Nosotros si cuidamos el bosque Palabras clave: Disputa por ... - alasru

En estas circunstancias la única unión que existe es la formada por los habitantes de
uno y otro pueblo, unión totalmente episódica, son grupos en “estado de defensa
alarmada” (Gramsci: 251)
Resumiendo podemos decir que el caso en análisis muestra como la hegemonía se
fractura en el momento en que la pugna entre niveles de gobierno suspende
momentáneamente la capacidad coercitiva del estado. El antecedente de la ley Salinas
y la pérdida de control por parte de los Comisariados Ejidales hace necesario que los
partidos negocien en cada ocasión su relación con las poblaciones, la negociación
partidaria, de corte clientelar abre un espacio que es captado por un grupo de líderes
de una comunidad y manejada para crear o recrear un derecho a reclamar, esta
postura es aceptada por los habitantes en función de que corresponde a tres esquemas
imbricados: es aceptable desde una posición tradicional, responde a un interés
económico de los involucrados y se reviste con un discurso posmoderno de
conservación ecológica. Esto los convierte en agentes, con capacidad de movilización
en defensa de un derecho, que utiliza recursos tradicionales (tequio) para sostener el
control sobre el bien incautado, lo mismo que recursos legales y capacidad política de
movilización.
Por su parte el grupo afectado por la decisión del primer poblado se moviliza con un
discurso que reivindica el derecho del estado sobre el bien en disputa, detrás está la
demanda de sus propios intereses, conservar el derecho de acceso al bosque. El
resultado es que el distanciamiento entre grupos afecta el equilibrio regional y les resta
capacidad de negociación en futuras demandas. Ahora es impensable que los dos
pueblos sustentes una demanda común. Las ligas familiares dañadas difícilmente
encontrarán una conciliación. Las posturas de ambos grupos muestran una
concordancia parcial con lo que lo que podríamos denominar “consenso asimilado” en
tanto que concuerdan con el pensamiento capitalista sobre control de bienes escasos,
búsqueda de opciones de ganancia y por otro es contrahegemónico en San Agustín
cuando impugna el control del estado sobre el recurso. Por su parte San Juan Tetla
asume un discurso de consenso por conveniencia.