hoMenaJe a JoSe heRnanDeZ - Unión Personal Civil de la Nación
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HOMENAJE A JOSE HERNANDEZ<br />
¡En guardia, general Urquiza! El puñal está levantado, el p<strong>la</strong>n <strong>de</strong> asesinaros<br />
preconcebido; <strong>la</strong> mano que <strong>de</strong>scargue el golpe <strong>la</strong> comprará el partido unitario<br />
con el oro que arrebata el sudor <strong>de</strong> los pueblos que esc<strong>la</strong>viza.<br />
¡En guardia, general Urquiza! Esas hordas que con el bárbaro Flores abrazan<br />
<strong>la</strong> República Oriental, formadas y pagadas con el oro <strong>de</strong> <strong>la</strong> Nación Argentina,<br />
mandadas en los buques <strong>de</strong> guerra argentinos, son <strong>la</strong> vanguardia <strong>de</strong> los<br />
iroqueses que en Buenos Aires aguardan el momento <strong>de</strong> concurrir al festín<br />
<strong>de</strong>l <strong>de</strong>güello que se divisa en San José.<br />
No son <strong>la</strong>s protestas <strong>de</strong> los traidores encubiertos; no son <strong>la</strong>s segurida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
los consejeros incautos, <strong>la</strong>s que han <strong>de</strong> <strong>de</strong>sviar <strong>la</strong> mano aleve que espía<br />
vuestro cuello en <strong>la</strong> soledad y en <strong>la</strong> sombra. Es vuestro propio valor. Es vuestra<br />
propia energía. ¡Alerta! general Urquiza.<br />
Reve<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> un crimen<br />
Los asesinos <strong>de</strong>l general Peñaloza se han espantado <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>formidad <strong>de</strong> su<br />
propio crimen. Quedan dos únicos caminos que pue<strong>de</strong>n salvarlos, y los salvajes<br />
unitarios infames como siempre, como siempre traidores, los siguen sin<br />
vaci<strong>la</strong>r.<br />
El primero es adormecer al general Urquiza, adu<strong>la</strong>rlo, cortejarlo, comp<strong>la</strong>cerlo<br />
en cuanto <strong>de</strong>see, mostrarse con él solícitos, afables y cariñosos, a fin <strong>de</strong> que<br />
<strong>la</strong> bárbara <strong>de</strong>gol<strong>la</strong>ción <strong>de</strong>l general Peñaloza no lo haga abandonar un solo<br />
instante esa política <strong>de</strong> contemp<strong>la</strong>ciones y <strong>de</strong> dulzuras que hace dos años<br />
tiene para con los salvajes unitarios.<br />
Así lo hicieron cuando asesinaron a Benavi<strong>de</strong>s.<br />
Así lo hicieron cuando asesinaron a los Virasoro.<br />
Así lo harán ahora que han asesinado a Peñaloza.<br />
Pero el general Urquiza no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jarse engañar por esas za<strong>la</strong>merías <strong>de</strong><br />
tigres.<br />
Benavi<strong>de</strong>s dio por resultado "Cepeda".<br />
Virasoro, dio por resultado "Pavón".<br />
El segundo camino <strong>de</strong> salvación para ellos, es engañar al país; y esa es <strong>la</strong><br />
inicua tarea que han emprendido. Peñaloza no ha sido perseguido. Ni hecho<br />
prisionero. Ni fusi<strong>la</strong>do. Ni su muerte ha acaecido el 12 <strong>de</strong> noviembre. Lo vamos<br />
a probar evi<strong>de</strong>ntemente, y con los documentos <strong>de</strong> ellos mismos. Todo<br />
eso es un tejido <strong>de</strong> infamias y mentiras, que cae por tierra al más ligerísimo<br />
examen <strong>de</strong> los documentos oficiales que han publicado sus asesinos.<br />
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