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ASÍ SUENA EL FÚTBOL<br />
EL OBJETO<br />
Perikles Monioudis<br />
Sion Ap Tomos<br />
Un horror genial<br />
Hasta los mejores futbolistas se dan a veces<br />
costaladas espectaculares, tanto literales<br />
como figuradas. Suele pasar, sobre todo cuando<br />
hay un micrófono de por medio.<br />
Johan Cruyff resultó elegido mejor jugador<br />
europeo en 1971, 1973 y 1974. En ocho ocasiones<br />
conquistó la Liga holandesa con el Ajax,<br />
y una más con el Feyenoord. Con el Barcelona<br />
ganó la Liga española y la Copa del Rey. En 1974,<br />
condujo a Holanda hasta la final del Mundial<br />
disputado en Alemania (donde perdieron por<br />
2-1 frente a los anfitriones) y fue nombrado mejor<br />
jugador del torneo.<br />
Con el balón en los pies, Johan Cruyff era<br />
un poeta. Con la voz no tanto. Y lo sabemos<br />
gracias a un sencillo que ha quedado para la<br />
posteridad: Oei, oei, oei (dat was me weer een<br />
loei), que traducido significa, aproximadamente<br />
“Uy uy, uy (menudo golpazo)”. La idea,<br />
el texto y la melodía son obra de alguien que<br />
en realidad no debería haberse permitido patinazos<br />
semejantes. Junto con su banda The<br />
Rockets, Peter Koelewjin era un pionero del<br />
rock’n’roll neerlandés, además de un habitual<br />
de las listas de éxitos.<br />
Cruyff, un tipo abierto y con olfato para lo<br />
que se llevaba en cada momento, no se lo pensó<br />
dos veces. Sólo cuando estuvo frente al micrófono<br />
empezó Koelewjin a hacerse una idea de<br />
Hanspeter Kuenzler<br />
la magnitud de la inminente catástrofe: “Johan<br />
no era capaz de sostener una sola nota, y tampoco<br />
tenía el menor sentido del ritmo”.<br />
En el estudio estaban a punto de tirar la<br />
toalla, pero un amigo se llevó al irritado futbolista<br />
hasta el bar más cercano: unas cuantas<br />
copas más tarde, Cruyff se tambaleaba un<br />
poco, pero su vocecita sonaba ligeramente<br />
más convincente. Quizá el colocón sirva para<br />
explicar también la sonrisa con la que Cruyff<br />
saluda desde la portada del sencillo. El disco<br />
fue publicado en 1969, y en 1973, tras el traspaso<br />
del jugador al Barcelona, se recuperó el<br />
tema para ser grabado en español. Es, sin<br />
duda, la peor “cantada” que se ha permitido<br />
Cruyff. Incluso los integrantes de la sección de<br />
vientos que le acompañan al estilo de las bandas<br />
de polka alemanas parecen tener problemas<br />
para contener la risa: hay pasajes en los<br />
que las trompetas suenan igual de mal que la<br />
voz de Cruyff.<br />
Por cierto: la historia que se cuenta en la<br />
canción es bastante triste. En ella se habla de<br />
un “primo lejano”, boxeador de profesión. El<br />
protagonista se lleva primero una paliza en el<br />
ring. Luego, sus amigos lo acompañan a un bar<br />
para enjugar las penas y acaba llevándose otra<br />
tunda de varios clientes del establecimiento. Y<br />
por último, su propia esposa no duda en calentarle<br />
las costillas. Æ<br />
balón ¿Un viejo balón de los de<br />
cuero cosido ¿Cuero vacuno duro y<br />
¿Un grueso Sí, pero no: esta “pelota” se<br />
convirtió en tal hacia 1800, en una época en<br />
la que las botellas (al menos las fabricadas<br />
en plástico) no eran el objeto cotidiano que<br />
son en la actualidad.<br />
Cuando menos, las botellas de entonces<br />
y las de hoy tienen en común que todos tendemos<br />
a querer patearlas, ya sea en la calle,<br />
en un patio, para rematar una jugada.<br />
Por otra parte, hoy procuramos en la<br />
medida de lo posible no ingerir líquidos<br />
conservados en una pelota. La simple idea<br />
de tomar un balón moderno y llevárnoslo<br />
a la boca para calmar nuestra sed resulta<br />
absurda.<br />
El odre que vemos en la fotografía<br />
forma parte de la colección de la FIFA, y de<br />
su estado actual podemos deducir que con<br />
él se marcaron no pocos goles, y que más de<br />
uno bebió de él hasta saciarse. Viva el<br />
reciclaje directo. Å<br />
THE FIFA WEEKLY<br />
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