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La historia del cine - Universidad de La Punta (ULP)

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»<br />

Películas<br />

Historia <strong><strong>de</strong>l</strong> Cine<br />

fundamentales para el aprendizaje<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje <strong>cine</strong>matográfico<br />

Alberto Tricarico / Fernando Saad


Coordinación General<br />

Nestor Arellano<br />

Coordinación <strong>de</strong> Contenido<br />

Melina Manzur<br />

Edición<br />

Darío Cal<strong>de</strong>rón<br />

Coordinación <strong>de</strong> Diseño<br />

Natalia Perinetti<br />

Diseño<br />

Rocío Juárez, Fernanda Rubio<br />

Diseño <strong>de</strong> tapa<br />

Diego González<br />

1ª edición<br />

ISBN: en trámite<br />

© <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>La</strong> <strong>Punta</strong>, 2011<br />

Queda hecho el <strong>de</strong>pósito que establece la Ley 11.723<br />

Libro <strong>de</strong> edición argentina<br />

No se permite la reproducción parcial o total, el almacenamiento, el alquiler, la<br />

transmisión o la transformación <strong>de</strong> este libro, en cualquier forma o por cualquier medio,<br />

sea electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos sin el<br />

permiso previo y escrito <strong><strong>de</strong>l</strong> editor. Su infracción está penada por las leyes 11.723 y 25.446


»<br />

Historia<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Cine<br />

Películas fundamentales para el aprendizaje<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje <strong>cine</strong>matográfico


Un agra<strong>de</strong>cimiento muy especial para Daniela Castro,<br />

una ex alumna, por su colaboración en la revisión y<br />

corrección <strong><strong>de</strong>l</strong> texto.


» Prólogo<br />

Historia <strong><strong>de</strong>l</strong> Cine<br />

El conocimiento pulsó el click <strong>de</strong> una nueva revolución para la humanidad<br />

y en nuestro planeta se viven tiempos exponenciales. <strong>La</strong>s innovaciones,<br />

cada vez más frecuentes, reconfiguran todo lo conocido y las<br />

socieda<strong>de</strong>s las adoptan a mayor velocidad.<br />

Atravesamos una tormenta perfecta que afecta todos los aspectos <strong>de</strong> la<br />

vida cotidiana. Y ante su inexorabilidad es necesario prestar atención a<br />

los cuatro factores que la componen: la revolución tecnológica, la revolución<br />

económica, la revolución social; y la participación <strong>de</strong> la generación<br />

<strong>de</strong> nativos digitales y jóvenes, que sientan un prece<strong>de</strong>nte histórico:<br />

por primera vez, ellos saben más <strong>de</strong> un tema que sus padres.<br />

El futuro no se pue<strong>de</strong> pre<strong>de</strong>cir, pero se pue<strong>de</strong> participar en su invención<br />

en forma colaborativa, con todos los integrantes <strong>de</strong> una sociedad formada,<br />

capacitada, interesada, que disponga <strong><strong>de</strong>l</strong> conocimiento para generar<br />

innovaciones que optimicen la productividad y el <strong>de</strong>sarrollo económico.<br />

Queremos que quienes habitan nuestro suelo puedan aprovechar las<br />

posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> esta tormenta <strong>de</strong> categoría 6. Para esto hemos planificado<br />

y ejecutamos, en forma sistemática y coherente, un plan a 20 años,<br />

San Luis Digital.<br />

| 7<br />

Nuestra agenda digital se estructura en seis ejes: Infraestructura, Educativo,<br />

Tecnológico, Productivo, Marco Legal y Gobierno Electrónico.<br />

Hoy tenemos más <strong>de</strong> 235 iniciativas para lograr:<br />

• Exportar más productos con contenido tecnológico.<br />

• Generar una red <strong>de</strong>nsa <strong>de</strong> usuarios <strong>de</strong> Internet —inclusión digital<br />

<strong>de</strong> toda la población—.<br />

• Contar con más profesionales en ciencia e ingenierías<br />

• Y, sobre todo, tener una base más amplia <strong>de</strong> trabajadores con<br />

educación secundaria completa y con mejores habilida<strong>de</strong>s en<br />

matemática, lectura, escritura, ciencia y tecnologías <strong>de</strong> la información<br />

y la comunicación (Tics).<br />

Algunas cifras testimonian elocuentemente el grado <strong>de</strong> avance <strong>de</strong> San<br />

Luis en materia tecnológica y educativa —políticas clave <strong>de</strong> cara<br />

al futuro—.<br />

• Todas las localida<strong>de</strong>s con más <strong>de</strong> veinte habitantes tienen internet<br />

<strong>de</strong> banda ancha gratuita a través <strong>de</strong> Wi-Fi.


8 |<br />

• El 70% <strong>de</strong> los hogares sanluiseños cuentan<br />

con al menos una computadora.<br />

• <strong>La</strong> penetración <strong>de</strong> Internet es <strong><strong>de</strong>l</strong> 74,2%, la más<br />

alta <strong><strong>de</strong>l</strong> país, por encima <strong>de</strong> la media nacional<br />

que es <strong><strong>de</strong>l</strong> 50,3%.<br />

En lo que respecta al sector educativo, las acciones<br />

abarcan a docentes y alumnos.<br />

• El 85% <strong>de</strong> los educadores <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema educativo<br />

provincial han sido formados en las nuevas<br />

tecnologías, matemática, astronomía, y geotecnologías.<br />

• El 50% <strong>de</strong> las escuelas rurales tienen planes <strong>de</strong><br />

mejoramiento <strong>de</strong> la enseñanza en las disciplinas<br />

estratégicas: matemática, lengua, ciencia y<br />

tics.<br />

• Contamos con 42 Centros <strong>de</strong> Inclusión Digital<br />

(CID), distribuidos en todo el territorio, que permiten<br />

formar a las comunida<strong>de</strong>s en el uso <strong>de</strong><br />

las nuevas tecnologías para mejorar su calidad<br />

<strong>de</strong> vida. Los mayores <strong>de</strong> 16 años pue<strong>de</strong>n asistir<br />

a estos centros para completar su escolaridad<br />

primaria y secundaria. Durante el 2009 la asistencia<br />

a estos centros fue masiva.<br />

• Todos los Chicos en la Red es el plan por el cual<br />

todos los alumnos <strong>de</strong> primero a sexto grado,<br />

<strong>de</strong> treinta localida<strong>de</strong>s, recibieron una computadora,<br />

al igual que sus maestros. Tiene como<br />

objetivo mejorar la calidad educativa. Alcanza<br />

al 14% <strong>de</strong> los estudiantes <strong>de</strong> primaria. De este<br />

modo, los niños <strong>de</strong> San Luis estudian con una<br />

computadora, con software educativo y conectividad<br />

a internet tanto en la escuela como<br />

en sus hogares, con docentes que incluyen<br />

Tics en sus prácticas pedagógicas.<br />

• Con los estudiantes <strong>de</strong> este plan se implementa<br />

la propuesta colaborativa medioambiental<br />

y digital Balance Cero, que consiste en calcular<br />

el dióxido <strong>de</strong> carbono emitido producto <strong>de</strong> la<br />

generación <strong>de</strong> energía eléctrica que se consume<br />

en los hogares. Determinada la cantidad<br />

dióxido <strong>de</strong> carbono se calcula la cantidad <strong>de</strong><br />

árboles necesarios para capturar ese gas y lograr<br />

el balance entre emisión y captura. Con<br />

esta iniciativa, 13 localida<strong>de</strong>s izaron la ban<strong>de</strong>ra<br />

<strong>de</strong> balance cero, y en otras 17 se está plantando.<br />

Este año se sumarán como parte <strong>de</strong> Balance<br />

Cero, acciones <strong>de</strong> compensación para el<br />

transporte, la calefacción y los residuos.<br />

• Para alentar el esfuerzo y el estudio todos los<br />

años se realizan las Olimpíadas Sanluiseñas<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Conocimiento, dirigidas a estudiantes <strong>de</strong><br />

primaria y secundaria. Se compite en forma<br />

virtual resolviendo tareas en la plataforma<br />

digital <strong>de</strong> aprendizaje (e-learning) <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong>.<br />

Los ganadores reciben importantes<br />

premios. En su edición <strong>de</strong> 2009, los ganadores<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> secundario viajaron a Italia a conocer los<br />

lugares don<strong>de</strong> Galileo Galilei estudió y enseñó.<br />

• También alentamos la lectura por su crucial importancia<br />

en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> habilida<strong>de</strong>s intelectuales.<br />

Como es sabido, el pensamiento se<br />

estructura con palabras y la capacidad lingüística<br />

hace la diferencia a la hora <strong>de</strong> interpretar y<br />

compren<strong>de</strong>r el mundo. Por ello, <strong>de</strong>sarrollamos<br />

el plan <strong>de</strong> lectura Contextos en instituciones<br />

educativas y centros <strong>de</strong> salud. Actualmente,<br />

se trabaja con chicos <strong>de</strong> nivel inicial y hasta<br />

segundo grado <strong><strong>de</strong>l</strong> primario, en espacios <strong>de</strong><br />

lectura con bibliografía especializada y personal<br />

que lee para introducir a los pequeños en el<br />

mundo <strong>de</strong> las letras. Con esta propuesta se ha<br />

llegado al 50% <strong>de</strong> los niños <strong>de</strong> nivel inicial.<br />

• Con un enfoque centrado en amigar a los<br />

jóvenes con el mundo <strong>de</strong> la programación<br />

informática, e interesarlos por carreras tecnológicas,<br />

se organiza el certamen Gaming.NET<br />

junto con Microsoft. En su edición 2009 este<br />

concurso <strong>de</strong> programación contó con 604<br />

inscriptos, provenientes <strong>de</strong> 57 escuelas, <strong>de</strong> 23<br />

localida<strong>de</strong>s. Con el mismo objetivo, este año<br />

se aña<strong>de</strong> Fútbol Robot, que implica el uso <strong>de</strong>


herramientas <strong>de</strong> programación para el <strong>de</strong>sempeño<br />

en la robótica autónoma móvil.<br />

• Para <strong>de</strong>spertar el interés <strong>de</strong> los puntanos por<br />

la ciencia creamos el Parque Astronómico <strong>La</strong><br />

<strong>Punta</strong> (PALP). Este espacio <strong>de</strong> divulgación<br />

científica está compuesto por dos planetarios,<br />

uno fijo y otro itinerante, un observatorio<br />

con dispositivos <strong>de</strong> última generación, y<br />

el Centro Interactivo <strong>de</strong> Ciencias, con doce<br />

módulos don<strong>de</strong> se explican diferentes nociones<br />

científicas. Se aña<strong>de</strong> un observatorio<br />

a ojo <strong>de</strong>snudo conformado por instrumentos<br />

<strong>de</strong> observación utilizados por diferentes<br />

pueblos en la antigüedad. El 40% <strong>de</strong> la población<br />

sanluiseña ha visitado el PALP y participado<br />

<strong>de</strong> sus propuestas.<br />

Estudios neurocientíficos han <strong>de</strong>mostrado el beneficio<br />

<strong>de</strong> algunos juegos para conseguir un mejor<br />

coeficiente intelectual y una mayor velocidad <strong>de</strong><br />

procesamiento cerebral. En cinco localida<strong>de</strong>s se ha<br />

comenzado con talleres que incorporan estos juegos<br />

específicos, complementados con arte y música para<br />

incentivar en los chicos la expresión creativa, artística<br />

y sensorial.<br />

Estas acciones están dirigidas a preparar a las nuevas<br />

generaciones sanluiseñas en las habilida<strong>de</strong>s que necesitarán<br />

para afrontar el mundo <strong><strong>de</strong>l</strong> mañana. Para<br />

estar preparados ante las nuevas ten<strong>de</strong>ncias es importante<br />

<strong>de</strong>sarrollar: el diseño (la forma sobre la función),<br />

la narración, la sinfonía (multicapacidad), la empatía<br />

(entendimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> otro), el sentido (por sobre la acumulación)<br />

y el juego, que marcarán las pautas <strong><strong>de</strong>l</strong> crecimiento<br />

socio-económico para los próximos 50 años.<br />

emplaza en el campus <strong>de</strong> la <strong>ULP</strong> don<strong>de</strong> confluyen el<br />

Estado, la aca<strong>de</strong>mia y la industria.<br />

En cuanto al gobierno electrónico se planifica digitalizar<br />

todo el sistema gubernamental para lograr mejores<br />

servicios, que permitan a los ciudadanos agilizar<br />

las gestiones en forma virtual. San Luis dio un paso<br />

<strong>de</strong>cisivo con la implementación <strong>de</strong> la infraestructura<br />

<strong>de</strong> clave pública (PKI) que posibilita la firma digital. Su<br />

aplicación en expedientes <strong>de</strong> organismos <strong><strong>de</strong>l</strong> Estado<br />

provincial ya es un hecho en varias reparticiones.<br />

El éxito <strong>de</strong> nuestros programas se respalda en los<br />

porcentajes citados. Estas cifras muestran los logros<br />

y avances <strong>de</strong> una agenda digital que se <strong>de</strong>sarrolla <strong>de</strong><br />

modo integral, con la mirada atenta a un mundo que<br />

vive tiempos interesantes.<br />

Estamos inmersos en una revolución científico-tecnológica<br />

y se abren gran<strong>de</strong>s oportunida<strong>de</strong>s para todas<br />

las socieda<strong>de</strong>s. Nosotros en San Luis queremos aprovecharlas.<br />

Trabajamos para que los habitantes <strong><strong>de</strong>l</strong> territorio<br />

puntano mejoren su calidad <strong>de</strong> vida y disfruten<br />

<strong>de</strong> los beneficios <strong>de</strong> la sociedad <strong>de</strong> la información.<br />

Construimos un presente próspero, siempre pensando<br />

en mañana. Planificamos, ejecutamos y hacemos las<br />

inversiones necesarias, porque estamos convencidos<br />

<strong>de</strong> que este el camino para participar en la invención<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> futuro.<br />

Alberto Rodríguez Saá, Abril 2010<br />

| 9<br />

Nuestra agenda también busca que se radiquen en<br />

la provincia empresas tecnológicas. Con ese fin creamos<br />

por ley el Parque Informático <strong>La</strong> <strong>Punta</strong> (PILP),<br />

que actualmente cuenta con 13 firmas <strong>de</strong> relevancia<br />

nacional e internacional. <strong>La</strong> tecnópolis puntana se


»<br />

Introducción<br />

El Instituto <strong>de</strong> Comunicación y Arte, <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>La</strong> <strong>Punta</strong> (<strong>ULP</strong>),<br />

surgió en el año 2006 con el propósito <strong>de</strong> formar recursos humanos calificados<br />

para insertarse en la industria <strong>cine</strong>matográfica, no sólo con los<br />

conocimientos técnicos necesarios sino, y sobre todo, con la impronta<br />

sanluiseña que garantice el crecimiento y la consolidación <strong>de</strong> producción<br />

<strong>cine</strong>matográfica <strong>de</strong> la provincia.<br />

En este afán es que la <strong>Universidad</strong> cuenta con un equipo docente distinguido<br />

integrado por profesionales <strong>de</strong> gran vocación e inquietu<strong>de</strong>s. El presente<br />

trabajo se <strong>de</strong>sarrolló como una herramienta <strong>de</strong> mejora en el aprendizaje<br />

<strong>de</strong> los estudiantes, y <strong>de</strong> consulta para los docentes, y todos aquellos<br />

involucrados en el proceso <strong>de</strong> enseñanza en todos los niveles.<br />

Para la <strong>ULP</strong>, este trabajo representa un aporte en la indagación <strong>de</strong> nuevas<br />

técnicas y formas <strong>de</strong> enseñanza, en don<strong>de</strong> el <strong>cine</strong> y los lenguajes audiovisuales<br />

cada día adquieren más relevancia.<br />

Diálogo, inquietud, reflexión, análisis, interacción, pasión, forman parte <strong>de</strong><br />

esta propuesta y son, sin dudas, sus principales características. Se trata <strong>de</strong><br />

una invitación a apren<strong>de</strong>r más y mejor, a través <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>.<br />

| 11<br />

<strong>La</strong> pasión por el <strong>cine</strong> es el primer motivo en el emprendimiento <strong>de</strong> esta<br />

tarea. El segundo seguramente tiene que ver con las interminables disquisiciones<br />

entre docentes y alumnos sobre estas cuestiones. En estas razones<br />

el presente texto argumenta su estilo coloquial, oral por momentos,<br />

discontinuo y con variantes <strong>de</strong> estilo.<br />

El libro intenta ser un diálogo, ida y vuelta, entre un docente y un alumno,<br />

o mejor dicho, entre varios docentes y muchos alumnos. Sobre <strong>cine</strong>, claro.<br />

Sobre la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. Los films que nos han marcado, sobre los que<br />

influyeron notoriamente el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> este lenguaje, sobre actores, autores,<br />

guionistas, directores y productores. Sobre artistas. Sobre Arte.<br />

Por esto el resultado obtenido es la diversidad, la elección ecléctica <strong>de</strong><br />

autores, el lenguaje, la terminología y hasta el estilo, por momentos dialogado.<br />

Creemos que el principal aporte <strong>de</strong> este trabajo es la forma fresca,<br />

franca, propia <strong><strong>de</strong>l</strong> diálogo entre personas que conversan <strong>de</strong> <strong>cine</strong>. Que<br />

aman al <strong>cine</strong>. Personas en las que el séptimo arte ocupa un lugar primordial,<br />

central e imprescindible en sus vidas.


Este libro propone un recorrido por los films y los autores más importantes<br />

<strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, <strong>de</strong> acuerdo a un criterio y un gusto propio. También<br />

evaluando la utilización que <strong><strong>de</strong>l</strong> material puedan disponer los estudiantes<br />

<strong>de</strong> <strong>cine</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> presente y <strong><strong>de</strong>l</strong> futuro en San Luis.<br />

En cada capítulo, y con el correr <strong><strong>de</strong>l</strong> libro, el lector encontrará un nuevo<br />

autor o un nuevo film que planteará nuevos aportes y enseñanzas en esta<br />

acelerada evolución <strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje <strong>cine</strong>matográfico.<br />

Interesan el autor y su contexto, el guión, la época, la estética, el <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> discurso fílmico, ciertos elementos narrativos, y los estilos y modos <strong>de</strong><br />

expresión <strong>de</strong> cada autor.<br />

Abundan las idas y vueltas en el tiempo y, por momentos, un lenguaje<br />

propio <strong>de</strong> la teoría <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, sin que esto provoque dificultad alguna a la<br />

lectura y el aprendizaje. A partir <strong><strong>de</strong>l</strong> análisis <strong>de</strong> los distintos films a lo largo<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> trabajo, se vuelve necesaria la visión <strong>de</strong> los mismos. Por lo que se recomienda,<br />

acompañar la lectura <strong><strong>de</strong>l</strong> material con la visión <strong>de</strong> las películas.<br />

12 |<br />

El texto apunta a un público especializado, que guste <strong><strong>de</strong>l</strong> arte <strong>cine</strong>matográfico,<br />

y a la vez contempla a lectores <strong>de</strong> otras carreras afines, estudiantes,<br />

docentes, personas relacionadas con lo pedagógico, etc. A<strong>de</strong>más brinda<br />

una ayuda, un soporte para el público en general que en algún momento<br />

<strong>de</strong>see acercarse al <strong>cine</strong>.<br />

Por último, creemos que este trabajo es valioso, no sólo por su contenido<br />

sino por su carácter institucional, ya que es la <strong>Universidad</strong> <strong>de</strong> <strong>La</strong> <strong>Punta</strong><br />

quien propone hacer público un material surgido <strong>de</strong> su seno a partir la<br />

tarea <strong>de</strong> docentes y profesionales <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> que se <strong>de</strong>sempeñan en la Institución.<br />

Fernando Saad y Alberto Tricarico


»<br />

Primera<br />

Índice<br />

Parte: Los Comienzos<br />

Griffith, el nacimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong><br />

Buster Keaton<br />

Metrópoli<br />

Sopa <strong>de</strong> gansos<br />

Los 39 escalones<br />

Furia<br />

Segunda Parte: Sistematización <strong><strong>de</strong>l</strong> Lenguaje<br />

Sólo se vive una vez<br />

<strong>La</strong> adorable revoltosa<br />

Sólo los ángeles tienen alas<br />

<strong>La</strong> Diligencia<br />

El Ciudadano<br />

Tercera Parte: Los Años Dorados<br />

Preston Sturges<br />

Casablanca<br />

Cat People<br />

<strong>La</strong> Sombra <strong>de</strong> una duda<br />

<strong>La</strong>ura<br />

Tener o no tener<br />

Qué bello es vivir<br />

Retorno al pasado<br />

Su último <strong>de</strong>ber<br />

<strong>La</strong> Soga<br />

Al filo <strong>de</strong> la noche<br />

Max Ophüls<br />

Uno contra todos<br />

Raoul Walsh<br />

<strong>La</strong> Malvada<br />

Vincente Minnelli I El Musical<br />

Johnny Guitar<br />

<strong>La</strong> Ventana indiscreta<br />

Más allá <strong><strong>de</strong>l</strong> olvido<br />

Más corazón que odio<br />

Vértigo<br />

Vincente Minnelli II El Melodrama<br />

Douglas Sirk<br />

Río Bravo<br />

15<br />

39<br />

57


Edgar Ulmer<br />

Psicosis<br />

Cuarta Parte: Los Borrosos Años sesenta<br />

Un Tiro en la noche<br />

Los Pájaros<br />

Marnie<br />

Los Hijos <strong>de</strong> Katie El<strong>de</strong>r<br />

<strong>La</strong>s cosas <strong>de</strong> la vida<br />

Quinta Parte: <strong>La</strong> Autoconciencia<br />

El Padrino<br />

El Exorcista<br />

<strong>La</strong> Conversación<br />

El Padrino II<br />

Halloween<br />

Apocalypse Now<br />

Ricas y Famosas, el último Cukor<br />

Brian De Palma I<br />

Testigo en Peligro<br />

Jardines <strong>de</strong> Piedra<br />

Tucker<br />

Duro <strong>de</strong> Matar<br />

El Padrino III<br />

Forrest Gump<br />

Nelly et Monsieur Arnaud<br />

Titanic<br />

The Rainmaker<br />

Brian De Palma II<br />

John Carpenter<br />

Nueve Reinas<br />

Avatar<br />

Palabras Finales<br />

Bibliografía Consultada<br />

137<br />

151<br />

237


»<br />

Primera Parte<br />

Los comienzos<br />

Griffith<br />

El nacimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> Cine<br />

“El Nacimiento <strong>de</strong> una Nación”<br />

(The Birth of a Nation, David Griffith, 1915)<br />

Guión: Thomas F. Dixon<br />

Dirección: David Griffith<br />

Estreno: 3 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1915<br />

Elenco:<br />

Lillian Gish<br />

Ralph Lewis<br />

Mae Marsh<br />

Miriam Cooper<br />

Henry B. Walthall<br />

Mary Al<strong>de</strong>n<br />

“Intolerancia” (Intolerance, David Griffith, 1916)<br />

Guión y Dirección: David Griffith<br />

Estreno: 5 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1916<br />

Elenco:<br />

Mae Marsh<br />

Robert Harron<br />

Sam De Grasse<br />

Vera Lewis<br />

| 15<br />

“<strong>La</strong>s Dos Tormentas” (Way Down East, David Griffith, 1920)<br />

Guión: William A. Brady y Joseph R. Grismer<br />

Dirección: David Griffith<br />

Estreno: 3 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1920<br />

Elenco:<br />

Lillian Gish<br />

Richard Barthelmess<br />

Lowell Sherman<br />

Kate Bruce<br />

Porter Strong<br />

David Wark Griffith nació en Grestwood, en el sur <strong>de</strong> los Estados Unidos,<br />

el 22 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1875. Comenzó su carrera artística como actor


<strong>de</strong> teatro, para luego continuarla, también actuando,<br />

en el <strong>cine</strong> (aún <strong>cine</strong>matógrafo). Más tar<strong>de</strong> se <strong>de</strong>dicó a<br />

escribir guiones, hasta que formó su propia productora<br />

y <strong>de</strong>sarrolló sus obras más importantes. Filmó<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1908 (sus primeros cortos) hasta 1931, fecha<br />

en la que abandona el <strong>cine</strong>. Es el creador <strong><strong>de</strong>l</strong> arte<br />

<strong>cine</strong>matográfico. Su raíz irlan<strong>de</strong>sa y protestante <strong>de</strong><br />

cuño sureño fue fundamental para sus obras, como<br />

así también para compren<strong>de</strong>r su invención. A<strong>de</strong>más<br />

<strong>de</strong> muchos <strong>de</strong> sus cientos <strong>de</strong> cortometrajes, sus obras<br />

más importantes son: “El Nacimiento <strong>de</strong> una Nación”<br />

(y <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>) (1915), “Intolerancia” (1916), “Corazones<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Mundo” (1918), “Sobre las Ruinas <strong><strong>de</strong>l</strong> Mundo”<br />

(1919), “<strong>La</strong>s Dos Tormentas” (1920), “América” (1924),<br />

y “<strong>La</strong> Batalla <strong>de</strong> los Sexos” (1928). Murió en Hollywood<br />

en 23 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1948, a los 73 años <strong>de</strong> edad.<br />

16 |<br />

¿Por qué empezar este largo ensayo con Griffith? ¿Por<br />

qué no? Cómo no, más bien. Griffith es el primero, el<br />

pionero, el principal. El Genio. Griffith reconvirtió el<br />

invento técnico, maquinal en arte narrativo. Griffith<br />

nos dio la posibilidad, una vez más, <strong>de</strong> volver a ser<br />

partícipes <strong>de</strong> lo estético. Algo que no ocurría <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el Barroco. Por eso Griffith. Por eso, primero Griffith.<br />

Empecemos.<br />

D. W. Griffith.<br />

<strong>La</strong> fábula <strong>de</strong> “El Nacimiento <strong>de</strong> una Nación” (1915) <strong>de</strong><br />

Griffith cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> dos familias que se separan<br />

producto <strong>de</strong> la guerra civil norteamericana.<br />

El Nacimiento <strong>de</strong> una Nación es el nacimiento <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

<strong>cine</strong>. Todos coinci<strong>de</strong>n que es la película que por primera<br />

vez, y <strong>de</strong>finitivamente, rompe con el esquema<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>matógrafo <strong>de</strong> los Lumiere (fotografía en movimiento),<br />

y <strong>de</strong>fine al <strong>cine</strong> como arte. Recursos técnicos,<br />

estéticos, estilísticos, rítmicos, etc. <strong>de</strong>satan <strong>de</strong><br />

una vez y para siempre el arte <strong>cine</strong>matográfico, esto<br />

es: Narración visual y Representación, simbólica y<br />

universal. Trataremos <strong>de</strong> explicarnos.<br />

Cuando los hermanos Lumiere patentaron el <strong>cine</strong>matógrafo<br />

hacia 1895, se lo tomó exactamente como<br />

lo que era: un mero entretenimiento producto <strong>de</strong><br />

una invención técnica, una más en la larga lista <strong>de</strong>


la época. El sistema <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad aprobó y celebró<br />

el nuevo aparato que justificaba sus proclamas<br />

humanistas <strong>de</strong> progreso, <strong>de</strong> orgullo por la técnica, <strong>de</strong><br />

bienestar y <strong>de</strong> confort. El siguiente paso fue dado por<br />

otro francés, George Mèliés, quien intentó modificar<br />

levemente los fines documentales y familiares <strong>de</strong><br />

aquella cámara tomavistas. Si los hermanos Lumiere<br />

y su círculo <strong>de</strong>cían que el naciente <strong>cine</strong>matógrafo<br />

reproducía la vida tal cual es, Mèliés propuso, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

sus filmaciones, hechas a base <strong>de</strong> trucajes, la vida tal<br />

cual no es. Del mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o real <strong>de</strong> los Lumiere, llegamos<br />

entonces al mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o irreal <strong>de</strong> Mèliés. El Primero como<br />

mejora <strong><strong>de</strong>l</strong> paradigma fotográfico, el segundo como<br />

continuidad <strong><strong>de</strong>l</strong> teatro <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s. Uno como burgués<br />

y dueño absoluto <strong>de</strong> los i<strong>de</strong>ales <strong>de</strong> la época, el<br />

otro como un romántico tardío, como una in<strong>de</strong>cisión<br />

más <strong>de</strong> los tantos romanticismos <strong>de</strong> la era técnica.<br />

Más tar<strong>de</strong>, otros europeos también, se postularon<br />

como continuadores en el <strong>de</strong>sarrollo <strong><strong>de</strong>l</strong> invento, algunos<br />

<strong>de</strong> ellos como documentalistas a lo Lumiere,<br />

otros como surrealistas a lo Mèliés.<br />

Pero el invento técnico cruzó el océano y se transformó<br />

en creación. De forma muy tibia al principio con<br />

Thomas A. Edison, un poco más cerca <strong>de</strong> la cuestión<br />

artística ya como narración, mediante Edwin S. Porter,<br />

para luego y ya <strong>de</strong>finitivamente, encuadrarse como<br />

continuidad estética <strong>de</strong> occi<strong>de</strong>nte con la tarea realizada<br />

por David Griffith; un occi<strong>de</strong>nte que ya había<br />

tirado la toalla ante los diferentes materialismos existentes,<br />

y los por venir.<br />

Cuando finalizó la guerra <strong>de</strong> las patentes por los <strong>de</strong>rechos<br />

al uso y explotación <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>matógrafo, hacia<br />

fines <strong>de</strong> 1908, todo estaba listo para dar el salto <strong>de</strong> lo<br />

que hoy convenimos en llamar <strong>cine</strong>. Pero el salto no lo<br />

pue<strong>de</strong> dar Edison, ganador <strong>de</strong> aquella guerra y ahora<br />

presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la flamante Motion Pictures Patents<br />

Company, por su atolondrada ligazón con la época, el<br />

sistema capitalista liberal, y sobre todo, porque jamás<br />

vio al <strong>cine</strong> como posibilidad artística futura, nunca<br />

creyó que el invento podría saltar por encima <strong>de</strong> su<br />

linaje técnico, ni <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> ser una mercancía atada al<br />

libre mercado. Tampoco pudo hacerlo <strong><strong>de</strong>l</strong> todo Porter,<br />

mano <strong>de</strong>recha <strong>de</strong> Edison, y ligado a la naciente<br />

industria con principios similares a su jefe. Hasta aquí,<br />

hay una avi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> ganancias económicas, mucho<br />

más altas que las preocupaciones comunitarias. Fue,<br />

precisamente, el sureño Griffith quien realizó el paso<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>matógrafo al <strong>cine</strong>, aquello que significó abandonar<br />

el invento técnico científico, como fin es sí mismo,<br />

para trasladarlo a procedimiento épico narrativo.<br />

Griffith asumió, cosa ya lejana para el arte <strong>de</strong> entonces,<br />

la cuestión territorial. Esto es: se postuló como un<br />

exponente <strong>de</strong> la comunidad que lo vio nacer, para <strong>de</strong>volver<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese lugar, una serie <strong>de</strong> valores universales<br />

que se podían ver, enten<strong>de</strong>r y terminar <strong>de</strong> crear en<br />

millones <strong>de</strong> cabezas <strong>de</strong> nuevos espectadores que ya<br />

habían perdido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mucho tiempo atrás la relación<br />

directa con la creación artística. Otra vez, el contemplador<br />

<strong>de</strong> arte (nuestro flamante espectador <strong>de</strong> <strong>cine</strong>)<br />

comparte el hecho <strong>de</strong> la creación estética viendo una<br />

ficción que se va entramando durante la mirada en<br />

proyección, y que relata, mediante el basamento mítico,<br />

no un hecho real <strong>de</strong> la vida (Lumiere), ni tampoco<br />

un hecho irreal (Mèliés), sino un junto a la vida…<br />

un espejo en don<strong>de</strong> somos y no somos ése que está<br />

ahí <strong>de</strong>scubriendo, buscando, conociendo…<br />

Cuando Griffith se planteó la cuestión <strong>de</strong> los planos,<br />

se planteó, en simultáneo, mediante qué cosas y por<br />

medio <strong>de</strong> qué procedimientos conocemos. Un primer<br />

plano en sus primeros films, hacia 1908-1910, nos<br />

mete <strong>de</strong> lleno en las diferentes relaciones y acercamientos<br />

a ese conocimiento. Y es también, hoy canónico,<br />

una forma distinta <strong>de</strong> acercarse a ése momento<br />

<strong>de</strong> la <strong>historia</strong>: el primer plano apela a la emoción, al<br />

sentimiento, el plano americano narra, cuenta acciones,<br />

y los planos generales <strong>de</strong>scriben la escena o <strong>de</strong>corado.<br />

Pero si bien todo esto es cierto, nada <strong>de</strong> esto hubiera<br />

convertido al <strong>cine</strong> en arte si no se hubiera creado<br />

| 17


18 |<br />

el fuera <strong>de</strong> campo. ¿Qué es el fuera <strong>de</strong> campo? Es el<br />

recurso estético mediante el cual lo que no aparece, lo<br />

que no se ve, cobra un significado extra, mayor, a partir<br />

<strong>de</strong> lo que sí se ve. Para explicarnos mejor: son todos los<br />

elementos que no se ven en imagen pero que están<br />

presentes, a pesar <strong>de</strong> ello, en la mente <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador.<br />

<strong>La</strong> trama se continúa, se completa en la cabeza <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

contemplador durante la proyección mediante este<br />

recurso, ya que el director trabaja con la memoria selectiva<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> público a partir <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados elementos<br />

que la puesta en escena <strong><strong>de</strong>l</strong> film va repartiendo en la<br />

diégesis como sutil suministro <strong>de</strong> información. Este<br />

es el verda<strong>de</strong>ro paso hacia la creación <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, ya que<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esto, aquello que hoy llamamos pre<strong>cine</strong> o<br />

pre<strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, y que se postulaba como oposición<br />

entre Lumiere-Mèliés, no era más que dos caras<br />

<strong>de</strong> una misma moneda. El fuera <strong>de</strong> campo fue el sello<br />

distintivo, y uno <strong>de</strong> los recursos fundamentales para el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, y fue utilizado, crecientemente, por<br />

todos los gran<strong>de</strong>s autores <strong>de</strong> films hasta nuestros días.<br />

Fuera <strong>de</strong> campo es, también, la extensión imaginaria<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> marco fotográfico que Lumiere ni pudo ni quiso<br />

traspasar. Ilimitar la ficción, universalizarla, volviéndolo<br />

relato mítico, ejemplar. El procedimiento fotográfico<br />

garantizaba, con su fijeza y durante décadas, la quietud<br />

<strong>de</strong> ese mundo que se creía infinito, y <strong>de</strong> pensamiento<br />

único, al cual Griffith, y mediante el fuera <strong>de</strong> campo,<br />

puso en dudas y movió los cimientos <strong>de</strong> la omnipotencia<br />

iluminista, encontrando una versión estética y <strong>de</strong><br />

pensamiento que se planteó como cuña <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, en<br />

medio <strong><strong>de</strong>l</strong> reinado <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad liberal. Claro está,<br />

que nada <strong>de</strong> esto hubiera servido sin la consolidación<br />

posterior <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano a través <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s<br />

estudios.<br />

El recurso mítico sirvió a Griffith <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus primeras<br />

experiencias como correlato arquetípico y moral <strong>de</strong><br />

sus ficciones, en don<strong>de</strong> el presente era el lugar que<br />

se jugaba y se juzgaba el pasado cultural <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre.<br />

Reconocer ese presente caído, <strong>de</strong>gradado, atomizado,<br />

fue el primer paso que dio el <strong>cine</strong> para luego escribir<br />

una <strong>historia</strong> que, por sus características básicas,<br />

iba a estar atado siempre el presente. El presente <strong>de</strong><br />

la filmación, y el presente <strong>de</strong> la proyección. Porque en<br />

el <strong>cine</strong>, hasta el pasado ficcional (un flashback) lo vemos<br />

en tiempo presente. El mito sirve para actualizar<br />

en ese momento presente, la figura ejemplar.<br />

Junto al fuera <strong>de</strong> campo, Griffith crea el principio <strong>de</strong><br />

simetría y el eje vertical. El principio <strong>de</strong> simetría es<br />

aquel que mediante la repetición <strong>de</strong> algún elemento<br />

<strong>de</strong> la puesta en escena, el realizador nos hace partícipes<br />

<strong>de</strong> la narración en dos sentidos. Primero, porque<br />

ante la repetición nos hace saber su no arbitrariedad,<br />

su no azar en el hacer <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>; y segundo: porque<br />

mediante el principio <strong>de</strong> simetría el <strong>cine</strong> pue<strong>de</strong> simbolizar<br />

i<strong>de</strong>as más allá <strong>de</strong> lo que se está viendo, ya que<br />

al mostrarnos algo por segunda vez provoca en nosotros<br />

el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> su lectura, el <strong>de</strong>sciframiento <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

enigma. Completando la i<strong>de</strong>a anterior: en el <strong>cine</strong>, el<br />

sentido <strong><strong>de</strong>l</strong> símbolo siempre está fuera <strong>de</strong> campo…<br />

es completado por el espectador. De esta manera,<br />

Griffith y el <strong>cine</strong> adscriben su hacer en el operar simbólico<br />

(y no alegórico), y así se seguirá trabajando en<br />

lo que es estrictamente <strong>cine</strong> a lo largo <strong>de</strong> todo el siglo<br />

XX. El eje vertical es la irrupción <strong>de</strong> lo trágico, <strong>de</strong> lo<br />

otro. Mediante la mostración <strong>de</strong> un elemento visual<br />

vertical (“Vértigo”), se logra dividir claramente lo que<br />

es <strong>historia</strong> <strong>de</strong> lo que es <strong>de</strong>stino, lo que es naturaleza<br />

<strong>de</strong> lo que es provi<strong>de</strong>ncia, lo que es normalidad <strong>de</strong> lo<br />

que es milagro. Aquí es don<strong>de</strong> se termina <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r,<br />

<strong>de</strong> relacionar, la cuestión mítica en relación con<br />

el <strong>cine</strong>, como así también la complejidad en el diseño<br />

heurístico <strong>de</strong> Griffith.<br />

Tirios y troyanos coinci<strong>de</strong>n en que “El Nacimiento <strong>de</strong><br />

una Nación” (1915) fue la obra con que Griffith dio el<br />

puntapié que inició el arte <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. A partir <strong>de</strong> allí,<br />

el <strong>cine</strong> alcanzó una retórica más que apta que se fue<br />

<strong>de</strong>sarrollando hasta llegar a las gran<strong>de</strong>s obras <strong>de</strong> Vincente<br />

Minnelli o Alfred Hitchcock. Más tar<strong>de</strong> llegó<br />

“Intolerancia” (1916), y años <strong>de</strong>spués, en 1920, tal vez<br />

su obra más lograda: “<strong>La</strong>s Dos Tormentas” (Way Down


East), un melodrama extraordinario, con una puesta<br />

en escena exquisita, y una madurez narrativa que han<br />

alcanzado pocos.<br />

Griffith fundó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el inicio <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> el alineamiento<br />

sureño en sus ficciones. El <strong>cine</strong> se creó, se <strong>de</strong>sarrolló<br />

y llegó hasta su cima <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo dixie, oponiéndose<br />

también a lo yanqui, expresión liberal y mo<strong>de</strong>rna que<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo XIX hasta hoy fue importando soluciones<br />

y también problemas <strong>de</strong> la mentalidad burguesa<br />

europea. Algo similar ocurre con cierta mentalidad argentina,<br />

que se obstina a calcar mo<strong><strong>de</strong>l</strong>os culturales europeos,<br />

apartándonos cada vez más <strong>de</strong> nuestra territorialidad,<br />

aquello que alguna vez se llamó nacionalidad.<br />

El <strong>cine</strong> (Griffith) tenía que nacer <strong>de</strong> este lado <strong><strong>de</strong>l</strong> mar,<br />

lejos <strong><strong>de</strong>l</strong> museo europeo, y en un país en el cual cierta<br />

resistencia artística se venía produciendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su<br />

cultura anterior, básicamente en literatura. Tal es el<br />

caso <strong><strong>de</strong>l</strong> país <strong><strong>de</strong>l</strong> norte que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las tramas acuñadas<br />

por Edgar Allan Poe, pasando por Melville, Mark<br />

Twain y tantos otros, allanaron el camino imaginario…<br />

todos ellos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una mentalidad anti liberal<br />

y dixie. <strong>La</strong> cuestión dixie viene <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los cuentos <strong>de</strong><br />

Poe, y se extien<strong>de</strong> por todo el <strong>cine</strong> norteamericano<br />

hasta lo que queda <strong>de</strong> él, en nuestros días. Y será, por<br />

supuesto, un elemento central a tener en cuenta en<br />

los estudios posteriores <strong>de</strong> los diversos autores que<br />

<strong>de</strong>sarrollaron y dieron sentido a esta nueva forma.<br />

Griffith tuvo que inventar también, por así <strong>de</strong>cirlo, al<br />

espectador <strong>de</strong> <strong>cine</strong>. Un nuevo ser mo<strong>de</strong>rno, capaz<br />

<strong>de</strong> leer aquellas nuevas ficciones, y <strong>de</strong> integrarse a<br />

la clásica función <strong>de</strong> contemplador que proponía su<br />

<strong>cine</strong>. Esto es: participar activamente en la creación estética.<br />

Pensemos que mucho <strong>de</strong> lo que se suele mal<br />

llamar evolución <strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje, y que sirve como excusa<br />

para <strong>de</strong>clarar envejecidas muchas <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s<br />

obras clásicas, no es más que una evolución perceptiva<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> espectador. Dicha ca<strong>de</strong>na comenzó con la obra<br />

<strong>de</strong> David W. Griffith.<br />

A partir <strong><strong>de</strong>l</strong> trabajo <strong>de</strong> Griffith, y en a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante, el <strong>cine</strong> se<br />

propuso como continuidad artística <strong>de</strong> occi<strong>de</strong>nte, <strong>de</strong><br />

la siguiente manera: primero, aceptando su carácter<br />

<strong>de</strong> obra igual a mercancía, pero con una diferencia:<br />

el procedimiento narrativo, encuadrado en el recurso<br />

mítico, iba a estar enancado en ciertos elementos<br />

tradicionales que justifican e incluyen a la comunidad<br />

a quien va dirigida la obra, como así también su<br />

moral, a partir <strong>de</strong> la figura <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe actuará como<br />

mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o imperante <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lo que vagamente intenta<br />

llamarse cultura. Segundo: El primer gran logro<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> hacer <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, es separarse <strong>de</strong> lo técnico a partir<br />

<strong>de</strong> diferenciar los medios <strong>de</strong> los fines. Si bien se necesita<br />

la máquina (cámara, editora, proyector, luces,<br />

etc.), la misma <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser un fin en sí mismo, como<br />

claramente lo era antes <strong>de</strong> Griffith. Es <strong>de</strong>cir: la máquina,<br />

lo técnico en general, es un medio para llegar a<br />

fines muy distintos, y hasta opuestos, <strong>de</strong> los que la<br />

mo<strong>de</strong>rnidad liberal se proponía a partir <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar todo<br />

librado al progreso in<strong>de</strong>finido.<br />

Entonces, el <strong>cine</strong> nació en los Estados Unidos, hacia<br />

1908-1915 <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> David W. Griffith, con su<br />

film fundante: “El Nacimiento <strong>de</strong> una Nación” (1915),<br />

y continuó en esas tierras (con Búster Keaton, Joseph<br />

Von Sternberg, King Vidor, Raoul Walsh, John Ford,<br />

entre otros), don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>sarrollo y dio <strong>de</strong> muchas<br />

maneras la razón a su creador; más tar<strong>de</strong> alcanzó<br />

su madurez, y sus puntos más altos, luego su caída,<br />

más tar<strong>de</strong> su resurrección, y ya pronto (si no está sucediendo<br />

en este momento) su caída <strong>de</strong>finitiva. El<br />

<strong>cine</strong> llegó a su fin, como finalidad y meta, nos dice<br />

Faretta, ahora resta enten<strong>de</strong>rlo. Consi<strong>de</strong>ramos que su<br />

ejemplaridad nos permite, en muchos sentidos y por<br />

muchos motivos, contar la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> a partir <strong>de</strong><br />

la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano. O, más bien, el<br />

<strong>cine</strong> hecho en Estados Unidos. Por los motivos antes<br />

expuestos, pero también porque <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lo que se<br />

llama Hollywood, se <strong>de</strong>sarrolló un marco estético y<br />

político que se opuso a la mentalidad liberal <strong>de</strong> estos<br />

tiempos. Sí, justo en norteamérica, justo en el país <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

norte, don<strong>de</strong>, tal vez como ningún otro, se <strong>de</strong>sarrolló<br />

| 19


“Intolerancia”.<br />

20 |<br />

tal monstruosa mentalidad, y tan vulgar forma <strong>de</strong> vida. El <strong>cine</strong> norteamericano,<br />

sobre todo en su época clásica, fue la antítesis <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema liberal<br />

<strong>de</strong> vida y <strong>de</strong> pensamiento. Sistema que había carcomido a Europa <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

tiempo atrás, y al cual Estados Unidos había copiado perfectamente<br />

sus peores formas. En ese lugar, en esa tierra baldía don<strong>de</strong> se prolongó la<br />

i<strong>de</strong>a <strong><strong>de</strong>l</strong> positivismo <strong>de</strong>cimonónico, allí mismo, surgió un polo <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />

cultural y una nueva forma que se opuso sostenidamente al po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la<br />

mo<strong>de</strong>rnidad, a esa mentalidad <strong>de</strong> apropiación técnica, que todo lo quiere.<br />

Intolerancia es el film siguiente a El Nacimiento <strong>de</strong> una Nación hecho<br />

por Griffith. Citamos al pensador argentino Angel Faretta: “… Si el <strong>cine</strong><br />

nace platónico, también nace utópico. <strong>La</strong> América <strong>de</strong> Griffith es el reino<br />

<strong>de</strong> la Utopía. Si, como sabemos, utopía significa etimológicamente no<br />

hay tal lugar, ese lugar imposible (o fantástico) se encuentra en el <strong>cine</strong>.<br />

<strong>La</strong> <strong>historia</strong> <strong>de</strong> la humanidad resumida en tres episodios “clásicos” (Caída<br />

<strong>de</strong> Babilonia, Pasión <strong>de</strong> Cristo, Noche <strong>de</strong> San Bartolomé) y uno “contemporáneo”<br />

(un “drama social” que se <strong>de</strong>sarrolla en el año <strong>de</strong> rodaje <strong><strong>de</strong>l</strong> film,<br />

1916) existen para ser contenidos en un film: Intolerancia. <strong>La</strong> confusa<br />

aspiración <strong>de</strong> Mallarmé (“<strong>La</strong> creación existe para terminar en un libro”)<br />

es rigurosamente cumplida con el <strong>cine</strong>, pero sin la más mínima impureza<br />

romántica, <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ntista…”


Fragmento <strong>de</strong> “Intolerancia”.<br />

“… En Intolerancia, que es su manifiesto-resumen <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, postula el <strong>de</strong>venir,<br />

el <strong>de</strong>spliegue histórico, como posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la salvación <strong>de</strong> un<br />

alma encarnada —encarnación que se da también en el terreno <strong>de</strong> la<br />

<strong>historia</strong>. Los cuatro episodios <strong>de</strong> ese film no son creados al azar, no hay<br />

azar en Griffith como no lo habrá jamás en el <strong>cine</strong>, arte <strong><strong>de</strong>l</strong> azar controlado.<br />

“Babilonia”, “la pasión <strong>de</strong> Cristo”, “la noche <strong>de</strong> San Bartolomé” y la<br />

época actual (es <strong>de</strong>cir Estados Unidos en 1916, año <strong>de</strong> rodaje <strong><strong>de</strong>l</strong> film),<br />

no son meros tanteos <strong>de</strong> <strong>de</strong>corado y recreación histórica; tampoco meras<br />

virtualida<strong>de</strong>s diegéticas para <strong>de</strong>splegar y probar <strong>de</strong> manera abstracta<br />

su invención estética; son, básicamente, momentos <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

anima-mundi que pugnan, cíclicamente, por la re<strong>de</strong>nción y la salvación.<br />

| 21<br />

Babilonia es Babel, o más bien el mundo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Babel, con los restos<br />

<strong>de</strong> la soberbia invención humana que intentó alcanzar —técnicamente—<br />

el Cielo. En la fosa que ro<strong>de</strong>a a Babel —según sabemos por la tradición—<br />

quedaron <strong>de</strong>positados como escorias, restos y fragmentos, los<br />

mutilados restos <strong>de</strong> la soberbia humana en su intento por retornar a un<br />

estado paradisíaco. Tras Babel el cautiverio <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo <strong>de</strong>positario <strong>de</strong> la<br />

palabra <strong>de</strong> Dios y la edificación simétrica <strong>de</strong> un imperio que adora formas<br />

dia-bólicas. Babilonia es la tecnificación pos-babélica <strong>de</strong> la soberbia<br />

humana, <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>sconocimiento, <strong>de</strong> la necedad y <strong>de</strong> la estulticia más absoluta<br />

y radical; también el emblema <strong>de</strong> una doble cautividad: por un lado<br />

la <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo al cual fue revelada la existencia <strong>de</strong> Dios y que vanamente<br />

trató <strong>de</strong> acortar distancias con la edificación <strong>de</strong> un altar técnico, y por


22 |<br />

Eje Vertical es aquel eje <strong>de</strong> la irrupción o <strong>de</strong> la reaparición<br />

<strong>de</strong> lo trágico, o si queremos <strong>de</strong> “lo otro”. Es aquel<br />

que muestra otra cosa que la <strong>historia</strong> y el tiempo, y<br />

que cruza a éste precisamente oponiéndole el <strong>de</strong>venir.<br />

Sólo en las obras <strong>de</strong> autores <strong>de</strong> <strong>cine</strong> se encuentra<br />

el eje vertical. No quiere <strong>de</strong>cir que cualquier expresión<br />

visual relacionada con lo vertical sea siempre<br />

un eje vertical. Entonces el eje vertical que dice que<br />

hay otra cosa, es el <strong>de</strong> lo trágico. Es el eje mediante<br />

el cual los autores nos dicen a todos nosotros (<strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

Griffith): “Está la <strong>historia</strong>, éste es el tiempo. Hay otra<br />

cosa a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la <strong>historia</strong>. Hay otra cosa a<strong>de</strong>más <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

tiempo. Hay una cosa que cruza el tiempo, que se llama<br />

<strong>de</strong>venir, hay algo llamado ‘otro’”. Algo pasa y va<br />

modificando la diégesis. Pasa algo, cambia algo; no<br />

quiere <strong>de</strong>cir que cambie para bien, pue<strong>de</strong> cambiar<br />

oscuramente. No quiere <strong>de</strong>cir que el héroe se entera<br />

<strong>de</strong> algo, capaz que hay un eje vertical y el héroe vuelve<br />

a un estado <strong>de</strong> ignorancia más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> la que<br />

tiene el espectador. No es un progreso, en el sentido<br />

mo<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> la palabra.<br />

El símbolo es un signo que muestra una parte suponiendo<br />

o recordando al espectador la posesión <strong>de</strong> la<br />

otra mitad, cuya unión da lugar a la aparición <strong>de</strong> un<br />

sentido que une mediante un puente la diégesis con<br />

el fuera <strong>de</strong> campo. Signo es toda cosa que está en<br />

lugar <strong>de</strong> otra. Otra <strong>de</strong>finición: es el signo en cuanto<br />

a su reconocimiento <strong>de</strong> un status propio o dador <strong>de</strong><br />

un sentido reconocible o recordable exclusivamente<br />

en, y mediante, la puesta en escena. El signo tiene un<br />

status propio, un estado propio únicamente, exclusivamente<br />

en la puesta en escena. Quiere <strong>de</strong>cir que si<br />

se lo saca <strong>de</strong> la puesta en escena <strong>de</strong> tal o cual película,<br />

no quiere <strong>de</strong>cir absolutamente nada necesariamente.<br />

Es reconocible <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una <strong>de</strong>terminada estructura.<br />

Agregamos, o más bien completamos, lo dicho con<br />

el francés Jean Mitry que escribió respecto al símbolo:<br />

“… Los símbolos <strong>cine</strong>matográficos no son signos<br />

convencionales para cuya comprensión es preciso un<br />

<strong>de</strong>sciframiento particular; en tal caso o son malos o<br />

son falsos. Deben ser contingentes, exigidos por un<br />

momento, por una situación fuera <strong>de</strong> la cual pier<strong>de</strong>n<br />

todo su sentido. No tienen ni <strong>de</strong>ben tener ningún<br />

valor en ‘sí mismos’. <strong>La</strong> puesta en escena <strong>de</strong> símbolos<br />

preparados, fabricados o con una significación in<strong>de</strong>pendiente<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> contexto visual es anti<strong>cine</strong>matográfi-<br />

el otro la cautividad <strong>de</strong> los que supuestamente están<br />

por encima <strong>de</strong> esos cautivos, es <strong>de</strong>cir el imperio mundano<br />

que adora formas monstruosas y diabólicas <strong>de</strong><br />

la divinidad; aquellos a los cuales no ha sido revelada<br />

la existencia <strong>de</strong> Dios.<br />

Griffith <strong>de</strong>finió <strong>de</strong> una vez y para siempre que el <strong>cine</strong><br />

es Puesta en escena. Los valores que juzgan una película<br />

son: su carácter universal, su capacidad simbólica,<br />

su economía <strong>de</strong> recursos estéticos, su justo uso<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> eje vertical, su abordaje al tema, y sobre todo, el<br />

espesor <strong>de</strong> su fuera <strong>de</strong> campo. A partir <strong>de</strong> éstos valores<br />

es como <strong>de</strong>terminamos la lista <strong>de</strong> directores a<br />

trabajar, los films, y la importancia <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong><br />

ellos radica, no sólo en sus tópicos, sus temas, sus<br />

obsesiones, sus fuera <strong>de</strong> campo, sino también en sus<br />

colaboraciones, directas o indirectas, al arte <strong>cine</strong>matográfico,<br />

visto como cuña o resistencia al sistema <strong>de</strong><br />

la mo<strong>de</strong>rnidad, unificando lo disperso, construyendo<br />

puentes entre lo discontinuo. “El que no recoge conmigo,<br />

<strong>de</strong>sparrama…”<br />

Precisaremos a continuación, a modo <strong>de</strong> <strong>de</strong>finiciones,<br />

algunos conceptos fundamentales para el análisis <strong>de</strong><br />

los films y <strong>de</strong> sus autores, que resultan centrales para<br />

nosotros. Aclaramos que dichas conceptualizaciones<br />

son parte <strong>de</strong> la teoría <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Ángel Faretta.<br />

Eje Horizontal es aquel <strong>de</strong> la fábula, <strong>de</strong> la <strong>historia</strong>, <strong>de</strong><br />

aquello que se cuenta, <strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo, en suma. En todo<br />

film hay eje horizontal. Es como la fábula, todas las<br />

películas tienen fábula y por lo tanto eje horizontal,<br />

pues fatalmente siempre alguien se va a mover <strong>de</strong> un<br />

lado a otro. Siempre va a pasar algo, aunque sea casi<br />

nada. ¿Y qué lo convierte en <strong>cine</strong>? El eje vertical.


ca, porque no está en función <strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje <strong>cine</strong>matográfico…”<br />

(Estética y Psicología <strong><strong>de</strong>l</strong> Cine, 1962). A esto<br />

último que bien <strong>de</strong>fine Mitry como negativo es, sin<br />

más, lo alegórico. Más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante lo <strong>de</strong>finiremos.<br />

<strong>La</strong> Puesta en Escena es aquello mediante lo cual se<br />

cuenta un film. Aquello que mediante la repetición se<br />

vuelve estilo, haciendo posible el reconocer la mano<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> autor. Cuando se repite se ve esa mano, el autor.<br />

Lo que no pue<strong>de</strong> relatarse sin la visión <strong><strong>de</strong>l</strong> film. Todas<br />

las películas, todas, hasta las peores, tienen fábula.<br />

Cualquier película cuenta algo, pero las que tienen<br />

puesta en escena son <strong>cine</strong>, arte. <strong>La</strong> puesta en escena<br />

es reconocible por repeticiones. Pero para contárselo<br />

a otra persona tiene que ver la película. <strong>La</strong> otra <strong>de</strong>finición<br />

es que la puesta en escena es lo que da lugar<br />

al mundus <strong><strong>de</strong>l</strong> autor. Mediante la puesta en escena,<br />

uno pue<strong>de</strong> arribar a “las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Brian De Palma”, “las<br />

i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Hitchcock”, “las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong>…”. Si no hay puesta<br />

en escena, no hay i<strong>de</strong>as.<br />

Por otra parte, la alegoría es un jeroglífico visual, y a<br />

veces visual sonoro, que se muestra como totalidad<br />

al espectador, quedándole a éste solamente la posibilidad<br />

<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rlo, <strong>de</strong> <strong>de</strong>scifrarlo fuera <strong><strong>de</strong>l</strong> contexto<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> film. Es un <strong>de</strong>fecto esencial <strong>de</strong> la imaginación<br />

que intenta corregir aquello o aquella cosa mal<br />

imaginada con una noción explicativa <strong><strong>de</strong>l</strong> todo ajena<br />

al contexto diegético, tomada a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> una forma<br />

cultural anterior o pre-existente. Podría ser un criptograma<br />

también, o una forma <strong>de</strong> adivinanza que está<br />

fuera <strong><strong>de</strong>l</strong> contexto <strong><strong>de</strong>l</strong> film. El uso <strong>de</strong> la alegoría, más<br />

allá <strong><strong>de</strong>l</strong> mal gusto, agota significativamente el contenido<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> film, su fuera <strong>de</strong> campo, como así también<br />

nuestra capacidad <strong>de</strong> respuesta como espectadores,<br />

llevándola a su mínima expresión. Por el contrario, el<br />

procedimiento simbólico, o el pensar simbólicamente,<br />

lo agranda, ya que la apertura <strong>de</strong> un símbolo, por<br />

su arquetipicidad, pue<strong>de</strong> volverse infinita. Dichas <strong>de</strong>finiciones<br />

serán tenidas especialmente en cuenta a la<br />

hora <strong>de</strong> los análisis que siguen. De hecho, son la raíz<br />

motora y la razón <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> este trabajo.<br />

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24 |<br />

BUSTER KEATON<br />

“El Mo<strong>de</strong>rno Sherlock Holmes”<br />

(Sherlock Jr., Buster Keaton, 1924)<br />

Guión: Cly<strong>de</strong> Bruckman, Jean C. Havez y Buster Keaton<br />

Dirección: Buster Keaton<br />

Estreno: 21 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1924<br />

Elenco:<br />

Buster Keaton<br />

Kathryn McGuire<br />

Joe Keaton<br />

Erwin Connelly<br />

Ward Crane<br />

“El Maquinista <strong>de</strong> la General”<br />

(The General, Buster Keaton, 1927)<br />

Guión: Cly<strong>de</strong> Bruckman y Buster Keaton<br />

Dirección: Buster Keaton<br />

Estreno: 5 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1927<br />

Elenco:<br />

Buster Keaton<br />

Marion Mack<br />

Glen Caven<strong>de</strong>r<br />

Jim Farley<br />

Fre<strong>de</strong>rick Vroom<br />

Charles Henry Smith<br />

Frank Barnes<br />

Joe Keaton<br />

Mike Donlin<br />

Buster Keaton.<br />

Joseph Frank Keaton, su verda<strong>de</strong>ro nombre completo, nació en Kansas, el<br />

4 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1895, unos días antes <strong>de</strong> la primera proyección pública <strong>de</strong><br />

los hermanos Lumiere. Comienza a filmar cortometrajes <strong>de</strong> muy buena factura<br />

en 1917, luego algunos mediometrajes, entre 1921 y 1923, y más tar<strong>de</strong><br />

(1923-1928) realizará sus únicos nueve largometrajes, todas comedias, y<br />

todas geniales. Entre ellas se <strong>de</strong>stacan: “<strong>La</strong>s Tres Eda<strong>de</strong>s” (1923), “Nuestra<br />

Hospitalidad” (1923), “El Navegante” (1924), “Siete Ocasiones” (1925) “El<br />

Boxeador” (1926) y “El Maquinista <strong>de</strong> la General” (1927), su último largometraje.<br />

Buster <strong>de</strong>ja la actividad cuando el <strong>cine</strong> evoluciona hacia el sonido, y<br />

se <strong>de</strong>dica, sólo ocasionalmente, a la actuación, la producción y la escritura.<br />

Actuó en más <strong>de</strong> ciento cincuenta films. Muere a los 70 años, el primero <strong>de</strong><br />

febrero <strong>de</strong> 1966 en Los Ángeles.


Hacia mediados <strong>de</strong> los años veinte, ya realizada gran<br />

parte <strong>de</strong> la obra <strong><strong>de</strong>l</strong> padre Griffith, en sólo dos lugares<br />

existían verda<strong>de</strong>ros continuadores, verda<strong>de</strong>ros<br />

realizadores <strong>de</strong> <strong>cine</strong>: En Alemania, dos realizadores<br />

fueron los que abrieron el camino <strong><strong>de</strong>l</strong> arte <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong><br />

en Europa: Friedrich W. Murnau y Fritz <strong>La</strong>ng. Ambos,<br />

brillantes continuadores <strong>de</strong> la narrativa fantástica <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

primer romanticismo alemán (Hoffmann), terminaron,<br />

por diferentes razones, sus carreras <strong>de</strong> <strong>cine</strong>astas<br />

en los Estados Unidos. El otro lugar es, indudablemente,<br />

el naciente Hollywood. Y más allá <strong>de</strong> la obra<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> vienés Josef Von Sternberg, <strong>de</strong> los primeros pasos<br />

<strong>de</strong> King Vidor y los primeros western <strong>de</strong> John Ford, el<br />

artista norteamericano por excelencia, por aquellos<br />

años, fue Buster Keaton.<br />

Si bien todos los géneros <strong>cine</strong>matográficos fueron<br />

creados por Griffith, la comedia fue <strong>de</strong>sarrollada en<br />

extremo y genialmente por el también sureño Buster<br />

Keaton. ¿Qué es la comedia, y por qué la comedia? <strong>La</strong><br />

comedia es el género mediante el cual la exageración,<br />

el exceso y hasta la ridiculez por repetidas y constantes,<br />

llevan la trama hacia a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante mientras nos provocan<br />

risa en el presente <strong>de</strong> ese <strong>de</strong>spliegue. <strong>La</strong> risa, elemento<br />

únicamente humano, como la inteligencia, es<br />

provocada a partir <strong>de</strong> gags y equívocos pero también<br />

a partir <strong>de</strong> una puntillosa puesta en escena, que or<strong>de</strong>na,<br />

meticulosamente, aquel <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n. Tal es el caso <strong>de</strong><br />

nuestro Keaton. Porque si el arte es un or<strong>de</strong>nador, un<br />

asimilador <strong><strong>de</strong>l</strong> caos para resolverse, al menos en parte,<br />

en el presente <strong>de</strong> la obra, entonces la comedia es la<br />

mostración más perfecta <strong>de</strong> dicho postulado.<br />

El <strong>cine</strong> como tema es utilizado en “Sherlock Jr.” En una<br />

<strong>de</strong>mostración genial <strong>de</strong> narración y comicidad visual.<br />

Con una precisión en los encuadres y un ritmo digno<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> mejor <strong>cine</strong> jamás hecho. <strong>La</strong> inteligencia <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje<br />

en la busca <strong>de</strong> su objetivo (<strong>de</strong>senredar el equívoco<br />

y conquistar a la mujer) nos es planteada en términos<br />

<strong>de</strong> <strong>cine</strong>. Buster es un aburrido proyectorista <strong>de</strong> <strong>cine</strong><br />

que quiere ser <strong>de</strong>tective. En sus ratos libres estudia un<br />

pequeño librito acerca <strong>de</strong> cómo <strong>de</strong>be proce<strong>de</strong>r un <strong>de</strong>tective.<br />

Luego <strong>de</strong> ser acusado <strong>de</strong> robar un reloj en la<br />

casa <strong>de</strong> su pretendida, vuelve resignado a su trabajo<br />

diario en el <strong>cine</strong>. Mientras se proyecta una película que<br />

guarda ciertas analogías con lo que le había pasado,<br />

Buster se duerme y sueña. Su doble se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

él, viviendo ‘<strong>cine</strong>matográficamente’ el sueño, y sin más,<br />

se mete a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la pantalla <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> para resolver el<br />

caso que Buster no pudo resolver en la vida real.<br />

El <strong>cine</strong> es utilizado como recurso <strong>de</strong> sueño. Más tar<strong>de</strong>,<br />

y con el correr <strong>de</strong> las décadas, leeremos complejas<br />

asimilaciones entre sueño y <strong>cine</strong> realizadas por diversos<br />

teóricos y críticos <strong>de</strong> todas las latitu<strong>de</strong>s. El sueño<br />

permite a Keaton dar su visión <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> y con ésta, <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

mundo. Veremos.<br />

El <strong>cine</strong> es el lugar <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe. A partir <strong>de</strong> Griffith y en<br />

a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante, el <strong>cine</strong> recupera a través <strong><strong>de</strong>l</strong> recurso mítico,<br />

la figura <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe. Citamos a Faretta:<br />

“… De la trifuncionalidad <strong><strong>de</strong>l</strong> imaginario indoeuropeo<br />

(Dumézil), el <strong>cine</strong> pone el acento privilegiadamente<br />

en la segunda función, el héroe, administrador <strong>de</strong> la<br />

fuerza, colocando a la primera – soberanía – y a la<br />

tercera – producción – “fuera <strong>de</strong> campo”. Héroe es la<br />

forma <strong>de</strong> la pregunta y <strong><strong>de</strong>l</strong> preguntar en el <strong>cine</strong>. En el<br />

camino <strong><strong>de</strong>l</strong> preguntar, el héroe es quien re nombra o<br />

re signa al mundo que lo ro<strong>de</strong>a; porque en el <strong>cine</strong> el<br />

héroe es quien posee la capacidad <strong>de</strong> re-signación.<br />

Este preguntar resignado es la tarea <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe en el<br />

<strong>cine</strong>. Al optar por lo heroico, el <strong>cine</strong> optó por el símbolo<br />

en oposición a la alegoría, puesto que lo alegórico<br />

es lo antiheroico en la medida en que <strong>de</strong>scree,<br />

pone en duda o cuestión la función adánica; siendo<br />

la función adánica el porqué <strong>de</strong> la función <strong><strong>de</strong>l</strong> pensar<br />

y poetizar. (…) A la apropiación <strong>de</strong> y por la técnica,<br />

opone una imaginación mítica. A la movilización general<br />

opone la reinstauración <strong><strong>de</strong>l</strong> status <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe…”<br />

<strong>La</strong> apertura <strong><strong>de</strong>l</strong> heroísmo realizada en el <strong>cine</strong> por<br />

Griffith es continuada por este otro sureño llamado<br />

Buster Keaton.<br />

| 25


26 |<br />

Por otro lado, Keaton marca claramente las diferencias<br />

con el teatro y, más sutilmente, con la literatura.<br />

Cuando el héroe ingresa a la pantalla, digamos ‘teatralmente’,<br />

choca unas cuantas veces con los irremediables<br />

cambios <strong>de</strong> espacio y <strong>de</strong> tiempo que se dan<br />

en la película. Recién luego pue<strong>de</strong> acomodarse. Allí<br />

es don<strong>de</strong> comienzan los recortes en planos, los movimientos<br />

<strong>de</strong> cámara, seguimientos, focalizaciones,<br />

cambios <strong>de</strong> punto <strong>de</strong> vista, duraciones y cortes, dando<br />

lugar a un <strong>de</strong>terminado ritmo (Puesta en escena).<br />

Por último, hacia el final <strong><strong>de</strong>l</strong> film, cuando Keaton ha<br />

recuperado a la mujer amada, la pantalla se torna<br />

espejo o, más bien, posibilidad <strong>de</strong> imitación y copia.<br />

Keaton vislumbra tempranamente al <strong>cine</strong> como doble,<br />

primero como sueño posible a ser vivido y luego<br />

como mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o a seguir. Y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ese mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o o<br />

guía, está en uno, en quien mira, fatalmente, elegir.<br />

<strong>La</strong> obra fílmica <strong>de</strong> Keaton tiene una constante unívoca.<br />

Todo ha <strong>de</strong> ser llevado por <strong><strong>de</strong>l</strong>ante por el amor<br />

<strong>de</strong> esa mujer que enamora perdidamente a nuestro<br />

héroe. En esa aventura, los indios, las guerras, las diferentes<br />

intrigas, la <strong>historia</strong>, todo, se presta para ser<br />

reinventado, vuelto a conocer, vuelto a ser vivido,<br />

para que Buster, en su periplo, alcance los brazos <strong>de</strong><br />

la amada, como merecido <strong>de</strong>scanso luego <strong>de</strong> semejante<br />

viaje.<br />

Los ojos <strong>de</strong>sorbitados, su constancia, su inteligencia<br />

al servicio <strong><strong>de</strong>l</strong> objetivo, todo su ser entra y sale <strong>de</strong> un<br />

sinfín <strong>de</strong> equívocos y <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nadas tramas, que sólo<br />

la unión <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre y la mujer podrán <strong>de</strong>jar atrás.<br />

<strong>La</strong> salvación a un supuesto retorno naturalista que<br />

propone cierto pensamiento mo<strong>de</strong>rno, se halla por<br />

el camino <strong><strong>de</strong>l</strong> matrimonio, y ambas cosas se juntan<br />

ejemplarmente en “El Maquinista <strong>de</strong> la General” (1927),<br />

don<strong>de</strong> el escape <strong><strong>de</strong>l</strong> ejército enemigo (los yanquis), es<br />

también el futuro <strong>de</strong> la vida juntos (el matrimonio).<br />

Sin una cosa, no hay la otra… pero la primera es una<br />

excusa. Una excusa que pue<strong>de</strong> cambiar… lo que no<br />

pue<strong>de</strong> cambiar es esa unión tanto necesaria como imprescindible<br />

entre el hombre y la mujer. Su postulado<br />

<strong>de</strong> heterosexualidad manifiesto se cuela, por lo sutil<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> género, entre cada tropiezo, cada carcajada, cada<br />

encuadre. Porque Keaton propuso su mundo <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>sopilantes periplos <strong>de</strong> su personaje (masculino),<br />

siempre interpretados por él mismo.<br />

Escribió Faretta: “… El Maquinista <strong>de</strong> la General sirve<br />

también para recordar algo que postulamos hace<br />

tiempo como un axioma: el <strong>cine</strong> norteamericano<br />

no es yanqui, es dixie; no sólo Griffith, sino Keaton<br />

también cuenta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Sur, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong><br />

vista confe<strong>de</strong>rado. Ese sudismo, que también dio el<br />

jazz, el rock, el bourbon, a Poe, Mark Twain, William<br />

Faulkner y Forrest Gump, es constitutivo, también,<br />

para enten<strong>de</strong>r qué modificación radical trajo el <strong>cine</strong><br />

al mundo <strong><strong>de</strong>l</strong> arte contemporáneo, qué recurso, salto<br />

o, si queremos, «revolución epistemológica» aportó<br />

tal creación estética que, directamente y como ahora<br />

po<strong>de</strong>mos enten<strong>de</strong>r con claridad, no <strong>de</strong>bería haber<br />

existido…”<br />

Imperturbable, inconmovible, Buster va para a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante,<br />

y ese ir para a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante, que también es el <strong>cine</strong><br />

mismo, lo encuentra siempre <strong>de</strong> frente a su objetivo:<br />

Conquistar el amor <strong>de</strong> la hembra <strong>de</strong> la especie. Su inteligencia<br />

está siempre <strong><strong>de</strong>l</strong> lado <strong>de</strong> la invención, y la<br />

invención <strong><strong>de</strong>l</strong> lado <strong><strong>de</strong>l</strong> objetivo. Objetivo simple, concreto,<br />

único… y vital. Jamás Keaton teñirá sus puestas<br />

<strong>de</strong> poses, engaños, ningún estado (humano) anterior<br />

se extraña ni se rememora, ninguna inclinación<br />

romántica. Todo es presente en Keaton, igual que en<br />

el <strong>cine</strong>.


Metrópoli (Fritz <strong>La</strong>ng, 1927)<br />

Guión: Thea von Harbou<br />

Dirección: Fritz <strong>La</strong>ng<br />

Estreno: 13 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1927<br />

Elenco:<br />

Alfred Abel<br />

Gustav Fröhlich<br />

Rudolf Klein-Rogge<br />

Fritz Rasp<br />

Theodor Loos<br />

Erwin Biswanger<br />

Heinrich George<br />

Fritz <strong>La</strong>ng.<br />

Fritz <strong>La</strong>ng nació en Viena el 5 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1890. Estudió arquitectura<br />

y artes plásticas. Comenzó en el <strong>cine</strong>, junto a Murnau, en la Alemania <strong>de</strong><br />

posguerra en 1919. Luego <strong>de</strong> su vastísima obra alemana (<strong>La</strong> saga <strong>de</strong> Mabuse,<br />

y la <strong>de</strong> los Nibelungos, “Metrópoli” en 1927, “Espías” en 1927, “M – El<br />

Vampiro” en 1931), se traslada a Hollywood huyendo <strong><strong>de</strong>l</strong> nazismo en 1933.<br />

Des<strong>de</strong> 1934 hasta 1960, filma 27 películas en Estados Unidos, don<strong>de</strong> mejora<br />

aún más su producción. De la etapa americana, se <strong>de</strong>stacan: “Western<br />

Union” (1941), “<strong>La</strong> Mujer <strong><strong>de</strong>l</strong> Cuadro” (1944), “Perversidad” (1945), “Clash By<br />

Night” (1952), “Los Sobornados” (1953), “Más Allá <strong>de</strong> una Duda Razonable”<br />

(1955), “Mientras la Ciudad Duerme” (1956). Murió el 2 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1976, a<br />

los ochenta y cinco años <strong>de</strong> edad.<br />

| 27<br />

Metrópoli se anticipa al futuro. Desarrollado en Alemania, durante el florecimiento<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> expresionismo <strong>de</strong> preguerra, el filme se convierte en el<br />

último experimento <strong>de</strong> este movimiento estético <strong>de</strong> autores, pensadores<br />

y artistas. En este contexto <strong>de</strong>viene el pensamiento general <strong><strong>de</strong>l</strong> filme,<br />

elaborando la posibilidad <strong>de</strong> analizar la separación <strong>de</strong> una vanguardia<br />

<strong>de</strong> élite aristocrática, y el movimiento <strong>de</strong> masas, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un entorno<br />

político – creativo incentivado por la <strong>de</strong>volución <strong><strong>de</strong>l</strong> marco alemán, y el<br />

surgimiento <strong>de</strong> pequeñas productoras estimuladas por créditos y apoyos<br />

<strong>de</strong> los institutos culturales nacionales.<br />

<strong>La</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> este monumental proyecto <strong>cine</strong>matográfico surgió en Estados<br />

Unidos, conjugando la mirada arquitectónica <strong>de</strong> <strong>La</strong>ng con la dimensión<br />

argumental y narrativa <strong>de</strong> su esposa, Thea von Harbou, quien fantaseó<br />

con una novela <strong>de</strong> entregas que posteriormente <strong>de</strong>vino en un guión <strong>de</strong><br />

ciencia ficción. El director, fascinado por la arquitectura mo<strong>de</strong>rnista, contenida<br />

en los rascacielos y la influencia <strong><strong>de</strong>l</strong> taylorismo norteamericano,


<strong>de</strong>sarrolla la visión apocalíptica <strong><strong>de</strong>l</strong> estado <strong>de</strong> los hombres y el totalitarismo<br />

en el año 2026.<br />

Este filme expresionista, que hace uso <strong>de</strong> la animación, la narración neobjetiva<br />

y efectos especiales diagramados en maquetas, cromas y cámaras<br />

<strong>de</strong> alta velocidad; emplea toda la imaginería y técnica <strong>de</strong> la época<br />

para contar la vida en una megalópolis futurista, don<strong>de</strong> los obreros <strong>de</strong><br />

la ciudad son prohibidos <strong>de</strong> mantener una vida en el mundo exterior,<br />

mientras que una clase selecta, aristocrática y pensante, gobierna <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

la política <strong>de</strong> la Razón.<br />

28 |<br />

En este contexto, Fre<strong>de</strong>r, el hijo <strong>de</strong> uno una familia <strong>de</strong> notables, advierte<br />

el estado <strong>de</strong> situación, incentivado por María, una joven que predica entre<br />

los trabajadores, intentando <strong>de</strong>spertar un cambio social. En cuanto<br />

el joven <strong>de</strong>scubre la injusticia que sufren los obreros, intentará producir<br />

el cambio, dando lugar a los altercados personales y familiares, en don<strong>de</strong><br />

se diferencian claramente los dos grupos antagónicos.<br />

Para la construcción narrativa <strong>de</strong> Metrópoli, Harbou toma la estructura<br />

<strong>de</strong> Tesis. Este tipo <strong>de</strong> construcción se elabora en tanto la autora elabora<br />

un punto <strong>de</strong> vista sobre el tema: la visión sobre el totalitarismo y el <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong> las clases sociales. Abogando sobre los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> los trabajadores,<br />

articula un subgénero dramático, el melodrama, para la creación<br />

<strong>de</strong> personajes anatómicos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el héroe y el villano, para la probatoria<br />

<strong>de</strong> sus tesis en el final <strong><strong>de</strong>l</strong> film.<br />

Para Harbou el final se <strong>de</strong>staca entre la justa proporción <strong>de</strong> razón y socialismo<br />

en las formas <strong>de</strong> gobierno. “El cerebro dirigente y la mano ejecutora<br />

pue<strong>de</strong>n existir en el corazón”, según sus propias palabras. Este aspecto se<br />

centra en su tesis para el filme, aunque su propia autora no compartía este<br />

principio, pero como era <strong>de</strong> pensamiento común entre las universida<strong>de</strong>s<br />

germanas, resultó propicio para el argumento escogido.<br />

En tal mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o, Metrópolis resulta un filme mo<strong>de</strong>rno que articula el género<br />

<strong>de</strong> ciencia ficción, con una categoría <strong>de</strong> subgénero melodramático<br />

propicio para la resolución y punto <strong>de</strong> vista político escogidos, y pone en<br />

relevancia la construcción narrativa sobre el estado <strong>de</strong> visión que pueda<br />

poseer el autor sobre su obra.


Sopa <strong>de</strong> Gansos<br />

(Duck Soup, Leo Mc Carey, 1933)<br />

Guión: Bert Kalmar y Harry Ruby<br />

Dirección: Leo Mc Carey<br />

Estreno: 17 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1933<br />

Elenco:<br />

Groucho Marx<br />

Harpo Marx<br />

Chico Marx<br />

Zeppo Marx<br />

Margaret Dumont<br />

Raquel Torres<br />

Louis Calhern<br />

Leo Mc Carey nació en Los Ángeles, el 3 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1898. Comenzó en el <strong>cine</strong><br />

<strong>de</strong> muy joven, pero recién logró dirigir su primer film hacia 1928. Filmó más <strong>de</strong><br />

veinte films en Hollywood, entre los que alternó las comedias con los melodramas.<br />

En 1933, dirigió el mejor film <strong>de</strong> los hermanos Marx: “Sopa <strong>de</strong> Ganso”. Su<br />

obra más <strong>de</strong>stacada es, sin dudas, “Algo para Recordar” (1957). Dejó el <strong>cine</strong> en<br />

1962 (“El Diablo nunca Duerme”). Murió en Hollywood el 5 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1969.<br />

Ciertos artistas laterales, o <strong>de</strong> no tanto peso <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano<br />

nos han servido como complemento <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> los artistas cen-<br />

| 29<br />

Los Hermanos Marx.


trales, a modo <strong>de</strong> puente. Tal es así, que el complejo mundo <strong>de</strong> Minnelli se<br />

tornaría casi inasimilable, sin la obra <strong>de</strong> Cukor o Sirk, lo mismo ocurre con<br />

Walsh o Hawks y sus respectivos universos, sino mediara King Vidor. De la<br />

misma manera, creemos, ocurre con la lateralidad, poco sofisticada y muy<br />

intuitiva, <strong>de</strong> un muy buen artista como es Leo Mc Carey, quién nos acerca<br />

al complejo mundo <strong>de</strong> Frank Capra.<br />

30 |<br />

<strong>La</strong> comedia siempre tuvo dos vertientes distintas aunque no excluyentes.<br />

Una primera línea a la que po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>nominar comedia brillante o <strong>de</strong><br />

trama. Tal es el caso <strong>de</strong> los primeros films <strong>de</strong> Griffith, ciertos films <strong>de</strong> Capra,<br />

Cukor, Lubitsch, Preston Sturges, Billy Wil<strong>de</strong>r, sumados – ya más cerca en el<br />

tiempo – a unos cuantos (no todos) films <strong>de</strong> autores como Norman Taurog,<br />

Tashlin y Blake Edwards. Una segunda línea que correspon<strong>de</strong> a las comedias<br />

<strong>de</strong> comediantes: las películas hechas con Harry <strong>La</strong>ndon, Harold Lloyd,<br />

Mae West, los Hermanos Marx, <strong>La</strong>urel y Hardy o Jerry Lewis. Mc Carey fue<br />

un director (no solo <strong>de</strong> comedias) que alternó, cuando no juntó, ambas<br />

vertientes. Casi todos los gran<strong>de</strong>s cómicos <strong><strong>de</strong>l</strong> mudo y <strong>de</strong> principios <strong><strong>de</strong>l</strong> sonoro<br />

fueron dirigidos por Mc Carey. Su obra central, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las comedias<br />

<strong>de</strong> comediantes, es: “Sopa <strong>de</strong> Gansos”, con los hermanos Marx, tal vez la<br />

mejor obra <strong><strong>de</strong>l</strong> cuarteto (luego trío) cómico. Pero también realizó comedias<br />

dramáticas <strong>de</strong> muy buena factura, y hasta unos cuantos melodramas, entre<br />

los que se <strong>de</strong>staca uno <strong>de</strong> sus mejores films “Algo Para Recordar” (An Affair<br />

to Remember, 1957) protagonizado por Cary Grant y Deborah Kerr.<br />

Hay tres etapas en las que po<strong>de</strong>mos dividir al género. <strong>La</strong> comedia clásica,<br />

que va <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los años veinte hasta la segunda postguerra; la comedia brillante,<br />

que incluye los años cincuenta y sesenta; y la comedia contemporánea<br />

que, <strong>de</strong>sgraciadamente, casi ha <strong>de</strong>saparecido.<br />

Respecto a la comedia clásica y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ella a la <strong>de</strong> payasos, hay que<br />

<strong>de</strong>stacar a las hechas por los hermanos Marx, y especialmente al film que<br />

nos ocupa.<br />

“Sopa <strong>de</strong> Gansos” es antes que nada un musical. Un musical disparatado y<br />

fresco don<strong>de</strong> el cuarteto cómico se luce como pocas veces. En un pueblo<br />

llamado Libertonia, una mujer adinerada y po<strong>de</strong>rosa <strong>de</strong>splaza a las autorida<strong>de</strong>s<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> lugar para colocar en su lugar a Groucho. Por supuesto Groucho<br />

es Groucho. Un <strong><strong>de</strong>l</strong>irante, interesado, egoísta, vago, que juega y jugará con<br />

el cargo hasta el final. <strong>La</strong> dama está enamorada <strong>de</strong> Groucho y él <strong>de</strong> la novia<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> embajador <strong>de</strong> una nación vecina. Zeppo, es el secretario privado <strong>de</strong><br />

Groucho en la nueva gestión; y Chico y Harpo son espías <strong>de</strong> uno y otro bando<br />

alternadamente. El film concluye con una guerra entre ambas naciones


vecinas en las que, por azar pero también por gracia, los que peor hicieron<br />

las cosas (Libertonia), los que peor se manejaron en las sucesivas batallas,<br />

terminan ganando la guerra.<br />

Hay una serie <strong>de</strong> puntos que nos gustaría tratar a propósito <strong>de</strong> la trama y<br />

<strong>de</strong> la puesta en escena exquisita <strong>de</strong> Leo Mc Carey. Es cosa común hablar<br />

<strong>de</strong> surrealismo en el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> fines <strong>de</strong> los veinte y principios <strong>de</strong> los treinta, e<br />

incluir, casi siempre sin motivos sólidos, a los hermanos Marx y sus films en<br />

este temerario paquete. Sopa <strong>de</strong> Gansos es una <strong>de</strong>mostración <strong>de</strong> lo contrario.<br />

Veamos.<br />

<strong>La</strong> articulación y la estructura <strong><strong>de</strong>l</strong> film se a<strong>de</strong>cúan a un mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o clásico sin<br />

ninguna intención <strong>de</strong> abandonar su aporte al <strong>de</strong>sarrollo <strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje dado<br />

en aquel tiempo. Solo aplicar algunas fórmulas <strong>de</strong> libertad artísticas ya<br />

aplicadas anteriormente para el vuelo <strong>de</strong> los hermanos Marx. Por un lado,<br />

antes <strong>de</strong> la ineptitud <strong>de</strong> Groucho, vemos la conspiración <strong><strong>de</strong>l</strong> embajador.<br />

Esto es, que sea lo que sea el gobierno <strong>de</strong> Groucho, ya hay una <strong>de</strong>cisión,<br />

dada básicamente en torno a intereses privados, <strong>de</strong> oponerse. Por otro<br />

lado, la dama po<strong>de</strong>rosa, rica y benefactora <strong><strong>de</strong>l</strong> estado en cuestión está enamorada<br />

<strong>de</strong> Groucho <strong>de</strong> principio a final <strong><strong>de</strong>l</strong> film, con lo cual cierta tolerancia<br />

o locura en su apoyo a la nueva autoridad está dada por amor. A<strong>de</strong>más,<br />

la integración <strong>de</strong> los cuatro hermanos es bien funcional a la trama más allá<br />

<strong>de</strong> algún que otro chiste o sketch <strong><strong>de</strong>l</strong>iciosos en este tipo <strong>de</strong> películas. Por<br />

último, los temas tratados en el film, el po<strong>de</strong>r, el dinero, la guerra, la política,<br />

la libertad, etc. se cruzan en una fábula por <strong>de</strong>más disparatada, pero<br />

cada uno <strong>de</strong> los pasos está incluido en la puesta en escena, está gobernado<br />

por el fuera <strong>de</strong> campo.<br />

| 31<br />

Para finalizar, nos gustaría resaltar cómo se acomodan este tipo <strong>de</strong> puestas<br />

en escena con estos actores con el musical, el canto, las coreografías, el<br />

baile, etc. Hay una sensación <strong>de</strong> ficcionalización <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la ficción que<br />

colabora al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las acciones y <strong><strong>de</strong>l</strong> drama, y que permanentemente<br />

avanza en pos <strong><strong>de</strong>l</strong> objetivo.


Los 39 Escalones<br />

(The Thirty-Nine Steps, Alfred Hitchcock, 1935)<br />

Guión: Charles Bennett<br />

Dirección: Alfred Hitchcock<br />

Estreno: 1 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1935<br />

Elenco:<br />

Robert Donat<br />

Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>eine Carroll<br />

Lucie Mannheim<br />

Godfrey Tearle<br />

Peggy Ashcroft<br />

John <strong>La</strong>urie<br />

32 |<br />

Alfred Hitchcock nació en 13 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1899 en Londres, Inglaterra. Comenzó<br />

su carrera como director en su país en 1925. Filmó una veintena <strong>de</strong><br />

films, entre mudos y sonoros, hasta que fue contratado por Hollywood en<br />

1939, para continuar su carrera en norteamérica. Filmó 30 films en Estados<br />

Unidos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1940 hasta 1970 que regresó a su Londres natal a concluir su<br />

carrera. Todos <strong>de</strong> muy buena factura, algunos <strong>de</strong> ellos, obras maestras absolutas.<br />

Tales como: “<strong>La</strong> Soga” (1948), “<strong>La</strong> Ventana Indiscreta” (1954), “Vértigo”<br />

(1958), “Psicosis” (1960), “Marnie” (1964), entre otras. Es, para quienes<br />

escribimos estas líneas, el mejor director <strong>de</strong> <strong>cine</strong> <strong>de</strong> todos los tiempos. Luego<br />

<strong>de</strong> filmar su ante último film en Inglaterra (“Frenesí” en 1972), regresó a<br />

Estados Unidos, para realizar el último (“Trama Macabra” en 1976), Murió<br />

en Hollywood 29 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1980, luego <strong>de</strong> una larga enfermedad, a los 80<br />

años <strong>de</strong> edad.<br />

Alfred Hitchcock es uno <strong>de</strong> los más importantes realizadores <strong>de</strong> <strong>cine</strong>,<br />

como así también uno <strong>de</strong> los artistas más geniales <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XX. Mucho<br />

se ha dicho <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Hitchcock, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> diferentes lugares, pero poco<br />

que realmente valga la pena. Sobre todo ahora, que ya han pasado más<br />

<strong>de</strong> treinta y cinco años <strong>de</strong> su última película y que casi todo el material se<br />

encuentra disponible, en un formato u otro, para ser revisado.<br />

Hitchcock es el director teológico por excelencia. Educado por los jesuitas,<br />

católico en su Inglaterra natal, su <strong>cine</strong> fue, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los inicios, un<br />

complejo <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as postuladas a partir <strong>de</strong> temas como la caída,<br />

el pecado, la culpa, el amor, etc. El mundo <strong>de</strong> este autor, <strong>de</strong>splegado<br />

siempre a partir <strong>de</strong> una diégesis policial transparente, nos somete a los<br />

difíciles ejercicios <strong>de</strong> la mirada.


Dentro <strong>de</strong> una obra fílmica que se prolongó durante más <strong>de</strong> cincuenta<br />

años, po<strong>de</strong>mos distinguir, sólo a los fines <strong><strong>de</strong>l</strong> análisis, cuatro etapas. <strong>La</strong><br />

primera <strong>de</strong> ellas (1925-1929) correspon<strong>de</strong> a sus films mudos, tales como<br />

“The Lodger” (1926), “Downhill” (1927), “The Ring” (1928), y “Blackmail”<br />

(1929), entre otros. <strong>La</strong> segunda etapa (1930-1939) pertenece a sus films<br />

ingleses sonoros: “Mur<strong>de</strong>r” (1930), “Los 39 Escalones” (1935), “Sabotaje”<br />

(1936), y “Alarma en el Expreso” (1938), entre otros. El tercer Hitchcock<br />

es el más fecundo, el más extenso y también el más visto. Es aquel <strong>de</strong> su<br />

etapa americana <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1940 hasta 1962. Aquí se <strong>de</strong>stacan films como<br />

“Rebeca” (1940), “<strong>La</strong> Sospecha” (1942), “<strong>La</strong> Sombra <strong>de</strong> una Duda” (1943),<br />

“Ocho a la Deriva” (1944), “Tuyo es mi Corazón” (1946), “<strong>La</strong> Soga” (1948),<br />

“Pánico en Escena” (1950), “Extraños en un Tren” (1951), “Mi Secreto me<br />

Con<strong>de</strong>na” (1952), “<strong>La</strong> Ventana Indiscreta” (1953), “El Hombre Equivocado”<br />

(1957), “Vértigo” (1958), “Psicosis” (1960), y “Los Pájaros” (1962), entre<br />

otras. <strong>La</strong> cuarta y última etapa <strong>de</strong> la obra es aquella que comienza al final<br />

<strong>de</strong> su estadía en Hollywood y se extien<strong>de</strong> hasta el final <strong>de</strong> su trabajo, en<br />

el cual realiza en Inglaterra (“Frenesí” <strong>de</strong> 1972), y luego en Hollywood<br />

otra vez (“Trama Macabra” <strong>de</strong> 1976) sus últimos films. <strong>La</strong> película más<br />

importante <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> este último y corto período es, sin dudas, “Marnie”<br />

(1964). Esta etapa, contrariamente a la tercera, se caracterizó por una<br />

simpleza y una <strong>de</strong>cantación propia <strong><strong>de</strong>l</strong> gran artista en su madurez. Si la<br />

anterior época estaba impregnada <strong>de</strong> un barroquismo basado en una<br />

puesta en escena precisa, apoyada por los gran<strong>de</strong>s estudios, la última<br />

etapa, en cambio, se centró en quintaesenciar sus i<strong>de</strong>as más puras, <strong>de</strong>spojando<br />

sus tramas aún <strong>de</strong> sus recursos técnicos más reconocidos en<br />

obras anteriores.<br />

| 33<br />

A diferencia <strong>de</strong> otros gran<strong>de</strong>s autores, Hitchcock llevaba al espectador<br />

<strong>de</strong> las narices apoyándose en el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> su personaje central.<br />

A través <strong>de</strong> este método, nos cuestionamos (porque se suspendían: he<br />

ahí el suspenso) todos los supuestos morales y estéticos sobre los que<br />

creíamos pisar firme. Muchos <strong>de</strong> ellos se <strong>de</strong>smoronaban ya que la base<br />

que los sustentaba <strong>de</strong>saparecía y los pasamanos se terminaban ante la<br />

inminente caída.<br />

Dentro <strong><strong>de</strong>l</strong> primer grupo <strong>de</strong> films, la etapa muda, el autor sentó las bases<br />

<strong>de</strong> lo que sería su arte <strong>de</strong> allí en a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante. Apareció su género predilecto,<br />

el policial, siempre <strong>de</strong>senvuelto a partir <strong>de</strong> una relación <strong>de</strong> pareja; también<br />

muchos <strong>de</strong> sus temas y obsesiones, tales como el falso culpable, la<br />

intercambiabilidad <strong>de</strong> la culpa, ciertos dudosos roles institucionales (la<br />

policía, por ejemplo), la heterosexualidad, etc. A la par <strong>de</strong> aquellas invenciones<br />

estéticas, surge su estilo. El ritmo, el plano <strong>de</strong>talle, los travelling <strong>de</strong>


acercamiento y alejamiento, como la rigurosidad interpretativa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo<br />

actoral. Ya en la citada “Chantaje” (“Blackmail”, 1929) se encuentra aquella<br />

madurez expresiva, don<strong>de</strong> todo lo que vemos escon<strong>de</strong> otra cosa <strong>de</strong>trás<br />

y cada rasgo, movimiento o gesto está contenido <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la <strong>historia</strong>.<br />

El segundo Hitchcock (1930-1939) es aquel que tomó carrera para lanzarse<br />

hacia la etapa <strong>de</strong> Hollywood. Es aquella en la que se asimiló el sonido,<br />

y se continuó y amplió aquella mirada fundacional <strong>de</strong> su <strong>cine</strong>. Sin<br />

llegar a las cimas que le <strong>de</strong>parará su <strong>cine</strong> americano, sobre todo en los<br />

cincuenta, nadie pue<strong>de</strong> negar que sin films como “Sabotaje” o “Los 39 Escalones”,<br />

nuestro director hubiera estado tal vez menos preparado, menos<br />

precavido, menos armado, para llegar a sus puntos más altos, caso<br />

“El Hombre Equivocado”, “Vértigo” o “Psicosis”. Esta segunda etapa <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

maestro coinci<strong>de</strong> con la etapa <strong>de</strong> sistematización <strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje <strong>de</strong> la <strong>historia</strong><br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. Lo mismo podríamos <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> John Ford, Raoul<br />

Walsh o King Vidor.<br />

34 |<br />

Uno <strong>de</strong> sus nudos <strong>de</strong> sentido más complejos y brillantes fue su visión<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> amor. Si bien es un tema por el que ronda toda su obra y ya aparecía<br />

bosquejado en sus films mudos, es en esta fecunda segunda etapa, el<br />

período sonoro inglés, don<strong>de</strong> más se <strong>de</strong>sarrolla y crece.<br />

<strong>La</strong> relación hombre mujer es presentada siempre <strong>de</strong> modo muy franco,<br />

hasta con una exagerada honestidad <strong>de</strong> parte <strong><strong>de</strong>l</strong> director. Así, el amor<br />

se vuelve, no sólo necesario, sino también única fuente verda<strong>de</strong>ra <strong>de</strong><br />

una relación que se juega su <strong>de</strong>stino en el <strong>de</strong>venir <strong><strong>de</strong>l</strong> film. Siempre será<br />

certero preguntarse ¿Quién ama a quien en un film <strong>de</strong> Hitchcock? O estar<br />

atentos a los fundamentos que dan pie a las acciones <strong>de</strong> los personajes.<br />

Esto es: la motivación que los lleva a moverse hacia tal o cual lugar, a<br />

hacer tal o cual cosa. El católico Hitchcock se alinea con San Agustín: “…<br />

primero ama, y <strong>de</strong>spués haz lo que quieras…”. En la tercera etapa, dicha<br />

cuestión, formará parte central en la belleza <strong>de</strong> sus films.<br />

El film que nos ocupa, Los 39 Escalones, narra la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> un hombre<br />

inocente que es acusado <strong>de</strong> un asesinato que no cometió y <strong>de</strong>be huir <strong>de</strong><br />

Londres a Escocia para <strong>de</strong>scubrir un secreto <strong>de</strong> espionaje internacional<br />

para salvarse.<br />

En este precioso y simétrico film <strong>de</strong> mediados <strong>de</strong> los treinta, Hitchcock<br />

<strong>de</strong>ja sentado algunos <strong>de</strong> los elementos centrales que explotará en su<br />

<strong>cine</strong> americano posterior: el falso culpable, la necesidad <strong>de</strong> pruebas para<br />

la salvación, la inseguridad absoluta <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo en que vivimos, el Amor


Hitchcock dirigiendo LOS 39 ESCALONES.<br />

como piedra filosófica fundamental, el puritanismo como opuesto necesario<br />

a la verdad, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> confabulaciones, conspiraciones, torpes<br />

cómplices, e inútiles policías.<br />

| 35<br />

Mediante una puesta en escena exquisita, sobre todo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su planteo<br />

<strong>de</strong> cámara y encuadres, plagada <strong>de</strong> planos <strong>de</strong>talles, ocultamientos <strong>de</strong><br />

rostros, simétricas situaciones, transparencia diegética, fragmentación<br />

perfecta <strong>de</strong> tiempo y espacio, con un trabajo permanente y conciente<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> fuera <strong>de</strong> campo, el director nos hace partícipes <strong>de</strong> un thriller <strong>de</strong><br />

aventuras en el que la narración fluye, se mueve, se <strong>de</strong>sliza casi, con una<br />

naturalidad y frescura únicas.


Furia<br />

(Fury, Fritz <strong>La</strong>ng, 1936)<br />

Guión: Bartlett Cormack y Fritz <strong>La</strong>ng<br />

Dirección: Fritz <strong>La</strong>ng<br />

Estreno: 29 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1936<br />

Elenco:<br />

Sylvia Sidney<br />

Spencer Tracy<br />

Walter Abel<br />

Bruce Cabot<br />

Edward Ellis<br />

Walter Brennan<br />

36 |<br />

“Furia” cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> Joe (Spencer Tracy), un hombre joven, honrado<br />

y trabajador que se separa <strong>de</strong> su novia por razones <strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong> ambos,<br />

pero que prometen buscarse en cuanto la situación económica <strong>de</strong><br />

los dos les permita casarse. Pasa un año, y Joe va en busca <strong>de</strong> su amada<br />

Katherine (Sylvia Sidney) luego <strong>de</strong> una prosperidad económica importante<br />

junto a sus hermanos. Poco antes <strong>de</strong> llegar a su encuentro, la policía<br />

lo confun<strong>de</strong> con un secuestrador y lo meten preso. El pueblo entero,<br />

ansioso <strong>de</strong> encontrar un culpable, se ensaña con el pobre Joe e intentan<br />

lincharlo. Pren<strong>de</strong>n fuego la comisaría y Joe escapa secretamente mientras<br />

todos lo dan por muerto, aún su novia, y el estado lleva a juicio por<br />

Furia 1936.


homicidio a los veintidós organizadores <strong><strong>de</strong>l</strong> linchamiento. Los hermanos<br />

<strong>de</strong> Joe arman el juicio y encubren a su hermano, hasta que Katherine se<br />

entera <strong>de</strong> la maniobra producida por la furia <strong>de</strong> Joe, e intenta disuadirlo<br />

<strong>de</strong> aparecer como “vivo” y <strong>de</strong>cir la verdad para no con<strong>de</strong>nar a los agitadores<br />

por algo que, en <strong>de</strong>finitiva, no se produjo. Joe <strong>de</strong>siste, finalmente,<br />

y aparece en el juzgado para aclarar la situación.<br />

El film es precioso. <strong>La</strong> puesta en escena está tan cuidada, que la película<br />

genera una tensión y una emoción imposibles <strong>de</strong> olvidar. Cuando el ayudante<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> comisario empieza a hablar y el pueblo, en su afán <strong>de</strong> chisme<br />

y venganza empieza a transformar la mentira en verdad y a agrandarla y<br />

<strong>de</strong>corarla, el film cobra una cru<strong>de</strong>za y una gran<strong>de</strong>za impresionantes. <strong>La</strong>s<br />

actuaciones <strong>de</strong> los agitadores, <strong><strong>de</strong>l</strong> mismo Spencer Tracy y sus hermanos,<br />

como la <strong><strong>de</strong>l</strong> comisario son memorables.<br />

<strong>La</strong> tensión en <strong>La</strong>ng siempre está dada entre lo fatal (el <strong>de</strong>stino) y la elección<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> hombre (el libre albedrío) equivocada o no. En este film, su primera<br />

obra americana, empieza a perfilarse tibiamente esta cuestión. Mientras<br />

Joe se <strong>de</strong>ja llevar por su furia, la tensión crece y el relato nos pone en el lugar<br />

<strong>de</strong> los sospechosos. Cuando interviene Katherine luego <strong>de</strong> unas bellas<br />

simetrías que tienen que ver con el lenguaje y el anillo (<strong>de</strong> compromiso),<br />

aparece el libre albedrío <strong>de</strong> Joe para <strong>de</strong>sistir en lo que hubiera sido una locura.<br />

Libre albedrío visto como posibilidad <strong>de</strong> arruinar su <strong>de</strong>stino, porque<br />

él se arrepiente <strong>de</strong> su accionar cuando la propia locura, mediante voces<br />

que lo acusan, se le acerca. <strong>La</strong> venganza es <strong>de</strong>scartada por el autor <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

su visión <strong>de</strong> la mafia hasta la actitud final <strong>de</strong> Joe. El hombre solo frente a<br />

todos <strong>de</strong> Vidor, o <strong>de</strong> Walsh, aún en ciertos momentos <strong>de</strong> Howard Hawks, es<br />

aquí evaluado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un sentido comunitario y visto, mediante una mirada<br />

europea, como juicio y valor <strong>de</strong> lo colectivo y el futuro. Así es que <strong>La</strong>ng<br />

tarda más, quizá, que algunos <strong>de</strong> sus contemporáneos (los nombrados anteriormente,<br />

entre otros) en darse cuenta <strong>de</strong> ciertas máscaras artificiales<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> sistema político y jurídico norteamericano. Hasta 1936, por lo menos,<br />

año <strong>de</strong> realización y estreno <strong><strong>de</strong>l</strong> film, la mirada <strong>de</strong>mocrática comunitaria se<br />

correspondía con lo que un alemán huyendo <strong><strong>de</strong>l</strong> nazismo podía ver como<br />

más que aceptable.<br />

| 37


» Sistematización<br />

Segunda Parte<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Lenguaje<br />

Sólo se vive una vez (You Only live once, Fritz <strong>La</strong>ng, 1937)<br />

Guión: Gene Towne y C. Graham Baker<br />

Dirección: Fritz <strong>La</strong>ng<br />

Estreno: 29 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1937<br />

Elenco:<br />

Sylvia Sidney<br />

Henry Fonda<br />

Barton Mac<strong>La</strong>ne<br />

Jean Dixon<br />

“Sólo se vive una vez” cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> Eddie Taylor (Henry Fonda)<br />

que cumple su con<strong>de</strong>na y sale <strong>de</strong> la cárcel prometiendo no volver a <strong><strong>de</strong>l</strong>inquir,<br />

ya que reincidir le valdría la pena <strong>de</strong> muerte. Afuera lo espera<br />

su novia Joan para casarse e irse a vivir juntos para formar una familia.<br />

El reencuentro <strong>de</strong> la pareja <strong>de</strong> este drama <strong>de</strong>venido en tragedia (más<br />

allá <strong>de</strong> ciertos rasgos <strong>de</strong> policial o, más bien thriller, que prevalecen a lo<br />

largo <strong><strong>de</strong>l</strong> film), es el centro <strong>de</strong> este inolvidable film. A través <strong>de</strong> una bella<br />

simetría entre las ranas que ven en el jardín <strong><strong>de</strong>l</strong> primer hotel que paran y<br />

la pareja, el director nos da su visión acerca <strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s <strong><strong>de</strong>l</strong> amor<br />

para toda la vida, y <strong><strong>de</strong>l</strong> heroísmo que eso significa.<br />

| 39<br />

Fatalidad y libre albedrío se intercalan en la obra <strong>de</strong> Fritz <strong>La</strong>ng sin solución<br />

<strong>de</strong> continuidad. Tal en este film. Por un lado, lo inevitable <strong>de</strong> una<br />

sociedad que ya lo ha juzgado y con<strong>de</strong>nado a Eddie. Primero preso, luego<br />

amenazado por el alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> que si vuelve a <strong><strong>de</strong>l</strong>inquir irá a la silla<br />

eléctrica, más tar<strong>de</strong> por los dueños <strong><strong>de</strong>l</strong> hotel que lo reconocen como un<br />

ex convicto y echan a la pareja, <strong>de</strong>spués lo <strong>de</strong>spi<strong>de</strong>n <strong><strong>de</strong>l</strong> trabajo por su<br />

condición <strong>de</strong> ex presidiario y, finalmente, lo vuelven a juzgar y a con<strong>de</strong>nar<br />

por un crimen que no cometió, esta vez con<strong>de</strong>nándolo a muerte.<br />

Por otro lado, la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> Eddie <strong>de</strong> luchar, y la <strong>de</strong> Joan <strong>de</strong> acompañarlo.<br />

Los pocos que quieren ayudarlos llegan tar<strong>de</strong> o no son lo suficientemente<br />

escuchados. Van contra todo, y a pesar <strong>de</strong> todo, nadie les da una<br />

mano, porque todo para la sociedad ya es cosa juzgada. Se pue<strong>de</strong> argumentar<br />

que la fatalidad, como muchas veces en los films <strong>de</strong> <strong>La</strong>ng triunfa<br />

por sobre el libre albedrío, pero si tomamos la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> amor y el final,<br />

ella diciéndole: “… lo volvería a hacer…”, entonces podríamos dudar un<br />

poco. Al menos darle cierto crédito <strong>de</strong> ambigüedad y apertura al relato.


Sólo se vive una vez 1937.<br />

40 |<br />

Con un guión exquisito y una puesta en escena <strong>de</strong> aquellas, la película<br />

no regatea en <strong>de</strong>talles ni en emociones. El arma que Eddie escon<strong>de</strong> bajo<br />

la almohada luego se transformará en la que Joan compra para acercarle<br />

a la cárcel y hacer posible la huída. <strong>La</strong> misma que el Padre Dolan (irlandés,<br />

y fonéticamente similar a Logan en <strong>de</strong> Mi Secreto me Con<strong>de</strong>na<br />

<strong>de</strong> Hitchcock) le secuestra, primero cubriendo a Joan y luego frenando<br />

su intento <strong>de</strong> armar a su novio prisionero. Finalmente, una nueva arma<br />

provista por un ex compañero <strong>de</strong> Eddie (¿el mismo que ejecutó el robo<br />

al banco y lo <strong>de</strong>jó pegado ante la justicia?) escondida en un colchón le<br />

permitirá salir <strong>de</strong> la cárcel amenazando al médico, asesinando al cura, y<br />

acelerando su trágico final.<br />

El sombrero <strong>de</strong> Eddie también se expresa en la misma tensión entre fatalidad<br />

y libre albedrío. Primero él le muestra a ella dón<strong>de</strong> escon<strong>de</strong> la factura<br />

que hace las veces <strong>de</strong> recibo por el a<strong><strong>de</strong>l</strong>anto o seña que realizó por la<br />

casa que eligieron para vivir juntos. En el mismo momento que, y por esa<br />

elección, Eddie se retrasa en su trabajo más <strong>de</strong> una hora y media y provoca<br />

en su insensible jefe, los motivos <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>spido. Luego, el sombrero <strong>de</strong><br />

Eddie es la pista <strong><strong>de</strong>l</strong> robo que alguien <strong>de</strong>ja en el auto para que lo culpen<br />

a él y todos los diarios se hagan eco <strong>de</strong> dicha falsedad. A propósito, y<br />

esto en <strong>La</strong>ng no es ninguna casualidad, los diarios que dan la noticia <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

sombrero hacen simetría luego con la redacción <strong>de</strong> un diario que espera


el veredicto <strong><strong>de</strong>l</strong> juicio <strong>de</strong> Eddie con tres portadas posibles<br />

para el cierre <strong>de</strong> la edición nocturna. Para <strong>La</strong>ng,<br />

como para muchos <strong>de</strong> nosotros, la prensa, los medios<br />

<strong>de</strong> comunicación en general son puro juego, muchas<br />

veces perverso, o al menos irresponsable. Cuadran<br />

perfectamente en la <strong>de</strong>sorientación e in<strong>de</strong>cisión liberal<br />

<strong>de</strong> los tiempos que corren.<br />

Frente a esto el Padre Dolan funciona como un correlato<br />

moral <strong>de</strong> la <strong>historia</strong>. Recor<strong>de</strong>mos que es quien<br />

trae el perdón. Es al único a quien Eddie <strong>de</strong>bió creer<br />

por ser el único que estaba preocupado por su vida y<br />

por su verda<strong>de</strong>ra salvación. El padre emite su opinión<br />

más que vale<strong>de</strong>ra aún en círculos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r don<strong>de</strong><br />

cualquiera se calla. Si el lado fatal <strong>de</strong> <strong>La</strong>ng se correspon<strong>de</strong><br />

por lo hiperbóreo, nórdico e indiferenciado (he<br />

ahí sus pesadillas en clave fantástica <strong>de</strong> su <strong>cine</strong> alemán,<br />

y también alguna que otra obra americana), el<br />

libre albedrío se correspon<strong>de</strong> con sus <strong>de</strong>seos mediterráneos,<br />

y católicos, que todo alemán <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el fondo<br />

<strong>de</strong> la <strong>historia</strong> tiene, y más habiendo nacido en Viena<br />

y en épocas <strong><strong>de</strong>l</strong> Imperio Austrohúngaro. En este film,<br />

como vemos, la balanza se equilibra un poco más que<br />

en otros, porque aunque el padre sea asesinado por<br />

Eddie en su huída final, la presencia y función que<br />

cumple en el film es <strong>de</strong>stacada por el director como<br />

algo más que un <strong>de</strong>seo lejano. Recor<strong>de</strong>mos que este<br />

es el segundo film <strong>de</strong> Fritz <strong>La</strong>ng en América.<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> rebaño por un rato y que juzguemos mal nosotros<br />

también. Justo cuando la cosa se aclara y nos ponemos<br />

irremediablemente y culposamente <strong><strong>de</strong>l</strong> lado <strong>de</strong><br />

Eddie, es tar<strong>de</strong>… y ya no se <strong>de</strong>morará más el triste<br />

y trágico final. Nosotros, cada uno <strong>de</strong> nosotros, por<br />

<strong>de</strong>sidia, lo pusimos en la mira, la misma mira <strong><strong>de</strong>l</strong> rifle<br />

que el policía al final hace centro en su espalda. Él<br />

ya está lejos, cerca <strong>de</strong> la frontera, nosotros venimos<br />

atrás. Él está con ella. Nosotros tratando <strong>de</strong> matarlo<br />

para matar nuestras culpas y errores. Ellos se salvan,<br />

nosotros ¿quién sabe? En <strong>de</strong>finitiva: Todos quieren a<br />

Eddie o, más bien, todos quieren ser como él.<br />

| 41<br />

Un último <strong>de</strong>talle, y no menor. <strong>La</strong>ng juega con su<br />

público en cuanto a la información suministrada <strong>de</strong><br />

manera tal <strong>de</strong> hacernos creer, en un punto, que Eddie<br />

es culpable <strong><strong>de</strong>l</strong> robo. Des<strong>de</strong> la mitad <strong><strong>de</strong>l</strong> film hasta la<br />

huída <strong>de</strong> la cárcel el espectador queda como uno más<br />

en la sociedad que con<strong>de</strong>nó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace rato a Eddie.<br />

El perdón que viene <strong>de</strong> Washington es mostrado en<br />

fundido mediante un eje vertical exquisito. El camión<br />

<strong>de</strong> caudales robado saliendo <strong>de</strong> un pantano, como<br />

veintitantos años <strong>de</strong>spués lo hará el auto <strong>de</strong> Marion<br />

Crane en Psicosis <strong>de</strong> Hitchcock. <strong>La</strong>ng quiere que pertenezcamos<br />

a ese pueblo oscuro, <strong>de</strong> mirada llana,<br />

envidioso, comprado, silenciado… que seamos parte


<strong>La</strong> Adorable Revoltosa<br />

(Bringing up baby, Howard Hawks, 1938)<br />

Guión: Dudley Nichols y Hagar Wil<strong>de</strong><br />

Dirección: Howard Hawks<br />

Estreno: 18 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1938<br />

Elenco:<br />

Katharine Hepburn<br />

Cary Grant<br />

Charles Ruggles<br />

Walter Catlett<br />

Barry Fitzgerald<br />

42 |<br />

El director Howard Hawks nació en el estado <strong>de</strong> Indiana, el 30 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong><br />

1896. Fue ingeniero y aviador. Participó <strong>de</strong> la segunda guerra mundial como<br />

piloto <strong><strong>de</strong>l</strong> ejército. En 1923 ingresa al mundo <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> como ayudante <strong>de</strong> dirección,<br />

y en 1924 escribe su primer guión. Dirige su primer film (“El Camino<br />

<strong>de</strong> la Gloria”) en 1926. Entre 1926 y 1970 dirige 40 films, muchos <strong>de</strong> ellos,<br />

obras maestras absolutas <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. Cuando se habla <strong>de</strong> una narración clásica,<br />

se piensa en cómo filmaba Howard Winchester Hawks. Murió en Hollywood<br />

el 26 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1977. Sus films más importantes<br />

son: “<strong>La</strong> Adorable Revoltosa” (1938), “Sólo los Ángeles Tienen Alas” (1939),<br />

“Tener o no Tener” (1944), “Río Rojo” (1948), “Río Bravo” (1959), y “El Deporte<br />

Favorito <strong><strong>de</strong>l</strong> Hombre” (1964).<br />

Hawks en rodaje.


Es sabido, y ya canónico, los dos estilos en los que se<br />

<strong>de</strong>sarrolló la obra <strong><strong>de</strong>l</strong> director Howard Hawks. Por un<br />

lado, los dramas, por el otro las comedias. Los dramas<br />

daban cuenta <strong>de</strong> lo que el mundo <strong>de</strong>be ser, o como<br />

fue en un principio, míticamente. <strong>La</strong>s comedias <strong>de</strong>scriben<br />

al mundo tal cual es, según este autor. Los<br />

dramas, o films serios se correspon<strong>de</strong>n con sus brillantes<br />

western (“Río Rojo”, “Río Bravo”, “El Dorado”,<br />

entre otros, con la excepción <strong>de</strong> las magistrales “Sólo<br />

los Ángeles tienen Alas” (1939) y “Tener o no Tener”<br />

(1944). Ambos films serán trabajados más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante<br />

en este trabajo.<br />

El otro costado <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Hawks está compuesto,<br />

como dijimos más arriba, por sus comedias, don<strong>de</strong> la<br />

narración nos plantea en qué ha <strong>de</strong>venido el mundo<br />

(y con él toda la civilización). El pesimismo aquí<br />

es contun<strong>de</strong>nte, certero. Esta línea está expresada<br />

en films como “<strong>La</strong> Adorable Revoltosa” (Bringing Up<br />

Baby, 1938), “Luna Nueva” (His Girl Friday, 1940), “<strong>La</strong><br />

Novia era Él” (I Was a Male War Bri<strong>de</strong>, 1949), “Me Siento<br />

Rejuvenecer” (Monkey Business, 1952), “Los Caballeros<br />

las Prefieren Rubias” (Gentlemen Prefer Blon<strong>de</strong>s,<br />

1953), y más problemáticamente: “Hatari” (1962), “El<br />

Deporte Favorito <strong><strong>de</strong>l</strong> Hombre” (Man`s Favorite Sport?,<br />

1964), y “Rojo 7000” (Red Line 7000, 1965).<br />

Esta línea funciona simétrica y complementariamente<br />

con la dramática. En el sentido <strong>de</strong> que todo se ha<br />

corrido <strong>de</strong> sus fueros originarios. El hombre, se ha<br />

quedado <strong>de</strong>masiado tiempo solo y su profesionalidad<br />

se ha vuelto cientificismo. Y la mujer, que llegó<br />

tar<strong>de</strong> para salvarlo, arremete como loca intentando<br />

recuperar el tiempo perdido. Des<strong>de</strong> este punto <strong>de</strong><br />

vista, compren<strong>de</strong>mos a dón<strong>de</strong> hubieran llegado los<br />

Geoffrey Carter (Sólo los Ángeles Tienen Alas), los<br />

Harry Morgan (Tener o No Tener), y los Chance (Río<br />

Bravo), si se hubieran distraído <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>beres, y si<br />

sus respectivas Bonnie, Slim y Feathers no hubieran<br />

irrumpido a tiempo.<br />

En las comedias <strong>de</strong> Hawks, el hombre ha transformado<br />

su profesionalidad en especiosidad inerte, y<br />

contrariamente a lo que se supone, esto arrasó con<br />

su dignidad, su autorespeto, y con cualquier forma <strong>de</strong><br />

heroísmo. Aquí el pesimismo agnóstico <strong><strong>de</strong>l</strong> director<br />

arriba a su culminación.<br />

Con un guión clásico <strong>de</strong> comedia, sólido y con excelentes<br />

actuaciones, “<strong>La</strong> Adorable Revoltosa” cuenta la<br />

<strong>historia</strong> <strong>de</strong> David, un paleontólogo obsesivo por su<br />

trabajo, y algo tonto, a punto <strong>de</strong> casarse con su noviasecretaria-colega.<br />

En este contexto irrumpe Susan,<br />

una <strong>de</strong>sprejuiciada y millonaria mujer que intentará<br />

cazarlo, más que casarlo. En su intento <strong>de</strong> conquista,<br />

lo lleva a vivir una disparatada situación, totalmente<br />

inesperada para la or<strong>de</strong>nada vida <strong>de</strong> David.<br />

Mientras las mujeres <strong><strong>de</strong>l</strong> film solo intentan cazar a sus<br />

hombres-presas en una alocada carrera, los hombres,<br />

en saberes menores, se muestran más que limitados<br />

en cuanto lo que <strong>de</strong>ben hacer. Examinemos un poco<br />

más la triste cuestión masculina en el film:<br />

El jardinero <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> las afueras <strong>de</strong> Susan y los<br />

empleados <strong><strong>de</strong>l</strong> zoológico son ineptos torpes y, por<br />

supuesto, no están a la altura <strong>de</strong> las circunstancias.<br />

Lo mismo ocurre con el personal <strong><strong>de</strong>l</strong> circo. El policía<br />

es temeroso, torpe, inútil, <strong>de</strong>sconfiado y sin, prácticamente,<br />

ningún criterio. El abogado y el coronel han<br />

olvidado sus funciones y <strong>de</strong>beres, para <strong>de</strong>dicarse el<br />

primero al golf y el segundo a seducir (pésimamente)<br />

a viudas millonarias. Éste último, Horace, vive <strong>de</strong> sus recuerdos<br />

<strong>de</strong> caza, pero en un terrible pánico <strong>de</strong> interiores,<br />

don<strong>de</strong> lo único que le queda <strong>de</strong> aquel pionerismo<br />

es la imitación paródica <strong>de</strong> los rugidos <strong>de</strong> las fieras.<br />

David ha pasado años armando hueso a hueso el<br />

esqueleto <strong>de</strong> un inútil dinosaurio en su laboratorio<br />

y está a la caza <strong>de</strong> un millón <strong>de</strong> dólares que <strong>de</strong>sea<br />

le sean donados a sus infantiles proyectos. El hueso<br />

(apellido que da Susan a David en medio <strong>de</strong> la aventura)<br />

final le es enviado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el exterior y por llevarlo<br />

| 43


consigo al acompañar a Susan, lo pier<strong>de</strong> y eso hace<br />

que viva un tiempo distinto y <strong>de</strong>ba someterse a tamaña<br />

peripecia, leopardos incluidos. Aunque aquel esqueleto<br />

gigantesco <strong>de</strong>ba <strong>de</strong>sarmarse por completo,<br />

hacia el final <strong><strong>de</strong>l</strong> film, para que él alcance la salvación<br />

(junto a ella). Cíclicamente, casi por azar, una nueva<br />

instancia <strong>de</strong> civilización se ha producido.<br />

44 |<br />

“… Los dos leopardos <strong>de</strong> <strong>La</strong> Adorable Revoltosa son<br />

emblemas puntuales <strong>de</strong> tal cuestión. Si las esferas no<br />

se separan por un esfuerzo llamado “civilización” el<br />

mundo recaería en una barbarie, y para nada romántica.<br />

Esa civilización muerta <strong>de</strong> la cual el paleontólogo<br />

trata <strong>de</strong> reconstruir precariamente un animal <strong>de</strong><br />

museo, pue<strong>de</strong> ser la nuestra en pocas horas. Porque<br />

una fuerza viva y confusa renueva sus pedidos <strong>de</strong> territorialidad.<br />

El cazador no caza, el sabio no ejerce su<br />

saber, la policía no ejerce su control, el circo pier<strong>de</strong> su<br />

carácter <strong>de</strong> propalador <strong>de</strong> diversiones. <strong>La</strong> millonaria<br />

pue<strong>de</strong> entregar su dinero a cualquier incompetente;<br />

sólo la mujer autárquica —fiera irresponsable por<br />

otros medios— controla la situación y todo su <strong>de</strong>spliegue<br />

<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r es para cazar a un marido que sólo<br />

está preocupado por reconstruir —juntando una serie<br />

<strong>de</strong> huesos— un animal tan estúpido, necio, gran<strong>de</strong><br />

e inútil como los dinosaurios. Este “mundo al revés”,<br />

esta nave <strong>de</strong> los locos, es el mundo <strong>de</strong> las llamadas<br />

comedias pesimistas <strong>de</strong> Hawks cuyo emblema es la<br />

Susan <strong>de</strong> <strong>La</strong> Adorable Revoltosa…” escribe Faretta.<br />

El mundo al revés se or<strong>de</strong>na, doblemente, cuando el<br />

hombre <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> lado la tontería y especiosa profesión<br />

<strong>de</strong> interiores, y cuando la mujer <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> zaran<strong>de</strong>arse<br />

en el loco vaivén y fija, a partir <strong>de</strong> cierta cordura dada<br />

por la civilización, sus ojos en el objetivo: perpetuar<br />

la especie.


Sólo los Ángeles Tienen Alas<br />

(Only Angels have Wings, Howard Hawks, 1939)<br />

Guión: Jules Furthman<br />

Dirección: Howard Hawks<br />

Estreno: 15 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1939<br />

Elenco:<br />

Cary Grant<br />

Jean Arthur<br />

Richard Barthelmess<br />

Rita Hayworth<br />

Thomas Mitchell<br />

Habíamos dicho que la obra <strong>de</strong> Howard Hawks se divi<strong>de</strong>,<br />

básicamente, y con contadísimas excepciones, en<br />

comedias y dramas. Epigramáticamente, la comedia<br />

por excelencia es “<strong>La</strong> Adorable Revoltosa”, revisada<br />

recientemente. <strong>La</strong> otra vertiente, la <strong>de</strong> los dramas, conocida<br />

por sus famosos westerns consta <strong>de</strong> aquellos<br />

films que proponen mundos i<strong>de</strong>ales. Recor<strong>de</strong>mos, en<br />

las comedia <strong>de</strong> Hawks vemos el mundo como es, <strong>de</strong><br />

un modo certero, pesimista, en los dramas, el mundo<br />

como <strong>de</strong>bería ser… acá la cosa se torna un poco más<br />

esperanzadora. O no. Veremos.<br />

Fuera <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s westerns filmados por este director,<br />

hay dos films pertenecientes a los dramas que<br />

vamos a analizar en este trabajo. El primero, y que nos<br />

ocupa en estas páginas es “Sólo los Ángeles tienen<br />

Alas”, y el otro, <strong><strong>de</strong>l</strong> cual trataremos más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante es<br />

“Tener o no Tener” (1945).<br />

“Solo los Ángeles tienen Alas” cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> un<br />

mundo cerrado masculino, típico en los mundos dramáticos<br />

<strong>de</strong> Hawks, don<strong>de</strong> el lugar (Barraca, un lugar<br />

in<strong>de</strong>terminado en la cordillera <strong>de</strong> Los An<strong>de</strong>s) pone a<br />

prueba a cada uno <strong>de</strong> los personajes en términos <strong>de</strong><br />

valor, coraje, profesionalidad, heroísmo.<br />

En las películas “serias” <strong>de</strong> este autor los personajes<br />

rondan en la busca <strong>de</strong> la dignidad y el autorespeto.<br />

Hay dos tipos <strong>de</strong> hombres: los profesionales en su<br />

rol, en su tarea, y los que no lo son. Éstos últimos, son<br />

amateurs, principiantes, por jóvenes e inexpertos, o<br />

viejos que alguna vez fueron verda<strong>de</strong>ros profesionales<br />

y que el <strong>de</strong>caimiento físico ya no los acompaña.<br />

Todos saben cuál es el objetivo, todos piensan <strong>de</strong><br />

manera similar, así es que el profesional, el digno, el<br />

héroe, en <strong>de</strong>finitiva, se gana el respeto y la autoridad<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> resto que anhela ser como él.<br />

En este film tenemos a Jeff Carter (Cary Grant), un<br />

aviador profesional a cargo <strong><strong>de</strong>l</strong> movimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> correo<br />

aéreo <strong><strong>de</strong>l</strong> lugar, al que todos admiran dadas su<br />

capacidad y compromiso con la tarea que <strong>de</strong>sempeña.<br />

El clima es muy traicionero en el lugar, y el trabajo<br />

<strong>de</strong> aviador allí se torna una tarea <strong>de</strong> alto riesgo. Carter<br />

manda, sin más, hombres a volar por la cordillera, que<br />

es casi lo mismo que mandarlos a la muerte. Cuando<br />

el clima es <strong>de</strong>masiado peligroso, él mismo se encarga<br />

<strong>de</strong> pilotar el avión para el traslado <strong><strong>de</strong>l</strong> correo. Tal es<br />

así, que el film se abre y se cierra con dos acci<strong>de</strong>ntes<br />

aéreos: el primero el <strong>de</strong> Joe, quien apurado por llegar<br />

porque lo espera Bonnie (la mujer intrusa <strong>de</strong> todo<br />

film <strong>de</strong> Hawks), precipita el aterrizaje, <strong>de</strong>soyendo los<br />

consejos <strong>de</strong> Carter, y muere en la caída. El segundo<br />

acci<strong>de</strong>nte es al final <strong><strong>de</strong>l</strong> film cuando Carter mete en<br />

un mismo avión a Kid (un maduro hombre al que la<br />

vista lo está traicionando luego <strong>de</strong> veintidós años <strong>de</strong><br />

volar) y a Mac Pearson (un cobar<strong>de</strong> traidor, que tiempo<br />

atrás <strong>de</strong>jó morir al hermano <strong>de</strong> Kid), la niebla los<br />

traiciona y caen. Está <strong>de</strong> más <strong>de</strong>cir que el trabajo <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

film en torno al eje vertical y a su <strong>de</strong>sarrollo simbólico<br />

es riquísimo, aprovechando, entre otras cosas, los<br />

aviones y los vuelos, la cordillera, la niebla, las subidas<br />

y bajadas (traducidas en <strong>de</strong>spegues y aterrizajes), las<br />

relaciones humanas <strong>de</strong>sprendidas <strong>de</strong> conceptos <strong>de</strong><br />

autoridad y dignidad.<br />

El Holandés es el dueño <strong><strong>de</strong>l</strong> negocio y <strong><strong>de</strong>l</strong> lugar, que<br />

su sensibilidad lo traiciona, “porque no soporto una<br />

muerte más”. Mac Pearson es el traidor que acepta<br />

los mandatos <strong>de</strong> Carter y los viajes arriesgados para<br />

redimirse y lograr ser aceptado por el grupo. Kid no<br />

quiere per<strong>de</strong>r su lugar por viejo. Les es el limitado y<br />

| 45


Howard Hawks.<br />

46 |<br />

obediente con<strong>de</strong>nado a su lugar pero útil, y <strong>de</strong> alguna manera, querido<br />

y aceptado.<br />

El grupo <strong>de</strong> hombres es invadido en el comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> film, por una mujer:<br />

Bonnie (Jean Arthur). <strong>La</strong> mujer es para Hawks la otredad absoluta. Lo<br />

indomable. Y la mujer se adapta a su manera a ese mundo reconociendo<br />

su pasado como camino necesario a este presente. El padre <strong>de</strong> Bonnie<br />

era equilibrista (<strong>de</strong> alguna manera el mundo fáctico y emocional <strong>de</strong> Barraca<br />

también lo es) y solía saltar sin red, al menos así ella lo recuerda.<br />

Bonnie tiene una relación especial con cada hombre <strong><strong>de</strong>l</strong> film: con Les<br />

y Joe en las primeras escenas se introduce en el mundo <strong><strong>de</strong>l</strong> grupo. Con<br />

Kid recupera cierta figura <strong>de</strong> padre que con el correr <strong><strong>de</strong>l</strong> film se asienta a<br />

partir <strong>de</strong> reconocimiento <strong>de</strong> él <strong>de</strong> la pérdida <strong>de</strong> su vista y <strong><strong>de</strong>l</strong> abandono<br />

<strong>de</strong>finitivo <strong>de</strong> la aviación. Con Mac Pearson la cuestión es más distante, tal<br />

vez ella juzga que este hombre es el que menos pertenece al grupo don<strong>de</strong><br />

ella está ingresando, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> traer <strong>de</strong> vuelta a July (Rita Hayworth),<br />

un viejo y casi olvidado amor <strong>de</strong> Carter.<br />

<strong>La</strong> relación <strong>de</strong> Bonnie con Carter es el centro melodramático <strong><strong>de</strong>l</strong> film. Se<br />

pue<strong>de</strong> resumir en la simetría <strong>de</strong> las monedas. Kid juega con una moneda<br />

ante la reprobación profesional <strong>de</strong> Carter, luego lo hará <strong>de</strong> similar manera<br />

Mac Pearson por ser aceptado, inmerecidamente, por Carter, para<br />

no armar lío <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> grupo y seguir avanzando con los <strong>de</strong>beres pro-


fesionales que la vida le exige. Finalmente, Carter le<br />

hace trampa a Bonnie con una moneda <strong>de</strong> similares<br />

lados (como ellos) para que ella no pueda más que<br />

elegir lo que él quiere que elija. Una secreta <strong>de</strong>claración<br />

<strong>de</strong> amor, que ella entrevé en la escena final. Ella<br />

lo acepta y acepta al grupo, él también la acepta y<br />

reconoce su lugar en el grupo. Previo a esta escena<br />

final Carter <strong>de</strong>be pasar por una prueba <strong>de</strong> fuego. Ella<br />

dispara sin querer en el hombro <strong>de</strong> Carter y lo hiere<br />

sensiblemente. Esto produce en él una disminución<br />

clara <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r (pier<strong>de</strong> por un momento su autoridad),<br />

<strong>de</strong> libertar (necesita atención y cuidado <strong>de</strong> los<br />

otros) y <strong>de</strong> dignidad (llora por el acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Kid).<br />

Él sale airoso <strong>de</strong> la prueba, porque vuelve a ser el <strong>de</strong><br />

antes y reconoce finalmente el amor <strong>de</strong> Bonnie y su<br />

lugar en la vida.<br />

<strong>La</strong> moral en este film es una moral práctica (como todos<br />

los films <strong>de</strong> Hawks), que no se guía por visiones<br />

abstractas que provengan <strong>de</strong> afuera, sino que se <strong>de</strong>finen<br />

en la película, y que provienen <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s<br />

humanas y las relaciones <strong>de</strong> los personajes. <strong>La</strong> dignidad<br />

es el objetivo, y jamás caerán los personajes en<br />

sentimentalismos que impliquen el llanto fácil <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador,<br />

sobre todo los héroes <strong>de</strong> estos films. <strong>La</strong> escena<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> plato <strong>de</strong> comida que estaba <strong>de</strong>stinado a Joe (el<br />

recientemente acci<strong>de</strong>ntado y muerto) que toma Carter<br />

sin prejuicios y come con <strong>de</strong>gustación es emblema <strong>de</strong><br />

lo que venimos diciendo. Hay que vivir, hay que seguir,<br />

hay que ser… no nos po<strong>de</strong>mos dar el lujo <strong>de</strong> ponernos<br />

a mirar para atrás con alguna nostalgia paralizante.<br />

Necesitamos avanzar hacia ese <strong>de</strong>stino propuesto<br />

como el Carter y su equipo en este film, como Eddie<br />

Morgan en “Tener o no Tener”, como Chance en “Río<br />

Bravo”, como el mismo y gran director Howard Hawks<br />

filmando películas en Hollywood. Recor<strong>de</strong>mos aquí, y<br />

a propósito <strong>de</strong> esto, que Hawks no incluyó jamás un<br />

flash back en toda su filmografía.<br />

<strong>La</strong>s simetrías abundan en el film: las tocaditas <strong>de</strong> cabeza<br />

(superiores, tranquilizantes) <strong>de</strong> Carter al Holandés,<br />

el famoso y repetido: “¿Tenés un fósforo?” para<br />

pren<strong>de</strong>r un cigarrillo, el juego <strong>de</strong> la moneda, los acci<strong>de</strong>ntes<br />

aéreos, Bonnie con el cuchillo inocente y a la<br />

vez amenazante (para el hombre), primero con Les y<br />

Joe en los puestos <strong>de</strong> la feria, y luego con Carter en su<br />

oficina, los vuelos, los tragos, las canciones y las madrugadas.<br />

Los simétricos inventarios, donaciones y<br />

herencias que realiza Jeff luego <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> cada<br />

uno <strong>de</strong> sus amigos. Los hombres vuelan, las mujeres<br />

se aferran a la tierra… Todo esto nos brinda una puesta<br />

en escena precisa, sólida, cuidada. A la vez fresca,<br />

natural, creíble, fuerte, certera. El mundo <strong>de</strong>bió ser<br />

así, como en ciertas películas <strong>de</strong> Hawks, o como es en<br />

algún refugio mítico, real o imaginario, <strong>de</strong> un mundo<br />

que ha perdido el rumbo, pero que si gira el timón a<br />

tiempo (ni el autor ni nosotros creemos en semejante<br />

optimismo) podría restablecerse el or<strong>de</strong>n y recuperarse<br />

la dignidad.<br />

Todos los temas <strong>de</strong> Hawks están en este film. Veamos.<br />

El espacio cerrado <strong>de</strong> representación: el grupo. Todo<br />

el film, prácticamente, se <strong>de</strong>sarrolla en un solo lugar<br />

(interior) don<strong>de</strong> se manifiestan todas las acciones significativas<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> film. Cuando se acepta una tarea, hay<br />

que continuar en ella hasta el éxito o la muerte, parecería<br />

<strong>de</strong>cirnos Hawks, esto como marca fundamental<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> saber profesional, que no es tanto un saber como<br />

un ser. El sentido <strong>de</strong> la responsabilidad no admite<br />

dudas en el mundo <strong>de</strong> Howard Hawks. El impulso,<br />

la soledad, el tumulto mueven a sus héroes hacia la<br />

aventura pero sabemos quién está a la altura <strong>de</strong> las<br />

circunstancias y quién no.<br />

Los pilotos tienen que sobrellevar el tema <strong>de</strong> la muerte<br />

en su cotidianeidad. <strong>La</strong> tragedia los llama y ellos<br />

tienen que rendirse a ella con la mayor dignidad. Ahí<br />

es don<strong>de</strong> falla el amateur, quizá no por falta <strong>de</strong> saber<br />

sino <strong>de</strong> templanza. Recor<strong>de</strong>mos que el primer piloto<br />

que muere está más preocupado por su posterior<br />

cena con la chica que con su aterrizaje.<br />

Hay tres personajes típicos masculinos en Hawks.<br />

Esto se repetirá en “Río Bravo” (1959), film que anali-<br />

| 47


zaremos más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante. El Héroe (profesional, digno,<br />

íntegro), el amigo <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe, en este caso el viejo Kid,<br />

que se ha <strong>de</strong>gradado y que se halla cerca <strong>de</strong> la vejez<br />

y la incapacidad, y el traidor, que intenta redimirse <strong>de</strong><br />

acuerdo a los valores <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe. Lo interesante es que<br />

los tres piensan lo mismo, y se nos muestran con una<br />

moral similar entre ellos. El héroe es como se <strong>de</strong>be,<br />

el amigo ha abandonado (en general por problemas<br />

físicos) ese estado. Y el traidor (o, más bien, el otro)<br />

intenta redimirse tratando <strong>de</strong> parecerse al héroe.<br />

A éstos, podríamos sumarle un cuarto y típico personaje:<br />

el novato, que prevalecerá como figura y recurso<br />

en casi todos sus western.<br />

El crítico inglés Robin Wood ha notado en este film y<br />

en gran parte <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Howard Hawks brillantes<br />

analogías con la narración literaria <strong>de</strong> Joseph Conrad.<br />

Suscribo esta postura e invito al lector a comprobarlas<br />

mediante el seguimiento <strong>de</strong> ambos artistas.<br />

48 |


<strong>La</strong> Diligencia.<br />

<strong>La</strong> Diligencia<br />

(Stagecoach, John Ford, 1939)<br />

Guión: Dudley Nichols<br />

Dirección: John Ford<br />

Estreno: 2 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1939<br />

Elenco:<br />

Claire Trevor<br />

John Wayne<br />

Andy Devine<br />

John Carradine<br />

Thomas Mitchell<br />

Louise Platt<br />

George Bancroft<br />

Donald Meek<br />

Berton Churchill<br />

Tim Holt<br />

Tom Tyler<br />

Sean Aloysius O’Fearna (el nombre verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> John Ford) nació en Portland,<br />

Estados Unidos el 1 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1894. Católico e hijo <strong>de</strong> irlan<strong>de</strong>ses,<br />

fue uno <strong>de</strong> los pioneros <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano junto a Griffith. El western<br />

fue su género predilecto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus películas mudas. Filmó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1917 a<br />

1966 más <strong>de</strong> 120 películas. Entre las que se <strong>de</strong>stacan: “<strong>La</strong> Diligencia” (1939),<br />

“Qué Ver<strong>de</strong> era mi Valle” (1941), “El Hombre Quieto” (1953), “Más Corazón<br />

que Odio” (1956), “Alas <strong>de</strong> Águila” (1957), “El Último Hurra” (1959), “El Hombre<br />

que Mató a Liberty Valance” (1962), “El Ocaso <strong>de</strong> los Cheyenes” (1964),<br />

y “Siete Mujeres” (1966). Murió en Hollywood, luego <strong>de</strong> una larga enfermedad,<br />

el 31 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1973, a los 79 años <strong>de</strong> edad.<br />

| 49<br />

El <strong>cine</strong> tiene, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus inicios, un fuerte carácter industrial, y por en<strong>de</strong>,<br />

comercial. Concluimos que no existe el <strong>cine</strong> no comercial (que no quiera<br />

ser vendido ni visto). <strong>La</strong> venta <strong>de</strong> los films, la rigurosidad <strong>de</strong> los presupuestos,<br />

la duración <strong>de</strong> las películas, sumado a ciertas leyes <strong>de</strong> circulación,<br />

han hecho <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano, gracias al trabajo <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s<br />

estudios productores, un arte universal capaz <strong>de</strong> superar aún las<br />

fronteras más insospechadas. El llamado starsystem, ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los años<br />

veinte, fue uno <strong>de</strong> los elementos centrales para aquella operación. Pero<br />

no sólo en sentido económico, sino también político y estético. A través<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> recurso mítico, el actor representaba valores arquetípicos que, dada<br />

la ecumenicidad <strong><strong>de</strong>l</strong> arte <strong>cine</strong>matográfico, rápidamente se nos revelaban<br />

como universales y paradigmáticos. Siguiendo esta línea, algo similar<br />

po<strong>de</strong>mos argumentar acerca <strong>de</strong> los géneros. Los géneros fueron la


50 |<br />

posibilidad <strong>de</strong> transparencia diegética que tuvo Hollywood<br />

durante los años treinta para fundar esto que<br />

hoy llamamos <strong>cine</strong>. También aquí se fueron <strong>de</strong>sarrollando<br />

arquetipos, formas y maneras <strong>de</strong> lo universal.<br />

De esto se trató la sistematización <strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje dada<br />

en aquel período. Tal vez, el mejor ejemplo <strong>de</strong> esto<br />

sea el Western. Y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los western, unos cuantos<br />

hechos por John Ford. Pensamos ahora en “<strong>La</strong> Diligencia”<br />

(1939). Más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante, vendrán: “Pasión <strong>de</strong> los<br />

Fuertes” (1946), “Río Gran<strong>de</strong>” (1950), “Más Corazón que<br />

Odio” (1956), y “El Hombre que Mató a Liberty Valance”<br />

(1962), entre otros.<br />

El film que nos ocupa trata <strong>de</strong> una diligencia que tiene<br />

que cruzar hacia el oeste un territorio en el que<br />

los apaches acechan. Dentro <strong>de</strong> la diligencia que<br />

menta el título se traslada toda la comunidad representada<br />

por cada una <strong>de</strong> las castas <strong>de</strong> la sociedad: El<br />

sheriff <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo y el dueño <strong>de</strong> la diligencia conduciendo;<br />

a<strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> vehículo, el comerciante ven<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong> whisky Peacock (Donald Meek), el banquero<br />

Gatewood (Berton Churchill), el cowvoy marginado<br />

Ringo Kid (John Wayne), el jugador y sureño buscavidas<br />

Hatfield (John Carradine), el borracho doctor<br />

Boone (Thomas Mitchell), y las dos mujeres, la señora<br />

Lucy Mallory (Louis Platt), embarazada y esposa <strong>de</strong><br />

un sargento <strong><strong>de</strong>l</strong> ejército americano, señora refinada,<br />

y la prostituta Dallas (Claire Trevor), que se sube a la<br />

diligencia porque es expulsada <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo. <strong>La</strong>s dos<br />

mujeres representan el absoluto femenino <strong>de</strong> Ford.<br />

Lo más interesante es que la postura universal <strong>de</strong><br />

Ford, a partir <strong><strong>de</strong>l</strong> mo<strong><strong>de</strong>l</strong>ado <strong>de</strong> sus personajes, hace<br />

que aquella arquetipicidad <strong>de</strong> clases y roles que conforman<br />

la comunidad <strong>de</strong> esa diligencia, no sea sólo<br />

privativo a la época en que se <strong>de</strong>sarrolla el film (1870,<br />

más o menos), sino que po<strong>de</strong>mos llevarla al análisis<br />

político, profesional y social <strong>de</strong> la sociedad en que vivimos<br />

hoy en día. Tal recurso es una <strong>de</strong> las razones <strong>de</strong><br />

ser <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>.<br />

Durante el recorrido y las sucesivas paradas, Ringo,<br />

arrestado por el sheriff cuando subió a la diligencia<br />

por haberse escapado <strong>de</strong> prisión para vengar la muerte<br />

<strong>de</strong> su padre y su hermano, se enamora <strong>de</strong> Dallas, y<br />

le pi<strong>de</strong> casamiento. Pero ambos saben que Ringo irá<br />

a prisión, si no cae muerto en su intento <strong>de</strong> venganza<br />

cuando se encuentre en Lordsburg con los temibles<br />

hermanos Plummer. Dallas intenta convencer a Ringo<br />

<strong>de</strong> que huya en cuanto encuentre la oportunidad,<br />

pero éste no le hace caso. Aquí, a diferencia <strong>de</strong> las<br />

comedias hawksianas, es el héroe masculino quien<br />

educa en términos fordianos a la mujer <strong>de</strong> la vida. Él<br />

tiene una casa en las afueras, cerca <strong>de</strong> la frontera con<br />

México. Cuando la diligencia llega a <strong>de</strong>stino, le pi<strong>de</strong> al<br />

sheriff unos minutos antes <strong>de</strong> ser entregado y encarcelado<br />

para ir a matar a los hermanos Plummer. Se los<br />

conce<strong>de</strong>n. Se enfrenta con ellos, los mata, y vuelve al<br />

encuentro con su amada y sus captores. Éstos lo perdonan<br />

y lo <strong>de</strong>jan escapar junto con Dallas hacia su<br />

rancho en la frontera. El motivo por el cual todos se<br />

confabulan para liberarlo es que liberó al pueblo <strong>de</strong> la<br />

maldición <strong>de</strong> los hermanos Plummer. Otra vez volvemos<br />

a la cuestión <strong><strong>de</strong>l</strong> final feliz. Si bien es un final menos<br />

problemático que otros <strong><strong>de</strong>l</strong> mismo autor u otros<br />

autores, es cierto también, que aquí Ford nos pone<br />

<strong>de</strong> lleno frente al mito fundante <strong>de</strong> América. Si Ringo<br />

no hubiera actuado, si no hubiera colaborado en el<br />

combate contra los indios, la cuestión territorial no se<br />

habría <strong>de</strong>sarrollado como tal. El reconocimiento, a veces<br />

<strong>de</strong> lejos, <strong><strong>de</strong>l</strong> contemporáneo para con el héroe es<br />

central en este director para marcarnos los pasos <strong>de</strong><br />

la civilización, aunque más no sea como continuidad<br />

<strong>de</strong>gradada.<br />

El camino <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>ber individual, Ringo se lo <strong>de</strong>be marcar<br />

a cada instante a Dallas. Porque hay algo instintivo<br />

y permanente en Ringo que lo lleva siempre a<br />

pensar en su venganza. Pero en el mientras tanto, va<br />

proyectando el <strong>de</strong>spués, el famoso cómo sigue. Hay<br />

algo intuitivo hacia Dallas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo. Pensemos<br />

en la bella escena don<strong>de</strong> los viajantes se van pasando<br />

la cantimplora, y cómo se la entregan, a esa altura,<br />

absolutamente simbólica. Pero esa moral férrea<br />

e intuitiva es una <strong>de</strong> las virtu<strong>de</strong>s <strong><strong>de</strong>l</strong> film. El mundo <strong>de</strong>


John Ford es llevado a su mínima expresión física, para <strong>de</strong>splegarse universalmente<br />

en todo su esplendor. Basta recordar el ejemplo en el que<br />

John Wayne se arroja a los caballos <strong>de</strong> la diligencia para recuperar las<br />

riendas perdidas. Más allá <strong><strong>de</strong>l</strong> coraje, el heroísmo, y la cuestión mítica, lo<br />

central es que Ringo tiene las riendas. Entendido esto como dominio <strong>de</strong><br />

la situación, presente y futura. <strong>La</strong> moral <strong>de</strong> Ringo ha tomado las riendas<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> vehículo (y <strong><strong>de</strong>l</strong> film), y Ford lo legitima con toda la acción posterior:<br />

el final <strong>de</strong> la batalla con los apaches, la llegada a Lordsburg, la muerte <strong>de</strong><br />

los hermanos Plummer y la partida final, junto a Dallas.<br />

Un <strong>de</strong>talle más, y para terminar, es que el pueblo al que arriba, al final<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> film, la diligencia se llama Lordsburg que significa: <strong>La</strong> colina <strong>de</strong> los<br />

caballeros. Es allí don<strong>de</strong> el mundo <strong>de</strong> la película se or<strong>de</strong>na, se corrige, se<br />

fun<strong>de</strong>, <strong>de</strong>jando atrás el caos propio <strong><strong>de</strong>l</strong> recorrido.<br />

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El Ciudadano<br />

(Citizen Kane, Orson Welles, 1941)<br />

Guión: Herman J. Mankiewicz y Orson Welles<br />

Dirección: Orson Welles<br />

Estreno: 4 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1941<br />

Elenco:<br />

Orson Welles<br />

Joseph Cotten<br />

Dorothy Comingore<br />

Agnes Moorehead<br />

Ruth Warrick<br />

Ray Collins<br />

Erskine Sanford<br />

Everett Sloane<br />

52 |<br />

El Ciudadano.<br />

Orson Welles nació en Wisconsin el 6 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1915. Niño prodigio, llegó<br />

al <strong>cine</strong> a los 25 años <strong>de</strong> edad, con la realización <strong>de</strong> “El Ciudadano” (1941).<br />

Luego <strong>de</strong> ser expulsado <strong>de</strong> Hollywood por los gran<strong>de</strong>s estudios (1943),<br />

anduvo por el mundo realizando una obra por <strong>de</strong>más entrecortada, fragmentada,<br />

fallida, y bastante dudosa, entre adaptaciones <strong>de</strong> Shakespeare y<br />

guiones personales. Hombre <strong>de</strong> teatro, <strong>de</strong> <strong>cine</strong>, <strong>de</strong> radio y <strong><strong>de</strong>l</strong> espectáculo<br />

en general. Sus obras más importantes son: “<strong>La</strong> Dama <strong>de</strong> Shangai” (1947),<br />

“Othello” (1952), “Mister Arkadin” (1955), “Toque <strong>de</strong> Mal” (1958), “El Proceso”<br />

(1962) y “Campanadas a Medianoche” (1965). Murió en Hollywood,<br />

vaya paradoja, el 10 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1985. Filmografía: The Other Si<strong>de</strong> of<br />

the Wind (1972); London (1971); The Deep (1970); The Gol<strong>de</strong>n Honeymoon<br />

(1970); The Southern Star (1969); The Merchant of Venice (1969) (TV); The<br />

Immortal Story (1968); Vienna (1968); Falstaff - Campanadas a Medianoche<br />

(1965); “In the <strong>La</strong>nd of Don Quixote” (1964) TV Series; The Trial (1963); No<br />

Exit (1962); David e Golia (1960); The Fountain of Youth (1958) (TV); Touch<br />

of Evil (1958); Portrait of Gina (1958) (TV); Mr. Arkadin (1955); Moby Dick<br />

Rehearsed (1955) (TV); The Tragedy of Othello: The Moor of Venice (1952);<br />

Macbeth (1948); The <strong>La</strong>dy from Shanghai (1947); The Stranger (1946); The<br />

Magnificent Ambersons (1942); Citizen Kane (1941).<br />

Orson Welles es el director que, a los veinticinco años <strong>de</strong> edad, produce,<br />

escribe y dirige “Citizen Kane”. ¿Qué es “Citizen Kane”? Es el temprano<br />

saber que se sabe <strong>de</strong>clarado por la opera prima <strong>de</strong> un director <strong>de</strong> <strong>cine</strong>.<br />

Director <strong>de</strong> <strong>cine</strong> que, y por primera vez, viene munido <strong>de</strong> características<br />

inusuales hasta ese entonces. Primero: Welles es una figura pública <strong>de</strong> la<br />

cultura y hasta <strong>de</strong> la chismografía norteamericana: niño prodigio, recitador<br />

<strong>de</strong> Shakespeare, director <strong>de</strong> teatro con sesgo vanguardista, propa-


lador <strong>de</strong> emisiones radiofónicas apocalípticas, niño terrible, etc. Segundo:<br />

Welles es el primero también en hacerse proyectar films anteriores:<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Griffith hasta “<strong>La</strong> Diligencia”. En esta actitud tenemos ya el fundar<br />

operante <strong>de</strong> la autoconciencia. Partirá a sabiendas <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> anterior legitimando<br />

públicamente el status <strong>de</strong> clásico <strong>de</strong> ese <strong>cine</strong>. Ya que clásico es<br />

aquello que da, que dona clase, pero ese donar <strong>de</strong>be ser legitimado por<br />

aquel que <strong>de</strong>manda.<br />

Escribe Faretta, al respecto: “… En su diégesis, «El Ciudadano», es el primero<br />

en incorporar transparentemente el <strong>cine</strong> como elemento <strong><strong>de</strong>l</strong> hacer<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. Tras el prólogo <strong><strong>de</strong>l</strong> film, la carrera <strong>de</strong> Charles Foster Kane nos es<br />

dada como noticieros fraguados ficcionalmente por el mismo Welles. El<br />

propio Foster Kane es interpretado por el mismo director que ostensible y<br />

transparentemente va mutando a lo largo <strong>de</strong> todo el film en sus diferentes<br />

etapas vitales y <strong>de</strong> simulacro, aun como octogenario representado por un<br />

autor <strong>de</strong> veinticuatro años. Este juego <strong>de</strong> máscaras lleva hasta sus últimas<br />

posibilida<strong>de</strong>s lúdicas —pero también metafísicas— cierta capacidad hasta<br />

entonces más o menos velada <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, <strong>de</strong> alimentarse vicariamente <strong>de</strong> lo<br />

muerto o inerte para proyectarlo en vida sobre la pantalla. También como<br />

diégesis, Citizen Kane es la mostración extremada (mostración extremada<br />

pue<strong>de</strong> ser otra <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> autoconciencia) <strong>de</strong> las formas y estructuras<br />

estilísticas anteriores <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>spliegue <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. Ni el relato acronológico,<br />

ni la profundidad <strong>de</strong> campo, ni el uso “expresionista” <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>corado ni <strong>de</strong><br />

la banda sonora o <strong><strong>de</strong>l</strong> score fueron inventados por Welles, sino extremados,<br />

aun subrayados. Los primeros planos o planos <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> subrayada<br />

mostración —a la manera <strong>de</strong> flashes— parecen estallar remarcadamente<br />

sobre la conciencia retrospectiva <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador, al cual —y sí por primera<br />

vez— ya no se le pi<strong>de</strong> sino que se le exige que recuer<strong>de</strong> y or<strong>de</strong>ne planos<br />

<strong>de</strong> obras anteriores que hicieron posible o dieron lugar a tal estallido <strong>de</strong><br />

significación. El <strong>de</strong>corado parece “<strong>de</strong>scribirse” a sí mismo, rego<strong>de</strong>ándose<br />

muchas veces en autorreferirse a su propia grandiosidad artificiosa. Ya<br />

que hay subrayadamente también una notoria fruición <strong>de</strong> anacronismo<br />

<strong>de</strong>corativo en el film; como un mostrar ingenuo <strong>de</strong> la propia carpintería<br />

como objetos vanos y hasta inertes <strong>de</strong> una ficción que parece no po<strong>de</strong>r<br />

“con-tenerlos”. Es en ese nivel, precisamente, don<strong>de</strong> la categoría <strong>de</strong> barroco<br />

pue<strong>de</strong> utilizarse con precisión. Ya que si barroco es la espiralada tensión<br />

<strong>de</strong> un principio que parece no tener fin y que intenta limitar con el infinito,<br />

tal es la figura que presi<strong>de</strong> operativamente el <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> este film; y<br />

eso, el enigma <strong>de</strong> Rosebud, es su móvil simbólico. (…) Si con Citizen Kane<br />

arribamos entonces a un temprano saber que se sabe —y en castellano<br />

este saber pue<strong>de</strong> también nombrarse como el saber qué se sabe—, el emblema-móvil<br />

<strong>de</strong> Rosebud es la objetivación <strong>de</strong> esa pregunta. En la escena<br />

Orson Welles.<br />

| 53


54 |<br />

final vemos a los operarios y changadores <strong>de</strong> una suerte<br />

<strong>de</strong> catálogo neblinoso y polvoriento que intentaran<br />

fichar los atributos <strong>de</strong> un mundo abolido; esos operarios<br />

parecen transmutarse sin solución <strong>de</strong> continuidad<br />

en el equipo técnico <strong>de</strong> un film que da por concluido<br />

el rodaje. Entre los objetos inútiles —por inclasificables<br />

o mensurables— vemos que se arroja a una cal<strong>de</strong>ra un<br />

pequeño trineo <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra; cuando los hombres se<br />

alejan, la cámara en primer plano <strong>de</strong>talle nos muestra<br />

la palabra Rosebud grabada sobre su menguante<br />

superficie. El objeto <strong>de</strong> investigación, el móvil <strong>de</strong> la<br />

busca es finalmente sólo conocido por el espectador<br />

y en el momento <strong><strong>de</strong>l</strong> conocer se quema, <strong>de</strong>struyéndose,<br />

<strong>de</strong> manera simultánea. El <strong>cine</strong> proclama que sabe<br />

que sabe (y qué sabe) pero la meta <strong>de</strong> su <strong>de</strong>mandar<br />

queda a cargo <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador. Con la autoconciencia,<br />

entonces, aparece también la cura <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador. Esta<br />

cura, este “hacerse cargo” marca un radical punto <strong>de</strong> inflexión<br />

en el <strong>de</strong>spliegue <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. A partir <strong>de</strong> ese punto,<br />

marca, o nudo se <strong>de</strong>spliegan y multiplican los finales<br />

<strong>de</strong> cura. «Out of the Past»” <strong>de</strong> Jacques Tourneur, «All<br />

About Eve» <strong>de</strong> Mankiewicz, «<strong>La</strong> Ventana Indiscreta» y<br />

«Vertigo» <strong>de</strong> Hitchcock muestran en sus escenas finales<br />

lo que llevamos dicho <strong>de</strong> manera ejemplar…”<br />

Luego <strong>de</strong> unos años, y <strong>de</strong>bido a la inoportunidad <strong>de</strong><br />

“El Ciudadano”, Welles fue expulsado <strong>de</strong> Hollywood<br />

por los gran<strong>de</strong>s estudios. Si para Alfred Hitchcock<br />

llegar a los gran<strong>de</strong>s estudios <strong>de</strong> Hollywood era atravesar<br />

enormes puertas que como templos recibían a<br />

los recién llegados, para Orson Welles, la expulsión<br />

<strong>de</strong> ese paraíso terrenal marcó sus andanzas a lo largo<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> resto <strong>de</strong> su vida. “… Un tejido <strong>de</strong> quejas, exabruptos,<br />

confusas <strong>de</strong>claraciones, dichos y <strong>de</strong>smentidas<br />

pueblan la vida wellesiana tras Citizen Kane. Su obra<br />

posterior, buscadamente fragmentaria, es como una<br />

suerte <strong>de</strong> Parerga y Paralipomena <strong>de</strong> Citizen Kane.<br />

Apoyándose en Shakespeare, su tríada compuesta<br />

por «Macbeth», «Otello» y «Falstaff». Su inventado<br />

«Arkadin» que acuña la fábula —ya clásica— <strong><strong>de</strong>l</strong> escorpión<br />

y la rana. <strong>La</strong> más larga fila <strong>de</strong> obras inéditas,<br />

a medio terminar, frustradas, trabadas, <strong>de</strong>saparecidas<br />

y hasta semiapócrifas ayudan a configurar la caída <strong>de</strong><br />

un gran hombre, rol que siempre jugó con fruición.<br />

Porque si Welles siempre coqueteó equívocamente<br />

con la <strong>de</strong>sgracia, en su largo flirteo con el infortunio,<br />

jamás olvidó una cosa —que pareció ignorar la corte<br />

<strong>de</strong> enanos adulones <strong>de</strong> la que se ro<strong>de</strong>ó—: «el po<strong>de</strong>r<br />

sólo <strong>de</strong>sgasta a aquellos que no lo tienen»”. Y ese po<strong>de</strong>r<br />

lo siguieron teniendo — y <strong>de</strong>tentando— a lo largo<br />

<strong>de</strong> casi toda la vida <strong>de</strong> Welles los gran<strong>de</strong>s estudios,<br />

cuyas puertas se habían cerrado simétricamente tras<br />

sus enormes espaldas…” (…)<br />

“… El <strong>cine</strong> fue la irrupción <strong>de</strong> lo titánico en un limbo<br />

<strong>de</strong> cultura europea que ya no <strong>de</strong>cidía nada porque,<br />

o había vendido mucho tiempo atrás su progenitura<br />

por un plato <strong>de</strong> lentejas o se había refugiado en un<br />

purgatorio laico <strong>de</strong> periodistización <strong>de</strong> la cultura. <strong>La</strong><br />

aparición <strong>de</strong> ese gigante o titán americano todavía<br />

embarrado con el limo originario con el cual el padreeuropeo<br />

lo había engendrado (o creía haberlo engendrado<br />

como “hijo natural”), en busca <strong>de</strong> su <strong>de</strong>recho a<br />

los lares paternos, creó ese conflicto o nudo <strong>de</strong> sentido<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> cual Occi<strong>de</strong>nte aún no se ha <strong>de</strong>spertado en<br />

su no-asimilación <strong>de</strong> tal fenómeno. Ya que a América<br />

siempre se la soñó, imaginó o re-creó fantasmalmente<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Europa como a un hijo bastardo creado entre<br />

las urgencias <strong>de</strong> una Europa pletórica <strong>de</strong> vitalidad<br />

vicaria. Como titanes emblemáticos <strong>de</strong> tal <strong>de</strong>spliegue<br />

tenemos a tres autores <strong>de</strong> films: Griffith, Welles y Coppola;<br />

los tres exce<strong>de</strong>n o <strong>de</strong>splazan aquello que llevamos<br />

apuntado sobre artistas centrales, laterales o<br />

excéntricos, participando paralelamente <strong>de</strong> cada una<br />

<strong>de</strong> tales categorías o yuxtaponiéndolas a piacere en<br />

sus respectivos <strong>de</strong>spliegues; porque aquello que llamamos<br />

analógicamente “titanismo” <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> <strong>de</strong>semboca<br />

fatalmente en el “Godfather”, en el Dios-Padre<br />

coppoliano por haberse iniciado como “Nacimiento<br />

<strong>de</strong> Una Nación” y abrevado a mitad <strong>de</strong> su camino o<br />

periplo en el imposible “Citizen Kane” wellesiano: un<br />

ciudadano que es o se piensa como Kan y que tiene<br />

simétricamente la marca <strong>de</strong> Caín…” (Faretta)


Fragmento <strong>de</strong> “El Ciudadano”.<br />

| 55


» Los<br />

Tercera Parte<br />

años Dorados<br />

PRESTON STURGES<br />

Los Viajes <strong>de</strong> Sullivan<br />

(Sullivan’s Travels, P. Sturges, 1941)<br />

Guión y Dirección: Preston Sturges<br />

Estreno: 29 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1941<br />

Elenco:<br />

Joel McCrea<br />

Veronica <strong>La</strong>ke<br />

Robert Warwick<br />

William Demarest<br />

Franklin Pangborn<br />

Porter Hall<br />

Byron Foulger<br />

Margaret Hayes<br />

Nació en Chicago en 1898. Tuvo un muy breve paso por el <strong>cine</strong> como director<br />

en los años cuarenta. Dirigió tan sólo 11 películas entre 1940 y 1949. Entre<br />

las mejores: “<strong>La</strong>s Tres Noches <strong>de</strong> Eva” (1940), “Los Viajes <strong>de</strong> Sullivan” (1942),<br />

“Infielmente Tuya” (1948). Murió en Nueva York en 1959.<br />

| 57<br />

Faretta, a lo largo <strong>de</strong> su compleja escritura teórica, habla <strong>de</strong> autores<br />

centrales, laterales y excéntricos. Los centrales son Hitchcock, Hawks y<br />

Minnelli. Entre los laterales, <strong>de</strong>stacamos a Cukor, Sirk, y po<strong>de</strong>mos sumar<br />

a Wil<strong>de</strong>r, Aldrich, Ray, y Ophüls. Aclaramos que éstos son los que nos permiten<br />

arribar, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo lateral, a la centralidad <strong>de</strong> los primeros. El artista<br />

excéntrico, cuyo emblema es Preston Sturges, es un <strong>de</strong>rivado <strong><strong>de</strong>l</strong> fragmento<br />

lateral. Es un lateral puesto autoconcientemente al margen. Si lo<br />

ex-céntrico es lo fuera <strong><strong>de</strong>l</strong> centro, entonces tal artista es el que se halla<br />

distanciado, lejos <strong>de</strong> tal centralidad. Pero <strong>de</strong>bemos hacer una aclaración:<br />

el excéntrico es aquel que mediante una actitud <strong>de</strong>cisionista y autoconciente,<br />

se <strong>de</strong>splaza <strong>de</strong> aquel centro, elige, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> ésa excentricidad. Lo<br />

contrario es lo marginal o la marginalidad: o bien porque se lo saca <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

centro a patadas, o porque se elige el lugar <strong>de</strong> excentricidad pero como<br />

rareza o extravagancia, don<strong>de</strong> se abandona la positividad virtual para<br />

caer en la positividad inerte. Así se confun<strong>de</strong> la naturaleza con el <strong>de</strong>stino.


<strong>La</strong> función <strong><strong>de</strong>l</strong> artista excéntrico coinci<strong>de</strong> en parte con la <strong><strong>de</strong>l</strong> artista lateral,<br />

en cuanto a acercarnos a los gran<strong>de</strong>s temas <strong>de</strong> la autoconciencia.<br />

Pero hay una diferencia fundamental entre el artista lateral y el excéntrico<br />

que es la siguiente: si bien el lateral, ejemplarmente Cukor, <strong>de</strong>sarrolla<br />

una obra por <strong>de</strong>más variada y extensa (Cukor filmó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1929 hasta<br />

1981), el artista excéntrico <strong>de</strong>spliega su hacer en un corto período <strong>de</strong><br />

tiempo y con una obra más compacta, menos diversa. El artista excéntrico<br />

tiene una íntima relación con el artista fugaz. Preston Sturges dirigió<br />

sólo once películas entre 1940 y 1949, todas comedias, y todas organizadas<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su condición <strong>de</strong> puesto al margen, separado <strong><strong>de</strong>l</strong> centro.<br />

58 |<br />

Preston Sturges.<br />

<strong>La</strong>s obras más importantes <strong>de</strong> este clásico autor <strong>de</strong> comedias son: “<strong>La</strong>s<br />

Tres Noches <strong>de</strong> Eva” (The <strong>La</strong>dy Eve, 1941), “Los Viajes <strong>de</strong> Sullivan” (1941),<br />

“El Gran Momento” (1944), y “Infielmente Tuyo” (1948). Si comparamos<br />

la primera <strong>de</strong> las citadas (The <strong>La</strong>dy Eve) con, por ejemplo, “<strong>La</strong> Adorable<br />

Revoltosa” (1937) <strong>de</strong> Howard Hawks, obtendremos lo siguiente: A<strong>de</strong>más<br />

<strong>de</strong> cierta diferencia respecto a la postura autoconciente, la estratificación<br />

<strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los personajes en el film <strong>de</strong> Hawks, se hace más<br />

dinámico en el film <strong>de</strong> Sturges. Un experto en víboras, en un barco, es<br />

perseguido por una caza maridos con fortuna. <strong>La</strong> película <strong>de</strong> Hawks es<br />

más universal (propio <strong>de</strong> un director central) y por lo tanto, más arquetípica.<br />

<strong>La</strong> <strong>de</strong> Sturges es más privada, más hermética, pero también más<br />

cuidada, menos abierta y más sofisticada.<br />

Hay una presunción, bastante alterada, <strong>de</strong> lo que es serio y lo que no lo<br />

es. El <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Sturges es como esos rincones <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo don<strong>de</strong> se juega<br />

con las apariencias <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una zona supuestamente inocente, pero se<br />

está <strong>de</strong>cidiendo el <strong>de</strong>stino <strong><strong>de</strong>l</strong> universo. <strong>La</strong>s máscaras sociales propias<br />

<strong>de</strong> la sociedad mo<strong>de</strong>rna son literalmente <strong>de</strong>senmascaradas por el autor<br />

<strong>de</strong> “Los Viajes <strong>de</strong> Sullivan”. Si el género es la forma transparente <strong>de</strong><br />

comunicación con el espectador, una vez establecidos formas, límites y<br />

arquetipos, la comedia es, entonces, el lugar <strong>de</strong> <strong>de</strong>sbor<strong>de</strong> y <strong>de</strong> exceso,<br />

<strong>de</strong> ridiculización don<strong>de</strong> se encuadran las bellas formas <strong>de</strong> las <strong>historia</strong>s<br />

sofisticadas <strong><strong>de</strong>l</strong> artista excéntrico y fugaz.<br />

“Los Viajes <strong>de</strong> Sullivan” cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> un director <strong>de</strong> Hollywood<br />

(Joel Mc Crea) con cierto prestigio que <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> abandonar temporariamente<br />

el <strong>cine</strong> para vestirse <strong>de</strong> linyera y recorrer las calles, así conocer verda<strong>de</strong>ramente<br />

lo que son los problemas sociales, la vida <strong><strong>de</strong>l</strong> pobre. En su<br />

periplo, que cíclicamente lo lleva siempre al mismo lugar (Hollywood),<br />

conoce a una chica (Verónica <strong>La</strong>ke) que se le pega <strong>de</strong> tal modo que no<br />

hace más que complicarle aún más las cosas. Termina preso, con<strong>de</strong>nado


a seis años <strong>de</strong> trabajos forzosos mientras todo el mundo cree que ha<br />

muerto. Cuando logra volver a su vida, reconoce en la comedia la forma<br />

<strong>de</strong> llegar a esa gente que él realmente conoció, y que se sirve <strong><strong>de</strong>l</strong> género<br />

para <strong>de</strong>spegar <strong>de</strong> sus angustias cotidianas.<br />

<strong>La</strong> comedia brillante, <strong>de</strong>sprendida <strong>de</strong> los primeros films <strong>de</strong> Sturges, es<br />

la comedia en technicolor protagonizada por directores como Norman<br />

Taurog (sobre todo en los films en que dirigió a Jerry Lewis y Dean Martin),<br />

Joseph Leo Mankiewicz, Billy Wil<strong>de</strong>r, Frank Tashlin.<br />

<strong>La</strong> comedia actual o contemporánea, es aquella que comienza con el<br />

Blake Edwards <strong>de</strong> fines <strong>de</strong> los sesenta (“<strong>La</strong> Fiesta Inolvidable” <strong>de</strong> 1968,<br />

por ejemplo), y que se extien<strong>de</strong> a la era Coppola, e incluye algunas salteadas<br />

obras <strong>de</strong> directores como, entre otros, William Friedkin, <strong>La</strong>wrence<br />

Kasdan, y David Mamet, en la actualidad; sobre la que nos referiremos<br />

brevemente en los últimos capítulos <strong><strong>de</strong>l</strong> libro.<br />

| 59


Casablanca<br />

(Michael Curtiz, 1942)<br />

Guión: Julius J. Epstein, Philip G. Epstein, Howard Koch<br />

Director: Michael Curtiz<br />

Fecha <strong>de</strong> estreno: 9 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1942<br />

Elenco:<br />

Humphrey Bogart<br />

Ingrid Bergman<br />

Paul Henreid<br />

Clau<strong>de</strong> Rains<br />

Conrad Veidt<br />

Sydney Greenstreet<br />

Peter Lorre<br />

S.K. Sakall.<br />

60 |<br />

Nació en Budapest el 24 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1888. Fue el fundador <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> húngaro<br />

en el que trabajó realizando más <strong>de</strong> 40 films <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1912 hasta 1925.<br />

Se instaló en Hollywood <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1926, <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> la naciente productora<br />

Warner Bros., don<strong>de</strong> dirigió más <strong>de</strong> 50 películas hasta 1953. Luego trabajó<br />

<strong>de</strong> forma in<strong>de</strong>pendiente en el último tramo <strong>de</strong> su carrera (1954-1961).<br />

“Robin Hood” (1938), “Casablanca” (1943), “Pasaje a Marsella” (1945), “No<br />

Somos Ángeles” (1955), “San Francisco <strong>de</strong> Asís” (1961), son sus más <strong>de</strong>stacadas<br />

obras norteamericanas. Murió en Hollywood el 10 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1962.<br />

Filmografía americana: The Comancheros (1961); Francis of Assisi (1961);<br />

A Breath of Scandal (1960); The Adventures of Huckleberry Finn (1960); The<br />

Man in the Net (1959); The Hangman (1959); King Creole (1958); The Proud<br />

Rebel (1958); The Helen Morgan Story (1957); The Best Things in Life Are<br />

Free (1956); The Vagabond King (1956); The Scarlet Hour (1956); We’re No<br />

Angels (1955); White Christmas (1954); The Egyptian (1954); The Boy from<br />

Oklahoma (1954); Trouble Along the Way (1953); The Jazz Singer (1952);<br />

The Story of Will Rogers (1952); I’ll See You in My Dreams (1951); Jim Thorpe<br />

All American (1951); Force of Arms (1951); The Breaking Point (1950); Bright<br />

Leaf (1950); Young Man with a Horn (1950); The <strong>La</strong>dy Takes a Sailor (1949);<br />

Flamingo Road (1949); My Dream Is Yours (1949); Romance on the High<br />

Seas (1948); The Unsuspected (1947); Life with Father (1947); Night and Day<br />

(1946); Mildred Pierce (1945); Roughly Speaking (1945); Janie (1944); Passage<br />

to Marseille (1944); This Is the Army (1943); Mission to Moscow (1943);<br />

Casablanca (1943); Yankee Doodle Dandy (1942); Captains of the Clouds<br />

(1942); Dive Bomber (1941): The Sea Wolf (1941); Santa Fe Trail (1940); The<br />

Sea Hawk (1940); Virginia City (1940); Four Wives (1939); The Private Lives of<br />

Elizabeth and Essex (1939); Daughters Courageous (1939); Sons of Liberty<br />

(1939); Dodge City (1939); Blackwell’s Island (1939); Angels with Dirty Fa-


Casablanca.<br />

ces (1938); Four Daughters (1938); Four’s a Crowd (1938); The Adventures<br />

of Robin Hood (1938); Gold Is Where You Find It (1938); The Perfect Specimen<br />

(1937); Kid Galahad (1937); Mountain Justice (1937); Marked Woman<br />

(1937); Stolen Holiday (1937); The Charge of the Light Briga<strong>de</strong> (1936); Anthony<br />

Adverse (1936); The Walking Dead (1936); Captain Blood (1935); Little<br />

Big Shot (1935); Front Page Woman (1935); Black Fury (1935); Go Into Your<br />

Dance (1935); The Case of the Curious Bri<strong>de</strong> (1935); British Agent (1934);<br />

The Key (1934); Jimmy the Gent (1934); Mandalay (1934); From Headquarters<br />

(1933); Female (1933); The Kennel Mur<strong>de</strong>r Case (1933); Goodbye Again<br />

(1933); The Mayor of Hell (1933); Private Detective 62 (1933); The Keyhole<br />

(1933); Mystery of the Wax Museum (1933); 20,000 Years in Sing Sing (1932);<br />

The Cabin in the Cotton (1932); Doctor X (1932); The Strange Love of Molly<br />

Louvain (1932); Alias the Doctor (1932); The Woman from Monte Carlo<br />

(1932); The Mad Genius (1931); God’s Gift to Women (1931); Dämon <strong>de</strong>s<br />

Meeres (1931); River’s End (1930); A Soldier’s Plaything (1930); Bright Lights<br />

(1930); The Matrimonial Bed (1930); Un<strong>de</strong>r a Texas Moon (1930); Mammy<br />

(1930); Hearts in Exile (1929); The Gamblers (1929); Madonna of Avenue A<br />

(1929); Glad Rag Doll (1929); Noah’s Ark (1928); Ten<strong>de</strong>rloin (1928); Good<br />

Time Charley (1927); The Desired Woman (1927); A Million Bid (1927); The<br />

Third Degree (1926).<br />

| 61


62 |<br />

En sus repetidas apariciones públicas y conferencias a<br />

lo largo <strong>de</strong> todo el mundo, el teórico norteamericano<br />

Robert McKee <strong>de</strong>fine a Casablanca como el mejor filme<br />

<strong>de</strong> todos los tiempos. Aunque la afirmación semeje<br />

una hipérbole, este monumental éxito <strong>de</strong> la Warner<br />

Brothers, que halló variados inconvenientes en su<br />

producción (incluso <strong>de</strong>salentando la concreción misma<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> proyecto), si bien pue<strong>de</strong> no ser la apoteosis<br />

<strong>de</strong>finida, resulta un claro exponente y prece<strong>de</strong>nte <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

filme clásico <strong>de</strong> Hollywood.<br />

Dirigida por Michael Curtiz, Casablanca es una adaptación<br />

<strong>de</strong> la obra teatral inédita Everybody Comes to<br />

Rick’s <strong>de</strong> Murray Burnett y Joan Alison, que cuenta una<br />

<strong>historia</strong> en apariencia bélica, pero con rivetes melodramáticos.<br />

En este acierto <strong>de</strong> construcción dramática,<br />

el argumento transcurre durante la Segunda Guerra<br />

Mundial en una localidad marroquí llamada Casablanca.<br />

El protagonista <strong><strong>de</strong>l</strong> filme, Rick Blaine (Humphrey<br />

Bogart), un norteamericano expatriado sin razones<br />

aparentes, regenta un popular café sin mayores sobresaltos.<br />

Una noche llega al lugar Ugarte, un hombre que<br />

trafica documentación sobre salvoconductos que permiten<br />

a sus poseedores el escape con <strong>de</strong>stino indirecto<br />

a los EE.UU. Pero Ugarte no es el único que llega al<br />

bar <strong>de</strong> Rick. Bajo la puerta <strong>de</strong> entrada, mientras el jazz<br />

resuena entre los concurrentes, aparece Ilsa (Ingrid<br />

Bergman), una ex amante <strong>de</strong> Rick, quien necesita escapar<br />

junto su marido (<strong>La</strong>szlo) <strong>de</strong> la persecución nazi.<br />

Ante la presencia <strong>de</strong> este antiguo amor, Rick <strong>de</strong>berá<br />

<strong>de</strong>cidir entre hacer lo correcto y <strong>de</strong>jar que aprisionen<br />

al político que ahora ocupa su lugar en la vida <strong>de</strong> Ilsa, o<br />

ayudarlos a ambos a escapar, y per<strong>de</strong>rla para siempre.<br />

Siguiendo este planteo, el guión se aventura en una<br />

estructura consistente, clásica <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o aristotélico,<br />

elaborada en base a un primer acto basado<br />

en la presentación <strong>de</strong> los personajes y el conflicto<br />

central; y abogando a <strong>de</strong>sarrollar, en un segundo acto<br />

y en mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o <strong>de</strong> flashbacks <strong>de</strong> bloque, la subtrama romántica<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> filme (la truncada <strong>historia</strong> <strong>de</strong> amor entre<br />

Rick e Ilsa). Frente a este planteamiento, el relato se<br />

concentra en el peso <strong><strong>de</strong>l</strong> conflicto en los personajes,<br />

y las implicancias <strong>de</strong> las aparentes soluciones <strong><strong>de</strong>l</strong> mismo,<br />

según la trama central <strong>de</strong> persecución política en<br />

periodo <strong>de</strong> guerra.<br />

El mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o narrativo genera un <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> personaje<br />

en el cual, el protagonista (Rick) plantea <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong> la trama, y sus acciones son conducentes<br />

o consecuentes con el conflicto. <strong>La</strong> unidad en función<br />

<strong>de</strong> esta elaboración está signada por el transitar <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

héroe mo<strong>de</strong>rno, antipático y adusto, que sacrifica su<br />

amor por hacer lo políticamente correcto para el estado<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> mundo y <strong>de</strong> las cosas, y resolver así el escape<br />

<strong>de</strong> Ilsa, y su marido a los Estados Unidos.<br />

Por tanto se expone, Casablanca inaugura un mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o<br />

<strong>de</strong> construcción entre la dramática clásica y mo<strong>de</strong>rna,<br />

conjugando la adaptación con i<strong>de</strong>as originales, empleando<br />

recursos <strong>cine</strong>matográficos amplios y creando<br />

un soporte <strong>de</strong> subtrama para la captación <strong>de</strong> las<br />

urgencias emotivas y románticas <strong>de</strong> la platea mundial.<br />

De tal conjugación <strong>de</strong> elementos variados, inmersos<br />

en un género transitado por el drama bélico,<br />

el filme romántico y apuntes sobre el espionaje, surge<br />

el atractivo <strong>de</strong> un relato que no ha perdido vigencia y<br />

sigue perdurando en numerosas citas o fuentes <strong>cine</strong>matográficas<br />

contemporáneas. Cat People (Jacques<br />

Tourneur, 1942)


Cat People<br />

(Jacques Tourneur, 1942)<br />

Guión: DeWitt Bo<strong>de</strong>en<br />

Dirección: Jacques Tourneur<br />

Estreno: 25 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1942<br />

Elenco:<br />

Simone Simon<br />

Kent Smith<br />

Tom Conway<br />

Jane Randolph<br />

Jack Holt<br />

El gran Jacques Tourneur nació en París el 12 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1904. Llegó<br />

a los diez años a Hollywood <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> su padre, también director<br />

(Maurice Tourneur). Realizó memorables películas fantásticas <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

1940 hasta 1964, entre las que se <strong>de</strong>stacan: “<strong>La</strong> Mujer Pantera” (1942),<br />

“Yo Caminé con un Zombi” (1943), y “<strong>La</strong> Noche <strong><strong>de</strong>l</strong> Demonio” (1957), y<br />

policiales memorables como “Retorno al Pasado” (1947). También realizó<br />

algunos westerns <strong>de</strong> gran factura como “Wichita” (1954). Murió el 19 <strong>de</strong><br />

diciembre <strong>de</strong> 1977 en Bergerac (Francia).<br />

Jacques Tourneur.<br />

A partir <strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong> la autoconciencia, en 1941, el género fantástico<br />

sufrió necesariamente una modificación <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sus formas y<br />

estructuras. <strong>La</strong> <strong>de</strong>finitiva industrialización <strong>de</strong> la clase b favoreció la propalación<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> género <strong>de</strong> manera tal que la reconversión entre un <strong>cine</strong> <strong>de</strong><br />

horror transparente que proponía el <strong>de</strong>sarrollo <strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje, y un género<br />

<strong>de</strong>finido que conocía sus límites y que ya se había vuelto autoconciente.<br />

Este es el paso <strong>de</strong>, por ejemplo, “King Kong” (Ernest B. Schoedsack, 1933)<br />

a “Cat People” (1942) o “Yo Caminé con un Zombi” (Tourneur, 1943). Po<strong>de</strong>mos<br />

dividir en cuatro períodos el <strong>de</strong>sarrollo <strong><strong>de</strong>l</strong> género <strong>de</strong> la siguiente<br />

manera: Primero, el período transparente o primitivo; segundo, el período<br />

<strong>de</strong> clase b autoconciente con los gran<strong>de</strong>s estudios; tercero, el período<br />

<strong>de</strong> clase b extrema, que comienza con la caída <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s estudios y<br />

se extien<strong>de</strong> hasta principios <strong>de</strong> los setenta; el cuarto y último período es<br />

el que arranca con el renacimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano con la aparición<br />

<strong>de</strong> la segunda y <strong>de</strong>finitiva autoconciencia a partir <strong>de</strong> 1972, hasta<br />

nuestros días.<br />

| 63<br />

Al primer período (digamos entre 1930 y 1940) correspon<strong>de</strong>n films y autores<br />

como “Frankenstein” (1931) y “El Caserón <strong>de</strong> las Sombras” (1932),<br />

ambas <strong>de</strong> James Whale, “Freaks” (Tod Browning, 1932), “<strong>La</strong> Momia” (Karl<br />

Freund, 1932), “King Kong” (Ernest B. Schoedsack, 1933), “El Hombre In-


64 |<br />

visible” (1934) y “<strong>La</strong> Novia <strong>de</strong> Frankenstein” (1935), las<br />

dos <strong>de</strong> Whale y “El Gato Negro” (Edgar Ulmer, 1934).<br />

Al segundo período correspon<strong>de</strong>n: “Cat People”, “Yo<br />

Caminé con un Zombi”, “<strong>La</strong> Casa <strong>de</strong> Drácula” (Eric C.<br />

Kenton, 1945), “Noche en el Alma” (Tourneur, 1946),<br />

“Fantasma Invisible” (Joseph H. Lewis, 1950) y “Museo<br />

<strong>de</strong> Cera” (André De Toth, 1953). Al tercer período correspon<strong>de</strong>n<br />

films como: “Misión Peligrosa” (Louis King,<br />

1955), “El Planeta Prohibido” (Forbid<strong>de</strong>n Planet, 1956)<br />

<strong>de</strong> Fred M. Wilcox, “<strong>La</strong> Noche <strong><strong>de</strong>l</strong> Demonio” (Tourneur,<br />

1957), “<strong>La</strong> Caída <strong>de</strong> la Casa Usher” (1960), “Cuentos <strong>de</strong><br />

Terror” (1962) y “El Hombre con los Ojos <strong>de</strong> Rayos X”<br />

(1964), las tres <strong>de</strong> Roger Corman. El último período<br />

es aquel que comienza en los setenta, y que se <strong>de</strong>sarrolla<br />

a partir <strong>de</strong> autores como: William Friedkin (“EL<br />

Exorcista” <strong>de</strong> 1973 y “El Guardián” <strong>de</strong> 1990); Brian De<br />

Palma (“Carrie” <strong>de</strong> 1976, “<strong>La</strong> Furia” <strong>de</strong> 1978, “Demente”<br />

<strong>de</strong> 1992); John Carpenter (“Halloween” <strong>de</strong> 1979, “<strong>La</strong><br />

Niebla” <strong>de</strong> 1980, “El Enigma <strong>de</strong> Otro Mundo” <strong>de</strong> 1982,<br />

“El Príncipe <strong>de</strong> las Tinieblas” <strong>de</strong> 1987, “En <strong>La</strong> Boca <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Miedo” <strong>de</strong> 1994 y “Vampiros” <strong>de</strong> 1998); James Cameron<br />

(“Terminator” <strong>de</strong> 1984, “Aliens, el Regreso” <strong>de</strong> 1986 y<br />

“El Abismo” <strong>de</strong> 1989). Correspon<strong>de</strong> aclarar que en este<br />

cuarto período <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano fantástico y<br />

<strong>de</strong> horror, las producciones, muchas <strong>de</strong> ellas in<strong>de</strong>pendientes,<br />

son tanto <strong>de</strong> clase a (Cameron) como <strong>de</strong> clase<br />

b (Carpenter).<br />

Los films <strong>de</strong> clase b son películas <strong>de</strong> limitado presupuesto,<br />

rodados en estudios laterales a la producción<br />

central, con menos tiempo <strong>de</strong> trabajo y actores menos<br />

conocidos. Debemos aclarar aquí que la clase b existe<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la creación <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s estudios. Pero a partir<br />

<strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong> la autoconciencia, tal forma <strong>de</strong> producción<br />

también se integró al operar <strong>de</strong>mandante <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

espectador; don<strong>de</strong> hubo que reubicar las respectivas<br />

transparencias anteriores, complejizándolas y volviéndolas<br />

autoconcientes. Este período <strong>de</strong> clase b autoconciente<br />

y con estudios se <strong>de</strong>spliega <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1942 con<br />

“Cat People” como film fundante, hasta mediados <strong>de</strong><br />

los años cincuenta. A partir <strong>de</strong> allí, la clase b se transformó<br />

más en necesidad que en estilo, aunque siempre<br />

es bueno recordar, que este tipo <strong>de</strong> films no sólo se<br />

plantea un diferente estilo <strong>de</strong> producción económica,<br />

sino también <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> sentido.<br />

<strong>La</strong> autoconciencia es el saber que se sabe, y qué se<br />

sabe. Esta es la etapa en que los límites <strong>de</strong> una forma<br />

se han establecido, y se salta <strong>de</strong> una transparencia<br />

diegética a una sofisticación y barroquización <strong>de</strong> las<br />

tramas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la puesta en escena. Esto comienza a<br />

partir <strong>de</strong> “El Ciudadano” (1941) <strong>de</strong> Orson Welles.<br />

“Cat People” es un film magistral. Don<strong>de</strong> muchas<br />

cosas se conjugan. Algunas ya las nombramos: Autoconciencia,<br />

fantástico, clase b (135 mil dólares <strong>de</strong><br />

presupuesto final, con tres semanas <strong>de</strong> rodaje). Una<br />

producción <strong>de</strong> Val Lewton para la RKO transformada<br />

en un éxito que ayudó a paliar problemas financieros<br />

<strong>de</strong> la compañía y a lanzar a Jacques Tourneur como<br />

uno <strong>de</strong> los mejores directores <strong><strong>de</strong>l</strong> momento. <strong>La</strong> trama:<br />

Irena es <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> serbios y atesora una<br />

leyenda que dice que ciertas mujeres en un tiempo<br />

se convirtieron en brujas que se transforman en panteras.<br />

Vive sola en Estados Unidos, y se pasa su vida<br />

dibujando cosas referidas a su <strong>historia</strong> y visitando en<br />

el zoológico a una pantera negra, <strong>de</strong> la que está obsesionada.<br />

Conoce a Oliver, un arquitecto con el que<br />

se casa y que intenta convencerla <strong>de</strong> que todas sus<br />

<strong>historia</strong>s son mentiras. Luego <strong>de</strong> una infi<strong><strong>de</strong>l</strong>idad <strong>de</strong><br />

su marido con Alice, una compañera <strong>de</strong> trabajo, y la<br />

intervención liviana <strong>de</strong> un psiquiatra que se enamora<br />

<strong>de</strong> ella, Irena termina matando al médico transformada<br />

en pantera, confirmando la verdad absoluta <strong>de</strong> lo<br />

que para todos era un simple cuento.<br />

<strong>La</strong> estructura simbólica <strong><strong>de</strong>l</strong> film cuenta con dos claves:<br />

el atavismo y el catolicismo. Por un lado, el estado<br />

natural, salvaje, “libre”, ignorante, monstruoso<br />

e irracional. Por el otro, la civilización. Pero no la civilización<br />

entendida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los resortes <strong>de</strong> la liviana<br />

cultura mo<strong>de</strong>rna, sino aquella civilización perdida,


a la que hace referencia Irena, a partir <strong><strong>de</strong>l</strong> recuerdo<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Rey John. Cuando la partera amenaza a Oliver y<br />

Alice en la oficina, él toma lo único que tiene a mano<br />

para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse: una regla <strong>de</strong> arquitecto en forma<br />

<strong>de</strong> “T” que, al ser reflejada en la pared, proyecta una<br />

cruz que espanta a la pantera y libera a ambos inocentes<br />

(¿inocentes?) <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>vorados por el animal.<br />

El psiquiatra Judd, va más allá, besa a Irena, y sufre las<br />

consecuencias: en dura lucha, la pantera lo vence. El<br />

doctor sólo apela a su cuchillo traicionero escondido<br />

en el bastón. El mismo doctor que, como casi todos<br />

los doctores, confun<strong>de</strong> la mente con el alma.<br />

En otros films <strong>de</strong> Tourneur, volveremos a encontrar<br />

estas cuestiones típicas <strong>de</strong> los films fantásticos que<br />

tienen que ver con lo mítico y lo misterioso. Con la<br />

verdad científica y la atávica. Con las bases <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

don<strong>de</strong> se sostiene el mundo mo<strong>de</strong>rno y su puesta en<br />

cuestión. Sobre lo religioso siempre mirado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un<br />

punto <strong>de</strong> vista cristiano y esotérico. Ejemplos <strong>de</strong> esto<br />

son: “Yo caminé con un zombie” (1943), “<strong>La</strong> Noche <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Demonio” (1957), “The Frearmakers” (1958), y “Timbuktu”<br />

(1959). También realizó films <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> otros<br />

géneros, como el western y el policial. En este último,<br />

analizaremos más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante “Out of the past” (1947).<br />

| 65


<strong>La</strong> Sombra <strong>de</strong> una Duda<br />

(Shadows of a Doubt, Alfred Hitchcock, 1943)<br />

Guión: Thornton Wil<strong>de</strong>r y Sally Benson<br />

Dirección: Alfred Hitchcock<br />

Estreno: 16 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1943<br />

Elenco:<br />

Teresa Wright<br />

Joseph Cotten<br />

Macdonald Carey<br />

Henry Travers<br />

Patricia Collinge<br />

Hume Cronyn<br />

Wallace Ford<br />

Edna May Wonacott<br />

Charles Bates<br />

66 |<br />

Alfred Hitchcock<br />

“<strong>La</strong> Sombra <strong>de</strong> una Duda”, producido por la Universal a principios <strong>de</strong> 1943,<br />

es el film que el mismo Hitchcock prefiere <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su extensa obra. Charlie<br />

Oakley (Joseph Cotten) llega a Santa Rosa a visitar a su hermana y su familia.<br />

<strong>La</strong> sobrina <strong>de</strong> Cotten (Teresa Wright), también llamada Charlie, en honor a<br />

su tío, guarda un afecto muy especial para con él, y justo cuando su vida caía<br />

en una terrible <strong>de</strong>presión, su tío se le aparece, proce<strong>de</strong>nte <strong><strong>de</strong>l</strong> este, huyendo<br />

<strong>de</strong> algunas cuentas pendientes en aquel lugar. El amor, como en muchos<br />

<strong>de</strong> sus films ingleses, vuelve a ser uno <strong>de</strong> los resortes motores. Otro <strong>de</strong> los<br />

temas que obsesionan en esta película es aquel que se refiere a los finales<br />

en Hollywood. Cuando su sobrina <strong>de</strong>scubre la verdad sobre el pasado <strong>de</strong> su<br />

i<strong>de</strong>alizado tío, ella comienza a evitarlo, hasta la escena final <strong>de</strong>sarrollada en<br />

un tren, don<strong>de</strong> él vuelve a empren<strong>de</strong>r su cíclica huída, y ante la seguridad <strong>de</strong><br />

que su sobrina se propone entregarlo, intenta matarla, aunque es ella quien,<br />

intentando <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse, lo arroja a él hacia las vías, don<strong>de</strong> un tren que se dirigía<br />

en sentido contrario lo aplasta y <strong>de</strong>spedaza. Siempre con el tino, el buen<br />

gusto y la sutileza hitchcockiana, don<strong>de</strong> el terror es más emocional y psicológico<br />

que físico. Otra vez tenemos aquí el tema <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado que regresa, la<br />

cuestión <strong>de</strong> quién ama a quién, como así también el personaje que aparece<br />

y <strong>de</strong>saparece casi como si no existiera. <strong>La</strong> postura moral <strong><strong>de</strong>l</strong> film, siempre<br />

bajo su cobijo religioso, es tan rigurosa y precisa, que da la sensación <strong>de</strong><br />

que todos tienen sus razones, pero a la vez, da la sensación <strong>de</strong> que hay una<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong>gada línea, a veces invisible o casi, entre el bien y el mal, entre lo <strong>de</strong>bido y<br />

lo in<strong>de</strong>bido, don<strong>de</strong>, con todos los grises <strong><strong>de</strong>l</strong> caso siempre nos hallamos ante<br />

el peligro <strong>de</strong> no saber dón<strong>de</strong> estamos parados, o al menos <strong>de</strong> qué lado <strong>de</strong> la<br />

línea hemos quedado.


Como en tantos otros films <strong>de</strong> Hitchcock, aquí estamos en presencia <strong>de</strong><br />

un mundo inseguro. De un mundo en el que es difícil hacer pie, y don<strong>de</strong><br />

todo pue<strong>de</strong> ser distinto <strong>de</strong> lo que parece. <strong>La</strong> puesta en escena <strong><strong>de</strong>l</strong> film se<br />

ocupa <strong>de</strong> <strong>de</strong>jarnos la duda durante gran parte <strong><strong>de</strong>l</strong> film, a la vez que cada<br />

subtrama va sosteniendo dramáticamente a la trama principal (el padre<br />

<strong>de</strong> Charlie y el vecino con sus asuntos <strong>de</strong> novelas policiales, la situación<br />

<strong>de</strong> los niños, etc.).<br />

El final <strong><strong>de</strong>l</strong> film revela lo malvado <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, <strong>de</strong> la situación y <strong><strong>de</strong>l</strong> tío<br />

Charlie, quien intenta matar a su sobrina para conservar <strong>de</strong> alguna manera<br />

su terrible secreto. El intento se frustra y es ella quien tira a su tío <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

tren. De esta manera, el secreto queda mejor guardado aún. El cierre <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

film coinci<strong>de</strong> con una <strong>de</strong> las manifestaciones <strong>de</strong> Hitchcock más justas, y<br />

a la vez más pesimistas <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>.<br />

Film simétrico, cuidado, sólido, no por casualidad es uno <strong>de</strong> los preferidos<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> autor. Perfecta fotografía en blanco y negro, con soberbias actuaciones,<br />

y un perfecto cuidado <strong>de</strong> la puesta en escena toda.<br />

| 67


<strong>La</strong>ura (Otto Preminger, 1944)<br />

Guión: Jay Dratler<br />

Dirección: Otto Preminger<br />

Estreno: 1 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1944<br />

Elenco:<br />

Gene Tierney<br />

Dana Andrews<br />

Clifton Webb<br />

Vincent Price<br />

Judith An<strong>de</strong>rson<br />

68 |<br />

Otto Preminger<br />

Otto Ludwig Preminger nació en Viena el 5 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1906. Estudió<br />

<strong>de</strong>recho, filosofía y teatro. Comenzó como actor en su tierra hasta que logró<br />

dirigir su primer film en 1931. Llegó a Hollywood en 1935, don<strong>de</strong> dirigió más<br />

<strong>de</strong> treinta películas. Obras centrales <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> este arte como “<strong>La</strong>ura”<br />

(1944), “Al Bor<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> Peligro” (1950), “Carmen Jones” (1954), “Anatomía <strong>de</strong><br />

un Asesinato” (1959), “Tempestad sobre Washington” (1962), “El Car<strong>de</strong>nal”<br />

(1963), “Tan Buenos Amigos” (1971), entre otras. Fue uno <strong>de</strong> los directores<br />

más importantes en introducir lo que Faretta llamó el elemento austrohúngaro<br />

en el <strong>cine</strong> norteamericano. Nacido en Viena en época Habsbúrgica,<br />

hijo <strong><strong>de</strong>l</strong> fiscal general <strong><strong>de</strong>l</strong> imperio austrohúngaro, don<strong>de</strong> estudió abogacía<br />

aunque no llegó a ejercer. Fue atraído por el teatro y se convirtió primero<br />

en el alumno dilecto <strong>de</strong> Max Reinhardt y luego en director <strong><strong>de</strong>l</strong> Theatre <strong>de</strong>r<br />

Josefstadt <strong>de</strong> Viena. Su mirada, su visión siempre estuvo relacionada con<br />

una <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia fatal. Murió en Nueva York el 23 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1986, a los 79<br />

años <strong>de</strong> edad.<br />

Si el elemento austrohúngaro en el <strong>cine</strong> fue, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la edad más temprana,<br />

un elemento central <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> nuestro arte, sin dudas Preminger fue<br />

uno <strong>de</strong> los emblemas más claros <strong>de</strong> tal manifestación. Lo austrohúngaro<br />

tiene que ver con aquello <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>rrotado imperio centro europeo tras la<br />

primera guerra mundial, y todos los artistas <strong>de</strong> aquella geografía o hijos<br />

<strong>de</strong> tales figuras que se fueron <strong>de</strong>sperdigando por el mundo con el<br />

correr <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo veinte, y que muchos <strong>de</strong> ellos recalaron en Hollywood.<br />

Directores como Josef von Sternberg, Billy Wil<strong>de</strong>r, Joseph Leo Mankiewicz,<br />

Douglas Sirk, Fritz <strong>La</strong>ng, Max Ophüls, Edgar Ulmer, entre otros, pero<br />

también músicos, actores, guionistas, escritores, escenógrafos, etc. Sin<br />

ir más lejos, los dueños <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s estudios (Meyer, Warner, Zukor,<br />

Fuchs, Goldfish, etc.) eran <strong>de</strong>scendientes austrohúngaros.<br />

A diferencia <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Alfred Hitchcock, el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Preminger intenta<br />

proponer una mirada totalizadora <strong>de</strong> la escena y la situación, como <strong>de</strong>s-


<strong>de</strong> un falso punto <strong>de</strong> vista objetivo, don<strong>de</strong> pareciera<br />

filmar a personas y personajes que no le pertenecieran.<br />

Si Hitchcock lograba hacernos partícipes <strong>de</strong> la<br />

película en muy alto grado (“<strong>La</strong> Ventana Indiscreta”,<br />

“Vértigo”), Preminger logra, por el contrario, hacernos<br />

ajenos a lo que pasa, como si mirásemos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

arriba, un paisaje bello y extraño. Rara vez vamos a<br />

encontrar un primer plano en la obra <strong>de</strong> este autor.<br />

Esa visión panorámica, a veces ambigua, <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte,<br />

y siempre pesimista <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, es relatada a través<br />

<strong>de</strong> <strong>historia</strong>s <strong>de</strong> vida, encarnadas en personajes fuertes,<br />

sostenidos en lo mítico. En este autor vienés<br />

pue<strong>de</strong> flaquear la trama (a veces adre<strong>de</strong>), pero nunca<br />

sus personajes. El <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Preminger es un <strong>cine</strong> <strong>de</strong><br />

personajes, <strong>de</strong> seducciones, <strong>de</strong> engaños, <strong>de</strong> miradas.<br />

<strong>La</strong>s miradas que consigue <strong>de</strong> sus dirigidos son únicas<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. El mejor ejemplo es<br />

“Bonjour Tristesse” (1958).<br />

Po<strong>de</strong>mos dividir en dos la obra <strong>de</strong> Otto Preminger.<br />

Por un lado una primer etapa como director <strong>de</strong> los<br />

gran<strong>de</strong>s estudios (la mayor parte <strong>de</strong> sus trabajos hechos<br />

para la Fox <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1936 hasta 1953), y una segunda<br />

y muy fecunda etapa trabajando como director–<br />

productor, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> “The Moon is Blue” (1953) hasta el<br />

final <strong>de</strong> su carrera hacia 1980.<br />

De la primera parte <strong>de</strong> su carrera, el primer gran film<br />

<strong>de</strong> Preminger es “<strong>La</strong>ura” (1944), protagonizado por<br />

Gene Tierney, Dana Andrews, y Crifton Webb. Otros<br />

tres gran<strong>de</strong>s films <strong>de</strong> aquel período son: “Al Bor<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Peligro” (Where the Si<strong>de</strong>walks Ends, 1950), “<strong>La</strong> Carta<br />

nº 13” (The Thirteenth Letter, 1951), y “Angel Face”<br />

(1953), ésta última realizada para la RKO, siendo el último<br />

film realizado por Preminger para los estudios.<br />

“<strong>La</strong>ura” es una continuación <strong>de</strong> “El Ciudadano” <strong>de</strong> Orson<br />

Welles, por otros medios. Más que continuación,<br />

es el reflejo producido por el impacto <strong>de</strong> la autoconciencia,<br />

don<strong>de</strong> la apertura <strong><strong>de</strong>l</strong> arte <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, a partir<br />

<strong>de</strong> la relación con la cultura anterior y a través <strong>de</strong> una<br />

nueva relación con el espectador, llega a un punto<br />

cumbre. <strong>La</strong> primera gran articulación <strong><strong>de</strong>l</strong> momento<br />

clásico se produce cuando éste film aborda ciertas<br />

cuestiones temáticas y <strong>de</strong> puesta en escena, aún <strong>de</strong><br />

manera más extrema y más fecunda, creemos, que el<br />

propio film fundante <strong>de</strong> Welles.<br />

El pasaje <strong>de</strong> un tiempo a otro <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una misma<br />

escena, a veces <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un mismo plano, siendo<br />

el tiempo uno <strong>de</strong> los temas centrales <strong><strong>de</strong>l</strong> film, es <strong>de</strong><br />

una rigurosidad prodigiosa. Nadie había trabajado<br />

antes <strong>de</strong> Preminger el tiempo <strong>de</strong> esa manera en una<br />

película. Tiempo que en “<strong>La</strong>ura” está perfectamente<br />

emblematizado en los simétricos relojes (<strong>de</strong> Waldo y<br />

<strong>de</strong> <strong>La</strong>ura), en don<strong>de</strong> la resolución diegética es producida<br />

con un efecto más que logrado. Escribe Faretta:<br />

“… Esos relojes sirven para que en uno <strong>de</strong> ellos Waldo<br />

oculte, en su pe<strong>de</strong>stal, el arma <strong>de</strong> su doble intento <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> <strong>La</strong>ura. Finalmente su disparo, agónico<br />

y <strong>de</strong>sviado por Mac Pherson (Dana Andrews), <strong>de</strong>struye<br />

el mecanismo y la cara <strong><strong>de</strong>l</strong> reloj, así como no pudo<br />

<strong>de</strong>struir la cara <strong>de</strong> <strong>La</strong>ura, sino la <strong>de</strong> su copia…”. Agregamos:<br />

la <strong>de</strong>strucción <strong><strong>de</strong>l</strong> simbólico reloj es el final<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo <strong>de</strong> la construcción <strong>de</strong> esa copia (<strong>La</strong>ura).<br />

Porque el tema <strong><strong>de</strong>l</strong> doble es fundamental en la obra<br />

<strong>de</strong> Preminger en general y en este film en particular.<br />

Visto platónicamente, claro.<br />

Preminger inventa en este film, la melodía utilizada<br />

a modo <strong>de</strong> leit motiv. <strong>La</strong> recurrencia temática y psicológica<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> film, es llevada, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la puesta en escena,<br />

por una música que se repite: «<strong>La</strong>ura», el tema<br />

<strong>de</strong> Johnny Mercer y David Raksin. Esto que más tar<strong>de</strong><br />

formará parte central <strong><strong>de</strong>l</strong> arte <strong>cine</strong>matográfico, fue<br />

utilizado por Preminger en este film por vez primera.<br />

Pero más allá <strong>de</strong> los recursos heurísticos y técnicos,<br />

lo que más vale <strong>de</strong> una película como “<strong>La</strong>ura” es su<br />

visión <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo. Waldo, el refinado esteta <strong>de</strong>venido<br />

en crítico radial mo<strong>de</strong>rno, ha inventado, creado a<br />

una mujer, emblematizado por un cuadro <strong>de</strong> ella que<br />

es a la vez angel guardián <strong>de</strong> la casa. El esteta ha hecho,<br />

a través <strong>de</strong> su columna radial, <strong>de</strong> la nada, a una<br />

mujer y también, al hombre que se enamorará <strong>de</strong> ella<br />

| 69


<strong>La</strong>ura.<br />

70 |<br />

(el teniente Mac Pearson). Escribe<br />

Faretta en un ensayo sobre Preminger:<br />

“… Pero si Waldo parece<br />

“colarse” al comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> film en el<br />

periplo <strong>de</strong>tectivesco <strong>de</strong> Mac Pherson,<br />

es éste quien pasivamente se<br />

cuela en la interioridad erudita <strong>de</strong><br />

Waldo, quien <strong>de</strong>be confesar a un<br />

alguien, a un otro, los logros <strong>de</strong><br />

su creación artificial. Lo agasaja<br />

en un ristorante italiano, le da a<br />

beber vino; la música <strong>de</strong> fondo<br />

con un suave violín proporciona la<br />

atmósfera a<strong>de</strong>cuada. Antes, en el<br />

<strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> <strong>La</strong>ura, le muestra<br />

su cuadro, sus vestidos, sus joyas<br />

y perfumes. Describe como un<br />

subastador <strong>de</strong> esencias los restos<br />

inertes <strong>de</strong> una criatura artificial. El<br />

resultado inexorable es que Mac<br />

Pherson se enamore vicariamente<br />

<strong>de</strong> <strong>La</strong>ura. Se enamora <strong>de</strong> tal manera<br />

que en su <strong>de</strong>seo parece traerla<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> mundo <strong>de</strong> entre los muertos.<br />

<strong>La</strong>ura es la variante especular <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

mito <strong>de</strong> Orfeo y Eurídice…”. Y, a<br />

propósito <strong>de</strong> lo que veníamos diciendo,<br />

sigue <strong>de</strong> la siguiente manera:<br />

“… Waldo no compren<strong>de</strong><br />

que el amor <strong>de</strong> Mac Pherson por<br />

<strong>La</strong>ura es también una creación<br />

propia. El esteta autónomo vicario<br />

<strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad ha alcanzado la<br />

cima <strong>de</strong> su perfección artificiosa,<br />

ha creado no sólo a una mujer sino<br />

a un hombre porque invertidamente<br />

«no es bueno que la mujer<br />

esté sola». Con lo cual Waldo ha alcanzado<br />

el status <strong>de</strong> Dios. Pero ese<br />

«Dios» <strong>de</strong>be cíclica y míticamente<br />

auto<strong>de</strong>struirse mediante aquello<br />

que los pensadores tradicionales<br />

llaman el Deus otiotus, una <strong>de</strong><br />

cuyos emblemas más conocidos<br />

es el <strong>de</strong> Cronos-Saturno, eterno<br />

<strong>de</strong>vorador <strong>de</strong> sus hijos. Ese <strong>de</strong>vo-


ador que es el tiempo, Cronos, es a<strong>de</strong>más la pérdida <strong>de</strong> una también<br />

cíclica Edad <strong>de</strong> Oro que, irónicamente refractada en la mo<strong>de</strong>rnidad, se<br />

torna la caída <strong>de</strong> un tirano doméstico munido <strong>de</strong> un saber colecticio que<br />

intenta manejar —<strong>de</strong>vorando el tiempo a su manera. Los relojes simétricos<br />

(uno en casa <strong>de</strong> Waldo, uno en casa <strong>de</strong> <strong>La</strong>ura) contienen tal estado <strong>de</strong><br />

cosas en un periplo que es tiempo <strong>de</strong> una imposible Edad <strong>de</strong> Oro, vuelto<br />

coleccionismo suntuario. (…) El final-feliz-problemático <strong>de</strong> esta obra nos<br />

muestra a una <strong>La</strong>ura y a un Mac Pherson supuestamente «liberados».<br />

Pero ambos, tras la muerte <strong>de</strong> Waldo, ¿cuánta autonomía podrán adquirir<br />

tras matar a ese <strong>de</strong>miurgo perverso…? <strong>La</strong> muerte <strong>de</strong> Waldo es el tema<br />

<strong>de</strong> «la muerte <strong>de</strong> Dios» <strong>de</strong>splazado hacia un agnosticismo secular que<br />

mantiene y recurre al mito como forma <strong>de</strong> su operar…”<br />

“<strong>La</strong>ura” es uno <strong>de</strong> los films que más <strong>de</strong>manda <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador a partir <strong>de</strong><br />

su planteo y su resolución (esto, a modo <strong>de</strong> continuación <strong>de</strong> “El Ciudadano”),<br />

teniendo en cuenta el sentido que siempre el <strong>cine</strong> norteamericano<br />

se planteó a partir <strong><strong>de</strong>l</strong> cómo sigue, emblema <strong>de</strong> su <strong>de</strong>cisionismo, y <strong>de</strong> su<br />

capacidad reflexiva.<br />

| 71


Tener o no Tener<br />

(To Have and Have Not, Howard Hawks, 1945)<br />

Guión: Jules Furthman y William Faulkner<br />

Basada en una novela <strong>de</strong> Ernest Hemingway<br />

Dirección: Howard Hawks<br />

Estreno: 20 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1945<br />

Elenco:<br />

Humphrey Bogart<br />

Walter Brennan<br />

<strong>La</strong>uren Bacall<br />

Dolores Moran<br />

Hoagy Carmichael<br />

Sheldon Leonard<br />

Tener o no tener.<br />

“Tener o no Tener” es una película sólida, clara, entretenida, seria, divertida,<br />

reflexiva, lleva<strong>de</strong>ra, soberbia… como las mejores películas <strong>de</strong> Howard<br />

Hawks. El film trata <strong>de</strong> la vida <strong><strong>de</strong>l</strong> capitán Harry Morgan (Bogart) que vive<br />

en la isla francesa Martinica, alquilando su barco para viajes <strong>de</strong> placer.<br />

72 |<br />

El Héroe. Harry es un héroe a la medida <strong>de</strong> Howard Hawks. Se maneja<br />

espontáneamente con una moral propia, y solo haciéndose cargo <strong>de</strong> él<br />

mismo, y los suyos (Eddie, y luego Slim). Harry tiene instintos que emanan<br />

<strong>de</strong> su profesión y <strong>de</strong> su sentido <strong>de</strong> la dignidad, pero no <strong>de</strong>beres.<br />

Ni morales, ni sociales, ni políticos. Por supuesto que, con el correr <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

film, asume riesgos y responsabilida<strong>de</strong>s, pero siempre <strong>de</strong> modo natural,<br />

espontáneo, sentido. Cada vez que se le presenta el supuesto intento u<br />

oportunidad <strong>de</strong> compromiso político, publico, a la vez se presenta clara<br />

la causa privada (Slim)… estas se mezclan al final (Renard y Eddie). Harry<br />

siempre opta por la privada. “… A mí solo me interesan mis asuntos…”<br />

(Frase repetida en la obra <strong>de</strong> Hawks).<br />

Pero es <strong>de</strong> esa manera como Harry se encarga <strong>de</strong> trasladar a los franceses<br />

a la isla (por dinero para Slim), luego salvarle la vida al hombre y, finalmente,<br />

<strong>de</strong>rrotar a los malos. Porque héroe es aquel que se atreve a hacer<br />

lo que el común <strong>de</strong> la gente no se atreve, y que claramente es lo que hay<br />

que hacer para salvar, o refundar a la comunidad, aunque se <strong>de</strong>ba sacrificar<br />

o huir para el restablecimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> or<strong>de</strong>n.<br />

El mundo <strong>de</strong> afuera y el mundo íntimo son dos temas recurrentes en<br />

la obra <strong>de</strong> este autor. El hombre solo, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su círculo masculino,<br />

gran<strong>de</strong> o pequeño, relacionándose lo justo y necesario con el mundo <strong>de</strong><br />

afuera <strong>de</strong> acuerdo a las necesida<strong>de</strong>s planteadas por su profesión. El pro-


fesionalismo en la tarea a cumplir en el mundo masculino <strong>de</strong> Hawks es<br />

el vehículo para la dignidad y el autorrespeto. Pero, fatalmente, aparece<br />

la mujer. <strong>La</strong> otredad. En este caso, Slim (Bacall), que en pocos momentos<br />

notamos que cuadra perfectamente con las características <strong>de</strong> Harry. Se<br />

enamoran porque son las dos caras <strong>de</strong> la misma moneda. El instinto gobierna,<br />

pero no el instinto animal, sino el civilizado <strong>de</strong> aquellos personajes<br />

que han establecido una especie <strong>de</strong> paz por separado con el mundo<br />

y que viven erráticamente pero que a la vez son más libres, más fuertes y<br />

más in<strong>de</strong>pendientes que cualquiera <strong>de</strong> los mortales comunes.<br />

El compromiso <strong>de</strong> Harry con una causa ajena, y el compromiso <strong>de</strong> Hawks<br />

con dicho film, no podrían haber sido mostrados <strong>de</strong> mejor manera. El<br />

prolijo y cuidado blanco y negro <strong><strong>de</strong>l</strong> film, su fotografía, las imágenes en<br />

alta mar, los personajes que ro<strong>de</strong>an al film, el mundo <strong><strong>de</strong>l</strong> bar y el hotel,<br />

el planteo <strong>de</strong> la trama y cada pequeño <strong>de</strong>talle <strong>de</strong> la puesta en escena<br />

<strong>de</strong> la película nos llevan a una <strong>de</strong> las obras clásicas más sólidas <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong><br />

norteamericano.<br />

| 73


¡Qué Bello es Vivir!<br />

(It’s Won<strong>de</strong>rful Life, Frank Capra, 1947)<br />

Guión: Frances Goodrich y Albert Hackett<br />

Dirección: Frank Capra<br />

Estreno: 7 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1947<br />

Elenco:<br />

James Stewart<br />

Donna Reed<br />

Lionel Barrymore<br />

Thomas Mitchell<br />

Henry Travers<br />

Beulah Bondi<br />

Frank Faylen<br />

Ward Bond<br />

Gloria Grahame<br />

74 |<br />

Frank Capra.<br />

Frank Capra nació en Palermo (Sicilia) en 1897 y murió en Hollywood el 3 <strong>de</strong><br />

septiembre <strong>de</strong> 1991. Abandonó su carrera <strong>cine</strong>matográfica tras la caída <strong>de</strong><br />

los estudios hacia los años sesenta. <strong>La</strong> totalidad <strong>de</strong> su obra (1925-1961) fue<br />

realizada en Estados Unidos, inclusive unos cuantos documentales durante<br />

la segunda guerra mundial. Se <strong>de</strong>stacan: “Sucedió una Noche” (1934), “Vive<br />

Como Quieras” (1938), “Qué Bello es Vivir” (1947), “El Estado <strong>de</strong> la Unión”<br />

(1948), y “Millonario <strong>de</strong> Ilusiones” (1959).<br />

El lugar <strong><strong>de</strong>l</strong> artista conquistado por el director, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Griffith en a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante,<br />

fue sostenido, crecientemente, por los productores <strong>de</strong> los films que,<br />

con el correr <strong>de</strong> los años, fueron adueñándose <strong>de</strong> los circuitos, los mercados,<br />

los contratos y la exhibición. Habíamos escrito más arriba sobre<br />

la tregua <strong>de</strong> 1908 que terminó con el tema <strong>de</strong> las patentes en manos<br />

<strong>de</strong> Edison. Después <strong>de</strong> unos años <strong>de</strong> monopolio absoluto <strong>de</strong> la M.P.P.C.,<br />

algunos pequeños productores in<strong>de</strong>pendientes comenzaron la reacción<br />

en pos <strong>de</strong> un <strong>cine</strong> más gran<strong>de</strong>, más logrado, más artístico. Estos productores<br />

in<strong>de</strong>pendientes, <strong>de</strong> origen judío, fueron los que luego <strong>de</strong> la ruptura<br />

(1923-1925) comenzaron a construir, en Hollywood, los llamados gran<strong>de</strong>s<br />

estudios. Ellos fueron Adolph Zukor (1873-1976), <strong>de</strong> origen húngaro,<br />

fue uno <strong>de</strong> los fundadores <strong>de</strong> la Paramount; William Fuchs (1879-1952),<br />

también judío húngaro, fue el creador <strong>de</strong> la 20 th Century Fox; Carl Leammle<br />

(1867-1939), judío alemán, y creador <strong>de</strong> la Universal; Jack Warner,<br />

junto a sus hermanos Harry, Albert y Sam, <strong>de</strong> origen polaco, dueños <strong>de</strong><br />

la Warner Bros.; Marcus Loew (1870-1927) junto a Samuel Goldfish (1884-<br />

1974), y Louis B. Mayer fueron quienes fundaron, en sus comienzos, a la<br />

Metro. Harry Cohn, por aquellos años, creaba la Columbia Pictures. Más


tar<strong>de</strong> se sumaría el controvertido Howard Hughes<br />

con la RKO Es importante <strong>de</strong>stacar en este momento<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> trabajo, la fundamental unión entre la creación <strong>de</strong><br />

Griffith y el agregado <strong>de</strong> lo austrohúngaro en los años<br />

veinte, y en a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante, para la consolidación <strong>de</strong> la actividad<br />

<strong>cine</strong>matográfica y su concepto, en su vertiente<br />

norteamericana y también mundial.<br />

<strong>La</strong> férrea lucha contra el trust Edison produjo la emigración.<br />

Estos productores se alejaron <strong><strong>de</strong>l</strong> nor<strong>de</strong>ste<br />

yanqui, emblematizada en la Nueva York <strong>de</strong> los veinte,<br />

para emigrar al oeste, y al sur… a la tierra recién<br />

conquistada. Así, uno a uno, fueron trasladándose a<br />

las cercanías <strong>de</strong> Hollywood (California) en el oeste<br />

americano, don<strong>de</strong> fueron creando sus productoras,<br />

construyendo los estudios, y trasladando con ellos, el<br />

hacer <strong>cine</strong>matográfico <strong>de</strong> aquel país que se convertiría<br />

en el centro <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> mundial.<br />

Esto hizo que, así como el artista necesitaba el apoyo<br />

y la contención <strong><strong>de</strong>l</strong> productor, el productor también<br />

necesitó <strong>de</strong> ciertos artistas para perfilar sus intenciones<br />

comerciales y estéticas. Así los estudios <strong>de</strong> Hollywood<br />

fueron ro<strong>de</strong>ándose <strong>de</strong> directores, actores,<br />

técnicos, músicos, en una necesidad mutua.<br />

Frank Capra fue el director más mimado por los estudios<br />

<strong>de</strong> <strong>cine</strong>. Un siciliano <strong>de</strong> origen, que había llegado<br />

a los Estados Unidos <strong>de</strong> muy pequeño y que comenzó<br />

a trabajar en el <strong>cine</strong> hacia comienzos <strong>de</strong> la década<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> veinte. Luego <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> films mudos <strong>de</strong> muy<br />

buena factura, entre los que se <strong>de</strong>staca “Pantalones<br />

<strong>La</strong>rgos” (1926), Capra realiza una <strong>de</strong> las primeras buenas<br />

películas sonoras que hizo el <strong>cine</strong> norteamericano:<br />

“El Submarino” en 1928 para la Columbia.<br />

Capra fue uno <strong>de</strong> los primeros en firmar su obra; El<br />

Nombre Sobre el Título (nombre que le puso a su autobiografía<br />

hacia fines <strong>de</strong> los sesenta), fue la forma en<br />

la que encabezó, ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1930, cada uno <strong>de</strong> sus film.<br />

Más tar<strong>de</strong> lo harían otros.<br />

<strong>La</strong>s películas <strong>de</strong> Capra eran las preferidas por el público<br />

<strong>de</strong> los treinta, como también por los estudios que<br />

lo premiaron sucesivas veces con varias estatuillas,<br />

hasta nombrarlo presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia en 1938.<br />

Pero así como era amado en el oeste, era odiado en el<br />

este. Sus films, atacando a cierta forma <strong>de</strong> hacer política<br />

<strong>de</strong> diputados, senadores y funcionarios, provocó<br />

la ira <strong>de</strong> los amos <strong>de</strong> Washington, que no pudieron<br />

soportar las sentencias <strong>de</strong> Capra, como tampoco el<br />

apoyo que recibía en Hollywood.<br />

Su narrativa fue aplaudida por el mundo entero y asimilada<br />

por todo el <strong>cine</strong> norteamericano. Sus planos,<br />

su ritmo, la emotividad <strong>de</strong> las imágenes, y su infinito<br />

fuera <strong>de</strong> campo, fue una <strong>de</strong> las puestas en escena más<br />

importantes <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano.<br />

Dos etapas bien claras contienen su obra. <strong>La</strong> primera,<br />

que coinci<strong>de</strong> con su primera etapa sonora, va <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

“El Submarino” (1928) hasta lo que podría emblematizarse<br />

el ciclo Stanwych. <strong>La</strong> segunda, a partir <strong>de</strong> 1933,<br />

va <strong>de</strong>s<strong>de</strong> “Dama por un Día” (1961) hasta el “Estado <strong>de</strong><br />

la Unión” (1948). Los años siguientes fueron bastante<br />

<strong>de</strong>cepcionantes para Capra que realizó unas pocas<br />

películas hasta 1961, don<strong>de</strong> se retiró <strong>de</strong> la actividad<br />

como <strong>cine</strong>asta. De éstas últimas, <strong>de</strong>bemos rescatar:<br />

“Millonario <strong>de</strong> Ilusiones” (A Hole in the Head, 1959),<br />

una comedia protagonizada por Frank Sinatra. Los<br />

dramas y las películas épicas caracterizaron la primer<br />

etapa, y la comedia política (a veces, mal llamada comedia<br />

romántica) a la segunda.<br />

El primer Capra sonoro (1928-1933) es el genio <strong>de</strong><br />

la Columbia. Escribía sus guiones, escribía guiones<br />

para otros, dirigía con total libertad sus films, y hasta<br />

lo contrataban para concluir algún film que el estudio<br />

no podía resolver aún empezado. Fue uno <strong>de</strong> los<br />

directores que, junto a Howard Hawks, más y mejor<br />

se adaptó al sonido. Cosa que para algunos produjo<br />

toda una serie <strong>de</strong> dudas e insegurida<strong>de</strong>s, para Capra<br />

resultó ser el lugar más seguro y claro para arribar a<br />

sus obras más logradas. Aquella es la época en que<br />

se <strong>de</strong>stacan tres films memorables: “Milagro <strong>de</strong> Amor”<br />

(The miracle woman, 1931), uno <strong>de</strong> los primeros pa-<br />

| 75


76 |<br />

peles protagónicos <strong>de</strong> Barbara Stanwych, “<strong>La</strong> Locura<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Dólar” (American Madness, 1932), film comenzado<br />

por el canadiense Allan Dwan, y “El Amargo Te<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> General Yen” (The bitter tea of general Yen, 1933),<br />

también con una la Stanwych. En estos tres film <strong>de</strong><br />

comienzos <strong><strong>de</strong>l</strong> sonoro, Capra retrata, como ninguno<br />

en su época, los primeros años <strong>de</strong> la <strong>de</strong>presión norteamericana,<br />

el hambre, las multitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>sbordadas,<br />

etc. Pero también, los verda<strong>de</strong>ros problemas que enfrenta<br />

el país <strong>de</strong> ahí en a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante. Su relación con el<br />

futuro, con el resto <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, con la guerra, con la<br />

misma <strong>de</strong>mocracia. A través <strong>de</strong> sueños, como aquel<br />

memorable <strong>de</strong> Stanwych en “El Amargo Te…”, <strong>de</strong><br />

multitu<strong>de</strong>s engañadas que se hacinan en tramposas<br />

entida<strong>de</strong>s bancarias, <strong>de</strong> confesiones inesperadas, <strong>de</strong><br />

planos cortos que se suce<strong>de</strong>n, unos a otros, intensificando<br />

el ritmo y la emotividad <strong><strong>de</strong>l</strong> relato.<br />

Una <strong>de</strong> las cosas que suele reconocerse en Capra es la<br />

facilidad para transformar a actores y actrices en gran<strong>de</strong>s<br />

figuras o estrellas <strong><strong>de</strong>l</strong> espectáculo. Tal es el caso ya<br />

citado <strong>de</strong> Barbara Stanwych, como también Clare Gable,<br />

Gary Cooper, James Stewart, Jean Arthur, y otros.<br />

<strong>La</strong> mayor parte <strong>de</strong> ellos, gran<strong>de</strong>s actores y actrices en<br />

el futuro, comenzaron sus carreras con Capra.<br />

<strong>La</strong> segunda, y más conocida, etapa <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong><br />

Frank Capra es aquella <strong>de</strong> las comedias dramáticas<br />

y políticas. Junto al guionista Robert Riskin, a partir<br />

<strong>de</strong> 1933, y hasta el comienzo <strong>de</strong> la segunda guerra<br />

mundial, nuestro autor realizó ocho obras entre las<br />

más vistas y más elogiadas <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano<br />

<strong>de</strong> entonces: “Dama por un Día” (<strong>La</strong>dy for a day,<br />

1933), “Sucedió una Noche” (It happened one night,<br />

1934), “Estrictamente Confi<strong>de</strong>ncial” (1935), “El Secreto<br />

<strong>de</strong> Vivir” (Mr. Deeds goes to town, 1936), “Horizontes<br />

Perdidos” (1937), “Vive Como Quieras” (You can’t take<br />

it with you, 1938), “Caballero Sin Espada” (Mr. Smith<br />

Goes to Washington, 1939), “Meet John Doe” (1940),<br />

ésta última producida por la Warner Bros., luego <strong>de</strong><br />

una pelea irreconciliable entre Frank Capra y Harry<br />

Cohn, el dueño <strong>de</strong> la Columbia.<br />

<strong>La</strong> inocencia <strong><strong>de</strong>l</strong> individuo que se lo aleja <strong>de</strong> su medio,<br />

o se lo enfrenta con la multitud <strong>de</strong>seosa <strong>de</strong> justicia,<br />

se transforma en valores que luchan, muy por<br />

encima <strong>de</strong> sus posibilida<strong>de</strong>s, contra ese po<strong>de</strong>r encarnado<br />

en la política liberal <strong>de</strong> los Estados Unidos.<br />

Po<strong>de</strong>mos ver en estos films un largo <strong>de</strong>sfile <strong>de</strong> funcionarios<br />

tramposos, <strong>de</strong> políticos corruptos, <strong>de</strong> senadores<br />

y diputados que, en nombre <strong>de</strong> la multitud que<br />

clama allá afuera, hacen un sinfín <strong>de</strong> atrocida<strong>de</strong>s. A la<br />

par <strong>de</strong> hombres jóvenes e i<strong>de</strong>alistas que se enfrentan,<br />

irremediablemente, con su <strong>de</strong>stino, que coinci<strong>de</strong> con<br />

los <strong>de</strong>stinos <strong>de</strong> la comunidad. Pocos directores como<br />

Capra para retratar ese mundo y para evi<strong>de</strong>nciar las<br />

fallas esenciales <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema <strong>de</strong>mocrático liberal.<br />

Luego <strong>de</strong> alistarse en el ejército durante la guerra, junto<br />

a John Ford, William Wyler y otras personalida<strong>de</strong>s<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, comienza su trabajo como documentalista <strong>de</strong><br />

guerra, sumado a una serie <strong>de</strong> trabajos propagandísticos<br />

llamados: “¿Por qué Luchamos?”, don<strong>de</strong> se adiestraba<br />

a los soldados norteamericanos para la guerra,<br />

como así también al convencimiento <strong>de</strong> los mismos<br />

en la importancia <strong>de</strong> su lucha. Fue premiado por infinidad<br />

<strong>de</strong> gobiernos y entida<strong>de</strong>s por su trabajo durante<br />

la guerra, don<strong>de</strong> uno <strong>de</strong> sus más aclamados trabajos<br />

consistía en la utilización <strong>de</strong> la propaganda <strong><strong>de</strong>l</strong> enemigo<br />

(el nazismo) para fines propios. Más <strong>de</strong> diez documentales<br />

se realizaron durante aquel período.<br />

Al regresar <strong>de</strong> la guerra, en 1945, Capra funda su propia<br />

productora (Liberty Films) en sociedad con otros<br />

dos directores <strong>de</strong> <strong>cine</strong> <strong>de</strong> aquellos años: Wyler y George<br />

Stevens. Se proponen filmar tres películas, una dirigida<br />

por cada uno <strong>de</strong> los socios, pero sólo lograrán<br />

hacer una, por problemas financieros producto <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

fracaso taquillero. <strong>La</strong> película es “Qué Bello es Vivir”<br />

(It’s won<strong>de</strong>rfull life, 1946), unos <strong>de</strong> los mejores films<br />

<strong>de</strong> Capra, y una <strong>de</strong> las obras más altas <strong><strong>de</strong>l</strong> arte que<br />

nos ocupa. Entre la comedia y el melodrama, entre la<br />

emoción y lo fantástico, Capra logra una película verda<strong>de</strong>ramente<br />

única. Un film <strong>de</strong> una religiosidad sutil,<br />

don<strong>de</strong> la cuestión no es la muerte como posibilidad,


sino la no existencia. George Bailey (James Stewart)<br />

ante la duda entre suicidarse o seguir a los tumbos en<br />

una vida don<strong>de</strong> la suerte le está dando la espalda, se<br />

encuentra con un angel que tiene como misión cuidar<br />

su alma. El ángel le propone, dada la angustia <strong>de</strong><br />

George, un mundo sin él. Mostrarle la vida y el mundo<br />

como si él no hubiera existido nunca. El recorrido por<br />

esos parajes sin el menor rastro suyo, hace que nuestro<br />

protagonista vuelva a valorar la propia vida <strong>de</strong> una manera<br />

inestimable, y a rogar ser <strong>de</strong>vuelto en ella. Milagro<br />

que el ángel conce<strong>de</strong>, mientras que para los <strong>de</strong>más<br />

personajes <strong><strong>de</strong>l</strong> drama (esposa, hijos, amigos, vecinos),<br />

la ausencia <strong>de</strong> George se da sólo en un par <strong>de</strong> horas,<br />

don<strong>de</strong> apenas se impacientan al esperarlo.<br />

¿Qué es la vida? O, más bien, ¿Qué es vivir? Para el<br />

católico e italiano Capra, vivir es recorrer un camino<br />

intermedio. Por momentos un sacrificio, por momentos<br />

una <strong><strong>de</strong>l</strong>icia. <strong>La</strong> existencia nos da el alma, más allá<br />

<strong>de</strong> nuestra suerte. Pensemos ahora, todos, cada uno<br />

<strong>de</strong> nosotros, una vida, un mundo sin nosotros. Probablemente<br />

no haya <strong>de</strong>sesperación mayor. En el camino<br />

a recorrer uno encuentra momentos, felicida<strong>de</strong>s,<br />

<strong>de</strong>sencuentros, enemigos, amigos, <strong>de</strong> todo. Pero uno<br />

elige. El tema <strong><strong>de</strong>l</strong> libre albedrío es uno <strong>de</strong> los principales<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> film. George siente culpa, vergüenza, dolor, y a<br />

la vez: amor, solidaridad, compasión… Siempre elige,<br />

o intenta elegir.<br />

toda la cuestión social. Es <strong>de</strong>cir, lo social se subsume en<br />

lo religioso. Lo físico <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> lo metafísico.<br />

El ángel y sus milagros (como también su ascenso), la<br />

simetría <strong>de</strong> las campanitas, la Navidad, la comunidad<br />

y la caridad, son los elementos temáticos que pautan<br />

y solidifican la estructura <strong>de</strong> la puesta en escena. Así<br />

visto, el recorrido <strong>de</strong> George, ante su no existencia, se<br />

nos revela como un hombre buscando su alma. Alma<br />

entendida en sentido cristiano.<br />

Film prodigioso, genial, útil. Divertido, emocionante<br />

hasta las lágrimas, reflexivo, fuerte. Recomendamos<br />

especialmente este film para el estudio <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, para<br />

alumnos y docentes en la materia. Para análisis <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

guión, <strong>de</strong> la puesta en escena, <strong><strong>de</strong>l</strong> montaje, <strong>de</strong> las actuaciones<br />

y <strong>de</strong> la fotografía. No hay film igual.<br />

| 77<br />

El comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> film, con su modalidad fantástica<br />

pauta y nos lleva a la religiosidad <strong><strong>de</strong>l</strong> film. Luego <strong>de</strong><br />

una década <strong><strong>de</strong>l</strong> Capra social, <strong>de</strong> la alianza <strong>de</strong> clases,<br />

cooperativo y corporativo (que tanta luz dio a los<br />

films <strong>de</strong> nuestro Manuel Romero hacia fines <strong>de</strong> los<br />

treintas y principios <strong>de</strong> los cuarentas), ahora arribamos<br />

a un autor estrictamente religioso, sin per<strong>de</strong>r un<br />

centímetro <strong>de</strong> su trabajo y su preocupación social (recor<strong>de</strong>mos<br />

que George fun<strong>de</strong> su empresa en su intento<br />

<strong>de</strong> ayudar a la gente <strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo). Por el contrario, la actitud<br />

religiosa, su catolicidad y toda esta cuestión <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

libre albedrío agranda, apuntala todavía más y mejor


Retorno al Pasado<br />

(Out of the Past, Jacques Tourneur, 1947)<br />

Guión: Daniel Mainwaring<br />

Dirección: Jacques Tourneur<br />

Estreno: 13 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1947<br />

Elenco:<br />

Robert Mitchum<br />

Jane Greer<br />

Kirk Douglas<br />

Rhonda Fleming<br />

Richard Webb<br />

Steve Brodie<br />

Virginia Huston<br />

Paul Valentine<br />

Dickie Moore<br />

Ken Niles<br />

78 |<br />

En el terreno <strong>de</strong> lo fantástico, el <strong>cine</strong> norteamericano clásico ha dado muestras<br />

<strong>de</strong> una universalidad y madurez, más allá <strong>de</strong> lo esperado, y aún <strong>de</strong> lo <strong>de</strong>seado<br />

por cierta crítica que todavía sigue consi<strong>de</strong>rando a John Carpenter como<br />

un autor escapista. Creadores monumentales como el inglés James Whale, el<br />

francés Jacques Tourneur, Edgar Ulmer, Joseph H. Lewis, entre otros, han sabido<br />

<strong>de</strong>splegar un <strong>cine</strong> que, en parte, <strong>de</strong>viene <strong>de</strong> los horrores <strong>de</strong> Murnau y<br />

<strong>La</strong>ng, pero que también están totalmente enraizados en la cultura americana,<br />

Out of the Past.


o más bien pensado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo americano. Fue tan fuerte<br />

esta línea <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, que hoy, lo poco que queda <strong>de</strong> <strong>cine</strong> en<br />

Estados Unidos, tiene que ver con lo fantástico. Ejemplos<br />

<strong>de</strong> esto son: Brian De Palma, William Friedkin, John Carpenter<br />

y, sobre todo, James Cameron.<br />

Jacques Tourneur trabajó, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus comienzos, <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> dos transparencias o géneros que le permitieron<br />

<strong>de</strong>splegar sus temas y obsesiones, a la par que<br />

una moral, o moralidad epocal referida a cuestiones<br />

como la relación establecida o por establecerse entre<br />

el pasado y el presente, sobre todo a lo que atañe<br />

al misterio o lo misterioso, no como categoría psicológica,<br />

sociológica o antropológica, sino espiritual y<br />

metafísica. Los dos géneros fueron el fantástico y el<br />

policial, cuyos emblemas más significativos fueron,<br />

allá por los años cuarenta, “Cat People” (1942), y “Out<br />

of the Past” (1947), respectivamente. Respecto a ésta<br />

última, el director nos ofrece una vuelta al pasado en<br />

forma <strong>de</strong> ‘segunda oportunidad’ para su protagonista,<br />

interpretado por Robert Mitchum. En este film,<br />

como en otros <strong><strong>de</strong>l</strong> género, en permanente diálogo<br />

con la obra literaria <strong>de</strong> Georges Simenon, Se juega el<br />

recuerdo como un recorrido por el pasado que intenta<br />

ser revisado, explicado y, en lo posible, modificado.<br />

El pasado es la causa suficiente <strong><strong>de</strong>l</strong> secreto <strong><strong>de</strong>l</strong> presente.<br />

<strong>La</strong> felicidad artificial <strong><strong>de</strong>l</strong> presente se halla en<br />

esa mancha <strong><strong>de</strong>l</strong> profundo pasado.<br />

una escena perfecta— mira en escorzo el cartel <strong>de</strong> la<br />

estación <strong>de</strong> servicio, don<strong>de</strong> se lee el nombre <strong>de</strong> Jeff<br />

Bailey, lo saluda —con una suerte <strong>de</strong> tímida venia civil—<br />

y se aleja. En esa suerte <strong>de</strong> confesión analógica,<br />

el muchacho miente, pero también resuelve, es <strong>de</strong>cir<br />

elige en sentido agustiniano: libertad es la posibilidad<br />

<strong>de</strong> elegir el bien. Pero finalmente, también, conserva<br />

la leyenda privada, un mito casi particular <strong>de</strong><br />

esa también muy particular relación padre-hijo. Ese<br />

analógico hijo sin voz propia es el <strong>de</strong>stino, el fatum<br />

<strong>de</strong> un paganismo ya imposible. En su mu<strong>de</strong>z el antiguo<br />

hado elige libremente, y ese libre arbitrio clausura<br />

la posibilidad <strong>de</strong> un repetir pagano o paganizante.<br />

Porque si algo tuvo y sigue teniendo presente el <strong>cine</strong><br />

—especialmente el <strong>cine</strong> norteamericano— es que el<br />

mito sobrevive como re-curso, como forma operativa<br />

<strong>de</strong> un <strong>de</strong>mandar formal, como estructura si queremos.<br />

Pero el mito es refractado sobre un mundo que<br />

es o se dice cristiano. Si lo es —siquiera porque pue<strong>de</strong><br />

‘recordarlo’—, la repetición es imposible, y si ya no lo<br />

es, o cree que no lo es, o lo ha olvidado, entonces la<br />

repetición, en su mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o mítico, es indispensable…”<br />

| 79<br />

Más autoconcientemente y en su sentido último, hacia<br />

el final, la puesta en escena <strong><strong>de</strong>l</strong> film se encuadra<br />

<strong>de</strong> manera perfecta. Escribe Faretta al respecto: “…<br />

Finalmente en «Out of the Past» nos encontramos<br />

también con una resolución problemática que opera<br />

en su <strong>de</strong>mandar sobre el El <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador. <strong>La</strong> ‘buena<br />

chica’, tras la muerte <strong>de</strong> Jeff, tiene a su vez un ‘buen<br />

muchacho’ que la espera <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siempre para un<br />

‘buen matrimonio’. Pero se pregunta —o simula preguntarse—<br />

si Jeff era un canalla que estaba al morir<br />

huyendo con Kathie, o el héroe <strong>de</strong> sus sueños domésticos.<br />

Se dirige a la estación <strong>de</strong> servicio y le pregunta<br />

al muchacho. Este miente en su respon<strong>de</strong>r y la buena<br />

chica se va con el buen chico. El sordomudo —en


Su Último Deber<br />

(State of the Union, Frank Capra, 1948)<br />

Guión: Howard Lindsay y Russel Crouse<br />

Dirección: Frank Capra<br />

Estreno: 30 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1948<br />

Elenco:<br />

Spencer Tracy<br />

Katharine Hepburn<br />

Van Johnson<br />

Angela <strong>La</strong>nsbury<br />

Adolphe Menjou<br />

Lewis Stone<br />

Howard Smith<br />

Charles Dingle<br />

Mai<strong><strong>de</strong>l</strong> Turner<br />

Raymond Walburn<br />

80 |<br />

El Estado <strong>de</strong> la Unión con Katherine Hepbum<br />

“El Estado <strong>de</strong> la Unión” (1948) es, tal vez, el film más rigurosamente crítico<br />

en sentido político, don<strong>de</strong> se ponen <strong>de</strong> manifiesto todas sus i<strong>de</strong>as y<br />

formas <strong>de</strong> las películas anteriores <strong>de</strong> Capra. El arrepentimiento final <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

personaje interpretado por Spencer Tracy nos recuerda al James Stewart<br />

<strong>de</strong> “Caballero sin Espada”, pero con una diferencia: aquel pasó su vida<br />

postergando su pensamiento, mientras que éste, con suma impru<strong>de</strong>ncia,<br />

en lo único que piensa es en llevar a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante lo que piensa, sin medir<br />

sus verda<strong>de</strong>ras fuerzas. Grant Matthews (Tracy) se <strong>de</strong>ja llevar por la politiquería<br />

liberal. Es tentado para postularse como el próximo presi<strong>de</strong>nte<br />

<strong>de</strong> los Estados Unidos. Pero ese <strong>de</strong>jarse llevar por la corriente renace<br />

mediante lo más puro <strong>de</strong> la individualidad a través <strong><strong>de</strong>l</strong> amor. El emblema<br />

es Mary (Katharine Hepburn, nada menos), su mujer, quien, junto a sus<br />

hijos, intentan seguirlo en su locura hasta el final, pero sólo como forma<br />

para que él se dé cuenta solo. Porque lo que Grant abandona al final, no<br />

es la política, sino cierta forma <strong>de</strong> practicarla, que tiene que ver con la<br />

política liberal <strong>de</strong> Estados Unidos, y <strong>de</strong> cientos <strong>de</strong> pseudo-<strong>de</strong>mocracias<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> mundo. Al final, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> <strong>de</strong>dicarse a la política, pero <strong>de</strong> otra manera.<br />

¿Coppolianamente, podríamos <strong>de</strong>cir? Once años <strong>de</strong>spués <strong><strong>de</strong>l</strong> citado<br />

film, John Ford filma “El Último Hurra” (1959), también protagonizado<br />

por Spencer Tracy, don<strong>de</strong> el tema también es la política, los modos <strong>de</strong><br />

hacerla, y las postulaciones. Tal vez, el origen <strong>de</strong> “El Padrino” (1972) <strong>de</strong><br />

Francis F. Coppola, esté en estos dos films anteriores que cimentaron el<br />

campo para la construcción posterior <strong><strong>de</strong>l</strong> edificio <strong>de</strong> los Corleone.


El rol <strong>de</strong> la mujer en medio <strong>de</strong> la aventura masculina es fundamental en<br />

los films <strong>de</strong> Frank Capra. Films como “Vive como Quieras”, “Meet John<br />

Doe” y, fundamentalmente, “State of the Union”. <strong>La</strong> mujer sirve como<br />

contrapunto <strong>de</strong> lo masculino, pero en su lugar, para nada pasivo (“Caballero<br />

sin Espada”), da las condiciones para apoyar y, a la vez, corregir el<br />

rumbo <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre. <strong>La</strong> familia, como promesa futura o como <strong>de</strong>sarrollo<br />

presente, <strong>de</strong>staca siempre ese lugar <strong>de</strong> la mujer. Que si no reacciona, si<br />

no opera, corre el riesgo <strong>de</strong> <strong>de</strong>smantelarse.<br />

<strong>La</strong> emotividad <strong><strong>de</strong>l</strong> drama está dada por el <strong>de</strong>sgarramiento <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe, que<br />

<strong>de</strong>semboca en una confesión sincera. <strong>La</strong> saturación producida por el sistema<br />

político, por los círculos <strong>de</strong> intereses, o por una mala jugada <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

<strong>de</strong>stino, apunta siempre al corazón y al alma <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre. El ser humano,<br />

como individualidad, or<strong>de</strong>na su propio caos luego <strong>de</strong> transitar el periplo<br />

que las tramas <strong>de</strong> Capra nos proponen (siempre, <strong>de</strong> alguna manera, relacionadas<br />

con lo comunitario).<br />

No son personajes cultos y refinados, muchos <strong>de</strong> ellos todo lo contrario.<br />

Lo que busca nuestro director es individualizar al hombre en esa multitud<br />

<strong>de</strong>scontenta, traicionada, violenta. <strong>La</strong> famosa singularidad con la que<br />

siempre trabajó el <strong>cine</strong>. Recor<strong>de</strong>mos que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Griffith, el <strong>cine</strong> siempre<br />

se propuso cruzar la <strong>historia</strong> con la individualidad, el <strong>de</strong>venir social con<br />

el hombre concreto. A la par <strong>de</strong> ello, un respeto sin igual para con las<br />

masas <strong>de</strong> trabajadores y <strong>de</strong>socupados que formaban parte <strong>de</strong> sus films<br />

y que, muchos <strong>de</strong> ellos, formaban parte <strong>de</strong> sus enormes cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

espectadores que contemplaban sus películas.<br />

| 81


<strong>La</strong> Soga<br />

(Rope, Alfred Hitchcock, 1948)<br />

Guión: Hume Cronyn<br />

Dirección: Alfred Hitchcock<br />

Estreno: 28 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1948<br />

Elenco:<br />

James Stewart<br />

John Dall<br />

Farley Granger<br />

Cedric Hardwicke<br />

Constance Collier<br />

Douglas Dick<br />

Edith Evanson<br />

Dick Hogan<br />

Joan Chandler<br />

82 |<br />

“<strong>La</strong> Soga”, producida por la Warner Bros en 1948, es la primera película<br />

<strong>de</strong> Hitchcock realizada en color. Es un film rodado en ocho tomas <strong>de</strong> diez<br />

minutos cada una (la duración <strong>de</strong> un rollo completo), y encabalgadas,<br />

enlazadas en algún objeto oscuro, con el objeto <strong>de</strong> disimular el corte,<br />

y dar continuidad al film como si fuera un plano secuencia <strong>de</strong> ochenta<br />

minutos. Por supuesto que, <strong>de</strong> esta manera, el tiempo <strong>de</strong> la ficción<br />

coinci<strong>de</strong> con el tiempo <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador. Dicho <strong>de</strong> otro modo, es un film<br />

representado en tiempo real. <strong>La</strong> <strong>historia</strong> <strong>de</strong>scripta en este film es el asesinato<br />

<strong>de</strong> un joven universitario perpetrado por dos <strong>de</strong> sus compañeros<br />

que se proponen probar, por un lado, la teoría <strong>de</strong> su ex profesor Rupert<br />

(James Stewart) acerca <strong>de</strong> las diferencias <strong>de</strong> grado entre las personas,<br />

don<strong>de</strong> ciertas personas superiores pue<strong>de</strong>n matar a las inferiores, y por<br />

otro lado, una visión muy particular <strong>de</strong> cómo realizar el crimen perfecto.<br />

<strong>La</strong> película comienza hacia el atar<strong>de</strong>cer, cuando Brandon (John Dall) y<br />

Philip (Farley Granger) ahorcan con una soga a David (Diack Hogan). Luego<br />

<strong>de</strong> matarlo colocan el cadáver en un baúl en el centro <strong><strong>de</strong>l</strong> living, y<br />

se disponen a dar una pequeña fiesta, utilizando el baúl como la mesa<br />

principal don<strong>de</strong> se exhibirán todos los manjares <strong>de</strong> dicho agasajo. Comienzan<br />

a llegar los invitados, entre los que se encuentran: el padre <strong>de</strong><br />

David con su cuñada, el profesor Rupert, Kenneth, Janet (la novia <strong>de</strong> David<br />

y ex <strong>de</strong> Brandon). El que, por supuesto, no llega a la fiesta es David,<br />

quien se halla muerto, <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> baúl en medio <strong><strong>de</strong>l</strong> salón. Pero su no<br />

llegada comienza a inquietar a los presentes. Mediante una infinidad <strong>de</strong><br />

movimientos <strong>de</strong> cámara y una puesta rigurosa, Hitchcock nos pone en


Rodaje <strong>de</strong> <strong>La</strong> Soga.<br />

el centro <strong><strong>de</strong>l</strong> problema moral que plantea el film. ¿Fueron mal entendidas<br />

las teorías <strong><strong>de</strong>l</strong> maestro Rupert? ¿O es el profesor responsable <strong>de</strong> lo<br />

que hicieron sus alumnos? Hay todo un trabajo interpretativo a partir<br />

<strong>de</strong> los movimientos <strong>de</strong> las manos <strong>de</strong> los personajes que es perfecto. Se<br />

sirve la comida, se brinda, se toca el piano, se asesina, se justifica… todo<br />

mediante el juego <strong>de</strong> manos que nos propone el maestro. El encierro<br />

asfixiante <strong><strong>de</strong>l</strong> film recortado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la puesta en escena a un pequeño <strong>de</strong>partamento,<br />

favorece al trabajo <strong><strong>de</strong>l</strong> fuera <strong>de</strong> campo. <strong>La</strong> calle, el afuera, el<br />

mundo, al ser excluido <strong>de</strong> esta manera, cobra un significado superlativo.<br />

Si el mundo es eso, ¿vale la pena salir a la calle?<br />

| 83<br />

Recomendamos la lectura <strong>de</strong> “Juego <strong>de</strong> Manos, Juego <strong>de</strong> Villanos”, artículo<br />

<strong>de</strong> Ángel Faretta sobre el film, publicado en “Espíritu <strong>de</strong> Simetría”<br />

(Editorial DJAEN, 2007).


Al Filo <strong>de</strong> la Noche<br />

(Sorry, Wrong Number, Anatole Litvak, 1948)<br />

Guión: Lucille Fletcher<br />

Dirección: Anatole Litvak<br />

Estreno: 1 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1948<br />

Elenco:<br />

Barbara Stanwyck<br />

Burt <strong>La</strong>ncaster<br />

Ann Richards<br />

Wen<strong><strong>de</strong>l</strong>l Corey<br />

Harold Vermilyea<br />

Ed Begley<br />

Leif Erickson<br />

William Conrad<br />

84 |<br />

Anatole Litvak nació en Kiev (Ucrania) el 10 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1902. Llegó a Hollywood<br />

en 1921. Trabajó en la industria hasta comenzar su carrera <strong>de</strong> director en<br />

1931. Hasta 1970, filmó cerca <strong>de</strong> 50 films, algunos <strong>de</strong> ellos, policiales memorables.<br />

Alternó su trabajo entre Hollywood y Francia, aunque la gran mayoría<br />

<strong>de</strong> sus films los realizó en Estados Unidos. Su obra más recordada es “Al Filo<br />

<strong>de</strong> la Noche” (Sorry, Wrong Number, 1948). Murió en París el 15 <strong>de</strong> diciembre<br />

<strong>de</strong> 1974. Filmografía: The <strong>La</strong>dy in the Car with Glasses and a Gun (1970); The<br />

Night of the Generals (1967); Couteau dans la plaie, Le (1962); Goodbye Again<br />

(1961); The Journey (1959); Anastasia (1956); The Deep Blue Sea (1955); Un<br />

acte d’amour (1953); Decision Before Dawn (1951); The Snake Pit (1949); So-<br />

Al Filo <strong>de</strong> la Noche <strong>de</strong> Anatole Litvak.


y, Wrong Number (1948); The Long Night (1947); War<br />

Comes to America (1945); The Battle of China (1944); The<br />

Battle of Russia (1943); Prelu<strong>de</strong> to War (1943); The Nazis<br />

Strike (1943); Divi<strong>de</strong> and Conquer (1942); This Above All<br />

(1942); Blues in the Night (1941); Out of the Fog (1941);<br />

City for Conquest (1940); All This, and Heaven Too (1940);<br />

‘Til We Meet Again (1940); Castle on the Hudson (1940);<br />

Confessions of a Nazi Spy (1939); The Sisters (1938); The<br />

Amazing Dr. Clitterhouse (1938); Tovarich (1937); The Woman<br />

I Love (1937); Mayerling (1936); Équipage, L’ (1935);<br />

Cette vieille canaille (1934); Sleeping Car (1933); Chanson<br />

d’une nuit, <strong>La</strong> (1933); Tell Me Tonight (1932); Lied einer<br />

Nacht, Das (1932); Coeur <strong>de</strong> lilas (1931).<br />

“Al Filo <strong>de</strong> la Noche” es <strong>de</strong> esos pequeños gran<strong>de</strong>s<br />

films, únicos, por su estructura, por su <strong>de</strong>spliegue, por<br />

su cuidado, por su suspenso, por su puesta en escena.<br />

El film cuenta una noche breve en la vida <strong>de</strong> Leona<br />

(Barbara Stanwyck), que se encuentra inválida y sola<br />

en una casona gigante <strong>de</strong> Nueva York. Intentando encontrar<br />

a su marido, o a alguien que venga a cuidarla,<br />

escucha una conversación telefónica por error don<strong>de</strong><br />

se entera <strong>de</strong> que esa noche a las 23:15 hs se va a cometer<br />

un asesinato en la ciudad. <strong>La</strong> <strong>de</strong>sesperación <strong>de</strong><br />

Leona, y los incontables llamados que ella realiza, articulan<br />

toda una serie <strong>de</strong> flashbacks que narran los últimos<br />

años <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> la pareja, la enfermedad <strong>de</strong> ella,<br />

sus negocios, sus pasados individuales, sus familias,<br />

sus frustraciones, sus sueños. Resulta que el marido<br />

<strong>de</strong> Leona (Burt <strong>La</strong>ncaster) ha abandonado a su mujer<br />

y planea matarla, previo volverla loca, y ha organizado<br />

todo para <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> ella. Una trama policial más<br />

que interesante se cuela por los <strong><strong>de</strong>l</strong>iciosos recuerdos y<br />

subtramas, don<strong>de</strong> el marido <strong>de</strong> Leona ha estafado a la<br />

empresa <strong>de</strong> su suegro y se encontraba a punto <strong>de</strong> ser<br />

<strong>de</strong>scubierto.<br />

Durante todo el film gobierna el fuera <strong>de</strong> campo. El<br />

suspenso, los tiempos, la información, y las emociones<br />

son trabajadas a partir <strong>de</strong> un preciso uso <strong><strong>de</strong>l</strong> fuera<br />

<strong>de</strong> campo. Mediante una simétrica puesta en escena,<br />

don<strong>de</strong> el tiempo brilla solo como pasado a reconstruir,<br />

Litvak nos expone una <strong>historia</strong> atrapante. El tiempo <strong>de</strong><br />

la película es un discurrir atolondrado contado <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> ella, y don<strong>de</strong> esa hora y pico <strong>de</strong><br />

film coinci<strong>de</strong> perfectamente con esa hora y pico <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

tiempo <strong>de</strong> la ficción. Los flashbacks le dan el ritmo y<br />

el montaje la distribución <strong>de</strong> la información. El final,<br />

terrible y pesimista como pocos se refracta con ese<br />

comienzo don<strong>de</strong> el teléfono está representado como<br />

confort y progreso, permitiendo la comunicación en<br />

ciuda<strong>de</strong>s habitadas por millones <strong>de</strong> personas. Esos<br />

millones, anónimos y <strong>de</strong>sconocidos, pue<strong>de</strong>n estar planeando<br />

algo, algo terrible, que un simple error humano,<br />

o técnico, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>satar la catástrofe.<br />

Es bueno recordar en este punto, que el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> clase B<br />

ya existía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los comienzos en los estudios <strong>de</strong> Hollywood<br />

y, como escribimos más arriba, complementaban,<br />

<strong>de</strong> alguna manera, a la producción central, llamada<br />

<strong>de</strong> clase A. Este film es un ejemplo magistral <strong>de</strong> este<br />

<strong>cine</strong> B que, con figuras salientes como la protagonista,<br />

se realizaba a las márgenes <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s producciones,<br />

pero que se insertaba perfectamente <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

proyecto integral <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano. El policial<br />

negro, cierto <strong>cine</strong> fantástico (ya hablamos <strong>de</strong> Jacques<br />

Tourneur), y otros estilos, tenían como un lugar privilegiado<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la clase B <strong>de</strong> los cuarentas.<br />

Anatole Litvak, el autor <strong><strong>de</strong>l</strong> film, fue <strong>de</strong> los tantos europeos<br />

que llegaron a Hollywood y realizaron una prolífica<br />

carrera en los Estados Unidos. Si bien es un <strong>de</strong>sconocido<br />

para muchos, y su país <strong>de</strong> origen no lo ayudó a hacerse<br />

famoso (nació en Ucrania antes <strong>de</strong> la revolución soviética),<br />

es un director para seguir y prestarle mucha atención.<br />

“Al Filo <strong>de</strong> la Noche” es, sin dudas, su obra maestra,<br />

pero recomendamos seguirlo a partir <strong>de</strong> obras como:<br />

“Anastasia” (1956), protagonizada por Ingrid Bergman<br />

y Yul Brynner; “The Long Night” (1947), protagonizada<br />

por Henry Fonda, Barbara Bel Ged<strong>de</strong>s y Vincent Price,<br />

uno <strong>de</strong> los films negros más célebres <strong>de</strong> los cuarentas;<br />

y “Afuera en la Niebla” (Out of the Fog, 1941), otro film<br />

negro gigante, con guión <strong>de</strong> Robert Rossen, protagonizado<br />

por John Garfield, Ida Lupino y Thomas Mitchell.<br />

| 85


Max Ophüls<br />

“Carta <strong>de</strong> una Enamorada”<br />

(Letter from an Unknown Woman, Max Ophüls, 1948)<br />

Guión: Stefan Zweig<br />

Dirección: Max Ophüls<br />

Estreno: 13 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1948<br />

Elenco:<br />

Joan Fontaine<br />

Louis Jourdan<br />

Mady Christians<br />

Marcel Journet<br />

Art Smith<br />

Carol Yorke<br />

Howard Freeman<br />

John Good<br />

86 |<br />

Max Ophüls.<br />

“<strong>La</strong> Ronda”<br />

(Le Ron<strong>de</strong>, Max Ophüls, 1951)<br />

Guión: Louis Ducreux y Kurt Feltz<br />

Dirección: Max Ophüls<br />

Estreno: 22 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1951<br />

Elenco:<br />

Anton Walbrook<br />

Simone Signoret<br />

Serge Reggiani<br />

Simone Simon<br />

Daniel Gélin<br />

Danielle Darrieux<br />

Fernand Gravey<br />

O<strong>de</strong>tte Joyeux<br />

Jean-Louis Barrault<br />

Isa Miranda<br />

Gérard Philipe<br />

Max Oppenheimer (su verda<strong>de</strong>ro nombre) nació en Alemania el 6 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong><br />

1902. Filmó en Francia y en Italia, hasta trasladarse a Estados Unidos en 1940.<br />

Extraordinario director <strong>de</strong> melodramas. Allí filmó cinco películas memorables,<br />

entre ellas, “Carta <strong>de</strong> una Enamorada” (1948). Luego regresó a Francia, don<strong>de</strong><br />

filmó cuatro films más, para concluir su obra con “Lola Montes” (1955). Murió


en Hamburgo, el 25 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1957, a los 54 años <strong>de</strong><br />

edad.<br />

“… Me encanta el pasado. Es mucho más tranquilo<br />

que el presente y mucho más seguro que el futuro…”<br />

(Le Ron<strong>de</strong>)<br />

Así como <strong>de</strong>scribimos, histórica y brevemente, la comedia,<br />

ahora le llegó el turno al melodrama. A la sombra<br />

<strong>de</strong> Minnelli, tal vez el emblema <strong><strong>de</strong>l</strong> género, tuvo<br />

Hollywood unos cuantos directores que <strong>de</strong>dicaron su<br />

obra completa, o parte <strong>de</strong> ella, al género melodramático.<br />

George Cukor, William Wyler y los alemanes Max<br />

Ophüls y Douglas Sirk. Agregaremos aquí que, por diversas<br />

razones, el género <strong><strong>de</strong>l</strong> melodrama ha tomado<br />

otra forma en el <strong>cine</strong> contemporáneo. Po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir<br />

que algunos valores y formas se mantienen en algunos<br />

films <strong>de</strong> Coppola, ciertos momentos <strong>de</strong> “Scarface”<br />

(1983) <strong>de</strong> De Palma, “El Turista Acci<strong>de</strong>ntal” (1988) <strong>de</strong><br />

Kasdan, algunos (pocos) momentos <strong>de</strong> otros films <strong>de</strong><br />

los noventa, para concluir, <strong>de</strong> una manera ya dudosamente<br />

melodramática en “Titanic” (1997), el gran film<br />

<strong>de</strong> James Cameron.<br />

Comencemos con el alemán Ophüls. Max Ophüls es<br />

un director fugaz, pero fugaz <strong>de</strong> Hollywood. Filmó<br />

sólo cinco films en Estados Unidos entre 1946 y 1950.<br />

Filmó en Francia, en Alemania y en Italia. Director barroco,<br />

complejo, don<strong>de</strong> el <strong>de</strong>corado, el vestuario, la<br />

actuación son, a la vez, ornamentación y equilibrio,<br />

torbellino y transparencia, <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia y sencillez.<br />

Comenzó en Hollywood con un curioso film llamado<br />

“Ven<strong>de</strong>tta” (1946). Más tar<strong>de</strong> le siguió una complejísima<br />

película llamada “<strong>La</strong> Conquista <strong><strong>de</strong>l</strong> Reino” (The<br />

Exile, 1947). Hasta llegar a su cima <strong>cine</strong>matográfica,<br />

en todo sentido: “Carta <strong>de</strong> una Mujer Enamorada”<br />

(1948). Le siguieron “Caught” (1949), y “Almas Desnudas”<br />

(The Reckess Moment, 1950).<br />

“Carta <strong>de</strong> una Enamorada” narra la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> una mujer<br />

en su pena, con un procedimiento particularmente<br />

complejo. Lisa (Joan Fontaine) manda una carta a Stefan<br />

(Louis Jourdan), un famoso y adinerado músico.<br />

Estamos en 1900 en Viena (típico contexto para este<br />

realizador). En la carta le cuenta su vida <strong>de</strong>struida por<br />

su amor a él, sabiendo que él ni se acordaría <strong>de</strong> ella.<br />

A partir <strong>de</strong> la lectura <strong>de</strong> la carta por parte <strong>de</strong> Stefan,<br />

comienzan los sucesivos flashbacks. Él está a punto<br />

<strong>de</strong> librar un duelo que pue<strong>de</strong> acabar con su vida, y<br />

ella muriendo al escribir la carta. Cuando termina la<br />

lectura, él se entera <strong>de</strong> la reciente muerte <strong>de</strong> ella. Los<br />

flashbacks remiten, por supuesto, al pasado. Digamos,<br />

a la Viena <strong>de</strong> 1880, más o menos, la última época<br />

<strong>de</strong> esplendor <strong><strong>de</strong>l</strong> Imperio Austrohúngaro. Siempre en<br />

Ophüls va a estar presente la recuperación nostálgica<br />

mediante su puesta en escena. <strong>La</strong> rigi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> ciertas<br />

actuaciones, los barrocos <strong>de</strong>corados, los carruajes, la<br />

<strong>de</strong>nsidad <strong><strong>de</strong>l</strong> drama, los <strong>de</strong>sfiles militares, entre otras<br />

cosas, plantean en el film el elemento austrohúngaro<br />

en este director, dado siempre a partir <strong>de</strong> un factor<br />

melancólico. <strong>La</strong> muerte <strong>de</strong> ella es, simbólicamente, la<br />

muerte <strong><strong>de</strong>l</strong> Imperio.<br />

“Caught” (1949) y The Reckess Moment (1950) son las<br />

dos películas más americanas <strong>de</strong> Ophüls en sentido<br />

genérico. El <strong>cine</strong> negro atravesó su obra por aquellos<br />

años, y si bien no logró ser el mismo gran director<br />

<strong>de</strong> otros films (“Libelei” <strong>de</strong> 1933, “Carta <strong>de</strong> una Mujer<br />

Enamorada”, “<strong>La</strong> Ronda”, o “Lola Montes” <strong>de</strong> 1955),<br />

<strong>de</strong> todas maneras pudo <strong>de</strong>splegar sus temas, sus temores,<br />

sus movimientos <strong>de</strong> cámara, sus relaciones<br />

<strong>de</strong>sgastantes, sus finales pesimistas, sus <strong>de</strong>corados<br />

nostálgicos y sus resoluciones trágicas.<br />

“Le Ron<strong>de</strong>” fue su primer film a su vuelta en Europa,<br />

filmado en Francia, en don<strong>de</strong> retomó el hilo barroco<br />

<strong>de</strong> sus films <strong>de</strong> los treinta. Film irónico, <strong>de</strong> una inteligencia,<br />

sensibilidad y refinamiento como pocos. También<br />

transcurre en la Viena <strong><strong>de</strong>l</strong> mil novecientos, pero<br />

con una particularidad: Anton Walbrook es un personaje<br />

por afuera <strong>de</strong> la diégesis que va pautando y presentando<br />

cada una <strong>de</strong> las instancias <strong>de</strong> la película. <strong>La</strong><br />

película va recorriendo, como un espiral más que un<br />

círculo, la vida <strong>de</strong> diferentes parejas – o posibilida<strong>de</strong>s<br />

| 87


<strong>de</strong> tales – en don<strong>de</strong> cada separación alejamiento o cierre, se continúa<br />

con uno <strong>de</strong> los dos personajes en la secuencia siguiente con una nueva<br />

pareja. Así hasta que la <strong>historia</strong> se cierra y vuelve al comienzo. Tal vez el<br />

film más premingeriano <strong>de</strong> todos, sobre todo en cuanto a su grado autoconciente.<br />

Se establece, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo, un permanente diálogo con<br />

el espectador, sin por ello, romper nunca el hechizo <strong>de</strong> las imágenes, la<br />

emotividad <strong>de</strong> la trama, y nuestra i<strong>de</strong>ntificación con los personajes <strong>de</strong> la<br />

<strong>historia</strong>. Tal es así, que en un momento Walbrook <strong>de</strong>tiene la acción, toma<br />

unas tijeras y corta unos fotogramas… ¿Qué otro director podría llegar a<br />

este grado <strong>de</strong> distanciamiento sin romper, en absoluto, la participación<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> público con la pantalla?<br />

Por otro lado, y <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>cirlo, <strong>La</strong> Ronda se vuelve <strong>de</strong> esos films que<br />

se rego<strong>de</strong>an en su estilo. Don<strong>de</strong> falta, entre otras cosas, los condicionamientos<br />

<strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s estudios. Cosa que claramente está presente en<br />

“Carta <strong>de</strong> una enamorada”, película típica <strong><strong>de</strong>l</strong> Hollywood <strong>de</strong> aquel tiempo:<br />

don<strong>de</strong> se establecía claramente la primacía <strong><strong>de</strong>l</strong> autor, pero a la vez se<br />

encuadraba en un concepto, en una industria, en una política, y en un<br />

público receptor.<br />

88 |


Uno Contra Todos<br />

(The Fontainhead, King Vidor, 1949)<br />

Guión: Ayn Rand<br />

Dirección: King Vidor<br />

Estreno: 2 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1949<br />

Elenco:<br />

Gary Cooper<br />

Patricia Neal<br />

Raymond Massey<br />

Kent Smith<br />

Robert Douglas<br />

Henry Hull<br />

Ray Collins<br />

Moroni Olsen<br />

King Vidor nació en Texas el 8 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1894. Fue actor y guionista. Comenzó<br />

su carrera como director en 1913, y concluyó hacia 1980, don<strong>de</strong> realizó<br />

más <strong>de</strong> 60 films. Fue uno <strong>de</strong> los clásicos norteamericanos más reconocidos,<br />

y entre sus obras más salientes se hallan: “<strong>La</strong> Multitud” (1928), “Stella<br />

Dallas” (1937), “Un Romance Americano” (1944), “Duelo al Sol” (1946), “Uno<br />

Contra Todos” (1949), “Más Allá <strong><strong>de</strong>l</strong> Bosque” (1950), “Pasión Bajo la Niebla”<br />

(1952), y “Un Hombre sin Rumbo” (1955). Murió en California el 1 <strong>de</strong> noviembre<br />

<strong>de</strong> 1982, a los 88 años <strong>de</strong> edad.<br />

| 89<br />

Uno Contra Todos.


El <strong>cine</strong> típicamente norteamericano, hizo su puente entre la etapa muda<br />

y la sonora con tres directores que, junto a los gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> aquel tiempo<br />

(Capra, Walsh, Ford, Hawks), se complementaron para <strong>de</strong>sembocar en<br />

lo que hemos <strong>de</strong> llamar período <strong>de</strong> transparencia, o <strong>de</strong> sistematización<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje durante la década <strong><strong>de</strong>l</strong> treinta. Ellos fueron, y en or<strong>de</strong>n jerárquico,<br />

King Vidor, Leo Mc Carey, y el húngaro Michael Curtiz. Vidor es el<br />

director <strong>de</strong> la vitalidad, <strong>de</strong> la fuerza y <strong>de</strong> la aventura. Es, por un lado, un<br />

complemento <strong>de</strong> Hawks, y por otro, un complemento <strong>de</strong> Walsh. El individuo,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su moral, es capaz <strong>de</strong> llevarse el mundo por <strong><strong>de</strong>l</strong>ante. El hombre<br />

como centro y coartada <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, reúne todas las capacida<strong>de</strong>s<br />

para dominar o ser dominado, o para establecer una paz por separado.<br />

<strong>La</strong> tradición <strong><strong>de</strong>l</strong> pionerismo anárquico se refracta en la obra ejemplar <strong>de</strong><br />

Walsh, y los restos <strong>de</strong> heroicidad <strong><strong>de</strong>l</strong> individuo contra todos se encabalga<br />

perfectamente con la obra <strong>de</strong> Hawks. <strong>La</strong> tradición literaria norteamericana<br />

(Poe, Hawthorne, Melville, Twain, etc.) se sostiene <strong>de</strong> manera intuitiva<br />

en la obra este director.<br />

90 |<br />

Si, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo XIX, la dicotomía argentina se entabló a través <strong>de</strong> civilización<br />

y barbarie, la dicotomía norteamericana se <strong>de</strong>splegó, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los<br />

inicios <strong>de</strong> su cultura, como: cultura y pesimismo, o tradición y anarquía.<br />

Es <strong>de</strong>cir, un constante rechazo pero a la vez fascinación por la tradición<br />

occi<strong>de</strong>ntal proveniente <strong>de</strong> Europa. Esto fue, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, una ventaja<br />

imaginaria y estética respecto a la Argentina, <strong>de</strong>bido a que ciertos artistas<br />

norteamericanos, gran parte <strong>de</strong> ellos, se sintieron, temprana y fatalmente,<br />

separados <strong>de</strong> la razón europea. Muchos artistas norteamericanos<br />

(Poe es el emblema, por ser el primero, y uno <strong>de</strong> los mejores) se sintieron,<br />

conscientemente en el <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> su obra, americanos, lejanos y <strong>de</strong>sheredados<br />

<strong>de</strong> Europa. Reconocieron, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo, su carácter <strong>de</strong><br />

otra cosa, <strong>de</strong> otredad. Uno <strong>de</strong> los emblemas fílmicos <strong><strong>de</strong>l</strong> naciente <strong>cine</strong><br />

norteamericano <strong>de</strong> esto es King Vidor. En su <strong>cine</strong>, la dualidad mítica norteamericana<br />

está presente <strong>de</strong> siguiente manera: El hombre solo, individual<br />

que se basta a sí mismo. Pero que ante en temblequeo cíclico <strong>de</strong> la<br />

civilización, aceptará una vital necesidad pesimista <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n. El hombre<br />

contra la partida pero que sabe, autoconcientemente, que pue<strong>de</strong>, <strong>de</strong><br />

darse las circunstancias, pasar a formar parte <strong>de</strong> esa partida, si <strong>de</strong> sostener<br />

ciertos valores civilizatorios <strong>de</strong> la tradición se trata.<br />

De diferentes maneras, esto aparece en tempranos films <strong>de</strong> Vidor como:<br />

“<strong>La</strong> Multitud” (1928), y “Aleluya” (1929). Pero también, y <strong>de</strong> un modo<br />

ejemplar, en obras más maduras, como: “Stella Dallas” (1937), “Un Romance<br />

Americano” (1944), “Duelo al Sol” (1946), “Uno Contra Todos” (The<br />

Fountainhead, 1949), “A Través <strong><strong>de</strong>l</strong> Bosque” (1950).


El arquitecto <strong>de</strong> “Uno Contra Todos” (Gary Cooper) <strong>de</strong>muestra lo que llevamos<br />

dicho, con un agregado: el ahínco permanente a la tradición cultural<br />

<strong>de</strong> la joven norteamérica se centra en su pintura (Edward Hooper),<br />

como así también en su afichismo (Norman Rockwell), don<strong>de</strong> el simple<br />

trabajador se torna una figura heroica <strong>de</strong> un relato <strong>de</strong> Homero. El último<br />

avatar <strong>de</strong> esta figura rockwelliana es, sin dudas, el Jeff Bridges <strong>de</strong> “Tucker”<br />

(1988) <strong>de</strong> Francis F. Coppola.<br />

El alegato final <strong>de</strong> Gary Cooper es un canto al individualismo anarquista<br />

norteamericano. El film fluye, se encamina hacia ese momento final en<br />

el juicio. El profesional (esto nos recuerda a Hawks), a la vez i<strong>de</strong>alista que<br />

se lanza a la aventura con una moral propia e individual (esto ya roza los<br />

umbrales <strong>de</strong> Walsh) gana la partida <strong>de</strong> antemano, ya que está dispuesto<br />

a todo menos retroce<strong>de</strong>r en su pensamiento. Aún perdiendo el juicio,<br />

que al final lo exonera, el arquitecto Roark ya había ganado su pelea por<br />

varios cuerpos.<br />

El hombre huye <strong>de</strong> la sociedad, se embosca. Crea sus propios valores y<br />

sus propios i<strong>de</strong>ales. Se niega a pertenecer a una colectividad hecha <strong>de</strong><br />

intereses y sucieda<strong>de</strong>s. Sabe, más que nadie, que las comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

antaño ya no existen, y que el hombre mo<strong>de</strong>rno está solo por más que<br />

se junte a seguir un par <strong>de</strong> reglas ridículas (la ley laica). No pi<strong>de</strong> ayuda, ni<br />

la necesita, templanza le sobra. Vive su vida, casi afuera <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo. Pero,<br />

contrariamente a lo que algunos suponen, jamás aceptaría una caída en<br />

el estado <strong>de</strong> naturaleza. Él ha creado una serie <strong>de</strong> principios <strong>de</strong> acuerdo a<br />

la última instancia <strong>de</strong> civilización que reconoce. No sería raro, y <strong>de</strong> hecho<br />

pasa en muchos films <strong>de</strong> Vidor, que ante una amenaza <strong>de</strong> regreso a un<br />

estado natural y salvaje, el héroe se pliegue a la sociedad para evitarlo y<br />

evi<strong>de</strong>nciar así su conservadurismo y pesimismo respecto al mundo. Esto<br />

se pue<strong>de</strong> ver en otra gran obra <strong><strong>de</strong>l</strong> autor, el western “Hombres sin Rumbo”<br />

(1955).<br />

| 91


RAOUL WALSH<br />

“… Si a los héroes <strong>de</strong> John Ford los sostiene la tradición, y a los <strong>de</strong> Howard<br />

Hawks el profesionalismo, a los héroes <strong>de</strong> Walsh los sostiene sólo el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong><br />

aventura. El héroe fordiano sabe por qué hace algo aunque no sepa cómo<br />

hacerlo, el hawksiano sabe cómo hacer lo que hace aunque no sepa por qué<br />

lo hace, el <strong>de</strong> Walsh no se interesa ni por el por qué, ni por el cómo, sólo le<br />

importa el qué… siempre estará lanzándose a lo <strong>de</strong>sconocido sin saber a<br />

ciencia cierta que hallará en su busca…”.<br />

Andrew Sarris - “El Cine Norteamericano”<br />

92 |<br />

Raoul Walsh.<br />

Raoul Walsh nació en Nueva York el 11 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1887, <strong>de</strong> padre irlandés<br />

y madre española. Comenzó, al igual que Griffith, como actor <strong>de</strong> teatro,<br />

luego como actor <strong>de</strong> <strong>cine</strong> hasta que comenzó a escribir y dirigir. Su primera<br />

película (un cortometraje titulado: “Life of Villa”) y la segunda (un mediometraje<br />

titulado “The Pseudo Prodigal”) datan <strong>de</strong> 1912, los viejos tiempos<br />

<strong>de</strong> Griffith. Des<strong>de</strong> esa fecha hasta 1964, filmó más <strong>de</strong> 130 films. Inolvidables<br />

piezas como: “El <strong>La</strong>drón <strong>de</strong> Bagdad” (1924), “El Precio <strong>de</strong> la Gloria” (1926),<br />

“Héroes Olvidados” (1939), “Alta Sierra” (1941), “Manpower” (1941), “Río <strong>de</strong><br />

Plata” (1948), “Territorio <strong>de</strong> Colorado” (1949), “Alma Negra” (1949), “Camino<br />

<strong>de</strong> la Horca” (1951), “El Mundo en sus Brazos” (1952), y “Negocios <strong><strong>de</strong>l</strong> Corazón”<br />

(1959). Cuando, a partir <strong>de</strong> los años sesenta, perdió el apoyo <strong>de</strong> los<br />

estudios, abandonó la actividad <strong>de</strong> director. Murió en Hollywood el 31 <strong>de</strong><br />

diciembre <strong>de</strong> 1980, años 93 años <strong>de</strong> edad.<br />

Una <strong>de</strong> las características centrales <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano es cierta postura<br />

anti intelectual, o anti cultural. Dicha postura fue heredada <strong>de</strong> cierta<br />

literatura dixie que ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo XIX venía sosteniendo esos valores.<br />

Si la cultura <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad propuso, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus comienzos, un estado<br />

<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong>iberación permanente y una atomización <strong>de</strong> lo tradicional, a la vez<br />

que etiquetó, selló, interpretó y guardó el arte <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado, el <strong>cine</strong> reaccionó<br />

contra dicha cultura, especialmente el <strong>cine</strong> norteamericano, y más<br />

aún <strong>de</strong>terminados directores. El <strong>cine</strong> llegó para poner una cuña <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />

la mentalidad <strong><strong>de</strong>l</strong> progreso in<strong>de</strong>finido, y uno <strong>de</strong> sus primeros logros fue<br />

plantarse y <strong>de</strong>cidir. Sacar ese arte enclaustrado en los museos europeos y<br />

hacerles tomar un poco <strong>de</strong> aire, sacudirlos, espolvorearlos, y juzgalos.<br />

Dentro <strong>de</strong> lo que llevamos dicho respecto a los géneros, lo épico en<br />

general, y el film <strong>de</strong> aventuras particularmente, ha logrado, a través <strong>de</strong><br />

unos cuantos autores, poner en evi<strong>de</strong>ncia al discurso único <strong>de</strong> la positiva<br />

mentalidad liberal, y oponerse e imponerse a través <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe como signo<br />

<strong>de</strong> individualidad. El hombre, sólo, único, en pos <strong>de</strong> un objetivo que


se le hace cuesta arriba, y al que tratará <strong>de</strong> arribar sin<br />

que nadie lo ayu<strong>de</strong>. Dentro <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> epicidad,<br />

aquella que Angel Faretta <strong>de</strong>scribe como “línea épico<br />

irónica <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano”, Raoul Walsh se nos<br />

aparece como el director más claro <strong>de</strong> esta vertiente.<br />

Como escribe Andrew Sarris en la cita <strong>de</strong> apertura<br />

al capítulo, lo que interesa es la aventura, clave en la<br />

obra <strong>de</strong> Walsh, que se aleja <strong>de</strong> todo sentimiento romántico<br />

o nostálgico, como así también <strong>de</strong> cualquier<br />

tipo <strong>de</strong> pionerismo. El hombre que empren<strong>de</strong> la<br />

aventura sabe que forma parte <strong>de</strong> una civilización en<br />

<strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia, por lo tanto <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> ponerse al margen, e<br />

intenta establecer una paz por separado con el mundo<br />

que no lo ve ni lo oye. Pero cuando ese mundo<br />

logra recomponerse, aunque sea en parte, momentáneamente,<br />

el héroe <strong>de</strong> Walsh reconoce esa nueva<br />

instancia <strong>de</strong> la civilización, al punto <strong>de</strong> sacrificarse<br />

por ella. Ejemplos <strong>de</strong> esto: “Héroes Olvidados” (1939)<br />

y “Sierra Alta” (1941), entre otras. El anarquismo <strong>de</strong> los<br />

personajes <strong>de</strong> este director se rebela cuando el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n<br />

manda. Cuando un nuevo or<strong>de</strong>n superior se<br />

impone, se abre paso para acoplarse a él, al menos<br />

por un tiempo.<br />

Pocos directores han logrado <strong>de</strong>snudar los límites <strong>de</strong><br />

la sociedad contemporánea como lo ha hecho Raoul<br />

Walsh. Tanto en sus films exóticos (la temprana “El <strong>La</strong>drón<br />

<strong>de</strong> Bagdad” <strong>de</strong> 1924, “El Capitán Horacio Hornblower”<br />

<strong>de</strong> 1951, y “El Mundo en sus Brazos” <strong>de</strong> 1953),<br />

como en los policiales (“Alma Negra” <strong>de</strong> 1949, y “Sin<br />

Conciencia” <strong>de</strong> 1951), como así también en los western<br />

(“Territorio <strong>de</strong> Colorado” <strong>de</strong> 1949 y “Gun Fury” <strong>de</strong><br />

1953) el héroe walshiano se halla siempre en medio<br />

<strong>de</strong> dos posibilida<strong>de</strong>s. Dos mujeres, dos caminos, dos<br />

pasados, dos barcos o dos mares. Él elije la aventura,<br />

la aventura <strong>de</strong> vivir. Llevado <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> la <strong>historia</strong>,<br />

que como un torrente pre<strong>de</strong>stina muchas veces a sus<br />

héroes, a veces los aplasta, los personajes se mueven<br />

con una eticidad individual, propia, que constantemente<br />

choca con la moral establecida <strong><strong>de</strong>l</strong> lugar al que<br />

ha arribado. Pero el sentido común nos dice que ese<br />

hombre al margen, que ese aventurero tiene los valores<br />

mucho más en<strong>de</strong>rezados que los <strong>de</strong> la sociedad<br />

que no lo acepta. El romanticismo como escape <strong>de</strong><br />

la sociedad occi<strong>de</strong>ntal <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo veinte, el puritanismo<br />

culpable, los valores <strong>de</strong> normalidad – anormalidad,<br />

el mercantilismo abusivo, el conformismo, y tantos<br />

otros temas dominantes <strong>de</strong> nuestras vidas, son tratados<br />

por Walsh con una sencillez, una responsabilidad<br />

y un buen gusto pocas veces visto.<br />

<strong>La</strong> mirada <strong><strong>de</strong>l</strong> director en estos films es por <strong>de</strong>más interesante<br />

<strong>de</strong> tratar. Porque no faltan cobar<strong>de</strong>s, inmorales,<br />

o ultra materialistas en sus films, más bien todo<br />

lo contrario. Pero el juicio dado a través <strong>de</strong> la cámara,<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> tempo, <strong>de</strong> la acción y, sobre todo, <strong><strong>de</strong>l</strong> fuera <strong>de</strong><br />

campo, establece un punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> justicia, <strong>de</strong> valor,<br />

<strong>de</strong> amor, <strong>de</strong> inteligencia, <strong>de</strong> vida. Porque la vida es<br />

una aventura para nuestro Walsh. Vivir es <strong>de</strong>cidir continuamente.<br />

Pue<strong>de</strong> salir mal o salir bien, pue<strong>de</strong> haber<br />

motivos buenos o malos para hacerlo, pero hay que<br />

hacerlo… Raoul Walsh sabe, más que nadie, que lo<br />

que no hace uno, otro lo hará, y lo que uno no <strong>de</strong>cida<br />

por sí mismo, otro lo <strong>de</strong>cidirá por uno.<br />

Dentro <strong>de</strong> la aventura, es justo reconocer en sus<br />

films, el grado emocional que se transmite. Una carrera,<br />

una pelea, una trampa o un sabotaje, y hasta<br />

un golpe <strong>de</strong> puños, en una película <strong>de</strong> Walsh es un<br />

momento único. Poseen un grado <strong>de</strong> belleza visual,<br />

<strong>de</strong> entretenimiento, <strong>de</strong> atención, a la vez que, por supuesto,<br />

un inagotable contenido simbólico y una moral<br />

sólida que nos hace reflexionar a cada momento.<br />

Porque nuestro director es <strong>de</strong> esos que nos lleva <strong>de</strong><br />

las narices a preguntarnos sobre las cuestiones más<br />

profundas <strong>de</strong> nuestra vida como individuos.<br />

Otro <strong>de</strong> los temas que nos surgen a partir <strong>de</strong> la extensa<br />

obra <strong>de</strong> este director es la cuestión <strong>de</strong> los finales.<br />

Torpemente, la leyenda negra anti hollywood, ha prodigado<br />

una infinidad <strong>de</strong> opiniones confusas respecto<br />

a los finales en el <strong>cine</strong> clásico norteamericano. El<br />

famoso tema <strong><strong>de</strong>l</strong> final feliz. Escribe Angel Faretta, al<br />

respecto: “… Esta insuficiencia para el nuevo estado<br />

| 93


<strong>de</strong> eticidad es lo que informa aquello que llamamos<br />

falso final feliz o final feliz problemático. Problemático<br />

dado que la resolución <strong>de</strong> la fábula que se cuenta<br />

los lleva a un nuevo estadio <strong>de</strong> incompletud y esa<br />

insuficiencia vuelve problemática, es <strong>de</strong>cir limitada e<br />

irresuelta, su conquista <strong>de</strong> una aparentemente más<br />

completa y compleja eticidad…”<br />

94 |<br />

El final, en gran parte <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano clásico,<br />

no es feliz, o caprichoso, o escapista, sino todo<br />

lo contrario. El final es abierto, en el sentido <strong>de</strong> que<br />

da la posibilidad <strong>de</strong> un “¿cómo sigue?” En las gran<strong>de</strong>s<br />

obras <strong>de</strong> Hollywood hay finales felices problemáticos,<br />

en todo caso. Pensemos en “El Ciudadano” (Orson Welles,<br />

1941), “<strong>La</strong>ura” (Otto Preminger, 1944), “<strong>La</strong> Malvada”<br />

(Joseph L. Mankiewicz, 1950), o “Vértigo” (Alfred<br />

Hitchcock, 1958). Dramáticamente, diegéticamente,<br />

la trama concluye y el conflicto, digamos, se soluciona,<br />

o se cierra. Por supuesto, eso es el <strong>cine</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Griffith.<br />

Pero siempre hay algo que quedará atragantado:<br />

el estado <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo en que vivimos, el futuro <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

personaje, el amor inconcluso, etc. Pero no <strong>de</strong>bemos<br />

confundir la belleza <strong><strong>de</strong>l</strong> recorrido con la felicidad <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

final. En todo caso, siempre es distinta nuestra percepción<br />

respecto a la <strong>de</strong> los personajes <strong>de</strong> la película.<br />

En todo buen film, somos llevados, placenteramente,<br />

durante la marcha <strong>de</strong> los acontecimientos, <strong>de</strong> manera<br />

que vivamos la trama, y nos i<strong>de</strong>ntifiquemos con ella.<br />

Pero, aunque el final, a veces, nos agra<strong>de</strong>, como el recorrido<br />

que nos llevó hasta allí, no quiere <strong>de</strong>cir que<br />

eso sea por lo sonso o escapista <strong>de</strong> la postura final <strong>de</strong><br />

la obra, sino más bien es exactamente al revés. ¿Humprey<br />

Bogart tiene un final feliz en “<strong>La</strong> Pasión Manda”<br />

(1940)? ¿“Objetivo Birmania” (1945) o “Banda <strong>de</strong><br />

Ángeles” (1958) tienen finales felices? ¿“Sierra Alta”?<br />

Siempre hay algo incompleto en el final <strong>de</strong> esos personajes,<br />

a veces la soledad, a veces la muerte. Aún en<br />

films como “El Mundo en sus Brazos” (1953), don<strong>de</strong><br />

Gregory Peck concluye conduciendo su barco (“El<br />

Peregrino”) junto a su amada, la sensación final que<br />

nos <strong>de</strong>ja Walsh es <strong>de</strong> una incertidumbre muy gran<strong>de</strong>,<br />

ya que su grupo lo necesita y sigue haciendo planes<br />

Uno Contra Todos.


para él, y ellos viajan a la <strong>de</strong>riva, en medio <strong>de</strong> un mar turbulento, y nada<br />

pue<strong>de</strong> asegurar que el chico y la chica terminarán casados en una cálida<br />

casa burguesa viviendo felices (por otro lado: ¿eso sería un final feliz?). <strong>La</strong><br />

naturaleza <strong><strong>de</strong>l</strong> marino no lo permitiría como probablemente los hábitos<br />

<strong>de</strong> su con<strong>de</strong>sa. Quizá en este film, como en otros, la trama concluye en<br />

un momento más feliz que en otra película, pero es sólo eso. Si partimos<br />

<strong>de</strong> la teoría <strong><strong>de</strong>l</strong> fuera <strong>de</strong> campo, don<strong>de</strong> mediante el presente el <strong>cine</strong> nos<br />

cuenta el pasado, el futuro y el mientras tanto, entonces, más allá <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

carácter transitorio que pueda tener un final, siempre se nos está diciendo<br />

algo más. Y ese algo más en el <strong>cine</strong> norteamericano es siempre una<br />

puesta a punto, un juicio, y una <strong>de</strong>cisión con carácter universal que intenta<br />

llevarse por <strong><strong>de</strong>l</strong>ante, trágicamente, míticamente, al sistema liberal<br />

<strong>de</strong> vida y a su empecinada cultura in<strong>de</strong>cisionista y horizontal.<br />

Si la película nos propone algo más allá <strong>de</strong> lo que estamos viendo, es<br />

posible que no existan los finales felices. Excepto, por supuesto, el <strong>cine</strong><br />

étnico o experimental don<strong>de</strong> la mirada es ninguna, el objetivo es ninguno,<br />

y quién sabe a dón<strong>de</strong> nos quieren llevar. Porque cuando no se<br />

piensa <strong>de</strong> manera arquetípica, simbólica, es probable que nos topemos<br />

con semi verda<strong>de</strong>s, o imitaciones falsas e imposibles que parezcan más<br />

placenteras que el duro mundo en el que nos tocó vivir. Aquel en el que<br />

vivió y filmó este autor gigante llamado Raoul Walsh.<br />

| 95


<strong>La</strong> Malvada<br />

(All About Eve, Joseph L. Mankiewicz, 1950)<br />

Guión y Dirección: Joseph Leo Mankiewicz<br />

Estreno: 15 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1950<br />

Elenco:<br />

Bette Davis<br />

Anne Baxter<br />

George San<strong>de</strong>rs<br />

Celeste Holm<br />

Gary Merrill<br />

Hugh Marlowe<br />

Gregory Ratoff<br />

Barbara Bates<br />

Marilyn Monroe<br />

Thelma Ritter<br />

Walter Hamp<strong>de</strong>n<br />

Randy Stuart<br />

96 |<br />

Mankiewicz nació en Pennsilvania (Estados Unidos) el 11 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong><br />

1909. Productor, guionista y director, se <strong>de</strong>dicó al <strong>cine</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> comienzos <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

sonoro. Hombre culto y refinado, nos ha dado los mejores diálogos jamás<br />

escritos en el <strong>cine</strong>. Como director, comenzó en 1946 con “El Castillo <strong>de</strong> Dragonwyck”.<br />

Durante varias décadas nos <strong><strong>de</strong>l</strong>eitó con sus melodramas, sus enredos,<br />

sus aventuras, sus comedias, y hasta un western al final <strong>de</strong> su carrera<br />

(“El Día <strong>de</strong> los Tramposos”, 1970). Entre sus cimas, se encuentran: “Carta a<br />

Tres Esposas” (1948), “<strong>La</strong> Malvada” (1950), “Cinco Dedos” (1952), “<strong>La</strong> Con<strong>de</strong>sa<br />

Descalza” (1954), y “<strong>La</strong> Huella” (1972). Murió el 5 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1993 en<br />

Nueva York, a los 94 años <strong>de</strong> edad.<br />

Joseph L. Mankiewicz es uno <strong>de</strong> los directores más personales y <strong>de</strong>cantados<br />

que dio Hollywood. No sólo por una obra prodigiosa, sino por haber<br />

dado dos o tres obras maestras que coinci<strong>de</strong>n con las mejores películas<br />

jamás filmadas. Una <strong>de</strong> ellas es “<strong>La</strong> Malvada” (All About Eve, 1950), sin<br />

dudas, una <strong>de</strong> las cuatro o cinco mejores películas <strong>de</strong> todos los tiempos.<br />

Guionista, productor y director <strong>de</strong> una fineza, sofisticación, elegancia,<br />

precisión, madurez, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus primeros pasos, allá por los cuarenta,<br />

<strong>de</strong>slumbró al mundo <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> con películas fascinantes. Des<strong>de</strong> “El Castillo<br />

<strong>de</strong> Dragonwyck” (Dragonwyck, 1946), su primer film como director,<br />

hasta su última obra: “<strong>La</strong> Huella” (Sleuth, 1972), fue siempre un director<br />

cuidado y cuidadoso, contun<strong>de</strong>nte y cínico, <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte y pesimista, acor<strong>de</strong><br />

con su origen austrohúngaro.


Como su contemporáneo Preminger, Mankiewicz<br />

también llevaba ese origen judío y austrohúngaro a<br />

pesar <strong>de</strong> haber nacido en Estados Unidos. Ambos agnósticos,<br />

ambos pesimistas, ambos <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ntes; pero<br />

con una diferencia fundamental: el cinismo. Joseph<br />

Mankiewicz fue, ante todo, un director cínico. Si en<br />

Preminger observamos la mirada tranquila <strong>de</strong> la <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia,<br />

en Mankiewicz ese estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia<br />

es llevado hasta las últimas consecuencias sin miramientos,<br />

plenamente <strong>de</strong>scontento con la hipocresía<br />

mo<strong>de</strong>rna, y con las formas sociales actuales. <strong>La</strong> burla<br />

hacia ciertos comportamientos y modales, a través <strong>de</strong><br />

diálogos sencillamente geniales, ha caracterizado su<br />

obra <strong>de</strong> principio a fin. Y a partir <strong>de</strong> dicha actitud fue<br />

uno <strong>de</strong> los directores más críticos y contun<strong>de</strong>ntes a la<br />

hora <strong>de</strong> ajustar las cuentas con el arte anterior al <strong>cine</strong>.<br />

Uno <strong>de</strong> los blancos <strong>de</strong> este autor fue el teatro, don<strong>de</strong><br />

todo queda reducido a personajes torpes, aunque<br />

sofisticados algunos <strong>de</strong> ellos, que se mueven como<br />

marionetas.<br />

Dentro <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> este encumbrado director, po<strong>de</strong>mos<br />

marcar dos vertientes que se fueron manifestando<br />

a lo largo <strong>de</strong> su filmografía, con algunos films que han<br />

actuado como cruce o puente entre las dos líneas. <strong>La</strong><br />

primera <strong>de</strong> ellas es la que postula la cuestión <strong><strong>de</strong>l</strong> doble<br />

como <strong>de</strong>gradación, y los fantasmas <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo y los personajes<br />

que vierten la i<strong>de</strong>a única y pesimista <strong>de</strong> simulacro.<br />

El mundo todo no es más que un triste simulacro<br />

don<strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> personajillos dan vueltas sin rumbo<br />

ni <strong>de</strong>stino. Emblemas <strong>de</strong> esta vertiente son: “Carta a<br />

Tres Esposas” (1949), “Cinco Dedos” (1952), “<strong>La</strong> Con<strong>de</strong>sa<br />

Descalza” (The Barefoot Contessa, 1954), “De Repente,<br />

el Último Verano” (Sud<strong>de</strong>nly, <strong>La</strong>st Summer, 1959), y “<strong>La</strong><br />

Huella” (1972). <strong>La</strong> segunda línea es aquella emblematizada<br />

por la figura <strong><strong>de</strong>l</strong> emboscado cultural y su operar<br />

cínico y <strong>de</strong>spiadado <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un mundo que parece<br />

no ir más allá <strong>de</strong> su fría esfera privada. Películas como “El<br />

Castillo <strong>de</strong> Dragonwyck” (1946), “People Will Talk” (1951),<br />

“El Americano Impasible” (The Quiet American, 1957),<br />

“El Jarrón <strong>de</strong> Miel” (The Honey Pot, 1967), y El Día <strong>de</strong> los<br />

Tramposos” (There Was a Crooked Man, 1970). El punto<br />

<strong>de</strong> intersección entre ambas vertientes o formas es,<br />

ejemplarmente, “<strong>La</strong> Malvada” (1950), con lo que pue<strong>de</strong><br />

tomarse como antece<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la misma: “El Fantasma y<br />

Mrs. Muir” (The Ghost and Mrs. Muir, 1947).<br />

<strong>La</strong> segunda vertiente simbólica <strong>de</strong> Mankiewicz tiene<br />

que ver con la figura emergente <strong><strong>de</strong>l</strong> emboscado cultural,<br />

y su frío y calculador operar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su círculo. Nos<br />

ayudaremos a compren<strong>de</strong>r dicha figura <strong><strong>de</strong>l</strong> emboscado<br />

con una cita <strong>de</strong> Faretta: “… (A diferencia <strong><strong>de</strong>l</strong> Snob clásico),<br />

el emboscado no habita en un cuerpo ajeno, sino<br />

que se auto constituye como un organismo autónomo<br />

que cumple, a<strong>de</strong>más, la función rigurosa <strong>de</strong> un particular<br />

y paradójico microcosmos. Para tal operar necesita<br />

imprescindiblemente habitar en una esfera privada que<br />

garantice y legitime tal proce<strong>de</strong>r, so pena <strong>de</strong> recaer en<br />

un parasitismo para el cual no se encuentra ya capacitado.<br />

Pue<strong>de</strong> agregarse que el emboscado cultural es<br />

el último avatar <strong><strong>de</strong>l</strong> único y singular pero atravesado<br />

por características o matices <strong>de</strong> una sutil y radical diferencia.<br />

Si el único y singular es la manifestación más<br />

extrema <strong>de</strong> la tecnificación <strong>de</strong> la diferencia, el emboscado<br />

posee todavía cierto autocontrol partisano en su<br />

proce<strong>de</strong>r. Este autocontrol se divi<strong>de</strong> en: 1) un componente<br />

o elemento didáctico, sea como pigmalionismo,<br />

sea como tutelaje <strong>de</strong> un <strong>de</strong>terminado saber o parcela<br />

<strong>de</strong> saber; y 2) un elemento o componente <strong>de</strong> «tirano<br />

doméstico» o «emponsoñador <strong>de</strong> la vida cotidiana». Así<br />

las cosas, el emboscado se resuelva en el primer vector<br />

o en el segundo, necesita inexorablemente una esfera<br />

privada para su manifestación operativa o, si se quiere,<br />

militante. (…) Sólo el <strong>cine</strong> pudo capturar y enlazar <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> su universo diegético al emboscado. Y sólo podía<br />

hacerlo en la medida en que el <strong>cine</strong> fue la única forma<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> pensar y poetizar contemporáneo que manifestó<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus comienzos una voluntad <strong>de</strong> pertenencia a lo<br />

inmediato. Tal pertenencia a lo inmediato pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finirse<br />

como un po<strong>de</strong>r tomar y llevar a la representación<br />

lo lateral <strong>de</strong> lo manifiesto. Tal lateralidad el <strong>cine</strong> pudo<br />

capturarla, aún en su creciente evanescencia, <strong>de</strong>bido a<br />

una proteica capacidad <strong>de</strong> asimilación <strong>de</strong> virtualida<strong>de</strong>s.<br />

Tales virtualida<strong>de</strong>s el <strong>cine</strong> las tomó in status nasciendi,<br />

| 97


a su ritmo y <strong>de</strong> acuerdo con sus intereses, en un mundo<br />

que sólo ve a través <strong>de</strong> sus propios cristales…”<br />

Joseph Leo Mankiewicz.<br />

“<strong>La</strong> Malvada” fue filmada y estrenada en 1950, con<br />

producción <strong>de</strong> la Fox, con guión original y dirección <strong>de</strong><br />

Joseph Mankiewicz. Escribimos más arriba, que esta película<br />

actúa como perfecto puente entre las dos líneas<br />

o vertientes temáticas <strong>de</strong> este autor. Al igual que en el<br />

final <strong>de</strong> “El Ciudadano” (1941), y la aparición <strong>de</strong> la autoconciencia,<br />

en el final <strong>de</strong> “<strong>La</strong> Malvada”, Mankiewicz nos<br />

plantea, sólo a nosotros espectadores, el entramado <strong>de</strong><br />

dobles hasta el infinito, a partir <strong>de</strong> las intenciones <strong>de</strong> la<br />

recién llegada Phoebe (Barbara Bates) sobre Eva (Anne<br />

Baxter), y con una reproducción en espejos que nunca<br />

acaban. El fuego que quemaba aquel trineo con la palabra<br />

‘Rosebud’, se ha convertido en cálculo frío y <strong>de</strong>spiadado<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> éxito teatral. Aquella figura <strong><strong>de</strong>l</strong> fuego que<br />

quema, es ahora frío glaciar, que también quema.<br />

98 |<br />

en el momento, o casi, en que tales virtualida<strong>de</strong>s se manifestaban<br />

–borrosa o tentativamente- en el universo <strong>de</strong><br />

las formas. De allí también que tales figuras parecieron<br />

en un algún momento –y tal vez esta situación continúe<br />

hasta hoy- como puras invenciones <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, casi como<br />

«sub-géneros». Dos ejemplos: el adolescente como categoría<br />

simbólica (en «Rebel<strong>de</strong> sin Causa» <strong>de</strong> Nicholas<br />

Ray) y el emboscado cultural (con «LAURA» <strong>de</strong> Preminger<br />

y poco <strong>de</strong>spués con «ALL ABOUT EVE» <strong>de</strong> Mankiewicz).<br />

Si el adolescente se ha tornado un tópico, un lugar<br />

común, no ha sucedido ni remotamente lo mismo con<br />

el emboscado... (…) Así las cosas, la figura <strong><strong>de</strong>l</strong> emboscado<br />

pue<strong>de</strong> verse, luego <strong>de</strong> “<strong>La</strong> Malvada”, <strong>de</strong> tres formas<br />

reconocibles: 1- como forma política e histórica contemporánea<br />

(“El Americano Impasible”); 2- como arte <strong>de</strong> un<br />

pasado ya irrecuperable (“El Jarrón <strong>de</strong> Miel”); 3- como<br />

forma mítica a través <strong><strong>de</strong>l</strong> recurso <strong><strong>de</strong>l</strong> western (la única<br />

vez que Mankiewicz trabaja en este género) <strong>de</strong>smenuzando<br />

y juzgando los comportamientos, modales y tics<br />

<strong>de</strong> la cultura sesentista (“El Día <strong>de</strong> los Tramposos”). En<br />

los tres recorridos pue<strong>de</strong> rastrearse al emboscado que,<br />

como figura emblemática, va haciendo y <strong>de</strong>shaciendo<br />

Nada existe realmente fuera <strong>de</strong> lo que yo pienso, creo<br />

y recreo” parece ser el apotema <strong><strong>de</strong>l</strong> emboscado en su<br />

mónada privada. Addison De Witt (George San<strong>de</strong>rs)<br />

establece, casi <strong>de</strong> manera <strong>de</strong>finitiva, tal figura, con<br />

el antece<strong>de</strong>nte único y reciente <strong>de</strong> Waldo Ly<strong>de</strong>cker<br />

(Crifton Webb) en “<strong>La</strong>ura” (1944), <strong>de</strong> Preminger. Ambos<br />

son creadores <strong>de</strong> formas autónomas. Creaciones<br />

únicas y privadas, al margen <strong>de</strong> un mundo en caída<br />

libre. <strong>La</strong> diferencia central entre estos dos personajes<br />

es que Addison logra poseer a su creación (Eve). Tal es<br />

así que parecen haber sido creados el uno para el otro.<br />

A través <strong>de</strong> esta figura, Mankiewicz logra plasmar su<br />

i<strong>de</strong>a precisa y <strong>de</strong>cantada acerca <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo en el que<br />

vivimos, traducido en este film, como mundo <strong><strong>de</strong>l</strong> teatro<br />

o, digamos, <strong>de</strong> la cultura. Si bien el personaje <strong>de</strong><br />

Addison es un logro único <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lo que venimos<br />

pautando, la mayor diferencia entre el film <strong>de</strong> Preminger<br />

y éste, es la mujer. <strong>La</strong>ura es un esbozo, un material<br />

a trabajar, a pulir, a <strong>de</strong>sarrollarse. Eve Harrington es “la<br />

recopiladora <strong>de</strong> semi – esencias, <strong>de</strong> matices, <strong>de</strong> restos<br />

y fragmentos <strong><strong>de</strong>l</strong> eterno femenino. Es tantas mujeres<br />

que no es nadie… Es todo y es nada. Es la autonomía<br />

<strong>de</strong> lo femenino llevada al límite, al paroxismo. Es la


autarquía femenina soñada por un esteta <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte.<br />

Es el último avatar <strong>de</strong> lo femenino según el canon<br />

austro-húngaro.” (Faretta).<br />

El cinismo <strong>de</strong> Mankiewicz lleva la cuestión <strong><strong>de</strong>l</strong> doble,<br />

y <strong><strong>de</strong>l</strong> simulacro aún más allá. Porque esta película se<br />

cuela en el interior <strong><strong>de</strong>l</strong> emboscado, inva<strong>de</strong> su casa, su<br />

privacidad, su operar, su proce<strong>de</strong>r. Mencionábamos en<br />

el capítulo anterior sobre la canibalización <strong><strong>de</strong>l</strong> teatro o<br />

lo teatral en Preminger. Aquí (“<strong>La</strong> Malvada”) ya es ajuste<br />

<strong>de</strong> cuentas y juicio <strong><strong>de</strong>l</strong>iberado, realizado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un<br />

pesimismo y un conservadorismo puesto al límite.<br />

El teatro sirve a Mankiewicz para llevar al límite <strong>de</strong> su<br />

genialidad los diálogos <strong><strong>de</strong>l</strong> film. Ya que la palabra es el<br />

arma mortal <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo <strong>de</strong> este autor. El que<br />

se sabe <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r mediante la palabra obtendrá el lugar<br />

que anhela en un mundo en el que todo es pura<br />

teatralidad.<br />

<strong>La</strong> Malvada.<br />

Nadie es libre realmente en los films <strong>de</strong> este autor. Todos<br />

requieren <strong>de</strong> una adaptación contextual, <strong>de</strong> una<br />

verborragia indispensable para po<strong>de</strong>r sobrevivir. El<br />

mundo es un simulacro en el cual no se pue<strong>de</strong> más<br />

que sobrevivir, y nadie <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> él pue<strong>de</strong> gozar realmente<br />

<strong>de</strong> libertad; no hay libre albedrío en absoluto.<br />

Todas son máscaras, actores, títeres, ya que el mundo<br />

es pura representación.<br />

| 99<br />

Por último, <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>cir que este tema <strong><strong>de</strong>l</strong> doble,<br />

las copias y el simulacro, que tiene su raíz en “<strong>La</strong>ura”,<br />

y se continúa en “<strong>La</strong> Malvada”, ha continuado su línea<br />

<strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano, fundamentalmente<br />

en “Vértigo”, para luego ser explotado, en el momento<br />

total <strong>de</strong> la autoconciencia (1972 en a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante), por<br />

autores como Francis F. Coppola (“<strong>La</strong> Conversación”<br />

<strong>de</strong> 1974), Brian De Palma (“El Sonido <strong>de</strong> la Muerte” <strong>de</strong><br />

1981, y “Doble <strong>de</strong> Cuerpo” <strong>de</strong> 1984), y algunos films<br />

recientes <strong>de</strong> David Mamet.


Un Americano en París.<br />

100 |<br />

Vincente Minnelli, el musical<br />

“Un Americano en París”<br />

(An American in Paris, Vincente Minnelli, 1951)<br />

Guión: Alan Jay Lerner<br />

Dirección: Vincente Minnelli<br />

Estreno: 11 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1951<br />

Elenco:<br />

Gene Kelly<br />

Leslie Caron<br />

Oscar Levant<br />

Georges Guétary<br />

Nina Foch<br />

The American in Paris Balle<br />

“Brindis <strong>de</strong> Amor” (The Band Wagon, Vincente Minnelli, 1953)<br />

Guión: Betty Com<strong>de</strong>n y Adolph Green<br />

Dirección: Vincente Minnelli<br />

Estreno: 7 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1953<br />

Elenco:<br />

Fred Astaire<br />

Cyd Charisse<br />

Oscar Levant<br />

Nanette Fabray<br />

Jack Buchanan<br />

James Mitchell


“Gigi”<br />

(Vincente Minnelli, 1958)<br />

Guión: Alan Jay Lerner<br />

Dirección: Vincente Minnelli<br />

Estreno: 11 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1958<br />

Elenco:<br />

Leslie Caron<br />

Maurice Chevalier<br />

Louis Jourdan<br />

Hermione Gingold<br />

Eva Gabor<br />

Jacques Bergerac<br />

Isabel Jeans<br />

John Abbott<br />

Vincente Minnelli.<br />

Vincente Minnelli nació en Chicago, el 28 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1913. Filmó más <strong>de</strong><br />

cuarenta películas entre 1942 y 1976. <strong>La</strong> comedia musical y el melodrama<br />

fueron los géneros más usados y pulidos por Minnelli. Films inolvidables<br />

como “Brindis <strong>de</strong> Amor” (1953), “Gigí” (1958), “Dios Sabe Cuánto Amé”<br />

(1959), “Los Cuatro Jinetes <strong><strong>de</strong>l</strong> Apocalipsis” (1962), y “Castillos en la Arena”<br />

(1965). Es un director central en la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> este arte. Murió en Hollywood<br />

el 25 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1986, a los 73 años <strong>de</strong> edad.<br />

| 101<br />

Entre los nombres fundamentales <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, y en especial<br />

<strong>de</strong> la edad <strong>de</strong> oro <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s estudios <strong>de</strong> Hollywood, el <strong>de</strong> Vincente<br />

Minnelli ocupa un lugar <strong>de</strong>stacado, central. Maestro <strong>de</strong> la comedia musical<br />

más arriesgada y brillante, <strong><strong>de</strong>l</strong> melodrama más intenso y apasionado,<br />

y <strong>de</strong> la comedia más sofisticada y elegante. Experto en <strong>de</strong>corados,<br />

colores y ambientaciones, don<strong>de</strong> ciertos tonos dramáticos se conjugan<br />

<strong>de</strong> manera magistral con los tonos visuales, plásticos, y éstos, a partir <strong>de</strong><br />

coreografías perfectas, nos ligan a sus temas, sus símbolos, su visión <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

mundo. Muchos creemos que si, por algún motivo, no hubiera existido la<br />

obra <strong>de</strong> Vincente Minnelli, el <strong>cine</strong> no tendría <strong>de</strong>masiado sentido.<br />

Para comenzar a acercarnos a un análisis <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> este autor, tenemos<br />

que diferenciar, en principio, los diversos estilos y formas que hallamos<br />

en su vasta filmografía. Vamos a trabajar sobre la obra <strong>de</strong> Minnelli<br />

en base a tres géneros o estilos, a saber: Por un lado, tenemos el musical,<br />

films inolvidables como “Un Americano en París” (An American in Paris,<br />

1951), “Brindis <strong>de</strong> Amor” (The Band Wagon, 1953), y “Gigi” (1958). Por otro<br />

lado, están las comedias, las que se hallan, entre otras: “El Padre <strong>de</strong> la<br />

Novia” (Father of the Bri<strong>de</strong>, 1950), “El Padre es Abuelo” (Father’s Little Di-


102 |<br />

vi<strong>de</strong>nd, 1951), “Después <strong>de</strong> la Boda” (The Long Long<br />

Trailer, 1954), “Mamá nos Complica la Vida” (The Reluctant<br />

Debutante, 1958), y “El Noviazgo <strong><strong>de</strong>l</strong> Padre <strong>de</strong><br />

Eddie” (The Courtship of Eddie’s Father, 1963). <strong>La</strong> tercera<br />

forma a la que nos referiremos es el melodrama,<br />

películas como: “Madame Bovary” (I<strong>de</strong>m, 1949), “Cautivos<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Mal” (The Bad and the Beautifull, 1952), “Sed<br />

<strong>de</strong> Vivir” (Lust for Life, 1956), “Dios Sabe Cuánto Amé”<br />

(Some Came Running, 1959), “Los Cuatro Jinetes <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Apocalipsis” (The Four Horsemen of the Apocalypse,<br />

1962), y “Castillos en la Arena” (The Sandpiper, 1965).<br />

Vincente Minnelli filmó quince musicales, entre los<br />

cuales se hallan algunas <strong>de</strong> las películas más memorables.<br />

Pero a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> eso, marcó, sin dudas, un<br />

antes y un <strong>de</strong>spués en la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> musical, sobre<br />

todo por haberlo legitimado <strong>de</strong>finitivamente como<br />

género <strong>cine</strong>matográfico. Ya en sus primeras películas<br />

(“Una Cabaña en el Cielo” <strong>de</strong> 1942, y “<strong>La</strong> Rueda <strong>de</strong> la<br />

Fortuna” <strong>de</strong> 1944) empezamos a encontrarnos con un<br />

trabajo <strong><strong>de</strong>l</strong> color, <strong>de</strong> la coreografía, <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>corado, <strong>de</strong><br />

la música, que ya impresiona por su cuidado y su calidad,<br />

propias <strong>de</strong> un autor maduro. Dos aclaraciones: la<br />

primera es que por aquellos años recién se empezaban<br />

a filmar las primeras películas en colores, y eran<br />

muy pocos los directores que se animaban al empleo<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> mismo teniendo en cuenta el riesgo que se corría.<br />

Y la segunda es que Minnelli tenía sólo treinta años<br />

cuando filmaba ya sus primeros musicales.<br />

El espacio, como un todo necesario, condiciona al <strong>de</strong>corado,<br />

y no al revés. <strong>La</strong> libertad <strong>de</strong> las coreografías,<br />

la economía <strong>de</strong> planos, los extraordinarios movimientos<br />

<strong>de</strong> cámara, la cita y el juicio pictórico en la conjunción<br />

estética, hacen <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los musicales <strong>de</strong><br />

Minnelli obras únicas, don<strong>de</strong> la belleza, el buen gusto,<br />

la alegría se <strong>de</strong>stacan por sobre todos los musicales<br />

<strong>de</strong> la época. Nadie ha podido componer puestas<br />

tan barrocas, tan complejas, tan trabajadas como este<br />

autor, sobre todo en lo que se refiere al uso <strong><strong>de</strong>l</strong> color.<br />

El color es, para Minnelli, la razón <strong>de</strong> ser <strong><strong>de</strong>l</strong> musical.<br />

El abanico <strong>de</strong> colores, la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> los personajes<br />

con cada uno <strong>de</strong> los tonos puestos en escena, el<br />

equilibrio <strong>de</strong> los encuadres, la movilidad <strong>de</strong> los rojos<br />

y los ver<strong>de</strong>s <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> plano o aún fuera <strong>de</strong> ellos proporcionan<br />

un logro dramático perfecto.<br />

Cierta actitud romántica <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> los personajes<br />

ayuda a Minnelli para agudizar su mirada irónica y a la<br />

vez feliz sobre el mundo que pone en escena. Porque<br />

los personajes vueltos personas son el problema para<br />

este autor. <strong>La</strong> cuestión humana, su finitud, los entendimientos<br />

y <strong>de</strong>sentendimientos entre los seres humanos<br />

son las obsesiones más caras a este director.<br />

Si los melodramas <strong>de</strong> Minnelli rozan la tragedia, sus<br />

musicales se proponen la transmisión <strong>de</strong> la alegría<br />

<strong>de</strong>sprendida <strong><strong>de</strong>l</strong> baile, el canto, la trama ingeniosa<br />

y las resoluciones felices. En “Un Americano en París”,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la presentación <strong>de</strong> los personajes hasta el<br />

sueño final <strong>de</strong> Gene Kelly, todo es una invitación a lo<br />

bello que tiene la vida si la vivimos con cierto criterio,<br />

cierto gusto, y mucha intensidad.


Johnny Guitar<br />

(Johnny Guitar, Nicholas Ray, 1954)<br />

Guión: Philip Yordan<br />

Dirección: Nicholas Ray<br />

Estreno: 27 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1954<br />

Elenco:<br />

Joan Crawford<br />

Sterling Hay<strong>de</strong>n<br />

Merce<strong>de</strong>s McCambridge<br />

Scott Brady<br />

Ward Bond<br />

Ben Cooper<br />

Ernest Borgnine<br />

John Carradine<br />

Royal Dano<br />

Frank Ferguson<br />

Nació en Wisconsin (Estados Unidos) el 7 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1911. Dirigió más <strong>de</strong><br />

20 películas entre 1947 y 1979. Sus obras más importantes son: “The Lusty<br />

Man” (1952), “Johnny Guitar” (1953), “Rebel<strong>de</strong> Sin Causa” (1955), “Bigger<br />

Than Life” (1956), “Party Girl” (1959) y “55 Días en Pekín” (1963). Murió el 16<br />

<strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1979, en Hollywood. Filmografía: Lightning Over Water (1979);<br />

Marco (1978); We Can’t Go Home Again (1976); Wet Dreams (1975); 55 Days<br />

at Peking (1963); King of Kings (1961); The Savage Innocents (1960); Party<br />

Girl (1959); Wind Across the Evergla<strong>de</strong>s (1958); Bitter Victory (1957); The True<br />

Story of Jesse James (1957); Bigger Than Life (1956); Hot Blood (1956); Rebel<br />

Without a Cause (1955); Run for Cover (1955); “General Electric Theater”<br />

(1 episo<strong>de</strong>, 1954) - The High Green Wall (1954) TV Episo<strong>de</strong>; Johnny Guitar<br />

(1953); Androcles and the Lion (1952) (uncredited); The Lusty Men (1952);<br />

On Dangerous Ground (1952); The Racket (1951) (uncredited); Flying Leathernecks<br />

(1951); Born to Be Bad (1950); In a Lonely Place (1949); Roseanna<br />

McCoy (1949); A Woman’s Secret (1948); Knock on Any Door (1948); They<br />

Live by Night (1947).<br />

Nicholas Ray.<br />

| 103<br />

Nicholas Ray es un director intuitivo, don<strong>de</strong> la emoción, la duda, la ambigüedad,<br />

y las relaciones humanas, se expresan <strong>de</strong> manera franca y autoconciente<br />

mediante una barroca puesta en escena. Poseedor <strong>de</strong> una<br />

obra extensa, que va <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1947 hasta 1979, y con cuatro o cinco obras<br />

maestras absolutas. Muchos son los temas que recorren los films <strong>de</strong> Ray,<br />

a saber: la moral, la angustia, la alienación <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre mo<strong>de</strong>rno (aún en<br />

cintas que se refugian en un pasado mítico), las difíciles relaciones entre<br />

el hombre y la mujer, los sentimientos y las <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> vida. Ciertos


104 |<br />

sentimientos extremos cuestan literalmente vidas en<br />

algunas películas <strong>de</strong> Nicholas Ray. Hay un <strong>de</strong>sbor<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> cultura oculta en este autor que escon<strong>de</strong> tras la<br />

acción física y los sentimientos más profundos.<br />

El cuento en que basa sus tramas es muy sencillo (o<br />

así lo parece): Un hombre violento que intenta <strong>de</strong>jar<br />

<strong>de</strong> serlo, se relaciona con una mujer moralmente<br />

más fuerte que él (emblemáticamente la Vienna <strong>de</strong><br />

“Johnny Guitar”). Ese hombre no es más que un niño<br />

disfrazado, inmerso en una soledad que se expresa<br />

en cierta tibieza moral que se irá <strong>de</strong>finiendo con el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la diégesis.<br />

Con puntos <strong>de</strong> partida similares, en cuanto a trama,<br />

la obra <strong>de</strong> Ray ha atravesado pequeñas e interesantes<br />

metamorfosis en cuanto género. Hay una primer etapa,<br />

tal vez la más dura, en la que se <strong>de</strong>dicó al film negro,<br />

con oscilaciones entre el policial y el melodrama:<br />

“They Live By Night” (1947), “Un Secreto <strong>de</strong> Mujer”<br />

(1948), “Horas <strong>de</strong> Angustia” (In a Lonely Place, 1949)<br />

y “Nacida para el Mal” (1950). Este período está caracterizado<br />

por lo oscuro, lo negro <strong>de</strong> las situaciones, los<br />

personajes y las relaciones. Luego <strong>de</strong> esta primer etapa,<br />

que llevó a nuestro director a un reconocimiento<br />

general, llegó un film intermedio, aunque por <strong>de</strong>más<br />

interesante: “Infierno en las Nubes” (1951), protagonizado<br />

por John Wayne y Robert Ryan. Este film <strong>de</strong><br />

aventuras, herencia <strong><strong>de</strong>l</strong> Walsh <strong>de</strong> los treinta y cuarenta,<br />

fue la introducción, el paso intermedio entre<br />

los policiales negros (1947-1950) y los westerns que<br />

vendrían a continuación, lo mejor <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Ray.<br />

“The Lusty Men” (1952) con Robert Mitchum, “Johnny<br />

Guitar” con Joan Crawford y Scott Brady, uno <strong>de</strong><br />

los mejores films <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> clásico americano, “Run For<br />

Cover” (1954) con James Cagney y John Derek, y “<strong>La</strong><br />

Verda<strong>de</strong>ra Historia <strong>de</strong> Jesse James” (1956), protagonizada<br />

por Robert Wagner, una remake <strong><strong>de</strong>l</strong> clásico <strong>de</strong><br />

Henry King (<strong>de</strong> 1939).<br />

Entre su anteúltimo y su último western, Ray filmó<br />

tres melodramas: “Rebel<strong>de</strong> sin Causa” (1955) con James<br />

Dean y Natalie Wood, film que inventó una nueva<br />

problemática en términos <strong>cine</strong>matográficos, “Sangre<br />

Caliente” (1956), protagonizada por Jane Russell,<br />

y “Más Gran<strong>de</strong> que la Vida” (Bigger Than Life, 1956),<br />

protagonizada y producida por James Mason.<br />

Vienna, la protagonista femenina <strong>de</strong> Johnny Guitar<br />

es sin dudas uno <strong>de</strong> los paradigmas <strong>cine</strong>matográficos<br />

más altos <strong>de</strong> lo femenino, y a la vez una <strong>de</strong> las utilizaciones<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> recurso mítico (inventado por Griffith)<br />

más sólidos y dura<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> arte que<br />

nos ocupa. Esta Antígona mo<strong>de</strong>rna está dispuesta a<br />

todo por conservar lo que posee, y no sólo respecto a<br />

lo material, claro está. <strong>La</strong> máscara <strong>de</strong> Johnny (el otrora<br />

pistolero) se refracta, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo hasta el final<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> film, en la transparencia y <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> Vienna. Figura<br />

que si la pensamos un poco <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este lado <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

mundo, la po<strong>de</strong>mos comparar sin más con Eva Perón,<br />

siempre pensando míticamente.


<strong>La</strong> Ventana Indiscreta<br />

(Rear Window, Alfred Hitchcock, 1955)<br />

Guión: John Michael Hayes<br />

Dirección: Alfred Hitchcock<br />

Estreno: 14 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1955<br />

Elenco:<br />

James Stewart<br />

Grace Kelly<br />

Wen<strong><strong>de</strong>l</strong>l Corey<br />

Thelma Ritter<br />

Raymond Burr<br />

Judith Evelyn<br />

Ross Bagdasarian<br />

Georgine Darcy<br />

Sara Berner<br />

Frank Cady<br />

“<strong>La</strong> Ventana Indiscreta”, producida por la Paramount en 1954, es el primer<br />

film teórico sobre el lenguaje <strong>cine</strong>matográfico. Porque lo central<br />

aquí es la mirada y sus posibilida<strong>de</strong>s. El fotógrafo Jeff (James Stewart)<br />

convalece <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace seis semanas en su <strong>de</strong>partamento producto <strong>de</strong><br />

un acci<strong>de</strong>nte en su trabajo. Liza (Grace Kelly), su novia, quiere casarse a<br />

toda costa con él, mientras que él escapa a dicho compromiso. Mientras<br />

se aburre esperando el día que le saquen el yeso, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> espiar a sus<br />

vecinos con el teleobjetivo <strong>de</strong> su cámara fotográfica. Este es el punto <strong>de</strong><br />

partida <strong><strong>de</strong>l</strong> drama. Como otras veces, el protagonista está suspendido <strong>de</strong><br />

sus tareas habituales.<br />

| 105<br />

El <strong>cine</strong> es una ventana abierta al mundo, pero también es un espacio <strong>de</strong><br />

representación don<strong>de</strong> vemos la vida <strong>de</strong> otros; otros que expresan nuestros<br />

<strong>de</strong>seos. Otros mundos que se refractan en el nuestro. Un sueño <strong>de</strong><br />

posibilida<strong>de</strong>s compartidas, don<strong>de</strong> las marionetas representantes <strong>de</strong> ése<br />

otro lado, son movidas por un director <strong>de</strong> <strong>cine</strong>. Tenemos en este film, dos<br />

espacios: a<strong>de</strong>ntro y afuera. A<strong>de</strong>ntro: la vida cotidiana (casi teatral) <strong>de</strong> Jeff<br />

y su mundo. Recor<strong>de</strong>mos que se halla convaleciente por su acci<strong>de</strong>nte y<br />

no pue<strong>de</strong> salir <strong><strong>de</strong>l</strong> espacio <strong><strong>de</strong>l</strong>imitado por su <strong>de</strong>partamento. Afuera (a<br />

través <strong>de</strong> su ventana, pantalla): la vida. Esa vida que es, para Hitchcock, el<br />

<strong>cine</strong> y el mundo, necesariamente en ése or<strong>de</strong>n.<br />

Hitchcock nos mete <strong>de</strong> entrada en el tema <strong><strong>de</strong>l</strong> mirón. Siguiendo la lógica<br />

planteada: ¿Quién va al <strong>cine</strong>? El que quiere mirar. Entonces es Jeff (el espectador)<br />

quien busca, en su fisgoneo, escapar a su presente inmediato


<strong>La</strong> Ventana Indiscreta.<br />

106 |<br />

(yeso, postración y futuro matrimonio con Liza). ¿Qué encuentra más allá<br />

<strong>de</strong> la ventana? (la pregunta real, volviendo a nuestro planteo sería: ¿Qué<br />

hay en el <strong>cine</strong>? O ¿Qué vemos en el <strong>cine</strong>?) Más allá <strong>de</strong> la ventana Jeff encuentra<br />

diferentes posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pareja. O <strong>de</strong> soleda<strong>de</strong>s. Máscaras sociales<br />

traducidas mediante procedimiento <strong>cine</strong>matográfico <strong>de</strong> lo que él<br />

pue<strong>de</strong> ser, o quiere ser, o, lo más importante, proyecta <strong>de</strong> sí en los <strong>de</strong>más.<br />

Estas representaciones que se le ofrecen a Jeff en su acto <strong>de</strong> mirar tienen<br />

sentido (cobran vida para nosotros) sólo porque él las mira, sólo porque<br />

un espectador (en este caso Jeff) las mira. Este es el primer planteo teórico<br />

que realiza Hitchcock a través <strong>de</strong> su película. En el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> cada una<br />

<strong>de</strong> las vidas que se ofrecen como posibilida<strong>de</strong>s, <strong><strong>de</strong>l</strong> otro lado <strong><strong>de</strong>l</strong> patio, Jeff<br />

elige a Thorwald, proyecta su lado oscuro, su malignidad, con el hombre<br />

que <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> matar a su esposa, <strong>de</strong>scuartizándola con un cuchillo <strong>de</strong> carnicero<br />

y enviando sus partes a diferentes lugares. Llegado el momento, el<br />

espectador, nuestro Jeff, quiere que Thorwald mate a su mujer, es más: es,<br />

<strong>de</strong> alguna manera, cómplice <strong>de</strong> aquel asesinato.<br />

Al anochecer llega Liza, la novia <strong>de</strong> Jeff. Una mujer sofisticada, <strong>de</strong> alta sociedad,<br />

bellísima. Su único objetivo es el matrimonio. Recor<strong>de</strong>mos su llegada,<br />

su presentación: Primero efectúa una sombra amenazante sobre<br />

Jeff, como tendiéndole una red, una trampa, y ante el interrogante <strong>de</strong><br />

él, ella respon<strong>de</strong>: “... Liza (encien<strong>de</strong> una lámpara)... Carol (encien<strong>de</strong> otra<br />

lámpara)... Freemont (encien<strong>de</strong> otra más)”. Po<strong>de</strong>mos adivinar, hasta aquí,<br />

que su única meta será atrapar a Jeff. Pero no podrá hacerlo sólo en el


escenario teatral, el a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ése <strong>de</strong>partamento, como habíamos planteado.<br />

Liza <strong>de</strong>berá atravesar la ventana también. No duda en hacerlo<br />

cuando la situación lo impone como necesario. Al ver que Jeff está más<br />

interesado en lo que pasa allá afuera que en ella misma, entonces Liza<br />

comienza a involucrarse en los problemas <strong>de</strong> la película (proyección) <strong>de</strong><br />

Jeff. Tal es así, que llega a arriesgar su propia vida al intentar <strong>de</strong>scubrir<br />

al asesino. Cosa que satisface óptimamente a Jeff, quien la mira con una<br />

hermosa complicidad, luego <strong>de</strong> que ella le mostrase su costado aventurero.<br />

Al asumir dicho riesgo obtiene como premio una alianza. El anillo<br />

<strong>de</strong> casamiento <strong>de</strong> la mujer asesinada. Una alianza que, a ésta altura, simboliza<br />

su matrimonio con Jeff. El Premio. Pero si Liza hereda, <strong>de</strong> alguna<br />

manera, la alianza <strong>de</strong> la mujer <strong>de</strong> Thorwald, Jeff heredará la posibilidad<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> personaje <strong><strong>de</strong>l</strong> mismo Thorwald, su doble. Es aquí don<strong>de</strong> Jeff se da<br />

cuenta que tiene que ir hasta el final para po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>spegarse, no sólo <strong>de</strong><br />

esa posibilidad como propia, sino <strong>de</strong> la culpa por el asesinato cometido.<br />

El mirón se transforma en contemplador. <strong>La</strong> mirada autoconciente <strong>de</strong><br />

Hitchcock acerca <strong><strong>de</strong>l</strong> tema <strong><strong>de</strong>l</strong> doble nos mete <strong>de</strong> lleno, ya, en la segunda<br />

cuestión teórica <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>.<br />

Tenemos entonces por un lado, al espectador y su función <strong>de</strong> mirar, y por<br />

el otro, al doble. Doble como proyección en el otro. Recor<strong>de</strong>mos que una<br />

<strong>de</strong> los temas centrales <strong>de</strong> Hitchcock es el Alma. El católico autor inglés<br />

pone en dificulta<strong>de</strong>s a su héroe mo<strong>de</strong>rno apartado <strong>de</strong> sus activida<strong>de</strong>s<br />

cotidianas para que, mediante una serie <strong>de</strong> pruebas, logre su salvación.<br />

Lo que, precisamente, Jeff <strong>de</strong>be corregir tiene que ver con las funciones<br />

<strong>de</strong> la mirada. El espectador mo<strong>de</strong>rno también.<br />

| 107<br />

Stella (Thelma Ritter) le dice a Jeff al comienzo: “... a los mirones, en la antigüedad,<br />

les quemaban los ojos...”. Hacia el final (luego <strong>de</strong> aquel llamado<br />

telefónico que comunica los dos mundos: el a<strong>de</strong>ntro, teatral, con el <strong>de</strong><br />

afuera, <strong>cine</strong>matográfico) Jeff le quema los ojos a Thorwald con sus flashes<br />

<strong>de</strong> fotógrafo. Cuando se terminan los flashes, Thorwald se abalanza<br />

sobre Jeff, y éste cae, verticalmente, al patio <strong>de</strong> la planta baja, el mismo<br />

patio que divi<strong>de</strong> los dos mundos <strong>de</strong> la narración. En dicha caída, Jeff se<br />

rompe la otra pierna ante la impericia <strong>de</strong> su amigo policía Doyle. Pero<br />

esta segunda <strong>de</strong>sgracia traerá la calma. Porque Jeff ya ha pasado por el<br />

<strong>cine</strong>. Se ha curado: Hitchcock nos muestra que la temperatura ha bajado,<br />

se siente más agradable; Jeff reconoce (legitima) a Liza como su mujer; y<br />

se sienta <strong>de</strong> espaldas a la ventana, no negando al <strong>cine</strong>, por supuesto, sino<br />

negando el fisgoneo, la mironeada previa al <strong>cine</strong>. <strong>La</strong>s cortinas (las mismas<br />

que se alzaron con los títulos <strong><strong>de</strong>l</strong> comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> film) se bajan, tal cual lo<br />

habían intentado en vano, primero la sabia Stella, y más tar<strong>de</strong> Liza.


Más Allá <strong><strong>de</strong>l</strong> Olvido.<br />

Más Allá <strong><strong>de</strong>l</strong> Olvido<br />

(Hugo Del Carril, 1956)<br />

Guión: Eduardo Borrás<br />

Dirección: Hugo Del Carril<br />

Estreno: 4 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1956<br />

Elenco:<br />

<strong>La</strong>ura Hidalgo<br />

Hugo <strong><strong>de</strong>l</strong> Carril<br />

Pedro <strong>La</strong>xalt<br />

Eduardo Rudy<br />

Gloria Ferrandiz<br />

Francisco López Silva<br />

Ricardo Galache<br />

Ricardo <strong>de</strong> Rosas<br />

Lili Gacel<br />

Alfredo Almanza<br />

108 |<br />

Piero Bruno Hugo Fontana (el verda<strong>de</strong>ro nombre completo <strong>de</strong> Hugo <strong><strong>de</strong>l</strong> Carril)<br />

nació en el barrio <strong>de</strong> Flores <strong>de</strong> Buenos Aires el 12 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1912.<br />

Fue productor, actor, guionista y director <strong>de</strong> Cine (esta última función fue en<br />

la que más se <strong>de</strong>stacó). También cantaba tangos.<br />

Como director, comenzó su carrera en 1949, y realizó 15 films hasta 1975.<br />

Entre los que se <strong>de</strong>stacan: “<strong>La</strong>s Aguas Bajan Turbias” (1952), “<strong>La</strong> Quintrala”<br />

(1954), “Más Allá <strong><strong>de</strong>l</strong> Olvido” (1956), “Culpable” (1960), y “Amorina” (1961).<br />

Fue, sin dudas, uno <strong>de</strong> los tres o cuatro mejores directores <strong>de</strong> <strong>cine</strong> que dio<br />

nuestro país y uno <strong>de</strong> los artistas más importantes <strong>de</strong> su tiempo. Murió, también<br />

en Buenos Aires, el 13 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1989, a los 76 años <strong>de</strong> edad.<br />

<strong>La</strong> película está basada en la novela “Brujas, la Muerta” <strong>de</strong> Georges Ro<strong>de</strong>nbach,<br />

escrita en 1892. Este escritor fue un gran literato belga <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo<br />

XIX, que vivió gran parte <strong>de</strong> su vida en París.<br />

“Más Allá <strong><strong>de</strong>l</strong> Olvido” es uno <strong>de</strong> los mejores films argentinos <strong>de</strong> toda<br />

nuestra <strong>historia</strong> <strong>cine</strong>matográfica. Fernando <strong>de</strong> Arellana (Hugo <strong><strong>de</strong>l</strong> Carril)<br />

es el enamorado marido <strong>de</strong> Blanca (<strong>La</strong>ura Hidalgo). Una pareja estanciera<br />

y rica, que viven en una clásica y hermosa casa <strong>de</strong> las afueras <strong>de</strong> Buenos<br />

Aires, en un lugar in<strong>de</strong>terminado. Blanca recibe la triste noticia <strong>de</strong><br />

una enfermedad terminal, que acabará con su vida en muy poco tiempo.<br />

En una fiesta celebrada en la casa <strong>de</strong> la pareja, Blanca tiene una recaída<br />

y muere en el bello y extenso jardín <strong><strong>de</strong>l</strong> frente <strong>de</strong> la casona. Fernando<br />

enloquece. <strong>La</strong> busca sin sentido por los lugares que solían compartir, se<br />

sienta horas en el piano a tocar la melodía que ella solía tocar. Queda


encerrado en su casa, sin hacer nada, emborrachándose todo el tiempo,<br />

<strong>de</strong>sganado, no recibe visitas, y maltrata a sus empleados. Un primo médico,<br />

ayudado por el ama <strong>de</strong> llaves <strong>de</strong> Fernando, logra pasar la barrera <strong>de</strong><br />

la soledad <strong>de</strong> Fernando, y acce<strong>de</strong> a hablar con él. Lo aconseja, le habla, lo<br />

apoya, lo ayuda. Finalmente, cuando Fernando está a punto <strong>de</strong> volverse<br />

totalmente loco, escucha a su amigo, y planea un viaje. Un viaje lejos, a<br />

Europa, a distraerse, a olvidar, a pasear… Fernando empren<strong>de</strong> un largo<br />

viaje por una Europa vieja, museística, romántica, nocturna, incierta y<br />

misteriosa. En uno <strong>de</strong> los parajes encuentra a Mónica, una mujer muy<br />

parecida a Blanca, su ex esposa (también interpretada por la magistral<br />

<strong>La</strong>ura Hidalgo). <strong>La</strong> locura vuelve a poseer a Fernando. Se obsesiona. Se<br />

la quiere llevar <strong>de</strong> vuelta y casarse con ella. Para lograrlo necesita comprarla<br />

a un maleante que la tiene como empleada. Fernando la compra.<br />

Mónica antes <strong>de</strong> irse <strong><strong>de</strong>l</strong>ata al maleante acerca <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s ilegales <strong>de</strong><br />

su pasado, y huye con Fernando, <strong>de</strong> vuelta a nuestro país. El maleante<br />

los sigue. Fernando llega a su vieja casona, se casa y trata a Mónica casi<br />

como a Blanca. Luego <strong>de</strong> la enorme diferencia que separa a Mónica <strong>de</strong> su<br />

amada y perdida Blanca, Fernando logra aceptar y resignarse a las diferencias,<br />

y cuando encien<strong>de</strong> las luces al final para poseerla completamente,<br />

y terminar <strong>de</strong> aceptarla como su <strong>de</strong>stino, Mónica es asesinada por la<br />

espalda por el maleante europeo. Como Scottie en Vértigo <strong>de</strong> Hitchcock,<br />

Fernando <strong>de</strong> Arellana se queda con las manos vacías. Sin la auténtica y<br />

sin su copia. El film termina.<br />

| 109<br />

<strong>La</strong> puesta en escena <strong><strong>de</strong>l</strong> film posee una rigurosidad envidiable. Un barroquismo<br />

extraordinario. El trabajo <strong><strong>de</strong>l</strong> fuera <strong>de</strong> campo, aún en zonas <strong>de</strong><br />

una sutileza única, el trabajo actoral, la fotografía, las relaciones <strong>de</strong> los<br />

personajes, el trabajo escenográfico, los planos, los encuadres, el manejo<br />

<strong>de</strong> la información, el suspenso, todo en función <strong>de</strong> un film prodigioso y<br />

simétrico que no hace más que halagar y robustecer a la cultura y al <strong>cine</strong><br />

<strong>de</strong> nuestra nación.<br />

Recomendamos “Cinco films argentinos clásicos”, un libro <strong>de</strong> editorial<br />

DJAEN, que a la brevedad verá la luz relacionado con este tema, con un<br />

precioso ensayo <strong>de</strong> Faretta referido a “Más allá <strong><strong>de</strong>l</strong> olvido”.


El Gran John Ford.<br />

110 |<br />

Más Corazón que odio<br />

(The Searches, John Ford, 1956)<br />

Guión: Frank S. Nugent<br />

Dirección: John Ford<br />

Estreno: 19 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1956<br />

Elenco:<br />

John Wayne<br />

Jeffrey Hunter<br />

Vera Miles<br />

Ward Bond<br />

Natalie Wood<br />

John Qualen<br />

Olive Carey<br />

Henry Brandon<br />

Ken Curtis<br />

En “Más Corazón que Odio”, John Wayne (Ethan Edwards), <strong>de</strong>rrotado soldado<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> sur en la guerra <strong>de</strong> secesión, regresa a la casa <strong>de</strong> su familia.<br />

Apenas se instala, y una vez donado todo el dinero que traía encima,<br />

el <strong>de</strong>ber lo llama puertas afuera. Cuanto regresa, la casa fue incendiada<br />

por los indios comanches, su hermano y su cuñada muertos, y sus sobrinas<br />

Lucy y Debbie raptadas por la tribu. Ethan, que no cree en rendicio-


nes, comienza la busca <strong>de</strong> sus sobrinas por todo el<br />

territorio. Cuando encuentra el cadáver mutilado <strong>de</strong><br />

Lucy, sus acciones y gestos pasan, directamente, <strong>de</strong><br />

la justicia a la venganza. Con el correr <strong>de</strong> los años (la<br />

película relata casi cinco años <strong>de</strong> odisea), Ethan, junto<br />

a su medio sobrino indio, comienza a convencerse<br />

<strong>de</strong> que <strong>de</strong> nada sirve el recupero <strong>de</strong> su sobrina, ya<br />

que ésta se habría convertido en un comanche más<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tanto tiempo. Pero la busca continúa, no<br />

para rescatarla, sino para matarla. En el punto más<br />

alto <strong>de</strong> dramatismo, con Debbie en sus brazos, Ethan<br />

se arrepiente, y <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> llevarla <strong>de</strong> regreso a casa, precisamente<br />

porque prima más su corazón que su odio.<br />

Pero la casa ya no está, él nunca tuvo casa. Mientras<br />

se <strong>de</strong>struía una familia (el incendio salvaje <strong><strong>de</strong>l</strong> comienzo),<br />

se estaba gestando otra (Martin y <strong>La</strong>urie)<br />

que adoptará simbólicamente a Debbie, y rechazará,<br />

cíclicamente, a Ethan, el héroe que hizo posible el establecimiento<br />

<strong>de</strong> ese nuevo hogar. El significado se<br />

<strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> una bella simetría creada por Ford al<br />

inicio y al final <strong><strong>de</strong>l</strong> film, con una puerta que se abre<br />

(en la casa <strong><strong>de</strong>l</strong> hermano, para verlo llegar y hacerlo<br />

entrar), y la puerta <strong><strong>de</strong>l</strong> nuevo hogar que se cierra tras<br />

sus espaldas, luego <strong>de</strong> su nueva partida. El héroe anónimo<br />

y <strong>de</strong>sconocido, como en tantos otros films, fue<br />

el encargado <strong>de</strong> resolver las batallas centrales <strong>de</strong> la<br />

civilización.<br />

John Wayne, son héroes casi anónimos que se encargan<br />

<strong>de</strong> sostener y luchar por el establecimiento <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

or<strong>de</strong>n, pero que el avance <strong>de</strong> la civilización termina<br />

postergándolos y <strong>de</strong>jándolos afuera <strong>de</strong> la nueva etapa<br />

por comenzar.<br />

Este es otro film don<strong>de</strong> la figura <strong>de</strong> lo dixie prima<br />

como punto <strong>de</strong> partida <strong>de</strong> la fábula, y se adscribe a<br />

uno <strong>de</strong> los principales postulados <strong>de</strong> Griffith y sus<br />

continuadores <strong>de</strong> que el <strong>cine</strong> no es yanqui, es dixie.<br />

Es <strong>de</strong>cir, sureño.<br />

| 111<br />

Ethan Edwards y Scar (el comanche villano, que también<br />

tiene sus razones, esto es fundamental), son<br />

las dos caras <strong>de</strong> la misma moneda. Son dos esferas<br />

complementarias que se aceptan y, <strong>de</strong> alguna manera,<br />

se entien<strong>de</strong>n. De diferentes maneras, ambos se<br />

sacrifican en pos <strong>de</strong> la continuidad <strong>de</strong> la civilización.<br />

A medida que los tiempos y el progreso se acercan<br />

(el ferrocarril es el emblema central), y la civilización<br />

ingresa a una nueva etapa, los héroes <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado se<br />

<strong>de</strong>jan <strong>de</strong> lado, volviéndose más anónimos aún, dando<br />

paso a otros que sólo poseen las enseñanzas <strong>de</strong><br />

los primeros. Este film guarda enormes paralelismos<br />

con “El Hombre que mató a Liberty Valance” (John<br />

Ford, 1962). Ambos personajes interpretados por


Vértigo<br />

(Vertigo, Alfred Hitchcock, 1958)<br />

Guión: Alec Coppel y Samuel A. Taylor<br />

Dirección: Alfred Hitchcock<br />

Estreno: 21 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1958<br />

Elenco:<br />

James Stewart<br />

Kim Novak<br />

Barbara Bel Ged<strong>de</strong>s<br />

Tom Helmore<br />

Henry Jones<br />

Raymond Bailey<br />

112 |<br />

Hitchcock.<br />

“Vértigo”, producida por la Paramount en 1958, es, sin dudas, uno <strong>de</strong> los<br />

tres o cuatro mejores film jamás filmados. Hitchcock utiliza como eje <strong>de</strong><br />

la construcción <strong>de</strong> la puesta en escena <strong>de</strong> “Vértigo” la figura <strong><strong>de</strong>l</strong> espiral.<br />

<strong>La</strong> escalera <strong>de</strong> caracol <strong><strong>de</strong>l</strong> monasterio, el ro<strong>de</strong>te <strong>de</strong> Carlota Val<strong>de</strong>z que<br />

copiará Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>aine, el fragmento <strong><strong>de</strong>l</strong> tronco milenario, los recorridos por<br />

la laberíntica ciudad <strong>de</strong> San Francisco. Recor<strong>de</strong>mos que el espiral, literal<br />

y simbólico, es el emblema <strong><strong>de</strong>l</strong> arte barroco. Esta figura espiralada <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

film plantea, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el vamos, dos cosas: el vértigo <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje y <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

film (tanto físico como metafísico), y por otro lado, la prueba <strong><strong>de</strong>l</strong> laberinto.<br />

En el final <strong><strong>de</strong>l</strong> laberinto Scottie (James Stewart) <strong>de</strong>scubre, conoce la<br />

verdad. Paralelamente a la vida real, cotidiana, existe otro mundo creado<br />

por Gavin Elster que, parodiando la creación divina, éste puso en escena<br />

para matar a su mujer, heredar su fortuna, entrampando a su viejo amigo<br />

<strong>de</strong> escuela Scottie. Dicha co-creación y los motivos por los cuales se<br />

llevan a cabo son las cosas que preocupan a Hitchcock. Otra vez aparece<br />

el ente falso, la falsa figura que como en otros <strong>de</strong> sus films (Rebecca,<br />

El Hombre que sabía Demasiado, Intriga Internacional, Psicosis, etc.) se<br />

manifiesta como inexistente pero que a la vez logra torcer el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong><br />

la trama y los personajes. Los personajes interpretados por Kim Novak<br />

son falsos. Excepto Judy, que es la persona verda<strong>de</strong>ra que, como Scottie,<br />

es llamada a interpretar un papel fundamental en la creación <strong>de</strong> Elster.<br />

Uno <strong>de</strong> los mayores logros <strong>de</strong> Hitchcock en este film es que Judy sea tan<br />

insignificante, tan torpe, tan vulgar, que se nos parezca aún menos real<br />

que Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>aine.<br />

En este mundo al revés que es Vértigo, invertido por el <strong>de</strong>miurgo Elster,<br />

la figura <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje falaz (Kim Novak) nos introduce en ese mundo<br />

<strong>de</strong>moníaco, pero otro punto central <strong><strong>de</strong>l</strong> relato es por qué Scottie ingresa<br />

en él. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> haber sido elegido por su vértigo, por qué él <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>


Vertigo <strong>de</strong> Alfred Hitchcock.<br />

entregarse a semejante locura y atravesar ese espejo carpenteriano, sin<br />

saber lo que aguarda <strong><strong>de</strong>l</strong> otro lado. Por tedio, por angustia, por aburrimiento.<br />

En su mo<strong>de</strong>rno y discontinuo transcurrir, Scottie pasa, sin solución<br />

<strong>de</strong> continuidad, <strong>de</strong> su actividad policial a los tragos, <strong>de</strong> ahí a sus<br />

encuentro con su amiga y ex pareja Midge, y <strong>de</strong> ahí a la mortal reunión<br />

que le espera en las oficinas <strong>de</strong> Elster. Ante la dudosa propuesta <strong>de</strong> su<br />

ex compañero, el personaje, fuera <strong>de</strong> campo, se pregunta: “¿Qué hago si<br />

me niego a aceptar? Me aburro… iré <strong>de</strong> acá para allá… bueno, venga”.<br />

| 113<br />

En el film se enfrentan, claramente, el mundo pagano y el mundo cristiano.<br />

El primero en su vertiente platónica emblematizado en el amorpasión.<br />

El segundo en su vertiente católica. El primero es el <strong>de</strong> la co-creación<br />

<strong>de</strong>moníaca <strong>de</strong> las apariencias, los muertos y el terror. El segundo<br />

es el <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> y <strong>de</strong> la caridad. En el pagano, el recurso<br />

es el <strong>de</strong> la mirada romántica <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado y la errancia entre sonámbula<br />

y tortuosa, don<strong>de</strong> da la sensación que ciertas fuerzas oscuras internas<br />

gobiernan el <strong>de</strong>spliegue. El mundo cristiano se enmarca como <strong>historia</strong>,<br />

como el afuera <strong>de</strong> la pesadilla emblematizado por la función simbólica<br />

<strong>de</strong> las monjas en la misión española. Recor<strong>de</strong>mos que, primero, la monja<br />

aparece, como índice, como fondo, <strong>de</strong>corado, en la primera llegada <strong>de</strong><br />

Scottie y Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>aine a la misión, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> la verda<strong>de</strong>ra<br />

señora Elster. Luego, en el juicio, algunas <strong>de</strong> ellas, cobran ya otro senti-


El amor se concreta.<br />

114 |<br />

do, otra presencia <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la narración. Nos fijan el lugar <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo<br />

en don<strong>de</strong> nos encontramos. Y al final, ésa sombra que asusta a Judy-<br />

Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>aine y le produce la caída <strong>de</strong>finitiva y final, se convierte en monja<br />

para Scottie cuando éste se da vuelta. Dándole otra oportunidad; separándolo<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> mundo invertido <strong>de</strong> las apariencias. Curándolo. Faretta lo<br />

expresó con la siguiente frase: “… Tras la caída <strong><strong>de</strong>l</strong> Eros pagano, aparece<br />

la caridad cristiana…”<br />

El puente entre los dos mundos enfrentados está simbolizado por el Gol<strong>de</strong>n<br />

Gate <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> San Francisco don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>sarrolla la acción<br />

en la escena <strong><strong>de</strong>l</strong> falso suicidio <strong>de</strong> Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>aine. Y los puntales <strong>de</strong> dichos<br />

extremos (el <strong>de</strong>moníaco y el caritativo) están bellamente expresados en<br />

dos simetrías. <strong>La</strong> primera tiene que ver con el problema que nos plantea<br />

Hitchcock a partir <strong>de</strong> la cocreación, o la creación invertida. Cuando, en la<br />

última etapa <strong><strong>de</strong>l</strong> film, vemos a Scottie recrear a Judy <strong>de</strong> acuerdo a su recuerdo<br />

<strong>de</strong> Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>aine, pensamos inmediatamente en que el trabajo que<br />

está haciendo es similar, casi idéntico al que tuvo que haber hecho Gavin<br />

Elster antes con la misma mujer. Por este motivo, el recorrido <strong>de</strong> Scottie<br />

se nos vuelve terrorífico. <strong>La</strong> otra simetría, la que atien<strong>de</strong> a la cuestión <strong>de</strong><br />

la caridad, es más clara, pero no por eso menos lograda. El intento <strong>de</strong><br />

rescate que hace Scottie para con Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>aine antes <strong>de</strong> que suba al campanario,<br />

pidiéndole que intente pensar, reflexionar y sentirse contenida<br />

por él (el miedo está dramáticamente dado ante cualquier inminente


locura o anormalidad), se refracta con la escena en el<br />

cuarto don<strong>de</strong> Scottie está internado y Midge, con palabras<br />

similares, intenta brindar esa contención para<br />

con su amigo amado. Recor<strong>de</strong>mos que luego <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

fracaso, Midge se va <strong>de</strong>sarmada <strong>de</strong> la clínica para no<br />

volver a aparecer más en toda la película. Tragada por<br />

un fundido a negro en el final <strong>de</strong> un pasillo tenebroso.<br />

Como vemos, el tema <strong><strong>de</strong>l</strong> amor vuelve a aparecer.<br />

Esta vez, <strong>de</strong> las dos maneras planteadas <strong>de</strong> acuerdo a<br />

la construcción <strong><strong>de</strong>l</strong> film. Tanto en uno como en otro<br />

caso, se trata <strong>de</strong> dos formas <strong>de</strong> amor lo que mueven<br />

a los personajes a realizar <strong>de</strong>terminados actos. El primero<br />

(<strong>de</strong> Scottie hacia Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>aine) pue<strong>de</strong> con<strong>de</strong>narnos<br />

al infierno, el segundo (el <strong>de</strong> Midge) tal vez no<br />

nos <strong>de</strong>je salir <strong>de</strong> él.<br />

Este film, por ser el mejor film <strong>de</strong> todos los tiempos,<br />

merece esta perla que vamos a citar a continuación,<br />

escrita por Angel Faretta durante 2008, titulada “<strong>La</strong>s<br />

Tres Ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Vértigo”, publicada por la revista Ñ:<br />

“… Son tantos los niveles <strong>de</strong> comprensión <strong>de</strong> un film<br />

como “Vértigo”, estrenada hace cincuenta años, que<br />

necesita todo un libro para analizar sus referencias<br />

simbólicas. Todos los planos se complementan armónica<br />

y operativamente. Es <strong>de</strong>cir “todo lo bajo simboliza<br />

lo alto pero jamás al revés”. Aquí intentaré centrarme<br />

en un eje: “<strong>La</strong>s Tres Ciuda<strong>de</strong>s”. Tenemos tres<br />

ciuda<strong>de</strong>s: <strong>La</strong> Actual (1958), puritana y calvinista; luego<br />

la <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado católico-latino; y finalmente, todavía<br />

más “abajo”, la mítica.<br />

<strong>La</strong> primera es la ciudad fundada sobre la acumulación<br />

originaria <strong>de</strong> esos “clippers”, barcos entre mercantiles y piratas<br />

que remiten a un capitalismo siempre salvaje y hoy<br />

al parecer tan sólo mera burocracia <strong>de</strong> astilleros. Como<br />

el que administra Gavin Elster (Tom Helmore), aunque la<br />

dueña es su esposa. A esta ciudad también pertenece su<br />

antiguo amigo Scottie Fergusson (James Stewart) veterano<br />

policía “suspendido” por sufrir <strong>de</strong> vértigo. Este, a su vez,<br />

mantiene en suspenso una relación con otra compañera<br />

<strong>de</strong> colegio (Midge).<br />

<strong>La</strong> segunda ciudad es la antigua ciudad católico-latina<br />

con su “Misión” vuelta ahora museo y su iglesia contigua<br />

siempre <strong>de</strong>sierta y también es posible que vuelta museo.<br />

<strong>La</strong> tercera es la mítica y refiere al ciclo mitológico que gira<br />

alre<strong>de</strong>dor <strong><strong>de</strong>l</strong> rey Arturo, sus caballeros y la busca <strong><strong>de</strong>l</strong> Santo<br />

Graal.<br />

En la primera se aburre un Gavin Elster que <strong>de</strong>sea siquiera<br />

por un momento tener el po<strong>de</strong>r y la libertad<br />

que tuvieron aquellos “pioneros”, y también se aburre<br />

Scottie, ahora suspendido. Para escapar <strong>de</strong> ese tedio<br />

y sentir alguna vez esa mezcla se po<strong>de</strong>r y libertad, Elster<br />

busca crear “algo”, aunque su fin es meramente el<br />

beneficio material. Para alzarse con el botín, la fortuna<br />

<strong>de</strong> su esposa, <strong>de</strong>be crear algo <strong>de</strong> la nada. Como<br />

el mal no pue<strong>de</strong> crear, construir, <strong>de</strong>be emplear materiales<br />

o restos <strong>de</strong> un material ajeno. Así recurre a una<br />

leyenda local – Carlota Val<strong>de</strong>z – y eso conecta a Elster<br />

– así como a Scottie – con el pasado <strong>de</strong> San Francisco,<br />

latino y católico. Lo que resta <strong>de</strong> éste, o lo que le es<br />

permitido <strong>de</strong> éste es tan sólo museo.<br />

Pero hay una tercera ciudad y ésta se mantiene en<br />

estado <strong>de</strong> animación suspendida. Es la ciudad <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

mito. Si la primera es antimítica – por puritana – y la<br />

segunda es la <strong>de</strong> la superación <strong><strong>de</strong>l</strong> mito mediante la<br />

Encarnación pero se ha vuelto ahora sólo un museo,<br />

el sustrato mítico se torna su ¿<strong>de</strong>squite? Así Scottie es<br />

Fergus-son es <strong>de</strong>cir hijo <strong>de</strong> Fergus, Elster es Gavin ambos<br />

nombres <strong><strong>de</strong>l</strong> ciclo mítico <strong><strong>de</strong>l</strong> Rey Arturo. Fergus<br />

es tanto el compañero <strong>de</strong> Tristán como el caballero al<br />

que un enano (Midge) le anuncia que tiene que conquistar<br />

un escudo en una torre. Gavin o Gawain es un<br />

caballero que se <strong>de</strong>staca por su incapacidad para la<br />

trascen<strong>de</strong>ncia al buscar glorias terrenas.<br />

Elster aburrido burócrata <strong>de</strong> la ciudad puritano-calvinista<br />

<strong>de</strong>be recurrir a restos <strong>de</strong> la ciudad católica-latina<br />

y necesita un testigo <strong>de</strong> la caída <strong>de</strong> una criatura fabricada<br />

con tales restos, testigo que sufre <strong>de</strong> vértigo,<br />

algo adquirido en su función profesional. Le hace<br />

| 115


Fragmento <strong>de</strong> “Vértigo” .<br />

116 |<br />

creer a Scottie que su esposa Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>eine (Magdalena) dice ser poseída<br />

por el fantasma <strong>de</strong> su bisabuela – Carlota Val<strong>de</strong>z – quien muriera loca<br />

luego <strong>de</strong> ser la amante <strong>de</strong> un po<strong>de</strong>roso <strong><strong>de</strong>l</strong> primer San Francisco, aquel<br />

<strong>de</strong> los barcos aventureros. Elster emplea a su amante para fabricar un<br />

doble <strong>de</strong> su esposa a la que Scottie <strong>de</strong>be seguir y vigilar. Pero <strong>de</strong>bido a<br />

su vértigo no pue<strong>de</strong> impedir verla caer al vacío <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una torre alta (<strong><strong>de</strong>l</strong><br />

hebreo “magdalena”).<br />

Algo se interpone en los planes <strong>de</strong> Elster: el amor-pasión. Lo “Tristanesco”.<br />

Al menos “pasión” en su primer momento. Así ambos – Scottie y la<br />

falsa Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>eine – como avatares <strong>de</strong> Tristán e Isolda no beben aquí el<br />

filtro mágico sino el acicate <strong>de</strong> la prohibición. Pero aquí no hay bosque<br />

don<strong>de</strong> ocultarse porque también el bosque se ha vuelto museo, aunque<br />

“natural”. Consumada la trampa o vuelto el simulacro – en el que su<br />

propio autor no cree por otro lado – a “la nada”, la “base” material que se<br />

ha empleado para su confección sigue viva en la ciudad primera. Scottie<br />

sale no <strong>de</strong> la “capilla dolorosa” como tanto héroe artúrico, sino <strong>de</strong><br />

su versión mo<strong>de</strong>rna, la clínica psiquiátrica, para emular lo que cree una<br />

creación “original” mediante una sustancia propia, a la que conquista<br />

previamente. Recor<strong>de</strong>mos que el Graal que buscaban los héroes <strong><strong>de</strong>l</strong> ciclo<br />

artúrico podía ser entendido en sentido material o como conquista<br />

espiritual.


Cuando Elster cava en los restos numinosos <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado católico <strong>de</strong> San<br />

Francisco, en su bulimia perversa recoge también restos numinosos anteriores<br />

y así da con lo mítico <strong>de</strong> su propio pasado como con los <strong>de</strong> Scottie.<br />

<strong>La</strong> base material <strong>de</strong> un ente ficticio mezcla <strong>de</strong> locura y <strong>de</strong> legendario<br />

mítico local, Judy Burton, se presta pasivamente a esta nueva transformación,<br />

ahora en “las manos” <strong>de</strong> Scottie porque <strong>de</strong>sea que el hombre la<br />

ame a “ella”. Fijémonos que jamás la mujer aquí – sea como Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>eine<br />

sea como Judy – es vista por el hombre como lo que es verda<strong>de</strong>ramente.<br />

Cada plano <strong><strong>de</strong>l</strong> film don<strong>de</strong> aparece la mujer que interpreta Kim Novak es<br />

vista por el hombre no como lo que es “en sí” sino lo que representa para<br />

Scottie. Sólo un segundo apenas y al final. Cuando <strong>de</strong>sea ser, existir, nacer,<br />

luego <strong>de</strong> ser engendrada por el amor. Pero la ceguera ahora <strong>de</strong>finitiva<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> héroe “curado” materialmente <strong>de</strong> su vértigo llevará a trabar – “bar”<br />

– el ser – “tó-ón–. Queda el abismo, las manos vacías y las campanadas<br />

<strong>de</strong> la iglesia que sonaron un poco tar<strong>de</strong>…”<br />

| 117


VINCENTE MINNELLI, EL MELODRAMA<br />

“Dios Sabe Cuánto Amé”<br />

(Some Came Running, Vincente Minnelli, 1958)<br />

Guión: John Patrick<br />

Dirección: Vincente Minnelli<br />

Estreno: 18 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1958<br />

Elenco:<br />

Frank Sinatra<br />

Dean Martin<br />

Shirley Mac<strong>La</strong>ine<br />

Martha Hyer<br />

Arthur Kennedy<br />

Nancy Gates<br />

Leora Dana<br />

Betty Lou Keim<br />

<strong>La</strong>rry Gates<br />

118 |<br />

“Los Cuatro Jinetes <strong><strong>de</strong>l</strong> Apocalipsis”<br />

(The Four Horseman of the Apocalypse, Vincente Minnelli, 1962)<br />

Guión: Robert Ardrey y John Gay<br />

Dirección: Vincente Minnelli<br />

Estreno: 18 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1962<br />

Elenco:<br />

Glenn Ford<br />

Ingrid Thulin<br />

Charles Boyer<br />

Lee J. Cobb<br />

Paul Lukas<br />

Yvette Mimieux<br />

Karlheinz Böhm<br />

Paul Henreid<br />

Harriet E. MacGibbon<br />

Kathryn Givney<br />

Marcel Hillaire<br />

George Dolenz<br />

Stephen Bekassy<br />

Nestor Paiva


“Castillos <strong>de</strong> Arena”<br />

(The Sandpiper, Vincente Minnelli, 1965)<br />

Guión: Martin Ransohoff<br />

Dirección: Vincente Minnelli<br />

Estreno: 23 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1965<br />

Elenco:<br />

Elizabeth Taylor<br />

Richard Burton<br />

Eva Marie Saint<br />

Charles Bronson<br />

Robert Webber<br />

James Edwards<br />

Torin Thatcher<br />

Tom Drake<br />

Douglas Hen<strong>de</strong>rson<br />

Morgan Mason<br />

<strong>La</strong> bala que se lleva a Shirley Mac<strong>La</strong>ine en la última escena <strong>de</strong> “Dios Sabe<br />

Cuánto Amé” es la resolución trágica <strong>de</strong> un mundo don<strong>de</strong> el amor, la<br />

valentía y la amistad son valores posibles, justos y bellos, pero don<strong>de</strong><br />

el <strong>de</strong>stino, en cualquier momento, nos pue<strong>de</strong> jugar una mala pasada y<br />

todo pue<strong>de</strong> terminar. Pero aún el fracaso tiene cierta dignidad en Minnelli,<br />

aún la <strong>de</strong>sesperación y la <strong>de</strong>rrota siempre se hallan enmarcadas<br />

en algún rasgo valioso, compuesto a veces <strong>de</strong> buen gusto, a veces <strong>de</strong><br />

| 119<br />

Los Cuatro Jinetes <strong><strong>de</strong>l</strong> Apocalipsis.


120 |<br />

algún recuerdo que valga la pena ser recordado, <strong>de</strong><br />

un hábito conciente, <strong>de</strong> una mirada irónica, o <strong>de</strong> una<br />

esperanza justificada. Es Frank Sinatra el que busca la<br />

ruina, la perdición. Faretta escribía: “… En el pequeño<br />

burgués suburbano sometido a convenciones familiares,<br />

late un romántico que pue<strong>de</strong> romper su cauce…”<br />

Situación reconocida fácilmente en la narrativa<br />

<strong>de</strong> Georges Simenón, y su extensísima obra literaria.<br />

Para Minnelli el problema es, entre otras cosas, cómo<br />

se pasa <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as al mundo concreto. Tema que<br />

recorrerá toda su obra, sus formas y sus géneros. El<br />

humano transcurrir <strong><strong>de</strong>l</strong> presente es don<strong>de</strong> se ponen a<br />

prueba nuestros valores y nuestros pensamientos…<br />

la visión <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo.<br />

“Los Cuatro Jinetes <strong><strong>de</strong>l</strong> Apocalipsis” (1962) es, tal vez,<br />

la obra más lograda y completa <strong>de</strong> Minnelli, como así<br />

también una <strong>de</strong> las mejores obras realizadas por el<br />

<strong>cine</strong> norteamericano. Cada plano, cada movimiento<br />

<strong>de</strong> cámara, cada gesto, cada diálogo, cada recurso<br />

estilístico está puesto precisamente en su lugar en<br />

función <strong><strong>de</strong>l</strong> todo, y ese todo es, a cada momento, una<br />

apertura hacia el fuera <strong>de</strong> campo. ¿<strong>La</strong> guerra divi<strong>de</strong> a<br />

la familia, o la familia, ya dividida, encuentra en la excusa<br />

<strong>de</strong> la guerra la justificación para dicha división,<br />

por otro lado bastante conveniente? ¿De qué lado<br />

<strong>de</strong> la familia pone el acento Minnelli? ¿Qué mueve a<br />

Julio (Glenn Ford) hacia la vida francesa que encara<br />

durante y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la guerra? Premingerianamente,<br />

Minnelli nos plantea interrogantes y nos <strong>de</strong>scribe<br />

ambigüeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una puesta en escena perfecta,<br />

pero sin <strong>de</strong>senten<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> la situación, pensando,<br />

como diría Sarris, más en la belleza que en el arte, más<br />

en su visión <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo que en el mundo mismo.<br />

“Castillos en la Arena” plantea, otra vez, una situación<br />

típica <strong>de</strong> las novelas <strong>de</strong> Simenón. Alguien, por alguna<br />

razón, patea el tablero y abandona su vida normal,<br />

<strong>de</strong>jándola en el pasado, para arribar a una nueva vida<br />

(más aventurera) don<strong>de</strong> no encuentra, por lo general,<br />

todo lo que busca. Esta situación es doble en el film<br />

<strong>de</strong> Minnelli. Por un lado, sabemos que <strong>La</strong>ura (Elizabeth<br />

Taylor) abandonó hastiada su vida burguesa e hipócrita,<br />

como así también a su novio, padre <strong><strong>de</strong>l</strong> niño<br />

Danny. Por el otro, Hewitt (Burton) <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> recuperar<br />

sus sueños <strong>de</strong> juventud y patea el tablero familiar,<br />

enloquecido por su amor hacia <strong>La</strong>ura. Ambos se encuentran<br />

y se <strong>de</strong>sencuentran durante la segunda mitad<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> film, para terminar su <strong>historia</strong> separados. Por<br />

fin, en la última escena, el predicador Burton, opta<br />

por la soledad que también es una forma <strong>de</strong> locura<br />

para Minnelli. Como el honorable profesor Jean Paul<br />

Guillaume en “El Evadido” <strong>de</strong> Simenón, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> abandonar<br />

a su mujer, a su casa, a sus hijos (en el film, son<br />

los alumnos <strong>de</strong> la escuela), e ir a buscar una aventura<br />

que se relaciona directamente con la irresponsabilidad<br />

juvenil <strong>de</strong> su pasado. Po<strong>de</strong>mos completar esta<br />

i<strong>de</strong>a, intuyendo que lo que va a encontrar <strong><strong>de</strong>l</strong> otro<br />

lado <strong>de</strong> la línea, no se diferenciará <strong>de</strong>masiado <strong><strong>de</strong>l</strong> tedio<br />

que abandona.<br />

Todos los temas y obsesiones <strong>de</strong> Minnelli están imbricados<br />

en esta película. Aquello que empieza por<br />

ternura y comprensión, roza y se instala en la locura<br />

y concluye en pesimismo. Cierta imposibilidad en las<br />

relaciones humanas, el vacío, la fragilidad <strong>de</strong> la familia,<br />

la fe, la inestabilidad emocional, el triángulo amoroso<br />

como sostén clásico <strong><strong>de</strong>l</strong> castillo melodramático,<br />

la hipocresía como motor <strong>de</strong> los conflictos.<br />

<strong>La</strong> memoria selectiva es la que <strong>de</strong>manda el <strong>cine</strong> <strong>de</strong><br />

sus espectadores para po<strong>de</strong>r arribar a los valores y<br />

miradas que proponen los artistas <strong>de</strong> esta forma. El<br />

fuera <strong>de</strong> campo es su razón <strong>de</strong> ser para dicho encuentro.<br />

<strong>La</strong> inteligencia, fineza y cultura <strong>de</strong> Minnelli es indiscutible.<br />

Y su memoria se refleja en el lúcido título<br />

<strong>de</strong> su autobiografía que publicó en 1974: “I Remember<br />

it Well”, que significa Lo Recuerdo Bien.


Douglas Sirk.<br />

DOUGLAS SIRK<br />

Hans Detlef Sierck (el verda<strong>de</strong>ro nombre <strong>de</strong> Douglas Sirk) nació en Hamburgo<br />

el 26 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1900. Comenzó en el teatro, para luego <strong>de</strong>dicarse al <strong>cine</strong>. A mediado<br />

<strong>de</strong> los treinta se instala <strong>de</strong>finitivamente en Hollywood, don<strong>de</strong> comienza<br />

una extraordinaria carrera como director. Su trabajo tiene dos etapas muy marcadas;<br />

la primera, para la Warner, don<strong>de</strong> realiza ocho películas, entre las que se<br />

<strong>de</strong>stacan: “Extraña Confesión” (1944), “Pacto Tenebroso” (1947), y “Más Fuerte<br />

que el Amor” (1949). <strong>La</strong> segunda etapa correspon<strong>de</strong> a su trabajo para la Universal,<br />

don<strong>de</strong> resaltan sus más conocidos melodramas: “Magnífica Obsesión”<br />

(1954), “Lo que el Cielo nos da” (1955), “Siempre habrá un Mañana” (1956), “Escrito<br />

en el Viento” (1956), “Tiempo <strong>de</strong> Amar, Tiempo <strong>de</strong> Morir” (1958), “Ángeles<br />

Empañados” (1958), e “Imitación <strong>de</strong> la Vida” (1959). Sirk es, sin dudas, el gran<br />

director <strong>de</strong> melodramas <strong><strong>de</strong>l</strong> Hollywood clásico. Luego <strong>de</strong> abandonar su carrera<br />

en Estados Unidos (1959) y <strong>de</strong> vivir en Hollywood hasta 1976, retorna a su Alemania<br />

natal y muere en Suiza, el 14 <strong>de</strong> enero 1987.<br />

| 121<br />

Si el melodrama es la pura pasión <strong>de</strong>senfrenada, don<strong>de</strong> los personajes no<br />

reaccionan, no piensan, y sólo se manejan por impulsos totalmente irracionales,<br />

si esto es así, el emblema <strong><strong>de</strong>l</strong> melodrama es Douglas Sirk. Sobre<br />

todo la última etapa <strong>de</strong> su carrera americana, aquellos memorables films<br />

<strong>de</strong> la Universal durante los años cincuenta. Películas como “Magnífica Ob-


122 |<br />

sesión” (Magnificent Obsession, 1954), “Lo que el Cielo<br />

nos da” (All That Heaven Allows, 1955), “Siempre habrá<br />

un Mañana” (There’s Always Tomorrow, 1956), “Palabras<br />

al Viento” (Written on the Wind, 1956), “Interludio <strong>de</strong><br />

Amor” (Interlu<strong>de</strong>, 1957), “Ángeles Empañados” (The Tarnished<br />

Angels, 1958), “Tiempo <strong>de</strong> Amar, Tiempo <strong>de</strong> Morir”<br />

(A Time to Love and a Time to Die, 1958), e “Imitación<br />

<strong>de</strong> la Vida” (Imitation of Life, 1959), son obras maestras<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> género y <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> <strong>de</strong> los años dorados <strong>de</strong> Hollywood.<br />

“Imitación a la Vida” es una película <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedida en<br />

varios sentidos. El paso lento y ceremonioso <strong><strong>de</strong>l</strong> carro<br />

fúnebre hacia el final <strong><strong>de</strong>l</strong> film, marca un ritmo y un tiempo<br />

que se acaban, pero tal vez otro que nace a partir <strong>de</strong><br />

allí. <strong>La</strong> evolución e involución <strong>de</strong> las simétricas mujeres,<br />

con sus simétricas hijas, nos colocan en un lugar poco<br />

asiduo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo diegético, para nuestro Sirk, pero a la<br />

vez nos evocan el centro <strong>de</strong> su pensamiento y proce<strong>de</strong>r<br />

barroco. Nada que no tenga la autenticidad humana necesaria<br />

logrará conseguir verda<strong>de</strong>ramente lo que busca,<br />

porque aún en la pasión más <strong>de</strong>sesperada sobrevive<br />

siempre un resto <strong>de</strong> <strong>de</strong>cencia elemental, inherente al<br />

hombre y distinta a la naturaleza salvaje. Ese resto <strong>de</strong> caridad<br />

que parece poseer siempre <strong>La</strong>na Turner es el motor<br />

<strong>de</strong> una obra que se cierra ese año con esta película.<br />

Porque el testamento <strong>de</strong> Sirk, como el velorio callejero<br />

final, es un abandono y un adiós al <strong>cine</strong>. El final, el testamento,<br />

la <strong>de</strong>spedida, es también una <strong>de</strong>spedida <strong><strong>de</strong>l</strong> arte,<br />

<strong>de</strong> cierto arte, <strong>de</strong> cierta forma <strong>de</strong> ver el arte. Es también<br />

una reflexión autoconciente y profunda sobre el hacer<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, y sobre el mundo que <strong>de</strong> alguna manera sostiene<br />

(o sostenía) al <strong>cine</strong>. El film es realizado y estrenado<br />

en épocas en don<strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s estudios productores<br />

<strong>de</strong> Hollywood comenzaban a caer, uno a uno, producto<br />

<strong>de</strong> una nueva legislación (proveniente <strong><strong>de</strong>l</strong> este yanqui,<br />

claro) apoyada en una actitud anti monopolio, típica <strong>de</strong><br />

la falsa moral e hipocresía <strong><strong>de</strong>l</strong> pensamiento liberal <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

mundo mo<strong>de</strong>rno, expresado como en poco lugares, en<br />

el modo <strong>de</strong> vida norteamericano. Sirk abandona la actividad,<br />

producto <strong>de</strong> este estado <strong>de</strong> situación, con éste,<br />

que fue su último film americano.<br />

Un caprichoso <strong>de</strong>stino gobierna las acciones <strong>de</strong> los melodramas<br />

<strong>de</strong> Sirk, matizado con colores chillones que,<br />

inmersos en una rigurosa puesta en escena, armonizan<br />

en el buen gusto. Tal es el caso <strong>de</strong> la estupenda “Palabras<br />

al Viento” (1956), don<strong>de</strong> todo <strong>de</strong>be romperse para<br />

po<strong>de</strong>r arribar a la resolución final. Mitch Wayne (Rock<br />

Hudson) <strong>de</strong>be abandonar a la familia petrolera para po<strong>de</strong>r<br />

seguir con su vida, junto a <strong>La</strong>uren Bacall, Kyle (Robert<br />

Snack) <strong>de</strong>be morir, y la hermana <strong>de</strong> Kyle (Dorothy<br />

Malone) tendrá que abandonar su alocada situación <strong>de</strong><br />

come hombres, para ocupar el lugar <strong>de</strong> su padre recién<br />

fallecido comandando la compañía petrolera. Pero todo<br />

esto se da con la naturalidad <strong><strong>de</strong>l</strong> drama que es llevado,<br />

trágicamente, por una mano invisible. El director <strong>de</strong> sutil<br />

mirada europea incluye el presente histórico en sus<br />

films pero ajustándolo exactamente <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lo que se<br />

quiere contar; no hay abuso <strong>de</strong> lo mo<strong>de</strong>rno.<br />

Pero si en los films <strong>de</strong> este autor los personajes son<br />

arrastrados hacia abismos inimaginables, también es<br />

cierto que un personaje, generalmente el personaje<br />

central, permanecía inmóvil (en sentido emocional, y<br />

sobre todo moral), y a partir <strong>de</strong> él giraba toda la trama,<br />

como así también la evolución <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más personajes.<br />

El mismo Douglas Sirk lo llamó el personaje alfil o<br />

itinerante. Aquél que atravesaba, diagonalmente a todos<br />

los <strong>de</strong>más condicionando los <strong>de</strong>más recorridos,<br />

evoluciones, crecimientos. Es también aquel que mueve,<br />

pone en funcionamiento, la vida <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más. Dicho<br />

personajes, varias veces interpretado por Rock Hudson,<br />

lo vemos en: Magnífica Obsesión” (1954), “Lo que el Cielo<br />

nos da” (1955), “Palabras al Viento” (1956), y “Ángeles<br />

Empañados” (1957), ésta última: uno <strong>de</strong> los melodramas<br />

mejores jamás vistos...<br />

Recomendamos, a propósito <strong>de</strong> este autor y <strong><strong>de</strong>l</strong> tema<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> melodrama, la lectura <strong>de</strong> “<strong>La</strong> Pasión Manda” (2009),<br />

último libro publicado por Ángel Faretta.


Río Bravo<br />

(Rio Bravo, Howard Hawks, 1959)<br />

Guión: Jules Furthman y Leigh Brackett<br />

Dirección: Howard Hawks<br />

Estreno: 4 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1959<br />

Elenco:<br />

John Wayne<br />

Dean Martin<br />

Ricky Nelson<br />

Angie Dickinson<br />

Walter Brennan<br />

Ward Bond<br />

John Russell<br />

Pedro Gonzalez<br />

Estelita Rodriguez<br />

Clau<strong>de</strong> Akins<br />

“… El término ‘tradicional’ aplicado al western pue<strong>de</strong> significar dos cosas y dos<br />

tipos <strong>de</strong> western muy diferentes entre sí. Por un lado, aquel que ofrece un campo<br />

muy amplio al director que tenga un sentimiento especial hacia el pasado<br />

norteamericano, hacia la frontera entre la Historia y el Mito, hacia las primeras<br />

etapas <strong>de</strong> civilización, primitivas, precarias y conmovedoras. Ejemplarmente, el<br />

caso <strong>de</strong> John Ford. Y, por otro lado, aquel que ofrece a su director escapar <strong>de</strong> las<br />

trabas <strong>de</strong> la realidad exterior contemporánea y <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> verosimilitud,<br />

| 123<br />

Río Bravo.


124 |<br />

para expresar ciertas necesida<strong>de</strong>s humanas fundamentales<br />

(míticas, originales), o explorar temas personales,<br />

como categorías <strong>de</strong> pensamiento. Tal es el caso <strong>de</strong> nuestro<br />

Howard Hawks…”<br />

Robin Wood, “El Cine <strong>de</strong> Howard Hawks”<br />

Si la aventura es el móvil <strong>de</strong> Raoul Walsh, y la tradición<br />

es el móvil en los films <strong>de</strong> John Ford, el móvil <strong>de</strong><br />

Hawks es el heroísmo. Howard Hawks es el autor heroico.<br />

Si el <strong>de</strong>ber sólo actúa como rectitud ética individual<br />

en Walsh, y como obligación <strong><strong>de</strong>l</strong> ser territorial<br />

y comunitario en Ford, entonces el <strong>de</strong>ber en Hawks<br />

es utilizado como una vía hacia la heroicidad, siempre<br />

a partir <strong>de</strong> la profesionalidad. El objetivo masculino<br />

<strong>de</strong> sus films es el autorespeto y el mantenimiento <strong>de</strong><br />

la dignidad. El mejor ejemplo <strong>de</strong> esto es “Río Bravo”.<br />

<strong>La</strong> irresponsabilidad <strong>de</strong> Du<strong>de</strong> (Dean Martin) que se<br />

ha convertido en un borracho perdido, se refracta<br />

en la obligación y el <strong>de</strong>ber heroico <strong>de</strong> John T. Chance<br />

(John Wayne). Porque uno sin el otro no podrán<br />

<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r esa cárcel sitiada. El reclamo constante <strong>de</strong><br />

Chance para con su compañero y amigo Du<strong>de</strong> es, a<br />

la vez, humano y moral porque simultáneamente el<br />

héroe <strong>de</strong> Hawks se pregunta por sus <strong>de</strong>beres, y los<br />

<strong>de</strong>beres <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre adulto siempre está ligados a la<br />

profesionalidad.<br />

Mientras los héroes se distinguen por su moral basada<br />

en una profesionalidad fuerte (o la falta <strong>de</strong> ella),<br />

la comunidad allá afuera está en cualquier cosa. No<br />

hay una reciprocidad entre héroe y comunidad, cada<br />

uno se maneja, como pue<strong>de</strong>, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los marcos <strong>de</strong><br />

la individualidad. Para Hawks, el hombre, individualmente,<br />

hace la <strong>historia</strong> y no al revés. <strong>La</strong> civilización<br />

es algo que agrupa a seres solos y distintos con diferentes<br />

grados <strong>de</strong> responsabilidad y saber. Esta visión<br />

aristocrática, pesimista y, por momentos, anárquica,<br />

es el centro <strong><strong>de</strong>l</strong> pensamiento poético <strong>de</strong> este autor.<br />

El problema se plantea cuando aparece la mujer. <strong>La</strong><br />

mónada masculina or<strong>de</strong>nada jerárquicamente <strong>de</strong><br />

acuerdo al <strong>de</strong>ber, la ética, y el saber profesional, se<br />

ve amenazada cuando lo femenino se aparece como<br />

posibilidad <strong>de</strong>sestabilizadora. <strong>La</strong> mujer es la otredad.<br />

Lo otro <strong>de</strong> lo masculino. Lo inasimilable.<br />

Si para John Ford la mujer representa el estado familiar<br />

básico para la tradición, y la seguridad <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe<br />

<strong>de</strong> que lucha por esa familia (núcleo central <strong>de</strong> la<br />

civilización), que sabe que una vez que termine sus<br />

<strong>de</strong>beres <strong>de</strong>be volver a casa, es <strong>de</strong>cir la mujer como<br />

un ‘junto al hombre’, para Hawks, la mujer es el otro<br />

mundo, la ruptura <strong>de</strong> la tranquilidad, pero a la vez<br />

la justificación última <strong><strong>de</strong>l</strong> profesional vuelto héroe.<br />

<strong>La</strong> mujer hawksiana sabe que el hombre juega a su<br />

oficio (aviador, marino, sheriff, pistolero), pero cuando<br />

el juego termine, no le quedará más remedio que<br />

acordarse <strong>de</strong> perpetuar la especie, para lo cual ellas<br />

se vuelven imprescindibles. El genial agnosticismo<br />

hawksiano al preguntarse por la cuestión territorial,<br />

a diferencia <strong>de</strong> la visión trascen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Ford, nos<br />

recuerda que la civilización se forjó a sí misma <strong>de</strong><br />

acuerdo a valores morales <strong>de</strong> las personas que, individualmente,<br />

se fueron acercando unas a otras para<br />

po<strong>de</strong>r vivir (los hombres), y unas a otras para po<strong>de</strong>r<br />

continuar (el hombre y la mujer). Dicha continuidad<br />

para la visión inmanente <strong>de</strong> este autor, es exclusivamente<br />

biológica.<br />

Escribe Robin Wood, sobre Río Bravo: “… Feathers es<br />

la unión perfecta, casi invisible, entre la chica <strong>de</strong> salón<br />

y la mujer hawksiana: tenaz e in<strong>de</strong>pendiente, aunque<br />

sensible y vulnerable; igual a cualquier hombre, pero<br />

absolutamente femenina. <strong>La</strong> tensión entre el fondo<br />

(la convención tradicional <strong><strong>de</strong>l</strong> western), y el primer<br />

plano (el personaje real <strong>de</strong> éste western), es aquí más<br />

evi<strong>de</strong>nte que en cualquier otro caso. Estamos muy lejos<br />

<strong>de</strong> la impetuosa cantante con corazón <strong>de</strong> oro que<br />

suele morir parando una bala <strong>de</strong>stinada al héroe. <strong>La</strong><br />

maravillosa interpretación <strong>de</strong> Angie Dickinson nos da<br />

la encarnación perfecta <strong>de</strong> la mujer hawksiana: inteligente,<br />

adaptable y sensible. Da la sensación constante<br />

<strong>de</strong> ser una mujer que realmente sabe lo que<br />

es importante para ella. A uno le llama la atención la<br />

belleza <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje, la belleza <strong>de</strong> un ser vivo que


El mundo masculino y las bellas canciones.<br />

respon<strong>de</strong> espontáneamente a cada situación a partir <strong>de</strong> su seguridad en<br />

sí mismo. No es sólo una cuestión <strong>de</strong> caracterización, es más que eso: es<br />

la transmisión <strong>de</strong> una cualidad vital. En una <strong>de</strong> las cimas <strong><strong>de</strong>l</strong> film, le dice<br />

a Chance: ‘Eso es lo que haría si fuera el tipo <strong>de</strong> chica que crees que soy’.<br />

Por eso, lo que más nos gusta <strong>de</strong> Hawks es la vitalidad <strong>de</strong> tantos <strong>de</strong> sus<br />

personajes…”<br />

| 125<br />

En Río Bravo, la simpleza <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> y la <strong>de</strong>streza <strong>de</strong> las acciones contribuyen<br />

a un logro narrativo emocional más alto, como también a una<br />

serie <strong>de</strong> relaciones (los hombres entre sí, y la mujer con el hombre) que<br />

nos impactan por su sencillez y su fuerza. El héroe que intenta mantener<br />

su dignidad a toda costa es todo un tema <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la visión <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo<br />

<strong>de</strong> Hawks.<br />

John T. Chance es el sheriff <strong>de</strong> un pueblo perdido en Nuevo México llamado<br />

“Presidio”. Ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> una comunidad fantasma, una mujer en<br />

quien <strong>de</strong>sconfía y tres hombres. Tres hombres incompletos: el joven Colorado,<br />

inexperto, apurado, vulnerable, un niño a los ojos <strong>de</strong> Hawks (porque<br />

adolece <strong>de</strong> profesionalidad); Stumpy (Walter Brennan), un viejo que<br />

recorre las fronteras <strong>de</strong> la <strong>de</strong>crepitud y suele entorpecer la tarea <strong><strong>de</strong>l</strong> sheriff<br />

creyéndose capaz <strong>de</strong> hacer lo que ya no pue<strong>de</strong>; y Du<strong>de</strong>, el ayudante<br />

borracho, a quien el alcohol y sus obsesiones le han hecho per<strong>de</strong>r algo<br />

más que la dignidad. A la par <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong><strong>de</strong>l</strong> drama, la puesta en esce-


na nos llevará a recorrer la evolución <strong>de</strong> los cuatro hombres, que vuelven<br />

a recomponer, aunque sea por un tiempo, la mónada masculina (el grupo<br />

<strong>de</strong> amigos <strong>de</strong> toda película <strong>de</strong> Hawks). Chance aceptará, finalmente,<br />

la agradable intromisión <strong>de</strong> Feathers. Colorado arribará a la adultez, logrando<br />

pasar las pruebas <strong>de</strong> valor y heroísmo que las circunstancias le<br />

imponen. Stumpy podrá <strong>de</strong>mostrar y <strong>de</strong>mostrarse que todavía pue<strong>de</strong><br />

ser útil, y por lo tanto, todavía es un hombre, más allá <strong>de</strong> algunas limitaciones,<br />

las cuales es el primero en reconocer. Y Du<strong>de</strong> (secretamente, el<br />

verda<strong>de</strong>ro protagonista <strong><strong>de</strong>l</strong> film) recuperará su status <strong>de</strong> héroe, no sólo<br />

por haber logrado <strong>de</strong>jar atrás aquel estado <strong>de</strong> ebriedad permanente, lo<br />

cual le permitió recuperar la dignidad y el autorespeto, sino también,<br />

y fundamentalmente, porque pudo <strong>de</strong>senvolverse perfectamente en el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> su <strong>de</strong>ber.<br />

126 |<br />

<strong>La</strong> acción <strong><strong>de</strong>l</strong> film se <strong>de</strong>sarrolla, sin fisuras, <strong>de</strong> acuerdo a momentos y<br />

valores, que fluyen <strong>de</strong> acuerdo a una lógica, pero también a partir <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong> los sujetos <strong>de</strong> la acción que se plantea <strong>de</strong>s<strong>de</strong> posturas morales<br />

bien <strong>de</strong>finidas. Comenzando por la primera escena don<strong>de</strong> se presenta<br />

a los tres personajes más importantes <strong><strong>de</strong>l</strong> film (Du<strong>de</strong>, Chance y Joe<br />

Bur<strong>de</strong>tt), pasando por la espléndida captura <strong>de</strong> Joe, más tar<strong>de</strong> la doble<br />

captura <strong>de</strong> Du<strong>de</strong> para lograr un intercambio, el heroísmo <strong>de</strong> Du<strong>de</strong> en el<br />

falso intercambio <strong><strong>de</strong>l</strong> final, y la resolución y triunfo <strong>de</strong>finitivo.<br />

El grupo <strong>de</strong> hombres, encabezados por el sheriff Chance, custodia la prisión<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo don<strong>de</strong> se tiene encarcelado al villano Joe Bur<strong>de</strong>tt, a la<br />

espera <strong><strong>de</strong>l</strong> sheriff general que vendrá a llevárselo en seis días. El tiempo<br />

que le llevó a Dios la creación <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo le llevará a estos hombres, recuperar<br />

el or<strong>de</strong>n, vencer el caos, y restituir, restaurar el eclipsado <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong> la civilización. Entre el apresamiento y la llegada <strong><strong>de</strong>l</strong> sheriff que<br />

juzgará al <strong>de</strong>tenido, hay un tiempo que se va estirando (la diligencia se<br />

rompe, y es la misma que tiene que partir para regresar en seis días),<br />

y que se ve amenazado por la promesa <strong>de</strong> venganza <strong><strong>de</strong>l</strong> hermano <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

villano, Nathan, y su banda, quienes intentarán sacar a Joe <strong>de</strong> la cárcel. A<br />

partir <strong>de</strong> este momento, cada uno <strong>de</strong> los integrantes <strong><strong>de</strong>l</strong> grupo <strong>de</strong>berá<br />

pasar una serie <strong>de</strong> pruebas que los conduzca a la salvación <strong>de</strong>finitiva no<br />

como grupo social, sino como individuos, no en sentido religioso, tampoco<br />

únicamente humano, sino heroico.


EDGAR ULMER<br />

“Más Allá <strong>de</strong> la Barrera <strong><strong>de</strong>l</strong> Tiempo”<br />

(Beyond the time Barrier, Edgar Ulmer, 1960)<br />

Guión: Arthur C. Pierce<br />

Dirección: Edgar Ulmer<br />

Estreno: 1 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1960<br />

Elenco:<br />

Robert Clarke<br />

Darlene Tompkins<br />

Vladimir Sokoloff<br />

Boyd ‘Red’ Morgan<br />

Stephen Bekassy<br />

Arianne Ulmer<br />

John Van Dreelen<br />

Ken Knox<br />

Edgar Ulmer.<br />

Nació en Viena el 17 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1904. Llegó a Hollywood <strong>de</strong> joven, y<br />

realizó la totalidad <strong>de</strong> su obra en los Estados Unidos. Director <strong>de</strong> películas<br />

<strong>de</strong> clase b, entre 1930 y 1964, las que se <strong>de</strong>stacan: “El Gato Negro” (1934), “El<br />

Desvío” (1945), “El Hombre <strong><strong>de</strong>l</strong> Planeta X” (1951), “The Naked Dawn” (1955)<br />

y “Más Allá <strong>de</strong> la Barrera <strong><strong>de</strong>l</strong> Tiempo” (1960). Uno <strong>de</strong> los mejores y más cultos<br />

directores proce<strong>de</strong>ntes <strong><strong>de</strong>l</strong> Imperio Austrohúngaro. Murió el 30 <strong>de</strong> septiembre<br />

<strong>de</strong> 1972 en California, a los 68 años <strong>de</strong> edad.<br />

| 127<br />

Descendiente fílmico <strong>de</strong> Murnau, nacido en y durante el Imperio Austrohúngaro,<br />

Ulmer fue uno <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s directores <strong>de</strong> bajo presupuesto<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> clásico norteamericano. Con una cámara directa, con honestidad<br />

narrativa, logró establecer un <strong>cine</strong> complejo, profundo, fuerte, con<br />

una enorme capacidad simbólica. Edgar Ulmer ha sido un director muy<br />

poco valorado, <strong>de</strong> acuerdo a los logros obtenidos. Su sentido <strong><strong>de</strong>l</strong> humor,<br />

su golpe certero, tanto en lo emocional como en el tema, en la síntesis<br />

<strong>de</strong> sus tramas y sus resoluciones, en la oscuridad <strong>de</strong> sus sentidos, en su<br />

pesimismo, no han sido reconocidos lo suficiente. Films como “El Gato<br />

Negro” (1934), “Bluebeard” (1944), “El Desvío” (1945), “<strong>La</strong> Extraña Mujer”<br />

(1946), “El Hombre <strong><strong>de</strong>l</strong> Planeta X” (1951), “The Naked Dawn” (1955), “<strong>La</strong><br />

Hija <strong><strong>de</strong>l</strong> Dr. Jekyll” (1957) y “Beyond the Time Barrier” (1960).<br />

Adaptaciones varias, policiales, western, melodramas, films fantásticos<br />

pueblan la obra <strong>de</strong> este autor oculto y genial. Recordamos, la versión libre<br />

<strong>de</strong> Poe <strong>de</strong> “El Gato Negro” (1934), la sencillez <strong>de</strong> la perdición en la oscura<br />

“El Desvío” (1945), la narrativa <strong>de</strong> Julián Green en ese extraordinario<br />

melodrama llamado “<strong>La</strong> Extraña Mujer” (1946), el laberíntico camino <strong>de</strong>


Santiago en “The Naked Dawn” (1955), la puesta en escena geométrica,<br />

soberbia, simétrica <strong>de</strong> “Beyond the Time Barrier” (1960).<br />

128 |<br />

habitual en las puestas <strong>de</strong> Ulmer <strong>de</strong> los años cuarenta que el mundo<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> film pase inesperadamente a otro lugar. El género establecido da un<br />

giro y lo que parecía ser <strong>de</strong> una manera se complejiza para <strong>de</strong>sembocar<br />

en otro lugar. “Barba Azul” (1944) narra la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> un asesino <strong>de</strong> mujeres<br />

jóvenes en la Francia <strong>de</strong> fines <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XIX, y en principio la película<br />

plantea el enigma <strong>de</strong> quién es dicho asesino en términos policiales,<br />

a través <strong>de</strong> la preocupación <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s. Más tar<strong>de</strong>, a mitad <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

film, el enigma se <strong>de</strong>vela y la película se queda con el asesino, un pintor<br />

traumado por su primer amor, que ha renunciado a hacer retratos<br />

<strong>de</strong> mujeres porque en el momento en que empieza a pintarlas vuelve a<br />

aquel recuerdo y las mata. <strong>La</strong> segunda mitad <strong><strong>de</strong>l</strong> film se transforma en<br />

un melodrama a través <strong>de</strong> las relaciones entre Barba Azul, el asesino, representado<br />

por John Carradine, y Lucille (Jean Parker), quien arriesga su<br />

vida por amor. El final encuentra a las autorida<strong>de</strong>s parisinas acorralando<br />

al asesino, encontrándolo en el momento en el que estaba estrangulando<br />

a Lucille. Ella se salva <strong>de</strong> milagro, y él es perseguido hasta que cae al<br />

Sena en su intento <strong>de</strong> huída. Barba Azul termina en el mismo lugar en<br />

don<strong>de</strong> terminaban sus víctimas.<br />

“El Desvío” (1945) cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> Al Roberts (Tom Neal) que se enreda<br />

en su propia impru<strong>de</strong>ncia. Mediante la narración <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong><br />

vista <strong><strong>de</strong>l</strong> protagonista a través <strong>de</strong> un extenso flashback, la <strong>historia</strong> va cambiando<br />

<strong>de</strong> acuerdo a cada uno <strong>de</strong> los pasos <strong>de</strong> sus recuerdos. Primero, la<br />

intrincada relación con una mujer que <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> irse a Hollywood a probar<br />

suerte como actriz. Luego, la salida <strong>de</strong> él <strong>de</strong> Nueva York para ir a buscarla,<br />

<strong>de</strong> la manera más <strong>de</strong>sesperada y sin dinero; más tar<strong>de</strong>, un hombre rico<br />

lo levanta en la ruta para llevarlo hacia el oeste, y en un acto imprevisto<br />

muere. Nuestro protagonista ocupa el lugar <strong><strong>de</strong>l</strong> muerto, justificándose, ya<br />

que si <strong>de</strong>nuncia el hecho iría a la cárcel sin remedio. Después se encuentra<br />

en la ruta con una mujer que está haciendo <strong>de</strong>do y la levanta. Ella lo acusa,<br />

repentinamente, <strong>de</strong> haber matado al buen hombre que lo había levantado<br />

antes, ya que reconoce el auto y la ropa <strong><strong>de</strong>l</strong> muerto. Él queda preso <strong>de</strong><br />

la voluntad <strong>de</strong> esta mujer que lo retiene a la espera <strong>de</strong> una herencia que<br />

obtendría aquel hombre, y que ahora sería <strong>de</strong> él por haber ocupado su lugar.<br />

Inversamente a “Barba Azul”, aquí el melodrama, se torna un violento<br />

policial. El protagonista mata a la mujer, otra vez <strong>de</strong> forma acci<strong>de</strong>ntal, y<br />

huye <strong>de</strong>sesperado. <strong>La</strong> policía lo atrapa y termina el film.<br />

“Extraña Mujer” (1946), tal vez su film más clase A <strong>de</strong> todos, pasa por un<br />

procedimiento parecido. Estamos al comienzo en 1824 en el norte <strong>de</strong> Es-<br />

El Desvío <strong>de</strong> Edgar Ulmer.


tados Unidos, cerca <strong>de</strong> Boston. Una pobre niña llamada<br />

Jenny (Hedy <strong>La</strong>marr) sufre el <strong>de</strong>scuido y la soledad<br />

<strong>de</strong>bido a una familia incompleta, su madre muerta y<br />

su padre borracho y sin trabajo. Luego <strong>de</strong> una pelea<br />

con sus compañeros y amigos, ella tiene una conversación<br />

con su padre, se mira el reflejo en el río, prometiéndose<br />

un <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>za, e inmediatamente<br />

la película nos pone quince años más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante: ella<br />

joven buscando un candidato para casarse, y el padre<br />

agonizando producto <strong>de</strong> su alcoholismo. Aquí la<br />

trama costumbrista, social pasa, sin solución <strong>de</strong> continuidad,<br />

al melodrama más aterrador y más crudo.<br />

Ella termina escalando socialmente producto <strong>de</strong> su<br />

astucia <strong>de</strong>spiadada, hasta que un <strong>de</strong>scuido la mata,<br />

<strong>de</strong>scontrolada por celos. Como se ve aquí y en toda la<br />

obra <strong>de</strong> Ulmer, lo social, lo costumbrista se subsume<br />

siempre en lo trágico.<br />

Los films <strong>de</strong> los cincuenta y sesenta, en la mayoría <strong>de</strong><br />

los casos, entran <strong>de</strong> lleno en el terreno <strong>de</strong> lo fantástico.<br />

Especulaciones tanto científicas como metafísicas,<br />

mediante logradísimas narraciones <strong>de</strong>sarrolladas<br />

tanto en el pasado como en futuro. En “El Hombre <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Planeta X” (1951), situada en el norte <strong>de</strong> Escocia, una<br />

nave extraterrestre, con un único habitante, aterriza<br />

inesperadamente en el lugar. El film plantea la posibilidad<br />

<strong>de</strong> tiranización <strong>de</strong> esta nueva raza sobre la<br />

humana, aprovechando la ingenuidad <strong><strong>de</strong>l</strong> científico,<br />

por un lado, y la <strong><strong>de</strong>l</strong> mecenas invertido, por el otro. El<br />

héroe, un joven periodista, junto a su amada, la hija<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> científico, encabeza la reacción, cuando el ejército<br />

ya se dispone a bombar<strong>de</strong>ar sin más a la nave extraterrestre<br />

y sus habitantes.<br />

“<strong>La</strong> Hija <strong><strong>de</strong>l</strong> Doctor Jekyll” (1957) es una versión libre<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> texto <strong>de</strong> Robert Stevenson, don<strong>de</strong> el doctor Jekyll,<br />

fuera <strong>de</strong> campo, ha experimentado en el pasado<br />

con un amigo, el doctor Lomas, quien cíclicamente se<br />

transforma en el señor Hy<strong>de</strong>. Jekyll se suicida, <strong>de</strong>jando<br />

a cargo <strong>de</strong> su doctor amigo Lomas a su hija, Janet,<br />

pidiéndole a éste que cuente el secreto a la here<strong>de</strong>ra<br />

el día <strong>de</strong> su cumpleaños veintiuno. El doctor cuenta<br />

medias verda<strong>de</strong>s a Janet y su prometido, y arma toda<br />

una puesta en escena alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> ellos, con el fin<br />

<strong>de</strong> ocultar su verda<strong>de</strong>ra i<strong>de</strong>ntidad, escondiendo tras<br />

ella toda una vida criminal. <strong>La</strong> resolución encuentra<br />

el cauce <strong>de</strong> Drácula, a través <strong>de</strong> la muerte, la estaca<br />

<strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra y la cabeza cortada <strong><strong>de</strong>l</strong> vampiro. Porque la<br />

<strong>historia</strong> narrada por Ulmer es, en todo momento, una<br />

<strong>historia</strong> <strong>de</strong> vampiros.<br />

“Más Allá <strong>de</strong> la Barrera <strong><strong>de</strong>l</strong> Tiempo” (1960) es uno <strong>de</strong><br />

los mejores films <strong>de</strong> Ulmer <strong>de</strong>s<strong>de</strong> varios puntos <strong>de</strong><br />

vista. A través <strong>de</strong> un experimento tan extraño como<br />

<strong>de</strong> fines inesperados, un astronauta atraviesa la barrera<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo, y aterriza, minutos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su<br />

<strong>de</strong>spegue, en el año 2024. El mundo ha caído en un<br />

terrible <strong>de</strong>sastre, producto <strong>de</strong> una plaga que, apocalípticamente,<br />

hará que la humanidad perezca en<br />

pocos años. Cuando hacia el final, el astronauta logra<br />

regresar a su presente, 1960, el film plantea tres cuestiones,<br />

a saber: primero, la duda <strong>de</strong> lo que el astronauta<br />

cuenta <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> quienes manejaron aquel<br />

experimento. Es <strong>de</strong>cir, primero lo mandan a atravesar<br />

el tiempo, y <strong>de</strong>spués no le creen <strong><strong>de</strong>l</strong> todo lo que cuenta<br />

<strong>de</strong> su experiencia. Por otro lado, está la cuestión <strong>de</strong><br />

la fatalidad en cuanto a qué se pue<strong>de</strong> modificar, libre<br />

albedrío mediante, <strong>de</strong> los sucesos que sabemos que<br />

suce<strong>de</strong>rán. Y por último, Ulmer nos muestra un rápido<br />

envejecimiento en el personaje <strong><strong>de</strong>l</strong> mayor, como<br />

si se hubiera quedado anclado en su nuevo presente<br />

(el 2024), y en la actualidad tendría cerca <strong>de</strong> noventa<br />

años. De esta manera, en medio <strong>de</strong> su agonía, el astronauta<br />

reclama a gritos que se haga algo para evitar<br />

los acontecimientos terribles que se <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>narán<br />

en 1971. Y ante la mirada perpleja <strong>de</strong> sus interlocutores,<br />

muere. Otra vez la tragedia.<br />

En uno <strong>de</strong> sus últimos films, “El Increíble Hombre<br />

Transparente” (1961), propuesto en clave <strong>de</strong> comedia,<br />

un hombre po<strong>de</strong>roso consigue, a través <strong>de</strong> un<br />

científico a su cargo, una fórmula <strong>de</strong> invisibilidad, con<br />

la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> aplicársela a un presidiario experto en abrir<br />

| 129


cajas fuertes, con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que éste, invisible, trabaje para él. El ladrón<br />

llega a la casa y advierte el grado <strong>de</strong> explotación ejercido por este loco<br />

hombre po<strong>de</strong>roso. Su mujer, su guardaespaldas, el científico alemán a<br />

quien le tienen secuestrada a su hija, etc. <strong>La</strong> única manera <strong>de</strong> reacción<br />

por parte <strong><strong>de</strong>l</strong> protagonista, el ladrón recién llegado, es rebelarse estando<br />

invisible. Lo hace, provocando una terrible explosión en la casa, poniendo<br />

a salvo a todos excepto él y el malvado. Luego <strong>de</strong> la explosión,<br />

el incendio y, por supuesto, la extinción <strong>de</strong> la fórmula y los inventos, le<br />

preguntan al científico, quien acaba <strong>de</strong> recuperar a su hija, qué le parece<br />

el invento y qué piensa <strong><strong>de</strong>l</strong> susodicho a<strong><strong>de</strong>l</strong>anto científico. Él, tomado <strong>de</strong><br />

perfil, rehace la pregunta, mientras Ulmer realiza un pequeño travelling<br />

poniendo al científico <strong>de</strong> cara al espectador. El interlocutor pasa a ser la<br />

cámara y, a través <strong>de</strong> ella, el espectador. Él mismo tiene la respuesta.<br />

En medio <strong>de</strong> esta catarata <strong>de</strong> films fantásticos, Ulmer filma “The Naked<br />

Dawn” (1955), una extraordinaria película en clave <strong>de</strong> western, que queremos<br />

rescatar, aún fuera <strong>de</strong> los parámetros <strong>de</strong>scriptos, por su altura, su<br />

narración, su simétrica puesta en escena, su <strong>de</strong>sarrollo y su intriga.<br />

130 |<br />

Lo que no po<strong>de</strong>mos olvidar es el gesto austrohúngaro marcado por el<br />

sentido opaco, <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte y pesimista <strong>de</strong> este autor, don<strong>de</strong> cada film parece<br />

una sólida <strong>de</strong>spedida, una caída, un ocaso, un final.


Afiche Presentación Psicosis.<br />

Psicosis<br />

(Psycho, Alfred Hitchcock, 1960)<br />

Guión: Joseph Stefano<br />

Dirección: Alfred Hitchcock<br />

Estreno: 1 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1960<br />

Elenco:<br />

Anthony Perkins<br />

Janet Leght<br />

Vera Miles<br />

John Gavin<br />

Martin Balsam<br />

John McIntire<br />

Simon Oakland<br />

Vaughn Taylor<br />

Frank Albertson<br />

Lurene Tuttle<br />

Patricia Hitchcock<br />

“Psicosis”, producida por la Paramount en 1960, es el primer gran film <strong>de</strong><br />

horror mo<strong>de</strong>rno. Hitchcock logra con este film un relato <strong>de</strong> horror, don<strong>de</strong><br />

la busca es más intelectual que física. Don<strong>de</strong> la narración a través <strong>de</strong><br />

la cámara manipula permanentemente al espectador, ya sea en materia<br />

<strong>de</strong> información e i<strong>de</strong>ntificación, como en términos emocionales. Basado<br />

en un sólido guión y una precisa puesta en escena, sin golpes bajos, el<br />

autor consigue poner cada cosa en su lugar <strong>de</strong> acuerdo a la función que<br />

cumple en la película.<br />

| 131<br />

El film comienza a asfixiarnos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la primera escena, y no cesa en su<br />

ten<strong>de</strong>ncia a la caída, hasta el plano final <strong><strong>de</strong>l</strong> auto saliendo <strong>de</strong> la ciénaga.<br />

Como en otros films <strong><strong>de</strong>l</strong> maestro, el pasado paraliza al presente. Y si no se<br />

salda aquella cuestión con el pasado que hostiga, no se pue<strong>de</strong> continuar.<br />

Lo interesante es que aquí nos encontramos el atajo. Marion Crane (Janet<br />

Leigh) opta, casi sin querer, por la simplificación. Ante una situación<br />

<strong>de</strong> pareja complicada (su novio vive en otra ciudad y no pue<strong>de</strong>n casarse<br />

hasta que él pague unas <strong>de</strong>udas que heredó <strong><strong>de</strong>l</strong> padre) roba cuarenta<br />

mil dólares <strong>de</strong> su trabajo, aprovechando una situación óptima para el<br />

latrocinio, intentando, <strong>de</strong> ésa manera, solucionar los problemas económicos<br />

<strong>de</strong> su novio (John Gavin) y po<strong>de</strong>r casarse. Dicho atajo, o <strong>de</strong>svío,<br />

pasa a ser <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí, la clave <strong>de</strong> construcción <strong><strong>de</strong>l</strong> film: primero tenemos<br />

el <strong>de</strong>svío moral en la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> robar y escaparse (sin saber a dón<strong>de</strong> ni<br />

cómo) con el dinero. Más tar<strong>de</strong> el <strong>de</strong>svío geográfico fortuito, producido<br />

por la tormenta, don<strong>de</strong> Marion sin querer abandona la ruta principal y


Psicosis.<br />

132 |<br />

termina en el motel Bates. Recor<strong>de</strong>mos cómo nos hace llegar Hitchcock<br />

a esta instancia. Marion <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> cambiar el auto para <strong>de</strong>sviar la atención<br />

<strong>de</strong> algún posible perseguidor, pero lo hace con el policía mirándola <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

otro lado <strong>de</strong> la calle, el mismo oficial que la había sorprendido durmiendo<br />

en la ruta horas atrás. Cuando ella sale a la ruta nuevamente, el policía<br />

da la vuelta y la sigue, ella comienza a preocuparse. Hasta que Hitchcock<br />

filma, precisamente, una escena en un <strong>de</strong>svío, una bifurcación, don<strong>de</strong><br />

ella toma por un lado, y el policía por el otro. Luego se <strong>de</strong>sata la tormenta<br />

don<strong>de</strong> los parabrisas cargados <strong>de</strong> agua no <strong>de</strong>jan ver con claridad a Marion,<br />

y ella comienza a divagar con sus pensamientos: empieza a pensar<br />

en cómo se <strong>de</strong>sarrollará la escena <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>scubrimiento el lunes (estamos<br />

a sábado a la noche) y las reacciones <strong>de</strong> cada uno en su trabajo. En el<br />

momento <strong>de</strong> mayor <strong>de</strong>sdén por parte <strong>de</strong> la protagonista, se produce el<br />

<strong>de</strong>sconcierto en su periplo y con ayuda <strong><strong>de</strong>l</strong> limpiaparabrisas y un cartel<br />

cercano, <strong>de</strong>scubre el motel <strong>de</strong> los Bates.<br />

El recurso <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>svío y el escamoteo continúa. Norman Bates (Anthony<br />

Perkins), el dueño <strong><strong>de</strong>l</strong> motel, invita a comer a Marion a su oficina escondida<br />

<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la conserjería. Allí Marion <strong>de</strong>scubre una personalidad<br />

compleja que por momentos la atrae y por momentos la aterra. Norman<br />

es el emblema <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>svío en el film, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su personalidad hasta sus<br />

actos, pasando por pequeños gestos, movimientos o comentarios. De<br />

hecho, la conversación realizada entre pájaros disecados sirve a Marion


para tomar conciencia <strong>de</strong> su falta, arrepentirse, y <strong>de</strong>cidirse<br />

a <strong>de</strong>volver el dinero robado. Actos que si miramos<br />

bien son, <strong>de</strong> alguna manera, un nuevo <strong>de</strong>svío<br />

en el film, al menos una simplificación, o un atajo a<br />

modo <strong>de</strong> regreso. Sobre todo teniendo en cuenta el<br />

punto dramático alcanzado hasta ese momento <strong>de</strong> la<br />

película. Otro <strong>de</strong>svío es, sin dudas, el magistral asesinato<br />

en la ducha, el disfraz <strong>de</strong> Norman, la busca <strong>de</strong><br />

Lila (Vera Miles), la hermana <strong>de</strong> Marion, en la casa <strong>de</strong><br />

los Bates, cuando, por miedo a ser sorprendida por<br />

Norman que llega, se escon<strong>de</strong> en una escalera que da<br />

al sótano, sin ella saberlo, y ese pequeño escamoteo<br />

o escondite permite que se <strong>de</strong>scubra toda la verdad.<br />

Por supuesto que también es parte <strong>de</strong> la construcción<br />

<strong>de</strong> la puesta en escena en torno al <strong>de</strong>svío, la extensa<br />

y risueña explicación psicológica final que da el psiquiatra<br />

sobre el comportamiento y la personalidad<br />

<strong>de</strong> Norman. Porque el médico <strong>de</strong>svía, mediante la explicación<br />

o causa científica, la verda<strong>de</strong>ra razón que es<br />

siempre teológica.<br />

Los movimientos pendulares y las formas circulares<br />

forman la construcción geométrica <strong>de</strong> la puesta en<br />

escena <strong><strong>de</strong>l</strong> film. En cuanto a lo pendular, nos referimos<br />

a los movimientos <strong><strong>de</strong>l</strong> limpiaparabrisas, el cuchillo<br />

asesino en la escena <strong>de</strong> la ducha, y la lamparita <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

sótano <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> los Bates hacia el final <strong><strong>de</strong>l</strong> film.<br />

Lo circular está presente en el agujero en la pared por<br />

don<strong>de</strong> Norman espía a Marion, el <strong>de</strong>sagüe <strong>de</strong> la bañera,<br />

la boca <strong>de</strong> Marion, y el ojo ciego <strong>de</strong> la muerte<br />

que se completará con las cuencas vacías <strong><strong>de</strong>l</strong> cadaver<br />

<strong>de</strong> la señora Bates. Justamente, en esta última, se encuentran<br />

ambas líneas <strong>de</strong> construcción, ya que el movimiento<br />

<strong>de</strong> la lámpara produce, rítmicamente, luz y<br />

sombra en los ojos vacíos <strong>de</strong> la madre <strong>de</strong> Norman.<br />

Filmada en íntegro y perfecto blanco y negro, lograda<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> principio a fin, Psicosis es <strong>de</strong> esos pocos films<br />

que pue<strong>de</strong>n hacernos sentir vivamente cierta emoción,<br />

cierto terror, pero siempre a un nivel intelectual,<br />

no físico. Pero a<strong>de</strong>más es, para muchos <strong>de</strong> nosotros,<br />

un antes y un <strong>de</strong>spués en la contemplación <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>.<br />

Es <strong>de</strong> esas películas en las que uno compren<strong>de</strong> algo<br />

una vez y para siempre. Nada en la escena <strong>de</strong> la ducha<br />

nos <strong>de</strong>scribe las heridas, las penetraciones <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

cuchillo en la carne, ni nada <strong>de</strong>sagradable por el estilo.<br />

Hitchcock <strong>de</strong>svía nuestra atención en función <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

impacto, el drama, la reflexión, la moral, el pecado, la<br />

injusticia, y tantas otras cosas más por <strong>de</strong>scubrir. Y <strong>de</strong><br />

esta manera <strong>de</strong>fine su <strong>cine</strong>, y a la vez el <strong>cine</strong> todo: la<br />

película no es la vida, es un junto a la vida, es vivir<br />

temporaria e intensamente la vida <strong>de</strong> otros que son<br />

como nosotros, pero que son otros, que están <strong><strong>de</strong>l</strong> otro<br />

lado. He ahí la función y el goce <strong><strong>de</strong>l</strong> arte: compren<strong>de</strong>r<br />

nuestra vida, nuestro ser, nuestros pensamientos y<br />

comportamientos, a través <strong>de</strong> arquetipos universales<br />

que nos trasladan su experiencia, intuitivamente.<br />

Después <strong>de</strong> todo, el arte es eso: expresar i<strong>de</strong>as eternas<br />

mediante bellas formas. ¿Qué es entonces la belleza?<br />

<strong>La</strong>s formas bellas, el buen gusto, el equilibrio, la<br />

armonía, las proporciones, la reflexión, la serenidad,<br />

el justo medio, la verdad. <strong>La</strong> belleza es la justicia. Lo<br />

emotivo y atractivo; lo educado y lo conveniente; lo<br />

placentero y su goce.<br />

Si el <strong>cine</strong> se distinguió por encima <strong>de</strong> todas las cosas<br />

<strong>de</strong> nuestra caótica época fue por su placentera<br />

comodidad a la hora <strong>de</strong> contemplar un film. El lugar<br />

don<strong>de</strong> parece curarse el <strong>de</strong>sgarramiento mo<strong>de</strong>rno.<br />

Unirse las partes dispersas <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre y la cultura<br />

contemporáneos. <strong>La</strong> construcción <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>corado, los<br />

ensayos, el ensamble <strong>de</strong> la música, la meticulosidad<br />

<strong>de</strong> los directores, la precisa fotografía, el todo técnico<br />

(y también narrativo) han hecho <strong>de</strong> este arte la posibilidad<br />

<strong>de</strong> relatarnos un mundo estructurado y sin<br />

fisuras que se disfruta al verse con la comodidad o el<br />

placer <strong>de</strong> una buena comida o un buen vino. Lo que<br />

se nos promete, se nos cumple. Lo que se espera <strong>de</strong><br />

la película antes, supera las expectativas <strong>de</strong>spués. Al<br />

menos, así era… cuando el <strong>cine</strong> era <strong>cine</strong>.<br />

Todo esto es así porque el <strong>cine</strong> tiene <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus inicios<br />

dos <strong>historia</strong>s, dos niveles. El primero que correspon<strong>de</strong><br />

a la fábula, y el segundo a la puesta en escena. <strong>La</strong><br />

| 133


134 |<br />

Psicosis.<br />

primera <strong>historia</strong> relata lo que se ve y se escucha linealmente en el film,<br />

y la segunda <strong>historia</strong> correlata una trama simbólica que siempre se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> la primera. El primer nivel es el campo, el segundo el fuera <strong>de</strong><br />

campo.<br />

Es lógico entonces que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Griffith, el <strong>cine</strong> se haya propuesto presentarnos<br />

una primera <strong>historia</strong> placentera, lleva<strong>de</strong>ra, entretenida, atrapante,<br />

don<strong>de</strong> ciertos elementos, pistas, claves permiten arribar a una segunda<br />

<strong>historia</strong> en la que la cosa sí se complica. En la segunda <strong>historia</strong> todo<br />

pue<strong>de</strong> ser complejo, hasta contradictorio y doloroso. Porque el fuera <strong>de</strong><br />

campo <strong>de</strong> un film pue<strong>de</strong> ser lo que no esperamos, lo que no estamos<br />

preparados para ver o escuchar, pue<strong>de</strong> ser un sinfín <strong>de</strong> cosas terrible y<br />

complicadas don<strong>de</strong> nuestro espíritu se interna para <strong>de</strong>velar símbolos<br />

que se mo<strong><strong>de</strong>l</strong>an en arquetipos y valores universales.<br />

El mundo <strong><strong>de</strong>l</strong> film siempre es (o era, mejor dicho) la construcción or<strong>de</strong>nada<br />

y coherente don<strong>de</strong> la butaca y la oscuridad <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> son el mejor


lugar para disfrutar ciertos mo<strong><strong>de</strong>l</strong>os míticos que se constatan en círculos<br />

contemporáneos (siempre caídos, <strong>de</strong>gradados) don<strong>de</strong> el esfuerzo por la<br />

perfección técnica, la acción y la peripecia, la construcción dramática y<br />

diegética logran una percepción segura, tranquila, creíble, prometedora,<br />

y agradable para el espectador mo<strong>de</strong>rno.<br />

Porque el <strong>cine</strong> escapó siempre <strong>de</strong> la repulsión física, <strong>de</strong> la intencionalidad<br />

directa que apela a los sentidos, <strong><strong>de</strong>l</strong> mal gusto, <strong>de</strong> simples vulgarida<strong>de</strong>s<br />

que rozan la mala educación. Por el contrario, primó siempre el buen<br />

gusto, la belleza, los valores, las razones, los motivos, la lógica, la verdad,<br />

la normalidad, y siempre cierto sentido ecuménico.<br />

“Psicosis” es un ejemplo cabal <strong>de</strong> lo que venimos diciendo. Por un lado, la<br />

<strong>de</strong>cisión <strong><strong>de</strong>l</strong> director <strong>de</strong> realizar el film en blanco y negro. Don<strong>de</strong> el terror<br />

físico se transforma en psicológico. Ya que la estilización <strong>de</strong> la sangre,<br />

<strong>de</strong> la muerte, <strong><strong>de</strong>l</strong> crimen logran que el espectador no sienta la repulsión<br />

en términos físicos sino espirituales. Basta con analizar el tratamiento <strong>de</strong><br />

la famosa escena <strong>de</strong> la ducha. Por otro lado, el permanente <strong>de</strong>scenso<br />

dramático, narrativo, emocional y espiritual que es la película toda, se<br />

percibe <strong>de</strong> un modo más conciente lo cual permite vivir (estar en) el film<br />

como pocas veces y a<strong>de</strong>más mirar mientras vemos, y pensar mientras<br />

miramos. <strong>La</strong> forma en que Hitchcock nos envuelve en una trama por <strong>de</strong>más<br />

fascinante, tiene que ver con su visión <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, por supuesto,<br />

pero también con una visión acerca <strong>de</strong> lo que es (o más bien, <strong>de</strong>bería ser)<br />

el <strong>cine</strong>. Ver “Psicosis” es ver el <strong>cine</strong> según Hitchcock.<br />

| 135<br />

<strong>La</strong> película <strong>de</strong> horror más importante <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> nos recuerda,<br />

sobre todo en estos tiempos en los que el <strong>cine</strong> ya anochece, lo fuerte,<br />

sensible y duro que pue<strong>de</strong> ser el séptimo arte, pero como a la vez se <strong>de</strong>ja<br />

ver, nos entretiene, nos resulta cómoda y hasta feliz la contemplación,<br />

aún tratándose <strong>de</strong> un film <strong><strong>de</strong>l</strong> género que nos ocupa. Basta con pensar<br />

en el tratamiento <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje <strong>de</strong> Norman Bates.<br />

¿Cómo hace Hitchcock para que esto resulte <strong>de</strong> esta manera? Cuando<br />

Marion está en su habitación preparando su valija. Hitchcock hace un<br />

travelling que une los movimientos <strong>de</strong> la protagonista con el dinero que<br />

se encuadran en un primer plano <strong>de</strong>talle. A partir <strong>de</strong> allí, sutilmente, ya<br />

somos cómplices <strong>de</strong> la <strong>de</strong>cisión ya tomada <strong>de</strong> Marion. Lo mismo ocurrirá,<br />

segundos más tar<strong>de</strong>, cuando en un semáforo, se cruza con su jefe que<br />

está cruzando la calle. A partir <strong>de</strong> aquí hasta la escena <strong>de</strong> la ducha, somos<br />

Marion, no sólo como en cualquier otro film respecto a la i<strong>de</strong>ntificación,<br />

sino también respecto a su conciencia y sus actos. <strong>La</strong> naturalidad <strong><strong>de</strong>l</strong>


ecorrido, nuestra i<strong>de</strong>ntificación con Marion, hasta nuestro compromiso<br />

con ella y su dudoso objetivo, es manipulado por Hitchcock con una<br />

precisión asombrosa. Todo está puesto para que el film nos lleve <strong>de</strong> las<br />

narices hacia ese triste final.<br />

El punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> Marion es interrumpido cuando está por ducharse<br />

para llevarnos a la habitación <strong>de</strong> Norman espiando. Acá Hitchcock tiene<br />

dos virtu<strong>de</strong>s: primero, suavizar la matanza que vendrá y po<strong>de</strong>r verla<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> otro punto <strong>de</strong> vista, casi por fuera <strong>de</strong> la personalidad <strong>de</strong> Marion,<br />

y segundo: estilizar aún más la escena <strong>de</strong> la ducha – en tanto lavado<br />

<strong>de</strong> culpas –, suavizar la escena siguiente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la<br />

repulsión, y po<strong>de</strong>r observar a Marion cómo se entrega a la ducha <strong>de</strong> una<br />

manera casi voluptuosa, irresponsable; y esto nos hace la contemplación<br />

más cómoda, más atrayente, más placentera.<br />

136 |<br />

Cerraremos el trabajo sobre Hitchcock con una cita y un comentario final.<br />

Escribe Robin Wood: “… <strong>La</strong> gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> PSICOSIS resi<strong>de</strong> en su capacidad,<br />

no sólo <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirnos todo lo que nos dice, sino <strong>de</strong> hacer que<br />

lo vivamos en la experiencia, <strong>de</strong> esa manera… Esto es lo que hace tan<br />

difícil un análisis satisfactorio sobre Hitchcock por escrito, también garantiza<br />

que ningún análisis, por <strong>de</strong>tallado que sea, pue<strong>de</strong> convertirse en<br />

un sustituto <strong>de</strong> la propia película, puesto que la experiencia emocional<br />

directa sobrevive a cualquier cantidad <strong>de</strong> justificaciones explicativas…”<br />

A esto agregamos, para terminar el capítulo, que si un gran director <strong>de</strong><br />

<strong>cine</strong> piensa en <strong>cine</strong>, narra en <strong>cine</strong>, muestra en <strong>cine</strong>, simboliza en <strong>cine</strong>,<br />

no enten<strong>de</strong>mos por qué cierta crítica (que ya en estos tiempos está pareciendo<br />

ser una mentalidad) se empecina en leerlo como literatura y<br />

analizarlo como tal o, peor aún, disfrazarlo <strong>de</strong> mero entretenimiento alienante,<br />

en vez <strong>de</strong> verlo (y sobre todo mirarlo) como lo que fue concebido<br />

y realizado. Hace cien años que el <strong>cine</strong> se recibió <strong>de</strong> arte aunque muchos<br />

no lo quieran o no lo puedan aceptar, aún cuando muchas <strong>de</strong> las otras<br />

artes ya han presentado su renuncia ante la avasallante mo<strong>de</strong>rnidad.


»<br />

Los<br />

Cuarta Parte<br />

borrosos años sesenta<br />

Un Tiro en la Noche<br />

(The Man Who Shot Liberty Valance, John Ford, 1962)<br />

Guión: James Warner Bellah<br />

Dirección: John Ford<br />

Estreno: 14 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1962<br />

Elenco:<br />

John Wayne<br />

James Stewart<br />

Vera Miles<br />

Lee Marvin<br />

Edmond O’Brien<br />

Andy Devine<br />

Ken Murray<br />

John Carradine<br />

Jeanette Nolan<br />

John Qualen<br />

Ranse (James Stewart) es un joven abogado que llega a un pueblo <strong><strong>de</strong>l</strong> oeste<br />

sostenido, anónimamente, por Tom (John Wayne). <strong>La</strong> diferencia entre estos<br />

dos hombres es el lugar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> sostienen, o creen sostener, la tradición.<br />

Mientras Tom hace el trabajo sucio sin recibir premio alguno, Ranse se termina<br />

llevando todos los méritos <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema liberal norteamericano sin haber<br />

hecho nada. El ahora senador, antes embajador y gobernador, y en el futuro<br />

vicepresi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la república, es quien se llevó los laureles <strong>de</strong> una tarea que<br />

no estaba capacitado para llevar a cabo, fundamentalmente porque no creía<br />

en ella. Por otro lado, Tom guarda su secreto (y otros tantos, suponemos) hasta<br />

el <strong>de</strong>spojado cajón que lo espera para su entierro final. El mito fundante <strong>de</strong> la<br />

América marchando hacia el progreso actual, está minado <strong>de</strong> héroes anónimos<br />

que dieron su vida en pos <strong>de</strong> algo que ni ellos ni los suyos iban a disfrutar.<br />

| 137<br />

El procedimiento utilizado por John Ford en esta película es el siguiente. Ranse,<br />

un viejo y muy bien caracterizado James Stewart, llega al pueblo <strong>de</strong> su juventud<br />

luego <strong>de</strong> una exitosa carrera política junto a su mujer (Vera Miles). Allí<br />

se celebrará casi en secreto el funeral <strong>de</strong> Tom al que la pareja asiste. En el camino,<br />

lo interceptan unos jóvenes e ignorantes periodistas para hacerle un reportaje<br />

y que cuente su <strong>historia</strong>. A partir <strong>de</strong> ahí comienza un largo flashbacks<br />

que es, prácticamente, el film todo, don<strong>de</strong> Ranse cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que<br />

llegó al pueblo hasta la muerte <strong>de</strong> Liberty Valance.


Tierra <strong>de</strong> John Ford.<br />

138 |<br />

En el relato subjetivo <strong>de</strong> Ranse se <strong>de</strong>scribe su llegada, la pelea por un lugar,<br />

el entuerto con Valance, y la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> huir primero ante la amenaza <strong>de</strong><br />

éste, y la temeraria <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> enfrentarlo aunque le cueste la vida. Paralelamente<br />

se nos cuenta <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje <strong>de</strong> Vera Miles, su futura esposa, su<br />

incipiente noviazgo <strong>de</strong> juventud con Tom, la vida dura <strong>de</strong> Tom, y los inicios<br />

<strong>de</strong> progreso en el pueblo.<br />

Finalmente, Ranse se enfrenta en la calle con Liberty Valance y lo mata, pero<br />

lo que sabremos <strong>de</strong>spués es que esa bala salió <strong><strong>de</strong>l</strong> rifle <strong>de</strong> Tom, héroe anónimo<br />

<strong>de</strong> los tiempos <strong>de</strong> conquista, que estaba escondido en un callejón oscuro<br />

para salvar a Ranse.<br />

El pueblo entero cree, al igual que el espectador hasta cierto punto, que el<br />

héroe es Ranse, el hombre que mató a Liberty Balance como reza el título<br />

original <strong><strong>de</strong>l</strong> film, he ahí la leyenda que, como otras tantas, se mantiene entre<br />

los pobladores <strong><strong>de</strong>l</strong> lugar. Cuando los torpes entrevistadores <strong>de</strong> Ranse se<br />

enteran <strong>de</strong> la verdad, le dicen que la realidad no tiene tanto valor, y que en<br />

lugares como esos, si es buena la leyenda, se publica la leyenda, in<strong>de</strong>pendientemente<br />

<strong>de</strong> lo que haya ocurrido en verdad. He ahí uno <strong>de</strong> los brillantes<br />

films legendarios <strong>de</strong> la última etapa como director <strong>de</strong> John Ford.


Los Pájaros<br />

(Birds, Alfred Hitchcock, 1963)<br />

Guión: Evan Hunter<br />

Dirección: Alfred Hitchcock<br />

Estreno: 30 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1963<br />

Elenco:<br />

Rod Taylor<br />

Jessica Tandy<br />

Suzanne Pleshette<br />

Tippi Hedren<br />

Veronica Cartwright<br />

Ethel Griffies<br />

Charles McGraw<br />

Ruth McDevitt<br />

Lonny Chapman<br />

Joe Mantell<br />

“Los Pájaros”, producida por la Universal en 1962 y estrenada en 1963, es<br />

un film <strong>de</strong> horror, pero que plantea <strong>de</strong> entrada una arbitrariedad que va<br />

más allá <strong>de</strong> los personajes. Si bien jamás hay algo azaroso o caprichoso<br />

en Hitchcock, es cierto que en esta película se plantea una diégesis por<br />

lo menos anormal. En un bello paraje sobre el Pacífico, a unos pocos kilómetros<br />

<strong>de</strong> San Francisco, se halla un tranquilo y próspero pueblo llama-<br />

| 139<br />

Los Pájaros.


Hitchcock publicitando su film LOS PÁJAROS.<br />

140 |<br />

do Bo<strong>de</strong>ga Bay. El relato nos lleva hasta allí siguiendo a Melanie Daniels<br />

(Tippi Hedren) que persigue a un hombre, Mitch Brenner (Rod Taylor)<br />

que conoció, mediante una broma, en la ciudad. Ella lleva a modo <strong>de</strong> regalo<br />

unos pájaros enjaulados. A partir <strong>de</strong> la llegada <strong>de</strong> ella a Bo<strong>de</strong>ga Bay,<br />

se <strong>de</strong>sata el terror. Bandadas <strong>de</strong> pájaros comienzan a atacar indiscriminadamente<br />

a los habitantes <strong><strong>de</strong>l</strong> lugar. ¿Por qué atacan los pájaros? Nadie<br />

lo sabe. <strong>La</strong> película transforma esa anormalidad en normalidad diegética.<br />

¿Cuándo y a quienes atacan? Nadie sabe el momento, por lo general<br />

ocurre en el momento más inesperado; y las víctimas pue<strong>de</strong>n ser todos<br />

y cada uno <strong>de</strong> los habitantes, hasta los niños. ¿Cómo se los combate o<br />

ahuyenta? No hay forma. Escribe Robin Wood en su libro sobre Hitchcock:<br />

“… Y ésa es, a mi juicio, la función <strong>de</strong> los pájaros: ellos son una encarnación<br />

concreta <strong>de</strong> lo arbitrario y <strong>de</strong> lo imprevisible, <strong>de</strong> lo que hace que la<br />

vida humana y las relaciones humanas sean precarias, un recordatorio <strong>de</strong><br />

fragilidad e inestabilidad que no po<strong>de</strong>mos ignorar ni eludir, y por encima<br />

<strong>de</strong> eso, la posibilidad <strong>de</strong> que la vida carezca <strong>de</strong> sentido y sea absurda…”<br />

El mundo se empantana a nuestros pies, se vuelve blando y peligroso ante<br />

la imprevisibilidad en la que estamos inmersos. Esto, por un lado pone a<br />

prueba a los personajes y a las relaciones entre ellos, como también exige<br />

el reconocimiento <strong>de</strong> un valor que se halla en la intensificación <strong>de</strong> esas mismas<br />

relaciones, en el sinceramiento, el coraje, y la necesidad <strong>de</strong> instaurar<br />

verda<strong>de</strong>ros vínculos, relaciones más profundas y serias. Esto está dado, fun-


damentalmente, por la evolución <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje <strong>de</strong> Melanie a lo largo <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

relato. Partimos <strong>de</strong> una <strong>de</strong>spreocupación por el mundo y las personas, para<br />

arribar, a partir <strong>de</strong> lo sucedido con los pájaros, a una madurez y un reconocimiento<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> otro en muchos sentidos.<br />

Si bien “Los Pájaros”, al igual que “Psicosis” parten y <strong>de</strong>sarrollan el mismo género,<br />

muchas son sus diferencias <strong>de</strong> construcción. “Los Pájaros” tiene una<br />

ausencia total <strong>de</strong> música a lo largo <strong>de</strong> toda la película, ni siquiera en los títulos,<br />

mientras que en “Psicosis” la música es uno <strong>de</strong> los elementos <strong>de</strong> la puesta<br />

en escena que más resaltan y que más juega en términos dramáticos. Otra<br />

cuestión que las diferencia es el punto <strong>de</strong> vista y la i<strong>de</strong>ntificación <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador<br />

para con la narración. Mientras que en la primera, Hitchcock nos lleva<br />

<strong>de</strong> las narices a través <strong>de</strong> los personajes, en la segunda hay como un intento<br />

<strong>de</strong> alejamiento, <strong>de</strong> preservarnos, <strong>de</strong> hacernos participar pero a medias,<br />

y hacernos ver, a veces, la narración como <strong>de</strong> afuera, como espectáculo. Ya<br />

comentamos el blanco y negro <strong>de</strong> “Psicosis”, por el contrario, “Los Pájaros”<br />

está fotografiada con un color intenso, claro y brillante, acor<strong>de</strong>s a los logros<br />

técnicos realizados con trucajes en diversos ataques, trucajes <strong>de</strong> los que<br />

“Psicosis” carece. Por otro lado, “Los Pájaros” ingresa <strong>de</strong> lleno en el terreno<br />

fantástico, si hablamos estrictamente <strong>de</strong> género, mientras que “Psicosis” nos<br />

propone un recorrido más naturalista, sí anormal o inhabitual, pero <strong>de</strong>ntro<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> terreno realista.<br />

| 141<br />

Esos pájaros amantes enjaulados que trajo Melanie, y que se lleva la hermana<br />

<strong>de</strong> Mitch al final: ¿Son el resto <strong>de</strong> bondad e inocencia que ha quedado<br />

luego <strong>de</strong> tanto horror? ¿O es que el ser humano en la huída se lleva consigo<br />

ingenuamente el mismo elemento que lo <strong>de</strong>struye?<br />

Si logramos reflexionar sobre cuánto <strong>de</strong> nuestra vida cotidiana es como la<br />

<strong>de</strong> los personajes <strong>de</strong> “Los Pájaros”, y cuanto <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo <strong><strong>de</strong>l</strong> film es análogo, y<br />

hasta similar, a veces, al mundo real en el que habitamos, recién allí vamos a<br />

po<strong>de</strong>r empezar a pensar seriamente en el valor <strong>de</strong> este film, uno <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, y una <strong>de</strong> las cimas <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Alfred Hitchcock.


Marnie<br />

(Marnie, Alfred Hitchcock, 1964)<br />

Guión: Jay Presson Allen<br />

Dirección: Alfred Hitchcock<br />

Estreno: 27 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1964<br />

Elenco:<br />

Tippi Hedren<br />

Sean Connery<br />

Diane Baker<br />

Martin Gabel<br />

Louise <strong>La</strong>tham<br />

Bob Sweeney<br />

Milton Selzer<br />

Mariette Hartley<br />

Alan Napier<br />

Bruce Dern<br />

Henry Beckman.<br />

Tippi Hedren (Marnie).<br />

142 |<br />

<strong>La</strong> cuarta etapa <strong>de</strong> la obra <strong><strong>de</strong>l</strong> maestro (1964 - 1976) consta <strong>de</strong> cinco<br />

films, filmados cuatro en Estados Unidos, y uno en su Londres natal. Y comienza<br />

con el mejor <strong>de</strong> los films rodados en el último período: “Marnie”.<br />

Este film, producido por la Universal en 1964, es la quintaesencia <strong>de</strong> la<br />

obra hitchcockiana. El film está construido, casi íntegramente por <strong>de</strong>corados<br />

cuya artificialidad saltan a la vista. Pero con un elemento adicional:<br />

Hitchcock nos saca su mano visible en casi todos sus recursos. <strong>La</strong> puesta<br />

en escena <strong>de</strong>cantada, sencilla y puntillosa está plagada <strong>de</strong> proyectings,<br />

telones pintados, zoom, colores chillones, y actuaciones muy marcadas<br />

en función <strong>de</strong> lo que se está contando. <strong>La</strong> película propone, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un<br />

punto <strong>de</strong> vista supuestamente optimista, una solución simbólica y compleja<br />

<strong>de</strong> “Vértigo”. Don<strong>de</strong> Mark (Sean Connery) se enamora <strong>de</strong> Marnie,<br />

pero en lugar <strong>de</strong> ser arrastrado a su locura, a su fantasía y a sus traumas,<br />

termina curándola, <strong>de</strong> alguna manera, y (conflictivamente feliz) junto a<br />

ella. Mark Rutland es el primer personaje positivo <strong>de</strong> Hitchcock. Mark no<br />

cambia a lo largo <strong>de</strong> todo el film, no se <strong>de</strong>ja llevar por la locura <strong>de</strong> Marnie,<br />

y mucho menos intenta abandonarla o engañarla. Tampoco traspasa las<br />

pruebas típicas <strong>de</strong> los personajes <strong>de</strong> Hitchcock para finalmente salvar<br />

su alma. Teniendo en cuenta lo escrito más arriba, Mark ama realmente<br />

a Marnie, y resigna todo por ella. De todas maneras, tengamos cuidado<br />

con dicha positividad que por momentos se vuelve practicismo vacío.<br />

Porque si bien logra conocer la verdad <strong>de</strong> Marnie y su madre, como así<br />

también hechos relacionados con su infancia y adultez, aún así la solu-


Hitchcock en Marnie.<br />

ción parece ser limitada, corta, o por lo menos artificial, como el mundo<br />

diegético que la película plantea.<br />

Afectada por un trauma relacionado a su infancia, Marnie (Tippi Hedren)<br />

se ha convertido en una ladrona casi profesional, empleándose en diferentes<br />

trabajos <strong>de</strong> oficina, los cuales aprovecha la oportunidad que se le<br />

presenta para realizar sus cerebrales hurtos. En uno <strong>de</strong> sus tantos trabajos,<br />

recala en la empresa Rutland. A partir <strong>de</strong> allí, Mark y Marnie comienzan<br />

un romance tortuoso y a la vez peligroso. Todo lo que Marnie <strong>de</strong>sea es<br />

exactamente lo que la perjudica en pos <strong>de</strong> una futura mejora, y todo lo<br />

que <strong>de</strong>scarta o evita, es lo que podría salvarla. Ahí es don<strong>de</strong> comienza el<br />

trabajo <strong>de</strong> Mark que lleva hasta las últimas consecuencias.<br />

| 143<br />

<strong>La</strong>s obsesiones <strong>de</strong> Marnie por el color rojo, que gobierna la estética <strong>de</strong><br />

la película (como el ver<strong>de</strong> gobernaba “Vértigo”), la tinta, la tela <strong>de</strong> una<br />

camisa, etc. se resuelven hacia el final en borrosos recuerdos <strong>de</strong> manchas<br />

<strong>de</strong> sangre, emanadas <strong><strong>de</strong>l</strong> cuerpo semimuerto <strong>de</strong> un marinero, cliente <strong>de</strong><br />

la madre <strong>de</strong> Marnie, en tiempos en que ésta ejercía la prostitución en su<br />

casa.<br />

El barco pintado, el trasatlántico <strong>de</strong> la luna <strong>de</strong> miel vacío, los virados a<br />

rojo, el zoom, los proyectings, las tormentas estilizadas, como <strong>de</strong>terminadas<br />

reacciones <strong>de</strong> personajes que no parecen propios <strong>de</strong> una pe-


Marnie.<br />

144 |<br />

lícula <strong>de</strong> Hitchcock, hacen <strong>de</strong> este film una obra compleja, difícil, que<br />

ha <strong>de</strong>spistado a más <strong>de</strong> un hitchcockiano <strong>de</strong> la primera hora que vio<br />

el film contemporáneamente. Pero si rascamos un poco la cáscara, si<br />

obviamos <strong>de</strong>terminados tecnicismos, como así también convenciones<br />

que por aquellos años parecía un error transgredir, si logramos dar ese<br />

paso, entonces nos encontraremos con un film absolutamente logrado,<br />

brillante, complejo, conflictivo, problemático, <strong>de</strong> ésos que cierta crítica<br />

intenta sacarse rápidamente <strong>de</strong> encima, porque no saben qué hacer con<br />

él, pero también, y fundamentalmente, porque si lo tomaran por lo que<br />

es, si lo afrontaran seriamente, se encontrarían en un lugar tan borroso e<br />

impreciso, que pondría en dudas muchos <strong>de</strong> los resortes <strong><strong>de</strong>l</strong> trabajo <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

hipotético crítico en la actualidad.<br />

Este es uno <strong>de</strong> los problemas <strong>de</strong> ésta época, nadie quiere pensar, nadie<br />

quiere enfrentarse con cosas que cuestionan o ponen en dudas cierto<br />

confort mo<strong>de</strong>rno. Nadie quiere mover ni un centímetro las estructuras<br />

que sostienen cierta labor pseudo intelectual y culturalista, plagada <strong>de</strong><br />

in<strong>de</strong>cisionismo y falsos valores.<br />

Pero el <strong>cine</strong> vino a mover esas estructuras, el <strong>cine</strong> vino a juzgan no sólo<br />

a todo el arte anterior sino también a la función intelectual <strong>de</strong> nuestra<br />

época. Y sin dudas, el <strong>cine</strong> norteamericano fue el puntal <strong>de</strong> dicha dispu-


ta durante el siglo XX; y el maestro Alfred Hitchcock ha sido uno <strong>de</strong> los<br />

artistas más importantes.<br />

Escribió Andrew Sarris: “… como Ford, Hitchcock corta en su mente y no<br />

en la sala <strong>de</strong> montaje…” Hitchcock es uno <strong>de</strong> los autores clásicos <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong><br />

que más clara tenía la película en su cabeza antes <strong>de</strong> filmarla. Concebía<br />

las escenas, los movimientos, los tiempos con una precisión tal, que todo<br />

lo calculado y previsto se realizaba sin mayores problemas en la puesta<br />

en escena. Tal es así, que pocos autores como él han logrado llegar al<br />

público <strong>de</strong> esa manera. <strong>La</strong> emoción, la razón, el dramatismo, las relaciones<br />

humanas, el amor, la participación, el miedo, la i<strong>de</strong>ntificación con la<br />

situación dada, la reflexión, el análisis, todo en un film <strong>de</strong> Hitchcock se<br />

nos vuelve claro, transparente, preciso.<br />

| 145


Los Hijos <strong>de</strong> Katie El<strong>de</strong>r<br />

(The Sons of Katie El<strong>de</strong>r, Henry Hathaway, 1965)<br />

Guión: William H. Wright<br />

Dirección: Henry Hathaway<br />

Estreno: 26 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1965<br />

Elenco:<br />

John Wayne<br />

Dean Martin<br />

Martha Hyer<br />

Michael An<strong>de</strong>rson Jr.<br />

Earl Holliman<br />

Jeremy Slate<br />

James Gregory<br />

Paul Fix<br />

George Kennedy<br />

Dennis Hopper<br />

Sheldon Allman<br />

146 |<br />

Henry Hathaway nació el 13 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1898 en Sacramento, California.<br />

Filmó 66 films entre 1932 y 1974. Sus obras más importantes: “El Beso <strong>de</strong><br />

la Muerte” (1947), “Niágara” (1953), “El Jardín <strong><strong>de</strong>l</strong> Diablo” (1954), “Los Hijos<br />

<strong>de</strong> Katie El<strong>de</strong>r” (1965) y “Shoot Out” (1971). Murió en Hollywood el 11<br />

<strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1985. Filmografía: Hangup (1974); Shoot Out (1971); Raid<br />

on Rommel (1971); Airport (1970); True Grit (1969); 5 Card Stud (1968); The<br />

John Wayne en LOS HIJOS DE KATIE ELDER.


<strong>La</strong>st Safari (1967); Nevada Smith (1966); The Sons of<br />

Katie El<strong>de</strong>r (1965); Circus World (1964); How the West<br />

Was Won (1962); North to Alaska (1961); Seven Thieves<br />

(1960); Woman Obsessed (1959); From Hell to Texas<br />

(1958); Legend of the Lost (1957); 23 Paces to Baker<br />

Street (1956); The Bottom of the Bottle (1956); The Racers<br />

(1955); Gar<strong>de</strong>n of Evil (1954); Prince Valiant (1954);<br />

White Witch Doctor (1953); Niagara (1953); O. Henry’s<br />

Full House (1952); Diplomatic Courier (1952); The Desert<br />

Fox: The Story of Rommel (1951); Rawhi<strong>de</strong> (1951);<br />

Fourteen Hours (1951); You’re in the Navy Now (1951);<br />

The Black Rose (1950); Down to the Sea in Ships (1949);<br />

Call Northsi<strong>de</strong> 777 (1948); Kiss of Death (1947); 13 Rue<br />

Ma<strong><strong>de</strong>l</strong>eine (1947); The Dark Corner (1946); The House on<br />

92nd Street (1945); Nob Hill (1945); Wing and a Prayer<br />

(1944); Home in Indiana (1944); A <strong>La</strong>dy Takes a Chance<br />

(1943); China Girl (1942); Ten Gentlemen from West<br />

Point (1942); Sundown (1941); The Shepherd of the Hills<br />

(1941); Brigham Young (1940); Johnny Apollo (1940);<br />

The Real Glory (1939); Spawn of the North (1938); Souls<br />

at Sea (1937); Lest We Forget (1937); Go West Young<br />

Man (1936); The Trail of the Lonesome Pine (1936); I<br />

Loved a Soldier (1936); Peter Ibbetson (1935); The Lives<br />

of a Bengal <strong>La</strong>ncer (1935); Now and Forever (1934); The<br />

<strong>La</strong>st Round-Up (1934); The Witching Hour (1934); Come<br />

on Marines (1934); To the <strong>La</strong>st Man (1933); Man of the<br />

Forest (1933); Sunset Pass (1933); Un<strong>de</strong>r the Tonto Rim<br />

(1933); The Thun<strong>de</strong>ring Herd (1933); Wild Horse Mesa<br />

(1932); Heritage of the Desert (1932).<br />

Henry Hathaway filmó en 1965 “Los Hijos <strong>de</strong> Katie<br />

El<strong>de</strong>r”, un western protagonizado por John Wayne<br />

y Dean Martin (la misma pareja <strong>de</strong> “Río Bravo” <strong>de</strong><br />

Howard Hawks. Cuatro hijos <strong>de</strong>ben reunirse tras la<br />

muerte <strong>de</strong> su madre, la tal Katie. <strong>La</strong>s diferencias entre<br />

ellos son las diferencias humanas más ejemplares, y la<br />

disputa entre el personaje <strong>de</strong> Wayne y Martin llega a<br />

su clímax justo en el momento en que la <strong>historia</strong> los<br />

necesita juntos. Deben reunirse y lo hacen, y así combaten<br />

juntos al enemigo. <strong>La</strong> paz <strong>de</strong>finitiva no llegará<br />

pero el haber atravesado por dicha situación los completa,<br />

los mejora, los hace compren<strong>de</strong>rse. De eso trata<br />

el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Hathaway <strong>de</strong> los <strong>de</strong>sencuentros, <strong>de</strong> la comunicación<br />

humana y <strong>de</strong> la comprensión <strong><strong>de</strong>l</strong> otro. Hay un<br />

aire a la literatura <strong>de</strong> Salinger, en términos simbólicos,<br />

en el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> este director.Cuatro hijos son reunidos<br />

tras la muerte <strong>de</strong> la madre para hacerse cargo <strong>de</strong> una<br />

herencia que es también <strong>de</strong>stino y lucha en <strong>de</strong>fensa<br />

<strong>de</strong> lo propio. En el hostil oeste americano la vida es<br />

dura, y esas contiendas es don<strong>de</strong> se fortalece el alma<br />

y el corazón <strong><strong>de</strong>l</strong> ser humano. El film es <strong><strong>de</strong>l</strong>icado, cuidado,<br />

sólido. Con una puesta en escena superlativa y<br />

unas actuaciones memorables. Emblema <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong><br />

este olvidado pero gigante director llamado Henry Hathaway.<br />

Entrañable, reflexivo y emotivo western como<br />

pocos en los sesentas.Este film es como una apertura<br />

hacia el director. Pue<strong>de</strong> compararse con esas obras<br />

únicas que muchos <strong>de</strong> los directores intermedios <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

<strong>cine</strong> norteamericano dieron, y que, a través <strong>de</strong> ellas,<br />

logramos acercarnos a nuevos mundos y a nuevos artistas,<br />

hasta el momento <strong>de</strong>sconocidos. Tal es el caso<br />

<strong>de</strong> “Bell, Book and Candle” (1958) <strong>de</strong> Richard Quine,<br />

extraordinario film protagonizado por James Stewart<br />

y Kim Novak, la misma pareja protagónica <strong>de</strong> “Vértigo”<br />

<strong>de</strong> Hitchcock, y realizada el mismo año que el film<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> maestro. Al ejemplo <strong>de</strong> Quine, po<strong>de</strong>mos agregar:<br />

“Raffles” (1930) <strong><strong>de</strong>l</strong> argentino Harry D’arrast, “Al Filo <strong>de</strong><br />

la Noche” (“Sorry, Wrong Number”, 1948) <strong>de</strong> Anatole<br />

Litvak, “No Man of Her Own” (1950) <strong>de</strong> Mitchell Leisen,<br />

“El Planeta Prohibido” (1956) <strong>de</strong> Fred Wilcox, “<strong>La</strong> Invasión<br />

<strong>de</strong> los Usurpadores <strong>de</strong> Cuerpos” (1957) <strong>de</strong> Donald<br />

Siegel y “Cuando el Destino Nos Alcance” (1972) <strong>de</strong> Richard<br />

Fleischer.<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> “Los Hijos <strong>de</strong> Katie El<strong>de</strong>r”, Hathaway filmó,<br />

entre otras: “Envuelto en Sombras” (The Dark Corner,<br />

1946), “El Beso <strong>de</strong> la Muerte” (1948), “Niágara” (1953), “El<br />

Jardín <strong><strong>de</strong>l</strong> Diablo” (1955), un episodio formidable <strong>de</strong> “<strong>La</strong><br />

Conquista <strong><strong>de</strong>l</strong> Oeste” (1962), los otros fueron realizados<br />

por Ford y George Marshall, “El Circo <strong><strong>de</strong>l</strong> Mundo” (1964)<br />

y “El Tirador” (1971). Poseedor <strong>de</strong> una obra que se extendió<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1932 hasta 1974, pasó por diversos géneros<br />

(westerns fundamentalmente, también films <strong>de</strong> aventuras,<br />

algunos policiales, y unos pocos melodramas).<br />

| 147


<strong>La</strong>s Cosas <strong>de</strong> la Vida<br />

(Les Choses <strong>de</strong> la vie, Clau<strong>de</strong> Sautet, 1970)<br />

Guión: Jean-Loup Dabadie<br />

Dirección: Clau<strong>de</strong> Sautet<br />

Estreno: 13 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1970<br />

Elenco:<br />

Michel Piccoli<br />

Romy Schnei<strong>de</strong>r<br />

Gérard <strong>La</strong>rtigau<br />

Jean Bouise<br />

Boby <strong>La</strong>pointe<br />

Hervé Sand<br />

Jacques Richard<br />

Betty Beckers<br />

Clau<strong>de</strong> Sautet.<br />

Clau<strong>de</strong> Sautet (Montrouge, Altos <strong><strong>de</strong>l</strong> Sena), nació el 23 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1924 y murió<br />

en París, el 22 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 2000. Fue un director <strong>de</strong> <strong>cine</strong> y guionista francés <strong>de</strong> los<br />

mejores que ha dado la <strong>historia</strong>.<br />

148 |<br />

El director Clau<strong>de</strong> Sautet es una <strong>de</strong> esas sorpresas que arroja la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

<strong>cine</strong> francés. Junto con Jean Pierre Melville es consi<strong>de</strong>rado como uno <strong>de</strong> los<br />

exponentes que renovaron en la década <strong>de</strong> 1960 el <strong>cine</strong> policial francés. Aunque<br />

el autor se diferencia pronto a la estética <strong>de</strong> su compatriota, escapando al<br />

distanciamiento progresivo para acercarse a una visión compasiva y nostálgica<br />

<strong>de</strong> sus personajes.<br />

El universo <strong>de</strong> Sautet en sus comienzos convive entre los marginales, creando<br />

atmósferas <strong>de</strong> suburbios y <strong>de</strong>stacando los grupos, como suce<strong>de</strong> en Max y<br />

los chatarreros (1971); para <strong>de</strong>venir en los trances minimalistas y psicologistas<br />

que buscan explorar la sensibilidad <strong>de</strong> personas e <strong>historia</strong>s simples, cotidianas<br />

<strong>de</strong> una burguesía francesa en crisis. A este último mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o correspon<strong>de</strong>n sus<br />

filmes intimistas, como Ella, yo y el otro (1972), Nelly y el señor Arnaud (en Argentina<br />

El placer <strong>de</strong> estar contigo, 1995), film que analizaremos más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante.<br />

Sautet es un artesano <strong>de</strong> las emociones, con la capacidad para conmover a<br />

partir <strong>de</strong> la trama y sus personajes. Des<strong>de</strong> la puesta en escena <strong>de</strong> impacto a la<br />

neobjetivación y un clasicismo narrativo propio <strong>de</strong> la novela <strong>de</strong>cimonónica,<br />

este autor francés se <strong>de</strong>staca por la capacidad para penetrar en el universo <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

personaje, revelándolo a partir <strong>de</strong> acciones cotidianas, dramáticas, que permiten<br />

a<strong>de</strong>ntrarnos en dramas complejos sobre las relaciones humanas, el amor,<br />

los oficios y el <strong>de</strong>stino.


Basándose en la novela <strong>de</strong> Paul Guimard, en este filme Sautet hace uso<br />

<strong>de</strong> toda su ingeniería narrativa, para <strong>de</strong>slumbrarnos con un comienzo<br />

in media res, en el cual un espectacular acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> coches da lugar al<br />

raccanto <strong>de</strong> los hechos, don<strong>de</strong> el <strong>de</strong>stino (o esas cosas <strong>de</strong> la vida) <strong>de</strong>vienen<br />

en el cierre <strong>de</strong> las <strong>historia</strong>s <strong>de</strong> amor que cercaron al protagonista,<br />

interpretado magistralmente por Michel Piccoli.<br />

El <strong>de</strong>stino, como cuestión fáctica, es la dimensión dramático - trágica que<br />

envuelve la atmósfera <strong><strong>de</strong>l</strong> filme, articulando una visión <strong>de</strong>sesperante sobre<br />

el amor y sus contradicciones filosóficas. El protagonista recuerda<br />

su vida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el hospital don<strong>de</strong> es trasladado con urgencia, y <strong>de</strong>scubre<br />

así, en la frustrada huída con su amante, la importancia <strong>de</strong> los pequeños<br />

<strong>de</strong>talles <strong>de</strong> la vida diaria.<br />

Como un arquitecto <strong>de</strong> su propia obra, Sautet nos va introduciendo, en<br />

flashbacks y vueltas al presente, en subtramas románticas, que intervienen<br />

en el <strong>de</strong>sarrollo <strong><strong>de</strong>l</strong> problema <strong><strong>de</strong>l</strong> protagonista, don<strong>de</strong> el género se<br />

conduce por momentos en vetas melodramáticas, que aunque acentúan<br />

el <strong>de</strong>stino trágico <strong>de</strong> los personajes, exaltan el punto <strong>de</strong> vista <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

director sobre el tema <strong><strong>de</strong>l</strong> filme.<br />

| 149


» <strong>La</strong><br />

Quinta Parte<br />

Autoconciencia<br />

El Padrino<br />

(The Godfather, Francis F. Coppola, 1972)<br />

Guión: Mario Puzo y Francis Ford Coppola<br />

Dirección: Francis Ford Coppola<br />

Estreno: 20 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1972<br />

Elenco:<br />

Marlon Brando<br />

Al Pacino<br />

James Caan<br />

Richard S. Castellano<br />

Robert Duvall<br />

Sterling Hay<strong>de</strong>n<br />

John Marley<br />

Richard Conte<br />

Al Lettieri<br />

Diane Keaton<br />

Abe Vigoda<br />

Talia Shire<br />

Gianni Russo<br />

John Cazale<br />

Rudy Bond<br />

Al Martino<br />

Morgana King<br />

Lenny Montana<br />

John Martino<br />

Salvatore Corsitto<br />

Richard Bright<br />

Alex Rocco<br />

Tony Giorgio<br />

Vito Scotti<br />

Tere Livrano<br />

Victor Rendina<br />

Jeannie Linero<br />

Julie Gregg<br />

Ar<strong><strong>de</strong>l</strong>l Sheridan<br />

Simonetta Stefanelli<br />

Angelo Infanti<br />

Corrado Gaipa.<br />

| 151


El Padrino.<br />

152 |<br />

Coppola nació en Detroit el 7 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1939. Comenzó en el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong><br />

Roger Corman, y sus primeros films los realizó a comienzos <strong>de</strong> los sesenta. Continuó<br />

su obra en silencio hasta que en 1972 se estrenó “El Padrino”. Luego, a<strong>de</strong>más<br />

<strong>de</strong> continuar la saga <strong>de</strong> “El Padrino”, realizó obras memorables como “Apocalipsis<br />

Now” (1979), “<strong>La</strong> Ley <strong>de</strong> la Calle” (1983), “Tucker” (1988) y “The Rainmaker” (1997).<br />

Francis Ford Coppola logró, antes <strong>de</strong> cumplir los 33 años <strong>de</strong> edad, rodar su primer<br />

largometraje (“Tonight For Sure”, en 1962), y a los pocos meses, el segundo<br />

(“Dementia 13”, 1963), dos subproductos <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema Corman realizados<br />

con los restos <strong>de</strong> otras películas y en pocos días <strong>de</strong> rodaje. A partir <strong>de</strong> estas<br />

películas, y otras que vendrían más tar<strong>de</strong>, el joven Francis fue aprendiendo el<br />

oficio, a la vez que <strong>de</strong>scubriendo un estilo, más toda una gama <strong>de</strong> temas que<br />

nutrieron, en a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante, una <strong>de</strong> las obras <strong>cine</strong>matográficas más importantes<br />

<strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. En 1965 dirigió “You Are a Big Boy Now”. Por el prestigio<br />

logrado con este film, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los pocos y jóvenes directores que había<br />

en aquel momento, la gente <strong>de</strong> la Warner lo contrata para dirigir su siguiente<br />

film: “El Valle <strong><strong>de</strong>l</strong> Arco Iris” (“Finian’s Rainbow”, 1967), un musical, protagonizado<br />

por Fred Astaire. Dos años más tar<strong>de</strong>, en 1969, Coppola realiza “<strong>La</strong> Gente <strong>de</strong><br />

la Lluvia” (“The Rain People”). Acá, el autor, ya estaba casi completo.<br />

Coppola filma en 1972, “El Padrino”. Esa obra indiscutible y halagada por<br />

todo el mundo (a veces por razones contradictorias) es el inicio <strong>de</strong> lo<br />

que nosotros llamamos el segundo y <strong>de</strong>finitivo momento <strong>de</strong> la autocon-


ciencia. Que llegará a su punto cúlmine con “Apocalipsis Now”, también<br />

<strong>de</strong> Coppola. Don<strong>de</strong> ya el <strong>cine</strong> quiere ser mundo, <strong>historia</strong>. Y si bien el <strong>cine</strong><br />

sigue manteniendo sus dos niveles (primera y segunda <strong>historia</strong>), a partir<br />

<strong>de</strong> la revolución coppoliana, la primera <strong>historia</strong> será, más que nunca, Historia.<br />

Esto es: las relaciones que el <strong>cine</strong> va a tener <strong>de</strong> aquí en a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante con<br />

la <strong>historia</strong>, con el po<strong>de</strong>r, con la política, con el mundo, van a estar mucho<br />

más ligadas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> “El Padrino” <strong>de</strong> Coppola.<br />

Francis Ford Coppola.<br />

Este film plantea, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un lugar nuevo y aparentemente inesperado,<br />

una oposición sólida y contun<strong>de</strong>nte frente al mundo mo<strong>de</strong>rno, sobre<br />

todo en lo que hace a su política capitalista liberal en los Estados Unidos.<br />

Algo análogo a lo que siempre hizo el <strong>cine</strong> norteamericano <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Griffith<br />

en a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante y sobre todo con la política <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s estudios. Porque<br />

el ponerse por afuera <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia liberal norteamericana<br />

no es una estrategia meramente criminal, mucho menos rebel<strong>de</strong>,<br />

<strong>de</strong> parte <strong>de</strong> los Corleone, sino muy por el contrario. Lo que la película<br />

plantea es una política anti liberal y milenaria (por supuesto, también,<br />

incorrecta, anti progresista, etc.) que se propone como alternativa al sistema<br />

<strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad. Es <strong>de</strong>cir, un salto, un cambio, una radicalización,<br />

para nada reformista, que viene a traer un nuevo paradigma, una nueva<br />

forma completa <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, que no es para nada nueva. Data, en términos<br />

literales, <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XII, en aquel período que algunos pensadores llamaron<br />

el otoño <strong>de</strong> la edad media; y simbólica y míticamente es más vieja<br />

que el mundo. Apenas comienza el film, luego <strong>de</strong> una larga catarsis <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

funebrero Bonasera, el padrino Vito Corleone (Marlon Brando) toma la<br />

palabra por primera vez en la película para <strong>de</strong>cir: “… ¿Por qué acudiste a<br />

la policía antes que a mí? …”<br />

| 153<br />

Siguiendo con esta línea, la familia y su proce<strong>de</strong>r se plantea en base a<br />

una moralidad inasimilable por la mentalidad liberal. Por dos motivos,<br />

entrelazados entre sí. Primero, porque el sostén ético, moral está planteado<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> un resorte teológico, metafísico, y por otro lado, porque la<br />

construcción y conservación <strong><strong>de</strong>l</strong> po<strong>de</strong>r escapa, por las mismas razones, a<br />

las modalida<strong>de</strong>s igualitarias y horizontales <strong>de</strong> estos tiempos. Más tar<strong>de</strong>,<br />

en la parte dos <strong>de</strong> la saga, y aún todavía más en la tres, veremos la fatalidad<br />

<strong>de</strong> esta modalidad, su sentido trágico, mientras que la minuciosa<br />

historización que hace Coppola en las películas siguientes nos permiten<br />

enten<strong>de</strong>r claramente el rol que juega en el mundo cierto proce<strong>de</strong>r, cierta<br />

oposición que viene siendo jugada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la política, pero también<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el arte y el pensamiento, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace mucho tiempo, a lo que se<br />

propone como línea recta <strong><strong>de</strong>l</strong> progreso in<strong>de</strong>finido. Esto lo po<strong>de</strong>mos trasladar,<br />

sin más, al proce<strong>de</strong>r <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> a lo largo <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> (algo <strong>de</strong> eso


intentamos, tímidamente, a través <strong>de</strong> este libro). Por los mismos motivos,<br />

creemos, el <strong>cine</strong>, el verda<strong>de</strong>ro arte <strong>cine</strong>matográfico, es inasimilable para<br />

la mentalidad liberal.<br />

Uno <strong>de</strong> los soportes <strong>de</strong> dicha actitud es la familia, tema coppoliano por<br />

excelencia. Otra vez, como en su anterior film, aparece la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> sacrificio.<br />

Pero <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la familia, esta película (y muchas otras posteriores)<br />

trabaja el lugar <strong><strong>de</strong>l</strong> padre. El padre como jefe, como padre <strong>de</strong> los hermanos,<br />

como padre simbólico <strong>de</strong> los otros (padrino), como hijo, como<br />

marido, y centralmente como sostén <strong>de</strong> una tradición que pugna por<br />

sobrevivir. Cuando el católico refiere a Dios, lo llama Padre.<br />

Contrario a lo que parece, o a lo que muchos <strong>de</strong>spistados intentaron minimizar<br />

o negar, la película nos da una moralidad, un sistema, un encuadre<br />

<strong>de</strong> los más pulidos que se hayan hecho. <strong>La</strong> ética Corleone es, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

cierto punto <strong>de</strong> vista, perfecta. No hay robo, no hay usura, se mata sólo<br />

por traición o venganza, se cuida <strong>de</strong> los propios (aunque no sean <strong>de</strong> la<br />

misma sangre), se negocia con una inteligencia increíble, se cuida <strong>de</strong> no<br />

exponerse, se piensa en el futuro sin olvidar el pasado, los hijos cumplen<br />

un rol fundamental, etc.<br />

154 |<br />

Proponemos, y prometemos, para más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante un trabajo exclusivo a<br />

partir <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Coppola, haciendo centro en la zaga <strong>de</strong> EL PADRINO.


EL Exorcista (The Exorcist, William Friedkin, 1973)<br />

Guión: William Peter Blatty (Basada en su novela)<br />

Dirección: William Friedkin<br />

Estreno: 26 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1973<br />

Elenco:<br />

Ellen Burstyn<br />

Max von Sydow<br />

Lee J. Cobb<br />

Kitty Winn<br />

Jack MacGowran<br />

Jason Miller<br />

Linda Blair<br />

El Exorcista.<br />

William Friedkin nació en Chicago el 29 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1935. Uno <strong>de</strong> los mejores<br />

directores <strong>de</strong> <strong>cine</strong> norteamericanos contemporáneos. Filmó, entre otras:<br />

“Los Chicos <strong>de</strong> la Banda” (1970), “Contacto en Francia” (1971), “El Exorcista”<br />

(1973), “Sorcerer” (1977) – Remake -, “Cruising” (1980), “Vivir y Morir en Los<br />

Ángeles” (1985), “<strong>La</strong> Sangre <strong><strong>de</strong>l</strong> Castigo” (1988), “El Guardián” (1990), “Ja<strong>de</strong>”<br />

(1996), “Doce Hombres en Pugna” (1997), “<strong>La</strong>s Reglas <strong><strong>de</strong>l</strong> Combate” (2000),<br />

“<strong>La</strong> Cacería” (2003) y “Bug” (2006). Filmografía completa: Bug (2006); The<br />

Hunted (2003); Rules of Engagement (2000); 12 Angry Men (1997); Ja<strong>de</strong><br />

(1995); Jailbreakers (1994) (TV); Blue Chips (1994); “Tales from the Crypt” (1<br />

episo<strong>de</strong>, 1992); The Guardian (1990); Rampage (1988); C.A.T. Squad: Python<br />

Wolf (1987) (TV); C.A.T. Squad (1986) (TV); To Live and Die in L.A. (1985); “The<br />

Twilight Zone” (1984) TV Series (episo<strong>de</strong> “Nightcrawlers”); Deal of the Century<br />

(1983); Cruising (1980); The Brink’s Job (1978); Sorcerer (1977); The Exorcist<br />

(1973); The French Connection (1971); The Boys in the Band (1970); The Night<br />

They Rai<strong>de</strong>d Minsky’s (1969); The Birthday Party (1968); Good Times (1967).<br />

| 155<br />

Friedkin es uno <strong>de</strong> los primeros directores, junto a Coppola, que participó<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> renacimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano, hacia fines <strong>de</strong> los sesenta.<br />

Autor <strong>de</strong> películas famosas como también <strong>de</strong> casi <strong>de</strong>sconocidas obras,<br />

forma parte, junto a Carpenter y a Brian De Palma, <strong>de</strong> los artistas más incómodos,<br />

contun<strong>de</strong>ntes y directos para con el sistema <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad<br />

liberal. Friedkin es el autor que mezcla horrorosamente elementos tradicionales<br />

y mo<strong>de</strong>rnos, los cuales sintetizan cierto kitsch contemporáneo.<br />

<strong>La</strong> ambientación, la <strong>de</strong>coración, ciertas sutilezas en los diálogos, el uso<br />

<strong>de</strong> la música, hacen <strong>de</strong> este autor uno <strong>de</strong> los creadores más gran<strong>de</strong>s <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

<strong>cine</strong> norteamericano contemporáneo. <strong>La</strong> <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> los personajes,<br />

las complejas tramas, las sutilísimas actuaciones, el cuidado <strong>de</strong> la puesta<br />

en escena toda, y su función simbólica, son algunos <strong>de</strong> los muchos méritos<br />

<strong>de</strong> Friedkin.


156 |<br />

<strong>La</strong> prolífica obra <strong>de</strong> Friedkin recorre variados temas,<br />

obsesiones y estilos. El doble como función especular<br />

entre el bien y el mal, <strong>de</strong> la mejor raíz hitchcockiana<br />

(“Contacto en Francia” <strong>de</strong> 1971, “Vivir y Morir en Los<br />

Ángeles” <strong>de</strong> 1985 y “<strong>La</strong> Cacería” <strong>de</strong> 2002); la función<br />

sacerdotal con una mirada aguadamente jesuítica (“El<br />

Exorcista” <strong>de</strong> 1973); la mezcla <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado con el presente<br />

y la confusión conservadora liberal (“Ja<strong>de</strong>” <strong>de</strong><br />

1996); la función guerrera en base a una mirada reveladora<br />

hacia Oriente Medio (“<strong>La</strong>s Reglas <strong><strong>de</strong>l</strong> Combate”<br />

<strong>de</strong> 2000); el recurso <strong>de</strong> la comedia como muestra <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

cartón pintado en el que se vive en la ciudad mo<strong>de</strong>rna<br />

(“Y Dón<strong>de</strong> está el <strong>La</strong>drón” <strong>de</strong> 1978 y “El Golpe <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Siglo” <strong>de</strong> 1983); el film <strong>de</strong> horror suburbano don<strong>de</strong><br />

el bosque, el árbol y la ma<strong>de</strong>ra adquieren valor simbólico<br />

(“El Guardián” <strong>de</strong> 1990); el thriller don<strong>de</strong> cierta<br />

anormalidad se vuelve terror y a la vez normalidad<br />

(“Cruising” <strong>de</strong> 1980 y “<strong>La</strong> Sangre <strong><strong>de</strong>l</strong> Castigo” <strong>de</strong> 1988);<br />

el <strong>de</strong>smembramiento <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte y <strong>de</strong> la función<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> grupo, saturada por la presión que ejerce el po<strong>de</strong>r<br />

luego <strong>de</strong> la huída (“Sorcerer” <strong>de</strong> 1977); y por último<br />

la brillante remake <strong><strong>de</strong>l</strong> film clásico “12 Hombres en<br />

Pugna” <strong>de</strong> 1997, don<strong>de</strong> un jurado convencido, en su<br />

mayoría, <strong>de</strong> la culpabilidad <strong><strong>de</strong>l</strong> acusado, <strong>de</strong>bate, largamente<br />

hasta convencerse <strong>de</strong> lo contrario.<br />

Más allá <strong>de</strong> los diferentes estilos y formas <strong>de</strong> los films<br />

<strong>de</strong> Friedkin, el esquema estructural <strong>de</strong> sus films repite<br />

casi siempre el mismo recorrido iniciático. Un personaje<br />

se introduce en un mundo que no le es propio,<br />

hasta suele serle hostil. Intentando modificarlo, suele<br />

condicionarse y hasta transformarse para pertenecer.<br />

Po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>jar aparte a dos personajes polémicos,<br />

que por sus características especiales <strong>de</strong> seguridad<br />

y convicción, escapan un poco, no <strong><strong>de</strong>l</strong> todo, a dicha<br />

<strong>de</strong>scripción. Ellos son: El padre Merrin <strong>de</strong> “El Exorcista”,<br />

y el Coronel Chil<strong>de</strong>rs <strong>de</strong> “<strong>La</strong>s Reglas <strong><strong>de</strong>l</strong> Combate”.<br />

El primero muere en su lucha final contra el <strong>de</strong>monio.<br />

El segundo es llevado a juicio en una corte militar por<br />

ser más patriota que todos los que lo juzgan.<br />

Sería, por <strong>de</strong>más, interesante, comparar las visiones<br />

<strong>de</strong> Friedkin y las <strong>de</strong> Carpenter en lo que hace a<br />

varias cuestiones. Una <strong>de</strong> ellas tiene que ver con la<br />

función sacerdotal, y su relación, al menos en términos<br />

especulares, con el catolicismo. Otra cuestión<br />

sería Occi<strong>de</strong>nte y la relación <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> con el pasado<br />

cultural. Dichas visiones, entre otras, comprobarían<br />

lo diferentes pero a la vez complementarios que son<br />

ciertos realizadores <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la instauración <strong>de</strong>finitiva<br />

<strong>de</strong> la autoconciencia. Dicho <strong>de</strong> otro modo, lo poco<br />

que queda <strong>de</strong> <strong>cine</strong> juega <strong>de</strong> modo polémico en constantes<br />

planteos y respuestas, don<strong>de</strong> todos se miran, y<br />

se contestan.<br />

Si bien el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Friedkin goza, en apariencia, <strong>de</strong> mayor<br />

prestigio o mayor fama que el <strong>de</strong>, por ejemplo,<br />

Carpenter, esto tiene que ver con cierto look más clase<br />

A <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> Friedkin, lo cual da un mote, a priori,<br />

<strong>de</strong> «serio», como si la media <strong>de</strong> la crítica actual neoyorkina<br />

y francesa, aún a regañadientes, no les quedase<br />

más remedio que aceptar el arte <strong>de</strong> este autor.<br />

El Exorcista plantea, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una diégesis extrema, el<br />

tema <strong>de</strong> la función sacerdotal, y cómo ésta es transmitida<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> cura iniciado, maduro (Merrin), al joven<br />

recién llegado, el neófito Karras, que ya a comienzos<br />

<strong>de</strong> los setentas estaba con su cabeza hecha una terrible<br />

ensalada <strong>de</strong> psicología, sociología y mo<strong>de</strong>rnismo.<br />

Ante el inoportuno comentario <strong><strong>de</strong>l</strong> padre Karras, en<br />

los preparativos <strong><strong>de</strong>l</strong> exorcismo… “… por lo que estuve<br />

analizando, las personalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Reagan son, por<br />

lo menos, dos…”. Tajante, el padre Merrin respon<strong>de</strong>:<br />

“<strong>La</strong> Personalidad siempre es una, padre Karras”. Este<br />

diálogo es emblema <strong><strong>de</strong>l</strong> sentido <strong><strong>de</strong>l</strong> film.<br />

Otro tema central <strong><strong>de</strong>l</strong> film es la oposición planteada,<br />

a través <strong>de</strong> la confusión <strong>de</strong> Karras, y también <strong>de</strong><br />

la madre <strong>de</strong> Reagan, <strong>de</strong> los ambientes relacionados<br />

con el saber. Por un lado el mundo científico, médico,<br />

racional, que no encuentra solución (y que no la va<br />

a encontrar nunca, al menos en este tipo <strong>de</strong> casos)<br />

al problema <strong>de</strong> la niña Reagan. Éstos son mostrados


fríos, blancos, planos, casi quemados y sin relieve. Por<br />

otro lado, el mundo religioso, y a la vez espiritual <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

film, mostrado a través <strong>de</strong> la congregación jesuita<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la Iglesia Católica. Éstos, contrariamente,<br />

son puestos en escena <strong>de</strong> manera, cálida, bella, vertical,<br />

con tonos marrones, y mucho relieve y volumen<br />

en la imagen. El mundo mo<strong>de</strong>rno ha logrado separar,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus políticas autónomas o, más bien, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

proclamación <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, autonomías y especialida<strong>de</strong>s,<br />

el mundo material <strong><strong>de</strong>l</strong> espiritual, se han vuelto<br />

irreconciliables, excluyentes. Y, como en el <strong>cine</strong> <strong>de</strong><br />

John Carpenter, a veces, cada uno le tira la pelota al<br />

otro casi sin solución <strong>de</strong> continuidad.<br />

Para cerrar, <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>cir que en el mundo <strong>de</strong> Friedkin<br />

se indaga permanentemente sobre la mezcla<br />

entre lo clásico y lo mo<strong>de</strong>rno, sobre el kirsch contemporáneo,<br />

sobre modalida<strong>de</strong>s antiguas y tradicionales<br />

que sobreviven caídas <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo liberal y<br />

materialista en el que vivimos, y cómo esas modalida<strong>de</strong>s,<br />

o datos, o formas, por inconciencia pue<strong>de</strong>n<br />

invertirse sin más. Confundirse, aún en mezclas mentales,<br />

como la presentación <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje asesinado<br />

en el comienzo <strong>de</strong> “Ja<strong>de</strong>” (1996).<br />

| 157


<strong>La</strong> Conversación<br />

(The Conversation, Francis F. Coppola, 1974)<br />

Guión y Dirección: Francis Ford Coppola<br />

Estreno: 7 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1974<br />

Elenco:<br />

Gene Hackman<br />

John Cazale<br />

Allen Garfield<br />

Fre<strong>de</strong>ric Forrest<br />

Cindy Williams<br />

Michael Higgins<br />

Elizabeth MacRae<br />

Terri Garr<br />

Harrison Ford<br />

Mark Wheeler<br />

Robert Shields<br />

158 |<br />

Entre “El Padrino” y “El Padrino II”, Coppola filma “<strong>La</strong> Conversación”. Este<br />

film, propio en todo sentido (con guión y producción <strong>de</strong> Coppola), es un<br />

policial melodramático protagonizado por Gene Hackman. El tema <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

doble, <strong>de</strong> las copias, es el eje simbólico <strong><strong>de</strong>l</strong> film. Porque el film es un nexo<br />

entre ambos padrinos, pero también es un puente entre los padrinos y<br />

su film siguiente: “Apocalipsis Now” (1979). Esto es: un juicio <strong>de</strong> qué es, y<br />

cómo se hacen las copias, tema central <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> autoconciente.<br />

<strong>La</strong> Conversación.


Coppola retoma en este film el hilo <strong>de</strong> “<strong>La</strong> Gente <strong>de</strong><br />

la Lluvia”. Harry Caul es un técnico en sonido, que trabaja<br />

haciendo espionaje, grabando conversaciones<br />

privadas. Dentro <strong>de</strong> un contexto <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>terminado,<br />

Harry es un personaje que ha elegido la soledad.<br />

Pero enten<strong>de</strong>mos que, a la vez, le pesa esa soledad.<br />

No tiene mujer, ni familia, ni amigos. Solo compañeros<br />

ocasionales <strong>de</strong> trabajo y clientes. Harry se da<br />

cuenta, en uno <strong>de</strong> los trabajos, que una pareja (a la<br />

que espía) pue<strong>de</strong> ser víctima <strong>de</strong> una compleja trama<br />

policial. A partir <strong>de</strong> allí se compromete, da el salto <strong>de</strong><br />

calidad, a la vez que comienza a replantearse su vida.<br />

Con Kierkegaard, intenta pasar <strong><strong>de</strong>l</strong> estadio estético al<br />

ético, <strong>de</strong> la precisión técnica al compromiso comunitario.<br />

Él se ha alejado tanto <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, que cuando<br />

intenta regresar ya nadie lo reconoce, ya ha perdido<br />

la posibilidad <strong>de</strong> contacto, <strong>de</strong> enlace. A la par <strong>de</strong> esto,<br />

comienza a obsesionarse con que lo escuchan y lo<br />

graban, y empieza a perseguirse con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que él<br />

también es víctima <strong>de</strong> aquel espionaje. Cuando comprueba<br />

que esto es cierto, la <strong>de</strong>sesperación lo lleva a<br />

la locura. Ni siquiera su fe, su religión (otra vez el catolicismo),<br />

emblematizado en esa virgen que conserva<br />

entre sus cosas, pue<strong>de</strong>n salvarlo. Sólo le queda refugiarse,<br />

encerrarse en su locura, en sus propias ruinas,<br />

y en su música.<br />

“<strong>La</strong> Conversación”, muy a modo hitchcockiano (sobre<br />

todo, pensemos en “<strong>La</strong> Ventana Indiscreta”), retoma<br />

el tema <strong>de</strong> la contemplación, como fisgoneo en el<br />

marco <strong><strong>de</strong>l</strong> complejo <strong>de</strong> culpa. Pero ahora, más que<br />

nunca, es el sistema el que oprime al individuo, ese<br />

sistema liberal que es capaz <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>rse (como nos<br />

muestra la película en sucesivas ocasiones) por unos<br />

cuantos dólares. Dentro <strong>de</strong> esta línea <strong>de</strong> interpretación,<br />

Coppola enmarca la diégesis en el marco <strong>de</strong> la<br />

intimidad o, más bien, la violación <strong>de</strong> la intimidad.<br />

Después <strong>de</strong> todo, <strong>de</strong> eso trata el film. Luego <strong>de</strong> ese<br />

laberinto, <strong>de</strong> ese <strong>de</strong>scenso a los infiernos, en medio<br />

<strong>de</strong> una <strong>de</strong>sconsolada soledad, el personaje <strong>de</strong> Harry<br />

emerge vencido, aceptando ese lugar fatal, don<strong>de</strong><br />

aquella soledad no es más ni menos que la falta <strong>de</strong><br />

familia. <strong>La</strong> persona singular vencida, <strong>de</strong>rrotada, por<br />

la opresión mo<strong>de</strong>rna, recurre, sin más, a la resignación,<br />

aceptando ese único lugar que le queda <strong>de</strong> interioridad<br />

privada: la música, esa forma que es pura<br />

voluntad. Con un guión extraordinario, único, <strong>de</strong> los<br />

mejores <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> autoconciente, Coppola parte <strong>de</strong> un<br />

mundo cerrado, asfixiante, para <strong>de</strong>splegar uno <strong>de</strong> los<br />

mejores films contemporáneos.<br />

Escribe María Eva Morales:<br />

Hay realizaciones don<strong>de</strong> una escena pue<strong>de</strong> resumir,<br />

sintetizar toda la película, “<strong>La</strong> Conversación” es una <strong>de</strong><br />

ellas. En la presentación, la escena <strong>de</strong> la escucha en la<br />

plaza nos permite ver lo que luego, a escala, se verá<br />

en el resto <strong><strong>de</strong>l</strong> film. <strong>La</strong> plaza vista <strong>de</strong> lejos, pequeña<br />

(casi como una maqueta) no muestra nada que sobresalga<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> resto, hasta el momento en que la cámara<br />

se acerca lentamente y comienza a <strong>de</strong>stacar la<br />

figura <strong><strong>de</strong>l</strong> mimo haciendo “como que”, <strong>de</strong> cerca se ve<br />

una parodia, y parte <strong>de</strong> ella es seguirlo a Harry Caul, el<br />

técnico en seguridad y vigilancia que está espiando a<br />

otros. <strong>La</strong>s escuchas se realizan a través <strong>de</strong> tres micrófonos,<br />

uno <strong>de</strong> ellos tiene apariencia <strong>de</strong> arma, su uso<br />

implica riesgo, peligro.<br />

<strong>La</strong> pareja vigilada se maneja en espacio abierto, tiene<br />

la posibilidad <strong>de</strong> moverse libremente, aunque <strong>de</strong>ci<strong>de</strong><br />

caminar en círculos, como circular también es la trayectoria<br />

<strong>de</strong> los carreteles <strong>de</strong> audio, como circular va a<br />

ser la vuelta <strong>de</strong> la moto que lo encierra en el amplio<br />

piso <strong>de</strong> su taller, como redonda es la <strong>historia</strong> que lo envuelve<br />

y lo aprisiona, como lo sugiere el claustrofóbico<br />

espacio <strong><strong>de</strong>l</strong> furgón don<strong>de</strong> ha instalado su equipo.<br />

Harry Caul ignora su encierro, el cree que mira y escucha<br />

sin ser visto ni oído, como a las muchachas que<br />

Stan fotografía, que usan su ventana como espejo<br />

para maquillarse. Nosotros compartimos su ignorancia,<br />

su visión limitada. El sólo es consciente <strong>de</strong> su culpa<br />

por tres asesinatos <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado.<br />

| 159


160 |<br />

Caul durante la escucha recibe dos advertencias. El<br />

primer diálogo <strong>de</strong> la película don<strong>de</strong>, en la plaza un<br />

muchacho le dice a una joven: “Vamos a mi casa así<br />

nos conocemos, esto es horrible”, esa frase advierte<br />

que allí, en ese lugar, al contrario <strong>de</strong> lo que cree Caul,<br />

no es posible conocer (percibir el objeto como distinto<br />

a todo lo que no es) a nadie.<br />

<strong>La</strong> otra advertencia es la que hace la joven que está<br />

siendo vigilada por él: “Wake Up!” repite. ¡Despierta,<br />

<strong>de</strong>spierta!, pero Caul en el automatismo <strong>de</strong> su trabajo<br />

no es capaz <strong>de</strong> escucharlo, porque él cree que nada<br />

<strong>de</strong> lo que se diga lo tiene como <strong>de</strong>stinatario, como<br />

tampoco entien<strong>de</strong> su vulnerabilidad ante la intromisión<br />

que ha cometido su vecina con su casa y con su<br />

correspon<strong>de</strong>ncia, a pesar <strong>de</strong> las alarmas y sus múltiples<br />

cerraduras.<br />

Hecho el trabajo, Harry está en condiciones <strong>de</strong> entregarlo<br />

y <strong>de</strong> cobrarlo. Lo citan a la oficina <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre<br />

que lo contrató, el Director <strong>de</strong> una importante empresa,<br />

pero éste no está, lo recibe su asistente, Martin<br />

Stett, en una oficina <strong>de</strong> un elevadísimo edificio don<strong>de</strong><br />

hay un telescopio: Ellos también espían. A Caul no<br />

le interesa el contenido <strong>de</strong> sus grabaciones, pero es<br />

un hombre prolijo y con cierta paranoia y ante la ausencia<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Director, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> esperar y no <strong>de</strong>ja el sobre<br />

con las cintas, ni acepta el dinero <strong><strong>de</strong>l</strong> pago. Gracias a<br />

esta <strong>de</strong>cisión recibe la primera amenaza, y seguidamente,<br />

antes <strong>de</strong> abandonar el edificio, se cruza con<br />

cada uno <strong>de</strong> los integrantes <strong>de</strong> la pareja vigilada. Esto<br />

es motivo suficiente para que la naturaleza humana,<br />

que cree ajena a él, lo lleve a preocuparse por el contenido<br />

<strong>de</strong> las cintas. Lo quiere <strong>de</strong>socultar, no quiere<br />

que su trabajo provoque otras muertes. Escucha las<br />

cintas, investiga hasta que cree escuchar <strong>de</strong> voz <strong>de</strong> la<br />

pareja “nos mataría si tuviera oportunidad”. Conmocionado,<br />

apaga el equipo <strong>de</strong> audio (quizá intentando<br />

acallar su conciencia) pero ni uno ni otra pue<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong>tenerse ya. Intenta proteger a la pareja que él cree<br />

en peligro reteniendo las cintas, pero víctima <strong>de</strong> un<br />

engaño el “Director” se apo<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> las grabaciones.<br />

Ante el hecho consumado y siguiendo su curiosidad,<br />

<strong>de</strong>ci<strong>de</strong> ir a entregar las fotos y cobrar por su trabajo.<br />

Cuando ingresa a la casa <strong><strong>de</strong>l</strong> Director, domina la estancia<br />

una gran maqueta <strong>de</strong> <strong>La</strong> Ciudad, la que nos<br />

remite a la pequeña maqueta <strong>de</strong> la plaza <strong>de</strong> la escucha.<br />

Si los “plantadores <strong>de</strong> micrófonos” dominan<br />

plazas y acce<strong>de</strong>n a pequeñas porciones <strong>de</strong> secretos,<br />

los “Directores” dominan la Ciudad gracias a los secretos<br />

a comprados a los muchos Caul que ofrecen sus<br />

servicios sin plantearse qué fin tendrá la información<br />

que ven<strong>de</strong>n. Harry <strong>de</strong>scubre que no hay protección,<br />

“nadie está a salvo” dice, pero en ese momento ese<br />

“nadie”, aún, no lo involucra a él.<br />

El investigador ha podido <strong>de</strong>stacar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su profesión,<br />

lo que contrasta con su inestabilidad emocional.<br />

El se ha encargado <strong>de</strong> aislarse <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, no<br />

tiene la capacidad <strong>de</strong> comunicarse con quienes lo ro<strong>de</strong>an,<br />

está impedido afectivamente: a Stan lo excluye<br />

<strong>de</strong> su mundo y a su novia/amante, Amy, le paga a pesar<br />

<strong>de</strong> amarla (como lo confiesa <strong>de</strong>spués), para no dar<br />

lugar a ningún vínculo afectivo entre ellos.<br />

Su ferviente religiosidad le profundiza la culpa, pero<br />

por otro lado es el único momento personal que le<br />

permite drenar sus remordimientos y su angustia por<br />

lo peligrosa que su profesión pue<strong>de</strong> resultar. Es su refugio,<br />

porque quizá confíe en que su Dios sea el único<br />

que no revele sus secretos.<br />

<strong>La</strong> conversación plantea el tema <strong>de</strong> la invasión institucionalizada<br />

<strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> las personas (es una realización<br />

<strong>de</strong> 1974 a dos años <strong><strong>de</strong>l</strong> escándalo <strong>de</strong> Watergate),<br />

la falta <strong>de</strong> comunicación, y a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>nuncia y advierte<br />

que nadie está a salvo. <strong>La</strong> acompaña una banda sonora<br />

que sustenta la trama y realza, a veces hasta el límite,<br />

los estados emocionales <strong>de</strong> Harry Caul. Éste se muestra<br />

a través <strong>de</strong> una luz que grisa todo, es un hombre gris<br />

en una ciudad gris, que <strong><strong>de</strong>l</strong>ata la concepción que Harry<br />

tiene sobre la vida y sobre sí mismo.


El protagonista <strong>de</strong>scubre ya tar<strong>de</strong> que es víctima <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

mismo sistema que él ayudó a crear y perfeccionar, y<br />

en el que se sentía orgulloso <strong>de</strong> sobresalir. Este sistema<br />

no lo maneja él ni ningún otro técnico en seguridad y<br />

vigilancia, que espían plazas y se ven<strong>de</strong>n en convenciones,<br />

sino que es un sistema sin rostro (como el Director)<br />

don<strong>de</strong> Harry Caul es una pieza a <strong>de</strong>sechar.<br />

Contradictoriamente, Caul, un hombre envidiado por<br />

sus colegas, creador <strong>de</strong> sus propias herramientas, que<br />

pue<strong>de</strong> acce<strong>de</strong>r a lo inaccesible, en el momento <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

crimen no pue<strong>de</strong> escuchar lo que <strong>de</strong>be escuchar, solo<br />

le llega el estri<strong>de</strong>nte grito que retumba en su mente,<br />

como una campana. A los fines <strong>de</strong> liberarse, va a la<br />

habitación 773, don<strong>de</strong> ocurrió el crimen y se encuentra<br />

con la normalidad aparente, pero él ya sabe <strong>de</strong><br />

eso. Deci<strong>de</strong> buscar. Y encuentra. <strong>La</strong> sangre <strong><strong>de</strong>l</strong> nuevo<br />

crimen lo persigue como la culpa por el asesinato <strong>de</strong><br />

tres personas, que su trabajo provocó en el pasado.<br />

Dispuesto a enfrentarlo, va en busca <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre que<br />

lo contrató y que cree ha asesinado a su propia esposa<br />

(la joven vigilada) pero, en cambio, se encuentra<br />

con ésta <strong>de</strong>butando en su viu<strong>de</strong>z que lo mira reconociéndolo.<br />

El círculo se ha cerrado con él a<strong>de</strong>ntro y no<br />

hay escapatoria.<br />

| 161<br />

Hasta el último momento hemos compartido la mirada<br />

<strong>de</strong> Caul, su angustia, su incapacidad emocional,<br />

su culpa y también su error y lo <strong>de</strong>scubrimos junto<br />

con él, y todos sabemos que ya es muy tar<strong>de</strong>. Quizá<br />

nos diferenciemos en que al final hemos sido capaces<br />

antes que él, cuando empieza con su frenética búsqueda<br />

<strong>de</strong> micrófonos en su <strong>de</strong>partamento, que no<br />

hallará ningún micrófono, sino que la armónica <strong>de</strong><br />

Bernie Morán, su competidor, es la nueva arma, que<br />

esta vez ha sido disparada contra él.


El Padrino II<br />

(The Godfather Part II, Francis F. Coppola, 1974)<br />

Guión y Dirección: Francis Ford Coppola<br />

Estreno: 27 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1974<br />

Elenco:<br />

Al Pacino<br />

Robert Duvall<br />

Diane Keaton<br />

Robert De Niro<br />

John Cazale<br />

Talia Shire<br />

Lee Strasberg<br />

Michael V. Gazzo<br />

G.D. Spradlin<br />

Richard Bright<br />

Gastone Moschin<br />

Tom Rosqui<br />

Bruno Kirby<br />

Frank Sivero<br />

Francesca De Sapio<br />

162 |<br />

Cuando Coppola revisa el pasado <strong>de</strong> Vito Corleone (aquí, Robert De Niro)<br />

en “El Padrino II”, al comienzo y luego en sucesivas alternancias con el<br />

El final <strong>de</strong> El Padrino II.


Robert De Niro en El Padrino II.<br />

presente (1958-1959), nos instala <strong>de</strong> lleno en el terreno mítico. Lo que<br />

vamos a buscar, y encontramos por cierto, es el origen. ¿El origen <strong>de</strong><br />

qué? El origen <strong>de</strong> la familia Corleone. Más precisamente, el origen americano<br />

<strong>de</strong> los Corleone.<br />

| 163<br />

Des<strong>de</strong> que Vito llega a América en 1901 hasta su toma <strong><strong>de</strong>l</strong> po<strong>de</strong>r, por así<br />

<strong>de</strong>cirlo, (1916-1917), no hace más que enfrentarse, cíclicamente, con los<br />

reveses <strong>de</strong> una sociedad que no reconoce, en la que se siente un extraño.<br />

Recor<strong>de</strong>mos que la Nueva York <strong>de</strong> principios <strong>de</strong> siglo era un estado<br />

policial mercantil (<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los parámetros protestantes <strong>de</strong> la época)<br />

en la que un recién llegado, encima latino, para más italiano y <strong><strong>de</strong>l</strong> sur, no<br />

tenía más remedio que ubicarse en el ghetto tal o cual que lo cobijara.<br />

Ese reunir y cobijar fue la primera respuesta auténtica que recibió el niño<br />

Andolini al culminar su cuarentena.<br />

Pero para po<strong>de</strong>r vivir bien, como la tradición lo indica, para po<strong>de</strong>r, sobre<br />

todo, no pertenecer a esto que se me presenta como nuevo, “Sin Bailar<br />

al compás <strong>de</strong> esos… potentados…”, pero que yo sé que es más viejo<br />

que muchos <strong>de</strong> nuestros abuelos, para hacernos cargo <strong>de</strong> ésa tradición<br />

(esto implica también po<strong>de</strong>r hacerse cargo <strong>de</strong> esa comunidad ya vuelta<br />

ghetto), para todo esto, <strong>de</strong>cimos, necesitamos enten<strong>de</strong>r los resortes <strong>de</strong><br />

esta nueva cultura, cómo se manejan y se generan los valores en la nue-


va casa, y, fundamentalmente, ver <strong>de</strong> qué manera yo, o los míos (o yo con<br />

los míos) po<strong>de</strong>mos hacernos cargo <strong>de</strong> ese <strong>de</strong>stino trágico <strong>de</strong> una manera<br />

real y concreta. En síntesis: Necesitamos po<strong>de</strong>r. ¿Qué es el po<strong>de</strong>r? <strong>La</strong><br />

posibilidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir políticamente sobre lo que nos ro<strong>de</strong>a, y generar<br />

o recuperar valores que sustenten esas <strong>de</strong>cisiones. ¿Cómo se construye<br />

ese po<strong>de</strong>r que no tengo? Fácil (para Vito, no para cualquiera). Quitándoselo<br />

al que lo tiene. Lo extraordinario es lo esencial <strong>de</strong> lo mítico. Es <strong>de</strong>cir,<br />

no hay mito posible si no me animo a eso que, evi<strong>de</strong>ntemente, es lo que<br />

hay que hacer (héroe). Recor<strong>de</strong>mos que cuando Vito Corleone asume ya<br />

su rol <strong>de</strong>finitivo luego <strong>de</strong> cargarse a Fanucci, lo primero que <strong>de</strong>be resolver<br />

es un asunto doméstico <strong>de</strong> una amiga <strong>de</strong> su mujer. El tal Roberto, al<br />

que Vito intenta comprar, para que dicha mujer pueda seguir viviendo<br />

en su casa rentada, es calabrés, no siciliano. Es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el vamos,<br />

Corleone se tiene que hacer cargo <strong>de</strong> toda Italia.<br />

164 |<br />

Dicen que <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> toda fortuna hay un crimen… lo que Coppola pone<br />

en dudas es si todos los crímenes son iguales, si todas las personas son<br />

iguales… y si no será que, tal vez, la mo<strong>de</strong>rnidad ha juntado y estratificado<br />

en valores jurídicos o penales, lo que tradicionalmente sólo se<br />

sesionaba en jerarquías verticales que respondían a una <strong>de</strong>terminada<br />

instancia metafísica. No será que nos <strong>de</strong>jaron el objeto sin su aura, entonces<br />

todos los objetos ahora parecen ser iguales entre sí. Todo se ha<br />

horizontalizado en la mo<strong>de</strong>rnidad, y eso lo percibe intuitivamente Vito<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que llega a su vida adulta norteamericana. El centro <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo<br />

(como eje <strong>de</strong> la tradición) se ha trasladado y ya no está más en Roma, ni<br />

en Italia, ni siquiera en la Europa museística y rendida <strong>de</strong> aquellos años.<br />

El centro se trasladó a América. Aunque con algunos valores cambiados,<br />

el centro siempre es el centro. Algo análogo a la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> los Corleone<br />

le sucedió a la cultura, más precisamente al arte. Cuando Vito llega<br />

a América, el <strong>cine</strong> llega a América, hoy sabemos que fue el único arte<br />

universal y ecuménico <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XX. Y el <strong>de</strong>talle autoconciente <strong>de</strong> nuestro<br />

autor: cuando Vito comienza a asumir su rol, es cuando, históricamente,<br />

Griffith crea el <strong>cine</strong>. Esta misma época coinci<strong>de</strong> con la primera guerra<br />

mundial, primera gran <strong>de</strong>cepción <strong><strong>de</strong>l</strong> progreso in<strong>de</strong>finido materialista, y<br />

coinci<strong>de</strong> también (porque la guerra citada se encargó <strong>de</strong> ello) con la caída<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> ya jaqueado Imperio Austrohúngaro, la última verda<strong>de</strong>ra ilusión<br />

europea no liberal, y continuadora <strong>de</strong> la tradición occi<strong>de</strong>ntal con fines<br />

ecuménicos. Hacia el final, luego <strong><strong>de</strong>l</strong> juicio que exonera a Michael, en<br />

una larga conversación, Pentangelli le dice a Tom Hagen: “… ¿Te acordás<br />

<strong>de</strong> aquellos tiempos? Éramos como el Imperio Romano…” <strong>La</strong> referencia<br />

es para los años 30, don<strong>de</strong>, y para seguir con la analogía, el <strong>cine</strong> norteamericano<br />

también era como el imperio romano, o empezaba a serlo. “El


Don era inabordable…”, comentó Sollozo en la primer parte, refiriéndose<br />

al mismo período.<br />

Pero la vida sigue en la norteamérica <strong>de</strong> fines <strong>de</strong> los años cincuenta. Porque<br />

lo central es la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> continuidad, <strong>de</strong> transmisión, en estos tiempos<br />

<strong>de</strong>beríamos hablar <strong>de</strong> resistencia, sin más. Po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir, entonces,<br />

que la zaga <strong>de</strong> El Padrino, haciendo principal hincapié en la parte dos,<br />

es la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> una resistencia. <strong>La</strong> <strong>historia</strong> <strong>de</strong> una forma (el <strong>cine</strong>) que se<br />

opone a la mentalidad liberal a través <strong>de</strong> una mentalidad que se conserva<br />

en el tiempo, más o menos intacta, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace casi mil años. Y, como<br />

recurso viquiano, no pudo más que estar en el centro aún cuando el centro<br />

se había trasladado, porque todo está siempre don<strong>de</strong> tiene que estar.<br />

Michael Corleone (Al Pacino) sufre un atentado en su propia casa, en su<br />

propia habitación. Esto es en el comienzo <strong>de</strong> la película. Al final <strong>de</strong> la parte<br />

dos, dirá: “… Si algo hemos aprendido, si algo nos enseña la <strong>historia</strong>, es<br />

que en este mundo, cualquiera pue<strong>de</strong> matar a cualquiera…” A partir <strong>de</strong><br />

aquí comienza el <strong>de</strong>smembramiento familiar, en contrapunto a la construcción<br />

que viene efectuando Vito, en paralelo (es difícil <strong>de</strong> explicar,<br />

pero el <strong>cine</strong> cuanto mejor es, más difícil es explicarlo con palabras), en<br />

otro tiempo y en otro lugar; y con la tradición más cerca <strong>de</strong> sus espaldas.<br />

Así como Vito en la primera parte, arma aquella reunión <strong>de</strong> jefes para<br />

<strong>de</strong>scubrir a su enemigo Barzini, lo mismo acá, Michael hace toda una<br />

vuelta que termina en Cuba, con escala en Miami, para <strong>de</strong>scubrir a su<br />

enemigo Hymann Roth. Sin recaer en <strong>de</strong>talle acerca <strong>de</strong> cómo nos <strong>de</strong>scribe<br />

<strong>de</strong> un pantallazo a Cuba y su revolución (visión que aplaudiría hasta<br />

el mismo Fi<strong><strong>de</strong>l</strong> Castro), la torta es lo que importa y esa misma torta se<br />

reparte allá, el día <strong><strong>de</strong>l</strong> cumpleaños <strong>de</strong> su enemigo. Esto es: ya salimos <strong>de</strong><br />

Estados Unidos, ya acumulamos tal po<strong>de</strong>r que hemos cruzado las fronteras<br />

<strong>de</strong> la nueva tierra. Y lo seguiremos haciendo, hasta llegar al Vaticano<br />

mismo si es necesario, hasta conquistar la mayor parte <strong>de</strong> las acciones <strong>de</strong><br />

la empresa más gran<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo en el negocio inmobiliario. Aunque<br />

todo sea para terminar en una representación operística, y aunque sólo<br />

quiera que cuando se pronuncie nuestro nombre se piense en una voz.<br />

Una voz <strong>de</strong> la representación, una voz <strong><strong>de</strong>l</strong> arte, <strong>de</strong> la ópera, <strong>de</strong> la vida. <strong>La</strong><br />

voz <strong><strong>de</strong>l</strong> hijo, que ya no es el hijo, que ha perdido el rumbo y lo ha vuelto<br />

a encontrar en Sicilia, como él… cuarenta años atrás.<br />

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HALLOWEEN<br />

(John Carpenter, 1978)<br />

Guión: Debra Hill y John Carpenter<br />

Dirección: John Carpenter<br />

Estreno: 16 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1978<br />

Elenco:<br />

Donald Pleasence<br />

Jamie Lee Curtis<br />

Nancy Kyes<br />

P.J. Soles<br />

Charles Cyphers<br />

Kyle Richards<br />

Brian Andrews<br />

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John Carpenter nació en Kentucky el 16 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1948. Uno <strong>de</strong> los mejores<br />

directores <strong>de</strong> <strong>cine</strong> norteamericanos <strong>de</strong> nuestra época. Su filmografía fantástica,<br />

generalmente <strong>de</strong> bajo presupuesto, ha marcado a todo el <strong>cine</strong> mundial.<br />

Films como “Halloween” (1979), “<strong>La</strong> Niebla” (1980), “El Enigma <strong>de</strong> Otro Mundo”<br />

(1982), “Christine” (1983), “El Príncipe <strong>de</strong> las Tinieblas” (1987), “Sobreviven”<br />

(1988), “En la Boca <strong><strong>de</strong>l</strong> Miedo” (1994), “El Pueblo <strong>de</strong> los Malditos” (1995),<br />

“Vampiros” (1998) y “Fantasmas en Marte” (2001) han <strong>de</strong>jado huella <strong>de</strong>ntro<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> contemporáneo. El año 2005 realizó uno <strong>de</strong> los capítulos <strong>de</strong> “Master<br />

of Horror” llamado “Quemadura <strong>de</strong> Cigarrillo”, un excelente telefilme, y en el<br />

2006, un segundo capítulo titulado “Pro Vida”. Actualmente, se encuentra en<br />

la preproducción <strong>de</strong> un guión propio titulado “Psicopatología”, para ser estrenado<br />

el año próximo. Su filmografía hasta ahora es: “Masters of Horror”<br />

(2 episo<strong>de</strong>s, 2005-2006) - John Carpenter’s Pro-Life (2006) TV Episo<strong>de</strong> - John<br />

Carpenter’s Cigarette Burns (2005) TV Episo<strong>de</strong>; Ghosts of Mars (2001); Vampires<br />

(1998); Escape from L.A. (1996); Village of the Damned (1995); In the<br />

Mouth of Madness (1995); Body Bags (1994) (TV) (segments “Gas Station,<br />

The” and “Hair”)... aka John Carpenter Presents ‘Body Bags’... aka John Carpenter<br />

Presents ‘Mind Games’ (USA: cable TV title); Memoirs of an Invisible<br />

Man (1992); They Live (1988); Prince of Darkness (1987); Big Trouble in Little<br />

China (1986); Starman (1984); Christine (1983); The Thing (1982); Escape<br />

from New York (1981); The Fog (1980); Elvis (1979) (TV); Someone’s Watching<br />

Me! (1978) (TV); Halloween (1978); Assault on Precinct 13 (1976); Dark Star<br />

(1974); Sorceror from Outer Space (1969); Warrior and the Demon (1969) (as<br />

Johnny Carpenter); Gorgo Versus Godzilla (1969); Gorgon, the Space Monster<br />

(1968); Terror from Space (1964); Revenge of the Colossal Beasts (1963).<br />

Halloween.


John Carpenter es uno <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s artistas <strong>de</strong> estos<br />

tiempos, el cual ha sabido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siempre que el<br />

<strong>cine</strong> (el arte) es un medio, no un fin; un medio para<br />

el acceso al conocimiento. A través <strong>de</strong> un esoterismo<br />

riguroso, heredado <strong>de</strong> Tod Browning, James Whale,<br />

Jacques Tourneur y Edgar Ulmer, Carpenter nos pone<br />

frente a los más altos planteos teológicos y filosóficos.<br />

Este artista hermético (recuér<strong>de</strong>se que lo hermético<br />

es aquello que comunica lo alto con lo bajo) parte<br />

siempre <strong>de</strong> una <strong>historia</strong> simple, por momentos vulgar,<br />

sencilla, popular, casi siempre <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> terreno<br />

fantástico, para <strong>de</strong>volvernos, para quien quiera verlo,<br />

toda una trama <strong>de</strong> valores, juicios acerca <strong>de</strong> nuestra<br />

cultura, posiciones claras y distintas sobre el catolicismo,<br />

siempre <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una eticidad <strong>de</strong>scomunal.<br />

Este look <strong>de</strong> clase B, <strong>de</strong> apariencia no serio, pero a la<br />

vez reconocido y <strong>de</strong> género, sirve a Carpenter como<br />

puente, y rasgo <strong>de</strong> estilo, para llegar al espectador<br />

como a través <strong>de</strong> un <strong>de</strong>svío. Lo ritual-popular (por<br />

ejemplo en “Halloween”), sumado a la cuestión <strong>de</strong><br />

género permite una narración directa y contun<strong>de</strong>nte<br />

que expresa muchas <strong>de</strong> las cosas que estos artistas<br />

intentan <strong>de</strong>splegar. Sin ese marco, sería difícil, sino<br />

imposible, plantear <strong>de</strong>terminadas cuestiones, dada<br />

la dramática época en la que vivimos impregnada <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sentendimiento y falsos valores.<br />

Son dos estilos o formas en las que se ha <strong>de</strong>sarrollado<br />

el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> John Carpenter. Por un lado, el film <strong>de</strong><br />

horror sin más, al que Faretta llamó Relato Bizantino<br />

Filosófico, cuya cima es “El Príncipe <strong>de</strong> las Tinieblas”<br />

(1987). Por otro, el relato épico-iniciático, cuyo emblema<br />

es “Escape <strong>de</strong> Los Ángeles”. Al primer estilo correspon<strong>de</strong>n<br />

films como “Halloween” (1979), “Sobreviven”<br />

(They Live, 1988), “En la Boca <strong><strong>de</strong>l</strong> Miedo” (1994) y “El<br />

Pueblo <strong>de</strong> los Malditos” (1995), “Atrapada” (2010), entre<br />

otras. Al segundo grupo <strong>de</strong> films, los épicos, don<strong>de</strong><br />

los valores comunitarios toman prepon<strong>de</strong>rancia,<br />

se hallan, entre otros: “Asalto al Precinto 13” (1976),<br />

“Escape <strong>de</strong> Nueva York” (1981) y “Fantasmas en Marte”<br />

(2001). El punto <strong>de</strong> unión y síntesis <strong>de</strong> ambos estilos<br />

se da en uno <strong>de</strong> los mejores films contemporáneos:<br />

“Vampiros” (1998). En este último film, se conjugan un<br />

severo juicio al pasado cultural y religioso, con el relato<br />

filosófico metafísico, junto a la épica <strong>de</strong>sarrollada a<br />

partir <strong>de</strong> la ética individual <strong>de</strong> su héroe Jack (jugado<br />

por James Wood). Aquí se pone en juego la comunidad,<br />

la legendaria Cristiandad, la Europa mo<strong>de</strong>rna<br />

vuelta museo, como así también la función sacerdotal<br />

y la función guerrera.<br />

El planteo ficcional <strong>de</strong> “En la Boca <strong><strong>de</strong>l</strong> Miedo” o <strong>de</strong><br />

“Sobreviven” resaltan, <strong>de</strong> algún modo, las vueltas <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

mundo actual y precisan el lugar que cada uno <strong>de</strong> nosotros<br />

ocupamos. Por el otro lado, los Escapes…tanto<br />

<strong>de</strong> N.Y. como <strong>de</strong> L.A. proponen salidas imaginarias a<br />

cierto estado <strong>de</strong> cosas que, se supone, acontecerán<br />

en un futuro no muy lejano, sin embargo, si lo sabemos<br />

ver, se está haciendo un relevamiento, prácticamente,<br />

contemporáneo. Los films fantásticos <strong>de</strong><br />

Carpenter, lejos <strong>de</strong> ser irreales, son, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cierta perspectiva,<br />

situaciones hiper reales. Este <strong>cine</strong>, al que po<strong>de</strong>mos<br />

llamar realismo metafísico, y al cual po<strong>de</strong>mos<br />

agregar a algunos films <strong>de</strong> James Cameron y William<br />

Friedkin, es una <strong>de</strong> las muestras <strong>de</strong> supervivencia <strong>de</strong><br />

algo llamado arte <strong>cine</strong>matográfico. O directamente:<br />

Occi<strong>de</strong>nte.<br />

El tema <strong>de</strong> las máscaras, <strong>de</strong> las situaciones legítimas<br />

e ilegítimas, los límites humanos, la gracia, la función<br />

sacerdotal, el sentido <strong><strong>de</strong>l</strong> sacrificio, entre otros, son<br />

los tópicos que recorren la fecunda obra <strong>de</strong> este dignísimo<br />

sucesor <strong>de</strong> Howard Hawks que es Carpenter.<br />

El <strong>cine</strong> <strong>de</strong> este director es un <strong>cine</strong> <strong>de</strong> bajo perfil en<br />

cuanto al recurso técnico que no brilla por su parafernalia<br />

tecnológica, ni por la utilización <strong>de</strong> movimientos<br />

<strong>de</strong> cámara estruendosos, ni su puesta en escena<br />

parece llamar la atención <strong>de</strong> los críticos. No aparecen<br />

los complicados flashbacks <strong>de</strong> Brian De Palma, ni la<br />

música <strong>de</strong> los films <strong>de</strong> Coppola, ni los <strong>de</strong>corados <strong>de</strong><br />

Friedkin, sin embargo, esta cuestión lo vuelve más<br />

gran<strong>de</strong> aún a Carpenter. Porque el sentido último <strong>de</strong><br />

sus i<strong>de</strong>as y expresiones resulta tan fuerte, tan po<strong>de</strong>-<br />

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168 |<br />

roso, tan gran<strong>de</strong> que parece no necesitar llamar la<br />

atención <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ningún punto <strong>de</strong> vista técnico que<br />

pretenda sobresalir. Tal es así, que en casi todas sus<br />

películas, él compone la música, siendo ésta prácticamente<br />

única por estar perfectamente imbricada en la<br />

acción que se nos narra.<br />

Halloween es la noche <strong>de</strong> todos los muertos. Como<br />

sabemos, para los cristianos, el dos <strong>de</strong> noviembre es<br />

la fecha <strong>de</strong> todos los muertos. El uno <strong>de</strong> noviembre<br />

es el día <strong>de</strong> todos los santos. Entre el pasaje <strong>de</strong> la noche<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> primero al dos, en los celtas (Gales), cuando<br />

se convirtieron al cristianismo, a esa fiesta la llamaron<br />

Halloween. Entonces utilizaban una calabaza que<br />

tallaban y se ponían los chicos, e iban casa por casa<br />

pidiendo caramelos. ¿Para qué sirve esto? Es la i<strong>de</strong>a<br />

<strong>de</strong> que todo lo terrible, lo oscuro, lo macabro <strong>de</strong> la<br />

muerte, en manos <strong>de</strong> los chicos se hace tolerable. En<br />

“El Ángel <strong>de</strong> las Sombras” (The Guardian, 1990) <strong>de</strong><br />

William Friedkin hay también tópicos <strong><strong>de</strong>l</strong> mito celta<br />

que pue<strong>de</strong>n complementar esta i<strong>de</strong>a. Tanto allí como<br />

en “Halloween” está la i<strong>de</strong>a siguiente: cuando el cristianismo<br />

se fue <strong>de</strong>splazando por toda Europa, las galias,<br />

lo que hoy es Francia, Alemania, Irlanda, Gales,<br />

Escocia, había festivida<strong>de</strong>s o rituales paganos, <strong>de</strong> los<br />

dioses anteriores, <strong>de</strong> los dioses celtas. Si venía el misionero,<br />

el monje que iba a convertir, por ejemplo, a<br />

las tribus galesas al cristianismo, llegaba y contaba<br />

cómo era la palabra <strong>de</strong> Dios, el sacerdote le <strong>de</strong>cía que<br />

ellos tenían sus dioses. Cuando se convertían, que<br />

en realidad se convertía el rey y convertía <strong>de</strong> prepo a<br />

toda la tribu, le <strong>de</strong>cían por ejemplo: “nosotros acá tenemos<br />

el culto al árbol”, o “la noche <strong>de</strong> brujas”. Lógico,<br />

le <strong>de</strong>cía el monje, eso se pue<strong>de</strong> mantener, lo que pasa<br />

es que uste<strong>de</strong>s tenían parte <strong>de</strong> la verdad, ahora conocen<br />

toda la verdad. Pue<strong>de</strong>n seguir, pero el árbol es<br />

sostén <strong>de</strong> otra cosa. Entonces los lugareños adoraban<br />

un pino, en el Norte <strong>de</strong> Europa; <strong>de</strong> ahí viene el pino,<br />

el arbolito <strong>de</strong> Navidad. ¿Por qué el pino? Porque en<br />

el norte <strong>de</strong> Europa, Alemania, Bélgica, Holanda hay<br />

pinos, coníferas. ¿Por qué estos tipos, paganos, celtas<br />

adoraban al árbol? Porque pensaban que los árboles,<br />

los más gran<strong>de</strong>s, todos los pinos eran un axis mundi,<br />

el eje <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo. Era un puente entre el cielo y<br />

la Tierra. <strong>La</strong> i<strong>de</strong>a era esa, que siguieran manteniendo<br />

esa fiesta, con el árbol, pero que la recordaran todos<br />

los 24 <strong>de</strong> Diciembre cuando nacía Cristo. Entonces el<br />

pino se convirtió en los países nórdicos en el símbolo<br />

<strong>de</strong> la Navidad.<br />

En todo esto, la simbología es esta: si no sabemos qué<br />

significa una cosa o hemos perdido el significado <strong>de</strong><br />

una cosa, seguramente esa cosa, como está poseída<br />

<strong>de</strong> algo, nos exigirá <strong>de</strong> alguna manera que la interpretemos<br />

bien. <strong>La</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que un sentido perdido, al<br />

per<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> alguna manera por nuestra necedad, por<br />

nuestra torpeza, sigue teniendo manifestación, entonces<br />

eso se venga <strong>de</strong> nosotros, <strong>de</strong> alguna manera,<br />

simbólicamente, porque hemos perdido la clave, la<br />

llave para acce<strong>de</strong>r a ese misterio. Halloween es, entre<br />

otras cosas, esa venganza.<br />

“Halloween” parte <strong>de</strong> varios mitos: el mito <strong>de</strong> la casa,<br />

el mito <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre <strong>de</strong> la bolsa, el mito <strong>de</strong> Michael<br />

Meyer, el mito <strong>de</strong> la calabaza, etc. Veamos. Uno <strong>de</strong> los<br />

sentidos <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, y en especial para Carpenter, es tomar<br />

lo bajo, lo caído, lo vulgar, y mediante la puesta<br />

en escena realizar todo un trabajo simbólico que pretenda<br />

fuera <strong>de</strong> campo <strong>de</strong>spegar <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo en que<br />

vivimos. No <strong>de</strong> una manera escapista, para nada.<br />

El guión <strong>de</strong> Halloween es a la vez sencillo y genial.<br />

Hace veinticinco años, un niño provocó una matanza<br />

la noche <strong>de</strong> Halloween y fue internado en un psiquiátrico<br />

con la mayor seguridad. En el presente escapa y<br />

acecha a un grupo <strong>de</strong> jóvenes <strong>de</strong> escuela secundaria<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> pueblo, para continuar su matanza. Los chicos <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

presente miran films <strong>de</strong> horror por la televisión en la<br />

noche <strong>de</strong> Halloween, los gran<strong>de</strong>s salen y los abandonan,<br />

y las jóvenes se comprometen a cuidar <strong>de</strong> los niños<br />

pero la cabeza <strong>de</strong> ellos está en juntarse a tomar y<br />

tener sexo con sus compañeros, todos menos la protagonista,<br />

<strong>La</strong>urie, interpretada por James Lee Curtis.<br />

Michael Meyer había matado a su hermana y al novio


James Lee Curtis en Halloween <strong>de</strong> John Carpenter.<br />

aquella noche tiempo atrás porque, hasta don<strong>de</strong> po<strong>de</strong>mos saber, tenían<br />

sexo a escondidas en lugar <strong>de</strong> cuidarlo. Ahora, sabemos a qué blanco<br />

apuntará el maduro Michael Meyer huido <strong><strong>de</strong>l</strong> hospital. Todos serán carne<br />

<strong>de</strong> cañón, excepto <strong>La</strong>urie, quien cumple con lo que se comprometió,<br />

cuidar a los niños.<br />

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<strong>La</strong> puesta en escena <strong><strong>de</strong>l</strong> film es tan rigurosa, precisa, hasta religiosa que<br />

da miedo. Los planos, los cortes, las miradas, la música, el clima, todo colabora<br />

a esta maravilla <strong>de</strong> clase B llamada Halloween, que muestra, entre<br />

otras cosas, a quién quiere el <strong>de</strong>monio, por qué, quién y cómo cada hombre<br />

<strong>de</strong> ciencia va tar<strong>de</strong> o temprano a <strong>de</strong>scubrir la parte inmaterial <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

mundo, cómo <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse. ¿Defen<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> qué? Del mal in<strong>de</strong>structible.


APOCALYPSE NOW<br />

(Francis F. Coppola, 1979)<br />

Guión: John Milius y Francis Ford Coppola<br />

Dirección: Francis Ford Coppola<br />

Estreno: 1 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1979<br />

Elenco:<br />

Marlon Brando<br />

Martin Sheen<br />

Robert Duvall<br />

Fre<strong>de</strong>ric Forrest<br />

Sam Bottoms<br />

<strong>La</strong>urence Fishburne<br />

Albert Hall<br />

Harrison Ford<br />

Dennis Hopper<br />

G.D. Spradlin<br />

Jerry Ziesmer<br />

Scott Glenn<br />

170 |<br />

“Apocalypse Now” (1979) es, categóricamente, la mostración <strong><strong>de</strong>l</strong> fracaso <strong>de</strong><br />

una manera unidimensional, positiva, materialista y nihilista que una gran<br />

parte <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo contemporáneo creyó como única vía posible. Frente a esa<br />

pesadilla progresista <strong>de</strong> pensamiento único, <strong>de</strong> una sola lectura <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado<br />

(y <strong><strong>de</strong>l</strong> presente y <strong><strong>de</strong>l</strong> futuro), la obra coppoliana se erige como una contun<strong>de</strong>nte<br />

oposición a tal unidireccionalidad <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as y, por en<strong>de</strong>, <strong>de</strong> la política<br />

contemporáneas. Aquí es don<strong>de</strong> estalla (<strong>de</strong>clarándose como <strong>de</strong>finitivo y<br />

último) el segundo momento <strong>de</strong> la Autoconciencia en el <strong>cine</strong>.<br />

Apocalipsis YA!.


Batalla <strong>de</strong> colores en Apocalypse Now.<br />

<strong>La</strong> revelación propuesta por este film es la puesta en escena <strong>de</strong> un recorrido,<br />

un proceso <strong>de</strong> iniciación, una prueba <strong><strong>de</strong>l</strong> laberinto, que culminará en evitar<br />

la última tentación. Willard (Martin Sheen) es un sargento norteamericano<br />

a quien le encargan una misión secreta: Encontrar y matar al <strong>de</strong>sertor Kurtz,<br />

un coronel ejemplar, que se ha quedado en la selva vietnamita y se ha armado<br />

su propio pueblo, su propia tribu, a la manera más pagana y salvaje. En<br />

su recorrido, Willard comienza a i<strong>de</strong>ntificarse con Kurtz (y con él, nosotros),<br />

mientras se informa <strong>de</strong> sus proce<strong>de</strong>res, su heroísmo, y hasta cierta erudición.<br />

Luego <strong>de</strong> atravesar el puente Do Long, hacia el final <strong><strong>de</strong>l</strong> periplo, Willard se<br />

encuentra con Kurtz en el fondo <strong>de</strong> la selva, en el corazón <strong>de</strong> las tinieblas…<br />

en el fin <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo. Allí, horrorizado por lo que encuentra, lo mata y elu<strong>de</strong><br />

esa última tentación que sería ocupar su lugar. En vez <strong>de</strong> eso, abandona<br />

esa selva oscura, pagana (y privada <strong>de</strong> revelación), para empren<strong>de</strong>r el regreso.<br />

So pena <strong>de</strong> caer en esa locura circular en la que no se sabe, a ciencia<br />

cierta, cual es el principio y cual el final. Porque el relato <strong><strong>de</strong>l</strong> film, que es un<br />

flashback, íntegramente contado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> Willard, está<br />

contado circularmente. No sabemos, realmente, si Willard ha salido o no <strong>de</strong><br />

aquella solitaria habitación en Saigón. Esto es: si la película es un sueño, una<br />

alucinación, algo reciente… en verdad nunca lo sabemos.<br />

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Escribió Faretta “… Apocalypse Now es una obra que sintetiza y supera<br />

<strong>de</strong> manera férreamente autoconsciente varios <strong>de</strong> los ejes temáticos, formales<br />

y retóricos <strong>de</strong> la tradición occi<strong>de</strong>ntal o, si queremos, <strong>de</strong> esa tradi-


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ción traducida en términos <strong>de</strong> <strong>cine</strong>. El film yuxtapone los cuatro elementos<br />

fundamentales que concurren a la acuñación <strong>de</strong> una forma mayor. Primero:<br />

una literal; segundo: una simbólica; tercero: una moral, espiritual y religiosa;<br />

y cuarto: una mítica. De allí que en su primer nivel Apocalypse Now sea el<br />

relevamiento, bajo el pretexto <strong>de</strong> un episodio <strong>de</strong> la guerra <strong>de</strong> Vietnam, <strong>de</strong> la<br />

<strong>historia</strong> occi<strong>de</strong>ntal; que en el segundo sea un tratado en el que se disputa<br />

sobre las formas en que sobreviven los elementos básicos <strong>de</strong> una cultura<br />

(símbolos); que en el tercero proponga un enfrentamiento polémico y dialéctico<br />

entre la condición espiritual <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre mo<strong>de</strong>rno y sus tentaciones<br />

simétricas con un neopaganismo proveniente <strong><strong>de</strong>l</strong> «corazón <strong>de</strong> las tinieblas»;<br />

y, finalmente, trace un paralelo también polémico con el corpus contenido<br />

en la leyenda <strong><strong>de</strong>l</strong> Santo Grial…(…) … Lo que en 1979 muchos consi<strong>de</strong>raron<br />

como ‘el’ film sobre la incursión norteamericana en Vietnam, fue, sin embargo,<br />

un presagio: más que <strong>de</strong> un final, hablaba <strong>de</strong> un principio. Anunciaba la<br />

guerra como espectáculo (Vietnam fue la primera con televisión en el campo<br />

<strong>de</strong> batalla) y la indiferenciación entre el salvajismo <strong><strong>de</strong>l</strong> Estado primitivo<br />

y el <strong><strong>de</strong>l</strong> Estado mo<strong>de</strong>rno. Un siglo <strong>de</strong> vertiginoso <strong>de</strong>sarrollo había sido suficiente<br />

para enten<strong>de</strong>r que el iluminismo <strong>de</strong> la razón <strong><strong>de</strong>l</strong> estado mo<strong>de</strong>rno<br />

sólo había perfeccionado los mecanismos <strong><strong>de</strong>l</strong> genocidio. Frente a esa monstruosidad,<br />

el barbarismo <strong><strong>de</strong>l</strong> coronel Kurtz (Brando) funcionaba como contracara:<br />

«Tiene <strong>de</strong>recho a matarme (le dice a Willard), pero no a juzgarme»…”<br />

En 2001, Coppola rearmó “Apocalipsis Now”, confeccionando una nueva versión<br />

con cincuenta minutos más (esto es: más <strong>de</strong> tres horas y media en total)<br />

con escenas <strong>de</strong>scartadas en la versión <strong>de</strong> 1979. Si bien la i<strong>de</strong>a es la misma,<br />

esta nueva versión la hace crecer significativamente, no sólo por lo agregado,<br />

sino también por el grado <strong>de</strong> <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia al que ha llegado el mundo,<br />

pasados más <strong>de</strong> veinte años. Ese horror <strong><strong>de</strong>l</strong> que habla Kurtz, y siente Willard,<br />

parece hoy aún más diverso, más gigante y más terrible.<br />

Apocalypse Now.<br />

Luego <strong>de</strong> un film como “Apocalipsis Now”, Coppola se propone, por diversas<br />

vías, contar <strong>historia</strong>s a partir <strong>de</strong> la siguiente i<strong>de</strong>a: cómo sería el mundo<br />

si la revelación no se hubiera producido. O si, <strong>de</strong> haberse producido, no la<br />

hubiésemos visto ni comprendido… y viviésemos como si eso no hubiera<br />

sucedido. Para esta tarea, nuestro director se propone contar películas<br />

más “chicas”, menos pretenciosas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista simbólico, como<br />

modo <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nar un poco sus pensamientos (y también los nuestros) suponiendo<br />

con un justo pesimismo, que el mundo no había interpretado,<br />

siquiera mínimamente su visión <strong><strong>de</strong>l</strong> apocalipsis<br />

Aparece, en primera instancia, hacia 1982, “Golpe al Corazón” (“One From<br />

the Heart”). Un film muy pretencioso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista técnico y eco-


nómico, filmado íntegramente en estudios, a partir <strong>de</strong> una comedia musical<br />

muy singular. <strong>La</strong> puesta en escena regulada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la artificiosidad,<br />

con una recurrencia simbólica en el <strong>de</strong>sdoblamiento <strong>de</strong> las escenas en<br />

un mismo plano, y con una preciosa <strong>historia</strong> <strong>de</strong> amor que escon<strong>de</strong> una<br />

moralidad rigurosa, propia <strong><strong>de</strong>l</strong> autor. Más allá <strong>de</strong> la simpleza, este film<br />

es una pieza bellísima y autoconciente, don<strong>de</strong> el tema familiar, aunque<br />

en una instancia previa a su constitución <strong>de</strong>finitiva, vuelve a ser el tema<br />

y el conflicto diegético, para <strong>de</strong>splegar simétricamente por un lado un<br />

homenaje a cierta América, o a cierta mirada americana, y por otro: una<br />

severa crítica a las luces <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad, don<strong>de</strong> su Estados Unidos ha<br />

llegado a tal grado <strong>de</strong> <strong>de</strong>sprendimiento con la tradición que ya parece<br />

imposible el regreso… excepto por <strong>de</strong>terminadas vías.<br />

Luego vendrán las complementarias y simétricas “Los Marginados” y “<strong>La</strong><br />

Ley <strong>de</strong> la Calle” (1983), “Cotton Club” (1984), “Peggy Sue” (1986), y “Jardines<br />

<strong>de</strong> Piedra” (1987). De ésta última, escribiremos más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante.<br />

Apocalypse Now Afiche.<br />

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GEORGE CUKOR<br />

Ricas y Famosas (Rich and Famous, George Cukor, 1981)<br />

Guión: John Van Druten<br />

Dirección: George Cukor<br />

Estreno: 20 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1981<br />

Elenco:<br />

Jacqueline Bisset<br />

Candice Bergen<br />

David Selby<br />

Hart Bochner<br />

Steven Hill<br />

Meg Ryan<br />

Matt <strong>La</strong>ttanzi<br />

Daniel Faraldo<br />

Nicole Eggert<br />

174 |<br />

George Cukor nació en Nueva York el 7 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1899. Dirigió comedias<br />

musicales, comedias y melodramas. Se <strong>de</strong>stacó en sus adaptaciones literarias.<br />

Comenzó como director en 1930, y su carrera se extien<strong>de</strong> hasta<br />

1981. Entre sus películas, se encuentran: “Cena a las Ocho” (1933), “Mujeres”<br />

(1939), “Historias <strong>de</strong> Fila<strong><strong>de</strong>l</strong>fia” (1940), “Un Rostro <strong>de</strong> Mujer” (1941), “<strong>La</strong><br />

Luz que Agoniza” (1944), “<strong>La</strong> Costilla <strong>de</strong> Adán” (1949), “Nacida Ayer” (1950),<br />

“Destinos Cruzados” (1956), “Les Girls” (1957), “My Fair <strong>La</strong>dy” (1964) y “Ricas<br />

y Famosas” (1981). Murió el 24 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1983 en Los Ángeles.<br />

George Cukor dirigiendo.


George Cukor es uno <strong>de</strong> los directores más finos que<br />

dio el <strong>cine</strong>. Fue el gran director lateral <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> clásico<br />

norteamericano. Sin su obra, la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> se hubiera<br />

empobrecido notablemente. Sin sus películas,<br />

difícilmente hubiéramos podido valorar en su verda<strong>de</strong>ra<br />

gran<strong>de</strong>za las obras <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s autores centrales.<br />

Sin “My Fair <strong>La</strong>dy” (1964), nuestra perspectiva<br />

<strong>de</strong> los musicales <strong>de</strong> Minnelli sería muy otra, sin melodramas<br />

como “<strong>La</strong> Luz que agoniza” (1944) o “Destinos<br />

Cruzados” (1956), un autor como Douglas Sirk se<br />

volvería un director <strong>de</strong>masiado hermético, sin obras<br />

fundamentales como, “Historias <strong>de</strong> Fila<strong><strong>de</strong>l</strong>fia” (1940),<br />

“Un Rostro <strong>de</strong> Mujer” (1941), y “Les Girls” (1957), el <strong>de</strong>cisionismo<br />

<strong>de</strong> un Hawks o un Ford se nos volvería aún<br />

más complejo <strong>de</strong> aprehen<strong>de</strong>r. Sin comedias como “<strong>La</strong><br />

Costilla <strong>de</strong> Adán” (1949), “Nacida Ayer” (1950), “Pat y<br />

Mike” (1952), o “Viajes con mi Tía” (1971), las sofisticadas<br />

y extraordinarias comedias <strong>de</strong> Mankiewicz, como<br />

así también las <strong>de</strong> Billy Wil<strong>de</strong>r, se nos aparecerían<br />

como meras sombras <strong>de</strong> lo que realmente son. Esto<br />

nos refuerza la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> complementariedad y conciencia<br />

<strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano clásico. Aquello<br />

<strong>de</strong> que don<strong>de</strong> uno <strong>de</strong>jaba, el otro retomaba, y así,<br />

nosotros, los espectadores, logramos arribar, no sólo<br />

al mundo complejo y fascinante <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano<br />

como un todo, sino también, a la <strong>de</strong>cantación y<br />

a la profundización <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> sus más<br />

importantes autores.<br />

Director <strong>de</strong> mujeres por excelencia, Cukor fue, dicho<br />

por las mismas actrices, uno <strong>de</strong> los mejores directores<br />

<strong>de</strong> escena. Su puesta permitió lograr no sólo buenos<br />

cuadros coreográficos y actorales, sino también<br />

una gama muy diversa <strong>de</strong> las mejores adaptaciones<br />

literarias. Sólo en los años treinta, Cukor realizó: “Mujercitas”<br />

(1934), “David Copperfield” (1935), “Romeo<br />

y Julieta” (1936), “<strong>La</strong> Dama <strong>de</strong> las Camelias” (1937) y<br />

“Mujeres” (1939).<br />

Si <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia y mirada irónica van <strong>de</strong> la mano, esto<br />

se constituye en valor absoluto si uno repasa la obra<br />

<strong>de</strong> este director. Por ser <strong>de</strong>scendiente indirecto <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

imperio austrohúngaro, esta mirada entre pesimista<br />

y nostálgica, entre <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte y sofisticada, entre<br />

barroca e irónica, es parte central <strong>de</strong> su obra. Escribió<br />

Faretta: “… Deca<strong>de</strong>ncia es el complemento imprescindible<br />

<strong>de</strong> la autoconciencia. Porque si toda<br />

autoconciencia es un <strong>de</strong>clinar —al menos en lo que<br />

convenimos todavía en llamar arte— tal <strong>de</strong>clinación<br />

admite ser entendida como un componente o etapa<br />

<strong>de</strong> doble faz, pero ambas <strong>de</strong>cisionistas, cosa que<br />

espero se tenga presente para lo que llevamos dicho.<br />

Una cara <strong>de</strong> esta etapa, o si queremos avatar, es<br />

aquella que postula una continuidad sea como territorialidad,<br />

sea como potencialidad virtual; la otra da,<br />

o piensa, como agotadas tales cosas y se refugia en<br />

una interioridad conservadora que se propone como<br />

una eu<strong>de</strong>monología o si queremos didáctica <strong>de</strong> una<br />

vida al margen <strong><strong>de</strong>l</strong> tráfago <strong><strong>de</strong>l</strong>iberativo <strong>de</strong> nuestra<br />

época. También po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cirlo <strong>de</strong> esta manera:<br />

<strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte es aquella forma <strong>de</strong> la autoconciencia que<br />

se encastilla en la conservación <strong>de</strong> un <strong>de</strong>terminado<br />

estilo <strong>de</strong> esfera privada, poniendo una distancia irónica,<br />

y también cínica, con el mundo puertas afuera.<br />

Mundo ése que se contempla con la perspectiva <strong>de</strong><br />

una interioridad vuelta mullida placi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> interiores.<br />

Occi<strong>de</strong>nte no ha creado a la manera budista-zen<br />

jardines <strong>de</strong> piedra sino inverna<strong>de</strong>ros, “jardines <strong>de</strong><br />

invierno” que conservan a una temperatura a<strong>de</strong>cuada,<br />

pero artificial, una parcela <strong>de</strong> fertilidad extraída a<br />

una tierra baldía <strong>de</strong> una ciudad irreal. Esas flores <strong>de</strong><br />

inverna<strong>de</strong>ro, esas orquí<strong>de</strong>as raras, carnales y mórbidas<br />

creadas en un ambiente <strong>de</strong> conservación artificial<br />

son las criaturas <strong>de</strong> George Cukor, emblemáticamente<br />

sus mujeres. De allí la creación artificial <strong>de</strong> una My<br />

Fair <strong>La</strong>dy por un solterón empe<strong>de</strong>rnido y misógino. Si<br />

la homosexualidad es la cara irónica <strong>de</strong> la misoginia,<br />

Cukor, esa suerte <strong>de</strong> Scott Fitzgerald homosexual, es<br />

un creador <strong>de</strong> mujeres artificiales sean como Mujercitas,<br />

Mujeres, Les Girls o Fair <strong>La</strong>dies; y ya en estado<br />

<strong>de</strong> estagnación, y huyendo <strong>de</strong> un museo <strong>de</strong> cera que<br />

trata <strong>de</strong> conservarlas sólo como casos clínicos o cortesanas<br />

históricas, el viejo Pigmalión se vuelve el sardónico<br />

apologista <strong>de</strong> lo femenino a-científico <strong>de</strong> The<br />

| 175


Chapman Report (1962), el pícaro civilizado <strong>de</strong> Viajes con mi Tía, y especialmente,<br />

el magistral ironista <strong>de</strong> su último film: Ricas y Famosas, don<strong>de</strong><br />

las dos mujeres-emblema <strong>de</strong> todos sus films (¿y <strong>de</strong> toda la humanidad?)<br />

se <strong>de</strong>spi<strong>de</strong>n <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo con una copa <strong>de</strong> champagne, mientras afuera<br />

nieva interminable y tediosamente…”<br />

George Cukor es el director camp por excelencia en la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong><br />

norteamericano. Pero un camp asimilado y visto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ese<br />

mundo kirsch y horroroso. Para enten<strong>de</strong>rnos: si Brian De Palma utiliza<br />

en varias ocasiones un gesto camp para tolerar ese mundo horrible que<br />

muestra, siempre lo hace <strong>de</strong>s<strong>de</strong> afuera. Cukor, simétricamente, utiliza el<br />

mismo gesto <strong>de</strong> <strong>de</strong>splazo, irónico, pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> a<strong>de</strong>ntro, como embarrado<br />

en esa <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia, en ese tedio, en esas interminables fiestas, que parecen<br />

ser la razón <strong>de</strong> ser <strong><strong>de</strong>l</strong> sin sentido <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo.<br />

El amor, el <strong>de</strong>samor, la soledad, la envidia, la belleza, la madurez, y los<br />

celos son algunos <strong>de</strong> los temas <strong>de</strong> George Cukor que se extien<strong>de</strong>n a lo<br />

largo <strong>de</strong> su filmografía y se resumen en este film emblema, testamento,<br />

cierre, llamado “Ricas y Famosas”.<br />

176 |<br />

<strong>La</strong>s idas y venidas en la relación <strong>de</strong> estas dos mujeres solas y únicas (pero<br />

atención, a la vez arquetípicas) terminan en el aislamiento absoluto <strong>de</strong><br />

ese mundo que ellas han abandonado y que les ha dado la espalda. Una<br />

primero, la otra <strong>de</strong>spués. Una se embosca, la otra va en su busca. No hay<br />

otro lugar que allí. El mundo se ha transformado en esa noche helada,<br />

blanca e in<strong>de</strong>terminada. Con sus diferencias (enormes) se reconocen en<br />

ese brindis final como el único paso posible para seguir, irónicamente, a<br />

modo <strong>de</strong> paz por separado con un mundo que no es lo que pudo haber<br />

sido. Junto al fuego <strong><strong>de</strong>l</strong> hogar, en un clima envolvente y clásico, con dos<br />

copas en sus manos, dos mujeres (y con ellas, todas, probablemente) comienzan<br />

a <strong>de</strong>spedirse <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo y <strong>de</strong> la vida. Irremediablemente juntas.


BRIAN DE PALMA I<br />

“… Siempre me mantuve <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un margen <strong>de</strong> error aceptable…” (El Sonido<br />

<strong>de</strong> la Muerte)<br />

Doble <strong>de</strong> Cuerpo <strong>de</strong> Brian De Palma.<br />

“Vestida para Matar”<br />

(Dressed to Kill, Brian De Palma, 1980)<br />

Guión y Dirección: Brian De Palma<br />

Estreno: 21 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1980<br />

Elenco:<br />

Michael Caine<br />

Angie Dickinson<br />

Nancy Allen<br />

Keith Gordon<br />

Dennis Franz<br />

David Margulies<br />

Ken Baker<br />

Susanna Clemm<br />

Brandon Maggart<br />

Amalie Collier<br />

“El Sonido <strong>de</strong> la Muerte”<br />

(Blow Out, Brian De Palma, 1981)<br />

Guión y Dirección: Brian De Palma<br />

Estreno: 24 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1981<br />

Elenco:<br />

John Travolta<br />

Nancy Allen<br />

John Lithgow<br />

Dennis Franz<br />

Peter Boy<strong>de</strong>n<br />

Curt May<br />

John Aquino<br />

John McMartin<br />

Deborah Everton<br />

| 177


178 |<br />

“Doble <strong>de</strong> Cuerpo”<br />

(Body Double, Brian De Palma, 1984)<br />

Guión: Brian De Palma y Robert J. Avrech<br />

Dirección: Brian De Palma<br />

Estreno: 26 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1984<br />

Elenco:<br />

Craig Wasson<br />

Melanie Griffith<br />

Gregg Henry<br />

Deborah Shelton<br />

Guy Boyd<br />

Dennis Franz<br />

David Haskell<br />

Rebecca Stanley<br />

Al Israel<br />

Douglas Warhit<br />

B.J. Jones<br />

Brian De Palma nació en Nueva Jersey el 11 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1940. Hoy es,<br />

tal vez, el mejor director <strong>de</strong> <strong>cine</strong> <strong>de</strong> todos los que se hallan filmando regularmente.<br />

Inolvidables y geniales films como “Hermanas” (1973), “Obsesión”<br />

(1975), “Carrie” (1976), “<strong>La</strong> Furia” (1978), “Vestida Para Matar” (1980), “Blow<br />

Out” (1981), “Scarface” (1983), “Doble <strong>de</strong> Cuerpo” (1984), “<strong>La</strong> Hoguera <strong>de</strong> las<br />

Vanida<strong>de</strong>s” (1990), “Demente” (1992), “Carlito’s Way” (1993), “Misión Imposible”<br />

(1996), “Ojos <strong>de</strong> Serpiente” (1998), “Misión a Marte” (2000) y “Mujer<br />

Fatal” (2002). Siempre trabajó <strong>de</strong>ntro <strong><strong>de</strong>l</strong> thriller, el fantástico y el film <strong>de</strong><br />

horror. Des<strong>de</strong> hace siete años, resi<strong>de</strong> en París, Francia. Transcribimos su obra<br />

completa como director: The Black Dahlia (2006); Femme Fatale (2002); Mission<br />

to Mars (2000); Snake Eyes (1998); Mission: Impossible (1996); Carlito’s<br />

Way (1993); Raising Cain (1992); The Bonfire of the Vanities (1990); Casualties<br />

of War (1989); The Untouchables (1987); Wise Guys (1986); Body Double<br />

(1984); Scarface (1983); Blow Out (1981); Dressed to Kill (1980); Home<br />

Movies (1979); The Fury (1978); Carrie (1976); Obsession (1975); Phantom<br />

of the Paradise (1974); Sisters (1973); Get to Know Your Rabbit (1972); Hi,<br />

Mom! (1970); Dionysus (1970); The Wedding Party (1969); Greetings (1968);<br />

Mur<strong>de</strong>r à la Mod (1967).<br />

Brian De Palma.<br />

Si Carpenter ‘actualiza’ ciertos tópicos <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Hawks, y Coppola resume,<br />

armoniza y supera a sus antecesores Orson Welles y John Ford, sobre<br />

todo en lo que hace a la universalización <strong>de</strong> sus temas, De Palma logra<br />

sin más permanecer, a través <strong>de</strong> una obra genial, en la forma, el estilo y<br />

los temas <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Alfred Hitchcock.


El <strong>cine</strong> <strong>de</strong> De Palma se propone <strong>de</strong>scribir lo horroroso <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo pero mediante<br />

una mirada bella, y sobre todo seria. Si el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Cukor practicaba<br />

cierta actitud camp <strong>de</strong>s<strong>de</strong> a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la narración y <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo representado,<br />

De Palma, en cambio, plantea una intención camp pero parado fuera<br />

<strong>de</strong> la representación, y por momentos la mirada se vuelve cínica.<br />

Si una <strong>de</strong> las funciones <strong><strong>de</strong>l</strong> artista es dar un sentido al mundo en que vive y<br />

a la comunidad que pertenece, el caso <strong>de</strong> este director es ejemplar. El arte<br />

<strong>de</strong> Brian De Palma se centra en la mirada. Si el mundo se <strong>de</strong>scompone a<br />

ojos vista, este autor va a rescatar cierta actitud ante la <strong>de</strong>scomposición,<br />

cierto heroísmo en medio <strong>de</strong> la atomización. Alguna vez hemos escuchado<br />

la siguiente frase: “… el mundo es una película <strong>de</strong> De Palma…” Es provi<strong>de</strong>ncial<br />

la posibilidad <strong>de</strong> tener a un artista que nos <strong>de</strong>sasne en medio <strong>de</strong><br />

tanta perplejidad.<br />

Muchos son los tópicos que atraviesan la obra <strong>de</strong> este gigantesco autor. El<br />

doble, la segunda oportunidad, la gracia, la santidad, el perdón, la mirada.<br />

El mundo <strong>de</strong>palmiano está compuesto <strong>de</strong> una religiosidad que parte <strong>de</strong><br />

un catolicismo voraz, que intenta dar respuestas a un mundo que día tras<br />

día se aleja no sólo <strong>de</strong> cualquier valor cristiano, sino también <strong>de</strong> cualquier<br />

tipo <strong>de</strong> valor tradicional. Hasta espiritual, podríamos <strong>de</strong>cir.<br />

Artista barroco y autoconciente, que supo poner su <strong>cine</strong> en el más alto<br />

nivel <strong>de</strong> este arte <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus primeros films. “Hermanas” (1973), una <strong>historia</strong><br />

don<strong>de</strong> la cuestión <strong><strong>de</strong>l</strong> doble llega a las últimas consecuencias. <strong>La</strong>s geniales<br />

“Obsesión” (1975) y “Carrie” (1976) son las dos películas que dan a De<br />

Palma el prestigio que ocupa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace más <strong>de</strong> treinta años. <strong>La</strong> primera<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el thriller al mejor estilo hitchcockiano, la segunda siendo una <strong>de</strong> las<br />

dos o tres películas que mo<strong><strong>de</strong>l</strong>an el nuevo film <strong>de</strong> horror contemporáneo.<br />

Más tar<strong>de</strong> vendrán films como “<strong>La</strong> Furia” (1978), “Vestida para Matar”<br />

(1980), “El Sonido <strong>de</strong> <strong>La</strong> Muerte” (1981), “Scarface” (1983) y “Doble <strong>de</strong><br />

Cuerpo” (1984). Cinco excelentes films. “<strong>La</strong> Furia” es una continuación <strong>de</strong><br />

“Carrie” por otros medios, más políticos, o históricos, podríamos <strong>de</strong>cir.<br />

“Scarface” es el modo <strong>de</strong> De Palma <strong>de</strong> subirse al tren <strong>de</strong> Coppola, una<br />

vez realizadas las dos primeras partes <strong>de</strong> la saga <strong>de</strong> “El Padrino”. Y, a la<br />

vez, una respuesta contemporánea a las anteriores Scarface, que tenían<br />

una visión por <strong>de</strong>más antilatinas. Pero eso no es todo, y como el <strong>cine</strong> no<br />

<strong>de</strong>be verse con un sentido absoluto cronológico, aún <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la obra<br />

<strong>de</strong> un mismo autor, “Scarface” es, <strong>de</strong> alguna manera, la resolución trágica<br />

<strong>de</strong> su posterior film: “Los Intocables” (1987). “Vestida para Matar”, “El Sonido<br />

<strong>de</strong> <strong>La</strong> Muerte” y “Doble <strong>de</strong> Cuerpo” forman una tríada <strong>de</strong> principios<br />

<strong>de</strong> los ochenta que orientaron e influyeron el thriller <strong>de</strong> aquellos años.<br />

Con una matriz claramente hitchcockiana, los tres films <strong>de</strong>scubrieron te-<br />

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180 |<br />

mas, i<strong>de</strong>as, visiones <strong>de</strong> una altura increíble. “Vestida<br />

para Matar” es una versión mo<strong>de</strong>rna <strong>de</strong> “Psicosis” en<br />

colores, y llevada hasta las últimas consecuencias. “El<br />

Sonido <strong>de</strong> la Muerte”, tal vez el film más complejo <strong>de</strong><br />

los tres y el más interesante, tiene sus orígenes, sin<br />

más, en la caverna platónica. <strong>La</strong> especulación sobre la<br />

cuestión <strong><strong>de</strong>l</strong> doble, y el lugar <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> en dicha cuestión,<br />

están puestos <strong>de</strong> manifiesto con una maestría<br />

absoluta. El mundo se Hitchcock que se recomponía,<br />

<strong>de</strong> alguna manera, hacia el final, ese or<strong>de</strong>n que se<br />

restablecía luego <strong>de</strong> la prueba <strong><strong>de</strong>l</strong> laberinto, aquí no<br />

encuentra una compensación más que trivial, o técnica.<br />

Lo único que queda es el grito, el que todos escucharán<br />

como doble <strong>de</strong> la representación, análogo<br />

a aquel <strong>de</strong> Marion en la ducha, que nadie, excepto su<br />

asesino, pudo escuchar. Ese ritmo vertiginoso hacia<br />

abajo, esa caída permanente <strong>de</strong> “Psicosis”, parece ser<br />

el ritmo <strong>de</strong> ciertos films <strong>de</strong> De Palma. “Doble <strong>de</strong> Cuerpo”<br />

parece ser una variante conjugada <strong>de</strong> “<strong>La</strong> Ventana<br />

Indiscreta” y “Vértigo”. En su fisgoneo, el héroe <strong><strong>de</strong>l</strong> film<br />

(actor <strong>de</strong> films truchos <strong>de</strong> terror) encuentra una mujer<br />

acor<strong>de</strong> a sus <strong>de</strong>seos. El <strong>de</strong>monio pasa <strong>de</strong> manos <strong>de</strong><br />

Gavin Elster al amigo y colega <strong>de</strong> Jack.<br />

Una <strong>de</strong> las versiones <strong>de</strong> Brian De Palma más pulidas<br />

acerca <strong><strong>de</strong>l</strong> tema <strong><strong>de</strong>l</strong> doble es “El Sonido <strong>de</strong> la Muerte”.<br />

Des<strong>de</strong> el grito fallido <strong><strong>de</strong>l</strong> comienzo hasta el grito trágico<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> final, la película pasa por toda una serie <strong>de</strong><br />

situaciones dobles, a través <strong>de</strong> una puesta en escena<br />

rigurosa, que no sólo explotan el tema <strong><strong>de</strong>l</strong> doble y <strong>de</strong><br />

las copias, sino que también es toda una <strong>de</strong>finición<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. Se ha dicho en más <strong>de</strong> una oportunidad que<br />

el <strong>cine</strong> es, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Griffith, el cruce <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> con la<br />

individualidad (“El Nacimiento <strong>de</strong> una Nación”, “Intolerancia”),<br />

y que ese cruce se daba como inevitable<br />

para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>, por un lado, la figura <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe,<br />

y por el otro, el <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> un relato universal mediante<br />

un basamento mítico. Partiendo <strong>de</strong> esta <strong>de</strong>finición,<br />

el <strong>cine</strong> autoconciente <strong>de</strong> De Palma nos brinda<br />

una vuelta <strong>de</strong> tuerca más al tema. Dicho cruce se da<br />

como enfrentamiento, a partir <strong><strong>de</strong>l</strong> hacer <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> (Jack<br />

estaba grabando sonidos para una película que parodia<br />

a De Palma) y luego como enfrentamiento a los<br />

elementos <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> que presenta el film. Des<strong>de</strong><br />

los policías, políticos, periodistas, etc. que se le presentan<br />

al protagonista para callarlo <strong>de</strong> entrada, hasta<br />

la fiesta <strong><strong>de</strong>l</strong> día <strong>de</strong> la libertad, con sus infinitos <strong>de</strong>sfiles<br />

que representan los diferentes momentos <strong>de</strong> la <strong>historia</strong><br />

y los gobiernos estadouni<strong>de</strong>nses. Recor<strong>de</strong>mos<br />

que cuando Jack pier<strong>de</strong> el subte en el que se sube Sally<br />

con Burke (el asesino), se sube a su jeep e irrumpe<br />

por medio <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>sfile en sentido contrario a la marcha.<br />

Literalmente, se lleva por <strong><strong>de</strong>l</strong>ante toda la <strong>historia</strong><br />

norteamericana.<br />

Mediante un barroquismo exquisito, el autor recrea el<br />

paso <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>matógrafo al <strong>cine</strong> realizado por Griffith<br />

setenta años atrás. De las fotos, que solo perseguían<br />

un fin económico, técnico, agregándole el sonido<br />

grabado por él, y puesto en movimiento, recrea un<br />

sentido que las fotos no tenían previamente. Y las copias<br />

que son borradas luego alcanzan al original, porque<br />

en el <strong>cine</strong> todas son copias. Lo único original es<br />

un negativo que no se pue<strong>de</strong> ver, y lo único positivo<br />

es saber que se trata <strong>de</strong> copias. De dobles.<br />

Este tema <strong><strong>de</strong>l</strong> doble se refracta en la doble oportunidad<br />

o, más bien, en la segunda oportunidad para los<br />

héroes <strong>de</strong>palmianos. Tema heredado <strong>de</strong> Fritz <strong>La</strong>ng,<br />

en parte <strong>de</strong> Alfred Hitchcock, a los héroes <strong>de</strong> De Palma<br />

se les permite volver a pasar, a modo <strong>de</strong> prueba,<br />

por el mismo lugar don<strong>de</strong> han fracasado, ponerlos <strong>de</strong><br />

vuelta en la misma situación, para ver cómo resuelven.<br />

En este film, Jack cargaba en su conciencia con<br />

un compañero <strong>de</strong> la policía que él había “cableado” y<br />

que la batería lo quemó por su transpiración, lo que<br />

más tar<strong>de</strong> provocó su muerte. Ahora, Sally será la víctima<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> nuevo “cableado” para poco antes <strong><strong>de</strong>l</strong> final<br />

ser asesinada por Burke. Jack vuelve a fallar, luego <strong>de</strong><br />

habérsele dado una segunda oportunidad, lo cual lo<br />

hace refugiarse en el trágico uso <strong><strong>de</strong>l</strong> grito final <strong>de</strong> Sally<br />

muriendo en la terraza, para doblar el grito en la<br />

ducha <strong><strong>de</strong>l</strong> film en el que trabaja.


Fila<strong><strong>de</strong>l</strong>fia es uno <strong>de</strong> los topos preferidos para De Palma,<br />

como así también la repetición <strong>de</strong> ciertos paisajes,<br />

calles, puentes, terminales, etc. <strong>La</strong>s estaciones <strong>de</strong><br />

tren parecen ser una fascinación para nuestro autor.<br />

Los trenes, las escaleras, los subtes, los pasillos, la<br />

gente, los horarios se repiten en algunos <strong>de</strong> sus films:<br />

se me ocurre ahora pensar en la resolución <strong>de</strong> “Los<br />

Intocables” (1987), y en el final <strong>de</strong> esa joya que es<br />

“Carlito’s Way” (1993).<br />

“Doble <strong>de</strong> Cuerpo” es la solución trágica <strong>de</strong> Blow Out.<br />

Aquel Jack Terry <strong>de</strong> Blow Out que pier<strong>de</strong> todo en su<br />

recorrido y obtiene sólo el premio consuelo <strong>de</strong> un grito<br />

como grabación <strong>de</strong> doblaje para un film, se transforma<br />

ahora en este Jack Scully, actor, no sonidista (aunque<br />

ambos se <strong>de</strong>dican a films truchos <strong>de</strong> terror), que tiene<br />

la oportunidad <strong>de</strong> salvar a la chica en el clímax <strong><strong>de</strong>l</strong> film.<br />

Ambos films <strong>de</strong>scriben un mundo absolutamente<br />

caído, y si bien Doble <strong>de</strong> Cuerpo se nos plantea como<br />

una solución, como un retoque <strong>de</strong> Blow Out, no por<br />

ello es menos pesimista. Jack Scully recupera su trabajo,<br />

vence al malo, salva a la chica (con la cual forma<br />

una pareja, ¿Mejor que la que tenía?), etc. ¿Pero valió<br />

la pena todo ello? ¿Qué aprendió Jack finalmente? El<br />

mundo va a seguir rebotando entre el fisgoneo y la<br />

pornografía, entre el maltrato y la falta <strong>de</strong> espiritualidad,<br />

entre actuaciones truchas y películas truchas, entre<br />

experiencias terribles que ni siquiera sirven como<br />

aprendizaje…<br />

Vamos a ver más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante cómo esto cambia en los<br />

últimos films <strong>de</strong> De Palma. Sobre todo en cuanto a lo<br />

que hace a la cuestión <strong>de</strong> la esperanza, y en el fondo<br />

al sentido <strong><strong>de</strong>l</strong> vivir.<br />

Cerramos esta primera parte <strong>de</strong> Brian De Palma con<br />

otra cita <strong>de</strong> nuestro maestro, Ángel Faretta, escrita a<br />

propósito <strong>de</strong> este autor, <strong>de</strong> estos films a los que nos<br />

referimos y al <strong>cine</strong> contemporáneo en general: “…<br />

Coma ya hemos escrito más <strong>de</strong> una vez, una <strong>de</strong> las<br />

ten<strong>de</strong>ncias más importantes <strong><strong>de</strong>l</strong> arte contemporáneo<br />

es aquella que apunta en dirección a un constante<br />

referir, a incluir en su hacer, en su estructura, una reflexión<br />

teórica sobre la sustancia <strong>de</strong> la cual parte. Es<br />

así como durante el correr <strong>de</strong> este siglo -aunque la<br />

ten<strong>de</strong>ncia pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrirse ya en el siglo pasadoexiste<br />

una música y una literatura, básicamente, cuyo<br />

hacer y operar consiste en reflejar mediante citas y<br />

alusiones a las obras que las han precedido, haciendo<br />

con este procedimiento que el arte contemporáneo<br />

no <strong>de</strong>semboque en el nihilismo <strong>de</strong> lo informe.<br />

Con ello se ata, se suma a un pasado tomado como<br />

tradición y mediante la traducción <strong>de</strong> esa tradición,<br />

resuelve -o así lo intenta al menos- su relación con lo<br />

epocal. En el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> las últimas décadas pocos autores<br />

han <strong>de</strong>sarrollado más visible y admirablemente<br />

esta ten<strong>de</strong>ncia que Brian De Palma. Si su obra es una<br />

<strong>de</strong> las más ostensiblemente personales, en la medida<br />

en la que pocos autores <strong>de</strong> filmes pue<strong>de</strong>n ser hoy<br />

reconocidos por un rasgo estilístico aislado, cosa posible<br />

con este director, De Palma es por otro lado uno<br />

<strong>de</strong> los contadísimos artistas que han sido también<br />

creadores <strong>de</strong> formas y uno <strong>de</strong> los pocos que pue<strong>de</strong><br />

acercarse a la revolución estilísitica emprendida ya<br />

hace un cuarto <strong>de</strong> siglo por el genio coppoliano. Doble<br />

<strong>de</strong> cuerpo (Body double, 1984) compone a nuestro<br />

enten<strong>de</strong>r una trilogía por <strong>de</strong>más franca <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> su autor con las anteriores Vestida para<br />

matar (Dressed to kill, 1980) y El sonido <strong>de</strong> la muerte<br />

(Blow out, 1981). En ella De Palma <strong>de</strong>spliega una serie<br />

<strong>de</strong> variantes sobre -simétricamente- una trilogía <strong>de</strong><br />

films <strong>de</strong> Alfred Hitchcock: <strong>La</strong> ventana indiscreta, Vértigo<br />

y Psicosis. El autor <strong>de</strong> films contemporáneo toma<br />

algunos elementos <strong>de</strong> los films <strong><strong>de</strong>l</strong> Maestro y los <strong>de</strong>sarrolla<br />

(en sentido musical) haciendo que algunos<br />

<strong>de</strong> ellos lleguen a su propio límite <strong>de</strong> representación<br />

o que, “parezcan cotejar su propio fin” como pue<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>finirse canónicamente a lo barroco. Este fin ya sea<br />

en sentido <strong>de</strong> finalidad tanto en sentido <strong>de</strong> objetivo<br />

como <strong>de</strong> acabamiento en el tiempo y el espacio <strong>de</strong><br />

algo, es centralmente operado por De Palma confundiendo<br />

drásticamente las zonas respectivas <strong>de</strong><br />

representación entre el “otro mundo” o mejor aún el<br />

| 181


“mundo otro” <strong>de</strong> sus ficciones con aquel <strong>de</strong> la rasa cotidianeidad <strong><strong>de</strong>l</strong> cual<br />

parten o <strong>de</strong> don<strong>de</strong> son alimentados.<br />

182 |<br />

Daremos un ejemplo. A diferencia <strong>de</strong> Vértigo don<strong>de</strong> siquiera agónicamente<br />

el espectador podía aún <strong><strong>de</strong>l</strong>imitar cierta “vida cotidiana” <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

la cual situarse teóricamente <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lo “real”, en un film como Doble<br />

<strong>de</strong> cuerpo esa vida anterior es concientemente eliminada. Des<strong>de</strong> los<br />

mismos títulos <strong>de</strong> crédito don<strong>de</strong> su autor confun<strong>de</strong> el paisaje real con<br />

el ficticio fabricado <strong>de</strong> antemano; con su especular, irónica y sarcástica<br />

equiparación a un director <strong>de</strong> filmes <strong>de</strong> horror y sexo con fines puramente<br />

mercenarios; con su prodigiosa y compleja capacidad <strong>de</strong> yuxtaponer<br />

diestramente en la factura <strong>de</strong> su filme <strong>de</strong>terminados elementos bajos,<br />

como el vi<strong>de</strong>o-clip, cierta emblemática <strong>de</strong> la industria “porno” y la <strong><strong>de</strong>l</strong> S &<br />

M, pero inoculándolas en un medio <strong>de</strong> controlada rigurosidad estética,<br />

una obra como la que nos ocupa acomete una <strong>de</strong> las tareas más esenciales<br />

y lúcidas <strong>de</strong> nuestra época: el conservar cierto sentido <strong>de</strong> las proporciones<br />

ya sea como i<strong>de</strong>as y conceptos, ya como pura forma en medio<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> creciente e indiferenciado caos que muchos confun<strong>de</strong>n todavía con<br />

“experimentación”. Porque una <strong>de</strong> las claves <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Brian De Palma,<br />

sino su clave <strong>de</strong> obra fundamental, es que el mundo todo -incluido<br />

el <strong>cine</strong> claro está- pue<strong>de</strong> ser duplicado, triplicado, standarizado por una<br />

serie simétrica <strong>de</strong> males uno <strong>de</strong> cuyos ejes es público, notorio, político,<br />

económico, pero el otro –tal vez el peor por más escondido- persigue los<br />

mismos fines con otros medios; y es que ese mundo copiado, serializado,<br />

banalizado pue<strong>de</strong> ser cultivado por el neorromanticismo <strong>de</strong> una estética<br />

tan confusa, turbia y siniestra que ya no osa <strong>de</strong>cir su nombre. Films<br />

<strong>de</strong> autores más recientes como los admirables “Seven” (Pecados capitales)<br />

<strong>de</strong> David Fincher o “Los Sospechosos <strong>de</strong> Siempre” <strong>de</strong> Bryan Singer<br />

se inscriben <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esta igual postura <strong>de</strong> oposición a tal estado <strong>de</strong><br />

cosas. Pero, recuér<strong>de</strong>se, ha sido De Palma el creador <strong>de</strong> esta provincia <strong>de</strong><br />

la imaginación…”


PETER WEIR<br />

“Testigo en Peligro” (Witness, Peter Weir, 1985)<br />

Guión: Earl W. Wallace<br />

Dirección: Peter Weir<br />

Estreno: 25 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1985<br />

Elenco:<br />

Harrison Ford<br />

Kelly McGillis<br />

Josef Sommer<br />

Lukas Haas<br />

Jan Rubes<br />

Alexan<strong>de</strong>r Godunov<br />

Danny Glover<br />

Brent Jennings<br />

Patti LuPone<br />

Angus MacInnes<br />

Fre<strong>de</strong>rick Rolf<br />

Viggo Mortensen<br />

Testigo en Peligro.<br />

Peter Weir nació en Sydney, Australia, el 21 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1944. Su carrera<br />

como director comenzó en aquel país en 1971. Llegó a Estados Unidos en<br />

1982, don<strong>de</strong> realizó sus mejores films: “Testigo en Peligro” (1985), “Matrimonio<br />

por Conveniencia” (1990), “<strong>La</strong> Sociedad <strong>de</strong> los Poetas Muertos” (1989),<br />

“Sin Miedo a la Vida” (1993) y “The Truman Show” (1998). Filmografía: War<br />

Magician (2007); Master and Comman<strong>de</strong>r: The Far Si<strong>de</strong> of the World (2003);<br />

The Truman Show (1998); Fearless (1993); Green Card (1990); Dead Poets Society<br />

(1989); The Mosquito Coast (1987); Witness (1985); The Year of Living<br />

Dangerously (1983); Gallipoli (1981); The Plumber (1979); The <strong>La</strong>st Wave<br />

(1977); “Luke’s Kingdom” (1976) (mini) TV Series; Picnic at Hanging Rock<br />

(1975); The Cars That Ate Paris (1974); Homesdale (1971).<br />

| 183<br />

TESTIGO EN PELIGRO (Witness en el original) es un film emblema en la<br />

obra <strong>de</strong> este gran autor australiano llamado Peter Weir. El film plantea, ya<br />

en su primera <strong>historia</strong>, tres niveles <strong>de</strong> tratamiento: El policial: se produjo<br />

el asesinato <strong>de</strong> un policía en el baño <strong>de</strong> hombres <strong>de</strong> la estación <strong>de</strong> trenes<br />

<strong>de</strong> Fila<strong><strong>de</strong>l</strong>fia y el <strong>de</strong>tective John Book (Harrison Ford) se hace cargo <strong>de</strong> la<br />

investigación; el melodrama: el único testigo <strong><strong>de</strong>l</strong> asesinato es Samuel, un<br />

niño Amish, que está con su madre <strong>de</strong> paseo esperando un trasbordo.<br />

<strong>La</strong> situación hace que se que<strong>de</strong>n un día más en la ciudad, y comience<br />

una <strong>historia</strong> <strong>de</strong> amor entre Rachel, la mujer Amish madre <strong><strong>de</strong>l</strong> niño, y el<br />

policía; por último, el documental reconstruido, o ficcionalizado, acerca<br />

<strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> los Amish.


John Book, libro <strong>de</strong> Juan en inglés, se introduce en un mundo nuevo huyendo<br />

<strong>de</strong> la corrupción policial que lo acorrala. Llega huyendo para salvar<br />

al niño y a la madre y <strong>de</strong>be quedarse por una herida que le produce<br />

un <strong>de</strong>smayo. Entre el nombre <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>tective, la herida en el costado, y su<br />

oficio <strong>de</strong> carpintero <strong><strong>de</strong>l</strong> que nos enteraremos más tar<strong>de</strong>, más todas sus<br />

actitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> hombría, lealtad, justicia y castidad, claramente el director<br />

nos pone frente a una figura simbólica <strong>de</strong> Cristo.<br />

184 |<br />

Peter Weir.<br />

El tema es que allá don<strong>de</strong> la figura <strong>de</strong> Cristo va a introducirse, se vive una<br />

vida ritual, simple, no mo<strong>de</strong>rna, jerárquica, don<strong>de</strong> esta al<strong>de</strong>a protestante<br />

mantiene sus formas y costumbres <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace siglos, en medio <strong>de</strong> un<br />

pueblo <strong>de</strong> Pensylvania. Book apren<strong>de</strong>rá <strong>de</strong> ellos, será iniciado en parte<br />

por ellos, logrará pertenecer a ellos, pero también, y esto es muy importante:<br />

logrará terminar <strong>de</strong> darles un sentido, los catolizará <strong>de</strong> alguna manera.<br />

Lo reconocerán claramente como alguien distinto <strong>de</strong> los “ingleses”<br />

como ellos los llaman a los liberales mo<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s ciuda<strong>de</strong>s.<br />

Para ello, el autor establece su puesta en escena <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la comparativa<br />

permanente entre un mundo y otro. Por un lado, la ciudad: sucia, corrompida,<br />

nocturna, gris, ruidosa… por otro lado, la al<strong>de</strong>a Amish: silenciosa,<br />

natural, soleada, sin ningún rasgo <strong>de</strong> la tecnología mo<strong>de</strong>rna, limpia,<br />

ver<strong>de</strong>… En cada uno <strong>de</strong> los elementos <strong>de</strong> la puesta quedan claras<br />

las intenciones <strong>de</strong> Weir. Hasta en el sonido: si se observan los pasos <strong>de</strong><br />

los personajes al caminar en un lugar y en otro, se comprobará lo que<br />

venimos diciendo.<br />

El paso <strong>de</strong> un mundo a otro, mediante una rigurosa iniciación, es el tema<br />

predilecto <strong>de</strong> nuestro autor. Para rastrear dichos tópicos po<strong>de</strong>mos seguir<br />

las antes realizadas “<strong>La</strong> última ola” (1977) y “El Año que vivimos en peligro”<br />

(1983), entre otras. Posteriormente, realizará el dueto “<strong>La</strong> Sociedad<br />

<strong>de</strong> los poetas muertos” (1989) y “Sin Miedo a la vida” (1993), don<strong>de</strong> planteará<br />

algunas modificaciones y ajustes a la temática. Su última gran obra<br />

es “The Truman Show” (1998).<br />

Recomendamos seguir el análisis profundo <strong>de</strong> este film a partir <strong>de</strong> lo<br />

<strong>de</strong>scripto en el capítulo 5 <strong>de</strong> “El Concepto <strong><strong>de</strong>l</strong> Cine” <strong>de</strong> Ángel Faretta (Ed.<br />

Djaen, 2005), en lo referido a la relación entre el símbolo y el fuera <strong>de</strong><br />

campo, y aquello que señala como fuera <strong>de</strong> campos iconográficos que<br />

se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la puesta en escena.


Jardines <strong>de</strong> Piedra<br />

(Gar<strong>de</strong>n of Stone, Francis F. Coppola, 1987)<br />

Guión: Ronald Bass<br />

Dirección: Francis Ford Coppola<br />

Estreno: 8 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1987<br />

Elenco:<br />

James Caan<br />

Anjelica Huston<br />

James Earl Jones<br />

D.B. Sweeney<br />

Dean Stockwell<br />

Mary Stuart Masterson<br />

Dick Anthony Williams<br />

Lonette McKee<br />

Sam Bottoms<br />

Elias Koteas<br />

El sargento Hazard (James Caan) entrena soldados para la guerra, como<br />

así también entierra a los que llegan muertos <strong>de</strong> regreso <strong>de</strong> la misma.<br />

Willow es un soldado que sueña con ir a Vietman. Hazard ocupa el lugar<br />

simbólico <strong>de</strong> padre <strong><strong>de</strong>l</strong> chico para guiarlo hasta don<strong>de</strong> pue<strong>de</strong>, y lo <strong>de</strong>jan.<br />

Willow va a Vietnam, luego <strong>de</strong> casarse con la hija <strong>de</strong> un coronel, y muere<br />

en el frente. El film abre y cierra con el funeral <strong><strong>de</strong>l</strong> soldado Willow. De la<br />

| 185<br />

Coppola.


sencillez y virtuosismo <strong>de</strong> una trama por <strong>de</strong>más simple y una extraordinaria<br />

puesta en escena, Coppola consigue uno <strong>de</strong> los films más preciados<br />

<strong>de</strong> nuestro tiempo.<br />

186 |<br />

Jardines <strong>de</strong> Piedra.<br />

Este film es la otra cara, el doble <strong>de</strong> “Apocalipsis Now”. Si en este último,<br />

la totalidad <strong><strong>de</strong>l</strong> film era narrada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la guerra, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Vietnam, “Jardines…”<br />

es lo opuesto, todo transcurre en Estados Unidos, y <strong>de</strong> la guerra<br />

sólo se conocen las bajas, y un poco más a través <strong>de</strong> los noticieros en la<br />

televisión. Si “Apocalipsis Now” <strong>de</strong>jaba, íntegramente, fuera <strong>de</strong> campo a<br />

Estados Unidos para hablar <strong>de</strong> (o pensar sobre) ése país, entonces “Jardines<br />

<strong>de</strong> Piedra” es la contracara, ya que <strong>de</strong>ja por completo, o casi, fuera<br />

<strong>de</strong> campo a la guerra, para contarnos sobre ésa guerra o, más bien, para<br />

que veamos que lo único real es esa guerra mostrando el vacío que ha<br />

quedado <strong>de</strong> este lado <strong><strong>de</strong>l</strong> mapa. Porque si bien la película es muy autoconciente,<br />

refractándose en su Vietman anterior, también es terriblemente<br />

ascética, sencilla, simple, y por momentos vacía. Pero ese vacío,<br />

esa simpleza es lo complejo <strong>de</strong> este film. Coppola ensaya, recordándonos<br />

al último Dreyer, un recorrido por los contornos, por las distancias<br />

que separan a los personajes, por el vacío que se crea entre ellos, por las<br />

diferencias, las dificulta<strong>de</strong>s en establecer relaciones, precisando que lo<br />

único real es aquella guerra que se está disputando en oriente, y sobre<br />

la que nada, o casi nada, po<strong>de</strong>mos hacer. Esa guerra que si bien es real,<br />

también es show, espectáculo televisivo, como ya había sido a<strong><strong>de</strong>l</strong>antado<br />

y trabajado en “Apocalipsis Now”.<br />

Willow es el joven Willard <strong>de</strong> Apocalipsis Now, y Hazard un Kurtz un poco<br />

más equilibrado antes <strong>de</strong> arremeter en su locura pagana.<br />

Faretta ha dicho oportunamente que Coppola había realizado un film<br />

japonés, prácticamente. Suscribimos. Es tal el cuidado, el <strong>de</strong>talle, la simpleza,<br />

que no hay casi palabras para <strong>de</strong>scribirla. Es <strong>de</strong> esas gran<strong>de</strong>s obras<br />

que solo sirve apreciarlas. En esto se parece mucho, aunque por otros<br />

motivos, uno <strong>de</strong> los últimos films <strong>de</strong> este director: “The Rainmaker”<br />

(1997), <strong><strong>de</strong>l</strong> que escribiremos más a<strong><strong>de</strong>l</strong>ante.


Tucker<br />

(Tucker: The Man and his Dream, Francis F. Coppola, 1988)<br />

Guión: Arnold Schulman y David Seidler<br />

Dirección: Francis Ford Coppola<br />

Estreno: 12 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1988<br />

Elenco:<br />

Jeff Bridges<br />

Joan Allen<br />

Martin <strong>La</strong>ndau<br />

Fre<strong>de</strong>ric Forrest<br />

Mako<br />

Elias Koteas<br />

Christian Slater<br />

Nina Siemaszko<br />

An<strong>de</strong>rs Johnson<br />

Corin Nemec<br />

Marshall Bell<br />

Jay O. San<strong>de</strong>rs<br />

Peter Donat<br />

Dean Goodman<br />

John X. Heart<br />

Don Novello<br />

Patti Austin<br />

Sandy Bull<br />

Joe Miksak<br />

Scott Beach<br />

Roland Scrivner<br />

Dean Stockwell<br />

Bob Safford<br />

<strong>La</strong>wrence Menkin<br />

Ron Close<br />

“Tucker”, basado en una versión libre <strong>de</strong> la biografía <strong>de</strong> Preston Tucker,<br />

constructor <strong>de</strong> coches en los cuarenta, Coppola logra una bellísima analogía<br />

entre su Tucker y él mismo como artista… la función <strong><strong>de</strong>l</strong> hacedor, <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

creador. Tucker fabrica un nuevo mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o <strong>de</strong> autos con toda una serie <strong>de</strong><br />

innovaciones técnicas, lo cual produce toda una revolución <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la<br />

industria, que provoca que todos los participantes, directos o indirectos,<br />

<strong>de</strong> dichos intereses, se le enfrenten ferozmente.<br />

| 187<br />

Tucker está creando el auto <strong><strong>de</strong>l</strong> futuro, pero… “no conocemos a los choferes<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> futuro”. Esto es: estamos haciendo, creando cosas (autos, libros,<br />

películas) a las que nadie va a po<strong>de</strong>r acce<strong>de</strong>r, al menos por ahora, lo cual<br />

no significa que aún así no <strong>de</strong>bamos hacerlas. Aunque el mundo le dé la<br />

espalda a dichas creaciones, el hombre <strong>de</strong> genio, el artista, <strong>de</strong>be hacerlas.<br />

Contra todo, y contra todos. El tiempo, que todo lo cura, hará que se<br />

comprendan más tar<strong>de</strong>. Tucker dice: “… mañana me crucifican en Chicago…”.<br />

En este vía crucis, en este recorrido <strong><strong>de</strong>l</strong> personaje que también<br />

es un sacrificio, él logra conservar su esencia, emblematizado en el azul<br />

vals <strong><strong>de</strong>l</strong> vestido <strong>de</strong> Vera, su mujer. Lo que no se sacrifica es el azul vals.<br />

En la vida tenemos que sacrificar cualquier cosa, menos el azul vals. El<br />

azul vals es el mensaje secreto, el pacto que hemos hecho con nosotros<br />

mismos y eso no se sacrifica. Total esos coches, como diría Tucker, “se van<br />

a terminar estrellando”. Mientras se <strong>de</strong>sarrolla el juicio, dibuja el próximo


Tucker, un hombre y su sueño.<br />

188 |<br />

invento: una hela<strong>de</strong>ra pequeña para gente pobre. Ahí simbólicamente<br />

lo que Coppola está pensando es que todo artista tiene que pensar en la<br />

próxima película, sin renunciar al azul vals. Por eso termina irónicamente.<br />

“… Bueno, ahora que me <strong>de</strong>clararon inocente, los invito a pasear en<br />

esos autos que dicen que no existen…”. ¿Cuáles son los autos que dicen<br />

que no existen? El <strong>cine</strong>, las películas. Son autos, móviles, se mueven por<br />

sí mismos. Es aquello que nos hace mover. El <strong>cine</strong> es, en <strong>de</strong>finitiva, lo que<br />

nos moviliza en estos tiempos dramáticos.<br />

“Tucker” es, también, un homenaje fabuloso <strong>de</strong> cierta cultura anarquista<br />

norteamericana emblematizada en el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> los cuarenta <strong>de</strong> King Vidor.<br />

Don<strong>de</strong> la quijotesca labor <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe i<strong>de</strong>alista se ve entorpecida por sus<br />

contemporáneos, pero nadie duda <strong>de</strong> que dicha soledad, en el futuro, se<br />

transforme en multitud. <strong>La</strong> misma multitud que años más tar<strong>de</strong> le dio la<br />

razón a Preston Tucker y sus innovaciones. Pensamos en Films como “The<br />

Fountainhead” (1949), entre otros <strong>de</strong> Vidor.<br />

El film plantea, <strong>de</strong> entrada, la utilización <strong>de</strong> la obra como soporte <strong>de</strong> otra<br />

cosa, <strong>de</strong> algo más alto. Hacia el final Tucker le dice a su amigo: “… qué<br />

importa que sean cincuenta coches o cincuenta millones, es pura maquinaria,<br />

lo que cuenta es el sueño…”. El artificio creado <strong>de</strong>be ser una tarima,<br />

un soporte para ten<strong>de</strong>r hacia lo alto. El diseño <strong>de</strong> la nueva hela<strong>de</strong>ra<br />

indica también que el artista, el genio, ya ha abandonado la creación<br />

anterior, se ha separado <strong>de</strong> ella, para seguir creando. Lo importante es<br />

mantener la i<strong>de</strong>a, el sueño, el secreto.


Duro <strong>de</strong> Matar<br />

(Die Hard, John Mc Tiernan, 1988)<br />

Guión: Steven E. De Souza<br />

Dirección: John Mc Tiernan<br />

Estreno: 18 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1988<br />

Elenco:<br />

Bruce Willis<br />

Bonnie Be<strong><strong>de</strong>l</strong>ia<br />

Reginald VelJohnson<br />

Paul Gleason<br />

De’voreaux White<br />

William Atherton<br />

Hart Bochner<br />

James Shigeta<br />

Alan Rickman<br />

Alexan<strong>de</strong>r Godunov<br />

John Mac Tiernan nació en Nueva York el 8 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1951. Muy buen<br />

director aunque muy <strong>de</strong>sparejo. Su obra más importante es “Duro <strong>de</strong><br />

Matar” (1988), con guión <strong><strong>de</strong>l</strong> gran Steven E. <strong>de</strong> Souza y una actuación<br />

brillante <strong>de</strong> Bruce Willis. También dirigió la parte III en 1995. “Nóma<strong>de</strong>s”<br />

(1985) y “El Último Gran Héroe” (1993), fueron dos <strong>de</strong> sus buenas películas.<br />

Dirigió en total 12 films <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1985 hasta hoy. Filmografía: Deadly<br />

Exchange (2008); Basic (2003); Rollerball (2002); The Thomas Crown<br />

Affair (2000); The 13th Warrior (1998); Die Hard: With a Vengeance (1995);<br />

<strong>La</strong>st Action Hero (1993); Medi<strong>cine</strong> Man (1992); The Hunt for Red October<br />

(1990); Die Hard (1988); Predator (1987); Nomads (1985).<br />

Duro <strong>de</strong> Matar - 1988.<br />

| 189<br />

Contrariamente a lo que cierta crítica miope, que hoy es legión, “Duro<br />

<strong>de</strong> Matar” es un film excepcional. Empezando por el soberbio guión <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

gran Steve <strong>de</strong> Souza, y concluyendo por la precisa puesta en escena <strong>de</strong><br />

John Mac Tiernan.<br />

El argumento es sencillo (¿si?). En Noche Buena, en Los Ángeles, una empresa<br />

hace una pequeña fiesta en uno <strong>de</strong> los últimos pisos <strong>de</strong> una torre<br />

gigantesca. <strong>La</strong> número dos <strong>de</strong> la oficina es Holly (santa), la ex mujer <strong>de</strong><br />

John Mc Clane (Bruce Willis), policía <strong>de</strong> Nueva York, que ésa tar<strong>de</strong> viaja<br />

a Los Ángeles para visitar a sus hijas e intentar recomponer su relación<br />

con Holly. Minutos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> llegar al edificio don<strong>de</strong> se encuentra su ex<br />

mujer, irrumpen en el lugar, unos supuestos terroristas europeos, asesinos,<br />

ladrones… bueno, un poco <strong>de</strong> esto trata el film: ¿Qué son? Hay que<br />

verla. Toman <strong>de</strong> rehenes a todos los participantes <strong>de</strong> la fiesta, excepto


190 |<br />

a Bruce Willis que estaba cambiándose en un cuarto.<br />

Logra huir <strong>de</strong> las oficinas, <strong>de</strong>scalzo y a medio vestir,<br />

pero queda atrapado en el edificio. A partir <strong>de</strong> aquí, el<br />

film recorre la intención <strong>de</strong> Willis <strong>de</strong> pedir ayuda afuera,<br />

<strong>de</strong> combatir, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sus posibilida<strong>de</strong>s, con los<br />

malos, en su intención <strong>de</strong> salvar a su mujer. Los simétricos<br />

inútiles <strong>de</strong> a<strong>de</strong>ntro y <strong>de</strong> afuera no hacen más<br />

que entorpecer y prolongar la salvación <strong>de</strong> los rehenes.<br />

Sólo un policía negro y raso, Al, cree en Bruce Willis<br />

y hace todo por ayudar, hasta tener la posibilidad<br />

<strong>de</strong> salvarle la vida al final. Uno a uno van cayendo los<br />

enemigos <strong>de</strong> Willis, hasta el enfrentamiento final con<br />

el jefe <strong>de</strong> la banda. <strong>La</strong> familia se reconstruye, junto a<br />

esto la amistad, la fi<strong><strong>de</strong>l</strong>idad y la confianza. Una estructura<br />

sólida, clásica, firme, fuerte y contun<strong>de</strong>nte.<br />

Muchos son los temas por los que pasa este film: el<br />

po<strong>de</strong>r, la ambición, la relación entre europeos y americanos,<br />

la <strong><strong>de</strong>l</strong>gada línea entre cierto terrorismo y el<br />

simple latrocinio, y por supuesto: el amor, la familia<br />

y el matrimonio. Esto último, a veces visto <strong>de</strong> manera<br />

vulgar, está más que bien planteado, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser el<br />

origen y la causa primera <strong>de</strong> toda la acción.<br />

Como en los mejores westerns, un solo hombre se enfrenta<br />

al mal, por numeroso que sea, y muchas veces<br />

se mezclan las causas personales con las públicas. El<br />

amor y el <strong>de</strong>ber.<br />

El protagonista llega a uno <strong>de</strong> los lugares más po<strong>de</strong>rosos<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> mundo sin saberlo, don<strong>de</strong> se manejan miles<br />

<strong>de</strong> millones <strong>de</strong> dólares. Una empresa japonesa que ya<br />

se ha vuelto una corporación internacional, y don<strong>de</strong><br />

el negocio y el comercio <strong><strong>de</strong>l</strong> capitalismo <strong>de</strong> antaño ya<br />

se ha vuelto juego y abuso. Este edificio es en claro<br />

eje vertical en el <strong>de</strong>venir <strong><strong>de</strong>l</strong> film, don<strong>de</strong> toda su tecnología<br />

y mo<strong>de</strong>rnización <strong>de</strong>be ser <strong>de</strong>struida para po<strong>de</strong>r<br />

construir los cimientos <strong>de</strong> la restauración <strong>de</strong> esta<br />

familia… confirmada en el diálogo final.<br />

<strong>La</strong> incorrectez <strong>de</strong> todos es maravillosa en Duro <strong>de</strong><br />

Matar. Los europeos asesinos y ladrones, disfrazados<br />

<strong>de</strong> revolucionarios que intentan robar millones <strong>de</strong><br />

dólares en títulos públicos al portador a una empresa<br />

asiática (el complejo entero don<strong>de</strong> se encuentra<br />

el edificio <strong><strong>de</strong>l</strong> film se llama Nakatomi Plaza); un hombre<br />

que por instinto y pasión <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> salvar a todos<br />

con todos los métodos y modos que tiene a mano;<br />

la policía y el FBI afuera; y el periodismo. Esto último<br />

merecería un tratado aparte. Como cierto buen <strong>cine</strong><br />

norteamericano maltrata, casi siempre con razón, al<br />

periodismo o a la actividad periodística. En este film<br />

es genial. Mac Tiernan los muestra como inútiles, molestos,<br />

tramposos, incultos…<br />

De más está <strong>de</strong>cir que el film es extraordinariamente<br />

entretenido, divertido, emocionante, rítmico, fuerte,<br />

y con un final contun<strong>de</strong>nte. Como no podía ser <strong>de</strong><br />

otra manera con semejante <strong>historia</strong>, con semejante<br />

dirección y con la actuación perfecta <strong>de</strong> este gran actor<br />

que es Bruce Willis.<br />

Un último tema, la Navidad. Todo este <strong>de</strong>splazamiento<br />

<strong>de</strong> tropas, intento <strong>de</strong> robo, rehenes, ladrones, asesinos<br />

y héroe, se da en el paso <strong>de</strong> la Noche Buena a la<br />

Navidad. Hay una simetría muy bella que tiene con<br />

ver con la Navidad y los Milagros… es tiempo <strong>de</strong> Milagros.<br />

El salvador <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, en el centro <strong><strong>de</strong>l</strong> po<strong>de</strong>r<br />

mundial <strong>de</strong>tiene una masacre, un robo, y recompone,<br />

en cierta medida, el or<strong>de</strong>n anterior, y sobre todo<br />

a su familia, reconocimiento que la mujer le hace en<br />

la última escena. Todo esto en Navidad, sin que nadie<br />

(o, para ser justos, casi nadie) pueda advertirlo en su<br />

verda<strong>de</strong>ra dimensión. El milagro no es lo mágico, sino<br />

lo cotidiano… o lo que nos toque como cotidiano…<br />

por más extraordinario que esto pueda o quiera ser.<br />

El Salvador está, es cuestión <strong>de</strong> quererlo y saberlo ver.


El Padrino III<br />

(The Godfather Part III, Francis F. Coppola, 1990)<br />

Guión: Mario Puzo y Francis Ford Coppola<br />

Dirección: Francis Ford Coppola<br />

Estreno: 12 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1990<br />

Elenco:<br />

Al Pacino<br />

Diane Keaton<br />

Talia Shire<br />

Andy Garcia<br />

Eli Wallach<br />

Joe Mantegna<br />

George Hamilton<br />

Bridget Fonda<br />

Sofia Coppola<br />

Raf Vallone<br />

En 1990, Francis Coppola filma “El Padrino III”, el cierre, al menos hasta<br />

ahora, <strong>de</strong> la zaga <strong>de</strong> los Corleone. Hacia 1978, Michael Corleone continúa<br />

su lucha por el po<strong>de</strong>r pero esta vez en disputa con el Vaticano, y<br />

unos cuantos personajillos <strong><strong>de</strong>l</strong> viejo mundo. Si la salida <strong><strong>de</strong>l</strong> barrio y <strong>de</strong><br />

la ciudad fue el objetivo <strong>de</strong> la primera y segunda parte, en la tercera se<br />

apunta al mundo, al menos a la parte occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> éste. <strong>La</strong> empresa <strong>de</strong><br />

| 191<br />

El Padrino III.


192 |<br />

aceites se ha transformado en una corporación internacional,<br />

don<strong>de</strong> los negociados se afinan, y si bien la<br />

criminalidad queda eclipsada, lo que está en juego es<br />

mucho mayor, y el peligro también.<br />

El fracaso <strong>de</strong> la utopía americana llega a su punto culminante.<br />

El lugar <strong>de</strong> la tragedia será <strong>de</strong>vuelto al arte,<br />

esta vez emblematizada en la ópera final interpretada<br />

por Anthony, el hijo mayor <strong>de</strong> Michael. “… Cuando se<br />

escuche el nombre Corleone, pensarán en una voz…”<br />

dice Michael a la salida <strong>de</strong> la representación. Luego<br />

<strong>de</strong> dicha sentencia, la hija Mary es asesinada en las<br />

escalinatas <strong><strong>de</strong>l</strong> teatro. El sacrificio llega a su cima: primero<br />

el hijo en la ópera, en el arte; luego la hija en la<br />

vida real. Porque la representación, el arte, el <strong>cine</strong>, se<br />

continúa en la vida, se sigue interpretando, se sigue<br />

pensando, así como la vida se continúa en el <strong>cine</strong>. El<br />

soporte <strong><strong>de</strong>l</strong> sacrificio (Mary) es interpretado por Sofía<br />

Coppola, la hija <strong><strong>de</strong>l</strong> director.<br />

<strong>La</strong> tercera parte <strong>de</strong> la zaga es simétrica a la primera.<br />

El esplendor político <strong><strong>de</strong>l</strong> padre, primero. Después, su<br />

participación directa en los negocios. Luego, la incipiente<br />

participación <strong><strong>de</strong>l</strong> here<strong>de</strong>ro (Michael en la primera,<br />

Vincent en la tercera). Más tar<strong>de</strong>, el legado <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

trono. En ambos casos, esto se produce luego <strong>de</strong> una<br />

larga convalecencia producto <strong>de</strong> problemas <strong>de</strong> salud.<br />

Vito víctima <strong>de</strong> cinco balazos en un atentado, Michael<br />

por una <strong>de</strong>scompensación producto <strong>de</strong> su diabetes. Y<br />

como en toda simetría cuenta tanto lo que se repite<br />

como lo que se diferencia, veremos cómo funciona<br />

ésta, hacia el final <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las películas. En la<br />

uno, muere Vito (Marlos Brando) jugando con su nieto<br />

en el jardín <strong>de</strong> su casa, una vez <strong>de</strong>jado a Michael el<br />

mando <strong>de</strong> la familia y los negocios. En la tres la cosa<br />

es bien distinta. Aquí, el mando pasa a manos <strong>de</strong> Vincent,<br />

hijo bastardo <strong>de</strong> Sonny y sobrino <strong>de</strong> Michael.<br />

Éste intenta reconquistar a Kay, matan a don Tomassino,<br />

Anthony <strong>de</strong>buta como cantante <strong>de</strong> ópera, Mary<br />

está perdidamente enamorada <strong>de</strong> su primo Vincent,<br />

y Connie, la hermana <strong>de</strong> Michael, encarnando un rol<br />

por <strong>de</strong>más ambiguo y complejo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la economía<br />

familiar. El bautismo <strong>de</strong> sangre <strong>de</strong> Vincent será en<br />

los entretelones <strong>de</strong> la ópera y el final será un fracaso.<br />

Los simétricos gemelos fallan en su función para con<br />

el falso sacerdote y Mary resulta asesinada mediante<br />

una bala que iba <strong>de</strong>stinada a su padre. Luego <strong>de</strong><br />

ese grito ahogado, Michael entierra a su hija (fuera <strong>de</strong><br />

campo) y muchos años <strong>de</strong>spués, en Sicilia y en soledad,<br />

muere.<br />

En este maquiavélico y polémico film, Coppola se<br />

plantea dar el cierre trágico a la zaga, a través <strong>de</strong> una<br />

precisa puesta en escena don<strong>de</strong> lo italiano, lo católico,<br />

lo tradicional se conjugan en una maraña <strong>de</strong> relaciones<br />

don<strong>de</strong> los paisajes europeos en su mayoría<br />

nos llevan, sin más, a los Borgia y el Renacimiento. El<br />

mentado intento <strong>de</strong> positivar, <strong>cine</strong>matográficamente,<br />

a la mafia siciliana, termina siendo algo mucho<br />

más gran<strong>de</strong> que eso, bastante parecido al mundo en<br />

que nos toca vivir.<br />

Coppola cierra, sintetiza, ejemplarmente, una analogía<br />

por <strong>de</strong>más marcada entre la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> los Corleone<br />

y la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano. Veamos. Vito<br />

Corleone llega a América, <strong>de</strong> niño, en 1901 (“El Padrino<br />

II”). Por esos años, el <strong>cine</strong> también llega a América.<br />

<strong>La</strong> familia Corleone logra la toma <strong><strong>de</strong>l</strong> po<strong>de</strong>r hacia<br />

1917. Esto lo emparentamos con la instauración <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o <strong>de</strong> Griffith, una vez filmados: “El Nacimiento<br />

<strong>de</strong> una Nación” (1915), e “Intolerancia” (1916). Recor<strong>de</strong>mos<br />

que po<strong>de</strong>r es, entre otras cosas, la capacidad<br />

<strong>de</strong> engendrar valores colectivos (Faretta). Los años<br />

treinta, fuera <strong>de</strong> campo en la zaga, son los años en los<br />

que ‘el don era inabordable’ y ‘la época en que éramos<br />

como el Imperio Romano’. Esta misma década,<br />

a la que correspon<strong>de</strong> la etapa <strong>de</strong> sistematización <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

lenguaje <strong>cine</strong>matográfico, fue la época en la que se<br />

consolidaron los gran<strong>de</strong>s estudios <strong>de</strong> producción, y<br />

don<strong>de</strong> el <strong>cine</strong> gozó una <strong>de</strong> sus etapas políticas y estéticas<br />

más importantes (acuñación <strong>de</strong> los géneros, código<br />

<strong>de</strong> producción, monopolización <strong>de</strong> la situación<br />

cultural, creación <strong>de</strong> lo que más tar<strong>de</strong> se llamará starsystem,<br />

po<strong>de</strong>r real, etc.). A esta altura, po<strong>de</strong>mos sime-


Coppola.<br />

trizar a Vito Corleone con Jack Warner, por ejemplo. Dicha etapa <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> la <strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, concluye con la aparición temprana <strong>de</strong> la autoconciencia<br />

(“El Ciudadano” <strong>de</strong> Orson Welles en 1941). <strong>La</strong> última escena <strong>de</strong> la<br />

parte dos correspon<strong>de</strong> a un recuerdo (en forma <strong>de</strong> flashback) <strong>de</strong> Michael<br />

posterior al asesinato <strong>de</strong> su hermano. Es un recuerdo familiar, el día <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

cumpleaños <strong>de</strong> Vito, que coinci<strong>de</strong> con el ataque japonés a Pearl Harbor,<br />

y coinci<strong>de</strong> también con el estreno <strong>de</strong> “El Ciudadano”. Ese día se produce<br />

una fuerte discusión familiar producto <strong>de</strong> la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> Michael <strong>de</strong> alistarse<br />

en la marina, dada la inminente entrada a la segunda guerra mundial<br />

por parte <strong>de</strong> los Estados Unidos. El momento <strong>de</strong> soledad absoluta<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> presente, se refleja especularmente en aquella mesa vacía, ante la<br />

llegada <strong>de</strong> Vito, don<strong>de</strong> Michael queda solo y pensativo. Aquella soledad<br />

correspon<strong>de</strong>, tal vez, a su exagerado patriotismo, ésta a la soledad <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

po<strong>de</strong>r. Ambas producto <strong>de</strong> una situación <strong>de</strong> vacío. Los años siguientes<br />

a la segunda guerra, correspon<strong>de</strong>n a años turbulentos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r en la<br />

vida <strong>de</strong> los Corleone don<strong>de</strong> ciertas correspon<strong>de</strong>ncias culturales entre la<br />

cultura <strong>de</strong> masas y el po<strong>de</strong>r y la política sufren resultados imprevistos.<br />

Comienzan etapas <strong>de</strong> inestabilidad. Tal es el caso <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> que, si bien logra<br />

por aquellos años sus obras estéticamente más logradas, comienza a<br />

disputarse un po<strong>de</strong>r más concreto con la política liberal <strong><strong>de</strong>l</strong> este. Aquella<br />

batalla concluye, o comienza a <strong>de</strong>finirse, con la caída y posterior venta y<br />

<strong>de</strong>smembramiento <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s estudios a partir <strong>de</strong> fines <strong>de</strong> los cin-<br />

| 193


194 |<br />

cuenta. Des<strong>de</strong> aquí, el <strong>cine</strong> vivirá una etapa solitaria <strong>de</strong> autores que se<br />

in<strong>de</strong>pendizan sin remedio y que hacen, como pue<strong>de</strong>n, sus obras pero<br />

ya habiendo perdido el contexto cultural y <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, que a modo <strong>de</strong><br />

contención y soporte, brindaban los gran<strong>de</strong>s estudios productores. En<br />

situación similar se halla Michael. Aquella situación <strong>de</strong> pacto entre judíos<br />

(productores) y católicos (directores) empieza a romperse. <strong>La</strong> analogía<br />

que plantea Coppola es clara a través <strong>de</strong> la rivalidad a la vez oculta y manifiesta<br />

entre Hyman Roth y Michael Corleone. Los años sesenta, fuera<br />

<strong>de</strong> campo en la vida <strong>de</strong> los Corleone es la etapa <strong><strong>de</strong>l</strong> eclipse, <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>sarme<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> po<strong>de</strong>r <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. Muchos son los factores <strong>de</strong> dicho <strong>de</strong>rrumbe, algunos<br />

<strong>de</strong> ellos ya los hemos tratado en este trabajo. Lo concreto es que <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> la economía familiar, el <strong>de</strong>rrumbe es simétrico. Michael se separa<br />

<strong>de</strong>finitivamente <strong>de</strong> su mujer Kay, se separa <strong>de</strong> sus hijos, y queda claro<br />

que no los ve seguido. Esto se ve en retrospectiva en “El Padrino III”, al<br />

comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> film, mediante una carta que Michael les envía a sus hijos<br />

ya crecidos. <strong>La</strong> trama <strong>de</strong> la tercera parte transcurre hacia fines <strong>de</strong> los años<br />

setenta, coinci<strong>de</strong>nte con el pasado estreno <strong>de</strong> “Apocalipsis Now” (1979).<br />

Respecto a esto, dos cuestiones: la primera es que Coppola entra en la<br />

<strong>historia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano, es <strong>de</strong>cir, la continuidad <strong>de</strong> la <strong>historia</strong><br />

<strong>de</strong> los Corleone ya se acerca al presente histórico. <strong>La</strong> segunda cuestión<br />

es que aquella película pone al <strong>cine</strong> en el segundo y <strong>de</strong>finitivo momento<br />

<strong>de</strong> la autoconciencia, dado el minucioso análisis y síntesis <strong>de</strong> la situación<br />

cultural <strong>de</strong> occi<strong>de</strong>nte. Recor<strong>de</strong>mos que en “El Padrino III” Coppola hace<br />

confesar a Michael, lo vuelve a colocar en una situación familiar perdida,<br />

pone a su hija Sofía interpretando al personaje <strong>de</strong> Mary, y la situación<br />

especular entre Michael y el director se vuelve más evi<strong>de</strong>nte, la i<strong>de</strong>ntificación<br />

es más clara, aunque a la vez es más trágica, y por momentos<br />

diferenciadora y hasta complementaria. <strong>La</strong> soledad <strong><strong>de</strong>l</strong> Vaticano en medio<br />

<strong>de</strong> políticos y banqueros <strong>de</strong> lo más repugnantes pone en evi<strong>de</strong>ncia<br />

ciertas cuestiones que se plantean distintas, novedosas <strong>de</strong> acuerdo a las<br />

perspectivas políticas <strong><strong>de</strong>l</strong> presente y <strong><strong>de</strong>l</strong> futuro. <strong>La</strong> escena final <strong><strong>de</strong>l</strong> film<br />

redon<strong>de</strong>a, cierra, compacta esta i<strong>de</strong>a que venimos <strong>de</strong>sarrollando. Coppola<br />

hace un salto en el tiempo ficcional para mostrar, en un solo plano, la <strong>de</strong>finitiva<br />

soledad y muerte <strong>de</strong> su principal personaje (Michael). Ese salto, que<br />

suponemos <strong>de</strong> unos quince años, nos pone <strong>de</strong> lleno en el presente <strong>de</strong> la<br />

realización <strong><strong>de</strong>l</strong> film y aún más allá. Con lo cual el relevamiento histórico se<br />

torna profecía, en la última toma <strong><strong>de</strong>l</strong> film. El estado actual <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> habla<br />

por sí solo.


Forrest Gump<br />

Forrest Gump, Robert Zemekis, 1994)<br />

Guión: Eric Roth<br />

Dirección: Robert Zemekis<br />

Estreno: 10 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1994<br />

Elenco:<br />

Tom Hanks<br />

Robin Wright Penn<br />

Gary Sinise<br />

Mykelti Williamson<br />

Sally Field<br />

Rebecca Williams<br />

Michael Conner Humphreys<br />

Harold G. Herthum<br />

Forrest Gump.<br />

Robert Zemekis nació en Illinois, Chicago, el 14 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1951. Comenzó<br />

en el <strong>cine</strong> en 1972 como productor, y luego fue alternando su trabajo en<br />

la industria entre la producción y la dirección. Como director, realmente ha<br />

sido muy irregular, por momentos malo. Se ha <strong>de</strong>stacado con algunas pocas<br />

películas, y por supuesto con su única obra maestra: Forrest Gump en 1994.<br />

Actualmente sigue <strong>de</strong>sarrollándose en Hollywood como productor <strong>de</strong> <strong>cine</strong> y<br />

televisión, y cada dos años, aproximadamente, dirige un film propio.<br />

| 195<br />

Forrest Gump cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> un hombre <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su niñez hasta el<br />

presente, mediante salteados flashbacks contados por el protagonista<br />

Forrest, interpretado magníficamente por Tom Hanks.<br />

El film habla <strong>de</strong> la inocencia norteamericana, tema ya mítico, y cómo mediante<br />

esa inocencia se pue<strong>de</strong> hallar la santidad. Con un <strong>de</strong>talle, no menor:<br />

el protagonista es un retrasado mental. Está por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la media<br />

<strong>de</strong> inteligencia. Diagnóstico que se le <strong>de</strong>scubre en su niñez.<br />

El protagonista recorre <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su inmensa inocencia y bondad por todos<br />

los puntos importantes <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> norteamericana <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1950 hasta<br />

el presente <strong><strong>de</strong>l</strong> film (1994). Elvis, Vietnam, los Hippies, el Watergate, entre<br />

otros momentos.<br />

El guión, muy bueno, está estructurado en base a relatos que el protagonista<br />

realiza frente a sus ocasionales compañeros en una parada <strong>de</strong><br />

autobús. Suponiendo él, que tiene que tomar uno que lo llevará a lo <strong>de</strong><br />

Jenny, su novia <strong>de</strong> niño, y ex novia <strong>de</strong> adulto, y también madre <strong>de</strong> su hijo<br />

Forrest. En verdad, finalmente va caminando a casa <strong>de</strong> Jenny, haciendo<br />

<strong>de</strong> la parada <strong>de</strong> autobús y la espera sólo una excusa para contar la <strong>historia</strong><br />

<strong>de</strong> ese modo.


El relato tiene una flui<strong>de</strong>z, un grado tan alto <strong>de</strong> entretenimiento, <strong>de</strong> ritmo,<br />

<strong>de</strong> emoción, <strong>de</strong> interés, que las dos horas y pico <strong>de</strong> ficción resultan más<br />

que lleva<strong>de</strong>ras para el espectador. <strong>La</strong>s elipsis en la vida <strong>de</strong> Forrest Gump<br />

son las justas y necesarias para que podamos seguir el hilo <strong>de</strong> la evolución<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> personaje y la <strong>historia</strong>.<br />

<strong>La</strong> <strong>historia</strong> escon<strong>de</strong> una disyuntiva más que interesante en la disputa ya<br />

milenaria entre <strong>de</strong>stino y libre albedrío. Tema languiano por excelencia.<br />

<strong>La</strong> pluma animada que pauta el film, al comienzo y al final, nos habla <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

<strong>de</strong>stino, <strong><strong>de</strong>l</strong> elegido. <strong>La</strong>s acciones y bonda<strong>de</strong>s transparentes <strong>de</strong> Forrest<br />

Gump nos inclinan hacia el libre albedrío cristiano. El amor como Ágape,<br />

la mujer para toda la vida, la bondad, y la relación con los otros, asientan,<br />

aún más, esta cuestión. Cuando Jenny regresa a la casa <strong>de</strong> Forrest luego<br />

<strong>de</strong> su vida <strong>de</strong>scontrolada, cerca <strong><strong>de</strong>l</strong> final, y él le cuenta acerca <strong>de</strong> todo lo<br />

que vivió (su vida, la guerra <strong>de</strong> Vietnam, sus experiencias <strong>de</strong> pesquero, su<br />

madre, el ping pong, etc.), ella le dice: “… Cómo me hubiera gustado estar<br />

a tu lado en cada uno <strong>de</strong> esos momentos…” Forrest respon<strong>de</strong>, simple,<br />

sincero: “Estabas a mi lado”. Esta respuesta está a un paso <strong>de</strong> convertirse<br />

en la bella simetría <strong>de</strong> “Titanic”: “… Si tu saltas, yo salto…”<br />

196 |<br />

Hay también una intención <strong>de</strong> poner <strong><strong>de</strong>l</strong>ante <strong>de</strong> cada secuencia a la Gracia.<br />

Pero ésta se disfraza por momentos <strong>de</strong> azar, en un intrincado muy<br />

complicado representado por la puesta en escena. He ahí la duda, la<br />

disyuntiva o dualidad que plantea el film.<br />

Proponemos este film como una puerta abierta al <strong>cine</strong> <strong>de</strong> estos tiempos,<br />

en el cual parten muchos <strong>de</strong> los temas y formas que se han <strong>de</strong>sarrollado<br />

en el poco <strong>cine</strong> bueno <strong>de</strong> estos últimos años. Sobre todo en lo que hace<br />

al <strong>cine</strong> norteamericano… el ex Hollywood… o el post Hollywood.


Nelly et Monsieur Arnaud<br />

(Clau<strong>de</strong> Sautet, 1995)<br />

Guión: Clau<strong>de</strong> Sautet y Jacques Fieschi<br />

Dirección: Clau<strong>de</strong> Sautet<br />

Estreno: 4 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1997<br />

Elenco:<br />

Emmanuelle Béart<br />

Michel Serrault<br />

Jean-Hugues Angla<strong>de</strong><br />

Claire Na<strong>de</strong>au<br />

Françoise Brion<br />

Michèle <strong>La</strong>roque<br />

Michael Lonsdale<br />

Charles Berling<br />

Jean-Pierre Lorit<br />

Michel Albertini<br />

Coraly Zahonero<br />

Graziella Delerm<br />

Olivier Pajot<br />

Alexandre Chappuis<br />

Karine Foviau<br />

Espejos y reflejos, miradas y relaciones, dos posibilida<strong>de</strong>s<br />

y dos oportunida<strong>de</strong>s.<br />

Comencemos por <strong>de</strong>tallar algunas simetrías planteadas<br />

en el film como para <strong>de</strong>spués ir arribando a los<br />

principales aspectos que nos plantea esta obra inagotable.<br />

<strong>La</strong>s simetrías en este film (y en general, en todos los<br />

films <strong>de</strong> Sautet) están planteadas a través <strong>de</strong> los personajes<br />

y sus relaciones. Situaciones que en el vivir<br />

nos plantean, constantemente, repetición y diferencia.<br />

Tales simetrías están trabajadas a partir <strong><strong>de</strong>l</strong> doble.<br />

El doble, el número dos es, en nuestro autor, la forma<br />

más preciada para elaborar sus tramas, sus construcciones<br />

dramáticas y, por supuesto, sus últimas significaciones.<br />

Veamos.<br />

Pierre Arnaud. Pierre (Michel Serralt) tuvo una doble<br />

vida. Hace muchos años ha sido juez en una colonia<br />

francesa en la Polinesia, para transformarse, luego, en<br />

un hombre <strong>de</strong> negocios. Su primera función, según<br />

él mismo cuenta, fue i<strong>de</strong>alista, patriótica. <strong>La</strong> segunda,<br />

egoísta y liberal. <strong>La</strong> primera fue, digamos, tradicional,<br />

en sentido histórico, la segunda fue una entrega a la<br />

vida mo<strong>de</strong>rna. De las dos, ahora retirado <strong>de</strong> ambas,<br />

él elige la primera para relatar en su libro. Libro que<br />

va a ser, <strong>de</strong> principio a fin, el móvil central respecto a<br />

acciones y relaciones <strong>de</strong> los personajes a lo largo <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

relato. <strong>La</strong> primera conclusión: Pierre prefiere la Francia<br />

tradicional monárquica a la Francia actual, liberal<br />

y mo<strong>de</strong>rna. Esto está reforzado a través <strong>de</strong> quien hace<br />

las veces <strong>de</strong> doble <strong>de</strong> nuestro Sr. Arnaud: Dolabella<br />

(Dólar bello). Un necio materialista que lo único que<br />

le interesa es el dinero, y Pierre intenta (trata, simula<br />

y logra) no dar <strong>de</strong>masiada bolilla. Tal personaje es<br />

claramente representante <strong>de</strong> la segunda parte <strong>de</strong> su<br />

vida. Pierre, a su vez, tiene dos hijos. Isabel que vive<br />

en Francia, y un varón (que no sabemos su nombre),<br />

que le dio dos nietos que apenas conoce, que vive en<br />

Seattle, Estados Unidos, y trabaja en Microsoft. Otra<br />

oposición: América - Europa. Tradición y mo<strong>de</strong>rnidad.<br />

Nelly. Nelly (Emmanuelle Beart) tiene, en el comienzo<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> film, dos trabajos: Pana<strong>de</strong>ra (la vemos <strong>de</strong>spachando<br />

bolsas <strong>de</strong> baguets), y procesadora <strong>de</strong> textos,<br />

diseñadora en PC. Otra vez: Lo francés tradicional<br />

mezclado con la vida mo<strong>de</strong>rna parisina. Jacqueline,<br />

su amiga, funciona como doble <strong>de</strong> Nelly. Ha sido ex<br />

<strong>de</strong> Pierre, pero en una relación platónica, que primero<br />

llama aventura <strong>de</strong> juventud, y luego la <strong>de</strong>scribe como<br />

compañía, confi<strong>de</strong>ncia, i<strong>de</strong>alismo. Recor<strong>de</strong>mos que<br />

simétricamente al diálogo que mantienen las dos<br />

amigas, está la escena <strong><strong>de</strong>l</strong> baño en la fiesta. Nelly y<br />

Jacqueline tienen, ambas, dos simétricos maridos:<br />

Jeromé ya está harto <strong>de</strong> Nelly, y Taieb le es infiel a<br />

Jacqueline. El árabe busca otras mujeres pero también<br />

se queda con Jacqueline; mientras que Jeromé<br />

<strong>de</strong>ja a Nelly (en verdad, es <strong>de</strong>jado por Nelly) para buscar<br />

a otra mujer, y cambiar <strong>de</strong> vida (apenas se aleja<br />

<strong>de</strong> Nelly cambia el zapping por un buen trabajo). A<br />

la vez, Nelly tiene dos parejas concretas durante la<br />

narración. 1. Jérome (el marido), <strong><strong>de</strong>l</strong> cual se separa<br />

| 197


Clau<strong>de</strong> Sautet en rodaje.<br />

198 |<br />

apenas comienza el film. 2. El Editor, que le propone ir a vivir juntos. Ella<br />

reacciona. No quiere volver a ser presa <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sidia masculina.<br />

Pierre y Nelly. Dos (fatalmente, otra vez) son las opiniones (diálogos, polémicas)<br />

que vierte Nelly sobre el libro <strong>de</strong> Pierre. Recor<strong>de</strong>mos los momentos.<br />

Primero, ante un pedido <strong>de</strong> opinión <strong>de</strong> él, ella reacciona contra<br />

la visión colonialista (tradicional) <strong>de</strong> su visión como ex juez. Típica visión<br />

progresista <strong>de</strong> estos tiempos. Pero, más tar<strong>de</strong>, Pierre le pi<strong>de</strong> que la ayu<strong>de</strong><br />

a encontrar una frase mejor que: “... refugiado en el ostracismo...” (Una<br />

perfecta paradoja, como el film todo) y ella no sabe qué <strong>de</strong>cir... esto es:<br />

una opinión vulgar progresista sí pue<strong>de</strong> dar (como cualquiera, nos sugiere<br />

Sautet, fuera <strong>de</strong> campo), pero una ayuda artística, un saber, un sinónimo,<br />

una metáfora, no. Hasta allí no llega (por ahora).<br />

Más dobles. Dos Restaurantes. Dos Cenas. 1. El vulgar, barato, y popular al<br />

que Nelly va con el editor <strong><strong>de</strong>l</strong> libro, Vincent Granec (Jean H. Angla<strong>de</strong>). 2. El<br />

sofisticado y caro al que acce<strong>de</strong> con Pierre. En éste último, él le hace probar<br />

un vino: Souter Blanco, cosecha 1961. Tres observaciones: a) Souter<br />

suena, digamos, fonéticamente, Sautet. b) 1961 es el año en que Sautet<br />

empieza a filmar. c) Él le dice a ella: “tu eres más joven que el vino”. Tras<br />

esto, y como resolución <strong>de</strong> la escena: ella se va a la casa <strong><strong>de</strong>l</strong> editor para<br />

tener sexo por primera vez con él. Antes <strong>de</strong> las relaciones amorosas, los<br />

amantes vuelven a hacer un comentario sobre el vino (nombre y año).


Dos Bibliotecas y un libro. Hay dos bibliotecas: la <strong>de</strong><br />

Pierre y la <strong>de</strong> Granec. Volvemos a lo alto y lo bajo<br />

planteado más arriba respecto a los restaurantes. Una<br />

es una (mala) copia <strong>de</strong> la otra. Y todo se resume en un<br />

libro que actúa <strong>de</strong> síntesis entre ambos. Síntesis que<br />

también es Nelly, quien será la encargada <strong>de</strong> terminar<br />

dicho libro.<br />

El Libro. Los Dobles que genera el libro: 1. El Editor<br />

Granec; 2. El ex <strong>de</strong> Nelly, el Bibliotecario. Dos males<br />

(¿necesarios?) simétricos que ro<strong>de</strong>an (ahogan), inevitablemente,<br />

el hecho artístico (en este caso, literario).<br />

El primero trafica con libros nuevos; el segundo, trafica<br />

con libros usados. Pero ninguno <strong>de</strong> los dos lee ni<br />

escribe. Ambos <strong>de</strong>sean vicariamente a Nelly porque<br />

ella es ahora dueña <strong>de</strong> un saber, <strong>de</strong> una clave, que el<br />

Sr. Arnaud le ha dado. Vicario es el que hace las veces<br />

<strong>de</strong> otro. Aquello que representa otra cosa. Algo que,<br />

culturalmente, está inspirado en lo otro.<br />

El Amor en Sautet.<br />

El amor en Sautet es vicario. Esto es: las personas van<br />

hacia el sexo opuesto porque a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> lo que son,<br />

representan otra cosa. Nelly, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que es ayudante<br />

<strong>de</strong> Pierre, es <strong>de</strong>seada por, primero, el editor (porque<br />

está cerca <strong><strong>de</strong>l</strong> escritor); y luego (en este caso, vuelta<br />

a <strong>de</strong>sear) por un ex, el bibliotecario, amigo <strong>de</strong> su ex<br />

marido. También este muchacho actúa para con ella<br />

a partir <strong>de</strong> su nueva relación con Pierre. Es fácil <strong>de</strong><br />

enten<strong>de</strong>r, entonces, que cuando Pierre Arnaud se va,<br />

hacia el final, ella se queda sola (no se pue<strong>de</strong> sostener).<br />

Ya no se distingue por sobre el resto, ahora se<br />

pier<strong>de</strong> entre la multitud, como una más.<br />

Pierre Arnaud crea, <strong>de</strong> alguna manera, a Nelly como<br />

Waldo Lineker creó (50 años atrás) a <strong>La</strong>ura (Otto<br />

Preminger, 1944). Y los <strong>de</strong>más se enamoran <strong>de</strong> la<br />

creación. Aunque no hay perversión en este caso, sí<br />

manipulación. Creación en sentido <strong>de</strong> copia, nueva<br />

representación. Todos quieren apropiarse <strong>de</strong> ésa<br />

creación. Los <strong>de</strong>más, los otros... hacen lo que el creador<br />

no pue<strong>de</strong>. Pierre, irónicamente, le aclara (a Nelly,<br />

y también al espectador) al comienzo <strong>de</strong> la relación,<br />

que él ya no pue<strong>de</strong> (enten<strong>de</strong>mos que sexualmente).<br />

Esto se completa con la escena en la que Nelly se<br />

queda a dormir en casa <strong>de</strong> Pierre (habiéndose peleado<br />

con Granec) y él en lugar <strong>de</strong> hacerle el amor, le<br />

acaricia la espalda (simétrico a los masajes que ella le<br />

había propinado a él) y luego le toma la mano hasta<br />

dormirse.<br />

Hay dos formas <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r el amor. Más bien la relación<br />

(acercamiento, <strong>de</strong>seo) Hombre - Mujer. Por un<br />

lado: la platónica ju<strong>de</strong>o cristiana. El amor, la relación<br />

es un soporte <strong>de</strong> otra cosa. El amor es el puente entre<br />

dos mundos. Por otro: la agnóstica. El amor aquí<br />

es vicario. Representa algo más. En la primera: somos<br />

animales, pero con alma. En la segunda: somos animales,<br />

pero con cultura. <strong>La</strong> una es trascen<strong>de</strong>nte; la<br />

otra, inmanente. <strong>La</strong> primera fija <strong>de</strong> entrada el bien y<br />

el mal; la segunda fija la civilización como entramado<br />

moral. De ahí que para el autor creyente, el amor sea<br />

eso mismo pero como soporte, y para el agnóstico,<br />

el amor es, siempre, lo que representa culturalmente.<br />

Recor<strong>de</strong>mos que el marido <strong>de</strong> Nelly, Jeromé, no<br />

conoce al Sr. Arnaud. Por tal motivo no le mueve un<br />

pelo la separación y el divorcio. Si lo hubiera conocido,<br />

quizá, hubiera vuelto a <strong>de</strong>sear a Nelly. Tal vez, a<br />

Jérome, quien ya se ha vuelto a poner en pareja, le<br />

vendieron otra vicariedad cultural a través <strong>de</strong> la que<br />

hoy es su mujer. <strong>La</strong> única vez que la vemos, en la clínica,<br />

ella le está regalando un libro.<br />

El Final.<br />

Nelly, terminará, finalmente, el libro. Ese único libro<br />

en que se ha transformado semejante biblioteca, y<br />

semejante saber. Ella <strong>de</strong>cidirá el final. Pero a la vez, al<br />

irse Pierre, ella se queda sola, literal y simbólicamente.<br />

Ya no será <strong>de</strong>seada (distinguida, amada, buscada)<br />

por un secreto cultural, por una cercanía al saber (Pierre<br />

Arnaud). Tendrá que buscar otro camino (cultural,<br />

vicario). Alguien dirá: pero él le <strong>de</strong>jó las llaves <strong>de</strong> la<br />

casa, le va a escribir cartas, en unos meses va a volver,<br />

le <strong>de</strong>jó dinero. Es verdad, pero el libro se acaba. <strong>La</strong><br />

casa ya no tiene libros para leer, está vacía, ni tiene<br />

| 199


200 |<br />

al maestro para seguir enseñando (aún <strong>de</strong> forma dispersa,<br />

<strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nada).<br />

Mientras tanto Pierre, que se queda mirando a la<br />

nada, como distraído, con ganas <strong>de</strong> volver a Nelly,<br />

ha <strong>de</strong>cidido hacer un largo viaje con su ex mujer.<br />

Va a América pero por oriente. ¿Interesante, no? Ha<br />

<strong>de</strong>cidido restablecer aquella relación, recuperar a<br />

sus hijos, retomar, en suma, aquella moral primaria<br />

que hace tiempo <strong>de</strong>jó atrás. Aprovecha esa segunda<br />

oportunidad que le brinda el <strong>de</strong>stino. Pero <strong>de</strong>ja <strong>de</strong><br />

lado, precisamente, al soporte <strong>de</strong> aquella segunda<br />

oportunidad (Nelly). Él (esto lo suponemos, el final es<br />

abierto) optó por reconstruir los restos, conservar lo<br />

que queda (pesimistamente) <strong>de</strong> ese mundo que fue<br />

la base <strong>de</strong> su saber. Esto por supuesto está fuera <strong>de</strong><br />

campo. A diferencia <strong>de</strong> Algunos días conmigo (Sautet,<br />

1987), podríamos <strong>de</strong>cir que no se hace cargo <strong>de</strong><br />

los resortes que lo volvieron a la vida, el soporte que<br />

le permitió recuperar aunque sea su conservadurismo,<br />

disfrazado <strong>de</strong> segunda oportunidad. Está claro<br />

que si Pierre se va, se acaba el film. Si Pierre sale <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

mundo <strong>de</strong> la ficción, éste mundo muere. Todos a su<br />

alre<strong>de</strong>dor sobrevivía por él, y ahora, sin él, pier<strong>de</strong>n su<br />

razón <strong>de</strong> ser. Nelly vuelve a la multitud parisina <strong>de</strong> las<br />

caminatas y los subtes, los <strong>de</strong>más personajes se <strong>de</strong>svanecen,<br />

<strong>de</strong>saparecen literalmente.<br />

De manera tal que lo único que pue<strong>de</strong> conservar el<br />

hombre, como zona cultural propia y exclusiva, es el<br />

pesimismo. Lo masculino solo pue<strong>de</strong> recuperarse en<br />

eso, lo <strong>de</strong>más es todo <strong>de</strong> la mujer.<br />

¿Cómo Vivir en el Mundo?<br />

El problema Sautetiano por excelencia, sabemos que<br />

es: ¿Cómo esperar la muerte? (pensemos en Stefan, el<br />

po<strong>de</strong>rosísimo personaje <strong>de</strong> su anterior obra “Un Corazón<br />

en Invierno”, 1991). ¿Cómo vivir en este mundo?<br />

¿Cómo soportarlo? ¿Qué hacer con la vida, con los<br />

otros, con la Historia?<br />

Pierre Arnaud (representando, <strong>de</strong> alguna manera a<br />

Sautet) intenta recoger sus anécdotas <strong>de</strong> su época<br />

i<strong>de</strong>alista (pero también justa, honesta, histórica) a través<br />

<strong>de</strong> un libro. Sólo uno. El único que quedará como<br />

representante <strong>de</strong> aquella vida que ha leído tanto. Un<br />

único libro que se hace posible (empieza a materializarse)<br />

cuando comienza su relación con Nelly. Pierre<br />

intenta salir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> film (creemos que<br />

<strong>de</strong> alguna manera lo logra) <strong>de</strong> su vida circular. De bar<br />

en bar, <strong>de</strong> barrio en barrio, girando repetidamente<br />

por un París mo<strong>de</strong>rno que ya es, <strong>de</strong> hecho, una imposibilidad.<br />

Esa imposibilidad histórica (no solo francesa,<br />

sino también europea) le hace recordar, y regresar<br />

a través <strong>de</strong> su escritura (arte), su <strong>historia</strong>, y la primera<br />

mitad <strong>de</strong> su vida don<strong>de</strong> él formaba parte <strong>de</strong> la <strong>historia</strong>.<br />

Recor<strong>de</strong>mos que para un agnóstico (y Clau<strong>de</strong><br />

Sautet lo es claramente) todo es <strong>historia</strong>. <strong>La</strong> cosa se<br />

resuelve en el mundo o no se resuelve en ninguna<br />

otra parte. Por eso es que nuestro director <strong>de</strong>scribe<br />

toda una situación <strong>de</strong> miradas, <strong>de</strong>seos, laberintos. Lo<br />

moral está presente pero como cultura. <strong>La</strong> civilización<br />

(en este caso, occi<strong>de</strong>ntal) está vista por los ojos <strong>de</strong> un<br />

pesimista agnóstico que ha <strong>de</strong>cidido hacer una paz<br />

por separado con el mundo mo<strong>de</strong>rno pero que, fatal<br />

y cíclicamente, vuelve a recorrer ciertas zonas <strong>de</strong> la<br />

<strong>historia</strong> (aunque sea <strong>de</strong> modo cultural). <strong>La</strong>s personas<br />

y las relaciones entre ellas son, para Sautet, el <strong>de</strong>silusionado<br />

intento <strong>de</strong> reconstruir algo perdido, quizá<br />

para siempre. Recordando a Bernard Berenson: “… <strong>La</strong><br />

Religión mira al futuro, sólo la cultura mira al pasado…”<br />

Hace unos cinco o seis años, Pierre Arnaud <strong>de</strong>jó <strong>de</strong><br />

ser un hombre <strong>de</strong> negocios, para volver a su pasado.<br />

Recor<strong>de</strong>mos que negocio es la negación <strong><strong>de</strong>l</strong> ocio. El<br />

quiere volver al ocio, pero a su vez sabemos (Sautet<br />

mediante) que no es fácil el ocio. <strong>La</strong> película nos recuerda<br />

que el hombre mo<strong>de</strong>rno no sabe qué hacer<br />

con su tiempo libre. Porque existe una educación<br />

para el ocio. Veamos. Jérome no trabaja, está todo<br />

el día en su casa. ¿Qué hace? Mira televisión y lee el<br />

diario. Después (nos enteramos cuando el acci<strong>de</strong>n-


te) trabaja, pero sigue preocupado porque le hagan<br />

llegar el diario, la nueva esposa le regala un libro<br />

que, seguramente, lo leerá como si fuera un diario.<br />

Jacqueline y su familia, al igual que algunos amigos<br />

<strong>de</strong> Nelly utilizan su tiempo libre en una pileta <strong>de</strong> natación.<br />

También en una fiesta mo<strong>de</strong>rna (organizada<br />

por Jacqueline el día que se entera <strong>de</strong> la infi<strong><strong>de</strong>l</strong>idad<br />

<strong>de</strong> su marido) que Sautet no pier<strong>de</strong> más que unos pocos<br />

planos para sentenciarla. El bibliotecario, mientras<br />

<strong>de</strong>sarma la biblioteca, está más preocupado por<br />

cómo encajan los libros en las cajas que en leerlos. A<br />

la vez que el editor utiliza la cultura (lo libresco) para<br />

conseguir una mujer y casarse (vicariamente). Isabel,<br />

la hija <strong>de</strong> Pierre, está preocupada por esa edición hermosa<br />

y carísima <strong>de</strong> la Biblia (<strong>La</strong> Biblia <strong>de</strong> Colmar) que,<br />

en el montón, Pierre también <strong>de</strong>sea <strong>de</strong>spojarse. A ella<br />

no le interesa el libro (por supuesto que no le interesa<br />

como religión) ni siquiera como cultura (cosa que<br />

alguna vez valoró Pierre), sólo le importa su valor económico<br />

(en este caso: materialista - hereditario). “... se<br />

preocupa porque dilapido su patrimonio...” le dice<br />

Pierre a Nelly. En resumen, el único que se preocupa<br />

por el tiempo libre propio y el <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más es Pierre<br />

Arnaud, el único poseedor <strong>de</strong> un saber, <strong>de</strong>gradado,<br />

lejano, agnóstico y pesimista, pero saber al fin. Sólo<br />

ella, Nelly, <strong>de</strong> alguna manera, es iniciada, <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nadamente,<br />

en la compleja cuestión <strong><strong>de</strong>l</strong> ocio (y <strong>de</strong> la<br />

vida en general). Se pue<strong>de</strong> observar en ella, crecientemente,<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> su frescura, su honestidad y su<br />

belleza, una molestia constante, se la pue<strong>de</strong> ver como<br />

disconforme con el mundo, con lo que la ro<strong>de</strong>a: sensible,<br />

preocupada, atenta, solitaria pero autosuficiente,<br />

casi sabia. A medida que su relación con Pierre crece,<br />

más se le nota. Soledad frente a un mundo atomizado<br />

y a una vida que se termina. Solitaria. Sólo ella, <strong>La</strong><br />

Mujer. El Futuro. Nelly, que tendrá en sus manos la finalización<br />

(literal) <strong><strong>de</strong>l</strong> libro, y también tendrá en sus<br />

manos (simbólicamente) la continuación histórica<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> hacer humano. Porque, como viene sentenciado<br />

el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> las últimas décadas, el futuro es mujer (o,<br />

más bien, <strong>de</strong> las mujeres).<br />

| 201


James Cameron.<br />

Titanic<br />

(James Cameron, 1997)<br />

Guión y Dirección: James Cameron<br />

Estreno: 25 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1997<br />

Elenco:<br />

Leonardo Di Caprio<br />

Kate Winslet<br />

Billy Zane<br />

Kathy Bates<br />

Frances Fisher<br />

Gloria Stuart<br />

Bill Paxton<br />

Bernard Hill<br />

David Warner<br />

Victor Garber<br />

Jonathan Hy<strong>de</strong><br />

Suzy Amis<br />

Lewis Abernathy<br />

Nicholas Cascone<br />

202 |<br />

James Cameron nació en Kapuskasing (Canadá) el 16 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1954.<br />

Dirigió: “Piraña II” (1981), “Terminator” (1984), “Aliens II, el regreso” (1986),<br />

“El Abismo” (1989), “Terminator II” (1991), “Mentiras Verda<strong>de</strong>ras” (1994), “Titanic”<br />

(1997), “Dark Angel” (2000-2002) para TV, luego se <strong>de</strong>dica durante algunos<br />

años al documental. Su último estreno fue “Avatar”, con guión propio,<br />

estrenada en 2010. Es, junto a Coppola, Carpenter, Friedkin y De Palma, <strong>de</strong><br />

lo mejor que hay en el <strong>cine</strong> mundial en los últimos 30 años.<br />

Cameron es el director más joven y como tal, comenzó a trabajar recién<br />

en los años ochenta. Lo cual le permitió, a partir <strong>de</strong> unas pocas películas,<br />

llegar a ocupar el lugar que hoy ocupa. Dichos films son: “Piraña II”<br />

(1981), “Terminator” (1984), “Aliens, El Regreso” (1986), “El Abismo” (1989)<br />

y “Terminator II” (1991). Llegado a este punto, Cameron gozaba ya <strong>de</strong> un<br />

prestigio y un reconocimiento, por <strong>de</strong>más merecido, tanto <strong>de</strong> la crítica<br />

como <strong>de</strong> los espectadores. Más tar<strong>de</strong> vendrían: “Mentiras Verda<strong>de</strong>ras”<br />

(1994) y “Titanic” (1997). Luego, en 2001 y 2002, realizó la serie “Dark Angel”,<br />

que es, sin dudas, la cima <strong>de</strong> dicho formato. Posteriormente, realizó<br />

dos films más que no llegaron a nuestro país, hasta la reciente y genial<br />

“Avatar” (2010), <strong>de</strong> la que escribiremos al final <strong>de</strong> este trabajo..<br />

Su primer film, “Piraña II”, si bien no llega a la calidad <strong>de</strong> sus posteriores<br />

obras, es ya una muestra, un aviso, <strong>de</strong> aquel que se siente como pez en el


Terminator.<br />

agua con el lenguaje <strong>cine</strong>matográfico. Un film <strong>de</strong> horror como otros tantos,<br />

pero filmado con oficio, cuidado, que si bien la segunda <strong>historia</strong> no<br />

es gran cosa, la película funciona, y sirve para dar el primer e importante<br />

paso en una obra que se distinguirá en el futuro.<br />

| 203<br />

“Terminator” y “Terminator II” son films que trabajan, especularmente, la<br />

visión apocalíptica <strong>de</strong> este autor. El futuro, como modo <strong>de</strong> un <strong>de</strong>stino<br />

prefijado, viene al presente para ponerse a prueba. <strong>La</strong> figura <strong><strong>de</strong>l</strong> salvador<br />

<strong>de</strong> la humanidad se refleja en el Cristo salvador. El rol conservador <strong>de</strong> la<br />

mujer, como una antígonas contemporánea, será, a partir <strong>de</strong> este dueto<br />

<strong>de</strong> films, uno <strong>de</strong> los emblemas fundamentales <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Cameron. Tal<br />

es así, que en “Aliens…” la figura <strong>de</strong> la mujer se resuelve como un todo<br />

que, prácticamente, no contaba con antece<strong>de</strong>ntes en el <strong>cine</strong>. <strong>La</strong> resolución<br />

final <strong><strong>de</strong>l</strong> rol <strong>de</strong> la mujer la hallaremos en “Dark Angel”. “El Abismo”<br />

abrirá el campo fértil <strong>de</strong> la pareja o matrimonio cameroniano. Lo cual<br />

seguirá su curso en sus dos films posteriores, ejemplarmente en “Titanic”.<br />

“Mentiras Verda<strong>de</strong>ras” es una comedia que cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> un agente<br />

secreto <strong><strong>de</strong>l</strong> gobierno norteamericano, Harry Task (Arnold Schwarzenegger),<br />

que oculta a su familia (esposa e hija) su importante rol <strong>de</strong> espionaje,<br />

suponiendo ser un empleado <strong>de</strong> una empresa <strong>de</strong> informática.<br />

Tras <strong>de</strong>scuidar sucesivamente a su esposa por motivos <strong>de</strong> trabajo, ella<br />

inicia, con una inocencia absoluta, una relación <strong>de</strong> amistad con un co-


Titanic <strong>de</strong> James Cameron.<br />

204 |<br />

bar<strong>de</strong> hombre que se hace pasar por un espía en problemas. Harry se<br />

entera y la captura sin mostrar su cara, para someterla a un interrogatorio<br />

confesional. Ambos serán capturados más tar<strong>de</strong> por fundamentalistas<br />

musulmanes, los verda<strong>de</strong>ros enemigos en el film, y a la vez que se<br />

<strong>de</strong>senmascara los diferentes secretos <strong>de</strong> la pareja, comienzan a trabajar<br />

juntos como espías. Primero, él la salva a ella en una escena memorable,<br />

antes que el auto en el que ella se dirigía caiga al mar. Luego él salvará a<br />

su hija, secuestrada previamente por los enemigos. Más tar<strong>de</strong>, la pareja<br />

comenzará a trabajar juntos en un nuevo caso.<br />

El siguiente film realizado por James Cameron es la “Titanic”, estrenado<br />

entre nosotros en 1998. “Titanic” es el gran film contemporáneo. Para<br />

bien o para mal, esta película ha marcado, en varios aspectos al <strong>cine</strong> actual<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XXI y no sólo al norteamericano. <strong>La</strong> <strong>historia</strong> <strong>de</strong> amor entre<br />

Jack y Rose narrada en flashback por Rose, ochenta y cinco años <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> ocurrida, revelando un secreto escondido en su alma, tiene el sabor<br />

<strong>de</strong> esos tesoros escondidos que el solo hecho <strong>de</strong> conocerse logran establecer<br />

un nuevo sentido a la vida y al mundo en el que vivimos. Más aún<br />

si esto ocurre en el contexto <strong>de</strong> la tragedia <strong><strong>de</strong>l</strong> hundimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> Titanic,<br />

y se enmarca en una puesta en escena perfecta, sin fisuras, que aspira y<br />

logra un narración extremadamente transparente, renovando al <strong>cine</strong> <strong>de</strong><br />

Griffith y sus contemporáneos; el mismo Griffith que se hallaba inventando<br />

el <strong>cine</strong>, hacia 1912, a la par <strong><strong>de</strong>l</strong> hundimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> barco.


<strong>La</strong> función salvadora <strong>de</strong> Jack, a la vez anónima y <strong>de</strong>sconocida (“no nos<br />

queda ni una foto <strong>de</strong> él”) junto a la Rose salvada (“él me salvó <strong>de</strong> todas<br />

las maneras posibles”), son el emblema <strong>de</strong> un mundo atomizado, en vías<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>strucción que, en su final, sólo se prepara para el apocalipsis,<br />

la revelación. El “si tu saltas, yo salto” <strong><strong>de</strong>l</strong> comienzo, se vuelve simbólico<br />

ante la repetición, dicho por ella, pretendiendo mostrar la necesidad<br />

<strong>de</strong> la unión, y dando la espalda a cualquier posibilidad <strong>de</strong> salvarse por<br />

separado. Cuando ambos se encuentran, hacia el final, en la popa <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

barco (Ella dice: “aquí es don<strong>de</strong> nos conocimos”), una mujer sola, doble<br />

<strong>de</strong> Rose, los mira por un tiempo y Rose le <strong>de</strong>vuelve la mirada. A través <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

fuera <strong>de</strong> campo, con la sola mirada, distinguimos el sentimiento compasivo<br />

hacia la mujer sola. Ésta, segundos <strong>de</strong>spués, cae al mar. Evi<strong>de</strong>ntemente,<br />

le falto su propio Jack.<br />

Cameron, amo <strong>de</strong> los Oscards.<br />

El mundo mo<strong>de</strong>rno, en su expresión más extremadamente nihilista, se<br />

hun<strong>de</strong> intentando cruzar el océano que divi<strong>de</strong> a la museística Europa en<br />

su más craso materialismo, con la América perdida a su suerte. El lugar<br />

es Terranova, la tierra nueva. Ese barco gigante llamado Titanic, y que en<br />

su proa llevaba escrito: “Ni Dios Pue<strong>de</strong> Hundirlo”, se hundió un frío día <strong>de</strong><br />

abril <strong>de</strong> 1912 en medio <strong><strong>de</strong>l</strong> estupor <strong>de</strong> un mundo que miraba con buenos<br />

ojos el progreso <strong>de</strong> la época y que celebraba cada uno <strong>de</strong> los avances<br />

técnicos y científicos, como promesas <strong>de</strong> mejoras y futuro bienestar. <strong>La</strong><br />

irrupción <strong>de</strong> este hecho, <strong>de</strong> esta noticia, junto con la paralela aparición<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> (en América, recuér<strong>de</strong>se) produjo una cuña, una duda, al menos<br />

un momento <strong>de</strong> reflexión, en el camino, hasta entonces, <strong>de</strong>sinhibido <strong>de</strong><br />

la línea recta <strong><strong>de</strong>l</strong> progreso in<strong>de</strong>finido <strong><strong>de</strong>l</strong> positivismo. Este es el punto<br />

<strong>de</strong> vista histórico y cultural <strong><strong>de</strong>l</strong> que parte Cameron para la realización<br />

<strong>de</strong> esta obra maestra absoluta. El gancho, la clave respecto a la situación<br />

contextual son los escasos botes salvavidas. Recuér<strong>de</strong>se que se repite<br />

en más <strong>de</strong> una ocasión que no hay suficientes botes para todos en caso<br />

<strong>de</strong> un posible acci<strong>de</strong>nte. El mundo mo<strong>de</strong>rno no contempla acci<strong>de</strong>ntes,<br />

saltos, excepciones ni milagros. En el mundo mo<strong>de</strong>rno no hay botes suficientes.<br />

Es una nave invertida que no contempla la posibilidad <strong>de</strong> lo imprevisto<br />

porque se cree, por su carácter humanista, dueño <strong><strong>de</strong>l</strong> transcurrir<br />

histórico. <strong>La</strong> línea unidireccional <strong>de</strong> progreso in<strong>de</strong>finido liberal tropieza<br />

con un iceberg imprevisto (o previsto, en tal caso por el <strong>de</strong>soído plan<br />

divino) en su recorrido <strong>de</strong> exportación <strong>de</strong> dicha mentalidad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Europa<br />

a América. Ese iceberg también pue<strong>de</strong> ser el <strong>cine</strong>. El <strong>de</strong> Griffith, el <strong>de</strong><br />

Welles, el <strong>de</strong> Coppola y el <strong>de</strong> James Cameron. Podríamos <strong>de</strong>cir que este<br />

trabajo estaría justificado si lo planteamos como un recorrido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> “El<br />

Nacimiento <strong>de</strong> una Nación” a “Titanic”.<br />

| 205


206 |<br />

Cito, a continuación, tres críticas escritas por Ángel<br />

Faretta sobre el estreno <strong><strong>de</strong>l</strong> film en Buenos Aires (Febrero<br />

<strong>de</strong> 1998)<br />

PARA ABORDAR EL TITANIC<br />

“Hay una sola <strong>de</strong>sgracia: no ser santo”.<br />

Leon Bloy<br />

Como toda obra <strong>de</strong> <strong>cine</strong> que se precie, Titanic muestra<br />

en su operar formal, las cuatro formas cardinales<br />

<strong>de</strong> representar que son las tradicionales en Occi<strong>de</strong>nte.<br />

Como se recordará y muy brevemente, estas son:<br />

la literal, la simbólica, la ética y la mítica. Al parecer<br />

sólo el <strong>cine</strong>, y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> éste sólo un contado grupo<br />

<strong>de</strong> autores, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>splegar esa forma que dio lugar<br />

a la Divina Comedia, las catedrales, la obra miguelangelesca,<br />

Shakespeare y mucho más recientemente, la<br />

obra <strong>de</strong> Wagner.<br />

Mencionaremos puntualmente algunos símbolos <strong>de</strong><br />

construcción que operan en el Titanic, limitándonos<br />

por razones <strong>de</strong> espacio a señalar siquiera otros <strong>de</strong><br />

ellos, que por su importancia <strong>de</strong>berían ser tratados<br />

por separado.<br />

1. Los personajes. Jack es, como él mismo dice literalmente:<br />

“el rey <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo”; pero no sólo por la alegría<br />

<strong>de</strong> haber abordado un barco al cual no estaba<br />

<strong>de</strong>stinado, sino porque el Rey <strong><strong>de</strong>l</strong> Mundo menta en la<br />

tradición esotérica a una figura enviada por la divinidad<br />

que actúa <strong>de</strong> Revelador y Salvador. A esta forma,<br />

avatar o modo <strong><strong>de</strong>l</strong> Rey <strong><strong>de</strong>l</strong> Mundo se la conoce en<br />

Occi<strong>de</strong>nte como el Preste Juan, un mistágogo encargado<br />

<strong>de</strong> salvar a la parte femenina <strong>de</strong> la humanidad,<br />

cíclicamente emblematizada como una rosa. Rose,<br />

la heroína, tiene como apellido De Witt y es precisamente<br />

la poseedora <strong><strong>de</strong>l</strong> Wit: la habilidad <strong>de</strong> percibir<br />

conexiones inesperadas entre, las i<strong>de</strong>as, las cosas y las<br />

situaciones, es <strong>de</strong>cir que tiene capacidad <strong>de</strong> analogía,<br />

<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r analógicamente la intervención provi<strong>de</strong>ncial<br />

<strong>de</strong> Jack en su vida. Recuér<strong>de</strong>se que el héroe<br />

gana “por azar” el ingreso al Titanic.<br />

Este ritual <strong>de</strong> iniciación entre el Rey <strong><strong>de</strong>l</strong> Mundo-Salvador<br />

y la Rosa femenina tiene tradicionalmente dos<br />

mo<strong><strong>de</strong>l</strong>os mítico-simbólicos fundamentales en Occi<strong>de</strong>nte:<br />

la busca <strong><strong>de</strong>l</strong> Santo Graal y el ciclo literario compuesto<br />

por El roman <strong>de</strong> la rose <strong>de</strong> Christian <strong>de</strong> Troyes<br />

y la obra <strong><strong>de</strong>l</strong> Dante. El Graal es una copa llamada a<br />

contener la sangre y el agua <strong>de</strong> Cristo <strong>de</strong>sprendido<br />

<strong>de</strong> su costado por la lanza <strong><strong>de</strong>l</strong> centurión durante su<br />

sacrificio. Esta copa fue tallada por los ángeles <strong>de</strong> una<br />

piedra preciosa <strong>de</strong>sprendida <strong>de</strong> la frente <strong>de</strong> Lucifer<br />

en el momento <strong>de</strong> su caída. El diamante que Cal -el<br />

<strong>de</strong>monio <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la economía simbólica <strong><strong>de</strong>l</strong> Titanic-<br />

le regala a Rose tiene: forma <strong>de</strong> corazón, es color<br />

azul, se llama “el corazón <strong>de</strong> mar” y fue “arrancado” <strong>de</strong><br />

la corona <strong><strong>de</strong>l</strong> rey Luis XVI. “Ahora nosotros somos la<br />

realeza” dice el rastacuero <strong>de</strong> Cal, emblema <strong>de</strong> la falta<br />

<strong>de</strong> realeza y <strong><strong>de</strong>l</strong> rol <strong>de</strong> usurpador que juega en el film.<br />

2. <strong>La</strong>s piedras. Simbólicamente la piedra representa<br />

el soporte <strong><strong>de</strong>l</strong> proceso <strong>de</strong> iniciación, especialmente<br />

en su modo alquímico. Veamos. <strong>La</strong> piedra azul se contrapone<br />

a la piedra blanca (el iceberg que hace que se<br />

“pierda” a partir <strong>de</strong> ese momento el diamante llamado<br />

“corazón <strong><strong>de</strong>l</strong> mar”). El diamante (que Jack confun<strong>de</strong><br />

con un zafiro) cumple las funciones siguientes: es<br />

usurpado por Cal, luego utilizado por Rose como señal-emblema<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> trabajo creador <strong>de</strong> Jack y finalmente,<br />

el dibujo resultante es guardado en una carpeta<br />

<strong>de</strong> cuero, junto al diamante original, en la caja fuerte.<br />

Es <strong>de</strong>cir: para Cal la piedra es sólo <strong>de</strong> valor crematístico,<br />

meramente material; para Jack-Rose es un valor<br />

<strong>de</strong> soporte que se convierte en obra <strong>de</strong> arte eterna.<br />

Los que rescatan la caja fuerte <strong><strong>de</strong>l</strong> Titanic buscando<br />

el diamante, rescatan sin saberlo ni proponérselo, la<br />

carpeta con el dibujo que recupera su “aura”. Ahora<br />

bien, el Graal menta tanto una copa como -cosa<br />

menos conocida- a un libro. <strong>La</strong> carpeta <strong>de</strong> cuero en<br />

cuestión representa las bodas alquímicas realizadas<br />

tanto entre Jack y Rose como la realización efectiva


<strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> arte, aquello que los alquimistas llaman<br />

transmutación.<br />

3. Los colores. Decíamos que Jack confun<strong>de</strong> al diamante<br />

que le muestra Rose con un zafiro. Al comienzo<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Purgatorio, en la comedia dantesca, el poeta <strong>de</strong>scribe<br />

la salida <strong><strong>de</strong>l</strong> infierno y la esperanza <strong><strong>de</strong>l</strong> futuro<br />

Cielo (don<strong>de</strong> será guiado por su amada emblematizada<br />

como una rosa) como “Dolce color d’oriental<br />

zafiro”. Sigamos. Jack se encuentra contemplando el<br />

cielo-zafiro, pocos segundos antes que Rose intente<br />

arrojarse al mar. <strong>La</strong> mujer se encuentra vestida <strong>de</strong> rojo,<br />

<strong>de</strong> púrpura, estableciendo así la relación <strong>de</strong> colores<br />

básicos (<strong>de</strong> oposición / complementaridad) entre rojo<br />

y azul pero también: Dante en la Vita Nuova cuenta<br />

que al ver <strong>de</strong> cerca a Beatrice, ésta estaba vestida<br />

<strong>de</strong> púrpura. Este color se correspon<strong>de</strong> también con<br />

la prostituta escarlata <strong>de</strong> Babilonia que figura en el<br />

Apocalipsis. Rose, recor<strong>de</strong>mos, es utilizada como tal<br />

por su madre, que la ven<strong>de</strong>, literalmente, a Cal. Rose,<br />

por otro lado, acaba <strong>de</strong> comprar en París (y sólo para<br />

vengarse “materialmente” <strong>de</strong> Cal) el cuadro <strong>de</strong> Picasso<br />

“<strong>La</strong>s señoritas <strong>de</strong> Aviñon” que son a su vez las pupilas<br />

<strong>de</strong> un bur<strong><strong>de</strong>l</strong> frecuentado por su autor y es también<br />

-canónicamente- el primer cuadro oficialmente “mo<strong>de</strong>rno”<br />

<strong>de</strong> este siglo, pero a<strong>de</strong>más es el ejecutado tras<br />

el abandono <strong><strong>de</strong>l</strong> llamado “período azul” <strong>de</strong> ese pintor.<br />

Simétricamente el helicóptero que trae a Rose (<strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

las alturas) al comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> film, está pintado <strong>de</strong> azul y<br />

rojo; finalmente la mujer <strong>de</strong>vuelve el diamante al corazón<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> mar. El azul vuelve al azul.<br />

4. <strong>La</strong> nave. El viaje. <strong>La</strong>s Bodas. El proceso <strong>de</strong> iniciación<br />

es comparado tradicionalmente a un viaje en barco. <strong>La</strong><br />

nave, por otro lado, es sabido, representa a la Iglesia.<br />

<strong>La</strong> rosa es también emblema <strong>de</strong> la Virgen María. Rose<br />

se <strong>de</strong>spoja <strong>de</strong> su manto para salvar a Jack y finalmente<br />

se refugia en otro manto para que Cal no la reconozca.<br />

En la operación alquímica, la nave <strong>de</strong>be ser dañada intencionadamente<br />

para así recordar los pa<strong>de</strong>cimientos<br />

<strong>de</strong> Cristo en el ma<strong>de</strong>ro. Así las cosas, Rose golpea por<br />

dos veces con el hacha en un ma<strong>de</strong>ro antes <strong>de</strong> liberar<br />

a Jack: éste luego la conducirá a un trozo <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra<br />

flotando en el medio <strong><strong>de</strong>l</strong> mar, ma<strong>de</strong>ro al cual no pue<strong>de</strong><br />

subir. En medio <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sesperación, el capitán grita:<br />

“Traigan a un carpintero” (oficio terrenal <strong>de</strong> Cristo).<br />

O mucho nos equivocamos o Titanic <strong>de</strong> James Cameron<br />

es una “máquina” <strong>de</strong> significación tradicional.<br />

Sigamos. Cuando Rose y Jack se unen carnalmente,<br />

la mujer <strong>de</strong>ja la huella <strong>de</strong> su mano en un cristal. Al<br />

comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> film, la Rose centenaria está trabajando<br />

en alfarería, <strong>de</strong>jando su huella manual en la vasija,<br />

mezcla <strong>de</strong> arcilla y agua. El <strong>cine</strong>, autoconcientemente,<br />

se refleja en un arte no sólo tradicional sino que recuerda<br />

a la Creación <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre por Dios.<br />

5. <strong>La</strong> melancolía. El carácter melancólico es arquetípicamente<br />

el <strong>de</strong> la actividad artística, creadora. Pero<br />

en Titanic esta imagen se refracta en la tecnificación<br />

<strong>de</strong> lo tradicional. El constructor <strong>de</strong> la nave, poco antes<br />

<strong>de</strong> hundirse con su creación, acomoda las agujas <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

inútil reloj que <strong>de</strong> inmediato se inclinará, cayendo.<br />

Poco antes, ese creador <strong>de</strong> formas titánicas, le pi<strong>de</strong><br />

perdón a Rose por “no haber hecho una nave digna<br />

<strong>de</strong> usted”. Jack y Rose se alejan para terminar, en la<br />

parte más alta <strong><strong>de</strong>l</strong> barco a punto <strong>de</strong> hundirse. “Aquí<br />

nos conocimos” dice ella, mientras una mujer sola a<br />

su lado (su doble) cae hacia el abismo. Paralelamente<br />

hilera <strong>de</strong> hombres, también solos, caen verticalmente.<br />

Como escribió Kant: “Sólo el hombre y la mujer<br />

juntos forman la humanidad”.<br />

6. Apocalipsis. <strong>La</strong> melancolía conduce mediante la<br />

poesía, la obra <strong>de</strong> arte, la iniciación, a su final revelación.<br />

Mientras todo parece hundirse en el naufragio<br />

<strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad técnica, el cuarteto <strong>de</strong> cuerdas ejecuta<br />

una pieza llamada “Orfeo”. El poeta, el creador <strong>de</strong><br />

formas, que como el Orfeo mítico rescata a su Eurídice<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> infierno, recuerda también a la primera ópera<br />

<strong>de</strong> la <strong>historia</strong> (el “Orfeo” <strong>de</strong> Monteverdi, 1600). El <strong>cine</strong>,<br />

<strong>de</strong> nuevo autoconcientemente, se reconoce cíclicamente<br />

en las obras <strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo.<br />

| 207


208 |<br />

“Él me salvó <strong>de</strong> todas las maneras posibles”, dice Rose<br />

y agrega: “y ni siquiera nos queda una foto suya”. El<br />

Rey – secreto – <strong><strong>de</strong>l</strong> Mundo se ha transmutado en Eternidad,<br />

volviendo al fondo, al eje, al centro primordial<br />

<strong>de</strong> las aguas, don<strong>de</strong>, al final se encontrará con su corazón<br />

<strong>de</strong> diamante azul. Y Rose, paralelamente, subirá<br />

hacia ese Paraíso espiralado en ese último sueño,<br />

don<strong>de</strong> todos los justos que han permanecido en la<br />

nave, aplaudirán el clásico final feliz <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. Dante<br />

escribió a su protector Cangran<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong>la Scala: “Llamo<br />

a mi obra Comedia, porque acaba felizmente”. Es cierto,<br />

siempre es cierto.<br />

PARA ABORDAR EL TITANIC II<br />

“…en ese mar que los <strong><strong>de</strong>l</strong>fines rasgan”.<br />

W. H. Butler Yeats, Navegando hacia Bizancio.<br />

En su, por ahora, breve pero extraordinaria obra <strong>cine</strong>matográfica,<br />

James Cameron se ha caracterizado<br />

también - y es una <strong>de</strong> sus muchas virtu<strong>de</strong>s - por sintetizar<br />

en una imagen emblemática, heráldica, algunas<br />

<strong>de</strong> las intenciones simbólicas <strong>de</strong> sus films. En “Aliens”,<br />

si bien continuando con formas expresivas ya - <strong>de</strong> alguna<br />

manera - heredadas <strong>de</strong> la primera parte, Cameron<br />

logra convertir al cangrejo cancerígeno - fálico en<br />

toda una gama y <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> matices <strong>de</strong> fecundidad<br />

invertida - clave para enten<strong>de</strong>r este film - don<strong>de</strong><br />

el tema <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>scenso a los infiernos llevado a cabo<br />

por la Teniente Ripley se refracta, a su vez, en la escena<br />

final con su colmena perversa.<br />

Poniendo a parte a su dueto <strong>de</strong> films Terminator y<br />

Terminator II, obras que operan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> otro registro<br />

simbólico, el elemento heráldico vuelve a aparecer<br />

<strong>de</strong> manera contun<strong>de</strong>nte en “El Abismo” con sus larvas<br />

translucidas que se tornan formas angélicas. En “Mentiras<br />

Verda<strong>de</strong>ras” la aparición <strong><strong>de</strong>l</strong> pelícano que hun<strong>de</strong><br />

con su leve peso y presencia a los terroristas, menta<br />

simétricamente la tarea que Harry Task (Schwarzenegger)<br />

realiza en busca <strong>de</strong> la salvación <strong>de</strong> su hija.<br />

Como se recordará el pelícano es un ave en la cual<br />

el macho <strong>de</strong> la especie se encarga <strong>de</strong> proveer <strong>de</strong> alimento<br />

a sus crías. Cuando no lo consigue, se rasga el<br />

pecho con ese enorme pico y da como alimento su<br />

propia sangre a sus hijos. <strong>La</strong> heráldica medieval (los<br />

llamados Bestiarios) utilizó al pelícano como emblema<br />

<strong>de</strong> Jesucristo.<br />

En “Titanic” - una obra francamente inagotable en<br />

su capacidad simbólica - Cameron utiliza <strong>de</strong> manera<br />

igualmente heráldica otra imagen animal por <strong>de</strong>más<br />

tradicional: El Delfín. Un par <strong>de</strong> ellos son vistos por<br />

Jack y su amigo Fabrizio al comienzo <strong><strong>de</strong>l</strong> film. Nadan<br />

<strong>de</strong> manera característica, a ambos lados <strong>de</strong> la proa <strong>de</strong><br />

la nave. Simétricamente Jack se alza sobre las espaldas<br />

<strong>de</strong> su amigo, mientras abre los brazos y grita: “Soy<br />

el Rey <strong><strong>de</strong>l</strong> Mundo” (cosa ya analizada por nosotros en<br />

el anterior artículo).<br />

1. El Nombre. El <strong><strong>de</strong>l</strong>fín <strong>de</strong>be su nombre a la ciudad<br />

griega <strong>de</strong> Delfos, don<strong>de</strong> se encontraba el, por <strong>de</strong>más<br />

célebre, oráculo. <strong>La</strong> aparición cíclica <strong><strong>de</strong>l</strong> animal en las<br />

costas <strong>de</strong> esa ciudad hizo que se lo fuera emparentando<br />

simbólicamente a la capacidad oracular, <strong>de</strong><br />

anticipar el futuro. Pero también su aparición está relacionada,<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la economía simbólica tradicional,<br />

con la predicción <strong>de</strong> naufragios, don<strong>de</strong> a su vez el<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong>fín actuará como animal salvador, portando sobre<br />

su lomo a una criatura (por lo general un poeta, un<br />

niño) a quien rescatará <strong>de</strong> la muerte. En Titanic Jack<br />

salva a Rose llevándola - analógicamente - nadando<br />

sobre sus espaldas para luego profetizarle (literal y<br />

exactamente) una vida futura: “Vivirás cien años…”<br />

En una escena anterior, Jack intenta salvar a un niño<br />

<strong>de</strong> la hecatombe, su padre (un hombre que habla en<br />

otro idioma) malentien<strong>de</strong> el proce<strong>de</strong>r <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe y lo<br />

arranca furiosamente <strong>de</strong> las manos <strong>de</strong> Jack, llevándolo<br />

en sentido contrario. Allí grita Rose (lo hará dos veces<br />

en el film): “Están huyendo por el lugar equivocado”.<br />

Ese lugar equivocado - contrario - que lleva a la muerte<br />

en vez <strong>de</strong> a la salvación, es la inversión <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo<br />

mo<strong>de</strong>rno (el mundo titanesco) que ha invertido drásti-


camente el sentido <strong>de</strong> los signos tradicionales. Obsérvese<br />

cómo el <strong><strong>de</strong>l</strong>fín ha sido convertido en las últimas<br />

décadas en un mero animalito simpático y juguetón<br />

que hace pruebas malabares en acuarios circenses.<br />

2. El Mito. El relato griego que porta y sostiene <strong>de</strong><br />

manera raigal la imagen heráldica <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong>fín es el<br />

mito <strong>de</strong> Arión. Recuér<strong>de</strong>se que aquí utilizamos mito<br />

en el sentido estricto y operativo <strong>de</strong> relato <strong>de</strong> origen.<br />

Arión es un poeta que viaja <strong>de</strong> Corinto a Sicilia para<br />

competir en un concurso poético. Tras ganar regresa<br />

a su casa y en el barco que lo lleva, se da cuenta que<br />

los marineros se preparan para asesinarlo y quedarse<br />

con el tesoro obtenido con sus dones <strong>de</strong> poeta. Lo<br />

ro<strong>de</strong>an y le dicen que van a arrojarlo al mar. Arión les<br />

pi<strong>de</strong> tiempo para que pueda componer con su lira su<br />

última canción: “una canción <strong>de</strong> muerte”. Los marineros<br />

acce<strong>de</strong>n. Canta una bella e inspirada composición<br />

nombrando a Orfeo y tras terminar se arroja sobre<br />

las olas. Un <strong><strong>de</strong>l</strong>fín surge <strong>de</strong> la profundidad y lo rescata<br />

llevándolo sobre su lomo <strong>de</strong> regreso a Corinto.<br />

Finalmente - y para resumir un mito por <strong>de</strong>más complejo<br />

- los marinos asaltantes llegan a Corinto. Arión<br />

los <strong>de</strong>scubre y les perdona la vida; su castigo será ser<br />

expulsados a una tierra bárbara “y que nunca algo<br />

hermoso <strong><strong>de</strong>l</strong>eite vuestras almas”.<br />

En Titanic, el malvado Cal parece haberse librado <strong>de</strong><br />

Jack, pero éste, que ha vuelto al corazón <strong><strong>de</strong>l</strong> mar -<br />

analógicamente como los <strong><strong>de</strong>l</strong>fines - hará que aquel<br />

vuelva a un lugar meramente material (bárbaro) don<strong>de</strong><br />

muere (se suicida) tras la crisis financiera <strong><strong>de</strong>l</strong> año<br />

1929. Simétricamente, Rose logrará vivir sus 100 años<br />

y cumplir todos sus sueños. Una serie <strong>de</strong> fotos nos la<br />

mostrarán final y sintéticamente, como actriz, como<br />

aviadora pionera y montando un caballo. Es <strong>de</strong>cir la<br />

tierra prometida será para Rose el <strong>cine</strong>, la capacidad<br />

<strong>de</strong> volar (viaje a simétrico al <strong><strong>de</strong>l</strong> titanic) y finalmente<br />

montar sobre ese caballo como sobre el lomo <strong>de</strong> un<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong>fín. Para Cal la tierra prometida es solo la muerte o<br />

una crisis cíclica <strong><strong>de</strong>l</strong> capitalismo. A cada cual su propia<br />

América, a cada cual su tierra prometida.<br />

PARA ABORDAR EL TITANIC III<br />

“Des<strong>de</strong> este ángulo visual pue<strong>de</strong> verse también en la<br />

nivelación un paso previo, un sacrificio. Tampoco es<br />

el único. También en la sangre vertida en la mitad <strong>de</strong><br />

nuestro siglo se ocultan un paso previo y una parte<br />

que hay que abonar en el activo común <strong>de</strong> los pueblos.<br />

Los beneficios sólo podrán distribuirse entre<br />

todos ellos. Esta es la única visión soportable <strong>de</strong> los<br />

procesos titánicos”.<br />

Ernst Jünger “El Estado Mundial”, 1960<br />

Para or<strong>de</strong>nar todo aquello que llevamos dicho sobre<br />

el film Titanic y a modo <strong>de</strong> resumen, mencionaremos a<br />

continuación las tres reglas fundamentales <strong><strong>de</strong>l</strong> operar<br />

simbólico. Recordando que estas reglas o leyes son <strong>de</strong><br />

carácter no sólo “atemporal” sino, y por sobre todo universales:<br />

porque no hay civilización tradicional que no<br />

las haya conocido a su manera; es <strong>de</strong>cir míticamente.<br />

<strong>La</strong> primera <strong>de</strong> estas reglas dice: todo lo bajo pue<strong>de</strong><br />

simbolizar lo alto, pero jamás suce<strong>de</strong> al revés. Es<br />

<strong>de</strong>cir todo lo terreno <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un diamante hasta los<br />

excrementos pue<strong>de</strong> ten<strong>de</strong>r a la simbolización <strong>de</strong> lo<br />

trascen<strong>de</strong>nte. Por ejemplo James Cameron en su film<br />

El Abismo emplea la imagen <strong>de</strong> un anillo arrojado al<br />

fondo <strong>de</strong> la letrina para luego simbolizar la in<strong>de</strong>structibilidad<br />

<strong>de</strong> la alianza matrimonial –tema recurrente en su<br />

obra. Ahora bien: lo inverso no tiene sentido. No se pue<strong>de</strong><br />

usar a los ángeles para “simbolizar” un mero problema<br />

psicológico <strong>de</strong>, digamos, soledad urbana. Ni tampoco<br />

la pasión <strong>de</strong> Cristo para una enfermedad humana...<br />

<strong>La</strong> segunda regla dice que todo símbolo tiene una<br />

doble lectura, una reversibilidad -jamás una inversión-<br />

como por ejemplo las dos caras <strong>de</strong> Jano. De allí<br />

que por ejemplo, la serpiente pue<strong>de</strong> tener una lectura<br />

siniestra -ju<strong>de</strong>o-cristianismo- o diestra -tradición<br />

extremo oriental. El negro es luto en Occi<strong>de</strong>nte y en<br />

el Oriente suele ser el blanco. Esto expuesto <strong>de</strong> manera<br />

muy sucinta. En Titanic, Cameron utiliza el eje<br />

mítico <strong><strong>de</strong>l</strong> viaje a una “nueva tierra” en tal sentido.<br />

| 209


210 |<br />

Como rito <strong>de</strong> iniciación es diestro para Rose (o para<br />

Molly Brown) pero siniestro para Cal. Pero también (y<br />

los ejemplos pue<strong>de</strong>n literalmente, multiplicarse en<br />

este film): las esposas, símbolo tradicional <strong><strong>de</strong>l</strong> matrimonio<br />

(<strong>de</strong> allí proviene, por ejemplo, “cónyuge”: <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

latín compartir el yugo) es utilizado por Cameron <strong>de</strong><br />

manera genialmente simétrica o reversible: las esposas<br />

(suministradas por Cal y su sicario Lovejoy: otra<br />

reversibilidad simbólica puesto que su nombre significa<br />

Gozo <strong>de</strong> Amor) se vuelven signo <strong>de</strong> alianza una<br />

vez que Rose las quiebra con un hacha.<br />

<strong>La</strong> tercera <strong>de</strong> estas leyes es aquella que precisamente<br />

más nos sirve para enten<strong>de</strong>r el operar <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>. Cuando<br />

se opera un símbolo tradicional es imprescindible<br />

sólo actualizar una <strong>de</strong> sus lecturas posibles, ya<br />

que precisamente, el símbolo es una ciudad <strong>de</strong> cien<br />

puertas. Operando una <strong>de</strong> ellas a sabiendas, todas las<br />

otras se correspon<strong>de</strong>n, jerárquicamente, en sentido<br />

horizontal, ya que todas las cien puertas <strong>de</strong> esa ciudad<br />

llevan al mismo centro. Por ejemplo: en nuestra<br />

nota anterior mencionábamos la utilización heráldica<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> símbolo <strong><strong>de</strong>l</strong> Delfín. Algún lector bienintencionadamente<br />

pue<strong>de</strong> preguntarnos ¿Pero Cameron es<br />

“conciente” <strong>de</strong> todas esas implicancias? Con lo apuntado<br />

más arriba pue<strong>de</strong> respon<strong>de</strong>rse. En la medida<br />

que Cameron haya operado tan sólo una <strong>de</strong> las mencionadas<br />

(p.e. Delfín y Delfos o quizás Delfín y rescate<br />

<strong>de</strong> náufragos) todas las otras puertas se abren simultáneamente.<br />

Y a su vez un tercer espectador (como el<br />

tercer hombre aristotélico) que no es ni Cameron ni el<br />

autor <strong>de</strong> estas líneas, está reconociendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace<br />

semanas otras variantes <strong><strong>de</strong>l</strong> símbolo. Pero para que<br />

esto suceda así, en el <strong>cine</strong> <strong>de</strong>be justificarse por transparencia<br />

<strong>de</strong> relato la función literal <strong>de</strong> aquello que<br />

será símbolo. Dicho en términos simples. Estamos en<br />

el Atlántico Norte (composición <strong>de</strong> lugar) por lo tanto<br />

hay <strong><strong>de</strong>l</strong>fines. En su anterior “Mentiras Verda<strong>de</strong>ras”,<br />

estamos en los cayos <strong>de</strong> Florida, hay pelícanos. Es <strong>de</strong>cir<br />

el <strong>cine</strong> relata para todos y simboliza -si es posibletambién<br />

para todos.<br />

Finalizaremos ejemplificando con una secuencia <strong>de</strong><br />

Titanic para emblematizar este operar <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> y trataremos<br />

también, y en lo posible, <strong>de</strong> señalar el porqué<br />

<strong>de</strong> su paradójica dificultad <strong>de</strong> acceso contemporáneo.<br />

Cuando Jack y Rose se unen carnalmente,<br />

el hombre queda prácticamente sin aliento, la mujer<br />

alarmada le pregunta qué le pasa y el hombre le respon<strong>de</strong><br />

que pronto estará bien. Al parecer una sencilla<br />

escena etc. etc. Si el espectador ha seguido con el<br />

mínimo <strong>de</strong> atención posible lo que ha sucedido hasta<br />

el momento, <strong>de</strong>be preguntarse qué está pasando.<br />

Cameron nos ha mostrado a Jack como un joven vigoroso,<br />

atlético, sin problemas respiratorios, no es asmático<br />

ni nada que se le parezca. Entonces porqué lo<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> aliento. Es que Jack le ha entregado su Alma (o su<br />

equivalente simbólico) a Rose, le ha dado una “nueva<br />

vida” (el film El Abismo se extien<strong>de</strong> largamente<br />

sobre esta simbología) e infinitas cosas más que son<br />

-o eran- formas puntuales <strong><strong>de</strong>l</strong> entendimiento <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

Pitágoras. Como Cameron es un gran artista, un genio<br />

puro y simple, no pue<strong>de</strong> con<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r a arruinar su<br />

escena con alegorías infantiles, con inducir al espectador<br />

con toda serie <strong>de</strong> flechas indicativas para que<br />

este traduzca su i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> alguna imagen pictórica que<br />

“ilustre” lo que Cameron <strong>de</strong>sea expresar; porque el<br />

<strong>cine</strong> es arte en la medida que pue<strong>de</strong> no sólo narrar y<br />

representar -cosa ya <strong>de</strong> suyo importante- sino imaginar<br />

y, sobre todo, pensar con elementos propios y no<br />

tomados prestados a otras artes –artes que, por otro<br />

lado, viven en los museos.<br />

Pocos días atrás Cameron con<strong>de</strong>scendió a refutar pública<br />

y drásticamente a un crítico <strong>de</strong> un diario norteamericano<br />

que había tratado a su film <strong>de</strong> “superficial”.<br />

Antes que emitir un juicio sobre tal cosa se nos ocurre<br />

imaginar esta hipótesis <strong>de</strong> ficción (que recuér<strong>de</strong>se no<br />

podría haber sucedido jamás). Michelangelo acaba<br />

<strong>de</strong> concluir los frescos <strong>de</strong> la Capilla Sixtina. Se acerca<br />

un recién llegado y le comenta: “¿Pero qué hace ese<br />

viejo musculoso <strong>de</strong> barba blanca con el <strong>de</strong>do en alto<br />

y dando ór<strong>de</strong>nes...?”


Espero haber logrado con estas tres citas <strong><strong>de</strong>l</strong> pensador<br />

Faretta haber ahondado lo suficiente en lo que<br />

hace al director James Cameron en general y al film<br />

“Titanic” en particular.<br />

Una Obra Maestra Absoluta.<br />

| 211


The Rainmaker<br />

(Francis F. Coppola, 1998)<br />

212 |<br />

Guión y Dirección: Francis Ford Coppola<br />

Estreno: 1 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1998<br />

Elenco:<br />

Matt Damon<br />

Danny DeVito<br />

Claire Danes<br />

Jon Voight<br />

Mary Kay Place<br />

Dean Stockwell<br />

Teresa Wright<br />

Virginia Madsen<br />

Mickey Rourke<br />

Andrew Shue<br />

Red West<br />

Johnny Whitworth<br />

Wayne Emmons<br />

Adrian Roberts<br />

Roy Schei<strong>de</strong>r<br />

The Rainmaker.


“The Rainmaker” (“El Po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la Justicia” entre nosotros)<br />

es un film tan perfecto como esas obras <strong>de</strong> aquellos artistas<br />

que alcanzan un grado <strong>de</strong> madurez que logran<br />

quintaesenciar su arte en la sencillez, la <strong>de</strong>cantación y la<br />

economía más bella. Tal es el caso <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s directores<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> norteamericano que, allá por los sesenta,<br />

plasmaron en la pantalla análogas producciones. “Marnie”<br />

(Hitchcock), “Siete Mujeres” (Ford), “El Deporte Favorito<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Hombre” (Hawks), entre otras. Francis Ford Coppola<br />

alcanza en este film la madurez <strong>cine</strong>matográfica tal como<br />

para realizar una obra comparable con aquellas, con 58<br />

años <strong>de</strong> edad.<br />

El film trabaja simbólicamente sobre tres o cuatro<br />

ejes en los que se muestra y <strong>de</strong>muestra el genio <strong>de</strong><br />

un autor como Coppola. <strong>La</strong> película se encarga <strong>de</strong><br />

dividir, separar dos mundos bien claros en la narración:<br />

la vida pública y la vida privada <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe Rudy<br />

Baylor. En su vida pública, aquella que correspon<strong>de</strong> a<br />

la <strong>historia</strong>, Rudy es iniciado en Stone (Mickey Rourke)<br />

en el mundo <strong>de</strong> los enjuagues, la política, las multinacionales,<br />

los seguros y la abogacía. En su vida privada,<br />

aquella que correspon<strong>de</strong> a lo religioso, Rudy encuentra<br />

a una mujer, Kelly. Pero también lo aprendido en<br />

su vida pública le sirve para su causa privada, ya que<br />

en <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> su amada, una mujer golpeada por<br />

un marido animal, logra <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> su enemigo,<br />

matándolo. <strong>La</strong> vida pública, aquella que podría verse<br />

como continuación <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> los Corleone, se<br />

opone a su vida privada, don<strong>de</strong> él, hacia el final, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong><br />

optar por la segunda y <strong>de</strong>jar la abogacía.<br />

<strong>La</strong> puesta en escena <strong><strong>de</strong>l</strong> film también está planteada<br />

espacialmente a través <strong>de</strong> dicha separación entre el<br />

mundo público y el mundo privado <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe. El público<br />

tiene que ver con la casa <strong>de</strong> los Black y su jardín<br />

abandonado. En el privado, la acción familiar se <strong>de</strong>sarrolla<br />

en casa <strong>de</strong> Birdy, la madre adoptiva <strong>de</strong> Rudy,<br />

quien será encargada también <strong>de</strong> cuidar a su Dama,<br />

mientras él atien<strong>de</strong> su causa pública.<br />

Respecto a lo quijotesco <strong>de</strong> la <strong>historia</strong> y a la analogía<br />

con la obra <strong>de</strong> Cervantes, vamos a citar Faretta,<br />

en un artículo escrito contemporáneamente al estreno<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> film: “… Ostensiblemente Coppola inscribe la<br />

errancia épica <strong>de</strong> su héroe (Rudy Baylor) simetrizando<br />

con ciertas situaciones <strong><strong>de</strong>l</strong> Don Quijote <strong>de</strong> Cervantes.<br />

Cuando aquel es certificado como abogado se le<br />

toma juramento por parte <strong>de</strong> un colega mercenario<br />

y <strong>de</strong> un juez inepto. El héroe reflexiona en off: «Así fui<br />

reconocido abogado en medio <strong>de</strong> un corrupto y <strong>de</strong><br />

un malvado». De tal forma, en uno <strong>de</strong> los capítulos<br />

iniciales <strong><strong>de</strong>l</strong> Quijote (el tercero) éste es armado caballero<br />

por un palurdo y una corte <strong>de</strong> prostitutas. Simétricamente<br />

también el personaje <strong>de</strong> Danny <strong>de</strong> Vito<br />

(Deck Shifflet) actúa como irónico avatar <strong>de</strong> Sancho<br />

Panza al intentar a su manera, que el héroe entienda<br />

la «materialidad <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo» con sus chanchullos, sus<br />

arreglos y felonías. Su Dul<strong>cine</strong>a, llamada en el film Kelly<br />

Riker, tiene el rostro <strong>de</strong>sfigurado por los golpes <strong>de</strong><br />

un marido semianimal; <strong>de</strong> tal forma Rudy en su periplo<br />

salvacionista consigue ver el “verda<strong>de</strong>ro rostro” <strong>de</strong><br />

su Dama a medida que la va rescatando. También la<br />

<strong>de</strong>spedida final entre Rudy y Deck y el abandono <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

primero <strong>de</strong> la profesión se reflejan en la <strong>de</strong>spedida <strong>de</strong><br />

Quijote y Sancho así como también el abandono <strong>de</strong><br />

Rudy <strong>de</strong> la ilusión <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r «en<strong>de</strong>rezar entuertos»…”<br />

Quiero recordar, para finalizar, la escena en la que<br />

Rudy y Kelly se conocen en el hospital, jugueteando<br />

con esa manzana que ya se hallaba en la mesa, mediante<br />

la cual la humanidad vuelve cíclica, eternamente<br />

a su comienzo, para luego volver a encontrarse<br />

y <strong>de</strong>sencontrarse sin solución <strong>de</strong> continuidad.<br />

| 213


BRIAN DE PALMA II<br />

“Demente”<br />

(Raising Cain, Brian De Palma, 1992)<br />

Guión y Dirección: Brian De Palma<br />

Estreno: 21 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1992<br />

Elenco:<br />

John Lithgow<br />

Lolita Davidovich<br />

Steven Bauer<br />

Frances Sternhagen<br />

Gregg Henry<br />

Tom Bower<br />

Mel Harris<br />

Teri Austin<br />

214 |<br />

“Carlito’s Way”<br />

(Carlito’s Way, Brian De Palma, 1993)<br />

Guión: David Koepp<br />

Dirección: Brian De Palma<br />

Estreno: 28 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1993<br />

Elenco:<br />

Al Pacino<br />

Sean Penn<br />

Demente.


Penelope Ann Miller<br />

John Leguizamo<br />

Ingrid Rogers<br />

Luis Guzmán<br />

James Rebhorn<br />

Joseph Siravo<br />

Viggo Mortensen<br />

Richard Foronjy<br />

Jorge Porcel<br />

Frank Minucci<br />

“Ojos <strong>de</strong> Serpiente”<br />

(Snake Eye, Brian De Palma, 1998)<br />

Guión y Dirección: Brian De Palma<br />

Estreno: 7 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1998<br />

Elenco:<br />

Nicolas Cage<br />

Gary Sinise<br />

John Heard<br />

Carla Gugino<br />

Stan Shaw<br />

Kevin Dunn<br />

Michael Rispoli<br />

Joel Fabiani<br />

“Misión a Marte”<br />

(Mission to Mars, Brian De Palma, 2000)<br />

Guión: John Thomas<br />

Dirección: Brian De Palma<br />

Estreno: 25 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 2000<br />

Elenco:<br />

Gary Sinise<br />

Tim Robbins<br />

Don Cheadle<br />

Connie Nielsen<br />

Jerry O’Connell<br />

Peter Outerbridge<br />

Kavan Smith<br />

Jill Teed<br />

Elise Neal<br />

Kim Delaney<br />

Marilyn Norry<br />

“Mujer Fatal”<br />

(Femme Fatale, Brian De Palma, 2003)<br />

Guión y Dirección: Brian De Palma<br />

Estreno: 23 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 2003<br />

Elenco:<br />

Rebecca Romijn<br />

Antonio Ban<strong>de</strong>ras<br />

Peter Coyote<br />

Eriq Ebouaney<br />

Edouard Montoute<br />

Rie Rasmussen<br />

Llega el último giro, o vuelta <strong>de</strong> tuerca, <strong>de</strong> la obra<br />

<strong>de</strong>palmiana: Aquel que comienza con “Demente” en<br />

1992, y culmina con la cima <strong><strong>de</strong>l</strong> arte contemporáneo:<br />

“Ojos <strong>de</strong> Serpiente” (1998), “Misión a Marte” (2000) y<br />

“Mujer Fatal” (2002). El primero <strong>de</strong> estos tres films resume,<br />

y concluye, <strong>de</strong> modo extraordinario, sus i<strong>de</strong>as<br />

acerca <strong>de</strong> la gracia y la santidad, por encima <strong>de</strong> muchos<br />

<strong>de</strong> sus films anteriores y sin recurrir al recurso<br />

fantástico. Julia (la mujer que pisa la cabeza <strong>de</strong> la<br />

serpiente) es Carrie sin telequinesis. Ricky Santoro<br />

será perseguido, juzgado y maltratado, solo <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> haberse convertido en santo. Recor<strong>de</strong>mos que el<br />

aparatito que se le coloca en los hombros luego <strong>de</strong><br />

la tortura es la Cruz. Finalmente, en la construcción<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> nuevo milenio, estará la serpiente, pero también<br />

estará Dios. “Misión a Marte” es el gran film <strong>de</strong> los últimos<br />

años, don<strong>de</strong> De Palma nos plantea y se plantea<br />

la hipotética situación <strong>de</strong> la ausencia <strong><strong>de</strong>l</strong> mal. Nos recuerda<br />

que si, teológicamente, el mal es la ausencia<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> bien, no necesariamente el bien es la ausencia <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

mal. Esto es: que no haya mal <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la diégesis, no<br />

quiere <strong>de</strong>cir que todos los habitantes <strong>de</strong> ese mundo<br />

hayan alcanzado el bien, o la santidad. <strong>La</strong> segunda, y<br />

más importante, cuestión es la <strong>de</strong> encontrar, fuera <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

mundo, el paraíso. En Marte, en este caso. Y qué es lo<br />

que cada uno espera encontrar en él, y con qué cosas<br />

encima llegaremos, si llegamos. Sumado a esto, todo<br />

un relevamiento cultural acerca <strong>de</strong> occi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

un punto <strong>de</strong> vista estrictamente religioso. En “Mujer<br />

Fatal”, temas como verdad y ficción, el doble, la caída,<br />

| 215


Ojos <strong>de</strong> Serpiente.<br />

216 |<br />

la segunda oportunidad, la gracia, se ponen <strong>de</strong> manifiesto con una belleza<br />

y un conocimiento pleno <strong><strong>de</strong>l</strong> arte <strong>cine</strong>matográfico, pocas veces logrado.<br />

<strong>La</strong> posibilidad <strong>de</strong> ocupar el lugar <strong><strong>de</strong>l</strong> otro, por un simple parecido<br />

físico, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>satar a toda la visión <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo <strong>de</strong> este autor sublime.<br />

<strong>La</strong> obra <strong>de</strong>palmiana continúa, por ahora, con “<strong>La</strong> Dalia Negra” (2006), un<br />

interesante film, y concluye con “Redacted”, una rareza <strong>de</strong> estos tiempos<br />

traumáticos, recién llegado a nuestro país.<br />

Historiemos un poco como llegamos hasta acá. Hay dos obras anteriores,<br />

fundamentales en la obra <strong>de</strong> este autor: “Demente” y “Carlito’s Way”.<br />

Veamos.<br />

“Demente” (1992) cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> un hombre doblado en dos personalida<strong>de</strong>s<br />

(¿o personajes?) que se encarga <strong>de</strong> raptar niños para la causa <strong>de</strong><br />

su padre. Un loco científico que los usa como conejillos <strong>de</strong> indias. En medio<br />

<strong>de</strong> su locura, su mujer, víctima <strong>de</strong> esta situación, lo engaña con un ex novio,<br />

y juntos intentarán <strong>de</strong>sbaratar las locuras <strong><strong>de</strong>l</strong> protagonista. El film incluye,<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una estructura narrativa más o menos clásica, una puesta en escena<br />

rigurosa, una marca <strong>de</strong> estilo inconfundible (el sueño <strong>de</strong> la esposa), un<br />

film con unas pretensiones filosóficas y religiosas que pocos han logrado.<br />

Porque la clave está en que los buenos parten <strong>de</strong> una situación absolutamente<br />

inmoral para tratar <strong>de</strong> en<strong>de</strong>rezar o corregir los <strong>de</strong>svíos <strong><strong>de</strong>l</strong> malvado<br />

protagonista.


“Carlito’s Way” (1993) cuenta la <strong>historia</strong> <strong>de</strong> un ex convicto<br />

(Carlito, Al Pacino) que intenta regenerarse en una sociedad<br />

que lo toma más por lo que era que por lo que intenta<br />

ser. Su pasado lo arrastra a la muerte, y la sentencia<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> film parece ser que ese paraíso caribeño anhelado<br />

es pura ficción publicitaria y que el único paraíso parece<br />

estar en el cielo, sólo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> morir en este mundo.<br />

Hay una empatía más que interesante, hasta <strong>de</strong> puesta<br />

y estilo, entre algunos films <strong>de</strong> De Palma. Demente<br />

(1992) y Ojos <strong>de</strong> Serpiente (1998), ambas caídas <strong>de</strong><br />

sus mejores primeros films: “Hermanas” (1973), “Fantasmas<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Paraíso” (1974), “Carrie” (1976), “<strong>La</strong> Furia”<br />

(1978); Carlito’s Way (1993) y Misión a Marte (2000),<br />

sobre todo en estas cuestiones <strong>de</strong> la salvación, el<br />

alma, el paraíso (acá podríamos agregar, pero ya lateralmente<br />

a “Los Intocables” <strong>de</strong> 1987). Y finalmente,<br />

su último gran film, y tal vez <strong>de</strong> los mejores <strong>de</strong> lo que<br />

va <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo, “Mujer Fatal” (2002) enancado en sus<br />

thrillers <strong>de</strong> los ochentas: “Vestida para Matar” (1980),<br />

“Blow Out” (1981), y Doble <strong>de</strong> Cuerpo (1984). Su relación<br />

con el <strong>cine</strong> clásico (la bella cita <strong>de</strong> “Pacto <strong>de</strong><br />

Sangre” <strong>de</strong> Billy Wil<strong>de</strong>r <strong><strong>de</strong>l</strong> comienzo), con el policial y<br />

el enigma, con Hitchcock particularmente, el tema <strong>de</strong><br />

la segunda oportunidad, la mujer, las máscaras, etc.<br />

También Mujer Fatal retoma <strong>de</strong> manera magistral uno<br />

<strong>de</strong> los más bellos y hitchcockianos films <strong>de</strong> Brian De<br />

Palma llamado “Obssesion” (1975), Magnífica Obsesión<br />

entre nosotros.<br />

Para terminar, tenemos que <strong>de</strong>cir que la maquinaria<br />

técnica <strong>de</strong> De Palma funciona a partir <strong>de</strong> la concepción<br />

<strong>de</strong> puesta en escena en servicio <strong>de</strong> lo que se<br />

quiere contar y <strong>de</strong> lo que se quiere <strong>de</strong>cir. Siempre conectar,<br />

establecer un puente, entre el campo y el fuera<br />

<strong>de</strong> campo. Los increíbles travellings, la pantalla dividida,<br />

la cámara lenta, los efectos <strong>de</strong> humo, los flash<br />

backs <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> otros flashbacks, ciertos primeros<br />

planos, etc., son materiales <strong>de</strong> los que se sirve el autor<br />

para narrar, pero jamás son fines en sí mismos, sino<br />

herramientas, medios, para alcanzar los fines últimos<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> arte y <strong><strong>de</strong>l</strong> artista: proponer una visión <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo,<br />

don<strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as se expresen bellamente a través <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

procedimiento simbólico en una segunda <strong>historia</strong>.<br />

Es importante establecer una relación <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo dicho<br />

entre los pocos directores contemporáneos que siguen<br />

sosteniendo nuestro séptimo arte. Ellos se piensan<br />

y se miran entre sí. Pensemos en las relaciones<br />

entre “Titanic” (1997) y “Misión a Marte” (2000). Pensemos<br />

en la contemporaneidad <strong>de</strong> “Misión a Marte” con<br />

“<strong>La</strong>s Reglas <strong><strong>de</strong>l</strong> Combate” (2000) <strong>de</strong> William Friedkin.<br />

Pensemos en las relaciones entre “Apocalipsis Now” y<br />

todo el <strong>cine</strong> contemporáneo. En las relaciones entre<br />

De Palma y Carpenter, entre Coppola y Cameron, entre<br />

Friedkin y De Palma. O entre Friedkin y Carpenter.<br />

Pensemos en la reciente y genial “Avatar” <strong>de</strong> James<br />

Cameron, que <strong>de</strong> alguna manera incluye a todas las<br />

anteriores, especialmente a la ya citada “Apocalipsis<br />

Now” y el <strong>cine</strong> <strong>de</strong> Francis Ford Coppola.<br />

| 217<br />

Es claro y transparente como el mismo Brian De Palma<br />

ha superado los nudos <strong>de</strong> sentido planteados en sus<br />

films <strong>de</strong> los ochentas. Sobre todo a partir <strong>de</strong> las últimas<br />

tres películas que mencionamos, don<strong>de</strong> la esperanza<br />

(que claramente no pasa por el mundo) se nos plantea<br />

como una posibilidad apocalíptica, reveladora.


218 |<br />

JOHN CARPENTER<br />

EL TERROR DE FIN DE SIGLO<br />

“En la Boca <strong><strong>de</strong>l</strong> Miedo”<br />

(In the Mouth of Madness, John Carpenter, 1995)<br />

Guión: Michael De Luca<br />

Dirección: John Carpenter<br />

Estreno: 8 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1995<br />

Elenco:<br />

Sam Neill<br />

Julie Carmen<br />

Jürgen Prochnow<br />

David Warner<br />

John Glover<br />

Bernie Casey<br />

Peter Jason<br />

Charlton Heston<br />

Frances Bay<br />

“El Pueblo <strong>de</strong> los Malditos”<br />

(Village of the Damned, 1996)<br />

Guión: Stirling Silliphant y John Carpenter<br />

Dirección: John Carpenter<br />

Estreno: 2 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1996<br />

Elenco:<br />

Christopher Reeve<br />

Kirstie Alley<br />

Linda Kozlowski<br />

Michael Paré<br />

Meredith Salenger<br />

Mark Hamill<br />

Pippa Pearthree<br />

Peter Jason<br />

Constance Forslund<br />

Karen Kahn<br />

Thomas Dekker<br />

Lindsey Haun<br />

Cody Dorkin<br />

Trishalee Hardy<br />

Jessye Quarry<br />

“Escape <strong>de</strong> Los Ángeles”<br />

(Escape from Los Angeles, 1996)<br />

Guión: Nick Castle y John Carpenter<br />

Dirección: John Carpenter<br />

Fecha <strong>de</strong> Estreno: 17 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1996<br />

Elenco:<br />

Kurt Russell<br />

Steve Buscemi<br />

Peter Fonda<br />

Cliff Robertson<br />

Valeria Golino<br />

Stacy Keach<br />

Pam Grier<br />

Bruce Campbell<br />

Georges Corraface<br />

Michelle Forbes<br />

“Vampiros”<br />

(Vampires, John Carpenter, 1998)<br />

Guión: Don Jakoby<br />

Dirección: John Carpenter<br />

Estreno: 27 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1998<br />

Elenco:<br />

James Woods<br />

Daniel Baldwin<br />

Sheryl Lee<br />

Thomas Ian Griffith<br />

Maximilian Schell<br />

Tim Guinee<br />

Gregory Sierra<br />

“Fantasmas en Marte”<br />

(Ghosts of Mars, John Carpenter, 2001)<br />

Guión: <strong>La</strong>rry Sulkis y John Carpenter<br />

Dirección: John Carpenter<br />

Estreno: 22 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 2001<br />

Elenco:<br />

Natasha Henstridge<br />

Ice Cube<br />

Jason Statham<br />

Clea DuVall<br />

Pam Grier


Joanna Cassidy<br />

Richard Cetrone<br />

Rosemary Forsyth<br />

Liam Waite<br />

Duane Davis<br />

Como introducción a esta última etapa <strong>de</strong> John Carpenter<br />

y <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> todo, citaremos un fragmento <strong>de</strong> un<br />

artículo <strong>de</strong> Faretta, publicado hace años atrás:<br />

“… <strong>La</strong> obra <strong>de</strong> John Carpenter es <strong>de</strong> aquellas que para<br />

intentar expresarlo en un concepto lo más sintético<br />

posible, opera <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un nivel <strong>de</strong> esoterismo epiceno.<br />

Trataremos <strong>de</strong> explicarnos. <strong>La</strong> sola i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> practicar<br />

un arte hermético en el mundo contemporáneo corre<br />

el riesgo <strong>de</strong>: O convertirse en un sucedáneo <strong>de</strong> lo<br />

sectario o en una forma <strong>de</strong> trivialización <strong>de</strong> lo simbólico.<br />

Lo hermético requiere siempre dos condiciones<br />

básicas en su operar: por un lado un grupo <strong>de</strong> formas,<br />

modos y signos <strong>de</strong>, sino un inmediato por lo menos<br />

ritualizado acceso <strong>de</strong> una comunidad <strong>de</strong> espectadores<br />

que se hallan en condiciones <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>rlo.<br />

Por el otro, una superficie, un punto <strong>de</strong> partida transparente<br />

<strong>de</strong> valores formales lo suficientemente estables<br />

- al menos en un primer nivel - para el acceso<br />

mediante ésta vía al segundo nivel <strong>de</strong> mayor - a veces<br />

infinita - complejidad…<br />

Esta tentativa hermética que ha sido la mayor parte<br />

<strong>de</strong> las veces un rotundo fracaso, cuando quiere operarse<br />

esa vía en el siglo presente, resultó, por lo general,<br />

extraordinariamente fecunda y viable en el <strong>cine</strong>,<br />

especialmente en aquel conocido como Clase B. Esta<br />

forma <strong>de</strong> <strong>cine</strong> que es un mo<strong><strong>de</strong>l</strong>o <strong>de</strong> producción, pero<br />

<strong>de</strong> producción no sola económica sino también - y<br />

fundamentalmente - <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> sentido, logra<br />

en su operar dos condiciones básicas que hacen posible<br />

lo dicho más arriba: 1) Un look, un aire <strong>de</strong> familia,<br />

un aura rápidamente reconocible y asimilable que<br />

hace, a su vez, 2) que el espectador la mayor parte <strong>de</strong><br />

las veces aún sin proponérselo concientemente, se<br />

instala en una zona <strong>de</strong> intelección que lo solicita sin<br />

reclamar ostentosamente su atención <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ¿cómo<br />

diremos? un lugar inmediatamente reconocible<br />

como “serio”. Esta solicitación encubierta o difusa lleva<br />

en un segundo plano a que el espectador <strong>de</strong> tales<br />

films pueda acce<strong>de</strong>r - si quiere - a un segundo nivel<br />

<strong>de</strong> ritualización esotérica, o dicho en otros términos:<br />

que si no conoce tales formas simbólicas <strong>de</strong> manera<br />

libresca, pue<strong>de</strong> reconocerlas <strong>de</strong> manera arquetípica<br />

siendo la lectura a posteriori <strong>de</strong> tales articulaciones<br />

simbólicas, la confirmación por la letra <strong>de</strong> esas formas<br />

universales… Algunos hitos a avatares básicos <strong>de</strong><br />

ésta forma fílmica <strong>de</strong>ben ser inmediatamente mencionados.<br />

Suscintamente está compuesta por autores<br />

<strong>de</strong> films como Tod Browning, Jacques Tourneur, Roger<br />

Corman y John Carpenter.<br />

En Escape <strong>de</strong> Nueva York (1981) la cobertura o mejor<br />

dicho el soporte épico le sirve a Carpenter para formalizar<br />

operativamente el trabajo iniciático en base a las<br />

cíclicas tareas <strong><strong>de</strong>l</strong> héroe que actúa, como el Hércules<br />

griego, como simétrico reflejo <strong>de</strong> las relaciones contemporáneas<br />

entre lo privado y lo comunitario; tema<br />

también <strong>de</strong> la continuación <strong>de</strong> este film Escape <strong>de</strong> Los<br />

Angeles (1996), como así también <strong>de</strong> films anteriores<br />

como Asalto al Precinto 13 (1976), <strong>La</strong> Niebla (1980) y <strong>de</strong><br />

alguna manera El Enigma <strong>de</strong> otro mundo (1982).<br />

El otro eje o zona operativa <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> John Carpenter<br />

es aquella quizás más reconocible o entrañable<br />

para sus seguidores pero - por curiosa paradoja<br />

- la más difícil, sino - digámoslo francamente - imposible<br />

acceso para multitud <strong>de</strong> espectadores en estado<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>spiste; <strong>de</strong>spiste francamente justificado, por lo<br />

que se verá a continuación.<br />

Este segundo eje es aquel que <strong>de</strong>nominaremos tentativamente<br />

relato bizantino filosófico. Este relato -<br />

origen <strong>de</strong> la novela occi<strong>de</strong>ntal por otro lado - es aquel<br />

que vía la novela picaresca española se refracta en la<br />

obras <strong><strong>de</strong>l</strong> Marqués <strong>de</strong> Sa<strong>de</strong> - siempre imprescindible<br />

para enten<strong>de</strong>r ciertos giros <strong>de</strong> la mentalidad llamada<br />

mo<strong>de</strong>rna -; es <strong>de</strong>cir un relato que utiliza, mezclándo-<br />

| 219


John Carpenter.<br />

220 |<br />

los, todos los recursos narrativos y expositivos posibles, pero haciendo<br />

que se reflejen en un segundo plano don<strong>de</strong> se exponen <strong>de</strong> manera dialéctica<br />

(mediante el diálogo) las implicancias filosóficas <strong>de</strong> tales espacios<br />

narrativos. De allí que ese tipo <strong>de</strong> relato, y canónicamente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus inicios,<br />

una sin solución <strong>de</strong> continuidad el viaje iniciático con la aventura<br />

“picaresca”, la aparición <strong>de</strong> monstruos y criaturas abominables <strong>de</strong> todo<br />

tipo, con el intermezzo dialogal don<strong>de</strong> se resume conceptualmente los<br />

avatares prece<strong>de</strong>ntes. De más está <strong>de</strong>cir que tal relato incorpora también<br />

la así llamada sátira <strong>de</strong> costumbres o si queremos “política”.<br />

Este eje carpenteriano está compuesto por las impares El Príncipe <strong>de</strong> la<br />

Tinieblas (1987, uno <strong>de</strong> los más gran<strong>de</strong>s films <strong>de</strong> las últimas décadas),<br />

Sobreviven (1988), En la Boca <strong><strong>de</strong>l</strong> Miedo (1995) y Pueblo <strong>de</strong> los Malditos<br />

(1995). En la tercera <strong>de</strong> las mencionadas tal vez Carpenter ha conseguido<br />

quintaesenciar ese estilo <strong>de</strong> relato bizantino filosófico. <strong>La</strong>s incursiones<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> héroe (Sam Neil) en busca <strong><strong>de</strong>l</strong> escritor Sutter Caine que se ha<br />

refugiado al parecer en un pueblo llamado Hobb’s Place, lugar <strong>de</strong> cultos<br />

abominables, se refracta en las ficciones <strong>de</strong> H. P. Lovecraft, pero también<br />

recuerda esas disquisiciones sa<strong>de</strong>anas, que cierta novelística francesa<br />

ha tratado <strong>de</strong> conseguir contemporáneamente (como es el caso <strong>de</strong> los<br />

relatos <strong>de</strong> Pierre Klosowski), en los cuales sus protagonistas pasan sin<br />

solución <strong>de</strong> continuidad <strong><strong>de</strong>l</strong> avatar escatológico más espantoso a la reflexión<br />

metafísica más exquisita y refinada. Es precisamente a partir <strong>de</strong>


esa premisa don<strong>de</strong> el <strong>cine</strong> erudito y sofisticado <strong>de</strong> John Carpenter <strong>de</strong>be<br />

ser abordado. Pero la tarea parece ser casi imposible; <strong>de</strong> allí que su mismo<br />

autor inscriba autoconcientemente al final <strong>de</strong> En la Boca <strong><strong>de</strong>l</strong> Miedo,<br />

esa secuencia <strong>de</strong> quince minutos finales, don<strong>de</strong> el <strong>cine</strong> parece literalmente<br />

haber alcanzado otra dimensión <strong><strong>de</strong>l</strong> conocimiento…”<br />

<strong>La</strong> mo<strong>de</strong>rnidad ha creado todo un estilo y formas propias <strong>de</strong> la época en<br />

que vivimos, un lenguaje propio, y hasta una retórica. Esto produjo que<br />

cualquier discurso que se enfrente seriamente a dicha mo<strong>de</strong>rnidad, suene<br />

o se crea escandaloso, impropio, terrible e inviable. Sólo el <strong>cine</strong>, y en<br />

particular el norteamericano (y hoy a través <strong>de</strong> un contadísimo número<br />

<strong>de</strong> autores), ha dado marco para esos discursos, esos pensamientos que<br />

se oponen <strong>de</strong> origen a la mentalidad liberal.<br />

Vampiros <strong>de</strong> John Carpenter.<br />

Sin dudas, John Carpenter es uno <strong>de</strong> los autores más extremos en esta<br />

oposición sistemática a la mo<strong>de</strong>rnidad expresada en la mentalidad progresista<br />

y liberal que se nos impone. Tal es así, que este autor no se <strong>de</strong>tiene,<br />

apenas mínimamente, en lo histórico y corre, como pocos, directamente<br />

a la revelación. <strong>La</strong> salida <strong>de</strong> Carpenter (siempre imaginaria, claro<br />

está) es <strong>de</strong> “anti” total. Carpenter subvierte todos los pseudo valores <strong>de</strong><br />

la mo<strong>de</strong>rnidad, extremando, llevando a las últimas consecuencias sus<br />

posturas teológicas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un catolicismo que no se piensa más allá <strong>de</strong> lo<br />

medieval. Pero siempre <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una mirada apocalíptica, no puramente<br />

histórica. En “Escape <strong>de</strong> Los Ángeles” (1996) pasa por encima a todo<br />

<strong>de</strong>sarrollo realizado por el hombre en los últimos quinientos años. Tal es<br />

la ruptura que plantea Snake hacia el final <strong><strong>de</strong>l</strong> film, y con ellos reduplica<br />

la apuesta en toda su crítica dada a lo largo <strong><strong>de</strong>l</strong> film: la <strong>de</strong>recha fundamentalista<br />

(encarnada en el presi<strong>de</strong>nte), y la izquierda extrema y salvaje<br />

(encarnada, entre otros, por esa parodia <strong><strong>de</strong>l</strong> Che Guevara). Algo similar,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> otro lugar, ocurre en el episodio televisivo “Pro-Life” (2006). Aquí<br />

en cuanto a las discusiones sobre el aborto.<br />

| 221<br />

El extremo medieval, dado en términos temporales, se expresa también<br />

en formas y métodos inasimilables por la mentalidad mo<strong>de</strong>rna. “En la<br />

Boca <strong><strong>de</strong>l</strong> Miedo” (1995) es un ejemplo <strong>de</strong> ello. <strong>La</strong> quema <strong><strong>de</strong>l</strong> libro, la reacción<br />

con el hacha (cual verdugo medieval), y la humanidad vuelta mito,<br />

hacia el final <strong><strong>de</strong>l</strong> film, son algunos <strong>de</strong> los ejemplos <strong>de</strong> lo que venimos diciendo.<br />

Resumiendo: estos problemas se originaron en lo que algunos<br />

pensadores llamaron bellamente el otoño <strong>de</strong> la edad media; muy bien<br />

entonces <strong>de</strong>ben solucionarse, exclusivamente, con métodos medievales.<br />

Más allá <strong>de</strong> aquel tiempo, la formulación <strong><strong>de</strong>l</strong> mito. Su <strong>cine</strong> habla <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

<strong>de</strong>sparejo y torpe intento <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre por <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> lo cristiano, y


222 |<br />

así, <strong>de</strong> su espiritualidad. Dentro <strong>de</strong> ese panorama, tenemos,<br />

por un lado, el museo europeo, y por el otro,<br />

el <strong>de</strong>sierto americano, la tierra baldía. Veamos cómo<br />

funciona esto que venimos explicando en la soberbia<br />

“Vampiros” (1998):<br />

Jack es el cruzado, el puente necesario entre las expresiones<br />

exotérica y esotérica <strong>de</strong> la Iglesia Católica. Por<br />

un lado, el papado, Roma, la Iglesia <strong>de</strong> Pedro, encarnada<br />

por el Car<strong>de</strong>nal Alba, parte <strong><strong>de</strong>l</strong> museo europeo, que<br />

practica aquello profetizado por el Car<strong>de</strong>nal <strong>La</strong>mberto<br />

en El Padrino III. Por otro lado, Adán, el cura esotérico,<br />

al que Jack llega literalmente a torturar para sacarle información,<br />

que guarda <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace tiempo, pero que<br />

<strong>de</strong>be brindar al cruzado para que pueda actuar. Sin la<br />

entrada <strong><strong>de</strong>l</strong> cruzado, una y otra parte no tendrían sentido.<br />

Fuera <strong>de</strong> campo, Carpenter extien<strong>de</strong> dicha visión<br />

<strong>de</strong> puente con la figura cristiana <strong>de</strong> Santiago. Jack es el<br />

camino <strong>de</strong> Santiago, el camino intermedio. Por un lado<br />

la iglesia <strong>de</strong> Pedro, por el otro, la <strong>de</strong> Juan. En el medio,<br />

Santiago, la tercera (y más que necesaria) vía.<br />

“Los vampiros quieren vivir <strong>de</strong> día” dice el Car<strong>de</strong>nal<br />

Alba, y agrega: “yo estoy cansado, perdí la fe, me estoy<br />

volviendo viejo y me resulta más lógico…” Europa<br />

y el Cristianismo. O, más bien: Europa o el Cristianismo,<br />

recordando a Novalis. Otra vez, lo medieval. Y los quinientos<br />

años pasados <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>rnidad. Los vampiros se<br />

originan <strong>de</strong> un exorcismo mal hecho hacia el mil trescientos<br />

y tantos…<br />

Jack, el guerrero, <strong>de</strong>scubre, en su periplo, la función<br />

sacerdotal, y el lugar (el mapa), don<strong>de</strong> se va a completar<br />

esa ceremonia invertida para que los vampiros<br />

puedan vivir también <strong>de</strong> día. Y asiste, finalmente, a<br />

la reconstrucción <strong>de</strong> la santísima trinidad, al final <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

film: “No somos dos, Padre, somos tres…” Recor<strong>de</strong>mos<br />

que Juan, Pedro y Santiago son quienes asisten,<br />

llamados por Cristo, a la Transfiguración.<br />

Sin la función Militar, cruzada <strong>de</strong> Jack, la iglesia institucional<br />

<strong>de</strong> Pedro se ven<strong>de</strong> al diablo, y la <strong>de</strong> Juan se torna<br />

papeleo irresponsable. Esto se completa con la humanidad<br />

caída, que ha vuelto a pecar: Montoya y Catrina.<br />

Dice Carpenter finalmente, subversivamente: “¿Qué<br />

pasa si nos <strong>de</strong>jamos <strong>de</strong> jo<strong>de</strong>r, y luchamos todos contra<br />

el mal? No hay otra cosa que hacer”. De esta manera,<br />

universaliza la vía católica <strong>de</strong> salvación. Esto es,<br />

entre otras cosas: apelar a un discurso, a una forma, a<br />

una solución, a una retórica, clara y distinta a los postulados<br />

dictatoriales <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad. Es plantear,<br />

sin más, otro problema (El Problema), que la mentalidad<br />

liberal ha enterrado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace cientos <strong>de</strong> años.<br />

Esto último plantea, necesariamente, la necesidad <strong>de</strong><br />

<strong><strong>de</strong>l</strong>inear una nueva estética. Fíjense que Carpenter,<br />

como pocos otros (tal vez, Samuel Fuller), tiene una<br />

postura clara sobre la contun<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> lo que está<br />

contando, lo feo y lo terrible que está contando, y por<br />

en<strong>de</strong>, una postura taxativa sobre el efecto especial<br />

en <strong>cine</strong>. Si, por un lado, Spielberg, se empecina en el<br />

efecto especial, técnicamente bien hecho, pero vacío<br />

prácticamente <strong>de</strong> sentido, Carpenter extrema hacia el<br />

otro lado la cosa. Se ríe <strong>de</strong>finitivamente <strong><strong>de</strong>l</strong> efecto especial.<br />

Tal es el caso <strong>de</strong> las explosiones y los incendios<br />

<strong>de</strong> los vampiros cuando salen a la luz que parecen<br />

petardos <strong>de</strong> año nuevo. Es <strong>de</strong>cir, el que quiera efectos,<br />

que caiga en el vacío, o en el mejor <strong>de</strong> los casos<br />

(cada vez menos), en las obras <strong>de</strong> arte que se ocupan<br />

un poco más <strong>de</strong> cuestiones históricas, el Drácula <strong>de</strong><br />

Coppola, el Titanic <strong>de</strong> Cameron, etc. Si no, si vamos<br />

única y exclusivamente a combatir el mal, <strong>de</strong>jemos a<br />

un lado los efectos especiales mo<strong>de</strong>rnos. Y esto es así<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los primeros films <strong>de</strong> Carpenter, pensemos en<br />

“Dark Star” (1974), “Asalto al Precinto 13” (1976), y “<strong>La</strong><br />

Niebla” (1980).<br />

También esto <strong>de</strong> la estética nos da posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

comparación con otros autores contemporáneos.<br />

Carpenter, sobre todo en los últimos quince años, se<br />

ha tornado irrecuperable para cierto pensamiento<br />

humanista que hoy reina. Con Peter Weir pasa algo<br />

distinto. Este autor australiano, coquetea por mo-


mentos con dicho pensamiento, intentando llegar a<br />

esos sectores para ponerles en la mano una bomba<br />

<strong>de</strong> tiempo (“El Año que Vivimos en Peligro” <strong>de</strong> 1983,<br />

y “<strong>La</strong> Sociedad <strong>de</strong> los Poetas Muertos” <strong>de</strong> 1989). Quizá,<br />

no diste <strong>de</strong>masiado el pensamiento o la visión <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

mundo <strong>de</strong> Weir y Carpenter, pero este último, pareciera,<br />

que hacia aquellos que no gustan <strong>de</strong> sus films<br />

(casi siempre por razones liberales), les da cada vez<br />

más motivos para que odien sus películas.<br />

Al respecto, no <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>scuidar “Fantasmas <strong>de</strong><br />

Marte” (2001), don<strong>de</strong> Carpenter hace una apología <strong>de</strong><br />

su propia estética, <strong>de</strong> sus propios temas, y un hermoso<br />

recorrido por la obra <strong>de</strong> su amado Howard Hawks<br />

en Marte. Pero don<strong>de</strong> la mirada, la intención, la visión<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, en <strong>de</strong>finitiva, se expresa mediante la forma<br />

y estilo Carpenter, en un ciento por ciento. Pensemos<br />

que este film ni siquiera se estrenó comercialmente<br />

en Buenos Aires, ni en muchas <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s<br />

ciuda<strong>de</strong>s occi<strong>de</strong>ntales don<strong>de</strong> el <strong>cine</strong> norteamericano<br />

normalmente exporta su <strong>cine</strong>.<br />

Nos gustaría agregar dos trabajos que John Carpenter<br />

realizó para la televisión durante estos años: “Quemadura<br />

<strong>de</strong> Cigarrillo” (2005) y “Pro-Life” (2006), ya<br />

que creemos que se complementan perfectamente<br />

con el final <strong>de</strong> su obra. Al menos tenerlos como una<br />

clara referencia contemporánea <strong>de</strong> la veta carpenteriana.<br />

Y su última “Atrapada” (The Ward, 2010) que<br />

recientemente vimos pasar <strong>de</strong> manera fugaz por los<br />

<strong>cine</strong> <strong>de</strong> nuestro país. Pasó sin pena ni gloria por las<br />

salas <strong>de</strong> este país, como por la <strong>de</strong> muchos otros lugares.<br />

Una joya, una clase B <strong>de</strong> estos tiempos caóticos<br />

y <strong>de</strong>smembrados. Un Carpenter que nos recuerda a<br />

Hitchcock en su versión más <strong>de</strong> horror (Psicosis, Los<br />

Pájaros, Frenesí), y que vuelve, irremediablemente, a<br />

su <strong>cine</strong> <strong>de</strong> los setenta con un look un tanto más mo<strong>de</strong>rno<br />

y psicologista, pero sólo en la superficie.<br />

| 223


224 |<br />

Nueve Reinas<br />

(Fabián Bielinsky, 2000)<br />

Fabián Bielinsky nació en Buenos Aires el 3 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong><br />

1959 y murió en San Pablo, Brasil, el 28 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 2006.<br />

Sólo realizó dos películas, ambas en nuestro país, ambas<br />

<strong>de</strong> gran factura: “Nueve Reinas” (2000) y “El Aura”<br />

(2005).<br />

Guión y Dirección: Fabián Bielinsky<br />

Estreno: 31 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 2000<br />

Elenco:<br />

Gastón Pauls<br />

Ricardo Darín<br />

Graciela Tenenbaum<br />

María Merce<strong>de</strong>s Villagra<br />

Gabriel Correa<br />

Pochi Ducasse<br />

Luis Armesto<br />

Ernesto Arias<br />

Amancay Espíndola<br />

Isaac Fajm<br />

Jorge Noya<br />

Leticia Brédice<br />

Oscar Nuñez<br />

Ignacio Abadal<br />

<strong>La</strong> Argentina es, claramente, un país atípico, distinto.<br />

Perfectamente escapa <strong>de</strong> la simple categoría <strong>de</strong> resto<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> mundo o, solamente, país sub<strong>de</strong>sarrollado, o tercer<br />

mundo, como pudimos haber sido en algún tiempo<br />

pasado. No es que nosotros quisimos que sea así,<br />

pero es verdad que lejos estamos <strong><strong>de</strong>l</strong> resto <strong>de</strong> nuestros<br />

vecinos latinoamericanos. Para bien o para mal,<br />

infinitamente distanciados <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo oriental, <strong>de</strong>sarraigados<br />

<strong>de</strong> la madre Europa atomizada y <strong>de</strong>venida<br />

en museo, y ni hablar <strong>de</strong> los Estados Unidos.<br />

En el arte en general, y en el <strong>cine</strong> en particular, no es<br />

mucho lo que ha dado la Argentina en los últimos<br />

veinte años, prácticamente nada. Pero aquí es cuando<br />

nuestro país muestra toda su distinción: aparece una<br />

película llamada Nueve Reinas. Una película que llena<br />

salas, que es por <strong>de</strong>más entretenida, que es claramente<br />

buen <strong>cine</strong>, y que a<strong>de</strong>más habla <strong>de</strong> la Argentina.<br />

Como el brujo Taboada y el doctor Valerga en ‘El Sueño<br />

<strong>de</strong> los Héroes’ <strong>de</strong> Bioy Casares, Juan y Marcos (ambos<br />

nombres evangelistas) son los nuevos intérpretes<br />

<strong>de</strong> uno <strong>de</strong> nuestros más bellos y antiguos mitos: <strong>La</strong>s<br />

Dos Argentinas. A través <strong><strong>de</strong>l</strong> procedimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> doble<br />

(engañador engañado) Bielinsky recrea, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su<br />

puesta en escena, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un lugar para nada <strong>de</strong>rrotista,<br />

su nueva versión <strong>de</strong> <strong>La</strong>s Dos Argentinas.<br />

“Nueve Reinas” cuenta una bella y vertiginosa <strong>historia</strong><br />

en la que Marcos (Ricardo Darín), un viejo ladrón callejero,<br />

conoce (y rescata) casualmente a Juan (Gastón<br />

Pauls), un principiante, que intenta realizar el mismo<br />

truco (‘la uruguaya’) dos veces seguidas en el mismo<br />

lugar... A partir <strong>de</strong> aquí se <strong>de</strong>spliega una narración<br />

fresca y atrapante que nos <strong>de</strong>ja, hasta al más <strong>de</strong>spistado<br />

<strong>de</strong> los espectadores, con una sensación <strong>de</strong> vértigo<br />

hasta el final.<br />

Des<strong>de</strong> el primer momento Marcos simpatiza con<br />

Juan (quien dice <strong>de</strong> entrada <strong>de</strong>dicarse al robo para<br />

juntar el dinero para sacar a su padre <strong>de</strong> la cárcel) que<br />

‘tiene una cara <strong>de</strong> ángel que le abre algunas puertas<br />

sin siquiera golpear’. Marcos hace <strong>de</strong> Juan su compañero<br />

<strong>de</strong> aventuras callejeras, e intenta en su recorrido<br />

(el tiempo <strong>de</strong> la ficción es un día y medio o dos) iniciar<br />

al principiante en los conocimientos <strong>de</strong> su profesión.<br />

Pero en contra <strong>de</strong> lo que se temía, aún en contra <strong>de</strong><br />

la voluntad <strong><strong>de</strong>l</strong> mismo Marcos, es Juan quien termina<br />

iniciando a Marcos en su saber.<br />

Marcos es un hombre que vive alienado, como gran<br />

parte <strong>de</strong> la gente en la mo<strong>de</strong>rnidad. Marcos es sólo su<br />

trabajo, se ha convertido en eso, ha <strong>de</strong>venido en eso,<br />

y no pue<strong>de</strong> ver otra cosa. Ve la vida en primer plano.<br />

Recor<strong>de</strong>mos la escena en que le enseña a Juan los diferentes<br />

tipos <strong>de</strong> ladrones que existen. Está claro que,<br />

por su alienación, por su falta <strong>de</strong> horizonte, Marcos no


Nueve Reinas <strong>de</strong> Fabián Bielinsky.<br />

ha advertido este último tipo o forma <strong>de</strong> la profesión a la que <strong>de</strong>dica su<br />

vida: Juan. Y, precisamente, es Juan quien ve esta limitación en Marcos y la<br />

aprovecha para engañarlo y estafarlo. Para lo cual traza un perfecto plan<br />

junto con Valeria (Leticia Bredice), la hermana <strong>de</strong> Marcos, que lo llevarán,<br />

cuidadosamente, a cabo hasta el triunfo final.<br />

| 225<br />

En el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> ese plan es Juan quien inicia a Marcos. Le enseña, le<br />

muestra, <strong>de</strong> manera contun<strong>de</strong>nte, la Argentina Real, esa que Marcos, por<br />

su estado <strong>de</strong> no ser, no pue<strong>de</strong> ver. ¿Y en qué consiste esa Argentina real?<br />

En la falsa amistad, en el europeo que viene con su capital a engañarnos<br />

y comprarnos cualquier cosa, en una pelea entre hermanos, en una vieja<br />

judía que tiene miedo <strong>de</strong> abrir la puerta, en el motoquero que te roba en<br />

cualquier esquina, en una vieja tía millonaria que alquila a un muchacho<br />

para <strong>de</strong>scargar toda su perversidad, en el padre preso o ausente... Cada<br />

una <strong>de</strong> estas cosas (y otras tantas más) se <strong>de</strong>jan ver a los ojos atónitos<br />

<strong>de</strong> Marcos durante el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> este recorrido que lo llevará a per<strong>de</strong>r<br />

todo.<br />

Para llevar a cabo tal iniciación, Juan utiliza el mismo procedimiento que<br />

el <strong>cine</strong>: hace <strong>de</strong> la busca un simulacro. Suponemos que en el caso <strong>de</strong><br />

Juan es apenas intuitivo, o inconsciente, pero esa es otra <strong>historia</strong>. Así<br />

como Bielinsky nos arma una puesta en escena a nosotros para po<strong>de</strong>r<br />

seguir y ahondar el relato, lo mismo hace Juan con Marcos: ficcionaliza el


226 |<br />

relato <strong>de</strong> las Nueve Reinas <strong>de</strong> manera tal que Marcos<br />

aprenda la lección. Divi<strong>de</strong> el espacio y el tiempo, planea<br />

cada <strong>de</strong>talle, cuenta con diferentes situaciones y<br />

lugares, diferentes planos, distintos actores (principales<br />

y secundarios) para llevar a cabo tal puesta en<br />

escena.<br />

El Plus <strong>de</strong> Juan. Juan es el único personaje <strong>de</strong> la <strong>historia</strong><br />

que ve otra cosa (más que ver, pue<strong>de</strong> mirar). No<br />

se sabe exactamente cómo ni porqué pero allí radica<br />

lo fascinante <strong>de</strong> la cuestión. Juan tiene un plus que<br />

los <strong>de</strong>más no tienen. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los motivos sabidos<br />

por los que engaña a Marcos (materiales y <strong>de</strong> venganza),<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> eso, <strong>de</strong>cimos, Juan tiene otra cosa.<br />

Aún en estado <strong>de</strong>gradado, bajo, Juan posee un resto<br />

<strong>de</strong> tradición. Esto se manifiesta en el film en dos<br />

formas que <strong>de</strong>vienen, o son, partes <strong>de</strong> lo mismo. Por<br />

un lado, Juan conserva en una rincón <strong>de</strong> su memoria,<br />

vagamente, ciertos rasgos <strong>de</strong> su infancia (el pasado),<br />

simbolizada por el autito que compra al comienzo y,<br />

hacia el final, en el subte, regala al chico junto con<br />

un billete <strong>de</strong> diez pesos, a cambio <strong>de</strong> una estampita<br />

<strong>de</strong> San Jorge. Sumado a esto, la bendita canción <strong>de</strong><br />

Rita Pavone que apenas pue<strong>de</strong> recordar, y que cierra<br />

bellamente la película. Por otro lado, Juan tiene a su<br />

padre preso. Recor<strong>de</strong>mos que la escena en que va a<br />

visitarlo a la cárcel, con el escamoteo <strong>de</strong> la caja <strong>de</strong> cigarros<br />

<strong>de</strong> por medio, es la única verda<strong>de</strong>ra (a<strong>de</strong>más<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> final, por supuesto), es la única escena cierta, que<br />

escapa claramente al simulacro general que es la película<br />

toda.<br />

Juan tiene un padre y una infancia, que si bien apenas<br />

recuerda, al menos valora y rescata. Esa compleja relación<br />

con su padre lo lleva a un estado melancólico.<br />

Recor<strong>de</strong>mos que ese resto <strong>de</strong> espiritualidad que Juan<br />

conserva lo aleja <strong>de</strong> la euforia en el triunfo final (la escena<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> subte con toda su connotación <strong>de</strong> <strong>de</strong>scenso<br />

a los infiernos y posterior ascensión), y lo hace caer <strong>de</strong><br />

lleno en la melancolía...<br />

En este sentido, se nos hace más claro al comparar a<br />

Juan con el resto <strong>de</strong> los personajes que participaron<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> simulacro: en la última escena, cuando Juan entra<br />

al garage-aguanta<strong>de</strong>ro, todos los actores <strong><strong>de</strong>l</strong> botín<br />

están gastando el dinero obtenido a cuenta en una<br />

partida <strong>de</strong> poker, <strong>de</strong> lo más felices, <strong>de</strong> lo más ciegos...<br />

<strong>de</strong>mostrando, en su celebración, el único fin <strong>de</strong> la<br />

aventura: Lo Material. Todo esto, bellamente ironizado<br />

por Bielinsky, a través <strong>de</strong> la caja don<strong>de</strong> están las<br />

fichas <strong><strong>de</strong>l</strong> juego, que fue una <strong>de</strong> las cajas <strong>de</strong> cigarros<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> padre <strong>de</strong> Juan, y también la clave, o sustancia,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>splegó toda la ficción: Los cigarros<br />

que llevan el nombre <strong><strong>de</strong>l</strong> film (Nueve Reinas).<br />

Mi Buenos Aires querido. Uno <strong>de</strong> los mayores aciertos<br />

<strong>de</strong> Fabián Bielinsky, el director <strong>de</strong> “Nueve Reinas”<br />

(su opera prima) es la presentación, el enfoque <strong>de</strong> la<br />

ciudad. Buenos Aires nos es mostrada como con un<br />

aire <strong>de</strong> familia, es real y contun<strong>de</strong>nte, perfectamente<br />

reconocible, y hasta querible a medida que vamos<br />

recorriendo la película. Correspon<strong>de</strong> hacer esta aclaración,<br />

ya que es muy común en nuestro pobre <strong>cine</strong><br />

argentino caer en los ya gastados clisés simétricos <strong>de</strong>,<br />

por un lado, la ciudad extremadamente sucia, don<strong>de</strong><br />

todo es nada más que basura, y por otro, la engañosa<br />

ciudad turística y liberal, en la que todo es pura (aparente)<br />

belleza sin contenido.<br />

El Final. Si, como suponemos, Marcos representa, <strong>de</strong><br />

alguna manera, el mal, por su ceguera, su cortedad; y<br />

Juan, aunque sea intuitivamente, representa al bien,<br />

no es menos cierto que a lo largo <strong><strong>de</strong>l</strong> periplo que los<br />

ha llevado a ambos a sus respectivos y fatales <strong>de</strong>stinos,<br />

Juan se ha contaminado un poco <strong>de</strong> Marcos. Esto<br />

ha sido remarcado por el director en la última toma<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> film: Juan le miente a Valeria regalándole un anillo<br />

robado que aún conserva. Juan, a esta altura un poco<br />

alienado, intenta, o intentará, armar, recrear junto a<br />

Valeria (que se suelta el pelo mostrando su cambio<br />

<strong>de</strong> postura) la célula inicial <strong>de</strong> lo que se ha perdido. A<br />

partir <strong>de</strong> aquel plus que la película pone en el perso-


naje <strong>de</strong> Juan es que se <strong>de</strong>positará (en él) la continuidad<br />

<strong>de</strong> una tradición entrecortada y casi perdida, y<br />

porqué no (históricamente) el camino <strong>de</strong> una Argentina<br />

Posible.<br />

| 227


AVATAR<br />

(James Cameron, 2009)<br />

228 |<br />

Guión y Dirección: James Cameron<br />

Estreno: 1 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 2010<br />

Elenco:<br />

Sam Worthington<br />

Zoe Saldana<br />

Sigourney Weaver<br />

Stephen <strong>La</strong>ng<br />

Joel Moore<br />

Giovanni Ribisi<br />

Michelle Rodriguez<br />

<strong>La</strong>z Alonso<br />

Wes Studi<br />

CCH Poun<strong>de</strong>r<br />

Dileep Rao<br />

Matt Gerald<br />

Sean Anthony Moran<br />

Jason Whyte<br />

Scott <strong>La</strong>wrence<br />

“… Como suce<strong>de</strong> en Titanic, don<strong>de</strong> la cita es kitsch por quien bautizan la<br />

nave, así suce<strong>de</strong> en Avatar y doblemente. Aquí tanto el experimento <strong>de</strong><br />

mutar a una persona con restos <strong>de</strong> otra y hermana suya, como el propio<br />

satélite adon<strong>de</strong> los “restos” <strong>de</strong> la tierra se aprestan a explotar -y que llaman<br />

Pandora-, reduplica el vaciamiento mítico-simbólico que en Titanic<br />

era tan solo uno. Si aquí la nave orgullosa y altiva en su viaje inaugural<br />

tecnifica el mito con su nombre, en el fin <strong>de</strong> esta empresa predatoria y ya<br />

con una Tierra exhausta que viaja en un nave-factoría-laboratorio para<br />

apropiarse <strong>de</strong> un bien mineral en un satélite, <strong>de</strong>be no solo como digo reduplicar<br />

la tecnificación <strong><strong>de</strong>l</strong> mito como en Titanic sino que en su anemia<br />

bulímica <strong>de</strong>be proce<strong>de</strong>r doblemente.<br />

Avatar.<br />

Por un lado y una vez más, con uno proce<strong>de</strong>nte <strong><strong>de</strong>l</strong> común pasado griego<br />

europeo –Pandora- y pero aquí sumado a otro <strong>de</strong> origen hindú –Avatar.<br />

O sea se va hasta más atrás y hasta el propio origen indoeuropeo común<br />

<strong>de</strong> lo que llamamos lo europeo y tanto en Europa como en América.<br />

Digamos también que al sumar globalmente ambos orígenes, es como<br />

si la fuerza mántica <strong>de</strong> ambos unidos hiciera estallar tanto como epifanía<br />

como explosión “mecánica” a los que así tecnifican el mito. Tendríamos y<br />

para resumir y ponernos en tema tres reacciones. <strong>La</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> jefe militar y la


Cameron dirigiendo Avatar.<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> manager, luego la <strong><strong>de</strong>l</strong> o la -en este caso-, científica, y finalmente la <strong>de</strong><br />

Jake, el héroe –que es también varias otras cosas como veremos.<br />

Es <strong>de</strong>cir, puesto frente a lo raigal y lo originario se tendrían tres respuestas:<br />

el odio y la explotación, el <strong>de</strong>seo o voluntad <strong>de</strong> saber en sentido<br />

primero profano y luego –vía la Gracia- el saber tradicional –claro que in<br />

extremis-, y luego el pleno conocimiento que es Amor tanto como Eros<br />

como Ágape, claro que antes ese héroe tiene que pa<strong>de</strong>cer, física, carnalmente<br />

en su propia creación o más bien en su re-creación…”<br />

| 229<br />

Ángel Faretta<br />

Una <strong>de</strong> las bellas y extraordinarias simetrías <strong>de</strong> “Titanic” (1997) es aquella<br />

que plantea la inexistencia <strong>de</strong> botes. No hay botes suficientes en el<br />

barco ante un acci<strong>de</strong>nte. No hay botes sociales ante un capitalismo <strong>de</strong>spiadado<br />

y salvaje. No hay botes espirituales en un mundo materialista<br />

y nihilista que ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> lado toda impronta metafísica. El extremo,<br />

anterior y posterior <strong>de</strong> esta metáfora es manifestada por James Cameron<br />

en “Avatar”.<br />

El mito ha sido tecnificado, vaciado <strong>de</strong> sentido, doblemente. El mundo<br />

mo<strong>de</strong>rno confun<strong>de</strong> Pandora con el infierno, cuando es casi al revés. <strong>La</strong><br />

apelación (transponiendo lo griego y lo hindú) a lo indoeuropeo como


230 |<br />

forma arquetípica bien lejana <strong>de</strong> los orígenes <strong>de</strong><br />

nuestra civilización. <strong>La</strong>s recurrencias a “Apocalipsis<br />

Now” <strong>de</strong> Coppola, siendo este film, la gran vía <strong>de</strong><br />

acceso a la auto<strong>de</strong>strucción <strong><strong>de</strong>l</strong> hombre mo<strong>de</strong>rno. Y<br />

otras tantas cosas más sobre las que ensayaremos en<br />

este trabajo, más otras que quedarán en manos <strong>de</strong> los<br />

lectores y su libre albedrío.<br />

Pandora<br />

Por un lado, Pandora es el mundo antes <strong>de</strong> la caída, y<br />

por otro, más claramente: es la oportunidad <strong>de</strong> un <strong>de</strong>spués.<br />

Allí viven, sin <strong>historia</strong> hasta el final <strong><strong>de</strong>l</strong> film, los<br />

Na’vi, un grupo <strong>de</strong> lugareños que tienen una religiosidad<br />

muy marcada, viven en un Árbol – Casa (eje vertical)<br />

que comunica el cielo con la tierra. El Axis Mundi. No hay<br />

en Pandora ningún tipo <strong>de</strong> divinización pagana a la naturaleza,<br />

como algunos nos quieren hacer creer. Hay un<br />

Dios, sólo uno, éste interviene en la Historia, se le reza, y<br />

la cotidianeidad <strong>de</strong> la vida está pautada por rituales absolutamente<br />

<strong>de</strong>finidos. El film nos plantea muy a fondo<br />

la cuestión acerca <strong>de</strong> qué es lo real y qué lo imaginario.<br />

Una cita <strong>de</strong> Natalia Zlachevsky: “… En Dark Angel partimos<br />

<strong>de</strong> una silla <strong>de</strong> ruedas para postular al ser humano<br />

en caída, y encontramos en Max y Logan tanto la complementariedad<br />

Fuerza – Conocimiento, como la <strong>de</strong><br />

Eros – Ágape. En AVATAR lleva el <strong>cine</strong> a su secreto: que<br />

la díada es heróica en tanto refundación <strong>de</strong> la comunidad…”<br />

Trifuncionalidad<br />

Georges Dumézil, pensador francés <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XX, divi<strong>de</strong><br />

la función social indoeuropea en tres: <strong>La</strong> función soberana<br />

que a su vez se divi<strong>de</strong> en el monarca (el que administra<br />

lo político) y el sacerdote (que administra lo sagrado);<br />

la función guerrera (el soldado, el militar, el que guarda<br />

y conserva un or<strong>de</strong>n, el que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> las fronteras); y<br />

la función <strong>de</strong> la producción (el artista, el trabajador, el<br />

agricultor, etc). Cabe aclarar, que <strong>de</strong> aquí se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong><br />

más que bellamente la “Autopsia <strong>de</strong> Creso” <strong>de</strong> nuestro<br />

Leopoldo Marechal.<br />

En Avatar tenemos bien clara la trifuncionalidad en<br />

Pandora. Y terriblemente clara en los humanos: el<br />

manager, empresario, Creso, Burgués ocupa (sabemos<br />

que ha usurpado tal lugar) la función soberana,<br />

el militar ocupa <strong>de</strong> manera paródica la función guerrera<br />

(veremos a lo largo <strong><strong>de</strong>l</strong> film como Jake, el protagonista,<br />

la recupera), la función <strong>de</strong> la producción,<br />

finalmente, es aplicable a los científicos y soldados <strong>de</strong><br />

la expedición a Pandora.<br />

El trabajo con la trifuncionalidad le sirve a Cameron<br />

para entretejer hermosamente el tiempo con la eternidad,<br />

ya que ambas funciones, todo lo caída que<br />

sean funcionan en espejo entre un lugar y el otro, y<br />

el avatar es quien lo comunica. Recor<strong>de</strong>mos que las<br />

lágrimas expresan, también, la entrada en el tiempo.<br />

Recor<strong>de</strong>mos también que avatar es la forma humana<br />

que un Dios toma para aparecérsele al hombre y no<br />

<strong>de</strong>struirlo.<br />

El carácter trifuncional ayuda también a que esto no<br />

se vea como un film ecologista o, peor aún, antiimperialista.<br />

Transcribo un párrafo <strong>de</strong> un escrito <strong>de</strong> Rodrigo<br />

Campos, <strong>de</strong> Buenos Aires, sobre estas cuestiones: “…<br />

Significativamente, en el momento <strong>de</strong> tomar la <strong>de</strong>cisión<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> ataque, el manager se sienta a reflexionar tal<br />

vez acerca <strong><strong>de</strong>l</strong> ‘humanismo’ que le exigen (los científicos)<br />

y le prometen (los militares). Mientras, hace girar<br />

con su <strong>de</strong>dito la muestra <strong>de</strong> inobtaniun. En este<br />

esquema invertido <strong>de</strong> mera expoliación material, el<br />

exceso <strong>de</strong> fuerza siempre llevará las <strong>de</strong> ganar, ya que<br />

no es más que la falla constitutiva <strong>de</strong> la función guerrera,<br />

ahora multiplicada por la movilización total. En<br />

este esquema, andar horizontalemente, es hundirse.<br />

Ahora bien, esta jerarquía invertida tiene un doble,<br />

una contratara que es meramente discursiva. <strong>La</strong> sobre<br />

mo<strong>de</strong>rnidad y su algarabía contemporánea, nos<br />

presentan a la explotación masiva y a la <strong>de</strong>strucción<br />

militar como males más o menos necesarios (en un<br />

más o menos ‘a <strong>de</strong>batir’ hasta el día <strong><strong>de</strong>l</strong> arquero). Esos<br />

males, en realidad, sostendrían un ‘progreso’ – cada<br />

vez más – in<strong>de</strong>finido, que tiene como punta <strong>de</strong> lan-


za a una supuesta ‘investigación científica’, que toma<br />

el lugar <strong>de</strong> bien absoluto mientras es acompañada<br />

por un basso continuo <strong>de</strong> panteísmo carnavalesco y<br />

naturalismo dietético. De allí, la sistemática presentación<br />

divulgadora <strong><strong>de</strong>l</strong> film como ‘fábula ecologista’…”<br />

<strong>La</strong> segunda función, la guerrera, se resuelve en el pasaje<br />

<strong>de</strong> Jake a esa otra, única y <strong>de</strong>finitiva, mejor vida.<br />

Apocalipsis Now<br />

<strong>La</strong>s Valquirias son las <strong>de</strong>ida<strong>de</strong>s femeninas que rescatan<br />

al guerrero heroíco. Es <strong>de</strong>cir, Cameron completa<br />

la visión y el uso <strong>de</strong> lo wagneriano en su film respecto<br />

a Apocalipsis Now. <strong>La</strong>s relaciones nihilistas, en sentido<br />

crítico, entre estos films son apabullantes. El jefe<br />

militar, el apuntar a la nada más gran<strong>de</strong> jamás concebida<br />

(la nada espiritual, claro está). Ese otro lugar<br />

<strong>de</strong> la esperanza, en el film <strong>de</strong> Coppola está bien fuera<br />

<strong>de</strong> campo en el catolicismo. En Avatar, se <strong>de</strong>posita en<br />

Pandora y en sus modalida<strong>de</strong>s religiosas.<br />

Si bien lo político, lo histórico es fundamental, raigal<br />

en un film como Apocalipsis Now, pensemos que<br />

Avatar trata <strong>de</strong> una comunidad entrando en la Historia,<br />

por supuesto que su sentido está más puesto en<br />

su carácter <strong>de</strong> Revelación, que en lo político histórico.<br />

Recor<strong>de</strong>mos que Jake comienza el film como un<br />

manda<strong>de</strong>ro (Willard) y termina como el verda<strong>de</strong>ro<br />

héroe trascen<strong>de</strong>nte.<br />

Volver a Griffith<br />

Ya Titanic era una vuelta a Griffith en muchos sentidos:<br />

las citas en imágenes y en diálogos, los años que<br />

recorre el film (el barco se hun<strong>de</strong> en abril <strong>de</strong> 1912), la<br />

transparencia diegética, el recurso <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los planos,<br />

la trama, el género, el guión, lo oculto <strong>de</strong> sus símbolos,<br />

y un largo etcétera.<br />

nivel (lo que solemos llamar la primera <strong>historia</strong>) por<br />

gente <strong>de</strong> ambos sexos que van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los diez años <strong>de</strong><br />

edad hasta los ochenta sin ningún tipo <strong>de</strong> problemas.<br />

El film, por sus características <strong>de</strong> aventura, emoción,<br />

sencillez, simpleza aparente, tema, exposición, ritmo,<br />

pue<strong>de</strong> apreciarse y disfrutarse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las más variadas<br />

eda<strong>de</strong>s y con similares resultados. <strong>La</strong> prueba está en<br />

el éxito diverso <strong>de</strong> taquilla que obtuvo en, prácticamente,<br />

todo el mundo.<br />

Avatar es la obra <strong>de</strong> este siglo, sin dudas. Hasta ahora<br />

claro. El punto alcanzado por James Cameron en sentido<br />

religioso, básicamente, es único. Y si lo religioso y<br />

el arte se atan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tiempo atrás, <strong>de</strong> acuerdo a la tradición<br />

(sin confundirse, claro): este es el último gran<br />

film católico que ha dado el <strong>cine</strong> mundial. Dicho esto<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> todo punto <strong>de</strong> vista.<br />

| 231<br />

Pero Avatar, en este sentido aún más que Titanic, reprodujo<br />

un elemento fundamental <strong><strong>de</strong>l</strong> genio <strong>de</strong> Griffith,<br />

que tiene que ver con la universalidad <strong>de</strong> llegada<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> film. El famoso tema <strong><strong>de</strong>l</strong> espectador y <strong>de</strong> a quién<br />

o quiénes nos dirigimos cuando hacemos un film.<br />

Avatar es un film que pue<strong>de</strong> ser visto, en un primer


PALABRAS FINALES<br />

A diferencia <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> clásico, el <strong>cine</strong> contemporáneo tuvo que afrontar las<br />

producciones sin los gran<strong>de</strong>s estudios, como así también, sin el sistema<br />

<strong>de</strong> estrellas con que se contaba antaño. Son muy pocos hoy en día, tanto<br />

los directores, como los intérpretes que pue<strong>de</strong>n sostener realmente la<br />

situación <strong>de</strong> hacer <strong>cine</strong>, y a la vez estar a la altura <strong>de</strong> las circunstancias.<br />

232 |<br />

Entre los directores, po<strong>de</strong>mos nombrar sólo a cuatro que, llegados al<br />

nivel <strong>de</strong> autoconciencia <strong>de</strong>splegado por Coppola, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que<br />

están verda<strong>de</strong>ramente a la altura <strong>de</strong> los tiempos que corren. Ellos son<br />

John Carpenter, William Friedkin, Brian De Palma y James Cameron. En<br />

una segunda línea, y distanciados <strong>de</strong> los anteriores, po<strong>de</strong>mos nombrar a<br />

Peter Weir (“The Truman Show”), David Mamet (“El Prisionero Español”),<br />

Paul Schra<strong>de</strong>r (“Affliction”), John Cassavetes (“Esposos”), Wes Craven (“<strong>La</strong><br />

Gente Detrás <strong>de</strong> las Pare<strong>de</strong>s”), Curtis Hanson (“Los Angeles Confi<strong>de</strong>ncial”)<br />

y el veterano (y gran guionista) Robert Benton (“Crepúsculo”). Ya un<br />

poco más atrás, los jóvenes Bryan Singer (“Los Sospechosos <strong>de</strong> Siempre”)<br />

y Roger Mitchell (“Fuera <strong>de</strong> Control”), Mel Gibson (“Corazón Valiente”), el<br />

gran actor Billy Bob Thornton (“Sling Bla<strong>de</strong>”), el recién llegado Randall<br />

Wallace (“Fuimos Soldados”), John Mac Tiernan (“Duro <strong>de</strong> Matar”) y el<br />

ya maduro Fred Walton (“Cuando Llama un Extraño”). Después vendrían<br />

los irregulares, algunos más que otros: Robert Zemekis (“Forrest Gump”),<br />

James Mangold (“Tierra <strong>de</strong> Policías”), Jeannot Szwarc (“Pi<strong>de</strong> al Tiempo<br />

Un truco más <strong>de</strong> Alfred Hitchcock.


que Vuelva”) y Joel Coen (“Fargo”), entre otros. <strong>La</strong> siguiente y heterogénea<br />

lista correspon<strong>de</strong> a autores casi anónimos, o directores que carecen<br />

<strong>de</strong> estilo, apenas manejan con corrección el oficio (hoy son legión): Ted<br />

Post (“Magnun Force”), Richard Pearce (“Sin Piedad”), Michael Lehman<br />

(“Hudson Hawk”), Remmy Harlin (“Duro <strong>de</strong> Matar II”), Taylor Hackford (“El<br />

Abogado <strong><strong>de</strong>l</strong> Diablo”), Harold Becker (“Alguien Sabe Demasiado”), Bruce<br />

Beresford (“Doble Culpa”), Roger Donalson (“Sin Salida”), entre tantos y<br />

tantos otros… Esto no quiere <strong>de</strong>cir que no hagan buenas películas, muy<br />

por el contrario. Algunas <strong>de</strong> las nombradas son <strong>de</strong> lo mejor que se ha hecho<br />

en la última década, pero en general no son directores que cuenten<br />

con una obra sólida, ni con puestas en escena que sobresalgan. Les falta<br />

visión <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo, y habilidad para construir la forma para transmitirla.<br />

William Friedkin.<br />

Por último, están los directores, la mayoría <strong>de</strong> ellos maduros, que han<br />

<strong>de</strong>caído notablemente en sus obras <strong>de</strong> una década a esta parte. Autores<br />

que guardan en sus filmografías una que otra obra maestra pero que,<br />

lamentablemente, el correr vertiginoso <strong>de</strong> la era Coppola, los han <strong>de</strong>jado,<br />

por uno u otro motivo, a un costado <strong><strong>de</strong>l</strong> camino. Ellos son: Martin<br />

Scorsese (“Taxi Driver”), Walter Hill (“Driver”), Clint Eastwood (“Po<strong>de</strong>r Absoluto”),<br />

<strong>La</strong>wrence Kasdan (“El Turista Acci<strong>de</strong>ntal”), David Fincher (“Pecados<br />

Capitales”), Ridley Scott (“Alien, El Octavo Pasajero”), John Sayles<br />

(“Nena, Eres Tú”), Joe Dante (“Gremlins”), Jonathan Demme (“El Silencio<br />

<strong>de</strong> los Inocentes”) y Peter Bogdanovich (“<strong>La</strong> Última Película”), entre otros.<br />

Aclaramos que dichos directores han mantenido unas obras más que importante<br />

hasta mediados o fines <strong>de</strong> los años noventa. Del resto <strong>de</strong> los<br />

directores, no vamos a emitir comentario alguno en este ensayo.<br />

| 233<br />

El traspaso <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s estudios a manos anónimas, el paso <strong>de</strong> ser<br />

gran<strong>de</strong>s empresas familiares y anti liberales a ser corporaciones, socieda<strong>de</strong>s<br />

anónimas, empresas gigantes <strong>de</strong> la operativa industrial norteamericana<br />

como lo son hoy IBM, Coca Cola, Ford, o cualquier empresa petrolera,<br />

entre otras, dicho pasaje, <strong>de</strong>cimos, produjo la separación <strong>de</strong>finitiva<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> para con la función central que fue creado por Griffith. De ser<br />

una cuña, una piedra en el zapato <strong><strong>de</strong>l</strong> sistema liberal contemporáneo,<br />

paso a ser, excepto contadísimos casos, cómplice, y hasta actor central<br />

en la política cultural nihilista que reina en este siglo XXI.<br />

Como <strong>de</strong>cíamos más arriba, sólo un grupo <strong>de</strong> contadísimos directores<br />

sostienen, junto a Coppola, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace varias décadas atrás, al <strong>cine</strong> tal<br />

cual fue concebido por su creador Griffith, y continuado por los gran<strong>de</strong>s<br />

maestros <strong>de</strong> los treinta y cuarenta. Proponemos un breve comentario<br />

acerca <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> estos pocos autores, <strong>de</strong> los que no hemos escrito<br />

hasta aquí, como para finalizar la tarea propuesta.


Confusión y enredos en <strong>La</strong> Malvada <strong>de</strong> Joseph Leo Mankiewicz.<br />

234 |<br />

David Mamet y Paul Schra<strong>de</strong>r. Mamet es un muy buen guionista (“Los<br />

Intocables” en 1987 <strong>de</strong> Brian De Palma) y un reconocido dramaturgo <strong>de</strong><br />

origen judío, que llegó a la actividad como director, con “Casa <strong>de</strong> Juegos”<br />

(1987), don<strong>de</strong> comenzó a perfilar un estilo que tiene que ver con el simulacro<br />

y la realización <strong>de</strong> una puesta en escena <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> otra. Rondando<br />

el melodrama y el policial, siguieron films como el magistral “<strong>La</strong>s Cosas<br />

Cambian” (1989), “Homicidio” (1991), la extraordinaria “El Prisionero Español”<br />

(1997) y “Un Plan Perfecto” (2001), entre otras.<br />

Paul Schra<strong>de</strong>r es otro gran guionista (“Taxi Driver” en 1976 <strong>de</strong> Martin<br />

Scorsese) que, más tar<strong>de</strong>, en 1980, comenzó su etapa como director<br />

(“Blue Collar”). De origen protestante, este autor fue perfilando una obra<br />

interesante en la que la soledad, el <strong>de</strong>smembramiento <strong>de</strong> las relaciones<br />

humanas, la relación <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong> con la cultura <strong><strong>de</strong>l</strong> pasado, como así también<br />

el lugar <strong>de</strong> Estados Unidos en el concierto mundial, fueron algunos<br />

<strong>de</strong> sus temas y motivos <strong>de</strong> un trabajo, algo irregular, es cierto, pero digno<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>stacar. Films como “Light of Day” (1987), “Light Sleeper” (1992) y<br />

“Affliction” (1997), <strong>de</strong>muestran lo que venimos diciendo.<br />

Nos restaría nombrar, al menos, a unos cuantos directores más que se<br />

<strong>de</strong>stacaron en el <strong>cine</strong> norteamericano actual. John Cassavetes, actor en<br />

más <strong>de</strong> setenta films, ya <strong>de</strong>saparecido hace casi veinte años, con algunas<br />

obras importantes, sobre todo en los ochenta (“Torrentes <strong>de</strong> Amor”


en 1984 y “Graves Problemas” en 1986). Otro gran guionista y muy buen<br />

director como Robert Benton, director <strong>de</strong>, entre otras, “<strong>La</strong>s Cosas <strong>de</strong> la<br />

Vida” (1994) y “Crepúsculo” (1998). El australiano Peter Weir, autor por<br />

momentos genial, en obras como: “<strong>La</strong> Última Ola” (1977), “Testigo en Peligro”<br />

(1985), “Matrimonio por Conveniencia” (1990), “Sin Miedo a la Vida”<br />

(1993) y “The Truman Show” (1998).<br />

Una <strong>de</strong> las cuestiones centrales <strong>de</strong> este trabajo es <strong><strong>de</strong>l</strong>imitar la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, como así también su importancia como sostén artístico<br />

y moral en el siglo pasado. Y el hecho <strong>de</strong> que nos <strong>de</strong>diquemos a concentrar<br />

nuestro trabajo en el <strong>cine</strong> producido mayoritariamente en los Estados<br />

Unidos tiene que ver, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> acotar nuestro trabajo <strong>de</strong> alguna<br />

manera, con la realidad palpable <strong>de</strong> que este <strong>cine</strong> fue el centro y eje <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

arte <strong>cine</strong>matográfico mundial.<br />

Alfred Hitchcock en 1972.<br />

Es lógico, entonces, que el <strong>cine</strong> sea un hecho inesperado, algo que no<br />

<strong>de</strong>bió haber existido, según los parámetros <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad, creado<br />

por un americano y <strong>de</strong>sarrollado lejos <strong><strong>de</strong>l</strong> centro liberal, no sólo europeo,<br />

sino también norteamericano. El <strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong> este a oeste <strong>de</strong> los<br />

primeros productores, que luego crearán los gran<strong>de</strong>s estudios, es una<br />

clave para enten<strong>de</strong>r esta cuestión. Porque, como sabemos, la revolución<br />

que produjo el <strong>cine</strong> no fue sólo artística y cultural, sino también política,<br />

al poner en dudas y cuestionar a las bases mismas <strong>de</strong> la mentalidad<br />

liberal mo<strong>de</strong>rna que, antes <strong>de</strong> la aparición <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>cine</strong>, parecía tener todo<br />

resuelto, camino a un materialismo sin prece<strong>de</strong>ntes. El <strong>cine</strong> venía muñido<br />

<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, <strong>de</strong> una claridad acerca <strong>de</strong> los recursos económicos y <strong>de</strong><br />

cómo manejarse en el mundo (el famoso mercado), <strong>de</strong> un conocimiento<br />

exhaustivo <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo contemporáneo, <strong>de</strong> una conciencia plena <strong>de</strong> su<br />

alcance (millones <strong>de</strong> personas viendo la misma obra en pocas semanas),<br />

y <strong>de</strong> una voluntad tanto política como estética que lo volvió aún más<br />

fuerte, <strong>de</strong>bido a la pasividad e in<strong>de</strong>cisionismo en que se encontraba,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía ya tiempo, todo el arte en occi<strong>de</strong>nte. Tengamos en cuenta<br />

que el <strong>de</strong>bate sin toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión es precisamente lo que propone la<br />

mo<strong>de</strong>rnidad, permitiendo que nos abandonemos aún en las más terribles<br />

extravagancias. Todo lo contrario a esto fue el <strong>cine</strong>, sobre todo el<br />

norteamericano.<br />

| 235<br />

Obras como la <strong>de</strong> Keaton, Vidor, Capra, Ford y Walsh, para nombrar sólo a<br />

algunos <strong>de</strong> los pioneros, dan cuenta <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>cimos y explican el por<br />

qué <strong>de</strong> la incomodidad que tales films produjeron. Porque un buen film,<br />

o una buena obra <strong>de</strong> arte, más allá <strong><strong>de</strong>l</strong> placer que genera y la belleza que<br />

emana, es también algo incómodo, algo que piensa y nos hace pensar,


algo que reflexiona, que nos plantea otra cosa, y que por supuesto, <strong>de</strong><br />

alguna manera nos incomoda.<br />

El <strong>cine</strong> hecho en Estados Unidos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Griffith a Coppola, ha sido una<br />

conjunción <strong>de</strong> productores y artistas <strong>de</strong> todo el mundo que <strong>de</strong>volvieron,<br />

o intentaron hacerlo, parte <strong><strong>de</strong>l</strong> sentido tradicional <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte y que<br />

acomodaron las cosas y los pensamientos, al menos virtualmente, en un<br />

mundo que corre hacia la nada. Atendiendo <strong>de</strong> esta manera a sus inalienables<br />

<strong>de</strong>beres comunitarios.<br />

236 |<br />

Nos restarían dos cosas: Primero, recomendar al lector el repaso <strong>de</strong> las<br />

obras citadas, <strong>de</strong> acuerdo a sus posibilida<strong>de</strong>s, ya que si no, como escribimos<br />

más arriba, todo esto no tendría sentido. Con un criterio <strong>de</strong>spojado<br />

<strong>de</strong> las modalida<strong>de</strong>s periodísticas, la mayor atención, la predisposición<br />

necesaria, y el análisis más cuidadoso y exhaustivo, se verá que obras<br />

como “Intolerancia”, “Fausto”, “El Maquinista <strong>de</strong> la General”, “Los Muelles<br />

<strong>de</strong> Nueva York”, “Sucedió una Noche”, “<strong>La</strong> Diligencia”, “Alta Sierra”, “Cat<br />

People”, “<strong>La</strong> Loba”, “<strong>La</strong>s Tres Noches <strong>de</strong> Eva”, “<strong>La</strong>ura”, “<strong>La</strong> Mujer <strong><strong>de</strong>l</strong> Cuadro”,<br />

“El Desvío”, “Qué Bello es Vivir”, “<strong>La</strong> Soga”, “Carta <strong>de</strong> una Enamorada”, “Uno<br />

Contra Todos”, “Alma Negra”, “<strong>La</strong> Malvada”, “Johnny Guitar”, “<strong>La</strong> Ventana<br />

Indiscreta”, “<strong>La</strong> Bomba <strong><strong>de</strong>l</strong> Rock and Roll”, “Mientras la Ciudad Duerme”,<br />

“Les Girls”, “Río Bravo”, “Vértigo”, “Dios Sabe Cuanto Amé”, “Imitación <strong>de</strong> la<br />

Vida”, “Psicosis”, “Los Cuatro Jinetes <strong><strong>de</strong>l</strong> Apocalipsis”, “El Car<strong>de</strong>nal”, “Marnie”,<br />

“Siete Mujeres”, “Ricas y Famosas”, “El Padrino” y “Apocalipsis Now”,<br />

“Titanic” y “Avatar”, entre otras tantas, fueron y son el centro <strong>de</strong> la belleza<br />

y <strong><strong>de</strong>l</strong> pensamiento <strong>de</strong> algo llamado occi<strong>de</strong>nte, al menos en los últimos<br />

cien años.<br />

Reglas <strong>de</strong> Combate <strong>de</strong> William Friedkin.<br />

<strong>La</strong> segunda cuestión tiene que ver con los agra<strong>de</strong>cimientos y las citas.<br />

Empiezo por nuestro maestro Ángel Faretta, a quien usamos y citamos<br />

hasta el cansancio, y que sin sus textos, sus clases, y todas y cada una <strong>de</strong><br />

sus enseñanzas, este trabajo como muchos otros serían, prácticamente,<br />

imposibles. Lo mismo a sus alumnos y ex alumnos que nos han <strong>de</strong>sasnado<br />

un poco sobre algunas cuestiones. Agrego, por supuesto a otros<br />

maestros menores que nos ayudaron a la distancia: Andrew Sarris, Robin<br />

Wood, Victor Perkins, Jean Mitry, Michael Chion, Edgar Morin, Peter Bogdanovich,<br />

Francois Truffaut, y André Bazin.


»<br />

Bibliografía Consultada<br />

El Concepto <strong><strong>de</strong>l</strong> Cine (Ángel Faretta)<br />

Mito, Método y Recurso (Ángel Faretta)<br />

Estética y Psicología <strong><strong>de</strong>l</strong> Cine (Jean Mitry)<br />

El Cine Norteamericano (Andrew Sarris)<br />

Howard Hawks (Robin Wood)<br />

Alfred Hitchcock (Robin Wood)<br />

El Lenguaje <strong><strong>de</strong>l</strong> Cine (Víctor Perkins)<br />

Espíritu <strong>de</strong> Simetría (Ángel Faretta)<br />

El Cine o el Hombre Imaginario (Edgar Morin)<br />

El Cine según Hitchcock (Francois Truffaut)<br />

| 237<br />

Cómo se escribe un Guión (Michel Chion)<br />

<strong>La</strong> Audiovisión (Michel Chion)<br />

<strong>La</strong> Pasión Manda (Ángel Faretta)<br />

Breve Historia <strong><strong>de</strong>l</strong> Cine Norteamericano (Alberto Tricarico)

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