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EL PERFIL DEL ENOTURISTA en nuestro país
responde a ciertos arquetipos que se repiten año
tras año. Es, fundamentalmente, español, de entre
25 y 60 años, que visita las bodegas con amigos o
en familia sin hijos y que suele pasar en el destino
una media de dos días. Por eso, entre otros
motivos, el reto para este sector es captar al
público extranjero, que alarga sus estancias y
realiza un gasto diario mayor. El objetivo, poder
equiparse a destinos típicamente enoturísticos
como Francia, Italia o Estados Unidos
Por Descubrir
El mercado internacional, el gran
reto del enoturismo en España
Texto: Martina Vicente. Foto: Xurxo Lobato.
La Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin) recoge, en
su último informe sobre la demanda del turismo del vino, realizado
a través del Observatorio Turístico de las Rutas del Vino de
España, una serie de patrones que se repiten cada año en el comportamiento
del enoturista que visita nuestro país, pero también leves
cambios que invitan a la reflexión. Este tipo de turismo sigue siendo eminentemente
nacional (70% de españoles frente al 30% de extranjeros)
que encuentran en la calidad de los vinos y la gastronomía del territorio
las principales motivaciones para realizar el viaje. Dentro del territorio nacional,
el enoturismo es practicado, especialmente, por catalanes y valencianos,
mientras que los gallegos no alcanzan el 5% del total de enoturistas
en nuestro país. En cuanto a los visitantes extranjeros, los mercados emisores
más importantes son Alemania y Reino Unido. Otro de los factores
a tener en cuenta es la estancia media, que apenas es de 2,1 días, lo que
hace pensar que el enoturismo todavía se vincula a un turismo de fin de
semana o puentes. Si a esto añadimos que algo más de la cuarta parte
(25,3%) de las personas que se presentan en una Ruta del Vino no ha reservado
previamente, nos encontramos con que el enoturismo es, en muchas
ocasiones, un “plan B”, que surge casi a última hora y cuando no se
prevé realizar un viaje largo. Esta circunstancia conlleva una mayor exigencia
para la Ruta pues debe hacer frente a imprevistos que, en ocasiones,
pueden suponer que un grupo llegue a una bodega que está cerrada
o no disponga de material divulgativo suficiente, por ejemplo. El enoturista
viaja en automóvil privado, mayoritariamente, y acompañado de amigos
o en familia pero sin hijos. De hecho, el porcentaje de menores de 25
años que acude a una Ruta del Vino no alcanza el 3,5%. En el resto de franjas
de edad, el porcentaje es parejo con lo que se puede considerar que
el enoturismo es una actividad transgeneracional.
Satisfacción y mayor gasto,‐ Un aspecto positivo de este sector es que
el grado de satisfacción del enoturista es muy alto, a lo que se añade un
mayor gasto que el que realiza un turista convencional. Según datos de
Egatur y Familitur, el gasto medio diario de un turista español, en 2013,
fue de 31,9 euros, frente a los 77,8 que se gastó diariamente un enoturista
nacional. En cualquier caso, el gasto que realiza un visitante español es
notablemente inferior al que realiza un enoturista internacional que,
según Acevin, alcanzó el pasado año los 104,5 euros.
Captar demanda extranjera se presenta, pues, como uno de los retos de
futuro del enoturismo en nuestro país, “que implica y requiere del esfuerzo
de todos: Comunidades Autónomas, Turespaña, bodegas, Rutas,
etc.”, matiza Acevin. A la vista de la debilidad del mercado nacional, “solo
una decidida apuesta por el mercado internacional puede generar tanto
un incremento de visitantes como de gasto. La oportunidad es especialmente
grande para aquellos territorios enoturísticos situados cerca de
destinos con gran afluencia de visitantes extranjeros”, apunta la agrupación
de Rutas.
Asimismo, Acevin señala que “disponer de una oferta complementaria
gastronómica variada y de calidad en la zona será un elemento determinante
durante los próximos años, así como reforzar los recursos patrimoniales
y culturales”. La mejora de la señalización, la dotación de zonas de
aparcamiento y accesibles y la apuesta definitiva por las nuevas tecnologías
se presentan, para Acevin, como aspectos clave para atraer al turista
internacional y fidelizar al nacional.
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