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Retiro Diciembre 2010 - Buen Pastor

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“EN EL PRINCIPIO ERA EL VERBO Y<br />

EL VERBO ERA DIOS” Jn 1, 1…<br />

RETIRO DE DICIEMBRE DE <strong>2010</strong><br />

“VINO A LOS SUYOS”…<br />

Mi <strong>Retiro</strong> del mes de <strong>Diciembre</strong>, me invita a vivir con todo mi ser la entrega a Dios con<br />

cuerpo, espíritu, inteligencia y corazón. Dejo de lado toda otra preocupación que me<br />

distraiga del íntimo encuentro con Él.<br />

Leo el prólogo del Evangelio de Juan, capítulos 1,1-5. 9-14<br />

Este prólogo es un himno; es como la obertura de una gran sinfonía<br />

que comienza con gran serenidad y majestad. Es una música que nos<br />

1


eleva hasta el misterio de Dios; un misterio al que nos tenemos que abrir para dejarnos<br />

encontrar por Él.<br />

1 “En el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la<br />

Palabra era Dios.<br />

2 Ella estaba en el principio junto a Dios. 3 Todo se hizo por ella y sin ella no se<br />

hizo nada de cuanto llegó existir. 4 En ella estaba la vida y la vida era la luz de<br />

los hombres 5 y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. /<br />

9 La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre, viniendo a este<br />

mundo.10 En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la<br />

conoció.<br />

11 Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron, 12 pero a todos los que la<br />

recibieron, a los que creen en su nombre, les dio poder de hacerse hijos de Dios, 13<br />

los cuales no nacieron de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de hombre sino<br />

que nacieron de Dios.<br />

14 Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos<br />

contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Unigénito, lleno de<br />

gracia y de verdad.<br />

I. RECIBO, ACOJO este texto sagrado, lo escucho y gusto en mi carne y corazón.<br />

Subraya los vocablos que más se repiten y anota las frases en que aparecen.<br />

Puedes memorizar lo que dice el texto; repítelo varias veces, musitándolo para que lo<br />

que Dios dice se haga tuyo.<br />

Una vez acogido plenamente el texto, ¿qué te dice personalmente? Escucha al Espíritu<br />

que te habla y escríbelo.<br />

__________________________________________________________<br />

__________________________________________________________<br />

Palabra eterna del Padre<br />

te acojo como luz del mundo.<br />

Te proclamo Hijo de Dios ,<br />

por quien han sido hechas todas las cosas.<br />

¡Qué maravilla es haber recibido la gracia<br />

de ser hija de Dios!<br />

II. CONTEMPLACIÓN.<br />

Me instruyo sobre el texto para acercarme más al corazón de Dios y escucharlo<br />

allí adentro en la Escritura.<br />

2


Palabra es la traducción castellana del latín “Verbo” y del griego “Logos”.<br />

¿Qué es la Palabra? Es la expresión vocal o gráfica de lo que pensamos, somos y llevamos<br />

dentro. Es un vehículo para comunicarnos, para expresarnos. Dios también se expresa, se nos<br />

dice, se nos comunica, se revela a través de su Palabra. A esta Palabra que Dios engendra<br />

como Padre, le llamamos Hijo (porque no tenemos otro lenguaje más adecuado para hablar de<br />

Dios). A Este Hijo venido a nuestro mundo en carne y hueso nosotros le llamamos Verbo o<br />

Palabra.<br />

En este himno (Jn 1, 1 s) el evangelista nos quiere decir que Jesús, el Hijo de Dios pertenece al<br />

misterio del “Totalmente Otro”, el Ser que es comunidad de Tres: Padre, Hijo y Espíritu y que<br />

como Hijo existe desde siempre junto a Dios.<br />

Detengámonos un momento a contemplar, y adorar en silencio el Misterio de Dios Trinidad, el<br />

Misterio de Cristo Palabra del Padre, que existe desde Siempre; la única Palabra que tiene<br />

Dios para nosotros porque con Cristo nos lo ha dicho todo. Démosle gracias por esta Palabra.<br />

Digámosle que la vamos a escuchar.<br />

I. Contemplo en silencio, en escucha, en conversación íntima. Me ayudo con el<br />

comentario que va a continuación:<br />

La Palabra estaba junto a Dios y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio junto a Dios.<br />

(1,1-2) A esta Palabra que Dios engendra como Padre le llamamos Hijo.<br />

La Palabra era la Luz verdadera que ilumina a todo ser humano venido a este mundo. En el<br />

mundo estaba y el mundo fue hecho por Ella y el mundo no la conoció (1,9-10). Jesucristo<br />

Palabra del Padre ha venido para todos y su Espíritu nos ilumina desde dentro y a través de la<br />

vida y la creación. Dios habita en nuestro interior, en nuestra conciencia y desde ahí nos habla.<br />

Sin embargo, el mundo, es decir, los seres humanos inteligentes no le hemos conocido, no<br />

hemos sabido descubrirle en sus criaturas y nos hemos fabricado dioses y cultos a nuestra<br />

imagen y semejanza. Hemos progresado material y tecnológicamente pero en cuanto a lo<br />

espiritual todavía estamos en “pañales”...<br />

II. Contemplación<br />

Vino a los suyos y los suyos no recibieron al Hijo.<br />

Los suyos eran su pueblo, el que Dios amó, escogió, liberó y guió hacia la tierra prometida. El<br />

pueblo al que Dios habló por los profetas pero como era un pueblo de dura cerviz no supo<br />

escuchar. Este pueblo persistió en su ceguera (al menos sus dirigentes) y rechazó a Jesús. Pero<br />

a todos los que lo recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios; a los que creen en su<br />

Nombre los cuales no nacieron de sangre y carne ni de deseo de hombre sino que nacieron de<br />

Dios. No todos le rechazaron, Jesús encontró muchas respuestas positivas de acogida en su<br />

tierra. A lo largo de la Historia mucha gente ha acogido la Palabra de Dios aun sin conocerla.<br />

Sin conocer a Jesús porque pertenecen a otras culturas y religiones, gente de buena voluntad<br />

que se porta humanamente, que hace el bien generosamente, que crecen como personas, que<br />

colaboran al bien común, que vive honradamente los valores del Evangelio sin conocerlo. A<br />

todos éstos Dios los tiene por hijos e hijas. Las que hemos tenido la suerte de conocer a Jesús y<br />

procuramos seguirle, aún con tropiezos, tenemos la gracia del bautismo para ser de verdad<br />

hijas de Dios y obrar como tales. Todos hemos nacido de Dios.<br />

3


Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros y hemos contemplado su gloria,<br />

gloria que recibe del Padre como Unigénito, lleno de gracia y de verdad. (1,14)<br />

Es el momento más solemne de la Historia. La hora de la máxima revelación de Dios, el<br />

acontecimiento cumbre que divide en dos el tiempo. En adelante la Humanidad no contará el<br />

tiempo desde las Olimpíadas griegas o desde la fundación de Roma sino desde la Encarnación<br />

del Hijo de Dios. Habrá un “antes de Cristo” y un “después de Cristo”. La Palabra se hizo carne.<br />

Hasta ahora Dios se revelaba de una manera difusa; ahora se manifiesta claramente en un<br />

hombre llamado Jesús. La Palabra que estaba en Dios ahora está también entre nosotros. Dios<br />

se hizo historia nuestra, no fuera de ella y asume nuestra realidad para llenarla de sentido. Se<br />

hizo débil y necesitado como nosotros. Se hizo uno de tantos, sin privilegios. Nació llorando<br />

como nuestros niños...Tuvo hambre y sed, sentimientos y emociones como nosotros porque<br />

fue un verdadero ser humano.<br />

Nosotros hemos visto su gloria.<br />

La comunidad de Juan ha visto a Jesús, ha conocido al Resucitado, ha experimentado su vida<br />

nueva. Ha contemplado la Gloria de Dios que resplandece en Jesús, en sus palabras y en sus<br />

obras; en toda su vida. Y se proclama testigo de esta gloria. Porque la Gloria de Jesús es ser<br />

eso: Hijo único de Dios, Revelación del Padre, su Presencia viva, su Imagen. Lleno de gracia y<br />

de verdad. Todo Jesús es gracia, don gratuito para nosotros. Todo El es Verdad, transparente,<br />

diáfano, auténtico.<br />

Alabo, y doy gracias con palabras del texto. Escribo<br />

Ante el hecho de la Encarnación<br />

sólo me queda el silencio, el asombro, la<br />

adoración y un gozo indescriptible.<br />

¡Alabanza y gratitud a Ti Dios Uno en Tres!<br />

¡Personas<br />

III VIVO EL PERDÓN.<br />

La contemplación realizada me lleva a mirar mi vida y reconocer que no he<br />

respondido a Dios con un “sí” a fondo.<br />

“Vino a los suyos …y no lo recibieron” o lo reciben a medias…<br />

Puedo reconocer que no he hecho lo que está de mi parte para conocer y encontrarme con<br />

Jesús en profundidad; vivo quizá en rutina, en comodidad espiritual, en tibieza, malgastando<br />

mi vida. Pero hoy todo eso ya pasó. Me he vuelto a Jesús con un nuevo fuego y El me está<br />

haciendo “mujer nueva”. Ahora soy suya y lo acojo con inmensa alegría.<br />

4


Descubro qué me haría falta para recibir con apertura total, a Jesucristo, la Palabra<br />

de Dios que existe desde antes de los siglos y ha hecho todas las cosas, entre ellas a<br />

mí.<br />

Escribo lo que he descubierto con respecto a:<br />

o las y los hermanos con que trato<br />

o a la Eucaristía,<br />

o al pan de la Palabra<br />

o la Reconciliación<br />

Pido Perdón<br />

Él que “se hizo carne”, es decir, hombre en el tiempo, es desde la eternidad el Verbo<br />

mismo, es decir, el Hijo unigénito: el Dios “que está en el seno del Padre”. Es el Hijo<br />

“de la misma naturaleza que el Padre”, es “Dios de Dios”.<br />

Del Padre recibe la plenitud de la gloria. Es el Verbo por quien “todas las cosas fueron<br />

hechas”. Y por ello todo cuanto existe le debe a Él aquel “principio” del que habla el<br />

libro del Génesis (cf. Gén 1, 1), el principio de la obra de la creación.<br />

¿Cómo vivo yo todas estas realidades de vida divina que he contemplado en<br />

Jn.1.1ss? Puedo describirlo?<br />

Me inclino maravillada ante este Misterio<br />

y reconozco que no estoy<br />

a la altura de tan gran Don.<br />

Trinidad Santa, otórgame reconocerme débil y<br />

ayúdame a preparar en mí tu morada,<br />

para que en ella,<br />

todo espacio puedas Tú habitar.<br />

IV<br />

ME DOY A JESÚS VERBO DE DIOS QUE SE HIZO CARNE Y<br />

HABITÓ ENTRE NOSOTRAS.<br />

5


Con la llegada de Jesucristo, Sabiduría del mundo, se supera la ley de Moisés, la que es asumida<br />

por algo mucho más grande: Dios se nos revela (verdad) y nos da su gracia a través de la<br />

Redención para alcanzar su gloria. Por la gracia de Dios hemos sido llamados hijos de Dios.<br />

Jesucristo es Unigénito del Padre lleno de gracia y de verdad. La verdad implica<br />

lealtad, fidelidad.<br />

Verdad y gracia, fidelidad y bondad son cualidades de Dios y que conducen a Él.<br />

Hago mi propio compromiso<br />

Dios, Padre y Madre,<br />

la contemplación de tu palabra<br />

me ha hecho adentrarme<br />

en tu plan de salvación.<br />

Me entrego a ti en el compromiso de<br />

Anexo para quienes quieren reflexionar más.<br />

6


Ya he contemplado el Prólogo de San Juan, éste nos recuerda algunas narraciones del<br />

Libro de la Sabiduría. Proponemos leer comparativamente ambos textos y constatar cómo e l<br />

N. T. da su pleno sentido al A.T. En el libro de la Sabiduría leemos: La Sabiduría "está en los<br />

secretos de la ciencia de Dios y es la que discierne sus obras" (Sab 8, 4); y en otro texto:<br />

"Contigo está la sabiduría, conocedora de tus obras, que te asistió cuando hacías al mundo, y<br />

que sabe lo que es grato a tus ojos y lo que es recto... Envíala de los santos cielos, y de tu trono<br />

de gloria mándala, para que me asista en mis trabajos y venga yo a saber lo que te es grato"<br />

(Sab 9, 9-10). Estamos, pues, muy cerca de las primeras palabras del prólogo de Juan. Aún más<br />

cerca se hallan estos versículos del libro de la Sabiduría que dicen: "Un profundo silencio lo<br />

envolvía todo, y en el preciso momento de la medianoche, tu Palabra omnipotente de los<br />

cielos, de tu trono real... se lanzó en medio de la tierra destinada a la ruina llevando por aguda<br />

espada tu decreto irrevocable" (Sab 18, 14-15).<br />

Sin embargo, esta "Palabra" a la que aluden los libros sapienciales, esa Sabiduría que desde el<br />

principio está en Dios, se considera en relación con el mundo creado que ella ordena y dirige<br />

(cf. Prov 8, 22-27). En el Evangelio de Juan, por el contrario, "el Verbo" no sólo está "al<br />

principio", sino que se revela como vuelto completamente hacia Dios y siendo Dios Él mismo.<br />

"El Verbo era Dios". El es el "Hijo unigénito, que está en el seno del Padre", es decir, Dios-Hijo.<br />

Es en Persona la expresión pura<br />

de Dios, la "irradiación de su<br />

gloria" (cf. Heb 1, 3),<br />

consubstancial al Padre".<br />

El texto relaciona<br />

la Luz con la<br />

Sabiduría en<br />

contraposición a la<br />

ceguera para ver a Dios y gustar de El.<br />

La Sabiduría de Dios da vida y luz a sus criaturas. Dios comunica su sabiduría y es<br />

recibido sólo por quien tiene buenas disposiciones.<br />

Jn 1,1: “En el principio existía el Verbo y<br />

el Verbo estaba junto a Dios y el Verbo<br />

era Dios”.<br />

Jn 1,3: “Todo se hizo por El y sin El no se<br />

hizo nada de cuanto ha sido hecho”.<br />

Jn 1,10: “En el mundo estaba y el mundo<br />

se hizo por El y el mundo no le conoció”.<br />

Sab 7,25: “es un halito del poder de Dios<br />

y un destello puro de la gloria del<br />

Todopoderoso”<br />

Sab 9,1: “Dios de los padres y Señor de la<br />

misericordia que hiciste todas las cosas<br />

con tu palabra”.<br />

Sab 7,21: “Conozco lo escondido y lo<br />

patente; pues me lo enseñó la sabiduría,<br />

artífice de todo”<br />

En el texto de San Juan encontramos la palabra clave “mundo” que indica,<br />

además de todas las cosas creadas, al conjunto de la humanidad.<br />

7


Estos textos relacionan la Luz con la Sabiduría en contraposición a la<br />

ceguera para ver a Dios y gustar de El.<br />

Jn 1,5: “Y la Luz brilla en las tinieblas, y<br />

las tinieblas no lo recibieron”<br />

Jn 1,9: “Era la luz verdadera que ilumina<br />

a todo hombre que viene a este mundo”<br />

Sab 4,12: “Porque la fascinación del vicio<br />

oscurece el bien y el vértigo de la<br />

concupiscencia trastorna una mente<br />

inocente”<br />

Sab 7,26: “Es reflejo de la luz eterna,<br />

espejo nítido de la acción de Dios e<br />

imagen de su bondad”.<br />

El Verbo viene al mundo a iluminar con su luz. La Sabiduría de Dios da vida y<br />

luz a sus criaturas. Dios comunica la sabiduría y sólo es recibido por<br />

hombres y mujeres que tienen buenas disposiciones.<br />

Jn 1,12: “Pero a cuantos le recibieron, a<br />

los que creen en su nombre” les dio<br />

poder para ser hijos de Dios,<br />

Sab 1,2: “Porque se dejó hallar por los<br />

que no exigen pruebas, se manifestó a<br />

los que no niegan su fe”<br />

Contraste entre el nacimiento natural de hombre y el<br />

sobrenatural.(Bautismo)<br />

Jn 1,13: “Que no han nacido de la sangre,<br />

ni de la voluntad de la carne, ni del<br />

querer del hombre, sino de Dios”.<br />

Sab. 7,2-12: “Al nacer también yo respiré<br />

aire común (…) por eso rogué prudencia<br />

y se me concedió, invoqué la sabiduría y<br />

vino a mí (…) quise más la sabiduría que<br />

la salud y la belleza (…) ella es madre de<br />

todos”.<br />

Los que creen en Jesucristo son constituidos hijos de Dios por los dones gratuitos de<br />

la fe y de la gracia. En el libro de la Sabiduría se indica cómo el sabio no recibe la<br />

sabiduría de la naturaleza sino de Dios por la forma en que vive.<br />

Jn 1,14: “Y el Verbo se hizo carne y<br />

habitó entre nosotros y hemos visto su<br />

gloria, gloria como de Unigénito del<br />

Padre, lleno de gracia y de verdad”.<br />

Sab 3,9: “Los que confían en El<br />

comprenderán la verdad, los que son<br />

fieles en el amor permanecerán junto a<br />

El porque la gracia y la misericordia son<br />

para sus santos y El mira por sus<br />

elegidos”<br />

8

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