RIQUEZA BAJO LLAVE - IMEF

EFlexiones
fiscales
Por FeliPE lEón Gámez
Presidente del Comité Técnico nACional de Estudios FisCAles del imEF. Socio
de Impuestos y sErvicios lEgales en dEloitte. fleon@deloittemx.com
régimen de
consolidación
En el Pacto por México se estableció, como uno de los
compromisos en materia fiscal, eliminar los “tratamientos
preferenciales”, haciéndose referencia específica al régimen
de consolidación fiscal como uno de éstos.
No obstante lo anterior, antes de
cuestionar al régimen de referencia
y la permanencia del mismo, es
necesario conocer su origen. El antecedente
más relevante es el Decreto
que Concede Estímulos a las Sociedades
y Unidades Económicas que
fomenten el Desarrollo Industrial y
Turístico del País, publicado el 20 de
junio de 1973 y conocido como régimen
de “Unidades de Fomento”.
Éste brindaba estímulos fiscales
a sociedades que fomentaban el
desarrollo industrial y turístico de
México, con el fin de que estuvieran
protegidas e incrementaran la
productividad en nuestro país. Posteriormente,
en 1982 se incorporó
formalmente el que actualmente
conocemos como régimen de consolidación
fiscal a la Ley del Impuesto
Sobre la Renta, reconociéndose así
la importancia de contar con un régimen
que impulsara el crecimiento
económico del país.
En adición, este régimen también
se encuentra implementado en diversos
países como Estados Unidos,
Japón, España, Alemania, Australia,
Países Bajos, Italia, Reino Unido y
Francia, economías desarrolladas y
con un alta industrialización.
El régimen de consolidación fiscal incentiva
la eficiencia financiera en empresas con
negocios heterogéneos al habilitar un
diferimiento del pago del ISR.
En este contexto, el régimen
de consolidación fiscal con el que
actualmente contamos en el país
permite incentivar la eficiencia
financiera en aquellos grupos de
empresas mexicanas que cuentan
con negocios heterogéneos, pero
manteniéndose como condición que
el accionista mayoritario (holding) es
propietario en más de 50% de las acciones,
con derecho a voto de una o
más empresas, lo que le permite tributar
al grupo así conformado como
si fuera una sola empresa, tal como
sucede en una entidad formada por
una matriz y diversas sucursales.
En el mejor de los casos, el régimen
de consolidación fiscal sólo
permite diferir el pago del ISR hasta
por cinco ejercicios. Este ISR diferido
suele derivar de la aplicación inmediata
de las pérdidas fiscales contra
utilidades generadas en las empresas
del mismo grupo, como sucede en
una empresa con sucursales, así
como por los dividendos pagados
entre las empresas del grupo que no
provengan de la Cuenta de Utilidad
Fiscal Neta (Cufin).
En todo caso, la holding tendrá la
obligación de pagar el impuesto que
se haya diferido en un plazo máximo
de cinco ejercicios o antes, si se
incurre en alguno de los supuestos
previstos en la Ley, como la variación
de la participación accionaria, la
desincorporación de una sociedad o
la desconsolidación del grupo.
Por otra parte, la consolidación
fiscal también alienta la inversión
extranjera en nuestro país tanto de
socios tecnólogos como capitalistas,
ya que ofrece diversos beneficios como
la creación del interés económico
a largo plazo, lo cual origina mayor
captación de divisas y estimula
nuestro marco competitivo en comparación
con otros países, lo que se
traduce en una mayor producción y
la generación de nuevos empleos.
Siendo éste un régimen que incentiva
la inversión y un sistema que
coadyuva a la capacidad operativa
y financiera de las empresas mexicanas,
es prácticamente neutral en
su impacto en el pago de ISR, pues
–como ya se comentó– sólo otorga el
tratamiento a un grupo de empresas
como si se tratara de una entidad
con sucursales.
En cumplimiento al Pacto por
México, es de esperarse que el gobierno
proponga cambios significativos
en el régimen de consolidación,
incluso su derogación. Esta situación
podría generar inestabilidad en las
compañías que tributan en este régimen,
por lo que podría haber desinversión
de empresas extranjeras que
pudieran emigrar a otro país donde
se les otorgue este beneficio para su
mayor crecimiento, por lo cual se verían
afectadas las fuentes de empleo,
limitando el nivel de vida de las familias
mexicanas y originándose así
una afectación en nuestra economía.
Por lo anterior, es deseable que se
consideren todos estos impactos antes
de cuestionar la permanencia del
régimen de consolidación fiscal.
14 Ejecutivos de Finanzas Agosto 2013