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FUTSAL EN TAILANDIA<br />
Un toque de clase<br />
Suphawut Thueanklang<br />
(derecha) supera al<br />
costarricense Jorge Arias<br />
durante el mismo<br />
encuentro mundialista.<br />
Ian Walton / FIFA via Getty Images<br />
talentos crece hoy de manera constante, y el estilo<br />
de juego en la Liga ha progresado hasta estar<br />
a la altura de sus competidores internacionales.<br />
Brasileños, holandeses y españoles (¡y no<br />
sólo ellos!) pueden atestiguar que el futsal, además<br />
de ser un fantástico deporte por méritos<br />
propios, constituye también un magnífico trampolín<br />
para futuros futbolistas. No olvidemos<br />
que estrellas del calibre de Lionel Messi, Pelé,<br />
Cristiano Ronaldo, Xavi y Ronaldo aprendieron<br />
buena parte de su extraordinaria técnica con el<br />
balón en los campos de futsal.<br />
Uno y otro deporte se complementan a la<br />
perfección, y no sería de extrañar que entre ambos<br />
consigan llevar a Tailandia y al resto del<br />
continente asiático a celebrar grandes triunfos<br />
deportivos en el siglo XXI. Dado el brío con el<br />
que las naciones asiáticas se entregan a la práctica<br />
del futsal, parece sólo cuestión de tiempo<br />
que europeos y americanos empiecen a mirar<br />
nerviosos por encima del hombro a sus perseguidores.<br />
“El interés aumentó de manera<br />
increíble tras el Mundial y se abrieron<br />
nuevas oportunidades para los jóvenes”.<br />
Un holandés en el banquillo de<br />
Tailandia<br />
Mucho antes de que este deporte llegase a Tailandia,<br />
en el país se jugaba ya a una versión del<br />
futsal que, con todo, no recibía ningún nombre<br />
en concreto. La gente lo llamaba simplemente<br />
Len Bon Gun, literalmente “juego común de pelota”.<br />
Piyapan Ratana, a sus 29 años zaguero de<br />
la selección nacional, recuerda su infancia: “Jugábamos<br />
en las pistas de hormigón de colegios<br />
y escuelas, y a menudo también en canchas de<br />
baloncesto y en los aparcamientos, improvisando<br />
las porterías. También jugábamos a fútbol,<br />
pero cuando la lluvia anegaba los campos de<br />
hierba y los embarraba, preferíamos jugar sobre<br />
una superficie dura”.<br />
Cuando Piyapan cumplió 13 años empezó a<br />
jugar a futsal con regularidad en el colegio. Sus<br />
padres lo apoyaban, sabedores de que el deporte<br />
lo mantendría alejado de la calle y de las drogas.<br />
THE FIFA WEEKLY<br />
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