ESDAI AbrE SuS puErtAS A lA SocIEDAD tApAtíA - Universidad ...
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eflexiones<br />
Para empezar una nueva vida sin cuentas pendientes, sin<br />
rencores malsanos, sin pesimismos, sin traumas, como el hijo<br />
pródigo de la famosa parábola, recibido por el padre con los<br />
brazos abiertos, sin castigos y con fiesta por todo lo alto.<br />
La Cuaresma no es una broma. Es tiempo de seriedad<br />
porque el pecado es el agente patógeno más nocivo que<br />
existe y el que tiene más radio de acción. Es por tanto época<br />
de verdad profunda, de seriedad consciente de lo que<br />
nos estamos jugando.<br />
Es un tiempo de reflexionar, de examinar nuestra vida<br />
a la luz de las exigencias también políticas y sociales, de<br />
apertura a los demás, de superación de nuestros egoísmos,<br />
de solidaridad y de corresponsabilidad.<br />
Cuaresma no es carnaval de frivolidad; no tenemos que<br />
disfrazarnos de nada ni poner cara larga<br />
de funeral, ni ojos más o menos<br />
místicos que engañen a los demás. Es<br />
buscar seriamente el perdón de Dios,<br />
una de las alegrías más sinceras y profundas<br />
que podemos experimentar.<br />
«Si todo tiempo es bueno para<br />
ejercitarse en la virtud de la caridad<br />
estos días cuaresmales nos invitan de<br />
manera especial. Si deseamos llegar a<br />
la Pascua santificados en el alma y en<br />
el cuerpo debemos poner interés especial<br />
en adquirir esta virtud que las<br />
contiene todas y cubre la multitud de<br />
nuestros pecados» (S. León Magno,<br />
sermón 10 de Cuaresma).<br />
También San Josemaría nos recuerda: «Tiempo de penitencia…<br />
no es tarea negativa… ha de vivirse con espíritu<br />
de filiación… El Señor nos llama para que nos acerquemos<br />
a Él deseando ser como Él: imitadores de Dios como hijos<br />
suyos muy queridos (Efe. 5,1) colaborando humildemente…<br />
en el divino propósito de unir lo que está roto, de salvar<br />
lo que está perdido, de ordenar lo que ha desordenado<br />
el hombre pecador, de llevar a su fin lo que se descamina,<br />
de restablecer la divina concordia de todo lo creado» (Es<br />
Cristo que pasa, 65).<br />
En esta comunidad que debe ser la universidad; todos,<br />
profesores y alumnos y el entero personal recordaremos<br />
nuestra vocación de servicio en el vivir para los demás.<br />
Es un tiempo de<br />
reflexionar, de<br />
examinar nuestra<br />
vida a la luz de las<br />
exigencias también<br />
políticas y sociales, de<br />
apertura a los demás,<br />
de superación de<br />
nuestros egoísmos,<br />
de solidaridad y de<br />
corresponsabilidad.<br />
Concretemos:<br />
1. ¿Qué es la conversión? Es reconciliarse con Dios apartándose<br />
del mal para restablecer su amistad eliminando<br />
los obstáculos que se interponen entre Él, su gracia y<br />
nosotros. Es decir, eliminar de nuestras vidas todo lo que<br />
de Él nos separa. Adquirir una mentalidad nueva para ver<br />
cómo Jesús ve, querer como Jesús quiere y vivir como Jesús<br />
vivió. Es ir al Padre por el camino de Jesucristo hijo.<br />
2. ¿Cómo puedo convertirme en esta Cuaresma? Practicando<br />
las obras de misericordia (que no han sido discontinuadas)<br />
tanto las corporales como las espirituales. Si<br />
no las recuerdas, estúdialas en el Catecismo de la Iglesia<br />
Católica. En estos momentos dada la gravedad de la situación<br />
es urgente un compromiso social y político de todos<br />
los católicos y hombres de moral y de<br />
buena fe para sacar adelante una sociedad<br />
amenazada por la corrupción.<br />
3. ¿Cómo puedo completar mi conversión<br />
a Dios? Con una buena confesión:<br />
humilde, completa, concreta y<br />
sincera.<br />
4. ¿Qué más debo hacer en esta<br />
Cuaresma? Cumplir con los preceptos<br />
de ayuno y abstinencia. Ayuno de<br />
los 18 a los 60 años el Miércoles de<br />
Ceniza y el Viernes Santo; una sola comida<br />
fuerte al mediodía y menos de<br />
lo acostumbrado en la mañana y en la<br />
noche. A partir de los 14 años, todos<br />
los viernes del año, hay que abstenerse<br />
de comer carne en recuerdo y penitencia de la muerte<br />
del Señor; se puede suplir –no el Miércoles de Ceniza ni<br />
el Viernes Santo– por algún alimento de especial agrado,<br />
por una obra de caridad o de piedad o por otro sacrificio<br />
voluntario más significativo.<br />
En definitiva, se nos anima a una fidelidad mayor al servicio<br />
del Señor y de los hombres mediante un combate<br />
decidido por alcanzar la perfección de la santidad a la que<br />
todos, absolutamente todos estamos llamados y urgidos.<br />
El que lucha puede perder… el que no lucha está perdido.<br />
Vamos a pelear CON CRISTO, EN CRISTO, POR CRISTO Y<br />
PARA CRISTO.<br />
12 • tiempo u p g u a d a l a j a r a 78 • m a r z o -abril 2011