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Capítulo 1<br />
Por otra parte, los relatos de las mujeres hacen referencia a que cuando son víctimas de<br />
delitos como robos, asaltos o arrebatos, éstos tienen como “plus” una mayor violencia<br />
física o verbal y la posibilidad de abuso sexual o violación. Con el agravante de que ello<br />
puede ocurrir en lugares que en teoría deberían ser más “seguros”, como los vehículos<br />
de servicio público.<br />
En todos estos casos se suma la (arriba mencionada) doble victimización que sufren las<br />
mujeres luego de hechos de este tipo, al intentar dar cuenta o denunciar estas agresiones<br />
en las dependencias policiales y hasta en las judiciales.<br />
3. Las consecuencias.<br />
La agresión hacia las mujeres no acaba en el mismo hecho violento, sino que sigue<br />
actuando a través de sus consecuencias, ya que ellas desarrollan sentimientos que atentan<br />
contra su autoestima y seguridad; al mismo tiempo que modifican su vida cotidiana,<br />
restringiendo sus movimientos en la ciudad y los espacios públicos, así como la<br />
participación política, cultural, el esparcimiento y, en algunos casos, hasta abandonan el<br />
trabajo o los estudios. En el siguiente cuadro se resume la secuela emocional que padecen<br />
las mujeres y que se extiende en el tiempo hasta mucho después de ocurrida la<br />
agresión.<br />
CONSECUENCIAS DE <strong>LA</strong> VIOLENCIA<br />
SENTIMIENTO<br />
Miedo, terror, desesperación<br />
(paraliza/desprotege).<br />
Cólera, indignación.<br />
Vergüenza, humillación, pérdida<br />
de la dignidad.<br />
Impotencia.<br />
Desconfianza.<br />
Sentirse ridícula.<br />
<strong>MIEDO</strong> / P<strong>EL</strong>IGRO<br />
MODIFICACIÓN DE <strong>LA</strong> VIDA<br />
COTIDIANA<br />
No salir, encerrarse en casa.<br />
Anularse como mujer.<br />
Dejar de trabajar y/o estudiar.<br />
Cambio de rutinas/recaudos.<br />
El miedo se vuelve así un compañero cotidiano e inseparable de las mujeres, alimentado<br />
por experiencias propias o ajenas, muchas veces traumáticas, de peligro latente o manifiesto,<br />
cuando no de agresiones graves. En consecuencia, este problema debe ser atendido<br />
por las políticas públicas y la planificación urbana.<br />
Cualquier acto de violencia sufrida por una mujer afecta a todas, ya que están expuestas<br />
a esta agresión por pertenecer al mismo género; por tanto, la situación de tensión crece<br />
incluso en aquellas que no han sufrido hechos de violencia contra la mujer ya que éstos<br />
se relatan en la interacción social o por los medios de comunicación.<br />
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