay film igual.<br />
| 77<br />
El comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> film, con su modalidad fantástica<br />
pauta y nos lleva a la religiosidad <strong><strong>de</strong>l</strong> film. Luego <strong>de</strong><br />
una década <strong><strong>de</strong>l</strong> Capra social, <strong>de</strong> la alianza <strong>de</strong> clases,<br />
cooperativo y corporativo (que tanta luz dio a los<br />
films <strong>de</strong> nuestro Manuel Romero hacia fines <strong>de</strong> los<br />
treintas y principios <strong>de</strong> los cuarentas), ahora arribamos<br />
a un autor estrictamente religioso, sin per<strong>de</strong>r un<br />
centímetro <strong>de</strong> su trabajo y su preocupación social (recor<strong>de</strong>mos<br />
que George fun<strong>de</strong> su empresa en su intento<br />
<strong>de</strong> ayudar a la gente <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo). Por el contrario, la actitud<br />
religiosa, su catolicidad y toda esta cuestión <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
libre albedrío agranda, apuntala todavía más y mejor
Retorno al Pasado<br />
(Out of the Past, Jacques Tourneur, 1947)<br />
Guión: Daniel Mainwaring<br />
Dirección: Jacques Tourneur<br />
Estreno: 13 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1947<br />
Elenco:<br />
Robert Mitchum<br />
Jane Greer<br />
Kirk Douglas<br />
Rhonda Fleming<br />
Richard Webb<br />
Steve Brodie<br />
Virginia Huston<br />
Paul Valentine<br />
Dickie Moore<br />
Ken Niles<br />
78 |<br />
En el terreno <strong>de</strong> lo fantástico, el <strong>cine</strong> norteamericano clásico ha dado muestras<br />
<strong>de</strong> una universalidad y madurez, más allá <strong>de</strong> lo esperado, y aún <strong>de</strong> lo <strong>de</strong>seado<br />
por cierta crítica que todavía sigue consi<strong>de</strong>rando a John Carpenter como<br />
un autor escapista. Creadores monumentales como el inglés James Whale, el<br />
francés Jacques Tourneur, Edgar Ulmer, Joseph H. Lewis, entre otros, han sabido<br />
<strong>de</strong>splegar un <strong>cine</strong> que, en parte, <strong>de</strong>viene <strong>de</strong> los horrores <strong>de</strong> Murnau y<br />
<strong>La</strong>ng, pero que también están totalmente enraizados en la cultura americana,<br />
Out of the Past.
o más bien pensado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo americano. Fue tan fuerte<br />
esta línea <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, que hoy, lo poco que queda <strong>de</strong> <strong>cine</strong> en<br />
Estados Unidos, tiene que ver con lo fantástico. Ejemplos<br />
<strong>de</strong> esto son: Brian De Palma, William Friedkin, John Carpenter<br />
y, sobre todo, James Cameron.<br />
Jacques Tourneur trabajó, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus comienzos, <strong>de</strong>ntro<br />
<strong>de</strong> dos transparencias o géneros que le permitieron<br />
<strong>de</strong>splegar sus temas y obsesiones, a la par que<br />
una moral, o moralidad epocal referida a cuestiones<br />
como la relación establecida o por establecerse entre<br />
el pasado y el presente, sobre todo a lo que atañe<br />
al misterio o lo misterioso, no como categoría psicológica,<br />
sociológica o antropológica, sino espiritual y<br />
metafísica. Los dos géneros fueron el fantástico y el<br />
policial, cuyos emblemas más significativos fueron,<br />
allá por los años cuarenta, “Cat People” (1942), y “Out<br />
of the Past” (1947), respectivamente. Respecto a ésta<br />
última, el director nos ofrece una vuelta al pasado en<br />
forma <strong>de</strong> ‘segunda oportunidad’ para su protagonista,<br />
interpretado por Robert Mitchum. En este film,<br />
como en otros <strong><strong>de</strong>l</strong> género, en permanente diálogo<br />
con la obra literaria <strong>de</strong> Georges Simenon, Se juega el<br />
recuerdo como un recorrido por el pasado que intenta<br />
ser revisado, explicado y, en lo posible, modificado.<br />
El pasado es la causa suficiente <strong><strong>de</strong>l</strong> secreto <strong><strong>de</strong>l</strong> presente.<br />
<strong>La</strong> felicidad artificial <strong><strong>de</strong>l</strong> presente se halla en<br />
esa mancha <strong><strong>de</strong>l</strong> profundo pasado.<br />
una escena perfecta— mira en escorzo el cartel <strong>de</strong> la<br />
estación <strong>de</strong> servicio, don<strong>de</strong> se lee el nombre <strong>de</strong> Jeff<br />
Bailey, lo saluda —con una suerte <strong>de</strong> tímida venia civil—<br />
y se aleja. En esa suerte <strong>de</strong> confesión analógica,<br />
el muchacho miente, pero también resuelve, es <strong>de</strong>cir<br />
elige en sentido agustiniano: libertad es la posibilidad<br />
<strong>de</strong> elegir el bien. Pero finalmente, también, conserva<br />
la leyenda privada, un mito casi particular <strong>de</strong><br />
esa también muy particular relación padre-hijo. Ese<br />
analógico hijo sin voz propia es el <strong>de</strong>stino, el fatum<br />
<strong>de</strong> un paganismo ya imposible. En su mu<strong>de</strong>z el antiguo<br />
hado elige libremente, y ese libre arbitrio clausura<br />
la posibilidad <strong>de</strong> un repetir pagano o paganizante.<br />
Porque si algo tuvo y sigue teniendo presente el <strong>cine</strong><br />
—especialmente el <strong>cine</strong> norteamericano— es que el<br />
mito sobrevive como re-curso, como forma operativa<br />
<strong>de</strong> un <strong>de</strong>mandar formal, como estructura si queremos.<br />
Pero el mito es refractado sobre un mundo que<br />
es o se dice cristiano. Si lo es —siquiera porque pue<strong>de</strong><br />
‘recordarlo’—, la repetición es imposible, y si ya no lo<br />
es, o cree que no lo es, o lo ha olvidado, entonces la<br />
repetición, en su mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o mítico, es indispensable…”<br />
| 79<br />
Más autoconcientemente y en su sentido último, hacia<br />
el final, la puesta en escena <strong><strong>de</strong>l</strong> film se encuadra<br />
<strong>de</strong> manera perfecta. Escribe Faretta al respecto: “…<br />
Finalmente en «Out of the Past» nos encontramos<br />
también con una resolución problemática que opera<br />
en su <strong>de</strong>mandar sobre el El <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador. <strong>La</strong> ‘buena<br />
chica’, tras la muerte <strong>de</strong> Jeff, tiene a su vez un ‘buen<br />
muchacho’ que la espera <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siempre para un<br />
‘buen matrimonio’. Pero se pregunta —o simula preguntarse—<br />
si Jeff era un canalla que estaba al morir<br />
huyendo con Kathie, o el héroe <strong>de</strong> sus sueños domésticos.<br />
Se dirige a la estación <strong>de</strong> servicio y le pregunta<br />
al muchacho. Este miente en su respon<strong>de</strong>r y la buena<br />
chica se va con el buen chico. El sordomudo —en
Su Último Deber<br />
(State of the Union, Frank Capra, 1948)<br />
Guión: Howard Lindsay y Russel Crouse<br />
Dirección: Frank Capra<br />
Estreno: 30 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1948<br />
Elenco:<br />
Spencer Tracy<br />
Katharine Hepburn<br />
Van Johnson<br />
Angela <strong>La</strong>nsbury<br />
Adolphe Menjou<br />
Lewis Stone<br />
Howard Smith<br />
Charles Dingle<br />
Mai<strong><strong>de</strong>l</strong> Turner<br />
Raymond Walburn<br />
80 |<br />
El Estado <strong>de</strong> la Unión con Katherine Hepbum<br />
“El Estado <strong>de</strong> la Unión” (1948) es, tal vez, el film más rigurosamente crítico<br />
en sentido político, don<strong>de</strong> se ponen <strong>de</strong> manifiesto todas sus i<strong>de</strong>as y<br />
formas <strong>de</strong> las películas anteriores <strong>de</strong> Capra. El arrepentimiento final <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
personaje interpretado por Spencer Tracy nos recuerda al James Stewart<br />
<strong>de</strong> “Caballero sin Espada”, pero con una diferencia: aquel pasó su vida<br />
postergando su pensamiento, mientras que éste, con suma impru<strong>de</strong>ncia,<br />
en lo único que piensa es en llevar a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante lo que piensa, sin medir<br />
sus verda<strong>de</strong>ras fuerzas. Grant Matthews (Tracy) se <strong>de</strong>ja llevar por la politiquería<br />
liberal. Es tentado para postularse como el próximo presi<strong>de</strong>nte<br />
<strong>de</strong> los Estados Unidos. Pero ese <strong>de</strong>jarse llevar por la corriente renace<br />
mediante lo más puro <strong>de</strong> la individualidad a través <strong><strong>de</strong>l</strong> amor. El emblema<br />
es Mary (Katharine Hepburn, nada menos), su mujer, quien, junto a sus<br />
hijos, intentan seguirlo en su locura hasta el final, pero sólo como forma<br />
para que él se dé cuenta solo. Porque lo que Grant abandona al final, no<br />
es la política, sino cierta forma <strong>de</strong> practicarla, que tiene que ver con la<br />
política liberal <strong>de</strong> Estados Unidos, y <strong>de</strong> cientos <strong>de</strong> pseudo-<strong>de</strong>mocracias<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> mundo. Al final, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> <strong>de</strong>dicarse a la política, pero <strong>de</strong> otra manera.<br />
¿Coppolianamente, podríamos <strong>de</strong>cir? Once años <strong>de</strong>spués <strong><strong>de</strong>l</strong> citado<br />
film, John Ford filma “El Último Hurra” (1959), también protagonizado<br />
por Spencer Tracy, don<strong>de</strong> el tema también es la política, los modos <strong>de</strong><br />
hacerla, y las postulaciones. Tal vez, el origen <strong>de</strong> “El Padrino” (1972) <strong>de</strong><br />
Francis F. Coppola, esté en estos dos films anteriores que cimentaron el<br />
campo para la construcción posterior <strong><strong>de</strong>l</strong> edificio <strong>de</strong> los Corleone.
El rol <strong>de</strong> la mujer en medio <strong>de</strong> la aventura masculina es fundamental en<br />
los films <strong>de</strong> Frank Capra. Films como “Vive como Quieras”, “Meet John<br />
Doe” y, fundamentalmente, “State of the Union”. <strong>La</strong> mujer sirve como<br />
contrapunto <strong>de</strong> lo masculino, pero en su lugar, para nada pasivo (“Caballero<br />
sin Espada”), da las condiciones para apoyar y, a la vez, corregir el<br />
rumbo <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre. <strong>La</strong> familia, como promesa futura o como <strong>de</strong>sarrollo<br />
presente, <strong>de</strong>staca siempre ese lugar <strong>de</strong> la mujer. Que si no reacciona, si<br />
no opera, corre el riesgo <strong>de</strong> <strong>de</strong>smantelarse.<br />
<strong>La</strong> emotividad <strong><strong>de</strong>l</strong> drama está dada por el <strong>de</strong>sgarramiento <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe, que<br />
<strong>de</strong>semboca en una confesión sincera. <strong>La</strong> saturación producida por el sistema<br />
político, por los círculos <strong>de</strong> intereses, o por una mala jugada <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
<strong>de</strong>stino, apunta siempre al corazón y al alma <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre. El ser humano,<br />
como individualidad, or<strong>de</strong>na su propio caos luego <strong>de</strong> transitar el periplo<br />
que las tramas <strong>de</strong> Capra nos proponen (siempre, <strong>de</strong> alguna manera, relacionadas<br />
con lo comunitario).<br />
No son personajes cultos y refinados, muchos <strong>de</strong> ellos todo lo contrario.<br />
Lo que busca nuestro director es individualizar al hombre en esa multitud<br />
<strong>de</strong>scontenta, traicionada, violenta. <strong>La</strong> famosa singularidad con la que<br />
siempre trabajó el <strong>cine</strong>. Recor<strong>de</strong>mos que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Griffith, el <strong>cine</strong> siempre<br />
se propuso cruzar la <strong>historia</strong> con la individualidad, el <strong>de</strong>venir social con<br />
el hombre concreto. A la par <strong>de</strong> ello, un respeto sin igual para con las<br />
masas <strong>de</strong> trabajadores y <strong>de</strong>socupados que formaban parte <strong>de</strong> sus films<br />
y que, muchos <strong>de</strong> ellos, formaban parte <strong>de</strong> sus enormes cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
espectadores que contemplaban sus películas.<br />
| 81
<strong>La</strong> Soga<br />
(Rope, Alfred Hitchcock, 1948)<br />
Guión: Hume Cronyn<br />
Dirección: Alfred Hitchcock<br />
Estreno: 28 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1948<br />
Elenco:<br />
James Stewart<br />
John Dall<br />
Farley Granger<br />
Cedric Hardwicke<br />
Constance Collier<br />
Douglas Dick<br />
Edith Evanson<br />
Dick Hogan<br />
Joan Chandler<br />
82 |<br />
“<strong>La</strong> Soga”, producida por la Warner Bros en 1948, es la primera película<br />
<strong>de</strong> Hitchcock realizada en color. Es un film rodado en ocho tomas <strong>de</strong> diez<br />
minutos cada una (la duración <strong>de</strong> un rollo completo), y encabalgadas,<br />
enlazadas en algún objeto oscuro, con el objeto <strong>de</strong> disimular el corte,<br />
y dar continuidad al film como si fuera un plano secuencia <strong>de</strong> ochenta<br />
minutos. Por supuesto que, <strong>de</strong> esta manera, el tiempo <strong>de</strong> la ficción<br />
coinci<strong>de</strong> con el tiempo <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador. Dicho <strong>de</strong> otro modo, es un film<br />
representado en tiempo real. <strong>La</strong> <strong>historia</strong> <strong>de</strong>scripta en este film es el asesinato<br />
<strong>de</strong> un joven universitario perpetrado por dos <strong>de</strong> sus compañeros<br />
que se proponen probar, por un lado, la teoría <strong>de</strong> su ex profesor Rupert<br />
(James Stewart) acerca <strong>de</strong> las diferencias <strong>de</strong> grado entre las personas,<br />
don<strong>de</strong> ciertas personas superiores pue<strong>de</strong>n matar a las inferiores, y por<br />
otro lado, una visión muy particular <strong>de</strong> cómo realizar el crimen perfecto.<br />
<strong>La</strong> película comienza hacia el atar<strong>de</strong>cer, cuando Brandon (John Dall) y<br />
Philip (Farley Granger) ahorcan con una soga a David (Diack Hogan). Luego<br />
<strong>de</strong> matarlo colocan el cadáver en un baúl en el centro <strong><strong>de</strong>l</strong> living, y<br />
se disponen a dar una pequeña fiesta, utilizando el baúl como la mesa<br />
principal don<strong>de</strong> se exhibirán todos los manjares <strong>de</strong> dicho agasajo. Comienzan<br />
a llegar los invitados, entre los que se encuentran: el padre <strong>de</strong><br />
David con su cuñada, el profesor Rupert, Kenneth, Janet (la novia <strong>de</strong> David<br />
y ex <strong>de</strong> Brandon). El que, por supuesto, no llega a la fiesta es David,<br />
quien se halla muerto, <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> baúl en medio <strong><strong>de</strong>l</strong> salón. Pero su no<br />
llegada comienza a inquietar a los presentes. Mediante una infinidad <strong>de</strong><br />
movimientos <strong>de</strong> cámara y una puesta rigurosa, Hitchcock nos pone en
Rodaje <strong>de</strong> <strong>La</strong> Soga.<br />
el centro <strong><strong>de</strong>l</strong> problema moral que plantea el film. ¿Fueron mal entendidas<br />
las teorías <strong><strong>de</strong>l</strong> maestro Rupert? ¿O es el profesor responsable <strong>de</strong> lo<br />
que hicieron sus alumnos? Hay todo un trabajo interpretativo a partir<br />
<strong>de</strong> los movimientos <strong>de</strong> las manos <strong>de</strong> los personajes que es perfecto. Se<br />
sirve la comida, se brinda, se toca el piano, se asesina, se justifica… todo<br />
mediante el juego <strong>de</strong> manos que nos propone el maestro. El encierro<br />
asfixiante <strong><strong>de</strong>l</strong> film recortado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la puesta en escena a un pequeño <strong>de</strong>partamento,<br />
favorece al trabajo <strong><strong>de</strong>l</strong> fuera <strong>de</strong> campo. <strong>La</strong> calle, el afuera, el<br />
mundo, al ser excluido <strong>de</strong> esta manera, cobra un significado superlativo.<br />
Si el mundo es eso, ¿vale la pena salir a la calle?<br />
| 83<br />
Recomendamos la lectura <strong>de</strong> “Juego <strong>de</strong> Manos, Juego <strong>de</strong> Villanos”, artículo<br />
<strong>de</strong> Ángel Faretta sobre el film, publicado en “Espíritu <strong>de</strong> Simetría”<br />
(Editorial DJAEN, 2007).
Al Filo <strong>de</strong> la Noche<br />
(Sorry, Wrong Number, Anatole Litvak, 1948)<br />
Guión: Lucille Fletcher<br />
Dirección: Anatole Litvak<br />
Estreno: 1 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1948<br />
Elenco:<br />
Barbara Stanwyck<br />
Burt <strong>La</strong>ncaster<br />
Ann Richards<br />
Wen<strong><strong>de</strong>l</strong>l Corey<br />
Harold Vermilyea<br />
Ed Begley<br />
Leif Erickson<br />
William Conrad<br />
84 |<br />
Anatole Litvak nació en Kiev (Ucrania) el 10 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1902. Llegó a Hollywood<br />
en 1921. Trabajó en la industria hasta comenzar su carrera <strong>de</strong> director en<br />
1931. Hasta 1970, filmó cerca <strong>de</strong> 50 films, algunos <strong>de</strong> ellos, policiales memorables.<br />
Alternó su trabajo entre Hollywood y Francia, aunque la gran mayoría<br />
<strong>de</strong> sus films los realizó en Estados Unidos. Su obra más recordada es “Al Filo<br />
<strong>de</strong> la Noche” (Sorry, Wrong Number, 1948). Murió en París el 15 <strong>de</strong> diciembre<br />
<strong>de</strong> 1974. Filmografía: The <strong>La</strong>dy in the Car with Glasses and a Gun (1970); The<br />
Night of the Generals (1967); Couteau dans la plaie, Le (1962); Goodbye Again<br />
(1961); The Journey (1959); Anastasia (1956); The Deep Blue Sea (1955); Un<br />
acte d’amour (1953); Decision Before Dawn (1951); The Snake Pit (1949); So-<br />
Al Filo <strong>de</strong> la Noche <strong>de</strong> Anatole Litvak.
y, Wrong Number (1948); The Long Night (1947); War<br />
Comes to America (1945); The Battle of China (1944); The<br />
Battle of Russia (1943); Prelu<strong>de</strong> to War (1943); The Nazis<br />
Strike (1943); Divi<strong>de</strong> and Conquer (1942); This Above All<br />
(1942); Blues in the Night (1941); Out of the Fog (1941);<br />
City for Conquest (1940); All This, and Heaven Too (1940);<br />
‘Til We Meet Again (1940); Castle on the Hudson (1940);<br />
Confessions of a Nazi Spy (1939); The Sisters (1938); The<br />
Amazing Dr. Clitterhouse (1938); Tovarich (1937); The Woman<br />
I Love (1937); Mayerling (1936); Équipage, L’ (1935);<br />
Cette vieille canaille (1934); Sleeping Car (1933); Chanson<br />
d’une nuit, <strong>La</strong> (1933); Tell Me Tonight (1932); Lied einer<br />
Nacht, Das (1932); Coeur <strong>de</strong> lilas (1931).<br />
“Al Filo <strong>de</strong> la Noche” es <strong>de</strong> esos pequeños gran<strong>de</strong>s<br />
films, únicos, por su estructura, por su <strong>de</strong>spliegue, por<br />
su cuidado, por su suspenso, por su puesta en escena.<br />
El film cuenta una noche breve en la vida <strong>de</strong> Leona<br />
(Barbara Stanwyck), que se encuentra inválida y sola<br />
en una casona gigante <strong>de</strong> Nueva York. Intentando encontrar<br />
a su marido, o a alguien que venga a cuidarla,<br />
escucha una conversación telefónica por error don<strong>de</strong><br />
se entera <strong>de</strong> que esa noche a las 23:15 hs se va a cometer<br />
un asesinato en la ciudad. <strong>La</strong> <strong>de</strong>sesperación <strong>de</strong><br />
Leona, y los incontables llamados que ella realiza, articulan<br />
toda una serie <strong>de</strong> flashbacks que narran los últimos<br />
años <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> la pareja, la enfermedad <strong>de</strong> ella,<br />
sus negocios, sus pasados individuales, sus familias,<br />
sus frustraciones, sus sueños. Resulta que el marido<br />
<strong>de</strong> Leona (Burt <strong>La</strong>ncaster) ha abandonado a su mujer<br />
y planea matarla, previo volverla loca, y ha organizado<br />
todo para <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> ella. Una trama policial más<br />
que interesante se cuela por los <strong><strong>de</strong>l</strong>iciosos recuerdos y<br />
subtramas, don<strong>de</strong> el marido <strong>de</strong> Leona ha estafado a la<br />
empresa <strong>de</strong> su suegro y se encontraba a punto <strong>de</strong> ser<br />
<strong>de</strong>scubierto.<br />
Durante todo el film gobierna el fuera <strong>de</strong> campo. El<br />
suspenso, los tiempos, la información, y las emociones<br />
son trabajadas a partir <strong>de</strong> un preciso uso <strong><strong>de</strong>l</strong> fuera<br />
<strong>de</strong> campo. Mediante una simétrica puesta en escena,<br />
don<strong>de</strong> el tiempo brilla solo como pasado a reconstruir,<br />
Litvak nos expone una <strong>historia</strong> atrapante. El tiempo <strong>de</strong><br />
la película es un discurrir atolondrado contado <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> ella, y don<strong>de</strong> esa hora y pico <strong>de</strong><br />
film coinci<strong>de</strong> perfectamente con esa hora y pico <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
tiempo <strong>de</strong> la ficción. Los flashbacks le dan el ritmo y<br />
el montaje la distribución <strong>de</strong> la información. El final,<br />
terrible y pesimista como pocos se refracta con ese<br />
comienzo don<strong>de</strong> el teléfono está representado como<br />
confort y progreso, permitiendo la comunicación en<br />
ciuda<strong>de</strong>s habitadas por millones <strong>de</strong> personas. Esos<br />
millones, anónimos y <strong>de</strong>sconocidos, pue<strong>de</strong>n estar planeando<br />
algo, algo terrible, que un simple error humano,<br />
o técnico, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>satar la catástrofe.<br />
Es bueno recordar en este punto, que el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> clase B<br />
ya existía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los comienzos en los estudios <strong>de</strong> Hollywood<br />
y, como escribimos más arriba, complementaban,<br />
<strong>de</strong> alguna manera, a la producción central, llamada<br />
<strong>de</strong> clase A. Este film es un ejemplo magistral <strong>de</strong> este<br />
<strong>cine</strong> B que, con figuras salientes como la protagonista,<br />
se realizaba a las márgenes <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s producciones,<br />
pero que se insertaba perfectamente <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
proyecto integral <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano. El policial<br />
negro, cierto <strong>cine</strong> fantástico (ya hablamos <strong>de</strong> Jacques<br />
Tourneur), y otros estilos, tenían como un lugar privilegiado<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la clase B <strong>de</strong> los cuarentas.<br />
Anatole Litvak, el autor <strong><strong>de</strong>l</strong> film, fue <strong>de</strong> los tantos europeos<br />
que llegaron a Hollywood y realizaron una prolífica<br />
carrera en los Estados Unidos. Si bien es un <strong>de</strong>sconocido<br />
para muchos, y su país <strong>de</strong> origen no lo ayudó a hacerse<br />
famoso (nació en Ucrania antes <strong>de</strong> la revolución soviética),<br />
es un director para seguir y prestarle mucha atención.<br />
“Al Filo <strong>de</strong> la Noche” es, sin dudas, su obra maestra,<br />
pero recomendamos seguirlo a partir <strong>de</strong> obras como:<br />
“Anastasia” (1956), protagonizada por Ingrid Bergman<br />
y Yul Brynner; “The Long Night” (1947), protagonizada<br />
por Henry Fonda, Barbara Bel Ged<strong>de</strong>s y Vincent Price,<br />
uno <strong>de</strong> los films negros más célebres <strong>de</strong> los cuarentas;<br />
y “Afuera en la Niebla” (Out of the Fog, 1941), otro film<br />
negro gigante, con guión <strong>de</strong> Robert Rossen, protagonizado<br />
por John Garfield, Ida Lupino y Thomas Mitchell.<br />
| 85
Max Ophüls<br />
“Carta <strong>de</strong> una Enamorada”<br />
(Letter from an Unknown Woman, Max Ophüls, 1948)<br />
Guión: Stefan Zweig<br />
Dirección: Max Ophüls<br />
Estreno: 13 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1948<br />
Elenco:<br />
Joan Fontaine<br />
Louis Jourdan<br />
Mady Christians<br />
Marcel Journet<br />
Art Smith<br />
Carol Yorke<br />
Howard Freeman<br />
John Good<br />
86 |<br />
Max Ophüls.<br />
“<strong>La</strong> Ronda”<br />
(Le Ron<strong>de</strong>, Max Ophüls, 1951)<br />
Guión: Louis Ducreux y Kurt Feltz<br />
Dirección: Max Ophüls<br />
Estreno: 22 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1951<br />
Elenco:<br />
Anton Walbrook<br />
Simone Signoret<br />
Serge Reggiani<br />
Simone Simon<br />
Daniel Gélin<br />
Danielle Darrieux<br />
Fernand Gravey<br />
O<strong>de</strong>tte Joyeux<br />
Jean-Louis Barrault<br />
Isa Miranda<br />
Gérard Philipe<br />
Max Oppenheimer (su verda<strong>de</strong>ro nombre) nació en Alemania el 6 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong><br />
1902. Filmó en Francia y en Italia, hasta trasladarse a Estados Unidos en 1940.<br />
Extraordinario director <strong>de</strong> melodramas. Allí filmó cinco películas memorables,<br />
entre ellas, “Carta <strong>de</strong> una Enamorada” (1948). Luego regresó a Francia, don<strong>de</strong><br />
filmó cuatro films más, para concluir su obra con “Lola Montes” (1955). Murió
en Hamburgo, el 25 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1957, a los 54 años <strong>de</strong><br />
edad.<br />
“… Me encanta el pasado. Es mucho más tranquilo<br />
que el presente y mucho más seguro que el futuro…”<br />
(Le Ron<strong>de</strong>)<br />
Así como <strong>de</strong>scribimos, histórica y brevemente, la comedia,<br />
ahora le llegó el turno al melodrama. A la sombra<br />
<strong>de</strong> Minnelli, tal vez el emblema <strong><strong>de</strong>l</strong> género, tuvo<br />
Hollywood unos cuantos directores que <strong>de</strong>dicaron su<br />
obra completa, o parte <strong>de</strong> ella, al género melodramático.<br />
George Cukor, William Wyler y los alemanes Max<br />
Ophüls y Douglas Sirk. Agregaremos aquí que, por diversas<br />
razones, el género <strong><strong>de</strong>l</strong> melodrama ha tomado<br />
otra forma en el <strong>cine</strong> contemporáneo. Po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir<br />
que algunos valores y formas se mantienen en algunos<br />
films <strong>de</strong> Coppola, ciertos momentos <strong>de</strong> “Scarface”<br />
(1983) <strong>de</strong> De Palma, “El Turista Acci<strong>de</strong>ntal” (1988) <strong>de</strong><br />
Kasdan, algunos (pocos) momentos <strong>de</strong> otros films <strong>de</strong><br />
los noventa, para concluir, <strong>de</strong> una manera ya dudosamente<br />
melodramática en “Titanic” (1997), el gran film<br />
<strong>de</strong> James Cameron.<br />
Comencemos con el alemán Ophüls. Max Ophüls es<br />
un director fugaz, pero fugaz <strong>de</strong> Hollywood. Filmó<br />
sólo cinco films en Estados Unidos entre 1946 y 1950.<br />
Filmó en Francia, en Alemania y en Italia. Director barroco,<br />
complejo, don<strong>de</strong> el <strong>de</strong>corado, el vestuario, la<br />
actuación son, a la vez, ornamentación y equilibrio,<br />
torbellino y transparencia, <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia y sencillez.<br />
Comenzó en Hollywood con un curioso film llamado<br />
“Ven<strong>de</strong>tta” (1946). Más tar<strong>de</strong> le siguió una complejísima<br />
película llamada “<strong>La</strong> Conquista <strong><strong>de</strong>l</strong> Reino” (The<br />
Exile, 1947). Hasta llegar a su cima <strong>cine</strong>matográfica,<br />
en todo sentido: “Carta <strong>de</strong> una Mujer Enamorada”<br />
(1948). Le siguieron “Caught” (1949), y “Almas Desnudas”<br />
(The Reckess Moment, 1950).<br />
“Carta <strong>de</strong> una Enamorada” narra la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> una mujer<br />
en su pena, con un procedimiento particularmente<br />
complejo. Lisa (Joan Fontaine) manda una carta a Stefan<br />
(Louis Jourdan), un famoso y adinerado músico.<br />
Estamos en 1900 en Viena (típico contexto para este<br />
realizador). En la carta le cuenta su vida <strong>de</strong>struida por<br />
su amor a él, sabiendo que él ni se acordaría <strong>de</strong> ella.<br />
A partir <strong>de</strong> la lectura <strong>de</strong> la carta por parte <strong>de</strong> Stefan,<br />
comienzan los sucesivos flashbacks. Él está a punto<br />
<strong>de</strong> librar un duelo que pue<strong>de</strong> acabar con su vida, y<br />
ella muriendo al escribir la carta. Cuando termina la<br />
lectura, él se entera <strong>de</strong> la reciente muerte <strong>de</strong> ella. Los<br />
flashbacks remiten, por supuesto, al pasado. Digamos,<br />
a la Viena <strong>de</strong> 1880, más o menos, la última época<br />
<strong>de</strong> esplendor <strong><strong>de</strong>l</strong> Imperio Austrohúngaro. Siempre en<br />
Ophüls va a estar presente la recuperación nostálgica<br />
mediante su puesta en escena. <strong>La</strong> rigi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> ciertas<br />
actuaciones, los barrocos <strong>de</strong>corados, los carruajes, la<br />
<strong>de</strong>nsidad <strong><strong>de</strong>l</strong> drama, los <strong>de</strong>sfiles militares, entre otras<br />
cosas, plantean en el film el elemento austrohúngaro<br />
en este director, dado siempre a partir <strong>de</strong> un factor<br />
melancólico. <strong>La</strong> muerte <strong>de</strong> ella es, simbólicamente, la<br />
muerte <strong><strong>de</strong>l</strong> Imperio.<br />
“Caught” (1949) y The Reckess Moment (1950) son las<br />
dos películas más americanas <strong>de</strong> Ophüls en sentido<br />
genérico. El <strong>cine</strong> negro atravesó su obra por aquellos<br />
años, y si bien no logró ser el mismo gran director<br />
<strong>de</strong> otros films (“Libelei” <strong>de</strong> 1933, “Carta <strong>de</strong> una Mujer<br />
Enamorada”, “<strong>La</strong> Ronda”, o “Lola Montes” <strong>de</strong> 1955),<br />
<strong>de</strong> todas maneras pudo <strong>de</strong>splegar sus temas, sus temores,<br />
sus movimientos <strong>de</strong> cámara, sus relaciones<br />
<strong>de</strong>sgastantes, sus finales pesimistas, sus <strong>de</strong>corados<br />
nostálgicos y sus resoluciones trágicas.<br />
“Le Ron<strong>de</strong>” fue su primer film a su vuelta en Europa,<br />
filmado en Francia, en don<strong>de</strong> retomó el hilo barroco<br />
<strong>de</strong> sus films <strong>de</strong> los treinta. Film irónico, <strong>de</strong> una inteligencia,<br />
sensibilidad y refinamiento como pocos. También<br />
transcurre en la Viena <strong><strong>de</strong>l</strong> mil novecientos, pero<br />
con una particularidad: Anton Walbrook es un personaje<br />
por afuera <strong>de</strong> la diégesis que va pautando y presentando<br />
cada una <strong>de</strong> las instancias <strong>de</strong> la película. <strong>La</strong><br />
película va recorriendo, como un espiral más que un<br />
círculo, la vida <strong>de</strong> diferentes parejas – o posibilida<strong>de</strong>s<br />
| 87
<strong>de</strong> tales – en don<strong>de</strong> cada separación alejamiento o cierre, se continúa<br />
con uno <strong>de</strong> los dos personajes en la secuencia siguiente con una nueva<br />
pareja. Así hasta que la <strong>historia</strong> se cierra y vuelve al comienzo. Tal vez el<br />
film más premingeriano <strong>de</strong> todos, sobre todo en cuanto a su grado autoconciente.<br />
Se establece, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo, un permanente diálogo con<br />
el espectador, sin por ello, romper nunca el hechizo <strong>de</strong> las imágenes, la<br />
emotividad <strong>de</strong> la trama, y nuestra i<strong>de</strong>ntificación con los personajes <strong>de</strong> la<br />
<strong>historia</strong>. Tal es así, que en un momento Walbrook <strong>de</strong>tiene la acción, toma<br />
unas tijeras y corta unos fotogramas… ¿Qué otro director podría llegar a<br />
este grado <strong>de</strong> distanciamiento sin romper, en absoluto, la participación<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> público con la pantalla?<br />
Por otro lado, y <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>cirlo, <strong>La</strong> Ronda se vuelve <strong>de</strong> esos films que<br />
se rego<strong>de</strong>an en su estilo. Don<strong>de</strong> falta, entre otras cosas, los condicionamientos<br />
<strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s estudios. Cosa que claramente está presente en<br />
“Carta <strong>de</strong> una enamorada”, película típica <strong><strong>de</strong>l</strong> Hollywood <strong>de</strong> aquel tiempo:<br />
don<strong>de</strong> se establecía claramente la primacía <strong><strong>de</strong>l</strong> autor, pero a la vez se<br />
encuadraba en un concepto, en una industria, en una política, y en un<br />
público receptor.<br />
88 |
Uno Contra Todos<br />
(The Fontainhead, King Vidor, 1949)<br />
Guión: Ayn Rand<br />
Dirección: King Vidor<br />
Estreno: 2 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1949<br />
Elenco:<br />
Gary Cooper<br />
Patricia Neal<br />
Raymond Massey<br />
Kent Smith<br />
Robert Douglas<br />
Henry Hull<br />
Ray Collins<br />
Moroni Olsen<br />
King Vidor nació en Texas el 8 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1894. Fue actor y guionista. Comenzó<br />
su carrera como director en 1913, y concluyó hacia 1980, don<strong>de</strong> realizó<br />
más <strong>de</strong> 60 films. Fue uno <strong>de</strong> los clásicos norteamericanos más reconocidos,<br />
y entre sus obras más salientes se hallan: “<strong>La</strong> Multitud” (1928), “Stella<br />
Dallas” (1937), “Un Romance Americano” (1944), “Duelo al Sol” (1946), “Uno<br />
Contra Todos” (1949), “Más Allá <strong><strong>de</strong>l</strong> Bosque” (1950), “Pasión Bajo la Niebla”<br />
(1952), y “Un Hombre sin Rumbo” (1955). Murió en California el 1 <strong>de</strong> noviembre<br />
<strong>de</strong> 1982, a los 88 años <strong>de</strong> edad.<br />
| 89<br />
Uno Contra Todos.
El <strong>cine</strong> típicamente norteamericano, hizo su puente entre la etapa muda<br />
y la sonora con tres directores que, junto a los gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> aquel tiempo<br />
(Capra, Walsh, Ford, Hawks), se complementaron para <strong>de</strong>sembocar en<br />
lo que hemos <strong>de</strong> llamar período <strong>de</strong> transparencia, o <strong>de</strong> sistematización<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje durante la década <strong><strong>de</strong>l</strong> treinta. Ellos fueron, y en or<strong>de</strong>n jerárquico,<br />
King Vidor, Leo Mc Carey, y el húngaro Michael Curtiz. Vidor es el<br />
director <strong>de</strong> la vitalidad, <strong>de</strong> la fuerza y <strong>de</strong> la aventura. Es, por un lado, un<br />
complemento <strong>de</strong> Hawks, y por otro, un complemento <strong>de</strong> Walsh. El individuo,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su moral, es capaz <strong>de</strong> llevarse el mundo por <strong><strong>de</strong>l</strong>ante. El hombre<br />
como centro y coartada <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, reúne todas las capacida<strong>de</strong>s<br />
para dominar o ser dominado, o para establecer una paz por separado.<br />
<strong>La</strong> tradición <strong><strong>de</strong>l</strong> pionerismo anárquico se refracta en la obra ejemplar <strong>de</strong><br />
Walsh, y los restos <strong>de</strong> heroicidad <strong><strong>de</strong>l</strong> individuo contra todos se encabalga<br />
perfectamente con la obra <strong>de</strong> Hawks. <strong>La</strong> tradición literaria norteamericana<br />
(Poe, Hawthorne, Melville, Twain, etc.) se sostiene <strong>de</strong> manera intuitiva<br />
en la obra este director.<br />
90 |<br />
Si, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo XIX, la dicotomía argentina se entabló a través <strong>de</strong> civilización<br />
y barbarie, la dicotomía norteamericana se <strong>de</strong>splegó, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los<br />
inicios <strong>de</strong> su cultura, como: cultura y pesimismo, o tradición y anarquía.<br />
Es <strong>de</strong>cir, un constante rechazo pero a la vez fascinación por la tradición<br />
occi<strong>de</strong>ntal proveniente <strong>de</strong> Europa. Esto fue, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, una ventaja<br />
imaginaria y estética respecto a la Argentina, <strong>de</strong>bido a que ciertos artistas<br />
norteamericanos, gran parte <strong>de</strong> ellos, se sintieron, temprana y fatalmente,<br />
separados <strong>de</strong> la razón europea. Muchos artistas norteamericanos<br />
(Poe es el emblema, por ser el primero, y uno <strong>de</strong> los mejores) se sintieron,<br />
conscientemente en el <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> su obra, americanos, lejanos y <strong>de</strong>sheredados<br />
<strong>de</strong> Europa. Reconocieron, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo, su carácter <strong>de</strong><br />
otra cosa, <strong>de</strong> otredad. Uno <strong>de</strong> los emblemas fílmicos <strong><strong>de</strong>l</strong> naciente <strong>cine</strong><br />
norteamericano <strong>de</strong> esto es King Vidor. En su <strong>cine</strong>, la dualidad mítica norteamericana<br />
está presente <strong>de</strong> siguiente manera: El hombre solo, individual<br />
que se basta a sí mismo. Pero que ante en temblequeo cíclico <strong>de</strong> la<br />
civilización, aceptará una vital necesidad pesimista <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n. El hombre<br />
contra la partida pero que sabe, autoconcientemente, que pue<strong>de</strong>, <strong>de</strong><br />
darse las circunstancias, pasar a formar parte <strong>de</strong> esa partida, si <strong>de</strong> sostener<br />
ciertos valores civilizatorios <strong>de</strong> la tradición se trata.<br />
De diferentes maneras, esto aparece en tempranos films <strong>de</strong> Vidor como:<br />
“<strong>La</strong> Multitud” (1928), y “Aleluya” (1929). Pero también, y <strong>de</strong> un modo<br />
ejemplar, en obras más maduras, como: “Stella Dallas” (1937), “Un Romance<br />
Americano” (1944), “Duelo al Sol” (1946), “Uno Contra Todos” (The<br />
Fountainhead, 1949), “A Través <strong><strong>de</strong>l</strong> Bosque” (1950).
El arquitecto <strong>de</strong> “Uno Contra Todos” (Gary Cooper) <strong>de</strong>muestra lo que llevamos<br />
dicho, con un agregado: el ahínco permanente a la tradición cultural<br />
<strong>de</strong> la joven norteamérica se centra en su pintura (Edward Hooper),<br />
como así también en su afichismo (Norman Rockwell), don<strong>de</strong> el simple<br />
trabajador se torna una figura heroica <strong>de</strong> un relato <strong>de</strong> Homero. El último<br />
avatar <strong>de</strong> esta figura rockwelliana es, sin dudas, el Jeff Bridges <strong>de</strong> “Tucker”<br />
(1988) <strong>de</strong> Francis F. Coppola.<br />
El alegato final <strong>de</strong> Gary Cooper es un canto al individualismo anarquista<br />
norteamericano. El film fluye, se encamina hacia ese momento final en<br />
el juicio. El profesional (esto nos recuerda a Hawks), a la vez i<strong>de</strong>alista que<br />
se lanza a la aventura con una moral propia e individual (esto ya roza los<br />
umbrales <strong>de</strong> Walsh) gana la partida <strong>de</strong> antemano, ya que está dispuesto<br />
a todo menos retroce<strong>de</strong>r en su pensamiento. Aún perdiendo el juicio,<br />
que al final lo exonera, el arquitecto Roark ya había ganado su pelea por<br />
varios cuerpos.<br />
El hombre huye <strong>de</strong> la sociedad, se embosca. Crea sus propios valores y<br />
sus propios i<strong>de</strong>ales. Se niega a pertenecer a una colectividad hecha <strong>de</strong><br />
intereses y sucieda<strong>de</strong>s. Sabe, más que nadie, que las comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
antaño ya no existen, y que el hombre mo<strong>de</strong>rno está solo por más que<br />
se junte a seguir un par <strong>de</strong> reglas ridículas (la ley laica). No pi<strong>de</strong> ayuda, ni<br />
la necesita, templanza le sobra. Vive su vida, casi afuera <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo. Pero,<br />
contrariamente a lo que algunos suponen, jamás aceptaría una caída en<br />
el estado <strong>de</strong> naturaleza. Él ha creado una serie <strong>de</strong> principios <strong>de</strong> acuerdo a<br />
la última instancia <strong>de</strong> civilización que reconoce. No sería raro, y <strong>de</strong> hecho<br />
pasa en muchos films <strong>de</strong> Vidor, que ante una amenaza <strong>de</strong> regreso a un<br />
estado natural y salvaje, el héroe se pliegue a la sociedad para evitarlo y<br />
evi<strong>de</strong>nciar así su conservadurismo y pesimismo respecto al mundo. Esto<br />
se pue<strong>de</strong> ver en otra gran obra <strong><strong>de</strong>l</strong> autor, el western “Hombres sin Rumbo”<br />
(1955).<br />
| 91
RAOUL WALSH<br />
“… Si a los héroes <strong>de</strong> John Ford los sostiene la tradición, y a los <strong>de</strong> Howard<br />
Hawks el profesionalismo, a los héroes <strong>de</strong> Walsh los sostiene sólo el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong><br />
aventura. El héroe fordiano sabe por qué hace algo aunque no sepa cómo<br />
hacerlo, el hawksiano sabe cómo hacer lo que hace aunque no sepa por qué<br />
lo hace, el <strong>de</strong> Walsh no se interesa ni por el por qué, ni por el cómo, sólo le<br />
importa el qué… siempre estará lanzándose a lo <strong>de</strong>sconocido sin saber a<br />
ciencia cierta que hallará en su busca…”.<br />
Andrew Sarris - “El Cine Norteamericano”<br />
92 |<br />
Raoul Walsh.<br />
Raoul Walsh nació en Nueva York el 11 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1887, <strong>de</strong> padre irlandés<br />
y madre española. Comenzó, al igual que Griffith, como actor <strong>de</strong> teatro,<br />
luego como actor <strong>de</strong> <strong>cine</strong> hasta que comenzó a escribir y dirigir. Su primera<br />
película (un cortometraje titulado: “Life of Villa”) y la segunda (un mediometraje<br />
titulado “The Pseudo Prodigal”) datan <strong>de</strong> 1912, los viejos tiempos<br />
<strong>de</strong> Griffith. Des<strong>de</strong> esa fecha hasta 1964, filmó más <strong>de</strong> 130 films. Inolvidables<br />
piezas como: “El <strong>La</strong>drón <strong>de</strong> Bagdad” (1924), “El Precio <strong>de</strong> la Gloria” (1926),<br />
“Héroes Olvidados” (1939), “Alta Sierra” (1941), “Manpower” (1941), “Río <strong>de</strong><br />
Plata” (1948), “Territorio <strong>de</strong> Colorado” (1949), “Alma Negra” (1949), “Camino<br />
<strong>de</strong> la Horca” (1951), “El Mundo en sus Brazos” (1952), y “Negocios <strong><strong>de</strong>l</strong> Corazón”<br />
(1959). Cuando, a partir <strong>de</strong> los años sesenta, perdió el apoyo <strong>de</strong> los<br />
estudios, abandonó la actividad <strong>de</strong> director. Murió en Hollywood el 31 <strong>de</strong><br />
diciembre <strong>de</strong> 1980, años 93 años <strong>de</strong> edad.<br />
Una <strong>de</strong> las características centrales <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano es cierta postura<br />
anti intelectual, o anti cultural. Dicha postura fue heredada <strong>de</strong> cierta<br />
literatura dixie que ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo XIX venía sosteniendo esos valores.<br />
Si la cultura <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad propuso, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus comienzos, un estado<br />
<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong>iberación permanente y una atomización <strong>de</strong> lo tradicional, a la vez<br />
que etiquetó, selló, interpretó y guardó el arte <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado, el <strong>cine</strong> reaccionó<br />
contra dicha cultura, especialmente el <strong>cine</strong> norteamericano, y más<br />
aún <strong>de</strong>terminados directores. El <strong>cine</strong> llegó para poner una cuña <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />
la mentalidad <strong><strong>de</strong>l</strong> progreso in<strong>de</strong>finido, y uno <strong>de</strong> sus primeros logros fue<br />
plantarse y <strong>de</strong>cidir. Sacar ese arte enclaustrado en los museos europeos y<br />
hacerles tomar un poco <strong>de</strong> aire, sacudirlos, espolvorearlos, y juzgalos.<br />
Dentro <strong>de</strong> lo que llevamos dicho respecto a los géneros, lo épico en<br />
general, y el film <strong>de</strong> aventuras particularmente, ha logrado, a través <strong>de</strong><br />
unos cuantos autores, poner en evi<strong>de</strong>ncia al discurso único <strong>de</strong> la positiva<br />
mentalidad liberal, y oponerse e imponerse a través <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe como signo<br />
<strong>de</strong> individualidad. El hombre, sólo, único, en pos <strong>de</strong> un objetivo que
se le hace cuesta arriba, y al que tratará <strong>de</strong> arribar sin<br />
que nadie lo ayu<strong>de</strong>. Dentro <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> epicidad,<br />
aquella que Angel Faretta <strong>de</strong>scribe como “línea épico<br />
irónica <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano”, Raoul Walsh se nos<br />
aparece como el director más claro <strong>de</strong> esta vertiente.<br />
Como escribe Andrew Sarris en la cita <strong>de</strong> apertura<br />
al capítulo, lo que interesa es la aventura, clave en la<br />
obra <strong>de</strong> Walsh, que se aleja <strong>de</strong> todo sentimiento romántico<br />
o nostálgico, como así también <strong>de</strong> cualquier<br />
tipo <strong>de</strong> pionerismo. El hombre que empren<strong>de</strong> la<br />
aventura sabe que forma parte <strong>de</strong> una civilización en<br />
<strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia, por lo tanto <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> ponerse al margen, e<br />
intenta establecer una paz por separado con el mundo<br />
que no lo ve ni lo oye. Pero cuando ese mundo<br />
logra recomponerse, aunque sea en parte, momentáneamente,<br />
el héroe <strong>de</strong> Walsh reconoce esa nueva<br />
instancia <strong>de</strong> la civilización, al punto <strong>de</strong> sacrificarse<br />
por ella. Ejemplos <strong>de</strong> esto: “Héroes Olvidados” (1939)<br />
y “Sierra Alta” (1941), entre otras. El anarquismo <strong>de</strong> los<br />
personajes <strong>de</strong> este director se rebela cuando el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n<br />
manda. Cuando un nuevo or<strong>de</strong>n superior se<br />
impone, se abre paso para acoplarse a él, al menos<br />
por un tiempo.<br />
Pocos directores han logrado <strong>de</strong>snudar los límites <strong>de</strong><br />
la sociedad contemporánea como lo ha hecho Raoul<br />
Walsh. Tanto en sus films exóticos (la temprana “El <strong>La</strong>drón<br />
<strong>de</strong> Bagdad” <strong>de</strong> 1924, “El Capitán Horacio Hornblower”<br />
<strong>de</strong> 1951, y “El Mundo en sus Brazos” <strong>de</strong> 1953),<br />
como en los policiales (“Alma Negra” <strong>de</strong> 1949, y “Sin<br />
Conciencia” <strong>de</strong> 1951), como así también en los western<br />
(“Territorio <strong>de</strong> Colorado” <strong>de</strong> 1949 y “Gun Fury” <strong>de</strong><br />
1953) el héroe walshiano se halla siempre en medio<br />
<strong>de</strong> dos posibilida<strong>de</strong>s. Dos mujeres, dos caminos, dos<br />
pasados, dos barcos o dos mares. Él elije la aventura,<br />
la aventura <strong>de</strong> vivir. Llevado <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> la <strong>historia</strong>,<br />
que como un torrente pre<strong>de</strong>stina muchas veces a sus<br />
héroes, a veces los aplasta, los personajes se mueven<br />
con una eticidad individual, propia, que constantemente<br />
choca con la moral establecida <strong><strong>de</strong>l</strong> lugar al que<br />
ha arribado. Pero el sentido común nos dice que ese<br />
hombre al margen, que ese aventurero tiene los valores<br />
mucho más en<strong>de</strong>rezados que los <strong>de</strong> la sociedad<br />
que no lo acepta. El romanticismo como escape <strong>de</strong><br />
la sociedad occi<strong>de</strong>ntal <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo veinte, el puritanismo<br />
culpable, los valores <strong>de</strong> normalidad – anormalidad,<br />
el mercantilismo abusivo, el conformismo, y tantos<br />
otros temas dominantes <strong>de</strong> nuestras vidas, son tratados<br />
por Walsh con una sencillez, una responsabilidad<br />
y un buen gusto pocas veces visto.<br />
<strong>La</strong> mirada <strong><strong>de</strong>l</strong> director en estos films es por <strong>de</strong>más interesante<br />
<strong>de</strong> tratar. Porque no faltan cobar<strong>de</strong>s, inmorales,<br />
o ultra materialistas en sus films, más bien todo<br />
lo contrario. Pero el juicio dado a través <strong>de</strong> la cámara,<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> tempo, <strong>de</strong> la acción y, sobre todo, <strong><strong>de</strong>l</strong> fuera <strong>de</strong><br />
campo, establece un punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> justicia, <strong>de</strong> valor,<br />
<strong>de</strong> amor, <strong>de</strong> inteligencia, <strong>de</strong> vida. Porque la vida es<br />
una aventura para nuestro Walsh. Vivir es <strong>de</strong>cidir continuamente.<br />
Pue<strong>de</strong> salir mal o salir bien, pue<strong>de</strong> haber<br />
motivos buenos o malos para hacerlo, pero hay que<br />
hacerlo… Raoul Walsh sabe, más que nadie, que lo<br />
que no hace uno, otro lo hará, y lo que uno no <strong>de</strong>cida<br />
por sí mismo, otro lo <strong>de</strong>cidirá por uno.<br />
Dentro <strong>de</strong> la aventura, es justo reconocer en sus<br />
films, el grado emocional que se transmite. Una carrera,<br />
una pelea, una trampa o un sabotaje, y hasta<br />
un golpe <strong>de</strong> puños, en una película <strong>de</strong> Walsh es un<br />
momento único. Poseen un grado <strong>de</strong> belleza visual,<br />
<strong>de</strong> entretenimiento, <strong>de</strong> atención, a la vez que, por supuesto,<br />
un inagotable contenido simbólico y una moral<br />
sólida que nos hace reflexionar a cada momento.<br />
Porque nuestro director es <strong>de</strong> esos que nos lleva <strong>de</strong><br />
las narices a preguntarnos sobre las cuestiones más<br />
profundas <strong>de</strong> nuestra vida como individuos.<br />
Otro <strong>de</strong> los temas que nos surgen a partir <strong>de</strong> la extensa<br />
obra <strong>de</strong> este director es la cuestión <strong>de</strong> los finales.<br />
Torpemente, la leyenda negra anti hollywood, ha prodigado<br />
una infinidad <strong>de</strong> opiniones confusas respecto<br />
a los finales en el <strong>cine</strong> clásico norteamericano. El<br />
famoso tema <strong><strong>de</strong>l</strong> final feliz. Escribe Angel Faretta, al<br />
respecto: “… Esta insuficiencia para el nuevo estado<br />
| 93
<strong>de</strong> eticidad es lo que informa aquello que llamamos<br />
falso final feliz o final feliz problemático. Problemático<br />
dado que la resolución <strong>de</strong> la fábula que se cuenta<br />
los lleva a un nuevo estadio <strong>de</strong> incompletud y esa<br />
insuficiencia vuelve problemática, es <strong>de</strong>cir limitada e<br />
irresuelta, su conquista <strong>de</strong> una aparentemente más<br />
completa y compleja eticidad…”<br />
94 |<br />
El final, en gran parte <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano clásico,<br />
no es feliz, o caprichoso, o escapista, sino todo<br />
lo contrario. El final es abierto, en el sentido <strong>de</strong> que<br />
da la posibilidad <strong>de</strong> un “¿cómo sigue?” En las gran<strong>de</strong>s<br />
obras <strong>de</strong> Hollywood hay finales felices problemáticos,<br />
en todo caso. Pensemos en “El Ciudadano” (Orson Welles,<br />
1941), “<strong>La</strong>ura” (Otto Preminger, 1944), “<strong>La</strong> Malvada”<br />
(Joseph L. Mankiewicz, 1950), o “Vértigo” (Alfred<br />
Hitchcock, 1958). Dramáticamente, diegéticamente,<br />
la trama concluye y el conflicto, digamos, se soluciona,<br />
o se cierra. Por supuesto, eso es el <strong>cine</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Griffith.<br />
Pero siempre hay algo que quedará atragantado:<br />
el estado <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo en que vivimos, el futuro <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
personaje, el amor inconcluso, etc. Pero no <strong>de</strong>bemos<br />
confundir la belleza <strong><strong>de</strong>l</strong> recorrido con la felicidad <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
final. En todo caso, siempre es distinta nuestra percepción<br />
respecto a la <strong>de</strong> los personajes <strong>de</strong> la película.<br />
En todo buen film, somos llevados, placenteramente,<br />
durante la marcha <strong>de</strong> los acontecimientos, <strong>de</strong> manera<br />
que vivamos la trama, y nos i<strong>de</strong>ntifiquemos con ella.<br />
Pero, aunque el final, a veces, nos agra<strong>de</strong>, como el recorrido<br />
que nos llevó hasta allí, no quiere <strong>de</strong>cir que<br />
eso sea por lo sonso o escapista <strong>de</strong> la postura final <strong>de</strong><br />
la obra, sino más bien es exactamente al revés. ¿Humprey<br />
Bogart tiene un final feliz en “<strong>La</strong> Pasión Manda”<br />
(1940)? ¿“Objetivo Birmania” (1945) o “Banda <strong>de</strong><br />
Ángeles” (1958) tienen finales felices? ¿“Sierra Alta”?<br />
Siempre hay algo incompleto en el final <strong>de</strong> esos personajes,<br />
a veces la soledad, a veces la muerte. Aún en<br />
films como “El Mundo en sus Brazos” (1953), don<strong>de</strong><br />
Gregory Peck concluye conduciendo su barco (“El<br />
Peregrino”) junto a su amada, la sensación final que<br />
nos <strong>de</strong>ja Walsh es <strong>de</strong> una incertidumbre muy gran<strong>de</strong>,<br />
ya que su grupo lo necesita y sigue haciendo planes<br />
Uno Contra Todos.
para él, y ellos viajan a la <strong>de</strong>riva, en medio <strong>de</strong> un mar turbulento, y nada<br />
pue<strong>de</strong> asegurar que el chico y la chica terminarán casados en una cálida<br />
casa burguesa viviendo felices (por otro lado: ¿eso sería un final feliz?). <strong>La</strong><br />
naturaleza <strong><strong>de</strong>l</strong> marino no lo permitiría como probablemente los hábitos<br />
<strong>de</strong> su con<strong>de</strong>sa. Quizá en este film, como en otros, la trama concluye en<br />
un momento más feliz que en otra película, pero es sólo eso. Si partimos<br />
<strong>de</strong> la teoría <strong><strong>de</strong>l</strong> fuera <strong>de</strong> campo, don<strong>de</strong> mediante el presente el <strong>cine</strong> nos<br />
cuenta el pasado, el futuro y el mientras tanto, entonces, más allá <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
carácter transitorio que pueda tener un final, siempre se nos está diciendo<br />
algo más. Y ese algo más en el <strong>cine</strong> norteamericano es siempre una<br />
puesta a punto, un juicio, y una <strong>de</strong>cisión con carácter universal que intenta<br />
llevarse por <strong><strong>de</strong>l</strong>ante, trágicamente, míticamente, al sistema liberal<br />
<strong>de</strong> vida y a su empecinada cultura in<strong>de</strong>cisionista y horizontal.<br />
Si la película nos propone algo más allá <strong>de</strong> lo que estamos viendo, es<br />
posible que no existan los finales felices. Excepto, por supuesto, el <strong>cine</strong><br />
étnico o experimental don<strong>de</strong> la mirada es ninguna, el objetivo es ninguno,<br />
y quién sabe a dón<strong>de</strong> nos quieren llevar. Porque cuando no se<br />
piensa <strong>de</strong> manera arquetípica, simbólica, es probable que nos topemos<br />
con semi verda<strong>de</strong>s, o imitaciones falsas e imposibles que parezcan más<br />
placenteras que el duro mundo en el que nos tocó vivir. Aquel en el que<br />
vivió y filmó este autor gigante llamado Raoul Walsh.<br />
| 95
<strong>La</strong> Malvada<br />
(All About Eve, Joseph L. Mankiewicz, 1950)<br />
Guión y Dirección: Joseph Leo Mankiewicz<br />
Estreno: 15 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1950<br />
Elenco:<br />
Bette Davis<br />
Anne Baxter<br />
George San<strong>de</strong>rs<br />
Celeste Holm<br />
Gary Merrill<br />
Hugh Marlowe<br />
Gregory Ratoff<br />
Barbara Bates<br />
Marilyn Monroe<br />
Thelma Ritter<br />
Walter Hamp<strong>de</strong>n<br />
Randy Stuart<br />
96 |<br />
Mankiewicz nació en Pennsilvania (Estados Unidos) el 11 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong><br />
1909. Productor, guionista y director, se <strong>de</strong>dicó al <strong>cine</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> comienzos <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
sonoro. Hombre culto y refinado, nos ha dado los mejores diálogos jamás<br />
escritos en el <strong>cine</strong>. Como director, comenzó en 1946 con “El Castillo <strong>de</strong> Dragonwyck”.<br />
Durante varias décadas nos <strong><strong>de</strong>l</strong>eitó con sus melodramas, sus enredos,<br />
sus aventuras, sus comedias, y hasta un western al final <strong>de</strong> su carrera<br />
(“El Día <strong>de</strong> los Tramposos”, 1970). Entre sus cimas, se encuentran: “Carta a<br />
Tres Esposas” (1948), “<strong>La</strong> Malvada” (1950), “Cinco Dedos” (1952), “<strong>La</strong> Con<strong>de</strong>sa<br />
Descalza” (1954), y “<strong>La</strong> Huella” (1972). Murió el 5 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1993 en<br />
Nueva York, a los 94 años <strong>de</strong> edad.<br />
Joseph L. Mankiewicz es uno <strong>de</strong> los directores más personales y <strong>de</strong>cantados<br />
que dio Hollywood. No sólo por una obra prodigiosa, sino por haber<br />
dado dos o tres obras maestras que coinci<strong>de</strong>n con las mejores películas<br />
jamás filmadas. Una <strong>de</strong> ellas es “<strong>La</strong> Malvada” (All About Eve, 1950), sin<br />
dudas, una <strong>de</strong> las cuatro o cinco mejores películas <strong>de</strong> todos los tiempos.<br />
Guionista, productor y director <strong>de</strong> una fineza, sofisticación, elegancia,<br />
precisión, madurez, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus primeros pasos, allá por los cuarenta,<br />
<strong>de</strong>slumbró al mundo <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> con películas fascinantes. Des<strong>de</strong> “El Castillo<br />
<strong>de</strong> Dragonwyck” (Dragonwyck, 1946), su primer film como director,<br />
hasta su última obra: “<strong>La</strong> Huella” (Sleuth, 1972), fue siempre un director<br />
cuidado y cuidadoso, contun<strong>de</strong>nte y cínico, <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte y pesimista, acor<strong>de</strong><br />
con su origen austrohúngaro.
Como su contemporáneo Preminger, Mankiewicz<br />
también llevaba ese origen judío y austrohúngaro a<br />
pesar <strong>de</strong> haber nacido en Estados Unidos. Ambos agnósticos,<br />
ambos pesimistas, ambos <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ntes; pero<br />
con una diferencia fundamental: el cinismo. Joseph<br />
Mankiewicz fue, ante todo, un director cínico. Si en<br />
Preminger observamos la mirada tranquila <strong>de</strong> la <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia,<br />
en Mankiewicz ese estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia<br />
es llevado hasta las últimas consecuencias sin miramientos,<br />
plenamente <strong>de</strong>scontento con la hipocresía<br />
mo<strong>de</strong>rna, y con las formas sociales actuales. <strong>La</strong> burla<br />
hacia ciertos comportamientos y modales, a través <strong>de</strong><br />
diálogos sencillamente geniales, ha caracterizado su<br />
obra <strong>de</strong> principio a fin. Y a partir <strong>de</strong> dicha actitud fue<br />
uno <strong>de</strong> los directores más críticos y contun<strong>de</strong>ntes a la<br />
hora <strong>de</strong> ajustar las cuentas con el arte anterior al <strong>cine</strong>.<br />
Uno <strong>de</strong> los blancos <strong>de</strong> este autor fue el teatro, don<strong>de</strong><br />
todo queda reducido a personajes torpes, aunque<br />
sofisticados algunos <strong>de</strong> ellos, que se mueven como<br />
marionetas.<br />
Dentro <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> este encumbrado director, po<strong>de</strong>mos<br />
marcar dos vertientes que se fueron manifestando<br />
a lo largo <strong>de</strong> su filmografía, con algunos films que han<br />
actuado como cruce o puente entre las dos líneas. <strong>La</strong><br />
primera <strong>de</strong> ellas es la que postula la cuestión <strong><strong>de</strong>l</strong> doble<br />
como <strong>de</strong>gradación, y los fantasmas <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo y los personajes<br />
que vierten la i<strong>de</strong>a única y pesimista <strong>de</strong> simulacro.<br />
El mundo todo no es más que un triste simulacro<br />
don<strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> personajillos dan vueltas sin rumbo<br />
ni <strong>de</strong>stino. Emblemas <strong>de</strong> esta vertiente son: “Carta a<br />
Tres Esposas” (1949), “Cinco Dedos” (1952), “<strong>La</strong> Con<strong>de</strong>sa<br />
Descalza” (The Barefoot Contessa, 1954), “De Repente,<br />
el Último Verano” (Sud<strong>de</strong>nly, <strong>La</strong>st Summer, 1959), y “<strong>La</strong><br />
Huella” (1972). <strong>La</strong> segunda línea es aquella emblematizada<br />
por la figura <strong><strong>de</strong>l</strong> emboscado cultural y su operar<br />
cínico y <strong>de</strong>spiadado <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un mundo que parece<br />
no ir más allá <strong>de</strong> su fría esfera privada. Películas como “El<br />
Castillo <strong>de</strong> Dragonwyck” (1946), “People Will Talk” (1951),<br />
“El Americano Impasible” (The Quiet American, 1957),<br />
“El Jarrón <strong>de</strong> Miel” (The Honey Pot, 1967), y El Día <strong>de</strong> los<br />
Tramposos” (There Was a Crooked Man, 1970). El punto<br />
<strong>de</strong> intersección entre ambas vertientes o formas es,<br />
ejemplarmente, “<strong>La</strong> Malvada” (1950), con lo que pue<strong>de</strong><br />
tomarse como antece<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la misma: “El Fantasma y<br />
Mrs. Muir” (The Ghost and Mrs. Muir, 1947).<br />
<strong>La</strong> segunda vertiente simbólica <strong>de</strong> Mankiewicz tiene<br />
que ver con la figura emergente <strong><strong>de</strong>l</strong> emboscado cultural,<br />
y su frío y calculador operar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su círculo. Nos<br />
ayudaremos a compren<strong>de</strong>r dicha figura <strong><strong>de</strong>l</strong> emboscado<br />
con una cita <strong>de</strong> Faretta: “… (A diferencia <strong><strong>de</strong>l</strong> Snob clásico),<br />
el emboscado no habita en un cuerpo ajeno, sino<br />
que se auto constituye como un organismo autónomo<br />
que cumple, a<strong>de</strong>más, la función rigurosa <strong>de</strong> un particular<br />
y paradójico microcosmos. Para tal operar necesita<br />
imprescindiblemente habitar en una esfera privada que<br />
garantice y legitime tal proce<strong>de</strong>r, so pena <strong>de</strong> recaer en<br />
un parasitismo para el cual no se encuentra ya capacitado.<br />
Pue<strong>de</strong> agregarse que el emboscado cultural es<br />
el último avatar <strong><strong>de</strong>l</strong> único y singular pero atravesado<br />
por características o matices <strong>de</strong> una sutil y radical diferencia.<br />
Si el único y singular es la manifestación más<br />
extrema <strong>de</strong> la tecnificación <strong>de</strong> la diferencia, el emboscado<br />
posee todavía cierto autocontrol partisano en su<br />
proce<strong>de</strong>r. Este autocontrol se divi<strong>de</strong> en: 1) un componente<br />
o elemento didáctico, sea como pigmalionismo,<br />
sea como tutelaje <strong>de</strong> un <strong>de</strong>terminado saber o parcela<br />
<strong>de</strong> saber; y 2) un elemento o componente <strong>de</strong> «tirano<br />
doméstico» o «emponsoñador <strong>de</strong> la vida cotidiana». Así<br />
las cosas, el emboscado se resuelva en el primer vector<br />
o en el segundo, necesita inexorablemente una esfera<br />
privada para su manifestación operativa o, si se quiere,<br />
militante. (…) Sólo el <strong>cine</strong> pudo capturar y enlazar <strong>de</strong>ntro<br />
<strong>de</strong> su universo diegético al emboscado. Y sólo podía<br />
hacerlo en la medida en que el <strong>cine</strong> fue la única forma<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> pensar y poetizar contemporáneo que manifestó<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus comienzos una voluntad <strong>de</strong> pertenencia a lo<br />
inmediato. Tal pertenencia a lo inmediato pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finirse<br />
como un po<strong>de</strong>r tomar y llevar a la representación<br />
lo lateral <strong>de</strong> lo manifiesto. Tal lateralidad el <strong>cine</strong> pudo<br />
capturarla, aún en su creciente evanescencia, <strong>de</strong>bido a<br />
una proteica capacidad <strong>de</strong> asimilación <strong>de</strong> virtualida<strong>de</strong>s.<br />
Tales virtualida<strong>de</strong>s el <strong>cine</strong> las tomó in status nasciendi,<br />
| 97
a su ritmo y <strong>de</strong> acuerdo con sus intereses, en un mundo<br />
que sólo ve a través <strong>de</strong> sus propios cristales…”<br />
Joseph Leo Mankiewicz.<br />
“<strong>La</strong> Malvada” fue filmada y estrenada en 1950, con<br />
producción <strong>de</strong> la Fox, con guión original y dirección <strong>de</strong><br />
Joseph Mankiewicz. Escribimos más arriba, que esta película<br />
actúa como perfecto puente entre las dos líneas<br />
o vertientes temáticas <strong>de</strong> este autor. Al igual que en el<br />
final <strong>de</strong> “El Ciudadano” (1941), y la aparición <strong>de</strong> la autoconciencia,<br />
en el final <strong>de</strong> “<strong>La</strong> Malvada”, Mankiewicz nos<br />
plantea, sólo a nosotros espectadores, el entramado <strong>de</strong><br />
dobles hasta el infinito, a partir <strong>de</strong> las intenciones <strong>de</strong> la<br />
recién llegada Phoebe (Barbara Bates) sobre Eva (Anne<br />
Baxter), y con una reproducción en espejos que nunca<br />
acaban. El fuego que quemaba aquel trineo con la palabra<br />
‘Rosebud’, se ha convertido en cálculo frío y <strong>de</strong>spiadado<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> éxito teatral. Aquella figura <strong><strong>de</strong>l</strong> fuego que<br />
quema, es ahora frío glaciar, que también quema.<br />
98 |<br />
en el momento, o casi, en que tales virtualida<strong>de</strong>s se manifestaban<br />
–borrosa o tentativamente- en el universo <strong>de</strong><br />
las formas. De allí también que tales figuras parecieron<br />
en un algún momento –y tal vez esta situación continúe<br />
hasta hoy- como puras invenciones <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, casi como<br />
«sub-géneros». Dos ejemplos: el adolescente como categoría<br />
simbólica (en «Rebel<strong>de</strong> sin Causa» <strong>de</strong> Nicholas<br />
Ray) y el emboscado cultural (con «LAURA» <strong>de</strong> Preminger<br />
y poco <strong>de</strong>spués con «ALL ABOUT EVE» <strong>de</strong> Mankiewicz).<br />
Si el adolescente se ha tornado un tópico, un lugar<br />
común, no ha sucedido ni remotamente lo mismo con<br />
el emboscado... (…) Así las cosas, la figura <strong><strong>de</strong>l</strong> emboscado<br />
pue<strong>de</strong> verse, luego <strong>de</strong> “<strong>La</strong> Malvada”, <strong>de</strong> tres formas<br />
reconocibles: 1- como forma política e histórica contemporánea<br />
(“El Americano Impasible”); 2- como arte <strong>de</strong> un<br />
pasado ya irrecuperable (“El Jarrón <strong>de</strong> Miel”); 3- como<br />
forma mítica a través <strong><strong>de</strong>l</strong> recurso <strong><strong>de</strong>l</strong> western (la única<br />
vez que Mankiewicz trabaja en este género) <strong>de</strong>smenuzando<br />
y juzgando los comportamientos, modales y tics<br />
<strong>de</strong> la cultura sesentista (“El Día <strong>de</strong> los Tramposos”). En<br />
los tres recorridos pue<strong>de</strong> rastrearse al emboscado que,<br />
como figura emblemática, va haciendo y <strong>de</strong>shaciendo<br />
Nada existe realmente fuera <strong>de</strong> lo que yo pienso, creo<br />
y recreo” parece ser el apotema <strong><strong>de</strong>l</strong> emboscado en su<br />
mónada privada. Addison De Witt (George San<strong>de</strong>rs)<br />
establece, casi <strong>de</strong> manera <strong>de</strong>finitiva, tal figura, con<br />
el antece<strong>de</strong>nte único y reciente <strong>de</strong> Waldo Ly<strong>de</strong>cker<br />
(Crifton Webb) en “<strong>La</strong>ura” (1944), <strong>de</strong> Preminger. Ambos<br />
son creadores <strong>de</strong> formas autónomas. Creaciones<br />
únicas y privadas, al margen <strong>de</strong> un mundo en caída<br />
libre. <strong>La</strong> diferencia central entre estos dos personajes<br />
es que Addison logra poseer a su creación (Eve). Tal es<br />
así que parecen haber sido creados el uno para el otro.<br />
A través <strong>de</strong> esta figura, Mankiewicz logra plasmar su<br />
i<strong>de</strong>a precisa y <strong>de</strong>cantada acerca <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo en el que<br />
vivimos, traducido en este film, como mundo <strong><strong>de</strong>l</strong> teatro<br />
o, digamos, <strong>de</strong> la cultura. Si bien el personaje <strong>de</strong><br />
Addison es un logro único <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lo que venimos<br />
pautando, la mayor diferencia entre el film <strong>de</strong> Preminger<br />
y éste, es la mujer. <strong>La</strong>ura es un esbozo, un material<br />
a trabajar, a pulir, a <strong>de</strong>sarrollarse. Eve Harrington es “la<br />
recopiladora <strong>de</strong> semi – esencias, <strong>de</strong> matices, <strong>de</strong> restos<br />
y fragmentos <strong><strong>de</strong>l</strong> eterno femenino. Es tantas mujeres<br />
que no es nadie… Es todo y es nada. Es la autonomía<br />
<strong>de</strong> lo femenino llevada al límite, al paroxismo. Es la
autarquía femenina soñada por un esteta <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte.<br />
Es el último avatar <strong>de</strong> lo femenino según el canon<br />
austro-húngaro.” (Faretta).<br />
El cinismo <strong>de</strong> Mankiewicz lleva la cuestión <strong><strong>de</strong>l</strong> doble,<br />
y <strong><strong>de</strong>l</strong> simulacro aún más allá. Porque esta película se<br />
cuela en el interior <strong><strong>de</strong>l</strong> emboscado, inva<strong>de</strong> su casa, su<br />
privacidad, su operar, su proce<strong>de</strong>r. Mencionábamos en<br />
el capítulo anterior sobre la canibalización <strong><strong>de</strong>l</strong> teatro o<br />
lo teatral en Preminger. Aquí (“<strong>La</strong> Malvada”) ya es ajuste<br />
<strong>de</strong> cuentas y juicio <strong><strong>de</strong>l</strong>iberado, realizado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un<br />
pesimismo y un conservadorismo puesto al límite.<br />
El teatro sirve a Mankiewicz para llevar al límite <strong>de</strong> su<br />
genialidad los diálogos <strong><strong>de</strong>l</strong> film. Ya que la palabra es el<br />
arma mortal <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo <strong>de</strong> este autor. El que<br />
se sabe <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r mediante la palabra obtendrá el lugar<br />
que anhela en un mundo en el que todo es pura<br />
teatralidad.<br />
<strong>La</strong> Malvada.<br />
Nadie es libre realmente en los films <strong>de</strong> este autor. Todos<br />
requieren <strong>de</strong> una adaptación contextual, <strong>de</strong> una<br />
verborragia indispensable para po<strong>de</strong>r sobrevivir. El<br />
mundo es un simulacro en el cual no se pue<strong>de</strong> más<br />
que sobrevivir, y nadie <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> él pue<strong>de</strong> gozar realmente<br />
<strong>de</strong> libertad; no hay libre albedrío en absoluto.<br />
Todas son máscaras, actores, títeres, ya que el mundo<br />
es pura representación.<br />
| 99<br />
Por último, <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>cir que este tema <strong><strong>de</strong>l</strong> doble,<br />
las copias y el simulacro, que tiene su raíz en “<strong>La</strong>ura”,<br />
y se continúa en “<strong>La</strong> Malvada”, ha continuado su línea<br />
<strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano, fundamentalmente<br />
en “Vértigo”, para luego ser explotado, en el momento<br />
total <strong>de</strong> la autoconciencia (1972 en a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante), por<br />
autores como Francis F. Coppola (“<strong>La</strong> Conversación”<br />
<strong>de</strong> 1974), Brian De Palma (“El Sonido <strong>de</strong> la Muerte” <strong>de</strong><br />
1981, y “Doble <strong>de</strong> Cuerpo” <strong>de</strong> 1984), y algunos films<br />
recientes <strong>de</strong> David Mamet.
Un Americano en París.<br />
100 |<br />
Vincente Minnelli, el musical<br />
“Un Americano en París”<br />
(An American in Paris, Vincente Minnelli, 1951)<br />
Guión: Alan Jay Lerner<br />
Dirección: Vincente Minnelli<br />
Estreno: 11 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1951<br />
Elenco:<br />
Gene Kelly<br />
Leslie Caron<br />
Oscar Levant<br />
Georges Guétary<br />
Nina Foch<br />
The American in Paris Balle<br />
“Brindis <strong>de</strong> Amor” (The Band Wagon, Vincente Minnelli, 1953)<br />
Guión: Betty Com<strong>de</strong>n y Adolph Green<br />
Dirección: Vincente Minnelli<br />
Estreno: 7 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1953<br />
Elenco:<br />
Fred Astaire<br />
Cyd Charisse<br />
Oscar Levant<br />
Nanette Fabray<br />
Jack Buchanan<br />
James Mitchell
“Gigi”<br />
(Vincente Minnelli, 1958)<br />
Guión: Alan Jay Lerner<br />
Dirección: Vincente Minnelli<br />
Estreno: 11 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1958<br />
Elenco:<br />
Leslie Caron<br />
Maurice Chevalier<br />
Louis Jourdan<br />
Hermione Gingold<br />
Eva Gabor<br />
Jacques Bergerac<br />
Isabel Jeans<br />
John Abbott<br />
Vincente Minnelli.<br />
Vincente Minnelli nació en Chicago, el 28 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1913. Filmó más <strong>de</strong><br />
cuarenta películas entre 1942 y 1976. <strong>La</strong> comedia musical y el melodrama<br />
fueron los géneros más usados y pulidos por Minnelli. Films inolvidables<br />
como “Brindis <strong>de</strong> Amor” (1953), “Gigí” (1958), “Dios Sabe Cuánto Amé”<br />
(1959), “Los Cuatro Jinetes <strong><strong>de</strong>l</strong> Apocalipsis” (1962), y “Castillos en la Arena”<br />
(1965). Es un director central en la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> este arte. Murió en Hollywood<br />
el 25 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1986, a los 73 años <strong>de</strong> edad.<br />
| 101<br />
Entre los nombres fundamentales <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, y en especial<br />
<strong>de</strong> la edad <strong>de</strong> oro <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s estudios <strong>de</strong> Hollywood, el <strong>de</strong> Vincente<br />
Minnelli ocupa un lugar <strong>de</strong>stacado, central. Maestro <strong>de</strong> la comedia musical<br />
más arriesgada y brillante, <strong><strong>de</strong>l</strong> melodrama más intenso y apasionado,<br />
y <strong>de</strong> la comedia más sofisticada y elegante. Experto en <strong>de</strong>corados,<br />
colores y ambientaciones, don<strong>de</strong> ciertos tonos dramáticos se conjugan<br />
<strong>de</strong> manera magistral con los tonos visuales, plásticos, y éstos, a partir <strong>de</strong><br />
coreografías perfectas, nos ligan a sus temas, sus símbolos, su visión <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
mundo. Muchos creemos que si, por algún motivo, no hubiera existido la<br />
obra <strong>de</strong> Vincente Minnelli, el <strong>cine</strong> no tendría <strong>de</strong>masiado sentido.<br />
Para comenzar a acercarnos a un análisis <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> este autor, tenemos<br />
que diferenciar, en principio, los diversos estilos y formas que hallamos<br />
en su vasta filmografía. Vamos a trabajar sobre la obra <strong>de</strong> Minnelli<br />
en base a tres géneros o estilos, a saber: Por un lado, tenemos el musical,<br />
films inolvidables como “Un Americano en París” (An American in Paris,<br />
1951), “Brindis <strong>de</strong> Amor” (The Band Wagon, 1953), y “Gigi” (1958). Por otro<br />
lado, están las comedias, las que se hallan, entre otras: “El Padre <strong>de</strong> la<br />
Novia” (Father of the Bri<strong>de</strong>, 1950), “El Padre es Abuelo” (Father’s Little Di-
102 |<br />
vi<strong>de</strong>nd, 1951), “Después <strong>de</strong> la Boda” (The Long Long<br />
Trailer, 1954), “Mamá nos Complica la Vida” (The Reluctant<br />
Debutante, 1958), y “El Noviazgo <strong><strong>de</strong>l</strong> Padre <strong>de</strong><br />
Eddie” (The Courtship of Eddie’s Father, 1963). <strong>La</strong> tercera<br />
forma a la que nos referiremos es el melodrama,<br />
películas como: “Madame Bovary” (I<strong>de</strong>m, 1949), “Cautivos<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> Mal” (The Bad and the Beautifull, 1952), “Sed<br />
<strong>de</strong> Vivir” (Lust for Life, 1956), “Dios Sabe Cuánto Amé”<br />
(Some Came Running, 1959), “Los Cuatro Jinetes <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
Apocalipsis” (The Four Horsemen of the Apocalypse,<br />
1962), y “Castillos en la Arena” (The Sandpiper, 1965).<br />
Vincente Minnelli filmó quince musicales, entre los<br />
cuales se hallan algunas <strong>de</strong> las películas más memorables.<br />
Pero a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> eso, marcó, sin dudas, un<br />
antes y un <strong>de</strong>spués en la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> musical, sobre<br />
todo por haberlo legitimado <strong>de</strong>finitivamente como<br />
género <strong>cine</strong>matográfico. Ya en sus primeras películas<br />
(“Una Cabaña en el Cielo” <strong>de</strong> 1942, y “<strong>La</strong> Rueda <strong>de</strong> la<br />
Fortuna” <strong>de</strong> 1944) empezamos a encontrarnos con un<br />
trabajo <strong><strong>de</strong>l</strong> color, <strong>de</strong> la coreografía, <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>corado, <strong>de</strong><br />
la música, que ya impresiona por su cuidado y su calidad,<br />
propias <strong>de</strong> un autor maduro. Dos aclaraciones: la<br />
primera es que por aquellos años recién se empezaban<br />
a filmar las primeras películas en colores, y eran<br />
muy pocos los directores que se animaban al empleo<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> mismo teniendo en cuenta el riesgo que se corría.<br />
Y la segunda es que Minnelli tenía sólo treinta años<br />
cuando filmaba ya sus primeros musicales.<br />
El espacio, como un todo necesario, condiciona al <strong>de</strong>corado,<br />
y no al revés. <strong>La</strong> libertad <strong>de</strong> las coreografías,<br />
la economía <strong>de</strong> planos, los extraordinarios movimientos<br />
<strong>de</strong> cámara, la cita y el juicio pictórico en la conjunción<br />
estética, hacen <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los musicales <strong>de</strong><br />
Minnelli obras únicas, don<strong>de</strong> la belleza, el buen gusto,<br />
la alegría se <strong>de</strong>stacan por sobre todos los musicales<br />
<strong>de</strong> la época. Nadie ha podido componer puestas<br />
tan barrocas, tan complejas, tan trabajadas como este<br />
autor, sobre todo en lo que se refiere al uso <strong><strong>de</strong>l</strong> color.<br />
El color es, para Minnelli, la razón <strong>de</strong> ser <strong><strong>de</strong>l</strong> musical.<br />
El abanico <strong>de</strong> colores, la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> los personajes<br />
con cada uno <strong>de</strong> los tonos puestos en escena, el<br />
equilibrio <strong>de</strong> los encuadres, la movilidad <strong>de</strong> los rojos<br />
y los ver<strong>de</strong>s <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> plano o aún fuera <strong>de</strong> ellos proporcionan<br />
un logro dramático perfecto.<br />
Cierta actitud romántica <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> los personajes<br />
ayuda a Minnelli para agudizar su mirada irónica y a la<br />
vez feliz sobre el mundo que pone en escena. Porque<br />
los personajes vueltos personas son el problema para<br />
este autor. <strong>La</strong> cuestión humana, su finitud, los entendimientos<br />
y <strong>de</strong>sentendimientos entre los seres humanos<br />
son las obsesiones más caras a este director.<br />
Si los melodramas <strong>de</strong> Minnelli rozan la tragedia, sus<br />
musicales se proponen la transmisión <strong>de</strong> la alegría<br />
<strong>de</strong>sprendida <strong><strong>de</strong>l</strong> baile, el canto, la trama ingeniosa<br />
y las resoluciones felices. En “Un Americano en París”,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la presentación <strong>de</strong> los personajes hasta el<br />
sueño final <strong>de</strong> Gene Kelly, todo es una invitación a lo<br />
bello que tiene la vida si la vivimos con cierto criterio,<br />
cierto gusto, y mucha intensidad.
Johnny Guitar<br />
(Johnny Guitar, Nicholas Ray, 1954)<br />
Guión: Philip Yordan<br />
Dirección: Nicholas Ray<br />
Estreno: 27 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1954<br />
Elenco:<br />
Joan Crawford<br />
Sterling Hay<strong>de</strong>n<br />
Merce<strong>de</strong>s McCambridge<br />
Scott Brady<br />
Ward Bond<br />
Ben Cooper<br />
Ernest Borgnine<br />
John Carradine<br />
Royal Dano<br />
Frank Ferguson<br />
Nació en Wisconsin (Estados Unidos) el 7 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1911. Dirigió más <strong>de</strong><br />
20 películas entre 1947 y 1979. Sus obras más importantes son: “The Lusty<br />
Man” (1952), “Johnny Guitar” (1953), “Rebel<strong>de</strong> Sin Causa” (1955), “Bigger<br />
Than Life” (1956), “Party Girl” (1959) y “55 Días en Pekín” (1963). Murió el 16<br />
<strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1979, en Hollywood. Filmografía: Lightning Over Water (1979);<br />
Marco (1978); We Can’t Go Home Again (1976); Wet Dreams (1975); 55 Days<br />
at Peking (1963); King of Kings (1961); The Savage Innocents (1960); Party<br />
Girl (1959); Wind Across the Evergla<strong>de</strong>s (1958); Bitter Victory (1957); The True<br />
Story of Jesse James (1957); Bigger Than Life (1956); Hot Blood (1956); Rebel<br />
Without a Cause (1955); Run for Cover (1955); “General Electric Theater”<br />
(1 episo<strong>de</strong>, 1954) - The High Green Wall (1954) TV Episo<strong>de</strong>; Johnny Guitar<br />
(1953); Androcles and the Lion (1952) (uncredited); The Lusty Men (1952);<br />
On Dangerous Ground (1952); The Racket (1951) (uncredited); Flying Leathernecks<br />
(1951); Born to Be Bad (1950); In a Lonely Place (1949); Roseanna<br />
McCoy (1949); A Woman’s Secret (1948); Knock on Any Door (1948); They<br />
Live by Night (1947).<br />
Nicholas Ray.<br />
| 103<br />
Nicholas Ray es un director intuitivo, don<strong>de</strong> la emoción, la duda, la ambigüedad,<br />
y las relaciones humanas, se expresan <strong>de</strong> manera franca y autoconciente<br />
mediante una barroca puesta en escena. Poseedor <strong>de</strong> una<br />
obra extensa, que va <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1947 hasta 1979, y con cuatro o cinco obras<br />
maestras absolutas. Muchos son los temas que recorren los films <strong>de</strong> Ray,<br />
a saber: la moral, la angustia, la alienación <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre mo<strong>de</strong>rno (aún en<br />
cintas que se refugian en un pasado mítico), las difíciles relaciones entre<br />
el hombre y la mujer, los sentimientos y las <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> vida. Ciertos
104 |<br />
sentimientos extremos cuestan literalmente vidas en<br />
algunas películas <strong>de</strong> Nicholas Ray. Hay un <strong>de</strong>sbor<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong> cultura oculta en este autor que escon<strong>de</strong> tras la<br />
acción física y los sentimientos más profundos.<br />
El cuento en que basa sus tramas es muy sencillo (o<br />
así lo parece): Un hombre violento que intenta <strong>de</strong>jar<br />
<strong>de</strong> serlo, se relaciona con una mujer moralmente<br />
más fuerte que él (emblemáticamente la Vienna <strong>de</strong><br />
“Johnny Guitar”). Ese hombre no es más que un niño<br />
disfrazado, inmerso en una soledad que se expresa<br />
en cierta tibieza moral que se irá <strong>de</strong>finiendo con el<br />
<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la diégesis.<br />
Con puntos <strong>de</strong> partida similares, en cuanto a trama,<br />
la obra <strong>de</strong> Ray ha atravesado pequeñas e interesantes<br />
metamorfosis en cuanto género. Hay una primer etapa,<br />
tal vez la más dura, en la que se <strong>de</strong>dicó al film negro,<br />
con oscilaciones entre el policial y el melodrama:<br />
“They Live By Night” (1947), “Un Secreto <strong>de</strong> Mujer”<br />
(1948), “Horas <strong>de</strong> Angustia” (In a Lonely Place, 1949)<br />
y “Nacida para el Mal” (1950). Este período está caracterizado<br />
por lo oscuro, lo negro <strong>de</strong> las situaciones, los<br />
personajes y las relaciones. Luego <strong>de</strong> esta primer etapa,<br />
que llevó a nuestro director a un reconocimiento<br />
general, llegó un film intermedio, aunque por <strong>de</strong>más<br />
interesante: “Infierno en las Nubes” (1951), protagonizado<br />
por John Wayne y Robert Ryan. Este film <strong>de</strong><br />
aventuras, herencia <strong><strong>de</strong>l</strong> Walsh <strong>de</strong> los treinta y cuarenta,<br />
fue la introducción, el paso intermedio entre<br />
los policiales negros (1947-1950) y los westerns que<br />
vendrían a continuación, lo mejor <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Ray.<br />
“The Lusty Men” (1952) con Robert Mitchum, “Johnny<br />
Guitar” con Joan Crawford y Scott Brady, uno <strong>de</strong><br />
los mejores films <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> clásico americano, “Run For<br />
Cover” (1954) con James Cagney y John Derek, y “<strong>La</strong><br />
Verda<strong>de</strong>ra Historia <strong>de</strong> Jesse James” (1956), protagonizada<br />
por Robert Wagner, una remake <strong><strong>de</strong>l</strong> clásico <strong>de</strong><br />
Henry King (<strong>de</strong> 1939).<br />
Entre su anteúltimo y su último western, Ray filmó<br />
tres melodramas: “Rebel<strong>de</strong> sin Causa” (1955) con James<br />
Dean y Natalie Wood, film que inventó una nueva<br />
problemática en términos <strong>cine</strong>matográficos, “Sangre<br />
Caliente” (1956), protagonizada por Jane Russell,<br />
y “Más Gran<strong>de</strong> que la Vida” (Bigger Than Life, 1956),<br />
protagonizada y producida por James Mason.<br />
Vienna, la protagonista femenina <strong>de</strong> Johnny Guitar<br />
es sin dudas uno <strong>de</strong> los paradigmas <strong>cine</strong>matográficos<br />
más altos <strong>de</strong> lo femenino, y a la vez una <strong>de</strong> las utilizaciones<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> recurso mítico (inventado por Griffith)<br />
más sólidos y dura<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> arte que<br />
nos ocupa. Esta Antígona mo<strong>de</strong>rna está dispuesta a<br />
todo por conservar lo que posee, y no sólo respecto a<br />
lo material, claro está. <strong>La</strong> máscara <strong>de</strong> Johnny (el otrora<br />
pistolero) se refracta, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo hasta el final<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> film, en la transparencia y <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> Vienna. Figura<br />
que si la pensamos un poco <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este lado <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
mundo, la po<strong>de</strong>mos comparar sin más con Eva Perón,<br />
siempre pensando míticamente.
<strong>La</strong> Ventana Indiscreta<br />
(Rear Window, Alfred Hitchcock, 1955)<br />
Guión: John Michael Hayes<br />
Dirección: Alfred Hitchcock<br />
Estreno: 14 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1955<br />
Elenco:<br />
James Stewart<br />
Grace Kelly<br />
Wen<strong><strong>de</strong>l</strong>l Corey<br />
Thelma Ritter<br />
Raymond Burr<br />
Judith Evelyn<br />
Ross Bagdasarian<br />
Georgine Darcy<br />
Sara Berner<br />
Frank Cady<br />
“<strong>La</strong> Ventana Indiscreta”, producida por la Paramount en 1954, es el primer<br />
film teórico sobre el lenguaje <strong>cine</strong>matográfico. Porque lo central<br />
aquí es la mirada y sus posibilida<strong>de</strong>s. El fotógrafo Jeff (James Stewart)<br />
convalece <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace seis semanas en su <strong>de</strong>partamento producto <strong>de</strong><br />
un acci<strong>de</strong>nte en su trabajo. Liza (Grace Kelly), su novia, quiere casarse a<br />
toda costa con él, mientras que él escapa a dicho compromiso. Mientras<br />
se aburre esperando el día que le saquen el yeso, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> espiar a sus<br />
vecinos con el teleobjetivo <strong>de</strong> su cámara fotográfica. Este es el punto <strong>de</strong><br />
partida <strong><strong>de</strong>l</strong> drama. Como otras veces, el protagonista está suspendido <strong>de</strong><br />
sus tareas habituales.<br />
| 105<br />
El <strong>cine</strong> es una ventana abierta al mundo, pero también es un espacio <strong>de</strong><br />
representación don<strong>de</strong> vemos la vida <strong>de</strong> otros; otros que expresan nuestros<br />
<strong>de</strong>seos. Otros mundos que se refractan en el nuestro. Un sueño <strong>de</strong><br />
posibilida<strong>de</strong>s compartidas, don<strong>de</strong> las marionetas representantes <strong>de</strong> ése<br />
otro lado, son movidas por un director <strong>de</strong> <strong>cine</strong>. Tenemos en este film, dos<br />
espacios: a<strong>de</strong>ntro y afuera. A<strong>de</strong>ntro: la vida cotidiana (casi teatral) <strong>de</strong> Jeff<br />
y su mundo. Recor<strong>de</strong>mos que se halla convaleciente por su acci<strong>de</strong>nte y<br />
no pue<strong>de</strong> salir <strong><strong>de</strong>l</strong> espacio <strong><strong>de</strong>l</strong>imitado por su <strong>de</strong>partamento. Afuera (a<br />
través <strong>de</strong> su ventana, pantalla): la vida. Esa vida que es, para Hitchcock, el<br />
<strong>cine</strong> y el mundo, necesariamente en ése or<strong>de</strong>n.<br />
Hitchcock nos mete <strong>de</strong> entrada en el tema <strong><strong>de</strong>l</strong> mirón. Siguiendo la lógica<br />
planteada: ¿Quién va al <strong>cine</strong>? El que quiere mirar. Entonces es Jeff (el espectador)<br />
quien busca, en su fisgoneo, escapar a su presente inmediato
<strong>La</strong> Ventana Indiscreta.<br />
106 |<br />
(yeso, postración y futuro matrimonio con Liza). ¿Qué encuentra más allá<br />
<strong>de</strong> la ventana? (la pregunta real, volviendo a nuestro planteo sería: ¿Qué<br />
hay en el <strong>cine</strong>? O ¿Qué vemos en el <strong>cine</strong>?) Más allá <strong>de</strong> la ventana Jeff encuentra<br />
diferentes posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pareja. O <strong>de</strong> soleda<strong>de</strong>s. Máscaras sociales<br />
traducidas mediante procedimiento <strong>cine</strong>matográfico <strong>de</strong> lo que él<br />
pue<strong>de</strong> ser, o quiere ser, o, lo más importante, proyecta <strong>de</strong> sí en los <strong>de</strong>más.<br />
Estas representaciones que se le ofrecen a Jeff en su acto <strong>de</strong> mirar tienen<br />
sentido (cobran vida para nosotros) sólo porque él las mira, sólo porque<br />
un espectador (en este caso Jeff) las mira. Este es el primer planteo teórico<br />
que realiza Hitchcock a través <strong>de</strong> su película. En el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> cada una<br />
<strong>de</strong> las vidas que se ofrecen como posibilida<strong>de</strong>s, <strong><strong>de</strong>l</strong> otro lado <strong><strong>de</strong>l</strong> patio, Jeff<br />
elige a Thorwald, proyecta su lado oscuro, su malignidad, con el hombre<br />
que <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> matar a su esposa, <strong>de</strong>scuartizándola con un cuchillo <strong>de</strong> carnicero<br />
y enviando sus partes a diferentes lugares. Llegado el momento, el<br />
espectador, nuestro Jeff, quiere que Thorwald mate a su mujer, es más: es,<br />
<strong>de</strong> alguna manera, cómplice <strong>de</strong> aquel asesinato.<br />
Al anochecer llega Liza, la novia <strong>de</strong> Jeff. Una mujer sofisticada, <strong>de</strong> alta sociedad,<br />
bellísima. Su único objetivo es el matrimonio. Recor<strong>de</strong>mos su llegada,<br />
su presentación: Primero efectúa una sombra amenazante sobre<br />
Jeff, como tendiéndole una red, una trampa, y ante el interrogante <strong>de</strong><br />
él, ella respon<strong>de</strong>: “... Liza (encien<strong>de</strong> una lámpara)... Carol (encien<strong>de</strong> otra<br />
lámpara)... Freemont (encien<strong>de</strong> otra más)”. Po<strong>de</strong>mos adivinar, hasta aquí,<br />
que su única meta será atrapar a Jeff. Pero no podrá hacerlo sólo en el
escenario teatral, el a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ése <strong>de</strong>partamento, como habíamos planteado.<br />
Liza <strong>de</strong>berá atravesar la ventana también. No duda en hacerlo<br />
cuando la situación lo impone como necesario. Al ver que Jeff está más<br />
interesado en lo que pasa allá afuera que en ella misma, entonces Liza<br />
comienza a involucrarse en los problemas <strong>de</strong> la película (proyección) <strong>de</strong><br />
Jeff. Tal es así, que llega a arriesgar su propia vida al intentar <strong>de</strong>scubrir<br />
al asesino. Cosa que satisface óptimamente a Jeff, quien la mira con una<br />
hermosa complicidad, luego <strong>de</strong> que ella le mostrase su costado aventurero.<br />
Al asumir dicho riesgo obtiene como premio una alianza. El anillo<br />
<strong>de</strong> casamiento <strong>de</strong> la mujer asesinada. Una alianza que, a ésta altura, simboliza<br />
su matrimonio con Jeff. El Premio. Pero si Liza hereda, <strong>de</strong> alguna<br />
manera, la alianza <strong>de</strong> la mujer <strong>de</strong> Thorwald, Jeff heredará la posibilidad<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> personaje <strong><strong>de</strong>l</strong> mismo Thorwald, su doble. Es aquí don<strong>de</strong> Jeff se da<br />
cuenta que tiene que ir hasta el final para po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>spegarse, no sólo <strong>de</strong><br />
esa posibilidad como propia, sino <strong>de</strong> la culpa por el asesinato cometido.<br />
El mirón se transforma en contemplador. <strong>La</strong> mirada autoconciente <strong>de</strong><br />
Hitchcock acerca <strong><strong>de</strong>l</strong> tema <strong><strong>de</strong>l</strong> doble nos mete <strong>de</strong> lleno, ya, en la segunda<br />
cuestión teórica <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>.<br />
Tenemos entonces por un lado, al espectador y su función <strong>de</strong> mirar, y por<br />
el otro, al doble. Doble como proyección en el otro. Recor<strong>de</strong>mos que una<br />
<strong>de</strong> los temas centrales <strong>de</strong> Hitchcock es el Alma. El católico autor inglés<br />
pone en dificulta<strong>de</strong>s a su héroe mo<strong>de</strong>rno apartado <strong>de</strong> sus activida<strong>de</strong>s<br />
cotidianas para que, mediante una serie <strong>de</strong> pruebas, logre su salvación.<br />
Lo que, precisamente, Jeff <strong>de</strong>be corregir tiene que ver con las funciones<br />
<strong>de</strong> la mirada. El espectador mo<strong>de</strong>rno también.<br />
| 107<br />
Stella (Thelma Ritter) le dice a Jeff al comienzo: “... a los mirones, en la antigüedad,<br />
les quemaban los ojos...”. Hacia el final (luego <strong>de</strong> aquel llamado<br />
telefónico que comunica los dos mundos: el a<strong>de</strong>ntro, teatral, con el <strong>de</strong><br />
afuera, <strong>cine</strong>matográfico) Jeff le quema los ojos a Thorwald con sus flashes<br />
<strong>de</strong> fotógrafo. Cuando se terminan los flashes, Thorwald se abalanza<br />
sobre Jeff, y éste cae, verticalmente, al patio <strong>de</strong> la planta baja, el mismo<br />
patio que divi<strong>de</strong> los dos mundos <strong>de</strong> la narración. En dicha caída, Jeff se<br />
rompe la otra pierna ante la impericia <strong>de</strong> su amigo policía Doyle. Pero<br />
esta segunda <strong>de</strong>sgracia traerá la calma. Porque Jeff ya ha pasado por el<br />
<strong>cine</strong>. Se ha curado: Hitchcock nos muestra que la temperatura ha bajado,<br />
se siente más agradable; Jeff reconoce (legitima) a Liza como su mujer; y<br />
se sienta <strong>de</strong> espaldas a la ventana, no negando al <strong>cine</strong>, por supuesto, sino<br />
negando el fisgoneo, la mironeada previa al <strong>cine</strong>. <strong>La</strong>s cortinas (las mismas<br />
que se alzaron con los títulos <strong><strong>de</strong>l</strong> comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> film) se bajan, tal cual lo<br />
habían intentado en vano, primero la sabia Stella, y más tar<strong>de</strong> Liza.
Más Allá <strong><strong>de</strong>l</strong> Olvido.<br />
Más Allá <strong><strong>de</strong>l</strong> Olvido<br />
(Hugo Del Carril, 1956)<br />
Guión: Eduardo Borrás<br />
Dirección: Hugo Del Carril<br />
Estreno: 4 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1956<br />
Elenco:<br />
<strong>La</strong>ura Hidalgo<br />
Hugo <strong><strong>de</strong>l</strong> Carril<br />
Pedro <strong>La</strong>xalt<br />
Eduardo Rudy<br />
Gloria Ferrandiz<br />
Francisco López Silva<br />
Ricardo Galache<br />
Ricardo <strong>de</strong> Rosas<br />
Lili Gacel<br />
Alfredo Almanza<br />
108 |<br />
Piero Bruno Hugo Fontana (el verda<strong>de</strong>ro nombre completo <strong>de</strong> Hugo <strong><strong>de</strong>l</strong> Carril)<br />
nació en el barrio <strong>de</strong> Flores <strong>de</strong> Buenos Aires el 12 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1912.<br />
Fue productor, actor, guionista y director <strong>de</strong> Cine (esta última función fue en<br />
la que más se <strong>de</strong>stacó). También cantaba tangos.<br />
Como director, comenzó su carrera en 1949, y realizó 15 films hasta 1975.<br />
Entre los que se <strong>de</strong>stacan: “<strong>La</strong>s Aguas Bajan Turbias” (1952), “<strong>La</strong> Quintrala”<br />
(1954), “Más Allá <strong><strong>de</strong>l</strong> Olvido” (1956), “Culpable” (1960), y “Amorina” (1961).<br />
Fue, sin dudas, uno <strong>de</strong> los tres o cuatro mejores directores <strong>de</strong> <strong>cine</strong> que dio<br />
nuestro país y uno <strong>de</strong> los artistas más importantes <strong>de</strong> su tiempo. Murió, también<br />
en Buenos Aires, el 13 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1989, a los 76 años <strong>de</strong> edad.<br />
<strong>La</strong> película está basada en la novela “Brujas, la Muerta” <strong>de</strong> Georges Ro<strong>de</strong>nbach,<br />
escrita en 1892. Este escritor fue un gran literato belga <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo<br />
XIX, que vivió gran parte <strong>de</strong> su vida en París.<br />
“Más Allá <strong><strong>de</strong>l</strong> Olvido” es uno <strong>de</strong> los mejores films argentinos <strong>de</strong> toda<br />
nuestra <strong>historia</strong> <strong>cine</strong>matográfica. Fernando <strong>de</strong> Arellana (Hugo <strong><strong>de</strong>l</strong> Carril)<br />
es el enamorado marido <strong>de</strong> Blanca (<strong>La</strong>ura Hidalgo). Una pareja estanciera<br />
y rica, que viven en una clásica y hermosa casa <strong>de</strong> las afueras <strong>de</strong> Buenos<br />
Aires, en un lugar in<strong>de</strong>terminado. Blanca recibe la triste noticia <strong>de</strong><br />
una enfermedad terminal, que acabará con su vida en muy poco tiempo.<br />
En una fiesta celebrada en la casa <strong>de</strong> la pareja, Blanca tiene una recaída<br />
y muere en el bello y extenso jardín <strong><strong>de</strong>l</strong> frente <strong>de</strong> la casona. Fernando<br />
enloquece. <strong>La</strong> busca sin sentido por los lugares que solían compartir, se<br />
sienta horas en el piano a tocar la melodía que ella solía tocar. Queda
encerrado en su casa, sin hacer nada, emborrachándose todo el tiempo,<br />
<strong>de</strong>sganado, no recibe visitas, y maltrata a sus empleados. Un primo médico,<br />
ayudado por el ama <strong>de</strong> llaves <strong>de</strong> Fernando, logra pasar la barrera <strong>de</strong><br />
la soledad <strong>de</strong> Fernando, y acce<strong>de</strong> a hablar con él. Lo aconseja, le habla, lo<br />
apoya, lo ayuda. Finalmente, cuando Fernando está a punto <strong>de</strong> volverse<br />
totalmente loco, escucha a su amigo, y planea un viaje. Un viaje lejos, a<br />
Europa, a distraerse, a olvidar, a pasear… Fernando empren<strong>de</strong> un largo<br />
viaje por una Europa vieja, museística, romántica, nocturna, incierta y<br />
misteriosa. En uno <strong>de</strong> los parajes encuentra a Mónica, una mujer muy<br />
parecida a Blanca, su ex esposa (también interpretada por la magistral<br />
<strong>La</strong>ura Hidalgo). <strong>La</strong> locura vuelve a poseer a Fernando. Se obsesiona. Se<br />
la quiere llevar <strong>de</strong> vuelta y casarse con ella. Para lograrlo necesita comprarla<br />
a un maleante que la tiene como empleada. Fernando la compra.<br />
Mónica antes <strong>de</strong> irse <strong><strong>de</strong>l</strong>ata al maleante acerca <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s ilegales <strong>de</strong><br />
su pasado, y huye con Fernando, <strong>de</strong> vuelta a nuestro país. El maleante<br />
los sigue. Fernando llega a su vieja casona, se casa y trata a Mónica casi<br />
como a Blanca. Luego <strong>de</strong> la enorme diferencia que separa a Mónica <strong>de</strong> su<br />
amada y perdida Blanca, Fernando logra aceptar y resignarse a las diferencias,<br />
y cuando encien<strong>de</strong> las luces al final para poseerla completamente,<br />
y terminar <strong>de</strong> aceptarla como su <strong>de</strong>stino, Mónica es asesinada por la<br />
espalda por el maleante europeo. Como Scottie en Vértigo <strong>de</strong> Hitchcock,<br />
Fernando <strong>de</strong> Arellana se queda con las manos vacías. Sin la auténtica y<br />
sin su copia. El film termina.<br />
| 109<br />
<strong>La</strong> puesta en escena <strong><strong>de</strong>l</strong> film posee una rigurosidad envidiable. Un barroquismo<br />
extraordinario. El trabajo <strong><strong>de</strong>l</strong> fuera <strong>de</strong> campo, aún en zonas <strong>de</strong><br />
una sutileza única, el trabajo actoral, la fotografía, las relaciones <strong>de</strong> los<br />
personajes, el trabajo escenográfico, los planos, los encuadres, el manejo<br />
<strong>de</strong> la información, el suspenso, todo en función <strong>de</strong> un film prodigioso y<br />
simétrico que no hace más que halagar y robustecer a la cultura y al <strong>cine</strong><br />
<strong>de</strong> nuestra nación.<br />
Recomendamos “Cinco films argentinos clásicos”, un libro <strong>de</strong> editorial<br />
DJAEN, que a la brevedad verá la luz relacionado con este tema, con un<br />
precioso ensayo <strong>de</strong> Faretta referido a “Más allá <strong><strong>de</strong>l</strong> olvido”.
El Gran John Ford.<br />
110 |<br />
Más Corazón que odio<br />
(The Searches, John Ford, 1956)<br />
Guión: Frank S. Nugent<br />
Dirección: John Ford<br />
Estreno: 19 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1956<br />
Elenco:<br />
John Wayne<br />
Jeffrey Hunter<br />
Vera Miles<br />
Ward Bond<br />
Natalie Wood<br />
John Qualen<br />
Olive Carey<br />
Henry Brandon<br />
Ken Curtis<br />
En “Más Corazón que Odio”, John Wayne (Ethan Edwards), <strong>de</strong>rrotado soldado<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> sur en la guerra <strong>de</strong> secesión, regresa a la casa <strong>de</strong> su familia.<br />
Apenas se instala, y una vez donado todo el dinero que traía encima,<br />
el <strong>de</strong>ber lo llama puertas afuera. Cuanto regresa, la casa fue incendiada<br />
por los indios comanches, su hermano y su cuñada muertos, y sus sobrinas<br />
Lucy y Debbie raptadas por la tribu. Ethan, que no cree en rendicio-
nes, comienza la busca <strong>de</strong> sus sobrinas por todo el<br />
territorio. Cuando encuentra el cadáver mutilado <strong>de</strong><br />
Lucy, sus acciones y gestos pasan, directamente, <strong>de</strong><br />
la justicia a la venganza. Con el correr <strong>de</strong> los años (la<br />
película relata casi cinco años <strong>de</strong> odisea), Ethan, junto<br />
a su medio sobrino indio, comienza a convencerse<br />
<strong>de</strong> que <strong>de</strong> nada sirve el recupero <strong>de</strong> su sobrina, ya<br />
que ésta se habría convertido en un comanche más<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tanto tiempo. Pero la busca continúa, no<br />
para rescatarla, sino para matarla. En el punto más<br />
alto <strong>de</strong> dramatismo, con Debbie en sus brazos, Ethan<br />
se arrepiente, y <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> llevarla <strong>de</strong> regreso a casa, precisamente<br />
porque prima más su corazón que su odio.<br />
Pero la casa ya no está, él nunca tuvo casa. Mientras<br />
se <strong>de</strong>struía una familia (el incendio salvaje <strong><strong>de</strong>l</strong> comienzo),<br />
se estaba gestando otra (Martin y <strong>La</strong>urie)<br />
que adoptará simbólicamente a Debbie, y rechazará,<br />
cíclicamente, a Ethan, el héroe que hizo posible el establecimiento<br />
<strong>de</strong> ese nuevo hogar. El significado se<br />
<strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> una bella simetría creada por Ford al<br />
inicio y al final <strong><strong>de</strong>l</strong> film, con una puerta que se abre<br />
(en la casa <strong><strong>de</strong>l</strong> hermano, para verlo llegar y hacerlo<br />
entrar), y la puerta <strong><strong>de</strong>l</strong> nuevo hogar que se cierra tras<br />
sus espaldas, luego <strong>de</strong> su nueva partida. El héroe anónimo<br />
y <strong>de</strong>sconocido, como en tantos otros films, fue<br />
el encargado <strong>de</strong> resolver las batallas centrales <strong>de</strong> la<br />
civilización.<br />
John Wayne, son héroes casi anónimos que se encargan<br />
<strong>de</strong> sostener y luchar por el establecimiento <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
or<strong>de</strong>n, pero que el avance <strong>de</strong> la civilización termina<br />
postergándolos y <strong>de</strong>jándolos afuera <strong>de</strong> la nueva etapa<br />
por comenzar.<br />
Este es otro film don<strong>de</strong> la figura <strong>de</strong> lo dixie prima<br />
como punto <strong>de</strong> partida <strong>de</strong> la fábula, y se adscribe a<br />
uno <strong>de</strong> los principales postulados <strong>de</strong> Griffith y sus<br />
continuadores <strong>de</strong> que el <strong>cine</strong> no es yanqui, es dixie.<br />
Es <strong>de</strong>cir, sureño.<br />
| 111<br />
Ethan Edwards y Scar (el comanche villano, que también<br />
tiene sus razones, esto es fundamental), son<br />
las dos caras <strong>de</strong> la misma moneda. Son dos esferas<br />
complementarias que se aceptan y, <strong>de</strong> alguna manera,<br />
se entien<strong>de</strong>n. De diferentes maneras, ambos se<br />
sacrifican en pos <strong>de</strong> la continuidad <strong>de</strong> la civilización.<br />
A medida que los tiempos y el progreso se acercan<br />
(el ferrocarril es el emblema central), y la civilización<br />
ingresa a una nueva etapa, los héroes <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado se<br />
<strong>de</strong>jan <strong>de</strong> lado, volviéndose más anónimos aún, dando<br />
paso a otros que sólo poseen las enseñanzas <strong>de</strong><br />
los primeros. Este film guarda enormes paralelismos<br />
con “El Hombre que mató a Liberty Valance” (John<br />
Ford, 1962). Ambos personajes interpretados por
Vértigo<br />
(Vertigo, Alfred Hitchcock, 1958)<br />
Guión: Alec Coppel y Samuel A. Taylor<br />
Dirección: Alfred Hitchcock<br />
Estreno: 21 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1958<br />
Elenco:<br />
James Stewart<br />
Kim Novak<br />
Barbara Bel Ged<strong>de</strong>s<br />
Tom Helmore<br />
Henry Jones<br />
Raymond Bailey<br />
112 |<br />
Hitchcock.<br />
“Vértigo”, producida por la Paramount en 1958, es, sin dudas, uno <strong>de</strong> los<br />
tres o cuatro mejores film jamás filmados. Hitchcock utiliza como eje <strong>de</strong><br />
la construcción <strong>de</strong> la puesta en escena <strong>de</strong> “Vértigo” la figura <strong><strong>de</strong>l</strong> espiral.<br />
<strong>La</strong> escalera <strong>de</strong> caracol <strong><strong>de</strong>l</strong> monasterio, el ro<strong>de</strong>te <strong>de</strong> Carlota Val<strong>de</strong>z que<br />
copiará Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>aine, el fragmento <strong><strong>de</strong>l</strong> tronco milenario, los recorridos por<br />
la laberíntica ciudad <strong>de</strong> San Francisco. Recor<strong>de</strong>mos que el espiral, literal<br />
y simbólico, es el emblema <strong><strong>de</strong>l</strong> arte barroco. Esta figura espiralada <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
film plantea, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el vamos, dos cosas: el vértigo <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje y <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
film (tanto físico como metafísico), y por otro lado, la prueba <strong><strong>de</strong>l</strong> laberinto.<br />
En el final <strong><strong>de</strong>l</strong> laberinto Scottie (James Stewart) <strong>de</strong>scubre, conoce la<br />
verdad. Paralelamente a la vida real, cotidiana, existe otro mundo creado<br />
por Gavin Elster que, parodiando la creación divina, éste puso en escena<br />
para matar a su mujer, heredar su fortuna, entrampando a su viejo amigo<br />
<strong>de</strong> escuela Scottie. Dicha co-creación y los motivos por los cuales se<br />
llevan a cabo son las cosas que preocupan a Hitchcock. Otra vez aparece<br />
el ente falso, la falsa figura que como en otros <strong>de</strong> sus films (Rebecca,<br />
El Hombre que sabía Demasiado, Intriga Internacional, Psicosis, etc.) se<br />
manifiesta como inexistente pero que a la vez logra torcer el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong><br />
la trama y los personajes. Los personajes interpretados por Kim Novak<br />
son falsos. Excepto Judy, que es la persona verda<strong>de</strong>ra que, como Scottie,<br />
es llamada a interpretar un papel fundamental en la creación <strong>de</strong> Elster.<br />
Uno <strong>de</strong> los mayores logros <strong>de</strong> Hitchcock en este film es que Judy sea tan<br />
insignificante, tan torpe, tan vulgar, que se nos parezca aún menos real<br />
que Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>aine.<br />
En este mundo al revés que es Vértigo, invertido por el <strong>de</strong>miurgo Elster,<br />
la figura <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje falaz (Kim Novak) nos introduce en ese mundo<br />
<strong>de</strong>moníaco, pero otro punto central <strong><strong>de</strong>l</strong> relato es por qué Scottie ingresa<br />
en él. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> haber sido elegido por su vértigo, por qué él <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>
Vertigo <strong>de</strong> Alfred Hitchcock.<br />
entregarse a semejante locura y atravesar ese espejo carpenteriano, sin<br />
saber lo que aguarda <strong><strong>de</strong>l</strong> otro lado. Por tedio, por angustia, por aburrimiento.<br />
En su mo<strong>de</strong>rno y discontinuo transcurrir, Scottie pasa, sin solución<br />
<strong>de</strong> continuidad, <strong>de</strong> su actividad policial a los tragos, <strong>de</strong> ahí a sus<br />
encuentro con su amiga y ex pareja Midge, y <strong>de</strong> ahí a la mortal reunión<br />
que le espera en las oficinas <strong>de</strong> Elster. Ante la dudosa propuesta <strong>de</strong> su<br />
ex compañero, el personaje, fuera <strong>de</strong> campo, se pregunta: “¿Qué hago si<br />
me niego a aceptar? Me aburro… iré <strong>de</strong> acá para allá… bueno, venga”.<br />
| 113<br />
En el film se enfrentan, claramente, el mundo pagano y el mundo cristiano.<br />
El primero en su vertiente platónica emblematizado en el amorpasión.<br />
El segundo en su vertiente católica. El primero es el <strong>de</strong> la co-creación<br />
<strong>de</strong>moníaca <strong>de</strong> las apariencias, los muertos y el terror. El segundo<br />
es el <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> y <strong>de</strong> la caridad. En el pagano, el recurso<br />
es el <strong>de</strong> la mirada romántica <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado y la errancia entre sonámbula<br />
y tortuosa, don<strong>de</strong> da la sensación que ciertas fuerzas oscuras internas<br />
gobiernan el <strong>de</strong>spliegue. El mundo cristiano se enmarca como <strong>historia</strong>,<br />
como el afuera <strong>de</strong> la pesadilla emblematizado por la función simbólica<br />
<strong>de</strong> las monjas en la misión española. Recor<strong>de</strong>mos que, primero, la monja<br />
aparece, como índice, como fondo, <strong>de</strong>corado, en la primera llegada <strong>de</strong><br />
Scottie y Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>aine a la misión, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> la verda<strong>de</strong>ra<br />
señora Elster. Luego, en el juicio, algunas <strong>de</strong> ellas, cobran ya otro senti-
El amor se concreta.<br />
114 |<br />
do, otra presencia <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la narración. Nos fijan el lugar <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo<br />
en don<strong>de</strong> nos encontramos. Y al final, ésa sombra que asusta a Judy-<br />
Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>aine y le produce la caída <strong>de</strong>finitiva y final, se convierte en monja<br />
para Scottie cuando éste se da vuelta. Dándole otra oportunidad; separándolo<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> mundo invertido <strong>de</strong> las apariencias. Curándolo. Faretta lo<br />
expresó con la siguiente frase: “… Tras la caída <strong><strong>de</strong>l</strong> Eros pagano, aparece<br />
la caridad cristiana…”<br />
El puente entre los dos mundos enfrentados está simbolizado por el Gol<strong>de</strong>n<br />
Gate <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> San Francisco don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>sarrolla la acción<br />
en la escena <strong><strong>de</strong>l</strong> falso suicidio <strong>de</strong> Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>aine. Y los puntales <strong>de</strong> dichos<br />
extremos (el <strong>de</strong>moníaco y el caritativo) están bellamente expresados en<br />
dos simetrías. <strong>La</strong> primera tiene que ver con el problema que nos plantea<br />
Hitchcock a partir <strong>de</strong> la cocreación, o la creación invertida. Cuando, en la<br />
última etapa <strong><strong>de</strong>l</strong> film, vemos a Scottie recrear a Judy <strong>de</strong> acuerdo a su recuerdo<br />
<strong>de</strong> Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>aine, pensamos inmediatamente en que el trabajo que<br />
está haciendo es similar, casi idéntico al que tuvo que haber hecho Gavin<br />
Elster antes con la misma mujer. Por este motivo, el recorrido <strong>de</strong> Scottie<br />
se nos vuelve terrorífico. <strong>La</strong> otra simetría, la que atien<strong>de</strong> a la cuestión <strong>de</strong><br />
la caridad, es más clara, pero no por eso menos lograda. El intento <strong>de</strong><br />
rescate que hace Scottie para con Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>aine antes <strong>de</strong> que suba al campanario,<br />
pidiéndole que intente pensar, reflexionar y sentirse contenida<br />
por él (el miedo está dramáticamente dado ante cualquier inminente
locura o anormalidad), se refracta con la escena en el<br />
cuarto don<strong>de</strong> Scottie está internado y Midge, con palabras<br />
similares, intenta brindar esa contención para<br />
con su amigo amado. Recor<strong>de</strong>mos que luego <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
fracaso, Midge se va <strong>de</strong>sarmada <strong>de</strong> la clínica para no<br />
volver a aparecer más en toda la película. Tragada por<br />
un fundido a negro en el final <strong>de</strong> un pasillo tenebroso.<br />
Como vemos, el tema <strong><strong>de</strong>l</strong> amor vuelve a aparecer.<br />
Esta vez, <strong>de</strong> las dos maneras planteadas <strong>de</strong> acuerdo a<br />
la construcción <strong><strong>de</strong>l</strong> film. Tanto en uno como en otro<br />
caso, se trata <strong>de</strong> dos formas <strong>de</strong> amor lo que mueven<br />
a los personajes a realizar <strong>de</strong>terminados actos. El primero<br />
(<strong>de</strong> Scottie hacia Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>aine) pue<strong>de</strong> con<strong>de</strong>narnos<br />
al infierno, el segundo (el <strong>de</strong> Midge) tal vez no<br />
nos <strong>de</strong>je salir <strong>de</strong> él.<br />
Este film, por ser el mejor film <strong>de</strong> todos los tiempos,<br />
merece esta perla que vamos a citar a continuación,<br />
escrita por Angel Faretta durante 2008, titulada “<strong>La</strong>s<br />
Tres Ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Vértigo”, publicada por la revista Ñ:<br />
“… Son tantos los niveles <strong>de</strong> comprensión <strong>de</strong> un film<br />
como “Vértigo”, estrenada hace cincuenta años, que<br />
necesita todo un libro para analizar sus referencias<br />
simbólicas. Todos los planos se complementan armónica<br />
y operativamente. Es <strong>de</strong>cir “todo lo bajo simboliza<br />
lo alto pero jamás al revés”. Aquí intentaré centrarme<br />
en un eje: “<strong>La</strong>s Tres Ciuda<strong>de</strong>s”. Tenemos tres<br />
ciuda<strong>de</strong>s: <strong>La</strong> Actual (1958), puritana y calvinista; luego<br />
la <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado católico-latino; y finalmente, todavía<br />
más “abajo”, la mítica.<br />
<strong>La</strong> primera es la ciudad fundada sobre la acumulación<br />
originaria <strong>de</strong> esos “clippers”, barcos entre mercantiles y piratas<br />
que remiten a un capitalismo siempre salvaje y hoy<br />
al parecer tan sólo mera burocracia <strong>de</strong> astilleros. Como<br />
el que administra Gavin Elster (Tom Helmore), aunque la<br />
dueña es su esposa. A esta ciudad también pertenece su<br />
antiguo amigo Scottie Fergusson (James Stewart) veterano<br />
policía “suspendido” por sufrir <strong>de</strong> vértigo. Este, a su vez,<br />
mantiene en suspenso una relación con otra compañera<br />
<strong>de</strong> colegio (Midge).<br />
<strong>La</strong> segunda ciudad es la antigua ciudad católico-latina<br />
con su “Misión” vuelta ahora museo y su iglesia contigua<br />
siempre <strong>de</strong>sierta y también es posible que vuelta museo.<br />
<strong>La</strong> tercera es la mítica y refiere al ciclo mitológico que gira<br />
alre<strong>de</strong>dor <strong><strong>de</strong>l</strong> rey Arturo, sus caballeros y la busca <strong><strong>de</strong>l</strong> Santo<br />
Graal.<br />
En la primera se aburre un Gavin Elster que <strong>de</strong>sea siquiera<br />
por un momento tener el po<strong>de</strong>r y la libertad<br />
que tuvieron aquellos “pioneros”, y también se aburre<br />
Scottie, ahora suspendido. Para escapar <strong>de</strong> ese tedio<br />
y sentir alguna vez esa mezcla se po<strong>de</strong>r y libertad, Elster<br />
busca crear “algo”, aunque su fin es meramente el<br />
beneficio material. Para alzarse con el botín, la fortuna<br />
<strong>de</strong> su esposa, <strong>de</strong>be crear algo <strong>de</strong> la nada. Como<br />
el mal no pue<strong>de</strong> crear, construir, <strong>de</strong>be emplear materiales<br />
o restos <strong>de</strong> un material ajeno. Así recurre a una<br />
leyenda local – Carlota Val<strong>de</strong>z – y eso conecta a Elster<br />
– así como a Scottie – con el pasado <strong>de</strong> San Francisco,<br />
latino y católico. Lo que resta <strong>de</strong> éste, o lo que le es<br />
permitido <strong>de</strong> éste es tan sólo museo.<br />
Pero hay una tercera ciudad y ésta se mantiene en<br />
estado <strong>de</strong> animación suspendida. Es la ciudad <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
mito. Si la primera es antimítica – por puritana – y la<br />
segunda es la <strong>de</strong> la superación <strong><strong>de</strong>l</strong> mito mediante la<br />
Encarnación pero se ha vuelto ahora sólo un museo,<br />
el sustrato mítico se torna su ¿<strong>de</strong>squite? Así Scottie es<br />
Fergus-son es <strong>de</strong>cir hijo <strong>de</strong> Fergus, Elster es Gavin ambos<br />
nombres <strong><strong>de</strong>l</strong> ciclo mítico <strong><strong>de</strong>l</strong> Rey Arturo. Fergus<br />
es tanto el compañero <strong>de</strong> Tristán como el caballero al<br />
que un enano (Midge) le anuncia que tiene que conquistar<br />
un escudo en una torre. Gavin o Gawain es un<br />
caballero que se <strong>de</strong>staca por su incapacidad para la<br />
trascen<strong>de</strong>ncia al buscar glorias terrenas.<br />
Elster aburrido burócrata <strong>de</strong> la ciudad puritano-calvinista<br />
<strong>de</strong>be recurrir a restos <strong>de</strong> la ciudad católica-latina<br />
y necesita un testigo <strong>de</strong> la caída <strong>de</strong> una criatura fabricada<br />
con tales restos, testigo que sufre <strong>de</strong> vértigo,<br />
algo adquirido en su función profesional. Le hace<br />
| 115
Fragmento <strong>de</strong> “Vértigo” .<br />
116 |<br />
creer a Scottie que su esposa Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>eine (Magdalena) dice ser poseída<br />
por el fantasma <strong>de</strong> su bisabuela – Carlota Val<strong>de</strong>z – quien muriera loca<br />
luego <strong>de</strong> ser la amante <strong>de</strong> un po<strong>de</strong>roso <strong><strong>de</strong>l</strong> primer San Francisco, aquel<br />
<strong>de</strong> los barcos aventureros. Elster emplea a su amante para fabricar un<br />
doble <strong>de</strong> su esposa a la que Scottie <strong>de</strong>be seguir y vigilar. Pero <strong>de</strong>bido a<br />
su vértigo no pue<strong>de</strong> impedir verla caer al vacío <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una torre alta (<strong><strong>de</strong>l</strong><br />
hebreo “magdalena”).<br />
Algo se interpone en los planes <strong>de</strong> Elster: el amor-pasión. Lo “Tristanesco”.<br />
Al menos “pasión” en su primer momento. Así ambos – Scottie y la<br />
falsa Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>eine – como avatares <strong>de</strong> Tristán e Isolda no beben aquí el<br />
filtro mágico sino el acicate <strong>de</strong> la prohibición. Pero aquí no hay bosque<br />
don<strong>de</strong> ocultarse porque también el bosque se ha vuelto museo, aunque<br />
“natural”. Consumada la trampa o vuelto el simulacro – en el que su<br />
propio autor no cree por otro lado – a “la nada”, la “base” material que se<br />
ha empleado para su confección sigue viva en la ciudad primera. Scottie<br />
sale no <strong>de</strong> la “capilla dolorosa” como tanto héroe artúrico, sino <strong>de</strong><br />
su versión mo<strong>de</strong>rna, la clínica psiquiátrica, para emular lo que cree una<br />
creación “original” mediante una sustancia propia, a la que conquista<br />
previamente. Recor<strong>de</strong>mos que el Graal que buscaban los héroes <strong><strong>de</strong>l</strong> ciclo<br />
artúrico podía ser entendido en sentido material o como conquista<br />
espiritual.
Cuando Elster cava en los restos numinosos <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado católico <strong>de</strong> San<br />
Francisco, en su bulimia perversa recoge también restos numinosos anteriores<br />
y así da con lo mítico <strong>de</strong> su propio pasado como con los <strong>de</strong> Scottie.<br />
<strong>La</strong> base material <strong>de</strong> un ente ficticio mezcla <strong>de</strong> locura y <strong>de</strong> legendario<br />
mítico local, Judy Burton, se presta pasivamente a esta nueva transformación,<br />
ahora en “las manos” <strong>de</strong> Scottie porque <strong>de</strong>sea que el hombre la<br />
ame a “ella”. Fijémonos que jamás la mujer aquí – sea como Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>eine<br />
sea como Judy – es vista por el hombre como lo que es verda<strong>de</strong>ramente.<br />
Cada plano <strong><strong>de</strong>l</strong> film don<strong>de</strong> aparece la mujer que interpreta Kim Novak es<br />
vista por el hombre no como lo que es “en sí” sino lo que representa para<br />
Scottie. Sólo un segundo apenas y al final. Cuando <strong>de</strong>sea ser, existir, nacer,<br />
luego <strong>de</strong> ser engendrada por el amor. Pero la ceguera ahora <strong>de</strong>finitiva<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> héroe “curado” materialmente <strong>de</strong> su vértigo llevará a trabar – “bar”<br />
– el ser – “tó-ón–. Queda el abismo, las manos vacías y las campanadas<br />
<strong>de</strong> la iglesia que sonaron un poco tar<strong>de</strong>…”<br />
| 117
VINCENTE MINNELLI, EL MELODRAMA<br />
“Dios Sabe Cuánto Amé”<br />
(Some Came Running, Vincente Minnelli, 1958)<br />
Guión: John Patrick<br />
Dirección: Vincente Minnelli<br />
Estreno: 18 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1958<br />
Elenco:<br />
Frank Sinatra<br />
Dean Martin<br />
Shirley Mac<strong>La</strong>ine<br />
Martha Hyer<br />
Arthur Kennedy<br />
Nancy Gates<br />
Leora Dana<br />
Betty Lou Keim<br />
<strong>La</strong>rry Gates<br />
118 |<br />
“Los Cuatro Jinetes <strong><strong>de</strong>l</strong> Apocalipsis”<br />
(The Four Horseman of the Apocalypse, Vincente Minnelli, 1962)<br />
Guión: Robert Ardrey y John Gay<br />
Dirección: Vincente Minnelli<br />
Estreno: 18 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1962<br />
Elenco:<br />
Glenn Ford<br />
Ingrid Thulin<br />
Charles Boyer<br />
Lee J. Cobb<br />
Paul Lukas<br />
Yvette Mimieux<br />
Karlheinz Böhm<br />
Paul Henreid<br />
Harriet E. MacGibbon<br />
Kathryn Givney<br />
Marcel Hillaire<br />
George Dolenz<br />
Stephen Bekassy<br />
Nestor Paiva
“Castillos <strong>de</strong> Arena”<br />
(The Sandpiper, Vincente Minnelli, 1965)<br />
Guión: Martin Ransohoff<br />
Dirección: Vincente Minnelli<br />
Estreno: 23 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1965<br />
Elenco:<br />
Elizabeth Taylor<br />
Richard Burton<br />
Eva Marie Saint<br />
Charles Bronson<br />
Robert Webber<br />
James Edwards<br />
Torin Thatcher<br />
Tom Drake<br />
Douglas Hen<strong>de</strong>rson<br />
Morgan Mason<br />
<strong>La</strong> bala que se lleva a Shirley Mac<strong>La</strong>ine en la última escena <strong>de</strong> “Dios Sabe<br />
Cuánto Amé” es la resolución trágica <strong>de</strong> un mundo don<strong>de</strong> el amor, la<br />
valentía y la amistad son valores posibles, justos y bellos, pero don<strong>de</strong><br />
el <strong>de</strong>stino, en cualquier momento, nos pue<strong>de</strong> jugar una mala pasada y<br />
todo pue<strong>de</strong> terminar. Pero aún el fracaso tiene cierta dignidad en Minnelli,<br />
aún la <strong>de</strong>sesperación y la <strong>de</strong>rrota siempre se hallan enmarcadas<br />
en algún rasgo valioso, compuesto a veces <strong>de</strong> buen gusto, a veces <strong>de</strong><br />
| 119<br />
Los Cuatro Jinetes <strong><strong>de</strong>l</strong> Apocalipsis.
120 |<br />
algún recuerdo que valga la pena ser recordado, <strong>de</strong><br />
un hábito conciente, <strong>de</strong> una mirada irónica, o <strong>de</strong> una<br />
esperanza justificada. Es Frank Sinatra el que busca la<br />
ruina, la perdición. Faretta escribía: “… En el pequeño<br />
burgués suburbano sometido a convenciones familiares,<br />
late un romántico que pue<strong>de</strong> romper su cauce…”<br />
Situación reconocida fácilmente en la narrativa<br />
<strong>de</strong> Georges Simenón, y su extensísima obra literaria.<br />
Para Minnelli el problema es, entre otras cosas, cómo<br />
se pasa <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as al mundo concreto. Tema que<br />
recorrerá toda su obra, sus formas y sus géneros. El<br />
humano transcurrir <strong><strong>de</strong>l</strong> presente es don<strong>de</strong> se ponen a<br />
prueba nuestros valores y nuestros pensamientos…<br />
la visión <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo.<br />
“Los Cuatro Jinetes <strong><strong>de</strong>l</strong> Apocalipsis” (1962) es, tal vez,<br />
la obra más lograda y completa <strong>de</strong> Minnelli, como así<br />
también una <strong>de</strong> las mejores obras realizadas por el<br />
<strong>cine</strong> norteamericano. Cada plano, cada movimiento<br />
<strong>de</strong> cámara, cada gesto, cada diálogo, cada recurso<br />
estilístico está puesto precisamente en su lugar en<br />
función <strong><strong>de</strong>l</strong> todo, y ese todo es, a cada momento, una<br />
apertura hacia el fuera <strong>de</strong> campo. ¿<strong>La</strong> guerra divi<strong>de</strong> a<br />
la familia, o la familia, ya dividida, encuentra en la excusa<br />
<strong>de</strong> la guerra la justificación para dicha división,<br />
por otro lado bastante conveniente? ¿De qué lado<br />
<strong>de</strong> la familia pone el acento Minnelli? ¿Qué mueve a<br />
Julio (Glenn Ford) hacia la vida francesa que encara<br />
durante y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la guerra? Premingerianamente,<br />
Minnelli nos plantea interrogantes y nos <strong>de</strong>scribe<br />
ambigüeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una puesta en escena perfecta,<br />
pero sin <strong>de</strong>senten<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> la situación, pensando,<br />
como diría Sarris, más en la belleza que en el arte, más<br />
en su visión <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo que en el mundo mismo.<br />
“Castillos en la Arena” plantea, otra vez, una situación<br />
típica <strong>de</strong> las novelas <strong>de</strong> Simenón. Alguien, por alguna<br />
razón, patea el tablero y abandona su vida normal,<br />
<strong>de</strong>jándola en el pasado, para arribar a una nueva vida<br />
(más aventurera) don<strong>de</strong> no encuentra, por lo general,<br />
todo lo que busca. Esta situación es doble en el film<br />
<strong>de</strong> Minnelli. Por un lado, sabemos que <strong>La</strong>ura (Elizabeth<br />
Taylor) abandonó hastiada su vida burguesa e hipócrita,<br />
como así también a su novio, padre <strong><strong>de</strong>l</strong> niño<br />
Danny. Por el otro, Hewitt (Burton) <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> recuperar<br />
sus sueños <strong>de</strong> juventud y patea el tablero familiar,<br />
enloquecido por su amor hacia <strong>La</strong>ura. Ambos se encuentran<br />
y se <strong>de</strong>sencuentran durante la segunda mitad<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> film, para terminar su <strong>historia</strong> separados. Por<br />
fin, en la última escena, el predicador Burton, opta<br />
por la soledad que también es una forma <strong>de</strong> locura<br />
para Minnelli. Como el honorable profesor Jean Paul<br />
Guillaume en “El Evadido” <strong>de</strong> Simenón, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> abandonar<br />
a su mujer, a su casa, a sus hijos (en el film, son<br />
los alumnos <strong>de</strong> la escuela), e ir a buscar una aventura<br />
que se relaciona directamente con la irresponsabilidad<br />
juvenil <strong>de</strong> su pasado. Po<strong>de</strong>mos completar esta<br />
i<strong>de</strong>a, intuyendo que lo que va a encontrar <strong><strong>de</strong>l</strong> otro<br />
lado <strong>de</strong> la línea, no se diferenciará <strong>de</strong>masiado <strong><strong>de</strong>l</strong> tedio<br />
que abandona.<br />
Todos los temas y obsesiones <strong>de</strong> Minnelli están imbricados<br />
en esta película. Aquello que empieza por<br />
ternura y comprensión, roza y se instala en la locura<br />
y concluye en pesimismo. Cierta imposibilidad en las<br />
relaciones humanas, el vacío, la fragilidad <strong>de</strong> la familia,<br />
la fe, la inestabilidad emocional, el triángulo amoroso<br />
como sostén clásico <strong><strong>de</strong>l</strong> castillo melodramático,<br />
la hipocresía como motor <strong>de</strong> los conflictos.<br />
<strong>La</strong> memoria selectiva es la que <strong>de</strong>manda el <strong>cine</strong> <strong>de</strong><br />
sus espectadores para po<strong>de</strong>r arribar a los valores y<br />
miradas que proponen los artistas <strong>de</strong> esta forma. El<br />
fuera <strong>de</strong> campo es su razón <strong>de</strong> ser para dicho encuentro.<br />
<strong>La</strong> inteligencia, fineza y cultura <strong>de</strong> Minnelli es indiscutible.<br />
Y su memoria se refleja en el lúcido título<br />
<strong>de</strong> su autobiografía que publicó en 1974: “I Remember<br />
it Well”, que significa Lo Recuerdo Bien.
Douglas Sirk.<br />
DOUGLAS SIRK<br />
Hans Detlef Sierck (el verda<strong>de</strong>ro nombre <strong>de</strong> Douglas Sirk) nació en Hamburgo<br />
el 26 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1900. Comenzó en el teatro, para luego <strong>de</strong>dicarse al <strong>cine</strong>. A mediado<br />
<strong>de</strong> los treinta se instala <strong>de</strong>finitivamente en Hollywood, don<strong>de</strong> comienza<br />
una extraordinaria carrera como director. Su trabajo tiene dos etapas muy marcadas;<br />
la primera, para la Warner, don<strong>de</strong> realiza ocho películas, entre las que se<br />
<strong>de</strong>stacan: “Extraña Confesión” (1944), “Pacto Tenebroso” (1947), y “Más Fuerte<br />
que el Amor” (1949). <strong>La</strong> segunda etapa correspon<strong>de</strong> a su trabajo para la Universal,<br />
don<strong>de</strong> resaltan sus más conocidos melodramas: “Magnífica Obsesión”<br />
(1954), “Lo que el Cielo nos da” (1955), “Siempre habrá un Mañana” (1956), “Escrito<br />
en el Viento” (1956), “Tiempo <strong>de</strong> Amar, Tiempo <strong>de</strong> Morir” (1958), “Ángeles<br />
Empañados” (1958), e “Imitación <strong>de</strong> la Vida” (1959). Sirk es, sin dudas, el gran<br />
director <strong>de</strong> melodramas <strong><strong>de</strong>l</strong> Hollywood clásico. Luego <strong>de</strong> abandonar su carrera<br />
en Estados Unidos (1959) y <strong>de</strong> vivir en Hollywood hasta 1976, retorna a su Alemania<br />
natal y muere en Suiza, el 14 <strong>de</strong> enero 1987.<br />
| 121<br />
Si el melodrama es la pura pasión <strong>de</strong>senfrenada, don<strong>de</strong> los personajes no<br />
reaccionan, no piensan, y sólo se manejan por impulsos totalmente irracionales,<br />
si esto es así, el emblema <strong><strong>de</strong>l</strong> melodrama es Douglas Sirk. Sobre<br />
todo la última etapa <strong>de</strong> su carrera americana, aquellos memorables films<br />
<strong>de</strong> la Universal durante los años cincuenta. Películas como “Magnífica Ob-
122 |<br />
sesión” (Magnificent Obsession, 1954), “Lo que el Cielo<br />
nos da” (All That Heaven Allows, 1955), “Siempre habrá<br />
un Mañana” (There’s Always Tomorrow, 1956), “Palabras<br />
al Viento” (Written on the Wind, 1956), “Interludio <strong>de</strong><br />
Amor” (Interlu<strong>de</strong>, 1957), “Ángeles Empañados” (The Tarnished<br />
Angels, 1958), “Tiempo <strong>de</strong> Amar, Tiempo <strong>de</strong> Morir”<br />
(A Time to Love and a Time to Die, 1958), e “Imitación<br />
<strong>de</strong> la Vida” (Imitation of Life, 1959), son obras maestras<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> género y <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> <strong>de</strong> los años dorados <strong>de</strong> Hollywood.<br />
“Imitación a la Vida” es una película <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedida en<br />
varios sentidos. El paso lento y ceremonioso <strong><strong>de</strong>l</strong> carro<br />
fúnebre hacia el final <strong><strong>de</strong>l</strong> film, marca un ritmo y un tiempo<br />
que se acaban, pero tal vez otro que nace a partir <strong>de</strong><br />
allí. <strong>La</strong> evolución e involución <strong>de</strong> las simétricas mujeres,<br />
con sus simétricas hijas, nos colocan en un lugar poco<br />
asiduo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo diegético, para nuestro Sirk, pero a la<br />
vez nos evocan el centro <strong>de</strong> su pensamiento y proce<strong>de</strong>r<br />
barroco. Nada que no tenga la autenticidad humana necesaria<br />
logrará conseguir verda<strong>de</strong>ramente lo que busca,<br />
porque aún en la pasión más <strong>de</strong>sesperada sobrevive<br />
siempre un resto <strong>de</strong> <strong>de</strong>cencia elemental, inherente al<br />
hombre y distinta a la naturaleza salvaje. Ese resto <strong>de</strong> caridad<br />
que parece poseer siempre <strong>La</strong>na Turner es el motor<br />
<strong>de</strong> una obra que se cierra ese año con esta película.<br />
Porque el testamento <strong>de</strong> Sirk, como el velorio callejero<br />
final, es un abandono y un adiós al <strong>cine</strong>. El final, el testamento,<br />
la <strong>de</strong>spedida, es también una <strong>de</strong>spedida <strong><strong>de</strong>l</strong> arte,<br />
<strong>de</strong> cierto arte, <strong>de</strong> cierta forma <strong>de</strong> ver el arte. Es también<br />
una reflexión autoconciente y profunda sobre el hacer<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, y sobre el mundo que <strong>de</strong> alguna manera sostiene<br />
(o sostenía) al <strong>cine</strong>. El film es realizado y estrenado<br />
en épocas en don<strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s estudios productores<br />
<strong>de</strong> Hollywood comenzaban a caer, uno a uno, producto<br />
<strong>de</strong> una nueva legislación (proveniente <strong><strong>de</strong>l</strong> este yanqui,<br />
claro) apoyada en una actitud anti monopolio, típica <strong>de</strong><br />
la falsa moral e hipocresía <strong><strong>de</strong>l</strong> pensamiento liberal <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
mundo mo<strong>de</strong>rno, expresado como en poco lugares, en<br />
el modo <strong>de</strong> vida norteamericano. Sirk abandona la actividad,<br />
producto <strong>de</strong> este estado <strong>de</strong> situación, con éste,<br />
que fue su último film americano.<br />
Un caprichoso <strong>de</strong>stino gobierna las acciones <strong>de</strong> los melodramas<br />
<strong>de</strong> Sirk, matizado con colores chillones que,<br />
inmersos en una rigurosa puesta en escena, armonizan<br />
en el buen gusto. Tal es el caso <strong>de</strong> la estupenda “Palabras<br />
al Viento” (1956), don<strong>de</strong> todo <strong>de</strong>be romperse para<br />
po<strong>de</strong>r arribar a la resolución final. Mitch Wayne (Rock<br />
Hudson) <strong>de</strong>be abandonar a la familia petrolera para po<strong>de</strong>r<br />
seguir con su vida, junto a <strong>La</strong>uren Bacall, Kyle (Robert<br />
Snack) <strong>de</strong>be morir, y la hermana <strong>de</strong> Kyle (Dorothy<br />
Malone) tendrá que abandonar su alocada situación <strong>de</strong><br />
come hombres, para ocupar el lugar <strong>de</strong> su padre recién<br />
fallecido comandando la compañía petrolera. Pero todo<br />
esto se da con la naturalidad <strong><strong>de</strong>l</strong> drama que es llevado,<br />
trágicamente, por una mano invisible. El director <strong>de</strong> sutil<br />
mirada europea incluye el presente histórico en sus<br />
films pero ajustándolo exactamente <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lo que se<br />
quiere contar; no hay abuso <strong>de</strong> lo mo<strong>de</strong>rno.<br />
Pero si en los films <strong>de</strong> este autor los personajes son<br />
arrastrados hacia abismos inimaginables, también es<br />
cierto que un personaje, generalmente el personaje<br />
central, permanecía inmóvil (en sentido emocional, y<br />
sobre todo moral), y a partir <strong>de</strong> él giraba toda la trama,<br />
como así también la evolución <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más personajes.<br />
El mismo Douglas Sirk lo llamó el personaje alfil o<br />
itinerante. Aquél que atravesaba, diagonalmente a todos<br />
los <strong>de</strong>más condicionando los <strong>de</strong>más recorridos,<br />
evoluciones, crecimientos. Es también aquel que mueve,<br />
pone en funcionamiento, la vida <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más. Dicho<br />
personajes, varias veces interpretado por Rock Hudson,<br />
lo vemos en: Magnífica Obsesión” (1954), “Lo que el Cielo<br />
nos da” (1955), “Palabras al Viento” (1956), y “Ángeles<br />
Empañados” (1957), ésta última: uno <strong>de</strong> los melodramas<br />
mejores jamás vistos...<br />
Recomendamos, a propósito <strong>de</strong> este autor y <strong><strong>de</strong>l</strong> tema<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> melodrama, la lectura <strong>de</strong> “<strong>La</strong> Pasión Manda” (2009),<br />
último libro publicado por Ángel Faretta.
Río Bravo<br />
(Rio Bravo, Howard Hawks, 1959)<br />
Guión: Jules Furthman y Leigh Brackett<br />
Dirección: Howard Hawks<br />
Estreno: 4 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1959<br />
Elenco:<br />
John Wayne<br />
Dean Martin<br />
Ricky Nelson<br />
Angie Dickinson<br />
Walter Brennan<br />
Ward Bond<br />
John Russell<br />
Pedro Gonzalez<br />
Estelita Rodriguez<br />
Clau<strong>de</strong> Akins<br />
“… El término ‘tradicional’ aplicado al western pue<strong>de</strong> significar dos cosas y dos<br />
tipos <strong>de</strong> western muy diferentes entre sí. Por un lado, aquel que ofrece un campo<br />
muy amplio al director que tenga un sentimiento especial hacia el pasado<br />
norteamericano, hacia la frontera entre la Historia y el Mito, hacia las primeras<br />
etapas <strong>de</strong> civilización, primitivas, precarias y conmovedoras. Ejemplarmente, el<br />
caso <strong>de</strong> John Ford. Y, por otro lado, aquel que ofrece a su director escapar <strong>de</strong> las<br />
trabas <strong>de</strong> la realidad exterior contemporánea y <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> verosimilitud,<br />
| 123<br />
Río Bravo.
124 |<br />
para expresar ciertas necesida<strong>de</strong>s humanas fundamentales<br />
(míticas, originales), o explorar temas personales,<br />
como categorías <strong>de</strong> pensamiento. Tal es el caso <strong>de</strong> nuestro<br />
Howard Hawks…”<br />
Robin Wood, “El Cine <strong>de</strong> Howard Hawks”<br />
Si la aventura es el móvil <strong>de</strong> Raoul Walsh, y la tradición<br />
es el móvil en los films <strong>de</strong> John Ford, el móvil <strong>de</strong><br />
Hawks es el heroísmo. Howard Hawks es el autor heroico.<br />
Si el <strong>de</strong>ber sólo actúa como rectitud ética individual<br />
en Walsh, y como obligación <strong><strong>de</strong>l</strong> ser territorial<br />
y comunitario en Ford, entonces el <strong>de</strong>ber en Hawks<br />
es utilizado como una vía hacia la heroicidad, siempre<br />
a partir <strong>de</strong> la profesionalidad. El objetivo masculino<br />
<strong>de</strong> sus films es el autorespeto y el mantenimiento <strong>de</strong><br />
la dignidad. El mejor ejemplo <strong>de</strong> esto es “Río Bravo”.<br />
<strong>La</strong> irresponsabilidad <strong>de</strong> Du<strong>de</strong> (Dean Martin) que se<br />
ha convertido en un borracho perdido, se refracta<br />
en la obligación y el <strong>de</strong>ber heroico <strong>de</strong> John T. Chance<br />
(John Wayne). Porque uno sin el otro no podrán<br />
<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r esa cárcel sitiada. El reclamo constante <strong>de</strong><br />
Chance para con su compañero y amigo Du<strong>de</strong> es, a<br />
la vez, humano y moral porque simultáneamente el<br />
héroe <strong>de</strong> Hawks se pregunta por sus <strong>de</strong>beres, y los<br />
<strong>de</strong>beres <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre adulto siempre está ligados a la<br />
profesionalidad.<br />
Mientras los héroes se distinguen por su moral basada<br />
en una profesionalidad fuerte (o la falta <strong>de</strong> ella),<br />
la comunidad allá afuera está en cualquier cosa. No<br />
hay una reciprocidad entre héroe y comunidad, cada<br />
uno se maneja, como pue<strong>de</strong>, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los marcos <strong>de</strong><br />
la individualidad. Para Hawks, el hombre, individualmente,<br />
hace la <strong>historia</strong> y no al revés. <strong>La</strong> civilización<br />
es algo que agrupa a seres solos y distintos con diferentes<br />
grados <strong>de</strong> responsabilidad y saber. Esta visión<br />
aristocrática, pesimista y, por momentos, anárquica,<br />
es el centro <strong><strong>de</strong>l</strong> pensamiento poético <strong>de</strong> este autor.<br />
El problema se plantea cuando aparece la mujer. <strong>La</strong><br />
mónada masculina or<strong>de</strong>nada jerárquicamente <strong>de</strong><br />
acuerdo al <strong>de</strong>ber, la ética, y el saber profesional, se<br />
ve amenazada cuando lo femenino se aparece como<br />
posibilidad <strong>de</strong>sestabilizadora. <strong>La</strong> mujer es la otredad.<br />
Lo otro <strong>de</strong> lo masculino. Lo inasimilable.<br />
Si para John Ford la mujer representa el estado familiar<br />
básico para la tradición, y la seguridad <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe<br />
<strong>de</strong> que lucha por esa familia (núcleo central <strong>de</strong> la<br />
civilización), que sabe que una vez que termine sus<br />
<strong>de</strong>beres <strong>de</strong>be volver a casa, es <strong>de</strong>cir la mujer como<br />
un ‘junto al hombre’, para Hawks, la mujer es el otro<br />
mundo, la ruptura <strong>de</strong> la tranquilidad, pero a la vez<br />
la justificación última <strong><strong>de</strong>l</strong> profesional vuelto héroe.<br />
<strong>La</strong> mujer hawksiana sabe que el hombre juega a su<br />
oficio (aviador, marino, sheriff, pistolero), pero cuando<br />
el juego termine, no le quedará más remedio que<br />
acordarse <strong>de</strong> perpetuar la especie, para lo cual ellas<br />
se vuelven imprescindibles. El genial agnosticismo<br />
hawksiano al preguntarse por la cuestión territorial,<br />
a diferencia <strong>de</strong> la visión trascen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Ford, nos<br />
recuerda que la civilización se forjó a sí misma <strong>de</strong><br />
acuerdo a valores morales <strong>de</strong> las personas que, individualmente,<br />
se fueron acercando unas a otras para<br />
po<strong>de</strong>r vivir (los hombres), y unas a otras para po<strong>de</strong>r<br />
continuar (el hombre y la mujer). Dicha continuidad<br />
para la visión inmanente <strong>de</strong> este autor, es exclusivamente<br />
biológica.<br />
Escribe Robin Wood, sobre Río Bravo: “… Feathers es<br />
la unión perfecta, casi invisible, entre la chica <strong>de</strong> salón<br />
y la mujer hawksiana: tenaz e in<strong>de</strong>pendiente, aunque<br />
sensible y vulnerable; igual a cualquier hombre, pero<br />
absolutamente femenina. <strong>La</strong> tensión entre el fondo<br />
(la convención tradicional <strong><strong>de</strong>l</strong> western), y el primer<br />
plano (el personaje real <strong>de</strong> éste western), es aquí más<br />
evi<strong>de</strong>nte que en cualquier otro caso. Estamos muy lejos<br />
<strong>de</strong> la impetuosa cantante con corazón <strong>de</strong> oro que<br />
suele morir parando una bala <strong>de</strong>stinada al héroe. <strong>La</strong><br />
maravillosa interpretación <strong>de</strong> Angie Dickinson nos da<br />
la encarnación perfecta <strong>de</strong> la mujer hawksiana: inteligente,<br />
adaptable y sensible. Da la sensación constante<br />
<strong>de</strong> ser una mujer que realmente sabe lo que<br />
es importante para ella. A uno le llama la atención la<br />
belleza <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje, la belleza <strong>de</strong> un ser vivo que
El mundo masculino y las bellas canciones.<br />
respon<strong>de</strong> espontáneamente a cada situación a partir <strong>de</strong> su seguridad en<br />
sí mismo. No es sólo una cuestión <strong>de</strong> caracterización, es más que eso: es<br />
la transmisión <strong>de</strong> una cualidad vital. En una <strong>de</strong> las cimas <strong><strong>de</strong>l</strong> film, le dice<br />
a Chance: ‘Eso es lo que haría si fuera el tipo <strong>de</strong> chica que crees que soy’.<br />
Por eso, lo que más nos gusta <strong>de</strong> Hawks es la vitalidad <strong>de</strong> tantos <strong>de</strong> sus<br />
personajes…”<br />
| 125<br />
En Río Bravo, la simpleza <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> y la <strong>de</strong>streza <strong>de</strong> las acciones contribuyen<br />
a un logro narrativo emocional más alto, como también a una<br />
serie <strong>de</strong> relaciones (los hombres entre sí, y la mujer con el hombre) que<br />
nos impactan por su sencillez y su fuerza. El héroe que intenta mantener<br />
su dignidad a toda costa es todo un tema <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la visión <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo<br />
<strong>de</strong> Hawks.<br />
John T. Chance es el sheriff <strong>de</strong> un pueblo perdido en Nuevo México llamado<br />
“Presidio”. Ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> una comunidad fantasma, una mujer en<br />
quien <strong>de</strong>sconfía y tres hombres. Tres hombres incompletos: el joven Colorado,<br />
inexperto, apurado, vulnerable, un niño a los ojos <strong>de</strong> Hawks (porque<br />
adolece <strong>de</strong> profesionalidad); Stumpy (Walter Brennan), un viejo que<br />
recorre las fronteras <strong>de</strong> la <strong>de</strong>crepitud y suele entorpecer la tarea <strong><strong>de</strong>l</strong> sheriff<br />
creyéndose capaz <strong>de</strong> hacer lo que ya no pue<strong>de</strong>; y Du<strong>de</strong>, el ayudante<br />
borracho, a quien el alcohol y sus obsesiones le han hecho per<strong>de</strong>r algo<br />
más que la dignidad. A la par <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong><strong>de</strong>l</strong> drama, la puesta en esce-
na nos llevará a recorrer la evolución <strong>de</strong> los cuatro hombres, que vuelven<br />
a recomponer, aunque sea por un tiempo, la mónada masculina (el grupo<br />
<strong>de</strong> amigos <strong>de</strong> toda película <strong>de</strong> Hawks). Chance aceptará, finalmente,<br />
la agradable intromisión <strong>de</strong> Feathers. Colorado arribará a la adultez, logrando<br />
pasar las pruebas <strong>de</strong> valor y heroísmo que las circunstancias le<br />
imponen. Stumpy podrá <strong>de</strong>mostrar y <strong>de</strong>mostrarse que todavía pue<strong>de</strong><br />
ser útil, y por lo tanto, todavía es un hombre, más allá <strong>de</strong> algunas limitaciones,<br />
las cuales es el primero en reconocer. Y Du<strong>de</strong> (secretamente, el<br />
verda<strong>de</strong>ro protagonista <strong><strong>de</strong>l</strong> film) recuperará su status <strong>de</strong> héroe, no sólo<br />
por haber logrado <strong>de</strong>jar atrás aquel estado <strong>de</strong> ebriedad permanente, lo<br />
cual le permitió recuperar la dignidad y el autorespeto, sino también,<br />
y fundamentalmente, porque pudo <strong>de</strong>senvolverse perfectamente en el<br />
cumplimiento <strong>de</strong> su <strong>de</strong>ber.<br />
126 |<br />
<strong>La</strong> acción <strong><strong>de</strong>l</strong> film se <strong>de</strong>sarrolla, sin fisuras, <strong>de</strong> acuerdo a momentos y<br />
valores, que fluyen <strong>de</strong> acuerdo a una lógica, pero también a partir <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> los sujetos <strong>de</strong> la acción que se plantea <strong>de</strong>s<strong>de</strong> posturas morales<br />
bien <strong>de</strong>finidas. Comenzando por la primera escena don<strong>de</strong> se presenta<br />
a los tres personajes más importantes <strong><strong>de</strong>l</strong> film (Du<strong>de</strong>, Chance y Joe<br />
Bur<strong>de</strong>tt), pasando por la espléndida captura <strong>de</strong> Joe, más tar<strong>de</strong> la doble<br />
captura <strong>de</strong> Du<strong>de</strong> para lograr un intercambio, el heroísmo <strong>de</strong> Du<strong>de</strong> en el<br />
falso intercambio <strong><strong>de</strong>l</strong> final, y la resolución y triunfo <strong>de</strong>finitivo.<br />
El grupo <strong>de</strong> hombres, encabezados por el sheriff Chance, custodia la prisión<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo don<strong>de</strong> se tiene encarcelado al villano Joe Bur<strong>de</strong>tt, a la<br />
espera <strong><strong>de</strong>l</strong> sheriff general que vendrá a llevárselo en seis días. El tiempo<br />
que le llevó a Dios la creación <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo le llevará a estos hombres, recuperar<br />
el or<strong>de</strong>n, vencer el caos, y restituir, restaurar el eclipsado <strong>de</strong>sarrollo<br />
<strong>de</strong> la civilización. Entre el apresamiento y la llegada <strong><strong>de</strong>l</strong> sheriff que<br />
juzgará al <strong>de</strong>tenido, hay un tiempo que se va estirando (la diligencia se<br />
rompe, y es la misma que tiene que partir para regresar en seis días),<br />
y que se ve amenazado por la promesa <strong>de</strong> venganza <strong><strong>de</strong>l</strong> hermano <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
villano, Nathan, y su banda, quienes intentarán sacar a Joe <strong>de</strong> la cárcel. A<br />
partir <strong>de</strong> este momento, cada uno <strong>de</strong> los integrantes <strong><strong>de</strong>l</strong> grupo <strong>de</strong>berá<br />
pasar una serie <strong>de</strong> pruebas que los conduzca a la salvación <strong>de</strong>finitiva no<br />
como grupo social, sino como individuos, no en sentido religioso, tampoco<br />
únicamente humano, sino heroico.
EDGAR ULMER<br />
“Más Allá <strong>de</strong> la Barrera <strong><strong>de</strong>l</strong> Tiempo”<br />
(Beyond the time Barrier, Edgar Ulmer, 1960)<br />
Guión: Arthur C. Pierce<br />
Dirección: Edgar Ulmer<br />
Estreno: 1 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1960<br />
Elenco:<br />
Robert Clarke<br />
Darlene Tompkins<br />
Vladimir Sokoloff<br />
Boyd ‘Red’ Morgan<br />
Stephen Bekassy<br />
Arianne Ulmer<br />
John Van Dreelen<br />
Ken Knox<br />
Edgar Ulmer.<br />
Nació en Viena el 17 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1904. Llegó a Hollywood <strong>de</strong> joven, y<br />
realizó la totalidad <strong>de</strong> su obra en los Estados Unidos. Director <strong>de</strong> películas<br />
<strong>de</strong> clase b, entre 1930 y 1964, las que se <strong>de</strong>stacan: “El Gato Negro” (1934), “El<br />
Desvío” (1945), “El Hombre <strong><strong>de</strong>l</strong> Planeta X” (1951), “The Naked Dawn” (1955)<br />
y “Más Allá <strong>de</strong> la Barrera <strong><strong>de</strong>l</strong> Tiempo” (1960). Uno <strong>de</strong> los mejores y más cultos<br />
directores proce<strong>de</strong>ntes <strong><strong>de</strong>l</strong> Imperio Austrohúngaro. Murió el 30 <strong>de</strong> septiembre<br />
<strong>de</strong> 1972 en California, a los 68 años <strong>de</strong> edad.<br />
| 127<br />
Descendiente fílmico <strong>de</strong> Murnau, nacido en y durante el Imperio Austrohúngaro,<br />
Ulmer fue uno <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s directores <strong>de</strong> bajo presupuesto<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> clásico norteamericano. Con una cámara directa, con honestidad<br />
narrativa, logró establecer un <strong>cine</strong> complejo, profundo, fuerte, con<br />
una enorme capacidad simbólica. Edgar Ulmer ha sido un director muy<br />
poco valorado, <strong>de</strong> acuerdo a los logros obtenidos. Su sentido <strong><strong>de</strong>l</strong> humor,<br />
su golpe certero, tanto en lo emocional como en el tema, en la síntesis<br />
<strong>de</strong> sus tramas y sus resoluciones, en la oscuridad <strong>de</strong> sus sentidos, en su<br />
pesimismo, no han sido reconocidos lo suficiente. Films como “El Gato<br />
Negro” (1934), “Bluebeard” (1944), “El Desvío” (1945), “<strong>La</strong> Extraña Mujer”<br />
(1946), “El Hombre <strong><strong>de</strong>l</strong> Planeta X” (1951), “The Naked Dawn” (1955), “<strong>La</strong><br />
Hija <strong><strong>de</strong>l</strong> Dr. Jekyll” (1957) y “Beyond the Time Barrier” (1960).<br />
Adaptaciones varias, policiales, western, melodramas, films fantásticos<br />
pueblan la obra <strong>de</strong> este autor oculto y genial. Recordamos, la versión libre<br />
<strong>de</strong> Poe <strong>de</strong> “El Gato Negro” (1934), la sencillez <strong>de</strong> la perdición en la oscura<br />
“El Desvío” (1945), la narrativa <strong>de</strong> Julián Green en ese extraordinario<br />
melodrama llamado “<strong>La</strong> Extraña Mujer” (1946), el laberíntico camino <strong>de</strong>
Santiago en “The Naked Dawn” (1955), la puesta en escena geométrica,<br />
soberbia, simétrica <strong>de</strong> “Beyond the Time Barrier” (1960).<br />
128 |<br />
habitual en las puestas <strong>de</strong> Ulmer <strong>de</strong> los años cuarenta que el mundo<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> film pase inesperadamente a otro lugar. El género establecido da un<br />
giro y lo que parecía ser <strong>de</strong> una manera se complejiza para <strong>de</strong>sembocar<br />
en otro lugar. “Barba Azul” (1944) narra la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> un asesino <strong>de</strong> mujeres<br />
jóvenes en la Francia <strong>de</strong> fines <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XIX, y en principio la película<br />
plantea el enigma <strong>de</strong> quién es dicho asesino en términos policiales,<br />
a través <strong>de</strong> la preocupación <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s. Más tar<strong>de</strong>, a mitad <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
film, el enigma se <strong>de</strong>vela y la película se queda con el asesino, un pintor<br />
traumado por su primer amor, que ha renunciado a hacer retratos<br />
<strong>de</strong> mujeres porque en el momento en que empieza a pintarlas vuelve a<br />
aquel recuerdo y las mata. <strong>La</strong> segunda mitad <strong><strong>de</strong>l</strong> film se transforma en<br />
un melodrama a través <strong>de</strong> las relaciones entre Barba Azul, el asesino, representado<br />
por John Carradine, y Lucille (Jean Parker), quien arriesga su<br />
vida por amor. El final encuentra a las autorida<strong>de</strong>s parisinas acorralando<br />
al asesino, encontrándolo en el momento en el que estaba estrangulando<br />
a Lucille. Ella se salva <strong>de</strong> milagro, y él es perseguido hasta que cae al<br />
Sena en su intento <strong>de</strong> huída. Barba Azul termina en el mismo lugar en<br />
don<strong>de</strong> terminaban sus víctimas.<br />
“El Desvío” (1945) cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> Al Roberts (Tom Neal) que se enreda<br />
en su propia impru<strong>de</strong>ncia. Mediante la narración <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong><br />
vista <strong><strong>de</strong>l</strong> protagonista a través <strong>de</strong> un extenso flashback, la <strong>historia</strong> va cambiando<br />
<strong>de</strong> acuerdo a cada uno <strong>de</strong> los pasos <strong>de</strong> sus recuerdos. Primero, la<br />
intrincada relación con una mujer que <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> irse a Hollywood a probar<br />
suerte como actriz. Luego, la salida <strong>de</strong> él <strong>de</strong> Nueva York para ir a buscarla,<br />
<strong>de</strong> la manera más <strong>de</strong>sesperada y sin dinero; más tar<strong>de</strong>, un hombre rico<br />
lo levanta en la ruta para llevarlo hacia el oeste, y en un acto imprevisto<br />
muere. Nuestro protagonista ocupa el lugar <strong><strong>de</strong>l</strong> muerto, justificándose, ya<br />
que si <strong>de</strong>nuncia el hecho iría a la cárcel sin remedio. Después se encuentra<br />
en la ruta con una mujer que está haciendo <strong>de</strong>do y la levanta. Ella lo acusa,<br />
repentinamente, <strong>de</strong> haber matado al buen hombre que lo había levantado<br />
antes, ya que reconoce el auto y la ropa <strong><strong>de</strong>l</strong> muerto. Él queda preso <strong>de</strong><br />
la voluntad <strong>de</strong> esta mujer que lo retiene a la espera <strong>de</strong> una herencia que<br />
obtendría aquel hombre, y que ahora sería <strong>de</strong> él por haber ocupado su lugar.<br />
Inversamente a “Barba Azul”, aquí el melodrama, se torna un violento<br />
policial. El protagonista mata a la mujer, otra vez <strong>de</strong> forma acci<strong>de</strong>ntal, y<br />
huye <strong>de</strong>sesperado. <strong>La</strong> policía lo atrapa y termina el film.<br />
“Extraña Mujer” (1946), tal vez su film más clase A <strong>de</strong> todos, pasa por un<br />
procedimiento parecido. Estamos al comienzo en 1824 en el norte <strong>de</strong> Es-<br />
El Desvío <strong>de</strong> Edgar Ulmer.
tados Unidos, cerca <strong>de</strong> Boston. Una pobre niña llamada<br />
Jenny (Hedy <strong>La</strong>marr) sufre el <strong>de</strong>scuido y la soledad<br />
<strong>de</strong>bido a una familia incompleta, su madre muerta y<br />
su padre borracho y sin trabajo. Luego <strong>de</strong> una pelea<br />
con sus compañeros y amigos, ella tiene una conversación<br />
con su padre, se mira el reflejo en el río, prometiéndose<br />
un <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>za, e inmediatamente<br />
la película nos pone quince años más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante: ella<br />
joven buscando un candidato para casarse, y el padre<br />
agonizando producto <strong>de</strong> su alcoholismo. Aquí la<br />
trama costumbrista, social pasa, sin solución <strong>de</strong> continuidad,<br />
al melodrama más aterrador y más crudo.<br />
Ella termina escalando socialmente producto <strong>de</strong> su<br />
astucia <strong>de</strong>spiadada, hasta que un <strong>de</strong>scuido la mata,<br />
<strong>de</strong>scontrolada por celos. Como se ve aquí y en toda la<br />
obra <strong>de</strong> Ulmer, lo social, lo costumbrista se subsume<br />
siempre en lo trágico.<br />
Los films <strong>de</strong> los cincuenta y sesenta, en la mayoría <strong>de</strong><br />
los casos, entran <strong>de</strong> lleno en el terreno <strong>de</strong> lo fantástico.<br />
Especulaciones tanto científicas como metafísicas,<br />
mediante logradísimas narraciones <strong>de</strong>sarrolladas<br />
tanto en el pasado como en futuro. En “El Hombre <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
Planeta X” (1951), situada en el norte <strong>de</strong> Escocia, una<br />
nave extraterrestre, con un único habitante, aterriza<br />
inesperadamente en el lugar. El film plantea la posibilidad<br />
<strong>de</strong> tiranización <strong>de</strong> esta nueva raza sobre la<br />
humana, aprovechando la ingenuidad <strong><strong>de</strong>l</strong> científico,<br />
por un lado, y la <strong><strong>de</strong>l</strong> mecenas invertido, por el otro. El<br />
héroe, un joven periodista, junto a su amada, la hija<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> científico, encabeza la reacción, cuando el ejército<br />
ya se dispone a bombar<strong>de</strong>ar sin más a la nave extraterrestre<br />
y sus habitantes.<br />
“<strong>La</strong> Hija <strong><strong>de</strong>l</strong> Doctor Jekyll” (1957) es una versión libre<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> texto <strong>de</strong> Robert Stevenson, don<strong>de</strong> el doctor Jekyll,<br />
fuera <strong>de</strong> campo, ha experimentado en el pasado<br />
con un amigo, el doctor Lomas, quien cíclicamente se<br />
transforma en el señor Hy<strong>de</strong>. Jekyll se suicida, <strong>de</strong>jando<br />
a cargo <strong>de</strong> su doctor amigo Lomas a su hija, Janet,<br />
pidiéndole a éste que cuente el secreto a la here<strong>de</strong>ra<br />
el día <strong>de</strong> su cumpleaños veintiuno. El doctor cuenta<br />
medias verda<strong>de</strong>s a Janet y su prometido, y arma toda<br />
una puesta en escena alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> ellos, con el fin<br />
<strong>de</strong> ocultar su verda<strong>de</strong>ra i<strong>de</strong>ntidad, escondiendo tras<br />
ella toda una vida criminal. <strong>La</strong> resolución encuentra<br />
el cauce <strong>de</strong> Drácula, a través <strong>de</strong> la muerte, la estaca<br />
<strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra y la cabeza cortada <strong><strong>de</strong>l</strong> vampiro. Porque la<br />
<strong>historia</strong> narrada por Ulmer es, en todo momento, una<br />
<strong>historia</strong> <strong>de</strong> vampiros.<br />
“Más Allá <strong>de</strong> la Barrera <strong><strong>de</strong>l</strong> Tiempo” (1960) es uno <strong>de</strong><br />
los mejores films <strong>de</strong> Ulmer <strong>de</strong>s<strong>de</strong> varios puntos <strong>de</strong><br />
vista. A través <strong>de</strong> un experimento tan extraño como<br />
<strong>de</strong> fines inesperados, un astronauta atraviesa la barrera<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo, y aterriza, minutos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su<br />
<strong>de</strong>spegue, en el año 2024. El mundo ha caído en un<br />
terrible <strong>de</strong>sastre, producto <strong>de</strong> una plaga que, apocalípticamente,<br />
hará que la humanidad perezca en<br />
pocos años. Cuando hacia el final, el astronauta logra<br />
regresar a su presente, 1960, el film plantea tres cuestiones,<br />
a saber: primero, la duda <strong>de</strong> lo que el astronauta<br />
cuenta <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> quienes manejaron aquel<br />
experimento. Es <strong>de</strong>cir, primero lo mandan a atravesar<br />
el tiempo, y <strong>de</strong>spués no le creen <strong><strong>de</strong>l</strong> todo lo que cuenta<br />
<strong>de</strong> su experiencia. Por otro lado, está la cuestión <strong>de</strong><br />
la fatalidad en cuanto a qué se pue<strong>de</strong> modificar, libre<br />
albedrío mediante, <strong>de</strong> los sucesos que sabemos que<br />
suce<strong>de</strong>rán. Y por último, Ulmer nos muestra un rápido<br />
envejecimiento en el personaje <strong><strong>de</strong>l</strong> mayor, como<br />
si se hubiera quedado anclado en su nuevo presente<br />
(el 2024), y en la actualidad tendría cerca <strong>de</strong> noventa<br />
años. De esta manera, en medio <strong>de</strong> su agonía, el astronauta<br />
reclama a gritos que se haga algo para evitar<br />
los acontecimientos terribles que se <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>narán<br />
en 1971. Y ante la mirada perpleja <strong>de</strong> sus interlocutores,<br />
muere. Otra vez la tragedia.<br />
En uno <strong>de</strong> sus últimos films, “El Increíble Hombre<br />
Transparente” (1961), propuesto en clave <strong>de</strong> comedia,<br />
un hombre po<strong>de</strong>roso consigue, a través <strong>de</strong> un<br />
científico a su cargo, una fórmula <strong>de</strong> invisibilidad, con<br />
la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> aplicársela a un presidiario experto en abrir<br />
| 129
cajas fuertes, con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que éste, invisible, trabaje para él. El ladrón<br />
llega a la casa y advierte el grado <strong>de</strong> explotación ejercido por este loco<br />
hombre po<strong>de</strong>roso. Su mujer, su guardaespaldas, el científico alemán a<br />
quien le tienen secuestrada a su hija, etc. <strong>La</strong> única manera <strong>de</strong> reacción<br />
por parte <strong><strong>de</strong>l</strong> protagonista, el ladrón recién llegado, es rebelarse estando<br />
invisible. Lo hace, provocando una terrible explosión en la casa, poniendo<br />
a salvo a todos excepto él y el malvado. Luego <strong>de</strong> la explosión,<br />
el incendio y, por supuesto, la extinción <strong>de</strong> la fórmula y los inventos, le<br />
preguntan al científico, quien acaba <strong>de</strong> recuperar a su hija, qué le parece<br />
el invento y qué piensa <strong><strong>de</strong>l</strong> susodicho a<strong><strong>de</strong>l</strong>anto científico. Él, tomado <strong>de</strong><br />
perfil, rehace la pregunta, mientras Ulmer realiza un pequeño travelling<br />
poniendo al científico <strong>de</strong> cara al espectador. El interlocutor pasa a ser la<br />
cámara y, a través <strong>de</strong> ella, el espectador. Él mismo tiene la respuesta.<br />
En medio <strong>de</strong> esta catarata <strong>de</strong> films fantásticos, Ulmer filma “The Naked<br />
Dawn” (1955), una extraordinaria película en clave <strong>de</strong> western, que queremos<br />
rescatar, aún fuera <strong>de</strong> los parámetros <strong>de</strong>scriptos, por su altura, su<br />
narración, su simétrica puesta en escena, su <strong>de</strong>sarrollo y su intriga.<br />
130 |<br />
Lo que no po<strong>de</strong>mos olvidar es el gesto austrohúngaro marcado por el<br />
sentido opaco, <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte y pesimista <strong>de</strong> este autor, don<strong>de</strong> cada film parece<br />
una sólida <strong>de</strong>spedida, una caída, un ocaso, un final.
Afiche Presentación Psicosis.<br />
Psicosis<br />
(Psycho, Alfred Hitchcock, 1960)<br />
Guión: Joseph Stefano<br />
Dirección: Alfred Hitchcock<br />
Estreno: 1 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1960<br />
Elenco:<br />
Anthony Perkins<br />
Janet Leght<br />
Vera Miles<br />
John Gavin<br />
Martin Balsam<br />
John McIntire<br />
Simon Oakland<br />
Vaughn Taylor<br />
Frank Albertson<br />
Lurene Tuttle<br />
Patricia Hitchcock<br />
“Psicosis”, producida por la Paramount en 1960, es el primer gran film <strong>de</strong><br />
horror mo<strong>de</strong>rno. Hitchcock logra con este film un relato <strong>de</strong> horror, don<strong>de</strong><br />
la busca es más intelectual que física. Don<strong>de</strong> la narración a través <strong>de</strong><br />
la cámara manipula permanentemente al espectador, ya sea en materia<br />
<strong>de</strong> información e i<strong>de</strong>ntificación, como en términos emocionales. Basado<br />
en un sólido guión y una precisa puesta en escena, sin golpes bajos, el<br />
autor consigue poner cada cosa en su lugar <strong>de</strong> acuerdo a la función que<br />
cumple en la película.<br />
| 131<br />
El film comienza a asfixiarnos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la primera escena, y no cesa en su<br />
ten<strong>de</strong>ncia a la caída, hasta el plano final <strong><strong>de</strong>l</strong> auto saliendo <strong>de</strong> la ciénaga.<br />
Como en otros films <strong><strong>de</strong>l</strong> maestro, el pasado paraliza al presente. Y si no se<br />
salda aquella cuestión con el pasado que hostiga, no se pue<strong>de</strong> continuar.<br />
Lo interesante es que aquí nos encontramos el atajo. Marion Crane (Janet<br />
Leigh) opta, casi sin querer, por la simplificación. Ante una situación<br />
<strong>de</strong> pareja complicada (su novio vive en otra ciudad y no pue<strong>de</strong>n casarse<br />
hasta que él pague unas <strong>de</strong>udas que heredó <strong><strong>de</strong>l</strong> padre) roba cuarenta<br />
mil dólares <strong>de</strong> su trabajo, aprovechando una situación óptima para el<br />
latrocinio, intentando, <strong>de</strong> ésa manera, solucionar los problemas económicos<br />
<strong>de</strong> su novio (John Gavin) y po<strong>de</strong>r casarse. Dicho atajo, o <strong>de</strong>svío,<br />
pasa a ser <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí, la clave <strong>de</strong> construcción <strong><strong>de</strong>l</strong> film: primero tenemos<br />
el <strong>de</strong>svío moral en la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> robar y escaparse (sin saber a dón<strong>de</strong> ni<br />
cómo) con el dinero. Más tar<strong>de</strong> el <strong>de</strong>svío geográfico fortuito, producido<br />
por la tormenta, don<strong>de</strong> Marion sin querer abandona la ruta principal y
Psicosis.<br />
132 |<br />
termina en el motel Bates. Recor<strong>de</strong>mos cómo nos hace llegar Hitchcock<br />
a esta instancia. Marion <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> cambiar el auto para <strong>de</strong>sviar la atención<br />
<strong>de</strong> algún posible perseguidor, pero lo hace con el policía mirándola <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
otro lado <strong>de</strong> la calle, el mismo oficial que la había sorprendido durmiendo<br />
en la ruta horas atrás. Cuando ella sale a la ruta nuevamente, el policía<br />
da la vuelta y la sigue, ella comienza a preocuparse. Hasta que Hitchcock<br />
filma, precisamente, una escena en un <strong>de</strong>svío, una bifurcación, don<strong>de</strong><br />
ella toma por un lado, y el policía por el otro. Luego se <strong>de</strong>sata la tormenta<br />
don<strong>de</strong> los parabrisas cargados <strong>de</strong> agua no <strong>de</strong>jan ver con claridad a Marion,<br />
y ella comienza a divagar con sus pensamientos: empieza a pensar<br />
en cómo se <strong>de</strong>sarrollará la escena <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>scubrimiento el lunes (estamos<br />
a sábado a la noche) y las reacciones <strong>de</strong> cada uno en su trabajo. En el<br />
momento <strong>de</strong> mayor <strong>de</strong>sdén por parte <strong>de</strong> la protagonista, se produce el<br />
<strong>de</strong>sconcierto en su periplo y con ayuda <strong><strong>de</strong>l</strong> limpiaparabrisas y un cartel<br />
cercano, <strong>de</strong>scubre el motel <strong>de</strong> los Bates.<br />
El recurso <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>svío y el escamoteo continúa. Norman Bates (Anthony<br />
Perkins), el dueño <strong><strong>de</strong>l</strong> motel, invita a comer a Marion a su oficina escondida<br />
<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la conserjería. Allí Marion <strong>de</strong>scubre una personalidad<br />
compleja que por momentos la atrae y por momentos la aterra. Norman<br />
es el emblema <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>svío en el film, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su personalidad hasta sus<br />
actos, pasando por pequeños gestos, movimientos o comentarios. De<br />
hecho, la conversación realizada entre pájaros disecados sirve a Marion
para tomar conciencia <strong>de</strong> su falta, arrepentirse, y <strong>de</strong>cidirse<br />
a <strong>de</strong>volver el dinero robado. Actos que si miramos<br />
bien son, <strong>de</strong> alguna manera, un nuevo <strong>de</strong>svío<br />
en el film, al menos una simplificación, o un atajo a<br />
modo <strong>de</strong> regreso. Sobre todo teniendo en cuenta el<br />
punto dramático alcanzado hasta ese momento <strong>de</strong> la<br />
película. Otro <strong>de</strong>svío es, sin dudas, el magistral asesinato<br />
en la ducha, el disfraz <strong>de</strong> Norman, la busca <strong>de</strong><br />
Lila (Vera Miles), la hermana <strong>de</strong> Marion, en la casa <strong>de</strong><br />
los Bates, cuando, por miedo a ser sorprendida por<br />
Norman que llega, se escon<strong>de</strong> en una escalera que da<br />
al sótano, sin ella saberlo, y ese pequeño escamoteo<br />
o escondite permite que se <strong>de</strong>scubra toda la verdad.<br />
Por supuesto que también es parte <strong>de</strong> la construcción<br />
<strong>de</strong> la puesta en escena en torno al <strong>de</strong>svío, la extensa<br />
y risueña explicación psicológica final que da el psiquiatra<br />
sobre el comportamiento y la personalidad<br />
<strong>de</strong> Norman. Porque el médico <strong>de</strong>svía, mediante la explicación<br />
o causa científica, la verda<strong>de</strong>ra razón que es<br />
siempre teológica.<br />
Los movimientos pendulares y las formas circulares<br />
forman la construcción geométrica <strong>de</strong> la puesta en<br />
escena <strong><strong>de</strong>l</strong> film. En cuanto a lo pendular, nos referimos<br />
a los movimientos <strong><strong>de</strong>l</strong> limpiaparabrisas, el cuchillo<br />
asesino en la escena <strong>de</strong> la ducha, y la lamparita <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
sótano <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> los Bates hacia el final <strong><strong>de</strong>l</strong> film.<br />
Lo circular está presente en el agujero en la pared por<br />
don<strong>de</strong> Norman espía a Marion, el <strong>de</strong>sagüe <strong>de</strong> la bañera,<br />
la boca <strong>de</strong> Marion, y el ojo ciego <strong>de</strong> la muerte<br />
que se completará con las cuencas vacías <strong><strong>de</strong>l</strong> cadaver<br />
<strong>de</strong> la señora Bates. Justamente, en esta última, se encuentran<br />
ambas líneas <strong>de</strong> construcción, ya que el movimiento<br />
<strong>de</strong> la lámpara produce, rítmicamente, luz y<br />
sombra en los ojos vacíos <strong>de</strong> la madre <strong>de</strong> Norman.<br />
Filmada en íntegro y perfecto blanco y negro, lograda<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> principio a fin, Psicosis es <strong>de</strong> esos pocos films<br />
que pue<strong>de</strong>n hacernos sentir vivamente cierta emoción,<br />
cierto terror, pero siempre a un nivel intelectual,<br />
no físico. Pero a<strong>de</strong>más es, para muchos <strong>de</strong> nosotros,<br />
un antes y un <strong>de</strong>spués en la contemplación <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>.<br />
Es <strong>de</strong> esas películas en las que uno compren<strong>de</strong> algo<br />
una vez y para siempre. Nada en la escena <strong>de</strong> la ducha<br />
nos <strong>de</strong>scribe las heridas, las penetraciones <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
cuchillo en la carne, ni nada <strong>de</strong>sagradable por el estilo.<br />
Hitchcock <strong>de</strong>svía nuestra atención en función <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
impacto, el drama, la reflexión, la moral, el pecado, la<br />
injusticia, y tantas otras cosas más por <strong>de</strong>scubrir. Y <strong>de</strong><br />
esta manera <strong>de</strong>fine su <strong>cine</strong>, y a la vez el <strong>cine</strong> todo: la<br />
película no es la vida, es un junto a la vida, es vivir<br />
temporaria e intensamente la vida <strong>de</strong> otros que son<br />
como nosotros, pero que son otros, que están <strong><strong>de</strong>l</strong> otro<br />
lado. He ahí la función y el goce <strong><strong>de</strong>l</strong> arte: compren<strong>de</strong>r<br />
nuestra vida, nuestro ser, nuestros pensamientos y<br />
comportamientos, a través <strong>de</strong> arquetipos universales<br />
que nos trasladan su experiencia, intuitivamente.<br />
Después <strong>de</strong> todo, el arte es eso: expresar i<strong>de</strong>as eternas<br />
mediante bellas formas. ¿Qué es entonces la belleza?<br />
<strong>La</strong>s formas bellas, el buen gusto, el equilibrio, la<br />
armonía, las proporciones, la reflexión, la serenidad,<br />
el justo medio, la verdad. <strong>La</strong> belleza es la justicia. Lo<br />
emotivo y atractivo; lo educado y lo conveniente; lo<br />
placentero y su goce.<br />
Si el <strong>cine</strong> se distinguió por encima <strong>de</strong> todas las cosas<br />
<strong>de</strong> nuestra caótica época fue por su placentera<br />
comodidad a la hora <strong>de</strong> contemplar un film. El lugar<br />
don<strong>de</strong> parece curarse el <strong>de</strong>sgarramiento mo<strong>de</strong>rno.<br />
Unirse las partes dispersas <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre y la cultura<br />
contemporáneos. <strong>La</strong> construcción <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>corado, los<br />
ensayos, el ensamble <strong>de</strong> la música, la meticulosidad<br />
<strong>de</strong> los directores, la precisa fotografía, el todo técnico<br />
(y también narrativo) han hecho <strong>de</strong> este arte la posibilidad<br />
<strong>de</strong> relatarnos un mundo estructurado y sin<br />
fisuras que se disfruta al verse con la comodidad o el<br />
placer <strong>de</strong> una buena comida o un buen vino. Lo que<br />
se nos promete, se nos cumple. Lo que se espera <strong>de</strong><br />
la película antes, supera las expectativas <strong>de</strong>spués. Al<br />
menos, así era… cuando el <strong>cine</strong> era <strong>cine</strong>.<br />
Todo esto es así porque el <strong>cine</strong> tiene <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus inicios<br />
dos <strong>historia</strong>s, dos niveles. El primero que correspon<strong>de</strong><br />
a la fábula, y el segundo a la puesta en escena. <strong>La</strong><br />
| 133
134 |<br />
Psicosis.<br />
primera <strong>historia</strong> relata lo que se ve y se escucha linealmente en el film,<br />
y la segunda <strong>historia</strong> correlata una trama simbólica que siempre se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong> la primera. El primer nivel es el campo, el segundo el fuera <strong>de</strong><br />
campo.<br />
Es lógico entonces que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Griffith, el <strong>cine</strong> se haya propuesto presentarnos<br />
una primera <strong>historia</strong> placentera, lleva<strong>de</strong>ra, entretenida, atrapante,<br />
don<strong>de</strong> ciertos elementos, pistas, claves permiten arribar a una segunda<br />
<strong>historia</strong> en la que la cosa sí se complica. En la segunda <strong>historia</strong> todo<br />
pue<strong>de</strong> ser complejo, hasta contradictorio y doloroso. Porque el fuera <strong>de</strong><br />
campo <strong>de</strong> un film pue<strong>de</strong> ser lo que no esperamos, lo que no estamos<br />
preparados para ver o escuchar, pue<strong>de</strong> ser un sinfín <strong>de</strong> cosas terrible y<br />
complicadas don<strong>de</strong> nuestro espíritu se interna para <strong>de</strong>velar símbolos<br />
que se mo<strong><strong>de</strong>l</strong>an en arquetipos y valores universales.<br />
El mundo <strong><strong>de</strong>l</strong> film siempre es (o era, mejor dicho) la construcción or<strong>de</strong>nada<br />
y coherente don<strong>de</strong> la butaca y la oscuridad <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> son el mejor
lugar para disfrutar ciertos mo<strong><strong>de</strong>l</strong>os míticos que se constatan en círculos<br />
contemporáneos (siempre caídos, <strong>de</strong>gradados) don<strong>de</strong> el esfuerzo por la<br />
perfección técnica, la acción y la peripecia, la construcción dramática y<br />
diegética logran una percepción segura, tranquila, creíble, prometedora,<br />
y agradable para el espectador mo<strong>de</strong>rno.<br />
Porque el <strong>cine</strong> escapó siempre <strong>de</strong> la repulsión física, <strong>de</strong> la intencionalidad<br />
directa que apela a los sentidos, <strong><strong>de</strong>l</strong> mal gusto, <strong>de</strong> simples vulgarida<strong>de</strong>s<br />
que rozan la mala educación. Por el contrario, primó siempre el buen<br />
gusto, la belleza, los valores, las razones, los motivos, la lógica, la verdad,<br />
la normalidad, y siempre cierto sentido ecuménico.<br />
“Psicosis” es un ejemplo cabal <strong>de</strong> lo que venimos diciendo. Por un lado, la<br />
<strong>de</strong>cisión <strong><strong>de</strong>l</strong> director <strong>de</strong> realizar el film en blanco y negro. Don<strong>de</strong> el terror<br />
físico se transforma en psicológico. Ya que la estilización <strong>de</strong> la sangre,<br />
<strong>de</strong> la muerte, <strong><strong>de</strong>l</strong> crimen logran que el espectador no sienta la repulsión<br />
en términos físicos sino espirituales. Basta con analizar el tratamiento <strong>de</strong><br />
la famosa escena <strong>de</strong> la ducha. Por otro lado, el permanente <strong>de</strong>scenso<br />
dramático, narrativo, emocional y espiritual que es la película toda, se<br />
percibe <strong>de</strong> un modo más conciente lo cual permite vivir (estar en) el film<br />
como pocas veces y a<strong>de</strong>más mirar mientras vemos, y pensar mientras<br />
miramos. <strong>La</strong> forma en que Hitchcock nos envuelve en una trama por <strong>de</strong>más<br />
fascinante, tiene que ver con su visión <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, por supuesto,<br />
pero también con una visión acerca <strong>de</strong> lo que es (o más bien, <strong>de</strong>bería ser)<br />
el <strong>cine</strong>. Ver “Psicosis” es ver el <strong>cine</strong> según Hitchcock.<br />
| 135<br />
<strong>La</strong> película <strong>de</strong> horror más importante <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> nos recuerda,<br />
sobre todo en estos tiempos en los que el <strong>cine</strong> ya anochece, lo fuerte,<br />
sensible y duro que pue<strong>de</strong> ser el séptimo arte, pero como a la vez se <strong>de</strong>ja<br />
ver, nos entretiene, nos resulta cómoda y hasta feliz la contemplación,<br />
aún tratándose <strong>de</strong> un film <strong><strong>de</strong>l</strong> género que nos ocupa. Basta con pensar<br />
en el tratamiento <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje <strong>de</strong> Norman Bates.<br />
¿Cómo hace Hitchcock para que esto resulte <strong>de</strong> esta manera? Cuando<br />
Marion está en su habitación preparando su valija. Hitchcock hace un<br />
travelling que une los movimientos <strong>de</strong> la protagonista con el dinero que<br />
se encuadran en un primer plano <strong>de</strong>talle. A partir <strong>de</strong> allí, sutilmente, ya<br />
somos cómplices <strong>de</strong> la <strong>de</strong>cisión ya tomada <strong>de</strong> Marion. Lo mismo ocurrirá,<br />
segundos más tar<strong>de</strong>, cuando en un semáforo, se cruza con su jefe que<br />
está cruzando la calle. A partir <strong>de</strong> aquí hasta la escena <strong>de</strong> la ducha, somos<br />
Marion, no sólo como en cualquier otro film respecto a la i<strong>de</strong>ntificación,<br />
sino también respecto a su conciencia y sus actos. <strong>La</strong> naturalidad <strong><strong>de</strong>l</strong>
ecorrido, nuestra i<strong>de</strong>ntificación con Marion, hasta nuestro compromiso<br />
con ella y su dudoso objetivo, es manipulado por Hitchcock con una<br />
precisión asombrosa. Todo está puesto para que el film nos lleve <strong>de</strong> las<br />
narices hacia ese triste final.<br />
El punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> Marion es interrumpido cuando está por ducharse<br />
para llevarnos a la habitación <strong>de</strong> Norman espiando. Acá Hitchcock tiene<br />
dos virtu<strong>de</strong>s: primero, suavizar la matanza que vendrá y po<strong>de</strong>r verla<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> otro punto <strong>de</strong> vista, casi por fuera <strong>de</strong> la personalidad <strong>de</strong> Marion,<br />
y segundo: estilizar aún más la escena <strong>de</strong> la ducha – en tanto lavado<br />
<strong>de</strong> culpas –, suavizar la escena siguiente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la<br />
repulsión, y po<strong>de</strong>r observar a Marion cómo se entrega a la ducha <strong>de</strong> una<br />
manera casi voluptuosa, irresponsable; y esto nos hace la contemplación<br />
más cómoda, más atrayente, más placentera.<br />
136 |<br />
Cerraremos el trabajo sobre Hitchcock con una cita y un comentario final.<br />
Escribe Robin Wood: “… <strong>La</strong> gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> PSICOSIS resi<strong>de</strong> en su capacidad,<br />
no sólo <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirnos todo lo que nos dice, sino <strong>de</strong> hacer que<br />
lo vivamos en la experiencia, <strong>de</strong> esa manera… Esto es lo que hace tan<br />
difícil un análisis satisfactorio sobre Hitchcock por escrito, también garantiza<br />
que ningún análisis, por <strong>de</strong>tallado que sea, pue<strong>de</strong> convertirse en<br />
un sustituto <strong>de</strong> la propia película, puesto que la experiencia emocional<br />
directa sobrevive a cualquier cantidad <strong>de</strong> justificaciones explicativas…”<br />
A esto agregamos, para terminar el capítulo, que si un gran director <strong>de</strong><br />
<strong>cine</strong> piensa en <strong>cine</strong>, narra en <strong>cine</strong>, muestra en <strong>cine</strong>, simboliza en <strong>cine</strong>,<br />
no enten<strong>de</strong>mos por qué cierta crítica (que ya en estos tiempos está pareciendo<br />
ser una mentalidad) se empecina en leerlo como literatura y<br />
analizarlo como tal o, peor aún, disfrazarlo <strong>de</strong> mero entretenimiento alienante,<br />
en vez <strong>de</strong> verlo (y sobre todo mirarlo) como lo que fue concebido<br />
y realizado. Hace cien años que el <strong>cine</strong> se recibió <strong>de</strong> arte aunque muchos<br />
no lo quieran o no lo puedan aceptar, aún cuando muchas <strong>de</strong> las otras<br />
artes ya han presentado su renuncia ante la avasallante mo<strong>de</strong>rnidad.
»<br />
Los<br />
Cuarta Parte<br />
borrosos años sesenta<br />
Un Tiro en la Noche<br />
(The Man Who Shot Liberty Valance, John Ford, 1962)<br />
Guión: James Warner Bellah<br />
Dirección: John Ford<br />
Estreno: 14 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1962<br />
Elenco:<br />
John Wayne<br />
James Stewart<br />
Vera Miles<br />
Lee Marvin<br />
Edmond O’Brien<br />
Andy Devine<br />
Ken Murray<br />
John Carradine<br />
Jeanette Nolan<br />
John Qualen<br />
Ranse (James Stewart) es un joven abogado que llega a un pueblo <strong><strong>de</strong>l</strong> oeste<br />
sostenido, anónimamente, por Tom (John Wayne). <strong>La</strong> diferencia entre estos<br />
dos hombres es el lugar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> sostienen, o creen sostener, la tradición.<br />
Mientras Tom hace el trabajo sucio sin recibir premio alguno, Ranse se termina<br />
llevando todos los méritos <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema liberal norteamericano sin haber<br />
hecho nada. El ahora senador, antes embajador y gobernador, y en el futuro<br />
vicepresi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la república, es quien se llevó los laureles <strong>de</strong> una tarea que<br />
no estaba capacitado para llevar a cabo, fundamentalmente porque no creía<br />
en ella. Por otro lado, Tom guarda su secreto (y otros tantos, suponemos) hasta<br />
el <strong>de</strong>spojado cajón que lo espera para su entierro final. El mito fundante <strong>de</strong> la<br />
América marchando hacia el progreso actual, está minado <strong>de</strong> héroes anónimos<br />
que dieron su vida en pos <strong>de</strong> algo que ni ellos ni los suyos iban a disfrutar.<br />
| 137<br />
El procedimiento utilizado por John Ford en esta película es el siguiente. Ranse,<br />
un viejo y muy bien caracterizado James Stewart, llega al pueblo <strong>de</strong> su juventud<br />
luego <strong>de</strong> una exitosa carrera política junto a su mujer (Vera Miles). Allí<br />
se celebrará casi en secreto el funeral <strong>de</strong> Tom al que la pareja asiste. En el camino,<br />
lo interceptan unos jóvenes e ignorantes periodistas para hacerle un reportaje<br />
y que cuente su <strong>historia</strong>. A partir <strong>de</strong> ahí comienza un largo flashbacks<br />
que es, prácticamente, el film todo, don<strong>de</strong> Ranse cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que<br />
llegó al pueblo hasta la muerte <strong>de</strong> Liberty Valance.
Tierra <strong>de</strong> John Ford.<br />
138 |<br />
En el relato subjetivo <strong>de</strong> Ranse se <strong>de</strong>scribe su llegada, la pelea por un lugar,<br />
el entuerto con Valance, y la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> huir primero ante la amenaza <strong>de</strong><br />
éste, y la temeraria <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> enfrentarlo aunque le cueste la vida. Paralelamente<br />
se nos cuenta <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje <strong>de</strong> Vera Miles, su futura esposa, su<br />
incipiente noviazgo <strong>de</strong> juventud con Tom, la vida dura <strong>de</strong> Tom, y los inicios<br />
<strong>de</strong> progreso en el pueblo.<br />
Finalmente, Ranse se enfrenta en la calle con Liberty Valance y lo mata, pero<br />
lo que sabremos <strong>de</strong>spués es que esa bala salió <strong><strong>de</strong>l</strong> rifle <strong>de</strong> Tom, héroe anónimo<br />
<strong>de</strong> los tiempos <strong>de</strong> conquista, que estaba escondido en un callejón oscuro<br />
para salvar a Ranse.<br />
El pueblo entero cree, al igual que el espectador hasta cierto punto, que el<br />
héroe es Ranse, el hombre que mató a Liberty Balance como reza el título<br />
original <strong><strong>de</strong>l</strong> film, he ahí la leyenda que, como otras tantas, se mantiene entre<br />
los pobladores <strong><strong>de</strong>l</strong> lugar. Cuando los torpes entrevistadores <strong>de</strong> Ranse se<br />
enteran <strong>de</strong> la verdad, le dicen que la realidad no tiene tanto valor, y que en<br />
lugares como esos, si es buena la leyenda, se publica la leyenda, in<strong>de</strong>pendientemente<br />
<strong>de</strong> lo que haya ocurrido en verdad. He ahí uno <strong>de</strong> los brillantes<br />
films legendarios <strong>de</strong> la última etapa como director <strong>de</strong> John Ford.
Los Pájaros<br />
(Birds, Alfred Hitchcock, 1963)<br />
Guión: Evan Hunter<br />
Dirección: Alfred Hitchcock<br />
Estreno: 30 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1963<br />
Elenco:<br />
Rod Taylor<br />
Jessica Tandy<br />
Suzanne Pleshette<br />
Tippi Hedren<br />
Veronica Cartwright<br />
Ethel Griffies<br />
Charles McGraw<br />
Ruth McDevitt<br />
Lonny Chapman<br />
Joe Mantell<br />
“Los Pájaros”, producida por la Universal en 1962 y estrenada en 1963, es<br />
un film <strong>de</strong> horror, pero que plantea <strong>de</strong> entrada una arbitrariedad que va<br />
más allá <strong>de</strong> los personajes. Si bien jamás hay algo azaroso o caprichoso<br />
en Hitchcock, es cierto que en esta película se plantea una diégesis por<br />
lo menos anormal. En un bello paraje sobre el Pacífico, a unos pocos kilómetros<br />
<strong>de</strong> San Francisco, se halla un tranquilo y próspero pueblo llama-<br />
| 139<br />
Los Pájaros.
Hitchcock publicitando su film LOS PÁJAROS.<br />
140 |<br />
do Bo<strong>de</strong>ga Bay. El relato nos lleva hasta allí siguiendo a Melanie Daniels<br />
(Tippi Hedren) que persigue a un hombre, Mitch Brenner (Rod Taylor)<br />
que conoció, mediante una broma, en la ciudad. Ella lleva a modo <strong>de</strong> regalo<br />
unos pájaros enjaulados. A partir <strong>de</strong> la llegada <strong>de</strong> ella a Bo<strong>de</strong>ga Bay,<br />
se <strong>de</strong>sata el terror. Bandadas <strong>de</strong> pájaros comienzan a atacar indiscriminadamente<br />
a los habitantes <strong><strong>de</strong>l</strong> lugar. ¿Por qué atacan los pájaros? Nadie<br />
lo sabe. <strong>La</strong> película transforma esa anormalidad en normalidad diegética.<br />
¿Cuándo y a quienes atacan? Nadie sabe el momento, por lo general<br />
ocurre en el momento más inesperado; y las víctimas pue<strong>de</strong>n ser todos<br />
y cada uno <strong>de</strong> los habitantes, hasta los niños. ¿Cómo se los combate o<br />
ahuyenta? No hay forma. Escribe Robin Wood en su libro sobre Hitchcock:<br />
“… Y ésa es, a mi juicio, la función <strong>de</strong> los pájaros: ellos son una encarnación<br />
concreta <strong>de</strong> lo arbitrario y <strong>de</strong> lo imprevisible, <strong>de</strong> lo que hace que la<br />
vida humana y las relaciones humanas sean precarias, un recordatorio <strong>de</strong><br />
fragilidad e inestabilidad que no po<strong>de</strong>mos ignorar ni eludir, y por encima<br />
<strong>de</strong> eso, la posibilidad <strong>de</strong> que la vida carezca <strong>de</strong> sentido y sea absurda…”<br />
El mundo se empantana a nuestros pies, se vuelve blando y peligroso ante<br />
la imprevisibilidad en la que estamos inmersos. Esto, por un lado pone a<br />
prueba a los personajes y a las relaciones entre ellos, como también exige<br />
el reconocimiento <strong>de</strong> un valor que se halla en la intensificación <strong>de</strong> esas mismas<br />
relaciones, en el sinceramiento, el coraje, y la necesidad <strong>de</strong> instaurar<br />
verda<strong>de</strong>ros vínculos, relaciones más profundas y serias. Esto está dado, fun-
damentalmente, por la evolución <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje <strong>de</strong> Melanie a lo largo <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
relato. Partimos <strong>de</strong> una <strong>de</strong>spreocupación por el mundo y las personas, para<br />
arribar, a partir <strong>de</strong> lo sucedido con los pájaros, a una madurez y un reconocimiento<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> otro en muchos sentidos.<br />
Si bien “Los Pájaros”, al igual que “Psicosis” parten y <strong>de</strong>sarrollan el mismo género,<br />
muchas son sus diferencias <strong>de</strong> construcción. “Los Pájaros” tiene una<br />
ausencia total <strong>de</strong> música a lo largo <strong>de</strong> toda la película, ni siquiera en los títulos,<br />
mientras que en “Psicosis” la música es uno <strong>de</strong> los elementos <strong>de</strong> la puesta<br />
en escena que más resaltan y que más juega en términos dramáticos. Otra<br />
cuestión que las diferencia es el punto <strong>de</strong> vista y la i<strong>de</strong>ntificación <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador<br />
para con la narración. Mientras que en la primera, Hitchcock nos lleva<br />
<strong>de</strong> las narices a través <strong>de</strong> los personajes, en la segunda hay como un intento<br />
<strong>de</strong> alejamiento, <strong>de</strong> preservarnos, <strong>de</strong> hacernos participar pero a medias,<br />
y hacernos ver, a veces, la narración como <strong>de</strong> afuera, como espectáculo. Ya<br />
comentamos el blanco y negro <strong>de</strong> “Psicosis”, por el contrario, “Los Pájaros”<br />
está fotografiada con un color intenso, claro y brillante, acor<strong>de</strong>s a los logros<br />
técnicos realizados con trucajes en diversos ataques, trucajes <strong>de</strong> los que<br />
“Psicosis” carece. Por otro lado, “Los Pájaros” ingresa <strong>de</strong> lleno en el terreno<br />
fantástico, si hablamos estrictamente <strong>de</strong> género, mientras que “Psicosis” nos<br />
propone un recorrido más naturalista, sí anormal o inhabitual, pero <strong>de</strong>ntro<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> terreno realista.<br />
| 141<br />
Esos pájaros amantes enjaulados que trajo Melanie, y que se lleva la hermana<br />
<strong>de</strong> Mitch al final: ¿Son el resto <strong>de</strong> bondad e inocencia que ha quedado<br />
luego <strong>de</strong> tanto horror? ¿O es que el ser humano en la huída se lleva consigo<br />
ingenuamente el mismo elemento que lo <strong>de</strong>struye?<br />
Si logramos reflexionar sobre cuánto <strong>de</strong> nuestra vida cotidiana es como la<br />
<strong>de</strong> los personajes <strong>de</strong> “Los Pájaros”, y cuanto <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo <strong><strong>de</strong>l</strong> film es análogo, y<br />
hasta similar, a veces, al mundo real en el que habitamos, recién allí vamos a<br />
po<strong>de</strong>r empezar a pensar seriamente en el valor <strong>de</strong> este film, uno <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, y una <strong>de</strong> las cimas <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Alfred Hitchcock.
Marnie<br />
(Marnie, Alfred Hitchcock, 1964)<br />
Guión: Jay Presson Allen<br />
Dirección: Alfred Hitchcock<br />
Estreno: 27 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1964<br />
Elenco:<br />
Tippi Hedren<br />
Sean Connery<br />
Diane Baker<br />
Martin Gabel<br />
Louise <strong>La</strong>tham<br />
Bob Sweeney<br />
Milton Selzer<br />
Mariette Hartley<br />
Alan Napier<br />
Bruce Dern<br />
Henry Beckman.<br />
Tippi Hedren (Marnie).<br />
142 |<br />
<strong>La</strong> cuarta etapa <strong>de</strong> la obra <strong><strong>de</strong>l</strong> maestro (1964 - 1976) consta <strong>de</strong> cinco<br />
films, filmados cuatro en Estados Unidos, y uno en su Londres natal. Y comienza<br />
con el mejor <strong>de</strong> los films rodados en el último período: “Marnie”.<br />
Este film, producido por la Universal en 1964, es la quintaesencia <strong>de</strong> la<br />
obra hitchcockiana. El film está construido, casi íntegramente por <strong>de</strong>corados<br />
cuya artificialidad saltan a la vista. Pero con un elemento adicional:<br />
Hitchcock nos saca su mano visible en casi todos sus recursos. <strong>La</strong> puesta<br />
en escena <strong>de</strong>cantada, sencilla y puntillosa está plagada <strong>de</strong> proyectings,<br />
telones pintados, zoom, colores chillones, y actuaciones muy marcadas<br />
en función <strong>de</strong> lo que se está contando. <strong>La</strong> película propone, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un<br />
punto <strong>de</strong> vista supuestamente optimista, una solución simbólica y compleja<br />
<strong>de</strong> “Vértigo”. Don<strong>de</strong> Mark (Sean Connery) se enamora <strong>de</strong> Marnie,<br />
pero en lugar <strong>de</strong> ser arrastrado a su locura, a su fantasía y a sus traumas,<br />
termina curándola, <strong>de</strong> alguna manera, y (conflictivamente feliz) junto a<br />
ella. Mark Rutland es el primer personaje positivo <strong>de</strong> Hitchcock. Mark no<br />
cambia a lo largo <strong>de</strong> todo el film, no se <strong>de</strong>ja llevar por la locura <strong>de</strong> Marnie,<br />
y mucho menos intenta abandonarla o engañarla. Tampoco traspasa las<br />
pruebas típicas <strong>de</strong> los personajes <strong>de</strong> Hitchcock para finalmente salvar<br />
su alma. Teniendo en cuenta lo escrito más arriba, Mark ama realmente<br />
a Marnie, y resigna todo por ella. De todas maneras, tengamos cuidado<br />
con dicha positividad que por momentos se vuelve practicismo vacío.<br />
Porque si bien logra conocer la verdad <strong>de</strong> Marnie y su madre, como así<br />
también hechos relacionados con su infancia y adultez, aún así la solu-
Hitchcock en Marnie.<br />
ción parece ser limitada, corta, o por lo menos artificial, como el mundo<br />
diegético que la película plantea.<br />
Afectada por un trauma relacionado a su infancia, Marnie (Tippi Hedren)<br />
se ha convertido en una ladrona casi profesional, empleándose en diferentes<br />
trabajos <strong>de</strong> oficina, los cuales aprovecha la oportunidad que se le<br />
presenta para realizar sus cerebrales hurtos. En uno <strong>de</strong> sus tantos trabajos,<br />
recala en la empresa Rutland. A partir <strong>de</strong> allí, Mark y Marnie comienzan<br />
un romance tortuoso y a la vez peligroso. Todo lo que Marnie <strong>de</strong>sea es<br />
exactamente lo que la perjudica en pos <strong>de</strong> una futura mejora, y todo lo<br />
que <strong>de</strong>scarta o evita, es lo que podría salvarla. Ahí es don<strong>de</strong> comienza el<br />
trabajo <strong>de</strong> Mark que lleva hasta las últimas consecuencias.<br />
| 143<br />
<strong>La</strong>s obsesiones <strong>de</strong> Marnie por el color rojo, que gobierna la estética <strong>de</strong><br />
la película (como el ver<strong>de</strong> gobernaba “Vértigo”), la tinta, la tela <strong>de</strong> una<br />
camisa, etc. se resuelven hacia el final en borrosos recuerdos <strong>de</strong> manchas<br />
<strong>de</strong> sangre, emanadas <strong><strong>de</strong>l</strong> cuerpo semimuerto <strong>de</strong> un marinero, cliente <strong>de</strong><br />
la madre <strong>de</strong> Marnie, en tiempos en que ésta ejercía la prostitución en su<br />
casa.<br />
El barco pintado, el trasatlántico <strong>de</strong> la luna <strong>de</strong> miel vacío, los virados a<br />
rojo, el zoom, los proyectings, las tormentas estilizadas, como <strong>de</strong>terminadas<br />
reacciones <strong>de</strong> personajes que no parecen propios <strong>de</strong> una pe-
Marnie.<br />
144 |<br />
lícula <strong>de</strong> Hitchcock, hacen <strong>de</strong> este film una obra compleja, difícil, que<br />
ha <strong>de</strong>spistado a más <strong>de</strong> un hitchcockiano <strong>de</strong> la primera hora que vio<br />
el film contemporáneamente. Pero si rascamos un poco la cáscara, si<br />
obviamos <strong>de</strong>terminados tecnicismos, como así también convenciones<br />
que por aquellos años parecía un error transgredir, si logramos dar ese<br />
paso, entonces nos encontraremos con un film absolutamente logrado,<br />
brillante, complejo, conflictivo, problemático, <strong>de</strong> ésos que cierta crítica<br />
intenta sacarse rápidamente <strong>de</strong> encima, porque no saben qué hacer con<br />
él, pero también, y fundamentalmente, porque si lo tomaran por lo que<br />
es, si lo afrontaran seriamente, se encontrarían en un lugar tan borroso e<br />
impreciso, que pondría en dudas muchos <strong>de</strong> los resortes <strong><strong>de</strong>l</strong> trabajo <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
hipotético crítico en la actualidad.<br />
Este es uno <strong>de</strong> los problemas <strong>de</strong> ésta época, nadie quiere pensar, nadie<br />
quiere enfrentarse con cosas que cuestionan o ponen en dudas cierto<br />
confort mo<strong>de</strong>rno. Nadie quiere mover ni un centímetro las estructuras<br />
que sostienen cierta labor pseudo intelectual y culturalista, plagada <strong>de</strong><br />
in<strong>de</strong>cisionismo y falsos valores.<br />
Pero el <strong>cine</strong> vino a mover esas estructuras, el <strong>cine</strong> vino a juzgan no sólo<br />
a todo el arte anterior sino también a la función intelectual <strong>de</strong> nuestra<br />
época. Y sin dudas, el <strong>cine</strong> norteamericano fue el puntal <strong>de</strong> dicha dispu-
ta durante el siglo XX; y el maestro Alfred Hitchcock ha sido uno <strong>de</strong> los<br />
artistas más importantes.<br />
Escribió Andrew Sarris: “… como Ford, Hitchcock corta en su mente y no<br />
en la sala <strong>de</strong> montaje…” Hitchcock es uno <strong>de</strong> los autores clásicos <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong><br />
que más clara tenía la película en su cabeza antes <strong>de</strong> filmarla. Concebía<br />
las escenas, los movimientos, los tiempos con una precisión tal, que todo<br />
lo calculado y previsto se realizaba sin mayores problemas en la puesta<br />
en escena. Tal es así, que pocos autores como él han logrado llegar al<br />
público <strong>de</strong> esa manera. <strong>La</strong> emoción, la razón, el dramatismo, las relaciones<br />
humanas, el amor, la participación, el miedo, la i<strong>de</strong>ntificación con la<br />
situación dada, la reflexión, el análisis, todo en un film <strong>de</strong> Hitchcock se<br />
nos vuelve claro, transparente, preciso.<br />
| 145
Los Hijos <strong>de</strong> Katie El<strong>de</strong>r<br />
(The Sons of Katie El<strong>de</strong>r, Henry Hathaway, 1965)<br />
Guión: William H. Wright<br />
Dirección: Henry Hathaway<br />
Estreno: 26 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1965<br />
Elenco:<br />
John Wayne<br />
Dean Martin<br />
Martha Hyer<br />
Michael An<strong>de</strong>rson Jr.<br />
Earl Holliman<br />
Jeremy Slate<br />
James Gregory<br />
Paul Fix<br />
George Kennedy<br />
Dennis Hopper<br />
Sheldon Allman<br />
146 |<br />
Henry Hathaway nació el 13 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1898 en Sacramento, California.<br />
Filmó 66 films entre 1932 y 1974. Sus obras más importantes: “El Beso <strong>de</strong><br />
la Muerte” (1947), “Niágara” (1953), “El Jardín <strong><strong>de</strong>l</strong> Diablo” (1954), “Los Hijos<br />
<strong>de</strong> Katie El<strong>de</strong>r” (1965) y “Shoot Out” (1971). Murió en Hollywood el 11<br />
<strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1985. Filmografía: Hangup (1974); Shoot Out (1971); Raid<br />
on Rommel (1971); Airport (1970); True Grit (1969); 5 Card Stud (1968); The<br />
John Wayne en LOS HIJOS DE KATIE ELDER.
<strong>La</strong>st Safari (1967); Nevada Smith (1966); The Sons of<br />
Katie El<strong>de</strong>r (1965); Circus World (1964); How the West<br />
Was Won (1962); North to Alaska (1961); Seven Thieves<br />
(1960); Woman Obsessed (1959); From Hell to Texas<br />
(1958); Legend of the Lost (1957); 23 Paces to Baker<br />
Street (1956); The Bottom of the Bottle (1956); The Racers<br />
(1955); Gar<strong>de</strong>n of Evil (1954); Prince Valiant (1954);<br />
White Witch Doctor (1953); Niagara (1953); O. Henry’s<br />
Full House (1952); Diplomatic Courier (1952); The Desert<br />
Fox: The Story of Rommel (1951); Rawhi<strong>de</strong> (1951);<br />
Fourteen Hours (1951); You’re in the Navy Now (1951);<br />
The Black Rose (1950); Down to the Sea in Ships (1949);<br />
Call Northsi<strong>de</strong> 777 (1948); Kiss of Death (1947); 13 Rue<br />
Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>eine (1947); The Dark Corner (1946); The House on<br />
92nd Street (1945); Nob Hill (1945); Wing and a Prayer<br />
(1944); Home in Indiana (1944); A <strong>La</strong>dy Takes a Chance<br />
(1943); China Girl (1942); Ten Gentlemen from West<br />
Point (1942); Sundown (1941); The Shepherd of the Hills<br />
(1941); Brigham Young (1940); Johnny Apollo (1940);<br />
The Real Glory (1939); Spawn of the North (1938); Souls<br />
at Sea (1937); Lest We Forget (1937); Go West Young<br />
Man (1936); The Trail of the Lonesome Pine (1936); I<br />
Loved a Soldier (1936); Peter Ibbetson (1935); The Lives<br />
of a Bengal <strong>La</strong>ncer (1935); Now and Forever (1934); The<br />
<strong>La</strong>st Round-Up (1934); The Witching Hour (1934); Come<br />
on Marines (1934); To the <strong>La</strong>st Man (1933); Man of the<br />
Forest (1933); Sunset Pass (1933); Un<strong>de</strong>r the Tonto Rim<br />
(1933); The Thun<strong>de</strong>ring Herd (1933); Wild Horse Mesa<br />
(1932); Heritage of the Desert (1932).<br />
Henry Hathaway filmó en 1965 “Los Hijos <strong>de</strong> Katie<br />
El<strong>de</strong>r”, un western protagonizado por John Wayne<br />
y Dean Martin (la misma pareja <strong>de</strong> “Río Bravo” <strong>de</strong><br />
Howard Hawks. Cuatro hijos <strong>de</strong>ben reunirse tras la<br />
muerte <strong>de</strong> su madre, la tal Katie. <strong>La</strong>s diferencias entre<br />
ellos son las diferencias humanas más ejemplares, y la<br />
disputa entre el personaje <strong>de</strong> Wayne y Martin llega a<br />
su clímax justo en el momento en que la <strong>historia</strong> los<br />
necesita juntos. Deben reunirse y lo hacen, y así combaten<br />
juntos al enemigo. <strong>La</strong> paz <strong>de</strong>finitiva no llegará<br />
pero el haber atravesado por dicha situación los completa,<br />
los mejora, los hace compren<strong>de</strong>rse. De eso trata<br />
el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Hathaway <strong>de</strong> los <strong>de</strong>sencuentros, <strong>de</strong> la comunicación<br />
humana y <strong>de</strong> la comprensión <strong><strong>de</strong>l</strong> otro. Hay un<br />
aire a la literatura <strong>de</strong> Salinger, en términos simbólicos,<br />
en el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> este director.Cuatro hijos son reunidos<br />
tras la muerte <strong>de</strong> la madre para hacerse cargo <strong>de</strong> una<br />
herencia que es también <strong>de</strong>stino y lucha en <strong>de</strong>fensa<br />
<strong>de</strong> lo propio. En el hostil oeste americano la vida es<br />
dura, y esas contiendas es don<strong>de</strong> se fortalece el alma<br />
y el corazón <strong><strong>de</strong>l</strong> ser humano. El film es <strong><strong>de</strong>l</strong>icado, cuidado,<br />
sólido. Con una puesta en escena superlativa y<br />
unas actuaciones memorables. Emblema <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong><br />
este olvidado pero gigante director llamado Henry Hathaway.<br />
Entrañable, reflexivo y emotivo western como<br />
pocos en los sesentas.Este film es como una apertura<br />
hacia el director. Pue<strong>de</strong> compararse con esas obras<br />
únicas que muchos <strong>de</strong> los directores intermedios <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
<strong>cine</strong> norteamericano dieron, y que, a través <strong>de</strong> ellas,<br />
logramos acercarnos a nuevos mundos y a nuevos artistas,<br />
hasta el momento <strong>de</strong>sconocidos. Tal es el caso<br />
<strong>de</strong> “Bell, Book and Candle” (1958) <strong>de</strong> Richard Quine,<br />
extraordinario film protagonizado por James Stewart<br />
y Kim Novak, la misma pareja protagónica <strong>de</strong> “Vértigo”<br />
<strong>de</strong> Hitchcock, y realizada el mismo año que el film<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> maestro. Al ejemplo <strong>de</strong> Quine, po<strong>de</strong>mos agregar:<br />
“Raffles” (1930) <strong><strong>de</strong>l</strong> argentino Harry D’arrast, “Al Filo <strong>de</strong><br />
la Noche” (“Sorry, Wrong Number”, 1948) <strong>de</strong> Anatole<br />
Litvak, “No Man of Her Own” (1950) <strong>de</strong> Mitchell Leisen,<br />
“El Planeta Prohibido” (1956) <strong>de</strong> Fred Wilcox, “<strong>La</strong> Invasión<br />
<strong>de</strong> los Usurpadores <strong>de</strong> Cuerpos” (1957) <strong>de</strong> Donald<br />
Siegel y “Cuando el Destino Nos Alcance” (1972) <strong>de</strong> Richard<br />
Fleischer.<br />
A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> “Los Hijos <strong>de</strong> Katie El<strong>de</strong>r”, Hathaway filmó,<br />
entre otras: “Envuelto en Sombras” (The Dark Corner,<br />
1946), “El Beso <strong>de</strong> la Muerte” (1948), “Niágara” (1953), “El<br />
Jardín <strong><strong>de</strong>l</strong> Diablo” (1955), un episodio formidable <strong>de</strong> “<strong>La</strong><br />
Conquista <strong><strong>de</strong>l</strong> Oeste” (1962), los otros fueron realizados<br />
por Ford y George Marshall, “El Circo <strong><strong>de</strong>l</strong> Mundo” (1964)<br />
y “El Tirador” (1971). Poseedor <strong>de</strong> una obra que se extendió<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1932 hasta 1974, pasó por diversos géneros<br />
(westerns fundamentalmente, también films <strong>de</strong> aventuras,<br />
algunos policiales, y unos pocos melodramas).<br />
| 147
<strong>La</strong>s Cosas <strong>de</strong> la Vida<br />
(Les Choses <strong>de</strong> la vie, Clau<strong>de</strong> Sautet, 1970)<br />
Guión: Jean-Loup Dabadie<br />
Dirección: Clau<strong>de</strong> Sautet<br />
Estreno: 13 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1970<br />
Elenco:<br />
Michel Piccoli<br />
Romy Schnei<strong>de</strong>r<br />
Gérard <strong>La</strong>rtigau<br />
Jean Bouise<br />
Boby <strong>La</strong>pointe<br />
Hervé Sand<br />
Jacques Richard<br />
Betty Beckers<br />
Clau<strong>de</strong> Sautet.<br />
Clau<strong>de</strong> Sautet (Montrouge, Altos <strong><strong>de</strong>l</strong> Sena), nació el 23 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1924 y murió<br />
en París, el 22 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 2000. Fue un director <strong>de</strong> <strong>cine</strong> y guionista francés <strong>de</strong> los<br />
mejores que ha dado la <strong>historia</strong>.<br />
148 |<br />
El director Clau<strong>de</strong> Sautet es una <strong>de</strong> esas sorpresas que arroja la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
<strong>cine</strong> francés. Junto con Jean Pierre Melville es consi<strong>de</strong>rado como uno <strong>de</strong> los<br />
exponentes que renovaron en la década <strong>de</strong> 1960 el <strong>cine</strong> policial francés. Aunque<br />
el autor se diferencia pronto a la estética <strong>de</strong> su compatriota, escapando al<br />
distanciamiento progresivo para acercarse a una visión compasiva y nostálgica<br />
<strong>de</strong> sus personajes.<br />
El universo <strong>de</strong> Sautet en sus comienzos convive entre los marginales, creando<br />
atmósferas <strong>de</strong> suburbios y <strong>de</strong>stacando los grupos, como suce<strong>de</strong> en Max y<br />
los chatarreros (1971); para <strong>de</strong>venir en los trances minimalistas y psicologistas<br />
que buscan explorar la sensibilidad <strong>de</strong> personas e <strong>historia</strong>s simples, cotidianas<br />
<strong>de</strong> una burguesía francesa en crisis. A este último mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o correspon<strong>de</strong>n sus<br />
filmes intimistas, como Ella, yo y el otro (1972), Nelly y el señor Arnaud (en Argentina<br />
El placer <strong>de</strong> estar contigo, 1995), film que analizaremos más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante.<br />
Sautet es un artesano <strong>de</strong> las emociones, con la capacidad para conmover a<br />
partir <strong>de</strong> la trama y sus personajes. Des<strong>de</strong> la puesta en escena <strong>de</strong> impacto a la<br />
neobjetivación y un clasicismo narrativo propio <strong>de</strong> la novela <strong>de</strong>cimonónica,<br />
este autor francés se <strong>de</strong>staca por la capacidad para penetrar en el universo <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
personaje, revelándolo a partir <strong>de</strong> acciones cotidianas, dramáticas, que permiten<br />
a<strong>de</strong>ntrarnos en dramas complejos sobre las relaciones humanas, el amor,<br />
los oficios y el <strong>de</strong>stino.
Basándose en la novela <strong>de</strong> Paul Guimard, en este filme Sautet hace uso<br />
<strong>de</strong> toda su ingeniería narrativa, para <strong>de</strong>slumbrarnos con un comienzo<br />
in media res, en el cual un espectacular acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> coches da lugar al<br />
raccanto <strong>de</strong> los hechos, don<strong>de</strong> el <strong>de</strong>stino (o esas cosas <strong>de</strong> la vida) <strong>de</strong>vienen<br />
en el cierre <strong>de</strong> las <strong>historia</strong>s <strong>de</strong> amor que cercaron al protagonista,<br />
interpretado magistralmente por Michel Piccoli.<br />
El <strong>de</strong>stino, como cuestión fáctica, es la dimensión dramático - trágica que<br />
envuelve la atmósfera <strong><strong>de</strong>l</strong> filme, articulando una visión <strong>de</strong>sesperante sobre<br />
el amor y sus contradicciones filosóficas. El protagonista recuerda<br />
su vida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el hospital don<strong>de</strong> es trasladado con urgencia, y <strong>de</strong>scubre<br />
así, en la frustrada huída con su amante, la importancia <strong>de</strong> los pequeños<br />
<strong>de</strong>talles <strong>de</strong> la vida diaria.<br />
Como un arquitecto <strong>de</strong> su propia obra, Sautet nos va introduciendo, en<br />
flashbacks y vueltas al presente, en subtramas románticas, que intervienen<br />
en el <strong>de</strong>sarrollo <strong><strong>de</strong>l</strong> problema <strong><strong>de</strong>l</strong> protagonista, don<strong>de</strong> el género se<br />
conduce por momentos en vetas melodramáticas, que aunque acentúan<br />
el <strong>de</strong>stino trágico <strong>de</strong> los personajes, exaltan el punto <strong>de</strong> vista <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
director sobre el tema <strong><strong>de</strong>l</strong> filme.<br />
| 149
» <strong>La</strong><br />
Quinta Parte<br />
Autoconciencia<br />
El Padrino<br />
(The Godfather, Francis F. Coppola, 1972)<br />
Guión: Mario Puzo y Francis Ford Coppola<br />
Dirección: Francis Ford Coppola<br />
Estreno: 20 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1972<br />
Elenco:<br />
Marlon Brando<br />
Al Pacino<br />
James Caan<br />
Richard S. Castellano<br />
Robert Duvall<br />
Sterling Hay<strong>de</strong>n<br />
John Marley<br />
Richard Conte<br />
Al Lettieri<br />
Diane Keaton<br />
Abe Vigoda<br />
Talia Shire<br />
Gianni Russo<br />
John Cazale<br />
Rudy Bond<br />
Al Martino<br />
Morgana King<br />
Lenny Montana<br />
John Martino<br />
Salvatore Corsitto<br />
Richard Bright<br />
Alex Rocco<br />
Tony Giorgio<br />
Vito Scotti<br />
Tere Livrano<br />
Victor Rendina<br />
Jeannie Linero<br />
Julie Gregg<br />
Ar<strong><strong>de</strong>l</strong>l Sheridan<br />
Simonetta Stefanelli<br />
Angelo Infanti<br />
Corrado Gaipa.<br />
| 151
El Padrino.<br />
152 |<br />
Coppola nació en Detroit el 7 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1939. Comenzó en el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong><br />
Roger Corman, y sus primeros films los realizó a comienzos <strong>de</strong> los sesenta. Continuó<br />
su obra en silencio hasta que en 1972 se estrenó “El Padrino”. Luego, a<strong>de</strong>más<br />
<strong>de</strong> continuar la saga <strong>de</strong> “El Padrino”, realizó obras memorables como “Apocalipsis<br />
Now” (1979), “<strong>La</strong> Ley <strong>de</strong> la Calle” (1983), “Tucker” (1988) y “The Rainmaker” (1997).<br />
Francis Ford Coppola logró, antes <strong>de</strong> cumplir los 33 años <strong>de</strong> edad, rodar su primer<br />
largometraje (“Tonight For Sure”, en 1962), y a los pocos meses, el segundo<br />
(“Dementia 13”, 1963), dos subproductos <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema Corman realizados<br />
con los restos <strong>de</strong> otras películas y en pocos días <strong>de</strong> rodaje. A partir <strong>de</strong> estas<br />
películas, y otras que vendrían más tar<strong>de</strong>, el joven Francis fue aprendiendo el<br />
oficio, a la vez que <strong>de</strong>scubriendo un estilo, más toda una gama <strong>de</strong> temas que<br />
nutrieron, en a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante, una <strong>de</strong> las obras <strong>cine</strong>matográficas más importantes<br />
<strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. En 1965 dirigió “You Are a Big Boy Now”. Por el prestigio<br />
logrado con este film, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los pocos y jóvenes directores que había<br />
en aquel momento, la gente <strong>de</strong> la Warner lo contrata para dirigir su siguiente<br />
film: “El Valle <strong><strong>de</strong>l</strong> Arco Iris” (“Finian’s Rainbow”, 1967), un musical, protagonizado<br />
por Fred Astaire. Dos años más tar<strong>de</strong>, en 1969, Coppola realiza “<strong>La</strong> Gente <strong>de</strong><br />
la Lluvia” (“The Rain People”). Acá, el autor, ya estaba casi completo.<br />
Coppola filma en 1972, “El Padrino”. Esa obra indiscutible y halagada por<br />
todo el mundo (a veces por razones contradictorias) es el inicio <strong>de</strong> lo<br />
que nosotros llamamos el segundo y <strong>de</strong>finitivo momento <strong>de</strong> la autocon-
ciencia. Que llegará a su punto cúlmine con “Apocalipsis Now”, también<br />
<strong>de</strong> Coppola. Don<strong>de</strong> ya el <strong>cine</strong> quiere ser mundo, <strong>historia</strong>. Y si bien el <strong>cine</strong><br />
sigue manteniendo sus dos niveles (primera y segunda <strong>historia</strong>), a partir<br />
<strong>de</strong> la revolución coppoliana, la primera <strong>historia</strong> será, más que nunca, Historia.<br />
Esto es: las relaciones que el <strong>cine</strong> va a tener <strong>de</strong> aquí en a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante con<br />
la <strong>historia</strong>, con el po<strong>de</strong>r, con la política, con el mundo, van a estar mucho<br />
más ligadas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> “El Padrino” <strong>de</strong> Coppola.<br />
Francis Ford Coppola.<br />
Este film plantea, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un lugar nuevo y aparentemente inesperado,<br />
una oposición sólida y contun<strong>de</strong>nte frente al mundo mo<strong>de</strong>rno, sobre<br />
todo en lo que hace a su política capitalista liberal en los Estados Unidos.<br />
Algo análogo a lo que siempre hizo el <strong>cine</strong> norteamericano <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Griffith<br />
en a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante y sobre todo con la política <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s estudios. Porque<br />
el ponerse por afuera <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia liberal norteamericana<br />
no es una estrategia meramente criminal, mucho menos rebel<strong>de</strong>,<br />
<strong>de</strong> parte <strong>de</strong> los Corleone, sino muy por el contrario. Lo que la película<br />
plantea es una política anti liberal y milenaria (por supuesto, también,<br />
incorrecta, anti progresista, etc.) que se propone como alternativa al sistema<br />
<strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad. Es <strong>de</strong>cir, un salto, un cambio, una radicalización,<br />
para nada reformista, que viene a traer un nuevo paradigma, una nueva<br />
forma completa <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, que no es para nada nueva. Data, en términos<br />
literales, <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XII, en aquel período que algunos pensadores llamaron<br />
el otoño <strong>de</strong> la edad media; y simbólica y míticamente es más vieja<br />
que el mundo. Apenas comienza el film, luego <strong>de</strong> una larga catarsis <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
funebrero Bonasera, el padrino Vito Corleone (Marlon Brando) toma la<br />
palabra por primera vez en la película para <strong>de</strong>cir: “… ¿Por qué acudiste a<br />
la policía antes que a mí? …”<br />
| 153<br />
Siguiendo con esta línea, la familia y su proce<strong>de</strong>r se plantea en base a<br />
una moralidad inasimilable por la mentalidad liberal. Por dos motivos,<br />
entrelazados entre sí. Primero, porque el sostén ético, moral está planteado<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> un resorte teológico, metafísico, y por otro lado, porque la<br />
construcción y conservación <strong><strong>de</strong>l</strong> po<strong>de</strong>r escapa, por las mismas razones, a<br />
las modalida<strong>de</strong>s igualitarias y horizontales <strong>de</strong> estos tiempos. Más tar<strong>de</strong>,<br />
en la parte dos <strong>de</strong> la saga, y aún todavía más en la tres, veremos la fatalidad<br />
<strong>de</strong> esta modalidad, su sentido trágico, mientras que la minuciosa<br />
historización que hace Coppola en las películas siguientes nos permiten<br />
enten<strong>de</strong>r claramente el rol que juega en el mundo cierto proce<strong>de</strong>r, cierta<br />
oposición que viene siendo jugada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la política, pero también<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el arte y el pensamiento, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace mucho tiempo, a lo que se<br />
propone como línea recta <strong><strong>de</strong>l</strong> progreso in<strong>de</strong>finido. Esto lo po<strong>de</strong>mos trasladar,<br />
sin más, al proce<strong>de</strong>r <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> a lo largo <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> (algo <strong>de</strong> eso
intentamos, tímidamente, a través <strong>de</strong> este libro). Por los mismos motivos,<br />
creemos, el <strong>cine</strong>, el verda<strong>de</strong>ro arte <strong>cine</strong>matográfico, es inasimilable para<br />
la mentalidad liberal.<br />
Uno <strong>de</strong> los soportes <strong>de</strong> dicha actitud es la familia, tema coppoliano por<br />
excelencia. Otra vez, como en su anterior film, aparece la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> sacrificio.<br />
Pero <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la familia, esta película (y muchas otras posteriores)<br />
trabaja el lugar <strong><strong>de</strong>l</strong> padre. El padre como jefe, como padre <strong>de</strong> los hermanos,<br />
como padre simbólico <strong>de</strong> los otros (padrino), como hijo, como<br />
marido, y centralmente como sostén <strong>de</strong> una tradición que pugna por<br />
sobrevivir. Cuando el católico refiere a Dios, lo llama Padre.<br />
Contrario a lo que parece, o a lo que muchos <strong>de</strong>spistados intentaron minimizar<br />
o negar, la película nos da una moralidad, un sistema, un encuadre<br />
<strong>de</strong> los más pulidos que se hayan hecho. <strong>La</strong> ética Corleone es, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
cierto punto <strong>de</strong> vista, perfecta. No hay robo, no hay usura, se mata sólo<br />
por traición o venganza, se cuida <strong>de</strong> los propios (aunque no sean <strong>de</strong> la<br />
misma sangre), se negocia con una inteligencia increíble, se cuida <strong>de</strong> no<br />
exponerse, se piensa en el futuro sin olvidar el pasado, los hijos cumplen<br />
un rol fundamental, etc.<br />
154 |<br />
Proponemos, y prometemos, para más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante un trabajo exclusivo a<br />
partir <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Coppola, haciendo centro en la zaga <strong>de</strong> EL PADRINO.
EL Exorcista (The Exorcist, William Friedkin, 1973)<br />
Guión: William Peter Blatty (Basada en su novela)<br />
Dirección: William Friedkin<br />
Estreno: 26 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1973<br />
Elenco:<br />
Ellen Burstyn<br />
Max von Sydow<br />
Lee J. Cobb<br />
Kitty Winn<br />
Jack MacGowran<br />
Jason Miller<br />
Linda Blair<br />
El Exorcista.<br />
William Friedkin nació en Chicago el 29 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1935. Uno <strong>de</strong> los mejores<br />
directores <strong>de</strong> <strong>cine</strong> norteamericanos contemporáneos. Filmó, entre otras:<br />
“Los Chicos <strong>de</strong> la Banda” (1970), “Contacto en Francia” (1971), “El Exorcista”<br />
(1973), “Sorcerer” (1977) – Remake -, “Cruising” (1980), “Vivir y Morir en Los<br />
Ángeles” (1985), “<strong>La</strong> Sangre <strong><strong>de</strong>l</strong> Castigo” (1988), “El Guardián” (1990), “Ja<strong>de</strong>”<br />
(1996), “Doce Hombres en Pugna” (1997), “<strong>La</strong>s Reglas <strong><strong>de</strong>l</strong> Combate” (2000),<br />
“<strong>La</strong> Cacería” (2003) y “Bug” (2006). Filmografía completa: Bug (2006); The<br />
Hunted (2003); Rules of Engagement (2000); 12 Angry Men (1997); Ja<strong>de</strong><br />
(1995); Jailbreakers (1994) (TV); Blue Chips (1994); “Tales from the Crypt” (1<br />
episo<strong>de</strong>, 1992); The Guardian (1990); Rampage (1988); C.A.T. Squad: Python<br />
Wolf (1987) (TV); C.A.T. Squad (1986) (TV); To Live and Die in L.A. (1985); “The<br />
Twilight Zone” (1984) TV Series (episo<strong>de</strong> “Nightcrawlers”); Deal of the Century<br />
(1983); Cruising (1980); The Brink’s Job (1978); Sorcerer (1977); The Exorcist<br />
(1973); The French Connection (1971); The Boys in the Band (1970); The Night<br />
They Rai<strong>de</strong>d Minsky’s (1969); The Birthday Party (1968); Good Times (1967).<br />
| 155<br />
Friedkin es uno <strong>de</strong> los primeros directores, junto a Coppola, que participó<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> renacimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano, hacia fines <strong>de</strong> los sesenta.<br />
Autor <strong>de</strong> películas famosas como también <strong>de</strong> casi <strong>de</strong>sconocidas obras,<br />
forma parte, junto a Carpenter y a Brian De Palma, <strong>de</strong> los artistas más incómodos,<br />
contun<strong>de</strong>ntes y directos para con el sistema <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad<br />
liberal. Friedkin es el autor que mezcla horrorosamente elementos tradicionales<br />
y mo<strong>de</strong>rnos, los cuales sintetizan cierto kitsch contemporáneo.<br />
<strong>La</strong> ambientación, la <strong>de</strong>coración, ciertas sutilezas en los diálogos, el uso<br />
<strong>de</strong> la música, hacen <strong>de</strong> este autor uno <strong>de</strong> los creadores más gran<strong>de</strong>s <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
<strong>cine</strong> norteamericano contemporáneo. <strong>La</strong> <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> los personajes,<br />
las complejas tramas, las sutilísimas actuaciones, el cuidado <strong>de</strong> la puesta<br />
en escena toda, y su función simbólica, son algunos <strong>de</strong> los muchos méritos<br />
<strong>de</strong> Friedkin.
156 |<br />
<strong>La</strong> prolífica obra <strong>de</strong> Friedkin recorre variados temas,<br />
obsesiones y estilos. El doble como función especular<br />
entre el bien y el mal, <strong>de</strong> la mejor raíz hitchcockiana<br />
(“Contacto en Francia” <strong>de</strong> 1971, “Vivir y Morir en Los<br />
Ángeles” <strong>de</strong> 1985 y “<strong>La</strong> Cacería” <strong>de</strong> 2002); la función<br />
sacerdotal con una mirada aguadamente jesuítica (“El<br />
Exorcista” <strong>de</strong> 1973); la mezcla <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado con el presente<br />
y la confusión conservadora liberal (“Ja<strong>de</strong>” <strong>de</strong><br />
1996); la función guerrera en base a una mirada reveladora<br />
hacia Oriente Medio (“<strong>La</strong>s Reglas <strong><strong>de</strong>l</strong> Combate”<br />
<strong>de</strong> 2000); el recurso <strong>de</strong> la comedia como muestra <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
cartón pintado en el que se vive en la ciudad mo<strong>de</strong>rna<br />
(“Y Dón<strong>de</strong> está el <strong>La</strong>drón” <strong>de</strong> 1978 y “El Golpe <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
Siglo” <strong>de</strong> 1983); el film <strong>de</strong> horror suburbano don<strong>de</strong><br />
el bosque, el árbol y la ma<strong>de</strong>ra adquieren valor simbólico<br />
(“El Guardián” <strong>de</strong> 1990); el thriller don<strong>de</strong> cierta<br />
anormalidad se vuelve terror y a la vez normalidad<br />
(“Cruising” <strong>de</strong> 1980 y “<strong>La</strong> Sangre <strong><strong>de</strong>l</strong> Castigo” <strong>de</strong> 1988);<br />
el <strong>de</strong>smembramiento <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte y <strong>de</strong> la función<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> grupo, saturada por la presión que ejerce el po<strong>de</strong>r<br />
luego <strong>de</strong> la huída (“Sorcerer” <strong>de</strong> 1977); y por último<br />
la brillante remake <strong><strong>de</strong>l</strong> film clásico “12 Hombres en<br />
Pugna” <strong>de</strong> 1997, don<strong>de</strong> un jurado convencido, en su<br />
mayoría, <strong>de</strong> la culpabilidad <strong><strong>de</strong>l</strong> acusado, <strong>de</strong>bate, largamente<br />
hasta convencerse <strong>de</strong> lo contrario.<br />
Más allá <strong>de</strong> los diferentes estilos y formas <strong>de</strong> los films<br />
<strong>de</strong> Friedkin, el esquema estructural <strong>de</strong> sus films repite<br />
casi siempre el mismo recorrido iniciático. Un personaje<br />
se introduce en un mundo que no le es propio,<br />
hasta suele serle hostil. Intentando modificarlo, suele<br />
condicionarse y hasta transformarse para pertenecer.<br />
Po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>jar aparte a dos personajes polémicos,<br />
que por sus características especiales <strong>de</strong> seguridad<br />
y convicción, escapan un poco, no <strong><strong>de</strong>l</strong> todo, a dicha<br />
<strong>de</strong>scripción. Ellos son: El padre Merrin <strong>de</strong> “El Exorcista”,<br />
y el Coronel Chil<strong>de</strong>rs <strong>de</strong> “<strong>La</strong>s Reglas <strong><strong>de</strong>l</strong> Combate”.<br />
El primero muere en su lucha final contra el <strong>de</strong>monio.<br />
El segundo es llevado a juicio en una corte militar por<br />
ser más patriota que todos los que lo juzgan.<br />
Sería, por <strong>de</strong>más, interesante, comparar las visiones<br />
<strong>de</strong> Friedkin y las <strong>de</strong> Carpenter en lo que hace a<br />
varias cuestiones. Una <strong>de</strong> ellas tiene que ver con la<br />
función sacerdotal, y su relación, al menos en términos<br />
especulares, con el catolicismo. Otra cuestión<br />
sería Occi<strong>de</strong>nte y la relación <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> con el pasado<br />
cultural. Dichas visiones, entre otras, comprobarían<br />
lo diferentes pero a la vez complementarios que son<br />
ciertos realizadores <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la instauración <strong>de</strong>finitiva<br />
<strong>de</strong> la autoconciencia. Dicho <strong>de</strong> otro modo, lo poco<br />
que queda <strong>de</strong> <strong>cine</strong> juega <strong>de</strong> modo polémico en constantes<br />
planteos y respuestas, don<strong>de</strong> todos se miran, y<br />
se contestan.<br />
Si bien el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Friedkin goza, en apariencia, <strong>de</strong> mayor<br />
prestigio o mayor fama que el <strong>de</strong>, por ejemplo,<br />
Carpenter, esto tiene que ver con cierto look más clase<br />
A <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> Friedkin, lo cual da un mote, a priori,<br />
<strong>de</strong> «serio», como si la media <strong>de</strong> la crítica actual neoyorkina<br />
y francesa, aún a regañadientes, no les quedase<br />
más remedio que aceptar el arte <strong>de</strong> este autor.<br />
El Exorcista plantea, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una diégesis extrema, el<br />
tema <strong>de</strong> la función sacerdotal, y cómo ésta es transmitida<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> cura iniciado, maduro (Merrin), al joven<br />
recién llegado, el neófito Karras, que ya a comienzos<br />
<strong>de</strong> los setentas estaba con su cabeza hecha una terrible<br />
ensalada <strong>de</strong> psicología, sociología y mo<strong>de</strong>rnismo.<br />
Ante el inoportuno comentario <strong><strong>de</strong>l</strong> padre Karras, en<br />
los preparativos <strong><strong>de</strong>l</strong> exorcismo… “… por lo que estuve<br />
analizando, las personalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Reagan son, por<br />
lo menos, dos…”. Tajante, el padre Merrin respon<strong>de</strong>:<br />
“<strong>La</strong> Personalidad siempre es una, padre Karras”. Este<br />
diálogo es emblema <strong><strong>de</strong>l</strong> sentido <strong><strong>de</strong>l</strong> film.<br />
Otro tema central <strong><strong>de</strong>l</strong> film es la oposición planteada,<br />
a través <strong>de</strong> la confusión <strong>de</strong> Karras, y también <strong>de</strong><br />
la madre <strong>de</strong> Reagan, <strong>de</strong> los ambientes relacionados<br />
con el saber. Por un lado el mundo científico, médico,<br />
racional, que no encuentra solución (y que no la va<br />
a encontrar nunca, al menos en este tipo <strong>de</strong> casos)<br />
al problema <strong>de</strong> la niña Reagan. Éstos son mostrados
fríos, blancos, planos, casi quemados y sin relieve. Por<br />
otro lado, el mundo religioso, y a la vez espiritual <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
film, mostrado a través <strong>de</strong> la congregación jesuita<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la Iglesia Católica. Éstos, contrariamente,<br />
son puestos en escena <strong>de</strong> manera, cálida, bella, vertical,<br />
con tonos marrones, y mucho relieve y volumen<br />
en la imagen. El mundo mo<strong>de</strong>rno ha logrado separar,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus políticas autónomas o, más bien, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />
proclamación <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, autonomías y especialida<strong>de</strong>s,<br />
el mundo material <strong><strong>de</strong>l</strong> espiritual, se han vuelto<br />
irreconciliables, excluyentes. Y, como en el <strong>cine</strong> <strong>de</strong><br />
John Carpenter, a veces, cada uno le tira la pelota al<br />
otro casi sin solución <strong>de</strong> continuidad.<br />
Para cerrar, <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>cir que en el mundo <strong>de</strong> Friedkin<br />
se indaga permanentemente sobre la mezcla<br />
entre lo clásico y lo mo<strong>de</strong>rno, sobre el kirsch contemporáneo,<br />
sobre modalida<strong>de</strong>s antiguas y tradicionales<br />
que sobreviven caídas <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo liberal y<br />
materialista en el que vivimos, y cómo esas modalida<strong>de</strong>s,<br />
o datos, o formas, por inconciencia pue<strong>de</strong>n<br />
invertirse sin más. Confundirse, aún en mezclas mentales,<br />
como la presentación <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje asesinado<br />
en el comienzo <strong>de</strong> “Ja<strong>de</strong>” (1996).<br />
| 157
<strong>La</strong> Conversación<br />
(The Conversation, Francis F. Coppola, 1974)<br />
Guión y Dirección: Francis Ford Coppola<br />
Estreno: 7 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1974<br />
Elenco:<br />
Gene Hackman<br />
John Cazale<br />
Allen Garfield<br />
Fre<strong>de</strong>ric Forrest<br />
Cindy Williams<br />
Michael Higgins<br />
Elizabeth MacRae<br />
Terri Garr<br />
Harrison Ford<br />
Mark Wheeler<br />
Robert Shields<br />
158 |<br />
Entre “El Padrino” y “El Padrino II”, Coppola filma “<strong>La</strong> Conversación”. Este<br />
film, propio en todo sentido (con guión y producción <strong>de</strong> Coppola), es un<br />
policial melodramático protagonizado por Gene Hackman. El tema <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
doble, <strong>de</strong> las copias, es el eje simbólico <strong><strong>de</strong>l</strong> film. Porque el film es un nexo<br />
entre ambos padrinos, pero también es un puente entre los padrinos y<br />
su film siguiente: “Apocalipsis Now” (1979). Esto es: un juicio <strong>de</strong> qué es, y<br />
cómo se hacen las copias, tema central <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> autoconciente.<br />
<strong>La</strong> Conversación.
Coppola retoma en este film el hilo <strong>de</strong> “<strong>La</strong> Gente <strong>de</strong><br />
la Lluvia”. Harry Caul es un técnico en sonido, que trabaja<br />
haciendo espionaje, grabando conversaciones<br />
privadas. Dentro <strong>de</strong> un contexto <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>terminado,<br />
Harry es un personaje que ha elegido la soledad.<br />
Pero enten<strong>de</strong>mos que, a la vez, le pesa esa soledad.<br />
No tiene mujer, ni familia, ni amigos. Solo compañeros<br />
ocasionales <strong>de</strong> trabajo y clientes. Harry se da<br />
cuenta, en uno <strong>de</strong> los trabajos, que una pareja (a la<br />
que espía) pue<strong>de</strong> ser víctima <strong>de</strong> una compleja trama<br />
policial. A partir <strong>de</strong> allí se compromete, da el salto <strong>de</strong><br />
calidad, a la vez que comienza a replantearse su vida.<br />
Con Kierkegaard, intenta pasar <strong><strong>de</strong>l</strong> estadio estético al<br />
ético, <strong>de</strong> la precisión técnica al compromiso comunitario.<br />
Él se ha alejado tanto <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, que cuando<br />
intenta regresar ya nadie lo reconoce, ya ha perdido<br />
la posibilidad <strong>de</strong> contacto, <strong>de</strong> enlace. A la par <strong>de</strong> esto,<br />
comienza a obsesionarse con que lo escuchan y lo<br />
graban, y empieza a perseguirse con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que él<br />
también es víctima <strong>de</strong> aquel espionaje. Cuando comprueba<br />
que esto es cierto, la <strong>de</strong>sesperación lo lleva a<br />
la locura. Ni siquiera su fe, su religión (otra vez el catolicismo),<br />
emblematizado en esa virgen que conserva<br />
entre sus cosas, pue<strong>de</strong>n salvarlo. Sólo le queda refugiarse,<br />
encerrarse en su locura, en sus propias ruinas,<br />
y en su música.<br />
“<strong>La</strong> Conversación”, muy a modo hitchcockiano (sobre<br />
todo, pensemos en “<strong>La</strong> Ventana Indiscreta”), retoma<br />
el tema <strong>de</strong> la contemplación, como fisgoneo en el<br />
marco <strong><strong>de</strong>l</strong> complejo <strong>de</strong> culpa. Pero ahora, más que<br />
nunca, es el sistema el que oprime al individuo, ese<br />
sistema liberal que es capaz <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>rse (como nos<br />
muestra la película en sucesivas ocasiones) por unos<br />
cuantos dólares. Dentro <strong>de</strong> esta línea <strong>de</strong> interpretación,<br />
Coppola enmarca la diégesis en el marco <strong>de</strong> la<br />
intimidad o, más bien, la violación <strong>de</strong> la intimidad.<br />
Después <strong>de</strong> todo, <strong>de</strong> eso trata el film. Luego <strong>de</strong> ese<br />
laberinto, <strong>de</strong> ese <strong>de</strong>scenso a los infiernos, en medio<br />
<strong>de</strong> una <strong>de</strong>sconsolada soledad, el personaje <strong>de</strong> Harry<br />
emerge vencido, aceptando ese lugar fatal, don<strong>de</strong><br />
aquella soledad no es más ni menos que la falta <strong>de</strong><br />
familia. <strong>La</strong> persona singular vencida, <strong>de</strong>rrotada, por<br />
la opresión mo<strong>de</strong>rna, recurre, sin más, a la resignación,<br />
aceptando ese único lugar que le queda <strong>de</strong> interioridad<br />
privada: la música, esa forma que es pura<br />
voluntad. Con un guión extraordinario, único, <strong>de</strong> los<br />
mejores <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> autoconciente, Coppola parte <strong>de</strong> un<br />
mundo cerrado, asfixiante, para <strong>de</strong>splegar uno <strong>de</strong> los<br />
mejores films contemporáneos.<br />
Escribe María Eva Morales:<br />
Hay realizaciones don<strong>de</strong> una escena pue<strong>de</strong> resumir,<br />
sintetizar toda la película, “<strong>La</strong> Conversación” es una <strong>de</strong><br />
ellas. En la presentación, la escena <strong>de</strong> la escucha en la<br />
plaza nos permite ver lo que luego, a escala, se verá<br />
en el resto <strong><strong>de</strong>l</strong> film. <strong>La</strong> plaza vista <strong>de</strong> lejos, pequeña<br />
(casi como una maqueta) no muestra nada que sobresalga<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> resto, hasta el momento en que la cámara<br />
se acerca lentamente y comienza a <strong>de</strong>stacar la<br />
figura <strong><strong>de</strong>l</strong> mimo haciendo “como que”, <strong>de</strong> cerca se ve<br />
una parodia, y parte <strong>de</strong> ella es seguirlo a Harry Caul, el<br />
técnico en seguridad y vigilancia que está espiando a<br />
otros. <strong>La</strong>s escuchas se realizan a través <strong>de</strong> tres micrófonos,<br />
uno <strong>de</strong> ellos tiene apariencia <strong>de</strong> arma, su uso<br />
implica riesgo, peligro.<br />
<strong>La</strong> pareja vigilada se maneja en espacio abierto, tiene<br />
la posibilidad <strong>de</strong> moverse libremente, aunque <strong>de</strong>ci<strong>de</strong><br />
caminar en círculos, como circular también es la trayectoria<br />
<strong>de</strong> los carreteles <strong>de</strong> audio, como circular va a<br />
ser la vuelta <strong>de</strong> la moto que lo encierra en el amplio<br />
piso <strong>de</strong> su taller, como redonda es la <strong>historia</strong> que lo envuelve<br />
y lo aprisiona, como lo sugiere el claustrofóbico<br />
espacio <strong><strong>de</strong>l</strong> furgón don<strong>de</strong> ha instalado su equipo.<br />
Harry Caul ignora su encierro, el cree que mira y escucha<br />
sin ser visto ni oído, como a las muchachas que<br />
Stan fotografía, que usan su ventana como espejo<br />
para maquillarse. Nosotros compartimos su ignorancia,<br />
su visión limitada. El sólo es consciente <strong>de</strong> su culpa<br />
por tres asesinatos <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado.<br />
| 159
160 |<br />
Caul durante la escucha recibe dos advertencias. El<br />
primer diálogo <strong>de</strong> la película don<strong>de</strong>, en la plaza un<br />
muchacho le dice a una joven: “Vamos a mi casa así<br />
nos conocemos, esto es horrible”, esa frase advierte<br />
que allí, en ese lugar, al contrario <strong>de</strong> lo que cree Caul,<br />
no es posible conocer (percibir el objeto como distinto<br />
a todo lo que no es) a nadie.<br />
<strong>La</strong> otra advertencia es la que hace la joven que está<br />
siendo vigilada por él: “Wake Up!” repite. ¡Despierta,<br />
<strong>de</strong>spierta!, pero Caul en el automatismo <strong>de</strong> su trabajo<br />
no es capaz <strong>de</strong> escucharlo, porque él cree que nada<br />
<strong>de</strong> lo que se diga lo tiene como <strong>de</strong>stinatario, como<br />
tampoco entien<strong>de</strong> su vulnerabilidad ante la intromisión<br />
que ha cometido su vecina con su casa y con su<br />
correspon<strong>de</strong>ncia, a pesar <strong>de</strong> las alarmas y sus múltiples<br />
cerraduras.<br />
Hecho el trabajo, Harry está en condiciones <strong>de</strong> entregarlo<br />
y <strong>de</strong> cobrarlo. Lo citan a la oficina <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre<br />
que lo contrató, el Director <strong>de</strong> una importante empresa,<br />
pero éste no está, lo recibe su asistente, Martin<br />
Stett, en una oficina <strong>de</strong> un elevadísimo edificio don<strong>de</strong><br />
hay un telescopio: Ellos también espían. A Caul no<br />
le interesa el contenido <strong>de</strong> sus grabaciones, pero es<br />
un hombre prolijo y con cierta paranoia y ante la ausencia<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> Director, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> esperar y no <strong>de</strong>ja el sobre<br />
con las cintas, ni acepta el dinero <strong><strong>de</strong>l</strong> pago. Gracias a<br />
esta <strong>de</strong>cisión recibe la primera amenaza, y seguidamente,<br />
antes <strong>de</strong> abandonar el edificio, se cruza con<br />
cada uno <strong>de</strong> los integrantes <strong>de</strong> la pareja vigilada. Esto<br />
es motivo suficiente para que la naturaleza humana,<br />
que cree ajena a él, lo lleve a preocuparse por el contenido<br />
<strong>de</strong> las cintas. Lo quiere <strong>de</strong>socultar, no quiere<br />
que su trabajo provoque otras muertes. Escucha las<br />
cintas, investiga hasta que cree escuchar <strong>de</strong> voz <strong>de</strong> la<br />
pareja “nos mataría si tuviera oportunidad”. Conmocionado,<br />
apaga el equipo <strong>de</strong> audio (quizá intentando<br />
acallar su conciencia) pero ni uno ni otra pue<strong>de</strong>n<br />
<strong>de</strong>tenerse ya. Intenta proteger a la pareja que él cree<br />
en peligro reteniendo las cintas, pero víctima <strong>de</strong> un<br />
engaño el “Director” se apo<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> las grabaciones.<br />
Ante el hecho consumado y siguiendo su curiosidad,<br />
<strong>de</strong>ci<strong>de</strong> ir a entregar las fotos y cobrar por su trabajo.<br />
Cuando ingresa a la casa <strong><strong>de</strong>l</strong> Director, domina la estancia<br />
una gran maqueta <strong>de</strong> <strong>La</strong> Ciudad, la que nos<br />
remite a la pequeña maqueta <strong>de</strong> la plaza <strong>de</strong> la escucha.<br />
Si los “plantadores <strong>de</strong> micrófonos” dominan<br />
plazas y acce<strong>de</strong>n a pequeñas porciones <strong>de</strong> secretos,<br />
los “Directores” dominan la Ciudad gracias a los secretos<br />
a comprados a los muchos Caul que ofrecen sus<br />
servicios sin plantearse qué fin tendrá la información<br />
que ven<strong>de</strong>n. Harry <strong>de</strong>scubre que no hay protección,<br />
“nadie está a salvo” dice, pero en ese momento ese<br />
“nadie”, aún, no lo involucra a él.<br />
El investigador ha podido <strong>de</strong>stacar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su profesión,<br />
lo que contrasta con su inestabilidad emocional.<br />
El se ha encargado <strong>de</strong> aislarse <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, no<br />
tiene la capacidad <strong>de</strong> comunicarse con quienes lo ro<strong>de</strong>an,<br />
está impedido afectivamente: a Stan lo excluye<br />
<strong>de</strong> su mundo y a su novia/amante, Amy, le paga a pesar<br />
<strong>de</strong> amarla (como lo confiesa <strong>de</strong>spués), para no dar<br />
lugar a ningún vínculo afectivo entre ellos.<br />
Su ferviente religiosidad le profundiza la culpa, pero<br />
por otro lado es el único momento personal que le<br />
permite drenar sus remordimientos y su angustia por<br />
lo peligrosa que su profesión pue<strong>de</strong> resultar. Es su refugio,<br />
porque quizá confíe en que su Dios sea el único<br />
que no revele sus secretos.<br />
<strong>La</strong> conversación plantea el tema <strong>de</strong> la invasión institucionalizada<br />
<strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> las personas (es una realización<br />
<strong>de</strong> 1974 a dos años <strong><strong>de</strong>l</strong> escándalo <strong>de</strong> Watergate),<br />
la falta <strong>de</strong> comunicación, y a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>nuncia y advierte<br />
que nadie está a salvo. <strong>La</strong> acompaña una banda sonora<br />
que sustenta la trama y realza, a veces hasta el límite,<br />
los estados emocionales <strong>de</strong> Harry Caul. Éste se muestra<br />
a través <strong>de</strong> una luz que grisa todo, es un hombre gris<br />
en una ciudad gris, que <strong><strong>de</strong>l</strong>ata la concepción que Harry<br />
tiene sobre la vida y sobre sí mismo.
El protagonista <strong>de</strong>scubre ya tar<strong>de</strong> que es víctima <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
mismo sistema que él ayudó a crear y perfeccionar, y<br />
en el que se sentía orgulloso <strong>de</strong> sobresalir. Este sistema<br />
no lo maneja él ni ningún otro técnico en seguridad y<br />
vigilancia, que espían plazas y se ven<strong>de</strong>n en convenciones,<br />
sino que es un sistema sin rostro (como el Director)<br />
don<strong>de</strong> Harry Caul es una pieza a <strong>de</strong>sechar.<br />
Contradictoriamente, Caul, un hombre envidiado por<br />
sus colegas, creador <strong>de</strong> sus propias herramientas, que<br />
pue<strong>de</strong> acce<strong>de</strong>r a lo inaccesible, en el momento <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
crimen no pue<strong>de</strong> escuchar lo que <strong>de</strong>be escuchar, solo<br />
le llega el estri<strong>de</strong>nte grito que retumba en su mente,<br />
como una campana. A los fines <strong>de</strong> liberarse, va a la<br />
habitación 773, don<strong>de</strong> ocurrió el crimen y se encuentra<br />
con la normalidad aparente, pero él ya sabe <strong>de</strong><br />
eso. Deci<strong>de</strong> buscar. Y encuentra. <strong>La</strong> sangre <strong><strong>de</strong>l</strong> nuevo<br />
crimen lo persigue como la culpa por el asesinato <strong>de</strong><br />
tres personas, que su trabajo provocó en el pasado.<br />
Dispuesto a enfrentarlo, va en busca <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre que<br />
lo contrató y que cree ha asesinado a su propia esposa<br />
(la joven vigilada) pero, en cambio, se encuentra<br />
con ésta <strong>de</strong>butando en su viu<strong>de</strong>z que lo mira reconociéndolo.<br />
El círculo se ha cerrado con él a<strong>de</strong>ntro y no<br />
hay escapatoria.<br />
| 161<br />
Hasta el último momento hemos compartido la mirada<br />
<strong>de</strong> Caul, su angustia, su incapacidad emocional,<br />
su culpa y también su error y lo <strong>de</strong>scubrimos junto<br />
con él, y todos sabemos que ya es muy tar<strong>de</strong>. Quizá<br />
nos diferenciemos en que al final hemos sido capaces<br />
antes que él, cuando empieza con su frenética búsqueda<br />
<strong>de</strong> micrófonos en su <strong>de</strong>partamento, que no<br />
hallará ningún micrófono, sino que la armónica <strong>de</strong><br />
Bernie Morán, su competidor, es la nueva arma, que<br />
esta vez ha sido disparada contra él.
El Padrino II<br />
(The Godfather Part II, Francis F. Coppola, 1974)<br />
Guión y Dirección: Francis Ford Coppola<br />
Estreno: 27 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1974<br />
Elenco:<br />
Al Pacino<br />
Robert Duvall<br />
Diane Keaton<br />
Robert De Niro<br />
John Cazale<br />
Talia Shire<br />
Lee Strasberg<br />
Michael V. Gazzo<br />
G.D. Spradlin<br />
Richard Bright<br />
Gastone Moschin<br />
Tom Rosqui<br />
Bruno Kirby<br />
Frank Sivero<br />
Francesca De Sapio<br />
162 |<br />
Cuando Coppola revisa el pasado <strong>de</strong> Vito Corleone (aquí, Robert De Niro)<br />
en “El Padrino II”, al comienzo y luego en sucesivas alternancias con el<br />
El final <strong>de</strong> El Padrino II.
Robert De Niro en El Padrino II.<br />
presente (1958-1959), nos instala <strong>de</strong> lleno en el terreno mítico. Lo que<br />
vamos a buscar, y encontramos por cierto, es el origen. ¿El origen <strong>de</strong><br />
qué? El origen <strong>de</strong> la familia Corleone. Más precisamente, el origen americano<br />
<strong>de</strong> los Corleone.<br />
| 163<br />
Des<strong>de</strong> que Vito llega a América en 1901 hasta su toma <strong><strong>de</strong>l</strong> po<strong>de</strong>r, por así<br />
<strong>de</strong>cirlo, (1916-1917), no hace más que enfrentarse, cíclicamente, con los<br />
reveses <strong>de</strong> una sociedad que no reconoce, en la que se siente un extraño.<br />
Recor<strong>de</strong>mos que la Nueva York <strong>de</strong> principios <strong>de</strong> siglo era un estado<br />
policial mercantil (<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los parámetros protestantes <strong>de</strong> la época)<br />
en la que un recién llegado, encima latino, para más italiano y <strong><strong>de</strong>l</strong> sur, no<br />
tenía más remedio que ubicarse en el ghetto tal o cual que lo cobijara.<br />
Ese reunir y cobijar fue la primera respuesta auténtica que recibió el niño<br />
Andolini al culminar su cuarentena.<br />
Pero para po<strong>de</strong>r vivir bien, como la tradición lo indica, para po<strong>de</strong>r, sobre<br />
todo, no pertenecer a esto que se me presenta como nuevo, “Sin Bailar<br />
al compás <strong>de</strong> esos… potentados…”, pero que yo sé que es más viejo<br />
que muchos <strong>de</strong> nuestros abuelos, para hacernos cargo <strong>de</strong> ésa tradición<br />
(esto implica también po<strong>de</strong>r hacerse cargo <strong>de</strong> esa comunidad ya vuelta<br />
ghetto), para todo esto, <strong>de</strong>cimos, necesitamos enten<strong>de</strong>r los resortes <strong>de</strong><br />
esta nueva cultura, cómo se manejan y se generan los valores en la nue-
va casa, y, fundamentalmente, ver <strong>de</strong> qué manera yo, o los míos (o yo con<br />
los míos) po<strong>de</strong>mos hacernos cargo <strong>de</strong> ese <strong>de</strong>stino trágico <strong>de</strong> una manera<br />
real y concreta. En síntesis: Necesitamos po<strong>de</strong>r. ¿Qué es el po<strong>de</strong>r? <strong>La</strong><br />
posibilidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir políticamente sobre lo que nos ro<strong>de</strong>a, y generar<br />
o recuperar valores que sustenten esas <strong>de</strong>cisiones. ¿Cómo se construye<br />
ese po<strong>de</strong>r que no tengo? Fácil (para Vito, no para cualquiera). Quitándoselo<br />
al que lo tiene. Lo extraordinario es lo esencial <strong>de</strong> lo mítico. Es <strong>de</strong>cir,<br />
no hay mito posible si no me animo a eso que, evi<strong>de</strong>ntemente, es lo que<br />
hay que hacer (héroe). Recor<strong>de</strong>mos que cuando Vito Corleone asume ya<br />
su rol <strong>de</strong>finitivo luego <strong>de</strong> cargarse a Fanucci, lo primero que <strong>de</strong>be resolver<br />
es un asunto doméstico <strong>de</strong> una amiga <strong>de</strong> su mujer. El tal Roberto, al<br />
que Vito intenta comprar, para que dicha mujer pueda seguir viviendo<br />
en su casa rentada, es calabrés, no siciliano. Es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el vamos,<br />
Corleone se tiene que hacer cargo <strong>de</strong> toda Italia.<br />
164 |<br />
Dicen que <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> toda fortuna hay un crimen… lo que Coppola pone<br />
en dudas es si todos los crímenes son iguales, si todas las personas son<br />
iguales… y si no será que, tal vez, la mo<strong>de</strong>rnidad ha juntado y estratificado<br />
en valores jurídicos o penales, lo que tradicionalmente sólo se<br />
sesionaba en jerarquías verticales que respondían a una <strong>de</strong>terminada<br />
instancia metafísica. No será que nos <strong>de</strong>jaron el objeto sin su aura, entonces<br />
todos los objetos ahora parecen ser iguales entre sí. Todo se ha<br />
horizontalizado en la mo<strong>de</strong>rnidad, y eso lo percibe intuitivamente Vito<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que llega a su vida adulta norteamericana. El centro <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo<br />
(como eje <strong>de</strong> la tradición) se ha trasladado y ya no está más en Roma, ni<br />
en Italia, ni siquiera en la Europa museística y rendida <strong>de</strong> aquellos años.<br />
El centro se trasladó a América. Aunque con algunos valores cambiados,<br />
el centro siempre es el centro. Algo análogo a la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> los Corleone<br />
le sucedió a la cultura, más precisamente al arte. Cuando Vito llega<br />
a América, el <strong>cine</strong> llega a América, hoy sabemos que fue el único arte<br />
universal y ecuménico <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XX. Y el <strong>de</strong>talle autoconciente <strong>de</strong> nuestro<br />
autor: cuando Vito comienza a asumir su rol, es cuando, históricamente,<br />
Griffith crea el <strong>cine</strong>. Esta misma época coinci<strong>de</strong> con la primera guerra<br />
mundial, primera gran <strong>de</strong>cepción <strong><strong>de</strong>l</strong> progreso in<strong>de</strong>finido materialista, y<br />
coinci<strong>de</strong> también (porque la guerra citada se encargó <strong>de</strong> ello) con la caída<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> ya jaqueado Imperio Austrohúngaro, la última verda<strong>de</strong>ra ilusión<br />
europea no liberal, y continuadora <strong>de</strong> la tradición occi<strong>de</strong>ntal con fines<br />
ecuménicos. Hacia el final, luego <strong><strong>de</strong>l</strong> juicio que exonera a Michael, en<br />
una larga conversación, Pentangelli le dice a Tom Hagen: “… ¿Te acordás<br />
<strong>de</strong> aquellos tiempos? Éramos como el Imperio Romano…” <strong>La</strong> referencia<br />
es para los años 30, don<strong>de</strong>, y para seguir con la analogía, el <strong>cine</strong> norteamericano<br />
también era como el imperio romano, o empezaba a serlo. “El
Don era inabordable…”, comentó Sollozo en la primer parte, refiriéndose<br />
al mismo período.<br />
Pero la vida sigue en la norteamérica <strong>de</strong> fines <strong>de</strong> los años cincuenta. Porque<br />
lo central es la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> continuidad, <strong>de</strong> transmisión, en estos tiempos<br />
<strong>de</strong>beríamos hablar <strong>de</strong> resistencia, sin más. Po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir, entonces,<br />
que la zaga <strong>de</strong> El Padrino, haciendo principal hincapié en la parte dos,<br />
es la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> una resistencia. <strong>La</strong> <strong>historia</strong> <strong>de</strong> una forma (el <strong>cine</strong>) que se<br />
opone a la mentalidad liberal a través <strong>de</strong> una mentalidad que se conserva<br />
en el tiempo, más o menos intacta, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace casi mil años. Y, como<br />
recurso viquiano, no pudo más que estar en el centro aún cuando el centro<br />
se había trasladado, porque todo está siempre don<strong>de</strong> tiene que estar.<br />
Michael Corleone (Al Pacino) sufre un atentado en su propia casa, en su<br />
propia habitación. Esto es en el comienzo <strong>de</strong> la película. Al final <strong>de</strong> la parte<br />
dos, dirá: “… Si algo hemos aprendido, si algo nos enseña la <strong>historia</strong>, es<br />
que en este mundo, cualquiera pue<strong>de</strong> matar a cualquiera…” A partir <strong>de</strong><br />
aquí comienza el <strong>de</strong>smembramiento familiar, en contrapunto a la construcción<br />
que viene efectuando Vito, en paralelo (es difícil <strong>de</strong> explicar,<br />
pero el <strong>cine</strong> cuanto mejor es, más difícil es explicarlo con palabras), en<br />
otro tiempo y en otro lugar; y con la tradición más cerca <strong>de</strong> sus espaldas.<br />
Así como Vito en la primera parte, arma aquella reunión <strong>de</strong> jefes para<br />
<strong>de</strong>scubrir a su enemigo Barzini, lo mismo acá, Michael hace toda una<br />
vuelta que termina en Cuba, con escala en Miami, para <strong>de</strong>scubrir a su<br />
enemigo Hymann Roth. Sin recaer en <strong>de</strong>talle acerca <strong>de</strong> cómo nos <strong>de</strong>scribe<br />
<strong>de</strong> un pantallazo a Cuba y su revolución (visión que aplaudiría hasta<br />
el mismo Fi<strong><strong>de</strong>l</strong> Castro), la torta es lo que importa y esa misma torta se<br />
reparte allá, el día <strong><strong>de</strong>l</strong> cumpleaños <strong>de</strong> su enemigo. Esto es: ya salimos <strong>de</strong><br />
Estados Unidos, ya acumulamos tal po<strong>de</strong>r que hemos cruzado las fronteras<br />
<strong>de</strong> la nueva tierra. Y lo seguiremos haciendo, hasta llegar al Vaticano<br />
mismo si es necesario, hasta conquistar la mayor parte <strong>de</strong> las acciones <strong>de</strong><br />
la empresa más gran<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo en el negocio inmobiliario. Aunque<br />
todo sea para terminar en una representación operística, y aunque sólo<br />
quiera que cuando se pronuncie nuestro nombre se piense en una voz.<br />
Una voz <strong>de</strong> la representación, una voz <strong><strong>de</strong>l</strong> arte, <strong>de</strong> la ópera, <strong>de</strong> la vida. <strong>La</strong><br />
voz <strong><strong>de</strong>l</strong> hijo, que ya no es el hijo, que ha perdido el rumbo y lo ha vuelto<br />
a encontrar en Sicilia, como él… cuarenta años atrás.<br />
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HALLOWEEN<br />
(John Carpenter, 1978)<br />
Guión: Debra Hill y John Carpenter<br />
Dirección: John Carpenter<br />
Estreno: 16 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1978<br />
Elenco:<br />
Donald Pleasence<br />
Jamie Lee Curtis<br />
Nancy Kyes<br />
P.J. Soles<br />
Charles Cyphers<br />
Kyle Richards<br />
Brian Andrews<br />
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John Carpenter nació en Kentucky el 16 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1948. Uno <strong>de</strong> los mejores<br />
directores <strong>de</strong> <strong>cine</strong> norteamericanos <strong>de</strong> nuestra época. Su filmografía fantástica,<br />
generalmente <strong>de</strong> bajo presupuesto, ha marcado a todo el <strong>cine</strong> mundial.<br />
Films como “Halloween” (1979), “<strong>La</strong> Niebla” (1980), “El Enigma <strong>de</strong> Otro Mundo”<br />
(1982), “Christine” (1983), “El Príncipe <strong>de</strong> las Tinieblas” (1987), “Sobreviven”<br />
(1988), “En la Boca <strong><strong>de</strong>l</strong> Miedo” (1994), “El Pueblo <strong>de</strong> los Malditos” (1995),<br />
“Vampiros” (1998) y “Fantasmas en Marte” (2001) han <strong>de</strong>jado huella <strong>de</strong>ntro<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> contemporáneo. El año 2005 realizó uno <strong>de</strong> los capítulos <strong>de</strong> “Master<br />
of Horror” llamado “Quemadura <strong>de</strong> Cigarrillo”, un excelente telefilme, y en el<br />
2006, un segundo capítulo titulado “Pro Vida”. Actualmente, se encuentra en<br />
la preproducción <strong>de</strong> un guión propio titulado “Psicopatología”, para ser estrenado<br />
el año próximo. Su filmografía hasta ahora es: “Masters of Horror”<br />
(2 episo<strong>de</strong>s, 2005-2006) - John Carpenter’s Pro-Life (2006) TV Episo<strong>de</strong> - John<br />
Carpenter’s Cigarette Burns (2005) TV Episo<strong>de</strong>; Ghosts of Mars (2001); Vampires<br />
(1998); Escape from L.A. (1996); Village of the Damned (1995); In the<br />
Mouth of Madness (1995); Body Bags (1994) (TV) (segments “Gas Station,<br />
The” and “Hair”)... aka John Carpenter Presents ‘Body Bags’... aka John Carpenter<br />
Presents ‘Mind Games’ (USA: cable TV title); Memoirs of an Invisible<br />
Man (1992); They Live (1988); Prince of Darkness (1987); Big Trouble in Little<br />
China (1986); Starman (1984); Christine (1983); The Thing (1982); Escape<br />
from New York (1981); The Fog (1980); Elvis (1979) (TV); Someone’s Watching<br />
Me! (1978) (TV); Halloween (1978); Assault on Precinct 13 (1976); Dark Star<br />
(1974); Sorceror from Outer Space (1969); Warrior and the Demon (1969) (as<br />
Johnny Carpenter); Gorgo Versus Godzilla (1969); Gorgon, the Space Monster<br />
(1968); Terror from Space (1964); Revenge of the Colossal Beasts (1963).<br />
Halloween.
John Carpenter es uno <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s artistas <strong>de</strong> estos<br />
tiempos, el cual ha sabido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siempre que el<br />
<strong>cine</strong> (el arte) es un medio, no un fin; un medio para<br />
el acceso al conocimiento. A través <strong>de</strong> un esoterismo<br />
riguroso, heredado <strong>de</strong> Tod Browning, James Whale,<br />
Jacques Tourneur y Edgar Ulmer, Carpenter nos pone<br />
frente a los más altos planteos teológicos y filosóficos.<br />
Este artista hermético (recuér<strong>de</strong>se que lo hermético<br />
es aquello que comunica lo alto con lo bajo) parte<br />
siempre <strong>de</strong> una <strong>historia</strong> simple, por momentos vulgar,<br />
sencilla, popular, casi siempre <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> terreno<br />
fantástico, para <strong>de</strong>volvernos, para quien quiera verlo,<br />
toda una trama <strong>de</strong> valores, juicios acerca <strong>de</strong> nuestra<br />
cultura, posiciones claras y distintas sobre el catolicismo,<br />
siempre <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una eticidad <strong>de</strong>scomunal.<br />
Este look <strong>de</strong> clase B, <strong>de</strong> apariencia no serio, pero a la<br />
vez reconocido y <strong>de</strong> género, sirve a Carpenter como<br />
puente, y rasgo <strong>de</strong> estilo, para llegar al espectador<br />
como a través <strong>de</strong> un <strong>de</strong>svío. Lo ritual-popular (por<br />
ejemplo en “Halloween”), sumado a la cuestión <strong>de</strong><br />
género permite una narración directa y contun<strong>de</strong>nte<br />
que expresa muchas <strong>de</strong> las cosas que estos artistas<br />
intentan <strong>de</strong>splegar. Sin ese marco, sería difícil, sino<br />
imposible, plantear <strong>de</strong>terminadas cuestiones, dada<br />
la dramática época en la que vivimos impregnada <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>sentendimiento y falsos valores.<br />
Son dos estilos o formas en las que se ha <strong>de</strong>sarrollado<br />
el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> John Carpenter. Por un lado, el film <strong>de</strong><br />
horror sin más, al que Faretta llamó Relato Bizantino<br />
Filosófico, cuya cima es “El Príncipe <strong>de</strong> las Tinieblas”<br />
(1987). Por otro, el relato épico-iniciático, cuyo emblema<br />
es “Escape <strong>de</strong> Los Ángeles”. Al primer estilo correspon<strong>de</strong>n<br />
films como “Halloween” (1979), “Sobreviven”<br />
(They Live, 1988), “En la Boca <strong><strong>de</strong>l</strong> Miedo” (1994) y “El<br />
Pueblo <strong>de</strong> los Malditos” (1995), “Atrapada” (2010), entre<br />
otras. Al segundo grupo <strong>de</strong> films, los épicos, don<strong>de</strong><br />
los valores comunitarios toman prepon<strong>de</strong>rancia,<br />
se hallan, entre otros: “Asalto al Precinto 13” (1976),<br />
“Escape <strong>de</strong> Nueva York” (1981) y “Fantasmas en Marte”<br />
(2001). El punto <strong>de</strong> unión y síntesis <strong>de</strong> ambos estilos<br />
se da en uno <strong>de</strong> los mejores films contemporáneos:<br />
“Vampiros” (1998). En este último film, se conjugan un<br />
severo juicio al pasado cultural y religioso, con el relato<br />
filosófico metafísico, junto a la épica <strong>de</strong>sarrollada a<br />
partir <strong>de</strong> la ética individual <strong>de</strong> su héroe Jack (jugado<br />
por James Wood). Aquí se pone en juego la comunidad,<br />
la legendaria Cristiandad, la Europa mo<strong>de</strong>rna<br />
vuelta museo, como así también la función sacerdotal<br />
y la función guerrera.<br />
El planteo ficcional <strong>de</strong> “En la Boca <strong><strong>de</strong>l</strong> Miedo” o <strong>de</strong><br />
“Sobreviven” resaltan, <strong>de</strong> algún modo, las vueltas <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
mundo actual y precisan el lugar que cada uno <strong>de</strong> nosotros<br />
ocupamos. Por el otro lado, los Escapes…tanto<br />
<strong>de</strong> N.Y. como <strong>de</strong> L.A. proponen salidas imaginarias a<br />
cierto estado <strong>de</strong> cosas que, se supone, acontecerán<br />
en un futuro no muy lejano, sin embargo, si lo sabemos<br />
ver, se está haciendo un relevamiento, prácticamente,<br />
contemporáneo. Los films fantásticos <strong>de</strong><br />
Carpenter, lejos <strong>de</strong> ser irreales, son, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cierta perspectiva,<br />
situaciones hiper reales. Este <strong>cine</strong>, al que po<strong>de</strong>mos<br />
llamar realismo metafísico, y al cual po<strong>de</strong>mos<br />
agregar a algunos films <strong>de</strong> James Cameron y William<br />
Friedkin, es una <strong>de</strong> las muestras <strong>de</strong> supervivencia <strong>de</strong><br />
algo llamado arte <strong>cine</strong>matográfico. O directamente:<br />
Occi<strong>de</strong>nte.<br />
El tema <strong>de</strong> las máscaras, <strong>de</strong> las situaciones legítimas<br />
e ilegítimas, los límites humanos, la gracia, la función<br />
sacerdotal, el sentido <strong><strong>de</strong>l</strong> sacrificio, entre otros, son<br />
los tópicos que recorren la fecunda obra <strong>de</strong> este dignísimo<br />
sucesor <strong>de</strong> Howard Hawks que es Carpenter.<br />
El <strong>cine</strong> <strong>de</strong> este director es un <strong>cine</strong> <strong>de</strong> bajo perfil en<br />
cuanto al recurso técnico que no brilla por su parafernalia<br />
tecnológica, ni por la utilización <strong>de</strong> movimientos<br />
<strong>de</strong> cámara estruendosos, ni su puesta en escena<br />
parece llamar la atención <strong>de</strong> los críticos. No aparecen<br />
los complicados flashbacks <strong>de</strong> Brian De Palma, ni la<br />
música <strong>de</strong> los films <strong>de</strong> Coppola, ni los <strong>de</strong>corados <strong>de</strong><br />
Friedkin, sin embargo, esta cuestión lo vuelve más<br />
gran<strong>de</strong> aún a Carpenter. Porque el sentido último <strong>de</strong><br />
sus i<strong>de</strong>as y expresiones resulta tan fuerte, tan po<strong>de</strong>-<br />
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roso, tan gran<strong>de</strong> que parece no necesitar llamar la<br />
atención <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ningún punto <strong>de</strong> vista técnico que<br />
pretenda sobresalir. Tal es así, que en casi todas sus<br />
películas, él compone la música, siendo ésta prácticamente<br />
única por estar perfectamente imbricada en la<br />
acción que se nos narra.<br />
Halloween es la noche <strong>de</strong> todos los muertos. Como<br />
sabemos, para los cristianos, el dos <strong>de</strong> noviembre es<br />
la fecha <strong>de</strong> todos los muertos. El uno <strong>de</strong> noviembre<br />
es el día <strong>de</strong> todos los santos. Entre el pasaje <strong>de</strong> la noche<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> primero al dos, en los celtas (Gales), cuando<br />
se convirtieron al cristianismo, a esa fiesta la llamaron<br />
Halloween. Entonces utilizaban una calabaza que<br />
tallaban y se ponían los chicos, e iban casa por casa<br />
pidiendo caramelos. ¿Para qué sirve esto? Es la i<strong>de</strong>a<br />
<strong>de</strong> que todo lo terrible, lo oscuro, lo macabro <strong>de</strong> la<br />
muerte, en manos <strong>de</strong> los chicos se hace tolerable. En<br />
“El Ángel <strong>de</strong> las Sombras” (The Guardian, 1990) <strong>de</strong><br />
William Friedkin hay también tópicos <strong><strong>de</strong>l</strong> mito celta<br />
que pue<strong>de</strong>n complementar esta i<strong>de</strong>a. Tanto allí como<br />
en “Halloween” está la i<strong>de</strong>a siguiente: cuando el cristianismo<br />
se fue <strong>de</strong>splazando por toda Europa, las galias,<br />
lo que hoy es Francia, Alemania, Irlanda, Gales,<br />
Escocia, había festivida<strong>de</strong>s o rituales paganos, <strong>de</strong> los<br />
dioses anteriores, <strong>de</strong> los dioses celtas. Si venía el misionero,<br />
el monje que iba a convertir, por ejemplo, a<br />
las tribus galesas al cristianismo, llegaba y contaba<br />
cómo era la palabra <strong>de</strong> Dios, el sacerdote le <strong>de</strong>cía que<br />
ellos tenían sus dioses. Cuando se convertían, que<br />
en realidad se convertía el rey y convertía <strong>de</strong> prepo a<br />
toda la tribu, le <strong>de</strong>cían por ejemplo: “nosotros acá tenemos<br />
el culto al árbol”, o “la noche <strong>de</strong> brujas”. Lógico,<br />
le <strong>de</strong>cía el monje, eso se pue<strong>de</strong> mantener, lo que pasa<br />
es que uste<strong>de</strong>s tenían parte <strong>de</strong> la verdad, ahora conocen<br />
toda la verdad. Pue<strong>de</strong>n seguir, pero el árbol es<br />
sostén <strong>de</strong> otra cosa. Entonces los lugareños adoraban<br />
un pino, en el Norte <strong>de</strong> Europa; <strong>de</strong> ahí viene el pino,<br />
el arbolito <strong>de</strong> Navidad. ¿Por qué el pino? Porque en<br />
el norte <strong>de</strong> Europa, Alemania, Bélgica, Holanda hay<br />
pinos, coníferas. ¿Por qué estos tipos, paganos, celtas<br />
adoraban al árbol? Porque pensaban que los árboles,<br />
los más gran<strong>de</strong>s, todos los pinos eran un axis mundi,<br />
el eje <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo. Era un puente entre el cielo y<br />
la Tierra. <strong>La</strong> i<strong>de</strong>a era esa, que siguieran manteniendo<br />
esa fiesta, con el árbol, pero que la recordaran todos<br />
los 24 <strong>de</strong> Diciembre cuando nacía Cristo. Entonces el<br />
pino se convirtió en los países nórdicos en el símbolo<br />
<strong>de</strong> la Navidad.<br />
En todo esto, la simbología es esta: si no sabemos qué<br />
significa una cosa o hemos perdido el significado <strong>de</strong><br />
una cosa, seguramente esa cosa, como está poseída<br />
<strong>de</strong> algo, nos exigirá <strong>de</strong> alguna manera que la interpretemos<br />
bien. <strong>La</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que un sentido perdido, al<br />
per<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> alguna manera por nuestra necedad, por<br />
nuestra torpeza, sigue teniendo manifestación, entonces<br />
eso se venga <strong>de</strong> nosotros, <strong>de</strong> alguna manera,<br />
simbólicamente, porque hemos perdido la clave, la<br />
llave para acce<strong>de</strong>r a ese misterio. Halloween es, entre<br />
otras cosas, esa venganza.<br />
“Halloween” parte <strong>de</strong> varios mitos: el mito <strong>de</strong> la casa,<br />
el mito <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre <strong>de</strong> la bolsa, el mito <strong>de</strong> Michael<br />
Meyer, el mito <strong>de</strong> la calabaza, etc. Veamos. Uno <strong>de</strong> los<br />
sentidos <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, y en especial para Carpenter, es tomar<br />
lo bajo, lo caído, lo vulgar, y mediante la puesta<br />
en escena realizar todo un trabajo simbólico que pretenda<br />
fuera <strong>de</strong> campo <strong>de</strong>spegar <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo en que<br />
vivimos. No <strong>de</strong> una manera escapista, para nada.<br />
El guión <strong>de</strong> Halloween es a la vez sencillo y genial.<br />
Hace veinticinco años, un niño provocó una matanza<br />
la noche <strong>de</strong> Halloween y fue internado en un psiquiátrico<br />
con la mayor seguridad. En el presente escapa y<br />
acecha a un grupo <strong>de</strong> jóvenes <strong>de</strong> escuela secundaria<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo, para continuar su matanza. Los chicos <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
presente miran films <strong>de</strong> horror por la televisión en la<br />
noche <strong>de</strong> Halloween, los gran<strong>de</strong>s salen y los abandonan,<br />
y las jóvenes se comprometen a cuidar <strong>de</strong> los niños<br />
pero la cabeza <strong>de</strong> ellos está en juntarse a tomar y<br />
tener sexo con sus compañeros, todos menos la protagonista,<br />
<strong>La</strong>urie, interpretada por James Lee Curtis.<br />
Michael Meyer había matado a su hermana y al novio
James Lee Curtis en Halloween <strong>de</strong> John Carpenter.<br />
aquella noche tiempo atrás porque, hasta don<strong>de</strong> po<strong>de</strong>mos saber, tenían<br />
sexo a escondidas en lugar <strong>de</strong> cuidarlo. Ahora, sabemos a qué blanco<br />
apuntará el maduro Michael Meyer huido <strong><strong>de</strong>l</strong> hospital. Todos serán carne<br />
<strong>de</strong> cañón, excepto <strong>La</strong>urie, quien cumple con lo que se comprometió,<br />
cuidar a los niños.<br />
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<strong>La</strong> puesta en escena <strong><strong>de</strong>l</strong> film es tan rigurosa, precisa, hasta religiosa que<br />
da miedo. Los planos, los cortes, las miradas, la música, el clima, todo colabora<br />
a esta maravilla <strong>de</strong> clase B llamada Halloween, que muestra, entre<br />
otras cosas, a quién quiere el <strong>de</strong>monio, por qué, quién y cómo cada hombre<br />
<strong>de</strong> ciencia va tar<strong>de</strong> o temprano a <strong>de</strong>scubrir la parte inmaterial <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
mundo, cómo <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse. ¿Defen<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> qué? Del mal in<strong>de</strong>structible.
APOCALYPSE NOW<br />
(Francis F. Coppola, 1979)<br />
Guión: John Milius y Francis Ford Coppola<br />
Dirección: Francis Ford Coppola<br />
Estreno: 1 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1979<br />
Elenco:<br />
Marlon Brando<br />
Martin Sheen<br />
Robert Duvall<br />
Fre<strong>de</strong>ric Forrest<br />
Sam Bottoms<br />
<strong>La</strong>urence Fishburne<br />
Albert Hall<br />
Harrison Ford<br />
Dennis Hopper<br />
G.D. Spradlin<br />
Jerry Ziesmer<br />
Scott Glenn<br />
170 |<br />
“Apocalypse Now” (1979) es, categóricamente, la mostración <strong><strong>de</strong>l</strong> fracaso <strong>de</strong><br />
una manera unidimensional, positiva, materialista y nihilista que una gran<br />
parte <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo contemporáneo creyó como única vía posible. Frente a esa<br />
pesadilla progresista <strong>de</strong> pensamiento único, <strong>de</strong> una sola lectura <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado<br />
(y <strong><strong>de</strong>l</strong> presente y <strong><strong>de</strong>l</strong> futuro), la obra coppoliana se erige como una contun<strong>de</strong>nte<br />
oposición a tal unidireccionalidad <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as y, por en<strong>de</strong>, <strong>de</strong> la política<br />
contemporáneas. Aquí es don<strong>de</strong> estalla (<strong>de</strong>clarándose como <strong>de</strong>finitivo y<br />
último) el segundo momento <strong>de</strong> la Autoconciencia en el <strong>cine</strong>.<br />
Apocalipsis YA!.
Batalla <strong>de</strong> colores en Apocalypse Now.<br />
<strong>La</strong> revelación propuesta por este film es la puesta en escena <strong>de</strong> un recorrido,<br />
un proceso <strong>de</strong> iniciación, una prueba <strong><strong>de</strong>l</strong> laberinto, que culminará en evitar<br />
la última tentación. Willard (Martin Sheen) es un sargento norteamericano<br />
a quien le encargan una misión secreta: Encontrar y matar al <strong>de</strong>sertor Kurtz,<br />
un coronel ejemplar, que se ha quedado en la selva vietnamita y se ha armado<br />
su propio pueblo, su propia tribu, a la manera más pagana y salvaje. En<br />
su recorrido, Willard comienza a i<strong>de</strong>ntificarse con Kurtz (y con él, nosotros),<br />
mientras se informa <strong>de</strong> sus proce<strong>de</strong>res, su heroísmo, y hasta cierta erudición.<br />
Luego <strong>de</strong> atravesar el puente Do Long, hacia el final <strong><strong>de</strong>l</strong> periplo, Willard se<br />
encuentra con Kurtz en el fondo <strong>de</strong> la selva, en el corazón <strong>de</strong> las tinieblas…<br />
en el fin <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo. Allí, horrorizado por lo que encuentra, lo mata y elu<strong>de</strong><br />
esa última tentación que sería ocupar su lugar. En vez <strong>de</strong> eso, abandona<br />
esa selva oscura, pagana (y privada <strong>de</strong> revelación), para empren<strong>de</strong>r el regreso.<br />
So pena <strong>de</strong> caer en esa locura circular en la que no se sabe, a ciencia<br />
cierta, cual es el principio y cual el final. Porque el relato <strong><strong>de</strong>l</strong> film, que es un<br />
flashback, íntegramente contado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> Willard, está<br />
contado circularmente. No sabemos, realmente, si Willard ha salido o no <strong>de</strong><br />
aquella solitaria habitación en Saigón. Esto es: si la película es un sueño, una<br />
alucinación, algo reciente… en verdad nunca lo sabemos.<br />
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Escribió Faretta “… Apocalypse Now es una obra que sintetiza y supera<br />
<strong>de</strong> manera férreamente autoconsciente varios <strong>de</strong> los ejes temáticos, formales<br />
y retóricos <strong>de</strong> la tradición occi<strong>de</strong>ntal o, si queremos, <strong>de</strong> esa tradi-
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ción traducida en términos <strong>de</strong> <strong>cine</strong>. El film yuxtapone los cuatro elementos<br />
fundamentales que concurren a la acuñación <strong>de</strong> una forma mayor. Primero:<br />
una literal; segundo: una simbólica; tercero: una moral, espiritual y religiosa;<br />
y cuarto: una mítica. De allí que en su primer nivel Apocalypse Now sea el<br />
relevamiento, bajo el pretexto <strong>de</strong> un episodio <strong>de</strong> la guerra <strong>de</strong> Vietnam, <strong>de</strong> la<br />
<strong>historia</strong> occi<strong>de</strong>ntal; que en el segundo sea un tratado en el que se disputa<br />
sobre las formas en que sobreviven los elementos básicos <strong>de</strong> una cultura<br />
(símbolos); que en el tercero proponga un enfrentamiento polémico y dialéctico<br />
entre la condición espiritual <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre mo<strong>de</strong>rno y sus tentaciones<br />
simétricas con un neopaganismo proveniente <strong><strong>de</strong>l</strong> «corazón <strong>de</strong> las tinieblas»;<br />
y, finalmente, trace un paralelo también polémico con el corpus contenido<br />
en la leyenda <strong><strong>de</strong>l</strong> Santo Grial…(…) … Lo que en 1979 muchos consi<strong>de</strong>raron<br />
como ‘el’ film sobre la incursión norteamericana en Vietnam, fue, sin embargo,<br />
un presagio: más que <strong>de</strong> un final, hablaba <strong>de</strong> un principio. Anunciaba la<br />
guerra como espectáculo (Vietnam fue la primera con televisión en el campo<br />
<strong>de</strong> batalla) y la indiferenciación entre el salvajismo <strong><strong>de</strong>l</strong> Estado primitivo<br />
y el <strong><strong>de</strong>l</strong> Estado mo<strong>de</strong>rno. Un siglo <strong>de</strong> vertiginoso <strong>de</strong>sarrollo había sido suficiente<br />
para enten<strong>de</strong>r que el iluminismo <strong>de</strong> la razón <strong><strong>de</strong>l</strong> estado mo<strong>de</strong>rno<br />
sólo había perfeccionado los mecanismos <strong><strong>de</strong>l</strong> genocidio. Frente a esa monstruosidad,<br />
el barbarismo <strong><strong>de</strong>l</strong> coronel Kurtz (Brando) funcionaba como contracara:<br />
«Tiene <strong>de</strong>recho a matarme (le dice a Willard), pero no a juzgarme»…”<br />
En 2001, Coppola rearmó “Apocalipsis Now”, confeccionando una nueva versión<br />
con cincuenta minutos más (esto es: más <strong>de</strong> tres horas y media en total)<br />
con escenas <strong>de</strong>scartadas en la versión <strong>de</strong> 1979. Si bien la i<strong>de</strong>a es la misma,<br />
esta nueva versión la hace crecer significativamente, no sólo por lo agregado,<br />
sino también por el grado <strong>de</strong> <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia al que ha llegado el mundo,<br />
pasados más <strong>de</strong> veinte años. Ese horror <strong><strong>de</strong>l</strong> que habla Kurtz, y siente Willard,<br />
parece hoy aún más diverso, más gigante y más terrible.<br />
Apocalypse Now.<br />
Luego <strong>de</strong> un film como “Apocalipsis Now”, Coppola se propone, por diversas<br />
vías, contar <strong>historia</strong>s a partir <strong>de</strong> la siguiente i<strong>de</strong>a: cómo sería el mundo<br />
si la revelación no se hubiera producido. O si, <strong>de</strong> haberse producido, no la<br />
hubiésemos visto ni comprendido… y viviésemos como si eso no hubiera<br />
sucedido. Para esta tarea, nuestro director se propone contar películas<br />
más “chicas”, menos pretenciosas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista simbólico, como<br />
modo <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nar un poco sus pensamientos (y también los nuestros) suponiendo<br />
con un justo pesimismo, que el mundo no había interpretado,<br />
siquiera mínimamente su visión <strong><strong>de</strong>l</strong> apocalipsis<br />
Aparece, en primera instancia, hacia 1982, “Golpe al Corazón” (“One From<br />
the Heart”). Un film muy pretencioso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista técnico y eco-
nómico, filmado íntegramente en estudios, a partir <strong>de</strong> una comedia musical<br />
muy singular. <strong>La</strong> puesta en escena regulada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la artificiosidad,<br />
con una recurrencia simbólica en el <strong>de</strong>sdoblamiento <strong>de</strong> las escenas en<br />
un mismo plano, y con una preciosa <strong>historia</strong> <strong>de</strong> amor que escon<strong>de</strong> una<br />
moralidad rigurosa, propia <strong><strong>de</strong>l</strong> autor. Más allá <strong>de</strong> la simpleza, este film<br />
es una pieza bellísima y autoconciente, don<strong>de</strong> el tema familiar, aunque<br />
en una instancia previa a su constitución <strong>de</strong>finitiva, vuelve a ser el tema<br />
y el conflicto diegético, para <strong>de</strong>splegar simétricamente por un lado un<br />
homenaje a cierta América, o a cierta mirada americana, y por otro: una<br />
severa crítica a las luces <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad, don<strong>de</strong> su Estados Unidos ha<br />
llegado a tal grado <strong>de</strong> <strong>de</strong>sprendimiento con la tradición que ya parece<br />
imposible el regreso… excepto por <strong>de</strong>terminadas vías.<br />
Luego vendrán las complementarias y simétricas “Los Marginados” y “<strong>La</strong><br />
Ley <strong>de</strong> la Calle” (1983), “Cotton Club” (1984), “Peggy Sue” (1986), y “Jardines<br />
<strong>de</strong> Piedra” (1987). De ésta última, escribiremos más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante.<br />
Apocalypse Now Afiche.<br />
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GEORGE CUKOR<br />
Ricas y Famosas (Rich and Famous, George Cukor, 1981)<br />
Guión: John Van Druten<br />
Dirección: George Cukor<br />
Estreno: 20 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1981<br />
Elenco:<br />
Jacqueline Bisset<br />
Candice Bergen<br />
David Selby<br />
Hart Bochner<br />
Steven Hill<br />
Meg Ryan<br />
Matt <strong>La</strong>ttanzi<br />
Daniel Faraldo<br />
Nicole Eggert<br />
174 |<br />
George Cukor nació en Nueva York el 7 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1899. Dirigió comedias<br />
musicales, comedias y melodramas. Se <strong>de</strong>stacó en sus adaptaciones literarias.<br />
Comenzó como director en 1930, y su carrera se extien<strong>de</strong> hasta<br />
1981. Entre sus películas, se encuentran: “Cena a las Ocho” (1933), “Mujeres”<br />
(1939), “Historias <strong>de</strong> Fila<strong><strong>de</strong>l</strong>fia” (1940), “Un Rostro <strong>de</strong> Mujer” (1941), “<strong>La</strong><br />
Luz que Agoniza” (1944), “<strong>La</strong> Costilla <strong>de</strong> Adán” (1949), “Nacida Ayer” (1950),<br />
“Destinos Cruzados” (1956), “Les Girls” (1957), “My Fair <strong>La</strong>dy” (1964) y “Ricas<br />
y Famosas” (1981). Murió el 24 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1983 en Los Ángeles.<br />
George Cukor dirigiendo.
George Cukor es uno <strong>de</strong> los directores más finos que<br />
dio el <strong>cine</strong>. Fue el gran director lateral <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> clásico<br />
norteamericano. Sin su obra, la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> se hubiera<br />
empobrecido notablemente. Sin sus películas,<br />
difícilmente hubiéramos podido valorar en su verda<strong>de</strong>ra<br />
gran<strong>de</strong>za las obras <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s autores centrales.<br />
Sin “My Fair <strong>La</strong>dy” (1964), nuestra perspectiva<br />
<strong>de</strong> los musicales <strong>de</strong> Minnelli sería muy otra, sin melodramas<br />
como “<strong>La</strong> Luz que agoniza” (1944) o “Destinos<br />
Cruzados” (1956), un autor como Douglas Sirk se<br />
volvería un director <strong>de</strong>masiado hermético, sin obras<br />
fundamentales como, “Historias <strong>de</strong> Fila<strong><strong>de</strong>l</strong>fia” (1940),<br />
“Un Rostro <strong>de</strong> Mujer” (1941), y “Les Girls” (1957), el <strong>de</strong>cisionismo<br />
<strong>de</strong> un Hawks o un Ford se nos volvería aún<br />
más complejo <strong>de</strong> aprehen<strong>de</strong>r. Sin comedias como “<strong>La</strong><br />
Costilla <strong>de</strong> Adán” (1949), “Nacida Ayer” (1950), “Pat y<br />
Mike” (1952), o “Viajes con mi Tía” (1971), las sofisticadas<br />
y extraordinarias comedias <strong>de</strong> Mankiewicz, como<br />
así también las <strong>de</strong> Billy Wil<strong>de</strong>r, se nos aparecerían<br />
como meras sombras <strong>de</strong> lo que realmente son. Esto<br />
nos refuerza la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> complementariedad y conciencia<br />
<strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano clásico. Aquello<br />
<strong>de</strong> que don<strong>de</strong> uno <strong>de</strong>jaba, el otro retomaba, y así,<br />
nosotros, los espectadores, logramos arribar, no sólo<br />
al mundo complejo y fascinante <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano<br />
como un todo, sino también, a la <strong>de</strong>cantación y<br />
a la profundización <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> sus más<br />
importantes autores.<br />
Director <strong>de</strong> mujeres por excelencia, Cukor fue, dicho<br />
por las mismas actrices, uno <strong>de</strong> los mejores directores<br />
<strong>de</strong> escena. Su puesta permitió lograr no sólo buenos<br />
cuadros coreográficos y actorales, sino también<br />
una gama muy diversa <strong>de</strong> las mejores adaptaciones<br />
literarias. Sólo en los años treinta, Cukor realizó: “Mujercitas”<br />
(1934), “David Copperfield” (1935), “Romeo<br />
y Julieta” (1936), “<strong>La</strong> Dama <strong>de</strong> las Camelias” (1937) y<br />
“Mujeres” (1939).<br />
Si <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia y mirada irónica van <strong>de</strong> la mano, esto<br />
se constituye en valor absoluto si uno repasa la obra<br />
<strong>de</strong> este director. Por ser <strong>de</strong>scendiente indirecto <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
imperio austrohúngaro, esta mirada entre pesimista<br />
y nostálgica, entre <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte y sofisticada, entre<br />
barroca e irónica, es parte central <strong>de</strong> su obra. Escribió<br />
Faretta: “… Deca<strong>de</strong>ncia es el complemento imprescindible<br />
<strong>de</strong> la autoconciencia. Porque si toda<br />
autoconciencia es un <strong>de</strong>clinar —al menos en lo que<br />
convenimos todavía en llamar arte— tal <strong>de</strong>clinación<br />
admite ser entendida como un componente o etapa<br />
<strong>de</strong> doble faz, pero ambas <strong>de</strong>cisionistas, cosa que<br />
espero se tenga presente para lo que llevamos dicho.<br />
Una cara <strong>de</strong> esta etapa, o si queremos avatar, es<br />
aquella que postula una continuidad sea como territorialidad,<br />
sea como potencialidad virtual; la otra da,<br />
o piensa, como agotadas tales cosas y se refugia en<br />
una interioridad conservadora que se propone como<br />
una eu<strong>de</strong>monología o si queremos didáctica <strong>de</strong> una<br />
vida al margen <strong><strong>de</strong>l</strong> tráfago <strong><strong>de</strong>l</strong>iberativo <strong>de</strong> nuestra<br />
época. También po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cirlo <strong>de</strong> esta manera:<br />
<strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte es aquella forma <strong>de</strong> la autoconciencia que<br />
se encastilla en la conservación <strong>de</strong> un <strong>de</strong>terminado<br />
estilo <strong>de</strong> esfera privada, poniendo una distancia irónica,<br />
y también cínica, con el mundo puertas afuera.<br />
Mundo ése que se contempla con la perspectiva <strong>de</strong><br />
una interioridad vuelta mullida placi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> interiores.<br />
Occi<strong>de</strong>nte no ha creado a la manera budista-zen<br />
jardines <strong>de</strong> piedra sino inverna<strong>de</strong>ros, “jardines <strong>de</strong><br />
invierno” que conservan a una temperatura a<strong>de</strong>cuada,<br />
pero artificial, una parcela <strong>de</strong> fertilidad extraída a<br />
una tierra baldía <strong>de</strong> una ciudad irreal. Esas flores <strong>de</strong><br />
inverna<strong>de</strong>ro, esas orquí<strong>de</strong>as raras, carnales y mórbidas<br />
creadas en un ambiente <strong>de</strong> conservación artificial<br />
son las criaturas <strong>de</strong> George Cukor, emblemáticamente<br />
sus mujeres. De allí la creación artificial <strong>de</strong> una My<br />
Fair <strong>La</strong>dy por un solterón empe<strong>de</strong>rnido y misógino. Si<br />
la homosexualidad es la cara irónica <strong>de</strong> la misoginia,<br />
Cukor, esa suerte <strong>de</strong> Scott Fitzgerald homosexual, es<br />
un creador <strong>de</strong> mujeres artificiales sean como Mujercitas,<br />
Mujeres, Les Girls o Fair <strong>La</strong>dies; y ya en estado<br />
<strong>de</strong> estagnación, y huyendo <strong>de</strong> un museo <strong>de</strong> cera que<br />
trata <strong>de</strong> conservarlas sólo como casos clínicos o cortesanas<br />
históricas, el viejo Pigmalión se vuelve el sardónico<br />
apologista <strong>de</strong> lo femenino a-científico <strong>de</strong> The<br />
| 175
Chapman Report (1962), el pícaro civilizado <strong>de</strong> Viajes con mi Tía, y especialmente,<br />
el magistral ironista <strong>de</strong> su último film: Ricas y Famosas, don<strong>de</strong><br />
las dos mujeres-emblema <strong>de</strong> todos sus films (¿y <strong>de</strong> toda la humanidad?)<br />
se <strong>de</strong>spi<strong>de</strong>n <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo con una copa <strong>de</strong> champagne, mientras afuera<br />
nieva interminable y tediosamente…”<br />
George Cukor es el director camp por excelencia en la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong><br />
norteamericano. Pero un camp asimilado y visto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ese<br />
mundo kirsch y horroroso. Para enten<strong>de</strong>rnos: si Brian De Palma utiliza<br />
en varias ocasiones un gesto camp para tolerar ese mundo horrible que<br />
muestra, siempre lo hace <strong>de</strong>s<strong>de</strong> afuera. Cukor, simétricamente, utiliza el<br />
mismo gesto <strong>de</strong> <strong>de</strong>splazo, irónico, pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> a<strong>de</strong>ntro, como embarrado<br />
en esa <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia, en ese tedio, en esas interminables fiestas, que parecen<br />
ser la razón <strong>de</strong> ser <strong><strong>de</strong>l</strong> sin sentido <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo.<br />
El amor, el <strong>de</strong>samor, la soledad, la envidia, la belleza, la madurez, y los<br />
celos son algunos <strong>de</strong> los temas <strong>de</strong> George Cukor que se extien<strong>de</strong>n a lo<br />
largo <strong>de</strong> su filmografía y se resumen en este film emblema, testamento,<br />
cierre, llamado “Ricas y Famosas”.<br />
176 |<br />
<strong>La</strong>s idas y venidas en la relación <strong>de</strong> estas dos mujeres solas y únicas (pero<br />
atención, a la vez arquetípicas) terminan en el aislamiento absoluto <strong>de</strong><br />
ese mundo que ellas han abandonado y que les ha dado la espalda. Una<br />
primero, la otra <strong>de</strong>spués. Una se embosca, la otra va en su busca. No hay<br />
otro lugar que allí. El mundo se ha transformado en esa noche helada,<br />
blanca e in<strong>de</strong>terminada. Con sus diferencias (enormes) se reconocen en<br />
ese brindis final como el único paso posible para seguir, irónicamente, a<br />
modo <strong>de</strong> paz por separado con un mundo que no es lo que pudo haber<br />
sido. Junto al fuego <strong><strong>de</strong>l</strong> hogar, en un clima envolvente y clásico, con dos<br />
copas en sus manos, dos mujeres (y con ellas, todas, probablemente) comienzan<br />
a <strong>de</strong>spedirse <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo y <strong>de</strong> la vida. Irremediablemente juntas.
BRIAN DE PALMA I<br />
“… Siempre me mantuve <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un margen <strong>de</strong> error aceptable…” (El Sonido<br />
<strong>de</strong> la Muerte)<br />
Doble <strong>de</strong> Cuerpo <strong>de</strong> Brian De Palma.<br />
“Vestida para Matar”<br />
(Dressed to Kill, Brian De Palma, 1980)<br />
Guión y Dirección: Brian De Palma<br />
Estreno: 21 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1980<br />
Elenco:<br />
Michael Caine<br />
Angie Dickinson<br />
Nancy Allen<br />
Keith Gordon<br />
Dennis Franz<br />
David Margulies<br />
Ken Baker<br />
Susanna Clemm<br />
Brandon Maggart<br />
Amalie Collier<br />
“El Sonido <strong>de</strong> la Muerte”<br />
(Blow Out, Brian De Palma, 1981)<br />
Guión y Dirección: Brian De Palma<br />
Estreno: 24 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1981<br />
Elenco:<br />
John Travolta<br />
Nancy Allen<br />
John Lithgow<br />
Dennis Franz<br />
Peter Boy<strong>de</strong>n<br />
Curt May<br />
John Aquino<br />
John McMartin<br />
Deborah Everton<br />
| 177
178 |<br />
“Doble <strong>de</strong> Cuerpo”<br />
(Body Double, Brian De Palma, 1984)<br />
Guión: Brian De Palma y Robert J. Avrech<br />
Dirección: Brian De Palma<br />
Estreno: 26 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1984<br />
Elenco:<br />
Craig Wasson<br />
Melanie Griffith<br />
Gregg Henry<br />
Deborah Shelton<br />
Guy Boyd<br />
Dennis Franz<br />
David Haskell<br />
Rebecca Stanley<br />
Al Israel<br />
Douglas Warhit<br />
B.J. Jones<br />
Brian De Palma nació en Nueva Jersey el 11 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1940. Hoy es,<br />
tal vez, el mejor director <strong>de</strong> <strong>cine</strong> <strong>de</strong> todos los que se hallan filmando regularmente.<br />
Inolvidables y geniales films como “Hermanas” (1973), “Obsesión”<br />
(1975), “Carrie” (1976), “<strong>La</strong> Furia” (1978), “Vestida Para Matar” (1980), “Blow<br />
Out” (1981), “Scarface” (1983), “Doble <strong>de</strong> Cuerpo” (1984), “<strong>La</strong> Hoguera <strong>de</strong> las<br />
Vanida<strong>de</strong>s” (1990), “Demente” (1992), “Carlito’s Way” (1993), “Misión Imposible”<br />
(1996), “Ojos <strong>de</strong> Serpiente” (1998), “Misión a Marte” (2000) y “Mujer<br />
Fatal” (2002). Siempre trabajó <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> thriller, el fantástico y el film <strong>de</strong><br />
horror. Des<strong>de</strong> hace siete años, resi<strong>de</strong> en París, Francia. Transcribimos su obra<br />
completa como director: The Black Dahlia (2006); Femme Fatale (2002); Mission<br />
to Mars (2000); Snake Eyes (1998); Mission: Impossible (1996); Carlito’s<br />
Way (1993); Raising Cain (1992); The Bonfire of the Vanities (1990); Casualties<br />
of War (1989); The Untouchables (1987); Wise Guys (1986); Body Double<br />
(1984); Scarface (1983); Blow Out (1981); Dressed to Kill (1980); Home<br />
Movies (1979); The Fury (1978); Carrie (1976); Obsession (1975); Phantom<br />
of the Paradise (1974); Sisters (1973); Get to Know Your Rabbit (1972); Hi,<br />
Mom! (1970); Dionysus (1970); The Wedding Party (1969); Greetings (1968);<br />
Mur<strong>de</strong>r à la Mod (1967).<br />
Brian De Palma.<br />
Si Carpenter ‘actualiza’ ciertos tópicos <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Hawks, y Coppola resume,<br />
armoniza y supera a sus antecesores Orson Welles y John Ford, sobre<br />
todo en lo que hace a la universalización <strong>de</strong> sus temas, De Palma logra<br />
sin más permanecer, a través <strong>de</strong> una obra genial, en la forma, el estilo y<br />
los temas <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Alfred Hitchcock.
El <strong>cine</strong> <strong>de</strong> De Palma se propone <strong>de</strong>scribir lo horroroso <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo pero mediante<br />
una mirada bella, y sobre todo seria. Si el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Cukor practicaba<br />
cierta actitud camp <strong>de</strong>s<strong>de</strong> a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la narración y <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo representado,<br />
De Palma, en cambio, plantea una intención camp pero parado fuera<br />
<strong>de</strong> la representación, y por momentos la mirada se vuelve cínica.<br />
Si una <strong>de</strong> las funciones <strong><strong>de</strong>l</strong> artista es dar un sentido al mundo en que vive y<br />
a la comunidad que pertenece, el caso <strong>de</strong> este director es ejemplar. El arte<br />
<strong>de</strong> Brian De Palma se centra en la mirada. Si el mundo se <strong>de</strong>scompone a<br />
ojos vista, este autor va a rescatar cierta actitud ante la <strong>de</strong>scomposición,<br />
cierto heroísmo en medio <strong>de</strong> la atomización. Alguna vez hemos escuchado<br />
la siguiente frase: “… el mundo es una película <strong>de</strong> De Palma…” Es provi<strong>de</strong>ncial<br />
la posibilidad <strong>de</strong> tener a un artista que nos <strong>de</strong>sasne en medio <strong>de</strong><br />
tanta perplejidad.<br />
Muchos son los tópicos que atraviesan la obra <strong>de</strong> este gigantesco autor. El<br />
doble, la segunda oportunidad, la gracia, la santidad, el perdón, la mirada.<br />
El mundo <strong>de</strong>palmiano está compuesto <strong>de</strong> una religiosidad que parte <strong>de</strong><br />
un catolicismo voraz, que intenta dar respuestas a un mundo que día tras<br />
día se aleja no sólo <strong>de</strong> cualquier valor cristiano, sino también <strong>de</strong> cualquier<br />
tipo <strong>de</strong> valor tradicional. Hasta espiritual, podríamos <strong>de</strong>cir.<br />
Artista barroco y autoconciente, que supo poner su <strong>cine</strong> en el más alto<br />
nivel <strong>de</strong> este arte <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus primeros films. “Hermanas” (1973), una <strong>historia</strong><br />
don<strong>de</strong> la cuestión <strong><strong>de</strong>l</strong> doble llega a las últimas consecuencias. <strong>La</strong>s geniales<br />
“Obsesión” (1975) y “Carrie” (1976) son las dos películas que dan a De<br />
Palma el prestigio que ocupa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace más <strong>de</strong> treinta años. <strong>La</strong> primera<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el thriller al mejor estilo hitchcockiano, la segunda siendo una <strong>de</strong> las<br />
dos o tres películas que mo<strong><strong>de</strong>l</strong>an el nuevo film <strong>de</strong> horror contemporáneo.<br />
Más tar<strong>de</strong> vendrán films como “<strong>La</strong> Furia” (1978), “Vestida para Matar”<br />
(1980), “El Sonido <strong>de</strong> <strong>La</strong> Muerte” (1981), “Scarface” (1983) y “Doble <strong>de</strong><br />
Cuerpo” (1984). Cinco excelentes films. “<strong>La</strong> Furia” es una continuación <strong>de</strong><br />
“Carrie” por otros medios, más políticos, o históricos, podríamos <strong>de</strong>cir.<br />
“Scarface” es el modo <strong>de</strong> De Palma <strong>de</strong> subirse al tren <strong>de</strong> Coppola, una<br />
vez realizadas las dos primeras partes <strong>de</strong> la saga <strong>de</strong> “El Padrino”. Y, a la<br />
vez, una respuesta contemporánea a las anteriores Scarface, que tenían<br />
una visión por <strong>de</strong>más antilatinas. Pero eso no es todo, y como el <strong>cine</strong> no<br />
<strong>de</strong>be verse con un sentido absoluto cronológico, aún <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la obra<br />
<strong>de</strong> un mismo autor, “Scarface” es, <strong>de</strong> alguna manera, la resolución trágica<br />
<strong>de</strong> su posterior film: “Los Intocables” (1987). “Vestida para Matar”, “El Sonido<br />
<strong>de</strong> <strong>La</strong> Muerte” y “Doble <strong>de</strong> Cuerpo” forman una tríada <strong>de</strong> principios<br />
<strong>de</strong> los ochenta que orientaron e influyeron el thriller <strong>de</strong> aquellos años.<br />
Con una matriz claramente hitchcockiana, los tres films <strong>de</strong>scubrieron te-<br />
| 179
180 |<br />
mas, i<strong>de</strong>as, visiones <strong>de</strong> una altura increíble. “Vestida<br />
para Matar” es una versión mo<strong>de</strong>rna <strong>de</strong> “Psicosis” en<br />
colores, y llevada hasta las últimas consecuencias. “El<br />
Sonido <strong>de</strong> la Muerte”, tal vez el film más complejo <strong>de</strong><br />
los tres y el más interesante, tiene sus orígenes, sin<br />
más, en la caverna platónica. <strong>La</strong> especulación sobre la<br />
cuestión <strong><strong>de</strong>l</strong> doble, y el lugar <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> en dicha cuestión,<br />
están puestos <strong>de</strong> manifiesto con una maestría<br />
absoluta. El mundo se Hitchcock que se recomponía,<br />
<strong>de</strong> alguna manera, hacia el final, ese or<strong>de</strong>n que se<br />
restablecía luego <strong>de</strong> la prueba <strong><strong>de</strong>l</strong> laberinto, aquí no<br />
encuentra una compensación más que trivial, o técnica.<br />
Lo único que queda es el grito, el que todos escucharán<br />
como doble <strong>de</strong> la representación, análogo<br />
a aquel <strong>de</strong> Marion en la ducha, que nadie, excepto su<br />
asesino, pudo escuchar. Ese ritmo vertiginoso hacia<br />
abajo, esa caída permanente <strong>de</strong> “Psicosis”, parece ser<br />
el ritmo <strong>de</strong> ciertos films <strong>de</strong> De Palma. “Doble <strong>de</strong> Cuerpo”<br />
parece ser una variante conjugada <strong>de</strong> “<strong>La</strong> Ventana<br />
Indiscreta” y “Vértigo”. En su fisgoneo, el héroe <strong><strong>de</strong>l</strong> film<br />
(actor <strong>de</strong> films truchos <strong>de</strong> terror) encuentra una mujer<br />
acor<strong>de</strong> a sus <strong>de</strong>seos. El <strong>de</strong>monio pasa <strong>de</strong> manos <strong>de</strong><br />
Gavin Elster al amigo y colega <strong>de</strong> Jack.<br />
Una <strong>de</strong> las versiones <strong>de</strong> Brian De Palma más pulidas<br />
acerca <strong><strong>de</strong>l</strong> tema <strong><strong>de</strong>l</strong> doble es “El Sonido <strong>de</strong> la Muerte”.<br />
Des<strong>de</strong> el grito fallido <strong><strong>de</strong>l</strong> comienzo hasta el grito trágico<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> final, la película pasa por toda una serie <strong>de</strong><br />
situaciones dobles, a través <strong>de</strong> una puesta en escena<br />
rigurosa, que no sólo explotan el tema <strong><strong>de</strong>l</strong> doble y <strong>de</strong><br />
las copias, sino que también es toda una <strong>de</strong>finición<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. Se ha dicho en más <strong>de</strong> una oportunidad que<br />
el <strong>cine</strong> es, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Griffith, el cruce <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> con la<br />
individualidad (“El Nacimiento <strong>de</strong> una Nación”, “Intolerancia”),<br />
y que ese cruce se daba como inevitable<br />
para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>, por un lado, la figura <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe,<br />
y por el otro, el <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> un relato universal mediante<br />
un basamento mítico. Partiendo <strong>de</strong> esta <strong>de</strong>finición,<br />
el <strong>cine</strong> autoconciente <strong>de</strong> De Palma nos brinda<br />
una vuelta <strong>de</strong> tuerca más al tema. Dicho cruce se da<br />
como enfrentamiento, a partir <strong><strong>de</strong>l</strong> hacer <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> (Jack<br />
estaba grabando sonidos para una película que parodia<br />
a De Palma) y luego como enfrentamiento a los<br />
elementos <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> que presenta el film. Des<strong>de</strong><br />
los policías, políticos, periodistas, etc. que se le presentan<br />
al protagonista para callarlo <strong>de</strong> entrada, hasta<br />
la fiesta <strong><strong>de</strong>l</strong> día <strong>de</strong> la libertad, con sus infinitos <strong>de</strong>sfiles<br />
que representan los diferentes momentos <strong>de</strong> la <strong>historia</strong><br />
y los gobiernos estadouni<strong>de</strong>nses. Recor<strong>de</strong>mos<br />
que cuando Jack pier<strong>de</strong> el subte en el que se sube Sally<br />
con Burke (el asesino), se sube a su jeep e irrumpe<br />
por medio <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>sfile en sentido contrario a la marcha.<br />
Literalmente, se lleva por <strong><strong>de</strong>l</strong>ante toda la <strong>historia</strong><br />
norteamericana.<br />
Mediante un barroquismo exquisito, el autor recrea el<br />
paso <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>matógrafo al <strong>cine</strong> realizado por Griffith<br />
setenta años atrás. De las fotos, que solo perseguían<br />
un fin económico, técnico, agregándole el sonido<br />
grabado por él, y puesto en movimiento, recrea un<br />
sentido que las fotos no tenían previamente. Y las copias<br />
que son borradas luego alcanzan al original, porque<br />
en el <strong>cine</strong> todas son copias. Lo único original es<br />
un negativo que no se pue<strong>de</strong> ver, y lo único positivo<br />
es saber que se trata <strong>de</strong> copias. De dobles.<br />
Este tema <strong><strong>de</strong>l</strong> doble se refracta en la doble oportunidad<br />
o, más bien, en la segunda oportunidad para los<br />
héroes <strong>de</strong>palmianos. Tema heredado <strong>de</strong> Fritz <strong>La</strong>ng,<br />
en parte <strong>de</strong> Alfred Hitchcock, a los héroes <strong>de</strong> De Palma<br />
se les permite volver a pasar, a modo <strong>de</strong> prueba,<br />
por el mismo lugar don<strong>de</strong> han fracasado, ponerlos <strong>de</strong><br />
vuelta en la misma situación, para ver cómo resuelven.<br />
En este film, Jack cargaba en su conciencia con<br />
un compañero <strong>de</strong> la policía que él había “cableado” y<br />
que la batería lo quemó por su transpiración, lo que<br />
más tar<strong>de</strong> provocó su muerte. Ahora, Sally será la víctima<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> nuevo “cableado” para poco antes <strong><strong>de</strong>l</strong> final<br />
ser asesinada por Burke. Jack vuelve a fallar, luego <strong>de</strong><br />
habérsele dado una segunda oportunidad, lo cual lo<br />
hace refugiarse en el trágico uso <strong><strong>de</strong>l</strong> grito final <strong>de</strong> Sally<br />
muriendo en la terraza, para doblar el grito en la<br />
ducha <strong><strong>de</strong>l</strong> film en el que trabaja.
Fila<strong><strong>de</strong>l</strong>fia es uno <strong>de</strong> los topos preferidos para De Palma,<br />
como así también la repetición <strong>de</strong> ciertos paisajes,<br />
calles, puentes, terminales, etc. <strong>La</strong>s estaciones <strong>de</strong><br />
tren parecen ser una fascinación para nuestro autor.<br />
Los trenes, las escaleras, los subtes, los pasillos, la<br />
gente, los horarios se repiten en algunos <strong>de</strong> sus films:<br />
se me ocurre ahora pensar en la resolución <strong>de</strong> “Los<br />
Intocables” (1987), y en el final <strong>de</strong> esa joya que es<br />
“Carlito’s Way” (1993).<br />
“Doble <strong>de</strong> Cuerpo” es la solución trágica <strong>de</strong> Blow Out.<br />
Aquel Jack Terry <strong>de</strong> Blow Out que pier<strong>de</strong> todo en su<br />
recorrido y obtiene sólo el premio consuelo <strong>de</strong> un grito<br />
como grabación <strong>de</strong> doblaje para un film, se transforma<br />
ahora en este Jack Scully, actor, no sonidista (aunque<br />
ambos se <strong>de</strong>dican a films truchos <strong>de</strong> terror), que tiene<br />
la oportunidad <strong>de</strong> salvar a la chica en el clímax <strong><strong>de</strong>l</strong> film.<br />
Ambos films <strong>de</strong>scriben un mundo absolutamente<br />
caído, y si bien Doble <strong>de</strong> Cuerpo se nos plantea como<br />
una solución, como un retoque <strong>de</strong> Blow Out, no por<br />
ello es menos pesimista. Jack Scully recupera su trabajo,<br />
vence al malo, salva a la chica (con la cual forma<br />
una pareja, ¿Mejor que la que tenía?), etc. ¿Pero valió<br />
la pena todo ello? ¿Qué aprendió Jack finalmente? El<br />
mundo va a seguir rebotando entre el fisgoneo y la<br />
pornografía, entre el maltrato y la falta <strong>de</strong> espiritualidad,<br />
entre actuaciones truchas y películas truchas, entre<br />
experiencias terribles que ni siquiera sirven como<br />
aprendizaje…<br />
Vamos a ver más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante cómo esto cambia en los<br />
últimos films <strong>de</strong> De Palma. Sobre todo en cuanto a lo<br />
que hace a la cuestión <strong>de</strong> la esperanza, y en el fondo<br />
al sentido <strong><strong>de</strong>l</strong> vivir.<br />
Cerramos esta primera parte <strong>de</strong> Brian De Palma con<br />
otra cita <strong>de</strong> nuestro maestro, Ángel Faretta, escrita a<br />
propósito <strong>de</strong> este autor, <strong>de</strong> estos films a los que nos<br />
referimos y al <strong>cine</strong> contemporáneo en general: “…<br />
Coma ya hemos escrito más <strong>de</strong> una vez, una <strong>de</strong> las<br />
ten<strong>de</strong>ncias más importantes <strong><strong>de</strong>l</strong> arte contemporáneo<br />
es aquella que apunta en dirección a un constante<br />
referir, a incluir en su hacer, en su estructura, una reflexión<br />
teórica sobre la sustancia <strong>de</strong> la cual parte. Es<br />
así como durante el correr <strong>de</strong> este siglo -aunque la<br />
ten<strong>de</strong>ncia pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrirse ya en el siglo pasadoexiste<br />
una música y una literatura, básicamente, cuyo<br />
hacer y operar consiste en reflejar mediante citas y<br />
alusiones a las obras que las han precedido, haciendo<br />
con este procedimiento que el arte contemporáneo<br />
no <strong>de</strong>semboque en el nihilismo <strong>de</strong> lo informe.<br />
Con ello se ata, se suma a un pasado tomado como<br />
tradición y mediante la traducción <strong>de</strong> esa tradición,<br />
resuelve -o así lo intenta al menos- su relación con lo<br />
epocal. En el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> las últimas décadas pocos autores<br />
han <strong>de</strong>sarrollado más visible y admirablemente<br />
esta ten<strong>de</strong>ncia que Brian De Palma. Si su obra es una<br />
<strong>de</strong> las más ostensiblemente personales, en la medida<br />
en la que pocos autores <strong>de</strong> filmes pue<strong>de</strong>n ser hoy<br />
reconocidos por un rasgo estilístico aislado, cosa posible<br />
con este director, De Palma es por otro lado uno<br />
<strong>de</strong> los contadísimos artistas que han sido también<br />
creadores <strong>de</strong> formas y uno <strong>de</strong> los pocos que pue<strong>de</strong><br />
acercarse a la revolución estilísitica emprendida ya<br />
hace un cuarto <strong>de</strong> siglo por el genio coppoliano. Doble<br />
<strong>de</strong> cuerpo (Body double, 1984) compone a nuestro<br />
enten<strong>de</strong>r una trilogía por <strong>de</strong>más franca <strong>de</strong>ntro<br />
<strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> su autor con las anteriores Vestida para<br />
matar (Dressed to kill, 1980) y El sonido <strong>de</strong> la muerte<br />
(Blow out, 1981). En ella De Palma <strong>de</strong>spliega una serie<br />
<strong>de</strong> variantes sobre -simétricamente- una trilogía <strong>de</strong><br />
films <strong>de</strong> Alfred Hitchcock: <strong>La</strong> ventana indiscreta, Vértigo<br />
y Psicosis. El autor <strong>de</strong> films contemporáneo toma<br />
algunos elementos <strong>de</strong> los films <strong><strong>de</strong>l</strong> Maestro y los <strong>de</strong>sarrolla<br />
(en sentido musical) haciendo que algunos<br />
<strong>de</strong> ellos lleguen a su propio límite <strong>de</strong> representación<br />
o que, “parezcan cotejar su propio fin” como pue<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>finirse canónicamente a lo barroco. Este fin ya sea<br />
en sentido <strong>de</strong> finalidad tanto en sentido <strong>de</strong> objetivo<br />
como <strong>de</strong> acabamiento en el tiempo y el espacio <strong>de</strong><br />
algo, es centralmente operado por De Palma confundiendo<br />
drásticamente las zonas respectivas <strong>de</strong><br />
representación entre el “otro mundo” o mejor aún el<br />
| 181
“mundo otro” <strong>de</strong> sus ficciones con aquel <strong>de</strong> la rasa cotidianeidad <strong><strong>de</strong>l</strong> cual<br />
parten o <strong>de</strong> don<strong>de</strong> son alimentados.<br />
182 |<br />
Daremos un ejemplo. A diferencia <strong>de</strong> Vértigo don<strong>de</strong> siquiera agónicamente<br />
el espectador podía aún <strong><strong>de</strong>l</strong>imitar cierta “vida cotidiana” <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
la cual situarse teóricamente <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lo “real”, en un film como Doble<br />
<strong>de</strong> cuerpo esa vida anterior es concientemente eliminada. Des<strong>de</strong> los<br />
mismos títulos <strong>de</strong> crédito don<strong>de</strong> su autor confun<strong>de</strong> el paisaje real con<br />
el ficticio fabricado <strong>de</strong> antemano; con su especular, irónica y sarcástica<br />
equiparación a un director <strong>de</strong> filmes <strong>de</strong> horror y sexo con fines puramente<br />
mercenarios; con su prodigiosa y compleja capacidad <strong>de</strong> yuxtaponer<br />
diestramente en la factura <strong>de</strong> su filme <strong>de</strong>terminados elementos bajos,<br />
como el vi<strong>de</strong>o-clip, cierta emblemática <strong>de</strong> la industria “porno” y la <strong><strong>de</strong>l</strong> S &<br />
M, pero inoculándolas en un medio <strong>de</strong> controlada rigurosidad estética,<br />
una obra como la que nos ocupa acomete una <strong>de</strong> las tareas más esenciales<br />
y lúcidas <strong>de</strong> nuestra época: el conservar cierto sentido <strong>de</strong> las proporciones<br />
ya sea como i<strong>de</strong>as y conceptos, ya como pura forma en medio<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> creciente e indiferenciado caos que muchos confun<strong>de</strong>n todavía con<br />
“experimentación”. Porque una <strong>de</strong> las claves <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Brian De Palma,<br />
sino su clave <strong>de</strong> obra fundamental, es que el mundo todo -incluido<br />
el <strong>cine</strong> claro está- pue<strong>de</strong> ser duplicado, triplicado, standarizado por una<br />
serie simétrica <strong>de</strong> males uno <strong>de</strong> cuyos ejes es público, notorio, político,<br />
económico, pero el otro –tal vez el peor por más escondido- persigue los<br />
mismos fines con otros medios; y es que ese mundo copiado, serializado,<br />
banalizado pue<strong>de</strong> ser cultivado por el neorromanticismo <strong>de</strong> una estética<br />
tan confusa, turbia y siniestra que ya no osa <strong>de</strong>cir su nombre. Films<br />
<strong>de</strong> autores más recientes como los admirables “Seven” (Pecados capitales)<br />
<strong>de</strong> David Fincher o “Los Sospechosos <strong>de</strong> Siempre” <strong>de</strong> Bryan Singer<br />
se inscriben <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esta igual postura <strong>de</strong> oposición a tal estado <strong>de</strong><br />
cosas. Pero, recuér<strong>de</strong>se, ha sido De Palma el creador <strong>de</strong> esta provincia <strong>de</strong><br />
la imaginación…”
PETER WEIR<br />
“Testigo en Peligro” (Witness, Peter Weir, 1985)<br />
Guión: Earl W. Wallace<br />
Dirección: Peter Weir<br />
Estreno: 25 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1985<br />
Elenco:<br />
Harrison Ford<br />
Kelly McGillis<br />
Josef Sommer<br />
Lukas Haas<br />
Jan Rubes<br />
Alexan<strong>de</strong>r Godunov<br />
Danny Glover<br />
Brent Jennings<br />
Patti LuPone<br />
Angus MacInnes<br />
Fre<strong>de</strong>rick Rolf<br />
Viggo Mortensen<br />
Testigo en Peligro.<br />
Peter Weir nació en Sydney, Australia, el 21 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1944. Su carrera<br />
como director comenzó en aquel país en 1971. Llegó a Estados Unidos en<br />
1982, don<strong>de</strong> realizó sus mejores films: “Testigo en Peligro” (1985), “Matrimonio<br />
por Conveniencia” (1990), “<strong>La</strong> Sociedad <strong>de</strong> los Poetas Muertos” (1989),<br />
“Sin Miedo a la Vida” (1993) y “The Truman Show” (1998). Filmografía: War<br />
Magician (2007); Master and Comman<strong>de</strong>r: The Far Si<strong>de</strong> of the World (2003);<br />
The Truman Show (1998); Fearless (1993); Green Card (1990); Dead Poets Society<br />
(1989); The Mosquito Coast (1987); Witness (1985); The Year of Living<br />
Dangerously (1983); Gallipoli (1981); The Plumber (1979); The <strong>La</strong>st Wave<br />
(1977); “Luke’s Kingdom” (1976) (mini) TV Series; Picnic at Hanging Rock<br />
(1975); The Cars That Ate Paris (1974); Homesdale (1971).<br />
| 183<br />
TESTIGO EN PELIGRO (Witness en el original) es un film emblema en la<br />
obra <strong>de</strong> este gran autor australiano llamado Peter Weir. El film plantea, ya<br />
en su primera <strong>historia</strong>, tres niveles <strong>de</strong> tratamiento: El policial: se produjo<br />
el asesinato <strong>de</strong> un policía en el baño <strong>de</strong> hombres <strong>de</strong> la estación <strong>de</strong> trenes<br />
<strong>de</strong> Fila<strong><strong>de</strong>l</strong>fia y el <strong>de</strong>tective John Book (Harrison Ford) se hace cargo <strong>de</strong> la<br />
investigación; el melodrama: el único testigo <strong><strong>de</strong>l</strong> asesinato es Samuel, un<br />
niño Amish, que está con su madre <strong>de</strong> paseo esperando un trasbordo.<br />
<strong>La</strong> situación hace que se que<strong>de</strong>n un día más en la ciudad, y comience<br />
una <strong>historia</strong> <strong>de</strong> amor entre Rachel, la mujer Amish madre <strong><strong>de</strong>l</strong> niño, y el<br />
policía; por último, el documental reconstruido, o ficcionalizado, acerca<br />
<strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> los Amish.
John Book, libro <strong>de</strong> Juan en inglés, se introduce en un mundo nuevo huyendo<br />
<strong>de</strong> la corrupción policial que lo acorrala. Llega huyendo para salvar<br />
al niño y a la madre y <strong>de</strong>be quedarse por una herida que le produce<br />
un <strong>de</strong>smayo. Entre el nombre <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>tective, la herida en el costado, y su<br />
oficio <strong>de</strong> carpintero <strong><strong>de</strong>l</strong> que nos enteraremos más tar<strong>de</strong>, más todas sus<br />
actitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> hombría, lealtad, justicia y castidad, claramente el director<br />
nos pone frente a una figura simbólica <strong>de</strong> Cristo.<br />
184 |<br />
Peter Weir.<br />
El tema es que allá don<strong>de</strong> la figura <strong>de</strong> Cristo va a introducirse, se vive una<br />
vida ritual, simple, no mo<strong>de</strong>rna, jerárquica, don<strong>de</strong> esta al<strong>de</strong>a protestante<br />
mantiene sus formas y costumbres <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace siglos, en medio <strong>de</strong> un<br />
pueblo <strong>de</strong> Pensylvania. Book apren<strong>de</strong>rá <strong>de</strong> ellos, será iniciado en parte<br />
por ellos, logrará pertenecer a ellos, pero también, y esto es muy importante:<br />
logrará terminar <strong>de</strong> darles un sentido, los catolizará <strong>de</strong> alguna manera.<br />
Lo reconocerán claramente como alguien distinto <strong>de</strong> los “ingleses”<br />
como ellos los llaman a los liberales mo<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s ciuda<strong>de</strong>s.<br />
Para ello, el autor establece su puesta en escena <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la comparativa<br />
permanente entre un mundo y otro. Por un lado, la ciudad: sucia, corrompida,<br />
nocturna, gris, ruidosa… por otro lado, la al<strong>de</strong>a Amish: silenciosa,<br />
natural, soleada, sin ningún rasgo <strong>de</strong> la tecnología mo<strong>de</strong>rna, limpia,<br />
ver<strong>de</strong>… En cada uno <strong>de</strong> los elementos <strong>de</strong> la puesta quedan claras<br />
las intenciones <strong>de</strong> Weir. Hasta en el sonido: si se observan los pasos <strong>de</strong><br />
los personajes al caminar en un lugar y en otro, se comprobará lo que<br />
venimos diciendo.<br />
El paso <strong>de</strong> un mundo a otro, mediante una rigurosa iniciación, es el tema<br />
predilecto <strong>de</strong> nuestro autor. Para rastrear dichos tópicos po<strong>de</strong>mos seguir<br />
las antes realizadas “<strong>La</strong> última ola” (1977) y “El Año que vivimos en peligro”<br />
(1983), entre otras. Posteriormente, realizará el dueto “<strong>La</strong> Sociedad<br />
<strong>de</strong> los poetas muertos” (1989) y “Sin Miedo a la vida” (1993), don<strong>de</strong> planteará<br />
algunas modificaciones y ajustes a la temática. Su última gran obra<br />
es “The Truman Show” (1998).<br />
Recomendamos seguir el análisis profundo <strong>de</strong> este film a partir <strong>de</strong> lo<br />
<strong>de</strong>scripto en el capítulo 5 <strong>de</strong> “El Concepto <strong><strong>de</strong>l</strong> Cine” <strong>de</strong> Ángel Faretta (Ed.<br />
Djaen, 2005), en lo referido a la relación entre el símbolo y el fuera <strong>de</strong><br />
campo, y aquello que señala como fuera <strong>de</strong> campos iconográficos que<br />
se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la puesta en escena.
Jardines <strong>de</strong> Piedra<br />
(Gar<strong>de</strong>n of Stone, Francis F. Coppola, 1987)<br />
Guión: Ronald Bass<br />
Dirección: Francis Ford Coppola<br />
Estreno: 8 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1987<br />
Elenco:<br />
James Caan<br />
Anjelica Huston<br />
James Earl Jones<br />
D.B. Sweeney<br />
Dean Stockwell<br />
Mary Stuart Masterson<br />
Dick Anthony Williams<br />
Lonette McKee<br />
Sam Bottoms<br />
Elias Koteas<br />
El sargento Hazard (James Caan) entrena soldados para la guerra, como<br />
así también entierra a los que llegan muertos <strong>de</strong> regreso <strong>de</strong> la misma.<br />
Willow es un soldado que sueña con ir a Vietman. Hazard ocupa el lugar<br />
simbólico <strong>de</strong> padre <strong><strong>de</strong>l</strong> chico para guiarlo hasta don<strong>de</strong> pue<strong>de</strong>, y lo <strong>de</strong>jan.<br />
Willow va a Vietnam, luego <strong>de</strong> casarse con la hija <strong>de</strong> un coronel, y muere<br />
en el frente. El film abre y cierra con el funeral <strong><strong>de</strong>l</strong> soldado Willow. De la<br />
| 185<br />
Coppola.
sencillez y virtuosismo <strong>de</strong> una trama por <strong>de</strong>más simple y una extraordinaria<br />
puesta en escena, Coppola consigue uno <strong>de</strong> los films más preciados<br />
<strong>de</strong> nuestro tiempo.<br />
186 |<br />
Jardines <strong>de</strong> Piedra.<br />
Este film es la otra cara, el doble <strong>de</strong> “Apocalipsis Now”. Si en este último,<br />
la totalidad <strong><strong>de</strong>l</strong> film era narrada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la guerra, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Vietnam, “Jardines…”<br />
es lo opuesto, todo transcurre en Estados Unidos, y <strong>de</strong> la guerra<br />
sólo se conocen las bajas, y un poco más a través <strong>de</strong> los noticieros en la<br />
televisión. Si “Apocalipsis Now” <strong>de</strong>jaba, íntegramente, fuera <strong>de</strong> campo a<br />
Estados Unidos para hablar <strong>de</strong> (o pensar sobre) ése país, entonces “Jardines<br />
<strong>de</strong> Piedra” es la contracara, ya que <strong>de</strong>ja por completo, o casi, fuera<br />
<strong>de</strong> campo a la guerra, para contarnos sobre ésa guerra o, más bien, para<br />
que veamos que lo único real es esa guerra mostrando el vacío que ha<br />
quedado <strong>de</strong> este lado <strong><strong>de</strong>l</strong> mapa. Porque si bien la película es muy autoconciente,<br />
refractándose en su Vietman anterior, también es terriblemente<br />
ascética, sencilla, simple, y por momentos vacía. Pero ese vacío,<br />
esa simpleza es lo complejo <strong>de</strong> este film. Coppola ensaya, recordándonos<br />
al último Dreyer, un recorrido por los contornos, por las distancias<br />
que separan a los personajes, por el vacío que se crea entre ellos, por las<br />
diferencias, las dificulta<strong>de</strong>s en establecer relaciones, precisando que lo<br />
único real es aquella guerra que se está disputando en oriente, y sobre<br />
la que nada, o casi nada, po<strong>de</strong>mos hacer. Esa guerra que si bien es real,<br />
también es show, espectáculo televisivo, como ya había sido a<strong><strong>de</strong>l</strong>antado<br />
y trabajado en “Apocalipsis Now”.<br />
Willow es el joven Willard <strong>de</strong> Apocalipsis Now, y Hazard un Kurtz un poco<br />
más equilibrado antes <strong>de</strong> arremeter en su locura pagana.<br />
Faretta ha dicho oportunamente que Coppola había realizado un film<br />
japonés, prácticamente. Suscribimos. Es tal el cuidado, el <strong>de</strong>talle, la simpleza,<br />
que no hay casi palabras para <strong>de</strong>scribirla. Es <strong>de</strong> esas gran<strong>de</strong>s obras<br />
que solo sirve apreciarlas. En esto se parece mucho, aunque por otros<br />
motivos, uno <strong>de</strong> los últimos films <strong>de</strong> este director: “The Rainmaker”<br />
(1997), <strong><strong>de</strong>l</strong> que escribiremos más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante.
Tucker<br />
(Tucker: The Man and his Dream, Francis F. Coppola, 1988)<br />
Guión: Arnold Schulman y David Seidler<br />
Dirección: Francis Ford Coppola<br />
Estreno: 12 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1988<br />
Elenco:<br />
Jeff Bridges<br />
Joan Allen<br />
Martin <strong>La</strong>ndau<br />
Fre<strong>de</strong>ric Forrest<br />
Mako<br />
Elias Koteas<br />
Christian Slater<br />
Nina Siemaszko<br />
An<strong>de</strong>rs Johnson<br />
Corin Nemec<br />
Marshall Bell<br />
Jay O. San<strong>de</strong>rs<br />
Peter Donat<br />
Dean Goodman<br />
John X. Heart<br />
Don Novello<br />
Patti Austin<br />
Sandy Bull<br />
Joe Miksak<br />
Scott Beach<br />
Roland Scrivner<br />
Dean Stockwell<br />
Bob Safford<br />
<strong>La</strong>wrence Menkin<br />
Ron Close<br />
“Tucker”, basado en una versión libre <strong>de</strong> la biografía <strong>de</strong> Preston Tucker,<br />
constructor <strong>de</strong> coches en los cuarenta, Coppola logra una bellísima analogía<br />
entre su Tucker y él mismo como artista… la función <strong><strong>de</strong>l</strong> hacedor, <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
creador. Tucker fabrica un nuevo mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o <strong>de</strong> autos con toda una serie <strong>de</strong><br />
innovaciones técnicas, lo cual produce toda una revolución <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la<br />
industria, que provoca que todos los participantes, directos o indirectos,<br />
<strong>de</strong> dichos intereses, se le enfrenten ferozmente.<br />
| 187<br />
Tucker está creando el auto <strong><strong>de</strong>l</strong> futuro, pero… “no conocemos a los choferes<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> futuro”. Esto es: estamos haciendo, creando cosas (autos, libros,<br />
películas) a las que nadie va a po<strong>de</strong>r acce<strong>de</strong>r, al menos por ahora, lo cual<br />
no significa que aún así no <strong>de</strong>bamos hacerlas. Aunque el mundo le dé la<br />
espalda a dichas creaciones, el hombre <strong>de</strong> genio, el artista, <strong>de</strong>be hacerlas.<br />
Contra todo, y contra todos. El tiempo, que todo lo cura, hará que se<br />
comprendan más tar<strong>de</strong>. Tucker dice: “… mañana me crucifican en Chicago…”.<br />
En este vía crucis, en este recorrido <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje que también<br />
es un sacrificio, él logra conservar su esencia, emblematizado en el azul<br />
vals <strong><strong>de</strong>l</strong> vestido <strong>de</strong> Vera, su mujer. Lo que no se sacrifica es el azul vals.<br />
En la vida tenemos que sacrificar cualquier cosa, menos el azul vals. El<br />
azul vals es el mensaje secreto, el pacto que hemos hecho con nosotros<br />
mismos y eso no se sacrifica. Total esos coches, como diría Tucker, “se van<br />
a terminar estrellando”. Mientras se <strong>de</strong>sarrolla el juicio, dibuja el próximo
Tucker, un hombre y su sueño.<br />
188 |<br />
invento: una hela<strong>de</strong>ra pequeña para gente pobre. Ahí simbólicamente<br />
lo que Coppola está pensando es que todo artista tiene que pensar en la<br />
próxima película, sin renunciar al azul vals. Por eso termina irónicamente.<br />
“… Bueno, ahora que me <strong>de</strong>clararon inocente, los invito a pasear en<br />
esos autos que dicen que no existen…”. ¿Cuáles son los autos que dicen<br />
que no existen? El <strong>cine</strong>, las películas. Son autos, móviles, se mueven por<br />
sí mismos. Es aquello que nos hace mover. El <strong>cine</strong> es, en <strong>de</strong>finitiva, lo que<br />
nos moviliza en estos tiempos dramáticos.<br />
“Tucker” es, también, un homenaje fabuloso <strong>de</strong> cierta cultura anarquista<br />
norteamericana emblematizada en el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> los cuarenta <strong>de</strong> King Vidor.<br />
Don<strong>de</strong> la quijotesca labor <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe i<strong>de</strong>alista se ve entorpecida por sus<br />
contemporáneos, pero nadie duda <strong>de</strong> que dicha soledad, en el futuro, se<br />
transforme en multitud. <strong>La</strong> misma multitud que años más tar<strong>de</strong> le dio la<br />
razón a Preston Tucker y sus innovaciones. Pensamos en Films como “The<br />
Fountainhead” (1949), entre otros <strong>de</strong> Vidor.<br />
El film plantea, <strong>de</strong> entrada, la utilización <strong>de</strong> la obra como soporte <strong>de</strong> otra<br />
cosa, <strong>de</strong> algo más alto. Hacia el final Tucker le dice a su amigo: “… qué<br />
importa que sean cincuenta coches o cincuenta millones, es pura maquinaria,<br />
lo que cuenta es el sueño…”. El artificio creado <strong>de</strong>be ser una tarima,<br />
un soporte para ten<strong>de</strong>r hacia lo alto. El diseño <strong>de</strong> la nueva hela<strong>de</strong>ra<br />
indica también que el artista, el genio, ya ha abandonado la creación<br />
anterior, se ha separado <strong>de</strong> ella, para seguir creando. Lo importante es<br />
mantener la i<strong>de</strong>a, el sueño, el secreto.
Duro <strong>de</strong> Matar<br />
(Die Hard, John Mc Tiernan, 1988)<br />
Guión: Steven E. De Souza<br />
Dirección: John Mc Tiernan<br />
Estreno: 18 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1988<br />
Elenco:<br />
Bruce Willis<br />
Bonnie Be<strong><strong>de</strong>l</strong>ia<br />
Reginald VelJohnson<br />
Paul Gleason<br />
De’voreaux White<br />
William Atherton<br />
Hart Bochner<br />
James Shigeta<br />
Alan Rickman<br />
Alexan<strong>de</strong>r Godunov<br />
John Mac Tiernan nació en Nueva York el 8 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1951. Muy buen<br />
director aunque muy <strong>de</strong>sparejo. Su obra más importante es “Duro <strong>de</strong><br />
Matar” (1988), con guión <strong><strong>de</strong>l</strong> gran Steven E. <strong>de</strong> Souza y una actuación<br />
brillante <strong>de</strong> Bruce Willis. También dirigió la parte III en 1995. “Nóma<strong>de</strong>s”<br />
(1985) y “El Último Gran Héroe” (1993), fueron dos <strong>de</strong> sus buenas películas.<br />
Dirigió en total 12 films <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1985 hasta hoy. Filmografía: Deadly<br />
Exchange (2008); Basic (2003); Rollerball (2002); The Thomas Crown<br />
Affair (2000); The 13th Warrior (1998); Die Hard: With a Vengeance (1995);<br />
<strong>La</strong>st Action Hero (1993); Medi<strong>cine</strong> Man (1992); The Hunt for Red October<br />
(1990); Die Hard (1988); Predator (1987); Nomads (1985).<br />
Duro <strong>de</strong> Matar - 1988.<br />
| 189<br />
Contrariamente a lo que cierta crítica miope, que hoy es legión, “Duro<br />
<strong>de</strong> Matar” es un film excepcional. Empezando por el soberbio guión <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
gran Steve <strong>de</strong> Souza, y concluyendo por la precisa puesta en escena <strong>de</strong><br />
John Mac Tiernan.<br />
El argumento es sencillo (¿si?). En Noche Buena, en Los Ángeles, una empresa<br />
hace una pequeña fiesta en uno <strong>de</strong> los últimos pisos <strong>de</strong> una torre<br />
gigantesca. <strong>La</strong> número dos <strong>de</strong> la oficina es Holly (santa), la ex mujer <strong>de</strong><br />
John Mc Clane (Bruce Willis), policía <strong>de</strong> Nueva York, que ésa tar<strong>de</strong> viaja<br />
a Los Ángeles para visitar a sus hijas e intentar recomponer su relación<br />
con Holly. Minutos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> llegar al edificio don<strong>de</strong> se encuentra su ex<br />
mujer, irrumpen en el lugar, unos supuestos terroristas europeos, asesinos,<br />
ladrones… bueno, un poco <strong>de</strong> esto trata el film: ¿Qué son? Hay que<br />
verla. Toman <strong>de</strong> rehenes a todos los participantes <strong>de</strong> la fiesta, excepto
190 |<br />
a Bruce Willis que estaba cambiándose en un cuarto.<br />
Logra huir <strong>de</strong> las oficinas, <strong>de</strong>scalzo y a medio vestir,<br />
pero queda atrapado en el edificio. A partir <strong>de</strong> aquí, el<br />
film recorre la intención <strong>de</strong> Willis <strong>de</strong> pedir ayuda afuera,<br />
<strong>de</strong> combatir, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sus posibilida<strong>de</strong>s, con los<br />
malos, en su intención <strong>de</strong> salvar a su mujer. Los simétricos<br />
inútiles <strong>de</strong> a<strong>de</strong>ntro y <strong>de</strong> afuera no hacen más<br />
que entorpecer y prolongar la salvación <strong>de</strong> los rehenes.<br />
Sólo un policía negro y raso, Al, cree en Bruce Willis<br />
y hace todo por ayudar, hasta tener la posibilidad<br />
<strong>de</strong> salvarle la vida al final. Uno a uno van cayendo los<br />
enemigos <strong>de</strong> Willis, hasta el enfrentamiento final con<br />
el jefe <strong>de</strong> la banda. <strong>La</strong> familia se reconstruye, junto a<br />
esto la amistad, la fi<strong><strong>de</strong>l</strong>idad y la confianza. Una estructura<br />
sólida, clásica, firme, fuerte y contun<strong>de</strong>nte.<br />
Muchos son los temas por los que pasa este film: el<br />
po<strong>de</strong>r, la ambición, la relación entre europeos y americanos,<br />
la <strong><strong>de</strong>l</strong>gada línea entre cierto terrorismo y el<br />
simple latrocinio, y por supuesto: el amor, la familia<br />
y el matrimonio. Esto último, a veces visto <strong>de</strong> manera<br />
vulgar, está más que bien planteado, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser el<br />
origen y la causa primera <strong>de</strong> toda la acción.<br />
Como en los mejores westerns, un solo hombre se enfrenta<br />
al mal, por numeroso que sea, y muchas veces<br />
se mezclan las causas personales con las públicas. El<br />
amor y el <strong>de</strong>ber.<br />
El protagonista llega a uno <strong>de</strong> los lugares más po<strong>de</strong>rosos<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> mundo sin saberlo, don<strong>de</strong> se manejan miles<br />
<strong>de</strong> millones <strong>de</strong> dólares. Una empresa japonesa que ya<br />
se ha vuelto una corporación internacional, y don<strong>de</strong><br />
el negocio y el comercio <strong><strong>de</strong>l</strong> capitalismo <strong>de</strong> antaño ya<br />
se ha vuelto juego y abuso. Este edificio es en claro<br />
eje vertical en el <strong>de</strong>venir <strong><strong>de</strong>l</strong> film, don<strong>de</strong> toda su tecnología<br />
y mo<strong>de</strong>rnización <strong>de</strong>be ser <strong>de</strong>struida para po<strong>de</strong>r<br />
construir los cimientos <strong>de</strong> la restauración <strong>de</strong> esta<br />
familia… confirmada en el diálogo final.<br />
<strong>La</strong> incorrectez <strong>de</strong> todos es maravillosa en Duro <strong>de</strong><br />
Matar. Los europeos asesinos y ladrones, disfrazados<br />
<strong>de</strong> revolucionarios que intentan robar millones <strong>de</strong><br />
dólares en títulos públicos al portador a una empresa<br />
asiática (el complejo entero don<strong>de</strong> se encuentra<br />
el edificio <strong><strong>de</strong>l</strong> film se llama Nakatomi Plaza); un hombre<br />
que por instinto y pasión <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> salvar a todos<br />
con todos los métodos y modos que tiene a mano;<br />
la policía y el FBI afuera; y el periodismo. Esto último<br />
merecería un tratado aparte. Como cierto buen <strong>cine</strong><br />
norteamericano maltrata, casi siempre con razón, al<br />
periodismo o a la actividad periodística. En este film<br />
es genial. Mac Tiernan los muestra como inútiles, molestos,<br />
tramposos, incultos…<br />
De más está <strong>de</strong>cir que el film es extraordinariamente<br />
entretenido, divertido, emocionante, rítmico, fuerte,<br />
y con un final contun<strong>de</strong>nte. Como no podía ser <strong>de</strong><br />
otra manera con semejante <strong>historia</strong>, con semejante<br />
dirección y con la actuación perfecta <strong>de</strong> este gran actor<br />
que es Bruce Willis.<br />
Un último tema, la Navidad. Todo este <strong>de</strong>splazamiento<br />
<strong>de</strong> tropas, intento <strong>de</strong> robo, rehenes, ladrones, asesinos<br />
y héroe, se da en el paso <strong>de</strong> la Noche Buena a la<br />
Navidad. Hay una simetría muy bella que tiene con<br />
ver con la Navidad y los Milagros… es tiempo <strong>de</strong> Milagros.<br />
El salvador <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, en el centro <strong><strong>de</strong>l</strong> po<strong>de</strong>r<br />
mundial <strong>de</strong>tiene una masacre, un robo, y recompone,<br />
en cierta medida, el or<strong>de</strong>n anterior, y sobre todo<br />
a su familia, reconocimiento que la mujer le hace en<br />
la última escena. Todo esto en Navidad, sin que nadie<br />
(o, para ser justos, casi nadie) pueda advertirlo en su<br />
verda<strong>de</strong>ra dimensión. El milagro no es lo mágico, sino<br />
lo cotidiano… o lo que nos toque como cotidiano…<br />
por más extraordinario que esto pueda o quiera ser.<br />
El Salvador está, es cuestión <strong>de</strong> quererlo y saberlo ver.
El Padrino III<br />
(The Godfather Part III, Francis F. Coppola, 1990)<br />
Guión: Mario Puzo y Francis Ford Coppola<br />
Dirección: Francis Ford Coppola<br />
Estreno: 12 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1990<br />
Elenco:<br />
Al Pacino<br />
Diane Keaton<br />
Talia Shire<br />
Andy Garcia<br />
Eli Wallach<br />
Joe Mantegna<br />
George Hamilton<br />
Bridget Fonda<br />
Sofia Coppola<br />
Raf Vallone<br />
En 1990, Francis Coppola filma “El Padrino III”, el cierre, al menos hasta<br />
ahora, <strong>de</strong> la zaga <strong>de</strong> los Corleone. Hacia 1978, Michael Corleone continúa<br />
su lucha por el po<strong>de</strong>r pero esta vez en disputa con el Vaticano, y<br />
unos cuantos personajillos <strong><strong>de</strong>l</strong> viejo mundo. Si la salida <strong><strong>de</strong>l</strong> barrio y <strong>de</strong><br />
la ciudad fue el objetivo <strong>de</strong> la primera y segunda parte, en la tercera se<br />
apunta al mundo, al menos a la parte occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> éste. <strong>La</strong> empresa <strong>de</strong><br />
| 191<br />
El Padrino III.
192 |<br />
aceites se ha transformado en una corporación internacional,<br />
don<strong>de</strong> los negociados se afinan, y si bien la<br />
criminalidad queda eclipsada, lo que está en juego es<br />
mucho mayor, y el peligro también.<br />
El fracaso <strong>de</strong> la utopía americana llega a su punto culminante.<br />
El lugar <strong>de</strong> la tragedia será <strong>de</strong>vuelto al arte,<br />
esta vez emblematizada en la ópera final interpretada<br />
por Anthony, el hijo mayor <strong>de</strong> Michael. “… Cuando se<br />
escuche el nombre Corleone, pensarán en una voz…”<br />
dice Michael a la salida <strong>de</strong> la representación. Luego<br />
<strong>de</strong> dicha sentencia, la hija Mary es asesinada en las<br />
escalinatas <strong><strong>de</strong>l</strong> teatro. El sacrificio llega a su cima: primero<br />
el hijo en la ópera, en el arte; luego la hija en la<br />
vida real. Porque la representación, el arte, el <strong>cine</strong>, se<br />
continúa en la vida, se sigue interpretando, se sigue<br />
pensando, así como la vida se continúa en el <strong>cine</strong>. El<br />
soporte <strong><strong>de</strong>l</strong> sacrificio (Mary) es interpretado por Sofía<br />
Coppola, la hija <strong><strong>de</strong>l</strong> director.<br />
<strong>La</strong> tercera parte <strong>de</strong> la zaga es simétrica a la primera.<br />
El esplendor político <strong><strong>de</strong>l</strong> padre, primero. Después, su<br />
participación directa en los negocios. Luego, la incipiente<br />
participación <strong><strong>de</strong>l</strong> here<strong>de</strong>ro (Michael en la primera,<br />
Vincent en la tercera). Más tar<strong>de</strong>, el legado <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
trono. En ambos casos, esto se produce luego <strong>de</strong> una<br />
larga convalecencia producto <strong>de</strong> problemas <strong>de</strong> salud.<br />
Vito víctima <strong>de</strong> cinco balazos en un atentado, Michael<br />
por una <strong>de</strong>scompensación producto <strong>de</strong> su diabetes. Y<br />
como en toda simetría cuenta tanto lo que se repite<br />
como lo que se diferencia, veremos cómo funciona<br />
ésta, hacia el final <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las películas. En la<br />
uno, muere Vito (Marlos Brando) jugando con su nieto<br />
en el jardín <strong>de</strong> su casa, una vez <strong>de</strong>jado a Michael el<br />
mando <strong>de</strong> la familia y los negocios. En la tres la cosa<br />
es bien distinta. Aquí, el mando pasa a manos <strong>de</strong> Vincent,<br />
hijo bastardo <strong>de</strong> Sonny y sobrino <strong>de</strong> Michael.<br />
Éste intenta reconquistar a Kay, matan a don Tomassino,<br />
Anthony <strong>de</strong>buta como cantante <strong>de</strong> ópera, Mary<br />
está perdidamente enamorada <strong>de</strong> su primo Vincent,<br />
y Connie, la hermana <strong>de</strong> Michael, encarnando un rol<br />
por <strong>de</strong>más ambiguo y complejo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la economía<br />
familiar. El bautismo <strong>de</strong> sangre <strong>de</strong> Vincent será en<br />
los entretelones <strong>de</strong> la ópera y el final será un fracaso.<br />
Los simétricos gemelos fallan en su función para con<br />
el falso sacerdote y Mary resulta asesinada mediante<br />
una bala que iba <strong>de</strong>stinada a su padre. Luego <strong>de</strong><br />
ese grito ahogado, Michael entierra a su hija (fuera <strong>de</strong><br />
campo) y muchos años <strong>de</strong>spués, en Sicilia y en soledad,<br />
muere.<br />
En este maquiavélico y polémico film, Coppola se<br />
plantea dar el cierre trágico a la zaga, a través <strong>de</strong> una<br />
precisa puesta en escena don<strong>de</strong> lo italiano, lo católico,<br />
lo tradicional se conjugan en una maraña <strong>de</strong> relaciones<br />
don<strong>de</strong> los paisajes europeos en su mayoría<br />
nos llevan, sin más, a los Borgia y el Renacimiento. El<br />
mentado intento <strong>de</strong> positivar, <strong>cine</strong>matográficamente,<br />
a la mafia siciliana, termina siendo algo mucho<br />
más gran<strong>de</strong> que eso, bastante parecido al mundo en<br />
que nos toca vivir.<br />
Coppola cierra, sintetiza, ejemplarmente, una analogía<br />
por <strong>de</strong>más marcada entre la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> los Corleone<br />
y la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano. Veamos. Vito<br />
Corleone llega a América, <strong>de</strong> niño, en 1901 (“El Padrino<br />
II”). Por esos años, el <strong>cine</strong> también llega a América.<br />
<strong>La</strong> familia Corleone logra la toma <strong><strong>de</strong>l</strong> po<strong>de</strong>r hacia<br />
1917. Esto lo emparentamos con la instauración <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o <strong>de</strong> Griffith, una vez filmados: “El Nacimiento<br />
<strong>de</strong> una Nación” (1915), e “Intolerancia” (1916). Recor<strong>de</strong>mos<br />
que po<strong>de</strong>r es, entre otras cosas, la capacidad<br />
<strong>de</strong> engendrar valores colectivos (Faretta). Los años<br />
treinta, fuera <strong>de</strong> campo en la zaga, son los años en los<br />
que ‘el don era inabordable’ y ‘la época en que éramos<br />
como el Imperio Romano’. Esta misma década,<br />
a la que correspon<strong>de</strong> la etapa <strong>de</strong> sistematización <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
lenguaje <strong>cine</strong>matográfico, fue la época en la que se<br />
consolidaron los gran<strong>de</strong>s estudios <strong>de</strong> producción, y<br />
don<strong>de</strong> el <strong>cine</strong> gozó una <strong>de</strong> sus etapas políticas y estéticas<br />
más importantes (acuñación <strong>de</strong> los géneros, código<br />
<strong>de</strong> producción, monopolización <strong>de</strong> la situación<br />
cultural, creación <strong>de</strong> lo que más tar<strong>de</strong> se llamará starsystem,<br />
po<strong>de</strong>r real, etc.). A esta altura, po<strong>de</strong>mos sime-
Coppola.<br />
trizar a Vito Corleone con Jack Warner, por ejemplo. Dicha etapa <strong>de</strong>ntro<br />
<strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, concluye con la aparición temprana <strong>de</strong> la autoconciencia<br />
(“El Ciudadano” <strong>de</strong> Orson Welles en 1941). <strong>La</strong> última escena <strong>de</strong> la<br />
parte dos correspon<strong>de</strong> a un recuerdo (en forma <strong>de</strong> flashback) <strong>de</strong> Michael<br />
posterior al asesinato <strong>de</strong> su hermano. Es un recuerdo familiar, el día <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
cumpleaños <strong>de</strong> Vito, que coinci<strong>de</strong> con el ataque japonés a Pearl Harbor,<br />
y coinci<strong>de</strong> también con el estreno <strong>de</strong> “El Ciudadano”. Ese día se produce<br />
una fuerte discusión familiar producto <strong>de</strong> la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> Michael <strong>de</strong> alistarse<br />
en la marina, dada la inminente entrada a la segunda guerra mundial<br />
por parte <strong>de</strong> los Estados Unidos. El momento <strong>de</strong> soledad absoluta<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> presente, se refleja especularmente en aquella mesa vacía, ante la<br />
llegada <strong>de</strong> Vito, don<strong>de</strong> Michael queda solo y pensativo. Aquella soledad<br />
correspon<strong>de</strong>, tal vez, a su exagerado patriotismo, ésta a la soledad <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
po<strong>de</strong>r. Ambas producto <strong>de</strong> una situación <strong>de</strong> vacío. Los años siguientes<br />
a la segunda guerra, correspon<strong>de</strong>n a años turbulentos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r en la<br />
vida <strong>de</strong> los Corleone don<strong>de</strong> ciertas correspon<strong>de</strong>ncias culturales entre la<br />
cultura <strong>de</strong> masas y el po<strong>de</strong>r y la política sufren resultados imprevistos.<br />
Comienzan etapas <strong>de</strong> inestabilidad. Tal es el caso <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> que, si bien logra<br />
por aquellos años sus obras estéticamente más logradas, comienza a<br />
disputarse un po<strong>de</strong>r más concreto con la política liberal <strong><strong>de</strong>l</strong> este. Aquella<br />
batalla concluye, o comienza a <strong>de</strong>finirse, con la caída y posterior venta y<br />
<strong>de</strong>smembramiento <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s estudios a partir <strong>de</strong> fines <strong>de</strong> los cin-<br />
| 193
194 |<br />
cuenta. Des<strong>de</strong> aquí, el <strong>cine</strong> vivirá una etapa solitaria <strong>de</strong> autores que se<br />
in<strong>de</strong>pendizan sin remedio y que hacen, como pue<strong>de</strong>n, sus obras pero<br />
ya habiendo perdido el contexto cultural y <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, que a modo <strong>de</strong><br />
contención y soporte, brindaban los gran<strong>de</strong>s estudios productores. En<br />
situación similar se halla Michael. Aquella situación <strong>de</strong> pacto entre judíos<br />
(productores) y católicos (directores) empieza a romperse. <strong>La</strong> analogía<br />
que plantea Coppola es clara a través <strong>de</strong> la rivalidad a la vez oculta y manifiesta<br />
entre Hyman Roth y Michael Corleone. Los años sesenta, fuera<br />
<strong>de</strong> campo en la vida <strong>de</strong> los Corleone es la etapa <strong><strong>de</strong>l</strong> eclipse, <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>sarme<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> po<strong>de</strong>r <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. Muchos son los factores <strong>de</strong> dicho <strong>de</strong>rrumbe, algunos<br />
<strong>de</strong> ellos ya los hemos tratado en este trabajo. Lo concreto es que <strong>de</strong>ntro<br />
<strong>de</strong> la economía familiar, el <strong>de</strong>rrumbe es simétrico. Michael se separa<br />
<strong>de</strong>finitivamente <strong>de</strong> su mujer Kay, se separa <strong>de</strong> sus hijos, y queda claro<br />
que no los ve seguido. Esto se ve en retrospectiva en “El Padrino III”, al<br />
comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> film, mediante una carta que Michael les envía a sus hijos<br />
ya crecidos. <strong>La</strong> trama <strong>de</strong> la tercera parte transcurre hacia fines <strong>de</strong> los años<br />
setenta, coinci<strong>de</strong>nte con el pasado estreno <strong>de</strong> “Apocalipsis Now” (1979).<br />
Respecto a esto, dos cuestiones: la primera es que Coppola entra en la<br />
<strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano, es <strong>de</strong>cir, la continuidad <strong>de</strong> la <strong>historia</strong><br />
<strong>de</strong> los Corleone ya se acerca al presente histórico. <strong>La</strong> segunda cuestión<br />
es que aquella película pone al <strong>cine</strong> en el segundo y <strong>de</strong>finitivo momento<br />
<strong>de</strong> la autoconciencia, dado el minucioso análisis y síntesis <strong>de</strong> la situación<br />
cultural <strong>de</strong> occi<strong>de</strong>nte. Recor<strong>de</strong>mos que en “El Padrino III” Coppola hace<br />
confesar a Michael, lo vuelve a colocar en una situación familiar perdida,<br />
pone a su hija Sofía interpretando al personaje <strong>de</strong> Mary, y la situación<br />
especular entre Michael y el director se vuelve más evi<strong>de</strong>nte, la i<strong>de</strong>ntificación<br />
es más clara, aunque a la vez es más trágica, y por momentos<br />
diferenciadora y hasta complementaria. <strong>La</strong> soledad <strong><strong>de</strong>l</strong> Vaticano en medio<br />
<strong>de</strong> políticos y banqueros <strong>de</strong> lo más repugnantes pone en evi<strong>de</strong>ncia<br />
ciertas cuestiones que se plantean distintas, novedosas <strong>de</strong> acuerdo a las<br />
perspectivas políticas <strong><strong>de</strong>l</strong> presente y <strong><strong>de</strong>l</strong> futuro. <strong>La</strong> escena final <strong><strong>de</strong>l</strong> film<br />
redon<strong>de</strong>a, cierra, compacta esta i<strong>de</strong>a que venimos <strong>de</strong>sarrollando. Coppola<br />
hace un salto en el tiempo ficcional para mostrar, en un solo plano, la <strong>de</strong>finitiva<br />
soledad y muerte <strong>de</strong> su principal personaje (Michael). Ese salto, que<br />
suponemos <strong>de</strong> unos quince años, nos pone <strong>de</strong> lleno en el presente <strong>de</strong> la<br />
realización <strong><strong>de</strong>l</strong> film y aún más allá. Con lo cual el relevamiento histórico se<br />
torna profecía, en la última toma <strong><strong>de</strong>l</strong> film. El estado actual <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> habla<br />
por sí solo.
Forrest Gump<br />
Forrest Gump, Robert Zemekis, 1994)<br />
Guión: Eric Roth<br />
Dirección: Robert Zemekis<br />
Estreno: 10 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1994<br />
Elenco:<br />
Tom Hanks<br />
Robin Wright Penn<br />
Gary Sinise<br />
Mykelti Williamson<br />
Sally Field<br />
Rebecca Williams<br />
Michael Conner Humphreys<br />
Harold G. Herthum<br />
Forrest Gump.<br />
Robert Zemekis nació en Illinois, Chicago, el 14 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1951. Comenzó<br />
en el <strong>cine</strong> en 1972 como productor, y luego fue alternando su trabajo en<br />
la industria entre la producción y la dirección. Como director, realmente ha<br />
sido muy irregular, por momentos malo. Se ha <strong>de</strong>stacado con algunas pocas<br />
películas, y por supuesto con su única obra maestra: Forrest Gump en 1994.<br />
Actualmente sigue <strong>de</strong>sarrollándose en Hollywood como productor <strong>de</strong> <strong>cine</strong> y<br />
televisión, y cada dos años, aproximadamente, dirige un film propio.<br />
| 195<br />
Forrest Gump cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> un hombre <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su niñez hasta el<br />
presente, mediante salteados flashbacks contados por el protagonista<br />
Forrest, interpretado magníficamente por Tom Hanks.<br />
El film habla <strong>de</strong> la inocencia norteamericana, tema ya mítico, y cómo mediante<br />
esa inocencia se pue<strong>de</strong> hallar la santidad. Con un <strong>de</strong>talle, no menor:<br />
el protagonista es un retrasado mental. Está por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la media<br />
<strong>de</strong> inteligencia. Diagnóstico que se le <strong>de</strong>scubre en su niñez.<br />
El protagonista recorre <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su inmensa inocencia y bondad por todos<br />
los puntos importantes <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> norteamericana <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1950 hasta<br />
el presente <strong><strong>de</strong>l</strong> film (1994). Elvis, Vietnam, los Hippies, el Watergate, entre<br />
otros momentos.<br />
El guión, muy bueno, está estructurado en base a relatos que el protagonista<br />
realiza frente a sus ocasionales compañeros en una parada <strong>de</strong><br />
autobús. Suponiendo él, que tiene que tomar uno que lo llevará a lo <strong>de</strong><br />
Jenny, su novia <strong>de</strong> niño, y ex novia <strong>de</strong> adulto, y también madre <strong>de</strong> su hijo<br />
Forrest. En verdad, finalmente va caminando a casa <strong>de</strong> Jenny, haciendo<br />
<strong>de</strong> la parada <strong>de</strong> autobús y la espera sólo una excusa para contar la <strong>historia</strong><br />
<strong>de</strong> ese modo.
El relato tiene una flui<strong>de</strong>z, un grado tan alto <strong>de</strong> entretenimiento, <strong>de</strong> ritmo,<br />
<strong>de</strong> emoción, <strong>de</strong> interés, que las dos horas y pico <strong>de</strong> ficción resultan más<br />
que lleva<strong>de</strong>ras para el espectador. <strong>La</strong>s elipsis en la vida <strong>de</strong> Forrest Gump<br />
son las justas y necesarias para que podamos seguir el hilo <strong>de</strong> la evolución<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> personaje y la <strong>historia</strong>.<br />
<strong>La</strong> <strong>historia</strong> escon<strong>de</strong> una disyuntiva más que interesante en la disputa ya<br />
milenaria entre <strong>de</strong>stino y libre albedrío. Tema languiano por excelencia.<br />
<strong>La</strong> pluma animada que pauta el film, al comienzo y al final, nos habla <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
<strong>de</strong>stino, <strong><strong>de</strong>l</strong> elegido. <strong>La</strong>s acciones y bonda<strong>de</strong>s transparentes <strong>de</strong> Forrest<br />
Gump nos inclinan hacia el libre albedrío cristiano. El amor como Ágape,<br />
la mujer para toda la vida, la bondad, y la relación con los otros, asientan,<br />
aún más, esta cuestión. Cuando Jenny regresa a la casa <strong>de</strong> Forrest luego<br />
<strong>de</strong> su vida <strong>de</strong>scontrolada, cerca <strong><strong>de</strong>l</strong> final, y él le cuenta acerca <strong>de</strong> todo lo<br />
que vivió (su vida, la guerra <strong>de</strong> Vietnam, sus experiencias <strong>de</strong> pesquero, su<br />
madre, el ping pong, etc.), ella le dice: “… Cómo me hubiera gustado estar<br />
a tu lado en cada uno <strong>de</strong> esos momentos…” Forrest respon<strong>de</strong>, simple,<br />
sincero: “Estabas a mi lado”. Esta respuesta está a un paso <strong>de</strong> convertirse<br />
en la bella simetría <strong>de</strong> “Titanic”: “… Si tu saltas, yo salto…”<br />
196 |<br />
Hay también una intención <strong>de</strong> poner <strong><strong>de</strong>l</strong>ante <strong>de</strong> cada secuencia a la Gracia.<br />
Pero ésta se disfraza por momentos <strong>de</strong> azar, en un intrincado muy<br />
complicado representado por la puesta en escena. He ahí la duda, la<br />
disyuntiva o dualidad que plantea el film.<br />
Proponemos este film como una puerta abierta al <strong>cine</strong> <strong>de</strong> estos tiempos,<br />
en el cual parten muchos <strong>de</strong> los temas y formas que se han <strong>de</strong>sarrollado<br />
en el poco <strong>cine</strong> bueno <strong>de</strong> estos últimos años. Sobre todo en lo que hace<br />
al <strong>cine</strong> norteamericano… el ex Hollywood… o el post Hollywood.
Nelly et Monsieur Arnaud<br />
(Clau<strong>de</strong> Sautet, 1995)<br />
Guión: Clau<strong>de</strong> Sautet y Jacques Fieschi<br />
Dirección: Clau<strong>de</strong> Sautet<br />
Estreno: 4 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1997<br />
Elenco:<br />
Emmanuelle Béart<br />
Michel Serrault<br />
Jean-Hugues Angla<strong>de</strong><br />
Claire Na<strong>de</strong>au<br />
Françoise Brion<br />
Michèle <strong>La</strong>roque<br />
Michael Lonsdale<br />
Charles Berling<br />
Jean-Pierre Lorit<br />
Michel Albertini<br />
Coraly Zahonero<br />
Graziella Delerm<br />
Olivier Pajot<br />
Alexandre Chappuis<br />
Karine Foviau<br />
Espejos y reflejos, miradas y relaciones, dos posibilida<strong>de</strong>s<br />
y dos oportunida<strong>de</strong>s.<br />
Comencemos por <strong>de</strong>tallar algunas simetrías planteadas<br />
en el film como para <strong>de</strong>spués ir arribando a los<br />
principales aspectos que nos plantea esta obra inagotable.<br />
<strong>La</strong>s simetrías en este film (y en general, en todos los<br />
films <strong>de</strong> Sautet) están planteadas a través <strong>de</strong> los personajes<br />
y sus relaciones. Situaciones que en el vivir<br />
nos plantean, constantemente, repetición y diferencia.<br />
Tales simetrías están trabajadas a partir <strong><strong>de</strong>l</strong> doble.<br />
El doble, el número dos es, en nuestro autor, la forma<br />
más preciada para elaborar sus tramas, sus construcciones<br />
dramáticas y, por supuesto, sus últimas significaciones.<br />
Veamos.<br />
Pierre Arnaud. Pierre (Michel Serralt) tuvo una doble<br />
vida. Hace muchos años ha sido juez en una colonia<br />
francesa en la Polinesia, para transformarse, luego, en<br />
un hombre <strong>de</strong> negocios. Su primera función, según<br />
él mismo cuenta, fue i<strong>de</strong>alista, patriótica. <strong>La</strong> segunda,<br />
egoísta y liberal. <strong>La</strong> primera fue, digamos, tradicional,<br />
en sentido histórico, la segunda fue una entrega a la<br />
vida mo<strong>de</strong>rna. De las dos, ahora retirado <strong>de</strong> ambas,<br />
él elige la primera para relatar en su libro. Libro que<br />
va a ser, <strong>de</strong> principio a fin, el móvil central respecto a<br />
acciones y relaciones <strong>de</strong> los personajes a lo largo <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
relato. <strong>La</strong> primera conclusión: Pierre prefiere la Francia<br />
tradicional monárquica a la Francia actual, liberal<br />
y mo<strong>de</strong>rna. Esto está reforzado a través <strong>de</strong> quien hace<br />
las veces <strong>de</strong> doble <strong>de</strong> nuestro Sr. Arnaud: Dolabella<br />
(Dólar bello). Un necio materialista que lo único que<br />
le interesa es el dinero, y Pierre intenta (trata, simula<br />
y logra) no dar <strong>de</strong>masiada bolilla. Tal personaje es<br />
claramente representante <strong>de</strong> la segunda parte <strong>de</strong> su<br />
vida. Pierre, a su vez, tiene dos hijos. Isabel que vive<br />
en Francia, y un varón (que no sabemos su nombre),<br />
que le dio dos nietos que apenas conoce, que vive en<br />
Seattle, Estados Unidos, y trabaja en Microsoft. Otra<br />
oposición: América - Europa. Tradición y mo<strong>de</strong>rnidad.<br />
Nelly. Nelly (Emmanuelle Beart) tiene, en el comienzo<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> film, dos trabajos: Pana<strong>de</strong>ra (la vemos <strong>de</strong>spachando<br />
bolsas <strong>de</strong> baguets), y procesadora <strong>de</strong> textos,<br />
diseñadora en PC. Otra vez: Lo francés tradicional<br />
mezclado con la vida mo<strong>de</strong>rna parisina. Jacqueline,<br />
su amiga, funciona como doble <strong>de</strong> Nelly. Ha sido ex<br />
<strong>de</strong> Pierre, pero en una relación platónica, que primero<br />
llama aventura <strong>de</strong> juventud, y luego la <strong>de</strong>scribe como<br />
compañía, confi<strong>de</strong>ncia, i<strong>de</strong>alismo. Recor<strong>de</strong>mos que<br />
simétricamente al diálogo que mantienen las dos<br />
amigas, está la escena <strong><strong>de</strong>l</strong> baño en la fiesta. Nelly y<br />
Jacqueline tienen, ambas, dos simétricos maridos:<br />
Jeromé ya está harto <strong>de</strong> Nelly, y Taieb le es infiel a<br />
Jacqueline. El árabe busca otras mujeres pero también<br />
se queda con Jacqueline; mientras que Jeromé<br />
<strong>de</strong>ja a Nelly (en verdad, es <strong>de</strong>jado por Nelly) para buscar<br />
a otra mujer, y cambiar <strong>de</strong> vida (apenas se aleja<br />
<strong>de</strong> Nelly cambia el zapping por un buen trabajo). A<br />
la vez, Nelly tiene dos parejas concretas durante la<br />
narración. 1. Jérome (el marido), <strong><strong>de</strong>l</strong> cual se separa<br />
| 197
Clau<strong>de</strong> Sautet en rodaje.<br />
198 |<br />
apenas comienza el film. 2. El Editor, que le propone ir a vivir juntos. Ella<br />
reacciona. No quiere volver a ser presa <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sidia masculina.<br />
Pierre y Nelly. Dos (fatalmente, otra vez) son las opiniones (diálogos, polémicas)<br />
que vierte Nelly sobre el libro <strong>de</strong> Pierre. Recor<strong>de</strong>mos los momentos.<br />
Primero, ante un pedido <strong>de</strong> opinión <strong>de</strong> él, ella reacciona contra<br />
la visión colonialista (tradicional) <strong>de</strong> su visión como ex juez. Típica visión<br />
progresista <strong>de</strong> estos tiempos. Pero, más tar<strong>de</strong>, Pierre le pi<strong>de</strong> que la ayu<strong>de</strong><br />
a encontrar una frase mejor que: “... refugiado en el ostracismo...” (Una<br />
perfecta paradoja, como el film todo) y ella no sabe qué <strong>de</strong>cir... esto es:<br />
una opinión vulgar progresista sí pue<strong>de</strong> dar (como cualquiera, nos sugiere<br />
Sautet, fuera <strong>de</strong> campo), pero una ayuda artística, un saber, un sinónimo,<br />
una metáfora, no. Hasta allí no llega (por ahora).<br />
Más dobles. Dos Restaurantes. Dos Cenas. 1. El vulgar, barato, y popular al<br />
que Nelly va con el editor <strong><strong>de</strong>l</strong> libro, Vincent Granec (Jean H. Angla<strong>de</strong>). 2. El<br />
sofisticado y caro al que acce<strong>de</strong> con Pierre. En éste último, él le hace probar<br />
un vino: Souter Blanco, cosecha 1961. Tres observaciones: a) Souter<br />
suena, digamos, fonéticamente, Sautet. b) 1961 es el año en que Sautet<br />
empieza a filmar. c) Él le dice a ella: “tu eres más joven que el vino”. Tras<br />
esto, y como resolución <strong>de</strong> la escena: ella se va a la casa <strong><strong>de</strong>l</strong> editor para<br />
tener sexo por primera vez con él. Antes <strong>de</strong> las relaciones amorosas, los<br />
amantes vuelven a hacer un comentario sobre el vino (nombre y año).
Dos Bibliotecas y un libro. Hay dos bibliotecas: la <strong>de</strong><br />
Pierre y la <strong>de</strong> Granec. Volvemos a lo alto y lo bajo<br />
planteado más arriba respecto a los restaurantes. Una<br />
es una (mala) copia <strong>de</strong> la otra. Y todo se resume en un<br />
libro que actúa <strong>de</strong> síntesis entre ambos. Síntesis que<br />
también es Nelly, quien será la encargada <strong>de</strong> terminar<br />
dicho libro.<br />
El Libro. Los Dobles que genera el libro: 1. El Editor<br />
Granec; 2. El ex <strong>de</strong> Nelly, el Bibliotecario. Dos males<br />
(¿necesarios?) simétricos que ro<strong>de</strong>an (ahogan), inevitablemente,<br />
el hecho artístico (en este caso, literario).<br />
El primero trafica con libros nuevos; el segundo, trafica<br />
con libros usados. Pero ninguno <strong>de</strong> los dos lee ni<br />
escribe. Ambos <strong>de</strong>sean vicariamente a Nelly porque<br />
ella es ahora dueña <strong>de</strong> un saber, <strong>de</strong> una clave, que el<br />
Sr. Arnaud le ha dado. Vicario es el que hace las veces<br />
<strong>de</strong> otro. Aquello que representa otra cosa. Algo que,<br />
culturalmente, está inspirado en lo otro.<br />
El Amor en Sautet.<br />
El amor en Sautet es vicario. Esto es: las personas van<br />
hacia el sexo opuesto porque a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> lo que son,<br />
representan otra cosa. Nelly, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que es ayudante<br />
<strong>de</strong> Pierre, es <strong>de</strong>seada por, primero, el editor (porque<br />
está cerca <strong><strong>de</strong>l</strong> escritor); y luego (en este caso, vuelta<br />
a <strong>de</strong>sear) por un ex, el bibliotecario, amigo <strong>de</strong> su ex<br />
marido. También este muchacho actúa para con ella<br />
a partir <strong>de</strong> su nueva relación con Pierre. Es fácil <strong>de</strong><br />
enten<strong>de</strong>r, entonces, que cuando Pierre Arnaud se va,<br />
hacia el final, ella se queda sola (no se pue<strong>de</strong> sostener).<br />
Ya no se distingue por sobre el resto, ahora se<br />
pier<strong>de</strong> entre la multitud, como una más.<br />
Pierre Arnaud crea, <strong>de</strong> alguna manera, a Nelly como<br />
Waldo Lineker creó (50 años atrás) a <strong>La</strong>ura (Otto<br />
Preminger, 1944). Y los <strong>de</strong>más se enamoran <strong>de</strong> la<br />
creación. Aunque no hay perversión en este caso, sí<br />
manipulación. Creación en sentido <strong>de</strong> copia, nueva<br />
representación. Todos quieren apropiarse <strong>de</strong> ésa<br />
creación. Los <strong>de</strong>más, los otros... hacen lo que el creador<br />
no pue<strong>de</strong>. Pierre, irónicamente, le aclara (a Nelly,<br />
y también al espectador) al comienzo <strong>de</strong> la relación,<br />
que él ya no pue<strong>de</strong> (enten<strong>de</strong>mos que sexualmente).<br />
Esto se completa con la escena en la que Nelly se<br />
queda a dormir en casa <strong>de</strong> Pierre (habiéndose peleado<br />
con Granec) y él en lugar <strong>de</strong> hacerle el amor, le<br />
acaricia la espalda (simétrico a los masajes que ella le<br />
había propinado a él) y luego le toma la mano hasta<br />
dormirse.<br />
Hay dos formas <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r el amor. Más bien la relación<br />
(acercamiento, <strong>de</strong>seo) Hombre - Mujer. Por un<br />
lado: la platónica ju<strong>de</strong>o cristiana. El amor, la relación<br />
es un soporte <strong>de</strong> otra cosa. El amor es el puente entre<br />
dos mundos. Por otro: la agnóstica. El amor aquí<br />
es vicario. Representa algo más. En la primera: somos<br />
animales, pero con alma. En la segunda: somos animales,<br />
pero con cultura. <strong>La</strong> una es trascen<strong>de</strong>nte; la<br />
otra, inmanente. <strong>La</strong> primera fija <strong>de</strong> entrada el bien y<br />
el mal; la segunda fija la civilización como entramado<br />
moral. De ahí que para el autor creyente, el amor sea<br />
eso mismo pero como soporte, y para el agnóstico,<br />
el amor es, siempre, lo que representa culturalmente.<br />
Recor<strong>de</strong>mos que el marido <strong>de</strong> Nelly, Jeromé, no<br />
conoce al Sr. Arnaud. Por tal motivo no le mueve un<br />
pelo la separación y el divorcio. Si lo hubiera conocido,<br />
quizá, hubiera vuelto a <strong>de</strong>sear a Nelly. Tal vez, a<br />
Jérome, quien ya se ha vuelto a poner en pareja, le<br />
vendieron otra vicariedad cultural a través <strong>de</strong> la que<br />
hoy es su mujer. <strong>La</strong> única vez que la vemos, en la clínica,<br />
ella le está regalando un libro.<br />
El Final.<br />
Nelly, terminará, finalmente, el libro. Ese único libro<br />
en que se ha transformado semejante biblioteca, y<br />
semejante saber. Ella <strong>de</strong>cidirá el final. Pero a la vez, al<br />
irse Pierre, ella se queda sola, literal y simbólicamente.<br />
Ya no será <strong>de</strong>seada (distinguida, amada, buscada)<br />
por un secreto cultural, por una cercanía al saber (Pierre<br />
Arnaud). Tendrá que buscar otro camino (cultural,<br />
vicario). Alguien dirá: pero él le <strong>de</strong>jó las llaves <strong>de</strong> la<br />
casa, le va a escribir cartas, en unos meses va a volver,<br />
le <strong>de</strong>jó dinero. Es verdad, pero el libro se acaba. <strong>La</strong><br />
casa ya no tiene libros para leer, está vacía, ni tiene<br />
| 199
200 |<br />
al maestro para seguir enseñando (aún <strong>de</strong> forma dispersa,<br />
<strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nada).<br />
Mientras tanto Pierre, que se queda mirando a la<br />
nada, como distraído, con ganas <strong>de</strong> volver a Nelly,<br />
ha <strong>de</strong>cidido hacer un largo viaje con su ex mujer.<br />
Va a América pero por oriente. ¿Interesante, no? Ha<br />
<strong>de</strong>cidido restablecer aquella relación, recuperar a<br />
sus hijos, retomar, en suma, aquella moral primaria<br />
que hace tiempo <strong>de</strong>jó atrás. Aprovecha esa segunda<br />
oportunidad que le brinda el <strong>de</strong>stino. Pero <strong>de</strong>ja <strong>de</strong><br />
lado, precisamente, al soporte <strong>de</strong> aquella segunda<br />
oportunidad (Nelly). Él (esto lo suponemos, el final es<br />
abierto) optó por reconstruir los restos, conservar lo<br />
que queda (pesimistamente) <strong>de</strong> ese mundo que fue<br />
la base <strong>de</strong> su saber. Esto por supuesto está fuera <strong>de</strong><br />
campo. A diferencia <strong>de</strong> Algunos días conmigo (Sautet,<br />
1987), podríamos <strong>de</strong>cir que no se hace cargo <strong>de</strong><br />
los resortes que lo volvieron a la vida, el soporte que<br />
le permitió recuperar aunque sea su conservadurismo,<br />
disfrazado <strong>de</strong> segunda oportunidad. Está claro<br />
que si Pierre se va, se acaba el film. Si Pierre sale <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
mundo <strong>de</strong> la ficción, éste mundo muere. Todos a su<br />
alre<strong>de</strong>dor sobrevivía por él, y ahora, sin él, pier<strong>de</strong>n su<br />
razón <strong>de</strong> ser. Nelly vuelve a la multitud parisina <strong>de</strong> las<br />
caminatas y los subtes, los <strong>de</strong>más personajes se <strong>de</strong>svanecen,<br />
<strong>de</strong>saparecen literalmente.<br />
De manera tal que lo único que pue<strong>de</strong> conservar el<br />
hombre, como zona cultural propia y exclusiva, es el<br />
pesimismo. Lo masculino solo pue<strong>de</strong> recuperarse en<br />
eso, lo <strong>de</strong>más es todo <strong>de</strong> la mujer.<br />
¿Cómo Vivir en el Mundo?<br />
El problema Sautetiano por excelencia, sabemos que<br />
es: ¿Cómo esperar la muerte? (pensemos en Stefan, el<br />
po<strong>de</strong>rosísimo personaje <strong>de</strong> su anterior obra “Un Corazón<br />
en Invierno”, 1991). ¿Cómo vivir en este mundo?<br />
¿Cómo soportarlo? ¿Qué hacer con la vida, con los<br />
otros, con la Historia?<br />
Pierre Arnaud (representando, <strong>de</strong> alguna manera a<br />
Sautet) intenta recoger sus anécdotas <strong>de</strong> su época<br />
i<strong>de</strong>alista (pero también justa, honesta, histórica) a través<br />
<strong>de</strong> un libro. Sólo uno. El único que quedará como<br />
representante <strong>de</strong> aquella vida que ha leído tanto. Un<br />
único libro que se hace posible (empieza a materializarse)<br />
cuando comienza su relación con Nelly. Pierre<br />
intenta salir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> film (creemos que<br />
<strong>de</strong> alguna manera lo logra) <strong>de</strong> su vida circular. De bar<br />
en bar, <strong>de</strong> barrio en barrio, girando repetidamente<br />
por un París mo<strong>de</strong>rno que ya es, <strong>de</strong> hecho, una imposibilidad.<br />
Esa imposibilidad histórica (no solo francesa,<br />
sino también europea) le hace recordar, y regresar<br />
a través <strong>de</strong> su escritura (arte), su <strong>historia</strong>, y la primera<br />
mitad <strong>de</strong> su vida don<strong>de</strong> él formaba parte <strong>de</strong> la <strong>historia</strong>.<br />
Recor<strong>de</strong>mos que para un agnóstico (y Clau<strong>de</strong><br />
Sautet lo es claramente) todo es <strong>historia</strong>. <strong>La</strong> cosa se<br />
resuelve en el mundo o no se resuelve en ninguna<br />
otra parte. Por eso es que nuestro director <strong>de</strong>scribe<br />
toda una situación <strong>de</strong> miradas, <strong>de</strong>seos, laberintos. Lo<br />
moral está presente pero como cultura. <strong>La</strong> civilización<br />
(en este caso, occi<strong>de</strong>ntal) está vista por los ojos <strong>de</strong> un<br />
pesimista agnóstico que ha <strong>de</strong>cidido hacer una paz<br />
por separado con el mundo mo<strong>de</strong>rno pero que, fatal<br />
y cíclicamente, vuelve a recorrer ciertas zonas <strong>de</strong> la<br />
<strong>historia</strong> (aunque sea <strong>de</strong> modo cultural). <strong>La</strong>s personas<br />
y las relaciones entre ellas son, para Sautet, el <strong>de</strong>silusionado<br />
intento <strong>de</strong> reconstruir algo perdido, quizá<br />
para siempre. Recordando a Bernard Berenson: “… <strong>La</strong><br />
Religión mira al futuro, sólo la cultura mira al pasado…”<br />
Hace unos cinco o seis años, Pierre Arnaud <strong>de</strong>jó <strong>de</strong><br />
ser un hombre <strong>de</strong> negocios, para volver a su pasado.<br />
Recor<strong>de</strong>mos que negocio es la negación <strong><strong>de</strong>l</strong> ocio. El<br />
quiere volver al ocio, pero a su vez sabemos (Sautet<br />
mediante) que no es fácil el ocio. <strong>La</strong> película nos recuerda<br />
que el hombre mo<strong>de</strong>rno no sabe qué hacer<br />
con su tiempo libre. Porque existe una educación<br />
para el ocio. Veamos. Jérome no trabaja, está todo<br />
el día en su casa. ¿Qué hace? Mira televisión y lee el<br />
diario. Después (nos enteramos cuando el acci<strong>de</strong>n-
te) trabaja, pero sigue preocupado porque le hagan<br />
llegar el diario, la nueva esposa le regala un libro<br />
que, seguramente, lo leerá como si fuera un diario.<br />
Jacqueline y su familia, al igual que algunos amigos<br />
<strong>de</strong> Nelly utilizan su tiempo libre en una pileta <strong>de</strong> natación.<br />
También en una fiesta mo<strong>de</strong>rna (organizada<br />
por Jacqueline el día que se entera <strong>de</strong> la infi<strong><strong>de</strong>l</strong>idad<br />
<strong>de</strong> su marido) que Sautet no pier<strong>de</strong> más que unos pocos<br />
planos para sentenciarla. El bibliotecario, mientras<br />
<strong>de</strong>sarma la biblioteca, está más preocupado por<br />
cómo encajan los libros en las cajas que en leerlos. A<br />
la vez que el editor utiliza la cultura (lo libresco) para<br />
conseguir una mujer y casarse (vicariamente). Isabel,<br />
la hija <strong>de</strong> Pierre, está preocupada por esa edición hermosa<br />
y carísima <strong>de</strong> la Biblia (<strong>La</strong> Biblia <strong>de</strong> Colmar) que,<br />
en el montón, Pierre también <strong>de</strong>sea <strong>de</strong>spojarse. A ella<br />
no le interesa el libro (por supuesto que no le interesa<br />
como religión) ni siquiera como cultura (cosa que<br />
alguna vez valoró Pierre), sólo le importa su valor económico<br />
(en este caso: materialista - hereditario). “... se<br />
preocupa porque dilapido su patrimonio...” le dice<br />
Pierre a Nelly. En resumen, el único que se preocupa<br />
por el tiempo libre propio y el <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más es Pierre<br />
Arnaud, el único poseedor <strong>de</strong> un saber, <strong>de</strong>gradado,<br />
lejano, agnóstico y pesimista, pero saber al fin. Sólo<br />
ella, Nelly, <strong>de</strong> alguna manera, es iniciada, <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nadamente,<br />
en la compleja cuestión <strong><strong>de</strong>l</strong> ocio (y <strong>de</strong> la<br />
vida en general). Se pue<strong>de</strong> observar en ella, crecientemente,<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> su frescura, su honestidad y su<br />
belleza, una molestia constante, se la pue<strong>de</strong> ver como<br />
disconforme con el mundo, con lo que la ro<strong>de</strong>a: sensible,<br />
preocupada, atenta, solitaria pero autosuficiente,<br />
casi sabia. A medida que su relación con Pierre crece,<br />
más se le nota. Soledad frente a un mundo atomizado<br />
y a una vida que se termina. Solitaria. Sólo ella, <strong>La</strong><br />
Mujer. El Futuro. Nelly, que tendrá en sus manos la finalización<br />
(literal) <strong><strong>de</strong>l</strong> libro, y también tendrá en sus<br />
manos (simbólicamente) la continuación histórica<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> hacer humano. Porque, como viene sentenciado<br />
el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> las últimas décadas, el futuro es mujer (o,<br />
más bien, <strong>de</strong> las mujeres).<br />
| 201
James Cameron.<br />
Titanic<br />
(James Cameron, 1997)<br />
Guión y Dirección: James Cameron<br />
Estreno: 25 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1997<br />
Elenco:<br />
Leonardo Di Caprio<br />
Kate Winslet<br />
Billy Zane<br />
Kathy Bates<br />
Frances Fisher<br />
Gloria Stuart<br />
Bill Paxton<br />
Bernard Hill<br />
David Warner<br />
Victor Garber<br />
Jonathan Hy<strong>de</strong><br />
Suzy Amis<br />
Lewis Abernathy<br />
Nicholas Cascone<br />
202 |<br />
James Cameron nació en Kapuskasing (Canadá) el 16 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1954.<br />
Dirigió: “Piraña II” (1981), “Terminator” (1984), “Aliens II, el regreso” (1986),<br />
“El Abismo” (1989), “Terminator II” (1991), “Mentiras Verda<strong>de</strong>ras” (1994), “Titanic”<br />
(1997), “Dark Angel” (2000-2002) para TV, luego se <strong>de</strong>dica durante algunos<br />
años al documental. Su último estreno fue “Avatar”, con guión propio,<br />
estrenada en 2010. Es, junto a Coppola, Carpenter, Friedkin y De Palma, <strong>de</strong><br />
lo mejor que hay en el <strong>cine</strong> mundial en los últimos 30 años.<br />
Cameron es el director más joven y como tal, comenzó a trabajar recién<br />
en los años ochenta. Lo cual le permitió, a partir <strong>de</strong> unas pocas películas,<br />
llegar a ocupar el lugar que hoy ocupa. Dichos films son: “Piraña II”<br />
(1981), “Terminator” (1984), “Aliens, El Regreso” (1986), “El Abismo” (1989)<br />
y “Terminator II” (1991). Llegado a este punto, Cameron gozaba ya <strong>de</strong> un<br />
prestigio y un reconocimiento, por <strong>de</strong>más merecido, tanto <strong>de</strong> la crítica<br />
como <strong>de</strong> los espectadores. Más tar<strong>de</strong> vendrían: “Mentiras Verda<strong>de</strong>ras”<br />
(1994) y “Titanic” (1997). Luego, en 2001 y 2002, realizó la serie “Dark Angel”,<br />
que es, sin dudas, la cima <strong>de</strong> dicho formato. Posteriormente, realizó<br />
dos films más que no llegaron a nuestro país, hasta la reciente y genial<br />
“Avatar” (2010), <strong>de</strong> la que escribiremos al final <strong>de</strong> este trabajo..<br />
Su primer film, “Piraña II”, si bien no llega a la calidad <strong>de</strong> sus posteriores<br />
obras, es ya una muestra, un aviso, <strong>de</strong> aquel que se siente como pez en el
Terminator.<br />
agua con el lenguaje <strong>cine</strong>matográfico. Un film <strong>de</strong> horror como otros tantos,<br />
pero filmado con oficio, cuidado, que si bien la segunda <strong>historia</strong> no<br />
es gran cosa, la película funciona, y sirve para dar el primer e importante<br />
paso en una obra que se distinguirá en el futuro.<br />
| 203<br />
“Terminator” y “Terminator II” son films que trabajan, especularmente, la<br />
visión apocalíptica <strong>de</strong> este autor. El futuro, como modo <strong>de</strong> un <strong>de</strong>stino<br />
prefijado, viene al presente para ponerse a prueba. <strong>La</strong> figura <strong><strong>de</strong>l</strong> salvador<br />
<strong>de</strong> la humanidad se refleja en el Cristo salvador. El rol conservador <strong>de</strong> la<br />
mujer, como una antígonas contemporánea, será, a partir <strong>de</strong> este dueto<br />
<strong>de</strong> films, uno <strong>de</strong> los emblemas fundamentales <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Cameron. Tal<br />
es así, que en “Aliens…” la figura <strong>de</strong> la mujer se resuelve como un todo<br />
que, prácticamente, no contaba con antece<strong>de</strong>ntes en el <strong>cine</strong>. <strong>La</strong> resolución<br />
final <strong><strong>de</strong>l</strong> rol <strong>de</strong> la mujer la hallaremos en “Dark Angel”. “El Abismo”<br />
abrirá el campo fértil <strong>de</strong> la pareja o matrimonio cameroniano. Lo cual<br />
seguirá su curso en sus dos films posteriores, ejemplarmente en “Titanic”.<br />
“Mentiras Verda<strong>de</strong>ras” es una comedia que cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> un agente<br />
secreto <strong><strong>de</strong>l</strong> gobierno norteamericano, Harry Task (Arnold Schwarzenegger),<br />
que oculta a su familia (esposa e hija) su importante rol <strong>de</strong> espionaje,<br />
suponiendo ser un empleado <strong>de</strong> una empresa <strong>de</strong> informática.<br />
Tras <strong>de</strong>scuidar sucesivamente a su esposa por motivos <strong>de</strong> trabajo, ella<br />
inicia, con una inocencia absoluta, una relación <strong>de</strong> amistad con un co-
Titanic <strong>de</strong> James Cameron.<br />
204 |<br />
bar<strong>de</strong> hombre que se hace pasar por un espía en problemas. Harry se<br />
entera y la captura sin mostrar su cara, para someterla a un interrogatorio<br />
confesional. Ambos serán capturados más tar<strong>de</strong> por fundamentalistas<br />
musulmanes, los verda<strong>de</strong>ros enemigos en el film, y a la vez que se<br />
<strong>de</strong>senmascara los diferentes secretos <strong>de</strong> la pareja, comienzan a trabajar<br />
juntos como espías. Primero, él la salva a ella en una escena memorable,<br />
antes que el auto en el que ella se dirigía caiga al mar. Luego él salvará a<br />
su hija, secuestrada previamente por los enemigos. Más tar<strong>de</strong>, la pareja<br />
comenzará a trabajar juntos en un nuevo caso.<br />
El siguiente film realizado por James Cameron es la “Titanic”, estrenado<br />
entre nosotros en 1998. “Titanic” es el gran film contemporáneo. Para<br />
bien o para mal, esta película ha marcado, en varios aspectos al <strong>cine</strong> actual<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XXI y no sólo al norteamericano. <strong>La</strong> <strong>historia</strong> <strong>de</strong> amor entre<br />
Jack y Rose narrada en flashback por Rose, ochenta y cinco años <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> ocurrida, revelando un secreto escondido en su alma, tiene el sabor<br />
<strong>de</strong> esos tesoros escondidos que el solo hecho <strong>de</strong> conocerse logran establecer<br />
un nuevo sentido a la vida y al mundo en el que vivimos. Más aún<br />
si esto ocurre en el contexto <strong>de</strong> la tragedia <strong><strong>de</strong>l</strong> hundimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> Titanic,<br />
y se enmarca en una puesta en escena perfecta, sin fisuras, que aspira y<br />
logra un narración extremadamente transparente, renovando al <strong>cine</strong> <strong>de</strong><br />
Griffith y sus contemporáneos; el mismo Griffith que se hallaba inventando<br />
el <strong>cine</strong>, hacia 1912, a la par <strong><strong>de</strong>l</strong> hundimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> barco.
<strong>La</strong> función salvadora <strong>de</strong> Jack, a la vez anónima y <strong>de</strong>sconocida (“no nos<br />
queda ni una foto <strong>de</strong> él”) junto a la Rose salvada (“él me salvó <strong>de</strong> todas<br />
las maneras posibles”), son el emblema <strong>de</strong> un mundo atomizado, en vías<br />
<strong>de</strong> la <strong>de</strong>strucción que, en su final, sólo se prepara para el apocalipsis,<br />
la revelación. El “si tu saltas, yo salto” <strong><strong>de</strong>l</strong> comienzo, se vuelve simbólico<br />
ante la repetición, dicho por ella, pretendiendo mostrar la necesidad<br />
<strong>de</strong> la unión, y dando la espalda a cualquier posibilidad <strong>de</strong> salvarse por<br />
separado. Cuando ambos se encuentran, hacia el final, en la popa <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
barco (Ella dice: “aquí es don<strong>de</strong> nos conocimos”), una mujer sola, doble<br />
<strong>de</strong> Rose, los mira por un tiempo y Rose le <strong>de</strong>vuelve la mirada. A través <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
fuera <strong>de</strong> campo, con la sola mirada, distinguimos el sentimiento compasivo<br />
hacia la mujer sola. Ésta, segundos <strong>de</strong>spués, cae al mar. Evi<strong>de</strong>ntemente,<br />
le falto su propio Jack.<br />
Cameron, amo <strong>de</strong> los Oscards.<br />
El mundo mo<strong>de</strong>rno, en su expresión más extremadamente nihilista, se<br />
hun<strong>de</strong> intentando cruzar el océano que divi<strong>de</strong> a la museística Europa en<br />
su más craso materialismo, con la América perdida a su suerte. El lugar<br />
es Terranova, la tierra nueva. Ese barco gigante llamado Titanic, y que en<br />
su proa llevaba escrito: “Ni Dios Pue<strong>de</strong> Hundirlo”, se hundió un frío día <strong>de</strong><br />
abril <strong>de</strong> 1912 en medio <strong><strong>de</strong>l</strong> estupor <strong>de</strong> un mundo que miraba con buenos<br />
ojos el progreso <strong>de</strong> la época y que celebraba cada uno <strong>de</strong> los avances<br />
técnicos y científicos, como promesas <strong>de</strong> mejoras y futuro bienestar. <strong>La</strong><br />
irrupción <strong>de</strong> este hecho, <strong>de</strong> esta noticia, junto con la paralela aparición<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> (en América, recuér<strong>de</strong>se) produjo una cuña, una duda, al menos<br />
un momento <strong>de</strong> reflexión, en el camino, hasta entonces, <strong>de</strong>sinhibido <strong>de</strong><br />
la línea recta <strong><strong>de</strong>l</strong> progreso in<strong>de</strong>finido <strong><strong>de</strong>l</strong> positivismo. Este es el punto<br />
<strong>de</strong> vista histórico y cultural <strong><strong>de</strong>l</strong> que parte Cameron para la realización<br />
<strong>de</strong> esta obra maestra absoluta. El gancho, la clave respecto a la situación<br />
contextual son los escasos botes salvavidas. Recuér<strong>de</strong>se que se repite<br />
en más <strong>de</strong> una ocasión que no hay suficientes botes para todos en caso<br />
<strong>de</strong> un posible acci<strong>de</strong>nte. El mundo mo<strong>de</strong>rno no contempla acci<strong>de</strong>ntes,<br />
saltos, excepciones ni milagros. En el mundo mo<strong>de</strong>rno no hay botes suficientes.<br />
Es una nave invertida que no contempla la posibilidad <strong>de</strong> lo imprevisto<br />
porque se cree, por su carácter humanista, dueño <strong><strong>de</strong>l</strong> transcurrir<br />
histórico. <strong>La</strong> línea unidireccional <strong>de</strong> progreso in<strong>de</strong>finido liberal tropieza<br />
con un iceberg imprevisto (o previsto, en tal caso por el <strong>de</strong>soído plan<br />
divino) en su recorrido <strong>de</strong> exportación <strong>de</strong> dicha mentalidad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Europa<br />
a América. Ese iceberg también pue<strong>de</strong> ser el <strong>cine</strong>. El <strong>de</strong> Griffith, el <strong>de</strong><br />
Welles, el <strong>de</strong> Coppola y el <strong>de</strong> James Cameron. Podríamos <strong>de</strong>cir que este<br />
trabajo estaría justificado si lo planteamos como un recorrido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> “El<br />
Nacimiento <strong>de</strong> una Nación” a “Titanic”.<br />
| 205
206 |<br />
Cito, a continuación, tres críticas escritas por Ángel<br />
Faretta sobre el estreno <strong><strong>de</strong>l</strong> film en Buenos Aires (Febrero<br />
<strong>de</strong> 1998)<br />
PARA ABORDAR EL TITANIC<br />
“Hay una sola <strong>de</strong>sgracia: no ser santo”.<br />
Leon Bloy<br />
Como toda obra <strong>de</strong> <strong>cine</strong> que se precie, Titanic muestra<br />
en su operar formal, las cuatro formas cardinales<br />
<strong>de</strong> representar que son las tradicionales en Occi<strong>de</strong>nte.<br />
Como se recordará y muy brevemente, estas son:<br />
la literal, la simbólica, la ética y la mítica. Al parecer<br />
sólo el <strong>cine</strong>, y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> éste sólo un contado grupo<br />
<strong>de</strong> autores, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>splegar esa forma que dio lugar<br />
a la Divina Comedia, las catedrales, la obra miguelangelesca,<br />
Shakespeare y mucho más recientemente, la<br />
obra <strong>de</strong> Wagner.<br />
Mencionaremos puntualmente algunos símbolos <strong>de</strong><br />
construcción que operan en el Titanic, limitándonos<br />
por razones <strong>de</strong> espacio a señalar siquiera otros <strong>de</strong><br />
ellos, que por su importancia <strong>de</strong>berían ser tratados<br />
por separado.<br />
1. Los personajes. Jack es, como él mismo dice literalmente:<br />
“el rey <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo”; pero no sólo por la alegría<br />
<strong>de</strong> haber abordado un barco al cual no estaba<br />
<strong>de</strong>stinado, sino porque el Rey <strong><strong>de</strong>l</strong> Mundo menta en la<br />
tradición esotérica a una figura enviada por la divinidad<br />
que actúa <strong>de</strong> Revelador y Salvador. A esta forma,<br />
avatar o modo <strong><strong>de</strong>l</strong> Rey <strong><strong>de</strong>l</strong> Mundo se la conoce en<br />
Occi<strong>de</strong>nte como el Preste Juan, un mistágogo encargado<br />
<strong>de</strong> salvar a la parte femenina <strong>de</strong> la humanidad,<br />
cíclicamente emblematizada como una rosa. Rose,<br />
la heroína, tiene como apellido De Witt y es precisamente<br />
la poseedora <strong><strong>de</strong>l</strong> Wit: la habilidad <strong>de</strong> percibir<br />
conexiones inesperadas entre, las i<strong>de</strong>as, las cosas y las<br />
situaciones, es <strong>de</strong>cir que tiene capacidad <strong>de</strong> analogía,<br />
<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r analógicamente la intervención provi<strong>de</strong>ncial<br />
<strong>de</strong> Jack en su vida. Recuér<strong>de</strong>se que el héroe<br />
gana “por azar” el ingreso al Titanic.<br />
Este ritual <strong>de</strong> iniciación entre el Rey <strong><strong>de</strong>l</strong> Mundo-Salvador<br />
y la Rosa femenina tiene tradicionalmente dos<br />
mo<strong><strong>de</strong>l</strong>os mítico-simbólicos fundamentales en Occi<strong>de</strong>nte:<br />
la busca <strong><strong>de</strong>l</strong> Santo Graal y el ciclo literario compuesto<br />
por El roman <strong>de</strong> la rose <strong>de</strong> Christian <strong>de</strong> Troyes<br />
y la obra <strong><strong>de</strong>l</strong> Dante. El Graal es una copa llamada a<br />
contener la sangre y el agua <strong>de</strong> Cristo <strong>de</strong>sprendido<br />
<strong>de</strong> su costado por la lanza <strong><strong>de</strong>l</strong> centurión durante su<br />
sacrificio. Esta copa fue tallada por los ángeles <strong>de</strong> una<br />
piedra preciosa <strong>de</strong>sprendida <strong>de</strong> la frente <strong>de</strong> Lucifer<br />
en el momento <strong>de</strong> su caída. El diamante que Cal -el<br />
<strong>de</strong>monio <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la economía simbólica <strong><strong>de</strong>l</strong> Titanic-<br />
le regala a Rose tiene: forma <strong>de</strong> corazón, es color<br />
azul, se llama “el corazón <strong>de</strong> mar” y fue “arrancado” <strong>de</strong><br />
la corona <strong><strong>de</strong>l</strong> rey Luis XVI. “Ahora nosotros somos la<br />
realeza” dice el rastacuero <strong>de</strong> Cal, emblema <strong>de</strong> la falta<br />
<strong>de</strong> realeza y <strong><strong>de</strong>l</strong> rol <strong>de</strong> usurpador que juega en el film.<br />
2. <strong>La</strong>s piedras. Simbólicamente la piedra representa<br />
el soporte <strong><strong>de</strong>l</strong> proceso <strong>de</strong> iniciación, especialmente<br />
en su modo alquímico. Veamos. <strong>La</strong> piedra azul se contrapone<br />
a la piedra blanca (el iceberg que hace que se<br />
“pierda” a partir <strong>de</strong> ese momento el diamante llamado<br />
“corazón <strong><strong>de</strong>l</strong> mar”). El diamante (que Jack confun<strong>de</strong><br />
con un zafiro) cumple las funciones siguientes: es<br />
usurpado por Cal, luego utilizado por Rose como señal-emblema<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> trabajo creador <strong>de</strong> Jack y finalmente,<br />
el dibujo resultante es guardado en una carpeta<br />
<strong>de</strong> cuero, junto al diamante original, en la caja fuerte.<br />
Es <strong>de</strong>cir: para Cal la piedra es sólo <strong>de</strong> valor crematístico,<br />
meramente material; para Jack-Rose es un valor<br />
<strong>de</strong> soporte que se convierte en obra <strong>de</strong> arte eterna.<br />
Los que rescatan la caja fuerte <strong><strong>de</strong>l</strong> Titanic buscando<br />
el diamante, rescatan sin saberlo ni proponérselo, la<br />
carpeta con el dibujo que recupera su “aura”. Ahora<br />
bien, el Graal menta tanto una copa como -cosa<br />
menos conocida- a un libro. <strong>La</strong> carpeta <strong>de</strong> cuero en<br />
cuestión representa las bodas alquímicas realizadas<br />
tanto entre Jack y Rose como la realización efectiva
<strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> arte, aquello que los alquimistas llaman<br />
transmutación.<br />
3. Los colores. Decíamos que Jack confun<strong>de</strong> al diamante<br />
que le muestra Rose con un zafiro. Al comienzo<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> Purgatorio, en la comedia dantesca, el poeta <strong>de</strong>scribe<br />
la salida <strong><strong>de</strong>l</strong> infierno y la esperanza <strong><strong>de</strong>l</strong> futuro<br />
Cielo (don<strong>de</strong> será guiado por su amada emblematizada<br />
como una rosa) como “Dolce color d’oriental<br />
zafiro”. Sigamos. Jack se encuentra contemplando el<br />
cielo-zafiro, pocos segundos antes que Rose intente<br />
arrojarse al mar. <strong>La</strong> mujer se encuentra vestida <strong>de</strong> rojo,<br />
<strong>de</strong> púrpura, estableciendo así la relación <strong>de</strong> colores<br />
básicos (<strong>de</strong> oposición / complementaridad) entre rojo<br />
y azul pero también: Dante en la Vita Nuova cuenta<br />
que al ver <strong>de</strong> cerca a Beatrice, ésta estaba vestida<br />
<strong>de</strong> púrpura. Este color se correspon<strong>de</strong> también con<br />
la prostituta escarlata <strong>de</strong> Babilonia que figura en el<br />
Apocalipsis. Rose, recor<strong>de</strong>mos, es utilizada como tal<br />
por su madre, que la ven<strong>de</strong>, literalmente, a Cal. Rose,<br />
por otro lado, acaba <strong>de</strong> comprar en París (y sólo para<br />
vengarse “materialmente” <strong>de</strong> Cal) el cuadro <strong>de</strong> Picasso<br />
“<strong>La</strong>s señoritas <strong>de</strong> Aviñon” que son a su vez las pupilas<br />
<strong>de</strong> un bur<strong><strong>de</strong>l</strong> frecuentado por su autor y es también<br />
-canónicamente- el primer cuadro oficialmente “mo<strong>de</strong>rno”<br />
<strong>de</strong> este siglo, pero a<strong>de</strong>más es el ejecutado tras<br />
el abandono <strong><strong>de</strong>l</strong> llamado “período azul” <strong>de</strong> ese pintor.<br />
Simétricamente el helicóptero que trae a Rose (<strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
las alturas) al comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> film, está pintado <strong>de</strong> azul y<br />
rojo; finalmente la mujer <strong>de</strong>vuelve el diamante al corazón<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> mar. El azul vuelve al azul.<br />
4. <strong>La</strong> nave. El viaje. <strong>La</strong>s Bodas. El proceso <strong>de</strong> iniciación<br />
es comparado tradicionalmente a un viaje en barco. <strong>La</strong><br />
nave, por otro lado, es sabido, representa a la Iglesia.<br />
<strong>La</strong> rosa es también emblema <strong>de</strong> la Virgen María. Rose<br />
se <strong>de</strong>spoja <strong>de</strong> su manto para salvar a Jack y finalmente<br />
se refugia en otro manto para que Cal no la reconozca.<br />
En la operación alquímica, la nave <strong>de</strong>be ser dañada intencionadamente<br />
para así recordar los pa<strong>de</strong>cimientos<br />
<strong>de</strong> Cristo en el ma<strong>de</strong>ro. Así las cosas, Rose golpea por<br />
dos veces con el hacha en un ma<strong>de</strong>ro antes <strong>de</strong> liberar<br />
a Jack: éste luego la conducirá a un trozo <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra<br />
flotando en el medio <strong><strong>de</strong>l</strong> mar, ma<strong>de</strong>ro al cual no pue<strong>de</strong><br />
subir. En medio <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sesperación, el capitán grita:<br />
“Traigan a un carpintero” (oficio terrenal <strong>de</strong> Cristo).<br />
O mucho nos equivocamos o Titanic <strong>de</strong> James Cameron<br />
es una “máquina” <strong>de</strong> significación tradicional.<br />
Sigamos. Cuando Rose y Jack se unen carnalmente,<br />
la mujer <strong>de</strong>ja la huella <strong>de</strong> su mano en un cristal. Al<br />
comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> film, la Rose centenaria está trabajando<br />
en alfarería, <strong>de</strong>jando su huella manual en la vasija,<br />
mezcla <strong>de</strong> arcilla y agua. El <strong>cine</strong>, autoconcientemente,<br />
se refleja en un arte no sólo tradicional sino que recuerda<br />
a la Creación <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre por Dios.<br />
5. <strong>La</strong> melancolía. El carácter melancólico es arquetípicamente<br />
el <strong>de</strong> la actividad artística, creadora. Pero<br />
en Titanic esta imagen se refracta en la tecnificación<br />
<strong>de</strong> lo tradicional. El constructor <strong>de</strong> la nave, poco antes<br />
<strong>de</strong> hundirse con su creación, acomoda las agujas <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
inútil reloj que <strong>de</strong> inmediato se inclinará, cayendo.<br />
Poco antes, ese creador <strong>de</strong> formas titánicas, le pi<strong>de</strong><br />
perdón a Rose por “no haber hecho una nave digna<br />
<strong>de</strong> usted”. Jack y Rose se alejan para terminar, en la<br />
parte más alta <strong><strong>de</strong>l</strong> barco a punto <strong>de</strong> hundirse. “Aquí<br />
nos conocimos” dice ella, mientras una mujer sola a<br />
su lado (su doble) cae hacia el abismo. Paralelamente<br />
hilera <strong>de</strong> hombres, también solos, caen verticalmente.<br />
Como escribió Kant: “Sólo el hombre y la mujer<br />
juntos forman la humanidad”.<br />
6. Apocalipsis. <strong>La</strong> melancolía conduce mediante la<br />
poesía, la obra <strong>de</strong> arte, la iniciación, a su final revelación.<br />
Mientras todo parece hundirse en el naufragio<br />
<strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad técnica, el cuarteto <strong>de</strong> cuerdas ejecuta<br />
una pieza llamada “Orfeo”. El poeta, el creador <strong>de</strong><br />
formas, que como el Orfeo mítico rescata a su Eurídice<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> infierno, recuerda también a la primera ópera<br />
<strong>de</strong> la <strong>historia</strong> (el “Orfeo” <strong>de</strong> Monteverdi, 1600). El <strong>cine</strong>,<br />
<strong>de</strong> nuevo autoconcientemente, se reconoce cíclicamente<br />
en las obras <strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo.<br />
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208 |<br />
“Él me salvó <strong>de</strong> todas las maneras posibles”, dice Rose<br />
y agrega: “y ni siquiera nos queda una foto suya”. El<br />
Rey – secreto – <strong><strong>de</strong>l</strong> Mundo se ha transmutado en Eternidad,<br />
volviendo al fondo, al eje, al centro primordial<br />
<strong>de</strong> las aguas, don<strong>de</strong>, al final se encontrará con su corazón<br />
<strong>de</strong> diamante azul. Y Rose, paralelamente, subirá<br />
hacia ese Paraíso espiralado en ese último sueño,<br />
don<strong>de</strong> todos los justos que han permanecido en la<br />
nave, aplaudirán el clásico final feliz <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. Dante<br />
escribió a su protector Cangran<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong>la Scala: “Llamo<br />
a mi obra Comedia, porque acaba felizmente”. Es cierto,<br />
siempre es cierto.<br />
PARA ABORDAR EL TITANIC II<br />
“…en ese mar que los <strong><strong>de</strong>l</strong>fines rasgan”.<br />
W. H. Butler Yeats, Navegando hacia Bizancio.<br />
En su, por ahora, breve pero extraordinaria obra <strong>cine</strong>matográfica,<br />
James Cameron se ha caracterizado<br />
también - y es una <strong>de</strong> sus muchas virtu<strong>de</strong>s - por sintetizar<br />
en una imagen emblemática, heráldica, algunas<br />
<strong>de</strong> las intenciones simbólicas <strong>de</strong> sus films. En “Aliens”,<br />
si bien continuando con formas expresivas ya - <strong>de</strong> alguna<br />
manera - heredadas <strong>de</strong> la primera parte, Cameron<br />
logra convertir al cangrejo cancerígeno - fálico en<br />
toda una gama y <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> matices <strong>de</strong> fecundidad<br />
invertida - clave para enten<strong>de</strong>r este film - don<strong>de</strong><br />
el tema <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>scenso a los infiernos llevado a cabo<br />
por la Teniente Ripley se refracta, a su vez, en la escena<br />
final con su colmena perversa.<br />
Poniendo a parte a su dueto <strong>de</strong> films Terminator y<br />
Terminator II, obras que operan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> otro registro<br />
simbólico, el elemento heráldico vuelve a aparecer<br />
<strong>de</strong> manera contun<strong>de</strong>nte en “El Abismo” con sus larvas<br />
translucidas que se tornan formas angélicas. En “Mentiras<br />
Verda<strong>de</strong>ras” la aparición <strong><strong>de</strong>l</strong> pelícano que hun<strong>de</strong><br />
con su leve peso y presencia a los terroristas, menta<br />
simétricamente la tarea que Harry Task (Schwarzenegger)<br />
realiza en busca <strong>de</strong> la salvación <strong>de</strong> su hija.<br />
Como se recordará el pelícano es un ave en la cual<br />
el macho <strong>de</strong> la especie se encarga <strong>de</strong> proveer <strong>de</strong> alimento<br />
a sus crías. Cuando no lo consigue, se rasga el<br />
pecho con ese enorme pico y da como alimento su<br />
propia sangre a sus hijos. <strong>La</strong> heráldica medieval (los<br />
llamados Bestiarios) utilizó al pelícano como emblema<br />
<strong>de</strong> Jesucristo.<br />
En “Titanic” - una obra francamente inagotable en<br />
su capacidad simbólica - Cameron utiliza <strong>de</strong> manera<br />
igualmente heráldica otra imagen animal por <strong>de</strong>más<br />
tradicional: El Delfín. Un par <strong>de</strong> ellos son vistos por<br />
Jack y su amigo Fabrizio al comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> film. Nadan<br />
<strong>de</strong> manera característica, a ambos lados <strong>de</strong> la proa <strong>de</strong><br />
la nave. Simétricamente Jack se alza sobre las espaldas<br />
<strong>de</strong> su amigo, mientras abre los brazos y grita: “Soy<br />
el Rey <strong><strong>de</strong>l</strong> Mundo” (cosa ya analizada por nosotros en<br />
el anterior artículo).<br />
1. El Nombre. El <strong><strong>de</strong>l</strong>fín <strong>de</strong>be su nombre a la ciudad<br />
griega <strong>de</strong> Delfos, don<strong>de</strong> se encontraba el, por <strong>de</strong>más<br />
célebre, oráculo. <strong>La</strong> aparición cíclica <strong><strong>de</strong>l</strong> animal en las<br />
costas <strong>de</strong> esa ciudad hizo que se lo fuera emparentando<br />
simbólicamente a la capacidad oracular, <strong>de</strong><br />
anticipar el futuro. Pero también su aparición está relacionada,<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la economía simbólica tradicional,<br />
con la predicción <strong>de</strong> naufragios, don<strong>de</strong> a su vez el<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong>fín actuará como animal salvador, portando sobre<br />
su lomo a una criatura (por lo general un poeta, un<br />
niño) a quien rescatará <strong>de</strong> la muerte. En Titanic Jack<br />
salva a Rose llevándola - analógicamente - nadando<br />
sobre sus espaldas para luego profetizarle (literal y<br />
exactamente) una vida futura: “Vivirás cien años…”<br />
En una escena anterior, Jack intenta salvar a un niño<br />
<strong>de</strong> la hecatombe, su padre (un hombre que habla en<br />
otro idioma) malentien<strong>de</strong> el proce<strong>de</strong>r <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe y lo<br />
arranca furiosamente <strong>de</strong> las manos <strong>de</strong> Jack, llevándolo<br />
en sentido contrario. Allí grita Rose (lo hará dos veces<br />
en el film): “Están huyendo por el lugar equivocado”.<br />
Ese lugar equivocado - contrario - que lleva a la muerte<br />
en vez <strong>de</strong> a la salvación, es la inversión <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo<br />
mo<strong>de</strong>rno (el mundo titanesco) que ha invertido drásti-
camente el sentido <strong>de</strong> los signos tradicionales. Obsérvese<br />
cómo el <strong><strong>de</strong>l</strong>fín ha sido convertido en las últimas<br />
décadas en un mero animalito simpático y juguetón<br />
que hace pruebas malabares en acuarios circenses.<br />
2. El Mito. El relato griego que porta y sostiene <strong>de</strong><br />
manera raigal la imagen heráldica <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong>fín es el<br />
mito <strong>de</strong> Arión. Recuér<strong>de</strong>se que aquí utilizamos mito<br />
en el sentido estricto y operativo <strong>de</strong> relato <strong>de</strong> origen.<br />
Arión es un poeta que viaja <strong>de</strong> Corinto a Sicilia para<br />
competir en un concurso poético. Tras ganar regresa<br />
a su casa y en el barco que lo lleva, se da cuenta que<br />
los marineros se preparan para asesinarlo y quedarse<br />
con el tesoro obtenido con sus dones <strong>de</strong> poeta. Lo<br />
ro<strong>de</strong>an y le dicen que van a arrojarlo al mar. Arión les<br />
pi<strong>de</strong> tiempo para que pueda componer con su lira su<br />
última canción: “una canción <strong>de</strong> muerte”. Los marineros<br />
acce<strong>de</strong>n. Canta una bella e inspirada composición<br />
nombrando a Orfeo y tras terminar se arroja sobre<br />
las olas. Un <strong><strong>de</strong>l</strong>fín surge <strong>de</strong> la profundidad y lo rescata<br />
llevándolo sobre su lomo <strong>de</strong> regreso a Corinto.<br />
Finalmente - y para resumir un mito por <strong>de</strong>más complejo<br />
- los marinos asaltantes llegan a Corinto. Arión<br />
los <strong>de</strong>scubre y les perdona la vida; su castigo será ser<br />
expulsados a una tierra bárbara “y que nunca algo<br />
hermoso <strong><strong>de</strong>l</strong>eite vuestras almas”.<br />
En Titanic, el malvado Cal parece haberse librado <strong>de</strong><br />
Jack, pero éste, que ha vuelto al corazón <strong><strong>de</strong>l</strong> mar -<br />
analógicamente como los <strong><strong>de</strong>l</strong>fines - hará que aquel<br />
vuelva a un lugar meramente material (bárbaro) don<strong>de</strong><br />
muere (se suicida) tras la crisis financiera <strong><strong>de</strong>l</strong> año<br />
1929. Simétricamente, Rose logrará vivir sus 100 años<br />
y cumplir todos sus sueños. Una serie <strong>de</strong> fotos nos la<br />
mostrarán final y sintéticamente, como actriz, como<br />
aviadora pionera y montando un caballo. Es <strong>de</strong>cir la<br />
tierra prometida será para Rose el <strong>cine</strong>, la capacidad<br />
<strong>de</strong> volar (viaje a simétrico al <strong><strong>de</strong>l</strong> titanic) y finalmente<br />
montar sobre ese caballo como sobre el lomo <strong>de</strong> un<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong>fín. Para Cal la tierra prometida es solo la muerte o<br />
una crisis cíclica <strong><strong>de</strong>l</strong> capitalismo. A cada cual su propia<br />
América, a cada cual su tierra prometida.<br />
PARA ABORDAR EL TITANIC III<br />
“Des<strong>de</strong> este ángulo visual pue<strong>de</strong> verse también en la<br />
nivelación un paso previo, un sacrificio. Tampoco es<br />
el único. También en la sangre vertida en la mitad <strong>de</strong><br />
nuestro siglo se ocultan un paso previo y una parte<br />
que hay que abonar en el activo común <strong>de</strong> los pueblos.<br />
Los beneficios sólo podrán distribuirse entre<br />
todos ellos. Esta es la única visión soportable <strong>de</strong> los<br />
procesos titánicos”.<br />
Ernst Jünger “El Estado Mundial”, 1960<br />
Para or<strong>de</strong>nar todo aquello que llevamos dicho sobre<br />
el film Titanic y a modo <strong>de</strong> resumen, mencionaremos a<br />
continuación las tres reglas fundamentales <strong><strong>de</strong>l</strong> operar<br />
simbólico. Recordando que estas reglas o leyes son <strong>de</strong><br />
carácter no sólo “atemporal” sino, y por sobre todo universales:<br />
porque no hay civilización tradicional que no<br />
las haya conocido a su manera; es <strong>de</strong>cir míticamente.<br />
<strong>La</strong> primera <strong>de</strong> estas reglas dice: todo lo bajo pue<strong>de</strong><br />
simbolizar lo alto, pero jamás suce<strong>de</strong> al revés. Es<br />
<strong>de</strong>cir todo lo terreno <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un diamante hasta los<br />
excrementos pue<strong>de</strong> ten<strong>de</strong>r a la simbolización <strong>de</strong> lo<br />
trascen<strong>de</strong>nte. Por ejemplo James Cameron en su film<br />
El Abismo emplea la imagen <strong>de</strong> un anillo arrojado al<br />
fondo <strong>de</strong> la letrina para luego simbolizar la in<strong>de</strong>structibilidad<br />
<strong>de</strong> la alianza matrimonial –tema recurrente en su<br />
obra. Ahora bien: lo inverso no tiene sentido. No se pue<strong>de</strong><br />
usar a los ángeles para “simbolizar” un mero problema<br />
psicológico <strong>de</strong>, digamos, soledad urbana. Ni tampoco<br />
la pasión <strong>de</strong> Cristo para una enfermedad humana...<br />
<strong>La</strong> segunda regla dice que todo símbolo tiene una<br />
doble lectura, una reversibilidad -jamás una inversión-<br />
como por ejemplo las dos caras <strong>de</strong> Jano. De allí<br />
que por ejemplo, la serpiente pue<strong>de</strong> tener una lectura<br />
siniestra -ju<strong>de</strong>o-cristianismo- o diestra -tradición<br />
extremo oriental. El negro es luto en Occi<strong>de</strong>nte y en<br />
el Oriente suele ser el blanco. Esto expuesto <strong>de</strong> manera<br />
muy sucinta. En Titanic, Cameron utiliza el eje<br />
mítico <strong><strong>de</strong>l</strong> viaje a una “nueva tierra” en tal sentido.<br />
| 209
210 |<br />
Como rito <strong>de</strong> iniciación es diestro para Rose (o para<br />
Molly Brown) pero siniestro para Cal. Pero también (y<br />
los ejemplos pue<strong>de</strong>n literalmente, multiplicarse en<br />
este film): las esposas, símbolo tradicional <strong><strong>de</strong>l</strong> matrimonio<br />
(<strong>de</strong> allí proviene, por ejemplo, “cónyuge”: <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
latín compartir el yugo) es utilizado por Cameron <strong>de</strong><br />
manera genialmente simétrica o reversible: las esposas<br />
(suministradas por Cal y su sicario Lovejoy: otra<br />
reversibilidad simbólica puesto que su nombre significa<br />
Gozo <strong>de</strong> Amor) se vuelven signo <strong>de</strong> alianza una<br />
vez que Rose las quiebra con un hacha.<br />
<strong>La</strong> tercera <strong>de</strong> estas leyes es aquella que precisamente<br />
más nos sirve para enten<strong>de</strong>r el operar <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. Cuando<br />
se opera un símbolo tradicional es imprescindible<br />
sólo actualizar una <strong>de</strong> sus lecturas posibles, ya<br />
que precisamente, el símbolo es una ciudad <strong>de</strong> cien<br />
puertas. Operando una <strong>de</strong> ellas a sabiendas, todas las<br />
otras se correspon<strong>de</strong>n, jerárquicamente, en sentido<br />
horizontal, ya que todas las cien puertas <strong>de</strong> esa ciudad<br />
llevan al mismo centro. Por ejemplo: en nuestra<br />
nota anterior mencionábamos la utilización heráldica<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> símbolo <strong><strong>de</strong>l</strong> Delfín. Algún lector bienintencionadamente<br />
pue<strong>de</strong> preguntarnos ¿Pero Cameron es<br />
“conciente” <strong>de</strong> todas esas implicancias? Con lo apuntado<br />
más arriba pue<strong>de</strong> respon<strong>de</strong>rse. En la medida<br />
que Cameron haya operado tan sólo una <strong>de</strong> las mencionadas<br />
(p.e. Delfín y Delfos o quizás Delfín y rescate<br />
<strong>de</strong> náufragos) todas las otras puertas se abren simultáneamente.<br />
Y a su vez un tercer espectador (como el<br />
tercer hombre aristotélico) que no es ni Cameron ni el<br />
autor <strong>de</strong> estas líneas, está reconociendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace<br />
semanas otras variantes <strong><strong>de</strong>l</strong> símbolo. Pero para que<br />
esto suceda así, en el <strong>cine</strong> <strong>de</strong>be justificarse por transparencia<br />
<strong>de</strong> relato la función literal <strong>de</strong> aquello que<br />
será símbolo. Dicho en términos simples. Estamos en<br />
el Atlántico Norte (composición <strong>de</strong> lugar) por lo tanto<br />
hay <strong><strong>de</strong>l</strong>fines. En su anterior “Mentiras Verda<strong>de</strong>ras”,<br />
estamos en los cayos <strong>de</strong> Florida, hay pelícanos. Es <strong>de</strong>cir<br />
el <strong>cine</strong> relata para todos y simboliza -si es posibletambién<br />
para todos.<br />
Finalizaremos ejemplificando con una secuencia <strong>de</strong><br />
Titanic para emblematizar este operar <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> y trataremos<br />
también, y en lo posible, <strong>de</strong> señalar el porqué<br />
<strong>de</strong> su paradójica dificultad <strong>de</strong> acceso contemporáneo.<br />
Cuando Jack y Rose se unen carnalmente,<br />
el hombre queda prácticamente sin aliento, la mujer<br />
alarmada le pregunta qué le pasa y el hombre le respon<strong>de</strong><br />
que pronto estará bien. Al parecer una sencilla<br />
escena etc. etc. Si el espectador ha seguido con el<br />
mínimo <strong>de</strong> atención posible lo que ha sucedido hasta<br />
el momento, <strong>de</strong>be preguntarse qué está pasando.<br />
Cameron nos ha mostrado a Jack como un joven vigoroso,<br />
atlético, sin problemas respiratorios, no es asmático<br />
ni nada que se le parezca. Entonces porqué lo<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> aliento. Es que Jack le ha entregado su Alma (o su<br />
equivalente simbólico) a Rose, le ha dado una “nueva<br />
vida” (el film El Abismo se extien<strong>de</strong> largamente<br />
sobre esta simbología) e infinitas cosas más que son<br />
-o eran- formas puntuales <strong><strong>de</strong>l</strong> entendimiento <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
Pitágoras. Como Cameron es un gran artista, un genio<br />
puro y simple, no pue<strong>de</strong> con<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r a arruinar su<br />
escena con alegorías infantiles, con inducir al espectador<br />
con toda serie <strong>de</strong> flechas indicativas para que<br />
este traduzca su i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> alguna imagen pictórica que<br />
“ilustre” lo que Cameron <strong>de</strong>sea expresar; porque el<br />
<strong>cine</strong> es arte en la medida que pue<strong>de</strong> no sólo narrar y<br />
representar -cosa ya <strong>de</strong> suyo importante- sino imaginar<br />
y, sobre todo, pensar con elementos propios y no<br />
tomados prestados a otras artes –artes que, por otro<br />
lado, viven en los museos.<br />
Pocos días atrás Cameron con<strong>de</strong>scendió a refutar pública<br />
y drásticamente a un crítico <strong>de</strong> un diario norteamericano<br />
que había tratado a su film <strong>de</strong> “superficial”.<br />
Antes que emitir un juicio sobre tal cosa se nos ocurre<br />
imaginar esta hipótesis <strong>de</strong> ficción (que recuér<strong>de</strong>se no<br />
podría haber sucedido jamás). Michelangelo acaba<br />
<strong>de</strong> concluir los frescos <strong>de</strong> la Capilla Sixtina. Se acerca<br />
un recién llegado y le comenta: “¿Pero qué hace ese<br />
viejo musculoso <strong>de</strong> barba blanca con el <strong>de</strong>do en alto<br />
y dando ór<strong>de</strong>nes...?”
Espero haber logrado con estas tres citas <strong><strong>de</strong>l</strong> pensador<br />
Faretta haber ahondado lo suficiente en lo que<br />
hace al director James Cameron en general y al film<br />
“Titanic” en particular.<br />
Una Obra Maestra Absoluta.<br />
| 211
The Rainmaker<br />
(Francis F. Coppola, 1998)<br />
212 |<br />
Guión y Dirección: Francis Ford Coppola<br />
Estreno: 1 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1998<br />
Elenco:<br />
Matt Damon<br />
Danny DeVito<br />
Claire Danes<br />
Jon Voight<br />
Mary Kay Place<br />
Dean Stockwell<br />
Teresa Wright<br />
Virginia Madsen<br />
Mickey Rourke<br />
Andrew Shue<br />
Red West<br />
Johnny Whitworth<br />
Wayne Emmons<br />
Adrian Roberts<br />
Roy Schei<strong>de</strong>r<br />
The Rainmaker.
“The Rainmaker” (“El Po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la Justicia” entre nosotros)<br />
es un film tan perfecto como esas obras <strong>de</strong> aquellos artistas<br />
que alcanzan un grado <strong>de</strong> madurez que logran<br />
quintaesenciar su arte en la sencillez, la <strong>de</strong>cantación y la<br />
economía más bella. Tal es el caso <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s directores<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano que, allá por los sesenta,<br />
plasmaron en la pantalla análogas producciones. “Marnie”<br />
(Hitchcock), “Siete Mujeres” (Ford), “El Deporte Favorito<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> Hombre” (Hawks), entre otras. Francis Ford Coppola<br />
alcanza en este film la madurez <strong>cine</strong>matográfica tal como<br />
para realizar una obra comparable con aquellas, con 58<br />
años <strong>de</strong> edad.<br />
El film trabaja simbólicamente sobre tres o cuatro<br />
ejes en los que se muestra y <strong>de</strong>muestra el genio <strong>de</strong><br />
un autor como Coppola. <strong>La</strong> película se encarga <strong>de</strong><br />
dividir, separar dos mundos bien claros en la narración:<br />
la vida pública y la vida privada <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe Rudy<br />
Baylor. En su vida pública, aquella que correspon<strong>de</strong> a<br />
la <strong>historia</strong>, Rudy es iniciado en Stone (Mickey Rourke)<br />
en el mundo <strong>de</strong> los enjuagues, la política, las multinacionales,<br />
los seguros y la abogacía. En su vida privada,<br />
aquella que correspon<strong>de</strong> a lo religioso, Rudy encuentra<br />
a una mujer, Kelly. Pero también lo aprendido en<br />
su vida pública le sirve para su causa privada, ya que<br />
en <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> su amada, una mujer golpeada por<br />
un marido animal, logra <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> su enemigo,<br />
matándolo. <strong>La</strong> vida pública, aquella que podría verse<br />
como continuación <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> los Corleone, se<br />
opone a su vida privada, don<strong>de</strong> él, hacia el final, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong><br />
optar por la segunda y <strong>de</strong>jar la abogacía.<br />
<strong>La</strong> puesta en escena <strong><strong>de</strong>l</strong> film también está planteada<br />
espacialmente a través <strong>de</strong> dicha separación entre el<br />
mundo público y el mundo privado <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe. El público<br />
tiene que ver con la casa <strong>de</strong> los Black y su jardín<br />
abandonado. En el privado, la acción familiar se <strong>de</strong>sarrolla<br />
en casa <strong>de</strong> Birdy, la madre adoptiva <strong>de</strong> Rudy,<br />
quien será encargada también <strong>de</strong> cuidar a su Dama,<br />
mientras él atien<strong>de</strong> su causa pública.<br />
Respecto a lo quijotesco <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> y a la analogía<br />
con la obra <strong>de</strong> Cervantes, vamos a citar Faretta,<br />
en un artículo escrito contemporáneamente al estreno<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> film: “… Ostensiblemente Coppola inscribe la<br />
errancia épica <strong>de</strong> su héroe (Rudy Baylor) simetrizando<br />
con ciertas situaciones <strong><strong>de</strong>l</strong> Don Quijote <strong>de</strong> Cervantes.<br />
Cuando aquel es certificado como abogado se le<br />
toma juramento por parte <strong>de</strong> un colega mercenario<br />
y <strong>de</strong> un juez inepto. El héroe reflexiona en off: «Así fui<br />
reconocido abogado en medio <strong>de</strong> un corrupto y <strong>de</strong><br />
un malvado». De tal forma, en uno <strong>de</strong> los capítulos<br />
iniciales <strong><strong>de</strong>l</strong> Quijote (el tercero) éste es armado caballero<br />
por un palurdo y una corte <strong>de</strong> prostitutas. Simétricamente<br />
también el personaje <strong>de</strong> Danny <strong>de</strong> Vito<br />
(Deck Shifflet) actúa como irónico avatar <strong>de</strong> Sancho<br />
Panza al intentar a su manera, que el héroe entienda<br />
la «materialidad <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo» con sus chanchullos, sus<br />
arreglos y felonías. Su Dul<strong>cine</strong>a, llamada en el film Kelly<br />
Riker, tiene el rostro <strong>de</strong>sfigurado por los golpes <strong>de</strong><br />
un marido semianimal; <strong>de</strong> tal forma Rudy en su periplo<br />
salvacionista consigue ver el “verda<strong>de</strong>ro rostro” <strong>de</strong><br />
su Dama a medida que la va rescatando. También la<br />
<strong>de</strong>spedida final entre Rudy y Deck y el abandono <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
primero <strong>de</strong> la profesión se reflejan en la <strong>de</strong>spedida <strong>de</strong><br />
Quijote y Sancho así como también el abandono <strong>de</strong><br />
Rudy <strong>de</strong> la ilusión <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r «en<strong>de</strong>rezar entuertos»…”<br />
Quiero recordar, para finalizar, la escena en la que<br />
Rudy y Kelly se conocen en el hospital, jugueteando<br />
con esa manzana que ya se hallaba en la mesa, mediante<br />
la cual la humanidad vuelve cíclica, eternamente<br />
a su comienzo, para luego volver a encontrarse<br />
y <strong>de</strong>sencontrarse sin solución <strong>de</strong> continuidad.<br />
| 213
BRIAN DE PALMA II<br />
“Demente”<br />
(Raising Cain, Brian De Palma, 1992)<br />
Guión y Dirección: Brian De Palma<br />
Estreno: 21 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1992<br />
Elenco:<br />
John Lithgow<br />
Lolita Davidovich<br />
Steven Bauer<br />
Frances Sternhagen<br />
Gregg Henry<br />
Tom Bower<br />
Mel Harris<br />
Teri Austin<br />
214 |<br />
“Carlito’s Way”<br />
(Carlito’s Way, Brian De Palma, 1993)<br />
Guión: David Koepp<br />
Dirección: Brian De Palma<br />
Estreno: 28 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1993<br />
Elenco:<br />
Al Pacino<br />
Sean Penn<br />
Demente.
Penelope Ann Miller<br />
John Leguizamo<br />
Ingrid Rogers<br />
Luis Guzmán<br />
James Rebhorn<br />
Joseph Siravo<br />
Viggo Mortensen<br />
Richard Foronjy<br />
Jorge Porcel<br />
Frank Minucci<br />
“Ojos <strong>de</strong> Serpiente”<br />
(Snake Eye, Brian De Palma, 1998)<br />
Guión y Dirección: Brian De Palma<br />
Estreno: 7 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1998<br />
Elenco:<br />
Nicolas Cage<br />
Gary Sinise<br />
John Heard<br />
Carla Gugino<br />
Stan Shaw<br />
Kevin Dunn<br />
Michael Rispoli<br />
Joel Fabiani<br />
“Misión a Marte”<br />
(Mission to Mars, Brian De Palma, 2000)<br />
Guión: John Thomas<br />
Dirección: Brian De Palma<br />
Estreno: 25 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 2000<br />
Elenco:<br />
Gary Sinise<br />
Tim Robbins<br />
Don Cheadle<br />
Connie Nielsen<br />
Jerry O’Connell<br />
Peter Outerbridge<br />
Kavan Smith<br />
Jill Teed<br />
Elise Neal<br />
Kim Delaney<br />
Marilyn Norry<br />
“Mujer Fatal”<br />
(Femme Fatale, Brian De Palma, 2003)<br />
Guión y Dirección: Brian De Palma<br />
Estreno: 23 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 2003<br />
Elenco:<br />
Rebecca Romijn<br />
Antonio Ban<strong>de</strong>ras<br />
Peter Coyote<br />
Eriq Ebouaney<br />
Edouard Montoute<br />
Rie Rasmussen<br />
Llega el último giro, o vuelta <strong>de</strong> tuerca, <strong>de</strong> la obra<br />
<strong>de</strong>palmiana: Aquel que comienza con “Demente” en<br />
1992, y culmina con la cima <strong><strong>de</strong>l</strong> arte contemporáneo:<br />
“Ojos <strong>de</strong> Serpiente” (1998), “Misión a Marte” (2000) y<br />
“Mujer Fatal” (2002). El primero <strong>de</strong> estos tres films resume,<br />
y concluye, <strong>de</strong> modo extraordinario, sus i<strong>de</strong>as<br />
acerca <strong>de</strong> la gracia y la santidad, por encima <strong>de</strong> muchos<br />
<strong>de</strong> sus films anteriores y sin recurrir al recurso<br />
fantástico. Julia (la mujer que pisa la cabeza <strong>de</strong> la<br />
serpiente) es Carrie sin telequinesis. Ricky Santoro<br />
será perseguido, juzgado y maltratado, solo <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> haberse convertido en santo. Recor<strong>de</strong>mos que el<br />
aparatito que se le coloca en los hombros luego <strong>de</strong><br />
la tortura es la Cruz. Finalmente, en la construcción<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> nuevo milenio, estará la serpiente, pero también<br />
estará Dios. “Misión a Marte” es el gran film <strong>de</strong> los últimos<br />
años, don<strong>de</strong> De Palma nos plantea y se plantea<br />
la hipotética situación <strong>de</strong> la ausencia <strong><strong>de</strong>l</strong> mal. Nos recuerda<br />
que si, teológicamente, el mal es la ausencia<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> bien, no necesariamente el bien es la ausencia <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
mal. Esto es: que no haya mal <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la diégesis, no<br />
quiere <strong>de</strong>cir que todos los habitantes <strong>de</strong> ese mundo<br />
hayan alcanzado el bien, o la santidad. <strong>La</strong> segunda, y<br />
más importante, cuestión es la <strong>de</strong> encontrar, fuera <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
mundo, el paraíso. En Marte, en este caso. Y qué es lo<br />
que cada uno espera encontrar en él, y con qué cosas<br />
encima llegaremos, si llegamos. Sumado a esto, todo<br />
un relevamiento cultural acerca <strong>de</strong> occi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
un punto <strong>de</strong> vista estrictamente religioso. En “Mujer<br />
Fatal”, temas como verdad y ficción, el doble, la caída,<br />
| 215
Ojos <strong>de</strong> Serpiente.<br />
216 |<br />
la segunda oportunidad, la gracia, se ponen <strong>de</strong> manifiesto con una belleza<br />
y un conocimiento pleno <strong><strong>de</strong>l</strong> arte <strong>cine</strong>matográfico, pocas veces logrado.<br />
<strong>La</strong> posibilidad <strong>de</strong> ocupar el lugar <strong><strong>de</strong>l</strong> otro, por un simple parecido<br />
físico, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>satar a toda la visión <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo <strong>de</strong> este autor sublime.<br />
<strong>La</strong> obra <strong>de</strong>palmiana continúa, por ahora, con “<strong>La</strong> Dalia Negra” (2006), un<br />
interesante film, y concluye con “Redacted”, una rareza <strong>de</strong> estos tiempos<br />
traumáticos, recién llegado a nuestro país.<br />
Historiemos un poco como llegamos hasta acá. Hay dos obras anteriores,<br />
fundamentales en la obra <strong>de</strong> este autor: “Demente” y “Carlito’s Way”.<br />
Veamos.<br />
“Demente” (1992) cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> un hombre doblado en dos personalida<strong>de</strong>s<br />
(¿o personajes?) que se encarga <strong>de</strong> raptar niños para la causa <strong>de</strong><br />
su padre. Un loco científico que los usa como conejillos <strong>de</strong> indias. En medio<br />
<strong>de</strong> su locura, su mujer, víctima <strong>de</strong> esta situación, lo engaña con un ex novio,<br />
y juntos intentarán <strong>de</strong>sbaratar las locuras <strong><strong>de</strong>l</strong> protagonista. El film incluye,<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una estructura narrativa más o menos clásica, una puesta en escena<br />
rigurosa, una marca <strong>de</strong> estilo inconfundible (el sueño <strong>de</strong> la esposa), un<br />
film con unas pretensiones filosóficas y religiosas que pocos han logrado.<br />
Porque la clave está en que los buenos parten <strong>de</strong> una situación absolutamente<br />
inmoral para tratar <strong>de</strong> en<strong>de</strong>rezar o corregir los <strong>de</strong>svíos <strong><strong>de</strong>l</strong> malvado<br />
protagonista.
“Carlito’s Way” (1993) cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> un ex convicto<br />
(Carlito, Al Pacino) que intenta regenerarse en una sociedad<br />
que lo toma más por lo que era que por lo que intenta<br />
ser. Su pasado lo arrastra a la muerte, y la sentencia<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> film parece ser que ese paraíso caribeño anhelado<br />
es pura ficción publicitaria y que el único paraíso parece<br />
estar en el cielo, sólo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> morir en este mundo.<br />
Hay una empatía más que interesante, hasta <strong>de</strong> puesta<br />
y estilo, entre algunos films <strong>de</strong> De Palma. Demente<br />
(1992) y Ojos <strong>de</strong> Serpiente (1998), ambas caídas <strong>de</strong><br />
sus mejores primeros films: “Hermanas” (1973), “Fantasmas<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> Paraíso” (1974), “Carrie” (1976), “<strong>La</strong> Furia”<br />
(1978); Carlito’s Way (1993) y Misión a Marte (2000),<br />
sobre todo en estas cuestiones <strong>de</strong> la salvación, el<br />
alma, el paraíso (acá podríamos agregar, pero ya lateralmente<br />
a “Los Intocables” <strong>de</strong> 1987). Y finalmente,<br />
su último gran film, y tal vez <strong>de</strong> los mejores <strong>de</strong> lo que<br />
va <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo, “Mujer Fatal” (2002) enancado en sus<br />
thrillers <strong>de</strong> los ochentas: “Vestida para Matar” (1980),<br />
“Blow Out” (1981), y Doble <strong>de</strong> Cuerpo (1984). Su relación<br />
con el <strong>cine</strong> clásico (la bella cita <strong>de</strong> “Pacto <strong>de</strong><br />
Sangre” <strong>de</strong> Billy Wil<strong>de</strong>r <strong><strong>de</strong>l</strong> comienzo), con el policial y<br />
el enigma, con Hitchcock particularmente, el tema <strong>de</strong><br />
la segunda oportunidad, la mujer, las máscaras, etc.<br />
También Mujer Fatal retoma <strong>de</strong> manera magistral uno<br />
<strong>de</strong> los más bellos y hitchcockianos films <strong>de</strong> Brian De<br />
Palma llamado “Obssesion” (1975), Magnífica Obsesión<br />
entre nosotros.<br />
Para terminar, tenemos que <strong>de</strong>cir que la maquinaria<br />
técnica <strong>de</strong> De Palma funciona a partir <strong>de</strong> la concepción<br />
<strong>de</strong> puesta en escena en servicio <strong>de</strong> lo que se<br />
quiere contar y <strong>de</strong> lo que se quiere <strong>de</strong>cir. Siempre conectar,<br />
establecer un puente, entre el campo y el fuera<br />
<strong>de</strong> campo. Los increíbles travellings, la pantalla dividida,<br />
la cámara lenta, los efectos <strong>de</strong> humo, los flash<br />
backs <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> otros flashbacks, ciertos primeros<br />
planos, etc., son materiales <strong>de</strong> los que se sirve el autor<br />
para narrar, pero jamás son fines en sí mismos, sino<br />
herramientas, medios, para alcanzar los fines últimos<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> arte y <strong><strong>de</strong>l</strong> artista: proponer una visión <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo,<br />
don<strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as se expresen bellamente a través <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
procedimiento simbólico en una segunda <strong>historia</strong>.<br />
Es importante establecer una relación <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo dicho<br />
entre los pocos directores contemporáneos que siguen<br />
sosteniendo nuestro séptimo arte. Ellos se piensan<br />
y se miran entre sí. Pensemos en las relaciones<br />
entre “Titanic” (1997) y “Misión a Marte” (2000). Pensemos<br />
en la contemporaneidad <strong>de</strong> “Misión a Marte” con<br />
“<strong>La</strong>s Reglas <strong><strong>de</strong>l</strong> Combate” (2000) <strong>de</strong> William Friedkin.<br />
Pensemos en las relaciones entre “Apocalipsis Now” y<br />
todo el <strong>cine</strong> contemporáneo. En las relaciones entre<br />
De Palma y Carpenter, entre Coppola y Cameron, entre<br />
Friedkin y De Palma. O entre Friedkin y Carpenter.<br />
Pensemos en la reciente y genial “Avatar” <strong>de</strong> James<br />
Cameron, que <strong>de</strong> alguna manera incluye a todas las<br />
anteriores, especialmente a la ya citada “Apocalipsis<br />
Now” y el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Francis Ford Coppola.<br />
| 217<br />
Es claro y transparente como el mismo Brian De Palma<br />
ha superado los nudos <strong>de</strong> sentido planteados en sus<br />
films <strong>de</strong> los ochentas. Sobre todo a partir <strong>de</strong> las últimas<br />
tres películas que mencionamos, don<strong>de</strong> la esperanza<br />
(que claramente no pasa por el mundo) se nos plantea<br />
como una posibilidad apocalíptica, reveladora.
218 |<br />
JOHN CARPENTER<br />
EL TERROR DE FIN DE SIGLO<br />
“En la Boca <strong><strong>de</strong>l</strong> Miedo”<br />
(In the Mouth of Madness, John Carpenter, 1995)<br />
Guión: Michael De Luca<br />
Dirección: John Carpenter<br />
Estreno: 8 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1995<br />
Elenco:<br />
Sam Neill<br />
Julie Carmen<br />
Jürgen Prochnow<br />
David Warner<br />
John Glover<br />
Bernie Casey<br />
Peter Jason<br />
Charlton Heston<br />
Frances Bay<br />
“El Pueblo <strong>de</strong> los Malditos”<br />
(Village of the Damned, 1996)<br />
Guión: Stirling Silliphant y John Carpenter<br />
Dirección: John Carpenter<br />
Estreno: 2 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1996<br />
Elenco:<br />
Christopher Reeve<br />
Kirstie Alley<br />
Linda Kozlowski<br />
Michael Paré<br />
Meredith Salenger<br />
Mark Hamill<br />
Pippa Pearthree<br />
Peter Jason<br />
Constance Forslund<br />
Karen Kahn<br />
Thomas Dekker<br />
Lindsey Haun<br />
Cody Dorkin<br />
Trishalee Hardy<br />
Jessye Quarry<br />
“Escape <strong>de</strong> Los Ángeles”<br />
(Escape from Los Angeles, 1996)<br />
Guión: Nick Castle y John Carpenter<br />
Dirección: John Carpenter<br />
Fecha <strong>de</strong> Estreno: 17 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1996<br />
Elenco:<br />
Kurt Russell<br />
Steve Buscemi<br />
Peter Fonda<br />
Cliff Robertson<br />
Valeria Golino<br />
Stacy Keach<br />
Pam Grier<br />
Bruce Campbell<br />
Georges Corraface<br />
Michelle Forbes<br />
“Vampiros”<br />
(Vampires, John Carpenter, 1998)<br />
Guión: Don Jakoby<br />
Dirección: John Carpenter<br />
Estreno: 27 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1998<br />
Elenco:<br />
James Woods<br />
Daniel Baldwin<br />
Sheryl Lee<br />
Thomas Ian Griffith<br />
Maximilian Schell<br />
Tim Guinee<br />
Gregory Sierra<br />
“Fantasmas en Marte”<br />
(Ghosts of Mars, John Carpenter, 2001)<br />
Guión: <strong>La</strong>rry Sulkis y John Carpenter<br />
Dirección: John Carpenter<br />
Estreno: 22 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 2001<br />
Elenco:<br />
Natasha Henstridge<br />
Ice Cube<br />
Jason Statham<br />
Clea DuVall<br />
Pam Grier
Joanna Cassidy<br />
Richard Cetrone<br />
Rosemary Forsyth<br />
Liam Waite<br />
Duane Davis<br />
Como introducción a esta última etapa <strong>de</strong> John Carpenter<br />
y <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> todo, citaremos un fragmento <strong>de</strong> un<br />
artículo <strong>de</strong> Faretta, publicado hace años atrás:<br />
“… <strong>La</strong> obra <strong>de</strong> John Carpenter es <strong>de</strong> aquellas que para<br />
intentar expresarlo en un concepto lo más sintético<br />
posible, opera <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un nivel <strong>de</strong> esoterismo epiceno.<br />
Trataremos <strong>de</strong> explicarnos. <strong>La</strong> sola i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> practicar<br />
un arte hermético en el mundo contemporáneo corre<br />
el riesgo <strong>de</strong>: O convertirse en un sucedáneo <strong>de</strong> lo<br />
sectario o en una forma <strong>de</strong> trivialización <strong>de</strong> lo simbólico.<br />
Lo hermético requiere siempre dos condiciones<br />
básicas en su operar: por un lado un grupo <strong>de</strong> formas,<br />
modos y signos <strong>de</strong>, sino un inmediato por lo menos<br />
ritualizado acceso <strong>de</strong> una comunidad <strong>de</strong> espectadores<br />
que se hallan en condiciones <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>rlo.<br />
Por el otro, una superficie, un punto <strong>de</strong> partida transparente<br />
<strong>de</strong> valores formales lo suficientemente estables<br />
- al menos en un primer nivel - para el acceso<br />
mediante ésta vía al segundo nivel <strong>de</strong> mayor - a veces<br />
infinita - complejidad…<br />
Esta tentativa hermética que ha sido la mayor parte<br />
<strong>de</strong> las veces un rotundo fracaso, cuando quiere operarse<br />
esa vía en el siglo presente, resultó, por lo general,<br />
extraordinariamente fecunda y viable en el <strong>cine</strong>,<br />
especialmente en aquel conocido como Clase B. Esta<br />
forma <strong>de</strong> <strong>cine</strong> que es un mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o <strong>de</strong> producción, pero<br />
<strong>de</strong> producción no sola económica sino también - y<br />
fundamentalmente - <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> sentido, logra<br />
en su operar dos condiciones básicas que hacen posible<br />
lo dicho más arriba: 1) Un look, un aire <strong>de</strong> familia,<br />
un aura rápidamente reconocible y asimilable que<br />
hace, a su vez, 2) que el espectador la mayor parte <strong>de</strong><br />
las veces aún sin proponérselo concientemente, se<br />
instala en una zona <strong>de</strong> intelección que lo solicita sin<br />
reclamar ostentosamente su atención <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ¿cómo<br />
diremos? un lugar inmediatamente reconocible<br />
como “serio”. Esta solicitación encubierta o difusa lleva<br />
en un segundo plano a que el espectador <strong>de</strong> tales<br />
films pueda acce<strong>de</strong>r - si quiere - a un segundo nivel<br />
<strong>de</strong> ritualización esotérica, o dicho en otros términos:<br />
que si no conoce tales formas simbólicas <strong>de</strong> manera<br />
libresca, pue<strong>de</strong> reconocerlas <strong>de</strong> manera arquetípica<br />
siendo la lectura a posteriori <strong>de</strong> tales articulaciones<br />
simbólicas, la confirmación por la letra <strong>de</strong> esas formas<br />
universales… Algunos hitos a avatares básicos <strong>de</strong><br />
ésta forma fílmica <strong>de</strong>ben ser inmediatamente mencionados.<br />
Suscintamente está compuesta por autores<br />
<strong>de</strong> films como Tod Browning, Jacques Tourneur, Roger<br />
Corman y John Carpenter.<br />
En Escape <strong>de</strong> Nueva York (1981) la cobertura o mejor<br />
dicho el soporte épico le sirve a Carpenter para formalizar<br />
operativamente el trabajo iniciático en base a las<br />
cíclicas tareas <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe que actúa, como el Hércules<br />
griego, como simétrico reflejo <strong>de</strong> las relaciones contemporáneas<br />
entre lo privado y lo comunitario; tema<br />
también <strong>de</strong> la continuación <strong>de</strong> este film Escape <strong>de</strong> Los<br />
Angeles (1996), como así también <strong>de</strong> films anteriores<br />
como Asalto al Precinto 13 (1976), <strong>La</strong> Niebla (1980) y <strong>de</strong><br />
alguna manera El Enigma <strong>de</strong> otro mundo (1982).<br />
El otro eje o zona operativa <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> John Carpenter<br />
es aquella quizás más reconocible o entrañable<br />
para sus seguidores pero - por curiosa paradoja<br />
- la más difícil, sino - digámoslo francamente - imposible<br />
acceso para multitud <strong>de</strong> espectadores en estado<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>spiste; <strong>de</strong>spiste francamente justificado, por lo<br />
que se verá a continuación.<br />
Este segundo eje es aquel que <strong>de</strong>nominaremos tentativamente<br />
relato bizantino filosófico. Este relato -<br />
origen <strong>de</strong> la novela occi<strong>de</strong>ntal por otro lado - es aquel<br />
que vía la novela picaresca española se refracta en la<br />
obras <strong><strong>de</strong>l</strong> Marqués <strong>de</strong> Sa<strong>de</strong> - siempre imprescindible<br />
para enten<strong>de</strong>r ciertos giros <strong>de</strong> la mentalidad llamada<br />
mo<strong>de</strong>rna -; es <strong>de</strong>cir un relato que utiliza, mezclándo-<br />
| 219
John Carpenter.<br />
220 |<br />
los, todos los recursos narrativos y expositivos posibles, pero haciendo<br />
que se reflejen en un segundo plano don<strong>de</strong> se exponen <strong>de</strong> manera dialéctica<br />
(mediante el diálogo) las implicancias filosóficas <strong>de</strong> tales espacios<br />
narrativos. De allí que ese tipo <strong>de</strong> relato, y canónicamente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus inicios,<br />
una sin solución <strong>de</strong> continuidad el viaje iniciático con la aventura<br />
“picaresca”, la aparición <strong>de</strong> monstruos y criaturas abominables <strong>de</strong> todo<br />
tipo, con el intermezzo dialogal don<strong>de</strong> se resume conceptualmente los<br />
avatares prece<strong>de</strong>ntes. De más está <strong>de</strong>cir que tal relato incorpora también<br />
la así llamada sátira <strong>de</strong> costumbres o si queremos “política”.<br />
Este eje carpenteriano está compuesto por las impares El Príncipe <strong>de</strong> la<br />
Tinieblas (1987, uno <strong>de</strong> los más gran<strong>de</strong>s films <strong>de</strong> las últimas décadas),<br />
Sobreviven (1988), En la Boca <strong><strong>de</strong>l</strong> Miedo (1995) y Pueblo <strong>de</strong> los Malditos<br />
(1995). En la tercera <strong>de</strong> las mencionadas tal vez Carpenter ha conseguido<br />
quintaesenciar ese estilo <strong>de</strong> relato bizantino filosófico. <strong>La</strong>s incursiones<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> héroe (Sam Neil) en busca <strong><strong>de</strong>l</strong> escritor Sutter Caine que se ha<br />
refugiado al parecer en un pueblo llamado Hobb’s Place, lugar <strong>de</strong> cultos<br />
abominables, se refracta en las ficciones <strong>de</strong> H. P. Lovecraft, pero también<br />
recuerda esas disquisiciones sa<strong>de</strong>anas, que cierta novelística francesa<br />
ha tratado <strong>de</strong> conseguir contemporáneamente (como es el caso <strong>de</strong> los<br />
relatos <strong>de</strong> Pierre Klosowski), en los cuales sus protagonistas pasan sin<br />
solución <strong>de</strong> continuidad <strong><strong>de</strong>l</strong> avatar escatológico más espantoso a la reflexión<br />
metafísica más exquisita y refinada. Es precisamente a partir <strong>de</strong>
esa premisa don<strong>de</strong> el <strong>cine</strong> erudito y sofisticado <strong>de</strong> John Carpenter <strong>de</strong>be<br />
ser abordado. Pero la tarea parece ser casi imposible; <strong>de</strong> allí que su mismo<br />
autor inscriba autoconcientemente al final <strong>de</strong> En la Boca <strong><strong>de</strong>l</strong> Miedo,<br />
esa secuencia <strong>de</strong> quince minutos finales, don<strong>de</strong> el <strong>cine</strong> parece literalmente<br />
haber alcanzado otra dimensión <strong><strong>de</strong>l</strong> conocimiento…”<br />
<strong>La</strong> mo<strong>de</strong>rnidad ha creado todo un estilo y formas propias <strong>de</strong> la época en<br />
que vivimos, un lenguaje propio, y hasta una retórica. Esto produjo que<br />
cualquier discurso que se enfrente seriamente a dicha mo<strong>de</strong>rnidad, suene<br />
o se crea escandaloso, impropio, terrible e inviable. Sólo el <strong>cine</strong>, y en<br />
particular el norteamericano (y hoy a través <strong>de</strong> un contadísimo número<br />
<strong>de</strong> autores), ha dado marco para esos discursos, esos pensamientos que<br />
se oponen <strong>de</strong> origen a la mentalidad liberal.<br />
Vampiros <strong>de</strong> John Carpenter.<br />
Sin dudas, John Carpenter es uno <strong>de</strong> los autores más extremos en esta<br />
oposición sistemática a la mo<strong>de</strong>rnidad expresada en la mentalidad progresista<br />
y liberal que se nos impone. Tal es así, que este autor no se <strong>de</strong>tiene,<br />
apenas mínimamente, en lo histórico y corre, como pocos, directamente<br />
a la revelación. <strong>La</strong> salida <strong>de</strong> Carpenter (siempre imaginaria, claro<br />
está) es <strong>de</strong> “anti” total. Carpenter subvierte todos los pseudo valores <strong>de</strong><br />
la mo<strong>de</strong>rnidad, extremando, llevando a las últimas consecuencias sus<br />
posturas teológicas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un catolicismo que no se piensa más allá <strong>de</strong> lo<br />
medieval. Pero siempre <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una mirada apocalíptica, no puramente<br />
histórica. En “Escape <strong>de</strong> Los Ángeles” (1996) pasa por encima a todo<br />
<strong>de</strong>sarrollo realizado por el hombre en los últimos quinientos años. Tal es<br />
la ruptura que plantea Snake hacia el final <strong><strong>de</strong>l</strong> film, y con ellos reduplica<br />
la apuesta en toda su crítica dada a lo largo <strong><strong>de</strong>l</strong> film: la <strong>de</strong>recha fundamentalista<br />
(encarnada en el presi<strong>de</strong>nte), y la izquierda extrema y salvaje<br />
(encarnada, entre otros, por esa parodia <strong><strong>de</strong>l</strong> Che Guevara). Algo similar,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> otro lugar, ocurre en el episodio televisivo “Pro-Life” (2006). Aquí<br />
en cuanto a las discusiones sobre el aborto.<br />
| 221<br />
El extremo medieval, dado en términos temporales, se expresa también<br />
en formas y métodos inasimilables por la mentalidad mo<strong>de</strong>rna. “En la<br />
Boca <strong><strong>de</strong>l</strong> Miedo” (1995) es un ejemplo <strong>de</strong> ello. <strong>La</strong> quema <strong><strong>de</strong>l</strong> libro, la reacción<br />
con el hacha (cual verdugo medieval), y la humanidad vuelta mito,<br />
hacia el final <strong><strong>de</strong>l</strong> film, son algunos <strong>de</strong> los ejemplos <strong>de</strong> lo que venimos diciendo.<br />
Resumiendo: estos problemas se originaron en lo que algunos<br />
pensadores llamaron bellamente el otoño <strong>de</strong> la edad media; muy bien<br />
entonces <strong>de</strong>ben solucionarse, exclusivamente, con métodos medievales.<br />
Más allá <strong>de</strong> aquel tiempo, la formulación <strong><strong>de</strong>l</strong> mito. Su <strong>cine</strong> habla <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
<strong>de</strong>sparejo y torpe intento <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre por <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> lo cristiano, y
222 |<br />
así, <strong>de</strong> su espiritualidad. Dentro <strong>de</strong> ese panorama, tenemos,<br />
por un lado, el museo europeo, y por el otro,<br />
el <strong>de</strong>sierto americano, la tierra baldía. Veamos cómo<br />
funciona esto que venimos explicando en la soberbia<br />
“Vampiros” (1998):<br />
Jack es el cruzado, el puente necesario entre las expresiones<br />
exotérica y esotérica <strong>de</strong> la Iglesia Católica. Por<br />
un lado, el papado, Roma, la Iglesia <strong>de</strong> Pedro, encarnada<br />
por el Car<strong>de</strong>nal Alba, parte <strong><strong>de</strong>l</strong> museo europeo, que<br />
practica aquello profetizado por el Car<strong>de</strong>nal <strong>La</strong>mberto<br />
en El Padrino III. Por otro lado, Adán, el cura esotérico,<br />
al que Jack llega literalmente a torturar para sacarle información,<br />
que guarda <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace tiempo, pero que<br />
<strong>de</strong>be brindar al cruzado para que pueda actuar. Sin la<br />
entrada <strong><strong>de</strong>l</strong> cruzado, una y otra parte no tendrían sentido.<br />
Fuera <strong>de</strong> campo, Carpenter extien<strong>de</strong> dicha visión<br />
<strong>de</strong> puente con la figura cristiana <strong>de</strong> Santiago. Jack es el<br />
camino <strong>de</strong> Santiago, el camino intermedio. Por un lado<br />
la iglesia <strong>de</strong> Pedro, por el otro, la <strong>de</strong> Juan. En el medio,<br />
Santiago, la tercera (y más que necesaria) vía.<br />
“Los vampiros quieren vivir <strong>de</strong> día” dice el Car<strong>de</strong>nal<br />
Alba, y agrega: “yo estoy cansado, perdí la fe, me estoy<br />
volviendo viejo y me resulta más lógico…” Europa<br />
y el Cristianismo. O, más bien: Europa o el Cristianismo,<br />
recordando a Novalis. Otra vez, lo medieval. Y los quinientos<br />
años pasados <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>rnidad. Los vampiros se<br />
originan <strong>de</strong> un exorcismo mal hecho hacia el mil trescientos<br />
y tantos…<br />
Jack, el guerrero, <strong>de</strong>scubre, en su periplo, la función<br />
sacerdotal, y el lugar (el mapa), don<strong>de</strong> se va a completar<br />
esa ceremonia invertida para que los vampiros<br />
puedan vivir también <strong>de</strong> día. Y asiste, finalmente, a<br />
la reconstrucción <strong>de</strong> la santísima trinidad, al final <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
film: “No somos dos, Padre, somos tres…” Recor<strong>de</strong>mos<br />
que Juan, Pedro y Santiago son quienes asisten,<br />
llamados por Cristo, a la Transfiguración.<br />
Sin la función Militar, cruzada <strong>de</strong> Jack, la iglesia institucional<br />
<strong>de</strong> Pedro se ven<strong>de</strong> al diablo, y la <strong>de</strong> Juan se torna<br />
papeleo irresponsable. Esto se completa con la humanidad<br />
caída, que ha vuelto a pecar: Montoya y Catrina.<br />
Dice Carpenter finalmente, subversivamente: “¿Qué<br />
pasa si nos <strong>de</strong>jamos <strong>de</strong> jo<strong>de</strong>r, y luchamos todos contra<br />
el mal? No hay otra cosa que hacer”. De esta manera,<br />
universaliza la vía católica <strong>de</strong> salvación. Esto es,<br />
entre otras cosas: apelar a un discurso, a una forma, a<br />
una solución, a una retórica, clara y distinta a los postulados<br />
dictatoriales <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad. Es plantear,<br />
sin más, otro problema (El Problema), que la mentalidad<br />
liberal ha enterrado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace cientos <strong>de</strong> años.<br />
Esto último plantea, necesariamente, la necesidad <strong>de</strong><br />
<strong><strong>de</strong>l</strong>inear una nueva estética. Fíjense que Carpenter,<br />
como pocos otros (tal vez, Samuel Fuller), tiene una<br />
postura clara sobre la contun<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> lo que está<br />
contando, lo feo y lo terrible que está contando, y por<br />
en<strong>de</strong>, una postura taxativa sobre el efecto especial<br />
en <strong>cine</strong>. Si, por un lado, Spielberg, se empecina en el<br />
efecto especial, técnicamente bien hecho, pero vacío<br />
prácticamente <strong>de</strong> sentido, Carpenter extrema hacia el<br />
otro lado la cosa. Se ríe <strong>de</strong>finitivamente <strong><strong>de</strong>l</strong> efecto especial.<br />
Tal es el caso <strong>de</strong> las explosiones y los incendios<br />
<strong>de</strong> los vampiros cuando salen a la luz que parecen<br />
petardos <strong>de</strong> año nuevo. Es <strong>de</strong>cir, el que quiera efectos,<br />
que caiga en el vacío, o en el mejor <strong>de</strong> los casos<br />
(cada vez menos), en las obras <strong>de</strong> arte que se ocupan<br />
un poco más <strong>de</strong> cuestiones históricas, el Drácula <strong>de</strong><br />
Coppola, el Titanic <strong>de</strong> Cameron, etc. Si no, si vamos<br />
única y exclusivamente a combatir el mal, <strong>de</strong>jemos a<br />
un lado los efectos especiales mo<strong>de</strong>rnos. Y esto es así<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los primeros films <strong>de</strong> Carpenter, pensemos en<br />
“Dark Star” (1974), “Asalto al Precinto 13” (1976), y “<strong>La</strong><br />
Niebla” (1980).<br />
También esto <strong>de</strong> la estética nos da posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
comparación con otros autores contemporáneos.<br />
Carpenter, sobre todo en los últimos quince años, se<br />
ha tornado irrecuperable para cierto pensamiento<br />
humanista que hoy reina. Con Peter Weir pasa algo<br />
distinto. Este autor australiano, coquetea por mo-
mentos con dicho pensamiento, intentando llegar a<br />
esos sectores para ponerles en la mano una bomba<br />
<strong>de</strong> tiempo (“El Año que Vivimos en Peligro” <strong>de</strong> 1983,<br />
y “<strong>La</strong> Sociedad <strong>de</strong> los Poetas Muertos” <strong>de</strong> 1989). Quizá,<br />
no diste <strong>de</strong>masiado el pensamiento o la visión <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
mundo <strong>de</strong> Weir y Carpenter, pero este último, pareciera,<br />
que hacia aquellos que no gustan <strong>de</strong> sus films<br />
(casi siempre por razones liberales), les da cada vez<br />
más motivos para que odien sus películas.<br />
Al respecto, no <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>scuidar “Fantasmas <strong>de</strong><br />
Marte” (2001), don<strong>de</strong> Carpenter hace una apología <strong>de</strong><br />
su propia estética, <strong>de</strong> sus propios temas, y un hermoso<br />
recorrido por la obra <strong>de</strong> su amado Howard Hawks<br />
en Marte. Pero don<strong>de</strong> la mirada, la intención, la visión<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, en <strong>de</strong>finitiva, se expresa mediante la forma<br />
y estilo Carpenter, en un ciento por ciento. Pensemos<br />
que este film ni siquiera se estrenó comercialmente<br />
en Buenos Aires, ni en muchas <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s<br />
ciuda<strong>de</strong>s occi<strong>de</strong>ntales don<strong>de</strong> el <strong>cine</strong> norteamericano<br />
normalmente exporta su <strong>cine</strong>.<br />
Nos gustaría agregar dos trabajos que John Carpenter<br />
realizó para la televisión durante estos años: “Quemadura<br />
<strong>de</strong> Cigarrillo” (2005) y “Pro-Life” (2006), ya<br />
que creemos que se complementan perfectamente<br />
con el final <strong>de</strong> su obra. Al menos tenerlos como una<br />
clara referencia contemporánea <strong>de</strong> la veta carpenteriana.<br />
Y su última “Atrapada” (The Ward, 2010) que<br />
recientemente vimos pasar <strong>de</strong> manera fugaz por los<br />
<strong>cine</strong> <strong>de</strong> nuestro país. Pasó sin pena ni gloria por las<br />
salas <strong>de</strong> este país, como por la <strong>de</strong> muchos otros lugares.<br />
Una joya, una clase B <strong>de</strong> estos tiempos caóticos<br />
y <strong>de</strong>smembrados. Un Carpenter que nos recuerda a<br />
Hitchcock en su versión más <strong>de</strong> horror (Psicosis, Los<br />
Pájaros, Frenesí), y que vuelve, irremediablemente, a<br />
su <strong>cine</strong> <strong>de</strong> los setenta con un look un tanto más mo<strong>de</strong>rno<br />
y psicologista, pero sólo en la superficie.<br />
| 223
224 |<br />
Nueve Reinas<br />
(Fabián Bielinsky, 2000)<br />
Fabián Bielinsky nació en Buenos Aires el 3 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong><br />
1959 y murió en San Pablo, Brasil, el 28 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 2006.<br />
Sólo realizó dos películas, ambas en nuestro país, ambas<br />
<strong>de</strong> gran factura: “Nueve Reinas” (2000) y “El Aura”<br />
(2005).<br />
Guión y Dirección: Fabián Bielinsky<br />
Estreno: 31 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 2000<br />
Elenco:<br />
Gastón Pauls<br />
Ricardo Darín<br />
Graciela Tenenbaum<br />
María Merce<strong>de</strong>s Villagra<br />
Gabriel Correa<br />
Pochi Ducasse<br />
Luis Armesto<br />
Ernesto Arias<br />
Amancay Espíndola<br />
Isaac Fajm<br />
Jorge Noya<br />
Leticia Brédice<br />
Oscar Nuñez<br />
Ignacio Abadal<br />
<strong>La</strong> Argentina es, claramente, un país atípico, distinto.<br />
Perfectamente escapa <strong>de</strong> la simple categoría <strong>de</strong> resto<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> mundo o, solamente, país sub<strong>de</strong>sarrollado, o tercer<br />
mundo, como pudimos haber sido en algún tiempo<br />
pasado. No es que nosotros quisimos que sea así,<br />
pero es verdad que lejos estamos <strong><strong>de</strong>l</strong> resto <strong>de</strong> nuestros<br />
vecinos latinoamericanos. Para bien o para mal,<br />
infinitamente distanciados <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo oriental, <strong>de</strong>sarraigados<br />
<strong>de</strong> la madre Europa atomizada y <strong>de</strong>venida<br />
en museo, y ni hablar <strong>de</strong> los Estados Unidos.<br />
En el arte en general, y en el <strong>cine</strong> en particular, no es<br />
mucho lo que ha dado la Argentina en los últimos<br />
veinte años, prácticamente nada. Pero aquí es cuando<br />
nuestro país muestra toda su distinción: aparece una<br />
película llamada Nueve Reinas. Una película que llena<br />
salas, que es por <strong>de</strong>más entretenida, que es claramente<br />
buen <strong>cine</strong>, y que a<strong>de</strong>más habla <strong>de</strong> la Argentina.<br />
Como el brujo Taboada y el doctor Valerga en ‘El Sueño<br />
<strong>de</strong> los Héroes’ <strong>de</strong> Bioy Casares, Juan y Marcos (ambos<br />
nombres evangelistas) son los nuevos intérpretes<br />
<strong>de</strong> uno <strong>de</strong> nuestros más bellos y antiguos mitos: <strong>La</strong>s<br />
Dos Argentinas. A través <strong><strong>de</strong>l</strong> procedimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> doble<br />
(engañador engañado) Bielinsky recrea, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su<br />
puesta en escena, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un lugar para nada <strong>de</strong>rrotista,<br />
su nueva versión <strong>de</strong> <strong>La</strong>s Dos Argentinas.<br />
“Nueve Reinas” cuenta una bella y vertiginosa <strong>historia</strong><br />
en la que Marcos (Ricardo Darín), un viejo ladrón callejero,<br />
conoce (y rescata) casualmente a Juan (Gastón<br />
Pauls), un principiante, que intenta realizar el mismo<br />
truco (‘la uruguaya’) dos veces seguidas en el mismo<br />
lugar... A partir <strong>de</strong> aquí se <strong>de</strong>spliega una narración<br />
fresca y atrapante que nos <strong>de</strong>ja, hasta al más <strong>de</strong>spistado<br />
<strong>de</strong> los espectadores, con una sensación <strong>de</strong> vértigo<br />
hasta el final.<br />
Des<strong>de</strong> el primer momento Marcos simpatiza con<br />
Juan (quien dice <strong>de</strong> entrada <strong>de</strong>dicarse al robo para<br />
juntar el dinero para sacar a su padre <strong>de</strong> la cárcel) que<br />
‘tiene una cara <strong>de</strong> ángel que le abre algunas puertas<br />
sin siquiera golpear’. Marcos hace <strong>de</strong> Juan su compañero<br />
<strong>de</strong> aventuras callejeras, e intenta en su recorrido<br />
(el tiempo <strong>de</strong> la ficción es un día y medio o dos) iniciar<br />
al principiante en los conocimientos <strong>de</strong> su profesión.<br />
Pero en contra <strong>de</strong> lo que se temía, aún en contra <strong>de</strong><br />
la voluntad <strong><strong>de</strong>l</strong> mismo Marcos, es Juan quien termina<br />
iniciando a Marcos en su saber.<br />
Marcos es un hombre que vive alienado, como gran<br />
parte <strong>de</strong> la gente en la mo<strong>de</strong>rnidad. Marcos es sólo su<br />
trabajo, se ha convertido en eso, ha <strong>de</strong>venido en eso,<br />
y no pue<strong>de</strong> ver otra cosa. Ve la vida en primer plano.<br />
Recor<strong>de</strong>mos la escena en que le enseña a Juan los diferentes<br />
tipos <strong>de</strong> ladrones que existen. Está claro que,<br />
por su alienación, por su falta <strong>de</strong> horizonte, Marcos no
Nueve Reinas <strong>de</strong> Fabián Bielinsky.<br />
ha advertido este último tipo o forma <strong>de</strong> la profesión a la que <strong>de</strong>dica su<br />
vida: Juan. Y, precisamente, es Juan quien ve esta limitación en Marcos y la<br />
aprovecha para engañarlo y estafarlo. Para lo cual traza un perfecto plan<br />
junto con Valeria (Leticia Bredice), la hermana <strong>de</strong> Marcos, que lo llevarán,<br />
cuidadosamente, a cabo hasta el triunfo final.<br />
| 225<br />
En el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> ese plan es Juan quien inicia a Marcos. Le enseña, le<br />
muestra, <strong>de</strong> manera contun<strong>de</strong>nte, la Argentina Real, esa que Marcos, por<br />
su estado <strong>de</strong> no ser, no pue<strong>de</strong> ver. ¿Y en qué consiste esa Argentina real?<br />
En la falsa amistad, en el europeo que viene con su capital a engañarnos<br />
y comprarnos cualquier cosa, en una pelea entre hermanos, en una vieja<br />
judía que tiene miedo <strong>de</strong> abrir la puerta, en el motoquero que te roba en<br />
cualquier esquina, en una vieja tía millonaria que alquila a un muchacho<br />
para <strong>de</strong>scargar toda su perversidad, en el padre preso o ausente... Cada<br />
una <strong>de</strong> estas cosas (y otras tantas más) se <strong>de</strong>jan ver a los ojos atónitos<br />
<strong>de</strong> Marcos durante el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> este recorrido que lo llevará a per<strong>de</strong>r<br />
todo.<br />
Para llevar a cabo tal iniciación, Juan utiliza el mismo procedimiento que<br />
el <strong>cine</strong>: hace <strong>de</strong> la busca un simulacro. Suponemos que en el caso <strong>de</strong><br />
Juan es apenas intuitivo, o inconsciente, pero esa es otra <strong>historia</strong>. Así<br />
como Bielinsky nos arma una puesta en escena a nosotros para po<strong>de</strong>r<br />
seguir y ahondar el relato, lo mismo hace Juan con Marcos: ficcionaliza el
226 |<br />
relato <strong>de</strong> las Nueve Reinas <strong>de</strong> manera tal que Marcos<br />
aprenda la lección. Divi<strong>de</strong> el espacio y el tiempo, planea<br />
cada <strong>de</strong>talle, cuenta con diferentes situaciones y<br />
lugares, diferentes planos, distintos actores (principales<br />
y secundarios) para llevar a cabo tal puesta en<br />
escena.<br />
El Plus <strong>de</strong> Juan. Juan es el único personaje <strong>de</strong> la <strong>historia</strong><br />
que ve otra cosa (más que ver, pue<strong>de</strong> mirar). No<br />
se sabe exactamente cómo ni porqué pero allí radica<br />
lo fascinante <strong>de</strong> la cuestión. Juan tiene un plus que<br />
los <strong>de</strong>más no tienen. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los motivos sabidos<br />
por los que engaña a Marcos (materiales y <strong>de</strong> venganza),<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> eso, <strong>de</strong>cimos, Juan tiene otra cosa.<br />
Aún en estado <strong>de</strong>gradado, bajo, Juan posee un resto<br />
<strong>de</strong> tradición. Esto se manifiesta en el film en dos<br />
formas que <strong>de</strong>vienen, o son, partes <strong>de</strong> lo mismo. Por<br />
un lado, Juan conserva en una rincón <strong>de</strong> su memoria,<br />
vagamente, ciertos rasgos <strong>de</strong> su infancia (el pasado),<br />
simbolizada por el autito que compra al comienzo y,<br />
hacia el final, en el subte, regala al chico junto con<br />
un billete <strong>de</strong> diez pesos, a cambio <strong>de</strong> una estampita<br />
<strong>de</strong> San Jorge. Sumado a esto, la bendita canción <strong>de</strong><br />
Rita Pavone que apenas pue<strong>de</strong> recordar, y que cierra<br />
bellamente la película. Por otro lado, Juan tiene a su<br />
padre preso. Recor<strong>de</strong>mos que la escena en que va a<br />
visitarlo a la cárcel, con el escamoteo <strong>de</strong> la caja <strong>de</strong> cigarros<br />
<strong>de</strong> por medio, es la única verda<strong>de</strong>ra (a<strong>de</strong>más<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> final, por supuesto), es la única escena cierta, que<br />
escapa claramente al simulacro general que es la película<br />
toda.<br />
Juan tiene un padre y una infancia, que si bien apenas<br />
recuerda, al menos valora y rescata. Esa compleja relación<br />
con su padre lo lleva a un estado melancólico.<br />
Recor<strong>de</strong>mos que ese resto <strong>de</strong> espiritualidad que Juan<br />
conserva lo aleja <strong>de</strong> la euforia en el triunfo final (la escena<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> subte con toda su connotación <strong>de</strong> <strong>de</strong>scenso<br />
a los infiernos y posterior ascensión), y lo hace caer <strong>de</strong><br />
lleno en la melancolía...<br />
En este sentido, se nos hace más claro al comparar a<br />
Juan con el resto <strong>de</strong> los personajes que participaron<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> simulacro: en la última escena, cuando Juan entra<br />
al garage-aguanta<strong>de</strong>ro, todos los actores <strong><strong>de</strong>l</strong> botín<br />
están gastando el dinero obtenido a cuenta en una<br />
partida <strong>de</strong> poker, <strong>de</strong> lo más felices, <strong>de</strong> lo más ciegos...<br />
<strong>de</strong>mostrando, en su celebración, el único fin <strong>de</strong> la<br />
aventura: Lo Material. Todo esto, bellamente ironizado<br />
por Bielinsky, a través <strong>de</strong> la caja don<strong>de</strong> están las<br />
fichas <strong><strong>de</strong>l</strong> juego, que fue una <strong>de</strong> las cajas <strong>de</strong> cigarros<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> padre <strong>de</strong> Juan, y también la clave, o sustancia,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>splegó toda la ficción: Los cigarros<br />
que llevan el nombre <strong><strong>de</strong>l</strong> film (Nueve Reinas).<br />
Mi Buenos Aires querido. Uno <strong>de</strong> los mayores aciertos<br />
<strong>de</strong> Fabián Bielinsky, el director <strong>de</strong> “Nueve Reinas”<br />
(su opera prima) es la presentación, el enfoque <strong>de</strong> la<br />
ciudad. Buenos Aires nos es mostrada como con un<br />
aire <strong>de</strong> familia, es real y contun<strong>de</strong>nte, perfectamente<br />
reconocible, y hasta querible a medida que vamos<br />
recorriendo la película. Correspon<strong>de</strong> hacer esta aclaración,<br />
ya que es muy común en nuestro pobre <strong>cine</strong><br />
argentino caer en los ya gastados clisés simétricos <strong>de</strong>,<br />
por un lado, la ciudad extremadamente sucia, don<strong>de</strong><br />
todo es nada más que basura, y por otro, la engañosa<br />
ciudad turística y liberal, en la que todo es pura (aparente)<br />
belleza sin contenido.<br />
El Final. Si, como suponemos, Marcos representa, <strong>de</strong><br />
alguna manera, el mal, por su ceguera, su cortedad; y<br />
Juan, aunque sea intuitivamente, representa al bien,<br />
no es menos cierto que a lo largo <strong><strong>de</strong>l</strong> periplo que los<br />
ha llevado a ambos a sus respectivos y fatales <strong>de</strong>stinos,<br />
Juan se ha contaminado un poco <strong>de</strong> Marcos. Esto<br />
ha sido remarcado por el director en la última toma<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> film: Juan le miente a Valeria regalándole un anillo<br />
robado que aún conserva. Juan, a esta altura un poco<br />
alienado, intenta, o intentará, armar, recrear junto a<br />
Valeria (que se suelta el pelo mostrando su cambio<br />
<strong>de</strong> postura) la célula inicial <strong>de</strong> lo que se ha perdido. A<br />
partir <strong>de</strong> aquel plus que la película pone en el perso-
naje <strong>de</strong> Juan es que se <strong>de</strong>positará (en él) la continuidad<br />
<strong>de</strong> una tradición entrecortada y casi perdida, y<br />
porqué no (históricamente) el camino <strong>de</strong> una Argentina<br />
Posible.<br />
| 227
AVATAR<br />
(James Cameron, 2009)<br />
228 |<br />
Guión y Dirección: James Cameron<br />
Estreno: 1 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 2010<br />
Elenco:<br />
Sam Worthington<br />
Zoe Saldana<br />
Sigourney Weaver<br />
Stephen <strong>La</strong>ng<br />
Joel Moore<br />
Giovanni Ribisi<br />
Michelle Rodriguez<br />
<strong>La</strong>z Alonso<br />
Wes Studi<br />
CCH Poun<strong>de</strong>r<br />
Dileep Rao<br />
Matt Gerald<br />
Sean Anthony Moran<br />
Jason Whyte<br />
Scott <strong>La</strong>wrence<br />
“… Como suce<strong>de</strong> en Titanic, don<strong>de</strong> la cita es kitsch por quien bautizan la<br />
nave, así suce<strong>de</strong> en Avatar y doblemente. Aquí tanto el experimento <strong>de</strong><br />
mutar a una persona con restos <strong>de</strong> otra y hermana suya, como el propio<br />
satélite adon<strong>de</strong> los “restos” <strong>de</strong> la tierra se aprestan a explotar -y que llaman<br />
Pandora-, reduplica el vaciamiento mítico-simbólico que en Titanic<br />
era tan solo uno. Si aquí la nave orgullosa y altiva en su viaje inaugural<br />
tecnifica el mito con su nombre, en el fin <strong>de</strong> esta empresa predatoria y ya<br />
con una Tierra exhausta que viaja en un nave-factoría-laboratorio para<br />
apropiarse <strong>de</strong> un bien mineral en un satélite, <strong>de</strong>be no solo como digo reduplicar<br />
la tecnificación <strong><strong>de</strong>l</strong> mito como en Titanic sino que en su anemia<br />
bulímica <strong>de</strong>be proce<strong>de</strong>r doblemente.<br />
Avatar.<br />
Por un lado y una vez más, con uno proce<strong>de</strong>nte <strong><strong>de</strong>l</strong> común pasado griego<br />
europeo –Pandora- y pero aquí sumado a otro <strong>de</strong> origen hindú –Avatar.<br />
O sea se va hasta más atrás y hasta el propio origen indoeuropeo común<br />
<strong>de</strong> lo que llamamos lo europeo y tanto en Europa como en América.<br />
Digamos también que al sumar globalmente ambos orígenes, es como<br />
si la fuerza mántica <strong>de</strong> ambos unidos hiciera estallar tanto como epifanía<br />
como explosión “mecánica” a los que así tecnifican el mito. Tendríamos y<br />
para resumir y ponernos en tema tres reacciones. <strong>La</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> jefe militar y la
Cameron dirigiendo Avatar.<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> manager, luego la <strong><strong>de</strong>l</strong> o la -en este caso-, científica, y finalmente la <strong>de</strong><br />
Jake, el héroe –que es también varias otras cosas como veremos.<br />
Es <strong>de</strong>cir, puesto frente a lo raigal y lo originario se tendrían tres respuestas:<br />
el odio y la explotación, el <strong>de</strong>seo o voluntad <strong>de</strong> saber en sentido<br />
primero profano y luego –vía la Gracia- el saber tradicional –claro que in<br />
extremis-, y luego el pleno conocimiento que es Amor tanto como Eros<br />
como Ágape, claro que antes ese héroe tiene que pa<strong>de</strong>cer, física, carnalmente<br />
en su propia creación o más bien en su re-creación…”<br />
| 229<br />
Ángel Faretta<br />
Una <strong>de</strong> las bellas y extraordinarias simetrías <strong>de</strong> “Titanic” (1997) es aquella<br />
que plantea la inexistencia <strong>de</strong> botes. No hay botes suficientes en el<br />
barco ante un acci<strong>de</strong>nte. No hay botes sociales ante un capitalismo <strong>de</strong>spiadado<br />
y salvaje. No hay botes espirituales en un mundo materialista<br />
y nihilista que ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> lado toda impronta metafísica. El extremo,<br />
anterior y posterior <strong>de</strong> esta metáfora es manifestada por James Cameron<br />
en “Avatar”.<br />
El mito ha sido tecnificado, vaciado <strong>de</strong> sentido, doblemente. El mundo<br />
mo<strong>de</strong>rno confun<strong>de</strong> Pandora con el infierno, cuando es casi al revés. <strong>La</strong><br />
apelación (transponiendo lo griego y lo hindú) a lo indoeuropeo como
230 |<br />
forma arquetípica bien lejana <strong>de</strong> los orígenes <strong>de</strong><br />
nuestra civilización. <strong>La</strong>s recurrencias a “Apocalipsis<br />
Now” <strong>de</strong> Coppola, siendo este film, la gran vía <strong>de</strong><br />
acceso a la auto<strong>de</strong>strucción <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre mo<strong>de</strong>rno. Y<br />
otras tantas cosas más sobre las que ensayaremos en<br />
este trabajo, más otras que quedarán en manos <strong>de</strong> los<br />
lectores y su libre albedrío.<br />
Pandora<br />
Por un lado, Pandora es el mundo antes <strong>de</strong> la caída, y<br />
por otro, más claramente: es la oportunidad <strong>de</strong> un <strong>de</strong>spués.<br />
Allí viven, sin <strong>historia</strong> hasta el final <strong><strong>de</strong>l</strong> film, los<br />
Na’vi, un grupo <strong>de</strong> lugareños que tienen una religiosidad<br />
muy marcada, viven en un Árbol – Casa (eje vertical)<br />
que comunica el cielo con la tierra. El Axis Mundi. No hay<br />
en Pandora ningún tipo <strong>de</strong> divinización pagana a la naturaleza,<br />
como algunos nos quieren hacer creer. Hay un<br />
Dios, sólo uno, éste interviene en la Historia, se le reza, y<br />
la cotidianeidad <strong>de</strong> la vida está pautada por rituales absolutamente<br />
<strong>de</strong>finidos. El film nos plantea muy a fondo<br />
la cuestión acerca <strong>de</strong> qué es lo real y qué lo imaginario.<br />
Una cita <strong>de</strong> Natalia Zlachevsky: “… En Dark Angel partimos<br />
<strong>de</strong> una silla <strong>de</strong> ruedas para postular al ser humano<br />
en caída, y encontramos en Max y Logan tanto la complementariedad<br />
Fuerza – Conocimiento, como la <strong>de</strong><br />
Eros – Ágape. En AVATAR lleva el <strong>cine</strong> a su secreto: que<br />
la díada es heróica en tanto refundación <strong>de</strong> la comunidad…”<br />
Trifuncionalidad<br />
Georges Dumézil, pensador francés <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XX, divi<strong>de</strong><br />
la función social indoeuropea en tres: <strong>La</strong> función soberana<br />
que a su vez se divi<strong>de</strong> en el monarca (el que administra<br />
lo político) y el sacerdote (que administra lo sagrado);<br />
la función guerrera (el soldado, el militar, el que guarda<br />
y conserva un or<strong>de</strong>n, el que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> las fronteras); y<br />
la función <strong>de</strong> la producción (el artista, el trabajador, el<br />
agricultor, etc). Cabe aclarar, que <strong>de</strong> aquí se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong><br />
más que bellamente la “Autopsia <strong>de</strong> Creso” <strong>de</strong> nuestro<br />
Leopoldo Marechal.<br />
En Avatar tenemos bien clara la trifuncionalidad en<br />
Pandora. Y terriblemente clara en los humanos: el<br />
manager, empresario, Creso, Burgués ocupa (sabemos<br />
que ha usurpado tal lugar) la función soberana,<br />
el militar ocupa <strong>de</strong> manera paródica la función guerrera<br />
(veremos a lo largo <strong><strong>de</strong>l</strong> film como Jake, el protagonista,<br />
la recupera), la función <strong>de</strong> la producción,<br />
finalmente, es aplicable a los científicos y soldados <strong>de</strong><br />
la expedición a Pandora.<br />
El trabajo con la trifuncionalidad le sirve a Cameron<br />
para entretejer hermosamente el tiempo con la eternidad,<br />
ya que ambas funciones, todo lo caída que<br />
sean funcionan en espejo entre un lugar y el otro, y<br />
el avatar es quien lo comunica. Recor<strong>de</strong>mos que las<br />
lágrimas expresan, también, la entrada en el tiempo.<br />
Recor<strong>de</strong>mos también que avatar es la forma humana<br />
que un Dios toma para aparecérsele al hombre y no<br />
<strong>de</strong>struirlo.<br />
El carácter trifuncional ayuda también a que esto no<br />
se vea como un film ecologista o, peor aún, antiimperialista.<br />
Transcribo un párrafo <strong>de</strong> un escrito <strong>de</strong> Rodrigo<br />
Campos, <strong>de</strong> Buenos Aires, sobre estas cuestiones: “…<br />
Significativamente, en el momento <strong>de</strong> tomar la <strong>de</strong>cisión<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> ataque, el manager se sienta a reflexionar tal<br />
vez acerca <strong><strong>de</strong>l</strong> ‘humanismo’ que le exigen (los científicos)<br />
y le prometen (los militares). Mientras, hace girar<br />
con su <strong>de</strong>dito la muestra <strong>de</strong> inobtaniun. En este<br />
esquema invertido <strong>de</strong> mera expoliación material, el<br />
exceso <strong>de</strong> fuerza siempre llevará las <strong>de</strong> ganar, ya que<br />
no es más que la falla constitutiva <strong>de</strong> la función guerrera,<br />
ahora multiplicada por la movilización total. En<br />
este esquema, andar horizontalemente, es hundirse.<br />
Ahora bien, esta jerarquía invertida tiene un doble,<br />
una contratara que es meramente discursiva. <strong>La</strong> sobre<br />
mo<strong>de</strong>rnidad y su algarabía contemporánea, nos<br />
presentan a la explotación masiva y a la <strong>de</strong>strucción<br />
militar como males más o menos necesarios (en un<br />
más o menos ‘a <strong>de</strong>batir’ hasta el día <strong><strong>de</strong>l</strong> arquero). Esos<br />
males, en realidad, sostendrían un ‘progreso’ – cada<br />
vez más – in<strong>de</strong>finido, que tiene como punta <strong>de</strong> lan-
za a una supuesta ‘investigación científica’, que toma<br />
el lugar <strong>de</strong> bien absoluto mientras es acompañada<br />
por un basso continuo <strong>de</strong> panteísmo carnavalesco y<br />
naturalismo dietético. De allí, la sistemática presentación<br />
divulgadora <strong><strong>de</strong>l</strong> film como ‘fábula ecologista’…”<br />
<strong>La</strong> segunda función, la guerrera, se resuelve en el pasaje<br />
<strong>de</strong> Jake a esa otra, única y <strong>de</strong>finitiva, mejor vida.<br />
Apocalipsis Now<br />
<strong>La</strong>s Valquirias son las <strong>de</strong>ida<strong>de</strong>s femeninas que rescatan<br />
al guerrero heroíco. Es <strong>de</strong>cir, Cameron completa<br />
la visión y el uso <strong>de</strong> lo wagneriano en su film respecto<br />
a Apocalipsis Now. <strong>La</strong>s relaciones nihilistas, en sentido<br />
crítico, entre estos films son apabullantes. El jefe<br />
militar, el apuntar a la nada más gran<strong>de</strong> jamás concebida<br />
(la nada espiritual, claro está). Ese otro lugar<br />
<strong>de</strong> la esperanza, en el film <strong>de</strong> Coppola está bien fuera<br />
<strong>de</strong> campo en el catolicismo. En Avatar, se <strong>de</strong>posita en<br />
Pandora y en sus modalida<strong>de</strong>s religiosas.<br />
Si bien lo político, lo histórico es fundamental, raigal<br />
en un film como Apocalipsis Now, pensemos que<br />
Avatar trata <strong>de</strong> una comunidad entrando en la Historia,<br />
por supuesto que su sentido está más puesto en<br />
su carácter <strong>de</strong> Revelación, que en lo político histórico.<br />
Recor<strong>de</strong>mos que Jake comienza el film como un<br />
manda<strong>de</strong>ro (Willard) y termina como el verda<strong>de</strong>ro<br />
héroe trascen<strong>de</strong>nte.<br />
Volver a Griffith<br />
Ya Titanic era una vuelta a Griffith en muchos sentidos:<br />
las citas en imágenes y en diálogos, los años que<br />
recorre el film (el barco se hun<strong>de</strong> en abril <strong>de</strong> 1912), la<br />
transparencia diegética, el recurso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los planos,<br />
la trama, el género, el guión, lo oculto <strong>de</strong> sus símbolos,<br />
y un largo etcétera.<br />
nivel (lo que solemos llamar la primera <strong>historia</strong>) por<br />
gente <strong>de</strong> ambos sexos que van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los diez años <strong>de</strong><br />
edad hasta los ochenta sin ningún tipo <strong>de</strong> problemas.<br />
El film, por sus características <strong>de</strong> aventura, emoción,<br />
sencillez, simpleza aparente, tema, exposición, ritmo,<br />
pue<strong>de</strong> apreciarse y disfrutarse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las más variadas<br />
eda<strong>de</strong>s y con similares resultados. <strong>La</strong> prueba está en<br />
el éxito diverso <strong>de</strong> taquilla que obtuvo en, prácticamente,<br />
todo el mundo.<br />
Avatar es la obra <strong>de</strong> este siglo, sin dudas. Hasta ahora<br />
claro. El punto alcanzado por James Cameron en sentido<br />
religioso, básicamente, es único. Y si lo religioso y<br />
el arte se atan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tiempo atrás, <strong>de</strong> acuerdo a la tradición<br />
(sin confundirse, claro): este es el último gran<br />
film católico que ha dado el <strong>cine</strong> mundial. Dicho esto<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> todo punto <strong>de</strong> vista.<br />
| 231<br />
Pero Avatar, en este sentido aún más que Titanic, reprodujo<br />
un elemento fundamental <strong><strong>de</strong>l</strong> genio <strong>de</strong> Griffith,<br />
que tiene que ver con la universalidad <strong>de</strong> llegada<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> film. El famoso tema <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador y <strong>de</strong> a quién<br />
o quiénes nos dirigimos cuando hacemos un film.<br />
Avatar es un film que pue<strong>de</strong> ser visto, en un primer
PALABRAS FINALES<br />
A diferencia <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> clásico, el <strong>cine</strong> contemporáneo tuvo que afrontar las<br />
producciones sin los gran<strong>de</strong>s estudios, como así también, sin el sistema<br />
<strong>de</strong> estrellas con que se contaba antaño. Son muy pocos hoy en día, tanto<br />
los directores, como los intérpretes que pue<strong>de</strong>n sostener realmente la<br />
situación <strong>de</strong> hacer <strong>cine</strong>, y a la vez estar a la altura <strong>de</strong> las circunstancias.<br />
232 |<br />
Entre los directores, po<strong>de</strong>mos nombrar sólo a cuatro que, llegados al<br />
nivel <strong>de</strong> autoconciencia <strong>de</strong>splegado por Coppola, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que<br />
están verda<strong>de</strong>ramente a la altura <strong>de</strong> los tiempos que corren. Ellos son<br />
John Carpenter, William Friedkin, Brian De Palma y James Cameron. En<br />
una segunda línea, y distanciados <strong>de</strong> los anteriores, po<strong>de</strong>mos nombrar a<br />
Peter Weir (“The Truman Show”), David Mamet (“El Prisionero Español”),<br />
Paul Schra<strong>de</strong>r (“Affliction”), John Cassavetes (“Esposos”), Wes Craven (“<strong>La</strong><br />
Gente Detrás <strong>de</strong> las Pare<strong>de</strong>s”), Curtis Hanson (“Los Angeles Confi<strong>de</strong>ncial”)<br />
y el veterano (y gran guionista) Robert Benton (“Crepúsculo”). Ya un<br />
poco más atrás, los jóvenes Bryan Singer (“Los Sospechosos <strong>de</strong> Siempre”)<br />
y Roger Mitchell (“Fuera <strong>de</strong> Control”), Mel Gibson (“Corazón Valiente”), el<br />
gran actor Billy Bob Thornton (“Sling Bla<strong>de</strong>”), el recién llegado Randall<br />
Wallace (“Fuimos Soldados”), John Mac Tiernan (“Duro <strong>de</strong> Matar”) y el<br />
ya maduro Fred Walton (“Cuando Llama un Extraño”). Después vendrían<br />
los irregulares, algunos más que otros: Robert Zemekis (“Forrest Gump”),<br />
James Mangold (“Tierra <strong>de</strong> Policías”), Jeannot Szwarc (“Pi<strong>de</strong> al Tiempo<br />
Un truco más <strong>de</strong> Alfred Hitchcock.
que Vuelva”) y Joel Coen (“Fargo”), entre otros. <strong>La</strong> siguiente y heterogénea<br />
lista correspon<strong>de</strong> a autores casi anónimos, o directores que carecen<br />
<strong>de</strong> estilo, apenas manejan con corrección el oficio (hoy son legión): Ted<br />
Post (“Magnun Force”), Richard Pearce (“Sin Piedad”), Michael Lehman<br />
(“Hudson Hawk”), Remmy Harlin (“Duro <strong>de</strong> Matar II”), Taylor Hackford (“El<br />
Abogado <strong><strong>de</strong>l</strong> Diablo”), Harold Becker (“Alguien Sabe Demasiado”), Bruce<br />
Beresford (“Doble Culpa”), Roger Donalson (“Sin Salida”), entre tantos y<br />
tantos otros… Esto no quiere <strong>de</strong>cir que no hagan buenas películas, muy<br />
por el contrario. Algunas <strong>de</strong> las nombradas son <strong>de</strong> lo mejor que se ha hecho<br />
en la última década, pero en general no son directores que cuenten<br />
con una obra sólida, ni con puestas en escena que sobresalgan. Les falta<br />
visión <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, y habilidad para construir la forma para transmitirla.<br />
William Friedkin.<br />
Por último, están los directores, la mayoría <strong>de</strong> ellos maduros, que han<br />
<strong>de</strong>caído notablemente en sus obras <strong>de</strong> una década a esta parte. Autores<br />
que guardan en sus filmografías una que otra obra maestra pero que,<br />
lamentablemente, el correr vertiginoso <strong>de</strong> la era Coppola, los han <strong>de</strong>jado,<br />
por uno u otro motivo, a un costado <strong><strong>de</strong>l</strong> camino. Ellos son: Martin<br />
Scorsese (“Taxi Driver”), Walter Hill (“Driver”), Clint Eastwood (“Po<strong>de</strong>r Absoluto”),<br />
<strong>La</strong>wrence Kasdan (“El Turista Acci<strong>de</strong>ntal”), David Fincher (“Pecados<br />
Capitales”), Ridley Scott (“Alien, El Octavo Pasajero”), John Sayles<br />
(“Nena, Eres Tú”), Joe Dante (“Gremlins”), Jonathan Demme (“El Silencio<br />
<strong>de</strong> los Inocentes”) y Peter Bogdanovich (“<strong>La</strong> Última Película”), entre otros.<br />
Aclaramos que dichos directores han mantenido unas obras más que importante<br />
hasta mediados o fines <strong>de</strong> los años noventa. Del resto <strong>de</strong> los<br />
directores, no vamos a emitir comentario alguno en este ensayo.<br />
| 233<br />
El traspaso <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s estudios a manos anónimas, el paso <strong>de</strong> ser<br />
gran<strong>de</strong>s empresas familiares y anti liberales a ser corporaciones, socieda<strong>de</strong>s<br />
anónimas, empresas gigantes <strong>de</strong> la operativa industrial norteamericana<br />
como lo son hoy IBM, Coca Cola, Ford, o cualquier empresa petrolera,<br />
entre otras, dicho pasaje, <strong>de</strong>cimos, produjo la separación <strong>de</strong>finitiva<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> para con la función central que fue creado por Griffith. De ser<br />
una cuña, una piedra en el zapato <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema liberal contemporáneo,<br />
paso a ser, excepto contadísimos casos, cómplice, y hasta actor central<br />
en la política cultural nihilista que reina en este siglo XXI.<br />
Como <strong>de</strong>cíamos más arriba, sólo un grupo <strong>de</strong> contadísimos directores<br />
sostienen, junto a Coppola, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace varias décadas atrás, al <strong>cine</strong> tal<br />
cual fue concebido por su creador Griffith, y continuado por los gran<strong>de</strong>s<br />
maestros <strong>de</strong> los treinta y cuarenta. Proponemos un breve comentario<br />
acerca <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> estos pocos autores, <strong>de</strong> los que no hemos escrito<br />
hasta aquí, como para finalizar la tarea propuesta.
Confusión y enredos en <strong>La</strong> Malvada <strong>de</strong> Joseph Leo Mankiewicz.<br />
234 |<br />
David Mamet y Paul Schra<strong>de</strong>r. Mamet es un muy buen guionista (“Los<br />
Intocables” en 1987 <strong>de</strong> Brian De Palma) y un reconocido dramaturgo <strong>de</strong><br />
origen judío, que llegó a la actividad como director, con “Casa <strong>de</strong> Juegos”<br />
(1987), don<strong>de</strong> comenzó a perfilar un estilo que tiene que ver con el simulacro<br />
y la realización <strong>de</strong> una puesta en escena <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> otra. Rondando<br />
el melodrama y el policial, siguieron films como el magistral “<strong>La</strong>s Cosas<br />
Cambian” (1989), “Homicidio” (1991), la extraordinaria “El Prisionero Español”<br />
(1997) y “Un Plan Perfecto” (2001), entre otras.<br />
Paul Schra<strong>de</strong>r es otro gran guionista (“Taxi Driver” en 1976 <strong>de</strong> Martin<br />
Scorsese) que, más tar<strong>de</strong>, en 1980, comenzó su etapa como director<br />
(“Blue Collar”). De origen protestante, este autor fue perfilando una obra<br />
interesante en la que la soledad, el <strong>de</strong>smembramiento <strong>de</strong> las relaciones<br />
humanas, la relación <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> con la cultura <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado, como así también<br />
el lugar <strong>de</strong> Estados Unidos en el concierto mundial, fueron algunos<br />
<strong>de</strong> sus temas y motivos <strong>de</strong> un trabajo, algo irregular, es cierto, pero digno<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>stacar. Films como “Light of Day” (1987), “Light Sleeper” (1992) y<br />
“Affliction” (1997), <strong>de</strong>muestran lo que venimos diciendo.<br />
Nos restaría nombrar, al menos, a unos cuantos directores más que se<br />
<strong>de</strong>stacaron en el <strong>cine</strong> norteamericano actual. John Cassavetes, actor en<br />
más <strong>de</strong> setenta films, ya <strong>de</strong>saparecido hace casi veinte años, con algunas<br />
obras importantes, sobre todo en los ochenta (“Torrentes <strong>de</strong> Amor”
en 1984 y “Graves Problemas” en 1986). Otro gran guionista y muy buen<br />
director como Robert Benton, director <strong>de</strong>, entre otras, “<strong>La</strong>s Cosas <strong>de</strong> la<br />
Vida” (1994) y “Crepúsculo” (1998). El australiano Peter Weir, autor por<br />
momentos genial, en obras como: “<strong>La</strong> Última Ola” (1977), “Testigo en Peligro”<br />
(1985), “Matrimonio por Conveniencia” (1990), “Sin Miedo a la Vida”<br />
(1993) y “The Truman Show” (1998).<br />
Una <strong>de</strong> las cuestiones centrales <strong>de</strong> este trabajo es <strong><strong>de</strong>l</strong>imitar la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, como así también su importancia como sostén artístico<br />
y moral en el siglo pasado. Y el hecho <strong>de</strong> que nos <strong>de</strong>diquemos a concentrar<br />
nuestro trabajo en el <strong>cine</strong> producido mayoritariamente en los Estados<br />
Unidos tiene que ver, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> acotar nuestro trabajo <strong>de</strong> alguna<br />
manera, con la realidad palpable <strong>de</strong> que este <strong>cine</strong> fue el centro y eje <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
arte <strong>cine</strong>matográfico mundial.<br />
Alfred Hitchcock en 1972.<br />
Es lógico, entonces, que el <strong>cine</strong> sea un hecho inesperado, algo que no<br />
<strong>de</strong>bió haber existido, según los parámetros <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad, creado<br />
por un americano y <strong>de</strong>sarrollado lejos <strong><strong>de</strong>l</strong> centro liberal, no sólo europeo,<br />
sino también norteamericano. El <strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong> este a oeste <strong>de</strong> los<br />
primeros productores, que luego crearán los gran<strong>de</strong>s estudios, es una<br />
clave para enten<strong>de</strong>r esta cuestión. Porque, como sabemos, la revolución<br />
que produjo el <strong>cine</strong> no fue sólo artística y cultural, sino también política,<br />
al poner en dudas y cuestionar a las bases mismas <strong>de</strong> la mentalidad<br />
liberal mo<strong>de</strong>rna que, antes <strong>de</strong> la aparición <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, parecía tener todo<br />
resuelto, camino a un materialismo sin prece<strong>de</strong>ntes. El <strong>cine</strong> venía muñido<br />
<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, <strong>de</strong> una claridad acerca <strong>de</strong> los recursos económicos y <strong>de</strong><br />
cómo manejarse en el mundo (el famoso mercado), <strong>de</strong> un conocimiento<br />
exhaustivo <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo contemporáneo, <strong>de</strong> una conciencia plena <strong>de</strong> su<br />
alcance (millones <strong>de</strong> personas viendo la misma obra en pocas semanas),<br />
y <strong>de</strong> una voluntad tanto política como estética que lo volvió aún más<br />
fuerte, <strong>de</strong>bido a la pasividad e in<strong>de</strong>cisionismo en que se encontraba,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía ya tiempo, todo el arte en occi<strong>de</strong>nte. Tengamos en cuenta<br />
que el <strong>de</strong>bate sin toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión es precisamente lo que propone la<br />
mo<strong>de</strong>rnidad, permitiendo que nos abandonemos aún en las más terribles<br />
extravagancias. Todo lo contrario a esto fue el <strong>cine</strong>, sobre todo el<br />
norteamericano.<br />
| 235<br />
Obras como la <strong>de</strong> Keaton, Vidor, Capra, Ford y Walsh, para nombrar sólo a<br />
algunos <strong>de</strong> los pioneros, dan cuenta <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>cimos y explican el por<br />
qué <strong>de</strong> la incomodidad que tales films produjeron. Porque un buen film,<br />
o una buena obra <strong>de</strong> arte, más allá <strong><strong>de</strong>l</strong> placer que genera y la belleza que<br />
emana, es también algo incómodo, algo que piensa y nos hace pensar,
algo que reflexiona, que nos plantea otra cosa, y que por supuesto, <strong>de</strong><br />
alguna manera nos incomoda.<br />
El <strong>cine</strong> hecho en Estados Unidos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Griffith a Coppola, ha sido una<br />
conjunción <strong>de</strong> productores y artistas <strong>de</strong> todo el mundo que <strong>de</strong>volvieron,<br />
o intentaron hacerlo, parte <strong><strong>de</strong>l</strong> sentido tradicional <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte y que<br />
acomodaron las cosas y los pensamientos, al menos virtualmente, en un<br />
mundo que corre hacia la nada. Atendiendo <strong>de</strong> esta manera a sus inalienables<br />
<strong>de</strong>beres comunitarios.<br />
236 |<br />
Nos restarían dos cosas: Primero, recomendar al lector el repaso <strong>de</strong> las<br />
obras citadas, <strong>de</strong> acuerdo a sus posibilida<strong>de</strong>s, ya que si no, como escribimos<br />
más arriba, todo esto no tendría sentido. Con un criterio <strong>de</strong>spojado<br />
<strong>de</strong> las modalida<strong>de</strong>s periodísticas, la mayor atención, la predisposición<br />
necesaria, y el análisis más cuidadoso y exhaustivo, se verá que obras<br />
como “Intolerancia”, “Fausto”, “El Maquinista <strong>de</strong> la General”, “Los Muelles<br />
<strong>de</strong> Nueva York”, “Sucedió una Noche”, “<strong>La</strong> Diligencia”, “Alta Sierra”, “Cat<br />
People”, “<strong>La</strong> Loba”, “<strong>La</strong>s Tres Noches <strong>de</strong> Eva”, “<strong>La</strong>ura”, “<strong>La</strong> Mujer <strong><strong>de</strong>l</strong> Cuadro”,<br />
“El Desvío”, “Qué Bello es Vivir”, “<strong>La</strong> Soga”, “Carta <strong>de</strong> una Enamorada”, “Uno<br />
Contra Todos”, “Alma Negra”, “<strong>La</strong> Malvada”, “Johnny Guitar”, “<strong>La</strong> Ventana<br />
Indiscreta”, “<strong>La</strong> Bomba <strong><strong>de</strong>l</strong> Rock and Roll”, “Mientras la Ciudad Duerme”,<br />
“Les Girls”, “Río Bravo”, “Vértigo”, “Dios Sabe Cuanto Amé”, “Imitación <strong>de</strong> la<br />
Vida”, “Psicosis”, “Los Cuatro Jinetes <strong><strong>de</strong>l</strong> Apocalipsis”, “El Car<strong>de</strong>nal”, “Marnie”,<br />
“Siete Mujeres”, “Ricas y Famosas”, “El Padrino” y “Apocalipsis Now”,<br />
“Titanic” y “Avatar”, entre otras tantas, fueron y son el centro <strong>de</strong> la belleza<br />
y <strong><strong>de</strong>l</strong> pensamiento <strong>de</strong> algo llamado occi<strong>de</strong>nte, al menos en los últimos<br />
cien años.<br />
Reglas <strong>de</strong> Combate <strong>de</strong> William Friedkin.<br />
<strong>La</strong> segunda cuestión tiene que ver con los agra<strong>de</strong>cimientos y las citas.<br />
Empiezo por nuestro maestro Ángel Faretta, a quien usamos y citamos<br />
hasta el cansancio, y que sin sus textos, sus clases, y todas y cada una <strong>de</strong><br />
sus enseñanzas, este trabajo como muchos otros serían, prácticamente,<br />
imposibles. Lo mismo a sus alumnos y ex alumnos que nos han <strong>de</strong>sasnado<br />
un poco sobre algunas cuestiones. Agrego, por supuesto a otros<br />
maestros menores que nos ayudaron a la distancia: Andrew Sarris, Robin<br />
Wood, Victor Perkins, Jean Mitry, Michael Chion, Edgar Morin, Peter Bogdanovich,<br />
Francois Truffaut, y André Bazin.
»<br />
Bibliografía Consultada<br />
El Concepto <strong><strong>de</strong>l</strong> Cine (Ángel Faretta)<br />
Mito, Método y Recurso (Ángel Faretta)<br />
Estética y Psicología <strong><strong>de</strong>l</strong> Cine (Jean Mitry)<br />
El Cine Norteamericano (Andrew Sarris)<br />
Howard Hawks (Robin Wood)<br />
Alfred Hitchcock (Robin Wood)<br />
El Lenguaje <strong><strong>de</strong>l</strong> Cine (Víctor Perkins)<br />
Espíritu <strong>de</strong> Simetría (Ángel Faretta)<br />
El Cine o el Hombre Imaginario (Edgar Morin)<br />
El Cine según Hitchcock (Francois Truffaut)<br />
| 237<br />
Cómo se escribe un Guión (Michel Chion)<br />
<strong>La</strong> Audiovisión (Michel Chion)<br />
<strong>La</strong> Pasión Manda (Ángel Faretta)<br />
Breve Historia <strong><strong>de</strong>l</strong> Cine Norteamericano (Alberto Tricarico)