bolivia_invierno_2012

Resignificación&Sentido
Bolivia y el rol del Estado
Observatorio de Bolivia, Número 27, Año VII, Invierno Sur 2012
Por Por Por Hernán Medina
Licenciado en Geografía
Universidad de Buenos Aires
hernanrolandomedina@yahoo.com.ar
Cita sugerida: Hernán Medina, “Bolivia y el rol del
Estado”, Observatorio de Bolivia, Número 27,
Invierno Sur, CAEI, 2012
En este bloque temporal se produjo una intensificación del proceso de nacionalización de recursos naturales
mineros. Los hechos en las minas Colquiri (propiedad de South American Silver ) y de Bolívar y Porco (antes
de Glencore) lo demuestran, casualmente a los pocos días que Evo Morales llamó a preocuparse por cómo
recuperar o nacionalizar todos los recursos naturales para que estén en manos del pueblo bajo la
administración del Estado. Vuelve al ruedo el debate sobre el papel del estado, intensificado en los últimos
años, no sólo en Bolivia, sino en toda América Latina en lo que atañe entre otras cosas al control y manejo de
los recursos naturales.
En lo referido al concepto Estado, puede decirse en primer término que uno de los significados más clásicos
del mismo (aunque sin olvidar el carácter polisémico en la definición del mismo a través de una diversidad de
interpretaciones) es el que lo identifica como una institución capaz de organizar la coacción (según Antonio
Gramsci, de forma exclusiva), la producción y la reproducción en función de unos determinados modelos e
intereses. En pocas palabras el Estado es un instrumento de poder que para unos será necesario y para otros
no, para unos será benéfico y para otros, perjudicial.
Ahora, ¿qué funciones debe poseer un Estado, cuál sería su rol? Puede decirse que su primera función es la
de proteger a los ciudadanos sometidos a su soberanía, como frente a agresiones exteriores. Una segunda
función es la de arbitraje. Para ello se dota de un cuerpo legislativo y un sistema para ejecutarlo, con el fin de
resolver los conflictos entre ciudadanos e intereses. Una tercera función es como fuerza de cohesión. En
cuarto lugar, actúa como facilitador, creando las condiciones para una mejor productividad de la economía,
regulando por ejemplo, el mercado laboral. Una última función es como inversor.
Más allá de los debates el Estado como poder es un elemento fundamental de la construcción de Occidente
desde hace cientos de años.
De esta forma existe una idea del Estado como contrato donde el debate se centra en la identidad de las
partes y la relación entre ellas. Así surgen dos posturas contrapuestas entre sí, respecto al papel del Estado:
una positiva y otra negativa. Los partidarios de la primera ven al Estado como una institución favorable para el
desarrollo de las facultades humanas y el progreso civil lo que lo convierte en el único instrumento posible
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