03 abono 0910 - Real Orquesta Sinfónica de Sevilla

Real Orquesta Sinfónica de Sevilla
Director Artístico Pedro Halffter
PROGRAMA
I.
Richard Strauss (1864-1949)
Dueto-Concertino para clarinete, fagot y
orquesta de cuerda, TrV 293 * (1947)
Allegro moderato – Andante - Rondo.
Allegro ma non troppo
Michael Daugherty (1954-)
Fire and blood, para violín y orquesta * (2003)
I. Volcano
II. River Rouge
III. Assembly Line
Duración total estimada: 1h 34’
20’+25’/ Pausa 20’/ 29’
II.
Robert Schumann (1810-1856) /
Gustav Mahler (1860-1911)
Sinfonía nº 4, en Re menor, Op. 120 *
(1841, rev. 1851)
Ziemlich langsam (Bastante lento) – Lebhaft (Vivo) -
Romanze: Ziemlich langsam (Bastante lento) -
Scherzo: Lebhaft (Vivo) - Lebhaft (Vivo)
Miguel Domínguez Infante
Clarinete
Javier Aragó Muñoz
Fagot
Alexandre da Costa
Violín
Pedro Halffter
Director
Año XIX. Programa 667, 4º de la XXª Temporada.
Conciertos 1.622 y 1.623

Richard Strauss Dueto-Concertino para clarinete, fagot y orquesta de cuerda, TrV 293
La música concertante de R.
Strauss enmarca en cierto modo
su carrera como compositor.
Entre los dieciocho y veinte años
compone tres conciertos: para
violín (Op.18), para trompa y la
Burleske para piano. Tendrán
que pasar cerca de sesenta años
para, ya al final de su vida, volver
a componer otros tres conciertos:
nuevamente uno para
trompa en 1942, uno para oboe
y pequeña orquesta en 1946 y,
finalmente, en 1947 el Dueto-Concertino para
clarinete y fagot, su última obra instrumental,
completada dos años antes de su muerte
(1949). Sobre estas composiciones y otras de
carácter similar escritas en su última época, dirá
el compositor: “…temas de estudio para nuestros
excelentes instrumentistas, trabajos de
taller con el fin de que las articulaciones de la
mano y del cerebro no se emboten demasiado
pronto, para que la articulación de la mano
derecha, liberada de la batuta para la dirección,
no se aletargue con excesiva rapidez. En resumen,
un legado sin significación histórico-musical.”
El carácter concertante de esta obra no se
agota en los solistas principales (clarinete y
fagot); la orquesta de cuerdas
se encuentra asimismo dividida
entre un quinteto solista (dos
violines, viola, violonchelo y contrabajo)
y el resto de la formación.
Sin duda Strauss está pensando
en la estructura del antiguo
concerto grosso y su alternencia
soli-ripieno (otras obras
del siglo XX últimamente programadas
por la ROSS participan
de este mismo carácter:
Pulcinella de I. Strawinsky y la
Sinfonietta de E. Halffter). Junto a los dos grupos
orquestales y a los solistas, el papel del
arpa, con ocasionales y sutiles intervenciones,
es más discreto. La obra tiene un contenido programático
que el propio Strauss relató, con ligeras
variaciones, al fagotista al que está dedicada
la obra y al director de orquesta Clemens
Krauss: una princesa (representada por el clarinete)
entabla una relación-diálogo con un oso
(el fagot) y, tras una danza que ambos bailan, el
oso se transforma en un príncipe.
Formalmente la obra está estructurada en
tres partes que se suceden sin solución de continuidad.
En la primera (Allegro moderato) un
sencillo tema expuesto por el quinteto de cuerdas
solista da paso a una evocadora melodía a
cargo del clarinete. Un segundo tema a cargo
del fagot (rítmicamente más complejo) inicia el
diálogo de ambos solistas. La segunda parte
(Andante) es una especie de intermedio.
Trémolos en pianísimo de la orquesta acompañan
al fagot en un ambiente lleno de serenidad.
Se unen clarinete y violín y violonchelo solos;
tras una breve cadencia de los solistas se inicia
la tercera parte (Rondó. Allegro ma non troppo).
Se trata del movimiento más largo y complejo
de la obra. Compuesto en compás de 6/8 (el clásico
compás de los finales de la Suite antigua) y
Michael Daugherty Fire and blood, para violín y orquesta
con un color armónico que recuerda bastante al
de Rosenkavalier, el movimiento alterna el sencillo
tema principal con otros más elaborados
(incluso polirrítmicos). No sólo el virtuosismo de
los solistas es puesto a prueba, sino que los
solistas de la orquesta intervienen de vez en
cuando en un interesante y difícil juego de concertación.
Dedicada a Hugo Berghauser (fagotista de
la Filarmónica de Viena), fue estrenada en abril
de 1948 por la Orquesta de la Radio Svizzera
Italiana
El compositor norteamericano M. Daugherty
nace en 1954 en Cedar Rapids (Iowa). Hijo de
un percusionista de música ligera, estudia composición
en la University of North Texas (1972-
76) y posteriormente en la Manhattan School of
Music de Nueva York (1976-78); allí conoce a
Pierre Boulez, quien lo invitará a estudiar a París
en el IRCAM (Institut de Recherche et
Coordination Acoustique-Musique). Después de
un año en la capital francesa, estudia en
Hamburgo con György Ligeti (1982-84) y posteriormente
recibe su doctorado en la Universidad
de Yale (1986). Desde 1991 es profesor en la
Universidad de Michigan.
La música de Daugherty está fuertemente
influenciada por los símbolos e iconos de su
país, a los que confiere un contenido poético.
Para ello emplea técnicas compositivas sofisticadas
donde un concepto claramente melódico
convive con una base de ritmos complejos. La
influencia del mundo del pop está muy presente
en su obra. Como afirma el propio autor:

“Para mí los iconos no son sino
pretextos emocionales, que
pueden dar razón para la composición
de una nueva obra.
Para mis composiciones puedo
tomar ideas curioseando en
librerías de segunda mano, en
tiendas de antigüedades o en
los pequeños pueblos que
encuentro cuando voy conduciendo
por las carreteras de
América. El icono puede ser
tanto una postal antigua, revista,
fotografía o baratija, como una caja de cerillas,
mueble o mapa de carretera. Como Ives y
Mahler, utilizo estos iconos para dar al oyente y
al intérprete un punto de referencia. Sin embargo,
no es necesaria esta referencia para apreciar
mi música. Es solamente un nivel entre
muchos otros dentro del entramado musical.”
Así, en The Metropolis Symphony es la figura de
Superman la que inspira a
Daugherty, en Motown Mondays
son los sonidos de la industrial
ciudad de Detroit y en UFO los
ovnis que tanto han obsesionado
a la cultura popular americana
desde los años cuarenta.
Otras obras del compositor son:
Dead Elvis, Le tombeau de Liberace,
Sing Sing: J. Edgard Hoover
y la ópera de cámara Jackie O.
“Creo no obstante que, aunque
escribir piezas inspiradas en
este tipo de conceptos es todavía infrecuente
en música de concierto, cuando estoy componiendo
soy extremadamente serio en la elaboración
del material, en la estructura y el contrapunto,
dinámicas, articulaciones y timbres.
Cuando compongo, pienso de una forma tan
estructural y lógica como hubieran podido
hacerlo Webern y Bach”
NOTAS DE M. DAUGHERTY PARA FIRE AND BLOOD (Traducción del original en inglés)
Fire and blood es un concierto para violín y
orquesta encargado por la Orquesta Sinfónica
de Detroit de 25 minutos de duración. En 1932
Edler Ford encargó al artista modernista mejicano
Diego Rivera (1886-1957) la realización
de un mural que representara la industria del
automóvil de Detroit. Rivera fue a Detroit y trabajó
cerca de dos años en las cuatro grandes
paredes del patio interior del Instituto de las
Artes de Detroit. Considerada una de sus mejores
obras, el extraordinario mural “Detroit
Industry” ha sido mi inspiración para crear mi
propio fresco musical para violín y orquesta. Fue
el mismo Rivera, a su regreso de una visita por
las factorías de Ford, quien predijo la posibilidad
de convertir su mural en música: “En mis oídos,
escuchaba la magnífica sinfonía procedente de
las factorías donde los metales eran transformados
en herramientas al servicio del hombre.
Era una música nueva, esperando al compositor…
para darle una forma comunicable.”
I.Volcano. Antes de venir a Detroit, Rivera
vivía en la ciudad de México, rodeado de volcanes.
El fuego es un importante elemento de su
mural, donde describe las llamaradas de los
hornos de las factorías, como erupciones volcánicas.
El fuego de los volcanes estaba asociado
para Rivera (activo miembro del Partido
Comunista de México) con la revolución y concibió
el mural para Detroit como una manera de
exponer sus ideas revolucionarias.
El primer movimiento se corresponde con la
fogosidad de la imaginación de Rivera. El violinista
toca en triples cuerdas, mientras la
orquesta estalla en enérgicas pulsaciones. En el
movimiento se alternan modelos repetidos en
compás de 7/4 con pasajes politonales, todo
ello con constantes cambios de tempo.
Concluye con una larga cadencia del solista
acompañado por la marimba y las maracas.
II. River Rouge. En el Complejo
Automovilístico de Ford en River Rouge, en las
proximidades del río de Detroit, Rivera pasó
meses creando bocetos sobre trabajadores y
máquinas en acción. Iba acompañado por su
joven esposa, la célebre pintora mejicana Frida
Kahlo (1906-1954), la cual vivía entre constantes
dolores como resultado de la polio sufrida
en su infancia y de un grave accidente de autobús
en la ciudad de México a la edad de 18
años. Muchos de sus autorretratos describen los
sufrimientos de su cuerpo.
En la época que Kahlo pasó con Rivera en
Detroit, estuvo a punto de morir a consecuencia
de un aborto, experiencia que describió en obras
como “Henry Ford Hospital” o “Mi nacimiento”,
donde el color de la sangre está por todas partes.
Ella tenía también un lado apasionado y
jovial: le encantaba llevar coloridos trajes y
joyas tradicionales de México, beber tequila y
cantar en las fiestas. La obra de Kahlo, su sufrimiento
y su entusiasmo por la vida aportó nuevas
perspectivas al trabajo de Rivera.
Este movimiento está dedicado al espíritu
de Frida Kahlo. El solo de violín introduce dos
temas principales. El primero es disonante y cromático,
fluyendo como un rojo río de sangre. El
segundo cita una melodía que la misma Kahlo
pudo haber cantado, nostálgica de su México
natal. La marimba y el trémolo de las cuerdas
recuerdan un grupo de mariachis en la distancia.
La orquestación es muy colorida, como los luminosos
diseños de los trajes mejicanos de Kahlo.
Mientras la música evoca la muerte y el sufrimiento,
se oye un eco de esperanza.
III. Assembly Line (Cadena de montaje).
Rivera se refiere a sus murales como una
descripción de los “imponentes altos hornos, las

serpenteantes cintas transportadoras, los
impresionantes laboratorios científicos, las
complejas secciones de montaje, así como a los
hombres que trabajan en ellas” La relación del
hombre con la máquina, más que como antagonismo,
Rivera la piensa como colaboración, la
cual traería la liberación del hombre. El solista
de violín al final del movimiento es como un trabajador
rodeado de una orquesta mecánica. La
música se desenvuelve cual una cinta transportadora
en rápido movimiento (en compás de
7/8). Este movimiento perpetuo es sostenido
por las cuerdas en pizzicato, mientras suenan
percusivos “latigazos” y disonantes acordes
(cluster) de los metales. La sección de percusión
imita el ruido de la factoría con instrumentos de
metal (break drum, triángulos) y la carraca
imita los giros de los engranajes de la maquinaria.
Además de esta aceleración múltiple de ritmos
mecánicos, la música evoca el diseño
ondulado que mueve las diferentes partes del
mural de Rivera
N.B.: El mural de D. Rivera Detroit Industry
puede verse en:
http://www.dia.org/education/rivera/infoidx.htm
Robert Schumann (Rev. Gustav Mahler) Sinfonía nº 4, en Re menor, Op. 120
En 1839 R. Schumann colabora en el estreno en
Leipzig de la última sinfonía de F. Schubert (La
Grande). Interpretada por la Orquesta de la
Gewandhaus bajo la batuta de F. Mendelssohn,
esta obra causó honda impresión en Schumann,
quien escribió: “… además de una técnica compositiva
genial, hay vida en cada fibra, colorido
en las gradaciones más simples y significado
en todas sus partes; el detalle está cuidado al
“Quizá sólo el genio entiende completamente al genio”
Robert Schumann
máximo. Y finalmente, por encima de todo, destaca
ese romanticismo que todos hemos considerado
siempre como característico de Franz
Schubert. Y esas extensiones celestiales, como
una gran novela en cuatro volúmenes de un
autor del estilo de Jean Paul.” La influencia de
este estreno y su deseo de emular a su querido
amigo Mendelssohn como compositor de sinfonías,
así como una necesidad interior de supera-
ción, llevan a nuestro autor a
adentrarse en la composición de
música sinfónica (“Siento la tentación
de aplastar mi piano, que
se ha hecho demasiado estrecho
para contener mis ideas. Es
verdad que tengo poca experiencia
en lo que concierne a la
música de orquesta, pero no
desespero de adquirirla”). Sólo
dos años después, en 1841,
Schumann compondrá la mitad
de su producción sinfónica: la
Sinfonía nº 1 en Si bemol Op.38 (Primavera),
una primera versión de la que después pasaría
a ser considerada su 4ª Sinfonía, la Obertura
Scherzo y Finale Op.52 y los bocetos de una sinfonía
en Do menor que no será completada
(más tarde, en 1846, compondrá su 2ª Sinfonía
en Do mayor, y en 1850 la 3ª en Mi bemol
–Renana-).
Contamos, pues, con dos versiones realizadas
por el propio compositor de la Sinfonía nº 4,
la segunda de las cuales es la más frecuentemente
interpretada. Se trata de una revisión que
se publica 1851 y que difiere sustancialmente
de la original. Esta revisión está sin duda más
lograda, y ello resulta lógico si tenemos en
cuenta que nuestro autor había ya compuesto
sus sinfonías 2ª y 3ª y acumulaba una experiencia
en este campo que no poseía diez años
antes. La Sinfonía está estructurada siguiendo
el modelo clásico de cuatro partes
que, sin embargo, se suceden
sin interrupción. Esto nos
hace recordar que originariamente,
el autor pensó la obra
como una “fantasía sinfónica”
(al igual que la ya referida y
poco conocida Obertura, Scherzo
y Finale que es del mismo año).
La obra está, además, cíclicamente
unificada por un motivo
conductor que aparecerá en
todos sus movimientos.
El primer movimiento se inicia con una
introducción (Bastante lento); inmediatamente
después de un forte en unísono (nota la) de toda
la orquesta (excepto los trombones), es expuesto
el tema conductor de la obra. Este “leit motiv”
irá modificando su carácter a lo largo de la
pieza; en esta su primera aparición, y según la
condición propia de la tonalidad (el Re menor de
la Novena de Beethoven o de Don Giovanni de
Mozart) adopta carácter trágico. Tras decaer la
tensión inicial, un pasaje de transición (crescendo,
stringendo) conduce a la primera parte propiamente
dicha de la sinfonía (Lebhaft –Vivace-
). El diseño del tema principal (una variación del
tema conductor en notas rápidas), con sus
ascensos y descensos, produce una sensación
de inquietud casi angustiosa, que estará presente
a lo largo de todo el movimiento. La aparición
de un segundo tema en modo mayor no

hará desaparecer esta tensión. El desarrollo se
basa en el tema principal; sin embargo
Schumann, en un alarde de originalidad, combina
esta sección con la reexposición, introduciendo
un bello y lírico tema que va enlazando,
mediante originales modulaciones, las diversas
secciones. Finalmente, este tema se transforma
en una brillante marcha en Re mayor con la que
concluye el movimiento. Un breve silencio sirve
de transición hacia el segundo movimiento:
Romanze (Bastante lento).
Compuesta en La menor, la Romanza se
inicia con un melancólico tema a cargo de oboe
y violonchelo solos (con la indicación muy
expresivo) discretamente acompañados por el
resto de la orquesta (trompetas y trombones no
tocan en este movimiento). Le sigue el motivo
conductor de la sinfonía expuesto de manera
muy similar a la del principio. El violín solista
toma el protagonismo a continuación: con sus
arabescos y con el cambio de tonalidad (Re
mayor), un clima sereno, casi pastoril, parece
imponerse; un análisis algo más detallado nos
descubre que el dramático tema conductor,
aunque transformado, no ha desaparecido. Una
nueva exposición del tema del inicio con oboe y
violonchelo solos, concluye el movimiento. El
paso al tercer movimiento se realiza mediante
una breve transición armónica.
El Scherzo (Lebhaft –Vivace-) vuelve a la
tonalidad de Re menor y su fogoso tema principal
se basa en una original transformación de
las primeras notas del tema conductor (que
recuerda, vagamente, al primer tema del
Minueto de la Sinfonía nº 40 de Mozart). Frente
a este ímpetu inicial, el Trio nos traslada nuevamente
a la serenidad que habíamos encontrado
en la sección central de la Romanza. Escrito en
la tonalidad de Si bemol mayor (tonalidad de su
contemporánea Sinfonía Primavera), un aire de
tranquilidad recorre toda esta sección, interrumpido
por la vuelta del Scherzo. En contra de la
tradición, Schumann no finaliza el movimiento
con este da capo: a continuación hace aparecer
de nuevo al Trio. Después de que este es nuevamente
expuesto, Schumann finaliza el movimiento
de forma muy original, al conducir las
últimas notas del Trio a un pasaje lleno de fantasía
donde la música parece desvanecerse
(“cada vez más débil”, “ritardando”) hasta un
pianissimo que enlaza directamente con la
introducción del cuarto movimiento.
En un clima de gran misterio se inicia la última
parte de la obra. En tempo lento, en pianissimo
y sobre trémolo de violines segundos y violas,
los violines primeros tocan el tema del primer
movimiento, respondiéndole los metales
con un motivo breve y solemne (marcado). Un
crescendo y un acelerando conducen a un largo
acorde en forte que, tras una breve pausa, da
paso al cuarto movimiento (nuevamente indicado
Lebhaft –Vivace-). Temáticamente recuerda
bastante al primero, si bien el cambio de tono
(Re mayor) y el carácter fogoso de su tema principal
le dan un carácter bien distinto. Los conflictos
parecen resolverse de modo optimista, tan
sólo ocasionalmente interrumpido por amenazantes
y efectistas sonoridades. Una brillante
Coda dividida en dos partes (Más rápido la primera,
Presto, la segunda) cierra esta magnífica
obra que bien merece que se la recuerde por su
título original de Fantasía Sinfónica.
Gustav Mahler (1860-1911) además de
ser uno de los últimos grandes sinfonistas
románticos y de haber contribuido a abrir nuevos
caminos en el lenguaje musical del siglo XX,
fue también una figura importantísima en la
evolución y consolidación de la técnica moderna
de la dirección orquestal. Lejos de ser el típico
compositor-director tan frecuente en el siglo XIX
(que dirigía su propia obra casi en exclusiva
–Brahms, Bruckner, Wagner), Mahler es uno de
los primeros directores que incluyen sistemáticamente
en los programas de concierto composiciones
del pasado y en el terreno operístico,
siguiendo el modelo wagneriano, empieza a cuidar
y a dar realce a las producciones en su totalidad
y no sólo a la parte musical. Una de sus
facetas, un tanto desconocida, fue la de adaptar,
re-instrumentar y completar obras de otros
compositores. Concluyó la música y el libreto de
Die drei Pintos de C. M. von Weber, compuso una
Suite para orquesta sobre obras de Bach, realizó
adaptaciones para orquesta de cuerdas de
cuartetos de Beethoven y Schubert y arregló y
corrigió numeroso pasajes de sinfonías de
Beethoven, Schubert, Schumann y Bruckner. Las
razones por las que Mahler revisa las sinfonías
de Schumann eran muy evidentes: las habilidades
de Schumann como orquestador han sido
siempre puestas en tela de juicio por muchos
estudiosos. Su orquesta suena demasiado consistente,
“pesada”, su sentido del color es escaso
(tendencia a doblar rutinariamente las voces)
y las combinaciones instrumentales poco imaginativas
(empleo de registros poco apropiados
en los metales que, a veces, oscurecen la textura).
Otros directores y compositores decidieron,
pues, mejorar la instrumentación de la orquesta
schumanniana, pero fueron las de Mahler las
que tuvieron más proyección. Debemos reconocer
que la versión que Mahler hace de la 4ª sinfonía
(que en nada afecta a la estructura musical
de la obra) nos permite entender la obra
mejor que en la versión original: todo resulta
más claro, el oído no se pierde (por así decirlo)
en las oscuras y a veces confusas instrumentaciones
del original y, en definitiva, podemos
decir que Mahler comprende a Schumann mejor
que el propio Schumann (recordemos sus palabras:“Es
verdad que tengo poca experiencia en
lo que concierne a la música de orquesta, pero
no desespero de adquirirla”)
Juan Luis Pérez

Miguel Domínguez Infante Clarinete
“Desde muy pequeño mi padre me enseñó a
amar la Música. A él realmente le debo que la
Música haya sido siempre mi forma de vida y
que hoy me dedique profesionalmente a
ella.”
Comenzó sus estudios de musicales a los
ocho años. En los primeros años se formó en
el seno de la Banda Juvenil de Música de
Miraflores de los Ángeles y Gibraljaire.
Durante sus estudios de clarinete en el
Conservatorio Superior de Música de Málaga
-con José M. Puyana- actuó como solista con
la Orquesta Sinfónica de Málaga y con la
Orquesta del Conservatorio Superior de la
misma ciudad interpretando el Concierto nº 1
de Weber y el Concertino del mismo compositor
respectivamente. Paralelamente realizó
una intensa labor en el campo de la Música
de Cámara actuando en numerosas localidades
de Andalucía como miembro del grupo de
clarinetes Chalumeaux del Conservatorio. Fue
profesor del Ateneo de Música y Danza de
Málaga y becario en la Banda Municipal de la
misma ciudad.
Durante dos años fue profesor del
Conservatorio de Música de Marbella, puesto
que abandona tras conseguir en 1990 una
plaza de clarinete solista en la Real Orquesta
Sinfónica de Sevilla (ROSS) durante su creación.
En 1993 fue invitado para inaugurar el
curso de la Universidad Hispalense interpretando
el Quinteto para clarinete y cuerdas de
Mozart. Fue profesor de la Orquesta Joven de
Andalucía en su primer curso. Ha actuado
como solista junto con la ROSS interpretando
la Sinfonía concertante para instrumentos de
viento de Mozart en dos ocasiones, bajo la
dirección de Jane Glover y de Alain Lombard.
En Noviembre de 2001 actuó como solista en
el Concierto para clarinete y orquesta de
Mozart en la Catedral de Sevilla junto con la
ROSS.
En la actualidad compagina su labor en
la ROSS con la música de cámara formando
dúo con el pianista Arnold Collado y como
integrante del Sevilla Wind Quintet y de la
Camerata Serendipia. En el ámbito docente
es actualmente jefe del departamento de
clarinete del Conservatorio Profesional
Municipal de Música de Sanlúcar la Mayor
(Sevilla).
“A lo largo de estos dieciocho años he
tenido la oportunidad de trabajar con directores
de prestigio, con solistas y cantantes
internacionales, y con grandes músicos como
compañeros. A cada uno de ellos le debo una
pequeña o gran parte de mi formación.”

Javier Aragó Muñoz Fagot
Nace en Cullera (Valencia) donde cursa estudios
de Fagot en la Sociedad Ateneo Musical
con Juan Vallés y en el Conservatorio Superior
de Musica de Valencia, ampliando posteriormente
estos con Salvador Aragó, Klaus
Thunemann, Marco Postinghel, Daniele
Damiano y Brian Pollard.
Desde 1992 hasta 1996 formó parte de
la Joven Orquesta de la Comunidad Europea
con la que actuó con directores como Carlo
Maria Giullini, Bernard Haitink y Mistislav
Rostropovich, entre otros.
Ha sido invitado como Fagot solista en
varias orquestas como la Royal Philharmonic
Orchestra, BBC Syinphony Orchestra, Royal
Liverpool Philharmonic Orchestra, Orquesta
Sinfónica de Madrid, Orquesta de Cadaqués y
Orquesta Sinfónica Toscanini.
Desde 1991 es Fagot solista de la Real
Orquesta Sinfónica de Sevilla en la que ha
actuado en diferentes ocasiones como solista
de concierto.
En su labor docente es profesor de repertorio
orquestal de fagot y quinteto de viento
en el Conservatorio Superior de Música del
País Vasco -Musikene-.
Ha sido invitado como profesor en diferentes
cursos como: Joven Orquesta de
Andalucia, Curso de verano Presjoven de
Lucena y Curso Internacional de Música
Príncipe de Asturias.
Es miembro de diferentes grupos de
música de cámara como el Ensamble
Zelenka, Ensamble Solistas de Sevilla y Trío
Pleyel

Alexandre da Costa Violín
Nace en Montreal, Canadá, en 1979 y desde
muy temprana edad muestra gran interés por
el piano y el violín. A los nueve años sorprendente
su habilidad en un recital en el que toca
ambos instrumentos con gran virtuosismo, lo
que le valió el reconocimiento de prodigio musical.
Elige muy pronto la carrera de violín y
comienza a tocar con regularidad como solista
con orquestas y recitales.
En 1998, a los dieciocho años, se gradúa
en violín y recibe el Primer Premio del
Conservatorio de Música de Québec en el que
estudia con Johanne Arel. También se gradúa
en piano por la Universidad de Montreal. Desde
1998 a 2001, estudia en la Escuela Superior de
Música Reina Sofía con el Maestro Zakhar Bron,
que había formado a Maxim Vengerov y a
Vadim Repin. En 2002, gana el Sylva Gelber
Foundation Award al mejor artista canadiense
menor de treinta años. Entre 2003 y 2006, tras
ganar el concurso Musical Instrument Bank del
Consejo de las Artes de Canadá, toca el
Stradivarius Baumgartner de 1689.
Ganador de un gran número de prestigiosos
premios nacionales e internacionales, ha
actuado como solista en Canadá, Estados
Unidos, México, Francia, Alemania, Austria,
Reino Unido, República Checa, España, Portugal,
Polonia, Rumanía, Japón, Taiwan, etc... y en las
principales salas de concierto como el
Musikverein de Viena, la Philharmonie de Belín,
Musikhalle de Hamburgo, Auditorio Nacional de
Madrid, Teatro Poli de Beijing, etc, tocando con
orquestas tan prestigiosas como la London
Philharmonic Orchestra, Berliner Sinfonie-
Orchester, Hamburger Symphoniker, Wiener
Symphoniker, Prague Philharmonic Orchestra, la
Montreal Symphony Orchestra, la Toronto
Symphony Orchestra, la Orquesta de Radio
Televisión Española, bajo la dirección de
Maestros como Rafael Frühbeck de Burgos,
Leonard Slatkin, Matthias Bamert, Günter
Herbig, Pedro Halffter, Robert Bernhardt, Adrian
Leaper, Lior Shambadal, etc.
Ha grabado en vivo con la British
Broadcasting Corporation (BBC), la
Westdeutscher Rundfunk (WDR), Radio Clásica
International, Radio-Canada/CBC, Minnesota
Public Radio (MPR), Radio Nacional de España
(RNE), Estatal de Radio Austria (ORF), TV Asahi
Japón, etc. Entre 1998 y 2006, graba 12 CDs
para los sellos XXI-21 Records y ATMA, entre
ellos el estreno mundial de los conciertos para
violín de los compositores portugueses Luis de
Freitas Branco y Armando José Fernandes,
junto a la Orquesta Sinfónica de Extremadura
bajo la dirección de Jesús Amigo. Esta grabación
fue recibida con gran éxito por la crítica y
los amantes de la música en todo el mundo, y
fue nominado en la JUNO Awards 2006. Otras
grabaciones incluyen: las Cuatro Estaciones de
Vivaldi con el grupo de Cámara de la Vienna
Symphony Orchestra, dúos para violín y viola de
Mozart con la Vienna Philharmonic Orchestra
junto al viola Christian Frohn, los conciertos de
Tchaikovsky; Bruch, Bach y las sonatas para
violín solo de Ysaye, obras de los españoles
Turina, Falla, Nin, Albeniz, etc, obras de Bloch &
Williams con la Biel Symphony Orchestra, etc.
En la actualidad está grabando para los sellos
Octave Classique / Universal y JVC / Victor
(Japón).
Además de su calendario de conciertos,
Alexandre trabaja como docente, impartiendo
talleres y clases magistrales en diversas universidades
y conservatorios de todo el mundo. Ha
sido nombrado Director de desarrollo musical
de la Fundación Canimex, una organización que
agrupa una impresionante colección de instrumentos
musicales para beneficio de artistas.
Todas las críticas son unánimes al calificar
de intachable su técnica, heredada directamente
de la Escuela Rusa, así como su energía
excepcional y talento musical. Alexandre da
Costa toca en la actualidad un Stradivarius
1727 “Di Barbaro” y un arco Sartory, cortesía de
la Fundación Canimex
Foto: Bo Huang

Pedro Halffter Director
Pedro Halffter Caro, nacido en Madrid en 1971
es actual Director Artístico del Teatro de la
Maestranza, Real Orquesta Sinfónica de Sevilla
y Director Artístico y Titular de la Orquesta
Filarmónica de Gran Canaria.
Desde 2001 a 2004 fue Principal director
invitado de la Orquesta Sinfónica de
Núremberg, cargo que compaginó con el de
Director titular de la Orquesta de Jóvenes del
festival de Bayreuth durante los años 2002 y
2003.
Ha dirigido en las salas de conciertos más
prestigiosas del mundo como en la Musikverein
de Viena, Konzerthaus de Berlín, Queen Elizabeth
Hall de Londres, Théâtre du Chatelet de París,
Teatro Real de Madrid, Opera City Concert Hall de
Tokio, Shanghai Concert Hall, y algunas de las
más importantes agrupaciones sinfónicas del
mundo como la Philharmonia Orchestra de
Londres, Orquesta Sinfónica de la Radio de
Baviera, Deutsches Symphonie de Berlín,
Orquesta Nacional del Capitolio de Toulouse,
New Japan Philharmonic, Filarmónica de Dresde,
Filarmónica de Rotterdam, además de la mayoría
de las orquestas españolas entre las que destacan
la Orquesta y Coro Nacionales de España,
Sinfónica de RTVE o Sinfónica de Madrid.
Realiza sus estudios en la prestigiosa
Schule Schloss Salem, Alemania, y asiste a cursos
de dirección de orquesta con destacados
pedagogos y maestros de la talla de K.
Oesterreicher, B. Weil, I. Musin y F. Leitner,
ampliando sus estudios de dirección en la
Hoshschule für Musik de Viena y de composición
en Nueva York.
En el terreno sinfónico cabe destacar
recientemente los éxitos cosechados en las
giras por Japón y China junto a la Orquesta
Filarmónica de Gran Canaria y la gira por
Alemania, Austria y Suiza en 2009 junto a la
Real Orquesta Sinfónica de Sevilla con la que
participó también en los actos culturales de
Beijing 2008 organizados por el Olympic Arts
Festival, además de su próximo debut junto a la
Orquesta Sinfónica de Montreal.
Considerado como uno de los directores
más importantes del repertorio sinfónico de su
generación, su exitosa trayectoria en el terreno
de la lírica, le ha llevado a dirigir un extenso
repertorio operístico.
Entre los más recientes éxitos en el terreno
de la lírica destacan, Salomé de R. Strauss, Lulú
de A. Berg, Fidelio de L. v. Beethoven, La fanciulla
del West de G. Puccini o Tristán e Isolda de R.
Wagner y los estrenos en España de Der ferne
klang de F. Schreker, Der zwerg y Eine florentinische
tragödie de A. Zemlinsky, Doktor Faust de
Busoni y La mujer silenciosa de R. Strauss en el
Teatro de la Maestranza, así como Orpheus und
Euridyke de E. Krenek en el Teatro Real.
Sus próximos proyectos operísticos incluyen
Turandot de G. Puccini y el estreno, también en
España, del Turandot de F. Busoni, además de
Tannhäuser en nueva producción de Katharina
Wagner y El holandés herrante de R. Wagner en
Las Palmas de Gran Canaria, y Salomé de R.
Strauss y Der ferne klang de Schreker en la
Staatsoper de Berlín.
Ha compuesto más de una veintena de
obras que han sido estrenadas entre otras por la
Orquesta Sinfónica de Madrid, Orquesta
Sinfónica de Massachussetts, Deutsche
Kammerakademie, Orquesta de Cámara de
Stuttgart o Ensemble Intercontemporain, en
salas como el Carnegie Hall de Nueva York,
Auditorio Nacional de Madrid o Philharmonie de
Dortmund.
Entre sus publicaciones discográficas destacan
Don Quijote de Cristóbal Halffter para
Glossa y los monográficos Falla y Korngold para
Warner Music, además de dos registros junto a
Warner Classics & Jazz dedicados a Schönberg
y Daugherty junto a la Orquesta Filarmónica de
Gran Canaria y a la Orquesta Sinfónica de
Montreal
Foto: Guillermo Mendo

Plantilla de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla para este programa
DIRECTOR ARTÍSTICO
PEDRO HALFFTER
CONCERTINO INVITADO
Serguei Galaktionov
Concertino de la Orquesta del Teatro
Regio de Turín y Concertino invitado de
la Orquesta Filarmónica de la Scala de
Milán
VIOLINES PRIMEROS
Jehi Bahk (Ayuda de Concertino) *
Tamara Bektemirova
Amelia Mihalcea Durán
Serguei Amirov
Isabella Bassino
Luis M. Díaz Márquez
Gabriel Dinca Dinca
Marius Mihail Gheorghe Dinu
Madlen L. Kassabova-Sivova
Yuri Managadze
Elena Polianskaia
Andrei Polianski
Isabelle Rehak
Branislav Sisel
Nazar Yasnytskyy
VIOLINES SEGUNDOS
Vladimir Dmitrienco
(Solista)
Jill Renshaw
(Ayuda de Solista)
Anna Emilova Sivova
Susana Fernández Menéndez
Uta Kerner
Claudia Medina Riera
Alexandru Mihon
Daniela Moldoveanu
Alicia Pearson
Leonardo Rodríguez Rossi
Jesús Sancho Velázquez
Zhiyun Wang
Katarzyna Wróbel
Stefan Zygadlo
VIOLAS
Jacek Policinski (Solista)
Michael Leifer
(Ayuda de Solista)
Anatoli Andrianov
Tatiana Andrianova
Dominique T. Horenbeek
Jerome Ireland
York Yu Kwong
Kiril Nikolov
Evgeny Ozhogin
Archil Pochkhua
Alexandru Tomescu
Tie Bing Yu
VIOLONCELLOS
Richard Eade (Solista)
Sacha Louise Crisan
(Ayuda de Solista)
Claudio R. Baraviera
Orna Carmel
Alice Huang
Luiza Nancu
Nonna Natsvlishvili
Ivana Radakovic
Gretchen Talbot
Robert L. Thompson
CONTRABAJOS
Lucian Ciorata (Solista)
Matthew Gibbon (Ayuda de Solista)
Saša Aleksic
Roberto Carlos Barroso Uceda
Jesús Espinosa Vargas
Vicente Fuertes Gimeno
Predrag Ivkovic
FLAUTAS
Vicent Morelló Broseta (Solista)
Juan Ronda Molina (Solista)
Beñat Arrieta Aizpuru
Antonio Hervás Borrull (Piccolo)
OBOES
José M. González Monteagudo
(Solista)
Sarah Roper (Solista)
Héctor Herrero Canet
Sarah Bishop (Corno inglés)
CLARINETES
Piotr Szymyslik (Solista)
Félix Romero Ríos
(Clarinete bajo)
Antonio Salguero Montesinos *
José Luis Fernández Sánchez *
(Clarinete Mib)
FAGOTES
Álvaro Prieto Pérez (Solista)
Juan Manuel Rico Estruch
Mª Patricia Castro Vázquez
(Contrafagot)
Luis Castillo Castillo *
TROMPAS
Ian Parkes
(Solista)
Gustavo Barrenechea Bahamonde
Juan Antonio Jiménez Díaz
Ángel Lasheras Torres
Javier Rizo Román
TROMPETAS
Douglas McClure
(Solista)
Nuria Leyva Muñoz
TROMBONES
Francisco J. Rosario Vega
(Solista)
David Andreu de la Torre
Daniel Stofan
(Trombón bajo)
TIMBALES
Juan Francisco Díaz Martín *
PERCUSIÓN
Ignacio Martín García
Louise Paterson
Pedro M. Torrejón González *
ARPA
Daniela Iolkicheva
(*) Aumentos
Atrileros:
Sergio Romero Romero (Jefe)
Miguel A. López Garrido

Próximas actividades
Octubre 2009
XXª TEMPORADA DE CONCIERTOS DE ABONO
4º abono Jueves 22 / Viernes 23
Teatro de la Maestranza, 20:30 h
Ofrenda musical “Ricercare”, BWV 1079 *
Johann Sebastian Bach / Anton Webern
Concierto para violín y orquesta, en Re Mayor, Op. 35 *
Erich Wolfgang Korngold
Sinfonía nº 3, en Mi bemol Mayor, Op. 55 “Eroica”
Ludwig van Beethoven
Rénaud Capuçon Violín
Frank Beermann Director
Conferencia: Juan José Roldán
*Primera vez por la ROSS
Programación, fechas, obras e intérpretes susceptibles de modificación
Venta de localidades en las taquillas del Teatro de la Maestranza (Tlf.: 954 226 573), de lunes a viernes de 10 a 14 y de
17.30 a 20.30 horas y a través de Internet en www.rossevilla.com. Localidades bonificadas al 40 % sólo para los Conciertos de
Abono, en Terraza y Paraíso, para estudiantes universitarios, menores de 26 años y mayores de 67 años, previa acreditación.
Para complementar didácticamente los Conciertos de Abono de la temporada 09-10 se celebrarán conferencias pre-concierto
gratuitas los mismos días de interpretación, a las 19.30 horas, en el Teatro de la Maestranza previa presentación de la
entrada/abono correspondiente.
Con el Patrocinio de
PATROCINADOR DE LA TEMPORADA
DE ABONO 09-10
Decoración floral en los Conciertos de Abono a cargo
de la Asociación de Amigos de la Real Orquesta
Sinfónica de Sevilla
Noviembre 2009
5º abono Viernes 13 / Sábado 14
Teatro de la Maestranza, 20:30 h
IV CICLO DE CONCIERTOS DE
INTERCAMBIO ENTRE ORQUESTAS
Sinfonía nº 8, en Sol Mayor, Op. 88
Antonín Dvořák
Redes Silvestre Revueltas
Estancia, Op. 8a (Suite del ballet)
Alberto Ginastera
ORQUESTA DE CÓRDOBA
Manuel Hernández Silva Director
Conferencia: Ismael Cabral
Con la colaboración de
REAL ORQUESTA SINFÓNICA DE SEVILLA
Temprado, 6 41001 Sevilla (España)
Tlf. (+34) 954 561 536 Fax (+34) 954 561 888
info@rossevilla.com www.rossevilla.com
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