Importancia de la biodiversidad en la gestión integrada de plagas ...

DOSSIER
GESTIÓN INTEGRADA DE PLAGAS
EL CONTROL BIOLÓGICO DE PLAGAS POR CONSERVACIÓN ESTÁ ADQUIRIENDO MAYOR IMPORTANCIA CADA DÍA
Importancia de la biodiversidad
en la gestión integrada de
plagas en el cultivo del olivar
El Real Decreto de 2012 sobre el uso sostenible de
fitosanitarios enfatiza sobre «la promoción de los
mecanismos naturales de control de plagas». Para
todo ello se adoptará un Plan de Acción Nacional en
cuyo contenido se habla de «contribuir a garantizar
la biodiversidad mediante la conservación de los
hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres»,
algo novedoso que muestra una nueva orientación
en la aplicación del control biológico en la gestión
integrada de plagas.
Foto 1. El depredador
Coccinella septempunctata
junto a pulgones, una de sus
principales presas (foto EEZ).
Daniel Paredes y Mercedes Campos.
Departamento de Protección Ambiental. Estación
Experimental del Zaidín (CSIC), Granada.
Los sistemas de producción integrada
se definen como aquéllos que manipulan,
transforman o elaboran productos
agrarios utilizando al máximo
los recursos y los mecanismos de producción
naturales, de forma que se garantice una agricultura
sostenible. Introduce métodos biológicos
y químicos de control, y otras técnicas que
compatibilicen las exigencias de la sociedad y
la protección del medio ambiente con la pro-
30 VidaRURAL (15/Mayo/2013)

ductividad agrícola. En el caso concreto de la
gestión integrada de plagas, el objetivo es mantener
las poblaciones de las plagas por debajo
de los niveles que determinan los umbrales
económicos de pérdidas. Estos umbrales están
definidos como la densidad del fitófago
(plaga) que ocasiona una pérdida de valor de
la producción igual al coste de la intervención
necesaria para evitarla.
Aunque en un contexto de gestión integrada
de plagas (GIP) la lucha química se contempla
como una posibilidad, ésta sólo debe
ser usada como último recurso en aquellos casos
en los que no existan métodos alternativos
de control o para suplementar otras medidas
de lucha. Entre los posibles métodos alternativos
de control se encuentran los denominados
biológicos. Éstos se definen como la acción
ejercida por parásitos, depredadores y patógenos
(enemigos naturales) para mantener la
densidad de población de otros organismos
(plagas) en niveles más bajos de los que existirían
sin la acción de estos enemigos naturales
(foto 1).
Control biológico por
conservación
El control biológico plantea diferentes estrategias
para conseguir reducir la densidad de
las plagas. Se pueden realizar sueltas de enemigos
naturales para que ejerzan un efecto negativo
sobre la plaga que se quiere controlar.
Esta estrategia se denomina control biológico
clásico. Su principal ventaja es que su acción
es muy efectiva, ya que se introduce en el ambiente
agentes de control biológicos específicos.
Su principal desventaja es el elevado coste
de aplicación debido a que los enemigos
naturales han de ser reproducidos o adquiridos
comercialmente año tras año.
Otra estrategia que está adquiriendo importancia
en los últimos años es la del control
biológico por conservación. Éste se define como
la modificación del medio ambiente o de
las prácticas existentes para proteger a los enemigos
naturales e incrementar sus poblaciones
con la finalidad de reducir el efecto de las plagas.
Entre las principales ventajas se encuentra
su bajo coste de implementación, aunque pudiera
ocurrir que el aumento de enemigos naturales
no redunde en la disminución de las
plagas por determinadas circunstancias que se
explicarán más adelante.
Entre las principales
ventajas del control
biológico por conservación
se encuentra su bajo coste
de implementación, aunque
pudiera ocurrir que el
aumento de enemigos
naturales no redunde en la
disminución de las plagas
por determinadas
circunstancias
Esta última estrategia se presenta como la
más adecuada a implementar en cultivos perennes
como el olivo, si se quiere reducir la
cantidad de productos químicos utilizados y los
costes que conlleva esta operación, tanto económicos
como ambientales. Este tipo de cultivos
son potencialmente más adecuados para
llevar a cabo un control biológico por conservación
debido a que están sujetos a un menor
grado de perturbación que los cultivos anuales.
Entre los métodos utilizados dentro de una
estrategia de control biológico por conservación,
se encuentra el manejo del hábitat, el
cual se basa en la instalación o utilización de
Se debe identificar el papel
de cada una de las especies
del agroecosistema y
potenciarlas en función
del interés que tengan para
el control de una
determinada plaga.
De esta forma se consigue
maximizar la biodiversidad
funcional: aquélla que
cumple el objetivo de
reducir la abundancia de las
plagas y proporcionar un
beneficio al agricultor
las infraestructuras ecológicas adecuadas tanto
en el campo de cultivo como en el paisaje
en el que se encuentra inmerso para proporcionar
a los enemigos naturales alimento, presas
o huéspedes alternativos y refugio. En teoría,
este aumento de recursos derivaría en un incremento
de las oportunidades ambientales
para los enemigos naturales y, consecuentemente,
en un aumento de la biodiversidad, lo
que provocaría la estabilización de las relaciones
entre el cultivo, la plaga y los enemigos naturales
evitando fluctuaciones lo suficientemente
grandes como para reducir de forma importante
la producción. Si en determinadas
ocasiones esta estabilidad se viera comprometida
se debería recurrir a los métodos previstos
en la gestión integrada de plagas. En caso
de resultar necesaria la intervención química,
ésta ha de llevarse a cabo bajo los criterios del
uso sostenible de los productos fitosanitarios.
Para ello es necesario:
a) Utilizar exclusivamente las sustancias
activas permitidas en cada cultivo respetando
siempre las indicaciones reflejadas en las correspondientes
etiquetas y con las restricciones
indicadas en el reglamento, para cada producto
y plaga.
b) Reducir el área tratada a focos o rodales
siempre que la plaga se encuentre lo suficientemente
localizada.
c) Alternar sustancias activas de distintos
grupos químicos y mecanismos de acción.
d) Reducir las dosis y frecuencia de aplicación.
El seguimiento de estas pautas provocará
un menor impacto sobre la biodiversidad.
No obstante, el aumento de la biodiversidad
per se no es garantía del éxito del control
biológico. Es posible que un aumento de la
biodiversidad de la comunidad desemboque
en procesos de disrupción del control biológico,
ya sea porque los enemigos naturales se
empiezan a alimentar unos de otros o porque
aparecen nuevas especies de fitófagos capaces
de desviar la atención de los enemigos naturales
de la plaga. Este tipo de procesos merman
la capacidad de los enemigos naturales
de reducir las poblaciones de las plagas. Para
evitar estos supuestos, se debe identificar el
papel de cada una de las especies del agroecosistema
y potenciarlas en función del interés
que tengan para el control de una determinada
plaga. De esta forma se consigue maximizar
la biodiversidad funcional la cual se
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El conocimiento del efecto que la cubierta
vegetal tiene en el control de las plagas del olivar,
hasta la fecha, es limitado. Cubiertas naturales
o sembradas con cereales incrementan
tanto la diversidad como la abundancia de parasitoides
y depredadores, entre ellos crisopas,
arañas, coccinélidos y míridos. No obstante, este
incremento no se ha traducido en muchas
ocasiones en una reducción de la abundancia
de las plagas. También es importante hacer
Foto 2. Cubierta con especies vegetales espontáneas en un olivar (foto EEZ).
entiende como aquélla que cumple el objetivo
de reducir la abundancia de las plagas y proporcionar
un beneficio al agricultor.
Es por esto que para establecer una buena
estrategia de control biológico por conservación,
ésta debe planificarse con anterioridad,
apoyándose en conocimientos científicos y técnicos
sobre las relaciones tróficas de los diferentes
actores del agroecosistema, así como
sobre la composición de las especies vegetales
que conformen las infraestructuras ecológicas.
Cubierta vegetal en las calles
Este punto es de especial relevancia y se
tendrá que poner mucha atención en que estas
Foto 3. Vegetación herbácea y leñosa asociada al olivar (foto EEZ).
especies vegetales no beneficien a las plagas,
efecto que sería contraproducente. La aproximación
más tenida en cuenta en el cultivo del
olivo ha sido la instalación y el manejo de una
cubierta vegetal entre las calles del cultivo (foto
2). Ésta suele ser en forma de franja entre
las líneas de árboles o, menos comúnmente,
como un continuo en el suelo. Principalmente
las cubiertas están compuestas por especies
plantadas pertenecientes a las familias Poaceae
y Fabaceae aunque existen otras zonas olivareras
en las que se deja crecer la cubierta
natural y espontánea. En otros casos se ha optado
por diseñar cubiertas con plantas aromáticas.
Los estudios irán
encaminados a desvelar los
mecanismos ecológicos que
subyacen bajo el aumento
de la biodiversidad.
Es importante conocer el
funcionamiento de los
distintos actores que se
verán involucrados en este
proceso, las infraestructuras
ecológicas, los fitófagos y
los enemigos naturales
constar que la utilización de estas cubiertas no
ha repercutido en un incremento de la abundancia
de las plagas, por lo tanto, estas infraestructuras
pueden ser usadas para mejorar
otros aspectos del suelo, como son: la erosión,
la materia orgánica o el ciclo de
nutrientes. En la actualidad, se están investigando
cubiertas vegetales con otros tipos de
composición vegetal con el objetivo de que éstas
disminuyan de manera efectiva las poblaciones
de las plagas.
Manchas de vegetación natural
Otra aproximación a la que no se ha prestado
mucha atención y que puede ser muy
efectiva para aumentar la abundancia y diversidad
de los enemigos naturales en los olivares
es el mantenimiento de las manchas de vegetación
natural existentes tanto en el cultivo como
en el paisaje que le rodea (foto 3).Al contrario
que con la cubierta vegetal, la cual puede
ser gestionada, la implantación de infraestructuras
perennes no se suele llevar a cabo debido
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a que éstas son de crecimiento
lento, tendiéndose más a su conservación.
No obstante, esta vegetación
natural podría ser restaurada en
zonas marginales de olivares, las
cuales sean de difícil acceso e imposibiliten
la correcta gestión del
olivar, como cárcavas, barrancos o
cimas de colinas. Estas infraestructuras
estarían conformadas
principalmente por especies vegetales
leñosas, tanto árboles como
arbustos, así como por especies
de plantas herbáceas que crecen
en los lugares anteriormente citados.
La diferencia principal entre
estas estructuras ecológicas y la
cubierta vegetal es que esta última
es instalada en zonas pertenecientes
al cultivo, entre las calles
del mismo, mientras que la
vegetación natural se destina a
zonas marginales. Numerosos estudios
han constatado el hecho
de que el contexto paisajístico en
donde se desarrolla la actividad
agrícola influye en la abundancia,
diversidad y calidad de los enemigos
naturales de las plagas. Si el
campo de cultivo se encuentra inmerso
en un paisaje muy diverso
(heterogéneo) las posibilidades
de que se ejerza un control biológico
por conservación serán mayores
de las que existirían si la actividad
agrícola se realizase en un contexto paisajístico
poco diverso (homogéneo).
En el olivar, las últimas investigaciones al
respecto destacan que un aumento de la abundancia
de enemigos naturales está ligado a la
utilización de ambas infraestructuras juntas, es
decir, cubierta vegetal y manchas de vegetación
natural, especialmente en el caso de las arañas
y los parasitoides.
En ausencia de la cubierta vegetal, las
manchas de vegetación naturales pueden hacerse
más atractivas para estos enemigos naturales,
disminuyendo de esta forma su abundancia
en el campo de cultivo. Además, al contrario
de lo que ocurre con la cubierta vegetal, se
tienen evidencias de que estas estructuras son
capaces de reducir las poblaciones de las plagas
aunque se necesita más información para
Foto 4. Adulto de Chrysoperla carnea sobre una hoja de olivo (foto EEZ).
Foto 5. Ninfa de Anthocoris nemoralis sobre un botón floral del
olivo (foto EEZ).
saber la forma en que susodichas infraestructuras
producen tal efecto.
Relaciones específicas conocidas
Entre las relaciones específicas ya testadas
en el olivar se podría citar aquella que se
establece entre la planta Dittrichia viscosa (olivarda),
Bactrocera oleae (mosca del olivo) y el
parasitoide Eupelmus urozonus. Las flores de
Dittrichia viscosa son atacadas por el díptero
Miopites stylata cuyas larvas pueden ser parasitadas
por distintos himenópteros entre los
que se encuentran Eupelmus urozonus, uno de
los principales parasitoides de la mosca del
olivo.Así, en olivares del sur de Francia se recomienda
la siembra de Dittrichia viscosa en los
bordes de los olivares para potenciar la acción
de E. urozonus, reducir las poblaciones de la
mosca y conservar el complejo parasitario asociado
a M. stylata.
En relación a los depredadores de las plagas
del olivo, Chrysoperla carnea (foto 4) y Anthocoris
nemoralis (foto 5) se encuentran entre
los más aconsejados para su promoción según
diferentes organismos y normativas
nacionales e internacionales.
C. carnea es un depredador que ejerce su
actividad sobre diferentes plagas pero su principal
acción beneficiosa radica en la prevención
del daño causado por la polilla del olivo
(Prays oleae) durante la generación que se
desarrolla en el fruto. Se ha determinado que
la presencia de una cubierta vegetal espontánea
desde principios de primavera hasta el
mes de junio incrementa la abundancia de
adultos y se están llevando a cabo estudios
para identificar las plantas (como por ejemplo
el hinojo) que, por su estructura floral y composición
de su polen y/o néctar, potencian la actividad
de C. carnea.
En el caso de A. nemoralis su acción la
ejerce sobre los huevos y larvas de la generación
de la polilla del olivo que se desarrolla sobre
las flores. Hasta el momento no existen estudios
capaces de establecer las especies vegetales
que aumentan la abundancia de este
depredador en olivares pero se sabe que ésta
podría verse beneficiada por una alta densidad
de vegetación natural así como por una
alta abundancia de otras especies plaga secundarias
como Euphyllura olivina (algodoncillo
del olivo).
Consideraciones finales
En resumen, la conservación de la biodiversidad
en olivares se está mostrando como
una alternativa adecuada dentro de la gestión
integrada de plagas, aunque será necesario potenciar
investigaciones en este campo para poder
diseñar estrategias que sean realmente
efectivas y optimizar el control biológico por
conservación, lo que permitirá reducir el uso
de productos fitosanitarios químicos de síntesis.
Los estudios irán encaminados a desvelar
los mecanismos ecológicos que subyacen bajo
el aumento de la biodiversidad y en este
sentido es importante conocer el funcionamiento
de los distintos actores que se verán
involucrados en este proceso, las infraestructuras
ecológicas, los fitófagos y los enemigos
naturales. ●
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