hoMenaJe a JoSe heRnanDeZ - Unión Personal Civil de la Nación
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HOMENAJE A JOSE HERNANDEZ<br />
capitán. Debemos hacer notar que ésta es <strong>la</strong> única herida que el general<br />
Peñaloza ha recibido en su vida <strong>de</strong> combates; <strong>la</strong> segunda es <strong>la</strong> que le han<br />
abierto sus bárbaros asesinos.<br />
Algún tiempo <strong>de</strong>spués, sabedor Quiroga <strong>de</strong> que Lamadrid organizaba sus<br />
fuerzas en Tucumán, marchó a buscarlo, y lo <strong>de</strong>rrotó por segunda vez en los<br />
Rincones <strong>de</strong>l Manantial.<br />
En esta jornada, como en <strong>la</strong> anterior, el capitán Peñaloza se hizo notable por<br />
su intrepi<strong>de</strong>z y recibió seña<strong>la</strong>das muestras <strong>de</strong> distinción.<br />
Quiroga regresó a La Rioja y licenció sus fuerzas. Aquí termina este primer<br />
episodio <strong>de</strong> nuestras luchas civiles, en que le tocó figurar al general Peñaloza.<br />
III<br />
Otra nueva época <strong>de</strong> guerra empieza, y al partido unitario le toca <strong>la</strong> triste<br />
celebridad <strong>de</strong> iniciar<strong>la</strong>, manchando con sangre <strong>la</strong>s páginas <strong>de</strong> nuestra historia.<br />
La revolución encabezada por el general Lavalle, en Buenos Aires, el 1° <strong>de</strong><br />
diciembre <strong>de</strong> 1828, y que dio por resultado <strong>la</strong> caída <strong>de</strong>l gobernador Dorrego, y<br />
su bárbaro fusi<strong>la</strong>miento en los campos <strong>de</strong> Navarro por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Lavalle, a<strong>la</strong>rmó<br />
justamente a los gobernadores <strong>de</strong> <strong>la</strong>s provincias, a quienes Lavalle había<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñado dirigirse para invitarlos a tomar parte en su movimiento.<br />
Este es el tronco genealógico <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s <strong>de</strong>sgracias que hasta ahora vienen<br />
afligiendo a nuestra patria. De allí parten nuestros males.<br />
La sangre <strong>de</strong>l coronel Dorrego fue <strong>la</strong> primera que se <strong>de</strong>rramó alevosamente<br />
en nuestra guerra civil. Hasta hoy ha sido <strong>la</strong> última <strong>la</strong> <strong>de</strong>l general Peñaloza.<br />
El general Paz marchó entonces <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Buenos Aires para el interior con una<br />
división <strong>de</strong> 800 a 900 hombres <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tres armas, con el objeto <strong>de</strong> apoyar los<br />
pronunciamientos que tuvieron lugar en <strong>la</strong>s provincias en favor <strong>de</strong> <strong>la</strong> revolución<br />
que acababa <strong>de</strong> hacer Lavalle, y con el <strong>de</strong> <strong>de</strong>struir aquellos gobiernos<br />
que pretendieron oponerse a el<strong>la</strong>.<br />
El movimiento no era efectivamente simpático, pero el fusi<strong>la</strong>miento <strong>de</strong> Dorrego<br />
lo hizo odioso. Sólo tres provincias <strong>de</strong>l norte: Tucumán, Salta y Jujuy, se <strong>de</strong>c<strong>la</strong>raron<br />
por él.<br />
Córdoba, con su gobernador Bustos a <strong>la</strong> cabeza, se pronunció en masa contra<br />
<strong>la</strong> revolución.<br />
San Luis, Mendoza, San Juan, La Rioja y Catamarca se pronunciaron tam-<br />
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